magellan De viajero a viajero
Año 2 - Febrero 2016
PARÍS
SYDNEY
FIN DE AÑO EN LA CAPITAL FRANCESA
O CÓMO PERDERSE EN SU GRAN BAHÍA
GRAN CANARIA
TANZANIA NATURALEZA CONJUGADA CON ESPLENDOR
PAPAS, MOJO PICÓN, SUBMARINOS Y ROCK’N’ROLL
IRÁN
LOS VESTIGIOS SECRETOS DE UN IMPERIO
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magellan De viajero a viajero
magellan De viajero a viajero
Año 2 - Febrero 2016
EDITORIAL PARÍS
Año 2 - Nº14 - Febrero 2016 Publicación de periodicidad mensual
SYDNEY
FIN DE AÑO EN LA CAPITAL FRANCESA
O CÓMO PERDERSE EN SU GRAN BAHÍA
GRAN CANARIA
TANZANIA NATURALEZA CONJUGADA CON ESPLENDOR
PAPAS, MOJO PICÓN, SUBMARINOS Y ROCK’N’ROLL
IRÁN
LOS VESTIGIOS SECRETOS DE UN IMPERIO
Editor Fabrizio Rodilossi fabrizio@edinext.com Redacción Laura Fabregat redaccion@magellanmag.com Marketing y publicidad Rocío Arconada Sergio Permanyer publicidad@magellanmag.com Redes sociales Javier Perez Elizabeth Rickard Gonzalo Paraiso redes@magellanmag.com Han colaborado en este número Eva Puente Maya Carmelo Caballero Abella Josep Prats Fiol Gonzalo Paraíso Yasmina Cruz Jaime del Puerto Laura Lozano Jordi Pueyo Busquets Georgina Rose Willoughby Suscripciones suscripciones@magellanmag.com Contacto Tel. +34 680624660 info@magellanmag.com www.magellanmag.com
‘Magellan’ no se hace responsable de los artículos firmados por los autores. Foto de portada: Irán (Carmelo Caballero Abella)
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La fuerza de los bloggers
E
ste número cuenta con la colaboración de dos blogueros, Eva y Carmelo, que han querido compartir con todos los lectores de la revista un espectacular reportaje sobre Irán. Desde los primeros números de Magellan hemos tenido el gran privilegio de contar con interesantes colaboraciones de blogueros procedentes de diversas partes del mundo, que nos han permitido conocer mucho más acerca de este colectivo de apasionados viajeros que en muchos casos han hecho de los relatos de viaje un medio de vida y cuya fuerza es cada vez más evidente, ya que en el siglo XXI han desplazado a las guías tradicionales, para convertirse en las herramientas de consulta más buscadas entre todos aquellos que están organizando cualquier tipo de ruta o itinerario en algún lugar del mundo. El primero de nuestros blogueros, con el que inauguramos la sección “de bloguero a viajero” fue un gran amigo, y ahora colaborador de Magellan, Javier Perez que nos llevó de su mano a recorrer la maravillosa Patagonia. Tras él vinieron otros autores que han seguido compartiendo sus relatos, sus vivencias y experiencias, y a los que en cierta manera envidiamos porque muchos de ellos han conseguido, con gran esfuerzo y dedicación, algo que para muchos de nosotros sería el más ansiado de los sueños: viajar, viajar y viajar, escribir, compartir y seguir viajando.
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SUMARIO
PARÍS
GRAN CANARIA
IRÁN
TANZANIA
SYDNEY
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06 Noticias Tendencias en la red, fechas destacadas
mejor foto de mi viaje 08 La Visitamos los impresionantes paisajes de
en la agenda internacional y las noticias más curiosas de la actualidad viajera. Además, en nuestro Top 10, os descubrimos cuales son las 10 ciudades más grandes y pobladas del planeta según los diferentes barómetros que existen para medirlas.
los fiordos daneses y la sierra californiana, Normandía y Roma. viaje a Oriente Medio 12 Un País de secretos escondidos, guarda verdaderos tesoros para aquellos atrevidos que se aventuren a descubrirlos.
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SUMARIO
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sinfonía de la naturaleza 28 Tanzania: Nos vamos de safari de la mano de dos
Canaria, jardín ecléctico 58 Gran Fiesta, naturaleza y impresionantes fon-
viajeros tan madrugadores como apasionados de la fauna y la naturaleza del país.
dos marinos. Recorremos las profundidades de la isla en un ‘yellow submarine’.
era una fiesta 46 París Nos comemos las uvas de la manera más
ciudad de la esperanza 66 La Nos perdemos por la bahía de Sidney
original: camino a la Torre Eiffel en una maratoniana visita a la capital francesa.
para descubrir, uno a uno, sus mejores rincones, playas, bares y restaurantes.
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NOTICIAS El año del Mono Rojo de fuego
PIXABAY
Lo notan los empresarios, porque durante dos semanas el mundo de los envios se detiene. Lo notan los ciudadanos chinos, que disfrutan de las más preciadas vacaciones; y lo nota, en general, el mundo entero, ya que el Año Nuevo chino es una de las fiestas más celebradas a nivel global y la más espectacular de las festividades chinas. Este año es el 8 de febrero. Anótalo, seguro que tu ciudad se suma a la fiesta...
RICH MCCOR
Más pueblos bonitos de España
Los paisajes de papel del ‘instagramer’ Rich McCor Es toda una sensación en la red social Instagram, y gracias a su éxito, ha conseguido que hasta Lonley Planet lo esponsorice. ¿Su genialidad? Hacer fotos de los monumentos más icónicos –vease el Big Ben londinense, el Arco del Triunfo en París o La Sirenita de Copenhague– con originales retales de papel que ‘modifican’ los paisajes que retrata de manera muy original. Con el humor como bandera McCor suma ya más de 60.000 seguidores en su cuenta @Paperboyo. Y ya tiene nuevo proyecto en mente. ¿A que esperas para seguirlo?
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Unieron fuerzas hace cuatro años para tratar de promocionar localidades de menos de 15.000 habitantes con un fuerte interés cultural y, a su vez, natural en España. Hoy, el éxito de la Asociación de Los Pueblos más Bonitos de España es todo un hecho que queda ratificado con el anuncio de que la familia crece. A los 35 pueblos que forman parte de la asociación se les suman nueve más: Liérganes (Cantabria), Laguardia (Álava), Zuheros (Córdoba), Ciudad Rodrigo (Salamanca), Sepúlveda (Segovia), Peñalva de Santiago (León), SOS del Rey Católico (Zaragoza), Trujillo (Cáceres) y Torazu (Asturias). ¡Descúbrelos! www.lospueblosmasbonitosdeespana.org
NOTICIAS Marsel van Oosten, ‘Travel Photographer’ del 2015
TOP 10: MEGALÓPOLIS Definidas como áreas de más de 10 millones de habitantes, son colosales laberintos urbanos difíciles de medir: más o menos grandes según el parámetro.
MARSEL VAN OOSTEN/ TPOTY
El holandés Marsel van Oosten fue proclamado ganador del Travel Photographer of the Year 2015, un concurso organizado por fotógrafos para reconocer a otros colegas, ya sean profesionales o amateurs, la genialidad de sus trabajos. Van Oosten se hizo con el galardón entre concursantes de 110 países de todo el mundo con una fotografía que muestra un kayac entre cipreses gigantes en la Cuenca de Atchafalaya, en Louisiana, uno de los humedales más grandes de Estados Unidos. www.tpoty.com
La France, con menos regiones Año nuevo vida nueva. Eso es lo que debieron pensar las mentes que han ideado un cambio total de fisonomía para la geografía (administrativa) francesa. Y es que desde el 1 de enero sus 22 regiones se han reducido a 13 con el objetivo –o esperanza– de reducir costes burocráticos. Atención viajeros que regiones his wtóricas como Borgoña o Champagne-Ardenne ahora forman parte de otras más grandes.
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Tokio (Japón). Gana se la mida como se la mida. Lleva años siendo la ciudad más poblada del mundo.
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Nueva Delhi (India). India es de los países más poblados, y su capital, de 27 millones de habitantes, el caos.
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Shanghai (China). La ciudad, que ostenta el puerto más grande del mundo, es la más grande de China.
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México DF (México). Entre las 10 más grandes del mundo durante décadas, es un crisol de contrastes.
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Seúl (Corea del Sur). Histórica ciudad, hoy líder en tecnología, es un centro económico de primer orden.
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Bombai (India). Esta conocida y exótica ciudad india debe su magnitud a su importante puerto.
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Sao Paulo (Brasil). El ‘boom’ que ha vivido el país los últimos años se palpa en la expansión de la ciudad.
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Nueva York (EE UU). Eterno ejemplo de megaciudad hecha a si misma, es sin duda la más icónica.
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Osaka (Japón). Hermana pequeña de Tokio, y a la zaga en lo que a desarrollo y comercio respecta.
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Manila (Filipinas). Rica y muy diversa en población, consta de un área metropolitana de 16 ciudades.
LA MEJOR FOTO DE MI VIAJE
Envíanos tu mejor foto a: fotos@magellanmag.com
Pia Davidsen Barcelona Mariager. El impresionante fiordo de Mariager, en la costa oriental de la península de Jutlandia, en Dinamarca, es, con 35 kilómetros, el más largo del país. Si hay suerte y el tiempo acompaña, las vistas del fiordo y de los barcos que en él dormitan son espectaculares.
Jordi Puiggali Barcelona Mont Saint-Michel. Situado en la región de Normandía, este particular monte y su abadía son conocidos alrededor del mundo gracias a la particularidad de su ubicación: al estar construido en una isla mareal, los accesos al pueblo se inundan al subir la marea.
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LA MEJOR FOTO DE MI VIAJE
Envíanos tu mejor foto a: fotos@magellanmag.com
Yolanda Rossi Valencia Roma. Después de 17 meses de obras de restauración, el agua ha vuelto a la Fontana de Trevi, la fuente más famosa de Roma y una de las más bellas del mundo. Finalmente fue la firma romana de moda Fendi la que se hizo cargo de los costes de la restauración.
Jordi Matamoros Barcelona California. La imponente Sierra Nevada californiana, situada al este del Estado, es perfecta para aventureros y deportistas: cuenta con varias estaciones de esquí y el magnífico Parque Nacional de Yosemite un lugar ideal para adeptos a la escalada y al senderismo.
