Lee+ 132 Reinvención

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AÑO 11 • NÚMERO 132 • MAYO 2020

Reinvencion ´ Divine: la reinvención de la diva inmortal Amparo Dávila por Bernardo Esquinca Martín Solares recuerda a RubemFonseca Entrevistas: Elizabeth Gilbert:“No tienes que ser una buena chica para ser una buena persona” Guillermo Arriaga: cacería de letras




Tema del mes:

Índice

6 el librero de Sergio Peraza Vanessa Domínguez

10 Entrevista a Guillermo Arriaga José Luis Trueba Lara

12 Cuatro tiempos de Pearl Jam Gilberto Díaz

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Entrevista a Elizabeth Gilbert

Yara Sánchez De La Barquera y Enrique G de la G

18 Conserve su distancia Enrique G de la G

20 Divine: la reinvención del transformismo Fabián V. Escalante

22 Memorables y el olvido: Amparo Dávila Bernardo Esquinca

24 In Memoriam: Adiós a Rubem Fonseca Martín Solares

26 Corona, ya es hora Enrique G de la G

28 El virus mortal Hilario Peña

29 [Meme Literario] Hilario Peña

Yara Sánchez De La Barquera Vidal

EDITORIAL

yara@revistaleemas.mx

L

a historia es un río que todo lo arrastra. Su torrente jamás se detiene y aquello que se le opone se desgasta hasta desaparecer casi por completo. Las piedras que parecían inmensas y eternas se transforman en arena gracias a su erosión, mientras que las pequeñas ramas y las hojas avanzan con gran rapidez y sobreviven. Si miramos con cierto cuidado a esos pequeños objetos que no se resisten a la corriente, pronto descubrimos que ya no son los mismos. En cada recodo cambiaron y dejaron de ser lo que eran: algunos se convirtieron en los brotes que florecieron en las orillas, otros se fundieron entre sí para crear un manglar y unos más mutaron en el alimento de las especies que pueblan la riada de la historia. Este número de Lee+ está dedicado a esos seres, a la reinvención que los transformó y los convirtió en símbolos, en nuevas maneras de ser y de vivir, en apuestas capaces de desafiar lo establecido y lo que se pensaba eterno. La reinvención, querámoslo o no, es parte de nuestra capacidad para adaptarnos, para sobrevivir y, por supuesto para ser distintos y otorgarnos una nueva identidad. Sin embargo, aún existe una pregunta que no ha sido respondida: ¿seremos capaces de reinventar al mundo, a la sociedad y lo humano para enfrentar los nuevos cambios? La solución a este interrogante, en buena medida, corre por tu cuenta y lo que hagas será parte de la historia. +

30 El alma perdida de Olga Tokarczuk Itzel Mar

31 [Ver y oír] Adrián García

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Directora General y editora

Reinvencion ´

Coeditor José Luis Trueba Lara jtrueba@revistaleemas.mx Editor de contenido Enrique G de la G enrique@revistaleemas.mx Director de arte y editor audiovisual Edwin Reyes Maya edwin@revistaleemas.mx Marketing Fabián Vásquez Escalante fabian@revistaleemas.mx Editor de mascultura.mx Gilberto Díaz contacto@revistaleemas.mx Consejo editorial Alberto Achar Jorge Lebedev

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UNA HISTORIA DE AMOR ENTRE EL MIEDO Y LA RABIA EN UN PAÍS DIVIDIDO POR EL AUTOR DE EL SALVAJE, AMORES PERROS, 21 GRAMOS Y BABEL.

ARCHIVO REVISTA QUIÉN

“Es una novela de enorme intensidad que se lee de manera trepidante y apasionada.” — Juan Villoro, Presidente del jurado.

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E L

L I B R E R O

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S E RG I O

P E R A Z A Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi

Vanessa Domínguez

S

ergio Peraza tiene un oficio rudo. Su quehacer –marcado por la tentación de desafiar al tiempo con la fuerza del metal– es una herencia de su padre, el escultor yucateco Humberto Peraza; sin embargo, el gusto por los libros y la música le llegaron por línea materna. Todo indica que doña Angelina era una mujer de letras y notas. Adentrarse en su biblioteca es fascinante: en ella se notan distintos estamentos, diferentes huellas que revelan legados y búsquedas personales. Los grandes volúmenes de arte conviven con la literatura o con los ensayos que van de la ciencia al erotismo pasando por la historia. La diversidad parece ser su único signo. Con sus libreros ocurre algo muy parecido, ellos también nos muestran distintas eras que el sol terminó por reunir en un espacio apenas separado por una pared de su lugar de trabajo, del taller en el que nacen sus esculturas. Algunos de ellos están empotrados y parecen haber sido pensados junto con el lugar en el que se encuentran, otros tienen la rusticidad adecuada, unos más se transforman en oquedades que permiten adentrarse en ellos para sentarse a leer, y los últimos tienen distintas procedencias y materiales. Sin embargo, todos están colmados de libros y objetos, de esculturas, triques y réplicas de dinosaurios. Sergio, junto con uno de sus perros, está sentado en la pequeña banca que cobija uno de sus libreros y, cuando escucha el click que anuncia la grabación, comienza a hablar. —Antes —me dice— Vanessa y yo teníamos los libros en una sola recámara, que ocupaban todas las paredes desde el piso hasta el techo. Todo parecía perfecto; sin embargo, poco a poco comenzamos a enfrentar un problema: el gran plafón de cristal que todo lo iluminaba y nos regalaba la luz para la lectura. A pesar de esto, ese sitio ideal no lo era tanto. Tú lo sabes bien, el sol es un enemigo de los libros y los va dañando lentamente hasta que termina por borrarles los lomos o por convertir a sus páginas en algo tan reseco que nada tardan en resquebrajarse. Por esta razón decidimos repartirlos en varios lugares de la casa y que los libreros siempre quedaran a contraluz. Esa era la mejor manera de que pudieran sobrevivir. En este librero tengo una enciclopedia casi vieja: la EspasaCalpe, que fue editada en 1955. Me llena de recuerdos: sus contenidos breves, precisos y llenos de imágenes me acompañaron en mis primeros años de estudio. Sin embargo, la mayoría de sus entrepaños guardan obras dedicadas a la Segunda Guerra Mundial y a la literatura fantástica. Desde que era niño, esa guerra se hizo presente en mi vida: mi padre y yo armábamos y pintábamos aviones de plástico: éramos aeromodelistas. Mientras trabajábamos en ellos, sus palabras caminaban hacia el pasado. Mi papá me contaba sobre las batallas en las que usaron y eso me llevó a adentrarme en ese momento del pasado. Pasar las tardes leyendo sobre la Segunda Guerra Mundial y las batallas entre los Spitfire y los Messerschmitt era placentero, absolutamente emocionante, y aún hoy lo sigue siendo. Las historias de trágico heroísmo que ocurrieron en la lucha contra el

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nazismo son fascinantes y, por eso, las novelas que las cuentan me cautivan inexorablemente. La presencia de la literatura fantástica tampoco es una casualidad y menos lo es que esté en mi librero favorito: ella es una de las mayores inspiradoras de mi obra como escultor. Los libros de Tolkien y Ursula K. Le Guin, que leí mucho antes de que Harry Potter naciera, me parecen maravillosos desde que era muy joven. Recuerdo que en aquellos días me encerraba en mi habitación, ponía música y me perdía en sus palabras. Esos libros, junto con los demás que editaba Minotauro, daban paso a tardes que valían la pena ser vividas. Curiosamente los he vuelto a leer… algunos ya no me resultaron apasionantes, pero Tolkien aún conserva su capacidad para sorprenderme, para obligarme a soñar y, por supuesto, para llevarme a los mundos fantásticos que muestran su pátina en mi taller. Cuando descubrí a Tolkien, casi nadie hablaba de él en México. Supongo que tampoco era muy leído ni conocido, tal vez solo algunos iniciados se habían internado en sus páginas. El Hobbit –el primero de sus libros que leí– llegó a mis manos por una casualidad: cuando estaba en la prepa, en mi escuela se abrió una biblioteca que transformó mi vida. No pasó mucho tiempo antes de que me hiciera amigo de la bibliotecaria y, como resultado de esto, pasaba mucho tiempo con ella. Yo dibujaba y ella me recomendaba cosas para leer. En una ocasión me dijo que me debía suscribir al Círculo de Lectores: una empresa española que publicaba un catálogo mensual con sus novedades. Ahí fue donde descubrí El Hobbit, y de inmediato comencé a leerlo. Mi interés por este libro no era resultado de un gran conocimiento literario, pues estaba vinculado con algo lejano de la literatura. En esos tiempos yo era fan de Star Trek y, por supuesto, uno de mis personajes favoritos era el Señor Spock. Leonard Nimoy ocupaba un lugar muy especial en mi vida. Gracias a una entrevista que había leído, sabía que Nimoy había grabado un disco –un LP de vinil con todas las de la ley– con canciones sobre los hobbits. Obviamente me refiero a The Ballad of Bilbo Baggins, compuesta por Charles Randolph Grean y editada en un acetato que se llamaba The Two Sides of Leonard Nimoy. Con esta información, el click fue automático; y desde ese momento, las obras de Tolkien me han acompañado. Durante un momento Sergio guarda silencio, tal vez quiere sentir el sabor de los recuerdos que se esfumarán en el preciso instante en que pronuncie la siguiente palabra. —Ven —me dijo—, vamos a ver el resto de la biblioteca. El recorrido continuó, nos detuvimos aquí y allá, él habló sobre la importancia que tenían los libros de arte, sobre sus novelistas preferidos y, por supuesto, del resto de las obras que se miraban alineadas. Todo iba maravillosamente bien; sin embargo, el recuerdo de su encuentro con Tolkien seguía mostrándose como un eco que acompañaba nuestros pasos. +



NO FICCIÓN

FICCIÓN LA BAILARINA DE AUSCHWITZ Edith Eger PLANETA

Un libro sobrecogedor, potente e inspirador que busca ayudar a todas aquellas personas, cuyos traumas les impiden vivir en plenitud los instantes de su existencia. Al igual que su mentor, Viktor Frankl, Edith Eger es una superviviente. Su experiencia vital y trayectoria como psicóloga le han permitido ayudar a miles de personas que viven incapacitadas por sus cicatrices emocionales.

