Edición especial jóvenes

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AÑO 0 • NÚMERO 02• AGOSTO 2017



Perfil de una joven literatura (detalle)

U

n grupo puede ser la soga que ayude a mantenerte cerca de tierra firme: colectividad que salva, que mantiene a flote, pero también en la que se aprende y se crece en conjunto, con la que uno se forja, es el fight club en el que uno se expone, pero jamás se está solo. Son los infras partiéndole la madre a Paz, los beatniks, los José Agustín o Parménides Saldaña, la espiga amotinada o el crack. No obstante, pareciera que los escritores jóvenes han optado por una colectividad sin centro: ¿será ésta la característica que marque los siguientes años de la literatura joven mexicana?

Con la intención de hacer una breve muestra de autores de treinta años o menos, que comienzan a despuntar dentro de un complejo panorama social y cultural, hacemos este esbozo que no va más allá de ir generando una idea de lo que encontraremos si de jóvenes escritores queremos leer. ¿Cuáles son las posibilidades que tienen los escritores para publicar en sellos editoriales reconocidos? No muchas veces es sencillo, aunque gracias a algunos premios que respaldan propuestas jóvenes hay obras que consiguen ver la luz, tal es el caso de Aura Xilonen Arroyo (Ciudad de México, 1995) quien ganó en 2015 el Premio Mauricio Achar de Literatura con la novela Campeón Gabacho; Paulina del Collado Lobatón (Ciudad de México, 1990), ganó el Premio El Barco de Vapor México 2014 con El extraño caso de Santi y Ago; Jaime Velasco Estrada (Chiapas, 1988) obtuvo el Premio Internacional de Narrativa de Editores Siglo XXI en 2012 con ¡Despierta ya! Otro escritor cuya ópera prima ganó el Premio Nacional de Ensayo Joven

José Vasconcelos en 2014 fue Erik Alonso (Ciudad de México, 1988) con su libro Los procesos. Otra obra que mereció reconocimiento, en este caso el Premio Ópera Prima de Ensayo convocado por el Gobierno de Michoacán, fue el libro El equívoco cervantino de Pierre Herrera (Morelia, 1988). El boom de editoriales pequeñas o independientes también está ligado a la diversificación de voces jóvenes, como el caso de Clyo Mendoza Herrera (Oaxaca, 1993) cuyo primer poemario, Anamnesis, fue publicado por Editorial Cuadrivio; Eduardo de Gortari (Ciudad de México, 1988), quien ya había publicado dos poemarios, publicó su primera novela, Los suburbios, con la editorial chilena Cuneta. Otros nombres que despuntan en este mosaico en ciernes, y que ya es bastante amplio, son Tania Carrera (Ciudad de México, 1988), que ha publicado Espejos y Un dios lubricante; Jazmina Barrera (Ciudad de México, 1988) con sus libros Cuerpo extraño y Cuaderno de faros, y Xel-Ha López Méndez (Guadalajara, 1991) quien consiguió el Premio Nacional de Literatura para Jóvenes muy Jóvenes en 2006, y escribió Cartas de amor para mi amigo cerdo y A mis nuevos amigos inmortales. Dentro de esta generación, la tragedia no queda exenta. Recordamos a Gerardo Arana Villarreal (Querétaro, 1987-2012), quien cumpliría treinta años este año. Fue seleccionado

de manera póstuma para integrar la antología México20. Es autor de La máquina de hacer pájaros, Neónidas 2006-2008 y Bulgaria Mexicalli.

Muchos nombres hacen falta en este breve repaso, los aquí mencionados tienen publicado al menos un título, pero faltan quienes tienen su obra desperdigada en blogs, revistas o antologías. Nos queda claro algo: una cuartilla no es suficiente para mostrar un panorama cabal de las letras jóvenes que comienzan su tradición. Aguardemos las páginas siguientes. + Por R. R. Fullton


EDITORIAL LA MÚSICA QUE CAMBIA AL MUNDO

CONTENIDO EL PERFIl DE...

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Quisimos editar una publicación que pudiera incitar el amor a la lectura en edades jóvenes. Ahora es el mejor momento para estar vivos, todo lo podemos conseguir, y con tal entusiasmo desarrollamos un contenido donde demostramos el gran romance que existe entre la música y la literatura, temas que si nos atrapan desde chicos no nos dejarán nunca y nos podrán ayudar en momentos donde todo se oscurece.

RAQUEL CASTRO

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Bef nos platica acerca de la unión de los cómics con la música, y algunas excentricidades, como la del cómic encargado por Alice Cooper a Neil Gaiman. Nos adentramos en el mundo de las sagas literarias y la adicción que nos generan, para pasar por un playlist literario. Hablamos con Raquel Castro y Armando Vega-Gil, para después visitar los clásicos que hay que leer antes de cumplir 20 años. A veces parece que hay algo o alguien que quiere detenernos, evitar que lleguemos a las metas que nos ponemos, cumplir esos sueños que anhelamos. ¡Nunca lo permitas! Lee estas páginas y viaja con ellas por la música que tantas veces ha roto paradigmas y derribado complejos, que ha contagiado de amor y fuerza a mentes que han cambiado la historia y ha sido fuente de inspiración de innumerables novelas, poemas, esculturas y pinturas. La música nace de fantasías, como las hadas y sus polvos mágicos, y te lleva a concretar realidades que van más allá de lo imaginable. Escucha, observa, lee todo lo que te rodea. Cuestiona, aprende y viaja, aunque no te muevas. Enciende tu curiosidad, súbele el volumen a tus sueños y baila siempre al ritmo de tu corazón. Jóvenes, demuéstrenos que lo mejor está en sus manos, no dejen de soñar y realizar sus deseos.

una joven literatura Entrevista

CLÁSICOS ANTES DE LOS 20 08 América Gutiérrez

Coeditor Angélica Fajardo C. angie@revistaleemas.mx Coordinador editorial Rolando R. Vázquez Mendoza rolando@revistaleemas.mx

ROCKÓMICS

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ARMANDO VEGA-GIL

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LITERATURA Y MÚSICA

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HAGAMOS NUESTRO EL PORVENIR

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Directora de marketing Beatriz Vidal De Alba beatriz@revistaleemas.mx

NIÑAS REBELDES

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Difusión y promoción Fabián Vásquez fabian@revistaleemas.mx

BILLIE HOLIDAY

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EL BESTIARIO

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SAGAS

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Consejo editorial Alberto Achar Jorge Lebedev

PLAYLIST LITERARIO

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Fotógrafo Ciro Costantini phcirocostantini@hotmail.com

Bernardo Fernández Entrevista

Axel Arturo Barceló Aspeitia

Rolando Vázquez Savhi

Angélica Fajardo Savhi

Raquel Castro Ricardo Otero

Directora de arte Cinthya I. Hernández García cinthya@revistaleemas.mx Diseño Valeria Moheno Lobato valeria@revistaleemas.mx

Editor web Ulysses Avath ulises@revistaleemas.mx

LA ROCKOLA DE MALPASO

28 DAME PALABRAS Y TE DARÉ 30 MÚSICA Ulysses Avath

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En portada: Foto: Ciro Costantini Locación en JabaLee Studios

Directora general Yara Sánchez De La Barquera Vidal yara@revistaleemas.mx

Tiraje mensual de 60 mil ejemplares

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Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De La Barquera Vidal, Información: (55) 5413 0397, Ventas Publicidad: (55) 5335 1327. Editado por www.taraediciones. com Correo electrónico: leemas.gandhi@gmail.com, Distribución: Librerías Gandhi, S.A. de C.V., Dirección: Benjamín Franklin 98, Piso 1 y 3, Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, 11800, Mexico, D.F. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Certificado de Licitud de Título No. 14505 y Certificado de Licitud de Contenido No. 12078 expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa e impresión: Multigráfica Publicitaria S.A. de C.V. en Avena núm.15 Colonia Granjas Esmeralda. Iztapalapa. C.P. 09810, México D. F. Título incorporado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa e indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones correspondientes. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. Librerías Gandhi y la casa editorial se deslindan de los mensajes expresados en los espacios publicitarios cuya responsabilidad pertenece al anunciante. Hecho en México.

