Colección MUAC
Durante el siglo xx el urbanismo y la arquitectura revolucionaron nuestra experiencia del espacio. Sin embargo, hasta ahora sólo hemos escuchado la mitad de la historia. Ellas, las arquitectas fundacionales, han permanecido a la sombra de sus pares masculinos. La perspectiva hegemónica de la arquitectura crea protagonistas hombres, considerados genios solitarios. Afortunadamente, las voces femeninas resultan imposibles de ocultar. Su creatividad, su profunda relación con los espacios y con las personas que los habitan, así como su trabajo colaborativo y su constante deconstrucción de prejuicios están más presentes que nunca, alimentando un paradigma más incluyente y esperanzador. En este número de Lee+, que tenemos el honor de coeditar con Aura R. Cruz Aburto y Rodrigo Velasco, reconocemos estas historias y mostramos un poco del trabajo de las arquitectas, que merecen muchas más publicaciones e investigaciones.
Para saber más de estas asombrosas mujeres, Rodrigo Velasco preparó una revisión de las biografías de algunas de las arquitectas más relevantes del siglo xx. Aura R. Cruz Aburto se sumergió en su biblioteca y nos trajo la historia de Melusina Fay Peirce, quien diseñó espacios para que las mujeres pudieran administrar las tareas domésticas en comunidad. El contexto mexicano no se queda atrás, por lo que Aura escribió también acerca de una urbanista comprometida con una visión integral de los espacios, las personas y el medio ambiente: Estefanía Chávez Barragán.
No te puedes perder la entrevista a Fernanda Canales, una joven arquitecta mexicana cuyos brillantes proyectos y publicaciones abrevan del reconocimiento a sus predecesoras. En estas páginas, además, encontrarás entrevistas a escritoras que están transformando la ficción con autenticidad y sororidad. Hablamos de Liliana Blum, Marie Benedict, Victoria Christopher Murray y Alejandra Andrade. Finalmente, Juan Ayala nos invita a un encuentro imperdible: nada menos que el Festival Culturaunam 2023.
Es momento de acercarnos a las enormes contribuciones femeninas a la historia de la arquitectura, para que ninguna de ellas pase ni un minuto más sin el reconocimiento que merece. ¡Feliz lectura!+
Yara VidalDirectora general
Revista Lee+ de Librerías Gandhi
5 El Pritzker de la discordia
6 Mujeres en la sombra: arquitectas del siglo xx
Rodrigo Velasco
7 [Adelanto de libro] El castillo a través del espejo
Mizuki Tsujimura
8 Estefanía Chávez Barragán: fortaleciedo la colectividad
Aura R. Cruz Aburto
10 Melusina Fay Peirce a la sombra de una multitud
Aura R. Cruz Aburto
12 Entrevista a Fernanda Canales
Aura R. Cruz Aburto | Rodrigo Velasco
16 [Póster] Arquitectas en las sombras
Rodrigo Rojas | Yara Vidal | Aura R. Cruz Aburto
18 Entrevista a Liliana Blum
José Luis Trueba Lara
20 Entrevista a Marie Benedict y Victoria Christopher Murray
Carina Vallejo | Yara Vidal
22 Entrevista Juan Ayala
26 Entrevista a Alejandra Andrade
Carina Vallejo
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Mujeres en la sombra: arquitectas del siglo xx
Rodrigo VelascoPara empezar, es necesario hablar de Melusina Fay Peirce, una figura multifacética que abrazó tanto la filosofía como la arquitectura. Melusina colaboró estrechamente con su esposo, Charles Sanders Peirce, un influyente filósofo y científico. Juntos exploraron la intersección entre el pragmatismo y la creación arquitectónica. Aunque sus contribuciones a las reflexiones de Peirce acerca de la arquitectura resultan innegables, su nombre rara vez se asocia con el legado de su esposo, a pesar de haber influido significativamente en su enfoque pragmatista.
Marion Mahony Griffin desempeñó un papel fundamental en la planificación de Canberra, capital de Australia, que trabajó junto con su esposo, Walter Burley Griffin. Ella fue la encargada de culminar los encargos de Frank Lloyd Wright cuando éste escapó a Europa con su amante en 1909. Aunque tuvo una influencia crucial en la creación de proyectos emblemáticos, su contribución se ha subestimado en la historia de la arquitectura.
En el apogeo del siglo xx, las creaciones de arquitectos famosos como Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Louis Kahn y Mies van der Rohe definieron el paisaje urbano y cambiaron la forma en que concebimos el espacio. Sin embargo, detrás de muchas de estas obras, se encuentran las historias de mujeres visionarias, cuyas contribuciones han sido en gran medida olvidadas, ignoradas, minimizadas o, en el peor de los casos, adjudicadas a los hombres con los que han trabajado. En este artículo, haremos un recuento de la vida y legado de algunas de estas talentosas arquitectas.
Aino Marsio-Aalto, una de las primeras arquitectas finlandesas, trabajó junto con su esposo, Alvar Aalto, hasta la muerte de éste en 1949. Colaboraron en la creación de edificios icónicos, el diseño de interiores y de mobiliario moderno. La visión y las contribuciones de Aino al diseño escandinavo resultan innegables; sin embargo, su legado permanece eclipsado por la fama de su esposo, a quien se le ha atribuido gran parte del trabajo, sobre todo el diseño de piezas de vidrio soplado y de otros objetos.
Lilly Reich se convirtió en una colaboradora fundamental de Mies van der Rohe en el desarrollo de diseños modernos. Las sillas Barcelona y Weissenhof, ambas creación de Reich, se atribuyeron a Mies durante mucho tiempo. Ambos codiseñaron el pabellón alemán de la Exposición Internacional de Barcelona en 1929, donde se expuso por primera vez la silla que lleva el nombre de esta ciudad. Lilly fue una de las pocas maestras de la Bauhaus; dirigía el taller de diseño de interiores y tejidos. Su talento en el diseño de mobiliario transformó la estética del movimiento moderno.
Charlotte Perriand trabajó codo a codo con Le Corbusier y contribuyó al diseño de muebles y espacios revolucionarios. En noviembre de 1931, Le Corbusier firmó un artículo de treinta páginas que contenía estudios y dibujos para el noveno número de la revista Plans. En este documento, el arquitecto presentó su trabajo en torno a una habitación mínima de 14 metros cuadrados por habitante. Charlotte Perriand colaboró activamente en este estudio. Los 184 documentos originales fueron localizados en su archivo privado y no en el estudio de Rue de Sèvres 35. Esto hace pensar que los diseños le pertenecían a ella y no a Le Corbusier. A pesar de su influencia en la forma en que vivimos y trabajamos, Charlotte Perriand ha quedado en segundo plano en comparación con el Cuervo.
Con su pasión por la geometría y la complejidad espacial, Anne Tyng ejerció un papel esencial en la obra de Louis Kahn. Originalmente, Anne era la única mujer entre seis arquitectos en aquella oficina. Su influjo resulta evidente en proyectos emblemáticos, como el Instituto de Arte de Yale. La arquitecta fue la madre de Alexandra Tyng, la segunda hija de Kahn. A pesar del impacto que representó para la teoría arquitectónica, su nombre a menudo se pierde en la sombra de su colaborador más famoso.
Denise Scott Brown se unió a Robert Venturi en la creación de un manifiesto arquitectónico que desafió las convenciones modernas y la manera en que éstas se enseñan: Learning from Las Vegas. A pesar de tratarse de un trabajo conjunto, en 1991 Venturi recibió el prestigioso Premio Pritzker, mientras que Scott Brown fue excluida del reconocimiento. Al día de hoy, existen grupos y voces en la comunidad arquitectónica que siguen luchando por que se le otorgue el mismo galardón que a su colaborador masculino.
Estas arquitectas se enfrentaron a los desafíos de una profesión dominada por hombres y, con todos los factores en contra, realizaron contribuciones esenciales a la arquitectura del siglo xx. A la luz de una nueva perspectiva, sus trabajos no sólo empiezan a ser apreciados, sino que, a medida que exploramos sus contribuciones, nos unimos al coro de voces que exigen que se reconozca plenamente su impacto en la historia de la arquitectura.+
MAYO
Mizuki TsujimuraDesde el otro lado de la cortina corrida le llegaba flotando el sonido de la camioneta del supermercado local que iba hasta allí a vender sus productos. «It's a Small World», la canción de la atracción favorita de Kokoro en Disneyland, retumbaba en el gran altavoz que llevaba en la parte trasera, recordándole el mundo de risas y esperanza que yacía justo al otro lado de su ventana. Desde que tenía uso de razón, siempre había sonado la misma canción.
La melodía se interrumpió de forma abrupta y, después, sonó un anuncio. —Hola a todo el mundo. Este es el camión de productos del Mercado Mikawa. ¡Tenemos a la venta productos frescos, productos lácteos, pan y arroz!
El supermercado que había junto a la autopista estaba muy lejos y se necesitaba un automóvil para llegar, por lo que, desde que Kokoro era pequeña, la camioneta del Mercado Mikawa había ido hasta allí todas las semanas y había aparcado detrás de su casa. La melodía era la señal para que los ancianos del vecindario y las madres con hijos pequeños salieran y compraran sus provisiones.
Kokoro nunca había ido a comprar allí, aunque, al parecer, su madre sí lo había hecho.
—El señor Mikawa se está haciendo mayor, así que me pregunto durante cuánto tiempo seguirá viniendo —le había dicho.
En el pasado, antes de que el supermercado apareciese en la zona, había sido muy práctico que la camioneta fuese hasta allí y muchas familias habían comprado sus productos. Sin embargo, estaba empezando a perder clientela. Algunas personas incluso se quejaban del altavoz, diciendo que causaba contaminación acústica.