EL VENDEDOR DE SILENCIO Enrique Serna ALFAGUARA

A mediados del siglo XX, Carlos Denegri era el líder de opinión más influyente de México. Reportero estrella de Excélsior, tenía una envidiable red de contactos. Mimado por el poder, como columnista político sobresalió por su falta de escrúpulos: Julio Scherer lo llamó el mejor y el más vil de los reporteros. Enrique Serna vuelve a una de sus vetas narrativas predilectas, la reconstrucción del pasado, para entregarnos un fresco histórico apasionante.

EL TRAIDOR Anabel Hernández GRIJALBO

La historia de este reportaje se remonta a 2011, cuando Anabel contactó a uno de los abogados de Vicente Zambada, el Vicentillo, quien enfrentaba un juicio en Chicago. Él le entregó varios documentos del narcotraficante: un inquietante autorretrato como payaso y los diarios que escribió durante su negociaciones para colaborar con el gobierno norteamericano. En esas páginas, el capo reconstruyó su historia y la de uno de los cárteles más poderosos.

MUJER EN PAPEL Cecilia Fuentes TRILCE EDICIONES

Rita Macedo fue muchas cosas, aunque la mayoría solo la recuerdan como actriz. Sin embargo, al adentrarnos en sus memorias –recuperadas y editadas por su hija Cecilia– descubrimos un personaje indispensable para comprender algunos hechos de la cultura mexicana del siglo xx: su matrimonio con Carlos Fuentes, su relación con Luis Buñuel y muchas otras historias de Mujer en papel nos permiten redescubirla y adentrarnos en su mundo íntimo.

LUGARES ASOMBROSOS: TRAVESÍAS INSOLITAS Y OTRAS MANERAS EXTRAÑAS DE CONOCER AL MUNDO Luisito Comunica ALFAGUARA

DE ANIMALES A DIOSES Yuval Noah Harari DEBATE

Viaja a los lugares más recónditos de los continentes: a sitios abandonados que conservan la huella de un hecho inexplicable; espacios delineados por trazos y personajes místicos; habitáculos hechizados por almas que vagan entre dimensiones desconocidas; zonas marcadas por los errores de la historia y sus fantasmas, y pintorescas comisuras del orbe con el sello de una costumbre o un suceso perturbador.

Hace 100,000 años seis especies de homínidos habitaban la Tierra. Hoy solo queda una: el homo sapiens. ¿Cómo logró nuestra especie imponerse en el planeta? ¿Por qué nuestros ancestros se unieron para crear ciudades y reinos? ¿Cómo llegamos a creer en dioses, en naciones y en los derechos humanos, a confiar en el dinero y las leyes? ¿Cómo será el mundo en los milenios venideros? En De animales a dioses, Yuval Noah Harari responde estas preguntas.

CIRCE Madeline Miller ALIANZA DE NOVELAS

CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS Dale Carnegie DEBOLSILLO

En el palacio de Helios, dios del sol y el más poderoso de los titanes, nace una niña. Pero Circe es una niña rara: carece de los poderes de su padre y de la agresiva capacidad de seducción de su madre. Cuando acude al mundo de los mortales en busca de compañía, descubre que sí posee un poder, el poder de la brujería, con el que puede transformar a sus rivales en monstruos y amenazar a los mismísimos dioses.

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER Milan Kundera TUSQUETS EDITORES

Esta es una extraordinaria historia de amor –o de celos, sexo, traiciones, muerte y de las debilidades y paradojas de la vida cotidiana– de dos parejas, cuyos destinos se entrelazan irremediablemente. Guiado por la asombrosa capacidad que posee Milan Kundera para contar con cristalina claridad, el lector se adentrará en la compleja trama de acciones y pensamientos que teje en torno a sus personajes con diabólica sabiduría.

JÓVENES TRES PROMESAS Lesslie Polinesia MONTENA

UNO SIEMPRE CAMBIA AL AMOR DE SU VIDA (POR OTRO AMOR MOMO Michael Ende O POR OTRA VIDA) ALFAGUARA CLÁSICOS Amalia Andrade Arango PLANETA

El único propósito de este libro es ayudar al lector a que descubra, desarrolle y aproveche esos poderes latentes que posee en su interior pero no emplea de manera cotidiana. En esta obra fundamental de la autoayuda y la superación personal, Dale Carnegie nos ofrece una serie de pistas y estrategias que cambiarán nuestra manera de pensar y de vivir.

EL CLUB DE LAS 5 DE LA MAÑANA: CONTROLA TUS MAÑANAS, IMPULSA TU VIDA Robin Sharma GRIJALBO

Robin Sharma desarrolló el Club de las 5 de la mañana hace más de veinte años gracias a los revolucionarios hábitos que le permiten a sus clientes incrementar la productividad, mejorar su salud y afrontar con serenidad la época en que vivimos. Este libro, de profundo impacto personal, nos descubrirá las rutinas que han hecho posible que muchas personas alcancen grandes resultados al tiempo que nuestra felicidad y vitalidad aumenta.

A TODOS LOS CHICOS DE JUKILOP EL COMIC: LOS QUE ME ENAMORE LA VERDADERA HISTORIA Jenny Han Juan de Dios Pantoja/ Kimberly Loaiza DESTINO ALTEA


ELECTRÓNICOS

ARTE Y RECREACIÓN

SALVAR EL FUEGO Guillermo Arriaga ALFAGUARA

Premio Alfaguara de novela 2020. Una historia de violencia en el México contemporáneo donde el amor y la redención aún son posibles. Marina, una mujer casada, con tres hijos y una vida familiar resuelta, coreógrafa de cierto prestigio, se ve involucrada en un amorío improbable con un hombre impensable. Salvar el fuego retrata dos Méxicos completamente escindidos. Una obra que retrata los absurdos de un país y, también, las contradicciones de la naturaleza humana. Una novela de amor que termina por brindar esperanza.

DELIRO Laura Restrepo ALFAGUARA

MANDALAS: LIBRO DE ARTE PARA COLOREAR Larousse Editorial NUEVA IMAGEN En este libro encontrarás más de sesenta mandalas hindúes para colorear y crear hermosos mosaicos, que puedes conservar en el libro o convertirlos en parte de la decoración de tu lugar favorito. Aquí no hay límites: ilumínalos con plumones, acuarelas o con lápices de color. Solo tienes que elegir la mejor técnica y dejar volar tu imaginación. Al final, ¡tu libro de arte será único!

LAS MEDIDAS DE UNA CASA: ANTROPOMETRÍA DE LA VIVIENDA Xavier Fonseca PAX MÉXICO

Este libro fue galardonado con el Premio Alfaguara de Novela 2004. Narrada con gran talento y mucha emoción, su historia se fragmenta en otras que se poco a poco se van anudando a través de una serie de personajes llenos de matices. En Delirio, Laura Restrepo muestra una energía narrativa fuera de lo común, cuyo suspenso se mantiene hasta el desenlace de un final esperanzador.

Esta obra nos muestra todas las medidas para el diseño de una casa. Desde el tamaño de los muebles hasta la altura de los accesorios. ¿Cuánto debe medir una escalera o un área de circulación? Las medidas de una casa les ofrece al profesionista y al usuario, de manera clara y sencilla, todos los datos de la antropometría, así como el análisis de mobiliario, el diseño urbano, el control ambiental y muchos otros temas igualmente útiles.

CUENTOS DE LOS HERMANOS GRIMM Jacob Grimm, Wilhelm Grimm COLECCIÓN COMPLETA

MANUAL DEL CAFÉ Nicolas Artusi PLANETA

Esta colección completa de cuentos de los hermanos Grimm incluye más de 200 cuentos, los cuales son considerados clásicos de la literatura universal. Con el tiempo, los hermanos Grimm descubrieron que su colección de cuentos de hadas, con todas sus criaturas mágicas y valientes, compenetraban a sus lectores. Además, la presente obra cuenta con ilustraciones exclusivas para este formato y tabla de contenidos interactiva.

¿Qué variedad de café elegir? ¿Cómo influye el tostado? ¿Cuál es el molido ideal para una cafetera italiana? ¿A qué temperatura tiene que estar el agua? ¿Cuál es el tiempo de infusión correcto para una prensa francesa? ¿Qué características debe tener el espresso ideal? Este manual revela toda la información necesaria para preparar la bebida perfecta y disfrutarla al máximo, es la guía definitiva para comprar, preparar y tomar el elíxir de los dioses.

EL SUTIL ARTE DE QUE TE IMPORTE UN CARAJ* Mark Manson HARPER COLLINS MÉXICO

KIWILIMÓN. 10 AÑOS COCINANDO CONTIGO Kiwilimón AGUILAR

Durante los últimos años, Mark Manson —en su popular blog— se ha afanado en corregir nuestras delirantes expectativas sobre nosotros y el mundo. Ahora, en este libro, nos ofrece su intrépida sabiduría y nos recuerda que los seres humanos somos falibles y limitados, nos aconseja que reconozcamos nuestras limitaciones y las aceptemos, pues esto, según él, es el verdadero origen del empoderamiento.

EL LIBRO DE LA ALEGRÍA Dalai Lama, Desmond Tutu, Douglas Abrams GRIJALBO

Este es un libro único, en el que dos Premios Nobel de la Paz comparten sus pensamientos, creencias y espiritualidad. En abril de 2015, Tutu visitó al Dalai Lama en su casa para celebrar juntos su ochenta aniversario. Aprovechando la ocasión, se dispusieron a crear algo que se convirtiera en un regalo para otros y se propusieron responder una única pregunta: ¿Cómo podemos encontrar la alegría mientras afrontamos el inevitable sufrimiento de la vida?

Cuando te adentres en este libro descubrirás que no importa que no seas un experto en la cocina, el recetario de Kiwilimón te hará lucir como todo un profesional a la hora de cocinar. Por si esto no fuera suficiente, en sus páginas descubrirás algo especial: todos tus platillos serán fáciles y rápidos de guisar.

MANDALAS PARA LA ABUNDANCIA Y LA PROSPERIDAD Martha Patricia López Caballero DIANA

El mandala o círculo sagrado es una poderosa y antigua herramienta de meditación que nos recuerda que el orden natural del universo está presente en nuestra realidad siempre. Colorearlos conscientemente acalla el ruido mental diario, nos devuelve el equilibrio interior y nos conecta con la sabiduría del alma. Este libro ha sido creado para ayudarte a manifestar abundancia en todas las áreas de tu vida.

