43_Los nobel

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L E l B e O b N o n S LO

MARIO OCTAVIO ELIAS JOHN DORIS TONI

ENTREVISTAS 2012

Año 04 • Núm.43 • Diciembre 2012

UEZ Q R A M A I GARC GABRIEL

PRECIO AL PÚBLICO 15 PESOS

NOTAS DE PASO COMPARTE Y RECICLA




CONTENIDO NÚMERO 43_LOS NOBEL ESTE MES EL ESTADO SOY YO

P.6

LOS NOBELISTAS

P.10

Por Eduardo Huchín

Por Lobsang Castañeda

CUATRO DE DOCE Por Karen Villeda

P.14

Por Staff Leemás

ENTREVISTAS FIL 2012 GORAN PETROVIC ALBERTO CHIMAL ÁNGELES MASTRETTA ANDRÉS NEUMAN ÉLMER MENDOZA ANA MARÍA MACHADO FRANCISCO HINOJOSA JULIÁN HERBERT JUAN PABLO VILLALOBOS IGNACIO PADILLA

+ NOTAS DE PASO

AUGUSTO CRUZ GARCÍA-MORA GERARDO GUTIÉRREZ CHAM ALEJANDRO MAGALLANES FABRIZIO MEJÍA MADRID PERGENTINO JOSÉ

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COLUMNAS TANTO NOBEL Y TAN POCO HUGO

Por Bernardo Fernández, Bef

FRASE NAPALM GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

DIRECTORIO

Coeditor y Coordinador Editorial Jorge Vázquez Ángeles jorge@revistaleemas.com.mx

P.9

Diseñador Victor Baca Vargas victor@revistaleemas.com.mx

P.18

¡NO VOLVAMOS A LOS AUTORES ARGENTINOS!

P.13

EL NO/VER

P.17

Por Antonio Malpica

Por Diego Rabasa

P.27-37

LOS NOBEL TAMBIÉN FUERON NIÑOS Por Karen Chacek

EL NOBEL EN IMÁGENES Por Erick Estrada

P.23

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(55) 5211 9266

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P.25

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Gabriel García Márquez

5 EDITORIAL

Extracto del libro Yo no vengo a decir un discurso, de Gabriel García Márquez, editado por MONDADORI

LA SOLEDAD DE AMÉRICA LATINA Estocolmo, Suecia, 8 de diciembre de 1982 Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que, sin embargo, parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen. Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonios más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los cronistas de Indias nos legaron otros incontables. El Dorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Álvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los seiscientos que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro. La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante dieciséis años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a treinta mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas. […] Un día como el de hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: “Me niego a admitir el fin del hombre”. No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace treinta y dos años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la Tierra. +

YO NO VENGO A DECIR UN DISCURSO Gabriel G. Márquez MONDADORI


6 LOS NOBEL

EL ESTADO SOY YO

Mario Vargas Llosa

EL SEÑOR PRESIDENTE Miguel Ángel Asturias ALIANZA

POR EDUARDO HUCHÍN

Y MIS BIÓGRAFOS SON PREMIOS NOBEL

EL OTOÑO DEL PATRIARCA Gabriel G. Márquez DIANA

En Hispanoamérica tenemos la costumbre de que, de vez en vez, aparezca un señor que considera el poder como una suerte de patrimonio personal y establece un régimen de opresión que suele ser estricto con los pobres, los estudiantes y en general con cualquiera que no posea un outfit militar en el armario. Este personaje, tan recurrente en nuestra historia, ha despertado la fascinación y el horror de algunos de los mejores escritores de estas tierras, incluyendo a los premios Nobel. Aunque la lista de laureados se extiende a seis (Neruda, Mistral, Asturias, García Márquez, Paz y Vargas Llosa), me ocuparé sólo de cuatro (particularmente porque en esta reseña mando yo).

CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL Mario Vargas Llosa ALFAGUARA

La más clásica de las novelas sobre el tema del dictador es El señor presidente de Miguel Ángel Asturias. Inspirada en el gobierno del tirano guatemalteco Manuel Estrada Cabrera, narra el estado de sitio en que se encuentra un país bajo la sombra de una autoridad tan enérgica que ni siquiera es necesario que tenga nombre propio. Más cercana a la alucinación que al mero realismo, El señor Presidente se enfoca en las intrigas alrededor del asesinato del militar José Parrales y de la misión a cargo del agente Miguel Cara de Ángel para ayudar a escapar a otro militar implicado injustamente en el crimen. Esta “ayuda” orquestada por el propio presidente busca en realidad un beneficio político, pero Cara de Ángel termina enamorándose de la hija del general implicado, lo que pone a prueba su lealtad al régimen. Evidencias fabricadas, inocentes encarcelados, conspiraciones descubiertas, simulación, cruce de sueño y realidad, mitología maya conforman una trama, cuyos temas profundos son los mecanismos de control que sostienen a una tiranía y que otorgan realidad a un mandatario, cuya presencia en la novela es casi fantasmal, y quizás por ello más pavorosa.

LIBERTAD BAJO PALABRA Octavio Paz CÁTEDRA

En contraste a esa radiografía de un sistema podrido, Gabriel García Márquez nos regala un dibujo a detalle de la personalidad del tirano. El otoño del patriarca se centra los recuerdos de un líder que ha llegado a cumplir un siglo al frente de un país (cuyos acontecimientos ponen más dificultades que pistas para situarlo en una época o un mapa). Como es su costumbre, García Márquez aprovecha todo tipo de imágenes simbólicas, exageraciones poéticas, referencias históricas y bíblicas (junto a decenas y decenas de adjetivos) para representar un poder que por más intentos que se hagan, no va a cambiar de manos (tomen nota). Al mismo tiempo, esta novela busca profundizar en la soledad que el poder absoluto lleva consigo y la desmesura que supone un sistema despótico donde todo es posible: morir más de una vez, vender el mar a los norteamericanos, canonizar a la propia madre, asar con especias al traidor ministro de Defensa y servirlo en un banquete al resto de los conspiradores. “El único error que no puede cometer ni una sola vez en toda su vida un hombre investido de autoridad y mando”, dice el patriarca, “es impartir una orden que no esté seguro de que será cumplida”. Toda una filosofía de vida.

“¿En qué momento se había jodido el Perú?” es el tipo de frases que uno va repitiendo por ahí con ligeras variantes, pero que cuando se leen en su contexto original se puede entender el tamaño de su pesimismo. Así inicia Conversación en La Catedral, la novela en la que Mario Vargas Llosa describe, a través de una centena de personajes periféricos y centrales, la dictadura de Manuel Odría en ese país, un régimen marcado por la impunidad y las divisiones sociales y raciales. El libro está construido alrededor de los diálogos que en un bar llamado La Catedral sostienen Zavalita – otrora rico y revolucionario, pero ahora simplemente un mediocre empleado de periódico- con Ambrosio, el zambo que tiempo atrás había sido chofer de su familia y amante de su padre. La anécdota central sirve para que personajes de todos los estratos y oficios entren y salgan de la novela para evidenciar que un gobierno infame no es muy distinto en vileza a los miembros de su sociedad. Y parecerá poca cosa, pero Vargas Llosa demuestra en esta obra una capacidad extraordinaria para transmitir en 700 páginas, llenas de técnicas renovadoras, la frustración de un país que ha sido contagiado de desesperanza. Finalmente, la narrativa no es el único género capaz de hablar del poder y de las condiciones en que deja a un pueblo. Octavio Paz, quien en sus inicios simpatizó con la Izquierda y años más tarde, se convirtió en una suerte de villano favorito de esa misma Izquierda, también vivió fascinado con el tema. A los excesos del Estado dedicó no pocos ensayos, pero si somos lo bastante agudos podemos encontrar esas mismas inquietudes en su poesía (sobre todo en la de su primera época). Producto de constantes revisiones y refundiciones, Libertad bajo palabra no sólo es el primer libro que Paz consideró realmente suyo, sino que es el trabajo esencial para entender la vertiente civil de su poesía. Textos como “Elegía a un compañero muerto en el frente de Aragón” o “Bajo tu clara sombra” dan muestra de fuertes preocupaciones sociales. En “Entre la piedra y la flor”, escrito durante su estancia en Yucatán a donde llegó a fundar una escuela para hijos de trabajadores, acusa la miseria de la que fue testigo y, a la vez, hace una condena del dinero que “es infinito y crea desiertos infinitos”. Ese país visto por Paz y que marcó su poesía temprana es el mismo que Vargas Llosa denominaría décadas después “la dictadura perfecta”. Y sí, adivinaron: se trataba ya del país del partido único. CONCLUSIÓN. Y como dijo el poeta: ¿Qué hubiera escrito Neruda, qué hubiera narrado Roa Bastos, si no hubiera dictaduras como las de ustedes? +



LOS + VENDIDOS

Nota de paso

FICCIÓN

CINCUENTA SOMBRAS DE GREY E.L. James GRIJALBO

Cuando la estudiante de Literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos.

CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURAS E.L. James GRIJALBO

Intimidada por las peculiares prácticas eróticas y los oscuros secretos del atractivo y atormentado empresario Christian Grey, Anastasia Steele decide romper con él y embarcarse en una nueva carrera profesional en una editorial de Seattle. Pero el deseo por Christian todavía domina cada uno de sus pensamientos, y cuando finalmente él le propone retomar su aventura, Ana no puede resistirse.

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS E.L. James GRIJALBO

Cuando la inexperta estudiante Anastasia Steele conoció al joven, seductor y exitoso empresario Christian Grey, nació entre ellos una sensual relación que cambió sus vidas para siempre. Sin embargo, desconcertada y llevada al límite por las peculiares prácticas eróticas de Christian, la joven lucha por conseguir un mayor compromiso por parte de Grey. Y Christian accede con tal de no perderla.

EL INVIERNO DEL MUNDO Ken Follett PLAZA & JANÉS

En el año 1933, Berlín es un foco de agitación política y social. Lady Maud, ahora la esposa de Walter von Ulrich y madre de dos hijos, publica artículos en una revista semanal que ridiculizan al partido nazi mientras su marido manifiesta su oposición en el gobierno. Sin embargo, parece que nada podrá frenar el poder ascendente del canciller Adolf Hitler. Cuando Maud recibe la visita de Ethel Williams y su hijo Lloyd, todos serán testigos de la tiranía y la represión de la nueva Alemania.

LA EMOCIÓN DE LAS COSAS Ángeles Mastretta SEIX BARRAL

Un libro enérgico, sabio y hermoso. Un recorrido apasionante por la historia de los propios padres, los abuelos, la búsqueda de los orígenes mezclados entre Italia y México, la curiosidad por tiempos idos que arrancan con la independencia y pasan por la Revolución y la Segunda Guerra Mundial; pero también la entrega tenaz al día a día, la novela personal que nace de las entrañas, esculpida a base de honestidad y algunos temores, llena de tribulaciones y reflexiones sobre una ciudad invivible pero irremplazable.

NO FICCIÓN VIVIR Julio Scherer García GRIJALBO

Viaje intimista y crítico al centro de pasajes compartidos con personajes de la vida pública y del poder político y económico, en una urdimbre de destinos y caminos que coinciden, se separan, se reúnen y concluyen. En estas páginas confluyen el niño que descubre pequeños misterios que lo acompañarán toda la vida, el joven y ávido periodista de Excélsior, el fundador de Proceso y el protagonista de momentos no narrados hasta hoy, como el relevo generacional del semanario que concluiría con la escisión del equipo editorial.

DESAPEGARSE SIN ANESTESIA Walter Riso OCEANO

Walter Riso nos explica en qué consiste el apego y sus causas, proporcionándonos las claves para enfrentarlo y prevenirlo, sin perder la pasión por alcanzar nuestros sueños y metas personales. Con un sugerente cruce entre psicología cognitiva y filosofía oriental, Riso nos invita a través de un lenguaje claro y accesible, con ejemplos y casos concretos, a fortalecer la independencia emocional y crear un estilo de vida más libre y saludable.

Y COLORÍN COLORADO

ESTE CUENTO AÚN NO SE HA ACABADO

Odin Dupeyron DISIDENTE

Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado se editó por primera vez en el año 2001 y desde esa primera edición ha sido leído y releído, regalado, prestado y recomendado por lectores de todas las edades, de todos los géneros, de distintas religiones, preferencias y países. Un mágico cuento que nos habla de los finales y los eternos comenzares de la vida. De todas las posibilidades, de todos los principios y de todos los finales. Pero más allá, nos hace redescubrir la importancia que tiene vivir la vida.

ÉTICA DE URGENCIA Fernando Savater ARIEL

Fernando Savater realizó una serie de encuentros con alumnos jóvenes y respondió a las inquietudes que le planteaban. De ahí salió este libro, esta ética de urgencia, que nos avisa de las inquietudes de los que gobernarán el mundo del mañana. Una obra que representa el regreso de Fernando Savater al diálogo con los adolescentes sobre las cuestiones morales que más les preocupan; el territorio donde cosechó su mayor éxito editorial: Ética para Amador.

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO Viktor Frankl HERDER

En esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero durante mucho tiempo en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda, ¿cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla?


William Golding

9 NERD PLUS POR BEF

Bernardo Fernández, Bef. Novelista gráfico y no gráfico.