Kokoro no pensaba que fuese una molestia, pero, cada vez que oía la melodía, se daba cuenta, quisiera o no, de que ya era de día y de que era un día entre semana. Se veía obligada a ser consciente de ello.
Podía oír a los niños riéndose.
Había descubierto cómo transcurrían las once de la mañana en su barrio tras haber dejado de ir a clase. Mientras había estado en educación primaria, tan solo había visto la camioneta de Mikawa durante las vacaciones. Jamás le había prestado tanta atención como en la situación presente: un día entre semana, en su habitación, con las cortinas corridas y el cuerpo rígido. No hasta el año anterior.
Veía la televisión conteniendo la respiración, con el sonido silenciado y esperando que la luz del aparato no se filtrase a través de las cortinas. Incluso cuando la camioneta de Mikawa no estaba allí, siempre había madres y niños jugando en el parque que había enfrente de su casa. Cuando contemplaba las sillitas de bebé alineadas junto a los bancos del parque, con bolsas coloridas colgando de los manillares, le asaltaba un pensamiento: «Ya se ha pasado la mañana». Las familias que se reunían entre las diez y las once siempre desaparecían a mediodía y se dirigían a casa para comer.
Entonces, abría las cortinas un poco.
Al pasar tanto tiempo a solas en su habitación, que durante el día era lúgubre a pesar de las cortinas naranjas, empezó a acumular un sentimiento de culpa. Sentía que le culpaban por holgazanear y hacer el vago.
Al principio, había disfrutado de estar en casa, pero, aunque nadie le dijo nada, conforme fue pasando el tiempo, supo que no podía seguir así.
Había buenos motivos para que existiesen las normas fijas. Normas como: «Debes abrir las cortinas por la mañana» y «Todos los niños deben asistir a clase».+
Este fanía Chávez Barra gán:
fortaleciendo la colectividad
Echar luz a la sombra simbólica: renombrar un teatro Aunque ya habíamos tenido noticias del cambio, hace pocas semanas, recorriendo la Facultad de Arquitectura de la unam, notamos que el teatro antes denominado “Carlos Lazo”, ahora se llama “Estefanía Chávez Barragán”. Recordamos, entonces, el paro de la facultad en 2021,1 llevado a cabo por las estudiantes ante la incidencia de diversas experiencias de violencia y discriminación por cuestiones de género, a pesar de que, desde hace ya varios años, la mitad de la matrícula de arquitectura está compuesta por mujeres.
Entre otras demandas del pliego petitorio, como condición adicional para levantar el paro se incluía el cambio de nombre de al menos un espacio de cada licenciatura por los de mujeres destacadas en la arquitectura, el paisajismo, el urbanismo y el diseño industrial.2 Así, la atribución del nombre de Estefanía Chávez Barragán al teatro se trata de un acto simbólico que, además de rendir un reconocimiento póstumo a la doctora Chávez Barragán por su notable trayectoria —no sólo profesional y académica, sino también como activista de género—, representa una manera de dignificar, junto con otras medidas, el paso y la actividad de las mujeres en los campos de la arquitectura, el paisajismo, el urbanismo y el diseño industrial en la unam. En este sentido, el renombramiento del teatro se convierte en el símbolo de una multitud que resiste.
De Carlos Lazo a Estefanía Chávez Barragán
Carlos Lazo Barreiro fue, sin lugar a duda, un arquitecto notable del siglo xx en México. No sólo destacó por su trabajo proyectual, sino también por su labor como funcionario público, sin dejar de lado su gerencia general de la construcción de la Ciudad Universitaria, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Como Estefanía Chávez Barragán, Lazo se especializó en urbanismo y planificación; él fue el artífice de la unión del Colegio de Arquitectos Mexicanos con la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (cam-sam). No es necesario decirlo, pero lo mencionaremos: Carlos Lazo Barreiro fue un arquitecto importante y un buen representante de la práctica hegemónica en México.
Entre el contraste y el paralelismo, Estefanía Chávez Barragán nació en el norte del país alrededor de 15 años después que Lazo; ella también se formó como arquitecta. Desde muy temprana edad estuvo en contacto con obras de gran envergadura, en las que su padre, un ingeniero, estaba involucrado. Esta experiencia la signó y despertó su interés por la planificación urbana, en la que se especializaría más tarde.
Chávez Barragán se desarrolló en diversas áreas profesionales: llegó a ser una destacadísima académica, la primera —y hasta ahora única— profesora emérita de la Facultad de Arquitectura de la unam, e impulsora y fundadora de la carrera de urbanismo en la propia universidad. También se desarrolló como activista: fue responsable de la creación de la Asociación Mexicana de Arquitectas y Urbanistas en 1969, organización que apuntalaría el desarrollo de las profesionistas de estas disciplinas, así como la promoción de su participación en la toma de decisiones públicas. Se desempeñó como una funcionaria notable; en este ámbito, destaca por su trabajo como delegada de Xochimilco, donde, a decir de la población, generó una relación y una participación estrechas y respetuosas con ellos, así como por su impulso a la sustentabilidad desde la década de los setenta.
Pero, más allá de nombramientos, premios y distinciones, lo que caracterizó el trabajo de la doctora Estefanía de manera transversal es el enfoque multicultural con perspectiva de género para abordar la planificación, así como una consideración respetuosa y colaborativa que incluía en su visión no sólo a los seres humanos, sino también al medio ambiente.
Ciudades más humanas con perspectiva de género
La perspectiva femenina tiene que ver más con la colaboración, con la interconexión, con la transdisciplina y menos con la competencia, con el agotamiento de los recursos y la sobreexplotación de los territorios y sus habitantes.
chávez barragán y gonzález, 2012
Entre otras cuestiones, el nombre de la urbanista resulta sumamente significativo por tratarse de una precursora que luchó muy tempranamente por la incorporación de la perspectiva de género en la planeación, convencida de que “el vínculo entre los asentamientos humanos y las mujeres es muy estrecho”, como señala Isaura González Gottdiener. En este tenor, Chávez Barragán hacía notar la especial facultad histórica de las mujeres para establecer diálogos y colaboraciones, prácticas que ella replicaba con sus equipos de colaboradoras, quienes en diferentes testimonios y homenajes relatan la preocupación y valoración por parte de la arquitecta de la dimensión emocional en las interacciones humanas y, sí, hay que decirlo también: en la planificación urbana.
Una de las ideas fundamentales del trabajo que Estefanía Chávez Barragán expuso en sus diversas publicaciones y que además llevó a la práctica consiste en el reconocimiento de que “la construcción de ciudades es una tarea colectiva cuya herramienta esencial, el diálogo, es la base para ir conformando ‘verdaderos autores conscientes de sus responsabilidades para hacer ciudad, mejorar espacios urbanos y su calidad de vida’”, apunta Alicia Ziccardi. Esta aportación no es menor, porque resalta una aproximación alternativa a la que existe en el mundo de la arquitectura y el urbanismo hegemónicos, en los cuales suele dominar el protagonismo de unos cuantos y la falsa asunción de la pasividad de la mayoría.
Nos hacen falta libros Llama la atención que, en términos prácticos, casi no existen publicaciones que hagan un recuento de la trayectoria de las mujeres pioneras de la arquitectura en México, si bien existe una huella rastreable de destacadas personalidades femeninas en trabajos de grado de la propia unam, como el de María Eugenia Hurtado Azpeitia (1997).
En el caso de la doctora Chávez Barragán, ella misma realizó diversas publicaciones, como Los autores de la ciudad. Propuestas para mejorar la imagen urbana en un ámbito local (unam, 2013), Tetralogía para la planeación y el ordenamiento territorial y urbano en la alborada del siglo xxi (unam, 2014) y El sentido humano de la historia. Una aportación para la revaloración del patrimonio (unam, 2016), entre otras. Son notablemente escasas las publicaciones que narren la historia de las proyectistas y constructoras mexicanas: arquitectas, paisajistas, urbanistas y diseñadoras industriales, con excepción, quizá, de la diseñadora Clara Porset.
Por otro lado, además del reconocimiento hacia estas figuras, a las que podemos llamar heroínas, también existe un trabajo cotidiano de muchas mujeres igualmente heroicas, que hacen mundo y sostienen comunidades, aunque no cuenten con títulos universitarios ni con premios internacionales. Las acciones de las mujeres que se organizan para mejorar y potenciar sus territorios en diferentes sitios de la república son diversas y profundamente valiosas.
Por suerte, quienes sí cuentan hoy con un merecido reconocimiento son algunas arquitectas de renombre, como Fernanda Canales, Frida Escobedo, Saidee Springall, Gabriela Carrillo, Rozana Montiel, Jimena Hogrebe, Tatiana Bilbao, entre otras. Sin embargo, además de la valoración al trabajo autoral, es preciso generar publicaciones que destaquen otros procesos, que, precisamente, recuperan saberes y prácticas colectivas. Éste es el caso de la arquitecta Isadora Hastings y su labor en la producción social del espacio, o bien, el interesante trabajo de construcción con tierra que la arquitecta Karen Poulain realiza en nuestro país, bajo la inspiración de la renombrada arquitecta Anna Heringer.
Renombrar un teatro para cambiar una cultura
Finalmente, lejos de perseguir la creación de otro gran nombre protagónico para la historia de la arquitectura —formato inaugurado por Sigfried Giedion—, el renombramiento del teatro antes denominado “Carlos Lazo”, hoy “Estefanía Chávez Barragán”, representa la colocación de una primera piedra para la construcción de relatos alternativos a las grandes narrativas de la arquitectura, fundamentadas en el individualismo del protagonista. Si la doctora Chávez Barragán es recordada, no sólo se debe a su talento personal y su amplio currículum, sino también a su especial forma de trabajo en colaboración y el cuidado prodigado a quienes le rodeaban.