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APPS DE VIAJES
CampingES
Tripline
Esta guía ‘alternativa’ de campings incluye unos 1.100 campings españoles (el 95% de los campings del país) con sus datos, tarifas y servicios. La app ofrece una búsqueda por cercanía, provincia o localidad además de un resumen de las ofertas de última hora y relatos sobre viajes. El usuario puede además visualizar fotografías, ver descripciones y costes, así como acceder directamente a la ficha del camping, su web o formulario de reserva.
Tripline es un app gratuita que permite crear una línea del tiempo de los viajes utilizando herramientas como Google Maps, Tripit, Facebook o Instagram. Permite diseñar itinerarios con eventos marcados y generar un mapa interactivo de las rutas realizadas y compartirlo las redes sociales. A cada evento se le pueden añadir texto, enlaces y también imágenes. Si te pierdes rápido, es la opción perfecta para ver el recorrido de un viaje.
NextFlight
Evernote
¿Has perdido un vuelo alguna vez? Entonces verás clara la utilidad de esta app. Pensada para aquellos usuarios que se encuentran en tal apuro, la app les permite saber cuando habrá otro vuelo disponible para el mismo destino, con información actualizada de ese mismo día y los dos siguientes. Además la app busca hoteles, taxis, alquiler de coches y parkings disponibles al llegar a tu destino.
¿Perdido organizando tu viaje? Evernote es lo que necesitas. Esta app de notas te puede ayudar a planificar y organizar cada momento de tu viaje, crear tu itinerario, reunir información y reunir todos tus itinerarios, confirmaciones de vuelos, reservas de hotel y documentos de viaje en un solo lugar. Y lo mejor: todos tus documentos estarán disponibles cuando los necesites, incluso sin conexión.
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Hello viajeros!
ANDORRA BARCELONA Cテ,ERES OVIEDO VALENCIA
atiramhotels.com 11
VI AJ ER O A BL OG UE RO
DE
Un viaje a Oriente Medio
Siguiendo la legendaria Ruta de la Seda, descubrimos la sorprendente y singular belleza de Irán, entre el tráfico frenético y los vestigios persas TEXTO EVA PUENTE MAYA FOTOS CARMELO CABALLERO ABELLA FECHA DEL VIAJE MAYO A JUNIO 2015
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A
ún recuerdo cuando estudiaba historia del arte en el instituto y la imagen de la Puerta de los Reyes de Persépolis me hacía soñar con un país lejano de Oriente Medio. Ese recuerdo se fue convirtiendo en una pasión, que crecía día a día en mi interior, por viajar hasta Irán, la antigua Persia, uno de los imperios más antiguo, poderoso e influyente del mundo. Años más tarde, mientras estudiaba la carrera de Ciencias Políticas, topé con un personaje que acrecentó mi interés y curiosidad por Irán, Zoroastro (conocido en Occidente como Zaratustra). Con él, se sumaba al
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Aran Va Bidgol
interés histórico y artístico, un interés cultural y filosófico hacia la antigua Persia. La visualización de varios reportajes televisivos que versaban sobre el arte y la gastronomía persa atontaron aún más mis sentidos, ¡Ya no podía más! Ver todas aquellas imágenes solo aumentaba mis ganas de coger un avión y plantarme en Irán. Pero, las estrictas imposiciones del gobierno, en aquellos momentos, hacían que mi sueño se aplazara. Además, no conocía a nadie que hubiera viajado a Irán y solo percibía la imagen del país a través de las noticias. El año 2014 supuso el punto de inflexión para toda esta historia de amor con Irán. La realización de un Máster de Periodismo de Viajes me dio la oportunidad de conocer a Yalda, una mujer iraní que viajó hasta España para participar en el máster. Desde el primer momento en que coincidimos tuvimos mucha afinidad. Ella se sentía feliz al conocer a una española tan enamorada de su país y yo, absorbía toda la información que detallaba sobre Irán. Ese mismo año iniciaba, junto a Carmelo, el proyecto de nuestro blog de viajes y entre los propósitos que nos marcamos resurgió el tan anhelado periplo a Irán, aunque en este caso, el proyecto era más ambicioso, ya que nos proponíamos seguir los pasos de la legendaria Ruta de la Seda. La invitación de Yalda para que fuéramos a visitarla, las noticias de pequeñas aperturas y avances en el gobierno y el hecho de conocer a varios amigos viajeros que habían realizado el viaje y volvían maravillados, hicieron que nos lanzáramos por fin a cumplir nuestro sueño.
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DNI DEL BLOGUERO
Nombre: Carmelo
Nombre: Eva
Apellidos: Caballero Abella
Apellidos: Puente Maya
De: Sant Llorenç d’Hortons Barcelona (España) Blog: www.dondevamoseva.com Facebook: facebook.com/DondeVamosEva Twitter: @dondevamoseva Instagram: @dondevamoseva Youtube: DondeVamosEva Google Plus: dónde Vamos Eva? Somos Carmelo y Eva, un catalán y una madrileña embarcados en un proyecto de vida común: los viajes. ‘¿Dónde vamos Eva?’ es nuestro blog, una pequeña despensa que guarda los secretos de aquellos lugares, personas y/o situaciones que nos parecen interesantes para compartir en la mesa de las redes sociales, aderezadas de mil y una historias, sacando la mejor de las vajillas posibles a través de las palabras, de las fotos y de los vídeos.
Teherán, Monumento a la Libertad
La fecha elegida serían los meses de mayo y junio. Viajaríamos durante un mes por todo el país, aunque el azar o más bien los iraníes, nos tenían preparados otros planes. Durante unos meses estuvimos planificando la ruta, tramitando el visado y recopilando información sobre las costumbres, normas de vestir, lugares de interés y transporte. A lo largo del viaje nos alojaríamos en casas de particulares, con los que ya habíamos contactado previamente desde España. Necesitábamos un viaje local, de cercanía a las otros, no estábamos interesados en un viaje turístico sin más.
TEHERÁN, PUERTA DE ENTRADA A LA ANTIGUA PERSIA
En el mes de mayo, llegaba el ansiado día. Tocaba partir hacía Teherán donde nos esperaba Alí, un joven abogado que nos acogió en su casa durante unos días. Lo primero que llama la atención cuando aterrizas en Teherán somos las mujeres. En el avión todas vamos sin velo, con la libertad de nuestros cabellos sueltos, con una forma de vestir occidental. Nada más tocar tierra, el avión se convierte en un improvisado vestuario donde las mujeres realizamos una peculiar transformación. Los pañuelos que llevamos en el cuello se
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elevan a la cabeza, las chaquetas de manga larga cubren nuestros brazos e incluso, alguna se coloca un leggins bajo el vestido para cubrir sus piernas. Todas nos miramos con ojos de complicidad e incluso intercambiamos alguna sonrisa mientras por megafonía, la auxiliar de tripulación nos da la bienvenida a la República Islámica de Irán y recuerda las normas de vestimenta que se exigen tanto para los hombres como para las mujeres. Tras pasar la burocracia del control de aduana y realizar el pertinente cambio de
moneda, tomamos el primero de los taxis que utilizamos, como medio de transporte habitual, a lo largo del viaje por el país. Si llegar hasta Teherán supone una hazaña, viajar en taxi es una de las aventuras más intensas con las que un viajero puede toparse. El trayecto de más de una hora que transcurre desde el aeropuerto hasta la casa de nuestro anfitrión, nos sirve para tomarle el pulso a la conducción iraní, posiblemente, el único peligro real con el que cuenta el país. El resto, ¡son pura ficción!
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que tocan la guitarra e incluso parejas de enamorados que ocultan su amor en algún banco escondido. Toda esta normalidad y cotidianidad nos produce un tremendo impacto, ya que la mayoría de estas actividades están prohibidas. La ciudad de Teherán es sobre todo vibrante, ruidosa, caótica. Provoca a la vez rechazo y atracción. Penetra en tus sentidos y consigue envolverte en su vorágine a las pocas horas de caminar por ella. NIASAR, LA FIESTA DEL AGUA Y LAS FLORES
Cascadas de Niasar
Teherán es la primera de las ciudades que desmonta la imagen predefinida que uno tiene, o que le han contado, de Irán. Una megaciudad, con mayúsculas, donde viven alrededor de 9 millones de personas. Luces de neón, arquitectura vanguardista, modernos parques dotados de todo tipo de equipamientos donde hombres y mujeres practican deporte, se reúnen para charlar y compartir la bebida nacional, el chai (té iraní). Hay jóvenes bailando break-dance al ritmo de una música atronadora, otros
Sin tiempo para asimilar la impresión que nos produce la ciudad de Teherán, continuamos camino hacia el sur dirigidos por un grupo de teheraníes de todas las edades y credos que nos convencen para pasar tres días de fiesta en la localidad de Niasar donde se celebra una antigua tradición relacionada con el agua y las flores. Cargados con tiendas de camping, comida, sacos de dormir y resto de material necesario para acampar, recorremos junto al grupo más de cuatrocientos kilómetros para visitar una serie de localidades de reconocido prestigio turístico para los iranís: Natanz, Noushabad y Niasar. Durante unos días tenemos la suerte de vivir “un puente festivo” en Irán, así como una de las tradiciones más famosas del país, la fiesta del Agua de Flores. Cascadas de agua, tradiciones, cuevas de culto zoroastrianos y centrales nucleares salen a nuestro encuentro en una zona donde el seco calor del desierto empieza a acariciar la piel.
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KASHAN, EL ORIGEN DE LOS REYES MAGOS
Solo cinco días después de llegar a Irán, la despedida de los amigos que hemos hecho en Teherán es triste. Pero el viaje debe continuar. Tras el primero de los desvíos e improvisaciones que hemos tenido, retomamos nuestro plan y llegamos a Kashan, la segunda ciudad poblada más antigua del mundo, donde nos espera Mohammad, nuestro anfitrión durante unos días. Según cuentan algunas leyendas, en el año cero de nuestra era, partieron de Kashan tres ilustres personajes en dirección a Belén. Sea realidad o ficción, lo interesante de Kashan, aparte de los Reyes, es su arquitectura. La ciudad cuenta con una singular colección de
casas históricas que transportan al visitante a Las mil y una noche. La atmósfera que envuelve a su bazar es hipnótica donde sobresalen las fastuosas cúpulas del Caravanserai, el patio principal que servía de parada y fonda a las caravanas que recorrían la Ruta de la Seda antes de penetrar en el árido desierto. Pero si algo sorprende en Kashan es el magnífico jardín persa, Bagh-e Fin, Bien cultural inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. La concepción zoroástrica de los jardines donde se conjugan los cuatro elementos simboliza el Edén, por ello la palabra persa para definirlos era Pairi-Daeza, que derivó en la concepción judeo-cristiana de Paraíso (Paradaise).