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ENCUÉNTRANOS A NIVEL NACIONAL EN: Cine Tonalá • Cineteca Nacional • GritaRadio (Universidades, preparatorias CDMX y área Metropolitana) • Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en Bellas Artes • Orquesta Sinfónica de Minería • OFUNAM •Teatro de la Ciudad Esperanza Iris • Colegio Nacional • SAE INSTITUTE • UNAM • Universidad IBERO • Universidad ANÁHUAC del Norte • Instituto Mexicano Norteamericano Relaciones Culturales (Monterrey) • Casa LAMM • Biblioteca José Vasconcelos • Foro Shakespeare • Museo Nacional de Culturas Populares • Museo Franz Mayer • Centro Cultural España • CONARTE (Monterrey) • CENART• MUAC • Museo Jumex • Museo El ECO • MUCA Roma • Museo Universitario del Chopo • Museo Soumaya “Loreto”• Museo Rufino Tamayo •




S

i ganar el premio internacional Gran Angular ya es una proeza, ¿qué otro escritor de literatura juvenil puede presumir de, además, haber sido galardonado con el Premio Nacional de Periodismo durante dos años consecutivos? Esa persona es Raquel Castro, escritora fresca, llena de vitalidad, juventud y esa curiosidad por la música, los relatos fantásticos, el horror, la comida y el amor que surge a borbotones en la adolescencia, pero que ella ha vuelto una filosofía de vida y un lenguaje literario. Raquel es una prolífera cuentista: ha participado en un vasto ramillete de antologías, pero las que más me cautivan son “Hijo de lechero” en Encore (2015), una serie de cuentos basados en el rock, publicada por Resonancia, y “El plan perfecto”, que forma parte de Así se acaba el mundo (SM Ediciones, 2012). En Un beso en tu futuro, su más reciente novela después de Ojos llenos de sombra, que le mereció el premio Gran Angular 2012, conocemos a Nancy, una jovencita de 13 años (ese número fatídico puesto justo al inicio de la escalada de la adolescencia) que acaba de descubrir, para su horror, que está enamorándose de Jonathan, su mejor amigo desde la niñez. “En apariencia, hoy la adolescencia es muy distinta de como fue en mis tiempos”, dice Raquel Castro mien-

tras platicamos en la librería un viernes por la mañana, y continúa: “pero si le rascamos tantito descubrimos que lo que realmente importa, lo significativo del ser humano, no ha cambiado: seguimos viviendo adolescencias en las que tu cuerpo, tu mente y tus gustos cambian, y no hay referentes, porque los que tenías ya no sirven”, como le sucedió a Nancy, que nunca se imaginó que el chiquillo enclenque delante del cual no le daba pena ensuciarse de lodo ni llorar por cualquier cosa, ahora sea la persona de quien espera la opinión más importante sobre su persona. Lo distinto son los desafíos que enfrentan los adolescentes hoy. “A generaciones anteriores nos tocaba sufrir porque no había suficiente información. Los adolescentes ahora tienen acceso a toda la información. Si sabes buscar, puedes encontrar desde un manual para hacer el mejor maquillaje retro hasta cómo elaborar bombas o suicidarte. Y entonces el reto es: ‘Cómo discierno de entre toda esta información cuál es real y cuál no, cuál me sirve y cuál no, cuál es peligrosa… Sí, lo puedo hacer pero, ¿me conviene hacerlo?’ Tener tanto dato, entonces, te vuelve tan ignorante como a nosotros el no tener ninguno”, explica la autora.

mestres de Medicina: “No quería que Nancy buscara en Yahoo Respuestas, porque además eso ya es pura chacota, primero pensé que podía ser la mamá y se me hizo muy ñoño. Y la verdad es que en la adolescencia uno no suele apoyarse en los papás. Pero sí puede haber una tía loca que te ayude, y en vez de regañarte te escuche, o la hermana mayor, que es capaz de escuchar sin juzgar y que para mí es el adulto que todos deberíamos ser, el adulto que admite que no lo sabe todo y que también tuvo problemas, que los sigue teniendo, que no tiene todas las respuestas y puede decir ‘¿Sabes qué? Cuando yo me enamoro, también me pongo tonta’”. Como ya es muy de Raquel Castro, la historia lleva sabores y aromas culinarios, y una selectísima música que atraviesa la brecha generacional: desde los Hermanos Carrión hasta Johnny Cash haciendo un cover de Nine Inch Nails. Quien ya fue adolescente degustará a un nivel muy profundo esta historia para descubrir o desmentir el augurio que pende sobre la humanidad entera. + Por R. de la Lanza @rdelalanza

En la novela, Nancy, víctima de todas sus inseguridades y cambios, opta por recurrir a su hermana mayor, que está estudiando los últimos se-

Preguntas rápidas Tu héroe o heroína de la infancia: “Eowyn, de El señor de los anillos”. El libro que no volverías a leer: “Ájale, está difícil: Heidi, sufrí mucho”. Tu banda musical favorita: “Sisters of Mercy”. Tres libros que hayas leído que te hayan marcado: “El señor de los anillos, me enseñó que aunque sea ficticia, hay realidades ficticias, que puede haber mundos que son detalladísimos y que son donde te gustaría vivir.

Celia y lo que dice, de Elena Fortún, escrito en los años veinte en España, es infantil, pero habla con tanta honestidad y frescura el lenguaje de los niños, que dices: ‘Ay, mira, la literatura infantil no es poquita cosa’. Los mejores cuentos negros y fantásticos, de Jan Pey, es el libro al que regreso una y otra vez. Me enloquece porque cada vez me vuelve a dar miedo. Son unos cuentos bien loquitos y me dan mucho al lado oscuro”.


Veinte clásicos que leer antes de los 20

H

acer una lista es una acción más práctica que académica, es un acto de recolección, memoria y sacrificio (siempre queda algo fuera). En palabras de Umberto Eco, la lista es el origen de la cultura, es una forma de enfrentar al infinito. Esta es una insolente selección de lecturas clásicas para leer antes de veinte tener. 1. La isla del tesoro Si de niño te fascinaban los piratas, en la adolescencia no hay nada más políticamente incorrecto que mantenerse fiel a los galeones, viajes, tesoros y tabernas. Stevenson se preocupa por un tema crucial: el problema de crecer. 2. El retrato de Dorian Gray El joven galán victoriano Dorian Gray se preocupa por vivir al límite condicionado por la fugacidad de su belleza y juventud. Cualquiera que tenga más de 13 años debería leerlo. 3. Los de abajo Novela realista, dramática y esclarecedora del movimiento revolucionario mexicano, ¿por qué leerlo antes de los veinte? Para no repetir la historia. 4. Orlando Este libro desafía los estereotipos de género y muestra en todo su esplendor el asombroso ingenio sarcástico de Virginia Woolf. 5. Romeo y Julieta Sabemos que la historia de Romeo y Julieta terminará en tragedia. Los amantes serán castigados no por sus defectos, sino porque el destino está en contra de ellos. Para identificarse antes de cumplir la veintena.

6. Los recuerdos del porvenir Marca un antes y un después en la literatura mexicana escrita por mujeres de la época. Nadie puede resistir tan poderoso inicio: “Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Sólo mi memoria sabe lo que encierra” Antes de los veinte, todos nos sentimos así. 7. 1984 Este libro describía en su momento la peor sociedad posible en un futuro lejano: cuenta cómo en el régimen totalitario del Gran Hermano todo el mundo es observado y grabado en todo momento. El pensamiento crítico, los sentimientos y el libre albedrío deben suprimirse. 8. De la Tierra a la Luna El exceso de información y tecnología evita el asombro, razón por la que es necesario leer esta novela “futurista”, publicada en 1895, que aún le hace cosquillas a la imaginación. Jules Verne es una especie de anticipador, que describió con gran detalle la carrera espacial un siglo antes de que sucediera. 9. Los tres mosqueteros Tras una aparente fachada de héroes románticos, los tres mosqueteros son personajes genuinamente humanos, con más defectos que virtudes. Dumas entrelaza las vidas y acciones de héroes ficticios con importantes figuras históricas. 10. Complot mongol Una exótica novela negra mexicana que merece lectores jóvenes. Descubrir la vertiginosa y poco conocida obra de Rafael Bernal antes de los veinte es una delicia.