NIÑOS LOS COMPAS Y EL DIAMANTITO LEGENDARIO Timba VK MARTINEZ ROCA

JUGUEMOS A LEER LIBRO DE LECTURA Y CUADERNO DE EJERCICIOS Rosario Ahumada EDITORIAL TRILLAS

LOS COMPAS ESCAPAN DE PRISION Timba VK MARTINEZ ROCA

MUJERCITAS Louisa May Alcott ALFAGUARA INFANTIL

LOS SIETE COLORES DE MI VIDA Daniela Hoyos Falco ALTEA


FotografĂ­a: EFE/Chema Moya, archivo

E N T R E V I S TA

Una conversaciĂłn con

Guillermo Arriaga

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P O R :

J O S É

L U I S

T R U E B A

L A R A

M

e gusta la incorrección política de Guillermo Arriaga. Proclamarse cazador en los tiempos de PETA, Greenpeace y los perrhijos es una acción mucho más que valerosa. Aunque a los defensores de los animales le dé el patatús, él tiene claro que los vínculos entre esta actividad y la literatura son antiguos y, por supuesto, se hacen presentes en sus páginas y sus películas como una marca perenne.

— Seguramente —me dice Guillermo con una certeza que no admite discusiones—, las primeras historias que se contaron fueron las que ocurrieron durante las cacerías. Ellas no solo eran el centro de los rituales que podemos imaginar al mirar las cuevas donde las pinturas rupestres las revelan. Los animales que ahí se representan casi siempre fueron flechados en las rocas antes de que se iniciara su caza. A mí no me cuesta trabajo creer que las palabras de los cazadores que exageraban sus triunfos o minimizaban sus derrotas se contaban alrededor de las hogueras donde se reunía la gente. Ahí, al calor del fuego, nació la primera literatura. Ella era una estrategia para sobrevivir, para encontrar alimentos y ritualizar la naturaleza. — No encuentro ninguna razón para oponerme a tus palabras —le digo—, el ritual y la aventura son indispensables en las historias que contamos. Pero, ¿qué pasa con tu literatura: sigue vinculada con la cacería? — Yo cazo con arco y flecha, para lograr una presa tengo que esperar mucho tiempo. Lo que ocurre en esos momentos en nada se parece a las malas películas en las que los animales brotan incesantemente de los matorrales. Jamás le he disparado a lo primero que pasa: yo busco los venados machos con cornamentas desarrolladas, las hembras no pueden ser tocadas por mis flechas. De ellas y de los jóvenes machos depende que la naturaleza siga su curso. Mientras estoy ahí solo puedo contemplar la naturaleza y descubrir sus signos de belleza y crueldad. La idea de que solo lo natural es hermoso y pacífico es completamente falsa. La muerte es una de sus características: los halcones se alimentan de los conejos y los búhos de las serpientes. Pero la naturaleza no se conforma con mostrarme esto, gracias a ella también puedo adentrarme en la condición humana: en su belleza y su crueldad, en sus bajezas y sus momentos sublimes. Sin estos ingredientes no habría podido crear ninguno de mis libros… ellos son hijos de la naturaleza y la cacería. — Efectivamente, esto se nota desde Escuadrón guillotina —tu primera novela, que antes tenía un título largo y maravilloso— hasta El salvaje y Salvar el fuego. Es más, en todas ellas el amor siempre tiene un papel brutal… — Sí, los amores que narro son destructores, brutales, subversivos. Tal vez por eso, en muchas ocasiones los amantes que aparecen en mis libros deben ser castigados. A mí me gustan los amores que cortan, que encienden y hieren. — El amor es doblemente peligroso –interrumpo con ganas de completar su idea–, no solo desafía a las convenciones, pues abre la posibilidad de que los amantes, en el espacio infinitesimal de una habitación construyan un universo. Ellos se bastan a sí mismos, ellos pueden mandar al diablo el poder, las leyes, a Dios y a la humanidad… y eso merece un castigo. El amor es tan brillante como sacarse un premio. ¿Cómo te sientes después del Premio Alfaguara? — Con los premios hay que tener cuidado. Son iguales a ser designado el empleado del mes. Durante varias semanas todo parece maravilloso, pero un día te topas con la verdad de las cosas: hay que chingarle, hay que seguirle chingando. Los escritores que se creen ganadores pierden la batalla. Piénsalo… el verdadero reto de ser escritor es subir la apuesta, intentar cazar una presa más difícil. Si un libro salió bien, el siguiente

tiene que ser mejor; si el que sigue ganó un premio, como Salvar el fuego, el próximo debe llegar mucho más lejos. — Yo estoy convencido que la complejidad de los personajes implica la unión de muchas cosas: la observación del cazador de la que ya hablaste, una apuesta siempre perdida por un conocimiento que trata de asomarse a todos los espacios para tratar de comprenderlo todo y, aunque parezca extraño, un grado en inconsciencia al momento de escribir. — Cuando yo estaba joven —me responde Guillermo— tenía la idea de que era posible lograr un conocimiento renacentista, que era posible saber de todo y que ese todo se quedaría marcado en lo que escribiría. Por eso estudié Ciencias de la Comunicación, nada había más amplio que eso en la oferta de carreras y, después, por esa misma razón estudié la maestría en Historia. Esa era una manera en la que podría asomarme al mundo como una totalidad. Pero en ahí me ocurrió algo extraño: las rebuscadas teorías me parecían huecas, lo que yo quería era contar historias. Solo algunos de mis profesores –como Elías Trabulse o Edmundo O’Gorman– eran capaces de narrar en las clases, ellos en cierta medida me abrieron el camino que me llevaba a recorrer las historias sin ganas de especializarme en una rama. El asunto de lo inconsciente también es cierto: el que escribe es el inconsciente. En ese acto la razón y la voluntad pierden su sentido, no funcionan. Los textos tienen una vida propia que se niega a seguir las órdenes de la razón del autor y en ellos aparecen personajes no pensados, lenguas no imaginadas, situaciones que no te habían pasado por la cabeza. — A mí me sucede algo muy parecido –le comento–. Cuando empiezo a escribir apenas tengo una vaga idea de lo que sucederá, el texto siempre toma su camino y muchos de los personajes nacieron sin que me lo hubiera propuesto. Pero, en tu caso, ¿qué pasa con el cine? — Creo que en este sentido soy especial: soy incapaz de pensar que el cine y la literatura son actos separados. Cada vez que escribo un guión estoy convencido de que estoy escribiendo literatura y, por eso mismo, mis guiones no son otra cosa más que una literatura que se traducirá en imágenes. Entre ambos existen puentes… mundos que se cruzan. — Cuando vi Amores perros, por ejemplo, yo sentí que estaba ante una estructura idéntica a la de uno de tus libros que más me gustan: Retorno 201. Es más, me parecía que la mejor literatura estadounidense también estaba en esas imágenes. — Efectivamente, ese es el punto: los guiones son idénticos a mis novelas, a mis cuentos y, por supuesto, en ellos se nota la influencia de algunos autores que me han marcado, como William Faulkner. A él le debo mi búsqueda, algunos de mis hallazgos de las estructuras narrativas… — Pero… ¿Y el cine? — También me marca. — Te confieso que en algunos momentos de mi lectura no puedo dejar de pensar en El mariachi de Robert Rodríguez. — Algo de eso es cierto… El mariachi me pegó duro, es más, una vez cacé en el rancho de Joaquín Almeida. El tiempo de terminar la llamada había llegado. Aunque no lo sé a cabalidad, supongo que Guillermo tenía una larga fila de personas que estaban a nada de entrevistarlo por el Premio Alfaguara. Ser el empleado del mes tiene ese precio y nuestra conversación tenía que terminarse.+


M Ú S I C A

Cuatro tiempos de

Pearl Jam

E

l movimiento musical conocido como grunge surgió hace más o menos treinta años en Seattle. Al ver en retrospectiva la serie de eventos que lo desencadenó se antoja inevitable su llegada y su arraigo en una juventud desenfadada y desencantada con el Estados Unidos de los Reaganomics. Si tuviéramos que enfocarnos en una variante crucial de esta serie de sucesos, irremediablemente debemos observar la historia de Pearl Jam, quienes parecieran tener –en su reciente álbum Gigaton– una reconexión espiritual con sus orígenes desde una perspectiva sincera y llena de sabiduría.


P O R :

G I L B E RT O

D Í A Z

La banda que pudo ser Hace treinta años, por estas mismas fechas estaba por salir el álbum debut –y que a su vez fue póstumo– de una banda de hard rock originaria del estado de Washington. Se trata de Apple, de Mother Love Bone. A decir de Kim Neely, periodista de Rolling Stone, en ese tiempo “el álbum triunfaba donde numerosas bandas similares terminaron fracasando: en capturar la esencia de aquello que hizo inmortal a Led Zeppelin (¡el dinamismo!) y en agregarle un giro noventero (de actitud)”. En verdad Mother Love Bone tenía todas las credenciales para convertirse en la banda que destronaría el hair metal para conquistar la música de la siguiente década. Su estilo musical, más cercano al blues, y su sonido, que por momentos incorporaba una sensación de estridencia etérea, gracias a la guitarra de Stone Gossard, al bajo de Jeff Ament y al carisma lírico de su vocalista y compositor estrafalario Andrew Wood, murieron demasiado pronto, cuando unos días antes del lanzamiento del álbum una sobredosis de heroína llevó a Andrew a un coma sin regreso. El templo y el tributo La pérdida de Wood significó también la oportunidad de un nuevo inicio para Gossard y Ament. Chris Cornell, vocalista de Soundgarden, escribió dos canciones en honor a su amigo cercano. Ya sea por convicción o por justicia poética, se acercó al resto de la banda para grabar las canciones en un tributo que terminó por llamarse Temple of the Dog. En este proyecto se involucraron dos integrantes nuevos: el guitarrista Mike McCready y Eddie Vedder, llegado de San Diego. La carga emotiva de este único álbum se siente en cada tema, como una amalgama de desahogo del dolor y la frustración ante una pérdida tan sensible, con la expectativa y el propósito de retomar un nuevo camino. El resultado fue un trabajo de catarsis en comunión con la pérdida y el perdón, con la energía suficiente para sentirse como una celebración de la vida. Ten: once canciones y una explosión Las sesiones de grabación con Temple of the Dog sucedieron a la mitad del proceso de producción de Ten, el álbum debut de Pearl Jam. En muchos sentidos existió un antes y un después para la producción del disco de la recién formada banda, pues, en palabras de McCready, Ten “eran básicamente Gossard y Ament, y nosotros [McCready y Vedder] simplemente estábamos por el momento”. La colaboración en el tributo a Wood le dio una nueva perspectiva a la banda, que se reflejó en el ensamble final de las canciones de Ten. Con un sonido que rememoraba el rock clásico de los años setenta y una intensidad que borraba del mapa la frivolidad de muchas bandas que se hacían llamar de hard rock más la profunda sensibilidad existencial de las letras escritas por Vedder y un duelo de guitarras ríspidas y emotivas, Ten se convirtió en una obra imprescindible y representativa de su momento por derecho propio. E hizo de la banda un ícono, que a la fecha se mantiene vigente como la más importante de su generación. Gigaton e integridad La trayectoria de Pearl Jam es elocuente de lo que esta banda representa. Las tentaciones de la fama y el éxito jamás les hicieron mella como a sus pares. Y justo en este año tan atípico lanzan Gigaton, su undécimo álbum. A diferencia de sus dos anteriores, que mostraban un cierto desgaste ante el inevitable cambio generacional, este encripta una nueva conciliación que quizá parezca poco perceptible, pero que en sus doce pistas grita una libertad distinta, una libertad que recuerda la fuerza inicial, el duelo y la renovación de las distintas etapas de sus inicios. Temas como “Who ever said”, “Quick escape” y “Comes then goes” tratan sobre un proceso de aceptación y reinvención armonizado con la madurez y la experiencia de treinta años de tocar, durante los cuales se han permitido experimentar porque ya no hay ni hambre ni necesidad de demostrarse, ni tampoco un duelo que sopesar. Gigaton es un álbum que se siente distinto por esa fuerza que retoma sus orígenes, condensados en esa aura de sabiduría que solo te da el camino recorrido cuando decides mirar hacia el frente y seguir.+