Kashan
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El desierto de Maranjab
EL DESIERTO DE MARANJAB Y LA LAGUNA DE SAL
A tan solo unos 80 kilómetros de la ciudad de Kashan, nos atrapa el infinito desierto de Maranjab, paso obligado de las antiguas caravanas de la Ruta de la Seda, de cuyos vestigios quedan hoy en día en pie los formidables Caravanserais, imponentes fortalezas que servían de refugio a personas, mercancías y animales durante las frías y solitarias noches del desierto. Una visita imprescindible antes de acceder al desierto es el mausoleo de Hilal Ibn Ali, biznieto del profeta Mahomma, posiblemente uno de los santuarios chiís más bellos de Irán construido en la localidad de Aran va Bidgol. El mausoleo se puede visitar de forma gratuita y sin restricciones para los no musulmanes, eso sí, las mujeres debemos cubrir
nuestro cuerpo con el chador, que en el caso de las no musulmanas es de color blanco con sencillas estampaciones. La libertad llega de la mano del viento del desierto que se empeña en arrancar el velo de mi cabeza, el Maranjab no entiende de imposiciones o restricciones. La arena fluye y el atardecer regala juego de colores en la arena y en la impresionante laguna de Sal de Namak, fuente de riqueza para la zona ya que a su alrededor se ha creado una potente industria. Decía Saint Exupéry en El Principito: “Yo siempre he amado el desierto. Uno puede sentarse sobre una duna de arena. No ve nada. No escucha nada. Y, sin embargo, siempre hay algo que brilla en el silencio”. Y eso es lo que transmite el desierto, el brillo del silencio, el poder de la nada.
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ABYANEH, ANTIGUAS TRADICIONES PERSAS
Desparramada en las faldas del legendario Monte Karkas se sitúa una de las localidades más auténticas y bonitas de Irán, un reducto donde las mujeres se resisten a vestir de negro, conservando tradiciones antiguas en sus ropajes. Un lugar con dialecto propio, de peculiar y pintoresca arquitectura que permite vivir de primera mano la hospitalidad del pueblo iraní. Las mujeres enseguida te paran para hablar contigo, para preguntarte cuestiones políticas, sociales, pero sobre todo para saber por qué hemos viajado hasta Irán. Su
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Mujer de Abyaneh
amabilidad, simpatía y contagiosas risas, te obligan a sentarte y dejar pasar el tiempo, a pesar de la dificultad del idioma. Las casas de adobe de color naranja, los balcones de madera y los canales de agua que fluyen por las calles invitan a pasear por una localidad que se ha quedado colgada en el tiempo y que vuelve a la realidad cuando grupos de turistas la invaden. ISFAHÁN, LA MITAD DEL MUNDO
Los cronistas y comerciantes que llegaban a Isfahán entre los siglos XVI al XVII quedaban tan impresionados con la ciudad, que
relataban que quien había estado en Isfahán, había estado también a la mitad del mundo, ya que la belleza y la cantidad de edificios, puentes, plazas y mezquitas con los que contaba, no tenían rivalidad en ningún otro lugar del planeta. El empeño del Sha Abbás I (1587-1629) por convertir a Isfahán en la joya de su reinado tuvo sus frutos. Actualmente, Isafahán es la ciudad iraní que mejor representa el refinamiento de la cultura persa. Una urbe de más de dos millones de habitantes que no deja indiferente al viajero donde el esplendor y la fascinación del mundo
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Plaza Imam Isfahan
islámico te conmueven desde que pisas su famosa plaza Naqsh-é Djahan, corazón de la ciudad. A lo largo de cinco días nos dejamos llevar por las recomendaciones de nuestro anfitrión Ahmad, un joven progre cuya casa nos recordó a la ONU (por el número de viajeros de todas las nacionalidades a los que invitaba) donde cada noche se recitaba poesía, a la par que se tocaban instrumentos tradicionales como la cítara. El centro histórico de la ciudad compite con los restos arqueológicos de sus alrededores. Es imposible no perderse por el magnífico bazar que rivaliza en fama y belleza con la plaza del Imán donde las mezquitas de color azul y oro brillante atontan los sentidos. Jardines, palacios, puentes de ensueño y un caos circulatorio que te devuelve al presente. Ciudad de contrastes donde la tradición y fascinación persa se mezcla con la modernidad de sus gentes y grandes avenidas repletas de altos edificios que recuerdan más a una metrópoli occidental. YAZD, UN OASIS EN PLENO DESIERTO
Un moderno y bien acondicionado autobús nos lleva hasta Yazd, un milagro en pleno desierto iraní. Situada en el corazón del país, es un imprescindible en cualquier ruta por la antigua Persia. La vieja ciudad de adobe, con sus callejuelas distribuidas estratégicamente para que las continuas tormentas de arena no paralicen el quehacer cotidiano de sus habitantes, te introduce en otro mundo, un mundo que parece sacado de una película de ciencia ficción.
La ciudad de las torres del viento y del silencio, de Zaratustra, de los más bellos jardines persas, donde la imagen más impactante se encuentra en los tejados de sus edificios, que permiten observan el skyline más interesante e hipnótico de todo Irán. En Yazd pervive la llama eterna del zoroastrismo, tanto en su Templo del Fuego como en las Torres del Silencio. Una ciudad para visitar a través de los cinco sentidos, dejándote llevar por su extraordinaria singularidad que la hace única y la convierte en uno de los cascos antiguos más bellos de Irán.
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Mercado en Isfahan
Nunca te marcharías de esta ciudad que te envuelve con su aire nostálgico, con sus ambientados bazares, y su atrayente religión zoroastriana o mazdeísta, la primera de carácter monoteísta del mundo. SHIRAZ, LA CIUDAD DE LAS ROSAS Y LOS POETAS
La exaltación del romanticismo persa se encuentra en la ciudad de Shiraz, donde el jardín y la poesía conviven armoniosamente y convierten a la ciudad en uno de los paraísos de Irán. En Shiraz descubrimos uno de los secretos mejor guardados del país, el faludeh, un original y delicioso helado que recuerda
más a un plato de fideos chinos que a un rico postre. Es la mejor manera de calmar el calor mientras descansas plácidamente en alguno de sus gigantescos parques o jardines. Shiraz recuerda mucho a las ciudades mediterráneas, donde la gente combate el calor junto a la sombra de los árboles en los parques públicos o los patios y antesalas de las magníficas mezquitas. La ciudad es un calidoscopio de colores, que se concretan en las vidrieras de sus palacios, mausoleos y edificios de notable envergadura. Shiraz huele a rosas y en épocas pasadas, a vino. Un paraíso persa en la tierra.
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PERSÉPOLIS, DONDE TODO EMPEZÓ
Se necesitan páginas y páginas para poder plasmar la historia e importancia de la antigua capital del imperio persa. Persépolis es un sueño para cualquier viajero, para cualquier amante de la historia, del arte, de la cultura. Un compendio de belleza arquitectónica que te emociona en cuanto llegas a su famosa Puerta de los Reyes, donde la fuerza del sol y el calor que quema la cara pasa a un segundo plano. Toda la concentración que eres capaz de poseer se dirige a cada piedra, a cada figura, a cada escalón, al viento que trae ecos de historias pasadas y de leyenda.
Persépolis, un sueño de ciudad capaz de hacer salir de la zona de confort a cualquier persona solo por pisarla, por tocar sus viejas piedras cargadas de arte e historia. Uno de los lugares Patrimonio de la Humanidad menos explotado turísticamente, algo muy de agradecer. Y como guinda al pastel, solo hay que recorrer unos veinte kilómetros para descubrir la espectacular Naqsh-e Rostam, las tumbas de los reyes aqueménidas, aquellos que hicieron de Persia uno de los imperios más cultos, admirados y odiados en su momento.
La puerta de los reyes en Persepolis
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Bandar Anzali
RUTA POR EL KURDISTÁN Y LA COSTA DEL CASPIO
Nuestro fascinante viaje por Irán, finalizó con una ruta de diez días a través del Kurdistán y el norte del país. Localidades como Sanadaj, Merivan, Oroman y la costera Bandar Anzali descubren un Irán de contrastes, donde el desierto pasa a ser un lejano recuerdo y el verdor de las montañas y los arrozales hacen pensar que hemos cambiado de país. Carreteras impensables, retorcidas, montañas de leyenda como el Zagros, valles donde se sitúan pueblos colgados de arquitectura imposible que desafían las leyes de la gravedad. Ganaderos, agricultores y tradiciones ancestrales que conforman un pueblo, el
kurdo, dividido por accidentales fronteras que les convierten en la única nación del mundo repartida en varios países. La influencia persa e islámica es un mero espejismo en la zona del Kurdistán, una imposición que los kurdos interiorizan de la manera más pacífica posible, pero con la que no se sienten identificados. Sus tradiciones, folklore, idioma y cultura se hacen latentes en los trajes típicos, en sus danzas, fiestas y gastronomía. Desde el Kurdistán, viajamos en autobús hasta la costa del Mar Caspio, donde la incipiente apertura de Irán al exterior se nota en el boom inmobiliario y comercial de las localidades costeras, convertidas en verdaderos
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emporios turísticos. El paisaje verde y húmedo del norte, contrasta abismalmente con el caluroso y ardiente sur. Varios parques nacionales salpican el norte de Irán donde los amantes del senderismo y el trekking están de enhorabuena. Dejamos atrás los deliciosos platos de arroz, de berenjenas y el exquisito kebbah, para degustar el sabroso pescado del Mar Caspio y de los ríos que desembocan en él,
así como para tomar contacto con el prohibitivo caviar iraní. A pesar del cambio paisajístico y climático, existe una constante en nuestro periplo iraní, la hospitalidad y amabilidad del pueblo persa, una forma de ser innata e intrínseca a su cultura y valores. Si nos preguntaran una sola razón por la que se debe viajar a Irán, lo tenemos muy claro, su gente. A lo largo de un mes hemos sido atrapados por la magia del desierto,
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Oraman, Kurdistan
por las tormentas de arena, nos ha hechizado el arte persa, su evolución a arte islámico, los olores de las rosas, nos han atontado los magníficos palacios y mezquitas, y hemos disfrutado como enanos de una gastronomía donde el azafrán y el pistacho son los reyes, pero por encima de todo ello, Irán tiene un monumento, un patrimonio inmaterial que la debería formar parte de la UNESCO: sus gentes.
