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LISTAS / LOS MÁS VENDIDOS / PARA VER Y OÍR / NOVEDADES DEL MES COLUMNAS / BERNARDO FERNÁNDEZ, BEF / ANTONIO MALPICA / KAREN CHACEK ERICK ESTRADA / DIEGO RABASA

Año 05 • Núm. 54 • Noviembre 2013

ENTRAN A UN BAR POR EDUARDO HUCHÍN HUMOR SE ESCRIBE CON HACHE POR KAREN VILLEDA

DE CARA AL PERSONAJE POR VERÓNICA BUJEIRO ENTREVISTAS CON

CRISTINA RIVERA GARZA Y JORDI SOLER HUMORADAS DE FOLCLOR PATRIO POR LOBSANG CASTAÑEDA FRASE NAPALM

KERMIT POR GOLPEAVISA CHARLIE

CHAPLIN POR BUBUESTUDIO

RISA

PRECIO AL PÚBLICO 15 PESOS




DIRECTORIO Directora General Yara Vidal yara@revistaleemas.com.mx

EDITORIAL _ TEMA RISA

Editor y Director Creativo Manuel Muguira Casanova manu@revistaleemas.com.mx

Editor y Coordinador Editorial Jorge Vázquez Ángeles

En El nombre de la rosa, la novela más famosa de Umberto Eco, William de Baskerville tiene que desentrañar los asesinatos que ocurren en una abadía de los Apeninos. Conforme avanza la trama nos enteramos de que los monjes han muerto por haber intentado apoderarse de un libro que se creía perdido: la segunda parte de La poética, de Aristóteles. Jorge de Burgos, monje ciego que resguarda la biblioteca de la abadía, no quiere que el famoso libro salga a la luz porque trata sobre la risa, la comedia y el humor. A ojos de este religioso inspirado en Jorge Luis Borges, la risa nos convierte en animales. Quizá Jim Henson sabía algo sobre la relación entre ellos y la risa cuando creó a las marionetas más famosas de la historia: The Muppet show. Las traducciones de los nombres de esta serie norteamericana resultan tan hilarantes como sus gags: “Kermit the frog” se transformó en “la Rana René”, “Fozzie Bear” en “el Oso Figaredo”; Miss Piggy perdió su estatus de señorita y una “i”: Peggy (no confundir con la Pájara Peggy, de la Carabina de Ambrosio); Gonzo, por su parte, al desconocerse su taxonomía, conservó el nombre con el que Bill Cardoso bautizó al periodismo de Hunter S. Thompson. Fallecido en 1990, el peculiar humor de Jim Henson no pasa desapercibido para las nuevas generaciones. A manera de homenaje le hemos dedicado la portada de este número.

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La risa, en palabras de Nietzsche, fue inventada por el animal que más sufre: el hombre. Y qué bueno que la haya inventado o descubierto, que en eso antropólogos y arqueólogos no se ponen de acuerdo, para regocijo de toda la humanidad. ¿Qué sería de nosotros sin las historias escritas por Chesterton, Chaucer, Wodehouse o Pratchett, por mencionar a unos cuantos escritores? ¿Y qué decir de aquellos personajes de tinta y papel que tan sólo con leer sus descripciones nos arrancan una carcajada, como el Gargantúa de Rabelais, el fantasma de Canterville del igualable Óscar Wilde, o Ignatius J. Reilly, protagonista de La conjura de los necios, de John Kennedy Toole?

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Como medio literario, el humor ha sido practicado por grandes escritores como Miguel de Cervantes Saavedra (quien no se ría con las peripecias de Don Quijote de la Mancha seguramente es extraterrestre), o Julio Cortázar y sus cronopios y famas, Enrique Jardiel Poncela y hasta por uno que otro premio Nobel como Mario Vargas Llosa, quien declaró que la experiencia de escribir Pantaleón y las visitadoras fue una de las más placenteras de su carrera. En un país como el nuestro donde es lícito reírse hasta de la muerte, como reza el lugar común, como mexicanos nos sentiríamos incompletos si no contáramos con los libros de Jorge Ibargüengoitia o Enrique Serna, que han hecho de la ironía, la mordacidad y el humor negro algo más que un recurso narrativo: un estilo literario que nos atrapa y que por medio de la risa nos confronta con nuestros complejos y secretos, o con aquello que no queremos ver como sociedad. El libro de Aristóteles sigue extraviado: seguramente el último ejemplar se quemó en el incendio de la biblioteca de Alejandría. Es probable que en el fondo de una cueva alguien se haya tomado la molestia de ocultarlo. Quien lo encuentre no sólo habrá resuelto la curiosidad de investigadores, literatos y lectores en general, sino que le quitará la seriedad que ha caracterizado a la filosofía occidental. Sólo nos resta esperar a que ocurra el milagroso hallazgo, y que el descubridor posea gran agudeza y habilidad para que pronuncie no una frase demoledora e inolvidable como la de Neil Armstrong cuando pisó al luna, sino un gran sentido del humor que le permita contar un buen chiste aristotélico. +

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ENTRAN UN CHECO, UN GRINGO Y DOS BRITÁNICOS A UN BAR POR EDUARDO HUCHÍN como variaciones acerca de qué hacemos los seres humanos con el pasado, pero también con el exilio, el sexo y el ridículo. El propio Kundera ha reconocido que “nada es más difícil que explicar el humor” y así lo aprenden las dos estudiantes americanas de este libro, que intentan entender el humor de Ionesco, pero terminan siendo el hazmerreír de su clase.

Fotograma de la película Fantastic Mr. Fox (2009), de Wes Anderson.

Por otra parte, el humor le sirve al pintor y escritor Ad Reinhardt para desmoronar los prejuicios alrededor del arte contemporáneo. Una página de chistes es la reunión de 30 láminas que el autor publicó en las décadas de los cuarenta y cincuenta. En ellas Reinhardt atendió, a través de dibujos, intervenciones en obras famosas, diagramas, citas, recortes, punzantes aforismos, algunas cuestiones relacionadas a la apreciación del arte: cómo ver una pintura cubista, por qué un artista no es un mero “hacedor de cuadros”, por qué los mejores cuadros de la actualidad no son pinturas y las mejores pinturas de la actualidad no son cuadros, cuál es la función del lucro. Se trata de un original, apasionada, inteligente defensa de las tendencias de arte en la época de Reinhardt, que todavía puede ser leída con interés y placer. La edición viene acompañada de un útil estudio por parte del crítico Thomas B. Hess, que ayuda a ubicar las alusiones contenidas en las láminas.

¿Alguien ha intentado explicarle un albur a un extranjero? A veces resulta un ejercicio sumamente complicado no porque los extranjeros carezcan de humor sino porque el contexto donde se da un chiste ahorra las explicaciones. El humor es también un acontecimiento grupal, un asunto de tribus. Sin embargo, hay rasgos comunitarios que en lugar de volver ilegible el humor de otras latitudes, enriquecen nuestra idea del humor. El checo Kundera, el estadounidense Reinhardt, el galés Dahl y el inglés Wodehouse han firmado extraordinarios libros que dan muestra de esa variedad. Kundera es un autor al que difícilmente se le asocia con el humor, y que, sin embargo, no sólo lo ha practicado en su propia escritura sino que ha hecho de la risa uno de sus grandes temas. El checo ha escrito lo mismo extraordinarios ensayos sobre lo cómico (“El día en que Panurgo no haga reír” en Los testamentos traicionados) que notables novelas que ilustran la manera en que el humor es capaz de revelar el absurdo de los Estados totalitarios (el régimen comunista en La broma, por ejemplo). En El libro de la risa y el olvido, Kundera ha enlazado un puñado de historias independientes –cuyo centro geográfico y emocional es Praga– que pueden leerse

EL LIBRO DE LA RISA Y EL OLVIDO Milan Kundera TUSQUETS

UNA PÁGINA DE CHISTES Ad Reinhardt ALIAS

Roald Dahl es conocido por sus narraciones infantiles (como Charlie y la fábrica de chocolates). Sin embargo pocos se han adentrado a sus relatos para adultos, entre los que se encuentran algunos de los más crueles, malévolos, pornográficos y, por supuesto, tremendamente divertidos de la literatura universal. La imaginación de Dahl no conoce límites ni corrección política alguna, o mejor dicho: no conoce límites porque no conoce corrección política alguna. En sus Cuentos completos aparecen máquinas que reproducen el dolor de las plantas, amigos que se las ingenian para intercambiar esposas sin que ellas se den cuenta, gente que utiliza poderes psíquicos para ganar en el casino, una mujer que asesina a su marido con una pata de cordero y ante la llegada de la policía, decide cocinar el arma y servírsela a los agentes. Reúna la perversidad con el ingenio, agregue un don natural para contar historias, apueste siempre por un desenlace imprevisto y tendrá un poco de la maravillosa medicina de Roald. En sus 900 páginas, Cuentos completos es un auténtico regalo para cualquiera que ame el tipo de relatos que se escuchan alrededor de una hoguera. Los practicantes del llamado “humor inglés” son tantos que podríamos agotar esta revista solo hablando de ellos: Terry Pratchett, Tom Sharpe, Douglas Adams, Evelyn Waugh, David Lodge, los Monty Python y un largo etcétera. Sin embargo, hay uno al que los mismos humoristas han llamado “el Maestro” y eso es algo para tomarse muy en serio: P. G. Wodehouse. Se trata posiblemente del escritor más divertido que vayas a leer en tu vida, no solo por las delirantes situaciones que plantea, por los personajes enloquecidos que habitan sus tramas, sino por una prosa que en palabras del cómico Stephen Fry solo puede definirse como “un milagro”. En ¡Pues vaya! se han reunido algunos de los mejores relatos de este genio del humor: la célebre saga de Wooster y Jeeves, por supuesto, pero también las aventuras de Ukridge, Psmith y el señor Mulliner, el castillo de Blandings, el Club de los Zánganos, los cuentos sobre golf. Una compilación realizada por admiradores de seis países. Bien mirado, que este hombre haya puesto a dialogar a holandeses, indios, británicos, suecos, belgas y estadounidenses para hacer un libro parece más un triunfo de la ONU. Es difícil explicar en pocas lineas cómo opera el humor de Wodehouse, pero imagina la tarde en que hiciste un enceste desde mitad de la cancha y nadie estuvo ahí para verlo. De manera similar, cada uno de los libros del señor P. G. es un prodigio privado que quieres contarle al primero que se deje. “La comedia es una forma de la física”, ha dicho Paul Johnson. Y también de la diplomacia. +