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E N T R E V I S TA Yara Sánchez De La Barquera / Enrique G de la G

L

a autora de Comer, rezar, amar nos concedió su primera entrevista a un medio en español. Sus libros se han traducido a más de treinta idiomas, ha vendido más de doce millones de ejemplares y dos de sus historias se han filmado a Hollywood: además de la conocida Eat, Pray, Love, también Coyote Ugly. Al hablar con Lee+, nos cuenta cómo escribe, qué piensa de la condición humana y, por supuesto, se adentra en el hecho de ser mujer. Lee+: Como somos una revista mexicana, primero quiero preguntarte si existe algún autor latinoamericano que te guste especialmente. ¿O quizá tengas a alguien en tu lista de libros que quisieras leer pronto? LG: Leí Señales que precederán al fin del mundo, de Yuri Herrera, una novela que me pareció brillante, turbulenta, intensa y emocionante. En estos días, en esta época brutal de Donald Trump, la novela “fronteriza” resulta más importante que nunca. Lee+: Como autora, ¿qué tan difícil te fue comenzar a escribir profesionalmente? ¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste? LG: Honestamente nunca sentí que mi género fuera un obstáculo para mi carrera de escritora. Desde muy joven me dediqué al arte de escribir, y me tomé en serio mi vocación. Me decidí absolutamente a que mi trabajo fuera lo más importante de mi vida y a llevar una vida de escritora. En la preparatoria comencé a enviar cuentos a las editoriales y durante años ignoré las cartas de rechazo. Seguí avanzando como un bulldozer. No iba a parar hasta que alguien se rindiera. Nunca se me hubiera ocurrido parar, y tampoco se me ocurrió que la gente no me tomaría en serio sólo por ser mujer o joven. Más bien, el mayor reto al que me enfrenté fue mi impaciencia por mejorar como escritora. En realidad, ¡probablemente ese siga siendo mi mayor reto! Lee+: ¿Dirías que tu trayectoria ha sido accidentada? ¿O más bien intentas disfrutar sin importar los desafíos a los que te enfrentas? LG: He tenido la bendición de poderme ganar la vida como escritora durante el último cuarto de siglo. He tenido libros que fueron más exitosos que otros, y también he recibido críticas. Pero nunca –ni siquiera un solo día de estos veinticinco años– he dejado de estar agradecida por este trabajo. Creo que fue Dolly Parton quien una vez dijo algo así como: “Desde que era niña, lo único que quise fue ser una estrella de música country; y ahora que lo soy, no me voy a quejar”. Para mí es exactamente así. Ser escritora fue lo que siempre quise hacer con mi vida, y ahora que lo soy, no me voy a quejar. La crítica ocasional o el día laboral frustrante son pequeños precios a pagar cuando llevas una vida creativa. Lee+: Te mueves con facilidad entre la ficción y la no ficción. ¿Cuál te resulta más interesante? ¿Y cuál más difícil? LG: Disfruto más escribir novelas que no ficción, porque la sensación de liberación es vasta y placentera. Con la no ficción tienes el compromiso ético y la responsabilidad de adherirte cuidadosamente a la verdad, además de la ansiedad de ser justo con las personas sobre las que escribes. La no ficción es una gran responsabilidad. En cambio, escribir una novela es como ir a una aventura salvaje en una tierra mítica, donde no le debes nada a nadie y donde puedes volar en la dirección que quieras. No hay libertad como esa.

Lee+: ¿Crees que Ciudad de mujeres habría sido diferente si no hubieras escrito Libera tu magia? ¿Cambió en algo tu proceso creativo? LG: Libera tu magia no cambió mi proceso creativo sino que lo explicó. Durante años quise escribir un libro sobre cómo vivir una vida creativa sin el alto nivel de sufrimiento que solemos asociar con los artistas y su proceso de trabajo. Siempre he tenido una relación amorosa y cercana con mi trabajo. Sin embargo, la historia que siempre se cuenta sobre los artistas es que, para poder crear, debemos ser autodestructivos, emocionalmente inestables y estar rotos. Creo incluso que esa creencia se ha convertido en una especie de culto. Siento que hay formas más amables –más compasivas, más juguetonas– de ser creativos, y quise compartirlas con el mundo. Pero no fue sino hasta cumplir los cuarenta que me sentí lo suficientemente confiada para compartir mis ideas, porque antes no estaba segura de haberme ganado mi posición en el mundo literario con la fuerza suficiente para tener el derecho de levantarme y decir: “Oigan, hay una manera menos dolorosa de hacer esto, ¿lo sabían?” Después de escribir mi novela La firma de todas las cosas, sentí que realmente había aterrizado en mí misma como escritora, y entonces intuí que ya podía ofrecer mis opiniones. Lee+: ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Hay algo que te saque de tu zona de confort? ¿Cómo se te ocurren nuevas ideas para las historias? LG: Tiendo a inventar los personajes primero. Descubro a alguien a quien quiero conocer, alguien con quien quiero pasar tiempo, y que tengo que darle vida. En mis tres novelas, hasta ahora todas las protagonistas han sido mujeres. Por ejemplo, con mi nuevo libro, Ciudad de mujeres, quise escribir una novela sobre una mujer que vive una vida de promiscuidad, pero que no termina destruida. Una vez que tuve esa idea, se convirtió en una especie de búsqueda del tesoro para averiguar dónde debía situarse el libro y en qué período. Sabía quién era la chica, pero no sabía el dónde ni el cuándo. Después de que se me ocurre el escenario, la parte más difícil – para mí– es averiguar la trama. ¿Qué diablos están haciendo esas personas en este mundo? ¿Cuál es el conflicto, cuál es el drama? Por lo general investigo mucho sobre la historia de la novela para encontrar la trama. Es normal que me pase unos tres o cuatro años investigando para cada novela. Y una vez que empiezo a escribir, muy pocas cosas pueden sacarme de ahí. A pesar de todos estos años, ¡sigo siendo aquel bulldozer! Lee+: Alguna vez dijiste que “todo lo bueno comienza con la compasión”, por eso me gustaría preguntarte si después del gran éxito de Comer, rezar, amar, tuviste que ocultarlo. ¿Cómo manejaste el aumento de tu fama? LG: Qué pregunta más linda. Pero te lo aseguro: ¡No soy tan famosa! La persona más gris del reality show menos visto del mundo es más famosa que yo. No tengo ningún problema para caminar por la calle y seguir con mi vida normal. Tal vez dos o tres veces al mes alguien me reconoce en la calle, pero es más bien raro... y esos encuentros son siempre muy lindos. Mis lectoras suelen ser señoras de mediana edad encantadoras que no quieren molestar ni ofender, ¡así que nunca siento que me invadan! Continúa en la página 16