El mayor peligro de Irán es que a cada paso, alguien te pida una foto, quiera hablar contigo o te invite a su casa. El país de Oriente Medio que más prejuicios y tópicos levanta se convierte en el lugar donde la hospitalidad ha plantado sólidas raíces. “El problema no está en los pueblos, sino en los gobiernos”. Frase de un joven anónimo con el que entablamos conversación en los jardines de Shiraz. v
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Serengeti-Ngorongoro: sinfonía de la naturaleza Fauna salvaje, vegetación, colores y olores en armonía perfecta TEXTO Y FOTOS JOSEP PRATS FIOL FECHA DEL VIAJE DICIEMBRE 2015
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L
a naturaleza se conjuga con enorme esplendor en el Parque Nacional del Serengeti y cráter Ngorongoro. Es una composición maravillosa de colores, olores, luz, agua, animales y flora salvajes. Una plenitud para nuestros sentidos. Todo en una convivencia equilibrada, en el que el proceso de la vida marca el destino de todos los que allí habitan. La vida y la muerte se equilibran. Los felinos cazan y los grandes rebaños de herbívoros, especialmente ñus y cebras, parecen que tengan escrito en su
primitiva consciencia que algunas de sus piezas van a ser víctimas, pero que no van a alterar el todo del grupo. El agua, las lluvias, marcan el ritmo de las migraciones, el ritmo de los ciclos de fecundidad, los ritmos de la explosión verde de la vegetación. Y el sol en su amanecer y atardecer le da luces, tonalidades diferentes a este prodigio: le da fuerza a los verdes, pinta de intenso azul los cielos para que contraste con el blanco espumoso de las nubes y nos recrea con unos maravillosos arcoíris al final de un repentino y corto chubasco, que colabora con
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otro fantástico espectáculo: la formación de charcos y bolsas de agua que se convierten en espejos del cielo con la silueta de los reflejos de las acacias africanas. Nosotros fuimos a Tanzania a principios de diciembre. Época de lluvias cortas, cuando el verde asoma y los grandes rebaños de herbívoros se mueven en busca de agua y pastos. Pero cualquier época del año es buena para visitar Tanzania. Todas las estaciones tienen su encanto. Volamos desde Barcelona con la compañía KLM, con escala en Amsterdam, hasta Arusha, localidad que sirve como punto de partida para los safaris. Allí descansamos la primera noche. Las guías no le prestan especial atención, pero nosotros dedicamos
DNI DEL VIAJERO Nombre: Josep Apellidos: Prats Fiol De: Barcelona (España) Edad: 66 años En los últimos años me he dedicado a viajar por el mundo junto a mi esposa. Hemos visitado muchos lugares, pero nos queda aún una inmensidad por conocer. Nuestra pasión es conectar con gente, intentar comprender lo que piensan y creen, impregnarnos de culturas, saborear las maravillas que nos regala la naturaleza. Es un aprendizaje y enriquecimiento continuo, una inquietud que alimenta nuestra vida. Me apunto a la frase de que ’viajar es vivir’, una forma de ampliar nuestros horizontes tanto de conocimiento como de comprensión. Aquí relato nuestra experiencia en el Serengeti y el cráter Ngorongoro. No es sólo un relato descriptivo de lo mucho y bello que vimos, sino también una expresión de nuestras sensaciones, del impacto emocional que nos produjo un mundo salvaje y a la vez ordenado. No es sólo una visión, sino también una lectura. Nuestra experiencia en Tanzania fue en la primera semana de diciembre de 2015.
“Diciembre es época de lluvias cortas, cuando el verde asoma y los grandes rebaños buscan agua y pastos” al día siguiente un par de horas en recorrer alguna de sus calles principales y mercados, y así percibir el bullicioso ritmo de la vida de sus gentes, su movimiento, el anárquico tráfico. No fue una visita en profundidad, pero sí muy interesante en nuestro primer contacto con Tanzania. Es una ciudad segura, pero hay que tener las precauciones habituales: no exhibir relojes ni joyas, tener bajo control bolsas y cámaras fotográficas, etc. Eso sí, en cuanto asomas por las calles, multitud de niños, jóvenes y mujeres te asedian para venderte cosas. Paciencia, son insistentes, mucho, pero no mal educados.
A media mañana nos recogieron en el hotel para empezar nuestro safari. Una recomendación: contratad un guía/chofer sólo para vosotros. Explicadle cuáles son vuestros intereses, qué queréis ver y qué rutinas y
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horarios seguir. Cada persona, cada familia, cada grupo puede tener ideas diferentes, por eso es fundamental que la persona que os va a guiar conozca desde el primer momento cuáles son los objetivos de vuestro safari. Por ejemplo, para nosotros madrugar era prioritario, como lo era no perder tiempo en las comidas. En los parques hay zonas de picnic con lavabos vigilados bastante limpios. Y en los lodges te pueden preparar bolsas con frutas, yogures, pasta, pollo… El mismo guía se cuidará de que a la mañana siguiente lo tengáis preparado antes de partir. Además, tiene encanto comer con un panorama sin igual, aunque cuidado con los monos que, si te despistas, te pueden pringar el bocata.
Pero no os precupéis, los guías saben como amedrantarlos… a pedradas. Nuestro aperitivo antes de llegar al Serengeti fue el Parque Nacional del Lago Manyara. Una pequeña maravilla. Debutamos dentro del 4x4 con el techo elevadizo para poder gozar de la más amplia y libre perspectiva. Te acostumbras a los baches y movimientos del vehículo sin darte cuenta ya que tu cabeza sólo se centra en visualizar animales y saborear un vegetación tan salvaje como cautivadora. Pronto nos topamos con un numeroso grupo de babuinos. Caras de pocos amigos. Peleas y jerarquías muy marcadas. E imágenes enternecedoras como la de una mamá con su cría sobre su espalda.
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Seguimos el camino extasiados por la frondosidad de la vegetación, del verde intenso en contraste con el azul del cielo. Poco rato después vislumbramos a lo lejos el Lago Manyara. Los prismáticos nos acercaron a una panorámica única: el color alcalino de un agua muy rica en minerales sombreada por el color rosa de miles de flamencos. Un espectáculo cromático que cambia de los azules a los verdes, siempre con el vapor rosa, según las horas del día.
Un espejismo maravilloso gracias al movimiento del sol. Seguimos nuestro lento camino. El chófer iba deteniéndose cada vez que avistábamos grupos de animales: Gacelas de Thompson, impalas, dik dik, monos de Vervey, monos azules, mangostas… Especies que raras veces aparecen en las revistas de safaris, pero que forman parte de la vida de estos parques. Era una explosión visual de fauna. Y en las llanuras aluviales cercanas al lago se
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dibujaban las siluetas de manadas de ñus y búfalos. De repente, en una zona frondosa, sentimos unos crujidos, como si alguien al caminar aplastara arbustos y ramas. Así era. Fue nuestro primer encuentro con los elefantes. Nos acercamos mucho. Su presencia era imponente. Pudimos observar durante muchos minutos cómo levantaban, desplazaban a los lados o retorcían sus trompas, con una habilidad, que nos sorprendió, para arrancar hierbas y hojas de los árboles. El
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color gris-negro de su piel contrastaba con el intenso verde de la vegetación. Este escenario nos puso las fotos fáciles. EL MUNDO MASSAI
Iniciamos nuestro segundo día camino del Serengeti. Para llegar a este parque la polvorienta carretera atraviesa la cresta del cráter Ngorongoro. Hay la opción de descender al cráter, dedicar el día para disfrutarlo y alojarse allí para ir al Serengeti la jornada siguiente. O hacer, al revés, como nosotros, primero Serengeti y de regreso, el Ngorongoro. Nuestro objetivo al viajar a Tanzania no era sólo avistar fauna salvaje, sino también tener contacto con la forma de vivir de los massai en sus poblados de la falda del Ngorongoro y visitar los yacimientos arqueológicos de Olduvai, que algunos han calificado
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de cuna de la civilización. Dividimos conceptualmente la jornada en dos partes: Por la mañana la cultural y por la tarde, primer contacto con el Serengeti. Pero antes nos esperaba una maravillosa panorámica. Al culminar el ascenso a la cresta del Ngorongoro hay un mirador desde el cual se despliega toda la belleza natural de la caldera del cráter de 19 km. de ancho y 264 km.2, encerrado por el anillo montañoso del volcán. No fue una sorpresa ya que las guías describen este lugar, pero hay que verlo para creerlo. Pasamos muchos minutos extasiados por las vistas, por el color verde emergente en el inicio de la época de lluvias, el azul alcalino de su lago más grande, por aquellas pequeñas manchas que se movían en grupo y que con los prismáticos identificabas que eran
ñus, cebras o búfalos, y por el fondo del azul intenso de un cielo acompañado de blancas y radiantes nubes con redondeces. Miraras por donde miraras era precioso. Regresamos al vehículo y le pedimos al conductor que nos llevara a una aldea massai que conociera y tuviera cierta confianza con el jefe. El camino fue espectacular. El verde, los pastos, se combinan con los marrones de las chozas de los poblados massai, la silueta de las acacias africanas y el colorido de la vestimenta de los massai que están por todas partes con sus rebaños de vacas, cabras y ovejas. Hay libros y artículos sobre ellos. No me extenderé. Sólo señalaré que aquellos bravos guerreros que mantuvieron a raya a los tratantes de esclavos y retaron a los primeros exploradores hoy deben luchar para
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conservar su identidad y lo que queda de sus tierras. Son gente con mucho orgullo. Hoy viven confinados en pequeñas áreas, una de ellas es el Ngorongoro, donde viven más de 40.000 massai que tienen derechos de pastoreo, aunque no se les permite la agricultura estable... REGRESO A NUESTRO REMOTÍSIMO PASADO
Ya estamos de nuevo en la polvorienta ruta. Después de esta zambullida en el mundo massai, nos vamos dirección a la garganta de Olduvai en busca de un remotísimo pasado. Hay que desviarse unos cinco kilómetros
para llegar al lugar, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Africa... Tiene poco de estético, pero impacta. No hay verde, hay piedra y polvo pero dos millones de años de historia. A pocos metros de donde dejamos el 4x4 hay un mirador con cuatro mesas para hacer un picnic mientras liberas tu mente observando el barranco, hasta donde llegue tu vista, de 48 kilómetros de profundidad. Estábamos solos, se respiraba paz. Allí hay un pequeño, modesto, pero riquísimo museo. Unas maquetas representan los distintos fósiles y estratos de la investigación arqueológica. Pero lo que más
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Comparemos las huellas antes que el agua las difumine. Veremos que cuando caminamos erguidos nuestros talones se hunden en la arena, como en las huellas reproducidas en el museo. A gatas sólo se hunden los dedos. Era mediodía. Tocaba poner rumbo al Serengeti. En poco más de hora ya estábamos en la entrada del parque. La primera impresión fue la de una inmensa llanura verde cubierta por rebaños de ñus y cebras en convivencia. Compartían el incipiente pasto de las primeras lluvias madrugadoras. Sensación de bullicio y vida. De repente, nuestro chófer exclama: ‘¡leones a la derecha!’. Fue nuestro primer contacto con el llamado rey. Tranquilos, tumbados, boste-
“Los massai, que mantuvieron a raya a los tratantes de esclavos, hoy deben luchar para conservar su identidad.” impacta es la reproducción de unas huellas catalogadas de primates erguidos. El director del museo tuvo la genial idea de comparar estas huellas con las que dejó el astronauta Arsmtrong en la superficie de la Luna. Hay unas fotos para facilitar la comparación al visitante. Las dos muestran cómo el talón primero y luego el dedo pulgar del pie se hunden en la superficie arenosa para buscar la estabilidad del cuerpo. Una evidencia de que aquellos primates tenían libres las extremidades superiores. Hagamos una prueba nosotros. Vayamos a la playa, donde rompe el agua. Andemos de pie y después a gatas.