11. El libro de la selva Si te quedas con cualquier versión de la película, te arrepentirás. Esta novela corta es una de las lecturas más oscuras en la historia de la literatura. Kipling cuenta la historia un pequeño que debe entender y sobrevivir a la “Ley de la Selva”. 12. La abadía de Northanger Pieza rara en la literatura de Jane Austen. Catherine es una joven lectora de novelas góticas que vive una especie de comedia de equivocaciones al ser confundida con una rica heredera. Quizá es la novela más irónica y divertida de la autora inglesa. 13. Ensayo de un crimen Antes de Psicópata americano, un dramaturgo y escritor mexicano, llamado Rodolfo, Usigli escribió un relato acerca de un hombre obsesionado con ejecutar “un asesinato perfecto”. Esta novela impresionó tanto a Luis Buñuel que la adaptó al cine. 14. Huckleberry Finn Humor crudo y sorprendentemente maduro. Twain escribió una novela crítica que tiene personajes adolescentes que te acompañarán toda la vida.


15. Casi el paraíso Asesinatos, saqueo y traición, son los ingredientes de una trepidante novela escrita por Luis Spota, ubicada en ambientes conocidos y con personajes tan reales que podríamos toparlos en cualquier calle del país. 16. Pedro Páramo Como Juan Preciado, hay que visitar Comala, ese pueblo vacío y misterioso, en donde vivos y muertos conviven rutinariamente. 17. Alicia en el país de las maravillas Criaturas extrañas y un mundo de fantasía que genera las más descabelladas preguntas, especialmente acerca de crecer y transformarse. Si no lo leíste de niño, antes de los veinte es el momento.

18. Moby Dick La historia del capitán Ahab y la ballena blanca que ha inspirado películas, series de tv, música, cómics y hasta dibujos animados. El libro guarda muchas sorpresas, ¡descúbrelas! 19. La invención de Morel Bioy Casares nos dio una de las obras más singulares de literatura fantástica, en donde se tocan temas tan provocativos como la inmortalidad, la soledad y el control. 20. Los sufrimientos del joven Werther Conocemos al protagonista gracias a sus cartas, en las que descubrimos que, a pesar de la intensidad juvenil, lo racional invalida la emoción en buena parte de la historia. Sin embargo, más adelante la pasión le roba todas las fuerzas a la razón y la impulsa a su destrucción. Este relato de iniciación debe ser leído antes del vigésimo cumpleaños. + Por América Gutiérrez Guionista y asesora literaria


Desde hace más de 120 años han intercambiado recursos narrativos con absoluto desparpajo; sin embargo, la relación entre la música y los cómics no es tan obvia. Dennis Gifford, decano de los historiadores del arte secuencial, refiere que fue en 1948 cuando apareció en los quioscos estadounidenses Juke Box Comics, revista que publicaba biografías de músicos famosos en formato de historieta. Fue en 1959 que DC Comics lanzó una revista mensual protagonizada por Pat Boone (tatarabuelo de Justin Bieber), quien además escribía las editoriales de cada número. A partir de ese momento, la presencia musical, especialmente del rock y el pop, ha sido constante en el mundo de los cuadritos.

L

a relación entre el cine y los cómics es evidente al primer vistazo. Siendo ambos de las bellas artes más jóvenes (nacidas con un año de diferencia a finales del siglo xix), siempre se han comportado como los hermanitos menores, con una complicidad que no comparten con los más grandes de la familia.

Con mayor o menor fortuna, diversos intérpretes y agrupaciones han encarnado en sus versiones dibujadas. Hay músicos que parecían salidos originalmente de una historieta, por lo que su tránsito a las páginas de un cómic era casi un paso natural. Durante los años sesenta ocurrió un peculiar cruce entre estos dos medios: en los cómics de Archie, el célebre pelirrojo armaba una banda con sus amigos de Riverdale. Al trasladarse a los dibujos animados para la tv, en 1968, se grabó el sencillo “Sugar, Sugar”, cancioncilla fresona y pegajosa que se convirtió en un éxito instantáneo, que inauguró el fenómeno de las bandas virtuales, y que además encabezaría el Billboard durante cuatro semanas. También en la década de los años sesenta aparecieron en las páginas de Archie, Josie y sus Gatimelódicas (Josie and The Pussycats, en inglés), una banda de chicas con tanto éxito que tuvo su propia serie animada, y


habría de convertirse en otra banda virtual de mediano éxito. Es imposible abandonar la prodigiosa sexta década del siglo anterior sin mencionar la portada que dibujó Robert Crumb (padre de los comix underground¹) para el álbum Cheap Thrills, de Janis Joplin. El amargoso de Crumb siempre detestó el rock y desde entonces no pierde oportunidad de repetir que le pagaron una bicoca por el dibujo y que nunca le devolvieron el original. El propio Crumb es un músico bastante solvente y ha grabado varios discos de ragtime y bluegrass con su banda R. Crumb and His Cheap Suit Serenaders. Resulta casi obvio que Marvel haya publicado en los años setenta series tanto de Alice Cooper como de KISS, que ya parecían salidos originalmente del lápiz de Jack Kirby. Dato curioso: cuando Kirby se mudó a California en la década de los sesenta, se hizo muy amigo nada menos que de Frank Zappa. Y durante una gira de Wings, Paul McCartney pidió una ovación para Kirby, al que le había mandado boletos; luego lo recibió en su camerino. En los años ochenta, Madness editó algunos números del cómic Nutty Boys, protagonizado por los miembros de la banda, aunque se trata de una curiosidad más bien olvidable. Esa misma década atestiguaría el lanzamiento, en México, de un cómic protagonizado por el grupo Parchís, a la larga tan prescindible como la banda que lo inspiró. A riesgo de hacer montones de omisiones vergonzosas, me concentraré en algunos ejemplos notables de los años noventa a la fecha. Empecemos con Alice Cooper, que comisionó a Neil Gaiman y Michael Zulli la creación de un cómic que acompañó el lanzamiento de su álbum The Last Temptation (1994). Es en esos años que el rock nacional rindió un par de homenajes a la historieta: por un lado, Café Tacvba graba “Rarotonga” (1992), aludiendo al

personaje creado por Yolanda Vargas y Antonio Gutiérrez para Lágrimas y risas, y La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio hacen lo propio con “Solín” (1991), asistente del superhéroe Kalimán. Y la H.H. Botellita de Jerez grabó “El Santos contra la Tetona Mendoza” (1994), basada en la delirante tira de Jis y Trino, del mismo nombre. En 1998 el asunto de las bandas virtuales alcanzaría su cenit con Gorillaz, creados por Damon Albarn y el dibujante de cómics Jamie Hewlett (si bien nunca hubo una historieta previa con estos personajes). El espacio se agota. No quiero dejar de mencionar tres ejemplos poco conocidos, sabiendo que al publicarse este texto me lloverán reclamos por todos los olvidos que se convirtieron en omisiones. Primero, la serie Red Rocket 7, de Michael Allred, luminosa combinación de ciencia ficción con la historia del rocanrol, publicada en el formato cuadrado del lp. Asimismo, el efímero grupo Seduction of the Innocent, formado por varios guionistas y dibujantes, que solía tocar en las convenciones de cómics gringas (el equivalente a los Rock Bottom Remainders, la banda de Stephen King conformada por novelistas). Finalmente, mi conexión favorita entre los cómics y la música se llama The Umbrella Academy, serie de superhéroes deliciosamente delirante dibujada por Gabriel Bá, cuyos guiones son autoría de Gerard Way, líder de My Chemical Romance, el único historietista rockstar del mundo. Literal. + Por Bernardo Fernández, Bef* @monorama *Novelista y dibujante.