CUENTOS COMPLETOS Roald Dahl ALFAGUARA

¡PUES VAYA! P.G. Wodehouse ANAGRAMA


NERD PLUS POR BEF

LOS PASOS DE JORGE No recuerdo haberme reído más con la lectura de ningún otro escritor mexicano que con los libros de Jorge Ibargüengoitia. Y eso que en mi casa paterna se leyó con avidez a Marco A. Almazán, espléndido humorista, discípulo de Enrique Jardiel Poncela, que publicó más de treinta libros que fueron best sellers y que hoy yace en el cajón del olvido literario. (Dicho entre paréntesis, la obra de este diplomático metido a cuentista merece ser rescatada de la ignominiosa desmemoria, ¿algún editor que se anime?). Con don Jorge pasa todo lo contrario. Su caso es peculiar en nuestras letras. Al parecer el único que no pensaba en su obra como humor era el propio Ibargüengoitia. Cuenta la leyenda que se molestaba mucho cuando alguien le decía que sus libros eran muy divertidos. Que se indignaba y decía que él no escribía chistes, que la vida era así. Lo cierto es que sus novelas, todas ellas breves, dan cuenta de una visión desencarnada y esperpéntica del absurdo humano. Tómese por ejemplo Los relámpagos de agosto, la más célebre de ellas, ganadora del Premio Casa de las Américas, y que para muchos fue el clavo que selló la novela de la Revolución Mexicana. Los relámpagos... son las falsas memorias de un general revolucionario que por una serie de enredos y confusiones aderezados con una estupidez rocambolesca, acaba encabezando un fallido golpe de estado. El texto, una de las obras mayores de nuestra narrativa contemporánea, mantiene al lector a las carcajadas de principio a fin. Desde la falsa dedicatoria hasta la última línea, los excesos del narrador mueven a la risa cruel todo el tiempo. Quizá Ibargüengoitia fue el primer narrador que retrató a la revolución no como una gesta histórica, sino como una revuelta sangrienta encabezada por barbajanes. Ibargüengoitia podría haber dado el juanrulfazo y no haber escrito nada más en su vida —provenía de la dramaturgia, pero la frustración de ver sus palabras en bocas de actores mediocres a la orden de directores mediocres lo llevaron a escribir novelas, donde tenía el control absoluto. Afortunadamente este ingeniero de minas se decantó como narrador, para pérdida de la dramaturgia. He leído todas sus novelas. De ellos tengo especial predilección por Las muertas, en donde tomó el caso de Las poquianchis, escándalo de nota roja que impactó a la mojigata sociedad mexicana de los años sesenta para construir una historia excesiva, monstruosa y acaso muy a su pesar, hilarante. Ibargüengoitia cultivó también el cuento. Evidencia de ello es el libro La ley de Herodes, que incluye “Falta de espíritu Scout”, una de las historias más desternillantes que se hayan escrito en nuestra literatura, acerca de cómo don Jorge asistió de joven al primer Jamboree —campamento masivo al que asisten scouts de todo el mundo— celebrado después de la Segunda Guerra Mundial. Todo lo anterior sin mencionar los libros compilatorios de sus artículos periodísticos, breves joyas que a cuarenta años de distancia se mantienen vigentes, ingeniosas y refinadamente maliciosas, pero sobre todo, muy divertidas. Incluso hay una página en Facebook dedicada a J.I. que de tanto en tanto sube alguno de estos textos que, prodigiosamente, parecen escritos ayer. Jorge Ibargüengoitia murió trágica y prematuramente en un accidente de avión, yendo a un congreso literario con el manuscrito de la novela que andaba corrigiendo, una reelaboración de la historia de Maximiliano y Carlota en el mismo tono en que escribió Los relámpagos de agosto y Los pasos de López, esta última sobre la guerra de independencia. Una obra maestra que se perdió para siempre. Se cuenta que a don Jorge lo identificaron gracias a uno de sus zapatos que apareció entre los restos retorcidos del avión. ¿Fue Guillermo Sheridan el que escribió que al propio Ibargüengoitia le hubiera divertido tan macabra historia? Es probable que él hubiera sido el único que se reiría. No quiero despedirme sin recomendar la lectura de John Kennedy Toole, concretamente La conjura de los necios, y la novela gráfica Wimbledon Green, del dibujante canadiense Seth, libros a los cuales podría dedicar por lo menos un texto del tamaño de éste a cada uno. Me despido con la mejor crítica literaria que he leído jamás, escrita por Groucho Marx: “Me la pasé riendo a carcajadas desde que tomé su libro en las manos hasta que lo dejé. Espero leerlo algún día”. +




LOS +VENDIDOS FICCIÓN

NO FICCIÓN EL HÉROE DISCRETO Mario Vargas Llosa ALFAGUARA

El héroe discreto narra la historia paralela de dos personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de Piura, que es extorsionado; y de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto. Un libro lleno de humor, con elementos propios del melodrama.

Y LAS MONTAÑAS HABLARON Khaled Hosseini SALAMANDRA

La historia arranca en una remota y desolada aldea de Afganistán, donde Sabur y su segunda mujer se enfrentan en condiciones precarias a la llegada de otro invierno implacable. Abdula y su hermana Pari escuchan cautivados la triste historia que les relata su padre antes de acostarlos, la víspera de iniciar un largo viaje. Allí, en las bulliciosas calles de la capital, dará comienzo este fascinante itinerario que guiará al lector desde el otoño de 1952 hasta el presente, de Kabul a París, desde la isla griega de Tinos hasta San Francisco.

LOS AÑOS DE PEREGRINACIÓN DEL CHICO SIN COLOR

Haruki Murakami TUSQUETS

Ecos del pasado y del presente, pianistas capaces de predecir la muerte y de ver el color de las personas, manos de seis dedos, sueños perturbadores, muchachas frágiles y muertes que suscitan interrogantes componen el paisaje, pautado por las notas de los años de peregrinacion de Liszt, por el que Tsukuru Tazakiera viajará en busca de sentimientos largo tiempo ocultos.

INFERNO Dan Brown PLANETA

En el corazón de Italia, el catedrático de Simbología de Harvard Robert Langdon se ve arrastrado a un mundo terrorífico centrado en una de las obras maestras de la Literatura más imperecederas y misteriosas de la Historia: El Infierno, de Dante. Con este telón de fondo, Langdon se enfrenta a un adversario escalofriante y lidia con un acertijo ingenioso en un escenario de arte clásico, pasadizos secretos y ciencia futurista.

¡VIVA LA FAMILIA!… PERO BIEN LEJOS Trino TUSQUETS

Trino Camacho retrata a la familia, no sólo a la mexicana, con sus defectos y virtudes. En sus cartones desfilan la madre abnegada, el padre posesivo y controlador, los niños malcriados, superhéroes y personajes que mediante constelaciones familiares tratan de solucionar sus conflictos. Como dice Trino: “Si después de leer uno o dos cartones de ¡Viva la familia! no te sientes identificado, lo más problable es que seas extraterrestre”.

Y COLORÍN COLORADO

ESTE CUENTO AÚN NO SE HA ACABADO

Odin Dupeyron DISIDENTE

Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado se editó por primera vez en el año 2001 y desde esa primera edición ha sido leído y releído, regalado, prestado y recomendado por lectores de todas las edades, de todos los géneros, de distintas religiones, preferencias y países. Un mágico cuento que nos habla de los finales y los eternos comenzares de la vida. De todas las posibilidades, de todos los principios y de todos los finales.

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO Viktor Frankl HERDER

En esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero durante mucho tiempo en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. ¿Cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla?

EL LABERINTO DE LA SOLEDAD;

POSTDATA; VUELTA AL LABERINTO DE LA SOLEDAD

Octavio Paz FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

El laberinto de la soledad y Postdata, junto con las precisiones de Paz a Claude Fell en Vuelta a El laberinto de la soledad (1975), son un homenaje a la imaginación y al aliento crítico del poeta mexicano. “Somos, por primera vez en nuestra historia, contemporáneos de todos los hombres”, escribió Octavio Paz en El laberinto de la soledad. Medio siglo después la voz de Octavio Paz, clásico contemporáneo, ha ganado un público universal y mexicano.

LOS CUATRO ACUERDOS:

UN LIBRO DE SABIDURÍA TOLTECA

Miguel Ruiz URANO

Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como mujeres y hombres de conocimiento. Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados.

NUESTRA TRAGEDIA PERSISTENTE: LA DEMOCRACIA AUTORITARIA EN MÉXICO

Lorenzo Meyer DEBATE

El propósito de la presente obra consiste en explorar algunas de las razones por las cuales, en el tránsito de un siglo a otro, no ha cristalizado el gran potencial de cambio en las estructuras de poder en méxico. Y es que lo que sustituyó al arraigado autoritarismo priista no fue precisamente una democracia sin adjetivos, sino un sistema mixto, algo que contiene elementos propios de dos conceptos contradictorios: autoritarismo y democracia.


LIBROS ELECTRÓNICOS

LIBROS INFANTILES Y JUVENILES

APRENDIZAJE, COMPETENCIAS Y TIC Miguel Ángel López PEARSON

Este libro muestra cómo desarrollar propuestas pedagógicas bajo un esquema centrado en las competencias de los alumnos y cómo la presencia de las TIC implica el desarrollo de tecnologías para el aprendizaje como recursos de la inteligencia colectiva que, con el apoyo de las herramientas informáticas, empoderan a los usuarios con nuevas competencias en la transmisión de datos e información para la construcción y comprensión de conocimientos, y el mejoramiento de la interacción, la negociación y el trabajo colaborativo.

MI VIDA QUERIDA Alice Munro LUMEN

La gran autora canadiense nos sorprende de nuevo con Mi vida querida, una colección de cuentos donde vemos a hombres y mujeres obligados a traficar con la vida sin más recursos que su humanidad. Comienzos, finales, virajes del destino y de repente, cuando creíamos que el relato llegaría a su obvia conclusión, Munro nos invita a dar otra vuelta de tuerca que cambia el fluir de los acontecimientos y emociona al lector, mostrando hasta qué punto esa vida cotidiana que tanto nos cansa puede llegar a ser extraordinaria.

DEMASIADA FELICIDAD Alice Munro LUMEN

Una joven madre recibe consuelo inesperado por la muerte de sus tres hijos, otra mujer reacciona de forma insólita ante la humillación a la que la somete un hombre; otros cuentos describen la crueldad de los niños y los huecos de soledad que se crean en el día a día de la vida de pareja. Como broche de oro, en el último cuento acompañamos a Sofia Kovalevski, una matemática rusa que realmente vivió a mediados del siglo XIX, en su largo peregrinaje a través de Europa en busca de una universidad que admitiera a mujeres como profesoras.

CONTABILIDAD ADMINISTRATIVA Ray Garrison MCGRAW HILL

Contabilidad administrativa resalta las tres funciones que deben desempeñar los administradores en sus organizaciones: operaciones de planeación, actividades de control y toma de decisiones; y analiza qué información contable es necesaria en estas funciones, y cómo recabarla e interpretarla. Con el fin de lograr esto, la obra se estructura en torno a tres cualidades: relevancia, balance y claridad.

ÁREA 81 Stephen King PLAZA & JANÉS

Área 81 es un área de servicio abandonada y cerrada desde hace tiempo. Pete Simmons, un curioso niño de 10 años, decide ir con su bici hasta esta área abandonada donde sabe que los chicos mayores van para fumar, drogarse y tener sexo con sus chicas. Y allí se encuentra una botella de vodka medio llena que decide probar. Pete acaba emborrachándose y cuando se despierta, descubre un coche aparcado allí, un coche sin matrícula y cubierto de barro. La puerta está medio abierta, pero no se ve a nadie dentro.

BAJO LA MISMA ESTRELLA John Green NUBE DE TINTA

Hazel acaba de cumplir 16 años. Y tiene cáncer. Los médicos no pueden decirle cuánto tiempo le queda; sólo sabe que debe vivir pegada a un tanque de oxígeno y sometida a continuos tratamientos. Hazel forma parte de un grupo de apoyo donde otros chicos como ella comparten sus experiencias. ¿Qué sentido tiene hablar con otras personas de lo que nadie puede cambiar? Pero su vida da un verdadero vuelco cuando conoce a Gus Waters, un chico que, como ella, lucha por superar el cáncer.