zando. Aún así imponen respeto. El grupo sería de 10. Machos dominantes, hembras, leones jóvenes. De vez en cuando, algunos se levantaban, atravesaban el camino delante del vehículo para pasar al otro lado. Estuvimos mucho rato observando sus gestos, sus movimientos haciendo ráfagas de fotos (al bostezar mostraban sus tremendas armas capaces de matar animales tan grandes como una jirafa). Aquella indolencia empezó alterarse. Pronto supimos por qué. Nuestro guía –que parecía que en lugar de ojos tuviera prismáticos– señalando con el dedo nos dijo: “mirad allí, guepardos”. Lejos, entre
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las hierbas se veían sus siluetas moviéndose. Se acercaban a nosotros, es decir, también se acercaban a los leones. Pero la sabiduría del instinto les hizo desviar su camino para no entrar en colisión con el terreno marcado por los leones. Inolvidables aquellas casi dos horas entre leones y guepardos. Nos quedaba un buen trecho hasta llegar al lodge donde íbamos a pasar la noche. Un trayecto precioso junto a herbívoros, charcas con siluetas de hipopótamos y algún grupo de elefantes. El sol empezaba su caída. El cielo iba enrojeciendo. Poco después de su máximo fulgor se fue convirtiendo en un rosáceo azulado,
que reflejado en las pequeñas lagunas y charcas, ofrecía una postal preciosa. Cuando la noche ya estaba sobre nosotros llegamos al lodge. Había sido un día intenso. El Serengetti nos esperaba al siguiente. AMANECER CON LOS LEONES
A las cinco y media de la mañana ya volvíamos a estar en el 4x4. No había pasado ni media hora cuando nuestro guía detuvo el vehículo. Delante, un grupo de leones estaba tumbado junto al camino, quizás sesteando después de una buena caza. Enorme espectáculo. Nosotros allí rodeados de estos
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animales. Nos pusimos en el ‘mirador’ del 4x4 y saboreamos aquellas casi dos horas observando y fotografiando todos sus movimientos. Los rayos del sol naciente daban una luz especial a aquellas escenas. Nuestro madrugón había tenido la primera recompensa. Un anticipo de lo que sería el día. Nuestro recorrido por el océano verde del Serengeti salpicado por las acacias en forma de paraguas fue una maravilla. Un escenario que todos hemos disfrutado en películas. Nos fuimos encontrando con elefantes, jirafas, más leones, babuinos, gacelas, hienas… Múltiples paradas para observarlos de cerca.
Un paraíso de la fauna salvaje. A lo largo de las horas, el sol iba ascendiendo y cambiaba los colores naturales de este escenario. Pero este paraíso tenía una cuenta pendiente con nosotros: el leopardo. Un animal tímido, solitario, difícil de ver. Tienen hábitos nocturnos y suelen descansar sobre los árboles. Esto les distingue de los guepardos que viven en grupos familiares, son diurnos y, como dijimos, no tienen garras suficientes para trepar los árboles. Como nuestro guía sabía la obsesión que teníamos por ver el leopardo, se metió por caminos y lugares en su búsqueda. Y hubo suerte. En medio
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del verde apareció su silueta. Paso elegante y majestuoso. Nos acercamos. Despacio. Se iba acercando medio sumergido en la alta hierba. De pronto con pocas y potentísimas zancadas se encaramó hasta la cima de un árbol. Unos movimientos de estética pura. Y allí se quedó. Observando, como vigía, de un lado hacia otro, en busca de presas. El sol, entre las hojas, iluminaba su preciosa piel y sus profundos ojos verdes. Unas de las mejores imágenes para el recuerdo. El Serengeti nos estaba regalando muchas imágenes. Ya de regreso a nuestro lodge nos encontramos con una escena que ejemplifica el equilibrio entre la vida y la muerte, que mencionaba al principio, en este mundo salvaje. Un león acababa de cazar una cebra.
Mientras disfrutaba de su manjar, a unos metros, dos hienas y, encima de un arbusto, un buitre, esperaban a que el león satisfaciera su estómago. En cuanto el felino, harto, se marchó, acudieron a por los restos de la cebra. Es el papel de carroñeros que la naturaleza les ha dado. La última experiencia de un día tan intenso como el anterior. Al día siguiente, otro madrugón. La excitación por ver más no deja espacio a la pereza. Seguimos disfrutando de un Serengeti generoso. Nos topamos con un numeroso grupo de elefantes que se esparcía por el verde y algun grupo se apretujaba a la sombra de una acacia paraguas cuando el sol más pegaba. Más jirafas, leones, otro leopardo oteando sobre un árbol su territorio de caza,
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antílopes, hienas, los omnipresentes ñus y cebras. Una explosión interminable de fauna. Antes de acabar nuestra visita al fascinante Serengeti , el parque nos ‘regaló’ una bellísima postal de despedida: tres leones encima de un enorme bloque piedra. El azulísimo cielo del fondo permitió un recuerdo fotográfico aún más rotundo. LA MAGIA DEL NGORONGORO
Importantísimo madrugar. El descenso de la cima del cráter hacia el interior de la caldera es magia pura. Antes del inicio, cuando el sol ya ha asomado por encima de la muralla volcánica, recomendamos permanecer varios minutos mirando hacia abajo, hacia la caldera, abrir todas las ventanas de vuestra sensibilidad para que penetre aquella maravilla de nubes reflejadas en el espejo de esos lagos, tonos azules, alcalinos, y rosáceos
combinados con el verde brumoso del pasto que se ve desde arriba. Cuando iniciéis el pronunciado descenso no dudéis en pedirle al chófer que os vaya haciendo paradas. Desde cada recodo, la postal es preciosa. Saboread este descenso sin prisas. Veréis cómo aquellas diminutas manchas que se agitaban juntas poco a poco se van agrandando hasta que al final, al llegar a la caldera, se convierten en ñus, cebras o búfalos. O cómo el verde brumoso que veíamos desde arriba se va despejando hasta alcanzar el verde nítido de la hierba. Cualquier superlativo es válido para calificar esta experiencia. Cuando el vehículo llegue al llano de la caldera, mirad hacía arriba y girad progresivamente la cabeza. Veréis las escarpadas paredes, de entre 400 a 600 metros, del cráter como una muralla volcánica, por encima de las cuales asoma la luz y el azul del
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cielo iluminan este mágico escenario. A partir de entonces el contacto cercanísimo con la enorme concentración de fauna es continuo. Te cruzas con la miradas de grandes herbívoros, como búfalos, con impresionantes cornamentas; con el continuo movimiento de las cebras, cuyo colorido de rayas oscuras sobre fondo blanco, son parte importante del decorado natural; los siempre presentes ñus con sus barbas y aspecto pacifico; grupos de elefantes, avestruces, algunas hienas esquivas y lejanas; grupos de facóceros, más conocidos como pumbas, con sus crías, armados con sus siniestros colmillos; leones tumbados sobre la alfombra verde marcando territorio. Pero la gran atracción del parque es el rinoceronte negro. Quedan pocos. Fueron las grandes víctimas de los furtivos por el valor de sus cuernos frontales. A media mañana nuestro guía localizó uno. Nos acercamos. El animal impresiona con la afilada
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arma que tiene encima de su morro. Inmóvil, arrogante, permite que unos pájaros paseen por encima de su coriácea piel. Son los únicos que se le acercan. Es la imagen animal más primitiva que hemos visto en nuestro safari, quizás porque estamos más familiarizados con el elefante. A primera hora de la tarde, después de encontrarnos con otro grupo de leones y luego hipopótamos en un lago, iniciamos el ascenso a las paredes del cráter para dejar el Ngorongoro. Como despedida, otras fabulosas vistas, éstas desde un anfiteatro distinto (se asciende por un camino distinto al que se desciende). Un recuerdo para siempre. Pusimos rumbo hacia el Parque Nacional del Tarangire. Si el del Lago Manyara había sido el aperitivo, éste iba a ser el postre después de la ‘suculenta comida’ del Serengeti y Ngorongoro. Pasamos la noche en un tented lodge. Buena experiencia. Tiendas amplias,
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con suelo de madera, ducha y servicios en su interior. Y desde su terraza pudimos asistir a una preciosa puesta de sol, junto a cebras, ñus o pumbas que se pasean entre las tiendas. Eso sí, en cuanto el sol se pone, por precaución, no te puedes mover por el campamento sin que te acompañe un vigilante. Ya en la tienda puedes dormir con toda tranquilidad. Al día siguiente nos esperaba el Tarangire. La entrada estaba a 17 kilómetros de donde habíamos dormido. Este parque se puede definir como el jardín de los baobads y la casa de los elefantes. Vale la pena visitar este parque. Llegábamos al fin de nuestro safari. A media tarde, con la cabeza y las cámaras fotográficas repletas de recuerdos, nuestro chofer/guía puso rumbo al aeropuerto. Nos
envolvía la sensación de pena que siempre sigue cuando terminan las grandes experiencias. A las 19.00 horas llegábamos al aeropuerto. Facturación de equipajes, relleno de impresos y cuando mostramos el pasaporte en la ventanilla correspondiente el oficial nos pregunta: “¿Qué pasa con la política española?”, “¿Y eso de la independencia de Cataluña?”, “¿Volverá a ganar el Barça la Liga?”. Respuestas tópicas y de cortesía. En la sala donde aguardábamos para el embarque hicimos esta reflexión: de la maravilla del mundo salvaje regresábamos al mundo de la globalización que muchas veces también es salvaje. Con una diferencia: en el animal es instinto y supervivencia; en el hombre es mal instinto o maldad. v
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París era una fiesta Historia de un fin de año inolvidable en la capital francesa TEXTO GONZALO PARAÍSO FOTOS GONZALO PARAÍSO, YASMINA CRUZ, JAIME DEL PUERTO Y LAURA LOZANO FECHA DEL VIAJE 30/12/2015 A 03/01/2016