¹El comix o cómic underground (subterráneo) se refiere a las publicaciones que no seguían los cánones de edición, impresión y distribución de las grandes editoriales de Estados Unidos de América en los años sesenta.


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a que suena el alma? Armando Vega-Gil y La música de las esferas

“[…] y en el medio pende el huso inquebrantable de la Necesidad, que ella hace girar sobre sus rodillas para mantener rotando a los ocho variados círculos de colores. […] Con cada círculo gira una Sirena, cantando una sola nota, de modo que las ocho voces se mezclan en armonía para crear la Música de las Esferas”. Platón. “La República”

n

o puede pensarse en Armando Vega-Gil y no contemplar la música. Pero Armando es mucho más que un músico, un escritor, un artista. Es la suma de sus propios círculos, de sus propias esferas, que han compuesto lentamente la sinfonía de su vida: “A mí me atrae mucho todo el asunto de la música de las esferas, del cosmos vibrando con ondas electromagnéticas gravitacionales y quizá yo estoy buscando eso, esa música perfecta y gloriosa que tiene que ver con el amor, con la amistad, con la solidaridad, pero también tiene que ver con el odio. La muerte también es una música esférica perfecta; la suma de todas las músicas de las esferas es el silencio absoluto.” Cada uno de estos conceptos son parte de la serie de relatos que forman la última publicación de Vega-Gil, La música de las esferas. Las historias cortas retratan situaciones cotidianas que pueden parecer triviales, pero que en el fondo hablan de momentos de cambios drásticos, o como él lo dice, de inauguraciones: “Digamos que el libro trata de eso: son relatos que tienen que ver con la música pero siempre están inaugurando algo, no son de paso. A veces tú decides llevar cierta línea de vida y las cosas que van ocurriendo son complementarias al camino, pero estas cosas que voy señalando en el libro son fundamentales.” Un encuentro accidentado con CriCri, un dedo malherido a causa de una bicicleta, un viaje alcohólico a Paracho, amores fugaces y mal correspondidos, duras despedidas a amigos entrañables. Todo enmarcado con canciones e instrumentos que definieron cada momento. “Siempre tuve en la cabeza la idea de hacer un libro sobre mi relación con la música. Este libro me tardé como cuatro o cinco años en hacerlo, y me dio la oportunidad de hacer

una reflexión emocional. Yo preparo el ambiente para que mi corazoncito salga por ahí rebotando. […] Aquí estoy más preocupado por lo que sentí, por lo que el recuerdo me provoca. Me estoy dando la oportunidad de explorar dentro de mí y todo lo que ocurre en las historias tiene que ver con eso. A final de cuentas, yo pongo un escenario, pongo la acción, hay un hilo conductor, hay un relato dramático, pero yo estoy ahí apostando por descubrir qué me está pasando.” Todos hemos pasado por momentos de confusión y aprendizaje. Armando, Armandito, el chavito, el adolescente, el adultescente, también ha estado ahí, como tú y como yo, viviendo con el corazón brincando de alegría, o los ojos llenos de lágrimas y los puños cerrados. “Estoy haciendo un mapa de la gente que sigue conmigo y la gente que se va. Es una ‘agenda’ que tiene que ver con el dolor y con el amor que les tuve y que les tengo y lo ejemplares que han sido. Mucha gente que me ha hecho muchísimo daño me ayudó a crecer, pero también la gente que se va me hace pensar en lo que me regalaron, en lo que me enseñaron. El libro está muy a flor de piel, muy en carne viva. Resultó ser algo muy sensible, muy demostrativo de quién soy y cómo soy”. Ser niño, ser joven, crecer, estar vivo. En nuestras historias habrá de todo. Leer La música de las esferas es una aventura desordenada y entretenida que recuerda que no todo es tan en serio, no todo está perdido, la vida tiene de todo. Vega-Gil abre la puerta de su alma, y como mensaje particular para ti que lees esto, te deja un abrazo y la certeza de que todo estará bien. + Por Angélica Fajardo

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L it e r at u r a

y música A

finales de los años setenta, Bruce Springsteen mantenía en secreto su noviazgo con la fotógrafa, directora de arte y promotora de artistas Lynn Goldsmith, quien no quería ser conocida como “la novia de Springsteen”, sino por sus logros artísticos y comerciales. Un día, Goldsmith tenía que fotografiar a Randy Newman, del cual Springsteen era un gran fan, y el cantante insistió en quedarse a conocerlo; para que la dejara hacer su trabajo, Lynn logró convencerlo de que si se quedaba en el cuarto contiguo mientras ella trabajaba le pediría a Newman tomarse unas fotos con la chamarra de cuero de Bruce. A fin de cuentas, Newman posó para unas pocas fotos con la chamarra (que no sabía que pertenecía a Springsteen), pues no aguantaba el olor que desprendía la prenda. En un par de libros autobiográficos (Photodiary y Rock and Roll Stories), Goldsmith nos cuenta su vida en el mundo del rock y el pop mediante anécdotas como ésta. Existen docenas de libros para ver y leer acerca de la música, no sólo libros de fotografía que documentan el mundo de los escenarios y los estudios de grabación, sino también libros dedicados a la parafernalia visual que rodea la música: portadas de discos, pósters, volantes y playeras. Hay biografías de músicos e historias de géneros enteros; acerca de giras en camionetas en mal estado y conciertos en estadios multitudinarios; en torno a bancarrotas y discos de platino; de álbumes y senci-

llos. En particular, me encantan los libros referentes a sellos discográficos, como Screaming Life: A Chronicle of the Seattle Music Scene, de Michael Azzerad y Charles Patterson, acerca de cómo, a principios de los años noventa, Sub Pop¹ aprovechó los prejuicios que la prensa inglesa tenía de Estados Unidos para revolucionar el rock en el país. O Our Noise: The Story of Merge Records, the Indie Label That Got Big and Stayed Small, de John Cook, acerca de cómo Merge Records ha sobrevivido como sello independiente pese a la crisis económica que ha arrasado con tantos otros sellos de su mismo tamaño. O Nuestro grupo podría ser tu vida. Escenas del indie underground norteamericano 1981-1991 también de Azerrad, que nos cuenta los altibajos de sellos seminales del poshardcore estadounidense, como Dischord, K, SST y Touch & Go. Pero la música también está presente en la literatura y la ficción está llena de escenas inolvidables en las que la música tiene un papel central: como Patrick Bateman y sus acompañantes, aburridos, abandonando sus lugares de primera fila para un concierto de U2 en Psicópata americano, de Brett Easton Ellis. Generaciones más jóvenes tal vez recuerden a Eleanore escuchando a The Smiths por primera vez en el walkman de Park, sentados en el autobús que los lleva a la escuela, en Eleanor & Park, de Raimbow Rowell, o a Ellie rompiendo el cristal

del escaparate de la tienda de discos el día que Kurt Cobain murió, en Un gran chico, de Nick Hornby. A su manera, cada una de estas escenas nos dice mucho de las jóvenes que estelarizan sus respectivas novelas: mientras que la Eleanor de Rowell es callada e introvertida, la Ellie de Hornby es estridente e incontrolable, y no podríamos entender plenamente la diferencia de carácter entre ambos personajes si no conociéramos lo distinto que suenan The Smiths de Nirvana. Otra manera en que la literatura y la música interactúan es mediante un diálogo de referencias mutuas. Muchas bandas populares tienen referencias literarias en su nombre: Speedy Ortíz, Los de Abajo, Modest Mouse, Duncan Dhu, etc., y viceversa, muchos literatos nombran sus libros a partir de referencias musicales, desde Jay McInerny, que tomó el nombre del blues “Bright Lights, Big City” de Jimmy Reed para su novela de 1984 referente a los yuppies, a Haruki Murakami que hace referencia a Norwegian Woods de The Beatles para titular su novela de 1987. Pero mi favorita tal vez sea Novia en coma, de Douglas Copeland, quien no sólo toma de The Smiths el título de su novela, sino que intercala otros nombres de canciones del grupo inglés a lo largo del texto. Mención especial merecen también las fabulosas bandas que nos ha ofrecido la ficción, desde Los reyes del mambo, en Los reyes del mambo cantan canciones de Amor, de Oscar Hijuelos, a la banda Los hijos del ácido, protagonista de Las Jiras, de Federico Arana, pasando por Zafiro Neón, presente en Ritornello: Otra canción pegada a la memoria, de Hugo Galván, y Missiles of October, del cómic Love and Rockets, de los hermanos Hernández, entre muchos otros, cuya música nos apasiona sin que le corresponda ningún sonido, lo que demuestra, una vez más el prodigioso poder de la palabra escrita. + Por Axel Arturo Barceló Aspeitia