MOMO Michael Ende PUNTO DE LECTURA

Momo es una niña que posee la maravillosa cualidad de saber escuchar a los demás y que desea ayudar a la gente a humanizar sus vidas. Sobre todo cuando los hombres grises deciden apoderarse de uno de los bienes más apreciados que poseen las personas: su tiempo. “Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón”. La lectura de Momo es un excelente ejercicio de reflexión y crítica sobre la sociedad contemporánea, sobre la amistad y el sentido de la vida a través de una historia tan sencilla como profunda.

DIARIO DE GREG 1: UN RENACUAJO Jeff Kinney OCEANO TRAVESÍA

Ser casi adolescente puede resultar muy fastidioso. Nadie lo sabe mejor que Greg Heffley, inmerso en el duro ambiente del colegio, donde los chicos bajitos que aún no han pegado el estirón tienen que compartir los pasillos con grandulones que ya se afeitan dos veces al día.

LOS JUEGOS DEL HAMBRE 1 Suzanne Collins OCEANO

Un pasado de guerras ha dejado los 12 distritos que dividen Panem bajo el poder tiránico del Capitolio. Katniss Everdeen osa desafiar las normas para conseguir comida. Sus principios se pondrán a prueba con Los Juegos del Hambre, espectáculo televisado que el Capitolio organiza para humillar a la población. Cuando su hermana pequeña es elegida para participar, Katniss no duda en ocupar su lugar, decidida a demostrar que aún en las situaciones más desesperadas hay lugar para el amor y el respeto.

LOS JUEGOS DEL HAMBRE 2: EN LLAMAS Suzanne Collins OCEANO

Katniss ha ganado los Juegos del Hambre. Es un milagro que ella y su compañero del Distrito 12, Peeta Mellark, sigan vivos. Katniss debería sentirse aliviada, incluso contenta, ya que, al fin y al cabo, ha regresado con su familia y su amigo de toda la vida, Gale. Sin embargo, nada es como a ella le gustaría.


HUMOR SE ESCRIBE CON HACHE POR KAREN VILLEDA / Y a los valientes marineritos / Es nuestra honrosa obligación”. Todo el plan secreto del ejército peruano marcha sobre ruedas hasta que a Panti se le ocurre hacer lo que hacen todos los soldados en tiempos de hambre: “a la primera copita de anisado se lanzan como pumas sobre lo que se les pone adelante”. Es decir, se encula con una de las “visitadoras” a la que apodan “La Brasileña” y se cae todo el teatrito. (Por cierto, lo único frustrante de esta novela es nunca saber exactamente a qué se refiere el término “chuchupitas” en medio de tanto eufemismo, pero estoy segura de que no es un albur).

Ilustración del libro Amor se escribe sin hache.

Julito se hace legendario en Historias de cronopios y de famas, un libro para alegrarnos la vida o, cuando menos, hacernos pasar los tragos amargos porque, seas cronopio o seas fama, la tristeza nunca es menor. Ya lo dicen los abusados cronopios cuando se descompone el reloj: “Es tarde, pero menos tarde para mí que para los famas, para los famas es cinco minutos más tarde, llegarán a sus casas más tarde, se acostarán más tarde. Yo tengo un reloj con menos vida, con menos casa y menos acostarme, yo soy un cronopio desdichado y húmedo”. Julito es terriblemente humano en este libro y nos enseña que cada vez quedan los menos, las llamadas esperanzas, aquellas que siempre viajan porque saben que la vida es solamente uno de tantos viajes: “Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a ver porque ellas no se molestan”.

Pantaleón y las visitadoras es una novela en la que se nota que el intenso de Vargitas disfruta verdaderamente de ser escritor. Para fortuna y, por qué no decirlo, alivio del lector, en este libro no se topa uno con el Premio Nobel clavado en su perpetuo estado de trabajólico, cuyo conocido mantra de “para-ser-escritor-hay-que-escribir-ocho-horas-diarias” está impregnado a lo largo y ancho de casi toda su obra. La culpa de esta excepción es de un hombre con un hipocorístico digno de una drag queen: Panti. El protagonista de estas jocosas páginas se ve rebasado por su propia creación: Pantilandia. Este insólito Estado-nación, resguardado por la doble moral, tiene sus tres elementos de rigor: un territorio propio en la Amazonía Peruana, una población cuantiosa de prostitutas, digo, “visitadoras”, y un gobierno presidido, nada más y nada menos, que por el mismísimo Panti. Y hasta la eficiente burocracia de Pantilandia, conocida decentemente como Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines (SVGPFA), tiene un himno que expresa la misión patriótica con desmesurado orgullo: “Hacer felices a los soldaditos / -¡Vuela volando, chuchupitas!-,

PANTALEÓN Y LAS VISITADORAS Mario Vargas Llosa ALFAGUARA

HISTORIAS DE CRONOPIOS Y DE FAMAS Julio Cortázar PUNTO DE LECTURA

Amor se escribe sin hache es de Poncelita, un tipo talentoso que nomás no pudo consagrarse del todo en los anales de la literatura gachupina. Este libro es parecido a un “Kinder Sorpresa”: la envoltura o el título son llamativos y el chocolate con leche o la trama, centrada en un par de estrafalarios llamados Zambombo y Lady Silvia Brums, son sabrosones pero el juguete o juego narrativo es lo mejor porque es la socarronería en toda su expresión. El amor de los protagonistas pasa, con una risita nerviosa del maquiavélico Poncelita, en frases como “Los enamorados pensaban en el Universo, en Copérnico, en Laplace, en las leyes de la gravitación y en la teoría del optimismo cósmico. Y después se iban a acostar”, al realismo brutal caracterizado por revelaciones similares a “Esto era el amor: en el hombre una presunción ridícula. En la mujer una vanidad sucia. Y en los dos un instinto animal, de secreciones y de glándula”. El título de esta novela hasta inspiró a un rapero llamado Xhelazz a escribir una canción titulada “Hamor se escribe con hache” que dice tremendas verdades como “cuesta construir relaciones estables”. Amor se escribe sin hache es prueba fehaciente de ello. La Cofradía de los Espadas viene a dar al traste a estos chuscos libros. En ocho cuentos, el aguafiestas Fonsequita se encarga de recordarnos que lo que parece ser muy divertido en un principio puede convertirse en una situación marcada por un tremendo disgusto, como una fiesta de la élite en la que hay un muerto por un infarto fulminante o incluso una pesadilla como un ingenuo samaritano que es víctima de tráfico de órganos. En medio de ese humor negro que deja un poco que desear, Fonsequita a veces se avienta a hablar de sexo como arte, ciencia y filosofía pero nunca es del todo gracioso: “Y una mujer desnuda, aunque esté dormida, no ocasiona la misma piedad que un hombre desnudo dormido, con el pene inerte”. No cabe duda de que la escritura de los cuatro es un homenaje a la vida. Si no hay amor o sexo, siempre nos quedará el humor: “un pacto de incendio, / Contra ese espacio de rutina gris entre / El nacimiento y la muerte a la que llaman vida”. Y estos libros son un botón de muestra de que, como bien dice Julito, “la vida está llena de hermosuras así”. +

LA TÍA JULIA Y EL ESCRIBIDOR Mario Vargas Llosa ALFAGUARA

LA COFRADÍA DE LOS ESPADAS Rubem Fonseca CAL Y ARENA


LAS FÁBULAS DEL TÍO HOFS POR ANTONIO MALPICA

¡ES PARA MORIRSE DE LA RISA! Aquiles: Ejem... ya terminé. Tortuga: Excelente ¿Y qué le pareció? Aquiles: Apague la televisión, que esto es serio. Y nos llevará tiempo. Tortuga: Me gusta la gravedad con la que lo dice. Aquiles: Pues a mí no. ¿Por qué no me hizo caso? ¿En qué demonios estaba pensando? Tortuga: Bueno, no se ponga así. ¿Le gustó la escaleta o no? Aquiles: ¡Le dije que variara el tono! ¡Vaya manera de querer desperdiciar una idea tan humorísticamente buena! Un abuelo de la Narvarte que es idéntico a Benedicto XVI. ¡Y usted lo convierte en un personaje trágico! Tortuga: ¿No le parece lo suficientemente trágico? Imagine la escena. Hay humo blanco en el Vaticano. El cardenal Ratzinger es elegido. Y Don Faustino, mi abuelo comunista, amante de los toros y nostálgico de los boleros, mira el suceso en la tele y dice: “¡Por las barbas de Lenin! ¡Soy el Papa!” Aquiles: ¿Qué tiene eso de trágico? ¡Es para morirse de la risa! Tortuga: No me venga a mí con eso. Hay que ser serio si se quiere trascender. ¿Cuándo cree que le van a dar un Óscar a Adam Sandler o un Nobel a Pratchett? Aquiles: ¿Y a quién le importa? Le aseguro que no a ellos. Igual se llenan los bolsillos de pasta. Tortuga: Ya se lo dije. Trascendencia. Además ya tuvimos antes esta plática sobre la risa, si mal no recuerdo. Aquiles: Y usted sostuvo, con su cara agria, que la única risa sana es la de las cosquillas. Tortuga: Y la del gas hilarante. Toda la demás está basada en la crueldad intrínseca del ser humano. ¿Por qué causa risa el Quijote? Por el escarnio al que somete Cervantes a sus pobres personajes. Yo no le haré lo mismo a los míos, si me disculpa tal debilidad de carácter. Aquiles: “Hueles, Sancho, y no a ámbar”. Es una gran frase. Y sólo de acordarme me dan ganas de llorar, pero de la risa. Tortuga: Claro, ¿y a Sancho dónde lo deja? Si existiera, demandaría a su autor por exponerlo al gran público en el preciso momento de sus evacuaciones. Aquiles: Exagera usted. Si Sancho existiera, revisaría su estado de cuenta bancario cada vez que lo acometiera una duda; con eso tendría para trinar de contento. Tortuga: ¡La risa es la debilidad, la corrupción, la insipidez de nuestra carne! Si lo piensa es para llorar, no para reír. Aquiles: Pregunte a Moliére o a Aristófanes si trascendieron o no. Tortuga: Le aseguro que si vivieran hoy, estarían en el mismo club que Ray Cooney. Aquiles: Claro. En el mismo jockey club. Y brindarían todos los días con champán de dos mil euros. Tortuga: Déjeme en paz y encienda la tele. La novela la escribiré como está planeada. Aquiles: ¡Hey! ¡Un momento...! “La risa es la debilidad, la corrupción...” ¡No me diga que ha estado leyendo El nombre de la rosa de nuevo! Tortuga: No sé de qué me habla. Aquiles: Ahora lo veo todo claro. Ese libro maldito que siempre lo trastorna. Le he dicho un millón de veces que el protagonista es William de Baskerville, no el simpatiquísimo Jorge “Aristóteles es un payaso y la risa nos convierte en micos” de Burgos. Tortuga: No se burle. Es un gran personaje. Aquiles: Que ya quisiéramos todos ver en tutú y zapatillas. Tortuga: Quítese del frente. Hace mucho que no pasaban esa película. Y estaba en lo más emocionante cuando usted entró a amargarme la existencia. Aquiles: ¿Qué? ¿Un rincón cerca del cielo? ¿Y dice que soy yo el que le amarga la existencia? ¡Urge una sesión de películas de Woody Allen para rescatar su alma! ¡Y de paso a un abuelo comunista del olvido! Tortuga: ¿Allen? Estoy de acuerdo. Pasan Interiores en TNT al rato. Aquiles: ¿Interiores? Creo que esto, en verdad, nos va a llevar tiempo. Mucho tiempo. +


ENTREVISTA CON JORDI SOLER

Se trata de una novela esperpéntica al estilo de Ramón del Valle Inclán, cuya influencia Jordi Soler reconoce: “Es uno de mis referentes literarios; aun cuando me parece que era un novelista caprichoso, y que sus novelas están lejos de la perfección, me he sentido siempre seducido por el sonido de su prosa, era un escritor con un oído fuera de serie. Yo uso sus libros como diapasón: cuando me siento fuera de tono me basta con leer un par de páginas suyas para afinarme. Lo he puesto en mi novela en calidad de homenaje, más que por el material esperpéntico de la trama, que más bien se debe a que la realidad contemporánea de la sociedad hispanoamericana es bastante esperpéntica. Por otra parte la novela, aunque trata un tema grave y serio, está escrita en clave de humor, un humor efectivamente valleinclaniano, pero también cervantino y buñuelesco. El humor me parece un vehículo privilegiado para narrar historias, aprecio mucho los libros que me hacen reír a carcajadas”.