Nadie niega la trascendencia de la labor de Carlos Lazo Barreiro, sin embargo, ¿cuántos recintos, avenidas y demás espacios ya reciben su nombre? Por otro lado, renombrar el Teatro “Estefanía Chávez Barragán” no sólo consiste en cambiar el nombre de un héroe por el de una heroína, sino que se trata de renombrar uno de los principales recintos de la Ciudad Universitaria bajo la luz de una cultura de cuidados e inclusión: el homenaje es para una multitud.+
Melusina Fay Peirce a la sombra de una multitud
¿Qué suele venirnos a la mente cuando escuchamos la palabra pragmatismo? Seguramente, un raudal de ideas, desde las más coloquiales hasta las más sofisticadas y disciplinares. Por un lado, hablar de pragmatismo en el lenguaje cotidiano se relaciona con un interés acentuado en los efectos de las acciones. Por otra parte, en un entorno más académico, alude a una escuela filosófica cuyo centro conceptual es la acción y su performática, y también es probable que se piense en uno de sus más destacados creadores: Charles Sanders Peirce.
Asimismo, si partimos de la arquitectura, no faltan publicaciones más o menos recientes que hablan de Pragmatismo poético como aquella de Dellekamp (Arquine, 2015), o textos de unas décadas anteriores, como La buena vida, de Iñaki Ábalos (Editorial GG, 2000), que cierra con la proposición de una arquitectura pragmática para liberar de las tareas domésticas a las mujeres. Pero difícilmente pensamos en la gran revolución doméstica emprendida por diversas feministas en el siglo xix en Estados Unidos.
A la sombra de muchos
Si se hace una primera búsqueda del nombre de la feminista estadounidense Melusina Fay Peirce en internet, es poco lo que se encuentra frente a la inconmensurable cantidad de material que aparece acerca de su exmarido, el afamado filósofo pragmatista
Charles Sanders Peirce.Sin embargo, no es poco lo que esta pensadora y activista realizó en la segunda mitad del siglo xix. También resulta casi desconocido que, cuando ella logró echar a andar su iniciativa para la creación de una cooperativa de trabajo doméstico que incluía la creación de nuevas tipologías edificatorias, muchos de los esposos de las mujeres participantes —incluido el mismo Charles S. Peirce— obstaculizaron en mayor o menor medida el desarrollo de la iniciativa. Esto, en el caso de Melusina, culminó con su divorcio.
Aunque poco se dice de las propuestas de viviendas sin cocina y con servicios domésticos cooperativos que Melusina incluso llevó al plano, en las grandes narrativas de la arquitectura moderna no faltan el proyecto de Ebenezer Howard y la ciudad jardín —que incluye viviendas sin cocina particular— ni la imperdible
Unité d’Habitation de Marsella, de Le Corbusier. Es decir, Melusina no fue solamente una mujer a la sombra de su esposo, sino una figura histórica junto con otras a quienes Dolores Hayden llama “feministas materialistas”, cuyas iniciativas socioespaciales han permanecido ocultas en comparación con las de los personajes masculinos protagonistas de la arquitectura moderna.
Vida doméstica y política: lo personal es político Muchas mujeres conocen la famosa frase de autoría no reclamada “lo personal es político”. Silvia Federici declaró en su texto Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas (Traficantes de Sueños, 2013) que la transformación social debe partir de la esfera reproductiva, esa que históricamente se ha tachado de no productiva y de quehacer irrelevante. Paradójicamente, el trabajo doméstico constituye el ámbito que hace posible la vida misma y el desarrollo de toda persona, sin excepción. Esta visión resuena con el activismo de Melusina Fay Peirce, quien en pleno siglo xix desarrolló y concretó la propuesta socioespacial y económica que en líneas anteriores hemos mencionado, con la intención de liberar a las mujeres de su sometimiento al régimen patriarcal.
Melusina y lo personal
Melusina Fay Peirce nació en Boston en la primera mitad del siglo xix Hija de una mujer llamada Emily Hopkins con notable talento para la música, quedó signada por la muerte de ésta. Melusina atribuyó el deceso de su madre a la sobrecarga de trabajo doméstico y a la frustración derivada de no poder realizar su potencial.
A diferencia de su madre, Zina —como la llamaban las personas cercanas— había estudiado ciencia, filosofía, literatura e historia en la Agassiz School for Young Ladies, en Cambridge, Massachusetts. Fay Peirce era indudablemente una mujer de gran inteligencia y carácter.
Más tarde contraería matrimonio con un hombre de extraordinarios talentos también, Charles Sanders Peirce.
La relación de la pareja Peirce resultó algo complicada. Se sabe que Melusina de manera frecuente escribía textos académicos bajo dictado de Peirce, al tiempo que ella, como la mayoría de las mujeres de la época, llevaba una sobrecarga de trabajo doméstico que interfería con sus inquietudes y habilidades intelectuales.
Por ello, Zina se interesó en la creación de instituciones para dar voz a asuntos de orden público, sobre todo aquellos relacionados con el acceso de las mujeres a la educación superior. Además de publicar artículos en The Atlantic Monthly, después antologados bajo el título de Co-operative Housekeeping: Romance in Domestic Economy, y más tarde su libro Co-operative Housekeeping. How Not to Do It and How to Do It: a Study in Sociology, la activista fundaría una organización conformada por cuarenta integrantes, denominada The Cambridge Co-operative Housekeeping Association.
Esta organización, lamentablemente, sólo tendría un año de vida, en parte importante debido al sabotaje hecho por los maridos de varias de sus integrantes: desde aquel que se indignaba con la idea de que su mujer atendiera a otros hombres hasta el que no podía con la molestia de tener que esperar a que terminara una reunión de la asociación para que su esposa cosiera un botón a sus ropas. Asimismo, estos pares masculinos intervendrían con sus “consejos” y arruinarían el espíritu de la organización.
Una propuesta revolucionaria: la revolución feminista y la colectivización de los quehaceres
A diferencia de otras activistas de la época, para Fay Peirce la transformación de las condiciones materiales de existencia de las mujeres constituía una necesidad prioritaria para alcanzar la libertad plena de su género. Mientras ciertos grupos sostenían que era prioritario alcanzar el derecho al voto y, conforme esto se lograra, se podrían llevar a cabo otro tipo de transformaciones, para las feministas a las que Hayden categoriza como materialistas —entre las cuales destaca nuestra activista— sostenían que, de hecho, la libertad se tenía que alcanzar en la acción concreta de la vida cotidiana, que se encuentra anclada en un sustrato material que la posibilita: la vivienda y la ciudad entraron a la arena de discusión.
La propuesta consistía en organizar grupos de 15 a 20 integrantes, que llevaran a cabo tareas de cocina, lavado y costura. Todas aquellas integrantes que realizaran estos trabajos serían adecuadamente remuneradas; los bienes y servicios provistos se venderían a un precio justo. Asimismo, las ganancias se compartirían. Por otro lado, las mismas mujeres también serían las consumidoras de la producción de esta organización, dado que Zina demandaba el reconocimiento del saber de la administración de la casa que históricamente dominaban las mujeres; por tanto, ellas debían convertirse en las administradoras de dichos recursos.
En este sentido, la propuesta de Fay Peirce tenía varias aristas: por un lado, se buscaba optimizar la realización de los quehaceres domésticos para liberar el tiempo y aminorar la carga de trabajo de las mujeres. Por otra parte, al asignar una remuneración por el trabajo realizado, también se abonaba a la consecución de su independencia económica. Finalmente, al demandar que estas organizaciones fueran trabajadas y administradas en su totalidad por las mujeres, también se les proveía reconocimiento a sus saberes cotidianos, usualmente poco valorados.
Esta iniciativa, además de una cara organizacional, se sostendría en la constitución material de nuevas arquitecturas que, a su vez, demandarían nuevas tipologías: las viviendas sin cocina estaban por ver la luz.
Una arquitectura de la acción colectiva
En un principio, la pregunta que cabía hacer era por qué, si la educación y la salud se habían extraído de la casa familiar como lugar de origen a manos del Estado, no había sucedido así con las cocinas y los espacios de lavado. La respuesta era que, de hacerlo, las mujeres descuidarían los “quehaceres propios de su género” y su papel “natural” en la sociedad: el trabajo de cuidados y la crianza. ¡Peor aún! Tendrían tiempo de pensar y reclamar su derecho al ejercicio de la ciudadanía e insistirían en obtener derecho al voto.
Por lo anterior, quedó claro para mujeres como Melusina Fay Peirce que exteriorizar los espacios de los trabajos domésticos resultaba necesario para ganar libertad. Como ya hemos narrado, ella tenía una historia personal con este tema, así como ambiciones e inquietudes que la movilizaban para trabajar en esta transformación. Así inició una organización con la propuesta de crear estas facilidades colectivas para el trabajo doméstico: cocinas, lugares de lavado y de costura comunales. Asimismo, como revela Zaida Muxí, estos edificios de servicios colectivos contarían también con “un comedor comunitario, espacios de formación, salas de lectura y de trabajo productivo”.
Para entonces, Estados Unidos vivía una transformación casi obligada de la cultura socioespacial de la vivienda: de la aspiración de las clases medias a una vivienda separada, se comenzaría a aceptar y a generalizar la idea de vivir en apartamentos, debido al aumento del costo de la tierra derivado de la guerra civil. Es así como, en 1903, Zina Peirce patentó un proyecto de edificio dúplex en el cual “el cuidado del hogar sería en cooperativo”, apunta Muxí.