TANTO NOBEL Y TAN POCO HUGO Hace poco estuve en la misma comida que un premio Nobel de literatura y no pasó absolutamente nada. Me pasé delante de él, hice lo imposible por entrar en su campo de visión, le festejé efusivamente todo lo que dijo... Y sin embargo no sólo me fue imposible atraer su atención, tampoco me sentí más inteligente, no hallé ninguna iluminación en sus palabras ni percibí ningún aura especial alrededor de él. Cuando se paró para ir al baño estuve tentado de seguirlo sólo para orinar en el mismo mingitorio que él para de inmediato garrapatear encima de la porcelana “aquí orinamos el maestro ******* y yo”, pero un joven poeta chiapaneco se me adelantó. Al salir intenté pescar la copa a medio beber que dejó sobre la mesa para abrevar de su sabiduría, pero los meseros fueron más rápidos que yo. Días después descubrí copa, cubiertos y servilletas usados por el maestro subastándose en Ebay. Cuando le contaba todo esto a mi amiga K, ella me dijo: —¿Y por qué no le pediste que te firmara su libro? —¿Su libro? —¿No llevabas alguno de sus libros? —No. Nunca lo he leído. —Ahhh... —K se me quedó viendo en silencio y luego cambió de tema para hablar de lo caro que se ha puesto el tocino. Después se fue. Ello sólo me hizo recordar la distantísima relación que siempre he tenido con los premios Nobel. Por alguna razón cuyo entendimiento me rebasa hemos rodeado de un aura mística-mágica-musical a este premio sueco, instituido por el inventor del trinitrotolueno, acaso para paliar cierta culpa por las atrocidades cometidas con su creación. Cuenta la historia que una confusión lamentable provocó que los diarios europeos publicaran el obituario de don Alfred en lugar del de su hermano, que era quien había muerto. La prensa le achacaba la invención de una sustancia abominable, utilizada para la destrucción y la guerra (con todo y que fue un inventor tan prolífico como Edison). Queriendo limpiar su buen nombre, puso el dinero para crear la fundación Nobel que otorga los premios más famosos de mundo año con año, desde principios del siglo XX, en las áreas de Física, Química, Medicina, Literatura y la Paz, para añadir el de Economía desde finales de los años sesenta. Entrando en la materia que nos ocupa, desde hace más de un siglo, el Premio Nobel es considerado el máximo galardón posible que puede obtener un escritor de cualquier nacionalidad. La lista de los laureados es un catálogo de aquello que hay que leer, una radiografía literaria del siglo XX... Pero, ¿a quién quiero engañar? Siempre he estado lejano de los autores que rodean al premio Nobel. De más de cien premiados, apenas unos ocho son hispanoamericanos. Un puñado de latinoamericanos, un solo mexicano con el que jamás he sentido cercanía (¿lo dije o lo pensé?). Antes de que se piense que el que escribe esto es un neanderthal semianalfabeto declararé en mi descargo que de todos los galardonados el único que de verdad me prende es William Golding. Y que he leído con gusto a Pearl S. Buck, con sus cuentos ambientados en China, autora de quien ya nadie se acuerda. Pero nunca me entraron los libros de Saramago, por ejemplo. La trama de su Ensayo sobre la ceguera siempre me pareció sospechosamente parecida a El día de los trífidos, de John Wyndham. Y me cae mejor Wyndham. Tampoco he podido conectarme nunca con los libros de García Márquez. A cambio de ello he devorado todas las novelas de Vargas Llosa que han caído en mis manos. ¿Me veré muy mal si utilizo este espacio para quejarme públicamente de todas aquellas personas que cuando se anuncia el Nobel de literatura de cada año invariablemente dicen: “Ah, sí, ahora se va a poner de moda, yo lo leía desde antes?”. O peor aún, aquéllos que declaran: “No confiaré en los premios Nobel mientras no se lo den a...” e insertan el nombre de un autor o bien desconocido, francamente de culto extraterrestre o de alguien a quien jamás se lo darán (aunque después de que se le otorgó a Winston Churchill en literatura yo me creo lo que sea). Como todo lo humano, el premio y el comité que lo conceden son imperfectos. Se ha dicho que jamás se le concedió a Borges, Joyce, Proust o Chéjov, por ejemplo. Y ya encarrerados, tampoco a Kurt Vonnegut, que se murió pensando que jamás se le otorgó por haber llevado a la quiebra una agencia de autos Saab (marca sueca) en Cape Cod. No falta aquel amigo o conocido que sabiendo que escribo llega y pregunta: ¿Qué pasó, ya te dieron el Nobel?” Ni en mis sueños más delirantes me imagino aspirando a ello. A mí en realidad lo que de verdad me gustaría es ganar un premio Eisner, a mejor novela gráfica, o un Hugo, máximo galardón de la ciencia ficción. Que por cierto, tampoco se lo dieron nunca a Vonnegut. +

RITOS DE PASO William Golding ALIANZA

PANTALEÓN Y LAS VISITADORAS Mario Vargas Llosa ALFAGUARA

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA José Saramago ALFAGUARA


10 LOS NOBEL

POR LOBSANG CASTAÑEDA

AUTO DE FE Elias Canetti DEBOLSILLO

LAS UVAS DE LA IRA John Steinbeck TUSQUETS

John Steinbeck

Los Nobelistas 1. En el principio fue el Verbo y el Verbo se hizo Dinero y el Dinero se hizo Premio y el Premio se hizo Prestigio y el Prestigio se hizo Verbo otra vez, y el Nobelista vio que era bueno, jugoso y conjugable, y se imaginó su rostro grabado para siempre en el Calendario Solar de la literatura, y escribió y escribió con la certeza de la Tierra Prometida, con el Paraíso de las Reediciones y las Traducciones en la mente.

EL VILLORRIO William Faulkner ALFAGUARA

LO BELLO Y LO TRISTE Yasunari Kawabata BOOKET

2. Los Nobelistas, tan guapos, ejercen siempre una extraña fascinación en el público, pues han logrado, de golpe y porrazo, la inversión de todos los valores, la eclosión de lo fantástico en la realidad, el milagro de lo inverosímil: que se advierta que existe la literatura, que se ponga atención en las presentaciones de libros, que al final se aplauda con euforia y no con desgano (aunque no se esté de acuerdo con lo que se acaba de oír y ver) y que los editores, otrora inhallables, se disputen algo que todavía no existe. 3. Hay Nobelistas que no parecen Nobelistas: Bergson, Pirandello, Canetti, Beckett, Pinter… Hay Nobelistas demasiado Nobelistas: Kipling, Juan Ramón, Hesse, Neruda, Bellow, García Márquez, Saramago… Hay Nobelistas injustamente olvidados a pesar de haber sido Nobelistas: Lagerkvist, Patrick White, Claude Simon, Darío Fo… Hay Nobelistas que nunca fueron Nobelistas: Borges, Nabokov, Cortázar, Reyes, Joyce, Rulfo, Robbe-Grillet… Hay Nobelistas que aún no son Nobelistas pero lo serán: Michon, Pombo (si es que no se muere antes), Murakami, Philip Roth… Hay Nobelistas blancos, negros, amarillos y rojos. Hay casas de apuestas que durante todo el año especulan sobre quién será el próximo Nobelista. Lo que no hay, francamente, son ganas de leerlos a todos. 4. Las buenas novelas de los Nobelistas se llaman Nobelones. Hay Nobelones que nos hacen pensar que el Nobel no siempre fue lo que ahora parece ser, que nos reconcilian con la parte (demasiado) pública de la literatura. Pienso en Auto de fe (y en Peter Kien incendiando su biblioteca y en el enano Fischerle imaginando vencer al campeón Capablanca) de Elias Canetti; en Por quién doblan las campanas (y en Robert Jordan esperando que termine la guerra para poder entender por fin a María) de Ernest Hemingway; en Las uvas de la ira (y en todas las escenas, incluida la última protagonizada por Rose of Sharon, dignas de Los Miserables, de Víctor Hugo) de Steinbeck; en El Villorrio (que narra quizás el episodio más sórdido

en la vida de la familia Snopes) o en Mientras agonizo (una auténtica celebración del monólogo interior como recurso narrativo y tragicómico) de William Faulkner, etc. Los Nobelones de los Nobelistas van retrasando hasta sepultar para siempre la lectura de los novelones de los novelistas convencionales. Para novelones los de la televisión, se dice el Nobelista, que sigue paseando en frac por la ciudad vieja de Estocolmo. 5. Hace poco me dieron a probar un chocolate delicioso, suave, con un ligero aroma a caramelo. Me dijeron, al mismo tiempo, que era de origen sueco, consumido por la realeza y que año tras año se ofrecía en la ceremonia de los Premios Nobel. Lo disfruté más de lo esperado, casi morbosamente, pues llegué a la conclusión de que sería lo más cercano que estaría de dicho galardón. 6. Exceptuando a un puñado de autores, conozco poco y nada de la literatura oriental. Lo bueno es que el carácter Nobelesco de los Nobelistas puede acercarnos a regiones desconocidas y a costumbres extrañas como las de China o Japón. Me gusta mucho Yasunari Kawabata (el Nobelista de 1968) porque en cada uno de sus relatos se respira una atmósfera peculiar que va de la ternura a la franca melancolía y del erotismo más sutil a la violencia más salvaje. En Nobelones como Lo bello y lo triste o La casa de las bellas durmientes o en el libro de relatos brevísimos Historias en la palma de la mano, Kawabata explora la naturaleza humana con gran precisión, incluyendo sus zonas más oscuras, ahí donde el placer se hermana con el amor y la sabiduría se adhiere a la muerte. Construida a base de personajes inquietos, diferentes, en tránsito perpetuo, la obra de este Nobelista japonés está llena de ensoñaciones desgarradoras que terminan resaltando el carácter efímero, absurdo y ritual de la vida. 7. El camino de Los Nobelistas no está aquí, de este lado del papel, sino allá, del otro lado, fuera de la casa y el escritorio. Una vez trazado, el camino de los Nobelistas se vuelve imborrable, eterno, inmortal. El camino de los Nobelistas es el camino de la literatura como memoria y testimonio. Podrán gustarnos o no (eso es otra cosa) pero han llegado demasiado lejos, lo cual significa que siempre los tendremos demasiado cerca. El camino de los Nobelistas es el camino del escritor sustentable, la prueba irrefutable de que sí se puede sobrevivir al tiempo empuñando una pluma. +



LOS + VENDIDOS

Nota de paso

Libros electrónicos

CINCUENTA SOMBRAS DE GREY E.L. James GRIJALBO

Cuando la estudiante de Literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos.

CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURAS E.L. James GRIJALBO

Intimidada por las peculiares prácticas eróticas y los oscuros secretos del atractivo y atormentado empresario Christian Grey, Anastasia Steele decide romper con él y embarcarse en una nueva carrera profesional en una editorial de Seattle. Pero el deseo por Christian todavía domina cada uno de sus pensamientos, y cuando finalmente él le propone retomar su aventura, Ana no puede resistirse.

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS E.L. James GRIJALBO

Cuando la inexperta estudiante Anastasia Steele conoció al joven, seductor y exitoso empresario Christian Grey, nació entre ellos una sensual relación que cambió sus vidas para siempre. Sin embargo, desconcertada y llevada al límite por las peculiares prácticas eróticas de Christian, la joven lucha por conseguir un mayor compromiso por parte de Grey. Y Christian accede con tal de no perderla.

GENERACIÓN DE MODELOS DE NEGOCIO Yves Pigneur DEUSTO

La invención de nuevos modelos de negocio es algo paradigmático de nuestro tiempo, aún y cuando la mayoría sean poco comprensibles y difíciles de implementar. Generación de modelos de negocio expone de un modo práctico las innovadoras técnicas y modelos que son usados a día de hoy por las principales empresas del mundo, tales como 3M, Ericsson o Deloitte y permite diseñar, entender y aplicar nuevos modelos de negocio, así como analizar y mejorar los ya existentes.

ÁREA 81 Stephen King PLAZA Y JANÉS

Área 81 es un área de servicio abandonada y cerrada desde hace tiempo. Pete Simmons, un curioso niño de 10 años, decide ir en su bici hasta esta área abandonada donde sabe que los chicos mayores van para fumar, drogarse y tener sexo con sus chicas. Y allí se encuentra una botella de vodka medio llena que decide probar. Pete acaba emborrachándose y cuando se despierta, descubre un coche aparcado allí, un coche sin matrícula y cubierto de barro. La puerta está medio abierta, pero no se ve a nadie dentro.

PEQUEÑO CERDO CAPITALISTA Sofía Macías AGUILAR

Con Pequeño cerdo capitalista tendrás las herramientas más efectivas para saber ahorrar, invertir y repartir de la mejor manera tus ingresos. Sofía Macías te explica en este libro, de manera clara, divertida y con muchos ejemplos de la vida real, los casos en los que personas como tú han hecho maravillas con su dinero.

STEVE JOBS. LA BIOGRAFÍA Walter Isaacson DEBATE

Tras más de cuarenta entrevistas con Steve Jobs y con un centenar de personas de su entorno, familiares, amigos, adversarios y colegas, esta es la biografía definitiva de uno de los iconos indiscutibles de nuestro tiempo, la crónica de la agitada vida y abrasiva personalidad del genio cuya creatividad, energía y perfeccionismo revolucionaron seis industrias: informática, películas de animación, música, teléfonos, tabletas y edición digital.

¡ME VALE MADRES! Prem Dayal GRIJALBO

¡Me vale madres! Mantras mexicanos para la libreración del espíritu, es un libro de sabiduría metropolitana que reúne las dos almas del autor: la del artista y la del maestro de meditación. Libro que divierte al lector y por otra parte le transmite la experiencia del desarrollo humano en la meditación, elevando el “me vale madres” y otras expresiones callejeras del mexicano al nivel de mantras.

CIEN AÑOS DE SOLEDAD Gabriel García Márquez LEER-E

«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.» Con estas palabras empieza una novela ya legendaria en los anales de la literatura universal, una de las aventuras literarias más fascinantes de nuestro siglo.

DELIRIO Laura Restrepo ALFAGUARA

Un hombre regresa a casa después de un corto viaje de negocios y encuentra que su esposa ha enloquecido completamente. No tiene idea de qué le pudo haber ocurrido durante los tres días de su ausencia, y con el fin de ayudarla a salir de la crisis empieza a investigar, sólo para descubrir lo poco que sabe sobre las profundas perturbaciones escondidas en el pasado de la mujer que ama.


13 LAS FÁBULAS DEL TÍO HOFS

POR ANTONIO MALPICA

Toño Malpica. Rollero, chorero y cuentero por vocación, ingeniero por equivocación, escribe para niños de 9 a 99, toca horrible el oboe pero en el piano dicen que se defiende. No tiene problema con la llegada del fin del mundo, siempre y cuando no lo agarre a media ducha. Y le va a los pumas.