UN SANTO EN LA ERA DE GOOGLE

El escritor Jordi Soler, fotografía de deaglefatory.eu

La vida de este santo moderno va enredándose conforme decide proseguir con su apostolado. Como el hilo de una cometa, Jordi Soler va soltando más y más cuerda. “En realidad la novela es una sola línea que vas desplegando durante doscientas páginas. De esta línea nacen los personajes y las situaciones y, una vez que has conseguido definirlos, la historia avanza sola. Los personajes son como las personas, si tienes un santo de túnica y sandalias, greñudo y barbón, que cada vez que camina por los pasillos del mercado lo bombardean con insultos y frutas podridas, su destino está necesariamente constreñido por esa experiencia; quiero decir que un hombre, o un personaje, que es bombardeado sistemáticamente con frutas y verduras podridas, tiene dos o tres opciones de destino, no más, y la tarea del novelista consiste en decodificar el destino correcto para que la novela sea verosímil”.

POR JORGE VÁZQUEZ ÁNGELES Con toda seguridad se trata del escritor mexicano con mejor voz. Tal vez lo recuerden por programas como “Argonáutica”, transmitido en la extinta pero célebre estación de radio Rock 101. Es probable, también, que su nombre les suene familiar debido a las diez novelas que ha escrito: Jordi Soler. Restos humanos, su libro más reciente, surgió mientras el autor compraba la despensa: “La idea me sorprendió en medio de un supermercado, de pronto me pregunté, y en ese momento la pregunta me pareció muy pertinente, qué pasaría si de improviso apareciera un santo ahí, al lado del refrigerador de los quesos y los yogurts, vestido de túnica y sandalias, con pinta de Jesucristo superestrella, predicando sobre la solidaridad y el amor a la humanidad. ¿Qué haría la gente del año 2013 ante esa aparición? ¿Lo tomarían en serio aunque no apareciera en Google? En el fondo la pregunta que me hacía era ¿hay lugar para un santo analógico, para este personaje polvoso y de aires bíblicos, en este milenio digital?”.

EXTRACTO RESTOS HUMANOS Jordi Soler MONDADORI

Jordi Soler continúa hablando del santo varón: “Su fortaleza está precisamente en que sabe que ha elegido un oficio imposible y, sin embargo, persevera, cree en lo que hace y eso es suficiente; aplica la máxima de San Buenaventura: credo quia absurdum: creo, precisamente, porque es absurdo. El santo trata de hacer el bien, de predicar valores en desuso como la solidaridad, el espíritu de sacrificio, el amor por el prójimo, en una sociedad en donde todo el mundo va a la suya, sin importarle lo que pueda pasarle al vecino. A lo largo de la novela descubrimos que quien hace un trabajo desinteresado y gratuito, como el que hace el santo, genera un espacio que aprovecha otra persona para su propio beneficio. Quiero decir que ser santo en la era de Google es perfectamente factible, pero con las consecuencias que acabo de mencionar, lo cual no debería ser obstáculo para un santo de raza como el mío, porque las frustraciones, los insultos y las frutas podridas que le arroja su grey, son, precisamente, el acicate que necesita su sufrida santidad. Me parece que el santo, para serlo de verdad, necesita tenerlo todo en contra”. Entre los personajes que aparecen en la novela, destaca, tanto por su nombre como por su aspecto físico, Childeberto. ”Los nombres de mis personajes son un elemento que me divierte mucho. Los bautizo una vez que hemos recorrido juntos un buen tramo de la historia, cuando ya sé al detalle cuáles son sus características físicas y psicológicas, que compulsiones tiene y de qué pie cojean. Creo que el nombre debe redondear el carácter del personaje: un hombre feo, grueso y contrahecho, que se oculta una traqueotomía con la bufanda y un ojo vagabundo con gafas oscuras, y que además hace chapuzas todo el tiempo, no puede llamarse Martín o Pablo, tiene que llamarse Childeberto, un nombre que, aunque parezca mentira, era el de un rey franco, cuyo poder residía en París, cosa que me da absolutamente igual porque lo que me interesa es la sonoridad del nombre. Lo mismo pasa con la prima del santo, una prostituta de físico contundente, que lleva el nombre de Sinforosa, y el nom de guerre, imprescindible en su oficio, de Madame Erotikón. En cambio las vecinas, que son dos señoras piadosas, convencionales y enjutas, se llaman Alicia y Ricardita, mientras que la pareja de pescaderos, devotos del santo, que atienden en un puesto del mercado, se llaman Mayola y Jesús Andrés, y la señora que regentea el burdel donde trabaja Sinforosa se llama Garamoña”. En cierto sentido, todos los personajes del libro son, literalmente, restos humanos. “En efecto…”, responde Jordi Soler, “el título tiene una doble dirección: la de los órganos que la trama va suministrando a lo largo de la novela, pero también la de esos personajes que página a página van perdiendo eso que los hace humanos, y convirtiéndose en un despojo, despreciable, de nuestra especie”. +

Al día siguiente estaba yo en el mercado, preguntando a la gente por el santo. Todos lo conocían y cada quien tenía su opinión sobre él. Había quien lo consideraba un loco. A otros les parecía simplemente un vagabundo, un bueno para nada, un vividor o un inútil. Pero también había otros, una minoría, que lo respetaban, e incluso hasta creían en él. Como era el caso de Mayola y Jesús Andrés, un matrimonio de pescadores que se irían convirtiendo en piezas esenciales de la historia que iba a empezar a escribir. Por recomendación de ellos me senté a esperar en el bar del mercado. El santo no tenía hora fija de llegada, pero, según me aseguraron todos, aparecería durante la mañana. —Estaré atento, no quisiera perdérmelo, le dije a Jesús Andrés. —No se preocupe. Es imposible que se lo pierda —me respondió el pescadero. Bebí dos cafés con leche en lo que hojeaba un periódico deportivo que había en la barra. La barra era un tablón grasoso y cacarizo por donde se paseaba un gato. Pasaba muy cerca de mi antebrazo y de la taza donde humeaba el café. +



HUMORADAS DE FOLCLOR PATRIO POR LOBSANG CASTAÑEDA rosímil, aún quedan incautos que, en el metro o afuera de las escuelas, intercambian hojitas engrapadas por una moneda. Pero a pesar de tan sospechosa fecundidad, pocos son los escritores que se han alejado de la solemnidad para adentrarse mejor en el ser del mexicano. Pocos son lo que, advirtiendo los límites de la seriedad, han alcanzado un estilo lleno de humor, sarcasmo e ironía. Uno de los más representativos, sin duda alguna, fue Jorge Ibargüengoitia, estupendo cronista y narrador que salpicó todos sus textos con observaciones punzantes sobre la realidad circundante y exhibió como nadie los prejuicios más arraigados del provincianismo. Para muestra un botón: Estas ruinas que ves es una divertidísima novela sobre las veleidades de un grupo de “intelectuales de pueblo”, estacionados en su aburrida cotidianidad, agobiados por los más elementales apetitos, siempre dispuestos al esnobismo e insertos en conflictos universitarios tan mal asimilados como simpáticos. Heredero de Ibargüengoitia por su estilo agudo y contundente, Enrique Serna es hoy una de las mejores plumas de nuestro país. A lo largo de su ya considerable trayectoria, Serna se ha servido también del humor, mucho más negro y corrosivo, para bucear en los abismos de la mexicanidad, sobre todo cuando se inclina hacia el lado de la tragicomedia. En Señorita México, su ópera prima, nos cuenta la triste y despiadada historia de Selene Sepúlveda, joven hermosa y descerebrada, dueña de un cuerpazo “que en otro tiempo había enriquecido el patrimonio erótico nacional” pero que ahora, con los años encima, no es más que un saco de grasa achacoso y grotesco. Dueña de un pasado glorioso, repleto de lujos y comodidades, de pretendientes y admiradores que le provocan recuerdos melancólicos, Selene intenta revivir su juventud por medio de la oralidad, entrevistándose con un despiadado reportero de espectáculos. Narrada en primera y tercera persona, desde adentro y desde afuera, Señorita México es una muestra clara de cómo, con humor, se puede patear al caído y salir indemne. En Disertación sobre las telarañas, un libro que desde hace algún tiempo ha ingresado en el canon del ensayo literario mexicano, Hugo Hiriart reúne una serie de textos sobre objetos y temas cotidianos abordados con lucidez y desparpajo. Pequeño almacén de curiosidades, Disertación sobre las telarañas es una muestra, además, de cómo el humor puede ponerse al servicio del ingenio, la erudición y la creatividad. Memorables son las páginas dedicadas, por ejemplo, a los misterios de la disecación, a la servidumbre y grandeza de los instructivos, a la fisonómica como arte de la contemplación, a la literatura telefónica (que hoy probablemente llamaríamos twitteratura) y, por supuesto, a las telarañas en tanto obras maestras de la ingeniería. Con un estilo lúdico y preciso, a medio camino entre la conversación ocasional y la disquisición filosófica, Hiriart va descubriendo párrafo tras párrafo las maravillas de lo insignificante, los prodigios de lo anodino.