FotografĂ­a: Timothy Greenfield-Sanders

Entrevista con

Elizabeth Gilbert

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E N T R E V I S TA

Lee+: El trabajo de la naturaleza es ser salvaje, mientras que el de la cultura es domar nuestros instintos. Sin embargo, la gente altamente educada, la clase que llamarías “cultivada”, no sobresale en compasión. ¿Tienes alguna sugerencia sobre cómo podríamos arreglar esto? LG: Me temo que no soy muy buena en ingeniería social, así que nunca sé cómo responder a las preguntas sobre cómo cambiar al mundo. Pero planteas un buen punto al señalar que la inteligencia y la compasión no son la misma cosa. La educación y la amabilidad no son lo mismo, tampoco el éxito y la empatía. En cierto modo es muy difícil para los que están en la cima de la escalera ser compasivos porque no han sufrido los embates y las luchas de la vida. Si tienes la posibilidad de eliminar la incomodidad más próxima, quizá nunca sufras las pequeñas incomodidades de la vida, esas que aplastan tu ego y te hacen más suave, amable y humilde. Con todo, nadie puede librarse del dilema central de la condición humana. La riqueza y el éxito no protegen a nadie del sufrimiento. Los miembros de la familia seguirán muriendo, habrá corazones rotos y sueños incumplidos, el dolor siempre se colará en las grietas. He conocido a mucha gente en la cúspide y, a pesar de toda su abundancia, están ansiosos, aterrorizados, avergonzados, confundidos, como el resto de nosotros. Y aunque a veces sea difícil sentir compasión por la gente de arriba, también ellos necesitan nuestra buena vibra y empatía. Te diría que, como siempre, la mejor manera de enseñar la compasión a los demás es practicarla con nosotros mismos, incluso hacia quienes están en la cúspide. Lee+: Si escribiéramos un eslogan para Ciudad de mujeres sería “No tienes que ser una buena chica para ser una buena persona”. La presión de la sociedad para que las mujeres sean “buenas y perfectas” ha sido una especie de cárcel que ha bloqueado para siempre la relación con el sexo y el placer. ¿Crees que esto está cambiando, que el mundo se vuelve más tolerante? LG: ¡Desearía que cambiara más rápido! Pero sin duda, el mundo todavía ofrece a las mujeres un conjunto de reglas muy estrechas para lo que constituye ser una buena chica o una mujer respetable, y esas reglas, ciertamente, pueden convertirse en prisiones. Todavía existe un doble estándar para el comportamiento sexual masculino y femenino, y las mujeres siguen siendo controladas y mantenidas a raya por la amenaza de la vergüenza pública. Este momento es probablemente el mejor momento en la historia de la humanidad para ser mujer, y aún mejor en el mundo occidental moderno. Mi vida es infinitamente más libre que la de mi madre, y exponencialmente más libre que las de mis abuelas. Pero todavía no estamos donde me gustaría que estuviéramos. Espero que la próxima generación sea de mujeres valientes y testarudas que se desprendan aún más de esas restricciones ridículas. Lee+: Como observadora profesional, ¿qué cualidades humanas despiertan tu interés? ¿Qué cualidades dirías que son las más llamativas para escribir? LG: Me interesa la compasión, como señalaste antes. Otra palabra para ello podría ser “redención” o incluso “absolución”. Creo que la mayoría de la gente lleva consigo una enorme cantidad de vergüenza y arrepentimiento, y casi todos cargan con una historia de su pasado que desearían borrar... a menudo se trata de una historia sobre alguien a quien han herido. Por eso me conmueven tanto las historias de perdón. Cuando la gente es capaz de ablandar su corazón hacia el otro, de trabajar a través de su dolor, y de dejar que el otro se libere, creo que esa es la historia más hermosa y conmovedora jamás contada. También me interesa aprender a perdonarnos a nosotros mismos, cuando la gente a la que podríamos haber agraviado no ofrece esa absolución. Aprender a hacer las paces con los demás y con nosotros mismos es la parte más difícil y más hermosa del viaje emocional humano.

Lee+: En la era del internet, ¿cómo podemos mantenernos curiosos, si tenemos toda la información al alcance de la mano? LG: No creo que tener toda la información al alcance de la mano mate la curiosidad, sobre todo porque nunca tendrás toda la información, no importa lo inteligente que sea el dispositivo que tienes en tu mano. No estamos más cerca ahora, que hace dos mil años, de resolver las grandes cuestiones éticas de la humanidad. ¿Por qué sufren los humanos? ¿Por qué los humanos se traicionan unos a otros? ¿Existe un Dios? ¿Por qué la felicidad siempre parece tan fuera del alcance? ¿Por qué estamos satisfechos un día y descontentos al día siguiente? ¿Qué nos pasa cuando morimos? ¿Cuál es la naturaleza del verdadero amor y por qué parece golpearnos como un rayo? ¿Cómo puede un corazón cambiar de opinión y decidir que ya no ama a alguien? ¿Cómo se supone que debemos lidiar con la pérdida de un ser querido? Estas preguntas nunca cambian, y el iPhone no puede responderlas. Las mentes científicas más brillantes del mundo aún no pueden decirnos cuál es la naturaleza de la conciencia o si se puede confiar en nuestros sentidos en términos de lo que constituye la realidad: nadie puede saber si un niño le está mintiendo a un padre o si un amante le está escondiendo algo a su pareja. ¿Y por qué le pasan cosas malas a la gente buena? ¿Cuál es la naturaleza del mal? ¿Por qué tomamos acciones que sabemos que nos perjudicarán? Los misterios centrales del ser humano permanecen tan ocultos como siempre, y si eso no despierta tu curiosidad, entonces no estás prestando atención al extraño y desgarrador espectáculo circense de la vida humana. No puedo ni imaginar perder la curiosidad ante todas estas preguntas. Lee+: ¿Cuál es tu momento favorito del día? LG: Las mañanas. Ahora vivo sola, y amo mis mañanas sosegadas y silenciosas. Medito, rezo, escribo y dibujo en mi diario, disfruto mi té, leo. Solía empezar el día como si me hubiera disparado un cañón, pero a medida que envejezco estoy aprendiendo a despertar lentamente, a mirar alrededor en mi pequeño y dulce hogar, a apreciar la soledad y la quietud. Lee+: ¿Cuál es la mejor manera de reconectar con el interior en esta era de inmediatez, locura y desinformación? LG: Creo que el mundo siempre ha sido un lugar de inmediatez, locura y desinformación. Cuando lees a los filósofos antiguos o a los sutras yóguicos o a los místicos medievales, todos hacen la misma observación: “El mundo enloqueció, ¿qué podemos hacer?” No creo que la respuesta sea diferente –ni más fácil ni más difícil– hoy de lo que era hace quinientos, mil o dos mil años: silencio; ve a tu interior; recuerda que eso que buscas también te busca a ti. Pero la respuesta no está afuera, jamás lo estuvo. La respuesta está más cerca que tu propia respiración. Dios sigue escondiéndose donde siempre se ha escondido: dentro de nosotros. ♡LG +

Agradecemos el apoyo a Penguin Random House US por el apoyo para realizar esta entrevista exclusiva.



A RT E

Conserve su

distancia

Enrique G de la G

C

uando comenzaba mi carrera de marchante de arte tuve que recibir una obra valuada en varios millones de dólares, que regresaba a casa después de una exposición en el extranjero. El traslado se hizo por tierra y mar, protegido por un convoy policial.

A su llegada a la ciudad, se le dejó descansar más de 24 horas antes de entregarse y abrirla. En el curso que tomé para manejar los detalles técnicos, aprendí que hay dos factores mortales para las pinturas: la vibración y la temperatura. El arte de alto pedorraje se traslada en cajas de flotación, con sistemas de amortiguamiento parecidos a los de los gimbals y drones, que se sellan para controlar la temperatura y humedad. Al entregarse la pieza a su propietario, un perito valuador reconocido por la compañía de seguros levanta un informe detallado sobre el estado de la obra, que compara con el informe expedido por el museo que la está devolviendo, para ver qué daños pudo sufrir durante el traslado. Esta inspección se hace con lupa y luz negra, en una habitación oscura, y, de preferencia, la conduce siempre el mismo perito, que está ya familiarizado con la pieza en cuestión. Si todo está bien, firma el visto bueno y se cuelga; si no, habrá que restaurar la pieza, aunque sea un milímetro, y coordinar los gastos con la aseguradora. Por suerte, mi pieza llegó bien. Todas las noches, cuando las exposiciones blockbuster cierran el acceso al público, el personal del museo acomete la muy ingrata tarea de pasarles trapo a las obras de arte, por mundano que suene. Hay que ver la cantidad de polvo y de saliva que se acumula para creerlo, la tierra que se levanta desde los zapatos o que se desprende de la ropa o del pelo, y los litros de saliva de las miles de personas que desfilaron durante el día ante el cuadro. Vistos muy de cerca, todos esos monets y van goghs y picassos parecen salpicaderas de coche. Por eso, los museos nos urgen a conservar la distancia. Las obras más caras se enmarcan con vidrios especiales llamados –perdón por la perogrullada– “de museo”, que las protegen no solo de estas microagresiones sino también de los rayos ultravioleta. Esos cristales son rarezas y recaros –el que tuve en mis manos era de unos 7 mil euros– porque además de que no distorsionan los colores, tampoco reflejan nada y son absolutamente transparentes, al grado de que solo los percibes al tacto. Los museos con mayor presupuesto instalan incluso sensores de movimiento, que activan alarmas sonoras en cuanto el visitante se acerca demasiado a la pieza. Esta es la tecnología que rodea las obras de arte más caras en el mercado. El arte y los museos en general tendrán que reinventarse para la protección del público. En esta pandemia, los museos de todo el mundo se han abierto a recorridos virtuales; pero sin entradas económicas suficientes ni patrocinios en un futuro cercano, tal vez desaparecerán físicamente. En tiempos del coronavirus, los primeros museos de Europa comienzan a abrir justo este mes de mayo. En Alemania, uno de los primeros fue el Museo de Arte Moderno de Cottbus, que se encuentra entre Berlín y la frontera polaca. Según reporta la prensa, el boleto solo se puede comprar en línea y tiene adjudicada la hora de entrada para eludir hacinamientos. Al llegar, te entregan tu kit de bienvenida: gel desinfectante, un palo como de escoba y un listón que miden metro y medio, la distancia reglamentaria, para facilitar a los visitantes que conserven la distancia entre sí. En tiempos normales, imagínate lo que significaría pretender entrar a un museo con un palo. No hay ni alarma, ni cristal, ni guardia que puedan evitar un atentado. Todo sea para proteger a las personas, porque en Alemania el acceso a la cultura es un derecho constitucional. ¡Seguridad!

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T E M A

D E L

M E S

Ser punk antes que kitsch n las revoluciones culturales siempre se manifiestan las creaciones y los creadores: la música, la literatura, el cine, la fotografía, la pintura, la danza y el teatro jamás son ajenas a ellas, y exactamente lo mismo sucede con todo lo que exprese su movimiento, su causa o el simple deseo de ser visto y escuchado para ensamblar una nueva creencia. En muchas de estas luchas han existido diferentes tipos de activistas que buscan transformar su voz en un rugido capaz de despertar a quienes viven en la oscuridad de la violencia y el miedo. Hace más de cincuenta años, los movimientos a favor de una libre orientación comenzaron su andar gracias a la aparición de nuevos sujetos sociales: los queers, los “extraños”, que dejaron efectos duraderos en el inicio de esa revolución a partir de 1969. En efecto, Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera iniciaron uno de los disturbios que dio visibilidad a este movimiento, recordado cada mes del orgullo. Mientras tanto, otra drag queen se hacía visible en un film de humor negro: Mondo Trasho, una creación de John Waters, el hombre que ayudaría a recordar para siempre al icónico personaje de Divine con sus delirantes creaciones femeninas en el cine y el teatro. El escándalo y la provocación que creaba Waters se encarnaban en este gran personaje enfundado en un vestido y con tacones para mostrarse más dragona que reina. Hoy, mucha gente tiene una noción sobre quién fue Divine; sin embargo, muchísimos no saben quién es Harris Glenn Milstead, quien por una mera coincidencia también fue Divine. Gleen, el alma de Divine, era tan distinto de su personaje como el día y la noche. Estamos ante un resplandor de amabilidad, timidez y oscuridad repleta de destellos y controversias que complementaban el shock llamado Divine, quien dio vida a una adolescente, a una desdichada ama de casa y a la persona más inmunda en los míticos personajes con peluca.