Ray Bradbury

¿PIZZA O SUSHI? ¡No volvamos a los autores argentinos! Aquiles: ¿Cómo cuánto cree que le tome esta vez? Tortuga: No lo sé. Un par de horas. Tal vez más. Aquiles: Me da tiempo de ir al cine y comer un muffin. Nos vemos entonces. Tortuga: Debería ayudarme. En vez de perder el tiempo con Adam Sandler y un puñado de calorías debería ayudarme. Aquiles: Alguna vez lo intenté, ¿recuerda? Y terminamos con toda la loza. Antes de pasar a los puños, claro. Tortuga: ¡Claro que lo recuerdo! Si me dolió la mandíbula un mes. No sabía que tuviera usted tan buen jab. Aquiles: Ese mismo día decidimos que su “Carta anual a los suecos” era un asunto personal. Íntimo y personal. Tortuga: Pero este año tengo argumentos impecables. Le haré ver al rey la bajeza de su sobrevalorado premio. Aquiles: ¿Cómo dijo? ¿Sobrevalorado? Tortuga: ¿No se iba ya? Aquiles: Adam puede esperar… ¿Exactamente de qué habla? Cierto que en su momento le dieron el de Paz a Kissinger pero no creo que… Tortuga: Mi reclamo anual para que lo concedan póstumamente esta vez lleva todas las de ganar. Aquiles: Por favor, no volvamos a los autores argentinos… Tortuga: Aunque es evidente que sigue siendo ciego al hecho de que Cortázar se lo merece más que Borges, no pienso traer a cuento el tema. Aquiles: ¡No volvamos a los autores argentinos! Tortuga: Como sea. Mi razonamiento es éste: el premio se considera el galardón máximo en las letras, ¿cierto? Si alguien lo obtiene bien puede echarse a dormir sobre sus laureles, ¿cierto? Sus libros se venderán a partir de entonces mejor, o por lo menos igual, que la revista del conejito. ¿Cierto y más que cierto? Pues he aquí mi propuesta: Que retiren el monto económico. Si en vez de los millones de coronas lo dejamos en una bonita medalla conmemorativa con tu nombre y una camiseta que diga “Yo gané el grande de la literatura”, se termina la polémica. Aquiles: No sé si lo comprendo. Tortuga: Es obvio que no quieren hacerlo póstumo porque no desean que la familia se dé la gran vida a costillas del finado. ¡Que retiren el monto económico! Aquiles: Es interesante su punto de vista. De pronto vi a los herederos de Malcolm Lowry poniéndose hasta las manitas en un crucero por las islas griegas. Tortuga: Exacto. ¡Será el momento de reconocer a tantos y tantos autores incomprendidos! Échele un ojo a mi lista. Aquiles: ¿Hizo una lista? Esto tengo que verlo... ¿Margarito Ledesma? ¿El humorista involuntario? ¿Está seguro? Tortuga: “Por regalarnos horas y horas de sana carcajada con su franco chacoteo”. Como verá, también pensé las razones. Y pienso mandarlas con la misiva. Aquiles: ¿Terry Pratchett? ¿”Por hacernos cuestionar la redondez del mundo y la inteligencia del ser humano promedio”? ¡Pero si él no ha muerto! Tortuga: Pero no tarda. No que me dé gusto, claro... pero no tarda. ¡Y se merece el grande! Aquiles: Acá hay uno que apruebo. Asimov. ¡Claro! Tortuga: Sí. Pero después de Bradbury. Aquiles: ¿Qué? ¡Ni en sueños! Tortuga: ¡No me va a salir ahora con que es asimoviano! Aquiles: ¡Nadie en la ficción especulativa está por encima de...! Tortuga: ¡Claro, qué se puede esperar de alguien que pensaba darle el galardón a un hombre que jamás escribió una novela! Aquiles: ¡Y lo sostengo! ¡Borges es infinitamente sup ____________________________________________________________________________________________________________________________________________ Tortuga: Lo siento. Usted lo pidió. Además, como verá, he estado practicando mi uppercut. Aquiles: ... ... ... ... Tortuga: No se preocupe. Redacto mi carta yo solo. Como cada año. +

CIEN PREGUNTAS BÁSICAS... Isaac Asimov ALIANZA

CRÓNICAS MARCIANAS Ray Bradbury BOOKET


14 LOS NOBEL

POR KAREN VILLEDA

CUATRO DE DOCE Doris Lessing

UNA BENDICIÓN Toni Morrison LUMEN

CÓSIMA Grazia Deledda NÓRDICA

DIARIO DE UNA BUENA VECINA Doris Lessing PUNTO DE LECTURA

EL CONSERVADOR Nadine Gordimer TUSQUETS

Son doce las escritoras que han ganado el Premio Nobel de Literatura. Es un poco más del diez por ciento del total de ganadores De las ciento ocho personas que han recibido este galardón, solamente doce son mujeres y, desafortunadamente, una de ellas, Nelly Sachs, tuvo que compartirlo. Las agraciadas son Selma Lagerlöf (Suecia), Grazia Deledda (Italia), Sigrid Undset (Noruega), Pearl S. Buck (Estados Unidos), Gabriela Mistral (Chile), Nelly Sachs (Suecia), Nadine Gordimer (Sudáfrica), Toni Morrison (Estados Unidos), Wisława Szymborska (Polonia), Elfriede Jelinek (Austria), Doris Lessing (Inglaterra) y Herta Müller (Rumania-Alemania). Imagino a Toni Morrison como una mujer de pocas palabras y mucho estómago. En Una bendición retoma el tema de la esclavitud y se acerca sin cautela alguna a un escenario primitivo: la pastoral postcolonial estadounidense. Toni Morrison no se anda por las ramas y, de una manera sumamente elegante, se enfrenta cara a cara con la, en esa entonces, incipiente máquina económica basada en la dominación y la explotación de los negros. Florens es una niña negra de ocho años que es entregada por su propia madre como pago a un hombre por una deuda. La madre se justifica diciendo que la entrega a Jacob Vaark porque “comprendí que el hombre alto te veía como a una niña, un ser humano, no como piezas de a ocho”. El exorcismo personal de Florens se entrelaza poéticamente con un personaje genérico: la criada Dolor, que nos refleja que el racismo todavía habita en el aire como un fino veneno. Apenas un legislador republicano de Arkansas publicó un libro en el que, sin pena y sin miedo, afirma que la esclavitud fue “una verdadera bendición” para las personas de color. Una bendición es un libro poderoso y, sobre todo, vigente que nos hace sentir que dentro de cada uno de nosotros siempre habita un amo y un esclavo. Cósima de Grazia Deledda es más que una novela: definitivamente es una memoria viva gracias al retrato íntimo de la mujer artista en su niñez, adolescencia y primera juventud en las últimas décadas del siglo XIX. En un proceso desafiante y, por demás, doloroso al construir un lenguaje propio caracterizado por la hondura en medio de una Cerdeña empapada de violencia de género, la protagonista Grazia-Cósima es una sobreviviente y vive en búsqueda de la libertad, a pesar de que sabe que sus posibilidades en ese pueblo dominado por lo masculino son escasas: le esperaba un matrimonio arreglado, era poco agraciada y las mismas mujeres de su familia eran su peor juez y verdugo. Mientras bandidos, pastores y hasta los mismos viñedos fantasean con subirse a un barco para huir a Estados Unidos y vivir el sueño americano, la creatividad de Grazia-Cósima “se aparta con dolor y orgullo de la familia de sus personajes y la remite al ancho mundo”. Ese mundo es la literatura: Grazia Deledda volcó toda su pasión en escribir treinta y tres libros.

Doris Lessing es una biógrafa de sí misma y Diario de una buena vecina no puede ser una excepción al persistente desencanto de la condición humana que caracteriza su escritura. Esta novela, a primera vista, trata sobre la brecha generacional entre la exitosa Janna, viuda de mediana edad, y Maudie, una anciana que huele mal. Sin embargo, conforme se pasan las páginas del libro, descubrimos a una escritora que muestra sin concesión alguna a un par de personajes tercos y penosamente miserables que se debaten entre su realización individual y el deber hacia el prójimo: “Porque ha esperado hablar, escuchar, tener una amiga y un contacto decente, normal, tal vez una taza de té al cabo de un minuto, no importan sus intestinos y su vejiga”. La pluma de Doris Lessing está comprometida con el escrutinio de las falsas promesas redentoras de la civilización y nos rinde cuentas del fracaso de la humanidad. El conservador, de la escritora y activista social Nadine Gordimer, es un libro para meditar sobre África y su reguero de pólvora: colonización, apartheid, conflictos interétnicos, sed por los recursos minerales. El conservador es una novela amenazante. La tensión psicológica siempre es latente y se encuentra en perpetua escalada pero nunca detona porque sus personajes son matizados y se concretan por las decisiones que toman y no por sus acciones. Sin embargo, estas decisiones siempre hacen honor a la degeneración humana al basarse en la discriminación, base de una virulenta estructura racial: “Artiñamas. Son verdaderos expertos. Estos indios no tienen rival cuando se trata de untar a alguien. Saben sobrevivir”. Sus personajes también se definen por la escalada”. Nadine Gordimer alcanza un frágil equilibrio entre metáforas intensas e imágenes cargadas: “Aunque los espacios se consideran exentos de huella, en el mundo hay zonas frecuentadas por ciclones que reciben el nombre de mujer”. La visibilidad de estas cuatro mujeres escritoras en el panorama intelectual ha sido impactante y lo más admirable es que, a pesar de los prejuicios, han asumido la literatura no solamente como un modo de vida sino como un desafío en cuerpo y alma al poder. Su escritura no es una postura sociológica que incita a la falsedad de la tolerancia o que promueve los derechos humanos, sino que cada una de ellas son verdaderas artistas que han logrado lo que Toni Morrison escribió en Beloved: “Liberarte era una cosa, reclamar la propiedad de ese ser liberado era otra diferente”. +



+DEL TEMA LIBROS Nota de paso

Algunos títulos relacionados con el tema de este número. LOS NOBEL

RENACIMIENTO Kenzaburo Oé SEIX BARRAL

Renacimiento está basado en un hecho real: el suicidio del cineasta Juzo Itami, cuñado de Kenzaburo Oé, que conmocionó a la sociedad japonesa y en el que muchos siguen viendo la mano de la Yakuza. Oé relata sus encuentros y los de Itami con el violento mundo de esta banda criminal, a la que ambos se enfrentaron en sus creaciones, y, entrelazando la crudeza de la realidad con la fuerza de la ficción, teje una historia que conecta la pérdida con la esperanza de nuevos nacimientos.

EL MUSEO DE LA INOCENCIA Orhan Pamuk RAMDOM HOUSE

Su amor era tan grande que él conservaba todo lo que ella poseía, y al final también lo que ella podría haber poseído. Esta novela de Orhan Pamuk es una historia de amor contemporánea. La acción transcurre en las décadas de los setenta y ochenta y narra la historia de Kemal, heredero de una de las familias más ricas de Estambul, y su amor por Füsun, una pariente lejana de clase inferior.

RAVELSTEIN Saul Bellow ALFAGUARA

Basándose en la biografía del filósofo Allan Bloom, y gracias a la intensa relación que existió entre ellos, el premio Nobel Saul Bellow ha escrito una deslumbrante novela que demuestra la compatibilidad entre el intelecto y las pasiones a través de las ideas y emociones de dos personajes fascinantes.

EL MEJOR RELATO DEL MUNDO… Rudyard Kipling SEXTO PISO

Rudyard Kipling no escribió más que una novela, y ni siquiera la escribió solo, sino en colaboración con su cuñado y agente, Wolcott Balestrier. No obstante, los relatos que escribió se cuentan por centenares, y entre ellos hay un puñado digno de figurar por derecho propio en las antologías más exigentes del género. Los cuentos de Kipling son, como quiere Ricardo Piglia, cuentos con lomo y con vientre, cuentos de doble lectura.

ANTOLOGÍA BILINGÜE W.B. Yeats ALIANZA EDITORIAL

ESPERANDO A GODOT Samuel Becket TUSQUETS

EL CALLEJÓN DE LOS MILAGROS Naguib Mahfuz BOOKET

ANTOLOGÍA GENERAL Pablo Neruda ALFAGUARA

Habitualmente considerado por la crítica como el más destacado poeta de lengua inglesa de su época, W. B. Yeats (1865-1939) fue para T. S. Eliot uno de los escasos escritores «cuya historia es la historia de su propio tiempo, que son parte de la conciencia de una época que no puede entenderse sin ellos». La presente Antología bilingüe ofrece una amplia selección de la obra de William Butler Yeats traducida y prologada por Enrique Caracciolo Trejo.

Hamida ambiciona casarse con un rico comerciante; el barbero Abbas estaría dispuesto a todo por ella; Kirsha siente inclinación por los muchachos; y la viuda Afifi busca un joven que caliente su cama. Todos viven en pleno centro de El Cairo, y comparten su tiempo mientras la miseria convive en silencio con el amor y la desdicha.

UN DÍA EN LA VIDA DE… Alexandr Solzhenitsyn TUSQUETS

Es éste uno de los más conocidos y también más escalofriantes testimonios de la crueldad que sufrieron millones de deportados en los campos de trabajo soviéticos. Las terribles condiciones de vida y las vejaciones descritas con detalle por Solzhenitsyn en archipiélago Gulag cobran aquí entidad literaria y, bajo la forma de novela, inmortalizan un drama que nunca caerá en el olvido.

Samuel Beckett comentó en cierta ocasión, poco después de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1969, que Esperando a Godot era una obra «horriblemente cómica». Sí, todo lo horriblemente cómica que puede resultar, a fin de cuentas, la angustiosa situación límite de dos seres cuya vida y grotesca solidaridad se forjan el la absurda y vana espera de ese quién sabe qué (o quién) al que llaman Godot.

La Antología general de Pablo Neruda se inscribe dentro de la colección de ediciones populares conmemorativas que impulsan la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española y que se publica en España y Latinoamérica bajo el sello editorial Alfaguara. La compilación de la obra esencial de Neruda ha corrido a cargo del académico chileno Hernán Loyola, quien ha logrado perfilar una excelente guía para poder seguir, en doce capítulos, la aventura creadora del gran poeta.

EL HOMBRE ES UN GRAN FAISÁN EN EL MUNDO Herta Müller PUNTO DE LECTURA

El faisán es un ave que no vuela, vive en el suelo, es una presa fácil que no puede escapar. En esta obra la autora refleja la resignación y desesperanza interior de los años previos a su exilio. Aborda el destino de una familia de origen alemán que espera con ansiedad la autorización para abandonar Rumanía. Los personajes, asfixiados por unas fronteras no solamente geográficas, trazadas por los aparatos represivos de la dictadura, reflejan una gran tensión entre escritura, política y vida cotidiana.


Alfred Nobel

17 INSOMNIO

POR DIEGO RABASA

Editor, columnista y por si fuera poco, americanista.