La seriedad, dice el Barón de Montesquieu, es la máscara de los imbéciles. Y es también, digo yo, un obstáculo infranqueable a la hora de explorar las entretelas de la sociedad. Del serio, en efecto, pueden decirse muchas cosas, excepto que sea sincero. Quien camina por la vida con los ojos apagados y el semblante adusto (¡ay sí!) logra suscitar temor o desdén, pero no simpatía. Dejar de reír significa condenarse al vacío, quedarse solo. Sin seriedad, en cambio, es posible advertir comportamientos y actitudes, gestos y muletillas colectivas que conforman aquello que los sociólogos llaman idiosincrasia. Herramienta útil para exhibir semejante marejada de peculiaridades, la risa socava individualidades y nos vuelve testigos de nuestra propia idiotez. México, lo sabemos bien, es un país rico en autores y pobre en lectores. No hace falta más que levantar una piedra para ver desfilar poetas a raudales. Aunque parezca inve-

ESTAS RUINAS QUE VES Jorge Ibargüengoitia BOOKET

SEÑORITA MÉXICO Enrique Serna SEIX BARRAL

Pero un ejemplo flamante de cómo el humor negro puede hundir sus ásperas pezuñas en el folclor patrio es Viaje al centro de mi tierra, de Guillermo Sheridan, una recopilación de artículos publicados entre 2007 y 2011 en la revista Letras Libres y el periódico El Universal. Cronista de sucesos memorables que ya han pasado a formar parte del repertorio de charadas que constituyen nuestra historia más reciente, Sheridan se adentra en la insólita personalidad del mexicano, todavía aterida por la buena fe y el oscurantismo, para explorar diversas conductas sociales que dan cuenta del vodevil en el que se mueve diariamente. Haciendo gala de una perspicacia a prueba de sentimentalismos, Viaje al centro de mi tierra es, ante todo, un breviario de iniquidades en el que se explica, por ejemplo, por qué el mexicano cree que “aprovechar los avances de la ciencia supone emplearse a sí mismo como conejillo de indias” o por qué nuestro país se ha convertido en el escaparate más rentable de los récords Guinness o por qué, tras celebrar el “día del beso multitudinario” en el Zócalo capitalino, los amantes terminan padeciendo los berridos de “un charro de ornato metido en unos espectaculares trajes color pastel, muy nuestros, bordados en oro, platino, diamantes y uranio, que tiene una voz nasal viril y hace unos portamenti quejumbrosos que ponen de manifiesto cuánto ama en general, sobre todo a la mujer y, en su defecto, al equino”, llamado Vicente Fernández. Así, pues, en el libro de Sheridan nuestra idiosincrasia se revela como una caricaturesca procesión de humoradas en la que uno no puede soltar la carcajada sin sonrojarse un poco. +

DISERTACIÓN SOBRE LAS TELARAÑAS Hugo Hiriart ERA

VIAJE AL CENTRO DE MI TIERRA Guillermo Sheridan ALMADÍA



DE CARA AL PERSONAJE POR VERÓNICA BUJEIRO Yo, por ejemplo, me imagino ante el Conde Adelfín del Belfulano, cruzando la calle de inmediato para unirme al séquito de acompañantes ingrávidos que atraviesan las páginas de su morada en A tiro limpio. Criaturas a medio camino entre los usos y las costumbres de los hombres y las bestias, como su comparsa el incontinente lascivo, Serafinio Alvaraide, a los que no les negaría el ser arrastrada en andanzas noctámbulas a plena luz del día, bajo constantes timos que me convencerían de proseguir en sus peripecias por absurdas que éstas sean, cual presa dopada en el convivio azaroso de una alocada fiesta que se ubica ligeramente fuera de la realidad.

Morrisey y los libros de Oscar Wilde.

No sé por qué sospecho que para ver en persona al Fantasma de Canterville no tendría que ir hasta un castillo inglés para ser presa de sus legendarias apariciones. Yo más bien creo que los remanentes corpóreos de Simón Canterville podrían presentárseme como un espanto en pleno supermercado, tal y como se le revelan de repente a uno esos empleados monótonos, muertos en vida del pasillo de quitamanchas y blanqueadores. ¿Qué mejor lugar podría tener semejante personaje para criticar de viva voz la aparente prosperidad que se esconde detrás de necesidades impuestas por el feroz consumismo en nuestras vidas? Pese a sus férreos intentos por hacerme desistir de alguna compra, sé que una simple mirada en sus cuencas vacías terminaría por conmoverme como a Virginia Otis, si no atajándome de por vida en un encanto inconfesable, al menos en la bondad de permitirle que me lleve las bolsas al coche a cambio de unas monedas.

Si pudiésemos ver a cualquiera de estos personajes en la calle los distinguiríamos de inmediato por portar sin vergüenza alguna sus visibles defectos y excentricidades. Cambiaríamos de acera al percibir su ostentación aristócrata de aquello que nos parece repudiable. Las abuelas y las madres los señalarían para utilizarlos como ejemplo de algo negativo, patético, como el castigo divino al cual se llega por desobedecer a las sagradas órdenes del bien común. Y es que la vida civilizada nos enseña tempranamente a no aspirar a semejantes modelos, a huir de sus complicaciones para acceder a una existencia asegurada que se finque en la aparente comodidad de una lógica a la que siempre le corresponden respuestas cabales. A ellos, por supuesto que la opinión de los demás les tiene sin cuidado. Por lo regular nos ignoran, sintiendo una lástima secreta por nosotros: los simples. Cuando no nos damos cuenta, de igual manera nos miran por encima del hombro con desprecio, a sabiendas de nuestra incapacidad para desafiar cosas tan insulsas como la gravedad. Aleccionados por las buenas maneras, ante un encuentro cara a cara intentaríamos pasarlos de largo, pero su brillo inconfundible provoca en algunos de nosotros el deseo de un tropiezo fantástico o hasta de una huida conjunta.

A TIRO LIMPIO Boris Vian TUSQUETS

EL FANTASMA DE CANTERVILLE Oscar Wilde ALIANZA

Mucho temería, sin embargo, compartir la fila del banco, o válgame el poder superior de su elección, en el vía crucis de algún trámite de alguna oficina gubernamental con el mismísimo Ignatius J. Reilly. Seguramente sus atinados e incisivos comentarios sobre la especie humana a nuestro alrededor, un auténtico muestrario de La conjura de los necios en contra de la cual se rebela día con día, podrían matarme de la risa, pero gracias a su mal fario con la diosa de la fortuna la monotonía de lo cotidiano rápidamente podría convertirse en la más caótica y desquiciada de las situaciones. Si bien Ignatius, en sus excentricidades y sediciones filosóficas, es el tipo de personaje que le aliviana a uno la existencia, en la vida diaria sería uno de esos tipos que uno prefiere contemplar a la distancia. Aunque si su madre nos descubre, quizás venga a invitarnos unas galletitas para así hacernos partícipes de un capítulo más de su atribulada vida como progenitora y sustento de un genio medievalista que evita la perversión de “ir a trabajar”. Ligado a la especie de Ignatius J. Reilly podría encontrarse al prototípico personaje rabelaisiano, ataviado con su triunfal sarcasmo rocambolesco que degusta sin piedad a las buenas costumbres y se limpia en creencias aparentemente incuestionables. Sería únicamente dentro del alucinante territorio de un carnaval que mi encuentro con Gargantúa y Pantagruel podría ser posible, pues es el lugar propicio para la acción de estos personajes intrépidos, quintaesencia del que “todo lo puede”. Y tras los efectos colaterales de toda fiesta, uno sabe que semejante encuentro no puede habernos dejado del todo incólumes. Quien se atreve a “pasar el rato” con estos descomunales bárbaros se sabe atravesado por algo que no es muy sencillo de explicar, pues es que en el ensueño de semejante travesía, llena de historia, erudición y filosofía, se ha pisado el auténtico reino de la utopía. Pero quizás lo más sorprendente de toda esta galería de excéntricos, almas perdidas, fracasados profesionales y bárbaros sin pena, es que están hechos, en mayor o menor medida, a imagen y semejanza de sus creadores. Personas de carne y hueso que en la vida real tuvieron la audacia de vivir sin la máscara y asumieron todas las consecuencias. Detrás de las biografías de Boris Vian, Oscar Wilde, John Kennedy Toole y François Rabelais yace un cúmulo de desafíos sociales y personales, historias de triunfos y fracasos irreparables que ejemplifican en carne propia la seriedad que reside detrás de todo gran humorista. Para encuentros reales, uno desearía con vehemencia haberlos visto siquiera de lejos y admirar a esa dichosa raza de inconformes, moralistas acérrimos, hombres para los que la realidad establecida nunca fue suficiente. En su paso por el mundo nos hicieron reír, pero también comprender que detrás de toda esa rareza, locura y absurdo está el eco de la verdad del mundo. +

LA CONJURA DE LOS NECIOS John Kennedy Toole ANAGRAMA

GARGANTÚA Y PANTAGRUEL Francois Rabelais ACANTILADO




Frase Napalm de Kermit, ilustraci贸n por golpeavisa.



¡NIÑOS A LEER! POR KAREN CHACEK

DEL JA AL JAJA AL JAJAJA AL JAJAJAJA

Hay de risas a risas: las que son como fuegos artificiales —explosivas, coloridas y ruidosas—pero que solamente duran segundos. Las que arden como un piquete de abeja, pero que son tan disfrutables que te desclavas el aguijón y sigues jugando en las proximidades del pan dulce. Las que te dan dolor de estómago de tan crueles —y pese a que te hacen retorcerte como un gusano bajo la lluvia de un jugo de limón, te encantan. Las que son como remolinos en el océano, circulares y profundas, te acompañan silenciosas revolviéndose en tus entrañas y pueden durar horas, días o meses. ¿Cómo se te antoja reírte hoy? La columna de este mes rinde honores a cuatro libros magníficos para detonar alguno de los cuatro tipos de risa citados más arriba. Hambre de ogro es un libro para que juegues con él (o él contigo). Te lo lees a prisa, en cada página explota algo, pero en la última página estalla el libro completo. Te lo digo en serio, el ogro del cuento tiene hambre, MUCHA hambre. Tanta, que se comerá lo que encuentre en su camino, ¿o es que debí decir: a quien encuentre? ¡Corre! (La participación de un adulto que acompañe la lectura puede hacer doblemente divertida la aventura de leer… y la huida). Pablo Diablo es un libro ponzoñoso. Igual que el protagonista de la historia. Los papás de Pablo no saben qué hacer con ese niño tan horrible. Cuando lo llevan al colegio, caminan detrás de él para aparentar que no es hijo suyo. Pablo es imparable, a unos les tira comida en la cara, a otros les arrebata sus pertenencias y las avienta al lodo. Las cosas se ponen todavía peor cada vez que Pablo se ingenia un plan soberbio para estropearle el día a alguien. Si no me crees, pregúntale a su hermano Roberto “el niño perfecto”, a sus desdichados papás, a la maestra de danza, o a Marga Caralarga. Quedas avisado: a Pablo no se le quita lo diablo ni cuando las cosas le salen mal. (Por eso es casi imposible dejar de leer el libro una vez que empezaste.) Lola se embala y otros cuentos terribles es un libro que desde su contracubierta te advierte sobre la riesgosa aventura que hallarás en sus páginas: “Siete cuentos terribles y hermosos para niños valientes y adultos miedosos, o al revés”. La descripción es bastante acertada, este libro es políticamente incorrecto de principio a fin. Es corrosivo, despiadado, está plagado de “malos ejemplos” para cualquiera que aspire a ser un niño modelo. Nadie se salva. Mucho menos los protagonistas de las historias. Casi todos reciben su merecido, pero, ¿sabes una cosa?, a ellos eso no les importa ni media zanahoria. Bicicletas, televisiones, espejos, pasteles, juguetes, dulces, son las mejores herramientas para que los niños de este libro hagan cuanto les venga en gana sin remordimiento —y de las disculpas, mejor olvídate. El libro te provocará dolor de estómago desde el primer cuento. El niño que nadaba con pirañas es uno de esos libros que te hacen reír sin que te des cuenta; aun si lo que lees parece cualquier otra cosa menos algo gracioso. A veces no es lo que pasa, sino el cómo sucede y con qué otro evento de la historia —o de tu propia historia— se relaciona. En ocasiones, la risa es la mejor manera de enfrentar una circunstancia adversa y salir de ella bien librados. El protagonista del libro se llama Stanley Potts. Es un niño huérfano que vive con sus tíos. De un día a otro ve su casa transformarse en una enlatadora de pescado. Su vida ordinaria de niño se desvanece toda. Una de las personas que él más quiere lo decepciona horriblemente. Así las cosas, Stanley se marcha sin meditarlo mucho y se suma a una feria ambulante. Descubre que en el mundo hay gente medio-buena, y otros mitad malos. Que en toda buena aventura nada nunca es blanco y negro, es de colores. Que se vale sentir en un mismo día confusión, miedo, tristeza, emoción, amor, deseos de descubrir algo nuevo. Eso sí, hay que poner atención a lo que el corazón te pida, porque tarde o temprano eso que tanto anhelas te encuentra y te alcanza. ¿Y las risas? Con un autor ocurrente como David Almond, ríes a todo lo largo y ancho del libro, aun en los pasajes más trágicos. + Ilustración de Hambre de ogro, editorial Oceano Travesía