E

Divine:

la reinvención del transformismo

“Cierra la puerta, da un gran salto para ti y toda la humanidad”. Divine en You Think You’re a Man

El nacimiento de Divine La historia de Gleen comienza como la de cualquier otro chico que llega a vivir a un suburbio de Baltimore para continuar sus estudios. Es tímido, y termina acosado por sus compañeros de escuela. Al poco tiempo se consigue una novia, hace amigos en su vecindario y ahí también se transforma: el chico tímido se convierte en la musa de un cineasta. Así nacieron una leyenda y un icono de lo underground. John Waters bautizó a Gleen como Divine gracias la inspiración de la novela Nuestra Señora de las Flores, de Jean Genet, una novela publicada en 1943. Esta obra retrata la vida de una drag queen llamada Divine, quien al morir por tuberculosis es canonizada. Una historia que se repite cuando Gleen muere de cardiomegalia y es canonizada como leyenda de la cultura queer. Al inicio de su carrera como actriz en el equipo de Waters, los Dreamlanders lo llevan a cumplir el sueño de ser Elizabeth Taylor. Las pelucas, los tacones, los vestidos y el maquillaje guiaron a Gleen al mundo del travestismo para transformarse en su propia versión de Elisabeth Taylor. Esto ocurría de la mano de David Lochary, el creador de la estética contracultural que ha caracterizado a Divine durante décadas.


P O R : FA B I Á N

Probablemente Divine no cumplía con los estereotipos de las drag queens que se mostraban como unas damas por los cuatro costados. Al romper las reglas del drag, fue en contra de lo queer, cuando este movimiento ya se había enfrentado al sistema. Divine lo rompió por completo. Sin embargo, su personaje cumplía un objetivo preciso: todo tenía que ser absurdo, exagerado, desequilibrado e irreverente gracias una grotesca figura que hacía suya la incorrección política. Aunque para algunos era una figura transgresora y provocativa, esto, obviamente, tuvo un costo: muchas personas – incluyendo su familia– decidieron alejarse de Gleen. ¿Qué habría pasado si aquel niño acosado y tímido no aceptara ser una estrella? Seguramente nada, no hubiera pasado nada, así de simple y aburrido. Tal vez solo habrían pasado dos décadas y el mundo de la diversidad no sería tan visible como hoy.

“Toda mi vida he querido parecerme a Elizabeth Taylor. Ahora, Elizabeth Taylor se parece a mí”. Divine La consagración y el horror Al dar el primer paso en su carrera como actriz, el primer shock fue para su familia al ver el cortometraje Eat Your Makeup, donde Divine interpreta a una loca Jackie Kennedy que en su mente revivía el asesinato de JFK. Su familia no comprendía qué estaba pasando con el hijo que habían criado, y esa impresión persistió con otros films, como Mondo Trasho, Multiple Maniacs, Pink Flamingos y Female Trouble, pues en cada una de estas películas encarnaba lo más retorcido de Divine. No cabe duda de que, en esos momentos, la peor y la mejor película era Pink Flamingos, un producto considerado asqueroso, frívolo, blasfemo y, por supuesto, de mal gusto. Todo un acto de terrorismo cinematográfico que iba en contra del buen gusto. A 48 años de su estreno, esta película es considerada una obra de culto que no ha borrado del mapa del cine trash ni a Waters ni a Divine. Los espectadores podrán amarla u odiarla, pero no podrán dejar de hablar de ella, pues la estética de Divine nuevamente transformó lo grotesco en divino y nos enseñó a comer heces con todo el glamour y profesionalismo de una estrella de Hollywood. Glenn era reconocido como una actriz y no como ese señor extraño que solía vestirse de mujer. En 1985, después de interpretar varios papeles, obtendría uno de los más relevantes: un personaje masculino, Hilly Blue, en Trouble in Mind. En 1988 llegó Hairspray, una nueva producción, un trabajo que la crítica alabó como la obra más exitosa y comercial de Waters y Divine. Desafortunadamente esta fue la última producción de Glenn, en la que interpretaba el rol de una amorosa madre, no una drag queen. Pocas semanas después de su estreno –a los 42 años de edad– la estrella del underground cerraba su ciclo de una manera inesperada, una fatalidad que le daba un toque agridulce al éxito de Hairspray. Sin embargo, el tiempo pasó y Hollywood hizo una remake y Broadway creó una adaptación musical de esta obra que ha sido amada desde 2002. Vida después de la muerte Gracias a las vueltas de la vida y la suerte, otra puerta se le presentó para Divine. Esto ocurrió en el mundo de la música gracias al productor Bobby Orlando. La nueva década abrió la posibilidad de trascender en el mundo del High-NRG. Después de sus personajes en cine y teatro, Divine tenía que brillar tanto como la música disco de sus sencillos, como Native Love, Shake It Up, Shoot Your Shot, You Think You’re A Man y I’m So Beautiful. Cada una de estas piezas le daba una nueva capa de maquillaje, y esto sin pensar si tenía realmente talento como cantante. Las contrataciones comenzaron

V.

E S C A L A N T E

desde pequeños shows en discos, bares y foros hasta los grandes palacios del dance. Divine relucía tanto como una esfera de espejos sin que sus espectadores supieran que era una estrella del cine con una carrera marcada por la polémica. En esta nueva etapa de su vida, Divine era amada por una gran variedad de músicos que la esperaban para tomarse una foto con ella. Glenn, la drag queen madre, era el creador su reinvención. El impacto de Divine Divine es una madre capaz de crear la visibilidad que dio el derecho de ser y existir para cientos de personajes que hoy se muestran en diferentes espacios del medio, como RuPaul, drag queen, actriz, cantante, compositora y presentadora de su propio show con once temporadas. RuPaul’s Drag Race ha buscado e impulsado a cientos de drags queens a continuar el camino del estrellato. Pero el éxito de este show no es único: el cantante, diseñador, empresario y beauty blogger Jeffree Star creó su línea de cosméticos y un canal de YouTube donde muestra diferentes técnicas de maquillaje. Otro caso de éxito y visibilidad en los carteles de los festivales de música es Pabllo Vittar cantante, compositora y primera drag queen brasileña en ganar un MTV Europe Music Award y nominada a un Grammy Latino. En los últimos años, en casi todos los espacios culturales hemos apreciado la lucha por diversidad: en la música esto ha ocurrido con cantantes y productoras trans como SOPHIE, nominada a un Grammy, y exactamente lo mismo puede decirse de Arca, la productora venezolana que se encargó de los dos últimos trabajos de estudio de Björk. En el cine, la chilena Daniela Vega participó en Una mujer fantástica, que ganó el Óscar a la mejor película extranjera en 2018. Y los libros tampoco han sido ajenos a este proceso: las memorias de Amrou Al-Kadhi –Unicornio: memorias de una drag queen musulmana– también nos revelan cómo crece la visibilidad que se siente orgullosa de cada sigla de la comunidad LGBTTTIQ+. “Divine es la Godzilla de las drag queens. Todas quieren ser Miss América y ella rompe con todo eso, de ahí que muchas la odien”. Con esta frase, John Waters coloca en lo más alto de la marquesina rodeada de luces destellantes el icónico nombre de Divine, un personaje que sigue acaparando todas las miradas.+

“Con los años se hizo más atemporal, más graciosa y más original. Divine nunca fue kitsch siempre fue punk, mucho antes de que existiera algo así”. – John Waters

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Memorables y el olvido:

Amparo Davila ´

Ilustración: Daniela Ladancé / @yosoyladance


P O R :

B E R N A R D O

E S Q U I N C A

Las manzanas son un enigma

A

mparo Dávila es una de las cuentistas más extrañas, originales e interesantes de la literatura mexicana del siglo xx. Paradójicamente, su obra no ha gozado de una difusión y un reconocimiento dignos de su estatura. Aunque le fue otorgado el Premio Villaurrutia en 1977, recibió un homenaje de Bellas Artes en el 2008 por sus 80 años de edad y el Fondo de Cultura Económica publicó sus Cuentos reunidos en 2009, sigue siendo una escritora de culto. Como suele suceder, ha tenido más eco en el extranjero, donde ha aparecido en aproximadamente cincuenta antologías en idiomas como el francés, el alemán, el italiano y el inglés. Afortunadamente, su obra sigue cautivando a nuevas generaciones de escritores mexicanos, y ha sido leída atentamente por autoras como Cristina Rivera Garza, Vivian Abenshushan y Bibiana Camacho, quienes la han convertido en tema de novelas o artículos. Nacida y criada en Pinos, Zacatecas(1928), y trasladada posteriormente al Distrito Federal, en sus relatos confluye una mezcla de provincianismo y transgresión que le confiere a su obra un tono profundamente inquietante. Ella misma explica en una entrevista que puede consultarse en YouTube, que creció en su pueblo natal mirando las caravanas fúnebres que iban hasta Pinos para enterrar a sus difuntos, ya que era el único cementerio cercano. Ya fuera en una carreta o sobre el lomo de una mula, los muertos desfilaban como “un espectáculo”. Desde la biblioteca de su padre, la pequeña Amparo se entretenía, literalmente, “viendo pasar la muerte”. También echaba mano, por supuesto, de los libros que la rodeaban. Entre ellos, la Divina Comedia de Dante, lectura que la horrorizó porque el libro venía acompañado de los dibujos de Doré. Pero no es la provincia ni la urbe lo que sobresale en sus cuentos, sino las trabajadas atmósferas y la creación de los personajes, siempre atrapados en un destino funesto al que no pueden –o no quieren– eludir. “No hay escapatoria posible al huir de nosotros mismos”, dice uno de los protagonistas de “El patio cuadrado”. Esa fatalidad permea sus relatos, es una gotera implacable que cae sobre sus personajes, desquiciándolos y orillándolos al abismo, a esa frontera donde realidad y fantasía son una misma y asfixiante pesadilla. Enclavados en la literatura fantástica y de terror, los cuentos de Amparo Dávila están habitados por personas comunes y corrientes, que se ven enfrentadas a amenazas externas (presencias ominosas, íncubos, doppelgangers, espectros) o a su propia e incomprensible locura. Ya sean solitarios alienados como el protagonista de “Fragmento de un diario”, cuyo objetivo es perfeccionar su escala de dolor, o miembros de una familia tradicional y abnegada, como los que se entregan a su destino de cuidar a un hijo-ogro en “Óscar”, sus criaturas deambulan por una cotidianidad extraordinariamente reconstruida y palpable. Esto permite que la oscuridad y las calamidades irrumpan en las historias con una fuerza sobrecogedora y más “natural” que “sobrenatural”. Amparo Dávila narra desde una época muy concreta, y eso le confiere a sus relatos una sensación de estar detenidos en el tiempo que, lejos de restarles efectividad, los potencia al hacer sentir al lector que ha traspasado a una dimensión paralela, donde puede verse a sí mismo viviendo en otra vida. En sus relatos se bordan pañuelos, se teme a la tuberculosis, se espera a los tranvías, se usan guantes, gabardinas y sombreros, hay gobelinos y pianos de cuarto de cola, se sirven cremas y licores, y se pagan centavos.