EL NO/VER

Un ejercicio inútil pero ilustrativo: te van a regalar una biblioteca con obras de escritores maravillosos. Debes elegir entre una que contiene las obras completas de Jean-Marie Gustave Le Clézio, Elfried Jelinek, el chino Mo Yan, Hertha Müller, Pearl S. Buck e incluso de Bashevis Singer, u otra que tiene obras de Pessoa, Kafka, Borges, Virginia Woolf, James Joyce, Proust, Tolstói e Ibsen. ¿Cuál elegirías? ¿Existirá alguien en el planeta que elija la primera sobre la segunda? La diferencia entre ellas es que la primera está hecha exclusivamente de ganadores del premio Nobel de Literatura y en la segunda no hay un solo escritor que lo haya conseguido. El premio Nobel se rige –o debería hacerlo- de acuerdo al testamento de Alfred Nobel. En 1895 éste declaró que el premio debía concederse, en mayor medida, de acuerdo a dos circunstancias: personajes que hayan “llevado a cabo el mayor servicio a la humanidad” y en lo que concierne específicamente al galardón de literatura, a quien “haya producido lo mejor en sentido ideal”. Bueno, supongo que esas definiciones tan abstractas pueden conducir a defensas retóricas casi de cualquier índole. Como cualquier premio, el Nobel no está exento de una alta dosis de sesgo. En los cánones estéticos hegemónicos de una determinada época, por ejemplo (a Joyce no se le concedió el Nobel porque hacía algo completamente ajeno al resto de sus contemporáneos) e incluso, aunque se diga una y otra vez que éste no es un premio político, por posturas ideológicas polémicas (en una entrevista uno de los miembros del consejo del premio, Kjell Espmark, sugirió –con mucho tiento porque los archivos del Nobel deben permanecer clasificados 50 años como si fueran el expediente Kennedy o Aburto- que quizá a Borges no se le otorgó el premio por el presunto apoyo que concedió a Videla en algún momento). En cualquier caso, la lista de los que no han ganado el premio, a la que podemos sumar gigantes contemporáneos como Cormac McCarthy, Roberto Calasso o Pascal Quignard, por mencionar sólo algunos, nos muestra cuán limitado es el espectro que alcanza a abarcar un premio literario y cuán equivocado estaría un lector si se dejara arrastrar únicamente por este tipo de distinciones. Un poco de matemáticas para terminar de apuntalar el criterio cuasi falocéntrico del comité: de los 112 premios otorgados, 81 ganadores han sido europeos y 11 estadounidenses. El resto de los países del planeta acumula apenas 20. Es verdad que siguiendo las modas contemporáneas el Nobel ha intentado globalizarse. Especialmente a partir de los años 80, década en la que tres no europeos o no gringos lo ganaron (cuatro si contamos el año de 1990): García Márquez, Soyinka, Mahfouz y Octavio Paz, pero la proporción sigue siendo desmedida en cuanto al origen de las nacionalidades e incluso entre la diferencia de ganadores hombres (100) contra mujeres (12). Sirva este ejemplo para hablar del reciente fenómeno de los premios literarios, que quizá están atravesando una de sus mayores crisis en mucho tiempo. El voraz afán mercadológico de la mayoría de los consorcios editoriales y de los agentes literarios ha transformado esta figura en una simulación que pretende erigir a un cierto autor por méritos literarios cuando detrás hay un proyecto comercial y de marketing predefinido. En nuestro país la ausencia de suplementos culturales y literarios es un problema grave. Especialmente agudo para los lectores que tratan de encontrar entre el marasmo de publicaciones que cada semana abarrotan las mesas de novedades una guía para poder encauzar sus afanes lectores. Los premios terminan siendo señuelos y falsas promesas que en muchos casos no tienen detrás una calidad literaria que los respalde. Motivos políticos, juicios que no pasan estrictamente por la calidad estética de la obra y criterios económicos terminan por urdir una trama en la que quien sale perdiendo es el lector. Hemos visto al comienzo de este artículo que el mayor premio literario de todos ha tenido una historia cargada de polémica, arbitrariedades y aberraciones. De ahí, pa’l real con el resto de los premios. Así que si eres un lector, lectora que pretende guiarse con los fuegos artificiales (nunca mejor empleada la palabra artificiales) con los que los editores pretendemos acompañar a esta u otra obra, piénsalo dos veces antes de determinar éste como tu único método de selección. Por supuesto que también grandísimos escritores y escritoras han ganado todo tipo de premios literarios, sólo señalamos el carácter falible de este criterio que cuando menos, debiera de acompañarse con la lectura de los pocos medios de difusión cultural que aunque tengan patrocinios directos o encubiertos a través de la publicidad, conservan una independencia total en los contenidos que promueven. Como por ejemplo el que tienes en tus manos (o en tu pantalla). +

EL DÍA QUE BEAUMONT... J.M.G. Le Clézio ALMADÍA

LIBRO DEL DESASOSIEGO Pessoa SEIX BARRAL

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO Marcel Proust SEXTO PISO


18 FRASE NAPALM

MÚSICA

POR GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

LA SABIDURÍA NOS LLEGA CUANDO YA NO NOS SIRVE DE NADA.

King Animal SEVEN FOUR ENTERTAINMENT

Por: Aagore @arthuralangore Seis años tuvieron que pasar (recordemos el “Down on the upside”, de 2006) para que la banda, formada hace veintiocho primaveras en Seattle, regresara con un nuevo material de estudio. Chris Cornell, Kim Thayil, Matt Cameron y Ben Shepherd ofrecen, una vez más, el sonido que cautivó a los fans desde su debut.

Portada original de la primera edición de Cien años de soledad. Diseño de Vicente Rojo

¿Guitarras distorsionadas? Sí, tocadas con precisión, fuerza y un sentimiento que arrasa igual que un remolino de fuego. ¿Dudas? Entonces escucha cómo suena “Blood on the Valley Floor” o “Been away too long”, que abre con un riff puntilloso que se te clava en el bodoque de masa que existe en medio de tus orejas. ¿Líneas de bajo? Súper densas. Como si tuvieras que revolver con una cuchara un caldero repleto de brea. “Non-state actor” (con sus discretos teclados como bienvenidos intrusos) es el ejemplo más claro. Los dedos de Ben Shepherd se mueven como tentáculos entre las cuerdas mientras Cornell vuelve a desgarrarse la garganta como lo hacía en los viejos tiempos. ¿Down tempo? La energía no es el único estadio en que la banda, reformada desde 2010, nos sumerge con su sexto disco de estudio. “Black Saturday” y “Taree” caminan por territorios mucho más suaves, melancólicos incluso, aunque no por eso menos alucinantes. Soundgarden ha envejecido con la dignidad necesaria para recetarnos buenas dosis de un “alternativo” (what ever that means) con toques stoner, blusero y hasta aderezado ahora con instrumentos de viento. +





+PARA VER Nota de paso

DVD

Y ESCUCHAR QUÉ MAS QUIERO Silvio Soldini MUNDO EN DVD

Anna se ha convertido en la persona que todo el mundo esperaba: tiene un trabajo modesto pero seguro, es una persona vital y se muestra siempre afectuosa con la familia, con los amigos y con su compañero Alessio, con el que ha decidido tener un hijo. Sin embargo, todo cambia cuando Domenico, un hombre casado, irrumpe en su vida y le hace redescubrir el amor, ese amor basado en el deseo y la pasión.

CD MARIO IVÁN MARTÍNEZ Un rato para imaginar Vol. XX MORALES GONZALEZ ROSA

La imaginación es inagotable. Quién mejor que Mario Iván Martínez para darle rienda suelta en la narración de cuentos, figura indiscutible en el teatro, la actuación y el canto, ahora en este nuevo volumen de cuentos que nos llevarán a lugares insospechados.

SAL & PIMIENTA Fatih Akin CINE, VIDEO Y T.V.

Zinos posee un restaurante donde ofrece los platillos más sencillos y comunes. Su vida da un vuelco cuando el amor de su vida decide irse a vivir a Shanghai, por cuestiones laborales y al mismo tiempo su hermano es liberado condicionalmente de prisión. Por si esto fuera poco, Zinos sufre una lesión grave en la espalda, por lo que se ve obligado a contratar a un nuevo cocinero que es un genio, pero de muy mal carácter. Con toda esta revolución, la vida y el negocio de Zino cambiarán radicalmente y sucederá cosas que jamás imaginó.

CENIZAS Y DIAMANTES Andrzej Wajda CINE, VIDEO Y T.V.

En Polonia, concluida la Segunda Guerra Mundial, la situación política y social es caótica. El idealismo cede el paso a diversas formas de anarquía y extremismo. El protagonista, un joven que milita en un grupo ultranacionalista, recibe el encargo de asesinar a un importante comunista; pero, cuando el joven encuentra el amor, en pocas horas sus certezas se pulverizan.

SHAME, DESEOS CULPABLES Steve McQueen EN PANTALLA

Brandon es un apuesto treintañero neoyorquino con serios problemas para controlar y disfrutar de su agitada vida sexual. Obesionado con el sexo, Brandon se pasa el día viendo páginas pornográficas, contratando prostitutas y manteniendo relaciones esporádicas con solteras de Manhattan. Un día aparece su hermana menor Sissy en casa sin avisar con la intención de quedarse unos días en su apartamento.

VARIOS Fifty shades of Grey, the classical album EMI MUSIC

Disco para acompañar la lectura de un Best-seller que ha provocado controversia por su contenido; básicamente integrado por grandes obras de la música clásica, el disco no deja de ser una obra musicalmente coleccionable.

DIANA KRALL Glad rag doll UNIVERSAL MUSIC

Desde hace años establecida como una figura indiscutible del jazz, la canadiense nos entrega su nueva producción donde su talento en ejecución instrumental y vocal no dejan duda de que será complicado que alguien más le arrebate el trono como la reina actual de la música jazz.

CAFÉ TACUBA El objeto antes llamado disco UNIVERSAL

Casi 25 años en la escena del rock nacional los ha establecido como una de las bandas más queridas en el país y América Latina; con un sonido más maduro pero que no se aleja de su ecléctico estilo, los oriundos de Ciudad Satélite nuevamente están presentes y vigentes.

CINE SOCIALISMO Jean-Luc Godard MUNDO EN DVD

Una sinfonía en tres movimientos. “Cosas así”: en un crucero por el Mediterráneo viajan conversan diversos personajes: un policía de Moscú, un criminal de guerra, un filósofo francés, una cantante norteamericana, un embajador palestino y un ex doble agente. “Nuestra Europa”: una noche, una niña y su hermano convocan a sus padres y les piden explicaciones sobre la libertad, la igualdad y la fraternidad. “Nuestras humanidades”: visita a seis lugares que son escenario de leyendas auténticas y falsas, Egipto, Palestina, Odessa, Hellas, Nápoles y Barcelona.

CECILIA BARTOLI Mission UNIVERSAL

El talento y voz de Cecilia Bartoli nos deleitan nuevamente con esta magnífica obra, con colaboraciones de el contratenor Philippe Jaroussky, el Coro de la Radiotelevisión Suiza, la orquesta de instrumentos antiguos “I Barocchisti”, de Lugano, Suiza, y el director de orquesta Diego Fasolis.


23 ¡NIÑOS A LEER!

POR KAREN CHACEK

Interior del libro Fonchito y la luna, editado por Alfaguara.

Karen Chacek. Guionista y escritora. Nació en D.F. un sábado de junio. Se acompañó en la infancia de cómics, series de TV y libros de fábulas.

LOS NOBEL TAMBIÉN FUERON NIÑOS

Sería un disparate sugerir que todos aquellos que escriben o han escrito historias para niños son personas buenas que gozaron de una infancia plena, pero no así proponer que todos aquellos que han creado un cuento para niños escribieron sus textos desde el lugar más agradable de su casa, si no es que de su cabeza.

FONCHITO Y LA LUNA Mario Vargas Llosa ALFAGUARA

Tal sitio podría haber sido su biblioteca personal, una mesa con vista a la ventana, una mecedora vieja junto a una planta frondosa, o tal vez la silla dura de un restaurante de hamburguesas o el asiento de en medio en la fila 17 del avión, mientras que quien tecleaba la historia ocupaba un comodísimo reclinable rosa en un extremo del hipocampo de su cerebro, o un tapete peludo en el neocórtex. ¡Podría ser! Esto es sólo parte de esa magia particular que se produce al crear contenidos para niños; literatura, no tabletitas pedagógicas. El autor que se aventura a hacerlo se exige a sí mismo hablar con las palabras que, si no son las más sencillas que conoce, sí las más claras. La voz que narra las historias no es siempre la voz de su yo más ilustre o delicado, las más de las veces es la voz de su yo más ingenioso, irreverente, franco, idealista o experimentado. Muchos imaginan que los adultos, cuando escriben para adultos, reflexionan a un nivel mucho más profundo. Si me preguntan: yo creo que no hay escritura más cuidada y meditada que la de un buen autor de libros para niños. Me da por pensar que, en el fondo, el autor no sólo le escribe a los niños del mundo, también a ese niño que fue él antes, a modo de presumirle: ¡mira todo lo que sé ahora!

LA FLOR MÁS GRANDE DEL MUNDO José Saramago ALFAGUARA

Para muestra citaré a tres ganadores del Premio Nobel que entre su obra de vida nos han obsequiado buenas historias para niños. Empiezo por mencionar al recientemente galardonado, en 2010, Mario Vargas Llosa, con su libro Fonchito y la luna. La historia es de lo más sencilla: un niño al que le gusta una niña y hace algo que a muchos les parecería imposible con tal de conquistarla. Con poquísimas palabras sencillas y muy bien escogidas, Vargas Llosa dota de vida y sentimientos a ese par de personajes que protagonizan la historia: Fonchito y la niña de los ojos grandes a quien él, una noche de jueves, le baja la luna del cielo para poder regalársela. José Saramago, premiado en 1998, es otro grande que juega a escribir un libro para niños: La flor más grande del mundo, y lo hace a la manera de los buenos maestros: hablándole de cara al lector, sea cual sea su edad, confiado de que este es inteligente; tan así que lo invita a hacer suya la historia, reinventarla con su imaginación y fabricar una historia todavía más bella que la contada por él. El tercero en la lista es Rudyard Kipling, el británico ganador del premio en 1907 y autor de ese clásico que casi todos conocemos: El libro de la selva. Una maravillosa recopilación de fábulas de animales, de la cual se han hecho numerosas adaptaciones para cine y TV, pero ninguna supera la experiencia de leer el libro. Apuesto a que si alguien topara con un ejemplar por primera vez, sin saber nada de su autor, se iría de espaldas al enterarse que esta obra tan fresca, cuya lectura es realmente entretenida, ¡fue publicada por primera vez en 1894! De hecho, las historias del libro fueron primero editadas en revistas entre 1893 y 1894. Algunas de las fábulas, incluso, se acompañaron de ilustraciones realizadas por el padre de Kipling. +

EL LIBRO DE LAS TIERRAS VÍRGENES Rudyard Kipling ALIANZA



25 CINE POR ERICK ESTRADA

Director editorial de cinegarage.com, portal dedicado al cine, y colaborador en la estación de radio Reactor.