ENTREVISTA CON CRISTINA RIVERA GARZA

EL PLANETA RIGO ES AMOR

En uno de los tomos de Historia de la Ciudad de México, Fernando Benítez se refiere a Rigo Tovar como un “cantante detestable”, a pesar de que entre sus hazañas se cuenta el haber reunido a más de cuatrocientas mil personas durante un concierto en las afueras de Monterrey. Con el dato en la mano le pregunto a Cristina Rivera Garza: ¿Con este libro de alguna manera la literatura nacional (lo siento, sé que el término “literatura nacional” es muy amplio) ha hecho las paces con el músico de Matamoros? Puntual como siempre, ella responde: “Otra manera de decir lo mismo sería decir que, acaso, sin el pálpito y el relajo viviente de la cultura popular, la autodenominada alta cultura se queda muy solita y sin sustancia y ahí encerrada, ¡la pobre!, en el centro del país. ¿Alguna sospecha cuando tal comentario aparece en un libro sobre y desde La Ciudad de México? Mh”. El 27 de marzo de 2005, Rigoberto Tovar García falleció en el Distrito Federal, tras una larga enfermedad. Durante su funeral, una masa descontrolada se abrió a golpes hasta dar “portazo”, acción que sucede en conciertos de heavy metal o salsa. Eran los fans del ídolo muerto, similares a los autores que escriben sobre Rigo: “A todos ellos los he visto reaccionar, en un momento u otro, ante las canciones de Rigo Tovar y su Costa Azul”, responde Cristina Rivera Garza. “Algunos salieron a bailar de inmediato en una fiesta familiar, animada con conjunto en vivo, en las afueras de Oaxaca. A otros los he oído cantar, a todo pulmón, alguna tonada. Muchos se han quedado pensativos frente a una rockola. Todos son magníficos escritores, naturalmente”.

Rigo Tovar y su playera de Freud.

A siete años de la muerte de Rigo Tovar su figura parece no eclipsarse y hasta la moda hipster lo incorpora a su amplio y elástico catálogo visual-musical. En opinión de la autora de Nadie me verá llorar esto se debe a que “tocar las fibras de nuestro ADN emocional no es poca cosa. Hablarse de tú con la cultura que hacemos todos los días, con el cuerpo y con la boca, con lo que llamamos corazón y con las manos, nada de eso es poca cosa”.

POR JORGE VÁZQUEZ ÁNGELES En una nota publicada el 15 de febrero de 2013 en el periódico Excélsior, se enlista a una serie de personajes que fueron hipsters y nunca lo supieron. Entre ellos aparece Rigo Tovar, célebre cantante mexicano nacido en Matamoros, Tamaulipas, en 1946. Tres meses después de publicarse el listado, apareció Rigo es amor. Una rocola a dieciséis voces, libro compilado por la escritora Cristina Rivera Garza —paisana de este peculiar cantante—, que reúne ensayos, cuentos, teatro y poesía sobre el autor de “El sirenito”. ¿Has bailado al ritmo de la música de Rigo y su Costa Azul?, le pregunto a Cristina. Responde de botepronto: “Pero cómo no. Faltaba más. Este libro surge porque los personajes que son más grandes que la vida misma requieren de puntos de vista diversos. Un caleidoscopio. Un asedio multitudinario. Era de rigo-r echar mano de ese ímpetu de la escritura contemporánea por cruzar géneros y moverse, con gozo e incertidumbre, en los espacios colindantes entre ellos para aproximarse a la obra y la vida de Rigo Tovar”.

EXTRACTO

Como los boxeadores, personajes destinados a terminar en la más absoluta pobreza, tras conocer la fama y ganar mucho dinero, a Rigo Tovar la pasó algo similar. ¿Por qué queremos a ídolos destinados a vivir y morir trágicamente? Sin pensarlo mucho Cristina dice: “Los queremos, supongo, porque vieron el abismo y, a diferencia de otros, saltaron. Los queremos por intensos, por arriesgados, por derrocharse ante los otros. Uno quisiera que hubieran ido a terapia #NOT”. Para muchas personas la música de Rigo Tovar es deprimente, pensemos en canciones como “¿Dónde te has ido mujer?” o “Triste navidad”, pero también tiene piezas hilarantes como el “Testamento” o “El Sirenito”. ¿Qué Rigo le gusta más a Cristina Rivera Garza? “Tengo una especial predilección por el Rigo fronterizo. El que salió de este lado del Valley para hacerse, siguiendo las líneas de migración entre Tamaulipas y Texas, lo que terminó siendo en Houston, Texas. Me gusta su raíz popular, su vida luchona y suertuda —las dos cosas al mismo tiempo. Me gusta, sinceramente, esa vena surrealista y paródica, y aún: autoparódica, que tanto nos dice también de ese norte que no se agota. Antes de terminar la entrevista, no puede faltar una petición que revele si Cristina Rivera Garza es o no fan del ídolo de Matamoros: que comparta las cinco canciones que no pueden faltar en un iPod o en cualquier otro medio de reproducción: “Mi Matamoros querido”, “Oh, qué gusto de volverte a ver”, “El Sirenito”, “Quítate la máscara”, “No que no”. ¿Y tu canción favorita? “Oh, qué gusto de volverte a ver. Aunque la pieza del Sirenito, francamente, es genial”. +

¿De dónde es Rigo Tovar?, me respondían siempre que mencionaba el sitio donde había nacido. Matamoros. Al norte de Tamaulipas. Frontera con Estados Unidos. Fue así, a través de esa pregunta tantas veces disfrazada de respuesta, como aprendí que no había iniciado mis días nada más en un territorio sino también, acaso sobre todo, en un nombre. Mi Matamoros querido. En un mito. Nunca te podré olvidar. Con el paso del tiempo me acostumbré a contestar que sí, que Rigo Tovar era de donde es y de donde sigue siendo. Vengo de Matamoros, Tamaulipas, sí. Ahí nací.

RIGO ES AMOR Cristina Rivera Garza (compiladora) TUSQUETS

El origen sin embargo, no es un dato estable y ni siquiera un contexto estable. La meta, ya lo decía Karl Krauss, la meta es el origen. El origen, en todo caso, es lo que se construye después. El origen está en el camino de regreso. Por muchos años, quiero decir, la referencia a Rigo Tovar y su Costa Azul me resultó más bien confusa. Yo había nacido en Matamoros, en efecto, pero había dejado el lugar bastante pronto. Dos años de edad. Las ligas familiares me habían obligado a regresar verano tras verano por algunos años más, pero no a la ciudad propiamente dicha, sino a sus afueras: pequeños poblados agrícolas con nombres como Anáhuac, Valle Hermoso o Control, donde se había sobrevivido por generaciones enteras gracias al cultivo del algodón hasta que, hacia 1962, una plaga lo destruyó todo y se comenzó a sembrar sorgo. +


CINE POR ERICK ESTRADA

A REÍRSE DEL CINE

Los domingos en la mañana eran una delicia. El desayuno duraba prácticamente una hora y esa hora se dividía entre los hot cakes que llegaban perfectamente cocinados a la sala (porque en fin de semana se podía desayunar frente a la tele), y las películas de Canal Once, todas en blanco y negro y en las que desfilaban El Gordo y El Flaco en una extraña mezcla de agilidad extrema y torpeza contenida. Con todo, quien probablemente esperaba con más ansia el comienzo del programa era mi madre, cinéfila entusiasta y amante de la risa. La razón era (o es, porque seguro los revisa en su casa) que los famosos Laurel y Hardy tenían en algunas de sus películas “escenas de risa”. Claro, lo suyo era el slapstick fino y las historias cortas alargadas gracias a un magnífico uso del absurdo. Pero de vez en cuando las obligadas repeticiones de la tele de esa época nos dejaban ver de nuevo a la pareja haciendo una de las comedias más surrealistas jamás documentadas: la de hacer reír riendo. A veces era en una taberna de un pasado incomprensible para mí o en un restaurante fino donde todos los miraban raro, ambos borrachos a muerte. Otras veces ocurría en el consultorio de un dentista que usaba, como dictaban los cánones, gas hilarante (óxido de nitrógeno) como anestesia; el asunto es que Laurel y Hardy de vez en vez se despojaban de todos los artilugios de su comedia y riendo a cuadro de manera imparable hacían reír a mi madre que me hacía reír a mí una hora al sabor de los hot cakes. Otras veces, en los lluviosos fines de semana del verano, los sábados quedábamos mi hermano y yo al cuidado de mi tío, hermano de mi madre y adicto a las comedias de Peter Sellers. Con él aprendí a desenredar la broma, a sacar debajo de la mesa el secreto que hacía que quienes acompañaban a Sellers en la película no se enteraran de lo que pasaba pero que provocaba en mi tío una risa que, de nuevo, me marcaba sonrisas francas y de fascinación: ¿cómo era que dos tipos de películas tan distintas provocaran la misma reacción en dos personas tan parecidas? Así descubrí al mejor inspector Clouseau (que además se parecía mucho al de las caricaturas) en La pantera rosa (EUA, 1963); lo seguí en Un disparo en la oscuridad (Reino Unido-EUA, 1964) y me rendí definitivamente a su comedia en The Party (EUA, 1968) en todas dirigido por Blake Edwards. Edwards a su vez hizo las delicias de mi abuela que me pedía ayuda para ver en video las películas que le gustaban, como Víctor Victoria (Reino Unido-EUA, 1982) o Breakfast at Tiffany’s (EUA, 1961). Mi abuela no reía a carcajadas como mi madre y mi tío, pero su comedia era también más enigmática y quizá, pensaba, esa era la manera de aplaudirla, con una sonrisa tibia cuando Audrey Hepburn hacía brillar sus ojos más que sus diamantes, o cuando el secreto de Julie Andrews era descubierto para apaciguar al océano de enredos en que llevábamos nadando hora y media. Mi padre veía La danza de los vampiros (EUA-Reino Unido, 1967) con mucha emoción, una y otra vez hasta que lograba que riera ruidosamente con él. “Es la única comedia de Roman Polanski”, me dijo, y me intrigó lo suficiente como para provocar que al siguiente fin de semana me hiciera presente en el videoclub de donde salían todas estas películas y pedir “cualquier cosa que sea de Polanski”, una frase que le abrió los ojos como plato a la guapa dependienta y que me dio experiencias cinematográficas que valoro muchísimo. Incluso hoy la situación me sigue provocando dudas (y sonrisas): tanta gente distinta riendo con cosas tan diferentes debe tener una respuesta extraterrestre, paranormal. Lo digo porque aunque cada uno de ellos tenía su ritual de risa, las coincidencias terminaron por confundirme más... a la buena. El control de calidad de la familia nos negaba la tele el fin de semana y revisar películas era la salida. Claro, los que escogían eran los adultos y lo poco en donde nadie acomodaba quejas era en esas tardes de domingo en que los Monty Phyton llegaban a la pantalla casera. ¿Cómo no crecer dudando y al mismo tiempo aplaudiendo los poderes de la comedia y la risa cuando tantas personalidades diferentes coincidían sin problema alguno viendo películas tan extravagantes? Así conocí Monty Phyton y el Santo Grial (Reino Unido, 1975), El sentido de la vida (Reino Unido, 1983) y La vida de Brian (Reino Unido, 1979), que nos mataba de risa a todos, menos a las conservadoras mentes que en la escuela hacían gestos cuando les contaba lo que veía en casa los fines de semana, sumadas a las películas de Tin Tan que me acompañaban después de hacer la tarea. Así aprendí a reírme en el cine. + Ilustración del póster de la película La danza de los vampiros (1967), de Roman Polanski.