“Aquí todo es recuerdo, hasta el aire”, dice uno de los protagonistas de “La quinta de las celosías”, uno de sus mejores textos. Una de las cualidades más notables de la narrativa de Amparo Dávila es el estilo. Sus relatos están dotados de una prosa afilada y precisa, no existe una frase de más, están trabajados con la paciencia de una escritora que nunca tuvo prisa, y que solamente publicó cuatro compilaciones: Tiempo destrozado (1959), Música concreta (1964), Árboles petrificados (1977), y Con los ojos abiertos (incluido en el mencionado Cuentos reunidos). Ella misma comenta que las fatalidades de la vida –como si se tratara de uno de sus propios personajes– le impidieron escribir más o corregir más aprisa sus textos. Lo cierto es que desde sus relatos tempranos escribió con audacia y visión, cultivando una manera singular de entender la vida y la literatura, una donde los caminos rectos e iluminados carecían de su interés. Lo que más se le agradece, es que siempre evadió las obviedades. Sus terrores no pueden catalogarse con facilidad, porque nunca está claro de dónde proceden. El ejemplo más significativo está en su pequeña obra maestra: “Alta cocina”, un cuento de apenas página y media en el que la protagonista recuerda un platillo de su niñez, que preparaban en su casa a base de un extraño ingrediente que crecía en la temporada de lluvias, que poseía unos ojillos redondos y negros, y que no dejaba de chillar en su lenta agonía en el caldero. Uno no llega a saber exactamente qué es aquello que cocinaban, lo que acrecienta lo escalofriante de la historia. Hay un principio básico para todo narrador de lo paranormal: para poder escribir sobre ello, tienes que creer en ello. Amparo Dávila cuenta que de niña era visitada por el fantasma de un hombre que había sido dueño de la finca en la que habitaba con sus padres. Un señor con una pata de palo que la hacía sonar cuando se acercaba a ella... La biografía personal entrelazada con la obra literaria. El territorio que crean aquellos a los que la realidad les parece insuficiente. Lo expresa inmejorablemente uno de los personajes de “Música concreta”: “A veces uno sin querer, sin darse cuenta, mezcla la realidad y la fantasía y las funde, se deja atrapar en su maraña y se abandona a lo absurdo, es como irse de viaje hacia una ciudad que nunca ha existido”. Hacia allá nos empujan las historias de Amparo Dávila. La ciudad no tiene nombre, pero en ella hay árboles, penumbra y un viento helado. Y una única certeza: en ese lugar hasta las manzanas son un enigma.

Texto publicado originalmente en la revista Letras Libres y se retoma en este número con autorización del autor.

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I N

M E M O R I A M

El pasado 15 de abril murió Rubem Fonseca, el grande de la literatura brasileña. Martín Solares se despide de él por todos nosotros.

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ejen todo lo que están haciendo y cierren los ojos por un momento: murió uno de los más grandes escritores que cabía imaginar. Fue cuentista, novelista, guionista, ensayista. Renovó la novela negra en el continente americano. Adiós al Jefe Absoluto, don Rubem Fonseca. Es cierto, inventó al inolvidable comisario Guedes y al infatigable abogado Mandrake, capaces de resolver los casos policiales más ambiciosos, pero en cualquiera de sus libros su principal aportación fue otra: una voz única, divertida y honda, conocedora como pocas del ser humano. Su breve paso por la policía brasileña y sus estudios de derecho le ayudaron a crear algunas de las historias más originales, furiosas y demenciales que tiene la novela contemporánea en muchas lenguas: abogados que seducen a la parte contraria para ganar un litigio, escritores de novelas románticas que aman hasta la muerte, detectives que recurren al vudú para resolver un caso de fraude, fisicoculturistas que destruyen el físico de sus oponentes, millonarios que son torturadores, y por supuesto, carteristas, prostitutas, forenses que estudian de cerca la muerte pero aman vivir. Fonseca inventó una imagen más humana y completa del crimen y sus motivaciones en América Latina. La mayoría de los novelistas policiales contemporáneos creen que escribir novela negra equivale a cocinar hamburguesas con catsup y papas. Fonseca demostró que cuando hay talento y cosas por decir se pueden modificar los ingredientes que parecían inamovibles desde hace más de cien años. Otros producen plantas de plástico, destinadas a adornar un rincón del librero; Fonseca, abacaxis tropicales que desbordan nuestra pobre visión de la vida y la hacen mucho más rica, mucho más amplia de horizontes. Pero más alta que esa visión es su invención perdurable: un tono de voz exquisito, mezcla de sinceridad y bonhomía, que podría contar cualquier historia, por descabellada que fuera, y sus lectores lo seguirían entre carcajadas y sustos hasta el fin del mundo.

Aunque El Cobrador es uno de sus personajes más emblemáticos, en la medida en que concentra la ira de todos los latinoamericanos en media decena de páginas, también inventó a otro gran personaje, que reaparece en sus cuentos y novelas: el hombre que cree que va a morir frente al asesino, el torturador, el secuestrador o el dentista, y sin embargo sobrevive. También así va a sobrevivir su literatura. Una vez me invitaron a un encuentro literario en –ni más ni menos– Tampico, Tamaulipas, donde estaría Rubem Fonseca. Acepté, por supuesto, por el placer de regresar a mi casa, pero sobre todo por la emoción de conocerlo. Llegué muy tarde y al día siguiente, a las cinco de la mañana, bajé a tomar un café al restaurante. El otro bebedor de café hablaba portuñol y lo habló a la misma hora durante los tres días que duró el encuentro. Me pidió que lo llevara a comprar un suéter. A tomar un helado. A conocer el bar al que fue Humphrey Bogart. A conocer cierto mercado con fama de peligroso, y me preguntaba cómo era la gente en esa ciudad. Volví a verlo en Guadalajara en dos ocasiones más. Conocerlo y tratarlo brevemente luego de haber leído cada uno de sus libros, y algunos varias veces, ha sido uno de los momentos más emocionantes de mi vida. No lo cambiaría por conocer a los Beatles. Con su partida toda la lengua portuguesa está de luto, todos los que lo leímos en español también. Cuando vino a México salía en hombros de cualquiera de sus charlas, siempre tumultuosas. Cuesta imaginarse que un hombre tan vital, capaz de sorprender con su inteligencia y su dinamismo a sus 94 años nos falte de repente. Mando un abrazo a todos los que le dijimos o soñamos con decirle nuestra admiración y agradecimiento por tantas sonrisas, tanto asombro novelesco de primer nivel a lo largo de sus obras. Adiós a uno de los mejores novelistas que ha dado este continente. Ya no tenemos quién escriba novelas tan vivas como las mejores plantas tropicales, ni mucho menos, carnívoras. El gran arte se llama una de sus novelas mayores, y es lo que hay en sus libros. Adiós, querido Rubem.+

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Fonseca

Adiós a Rubem


P O R : M A RT Í N

S O L A R E S


P O R :

C

E N R I Q U E

G

D E

L A

G

Corona, ya es hora

elan, acaso el poeta más importantes de la segunda mitad del siglo veinte en lengua alemana. Este 2020 conmemoramos cien años de su nacimiento y medio siglo de su muerte. Pero también viene a cuento porque uno de sus poemas nos interpela de manera extraña en estos tiempos. En el momento en que los nazis irrumpían en la casa de un matrimonio judío rumano y los apresaba, su hijo se encontraba fuera. En total murieron la mitad de los 800,000 judíos de Bucovina, el corazón de Moldavia, una ciudad rumana fronteriza con Ucrania. Ese destino persiguió al hijo, que nunca se perdonó haber sobrevivido al Holocausto. El fantasma lo persiguió siempre, espoleó su escritura, pero –cumpliéndose el sentido griego y original de la tragedia– también acabó con su vida. Paul Celan no pudo con el síndrome del superviviente y el 20 de abril se quitó la vida arrojándose –probablemente– al río Sena. “Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle”, comienza la última estrofa de su poema “Corona”. Así estamos, abrazados adentro desde que el virus coronario nos obligó a encerrarnos. Acaso pasa alguien y nos observa. Cuenta Günter Grass –en una entrevista que se publicará póstumamente este año– que el título de “Corona” se refiere a la corona nupcial de Ariadna, que fue perpetuada por Dionisio mediante catasterismo en la constelación corona boreal. Ariadna y su corona han sido tema recurrente en las artes (Tiziano tiene un óleo, Nietzsche un poema, Chéjov un cuento, Strauss una ópera) pero para mí significa la esperanza inteligente. Ariadna es la mujer previsora que desenrolla una madeja de hilo conforme se adentra en el laberinto del Minotauro, porque la espera y la esperanza son acciones, actividades, actuar, no simple pasividad. Hoy, no nos queda más que esperar y esperanzar. Theodor Adorno dijo que sería una barbaridad escribir poesía después de los horrores de Auschwitz. No vio que Celan ya se le había adelantado con su “Fuga de la muerte”, pues pensaba que precisamente lo único que los nazis no habían podido arrancarle era el lenguaje: “nos miramos / nos decimos palabras oscuras / [...] / nos dormimos”.