EL NOBEL EN IMÁGENES

El cine fue, antes que otra cosa, un instrumento para la ciencia. Poder descomponer el movimiento en una serie de fotografías representó un nuevo acercamiento a su estudio (el del movimiento y el de la fotografía) y abrió la posibilidad para doctores y estudiosos de ver con más detenimiento los músculos en acción, las plumas en vuelo, los objetos en caída libre. Si el cine tuvo primero este impulso científico seguro no lo ha perdido. Los avances tecnológicos en el cine hoy amplían sus posibilidades dramáticas y artísticas. Es gracias a ellos que el espectáculo cinematográfico sigue vigente, se renueva, pasa de un siglo al otro sin perder ni transformar su esencia, y ahí está la clave. Los mejores adelantos tecnológicos en el cine lo son por supuesto por su posición en la vanguardia pero, más que nada, porque a la vez refuerzan y mantienen en su lugar a la esencia del cine. El Oscar, ese premio tan sobrevalorado, puesto en un nicho por mucha gente que cree y creerá que está dedicado a lo mejor del cine, tiene aquí un punto a favor. Y un punto grande. Separado de la famosa ceremonia en la que el glamur y las palmadas en la espalda están en el menú para la cena, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos realiza la entrega de lo que ellos llaman los Scientific and Technical Awards (los premios a los avances científicos y técnicos). Se trata de un reconocimiento a los adelantos que hacen que el cine se haga mejor, se vea mejor, se oiga mejor, se disfrute mejor. Un equivalente más que digno al Nobel universal y que ha dejado para nosotros adelantos que el 90% de las veces disfrutamos sin darnos cuenta. Los premiados son muchos pero por supuesto que entre quienes se han quedado con este Nobel del cine (por lo menos del cine de occidente), hay varios que destacan, quizá por la popularidad de su aportación o porque, sin ellas, algunas de las películas que más hemos disfrutado serían diferentes o jamás se habrían concretado. El desarrollo del formato IMAX, hoy tan en uso, fue reconocido con el premio y la corporación que lo desarrolló no solamente se ha convertido en ultra millonaria, sino que puede quedar satisfecha simplemente por una razón: visualmente no habíamos tenido nada parecido y, claro, el formato rehace la imagen para llevarla a lo que fue en un principio, un concierto en sí misma. Eastman Kodak también fue reconocida con el premio y lo fue por varias razones: primero hicieron de la película emulsionada algo manipulable sin riesgo de que explotara a la menor provocación y desarrollaron el negativo a color y su equivalente en positivo, entre otras cosas. El desarrollo del sonido Dolby es, en muy pocas palabras, el equivalente pero sin imágenes (que los cines mexicanos no lo usen correctamente no es culpa de ellos) al igual que la tecnología Avid, que permite editar y montar películas de manera no lineal, es decir, sin necesidad de acomodar forzosamente los clips de una secuencia desde un principio o, mejor aún, permite reacomodarlos en menos tiempo y con menor esfuerzo. El Avid sustituye a la famosa Moviola, un aparato que permit(ía)e al editor ver la película que arma mientras une los clips de sus secuencias y que, claro, en su momento recibió también el Scientific and Technical Award igual que los dos anteriores. También han recibido el premio Panavision y ARRI, compañías que compiten entre sí de manera más que real pero que nos han dejado cámaras de alta definición, más ligeras, más maniobrables, o lentes que permiten imágenes anamórficas, de esas que llenan pantallas gigantescas frente a nosotros, en las que calidad y espectáculo van de la mano. El cine animado, por supuesto, es de los favoritos últimamente, pero si caminamos un poco hacia atrás encontraremos que uno de los primeros softwares en utilizarse de manera universal, profesional y eficiente también ha sido reconocido en este nivel, el famoso Maya. Elementales resultan ahora las lámparas de xenón, que emiten luz al hacer pasar electricidad a través de xenón ionizado. El resultado es una luz blanca que imita casi a la perfección la luz natural del sol y que se mantiene constante durante mucho tiempo. Sin ella y sin la constancia en su emisión, los proyectores cinematográficos que tantas alegrías despertaron en nuestra infancia y adolescencia no habrían existido y el cine se habría quedado con las lámparas de ignición de carbón que, me dijo una vez mi abuelo, nada más no daban el ancho. Si el Nobel en el cine existe, damas y caballeros, no existe solamente para hacer millones de dólares, sino para provocar que los sueños que se destilan en esa sala a oscuras tengan cada vez mejor sabor. El cine, al lado de eso, es una unión perfecta de mecánica y electrónica. Todo eso es ciencia. +


Sigue leyendo Acudimos de nueva cuenta a la fiesta de los libros. Durante una semana conversamos con diversos autores que mediante sus palabras nos llevan de viaje sin necesidad de boleto alguno. Además de encontrarnos con viejos conocidos, en esta Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2013 nos dio mucho gusto entrevistar a tantos autores con tan particulares universos narrativos y puntos de vista que hacen de la literatura una celebración de ideas. Por razones de espacio las entrevistas han sido editadas pero podrán disfrutarlas completas en video a través del portal máscultura.com.mx de Librerías Gandhi.


27 ENTREVISTAS

FIL 2012

© Khrystell Jiménez Zavaleta

c i v o r t e P n a r o G Para ver la entrevista completa visita www.mascultura.com.mx

¿Cuál es el papel que juegan los ángeles en El cerco de la iglesia de la Santa Salvación? Los ángeles vuelan alrededor de Dios; en el libro lo hacen alrededor de la historia. Esta novela tiene una estructura de embudo: el primer capítulo tiene cincuenta páginas y el último sólo una. Conforme se avanza, los capítulos se van haciendo más cortos. Conforme la narración se acerca a la época moderna se va secando. No sólo en cuanto al volumen sino por el lenguaje. Es una de las metáforas de la novela. Conforme avanzamos hacia nuestra época cada vez hablamos menos. En la actualidad nosotros nos informamos más de lo que nos comunicamos. Los mensajes que nos mandamos unos a otro son cada vez más cortos. Es muy extraño porque la civilización se esforzó durante miles de años por desarrollar la escritura y ahora se esfuerza por reducirla a sólo líneas. Esta es una novela antihistórica, porque un cierto conjunto de eventos históricos que se tratan se confrontan con la narración. Cuando estamos leyendo un libro historiográfico leemos sobre eventos, nos fijamos en el número de víctimas en una guerra, en los grandes movimientos y traslados de ejércitos o refugiados, pero la historia no registra los destinos individuales, a menos que se trate de los gobernantes. La literatura hace lo contrario, preserva los pequeños cuentos, las historias humanas. No es raro que conozcamos más una época por la literatura que por los libros de historia. Volviendo a la pregunta, los ángeles están ahí porque gran parte de la trama ocurre en una iglesia. Por su estructura y tema inicial debía de tener un nivel teológico. Los primeros niveles de ángeles son los más cercanos a Dios, los capítulos más largos. ¿La historia es también una gran fantasía? Esta novela tiene como tema una parte de la historia de Serbia, pero también algunos otros eventos como la Cuarta cruzada, que para la historia de Europa fue muy importante porque implicó la destrucción de Constantinopla, la ciudad más grande del mundo en ese momento. Mi intención no era sólo hablar de la historia de Serbia ni de este evento que acabo de mencionar, sino sobre el cinismo de la repetición de la Historia. La Historia en sí misma es fantástica. Hoy en día no estamos seguros si algo fue un acto, un evento histórico o es algo inventado, porque como sabemos la historia la escriben los vencedores, la historia de los pequeños y de los vencidos casi no existe. Para mí era importante sacar a flote los destinos humanos, una historia del individuo. Por eso espero que funcione en español, porque la narración no es sobre una cierta fecha sino sobre la gente en ciertas circunstancias, sobre sus amores, sus temores, sobre su valentía o cobardía, sus amistades, sus traiciones; esta novela cuenta la misma historia que cuenta la literatura universal, porque la literatura a lo largo de los miles de años habla de lo que acabo de mencionar. A veces es la voz fuerte de las grandes culturas, de las lenguas mundiales como el español, pero a veces es una voz baja, de lenguas pequeñas, casi un susurro. Háblenos de Bogdan y su fascinación por las aves… Es la antítesis de la primera pregunta. Las aves son ángeles en sentido teológico, las aves nos rodean. No quiero desarrollar un discurso teológico, pero Dios existe en cosas pequeñas, la prueba de su existencia es una bellísima voz humana o un ave que viene volando hacia nosotros. Leímos que en alguna entrevista mencionó que su libro fue inspirado por Terra Nostra, de Carlos Fuentes… Sí, después de leerla quise escribir la Terra Nostra serbia, pero no quiero compararme con un gran escritor como Carlos Fuentes. Yo quería escribir un libro que hablara de diferentes épocas y periodos donde se mezcla lo que realmente ocurrió con lo inventado, donde el sueño y la realidad se entretejieran, que hubiera páginas donde aparecieran personajes históricos y también aquellos cuyos nombres ignoramos. Para mí Terra Nostra fue un libro de una acústica particular, una especie de laberinto donde al pasar a través de los pasillos escuchamos voces en otros pasillos, como la risa de un bebé o un llanto. Todo eso forma la vida. Pienso que la literatura es precisamente eso: un laberinto por el cual el lector llega a alguna parte a diferencia de nuestra civilización, donde nos perseguimos a nosotros mismos o, como lo dice la mitología, somos una serpiente que se muerde la cola. La literatura es una especie de salvación. +

EL CERCO DE LA IGLESIA DE LA SANTA SALVACIÓN Goran Petrovic SEXTO PISO


28 ALBERTO CHIMAL

ÁNGELES MASTRETTA

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La torre y el jardín es tu nueva novela… Se trata de una novela de aventuras. Los personajes deciden meterse en un lugar que no conocen para encontrar cierto objetivo, y el viaje es tan importante como el destino. Es una novela donde la imaginación fantástica se encuentra con lo más cotidiano y sórdido de la existencia humana. Hay de todo: aventuras extrañas, la historia de un hombre en busca de su pasado, una mujer que guarda un secreto, una gran cantidad de animales metidos en un zoológico de lo más extraño, el misterio de un jardín que los personajes buscan pero que ninguno sabe cómo es ni dónde está. Creo que la novela puede leerse como un paquete con muchas sorpresas, muchos sucesos y personajes extraños. Los lectores podrán encontrar algo que les guste, porque también hay violencia, acción, gente lanzada a grandes velocidades, una escena con pistolas que no podía faltar. Es una novela intrincada, rara, de aventuras. Háblanos del edificio dónde ocurre la historia… El edificio está en una ciudad cualquiera, no muy interesante, no muy próspera, no muy pobre. El edificio es el lugar más perverso del mundo, donde se cometen toda clase de hechos extraños y terribles que son conocidos por mucha gente pero de los cuales no se habla, tal y como ocurre con un burdel o con algún lugar donde pasan cosas feas, a donde van a dar los secuestrados, donde la policía interroga a los prisioneros, así es este edificio. Sin embargo, este lugar tan feo guarda en su interior un secreto de lo más misterioso y de lo más sorprendente, algo que es todo lo contrario de lo terrible que puede ser este lugar. Un sitio dentro otro sitio, un lugar apartado que se llama “El jardín”. Nadie sabe qué contiene pero está rodeado de un montón de leyendas y está custodiado por un grupo del que se sabe muy poco, un grupo de asociados o juramentados que pueden ponerle obstáculos a quienes quieren llegar o pueden tratar de ayudarlos. Los dos personajes que se meten a “El Brincadero”, así se llama el edificio, son un médico proctólogo llamado Francisco Molinar, un tipo de lo más normal, con las preocupaciones más habituales, y Horacio Kustos, un personaje rarísimo, un explorador de lo inusitado, de lo extraño, un tipo que vive para encontrar todo aquello que falta por descubrir en el mundo, y que hará lo inusitado, lo maravilloso, lo mágico, porque este es un mundo donde nos hemos acabado todas las sorpresas que nos podría dar el mapa. Un mundo en el que ya no hay posibilidades de descubrimiento, posibilidades de maravilla y Kustos, que es un poco sedicioso, disolvente, subversivo, se inventa o se encuentra todavía estas posibilidades de ampliarse la visión de las cosas, la visión del mundo. Estos dos personajes tan diferentes entre sí se ven asociados por la casualidad y entre los dos descubrirán el secreto del jardín, de este lugar tan extraño dentro de un lugar tan perverso. Horacio Kustos ya es un viejo conocido de tus lectores… Es un personaje con el que llevo cierto tiempo trabajando. De varias maneras es como un personaje que está pensado para ser figura o protagonista de una serie, pues hay muy pocas series en la literatura mexicana, y personajes poco recurrentes. Justamente yo quería hacer uno. En su intención de explorar descubrir y conocer, es también un personaje que a mí me importa mucho porque me parece que como escritor hay que contar lo que no se ha contado, decir lo que no se ha dicho, ampliar el mundo por medio de las palabras. Muchos personajes que yo he hecho cuentan historias, son personajes que buscan fijar aquello que van descubriendo. En el caso de Kustos él se revela contra un modo de actuar o pensar muy vigente en nuestra época, este cinismo que heredamos a comienzos del siglo XXI, del malestar que vino entre el paso del siglo pasado a este y que implica un montón de cosas que me parecen desagradables, como la idea de la sumisión, del conformismo, del cinismo, que es parte del ánimo de la época. Me parece sumamente triste, algo que hay que cuestionar. Kustos es el personaje por medio del cual cuestiono todo lo anterior y que busca redescubrir esa capacidad de asombro, de maravillarse, de imaginar no sólo en el sentido personal o subjetivo, sino de ver de otra manera el mundo que nos rodea, y que creo que es algo que nos hace mucha falta. +

LA EMOCIÓN DE LAS COSAS Ángeles Mastretta SEIX BARRAL

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LA TORRE Y EL JARDÍN Alberto Chimal OCEANO

