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Opinión Alberto Banuet: La Fabulosa e Increíble Historia de “Ubre Blanca”

ALBERTO BANUET ABHARI Ganadero/Agricultor ranchobuenavista@gmail.com

Muchos de nuestros ganaderos más jóvenes no saben las historietas que circulan alrededor de esta icónica vaca cubana, que, según se dice, llegó a producir 110 litros de leche el 25 de enero de 1981, para ser exactos. El recuerdo lo disparó leer de nuevo el ofrecimiento del presidente de generar una cuenca lechera en Tabasco que, como muchas de las cosas que salen de los gobiernos, son puro cuento, no solo del actual, de todos. Seguimos esperando la colocación de la primera piedra o la primera inseminación de la citada cuenca, que, dicho sea de paso, no es una mala idea porque ya se demostró que, aún con el inclemente tiempo en esta parte del país, podemos producir leche con bastante eficiencia. Ubre Blanca, la vaca socialista, fue un tema que calentaba por segundos la guerra fría, se diseño con el único objetivo de destronar a la vaca capitalista poseedora del récord mundial en producción de leche de aquella época que se llamaba Arlinda Allen y que producía alrededor de 89 litros diarios. La composición de Ubre blanca era 75% Holstein 25% cebú a secas, era una vaca ¾ que los historiadores oficialistas cubanos de la época decían que se tomaba 130 litros de agua- y eso que vivía en un cuarto con aire acondicionado- y que se comía 230 kg al día!!! Entre forraje y alimento balanceado, cosa que yo me permito dudar. Esta vaca que murió de 13 años, días más o menos, porque la verdad no es clara la fecha de su nacimiento, fue un caso fortuito que el comandante aprovechó para exaltar los trabajos genéticos de científicos cubanos… murió decía yo, después de parir a “ Camaraco Tropical” y que hoy, perfectamente trabajada por un taxidermista, permanece en un sitio que se llama “Centro Nacional de la salud de los ganados” (SIC) o Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA) . Tenía, como podremos comprender, a un ordeñador cuidador que se llamaba Arnoldo Carreño, que debía generar cada 6 horas, un informe sobre la salud de Ubre Blanca, para que se le informara al comandante Castro, quien le dedicaba discursos y era motivo de visitas frecuentes, incluso con mandatarios extranjeros. En ese parto, el de Camaraco Tropical, se dice que la ubre de esta vaca alcanzó una circunferencia de 2 metros con evidente descolgamiento de sus ligamentos suspensorios que ya le estaban generando severos problemas.

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Pero, ¿cómo llegaron a Ubre Blanca? Pues todo inicia con la importación de un toro Holstein procedente de Canadá que se llamó Rosafé Signet, que compartía el prefijo de otro muy famoso que se usó mucho en México que se llamó Rosafé Citation… con una historia muy interesante que contar y que de una vez resumo… En 1958 en la llamada subasta de las estrellas, en Toronto, Canadá, se vendió a Rosafé Citation en la increíble suma, para aquellos tiempos, de 30 mil dólares, lo que motivó que el semen de este toro se cotizara en 7 dólares cuando el precio que corría era de 2 dólares, pero con todo, se empezó a usar profusamente hasta que se descubrió que tenia un gen recesivo rojo, lo cual era indeseable, y por esa sencilla razón se le devolvió Citation al Sr. H.J Wilcox, quien lo había consignado. En 1961, los Wilcox le vendieron a Don Marcos Ortiz (del rancho Santa Mónica) al famoso Citation en 33 mil dólares y fue así que llegó a México. Años después, al ver lo que estaba produciendo en la ordeña y en la pista, los canadienses trataron de regresarlo a Canadá sin éxito. Volviendo a Ubre Blanca, Rosafé Signet se adquirió justo en esa época en que se desintegró la prestigiada granja Rosafé en Canadá y se empezó a usar en vacas locales con la finalidad de formar en el tiempo, una vaca 5/8 Holstein 3/8 cebú y crear la raza Siboney, y a la par, la cruza de 5/8 de Holstein con 3/8 de criollo para formar la raza Taino con el objetivo de llegar a producir más leche que Holanda y más queso que Francia y, en teoría socialista, leche suficiente para todos los niños de Cuba, cosa que nunca pasó, incluso desde Ubre Blanca, la ganadería cubana de leche murió junto con ella, al grado de que hoy, el gobierno cubano necesita importar miles de toneladas de leche anualmente para satisfacer las necesidades mínimas de su población. Hay una anécdota de la época en que estaba por morir Rosafé (como le decía Castro); quería que se hiciera una escultura del toro, considerado como el padre de la ganadería cubana que Castro quería inmortalizar, de manera que le pidió a una renombrada artista cubana la hiciera, con todas las dificultades técnicas que eso representaba y ya cuando los trabajos estaban para fundirse en el único taller de fundiciones que quedaba en la isla, Castro decretó su épica “Ofensiva Revolucionaria” donde expropió más de 50 mil negocios aún vigentes en la isla, entre ellos, el taller de Nodarse, que así se llamaba la fundición que evidentemente cerró y no se pudo hacer la anhelada escultura. Un tiro en el pie. Ubre Blanca es una vaca envuelta entre cuentos y ciencia, distractora de la realidad en un momento importante de la historia cubana, frecuente socialité de las planas del diario oficialista Granma que destacaba desde la foto de un pezón en su primera plana, hasta las albricias de sus partos a ocho columnas destacando “Parió Ubre Blanca” sin olvidar el obituario con poemas el día en que murió. En fin, en esta columna de noviembre, frivolizamos el tema de la ganadería porque también merecemos un momento de distracción para que la yunta siga andando…

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