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La Gran Noria de la Plaza de la Concordia
continuación, la historia de un viaje maravilloso, acompañado de tres magníficas personas en una ciudad que es pura magia, aún más si cabe, en fin de año. Un viaje que disfrutamos como niños y en el que constatamos que aquella frase de Hemingway es totalmente cierta: “Si tienes la suerte de haber vivido en París de joven, luego París te acompañará, vayas a donde vayas, todo el resto de tu vida, ya que París es una fiesta que nos sigue”. Todo empezó porque mi mejor amigo me comentó la opción de pasar fin de año fuera de Barcelona, y mi mejor amiga había alquilado un apartamento en verano y se lo habían ofrecido para pasar fin de año. Finalmente se nos añadió otra amiga de Sevilla y ahí estábamos los cuatro el día 30. El apartamento estaba perfectamente ubicado, a cinco minutos a pie de Notre-Dame, y a dos a pie de las paradas de Metro de Cardinal Lemoine y Jussieu, lo cual nos permitía movernos a nuestro antojo. Al llegar al apartamento, deshicimos las maletas, colocamos bien la ropa, camisas, el traje, zapatos, etc. Una vez instalados fuimos a desayunar a una boulangerie que estaba a cinco minutos a pie –parecían 10 por las pendientes que hay en esa zona de la ciudad– del apartamento y luego fuimos, cuál parisinos de toda la vida, a comprar algo de comida al Carrefour para tener en el apartamento. Terminado todo esto, cogimos el metro y fuimos a la zona de las Tullerías. Salimos del metro en la Plaza de la Concordia, desenfundamos nuestras cámaras y empezamos
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a disparar a discreción, habíamos llegado a París. La primera parada fue el museo de l’Orangerie, al que pudimos entrar tras media hora de cola a disfrutar de los nenúfares de Monet, las dos salas dedicadas a esa serie las podemos definir como perfectas. Ni más ni menos. Dos salas en las que toda la importancia es para esos cuadros. Cruzamos los Jardines de las Tullerías hasta llegar a las pirámides del Louvre, un paseo altamente recomendable que va desde la Plaza de la Concordia hasta la pirámide del Museo del Louvre. Tras admirar tanto el majestuoso edificio del Museo, como las características pirámides que señalan una de las varias entradas al Museo (por mucha cola que haya, considero que es una de la mejor
DNI DEL VIAJERO Nombre: Gonzalo Apellido: Paraíso De: Barceloa (España) Edad: 24 años Mi nombre es Gonzalo y vivo en Barcelona. Estudio y trabajo. Aficionado del arte, el calzado y la moda masculina. Viajero y ‘foodie’. Muchas ideas y poco tiempo para llevarlas a cabo. Intentando sacar tiempo de donde no lo hay. Siempre en movimiento.
Pirámide del Museo del Louvre
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Iglesia de la Madeleine
forma de acceder al Museo), decidimos que era hora de ir a comer. Era ya tarde, pero por suerte mi mejor amiga conocía un sitio cerca del Louvre con cocina ininterrumpida llamado Chez Claude (166 Rue Saint Honoré). Un restaurante a buen precio, teniendo en cuenta la ubicación y sobretodo el gran nivel de la comida, aún recuerdo aquellos huevos escalfados y gratinados con queso azul. Tras salir de comer ya estaba empezando a anochecer y decidimos pasear por la misma Rue Saint Honoré, para mí, el lujo hecho calle. Íbamos con la cabeza de un lado a otro admirando los maravillosos escaparates de las tiendas y aprovechamos para hacer una de las paradas obligadas para entrar a Colette
(213 Rue Saint Honoré) y perdernos entre la gente que la abarrota y los inalcanzables artículos que venden. La siguiente parada fue la tienda de la marca de calzado Church’s (229 Rue Saint Honoré), otro imprescindible de esta calle. Hicimos otro desvío más para ir a la Place Vedôme una de las plazas mas bonitas de la capital y luego volvimos a Saint Honoré para continuar hasta el cruce con Rue Royale desde la que se puede admirar tanto la Iglesia de la Madeleine como la Plaza de la Concordia, a la cual salimos para subir por Champs-Élysées. Un paseo que nos permitió ver toda la decoración navideña, uno de los paseos obligados siempre que se visita la capital francesa, aún más en época navideña.
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Paseamos los Campos Elíseos hasta llegar a la altura del Grand Palais, al que quisimos entrar pero había una especie de feria en el interior, así que decidimos no entrar y admirar su gran cúpula de cristal desde fuera del edificio. Continuamos caminando por delante del palacio hasta llegar al Puente de Alejandro III, sin duda uno de los más bonitos de París y con unas bonitas vistas de La Dama de Hierro, cuando llegamos al puente ya hacía tiempo que había anochecido del todo y verla iluminada es algo que se ha de hacer, al menos, una vez en la vida. Allí, nos paramos bastante rato para hacer fotos y, de paso, aprovechar y descansar de
todo lo que habíamos caminado. También el cansancio del madrugón y el frío que hacía empezaron a hacer mella, así que decidimos volver al apartamento a cenar y descansar para estar frescos al día siguiente. A la mañana siguiente, de nuevo frescos, desayunados y duchados, lo primero que hicimos fue ir a comprar la cena para la noche de fin de año, cerca del apartamento teníamos tres tiendas perfectas para la ocasión: una de las Fromagerie Laurent Dubois (47 Ter Boulevard Saint-Germain) que es, para los amantes del queso como yo, el cielo en la tierra; la bodega Le Cuvier (47 Boulevard Saint-Germain) y una de las pastelerías
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Plaza de la Concordia
de Eric Kayser (14 Rue Monge) en París, en la que compramos un pastel de queso con frutos rojos que nos dejó a todos sin palabras, y que terminamos comiendo, literalmente, a cucharadas. Tras dejar todo lo de la cena preparado, fuimos a visitar el barrio de Montmartre, cogimos el metro hasta Abbesses, que nos dejó justo frente a Le mur des je t’aime (Square Jehan Rictus, Place des Abesses), un sitio que si van a visitar la ciudad con su pareja es mucho más recomendable que atar un trozo de metal en un puente. Hechas las pertinentes fotos, empezamos a subir la montaña hasta llegar a la plaza de los pintores,
una plaza que desde mi punto de vista, se ha convertido en una caricatura de lo que en su día debió ser. Desde ahí fuimos caminando por una de esas calles estrechas mientras las partes más altas de Basílica del Sacre Cœur (35 Rue du Chevalier de la Barre) se iban insinuando entre las casas que hay, haciendo que cada vez que uno ve una de las puntas de las cúpulas más ganas tiene de verla. Uno sabe que está ahí pero no está completa hasta que se hace la curva de la Rue Azaïs y se ve la Basílica al completo. Créanme, las iglesias no me han gustado nunca, pero esta es una excepción, es algo que, personalmente me supera. Queríamos entrar, pero la cola,
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de una hora mínimo, nos hizo cambiar de opinión. Así que anduvimos admirando las vistas de la ciudad desde ahí arriba e inmortalizándolas con nuestras cámaras. Tras descansar las piernas un poco después de la subida hasta ahí arriba, bajamos por la escalinata mientras seguíamos admirando la Basílica intentando no caernos por las escaleras y, por desgracia, controlando nuestras pertenencias más de lo deseable. Continuamos bajando hasta que llegamos al Boulevard Rochechouart por el que caminamos hasta el Moulin Rouge (82 Boulevard de Clichy), que hace esquina en Rue Lepic, sí, la calle donde está el Café des Deux Moulins (15 Rue Lepic) el famoso café que aparece en la película Amelie, intentamos entrar pero era justo la hora
de comer y estaba lleno, así que decidimos caminar por el barrio de Pigalle para pasar por la tienda de ropa (7 Rue Henry Monnier) que lleva el mismo nombre del barrio, una de las marcas parisinas llamadas a marcar la tendencia del streetwear durante los próximos años. Desde ahí fuimos a pie hasta las Galerías Lafayette, en la que pudimos admirar su famosa decoración navideña y, de nuevo, babear con la cantidad de productos de lujo que encierran sus paredes, tanto en las colecciones de mujer como en las de hombre. Tras la caminata matutina, decidimos que lo mejor era volver al apartamento para estar frescos para la noche de fin de año. Tras una siesta, empezamos los preparativos de la cena: una cena a base de quesos,
Torre Eiffel desde el Puente de Alexandre III
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Decoración navideña en las Galerías Lafayette
salmon ahumado, foie gras, jamón serrano y una ensalada de tomate, mozzarela y aguacate. Después de la cena nos duchamos, nos enfundamos nosotros en nuestros trajes, y ellas en sus vestidos, y pusimos rumbo a la Torre Eiffel para comernos las uvas a sus pies. Por un pequeño error al calcular el tiempo, tuvimos que comernos las uvas en el transbordo de una linea de metro a la otra, así que fue todo un poco surrealista, aunque nos daba un poco igual, estábamos en París. Finalmente llegamos a la Torre Eiffel para luego dirigirnos a la sala de fiestas para la que habíamos comprado entradas para pasar la noche de fin de año, la Sala Wagram (39-41 Avenue de Wagram), una fiesta ambientada en los años 20 en la que pudimos disfrutar,
bailar y cantar como si el mundo se fuese a acabar al día siguiente. El día siguiente, empezó para nosotros a las 16 h, que fue cuando salimos del apartamento a comer algo y dar una vuelta. Caminamos hasta Notre-Dame por la orilla del Sena y luego cruzamos de nuevo el río para entrar a la mítica librería Shakespeare & Co. (37 Rue de la Bûcherie), luego callejeamos un poco por el barrio latino hasta que decidimos ir a coger el metro para visitar la Torre Eiffel, esta vez, sin la aglomeración de la noche anterior. Bajamos del metro en La Motte-PicquetGrenelle y caminamos hasta Camp de Mars que cruzamos hasta llegar a Trocadero, una de las mejores vistas de la Torre de la Ciudad, con permiso de la Torre Montparnasse.