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¿Llega un punto en la vida de un escritor en que siente la necesidad de escribir sus memorias o su autobiografía? Sí. Yo hubiera preferido que el momento se tardara más en llegar. Espero tener veinticinco años para acabar de contar más cosas. Tengo ganas de vivir mucho porque me divierto mucho en la vida. Creo que hay textos míos que escribí a los veinte años en Ovaciones en los que hablo de mi infancia como algo muy remoto, y ahora los veinte años los veo como otra infancia. En ellos hablo de lo que fue crecer, cómo fue jugar, cómo fue la vida y la muerte durante esos años. Tuve una infancia feliz y a veces la culpo por la falta de temas, tanta paz no me da para escribir una novela derrotada. Yo quería que La emoción de las cosas fuera un libro de ficción que contara la historia de mis papás antes de que se encontraran y se casaran. Cuando lo lees resulta que no es una novela, ni una historia de principio a fin, lees cosas sueltas, jirones, pero vas accediendo como quien hurga en una cueva, vas encontrando cosas que van moviéndose y destellos que te llevan no sólo a mis historias sino a las historias del lector. Cuando uno habla de su infancia, habla de la infancia de los demás, cuando uno habla de sus padres habla de los padres de los otros. Escribes para contagiar y acompañarte. Escribí este libro con sencillez, con humildad, como una plegaria, pidiéndoles a los lectores que me acompañen y que me perdonen. Para mi es importante contar historias, llevar a la gente a viajar a otros lados. Este libro me dejó lista para escribir ficción otra vez. Conforme se avanza en el libro parece como si el lector te fuera acompañando en la escritura del libro… Este libro trata de la memoria, de la familia y de la literatura. Hay una parte de la literatura que es la parte más secreta de nuestra vida secreta, que es ¿cómo trabajas?, porque a veces es un secreto hasta para uno mismo, a dónde voy, cómo hago para contarlo. No quisieras exponerte pero hay gente que nunca confiesa la vulnerabilidad en la que se está al momento de escribir. Muchas veces no sé para dónde voy, no sé si le gustará a alguien, no sé si esto vaya a ser un libro. Lo escribí para que alguien más me acompañe. Tu abuelo perdió una letra del apellido, ¿qué ha pedido Ángeles Mastretta? Un montón de cosas. Todos perdemos cosas, el chiste es ir ganando otras, mantenerte asombrado, ganar serenidad en medio de lo que vas perdiendo, serenidad, incluso, para aceptar la muerte. Ahora conozco casi tantos muertos como vivos, pero me voy encontrando otros, gente joven, gente con los mismos intereses. Mi papá se murió cuando yo era muy chica así que tuve que aprender a resolver esa pérdida. Tuve epilepsia y hubo épocas en que perdí el tiempo por estar enferma, que es una manera ingrata de perder el tiempo. En un texto que se llama “Pérdidas”, publicado en El País, cuento la historia de cómo perdí un perro. Lo llevaba a caminar, sin correa, desde los dos meses y así hasta los ocho años. No se había perdido nunca, tenía una placa con su nombre, por lo que pudieron devolvérmelo si hubieran querido. Cuando lo perdí me sentí tan culpable como frente a otras pérdidas. Casi todos nos sentimos responsables cuando alguien se muere, aunque sepamos que nuestra mano no tiene nada que ver. Es absurdo pero eso pasa. Cuando se perdió el perro, por supuesto que yo era responsable de su destino. Eso se llama culpa y está muy mal lidiar con ella. En el libro hablas sobre máquinas de escribir y computadoras. ¿Cuál de las dos prefieres ahora? Me fascina escribir en una máquina que ya no me cansa. Pienso en lo que sería escribir un libro en una máquina, como escribía yo antes, cuando la cuartilla estaba tan “pesada” que tenía que recortarla, vivía con el pritt y las tijeras, armando hojas con tal de no volverlas a escribir. Eso ya no lo podría volver a hacer, ahora pico la flecha para atrás, borro la palabra y la vuelvo a poner. ¿Te imaginas que hubiera hecho Balzac con eso? Lo seguiríamos leyéndo. +


ANDRÉS NEUMAN

ÉLMER MENDOZA NOMBRE DE PERRO Élmer Mendoza TUSQUETS

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¿Qué es Hablar solos, tu nueva novela? Es una historia de carretera, una tradición que siempre me ha gustado mucho, donde no solamente viajan dos personajes masculinos, padre e hijo, sino que en paralelo se relata la aventura de quien en lugar de ejercer el rol de Penélope se rebela contra la espera misma e inicia una aventura propia. Mario y Lito van en camión: para el niño es un viaje de ida, para el padre es un viaje de vuelta. Elena, la madre, trata de defenderse de una situación de pérdida y cuidados de un ser querido enfermo, atrincherándose en dos placeres, el sexo y la lectura, tratando de nombrar y de entender sus dolores. Durante este viaje parece que es Mario, el padre, quien más va aprendiendo… Siempre me ha interesado mucho cómo en la paternidad hay un trabajo simultáneo con el pasado y con el futuro. Toda paternidad tiene algo de ejercicio fantástico porque mientras los padres tratan de labrarle un futuro al hijo, tratan también de influir en su porvenir, facilitarlo, en el mejor de los casos. Al mismo tiempo está la secreta ambición de permanecer en su memoria, de influir en su recuerdo. Cada día que se juega con el hijo, cada regalo, cada enseñanza que se le ofrece es una inversión en futuro, un intento de moldear la memoria del hijo. En el caso de Mario le queda muy poco tiempo para fabricarle todos los recuerdos posibles a Lito; si un viaje es la historia de una transformación, viajar con un hijo es como una transformación viajando dentro de otra transformación. Para Mario es un viaje muy emocionante, además de que es la última oportunidad de legarle un recuerdo en movimiento a Lito, quien está feliz, tiene diez años, él dice “estas son las cosas que pasan cuando tienes diez años”. En el umbral entre la inocencia y la intuición de ciertos conflictos que empiezan en la pubertad, Lito, sin entender, entiende que le están mintiendo pero trata de seguir jugando casi como un modo de no asomarse demasiado al secreto terrible que está viviendo su familia. ¿La infidelidad de Elena es un mecanismo para sentirse viva? Creo que en parte sí, Elena incurre en la infidelidad sin ningún tipo de frivolidad. No es un acto de deserción sino de supervivencia. Es una novela de muchos extremos que se concentran sobre todo en Elena. Es una historia de vida y muerte, dolor y placer, infancia y perversión, y en Elena es como si cuantos más decibelios tuviera la pérdida en su vida, más decibelios necesitase que tuviera el placer, que no es lo mismo que el ocio que tiene algo de olvido del tiempo. El placer es como una conciencia muy aguda de la fugacidad, es casi como un intento de apretar un reloj de arena. Ella sí se aproxima de otra manera a la idea del cuerpo, al cuidar a un enfermo, y busca un tipo de sexo que le garantice que está viva: “tócame para ver si estoy viva, si no me he muerto por el camino”. ¿Fue un reto plantear tres personajes que efectivamente hablan solos? El título tiene que ver con la costumbre inconfesable que todos tenemos de hablar solos y la inesperada compañía que hacerlo nos produce. Esa inesperada contestación que nos da alguien o algo cuando hablamos solos, ese interlocutor imaginario. Todos los adultos seguimos jugando al amigo invisible, sólo que ya no tiene nombre. Nuestro amor por la ficción tiene que ver con darnos permiso para seguir jugando al amigo invisible sin que nadie nos encierre en el manicomio. En Hablar solos experimento con las tres modalidades de hablar a solas: el pensamiento, la oralidad y la escritura. Lito se narra lo que le ocurre por medio de un monólogo interior, el padre graba en un aparato una especie de carta oral para su hijo donde le cuenta todo lo que no vio o entendió en el viaje, y Elena escribe, es una lectora compulsiva que por necesidad o desesperación se pone a escribir. Es el diario íntimo de una lectora que empieza a narrar su propia vida y donde deja constancia de todo lo que lee y cuán inevitable es empezar a leernos a nosotros mismos en los libros, y cómo la lectura tiene algo de composición de un espejo roto. Cada libro sería una astilla de ese espejo que no sabemos dónde perdimos ni qué refleja exactamente. +

© Victor Baca Vargas

© Khrystell Jiménez Zavaleta

HABLAR SOLOS Andrés Neuman ALFAGUARA

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Nombre de perro es tu nueva novela… Es la tercera novela de la zaga del Zurdo Mendieta, donde presento a un detective más sensible porque aparece su hijo, Jason Mendieta, que vive en Los Ángeles. La relación con el hijo hace que el Zurdo tenga experiencias que nunca había vivido porque nunca convivió con un hijo. Le tiene que prestar el auto, se preocupa cuando Jason se pone en peligro y él tiene reacciones que nunca había experimentado; hay una sensibilización del Zurdo, a diferencia de sus dos novelas anteriores. Junto al Zurdo está Gris Toledo, su pareja, la inteligencia espacial, la que siempre está viendo huellas que nadie ve; sigue siendo guapa, inteligente, propositiva, humana. La novela está dividida en tres planos: el de los buenos, el de los delincuentes, representado por el Cártel del Pacífico que dirige Samantha Valdez. En una reunión en un Hotel de Mazatlán se reúnen para decidir qué hacer con la guerra que ha declarado el poder político. Hablan de lo que está pasando, cómo reaccionar ante las agresiones que están recibiendo. Al terminar la reunión, Samantha regresa a su habitación y se encuentra con una sorpresa muy grande. El tercer plano es un infiltrado del gobierno, quien jugará un papel muy importante para pasar la información hacia los órganos de poder. Son capítulos breves, escalonados, espero que les guste mucho. El género negro establece que el detective no puede ser casado ni tener hijos… El Zurdo es como James Bond, absolutamente negado para el amor, puede tener aventuras, pero mientras Bond las disfruta El Zurdo las sufre. En esta novela él considera la posibilidad de hacer una familia, aparece la madre de su hijo, reanuda relaciones con ella pero las cosas no funcionan como él esperaría. Hay una evolución en el diseño de detectives. A los primeros nunca se les conoció amor alguno, como Sherlock Holmes. Los que siguieron eran muy mujeriegos, como Marlowe o Sam Spade. Actualmente los detectives ya tienen hijos, hijas, esposa, yernos. Seguramente alguna vez tendrán hasta nietos. ¿Dónde consigues la información que parece obtenida en los bajos fondos? Gran parte del material que utilizo en mi discurso literario lo saco de conversaciones escuchadas. La gente, con la situación que se vive, habla mucho del asunto de la guerra, cómo está Tamaulipas, cómo está Chihuahua, no me atrevo a investigar porque seria un asunto apasionante. Lo que hago es incorporar estas expresiones de tal suerte que parezcan verdad. Es muy verosímil la manera en que trabajan los policías en Nombre de perro… Hay un deseo como autor de que la policía mexicana sea una policía con formación para investigar, con paciencia para seguir ciertos métodos, sin torturar y descubrir a los culpables. Creo que comparto ese deseo con algunos de mis lectores, que desean una policía eficiente, que las leyes se apliquen correctamente, que los culpables sufran las penas que merecen y que lo inocentes sean declarados libres. ¿Es cierto que las mujeres de Sinaloa son tan hermosas como las que aparecen en las novelas del Zurdo Mendieta? Sí, son guapísimas todas, mi mujer de vez en cuando entra a mi estudió a servirme una taza de té y me distrae. Tenemos esa fortuna de convivir con mujeres hermosas, y hablo de mi mamá, de mi hermana, de mi mujer, de mi hija. De pronto cuando uno ve que el mundo está muy mal hay que salir a la calle a ver a todas esas mujeres tan bien vestidas, fragantes, con tanta fuerza, caminando por la calles y regresa uno curado a casa. ¿Cuál es el estado de salud de la novela policiaca en México? La veo muy sana. Los nuevos autores son muy fuertes, creativos, serios, profesionales, como Bef, F.G. Haghenbeck, Orfa Alarcón, Alejandro Almazán, Yuri Herrera. Son gente que está produciendo una literatura de primera. En Europa están poniendo los ojos en ellos, ya han traducido sus obras al italiano, al alemán. Es una literatura propositiva, se trata de un registro muy vivo de lo que es el México actual. +


o d a h c a M a i r a M a n A

30 LAS SERVILLETAS

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Caminar en la playa todas las mañanas. Emilia, la muñeca creada por Monteiro Lobato. Ninguno de esos. Un jugo de frutas. s hijos. mi ron e i nac ndo ua C . 83 19 en o, r i ane J de o Rí ; 71 19 En Sao Paulo, en 1967; París, No sé. Machado de Asis y Phil ip Roth. La falsedad. Mis hijos. Donde vivo: en Río de Janeiro. rito?

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34 JULIÁN HERBERT

JUAN P. VILLALOBOS SI VIVIÉRAMOS EN UN LUGAR NORMAL Juan Pablo Villalobos ANAGRAMA

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¿Canción de tumba es una especia de autobiografía? A grandes rasgos es una revisión autobiográfica, un texto escrito desde el Hospital Universitario de Saltillo, en el momento en que mi madre ingresa enferma de leucemia. Durante ese trascurso narrativo, cuento el proceso de la enfermedad hacia la muerte. Es una recuperación de la memoria, de mi relación con ella, una relación compleja, que en este caso tiene el ingrediente peculiar de que durante mi infancia y adolescencia mi madre se dedicó a la prostitución. La otra línea es una reflexión sobre qué es contar un novela, hasta qué punto nuestra memoria es ficticia y viceversa, porque las ficciones llevan una realidad inconsciente. En un momento dado, revelas que tú eres el personaje central de la novela… El proceso de la escritura de la novela tiene dos zonas que confluyen: comencé a escribirla por pragmatismo y oportunismo, si se quiere, porque pasaba demasiadas horas en el hospital cuidando a una vieja moribunda, y las horas muertas en un hospital son bárbaras, son lo más parecido a la locura. El impulso inicial de la novela, las notas, los fragmentos que iban surgiendo eran un producto defensivo, para tener algo que hacer, que me mantuviera sobrio, sin la borrachera de la tristeza o la preocupación. Ese fue el primer motor, luego me di cuenta que estaba haciendo una novela, que este texto tan personal podía convertirse en eso, y entonces traté de hacerla funcionar. Eso es uno de los cálculos de la novela. ¿Qué tan difícil fue asumirte como personaje? Fue muy difícil de distintas maneras. Primero fue el impulso de vencer una vergüenza básica, clasemediera, porque aunque venga de la zona lumpen de la sociedad, me colé por la puerta de servicio a la clase media. Afortunadamente empecé a escribir este libro sin pensar que era un libro, sin pensar en publicarlo, eso le dio una zona que yo no había podido registrar en ninguna otra cosa que hubiera escrito antes. Porque cuando empecé a hacerlo fue como saltar al agua fría. La otra parte difícil fue pensarte a ti mismo como personaje, no puedes ser demasiado simpático o antipático, había que mantener esa distancia para crear un personaje que en última instancia se llama igual que yo pero es un personaje literario. Muchas de las cosas que están ahí dichas fueron muy dolorosas de escribir, pero también hay una parte muy gozosa. Creo uno se está formando como escritor para llegar a escribir, inconscientemente, un libro en particular que te modifica profundamente. No sé que tan bueno o malo sea este libro, pero es el libro que yo estaba entrenando desde hacia veinte años para escribir. En la novela hay un contrapunto: la inmovilidad en el hospital y el viaje que Julián Herbert realiza a La Habana y a Berlín… Hay dos cosas que se suman como temas a la novela: el viaje y México. Al principio esto se incorporó al libro solo. Es una mezcla rara lo que ocurrió al escribirlo, la médula del libro me vino en una escritura que no tenía muy clara, escribía para mantener una distancia de la experiencia del hospital. Ya después lo único que hice fue afinarla y vehicularla, darle sentido a lo largo del relato. Es una lectura interesante esta noción del contrapunto entre la inmovilidad y el viaje, creo que proviene de una herencia literaria del siglo XX que podríamos decir que empieza en Joyce y culmina en Sebald, quien a partir del viaje narra la parte inane del viaje, la parte detenida. También hay en la literatura una tradición sobre la “literatura hospitalaria”… Se me cruzan dos lecturas: la lectura de la tradición hospitalaria construida en Europa, muy específicamente en autores alemanes y austriacos. Por una parte está la noción de qué es la enfermedad y cuánto monologamos en torno a ella. Creo que antes había un diálogo entre la salud y la enfermedad. La enfermedad participaba en un proceso filosófico, la enfermedad como una postración que transformaba tu mente. Y en la época moderna sólo es un discurso de la salud monologando acerca de la enfermedad sin escucharla. Me interesaba mucho esta noción de recuperar este diálogo, tratar de convertirlo en un diálogo franco. Para mi fue un diálogo con mi madre y también es un metáfora: todo organismo biológico es de algún modo hijastro de la enfermedad, la enfermedad es tu madre, en todos los sentidos. El otro lado era hacer una crónica lo más divertida posible acerca de los absurdos burocráticos de los hospitales. +