Paul Celan (1920-1970)

En la obra de Celan, la nuez representa la nada: saquemos el tiempo de esa nada, como Yahveh en el Génesis, echémoslo a andar. ¿Y qué hace el tiempo? Regresa a su nuez. No queda nada, excepto el tiempo, que para algunos será desesperanza y para otros esperanza. “Tiempo es de que sea tiempo. / Es tiempo”, escribe Celan, como diciendo “ya va siendo hora, ¿no?”. Ya va siendo hora de que arreglemos nuestros pendientes, de que encontremos el centro de nuevo, de que reinstauremos la armonía interna, con nuestros seres queridos, con el planeta. Es tiempo. Solo tenemos tiempo y lenguaje. ¿Qué más necesitas?


Celan lee en alemán su poema “Corona”

CORONA por Paul Celan Aus der Hand frißt der Herbst mir sein Blatt: wir sind Freunde. Wir schälen die Zeit aus den Nüssen und lehren sie gehn: die Zeit kehrt zurück in die Schale. Im Spiegel ist Sonntag, im Traum wird geschlafen, der Mund redet wahr. Mein Aug steigt hinab zum Geschlecht der Geliebten: wir sehen uns an, wir sagen uns Dunkles, wir lieben einander wie Mohn und Gedächtnis, wir schlafen wie Wein in den Muscheln, wie das Meer im Blutstrahl des Mondes. Wir stehen umschlungen im Fenster, sie sehen uns zu von der Straße: es ist Zeit, daß man weiß! Es ist Zeit, daß der Stein sich zu blühen bequemt, daß der Unrast ein Herz schlägt. Es ist Zeit, daß es Zeit wird. Es ist Zeit. CORONA por Paul Celan (traducción de José Ángel Valente) En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos. Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar: regresa el tiempo a la nuez. En el espejo es domingo, en el sueño se duerme, la boca dice la verdad. Mi ojo asciende al sexo de la amada: nos miramos, nos decimos palabras oscuras, nos amamos como se aman amapola y memoria, nos dormimos como vino en los cuencos, como la mar en el rayo sangriento de la luna. Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle: tiempo es de que se sepa, tiempo es de [que] la piedra pueda florecer, de que en la inquietud palpite un corazón. Tiempo es de que sea tiempo. Es tiempo.

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P O R :

H I L A R I O

P E Ñ A

El virus mortal

Muéstrame un hombre y te mostraré un santo. Muéstrame dos y se enamorarán. Dame tres y formarán una cosa encantadora llamada sociedad. Dame cuatro y construirán una pirámide. Dame cinco y marginarán a uno... Stephen King, Apocalipsis

A

hora que está de moda el tema, es buen momento para hablar de Apocalipsis (publicada en México por Penguin Random House), el verdadero magnum opus de Stephen King. Apocalipsis trata de un virus gripal que mata al 99.4% de la población mundial, y, al mismo tiempo, es una actualización del Señor de los anillos, pero donde el héroe hobbit es un obrero texano llamado Stu Redman, Sauron es un vagabundo con poderes sobrenaturales llamado Randall Flagg, y Mordor es Las Vegas. Si puedes, lee la versión original, la de 1978. Es la mejor. Sucede que la edición extendida, al estar ambientada en 1990, tiene demasiados anacronismos. Se cambiaron las fechas y un poco la ambientación, pero quedaron muchas cosas por actualizar. La historia funcionaba mejor en el contexto de la Guerra Fría. Además, sus personajes y sus maneras de actuar son setenteros. A la versión extendida solo le doy tres estrellitas de cinco y a la original le doy cinco de cinco. A la traducción al español solo le doy una estrellita por ser HORRIBLE. ¡No la lean! Los puede matar del aburrimiento. Apocalipsis, la original, la que me gusta a mí, consta de 823 páginas que se van como cerveza fría y espumosa en día caluroso de verano. King la escribió cuando estaba in the zone –como Michael Jordan en 1991–, y es de los pocos títulos que leo y releo sin cansarme. Se trata de una novela ambiciosa, mágica y épica que se atreve a narrar, de manera minuciosa y fascinante, la caída de una civilización a manos de una epidemia apocalíptica. La novela es vasta porque King no dejó nada en el tintero. Narró todo lo que tenía que narrar, sin chapuza. Esto no es una novelita “de lenguaje”, de cien paginitas y con jueguitos de palabras para fingir una profundidad inexistente. Esto es novela postapocalíptica y en su mejor forma. Pero lo que más me gusta de Apocalipsis es la riqueza y tridimensionalidad de sus personajes. Esa capacidad de King para ahondar en la mente y las motivaciones de sus creaciones. Está tan bien desarrollado todo el elenco que en mi tercera lectura me sentí más identificado con villanos, como el bandolero Lloyd Henreid, que con los héroes de la historia. De los “buenos”, mi favorito es el retrasado mental Tom Cullen (“¡L-U-N-A, así se deletrea Tom Cullen!”). Además, la novela cuenta con uno de los momentos eróticos más excitantes que he leído, aquel que ocurre entre la canosa Nadine Cross y el conspirador Harold Lauder, otro de mis antagonistas predilectos. El jefe de todos los malos es Randall Flagg, un sujeto que luce como cualquier otro pero que cuando sonríe “las aves caen muertas de los cables del teléfono. Cuando te ve de cierta manera, tu próstata se corrompe y tu orina comienza a arder. El pasto se pone amarillo donde escupe”. Sí, hay un deus ex machina gordo y apestoso al final, pero todos sabemos que el nacido en Maine no se distingue por presentarnos los mejores desenlaces. Lo importante no es el destino de este viaje de más de 800 páginas, sino saborear la narración.+

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M E M E

L I T E R A R I O

T - 1000 Hilario Peña

–No me puedes matar –alegó Sarah Connor. –¿Por qué no? –dijo el T-1000. –¡Por las leyes de la robótica escritas por Asimov! –Eso es para cyborgs fresas. Yo fui a escuela de gobierno… en la tarde.

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J ÓV E N E S

El alma perdida

de Olga Tokarczuk (Thule Ediciones)

Itzel Mar

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D

espertó en medio de una noche sin reconocer el lugar donde se encontraba ni la manera como había llegado allí. Entonces experimentó sensaciones extrañas. Se asomó a la ventana pero no pudo recordar qué ciudad estaba frente a él. También extravió su nombre. ¿Dónde lo habría dejado? Por unos instantes creyó llamarse Andrzej y después Marian. Se miró en el espejo y solo vio un trazo borroso. Aterrado corrió hacia la maleta y tomó su pasaporte para descubrir que su nombre era Jan. Al día siguiente consultó a una sabia doctora, que le dijo que el mundo está lleno de personas apresuradas y exhaustas. Las almas de los seres humanos van perdiendo a sus dueños, pues ellas viven a un ritmo mucho más lento, lo que les provoca confusión. Este diagnóstico hizo reflexionar a Jan. La doctora le recomendó buscar un lugar propicio para sentarse y esperar con paciencia… Descubre el final de esta inquietante historia en El alma perdida. ¿Qué sucedió mientras Jan se sentó y aguardó el retorno de su alma? ¿Has sentido alguna vez cómo todo a tu alrededor se mueve de prisa? ¿Escuchas la velocidad de las palabras? ¿Te has preguntado cuándo se detiene un rato el mundo? En este libro podrás acompañar al protagonista en su recorrido por las preguntas y respuestas que lo conducirán de regreso a sí mismo. Sus minuciosas ilustraciones están llenas de emoción y recuerdos. El alma perdida es una bella historia que te llevará a pensar en temas como la paciencia y la calma. A través de sus páginas también podrás mirar adentro de ti. Olga Tokarczuk, la autora de este relato, es una novelista y psicóloga polaca, que recibió el premio Nobel de Literatura en 2018. Sus libros han sido aclamados en todo el mundo.+


V E R

Y

O I R

Adrián García

Vault: Def Leppard Greatest Hits (1980- 1995) Def Leppard es una banda británica fundada a finales de los setenta, que alcanzó el éxito mundial la década siguiente gracias al desparpajo de sus shows en vivo y la sexualidad abierta de sus letras, que seguían causando revuelo, además de los excelentes arreglos en la composición y sus producciones de primer nivel. Vault es el primer álbum recopilatorio de la banda lanzado en el ya lejano 1995, conmemorando los quince años de su primer material, y que obtuvo certificaciones de platino en Norteamérica y el Reino Unido. La compilación deja de lado la faceta heavy metal de la banda y se centra en las composiciones pop que alcanzaron la cima en las listas de popularidad. A pesar de la mala suerte que los ha acompañado – el baterista Rick Allen perdió el brazo izquierdo en un accidente y murió uno de sus guitarristas–, Def Leppard demuestra que se puede sobrevivir a las catástrofes, y hasta hacerse más fuerte. “Dios nos dio el rock and roll”, cantó alguna vez Kiss. Sí, y Def Leppard es uno de sus profetas. Quince canciones recopiladas en dos discos llenos de guitarras eléctricas, letras sugestivas, aerosol para cabello y pantalones de cuero. Hysteria, Two Steps Behind y Pour Some Sugar on Me no necesitan descripción, pero se recomienda escucharlas enfundados en camisetas sin mangas con el nombre de la banda estampado.

Ida Dir. Pawel Pawlikowski (2013) Ida (Agata Trzebuchowska) es una novicia próxima a convertirse en monja a principios de los años sesenta en una Polonia que todavía vive los estragos de la posguerra. Su único familiar vivo es una tía de carácter libre e instintos bohemios (Agata KuleszaFigurska), quien le confiesa su pasado judío. Ambas buscan reparar sus almas emprendiendo un viaje en busca de los restos de sus familiares muertos durante la ocupación nazi antes de que Ida se recluya en un convento para siempre. Esta obra monumental del director Pawel Pawlikowski nos habla sobre cómo el ser humano se descubre a sí mismo al unir las piezas de vidas pasadas, traducido a una road movie en banco y negro. Ida es un filme de belleza extrema, y por ende melancólico, con elementos metódicos como la niebla cada vez que vemos escenarios exteriores y personajes desplazados hacia la parte baja del encuadre, para dejarnos ver un mundo enormemente gris. La simetría de la fotografía se estira hasta su punto culminante, lo que engarza con el arrullo del jazz. Aclamada por la crítica internacional y acreedora de premios alrededor del mundo –incluyendo el Oscar a mejor película de habla no inglesa–, Ida es una luz fantástica colmada de recovecos y pistas que nos conducen por el camino más puro del séptimo arte.+





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