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Desde Trocadero andamos al Arco del Triunfo por Avenue Kléber y desde allí bajamos Champs-Elysées hasta la Plaza de la Concordia y una vez allí andamos por Rue de Rivoli hasta llegar al metro del Louvre que nos llevaba de vuelta al apartamento. Como era la última noche de la chica de Sevilla, decidimos ir a cenar fuera los cuatro a una hamburguesería que había cerca del apartamento a unos minutos a pie de la Place de la Contrescarpe. A la mañana siguiente fuimos a tomar uno de los desayunos míticos de París en el Café de Flore (172 Boulevard Saint-Germain) en la zona de Saint-Germain-des-Prés, aquel café fue como trasladarse 50 años atrás en el tiempo, o incluso más. Los camareros con sus
chalecos y pajaritas, los sofás para sentarse, la terraza de la entrada, los espejos en las paredes, todo. Fue, sin duda, uno de los mejores desayunos de mi vida, pedimos tortilla de jamón y queso, huevos revueltos con bacon y dos tipos de quesos diferentes uno de cabra y el otro un tipo de brie, con sus respectivos, zumos, tés y cafés. Un espectáculo del que no queríamos irnos. Tras salir de desayunar, fuimos a visitar los jardines de Luxemburgo, paseamos por el Boulevard Saint Germain, y luego por el Boulevard Saint-Michel hasta llegar a los jardines, donde estuvimos paseando largo y tendido hasta que decidimos ir a visitar el Panteón, donde se pueden visitar las tumbas de Emile Zola, Alexandre Dumas, Victor Hugo y Marie Curie entre otros.
Catedral de Notre Dame
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Antes de quedarnos con uno menos en el grupo, fuimos a que probase “los mejores crepes de París” según nuestra otra amiga. La crepería en cuestión se llama Au P’tit Grec (68 Rue Mouffetard) y por las colas que había a la puerta, mi amiga no estaba ni mucho menos equivocada. Tardamos más de media hora en la cola para pedir un crepe y eso que tienen dos colas diferentes. Con el crepe ya en nuestro poder, volvimos al apartamento para que nuestra amiga acabase de recoger sus cosas y acompañarla al metro que la llevaba al aeropuerto. Después de acompañarla, decidimos ir a la zona de la República y pasear un poco por allí. No podía irme sin ver al menos el edificio del Centro Pompidou, así que para allí nos dirigimos. Todas las veces que había visitado el Pompidou hasta entonces había visto el edificio de día, con luz natural. Verlo de noche es como ver un edificio completamente diferente, sigue siendo un edificio excepcional pero de noche tiene algo que te engancha a no dejar de mirarlo. Continuamos paseando por la zona y decidimos buscar algún sitio para cenar que estuviese bien, buscábamos por la zona pero al final acabamos en un restaurante de Montparnasse cenando sopa de cebolla y confit de pato todo acompañado con una botella de vino blanco. Antes de volver al apartamento fuimos a un bar cerca de la hamburguesería de la noche anterior a tomar unos mojitos de despedida, era nuestra ultima noche y había que celebrar lo bien que lo habíamos pasado por todo lo alto. La mañana del último día se centró en recoger todo el piso para poder aprovechar
Jardines de las Tullerias
al máximo el día, ya que el vuelo salía de noche. Tras desayunar y dejar el piso como si no hubiésemos pasado cinco días allí, fuimos a la zona de la bastilla a pasear, acabamos en la Place des Vosges, una plaza que respira paz y tranquilidad por los cuatro costados, y que invitaba a sentarse a leer de haber acompañado el tiempo un poco más (nos llovió todo el día). Nos encontramos con un barrio que te invita a caminar por sus estrechas calles y a detenerte a escuchar a los músicos callejeros que nos encontramos. Sin mencionar los distintos sitios que vimos para tomar algo o incluso comer. Finalmente, acabamos comiendo en un restaurante en el Boulevard Voltaire, donde pudimos disfrutar de una muy buena comida de despedida, en
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El Panteón
especial, un queso Camembert al horno con miel y bacon que era para quedarse ahí sentado y no levantarse más. Lamentablemente, hubo que levantarse y volver al apartamento a por nuestras cosas. Con toda la pena del mundo, tuvimos que despedirnos de un Paris lluvioso, cogimos el metro a Denfert-Rocherau para poder ir con el Orly Bus al aeropuerto, la verdad es que es un transporte bastante cómodo y rápido. Lo único malo es que el aeropuerto
de Orly no tiene demasiada oferta comercial y es un tanto pequeño como para que toda la gente que esta esperando se pueda sentar, esto es aún más exagerado cuando los aviones salen con retraso. Así que no toca otra que ser paciente. Y esto fue nuestro viaje a París. Fue un viaje maravilloso con una compañía casi perfecta. Superó, con creces, cualquier tipo de expectativa previa. Un viaje que se recordará para siempre. v
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Gran Canaria, jardín ecléctico Cómo viajar a bordo del submarino de los Beatles, colarse en la vida nocturna de los isleños y huir del ‘boom’ inmobiliario TEXTO Y FOTOS JORDI PUEYO BUSQUETS FECHA DEL VIAJE DICIEMBRE 2015
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odos mis amigos me decían que Gran Canaria era el patito feo del archipiélago. Me uní al plan de unas amigas para ir a la isla a pasar el Puente de Diciembre. Nuestros tres objetivos eran: fiesta, comida y, por encima de esto, reencontrarnos con el clima veraniego que ya quedaba muy lejos en la península. Mi primera incursión canaria duró seis días. Fueron suficientes para regresar con mi mochila de viajero cargada de muchas sorpresas. La asombrosa
flora macaronésica de la isla está llena de matices, una variedad que se refleja en el día a día y las opciones turísticas que nos brinda este emplazamiento atlántico. Después de una caminata de atardecer con brisa cálida por el paseo de las Canteras, que acaricia los metros y metros de la playa que lleva el mismo nombre, acabamos con una cerveza D or a d a
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DNI DEL VIAJERO Nombre: Jordi Apellido: Pueyo Busquets De: Barcelona (España) Edad: 33 años Descubrir cómo funciona el mundo es lo que más me gusta. Supongo que por eso decidí dedicarme al periodismo. En el trabajo cada día aprendo cosas nuevas y esto también sucede, de manera muy intensa, cuando viajo. Ver nuevos paisajes y conocer a gente igual y a la vez diferente a mi en otros sitos del planeta me apasiona. Por eso intento llevarme detalles de los destinos que cuesten de encontrar.
en mano. La noche nos llevó a los bares musicales, donde sirven unos mojitos dignos del Caribe, y las discotecas de la zona del parque de Santa Catalina. El ambiente de los locales de esta parte de la ciudad es un tanto hipster a la vez que fruto de aquella combinación que, con mucho blanco y negro, busca la modernidad sin renunciar a recursos como objetos de aire barroco de color dorado. Nuestra elección fue Chester Club & Lounge, donde predominaban autóctonos de la isla y estuvimos bailando sin parar. Durante los momentos más pardos también descubrimos la discoteca Fortuni, que en las horas más puntas congregaba larguísimas colas. En la ciudad abundan también los karaokes, como el Ghost, en la calle Franchy Jardín Botánico
Roca. Otra opción es un local que se encuentra cerca de Nicolás Estévanez con Tomás Miller. Sus propietarios son de origen filipino y el sitio congrega básicamente miembros de esta comunidad, bastante abundante en la isla y con gran pasión por este tipo de actividad recreativa. La cara más diáfana de la isla nos invitó a pasar por el jardín botánico de la Marquesa de Arucas, donde se pueden ver muchas de las plantas que en el norte de la península tenemos en el interior de nuestras casas. Allí crecen libres y a lo grande, sin la limitación de una maceta. Uno de los árboles más sorprendentes es la Dracaena drago, símbolo natural del archipiélago. Arucas es también
Las papas
conocido por el imponente templo de San Juan Bautista. En Teror nos enamoramos del abanico cromático que conforman las fachadas de las casas, y acabamos bailando a pleno sol y a ritmo de una orquesta que interpretaba Georgie Dann. Reafirmamos allí una vez más la idea de que nunca sabes cómo vas a terminar el día.
Dracaena drago
Faro de Punta Sardina
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Las papas con mojo picón fueron una constante en nuestra ruta. Hay que probarlas en todos los sitios que se pueda para poder llegar a valorarlas bien. Los que no soportáis el picante tenéis que saber que cuando el mojo es verde, no es picón. Uno de los hits del viaje en términos de postureo fue nuestro paso por el Faro de Punta Sardina. ¿Qué mejor que una puesta de sol acompañada de un faro con aires de fin del mundo para dar envidia en las redes sociales?
El paisaje cambia radicalmente cuando te acercas al centro de la isla. Los edificios surgidos del boom inmobiliario de los años 60 y 70 mutan completamente hacia pequeñas casitas de montaña. Lo llano se vuelve más abrupto, y Tejeda es un buen punto de partida para llegar al Roque Nublo y al Roque Bentayga, ubicaciones que fueron lugares sagrado para los aborígenes. Para conocer más detalles de la etnografía de la zona es imprescindible visitar el Centro de Interpretación
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Submarino Amarillo
Degollada de Becerra. La entrada es gratuita. Un gran arcoíris reina en el sur de la isla. Maspalomas es un paraíso del turismo gay y su máxima expresión se puede ver visitando el Centro Comercial Yumbo. El espectáculo de las drag queens de Chez Funny Boys nos retuvo hipnotizados durante horas. Los transformistas del local se ponen en la piel de grandes divas y bordan su papel. Más allá de la altura de vértigo de los tacones en Yumbo hay quien busca sexo a modo de cruising
y uno se puede perder en los sex shop casi a cualquier hora. Una de las cosas que nunca me había imaginado que encontraría en Gran Canaria era el submarino de los Beatles. Y allí estaba. En el puerto de Mogán fue donde embarcamos rumbo al fondo del mar en un viaje de 45 minutos que alcanza los 20 metros de profundidad. Entre los peces y con la música inquietante de Veinte leguas de viaje submarino de fondo pudimos distinguir un espetón.