© Khrystell Jiménez Zavaleta

© Victor Baca Vargas

CANCIÓN DE TUMBA Julián Herbert MONDADORI

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Si viviéramos en un lugar en normal es tu segunda novela, háblanos de ella… Es una novela sobre la adolescencia, que transcurre en un pueblo de los Altos de Jalisco, en la ciudad donde yo nací y pasé los primeros quince años de mi vida, en Lagos de Moreno. La historia comienza con un fraude electoral, en 1986, que el PRI cometió contra el partido del “gallito colorado”, el Partido Demócrata Mexicano; este es un hecho histórico que sólo sirve de punto partida para una historia absurda, absolutamente ficticia, donde si hay algunas cuestiones verídicas son solamente anécdotas familiares o personales que están mezcladas junto con una serie de elementos temáticos aparentemente desconectados. En el libro hablo por igual de extraterrestres, de inseminación artificial de vacas, de inmigración de polacos, del PRI… Todos estos temas aparecen con el objetivo de construir una historia humorística y disparatada. Háblanos sobre esta familia de “griegos” y de Orestes, el protagonista… Orestes, a quien la familia llama de cariño Oreo, como las galletas, es el protagonista y narrador del libro. Él pertenece a una familia numerosa, con un padre que es profesor de civismo y que está obsesionado con los griegos, y ha llamado a todo sus hijos con nombres de la tradición griega. El hermano mayor se llama Aristóteles, sigue Orestes, luego Arquíloco, Calímaco, Electra, Cástor y Pólux, los gemelos de mentira. Esta familia, junto con la madre, vive en una casa precaria en lo alto del cerro de la Chingada. La novela va a contar, justamente, la transformación de este cerro que pasa de ser La Chingada al cerro de El Olimpo. Las groserías juegan un papel importante en la novela… Creo que cada historia tiene su propio lenguaje y su propia voz narrativa. No creo que los escritores deban buscar una voz propia como autores, sino que deben buscar una voz para cada historia. Cada relato, sea un cuento o una novela, posee una voz y hay que buscarla. Como escritor eso me interesa. En el caso de Si viviéramos en un lugar normal es una historia que no podía contarse de otra manera, tenía que contarse a través de un lenguaje que es una mezcla de insultos, un lenguaje aparentemente muy vulgar, con un lenguaje muy rebuscado, aparentemente seudointelectualoide, por llamarlo de alguna forma, y que muchas veces está haciendo una parodia de la retórica vacía del discurso priista. Luego de leer tu novela queda claro que la idea de clase media en México es bastante flexible… Es una especie de broma: dónde termina la clase media y dónde empieza la pobreza, es algo que se cuestiona esta familia que se ve a sí misma, por lo menos los padres intentan verse de esa manera, como una familia de clase media a pesar de que la realidad les está indicando cada día que no es así. La novela es una reflexión sobre la realidad social, política y económica de México en los años ochenta, que me parece una etapa fundamental de nuestra historia reciente, la llamada década perdida, que fue el preludio para la llegada de Salinas y el neoliberalismo. De alguna manera el gran protagonista en la sombra es Carlos Salinas de Gortari, que aparece mencionado en un momento de la novela, aparece insultado de veinte maneras diferentes en un párrafo, y que es como una especie de premonición hacia el desenlace del libro, con un final absolutamente disparatado y absurdo que es el inicio de lo que será el neoliberalismo de los años noventa. ¿Estás tratando de explicar la realidad mexicana por medio de los mitos griegos? Es un guiño al lector que se interese. En mi primer libro jugué con nombres en náhuatl, ahora lo hice con nombres griegos. Quien tenga una cultura griega ya puede intuir algunas conexiones, algunos detalles son mínimos, otros si tienen que ver con ciertas características de los personajes y de cómo se relaciona con las tragedias griegas, como en el caso de Orestes y Electra, otras son menciones explícitas o en broma. Me interesa que el lector tenga una segunda interpretación del libro a través de estos nombres, que pueda acceder a un segundo significado, lo cual tampoco invalida que si el lector no sabe o no tiene bases de cultura griega, ni se interesa por investigarlos después de leer el libro, de todas formas tendrá una lectura completa, será una lectura diferente pero no inválida. +


IGNACIO PADILLA

AUGUSTO C. G. MORA

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La industria del fin del mundo es tu nuevo libro… Es un ensayo tan singular como puede serlo un ensayo escrito por un cuenta cuentos. Trata sobre el fin del mundo no sólo como ahora lo concebimos, el inminente apocalipsis maya de diciembre de 2012, sino de cómo a lo largo de la historia judeocristiana ha sido no sólo una idea sino un negocio, un combustible, un generador de energía capitalizado política, social, económica y estéticamente. ¿La humanidad es una apocalíptica sin remedio? Sí, somos tan irremediablemente apocalípticos como el hecho de que todos vamos a morir. La idea de un fin del mundo es a la colectividad lo que la idea de muerte es al individuo. La única certeza que tenemos es que un día nacimos y un día moriremos. En occidente, el cuento de la humanidad empezó un día, no estamos de acuerdo cómo, y que un día terminará. Por eso necesitamos una narrativa que nos ayude a entender nuestro presente y la certeza de que nos vamos a acabar. Esa narrativa, para hacer transitable nuestra angustia de muerte y nuestro deseo de destrucción, es el apocalipsis. Es un cuento que nos contamos. ¿Qué desmuestran estas ideas apocalípticas? Creo que la idea apocalíptica, a partir del libro del profeta Daniel y del libro del Apocalipsis de San Juan de Patmos, sólo demuestra que en culturas materialistas está vinculada con la idea de destrucción y de reconstrucción. Toda utopía en occidente, desde el mensaje evangélico de Jesucristo hasta el de Mahoma (también en el nazismo y en el fascismo) han estado cargadas de una promesa, de una nueva época, de un imperio de los mil años para lo cual es necesario asistir a una destrucción previa. Utopismo y milenarismo van de la mano, son la energía que en cualquier sociedad que ve la historia como un flujo dialéctico estarán presentes, es inevitable. Desde Heráclito pensamos que a toda tesis se le enfrenta una antítesis y que surgirá un síntesis, que es la utopía. ¿No será que el mundo se terminó hace mucho tiempo y no nos hemos dado cuenta? En una serie de televisión chilena llamada Treinta y un minutos y que cito en el libro, al principio un profeta barbado de peluche dice que en treinta y un minutos se va a acabar el mundo, todos se alarman. Cuando termina el programa hay una pequeña sacudida y no pasa nada. Van a reclamarle al profeta y les contesta: “el mundo sí se terminó pero reinicio en uno idéntico”. El mundo se nos acaba todos los días, vivimos apocalipsis cotidianos con la pareja, con la historia, con la novela, con la poesía y suele haber una regeneración. En La industria del fin del mundo hablo de un matiz probable: la idea de que lleguemos a asistir a una catástrofe, que sobrevivamos a ella pero ya sin esperanza de un imperio de mil años de felicidad. Sería el mundo postapocalíptico que ya describió Becket, donde ya no tiene caso esperar a Godot porque sabemos que no va a llegar. Es un mundo habitado por lo que llamo el Homo-Mad Max, un mundo donde ya ni siquiera nos queda esperar un juicio final porque ya ocurrió. Los siguientes apocalipsis se distinguirán del resto porque cundirá una absoluta desesperanza. ¿Cuándo se va a terminar el mundo? Mañana. Uno de los rasgos característicos de los profetas apocalípticos es que para optimizar el combustible, encender la mecha en su beneficio, hay que decir que el fin del mundo va a ocurrir en esta época. Lo hizo Jesucristo, Mahoma, Pedro, Pablo de Tarso, Savonarola, todos dicen “el mundo se va a acabar y se va a acabar ya”, y suelen dar la fecha precisa. Cuando no llega el fin del mundo la gente los perdona, porque siempre supo que nadie sabe cuándo se va a acabar el mundo, pero hay que creer que nos va a tocar a nosotros y que los malos van a recibir su merecido y que nosotros vamos a sobrevivir. Esa es la mecánica apocalíptica: quien está inconforme con su realidad quiere el fin del mundo para los otros, y si alguien llega y se los promete, digamos, en materia política, se inventa una guerra, se invade Irak, se habla del imperio del mal. El mundo se va acabar mañana. +

LONDRES DESPUÉS DE MEDIANOCHE Augusto Cruz García-Mora OCEANO

© Khrystell Jiménez Zavaleta

© Carlos García

LA INDUSTRIA DEL FIN DEL MUNDO Ignacio Padilla TAURUS

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¿Cómo se te ocurrió plantear la historia de Londres después de medianoche? Surge de dos de mis pasiones: el cine y la literatura policiaca. Investigando me encontré con Londres después de medianoche, película de 1927, donde actuó Lon Chaney, y dirigida por Tod Browning, que posteriormente haría Drácula, y me di cuenta que alrededor de esta película había elementos muy curiosos como el de ser la primera película acusada de haber incitado un crimen en Londres, hacia 1928; que algunos de los cines que la exhibieron se quemaron; algunos actores tuvieron destinos trágicos después de la cinta, y el propio destino de la película, que después de 1927, cuando ya no se exhibió más, se quemó dentro de la bodega 7 de la MGM, en Hollywood. Se habla de exhibiciones subterráneas; aparentemente la tiene un millonario que no la da a conocer, y esto me llevó a Forrest Ackerman, un coleccionista de cine de 91 años de edad, quien curiosamente vio la cinta a los once años. Era la última persona con vida que la vio. En la novela él contrata a un exagente del FBI, famoso por no haber fallado ningún caso y por haber sido secretario particular de Edgar J. Hoover, para que la busque, porque Ackerman tiene la idea de que cuando él pierda la memoria o muera, la película se perderá irremediablemente. Háblanos sobre McKenzie, el exagente del FBI… Es un detective que por azares del destino nunca ha fallado en ningún caso, sólo en su vida personal hay dos eventos trágicos sin resolver, y eso es lo que lo anima a tomar este caso. Él tuvo la fortuna o la desgracia de ser el secretario de Hoover, y se rumora que él sabe dónde está el archivo privado de Hoover, que jamás ha sido encontrado. Esto me sirvió para que una persona que trabajó para un hombre acostumbrado a coleccionar historias privados para fines maléficos, trabajara para una persona dedicada a coleccionar objetos que significaban mucho para la gente. Ackerman amasó una colección de más de trescientos mil objetos en su mansión de dieciocho habitaciones y elevó a culto decenas de objetos de cine. ¿Te gusta mucho el cine mudo? El periodo de cine mudo que abarca de 1897 a 1927-1928, con la llegada del sonido, experimentó el ochenta por ciento de la pérdida del acervo fílmico, sólo quedó un veinte por ciento. Ya fuera por negligencia o descuido, se quemaron muchas películas o se destruyeron para reciclar la plata. El nitrato de plata era un material muy inestable que a altas temperaturas se incendiaba y a temperaturas bajas se descomponía. Como un incendio con nitrato de plata no se puede apagar con agua, muchas compañías no estuvieran interesadas en gastar para mantener estas películas y las tiraban a la basura. Imagínense que se perdieran todas las películas de Almodóvar, que sólo se hablara de una película de un director español que se llamaba “Hable con ella”, que trataba de una mujer en coma, y que sólo quedaran fotografías, un pedazo del diálogo o tres minutos de la película. Esa era mi idea: jugar con esta historia del cine perdido. Esta novela indaga sobre el cine mudo que se perdió y los lugares donde pueden encontrarse estas películas. No por ser la búsqueda de una película quiere decir que la investigación de McKenzie esté libre de peligros… Es todo lo contrario. Extrañas fuerzas se oponen a que el personaje busque la película. Un detective anterior desapareció, se rumora que quienes se acercan a buscar el filme resultan con daños físicos, que hay fuerzas que buscan y hay otras que se oponen, porque resolver un misterio nos da placer durante quince segundos o un par de capítulos, pero hay misterios que pueden mantenernos quietos y atentos por siglos o décadas, como ciertos teoremas matemáticos. Los enigmas siempre están en nuestra vida y el detective va descubriendo que hay fuerzas que siempre van un paso adelante de él. ¿Mientras escribías la novela trabajabas en tu panadería? Sí, me dio tiempo para pensar porque creo que, toda proporción guardada, la creación de obras es como hacer pan. Así como en la panadería hay momentos para juntar los ingredientes, para juntar las historias, para investigar, hay un momento para amasarlos, dejarlos fermentar para que vaya creciendo la historia como la masa del pan. En un momento dado el pan tiene que entrar al horno: las novelas tienen que ser escritas para que salgan en su momento. +