¹Sello discográfico independiente con sede en Seattle, USA.



L

a primera ocasión que José Revueltas fue llevado preso no tenía la mayoría de edad. Con los años, la reclusión por su activismo se volvería un paso casi infaltable en su carrera como militante de izquierda. Revueltas pisó múltiples prisiones (desde las Islas Marías hasta Lecumberri), en muchas ocasiones repartidas en periodos de distinta duración, siendo el más largo cuando fue detenido a finales de 1968, una vez masacrado el movimiento estudiantil. Junto con los estudiantes se mantuvo cauteloso después de los acontecimientos del 2 de octubre, porque sabían que los estarían buscando, pero sus precauciones no fueron suficientes. Durante su estadía en Lecumberri, Revueltas defendió su crujía y las de sus compañeros, de los presos comunes que eran inci-

Hagamos nuestro el porvenir


tados por la policía para saquear las pertenencias de los presos políticos; manuscritos y libros robados o deshechos, entre golpes y amenazas, eran el saldo de aquellas intervenciones. No obstante, Revueltas pudo finalizar una de sus novelas más representativas, El apando, en la que trata el tema de la cárcel, extrapolándolo a la vida en sociedad. En la novela de personajes mutilados, deformes, de abuso de poder, de confrontaciones y engaños, Revueltas hace una condensada crítica a la condición social, temas que siempre le rondaron la cabeza. En 1975, un año antes de su fallecimiento, Felipe Cazals llevó la novela al cine, con la ayuda de José Agustín y del mismo Revueltas en la adaptación del guión. Revueltas llevaba lo indomable en el apellido. Sus hermanos fueron también destacados militantes que construyeron vasos comunicantes entre sus posturas políticas y su arte: Fermín en sus pinturas y murales, mientras que Silvestre en su música y sus composiciones. De José queda leer los tomos que dejó escritos entre ensayos, novelas, guiones, cuentos y obras de teatro. Por aquella década caracterizada por la disidencia no sólo en México, sino como una chispa que se encendió en todo el mundo, hubo otro José que tampoco debería pasar desapercibido: José Agustín. En los años sesenta, fue un ferviente defensor de Revueltas y su obra filosófica y literaria. De carácter irreverente, Agustín comenzó su carrera literaria desde muy joven (a los 20 años ya había publicado su primera novela: La tumba), al lado de otros escritores no mucho mayores que él, como Parménides García Saldaña, Gustavo Sainz y René Avilés Fabila, grupo que tuvo la gracia de ser bautizado por Margo Glantz como la Generación de la onda. Hay una característica curiosa en los nombres que hasta aquí han desfilado, y no es por la posible empatía y postura política que de manera muy probable compartían (por lo menos

así sucedía con Revueltas y Agustín, y no sólo el nombre), sino en la jovialidad que a uno lo mantenía siempre activo, vital, y a los otros los embriagaba de osadía. José Revueltas fue una persona taciturna cuya mente nunca reposaba, incluso llegó a mantenerse trabajando horas seguidas sin buscar descanso hasta pasados dos o tres días, y entonces sobrevenía el cansancio y las exigencias orgánicas no daban tregua. Por otro lado, José Agustín fue un escritor precoz, apenas unos pocos meses más joven que Parménides García Saldaña, escritor con el que creció y que representó a su generación con su novela Pasto verde. García Saldaña fue reincidente carcelario y visitante del hospital psiquiátrico debido a sus arranques furibundos y destructivos, que poco a poco le costarían la soledad en la que pasó sus últimos días de vida. En los años finales de la década de los sesenta y los primeros de los años setenta, entre movimientos estudiantiles y la represión gubernamental, guerrillas, la radicalización de jóvenes desencantados y la Guerra Fría, la Generación de la onda intervino en la cultura nacional, y poco tiempo después, los infrarrealistas tomaron la ciudad por asalto. José Revueltas falleció en 1976, y ese mismo año, Roberto Bolaño publicó su primer libro de poesía: Reinventar el amor; se consolidó el acto que pasó a la historia como el golpe a Excélsior y Luis Echeverría terminó su periodo de mandato entre calumnias y poco respaldo por su partido, pero había una constante que unió aquel par de décadas: la juventud que buscaba su espacio en la historia, y así sucedería desde los años consecutivos hasta ahora. Acerca de ese afecto que arroba a la juventud, en 1827, apenas tres años antes de morir, William Hazlitt escribiría un breve ensayo titulado Sobre el sentimiento de inmortalidad en la juventud, en el que exalta la osadía temprana y la compara con las preocupaciones adultas. No omite hablar de su propio papel como simpatizante de los ideales de la Revolución francesa y cómo su pro-

pio ímpetu fue cambiando, cómo su mente fue abordada por angustias que antes no oscurecían su vitalidad. Es sabido que William Hazlitt murió solo y olvidado, de la misma manera en la que moriría Parménides García Saldaña más de un siglo después. Hazlitt escribe en su ensayo: “Los jóvenes son pródigos con la vida por la superabundancia que de ella tienen: los viejos son tenaces en esa misma cuenta, pues poca les queda y ni siquiera esa poca pueden gozar”, luego continúa: “Por mi parte, empecé a vivir con la Revolución francesa y aquel acontecimiento tuvo considerable influencia en mis tempranos sentimientos, como también la tuvo en los de otros. La juventud lo era doblemente entonces: era el amanecer de una nueva era”. Ése amanecer era parecido al que vieron en su tiempo José Revueltas y la juventud de los años sesenta, los que le siguieron en la década de los setenta y así sucesivamente hasta los que ahora, en estos impetuosos años, buscan su pedacito en la historia, aquella que fue declarada muerta hace algunos años. La literatura es un discurso en el que algunos escritores encuentran la manera de hacer circular sus ideas, de ponerlas a prueba y hacerlas dialogar con otras esferas. José Revueltas, Parménides García Saldaña, los infras y William Hazlitt hallaron en las letras una forma de cuestionar el poder tanto en el campo político como en el literario. Ahora, en las calles y en otros espacios públicos, ser joven es una señal de alarma, se ve con cierto recelo y sospecha; sin embargo, y ante todo, ser joven, diría el ensayista inglés aquí citado: “es ser uno de los dioses inmortales”, y por tal motivo, con toda la euforia que a ellos los caracteriza, es razón suficiente para no “ver límites a nuestros deseos y esperanzas”, para hacer nuestro el porvenir, pues como escribiera Revueltas en México 68: juventud y revolución, “ésta es nuestra bandera”, y no va a claudicar. + Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza


18

Historias de

sueños rebeldes L

a vida no sería vida sin sueños. Punto. Pero, ¿de dónde vienen los sueños? De donde menos lo imaginas o de donde más los buscas. De encontrarte con personas que se vuelven tus cómplices y hablan tu mismo lenguaje. De la página de un libro y el coro de una canción. En las historias inspiradoras de personajes increíbles o de gente como tú y como yo. Lo más bello de todo es que, así como aparecen los sueños, de cosas tan simples, resulta que pueden realizarse. Hay voces en nuestro camino que insisten en tratar de hacer que pensemos que nuestros sueños son imposibles, que no tiene sentido insistir, que es mejor conformarnos con la realidad que tenemos enfrente. A esas voces hay que callarlas y nunca tomarlas en cuenta. Por cada voz que intente apagar un sueño, habrá muchas más que te enseñen que no puedes equivocarte si quieres alcanzarlo. Piensa en que un día, dos amigas decidieron mostrarle al mundo su idea de contar historias para inspirar a otros, y además pedirles ayuda para conseguirlo. Su petición fue escuchada en todos los rincones del mundo, y superó su meta de fondos en la plataforma Kickstarter.

para ocupar las páginas de este libro y darnos a todos una vital lección: no te rindas. Parece casi imposible pensar que tú tienes algo en común con Hipatia, matemática y filósofa nacida por allá del año 370, con la científica Marie Curie, con la astronauta Mae C. Jemison, con la rapera Sonita Alizadeh o incluso con la reina Isabel I. Pero es más posible de lo que piensas. Cada una tuvo un sueño, como tú. Sus historias están ahora muy cerquita de ti, como un testimonio de que puedes soltar todo lo que te impide volar justo a donde quieres y nunca detenerte. Ellas están aquí para mostrarte que ser rebelde no es desobedecer por desobedecer, ser rebelde es seguir a tu corazón sin que te detenga nada, sin importar que a otros les parezca una mala idea, sin temer a lo que puede pasar. Y que además no importa que no seas una niña, si tienes un sueño, si tienes a alguien a quien quieres decirle que no renuncie, si dejaste tus metas guardadas en un cajón, este libro es para ti y este es el momento de cerrar los ojos e ir a donde quieras. + Por Savhi

Elena Favilli y Francesca Cavallo lo habían logrado, Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes era una realidad. Cien extraordinarias y valientes mujeres estaban listas

CUENTOS DE BUENAS NOCHES PARA NIÑAS REBELDES Elena Favilli/Francesca Cavallo PLANETA



Luces y sombras

Trazando la vida de Billie Holiday

P

areciera que las grandes estrellas tienen escrito en su destino que su vida no será nada parecido a un cuento de hadas. Queda ahí en el aire la duda de si los genios artísticos se ven beneficiados con sus tragedias personales, si éstas los llevan a lugares creativos que una vida sin sobresaltos no es capaz de conocer jamás. Ian Curtis, Kurt Cobain, Janis Joplin, Elvis Presley o Ray Charles fueron protagonistas de una vida que pareciera haber salido de alguna novela o película; una de las maravillas de esas historias de vida es que pueden convertirse justo en bellas películas o emotivos textos. Billie Holiday, una de las más bellas voces de todos los tiempos, inspiró al ilustrador José Muñoz y al escritor y guionista Carlos Sampayo, ambos argentinos, a contar la historia de la llamada Lady Day de una manera muy singular: un cómic. Muñoz y Sampayo llevan décadas colaborando juntos desde que crearon las historias del detective Alack Sinner en los años setenta, y decidieron plasmar pasajes de la vida de Billie, quizás por el amor que Sampayo siente por el jazz. El cómic Billie Holiday (Salamandra Graphic) está ilustrado con los clásicos trazos duros en blanco y negro de Muñoz. El manejo del contraste funciona a la perfección para transmitir los extremos de la vida de la artista, los excesos de alcohol y drogas, o sus desagradables encuentros con personas racistas. Hay partes relatadas por Alack Sinner, quien narra anécdotas de las veces en que pudo ver a la cantante, lo cual crea un vínculo con este per-

sonaje, y le da un toque de ambiente de novela policiaca que lo convierte en una mezcla ideal y casi un pegamento que impide despegarse del libro. No hay que dejarse engañar por la sencillez que aparenta el dibujo a simple vista, las figuras van tornándose más expresivas, los lugares parecen cobrar vida y las palabras son el medio para que todo esto ocurra. Seguramente la elección de los momentos de la vida de Billie Holiday habrá sido una labor cuidadosa y complicada por tantas anécdotas dignas de darse a conocer, pero pareciera que los que llegaron a estas páginas fueron justo los indicados para relatarse en un cómic, como si fuera la mejor manera de comprenderlos. Billie Holiday termina siendo el pase de entrada al mundo de claroscuros de la historia de esta enorme artista que marcó al mundo de la música para siempre. + Por Angélica Fajardo



22

El bestiario

Dragones

Las criaturas

que nunca existieron

S

eries de televisión como Game of Thrones o True Blood; incontables libros y películas que van desde Nosferatu hasta Crepúsculo. Cientos de cuentos de hadas y leyendas tradicionales. Seres de otros mundos como hombres lobo, hadas, elfos, brujas, cíclopes, unicornios, el minotauro o el kraken. ¿Te has preguntado de dónde surgieron estas criaturas fantásticas? Te platicamos un poco de algunas de ellas. + Por Savhi

El término dragón tiene sus raíces en la época medieval, y se refiere a una serpiente de fuego o una serpiente voladora. En la cultura china, los dragones son de gran relevancia y existen numerosas historias que hablan de ellos. Hay libros que tratan de familias que criaban dragones por su sangre para producir medicamentos. Debido a su apariencia de reptil, no es raro que haya criaturas que a lo largo de la historia hayan sido confundidas con dragones y quizá por eso existan tantos testimonios “reales” acerca de los encuentros con estos seres: Marco Polo describió unas gigantescas serpientes con patas frontales muy cortas; después de la invasión de Alejandro Magno a India, contaba historias de cómo vio un gran dragón que escupía fuego y vivía en una cueva; más tarde, los mandatarios griegos decían haber traído dragones vivos de Etiopía; en el medievo, los escandinavos hablaban de dragones acuáticos, y los vikingos colocaban sus figuras al frente de los barcos para asustar a los monstruos marinos; Carl Sagan, en su libro Los dragones del Edén, menciona: “la generalización de los mitos sobre dragones en las leyendas folclóricas de muchas culturas, probablemente no sea accidental”.


Vampiros

Sirenas

La figura del vampiro es quizá con la que estamos más familiarizados debido a su gran popularidad. La creencia generalizada muestra seres capaces de adoptar la forma de otros animales, generalmente murciélagos, que se alimentan de sangre y viven casi siempre de noche. Son inmortales y mantienen la edad en la que fueron transformados. Suelen ser extremadamente pálidos y tienen colmillos afilados que les permiten morder a sus víctimas para succionar la sangre. Huyen de la plata, tienen aversión al ajo y los símbolos sagrados, no se reflejan en los espejos ni proyectan sombra, y además duermen regularmente en ataúdes; sin embargo, el mito de los vampiros tiene sus variantes: en China o Filipinas, la historia cuenta que pueden adoptar forma de dragones o lagartos; en Japón son ánimas que deambulan sin pies; en Dinamarca o Noruega tienen la piel negra y huesos podridos expuestos.

Estas criaturas acuáticas con torso de mujer y cola de pez son conocidas por seducir a los marineros con su belleza e irresistible voz. En occidente, quizá la historia más conocida sea la de Hans Christian Andersen, publicada en 1837 y adaptada por Disney en 1989. Las sirenas aparecen en mitos de diferentes culturas, y no siempre tienen buenas intenciones o una connotación positiva. Los asirios hablaban de la diosa Derceto, considerada la primera referencia a una sirena; en la antigua Grecia se creía en el dios Tritón, el mensajero del mar; en algunas leyendas de Escocia y Gales, las sirenas entablaban relaciones de amistad o amor con los humanos. En Japón o Filipinas también existen referencias de criaturas con características muy similares a las sirenas de occidente. En Las mil y una noches hay también referencias a seres con poderes hipnóticos que atraían víctimas a sus trampas. Dentro de la tradición británica las sirenas son un mal presagio, indican una tormenta o un barco que se hundirá. Y continúa la lista con las rusalka rusas, la diosa Yemayá y la leyenda de Mami Wata en el folclor africano, o el mito de la sirena de Varsovia, que es el símbolo de la ciudad.