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Arucas
Punta Sardina
Catamarรกn
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De repente nos sorprendieron los restos de un barco hundido. No había ningún indicio de tesoro y fue por esto que, tras salir por la escotilla, decidimos comprar un décimo de lotería. También comimos un surtido de pescado fresco a la plancha que nos permitió, ya en la superficie, seguir disfrutando del fondo del mar. Gran Canaria es un destino donde se puede viajar con un presupuesto ajustado. Las compañías de bajo coste ofrecen precios muy interesantes para viajar a la isla, incluso en períodos con bastante demanda. Si uno es capaz de evitar las grandes cadenas de hoteles, hay una oferta de pensiones –sobretodo en Las Palmas– que en algunos casos pueden llegar a tener más encanto, ya que están
ubicadas en calles muy céntricas en edificios con más personalidad. Y una vez allí, un pequeño Caribe español os recibirá con los brazos abiertos. Es importante tener en cuenta que hay que vigilar con los promotores que abordan a los turistas. Compramos un mega pack económico con entrada a todas las discotecas de la zona –con cóctel de bienvenida- y un viaje en catamarán con barra libre. No pudimos aprovechar bien el todo incluido porque hubo quien, mareado, cayó rendido en la zona de chillout. Estuvimos también en una de las discotecas pero la oferta resultó ser mucho más limitada de lo que nos vendieron. Ya veis, no lo pudimos evitar. A pesar de considerarnos viajeros independientes, acabamos sin poder evitar hacer el guiri. v
Tejeda
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La ciudad de la esperanza De la Ópera a la playa pasando por el Real Jardín Botánico y los impresionantes museos de la ciudad. Descubrimos el mejor Sydney TEXTO Y FOTOS GEORGINA ROSE WILLOUGHBY FECHA DEL VIAJE 16/10/2015 A 12/11/2015
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S
ydney, la ciudad de la esperanza, la riqueza y los nuevos comienzos. La capital de Nueva Gales del Sur y una de las ciudades más grandes de Australia es un hermoso lugar que no se puede olvidar fácilmente. La sensación de “ciudad de la esperanza”, no es algo que forma parte del pasado, sino que se percibe aún hoy en esta vibrante ciudad a la que cada día llegan personas de todas las partes del mundo para ver lo que esta capital tiene que ofrecer.
Algunos piensan que esta bella ciudad es célebre únicamente por su puerto frente al famoso edificio de la Ópera, sin embargo, hay mucho más. En este artículo voy a tratar de explicar lo más interesante que se puede hacer en Sydney, los mejores lugares para visitar y cómo explorar este maravilloso lugar sacando el mayor partido del recorrido. En primer lugar empezaremos con el emblemático puente del puerto de Sydney, la imagen de postal que todos hemos visto repetida infinidad de veces hasta
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convertirse en la foto que a todos nos viene a la mente cuando hablamos de esta ciudad. Cada visitante que pasa por Sydney debe buscar un momento de su viaje para explorar este puente de arcos de acero diseñado y construido por la firma británica Dorman Long & Co Ltd e inaugurado en 1932. Es una verdadera emoción recorrer el puente de lado a lado, para pasar del distrito central de negocios de Sydney a la parte norte de la ciudad. En cualquier caso, para los viajeros más aventureros yo sugeriría subir por la estructura del puente para explorar esta épica construcción de la mejor manera posible. Esta opción no es la alternativa más barata para disfrutar de la vista, pero si no hay problemas de presupuesto, es una experiencia que recomiendo encarecidamente para disfrutar de una perspectiva inigualable del esplendor de la ciudad australiana.
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DNI DEL VIAJERO Nombre: Georgina Rose Apellido: Willoughby De: Reino Unido Edad: 22 años Mi nombre es Georgina, nacida en el condado de Yorkshire en UK, me he graduado recientemente en la Universidad de Leeds, y ahora estoy en Londres para continuar mi carrera profesional. Amo los viajes y mi sed de aventuras no se apaga nunca. Ya sea en Barcelona, Sydney, San Diego o Río de Janeiro, siempre disfruto al máximo y aprendo todo lo posible de cada cultura. Si queréis saber más sobre mis viajes no dudéis en escribir: georginarosewilloughby@gmail.com
Continuando desde el puente del puerto de Sydney no puedo dejar de mencionar las bellas zonas portuarias del centro de la ciudad que constituyen los impresionantes Darling Harbour y Circular Quay. Estos puntos de acceso junto al agua son unos de los principales destinos turísticos del viajero que llega a Sydney, gracias a sus bonitos restaurantes, los animados bares y los locales de música en vivo casi todas las noches. Desde la Circular Quay, hay la opción de coger el ferry a Manly que es un paseo maravilloso si el día es soleado y la mejor manera de estar
muy cerca del agua sin necesidad de zambullirse. Es un maravilloso espectáculo ver la Ópera de Sydney desde todos los ángulos posibles y ver como el puente del puerto se va alejando y aparecen en el horizonte las bonitas playas de arena de Manly. Las playas de Sydney merecen un lugar especial en un itinerario por la ciudad, y en realidad se podría escribir un artículo entero sobre ellas. He tenido que optar por mencionar solo algunas, entre las que quiero destacar en primer lugar la celebérrima Bondi Beach extremamente famosa por sus fiestas
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y por los surferos que recalan en ella para disfrutar de sus olas, pero que también ofrece otros atractivos como muestras de arte consistentes en colecciones de esculturas ubicadas junto a la orilla del mar a lo largo del paseo de la costa , en los meses de primavera. Desde Bondi el viajero puede caminar hasta Coogee disfrutando en todo momento de las más increíbles vistas que se puede imaginar. También hay un sendero que bordea la costa y que recorre otras de las playas más emblemáticas de Sydney. Además de estas zonas costeras, quiero mencionar también la playa de Shelly, que se encuentra en Manly.
Esta pequeña cala concentra una gran variedad de flora y fauna maravillosa que se puede explorar en su propio hábitat natural. Un verdadero regalo para el viajero amante de la naturaleza en todo su esplendor. Para aquellos que prefieren visitar otras zonas de Sydney hay mucho para ver y explorar dentro de la maravillosa ciudad. Por ejemplo, la capital es la sede de muchas galerías de arte impresionantes que incluyen el Museo de Arte Contemporáneo y la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur. Ambas galerías reúnen una especial colección de obras de arte. Sin embargo los que busquen algo un poco
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más extravagante, tendrán que visitar sin falta la White Rabbit Gallery. Esta galería de arte contemporáneo chino se distribuye en varios niveles y ofrece al visitante las obras de arte interactivo más maravillosamente extrañas que yo he visto nunca. La mejor parte de estas galerías de arte es que todas ellas son de acceso gratuito, por lo que no hay excusas para no descubrir este importante lado cultural de la ciudad. Además de estas maravillosas galerías, hay otras ofertas culturales muy interesantes que incluyen, por ejemplo, el Rocks Discovery Museum, ubicado en una zona histórica de la ciudad.
Además de la historia que se puede aprender de las galerías de arte y museos también se puede aprender mucho de la ciudad simplemente paseando por las calles o los parques de la bella Sydney. Justo a la vuelta de la esquina del edificio de la Ópera se encuentra el Real Jardín Botánico, que son un paraíso de tranquilidad en medio del caos de la ciudad. En esos mismos jardines de una belleza que corta la respiración se encuentra el Palacio de Gobierno, una regia y hermosa construcción que ha sido la residencia oficial del gobernador de Nueva Gales del Sur de manera intermitente desde 1845.
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Aunque la historia de Sydney es muy interesante, no quiero dejar de lado la gastronomía de esta vibrante ciudad. Hay, sin duda, un exceso de variedad en esta ciudad cosmopolita, sin embargo, para quien esté buscando una experiencia verdaderamente especial en este sentido es obligatorio ir a cenar al restaurante 360 en lo alto de la Torre de Sydney. Este exclusivo lugar regala vistas inigualables del magnífico skyline de Sydney y ofrece un marco incomparable para una experiencia inolvidable. Para los que sufren de vértigo y quieren otro tipo de opción, Sydney ofrece alternativas para todos los gustos y bolsillos, y en mi opinión otra visita casi obligada es la zona del
Chinatown, un maravilloso trozo de Asia justo en el centro de la ciudad australiana. Con todo, hay mucho que hacer en Sydney y habitualmente el tiempo nunca es suficiente para cansarse de esta maravillosa ciudad. El bullicioso centro con todo lo necesario para que el viajero disfrute de una estancia inolvidable, las impresionantes playas, los museos y galerías de arte, los restaurantes y bares, así como el archifamoso teatro de la Ópera más icónico de todo el mundo. Este es un destino para visitar en cualquier momento del año, y una ciudad paradigma de la diversidad y la modernidad en todo su esplendor. v
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LAST MINUTE...
Oxford Pubs, parques y cultura. Legendaria gracias a sus ‘college’ universitarios, esta ciudad inglesa fundada en el s. X es hoy epicentro de la cultura anglosajona.
Consejo: Si visitas Oxford no puedes perderte su Biblioteca Bodleiana, ‘The Bod’, qu e alberga la in creíble cifra de 9 mill ones de libro s. Es de las más antiguas de Europa y Inglaterra.
El Instagram
@carynstreeter
El libro
En la maleta. En su web, la universidad define el clásico ‘look’: mocasines Oxford, pantalones chinos rojos y el típico blazer azul...
xford nir’. La O El ‘souve editorial la ress es P y it rs e iv Un ida del y reconoc e d n ra g s má sicos está tre sus clá n E . o d n mu s maravipaís de la l e n e ia ‘Alic n Oxford, r Carroll e o p ta ri sc llas’, e e real... ió a la Alic c o n o c e dond
El plato Oxford ‘sausages ‘
El inspector Endeavour Morse es, sin duda, de los personajes más célebres de la ciudad. El detective surgió de una serie de libros escrita por Colin Dexter (1975 y 1999), y derivó en una serie televisiva que duró más de 20 años.
La ‘playlist’
El sitio
1. Mallard Song. All Souls’ College
Ox.ac.uk/world-war-1. Oxford es una fuente inagotable de autores. Entre los más célebres está el profesor de la casa J.R.R. Tolkien, que escribió ‘El señor de los anillos’ y el ‘Hobbit’ allí, tras haber servido en la Primera Guerra Mundial. Hay tours que visitan su casa y aulas.
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2. Zorbing. Stornoway 3. Corpus Christi Carol. Jeff Buckley 4. Alright. Supergrass 5. Oxford Town. Bob Dylan 6. Oxford Coma. Vampire Weekend
magellan De viajero a viajero
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En el pr贸ximo n煤mero:
Viajamos a la isla de Pascua
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