36 GERARDO GUTIÉRREZ

ALEJANDRO MAGALLANES

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Tu novela es sobre la rivalidad entre la pintura y la fotografía… Se trata de una historia muy apasionante, que recrea el momento en que la gente empezó a tener una percepción distinta de las imágenes, en concreto de las fotografías; es el momento en que surgen las cámaras portátiles, hacia 1888-1889, también hay una recreación de algunos aspectos de la vida del fundador de Kodak, George Eastman, y por otra parte tenemos a un pintor impresionista francés, un hombre mediocre, venido a menos, muy amargado, que ve amenazados sus intereses y su trabajo porque siente que se le va a acabar la oportunidad de hacer relatos a mano. La intriga es simple: este pintor está enamorado de una prostituta de quien hace retratos. Un día ella decide no posar más para él sino posar para fotógrafos, lo que desencadena odios, rencores, recreos y hay una trama un poco policiaca. Las vidas de Eastman y del pintor Gobert son diametralmente opuestas… Me interesaba construir dos personajes contrastantes. Eastman representa el espíritu de los Estados Unidos, un emprendedor, un empresario, un inventor, y por otra parte tenemos a un pintor de barrio que vivía en un tugurio en París, en un momento difícil en Europa. Creo que las novelas funcionan por contraste, lo que me permitió construir dos voces: la parte de George Eastman está narrada en tercera persona y la del pintor se cuenta en primera persona. George Eastman inventó no sólo la cámara portátil sino los gadgets que ahora nos inundan… Efectivamente Kodak entró a muchas zonas de la industria cinematográfica. Eastman fue un visionario que empezó a vender productos de revelado, luego entró a la industria del rollo fotográfico y de ahí pasó a las cámaras portátiles. Las propias fotografías también son personajes en la novela. A finales del siglo XIX las fotografías eran objetos misteriosos, mágicos, que generan muchas cosas. Algo muy distinto a lo que tenemos ahora. Tenemos una percepción muy estrecha, ya no somos tan sensibles a ciertas cosas como la gente del siglo XIX, donde una impresión en papel era algo extraño, maravilloso, algo insólito, era un objeto que se guardaba y se volvía a ver con mucha nostalgia. Quería reflejar eso en la novela sin que fuera algo teórico porque la novela no pretende hacer una historia de la fotografía. ¿Si te pusieras en la piel de Gobert, ¿hubieras sentido una amenaza de parte de la fotografía hacia la pintura? Creo que sí. Hay que tener en cuenta que René Gobert, como otros pintores de su época, creía profundamente en el arte de plasmar una imagen en un lienzo. Gobert representa a estos artistas que dedicaron toda su vida a la creación y fracasaron. París fue durante muchos años la meca del arte pero mucha gente fracasó, mucha gente se quedó en el camino, no sólo pintores, también escultores y músicos. Mi personaje rinde homenaje a esas personas que dejaron su pellejo y su vida, y que no lograron sus propósitos. Uno de ellos fue Vincent Van Gogh, que aparece hacia el final de la novela. Sabemos que fue un hombre atormentado, vendió un solo cuadro en su vida. Rene Gobert y Van Gogh se encuentran en el monasterio de Saint Remi, en Francia, y comparten esos delirios, esas vicisitudes. Para mí son los grandes personajes de la novela, son los que más disfruté. George Eastman fue más fácil porque lo pude ver mejor, es un personaje muy ascético, plano, hasta cierto punto fácil. En cambio el otro me inquietó mucho, me obligó a generar lugares oscuros, meterlo en hospitales, había que imaginar cómo comía, cómo se desvelaba o cómo se relacionaba con la prostituta. ¿Fue muy arduo el proceso de investigación de Snapshot? Para hacer la novela tuve que leer muchos libros de fotografía y pintura. Tomé lo que consideré más relevante pero nunca pretendí hacer una historia de la fotografía, me interesaba más la verosimilitud, tuve que acomodar los personajes en un momento y espacios determinados. Lo difícil fue seleccionar, imagínate lo que se ha escrito sobre fotografía e impresionismo. Tomé un camino más sencillo y los datos históricos los usé como ambientación. La novela es de bajo presupuesto, me hubiera gustado viajar a la casa-museo de George Eastman, a París, pero hay mucha información disponible así que tomé lo que estaba a la mano. +

LIBRO Alejandro Magallanes ALAS Y RAÍCES

© Khrystell Jiménez Zavaleta

© Khrystell Jiménez Zavaleta

SNAPSHOT Gerardo Gutiérrez Cham PLANETA

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¿Cómo es que se puede dibujar con palabras? Si pensamos que las letras son dibujos, que alguien dibujó la letra A y se llega a una convención social en la que se dice que este sonido A se representa por medio de un triángulo atravesado por una línea, entonces las palabras se pueden representar con los dibujos que son las letras, todo el tiempo se hace. Al escribir un nombre en un cuaderno se dibuja la representación del nombre. Las letras son objetos o pedazos con lo que se pueden armar cosas como si fueran un lego. Eso me parece muy interesante de imaginar, pensando que la forma en que escribimos es la forma en que dibujamos. Los adultos que ya no dibujan siguen escribiendo. Por eso los nombres en los cheques valen algo, si se escribieran en Times New Roman no valdrían nada. ¿Cómo se te ocurrió hacer este libro que es como volver a lo básico, a los inicios? Me invitaron en Alas y raíces para hacer este libro de actividades, a raíz de un libro de poesía que diseñé para la editorial Almadía. ¿De qué forma podría proponer algo original? Y pensé justo en las palabras que son dibujos y que también poseen un interesante juego conceptual, y así empezó el proceso. Este ha sido el libro que más tiempo me ha llevado dibujar, escribir y diseñar, tiene que ver con la forma en que yo trabajo, sí tiene que ver con volver a los inicios. Si todo esto que estamos hablando se compone de a, e, i, o, u y de otras veintidós letras más, se trata del inicio del inicio. Además el Libro es interactivo… Sí, es totalmente digital, para que usen las manos y los dedos y también los papás. Puedes abrir el libro en cualquier página, no necesariamente desde el principio, hacer alguna actividad, puedes tacharlo, dibujarlo. ¿Por qué le pusiste Libro al libro? Está muy bien el título porque si se llama el libro, la Feria del libro de Guadalajara se refiere a mi libro, todos los demás, los millones de libros son acompañantes del libro Libro. En algún momento lo dudé, pero al final concluí que todo libro se compone de imágenes y palabras, o de imágenes que dan las palabras, incluso los que tienen fórmulas matemáticas porque son representaciones. Por eso le puse así, se me hacía gracioso, simpático. ¿Para quiénes está pensado el libro Libro? Es para todo público. Si pensamos en una edad de los lectores, o de los realizadores, sería a partir de que empiezan a leer y a escribir, poco después de que ya tienen esa práctica con las estructuras básicas del lenguaje que ya tenemos porque hablamos. ¿El libro Libro contiene muchas actividades para dibujar escribiendo? Hay actividades muy divertidas, como la de unir diferentes sílabas e inventar palabras. O por medio de las formas de la letras, una R puede ser una ardilla, o un camello la letra M, o un murciélago con las alas muy extendidas, hasta un gusano puede ser la letra S. +


FABRIZIO MEJÍA MADRID

PERGENTINO JOSÉ

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HORMIGAS ROJAS Pergentino José ALMADÍA

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VIDA DIGITAL Fabrizio Mejía Madrid ALFAGUARA

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¿Qué van a encontrar los lectores en tu nueva novela Vida digital? El público encontrará alrededor de veinticinco carcajadas en promedio, es una novela construida para que los lectores se diviertan un rato, yo digo que es una novela de antiayuda porque no te ayuda en nada pero te la vas a pasar bien. Es la noche de insomnio de un personaje que no tiene nombre, nunca sabes qué es exactamente a lo que se dedica, ni quién es bien a bien, ni si lo que dice es verdad o mentira. Se van a encontrar también con una revisión exhaustiva del pensamiento occidental sobre la felicidad, la muerte, la vida, pero todo en clave humorística, en clave no tanto irónica sino en chunga, vil y vulgar, sin sentido.

¿Qué son las Hormigas rojas? Es una serie de relatos que hablan del lenguaje onírico, una mezcla del sueño y la realidad, traspasada por el pensamiento absurdo, y que yo definiría como un conjunto de relato lleno de atmósferas.

¿Cómo comenzaste a escribir el libro? Comencé a escribir en una libreta a partir de la idea de un amigo mío que empezó a meter biografías falsas en Wikipedia. Empecé a ensayar, no me interesaban tanto las biografías sino las grandes explicaciones: qué es la vida, qué es la muerte y comencé a apuntar, con el ánimo de que cuando mi cuates iban a la casa, les leía pedazos y se morían de la risa y pensaba que podía ser un stand up comedy, contratar a un actor, un teatro y que el tipo se parara e hiciera un monólogo. Nunca pensé que fuera un novela pero tiene fluidez por haber sido escrita a mano. Para mí escribir a mano posee una fluidez particular porque tachas, cambias de lugar y arrancas la hoja. Teclear te da una inmovilidad de libro impreso difícil de cambiar, hay un formato, un tipo de letra. Retomé la fluidez de escribir a mano y le da vida a Vida digital. Lo mismo ocurre cuando escribes de noche o de día. Se nota quienes lo hacen de noche, porque hay oscuridades, sombras, cierta melancolía, y en cambio se nota cierta rapidez en quienes escriben de día.

También hay un ingrediente en los relatos: la violencia. Sobre todo en un cuento que se llama “Voz de luciérnaga”, que trata de un hombre que asesina al médico que no pudo atender a su esposa. Esa visión de que todo en el campo es idílico, todo es paz y tranquilidad, es muy citadina. Sí hay violencia en el campo pero de otro tipo, y todos estos cuentos están atravesados por la metáfora de la violencia.

Todo mundo sueña con encontrarse con una Maikita del Villar en sus redes sociales… Tiene que ver con una falta de contacto que hemos perdido por muchas razones. El temperamento del siglo XXI es apocado y miedoso, le tenemos miedo a los virus, al asteroide que viene a matarnos, a la guerra, al crimen organizado, a la inseguridad, a la vejez, y si le abonamos a ese terror a la vida los dispositivos móviles y las redes sociales, estas se convierten en los sustitutos del contacto. Si hay una manera de ligar sin contagiarse de gripe porcina es a través del Facebook. ¿Quién se enamora de un avatar? Esas fotos pueden ser un hombre fingiendo ser una mujer o una mujer que finge ser más chica. El Facebook es un asunto aspiracional: lo que pones ahí es a lo que aspira la gente en la vida, la vida que hubieras querido tener, la vida que hubieras deseado y no te salió. ¿Por qué la gente se retrata frente a la torre Eiffel? Para decir “yo conozco Europa”. Se arreglan las arrugas, usan grandes escotes, o muestran fotos con el bebé para decir “Tengo un hijo”. A medida que los contactos son puras aspiraciones, es un coctel de sueños y fantasías no realizados. Vida digital también habla de otro fenómeno global: la Wikipedia… La vida del personaje de Vida digital fluctúa entre la Wikipedia y el Facebook, esos dos fenómenos que según yo, en los últimos seis o siete años, han cambiado la vida de las personas en todo el planeta. Cuando empezó la red, sólo servía para el correo electrónico y para una pornografía vieja y de baja definición. Cuando se inventaron los buscadores, luego las redes sociales y la Wikipedia, estos fenómenos empezaron a ocupar mucho espacio en la vida de las personas y se convirtieron en una adicción, porque puedes estar conectado desde cualquier lugar con los dispositivos móviles. Las experiencias de Facebook que pongo en la novela en parte me pasaron a mí. Tuve que cerrar mi cuenta de Facebook porque es muy adictivo, ya que tienes la impresión de que estás conectado con alguien, que a tus amigos les significas algo cuando el programa les recuerda que ese día es tu cumpleaños. +

Precisamente el ambiento onírico unifica la mayoría de los relatos… Sí, es como un guiño hacia lo onírico, atravesado por este lenguaje al que llamaría de la lógica del sueño. Los relatos están construidos en esa lógica. De cierta forma el lector nunca sabe si está en un sueño o fincado en la realidad.

¿Cómo lograste la concreción de los cuentos de Hormigas rojas? Releí muchas veces los cuentos, tuve que recortar varios para dejar justo lo necesario. Algunos se extendían demasiado y eso les restaba verosimilitud. Es de lo que hablaba Hemingway, del iceberg, que no se alcanza a ver todo lo que hay en el fondo. En una primera mirada, cualquiera de estos relatos te muestran eso, que justo están las palabras exactas, no debía de sobrar ni faltar nada. Creo que tallerear y reescribir estas historias las hizo muy concretas. ¿La mitología zapoteca aparece en el libro? Aparece en el cuento “El corazón de los pájaros”, que habla de los zopilotes, aves sagradas para los zapotecos. Se recrea esta ruralidad, se recrea el pensamiento zapoteco. En cuatro relatos hay expresiones en zapoteco pero también quise guardar distancia de lo cotidiano para quedarme sólo con el lenguaje literario. Evité caer en el costumbrismo o en folclor, de contar esa añoranza del campo, del origen, del pueblo donde transcurrió mi infancia. Tomé distancia de lo cotidiano para recrear esa realidad y hacerla literatura. En mi proyecto esa fue la prioridad. ¿Soñaste alguno de los cuentos? No, ninguno. Simplemente es un trabajo de ficción, de ir contando la historia. Este libro de relatos está marcado mucho por las atmósferas, que tienen que ver con lo kafkiano, con estas salidas oníricas, con la poesía y literatura japonesas, esta poética de la contemplación está muy presente en la naturaleza, una naturaleza no vista desde el costumbrismo sino desde la recreación, no son los árboles los que están ahí sino otros árboles que nacieron de la ficción. ¿Cuál es tu cuento favorito? “Los hilos de vapor”. Es un monumento a la ficción, porque habla de una empresa que vende candados de seguridad y que se dedica a desaparecer gente en una ciudad, no se dice en cuál; sólo se habla de desempleo, puede ser cualquier ciudad de México o de otro país. Me gusta porque conjuga varios elementos: espacios indeterminados, historias que se tratan de contar y está el asunto de la tortura, de esos lugares donde el hombre está padeciendo todo lo que va contando, cerca de la caldera, por eso se llama “Los hilos de vapor”. ¿Cómo fueron tus inicios como escritor? Estudié Educación y en el último año de la carrera una editora de Los libros del rincón me pidió traducir textos para niños al zapoteco, y ese fue mi primer acercamiento a las palabras, entre dos lenguas, y eso me motivó mucho a escribir mis primeros relatos, porque cuando uno trabaja con las palabras, va traduciendo e interpretando, me gustó el mundo de la ficción, construir historias a partir del lenguaje. +





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