Aunque la propuesta de Melusina es sin duda revolucionaria, aún mostraba ciertos rasgos de clasismo, ya que proponía ejecutar una división del trabajo en la cual las administradoras serían las mujeres mejor posicionadas económicamente, ya que contaban con más formación, que, para ella, sería un desperdicio no desarrollar; por otro lado, se destinaba a las mujeres más pobres la realización de las tareas manuales. De cualquier manera, a pesar de este resabio clasista, la propuesta de Melusina abría el espacio al encuentro de mujeres de diversos estratos en un mismo proyecto, en el cual incluso las más pobres podrían ser integrantes en activo de la asociación.
Cohabitar, un legado
Melusina Fay Peirce fue una mujer cuyas ideas no sólo trascendieron a la modernidad, sino que, hoy por hoy, se discuten y se debaten como modelos posibles para un mundo distinto. La idea de la cooperación y el reconocimiento no sólo del trabajo reproductivo, sino también de los saberes de sectores históricamente marginados, como las mujeres, resultan no sólo visibilizados por las ideas y la obra arquitectónica de Zina Peirce, también fueron articulados en propuestas espaciales y urbanas que más tarde serían retomadas por figuras más que conocidas en la narrativa dominante de la arquitectura. Por ello, es tiempo de arrojar la luz adonde se ha proyectado la sombra: ésta es la historia de la revolucionaria Melusina Fay Peirce.+
Fernanda Canales:
pensar y hacer arquitectura en género propio
Destacada egresada de la Universidad Iberoamericana, maestra en teoría y crítica por la Universidad Politécnica de Cataluña y doctora en arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, Fernanda ha sido docente en diversas instituciones de renombre a nivel nacional e internacional; además de que ha recibido numerosas e importantes distinciones.
Sin embargo, más allá de su fama, lo que nos ha atraído de entrevistar a Fernanda Canales es la comunión que existe entre su práctica proyectual y su trabajo de investigación teórico-crítica: ámbitos que se retroalimentan y generan un campo común de acción y reflexión. Los productos de esta actividad dialéctica se reflejan tanto en sus múltiples publicaciones —en las cuales, por cierto, cobran cada vez más voz las historias de las mujeres en la arquitectura mexicana— como en su trabajo proyectual, que reta la concepción típica del cliente como destinatario único y final del proyecto, y amplía el espectro de consideración al entorno y a la diversidad de habitantes que establecen una relación con el medio construido. Como notaremos en las respuestas de Canales, su manera de pensar, hacer y ser una activista del espacio es producto de una búsqueda desde el propio género: “Debemos dejar de hacer la arquitectura que nos enseñaron a hacer hombres como si fuéramos hombres, e inventar la arquitectura que necesitamos”.
Fernanda, ¿cómo entiendes la relación entre tu trabajo proyectual y tu trabajo de investigación teórico-crítico?
Mi trabajo en proyectos de arquitectura y en investigación son una misma cosa. No me imagino hacer propuestas arquitectónicas sin reflexión, sin estudiar precedentes y analizar ideas. Tampoco me imagino escribir sobre edificios y dar clases a futuros arquitectos sin estar diariamente en contacto con los retos de la construcción. No encuentro una distinción entre teoría y práctica. No se puede hacer sin pensar, ni pensar sin hacer. Hay demasiadas cosas valiosas en la historia como para dejarlas en el olvido. Mi trabajo intenta integrar lo que alguien más ya realizó y lo que falta por crear. Busca ser un diálogo para poner a prueba las ideas.
Fotografía: Ana HopFernanda, junto con Alejandro Hernández y Jose Castillo iniciaste hace años un trabajo de investigación acerca de la arquitectura en México en el siglo xx. De esto derivó una publicación titulada 100×100 (Arquine, 2011), que hiciste en coautoría con Alejandro Hernández. En ese horizonte histórico, ¿cuál lees que fue el papel de las mujeres en la arquitectura en México?
El papel de las mujeres en la arquitectura en México se puede contar a partir de las diferencias que existen entre las publicaciones en las cuales me he involucrado. Por ejemplo, en el primer ejercicio que mencionas, dirigido por Jose Castillo y Alejandro Hernández en 2010, no apareció el nombre de ninguna mujer ni en la exhibición ni en el catálogo Mexican Modernisms, dedicado a la arquitectura moderna de México. Un año después, en el libro de 100×100. Arquitectos del Siglo xx en México, que realicé con Alejandro, incluimos a un puñado de arquitectas: tan sólo unas cinco mujeres. En cambio, en mi libro Arquitectura en México 1900-2010 (Arquine, 2013) aparecen ya más de diez mujeres como figuras clave en el siglo xx y más de veinte incluyendo la primera década del xxi
Por otro lado, a partir de dicha publicación, ¿qué deudas históricas encuentras?
Respondo con otro ejemplo: en el libro Vivienda colectiva en México (Editorial GG, 2017), publiqué el trabajo de veinte mujeres, y en la segunda edición, que acaba de publicarse, son ya más de 35. No sólo cada año hay más arquitectas en roles activos y liderando proyectos, sino que cada año somos más capaces de reconocer y encontrar referencias de mujeres que nos precedieron. Estas mujeres que he podido sumar a la lista cambian no sólo nuestra historia, sino el futuro de nuestra profesión. Han pasado ya quince años desde que realicé los primeros intentos por mapear el trabajo de mujeres en la arquitectura de México y, aunque 35 nombres parezcan poco, antes no existían ni los registros básicos para incluir a cinco; así que la tarea ha sido descomunal, aunque todavía no logramos dar voz a todas las que lo merecen.
Siguiendo la pregunta anterior y en relación con tu propio trabajo, ¿cuál crees que es el papel que las mujeres debemos emprender ahora?
Debemos dejar de hacer la arquitectura que nos enseñaron a hacer hombres como si fuéramos hombres, e inventar la arquitectura que necesitamos.
Hablando de tu trabajo personal, ¿de qué manera lo atraviesa la cuestión del género?
Mi trabajo personal refleja mis prioridades como mujer, que son muy distintas no sólo por una cuestión de género, sino de educación, de cultura… Me refiero a prioridades que dan otro sentido a cómo proyectamos y construimos. Los efectos de las construcciones en el territorio y en la vida de las personas representan un punto determinante, que no puede desvincularse de las ideas iniciales de cualquier proyecto.
Es decir, la arquitectura no sólo debe responder al cliente, que fue lo que a mi me enseñaron siempre, sino también a quienes habitarán esos espacios, a quienes estarán a cargo de construirlos y de limpiarlos, y a quienes quedan fuera, del otro lado de los muros. Hasta ahora, la arquitectura ha sido sinónimo de exclusión y destrucción; para cambiar esto, debemos modificar las bases del aprendizaje que tuvimos, que incluía ideas parciales, proyectos pensados hacia adentro, intervenciones que sólo consideraban lo que pasaba en una determinada época y no en las consecuencias que ahora sabemos que nuestras acciones tienen en el planeta y en la construcción de la sociedad.
Finalmente, ¿qué libros acerca de arquitectas y diseñadoras consideras que son básicos para revalorar su papel, un must?
Por suerte, hay cada vez más y son más accesibles. Por ejemplo, la traducción del libro de Dolores Hayden, La gran revolución doméstica (Puente Editores, 2023) cuenta el trabajo de las primeras mujeres que se involucraron activamente en la arquitectura doméstica a finales del siglo xix y principios del xx. Este libro es una joya, así como las publicaciones de Zaida Muxí y Carmen Espegel, y los libros Ciudad feminista (Ediciones Godot, 2022), de Leslie Kern, y La ciudad de los cuidados (Catarata, 2021), de Izaskun Chinchilla. En cinco libros de estas autoras están las claves de lo que tiene que cambiar para hacer posible un mejor futuro.+
Fotografía: Rafael Gamoen las
sombras
Arquitectas anónimas que hacen ciudad
Siglo XIX – inicios del XX
(Arquitectura por no arquitectas diplomadas: la revolución doméstica)
Charles Sanders Peirce – Melusina Fay Peirce
Frank Gilbreth – Lillian Moller-Gilbreth
ALTA modernidad de la arquitectura
BAUHAUS
Mies van der Rohe - Lilly Reich
László Moholy-Nagy – Lucia Moholy (Schulz de nacimiento)
Joseph Albers - Anni Albers
Charles Eames – Ray Alexandra Kaiser Eames
Para ahondar en el tema te recomendamos estos libros Mujeres, casas y ciudades Zaida Muxí Martínez La gran revolución doméstica Dolores HaydenFrank Lloyd Wright – Marion Mahony Griffin
Le Corbusier - Charlotte Perriand
En el discurso, Walter Gropius, director de la Bauhaus, alguna vez afirmó: “No hay diferencia entre el sexo bello y el fuerte. Igualdad absoluta, pero también deberes absolutamente iguales”. No obstante, al mismo tiempo, Gropius se encargó de alimentar un prejuicio que hasta hace poco fue cuestionado: que las mujeres piensan, predominantemente, en dos dimensiones y, por lo tanto, no pueden desarrollar algunos tipos de arte. Las alumnas de la Bauhaus padecieron este estigma. En lugar de acceder a los talleres que querían, bajo el pretexto del determinismo genético, se les animaba a practicar arte textil o cerámica, actividades consideradas femeninas. Ésta es una muestra más de cómo algunos argumentos erróneos se escudaron en la ciencia de la época para sostener paradigmas discriminatorios.
Tardomodernidad
Alvar Aalto - Aino Maria Marsio-Aalto
Louis Kahn - Anne Tyng
Posmodernidad
Robert Venturi - Denise Scott Brown
Rem Koolhas - Zaha Hadid
“Sí, soy feminista porque veo a todas las mujeres inteligentes, talentosas y duras. Creo en la habilidad femenina y en el poder y la independencia femenina. No solía gustarme que me denominaran como mujer arquitecta. Lo importante es que soy arquitecta, el ser mujer es una información secundaria. Pero quizá eso haya ayudado a otra mujeres, inspirando a que escojan una profesión y hacer algo al respecto, especialmente en un campo considerado no apto para mujeres”.