+NOVEDADES Los 10 mejores títulos del mes elegidos por Lee+

LA FELICIDAD Y LO ABSURDO

Albert Camus en el centenario de su nacimiento

Varios autores TUSQUETS

En el centenario de su nacimiento, diez escritores radicados en México prestan su pluma para reflexionar sobre las ideas, las palabras y los silencios del pensador francófono y desarrollar un diálogo entre pares de tiempos no tan distantes pero radicalmente distintos.

EL CUERPO EXPUESTO Rosa Beltrán ALFAGUARA

Esta novela entrelaza dos historias: la vida de Charles Darwin, un coleccionista que en su tiempo fue tachado de farsante y blasfemo por atreverse a argumentar que toda especie, incluyendo la humana, desciende de otra y forma parte de un proceso llamado evolución. Del otro, la extraña ruta seguida por el último darwinista, un biólogo de nuestro tiempo que exhibe en un blog a seres humanos propuestos como mutaciones de la especie: cuerpos alterados por la manipulación de alimentos, seres cuyas mentes habitan exclusivamente el espacio virtual.

YO RECIBIRÍA LAS PEORES NOTICIAS

DE TUS LINDOS LABIOS

Marcal Aquino OCEANO

En esta historia de amor contada con la eficacia de una novela policiaca, un fotógrafo llega a una ciudad minera del Amazonas y se enamora de una joven casada. A pesar de que ella provoca todo tipo de conflictos a su paso, a pesar de los rumores de reporteros y vecinos, de la lucha entre mineros y empresarios, de que alguien le puso precio a su vida y de las premoniciones que lo acosan, el fotógrafo decide explorar esa pasión inusual.

HACIA LA EXTINCIÓN Oliverio Coelho ALMADÍA

Los relatos de Oliverio Coelho se deslizan por el lado del azar, apuestan por la imprevisibilidad con que la vida juega sus cartas, delatan las corrientes profundas que de pronto se apoderan de las superficies tranquilas. Las vidas de sus personajes son tableros que pierden la lógica cotidiana: en ellos son posibles los encuentros con escritores enterrados en el olvido, que un hijo se enfrente con el hombre que ha decidido copiar a su padre muerto, y que un a mujer ame a un hombre por las razones equivocadas.

HA VUELTO Timur Vermes SEIX BARRAL

Es el verano de 2011. Adolf Hitler despierta en un descampado en el centro de Berlín. No hay símbolos nazis, reina la paz, las calles están invadidas por extranjeros, y Alemania es gobernada por una mujer rechoncha que hace lo que quiere en Europa. Sesenta y seis años después de su caída, el resucitado Hitler triunfa en la televisión como perfecto imitador del Führer, un cómico genial. Pero él no bromea en absoluto. la fama es la plataforma perfecta para retomar su carrera política.

NOVELA B Mónica Bustos SUMA

La novel escritora paraguaya Mónica Bustos retoma la tradición del llamado “Cine B” —películas de culto en las que se recrean asesinatos seriales, narraciones de seres demoniacos, cómics, rock underground y otros elementos bizarros—. Todo gira en torno a una misteriosa y bella mujer que, a lo largo de distintos puntos en América Latina, aparece y desaparece sin explicación lógica posible. Algunos que han escuchado sobre ella y otros tantos que se han cruzado en su camino, a veces con fatales consecuencias, se obsesionan con descubrir su identidad.

SCHADENFREUDE (LA FURIA) Óscar Pérez Varela ALMUZARA

Sólo el alemán, idioma de la furia, contiene un vocablo para evocar la alegría que produce el fracaso ajeno: schadenfreude. Es esta palabra la que sirve de título para una novela corta, extrema en el fondo y en la forma, compuesta de seis relatos relacionados y engarzados por un séptimo. Schadenfreude es un texto que puede resultar estruendoso, ofensivo; en realidad ha sido escrito desde la convicción de que sólo merece la pena leerse a quien se lo juega todo en cada línea. No puedes huir de aquello que no conoces.

EMPEZAR DE CERO Jimi Hendrix SEXTO PISO

Empezar de cero es la historia de Jimi Hendrix contada por él mismo a partir de un minucioso trabajo de recopilación de material audiovisual e impreso realizado por el cineasta Peter Neal, y que originalmente se concibió como base para el guion del documental que Neal está preparando sobre el músico. El resultado de este trabajo es un testimonio único: el relato de la vida y del viaje interior de Jimi a través de las letras de sus canciones y de sus propias palabras, como si de una autobiografía se tratara.

1000 CAMISETAS DE FÚTBOL Bernard Lions NUMEN

¿Sabía que “O Rei” Pelé acabó jugando con el número 10 por casualidad? ¿Por qué juega el Real Madrid de blanco e Italia de azul?¿Conoce la leyenda del número 7 del Manchester United?¿Con qué número que suele estar asociado a la mala suerte han tenido un gran éxito varias estrellas del fútbol alemán? Abra este libro y lo descubrirá. Viajará por todo el mundo conociendo los secretos de hasta 1000 camisetas del fútbol. Descubrirá la más vendida, la más peculiar, las clásicas y las especiales.

ENTRE EL HONOR Y LA ESPADA:

LA INÉDITA HISTORIA DEL LEGENDARIO HENRY MORGAN

Paul Levitz PLANETA

A comienzos de la década de 1950, los superhéroes parecían haber entonado el canto del cisne, pero DC Comics reavivó un fuego que haría de ellos una pieza clave de la cultura popular moderna aportando a sus historias un nuevo elemento: la ciencia ficción. A fin de eludir las limitaciones impuestas por el código de censura, los guionistas y editores de DC idearon argumentos cada vez más fantásticos que arrastraron a los superhéroes al terreno de la ciencia ficción.


+PARA VER Y OÍR DVD

CD

HECHO EN MÉXICO Duncan Bridgeman EN PANTALLA

Un documental que busca hacer reflexionar sobre la mexicanidad y mostrar la vida diaria de los mexicanos más allá de las noticias negativas que se esconde en la vida diaria.

ARTIC MONKEYS AM SONY MUSIC

Una de las bandas más populares de la escena indie regresa con nueva producción y nueva gira cuyo éxito, seguramente, superará a las anteriores, colocando a este gran grupo en el gusto de los jóvenes.

LA INFANCIA DE IVÁN Andrei Tarkovsky CINE, VIDEO Y T.V.

La infancia de Iván es primera película de Andrei Tarkovsky. Ivan Bonarev, un niño ruso huérfano con apenas 12 años de edad, un día despierta y parece que está viviendo en un sueño: el ejército soviético está luchando contra el invasor alemán. Mientras deambula por el paisaje devastado por la guerra es capturado por los soldados rusos y llevado al joven teniente Galtsev, quien lo interroga para saber quién es Iván, y por qué éste insiste en que se notifique su presencia a la sede 51.

PERSONAJES Krzysztof Kieslowski CINE, VIDEO Y T.V.

Romek Januchta es un joven idealista de 19 años que tiene una fascinación por la magia del arte. Esto lo llevará a conseguir trabajo como sastre en una compañía teatral en Varsovia. Vivirá en carne propia las peleas, los pequeños celos, la venganza, y las ilusiones tras bambalinas, donde descubrirá que no todo es como lo había soñado.

MADONNA MDNA World Tour UNIVERSAL MUSIC

La reina del pop deja de manifiesto el talento con el cual ha cosechado millones de fans y ventas en el mundo entero. En este nuevo disco, grabado durante su pasada gira, demuestra que no hay ni habrá nadie como ella. Y Madonna lo sabe.

DREAM THEATER Dream Theater WEA

Considerada una de las mejores bandas de metal progresivo, fieles a su costumbre y sin perder la línea que los ha distinguido por más de veinte años en el ámbito del heavy metal y sus derivados, los neoyorkinos nos presentan una obra llena de poder, virtuosismo y técnica.

SIMPLEMENTE SANGRE Joel Coen, Ethan Coen CINE, VIDEO Y T.V.

Julian Marty, propietario de un Bar en el estado de Texas, está casado con una seductora mujer, Abby, de la cual sospecha que tiene una aventura en secreto con Ray, el camarero. Marty contratará al detective privado Loren Visser para quitarse de dudas y obtener las pruebas de su sospecha; cuando recibe las fotos de los dos amantes en la cama en la cama de un motel local, las cosas comenzarán a cambiar, y la pareja se sentirá amenazada por la inminente venganza que está en camino.

EN TRANCE Dany Boyle TWENTIETH CENTURY FOX

Simon un empleado de una casa de subastas, se asocia con una banda criminal para robar una valiosa obra de arte. Pero, tras recibir un golpe en la cabeza durante el atraco, descubre, al despertarse, que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando ni las amenazas ni la tortura física logran arrancarle ninguna respuesta, el jefe de la banda contrata a una hipnoterapeuta para que le ayude a recordar.

FERNANDO DELGADILLO Tiempo ventanas FONARTE LATINO

Con una carrera consolidada en el ámbito de la nueva trova, Fernando Delgadillo no deja de escribir canciones y realziar presentaciones en todos los lugares posibles, manteniéndose en el gusto del público que lo sigue a donde vaya.

FERNANDO DE LA MORA Alegría mexicana PRODUCCIONES MEXICANAS DISCOGRÁFICAS

Sin duda una de las mejores voces en México, Fernando de la Mora muestra su versatilidad ahora interpretando grandes clásicos de la música mexicana, acompañado del Mariachi Vargas de Tecalitlán, una muy agradable colaboración entre talentos nacionales.





ISRAEL POR SILVIA CHEREM S.