24

La saga i

de las sag T

engo una opinión impopular: creo que no cualquier libro puede tener continuaciones, puesto que, para que queden bien hechas no basta con que terminen cada volumen con puntos suspensivos, hace falta dosificar el desarrollo de los personajes y crear historias que tengan un final, pero que dejen algunos hilos sueltos que funcionen como puente para el siguiente volumen; tiene que haber cierto equilibrio entre su historia principal, la que avanza despacio de un libro al siguiente, y la trama particular de cada tomo, y debe planearse de modo que se pueda leer un sólo libro o todos de corrido, según las posibilidades y filias de cada lector. Uno pensaría que es cosa fácil, pero no todas las historias seriadas lo logran. Algunas se olvidan de la historia que debe crecer de un libro a otro y se estancan, o fluyen como con espasmos (largos periodos de estancamiento seguidos de breves y frenéticos avances) mientras que otras detienen la anécdota de alguno de los libros para hacer moverse esa historia de fondo, con lo que sólo consiguen que algunos de los tomos sean pesados, aburridos o de plano incomprensibles. Por supuesto que no todo mundo piensa así, y menos ahora que las sagas están tan de moda; de hecho, me preocupa que como lectores perdamos la capacidad de aceptar el punto final de una obra. Pero que conste que eso no significa que yo odie las series ni mucho menos, ¿eh? Por el contrario, hay algunas que me encantan. La primera que leí fue El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien, poco después de haber leído El hobbit, del mismo autor. Los leí en un par de sema-


interminable

gas interminables nas, sin descanso, porque me habían regalado los tres tomos. Lo malo fue que me aficioné a leer así las sagas: sin importar el estilo o el género, primero me aseguraba de tener todos los libros de la serie y luego comenzaba a leer de corridito. Así fue con Ellery Queen y Sherlock Holmes en mi época de historias de detectives; así fue también con los siete libros de Los Borodin en mi época de novela histórica ligeramente porno prohibida en casa. La primera serie que no leí de este modo fue la de Harry Potter, y la verdad es que odié la experiencia. No por Harry, que me cayó muy bien, ni por mi hermano que era el que los compraba y leía primero (aunque sí me caía gordo que leía muy despacio, para mi gusto), sino porque había que esperar eternidades entre libro y libro. Eso de terminar un tomo, cerrarlo y pensar: “¿Y ora qué hago en lo que sale el siguiente?” me ponía de muy mal humor, porque encima tengo mala memoria, así que si me ponía a leer un nuevo volumen eternidades después de haber terminado el anterior, sin hacer un repaso, sentía que se me escapaban cosas. Muchos años después le agarré el gusto a esa espera. Fue hace cosa de un año y fue culpa de El destino y la espada, cuarto libro de la saga El libro de los héroes, de Antonio Malpica. Yo estaba toda metódica, esperando la salida del quinto y último para echármelos de corridito, pero caí en la tentación con ese y me animé a leer lo que iba hasta entonces. El libro de los héroes combina elementos sobrenaturales con otros de novela negra, todo aderezado con referencias clásicas. Y lo más importante: logra el equilibrio del que les

hablaba al principio. En El libro de los héroes hay una trama de fondo emocionante, con un personaje que se da a querer desde el primer momento y que va madurando poco a poco a lo largo de los libros. Y al mismo tiempo, cada libro cuenta una aventura propia, cada una distinta a las otras, pero todas adictivas. Desde entonces me atrevo más a leer libros que formen parte de una serie aunque ésta siga en proceso. No me arrepiento, gracias a eso he disfrutado libros como Las espirales del tiempo, de Luis Panini, primera parte de la serie Los Cronopolios (estoy a la espera del segundo tomo), El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, primer tomo de la serie de Ransom Riggs (que no me encantó pero que sí me hizo pasar un buen rato, tanto, que estoy por leer el segundo) o la serie romántica Starcross, de Leisa Rayven, que combina humor, seducción y una visión femenina muy fresca, nada mojigata. Por supuesto, también me he llevado algunas decepciones, como la de saber que La doncella de la sal, de Francisco Haghenbeck, no tendrá las continuaciones que estaban previstas originalmente, y la lectura de varias series que sí tuvieron sus continuaciones pero que, pese a tener buenas ideas de arranque, no estuvieron bien ejecutadas. ¿Pero de esas para qué les platico?, mejor compartamos las lecturas que sí nos entusiasman, ¿o es esta también una opinión impopular?+ Por Raquel Castro


26 Harry Potter

Katniss Everdeen

Es muy probable que escuchara rock inglés, progresivo y clásico, por influencia de sus padres, quienes eran adolescentes en los años setenta, cuando estos géneros estaban en su auge. Las letras del progresivo, muchas veces fantásticas, que tocan temas como la lucha entre el bien y el mal, deben haber resonado profundamente en Harry, recordándole los momentos que compartió con sus padres. Genesis

La heroína de la trilogía de Suzanne Collins es un símbolo de resistencia, por lo cual encontraríamos música de protesta, esperanza, lucha y amor en su playlist favorita. Katniss, si no está luchando por su supervivencia, está partida en dos entre Peeta y Gale. Por ello, necesita motivarse para no morir de amor y necesita del amor para empoderarse en su lucha contra el Capitolio.

“Your Own Special Way”

Led Zeppelin

“The Battle of Evermore”

King Crimson

“In the Court of the Crimson King”

Pink Floyd

“Wish You Were Here”

Yes

“And You and I”

The Beatles

“With a Little Help from My Friends”

David Bowie

“Starman”

Alan Parsons Project

30 seconds to mars

“Kings and Queens”

Emile

“Read all about it”

Rachel Platten

“Fight Song”

Avicii

“Broken Arrows”

Air Supply

“Love Is the Arrow”

Florence + The Machine

“Dog Days Are Over”

Porcupine Tree

“Lazarus”

Sinead O’Connor

“The Healing Room” “Nothing Compares 2 U”

Alanis Morissette

“Ironic”

Dido

“Here With Me”

This Mortal Coil

“Song to the Siren”

R.E.M

“Everybody hurts” “Like a Fool” “Love Will Tear Us Apart”

“Don’t Give Up”

Nick Drake

“Place to Be”

Peter Pan

Frodo

En una de las tantas casas que vistió Peter Pan, una noche escuchó jazz. Mientras volaba, tiempo después, recordaba las notas, las sensaciones y el sentimiento de libertad de aquella música que se parecía tanto a volar, por su estructura libre e improvisada. Al final, los niños no pierden la capacidad de asombro, y el jazz es un género capaz de llevar a cualquier oyente en un viaje inesperado.

Cyndi Lauper

Dave Brubeck

“Girls Just Want to Have Fun” “Don’t stop believin’” “Take on Me”

Miles Davis Herbie Hancock

“Take Five” “Gingerbread Boy” “Cantaloupe Island”

Al Corley

“Square Rooms”

Duke Ellington

The Cure

“In Between Days” “Just Like Heaven”

“It Don’t Mean a Thing (If I Ain’t Got that Swing)”

Charlie Parker

“Scrapple from the Apple”

David Bowie

“Postcard”

Joy Division

Alicia es una adolescente que parece pertenecer más a nuestra época que a la suya. Su inconformidad por la vida es evidente al principio de la historia y su posterior forma de reaccionar frente al mundo a donde es llevada evidencia las innegables ganas de enrollarse en una aventura, revelando un espíritu libre que se regocijaría en los excesos de los años ochenta, en lo camp, en los peinados y los sintetizadores alucinantes.