Zaha Hadid para Interview Rusia, octubre 2012.
México contemporáneo: lucha de las mujeres arquitectas estudiantes anónimas
Carlos Lazo (símbolo patriarcal) - Estefanía Chávez Barragán (símbolo de Mujeres Organizadas de la Facultad de Arquitectura unam)
Mario Pani - María Stella Flores Barroeta
Idea original: Yara Vidal | Aura R. Cruz Aburto Diseño e ilustración: Rodrigo Rojas
Liliana Blum
Mis mujeres son unas cabroncitas”
Confieso que casi soy un ermitaño. El encierro y la soledad acompañada me sientan muy bien. Sin embargo, la aparición de un nuevo libro abre las puertas y llena la pantalla para reanudar las conversaciones. La frase “hace un libro que no nos vemos” me permite continuar con las palabras que se quedaron pendientes. La publicación de Un descuido cósmico (Tusquets, 2023), de Liliana Blum, fue el pretexto para encontrarnos a pesar de las distancias. Entre Durango y mi casa hay demasiados kilómetros. No nos habíamos visto desde Cara de liebre (Seix Barral, 2020) y, ahora, al leer la transcripción de la entrevista que tuvimos, decido anularme. ¿Qué caso tiene interrumpirla y volverla tropezosa?
1. A fuerza de imaginar y escribir, descubrí que mi mente es casi oscura. La mayoría de mis libros anteriores podrían ser un ejemplo de esto; sin embargo, en algunos de los cuentos de Un descuido cósmico decidí divertirme. Desde que comencé a escribirlos, me moría de risa por las maldades que les hacía a mis personajes y, además, me di el lujo de lograr la justicia poética. A veces tomo personajes de mi realidad o de mi pasado y los meto en cuentos; por eso he matado a algunas personas. Creo que se lo merecían. El Camarón, por ejemplo, fue mi maestro en la secundaria y por sus manos pasamos cientos de niñas. Él era un depredador, un pederasta que actuaba de manera impune. A nosotras no nos pasaba por la cabeza la posibilidad de quejarnos con nuestros padres ni con las monjas ni con nadie. Cuando estaba trabajando en este libro, pensé en ese fulano y decidí que debía pagar por sus acosos y sus abusos.
A golpe de vista, podría pensarse que las mujeres que pueblan mis cuentos son más o menos ingenuas; pero se trata de una apariencia. En realidad, son unas cabroncitas. Cuando dicen “hasta aquí”, sus acciones marcan un final brutal, terminante, absolutamente bárbaro. De alguna manera, todas son víctimas, pero ellas no se asumen como tal ni se la pasan gimoteando por los rincones. Llegan a un nivel de hartazgo en el que deciden hacer algo y asumir una especie de rebeldía, una actitud de justicia por la propia mano.
Mi vampira —tan sólo por adentrarme en uno de los personajes de Un descuido cósmico— no se parece a las que casi siempre se muestran. El cine, las series y una parte de la literatura crearon una imagen muy sexualizada de estos seres. Ellas representan un objeto sexual y, en más de un caso, como mujeres, son muy pasivas. Rebelarse contra esto resulta muy importante para mis personajes femeninos: ellas no se someten a los estándares de belleza ni de juventud. Tampoco son pasivas: toman cartas en el asunto y se juegan la vida.
En Un descuido cósmico también asumí un nuevo riesgo: ilustré mis cuentos, como sucede con el hotel que está en Durango, escenario de uno de ellos. Ése es un lugar muy bonito para ir a desayunar, aunque no tiene un sótano siniestro, y en él tampoco trabajan un barman ni una vampira como los que aparecen en mi relato.
2. Mis maldades literarias son reales; sin embargo, yo nací con una personalidad muy introvertida y sigo siendo tímida. Seguramente en esta característica se revela una parte de mi historia: mi padre fue muy violento en términos físicos y psicológicos. Y yo, como es de suponerse, apenas era como un animalito bastante asustadizo. Para terminar de complicar las cosas, por su trabajo, nos mudábamos de una manera casi incesante. Vivíamos un tiempo aquí y pronto nos cambiábamos para allá. Por eso, cuando apenas tenía una amiguita en Aguascalientes, ya estábamos empacando para irnos a otro lado.
Yo era muy solitaria. Entonces, descubrí el refugio de los libros, aunque debo reconocer que no era una gran lectora. Tal vez esto se debía a que, de niña, los libros infantiles casi olían a rancio y aún no se creaban las maravillas que hoy existen. Yo leía y, al mismo tiempo, jugaba con mis animales de peluche. Nunca fui de muñecas, eso de la Barbie jamás me interesó. Los animales de peluche eran
lo mío y con ellos creaba historias muy dramáticas: puras lágrimas que duraban días y días. Les daba continuidad. Cuando me asomo al pasado, veo que desde siempre entendí el mundo a través de las historias, y sus sufrimientos no se acababan. También tuve una buena abuela, que me contaba cuentos: yo creía que eran de hadas, pero en realidad se trataba de historias que nadie más sabía y, más adelante, me di cuenta de que ella las creaba sobre la marcha. Viví rodeada por los cuentos de mi abuela, por mis historias protagonizadas por peluches y por libros que me encontraba en casa del otro abuelo. Corte. Cuando salí de la preparatoria, había escrito mis primeros cuentos, y cuando decía que quería dedicarme escribir, mi familia sólo me contestaba: “No, te vas a morir de hambre”. El caso es que se equivocaron y aquí sigo.
3. Estudié la prepa becada en el Tec de Monterrey y ahí entré a mi primer concurso literario. Gracias a esto, conocí a Alberto Chimal: él se ganó el primer premio. Después me tocó uno chiquito en un certamen que organizaba Plaza & Janés. En esos días, esta editorial publicaba unos libritos chiquititos que se vendían en el metro y costaban tres pesos. Era un concurso para jóvenes y el premio eran dos millones de pesos. Viejos pesos. Algo así como dos mil pesos de ahora. Mi cuento se publicó en uno de esos libritos junto con uno de Horacio de Quiroga y otro de José de la Colina. Dos compañeros que opacan a cualquiera.
Como quería escribir, estudié literatura comparada. Estaba convencida de que la universidad me soltaría la pluma; sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta de que la academia no era para mí. Sentía me coartaba la creatividad y decidí que me guiaran los libros. Los libros fueron mis primeros maestros, y publiqué mi primera antología de cuentos en 2003; se llamaba La maldición de Eva (Voces de Barlovento, 2002).
Al año siguiente, me dieron la beca del Fonca, la de Jóvenes Creadores. Me acuerdo de mis compañeros: Carlos Velázquez, Daniel Espartaco, Antonio Ramos y Ernesto Murguía, que ahora escribe guiones. A mí me fue muy mal en esa en esa camada. Todos decían “Liliana hace puras cosas de señoras”, porque mis personajes eran mujeres en situaciones domésticas. En ese entonces, estaba casada. Era una mamá joven y, como todos mis compañeros hacían cosas del Norte o sobre las drogas y los dealers, desentonaba de a de veras.
Me ponían unas aporreadas de perro bailarín, no sólo en los en los talleres, el mismo tutor me llegó a decir “Liliana, esto no es para ti, mejor dedícate a tus hijitos”. Realmente estuve a punto de tirar la toalla, pero en ese entonces descubrí —muy tardíamente— a Rosario Castellanos y su Álbum de familia, en el que todos los textos están habitados por mujeres como las mías, como las que estaba creando en ese momento. Ella me ayudó a no claudicar. Y entonces me dije “Ok, no les gustará lo que hago porque es muy distinto de lo ellos que hacen, pero aquí está Rosario: ella hace algo parecido y allá voy”.
A pesar del tiempo que ha pasado, todavía me parecen aburridas algunas de las modas. La autoficción se me hace aburridísima. Yo no podría escribir algo como eso, al menos con mi vida. Me interesa crear estas historias raras, explorar y experimentar. Creo que es una manera de conocerme y de entender el mundo. No puedo imaginar mi vida haciendo otra cosa que no sea leer, escribir y dar clases, porque eso también me gusta mucho.
Mi escritura no es como un pulpo, se parece más a una película de terror: La mancha voraz. Se va comiendo todo y se vuelve más grande: todo lo que leo, lo que veo y lo que vivo se transforma en parte de mi patrimonio. A veces, en mis libros he hablado de cosas muy personales, como lo del profesor que se convirtió en el Camarón. Y lo mismo sucede con El extraño caso de Lenny Goleman (Planeta, 2022), mi novela juvenil, que abre con un suicidio, un asunto que me toca en la piel: de adolescente, intenté suicidarme dos veces. Una no puede escribir y al mismo tiempo guardar sus secretos o tratar de mantener una fachada. Cuando una escribe, se desnuda.+
Sororidad contra el racismo:
Marie Benedict y VictoriaChristopherMurray
The personal librarian, el primer libro que escribieron juntas, sorprendió a mucha gente porque es una novela realmente apasionante, tanto como la Biblioteca Pierpont Morgan (actualmente The Morgan Library & Museum), que es un espacio sumamente relevante en el libro. Cuéntennos, ¿cómo comenzaron a construir esta historia?
Marie: Sabes lo hermosa que es esa biblioteca, ¿verdad? Por sus colores carmesí y oro, por el hecho de que está en Nueva York y de que perteneció a un famoso industrial y financiero estadounidense, J. P. Morgan. Cuando me dedicaba a la abogacía, actividad que no me encantaba, buscaba la manera de escabullirme a espacios culturales, y uno de mis preferidos era la biblioteca Morgan. Un día que estaba ahí, el guía del lugar mencionó que el bello recinto albergaba una de las mejores colecciones del mundo de manuscritos raros e invaluables, producto del trabajo de una mujer llamada Belle da Costa Greene, y eso me pareció notable, porque ocurrió a principios de 1900, cuando las mujeres en Estados Unidos no tenían derecho a votar. Pero Belle dirigió por varias décadas esa institución y, además, se convirtió en una de las personas más poderosas del mundo del arte.