CUATRO VOCES

INSOMNIO POR DIEGO RABASA

ESCAPAR DEL MUNDO

El filósofo esloveno Slavoj Žižek define la risa como “la metástasis del goce”. El pensador francés Clément Rosset ubica la risa como una de esas extrañas y fugaces zonas de la experiencia humana donde lo real se manifiesta sin intermediaciones, sin pálidos dobles, un instante en el que el mundo se muestra abierto y se vive en todo su fulgor. Ninguna de estas nociones, por precisas que sean, puede hacerle honor al término que intentan definir. La filosofía –espacio por excelencia de la reflexión– se aleja de ese estertor híper espontáneo en el que el cuerpo responde a una situación que lo descoloca. En la literatura, en cambio, podemos encontrar un terreno más fértil, no para pensar en ella pero sí para experimentarla. En el siglo XX hubo en nuestro país grandes, grandísimos maestros de la prosa cómica en cuya cumbre se encuentra Jorge Ibargüengoitia pero cuyos acólitos supieron trasladar la guasa incluso a los terrenos de la crónica y el ensayo; Salvador Novo y Carlos Monsiváis son dos ejemplos inmejorables de ello. Žižek ha dicho que la risa también puede ser analizada en el contexto de un discurso hegemónico (y con ello el esloveno le ha quitado todo lo gracioso). Es decir: podemos conocer mucho de quiénes somos y de la época en la que vivimos de acuerdo al análisis de aquello que nos produce risa. En mi caso son dos tipos de humor lo que me despiertan una carcajada de manera más sencilla: el humor del absurdo (tipo Samuel Beckett) o el esculpe con precisión la ridiculez de nuestra condición (tipo Groucho Marx o Woody Allen). Un ejemplo del último tipo: el volumen de relatos Estoy desnudo, del escritor japonés Yasutaka Tsutsui, que muestra con mucha elegancia e inteligencia que es posible atajar asuntos de una seriedad supina mediante su representación humorística. En el primer relato, “Estoy desnudo”, un acaudalado hombre de negocios observa cómo se precipita su vida desde una zona de comodidad burguesa hasta los circuitos más duros y friolentos de la errancia vagabunda porque un desastre natural lo toma por sorpresa en pleno acto de descare con su secretaria. En el fondo lo que vemos es trágico: el hombre prefiere morir que enfrentar al mundo y confesar el engaño en el que ha sumergido prácticamente todos los aspectos de su vida, en cambio la forma en la que se despeña el buen hombre burgués es para morirse de la risa. El cuarto relato –mi favorito– se llama «Maneras de morir» y cuenta la historia de una pequeña oficina (muy sui generis como suele ser lo oriental visto desde occidente) en la que hombres y mujeres trabajan esmerada y sometidamente ante la vigilancia de su supervisor hasta que de pronto irrumpe un daimón gigante con un gran garrote en la mano que pronto anuncia las intenciones de aniquilar a todos y cada uno de los habitantes del salón. El relato muestra con muchísima gracia de por medio (el demonio va enfrentando uno por uno a los habitantes del cuarto y cada uno despliega una actitud distinta ante él para clamar piedad) la inmensa torpeza que tenemos los humanos para lidiar con nuestra propia muerte y cómo, cara a cara frente a ella, muchos de los principios sobre los que creemos cimentar nuestra existencia se desvanecen. Las ideas de los relatos son complejas y duras pero son inoculadas en nuestra mente a través del humor y de la risa, cuya vivencia anuncia (recordando a Rosset) la presencia de algo real. Pero hay otro género que para algunos frígidos humorísticos pudiera parecer como una manifestación artística menor pero que en cambio para muchos otros representa un triunfo del intelecto sobre la realidad: los humoristas gráficos. Uno de los principales voceros de la crisis española, por ejemplo, ha sido el dibujante El Roto, cuyas viñetas por momentos causan más zozobra que risa pero que encuentra en este afán por desnudar la realidad sin ambigüedades una herramienta poderosísima de denuncia. La tradición mexicana es tan larga en este sentido que ameritaría una columna en sí misma y por eso no nos adentraremos en ella y más bien rescataré a otro humorista extranjero: el argentino Liniers. Su tira diaria, Macanudo –slang argentino para expresar que algo rifa– nació en los momentos más aciagos de la crisis del corralito y fue creada precisamente con la idea de que el diario en el que es publicada la tira, La Nación, cerrara con algo que contrastara el alud de malos presagios y malas noticias de las secciones anteriores. En los momentos en los que la realidad cierne sobre nuestras cabezas una espesa nube que cubre toda esperanza de un día justo, el humor se convierte en un acto revolucionario que rescata de las fauces del oprobio nuestro derecho a –aunque sea por unos instantes– escapar del mundo y reír. +

Ilustración del dibujante argentino Liniers.

El escritor Amos Oz, fotografía de Kobi Kalmanovitz.

DEL DESIERTO

Lo imprescindible del periodismo mexicano de los últimos años son sin duda sus entrevistadoras. Quizá por su capacidad para seducir al interrogado, por su hábil manera de dialogar sin presiones agresivas, o por ese sexto sentido que les permite adelantarse a posibles respuestas. En Elena Poniatowska domina su cerebral ingenuidad. En Cristina Pacheco su don para conversar como en familia. En Carmen Aristegui su puntería implacable. De todas esas virtudes participa de algún modo Silvia Cherem con un acento particular: el afán totalizador que nos obliga a contemplar al entrevistado como un retrato puntual de lo que dice, de lo que piensa, de lo que es. Al menos en este libro, Israel a cuatro voces. David Grossman, Amos Oz, A.B. Yehoshúa y Etgar Keret, la totalizadora Silvia ofrece una sorprendente fotografía verbal de escritores israelíes de alto voltaje insuficientemente conocidos y apreciados en México. Ha viajado especialmente a Israel para conversar con ellos y el resultado es un libro no sólo revelador de las respectivas miradas del quehacer creativo de estas cuatro figuras, sino un libro, el de la propia Silvia, profundamente literario. Al develar cómo es el joven Keret, al desentrañar las proezas de Grossman, al delatar al siempre polémico Amos, al exhibir a Yehoshúa, ella hace también literatura. Nos imparte una lección académica. Nos abre los ojos al pujante mundo de la creación en Israel. Nos sorprende. Nos fascina con su estilo. Porque Silvia Cherem sabe oír, sabe ver, sabe hacernos paladear la materia prima que es el lenguaje. Israel a cuatro voces es un claro diagnóstico de esa gran literatura que pertenece no únicamente a un país, sino al universo todo de nuestras letras. + Texto de Vicente Leñero

ISRAEL A CUATRO VOCES Conversaciones con David Grossman, Amos Oz, A.B. Yehoshúa, Etgar Keret Silvia Cherem S. KHALIDA


EXTRACTO DE EL LIBRO CHILANGO

PÁG. 136 PÁG. 72 PÁG. 57 PÁG. 104 LOS PUMAS EL CUAU JOVEN NO

DIEZ C.U. QUIÉN LA REBEL

SABES GALLO

RESTAURANTERO

TEPITEÑO

Cada vez que un chilango le pregunta a una chica con qué futbolista le gustaría salir, empiezan a brotar nombres de galanes de 1.80, muy fit, como Beckham, Maldini, Cristiano, alguno que otro holandés y hasta Rafael Márquez, pero siempre terminan con el Cuau. No hay mujer que no cierra la lista con él; tiene algo que saca la parte más oscura de una chilanga. El Cuau es un tepiteño que ha tenido una vida plena: campeón del futbol mexicano, de la Copa Confederaciones, le ha escupido a gente, pegado a árbitros y reporteros, anduvo con celebridades, vivió en Chicago y en España, ha sido restaurantero, tuvo su marca de tenis de futbol, y hasta fue presentador de un programa de televisión. ¿A qué chilango no le gustaría haber vivido tanto en su vida? +

SOY JEFE KIKÍN

¿Cómo darnos cuenta de si estamos frente a un pseudopuma? Muy fácil: SI TIENE menos de veinticinco años y trae una playera extra small que dice “KIKÍN” SI LE PREGUNTA al de las chelas si tiene cerveza con clamato. SI CUANDO tocan el himno de la universidad empieza a entonar el himno nacional. SI SE ENOJA cuando quiere salir del estadio y su coche está bloqueado por varios más. SI PIENSA que traer playeras del Chicharito está bien visto. +

No hay frase que le guste más al chilango, o que use con mayor frecuencia. A propósito de cualquier conflicto, pleito o confrontación con otro individuo, el defeño siempre responde con un: “¿Con quién crees que estás hablando?”, o sus variantes: “No sabes con quién te estás metiendo”, “¿Qué no sabes quién soy?”. […] Pero no se preocupen: chilango que ladra no muerde, y si alguna vez un defeño les pregunta “¿Qué no sabes quién soy yo?”, respondan con confianza: “No, pero seguro te llamas Juan García o Luis Gómez, tu papá trabaja en un cubículo gris de la Secretaria de Energía y tienes que hacer fila hasta para comprar tortillas en el súper”. +

En el DF, al mesero nunca se le debe decir mesero. Es el único apelativo que siempre será mal recibido por el personal en turno así como por toda la clientela del lugar y cualquiera que esté al alcance auditivo. +

Entrevista en video

EL LIBRO CHILANGO Nicolás Conti Diego Basave PLANETA

Larousse de la cocina mexicana LAROUSSE

El ABC de la fotografía digital LAROUSSE

México y tus sentidos LUNWERG

ARTE Ciento un pueblos bellos en México ILUSTRA

Guía para un perro feliz AGUILAR

LOS +VENDIDOS

GALÁN



ALBERTO RUBÉN CORCHADO QUINTERO PREFECTO DE ESCUELA SECUNDARIA

FANATIC WARS Fotografías de Marcel Rius Cortesía TRILCE ediciones

46 AÑOS

FANATIC WARS

Las fotografías Este libro de fotografías del catalán delMarcel catalánRius Marcel son un Riushomenaje es un homenaje a los fans a los mexicanos fans mexicanos de Starde Wars, StaraWars, la creatividad a la creatividad de sus de disfraces sus disfraces y a la pasión y a la pasión con la con la que miles quede miles personas de personas han adoptado han adoptado algo que, algomás que,que másuna quemoda, una moda, es un es estilo un estilo de vida. de Durante vida. Durante algúnalgún tiempo, tiempo, el fotógrafo el fotógrafo catalán catalán Marcel Marcel Rius Rius visitó visitó a estas a estas personas personas en sus encasas, sus casas, donde donde posaron posaron con con y sinydisfraz; sin disfraz; los acompañó los acompañó a convenciones, a convenciones, presentaciones presentaciones de películas de películas y todo y todo tipotipo de de eventos; eventos; vio vio sussus colecciones colecciones y sus y sus trajes, trajes, y conoció y conoció los los clubes clubes a los a los queque pertenecen pertenecen parapara mostrarnos, mostrarnos, a través a través de estas de estas imágenes, imágenes, queque parapara los los fans fans mexicanos mexicanos de de La La guerra guerra dede laslas galaxias galaxiasdisfrazarse disfrazarsededesus suspersonajes personajesfavoritos favoritosde deStar StarWars Warsno nosolo soloes esun un pasatiempo, pasatiempo, sino sino una pasión y un estilo de vida al que pertenecen por igual profesores de escuela, edecanes, vendedores, abogados… gente “normal”, común y corriente que tiene, sin embargo una personalidad oculta, no siempre entendida por los demás. Trilce Ediciones publicará este libro próximamente. + +


ALEJANDRO QUIROZ ÁNGELES LICENCIADO EN SISTEMAS COMPUTACIONALES ADMINISTRATIVOS

36 AÑOS

Visita la página de Marcel Rius




Chaplin en Gandhi

CHAPLIN

Uno de los hombres más imitados de la historia del cine, Charlie Chaplin, demostró ser una pobre imitación de sí mismo. En 1915 participó en San Francisco en un concurso de dobles de Chaplin y perdió. De hecho no consiguió siquiera llegar a la final. Chaplin comentó después a los periodistas que lo había hecho “para dar lecciones sobre cómo anda Chaplin, por compasión, así como por el deseo de ver que las cosas se hacían correctamente”. El hecho es que esta sorprendente anécdota es una muestra del nivel de celebridad que alcanzó el Vagabundo, ese sencillo comediante inglés de teatro que se convertiría en el hombre más famoso del mundo durante décadas. […] Su Vagabundo fue el personaje de ficción más famoso de la historia y lo hizo millonario a la edad de treinta años. Pero aun después de haber hecho fortuna, el tacaño autor seguía viviendo en baratas habitaciones de hotel, pocas veces se cambiaba de ropa y solía guardar los cheques no cobrados en un baúl durante meses. Le leyenda dice que el personaje del Vagabundo estaba basado en su propia y caótica experiencia, la del joven que había crecido en el East End de Londres. (Extracto del libro Vidas secretas de grandes directores de cine, editado por Oceano). +




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