Kate Bush

Steven Wilson

Keira Knightley

Alicia

A-ha

Durante el dolor y la confusión previas a su suicidio, Hannah, de Thirteen Reasons Why, buscó consuelo entre la casi infinita música de Spotify, donde descubrió canciones nuevas y rolas clásicas que la acompañaron en su dolor. En ellas encontró refugio y quizá, por un momento, esperanza.

“May Be a Price to Pay”

Peter Gabriel

Journey

Hannah

“The Hounds of Love” “Fame”

Thelonius Monk John Coltrane

“Blue Monk” “Giant Steps”

El amor por la Comarca y sus bosques, las plantas de colores y la paz tan particular que da la naturaleza, combinadas con la admiración que sentía por las historias de aventura que contaba su tío Bilbo, nos llevan a pensar que Frodo Baggins tendría en su playlist música folk. El folk inglés, en particular, tiene ese lado pastoral y esa conexión con la naturaleza y la vida campestre, así como alguna que otra aventura que ocurre al cruzar la puerta de nuestra casa.

Roy Harper Richie Havens Cat Stevens Steeleye Span

“Goldfish” “Morning Morning” “Moonlight Shadow” “Gaudete”

Fairport Convention

“Matty Groves”

Peter, Paul and Mary

“Puff the Magic Dragon”

Simon & Garfunkel

“Scarborough Fair”

Jethro Tull

“Living in the Past”


Tom Sawyer

Holden Caulfield

Tom es el espíritu de la rebeldía encarnado, que se refleja en la eterna guerra contra su tía Polly y contra el sistema. Por el otro lado, su amor por los ríos, las cuevas, las islas y la aventura (no sólo como juego, sino como medio de supervivencia), así como su amor por Becky Thatcher, idílico, puro e inocente, se verían muy reflejados en su gusto musical, también influenciado por Huckleberry Finn.

Rebelde y enojado, enemigo de la hipocresía. Misfit. Alienado por su propia cuenta, poeta sin poemas y autoexiliado. Holden ha sido un referente de la literatura juvenil y una voz para muchos jóvenes incomprendidos que se dan cuenta desde su pubertad que la vida, la mayoría de las veces, no tiene sentido. Su playlist es un reflejo de esa juventud atormentada que encuentra un rayo de esperanza en el lugar menos esperado: un carrusel.

Sex Pistols

Slowdive

The Clash

Pink Floyd Bob Marley

“Submission” “White Riot” “Should I Stay or Should I Go?” “Lover’s rock” “Another Brick in the Wall. Part 2” “Buffalo Soldier”

Bob Dylan

“The Times Are a-Changin’”

The Clash

“I Want You Around”

My bloody valentine The Jesus and the Mary Chain The Cocteau Twins

“Spanish air” “Only Shallow” “Just Like Honey” “Blind Dumb Deaf”

Ride

“Vapour Trail”

Lush

“Sweetnes and Light”

Catherine Wheel Pale Saints

Playlist literario

“Black Metallic” “Sight of You”


28

La Rockola de Malpaso


A

cada paso que damos vamos creando la banda sonora de nuestra vida. Ahí vamos, de la mano de cada canción, de cada compositor y cada intérprete, escuchando las historias que tienen para contarnos. Esas historias no son gratuitas y cada una surge de alguna anécdota que valdrá siempre la pena conocer. Imagínate que de pronto Bob Dylan se sienta frente a ti y te cuenta la historia de su vida, o te muestra algo de los poemas que escribió en su primer libro. O al excéntrico Frank Zappa hablándote de sus rebeldes y constantes aventuras o sus encuentros con otros grandes. Quizá te resultaría muy emocionante saber lo que Johnny Ramone te diría de todas esas veces que su inquebrantable espíritu punk rompió más que objetos costosos y uno que otro diente, o leer con atención los mensajes que Ian Curtis dejó en su corta e intensa vida mediante las letras de sus canciones. ¿Dejarías ir una oportunidad así? Es momento de que enciendas tu curiosidad y te acerques más que nunca a aquellos que parecen inalcanzables, pero que gracias a la magia de las letras, los tienes en tus manos. Tómalos, conócelos, vívelos y hazlos tuyos, que esta experiencia te acompañará siempre. +


Dame palabras y te daré música “Take me out tonight, where there’s music and there’s people and they’re young and alive, driving in your car I never never want to go home, because I haven’t got one, anymore” The Smiths, “There Is a Light That Never Goes Out”

H

ablar de los usos modernos de la música es algo que se toma como una disciplina. Una ciudad futura, una computadora, una novela de ciencia ficción y una confusión sexual son parte de la música y de sus distintos movimientos dentro del contexto social y cultural. La música es fecunda sobremanera en la imaginación creativa de cualquiera que esté frente a un instrumento. Hay que tener presentes las texturas sonoras que las máquinas producen, tanto sobrias como nostálgicas, o la clave perfecta de alentar el movimiento del cuerpo y caer escurridos ante un baile hedonista y sin control; asimismo, podemos mencionar que muchos de los más influyentes grupos de música están compuestos por a+b, positivo y negativo, y todos estos grupos, a su vez, integraron una escuela que muchos entes retoman y en la actualidad hacen de ella su vida. Tendemos a cierto romanticismo al mantener arraigadas algunas bandas o canciones que nos causaron un impacto en algún momento de nuestra vida, y sentimos una nostalgia profunda que nos transmite el recuerdo del instante con la música o la letra, nostalgia que escuchamos y sentimos, aunque la vida continúe, que acariciamos en formatos que han mantenido nuestra sustancia activa, como vinilos, casetes o algunos

discos compactos. Muchas de esas canciones o agrupaciones también surgieron a partir de una acción que removió el interior de sus creadores, y es indivisible, fuerte y sublime; en diversas ocasiones fue la literatura la que les expresó algo, y eso, lo que ellos sintieron y concibieron para transmitir acordes y compases. La literatura y la música han tenido caminos entrecruzados milenariamente. Exploremos algunos de esos momentos en el que la mancuerna literaria-musical generó un explosivo momento estético. George Orwell, H. P. Lovecraft, Edgar Allan Poe, Lewis Carroll, J. G. Ballard, Alber Camus, Jack Kerouac o William Bourroughs inspiraron las letras de composiciones de The Cure, The Ramones, The Smiths, Sonic Youth, The Velvet Underground o Patti Smith. “Killing an Arab” de The Cure está basada en una de las obras de Albert Camus. El compositor Robert Smit escribió fragmentos poéticos al concentrar sus emociones en los momentos fuertes de El Extranjero. La letra describe un tiroteo en una playa, en la que un árabe es asesinado por el narrador. “Venus in Furs” de The Velvet Underground es una balada esquizofrénica y masoquista que retrata el año de 1967, está iluminada por el libro ho-

mónimo de Leopold von Sacher-Masoch, publicado en 1890. Lou Reed y compañía crearon un verso nítido: Shiny, shiny, shiny boots of leather/ Whiplash girl child in the dark. “Pet Sematary” fue lanzada en el álbum Brain Drain de The Ramones. Todos recordamos la película y la novela del escritor estadounidense Stephen King, Cementerio de animales. La canción fue escrita por Dee Dee Ramone y Daniel Rey a petición de Stephen King, quien es un gran seguidor de la banda desde sus inicios en el club cbgc. “1984” de David Bowie es una de las canciones que el camaleón del rock escribió a partir de la novela homónima de George Orwell. La intención era que fuese incluida en un musical. En 1984, en la sombría ciudad de Londres, la Policía del Pensamiento controla de forma opresiva la vida de los ciudadanos. “Atrocity Exhibition” es una canción que abre el segundo disco Closer de Joy Division, lanzado en 1980 bajo el sello Factory Records, dos meses antes del suicidio de Ian Curtis. La novela The atrocity exhibition, de J. G. Ballard fue influyente para Ian, a pesar de que no la acabó de leer. + Por Ulysses Avath




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