Una historia como la de Belle da Costa Greene, una de las mujeres más influyentes en el mundo del arte, tenía que ser contada con la vehemencia y el cuidado que Marie Benedict y Victoria Christopher Murray colocaron en su libro The Personal Librarian (Berkley Books, 2021), una novela que narra cómo Belle se convirtió en la primera directora de uno de los espacios culturales más emblemáticos de Estados Unidos. Esta historia aviva el amor por los libros y por los encuentros con objetos artísticos únicos. El camino de Belle es sorprendente y, por supuesto, merecía una emocionante novela. En Lee+ nos reunimos con este dúo de escritoras y entrañables amigas para conversar acerca del trabajo que hacen juntas y esto es un poco de lo que nos contaron.
tomé mi tiempo para leer la propuesta, que aparentemente se enfocaba en J. P. Morgan, hasta que llegué al final, en el que hablaba de Belle, y me interesé en la historia de esta mujer extraordinaria, que mantuvo en secreto su identidad negra.
¿Cómo fue trabajar juntas para construir esta historia? Que, además, estuvo atravesada por la pandemia.
En el momento de ese hallazgo, yo empezaba a escribir libros sobre mujeres desconocidas para la historia que dejaron un legado importante. Entonces, Belle da Costa Greene se mantuvo en mi radar durante mucho tiempo y, conforme pasaron los años, fuimos aprendiendo más de ella y supimos con certeza que ella llevaba una vida doble, pues ésta era la única alternativa para triunfar en una época en la que en Estados Unidos predominaban la segregación y el racismo.
Y es que Belle era una mujer negra de una familia ilustre que tuvo que pasar por blanca, explica Marie, asombrada por el sacrificio de la bibliotecaria, “fue en ese momento en el que supe que para contar su historia necesitaba una pareja”. Benedict está consciente de que, en tanto escritora de ficción, puede imaginar muchas cosas, excepto cómo ser una mujer negra en Estados Unidos, ni en el siglo xx ni en éste. Por azares de la vida, entonces leía Stand Your Ground: a Novel, de Victoria, y se preguntó si ella aceptaría ser su compañera.
Victoria: Y sucedió que, gracias a nuestros agentes, recibí la propuesta de que escribiéramos este libro juntas, lo cual me pareció extraño, porque yo nunca había escrito ficción histórica, a pesar de que me gusta leerla. Al principio pensé que se trataba de una equivocación, y me pregunté si Marie había visto alguna foto mía, si sabía que se había acercado a una escritora afrodescendiente, porque no podía concebir que una autora blanca quisiera trabajar conmigo. Me
Marie: Tuvimos la suerte de habernos reunido en persona varias veces, visitar la biblioteca y entrevistarnos con nuestro editor antes de que comenzara la pandemia. De hecho, entregamos nuestro primer borrador del libro antes de enero, justo antes del covid. Después comenzamos a trabajar vía Zoom casi todos los días…
Victoria: Empezamos a editar al comienzo de la pandemia y, para entonces, ya nos habíamos vuelto buenas amigas gracias a la escritura del primer borrador, pero el verdadero trabajo inició al momento de editar.
Aunque se enfrentaron a un reto mayor. En algún lado leí que Belle quemó sus documentos personales, ¿cómo le hicieron para completar los espacios vacíos que se produjeron debido a ese borrado?
Marie: Como dices, hasta donde sabemos, Belle quemó sus documentos y les pidió a quienes la conocían que quemaran la correspondencia que habían mantenido con ella; sin embargo, en la biblioteca Morgan se conserva una gran cantidad de cartas profesionales y, aunque tuvimos acceso a ellas, seguíamos interesadas por su vida privada. Afortunadamente, nos enteramos de que había un grupo de cartas que Belle se había enviado con Bernard Berenson, un reconocido historiador del arte con quien nuestra protagonista tuvo una relación… especial. No pudimos leerlas porque, en ese entonces, todavía no estaban digitalizadas. Sin embargo, Heidi Ardizzone, quien realizó una asombrosa biografía sobre Belle, sí pudo leerlas y, gracias a su libro, pudimos enterarnos de su contenido.
A pesar de que el siglo pasado nos legó figuras como Belle da Costa Green, en pleno siglo xxi ser mujer parece todavía un problema.
Victoria: Pienso que, aunque algunas cosas sí han cambiado, hay otras que permanecen igual, como los problemas con el género y la raza.
Marie: Profesionalmente, tanto Victoria como yo estuvimos inmersas en espacios en los que predominaban los hombres. Ella tuvo una exitosa carrera en los negocios y yo me desempeñé como abogada. Pero hace un siglo, Belle también era una mujer que se iba abriendo paso en el mundo de las subastas de alto perfil, un ámbito masculino. Ella era la única que de verdad luchaba contra todos esos hombres por conseguir los objetos más preciosos para la biblioteca.
Sin embargo, otra narrativa podría cambiar estas circunstancias…
Victoria: Nos hemos dado cuenta de que ésa es una de las cosas que Marie y yo tratamos de hacer. Cuando empezamos a construir la novela acerca de esta maravillosa mujer, sólo queríamos contar su vida; no prestamos mucha atención a la importancia de que nosotras dos nos uniéramos para narrar esta historia ni al impacto que podría tener en los lectores. Pero, a raíz del trabajo en nuestro libro más reciente, me pregunto qué más somos capaces de enseñar y exponer, y qué tanto podemos ayudar a la gente a recordar.
Platíquennos un poco de su segunda novela, The First Ladies.
Marie: Se trata de la extraordinaria amistad entre la exprimera dama de Estados Unidos, Eleanor Roosevelt, y una mujer hasta ahora casi desconocida, pero esperamos que deje de serlo: Mary McLeod Bethune, una de las personas negras más influyentes en Estados Unidos, sobre todo en lo referente a la educación y la igualdad. Estas dos mujeres se convirtieron en mejores amigas y trabajaron juntas para sentar las bases del movimiento por los derechos civiles durante el periodo de segregación y de racismo extremo. Sin embargo, esto no resulta muy conocido en nuestro país. Nadie había escrito sobre este tema antes.
Uno de los motivos que llevó a Marie y a Victoria a contar la historia de Eleanor y Mary fue la curiosidad de sus lectores por conocer más acerca de la amistad entre nuestras escritoras. Les intrigaba saber cómo se habían unido para escribir historias como la de Belle.
Marie: Victoria y yo nos propusimos encontrar una pareja histórica que tuviera un legado increíble. Además de que la relación entre Mary y Eleanor se parece a la nuestra.
Victoria: La gente quiere ver más de esto que hacemos juntas. Pensamos que el mundo está polarizado, pero en realidad no. La mayoría queremos unirnos. Al inicio no sabíamos lo que estábamos proyectando y luego comprendimos que las personas están viendo a dos mujeres de colores distintos que se unieron en 2020, en la pandemia y durante el levantamiento racial que ocurría en Estados Unidos luego del asesinato de George Floyd. Marie es mi alma gemela escritural.
Si quieres saber más sobre Belle da Costa Greene o de la amistad entre Eleanor Roosevelt y Mary McLeod Bethune, visita la sucursal de Librerías Gandhi que se encuentre más cerca de ti para adquirir La coleccionista o The First Ladies y recuerda que puedes ver esta entrevista completa en nuestro canal de YouTube.+
El Festival Culturaunam es una gran jornada de propuestas que ofrece un mosaico de lo mejor del quehacer artístico y del pensamiento nacional e internacional. A lo largo de 23 días, que comienzan el 30 de septiembre, se llevarán a cabo 85 actividades marcadas por la multidisciplinariedad, la pluralidad, la diversidad y la inclusión. Éstas mostrarán, una vez más, a la Universidad Nacional Autónoma de México como el espacio por excelencia para la exposición, la reflexión y la discusión de ideas. En ese estado de excepción que son los festivales, encontraremos de todo para todos. Dar cuenta de la totalidad de actividades resulta imposible en una sola conversación; sin embargo, podemos detenernos en algunas de ellas.
La caída de la casa Usher, de Philip Glass, basada en el relato clásico de Edgar Allan Poe y con libreto de Arthur Yorinks, es una ópera de cámara con una poderosísima aplicación de los recursos tradicionales (repeticiones, alternancia y superposición de patrones rítmicos, melódicos y armónicos) para potenciar las sensaciones de terror, así como la ambigüedad entre realidad y alucinación.
En el ámbito del teatro, podríamos destacar Leonora (Oratorio sonámbulo en las tierras de España), un monodrama que comisionamos a Alberto Conejero y que dirige Juan Carrillo. Esta propuesta escénica navega por los seis meses atroces y caóticos (junio de 1940 a enero de 1941) que Carrington pasó en España, e intenta comprender de dónde vienen las figuras y la violencia que la artista expresa en su obra. Mediante fragmentos imprevistos, unidos con la obra de Leonora, se presenta un universo tan lleno de luz como de sombras, tan asombroso como íntimo.
Además, tendremos encuentros de gran calado, como las “Conversaciones transatlánticas”, que protagonizarán Irene Vallejo, Cristina Rivera Garza y Brenda Navarro. En este conversatorio, ellas se enfrentarán a la tendencia de hablar sobre la literatura escrita por mujeres desde la pertenencia al género, a la época, a la moda, a las generaciones: una serie de perspectivas que nos distraen de la literatura misma. Por esta razón, el diálogo transcurrirá sobre otros temas: sus propuestas literarias, su trabajo con el lenguaje, la poética de sus obras y los desafíos a los que se enfrentan para complejizar su escritura frente a la necesidad de simpleza que parece exigir el mercado editorial por el hecho de ser mujeres. A este diálogo se suma uno más, protagonizado por Jorge Volpi.
Otro ámbito del Festival Culturaunam son los homenajes: en este caso, se realizarán dos de gran importancia. El primero está dedicado a Ignacio Solares; en éste se llevarán a cabo una mesa redonda acompañada por lecturas dramatizadas de Delirium tremens y Madero, el otro, así como un conversatorio sobre el impacto de su obra. El segundo homenaje recordará al compositor mexicano Javier Álvarez, e incluye una revisión de su trayectoria y obra, acompañada por una actividad en la que la naturaleza se une al festival: el eclipse de sol que ocurrirá el sábado 14 de octubre. Ese día, no sólo se llevarán a cabo una serie de conferencias y se montará un planetario, también podremos ver el eclipse en las islas de la unam con un gran pícnic, en el que los asistentes escucharán piezas de Javier Álvarez y de la compositora estadounidense Laurie Spiegel.
El vestuario operístico ha sido siempre un elemento crucial de este género multidisciplinario desde su invención a fines del siglo xvi. En ocasiones, contextualiza de inmediato una época; en otras, muestra una reinterpretación temporal del drama, y, en algunas más, apunta hacia un mundo distópico o pleno de simbología. Por esta razón, el festival también contempla una auténtica pasarela de vestuario operístico proveniente de sus propias producciones, así como de la Ópera de Bellas Artes y del Teatro del Bicentenario, de Guanajuato. Este evento estará acompañado por la interpretación en vivo de algunas arias que demostrarán que la ópera se ve y se pone.
Los últimas dos actividades que quisiera destacar son VogueArte, una auténtica batalla de voguing que nos permitirá explorar la identidad de la comunidad ballroom a través de la moda y la danza, y crear un espacio incluyente con el objetivo de celebrar la diversidad y la autenticidad. En esta puesta en escena participarán, entre otras, Diabla Saint Laurent, Annia Ninja, Rosa Fresco Revlon, Marian Pank y Aixa Génesis. Y, para concluir, vale la pena mencionar el concierto que los Aterciopelados darán en la Sala Nezahualcóyotl, donde nos harán partícipes de una gran sorpresa.
Así pues, en el Festival Culturaunam habrá de todo para todos. En esta fiesta, la libertad del pensamiento y la creación se revelan como una gran apuesta a favor de todos.+
Por el gozo y la emoción Una entrevista
aAlejandraAndrade
Carina VallejoLa escritura sorprendió a Alejandra Andrade en 2020, cuando el covid-19 irrumpió en el mundo: “Si no hubiera pasado la pandemia, no sé si ahorita estaríamos aquí”. Ella es autora de Moonstruck, una serie de cinco libros cuyo primer volumen, Luna de medianoche (Planeta), vio la luz este año. al Internacional Cervantino ha llegado! Como cada año, se celebrará en la ciudad de Guanajuato, esta vez, del 13 al 29 de octubre. Mezcla de tradición y modernidad, algunas de las presentaciones de música, danza y teatro que se realizarán cargan no sólo una propuesta estética espectacular, sino un sólido contenido social.
Su primera novela publicada en español (porque las primeras cuatro partes de la saga las escribió en inglés) narra la historia de Billie, una joven de veinte años que, después de haber vivido una temporada en París, se muda a Nueva York, ciudad que representa para ella un nuevo comienzo, nuevos vínculos y nuevas experiencias. Aunque parece que a Billie no le falta nada y que lleva una vida increíble, en realidad se encuentra muy sola y carece de libertad: “En el primer libro, y más en la primera mitad, exploro eso. Sé que es un poco más lenta la historia al principio, pero quería que el lector sintiera esa pesadez de lo que significa ser ella”.
Luna de medianoche es también la historia de una chica consciente de que ha sufrido mucho, y que ya no desea más situaciones que la lastimen. Por eso, mientras construía la historia, Alejandra Andrade consideró que no quería un personaje que se pudiera “chamaquear”, sino uno que sorteara las experiencias difíciles y aprendiera de ellas para lograr sentirse libre, tranquila y feliz, estadios que Billie ignora en un principio, pero que, conforme avanza la novela, va descubriendo.
Aunque toda su vida le ha interesado la expresión creativa, como la pintura o la música, la autora no había explorado la idea de escribir formalmente, me dice durante nuestra conversación, y detalla que antes de 2020, un año plagado de cambios e incertidumbres, ella estaba a punto de arrancar con un proyecto de viajes; no obstante, debido al confinamiento, tuvo que pausarlo. Entonces decidió volcarse a la lectura y “ahí me entró la espinita de contar mi historia, porque a mí lo que más me gusta de leer es sentir”. Las sensaciones resultan fundamentales para ella, tanto al leer como al escribir, y por eso se encargó de que en Luna de medianoche esos elementos no faltaran:
Para mí es importante agarrar al lector y arrastrarlo dentro, meterlo a la historia a través de los olores, por ejemplo, de las descripciones, pero cuidando no resultar tampoco muy exagerada. Al
lector le doy lo suficiente para que pueda imaginar y para que quede un margen en blanco que él pueda completar.
De hecho, cuando publicó el segundo libro en inglés, enviaba los ejemplares con una cajita en la que incluyó una tarjeta perfumada con la fragancia de uno de los personajes: “Quiero que huelan, sientan, vivan todo, que lo escuchen. Quiero que se metan al mundo de Billie porque yo creo que de esa forma se disfruta más la lectura”. Entre las sorpresas que aguardan en el libro se encuentra también la multiculturalidad de los personajes (suecos, israelíes y estadounidenses conviviendo en Nueva York) y la diversidad de los mundos que cada uno habita, lo que provoca a quienes leen la novela “subirse al mismo barco que Billie y a aprender y a vivir cosas nuevas”.
Moonstruck, un mundo en expansión
Luna de medianoche presenta el mundo que iremos descubriendo a lo largo de la saga y que además sirvió a la escritora como pretexto para generar más historias spin off:
Por ejemplo, en el tercer libro se menciona vagamente como Billie va al U. S. Open, esto no es spoiler ni nada, y una chica que se encuentra en ese mismo evento ya tiene su propio libro, que de hecho ya está casi 60% escrito. ¿Por qué? Porque hay mucha tela de donde cortar —contesta Alejandra mientras se ríe—. Yo creo que va a ser interesante.
Lo entrañable de sus personajes, así como sus misterios y la complejidad de sus historias han hecho eco en quienes siguen la obra de Alejandra Andrade, al grado de que sus lectores le han pedido libros sobre alguno en particular, lo cual resulta imposible; sin embargo, la escritora tiene una solución:
Lo que voy a tratar de hacer con los libros es irles mostrando qué va pasando con la vida de los demás personajes, para cerrar las pequeñas líneas que voy abriendo a través de la historia, porque en algún punto nos tenemos que despedir.
La experiencia de lectura no termina cuando el lector llega a la última página. Para Alejandra Andrade, resulta primordial seguir conectando con su comunidad más allá del final de la historia. Si tú lees Luna de medianoche, no dejes de contarle a su autora tu experiencia con el libro. Encuéntrala en Instagram como @alejandra_author.
JÓVENES
EL MUNDO DE SOFÍA (POCKET)
Jostein Gaarder
GRUPO EDITORIAL PATRIA
Poco antes de cumplir los quince años, la joven Sofía recibe una misteriosa carta anónima con las siguientes preguntas: ¿quién eres?, ¿de dónde viene el mundo? Éste es el punto de partida de una apasionada expedición a través de la historia de la filosofía con un enigmático hombre que dedica su vida a pensar en estos temas. A través de este recorrido, Sofía descubre que la verdad es mucho más interesante y más compleja de lo que podría haber imaginado.
REBELIÓN EN LA GRANJA
George Orwell
CASA EDITORIAL BOEK MÉXICO
Aunque Rebelión en la granja fue concebida como una sátira devastadora sobre la degeneración del régimen soviético en la época de Stalin, el carácter universal de su mensaje la convierte en una obra fundamental para comprender la corrupción engendrada por el poder absoluto. Con esta sátira feroz de todos los totalitarismos, Orwell nos regala una apasionada reivindicación de la libertad, que se ha convertido por méritos propios en uno de los grandes clásicos de la literatura del siglo xx
DRÁCULA
Bram Stoker
CASA EDITORIAL BOEK MÉXICO
Ésta es la historia de una bestia sin moral, llena de maldad, que aprovecha su habilidad de seductor sobre todas las mujeres hermosas para después destruirlas. El desarrollo de esta gran novela empieza cuando Jonathan Harker viaja al castillo de Drácula para resolver cuestiones de sus propiedades; pero, al llegar e iniciar su relación con el conde, se da cuenta tardíamente de la maldad de este personaje, que no conoce el amor ni la compasión y sólo vive para satisfacer sus necesidades sanguinarias.
DEMIAN
Hermann HesseCASA EDITORIAL BOEK MÉXICO
Emil Sinclair es un muchacho que vive cómodamente con sus padres sin que nada le falte, sobre todo la confianza y el amor familiar. Cuando empieza a conocer el mundo exterior y a experimentar nuevas sensaciones, vive por primera vez problemas y consecuencias. Más tarde, conoce a un niño, Max Demian, quien se convierte en su consejero y mejor amigo, aunque llega el momento en que deben separarse. Esta novela narra la importancia de los cambios en la niñez y la adolescencia, así como la búsqueda de la propia personalidad y el destino individual.
CARTA AL PADRE
Franz Kafka
CASA EDITORIAL BOEK MÉXICO
La carta que Franz Kafka escribió a su padre y nunca fue enviada. La escribió de un tirón entre el 4 y el 20 de noviembre de 1919, y está dirigida a Hermann Kafka, comerciante judío en la ciudad de Praga. Se trata de un memorial de la relación que había mantenido con su padre desde su nacimiento: un documento literario y autobiográfico de excepcional valor, que sirve para entender los arcanos de la vida afectiva del escritor, su peculiar visión del mundo y el modo en que la plasmó en sus textos.
GATLÁNTIDA
Anna Starobinets
DOLMEN EDITORIAL
NO FICCIÓN
ÁLGEBRA
Aurelio Baldor
GRUPO EDITORIAL PATRIA
La cuarta edición de la obra más importante en la enseñanza del álgebra en español incluye un nuevo apéndice que explica paso a paso cómo realizar cálculos para la resolución de problemas apoyándose en la calculadora científica. Este libro, un clásico desde hace muchas generaciones, contiene 6 523 ejercicios y problemas de álgebra actualizados y acordes con la vida moderna, con sus respuestas al final de la obra. Se integran también códigos qr que brindan acceso al canal de YouTube para revisar 132 videos con ejercicios algebraicos.
CAZADORES DE MICROBIOS
Paul de Kruif
CASA EDITORIAL BOEK MÉXICO
Una historia más pertinente que nunca sobre los microbios, las bacterias y cómo la enfermedad afecta nuestra vida cotidiana y a la prosperidad de nuestras sociedades. Este fascinante libro describe la vida y obra de un grupo de hombres de siglos pasados que sentaron las bases para conocer y comprender el mundo de los seres vivos más pequeños de la Tierra y nuestra relación con ellos.
DIÁLOGOS DE PLATÓN
Platón
CASA EDITORIAL BOEK MÉXICO
Los cuatro diálogos reunidos en esta obra abordan temas esenciales a la condición humana, como el amor, la justicia, el arte, así como la influencia de Sócrates sobre el pensamiento de Platón. Se trata de un acercamiento puntual a la obra del célebre filósofo, distinguido por haber sido el principal discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, con quienes conforma el cuadro de los tres principales filósofos de la antigua Grecia.
PRIMER CURSO DE CONTABILIDAD
Elías Lara Flores
Leticia Lara Ramírez TRILLAS
Los cursos de contabilidad del profesor Lara Flores, completamente actualizados, abordan los temas que conforman los programas de estudio de las principales escuelas y facultades que imparten contabilidad básica, intermedia y avanzada. El desarrollo gradual de los temas tratados y su explicación amplia, clara y precisa, así como la abundante serie de problemas resueltos, conducen a una entera comprensión de la materia.
DÉJALOS IR CON AMOR. LA ACEPTACIÓN DEL DUELO
Nancy O’Connor
TRILLAS
La muerte de un ser querido es siempre un evento doloroso. Ante ello, cada persona debe ser consciente de sus emociones, no evitar el dolor, sino elaborar su propio proceso de duelo, lo que le permitirá trascender la pérdida y aceptar el cambio que ésta genera y que afectará las relaciones con su familia y amigos. Este libro fue escrito para ayudar a las personas a reconocer y manejar sus emociones; enseñarles a despedirse de sus seres queridos y conducirlos a la etapa de retomar su vida.
SIGUIENTE FASE. 10+1
DESAFÍOS SOBRE LA HISTORIA DEL VIDEOJUEGO
Jesús Relinque
DOLMEN EDITORIAL
PAQUETE KIERA CASS
Kiera Cass
ROCA EDITORIAL
STARS WARS. LA CREACIÓN DE LA TRILOGÍA ORIGINAL
Francisco Javier Martínez García
DOLMEN EDITORIAL
TRES MESES
Joana Marcús
MONTENA
ELECTRÓNICOS ARTE Y RECREACIÓN
UNA BALLENA ES UN PAÍS
Isabel Zapata ALMADÍA
En esta colección de poemas, Isabel Zapata avanza por el camino de una ética de la consideración: la capacidad de tomar en cuenta la experiencia del otro y actuar conforme a ella. Se trata de un libro de consideraciones animales: cetáceos, felinos, rinocerontes, mascotas y bestias extintas. La semilla de un nuevo humanismo heterodoxo, un humanismo que, en el reconocimiento de nuestra condición animal, nos hermana con las bestias y vegetales que nuestra voracidad está arrasando.
TERAPIA PARA LLEVAR
Ana Pérez, Nací Dramática MONTENA
La salud mental no cae del cielo. ¿Estás desconectado de ti mismo? ¿Sientes que te pasa algo, pero no sabes qué es? ¿La opinión de los demás te condiciona demasiado? Descubre cien herramientas prácticas y fáciles de aplicar que mejorarán tu día a día. Escúchate, entiende tus emociones y, sobre todo, actúa para mejorarlas. Te ha costado años conocer a las personas de tu alrededor. Conocerte a ti también te llevará tiempo....
TECNOLOGÍA VERSUS HUMANIDAD: EL FUTURO CHOQUE
ENTRE HOMBRE Y MÁQUINA
Gerd Leonhard
Gerd Leonhard es una nueva especie de futurista, conocedor tanto de las humanidades como de la tecnología. Éste es hasta ahora su libro más provocador, en el que explora los cambios exponenciales que abruman nuestras sociedades, al tiempo que ofrece ricas reflexiones y una profunda sabiduría para los líderes de negocios, los profesionales y todo aquel que tenga decisiones que tomar en esta nueva era.
DEJA DE SER TÚ
Joe Dispenza URANO
A diferencia de otros autores que se pierden en libros demasiado teóricos, Joe Dispenza es capaz de explicar los procesos mentales y cómo incidir en ellos de forma clara, fresca e inspiradora, a partir de los últimos avances en neurociencia, biología y genética. El resultado es un método práctico de trasformación para crear prosperidad y riqueza, pero también un viaje prodigioso a un nuevo estado de conciencia.
CARE TO DARE
George Kohlrieser, Susan Goldsworthy, Duncan Coombe
WILEY
A partir de extensas entrevistas con ejecutivos de todo el mundo, así como de encuestas a más de mil ejecutivos, este libro muestra cómo convertirse en un líder de base segura para liberar a sus seguidores de los miedos que se interponen en su desempeño. Esto puede generar un potencial asombroso basado en la confianza, inspirar grandes cambios y lograr un alto rendimiento sostenible.
JUGUEMOS A LEER. CUADERNO DE EJERCICIOS Y LIBRO DE LECTURA
Rosario Ahumada TRILLAS
MI LIBRO MÁGICO
Carmen Espinosa
Elenes de Álvares
GRUPO EDITORIAL ONCESETENTA
EL NIÑO
QUE TOCÓ LAS ESTRELLAS
José Hernández Moreno, Mónica Rojas Rubín GRUPO EDITORIAL PATRIA
EL FRAUDE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO
Avelina Lésper
MADRE EDITORIAL
No me arrepiento de haberla roto. En este libro rompo mucho más. Cuando accidentalmente rompí una obra en una feria de arte en Ciudad de México, dije que “la obra se deshizo como si supiera lo que pensaba de ella”. Es verdad, ese objeto no era arte. Es momento de que todos rompamos con el arte contemporáneo vip: video, instalación, performance, un falso arte sostenido en la mediocridad, la especulación económica y el enchufismo. Aquí expongo mis argumentos para afirmar que esas obras no son arte.
ANIMALARIO SELECTO: COLECCIÓN ILUSTRADA DE ANIMALES
Lucrecia Pérsico
EDITORIAL LIBSA
Escoger qué animales incluir en un libro y cuáles descartar es una tarea ardua. Para la selección de animales de este volumen, se ha tenido en cuenta como premisa inicial la idea de abarcar todo el reino animal y la inclusión de especies variadas que nos ofrezcan una visión completa de este amplio mundo. En cada uno de ellos se ha incluido su nombre científico, su nombre común, una hermosa ilustración, una ficha con sus datos taxonómicos, su distribución y hábitat, sus características físicas y una curiosidad destacable.
AJEDREZ, ATAQUE Y DEFENSA
Jesús Isarrarás Gutiérrez
TRILLAS
Este libro constituye un curso básico de ajedrez para niños y jóvenes. Está diseñado con fundamento en los aspectos esenciales de la teoría del juego-ciencia, para quienes se inician en su aprendizaje o para aquellos que ya lo saben jugar y desean elevar su nivel ajedrecístico de manera sistemática. Los múltiples ejercicios tienen como fin que el estudiante ponga en práctica lo aprendido desde las primeras lecciones.
ARQUITECTURA DE PAISAJE
Bruce Sharky TRILLAS
¿Qué es la arquitectura del paisaje? ¿Se trata de jardinería? ¿Es una ciencia o un arte? En este libro, Bruce Sharky realiza una minuciosa exposición de esta disciplina para brindar a quienes son ajenos al tema las bases para su estudio y su práctica profesional. Se discuten las diversas aristas de la arquitectura del paisaje, con especial énfasis en las contribuciones más significativas que los expertos han hecho en todo el mundo.
FLORES
Jess Volinski TRILLAS
En este libro encontrarás diseños superlindos con patrones de flores, que únicamente están esperando ser coloreados. También he incluido divertidas paletas de colores para ayudarte a comenzar en tu aventura de coloreado.
ARCOÍRIS DE LETRAS
Gabriela Almada
TRILLAS
MI LIBRO MÁGICO. HABILIDADES GRÁFICAS CURSIVA
Gabriel Gerardo Álvarez Espinosa GRUPO EDITORIAL ONCESETENTA
Ruth Ozeki
Ganadora del
Una celebración del poder de los libros y la lectura que aborda las grandes cuestiones de la vida.