En esta edición: Melissa Sepúlveda, Daniel Alcaíno, Gabriel Boric, Roxana Miranda, Suvberso y más. Nº 11 2014
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índice
EDITORIAL
AL PODER HAY QUE FALTARLE EL RESPETO (GABRIEL BORIC)
FUTURO INVERSO (SUBVERSO) Por Militantes Libertario/as Sindicales y Territoriales de Buenos Aires. EL PODER COMO UNA CAPACIDAD CREADORA (MELISSA SEPÚLVEDA) EL ANARQUISMO ENTRE EL PODER, LA AUTONOMÍA Y LA REALIDAD (MILITANTES LIBERTARIOS/AS DE BUENOS AIRES) EL PODER DE SER CONCIENTE (DANIEL ALCAÍNO) DE LA “DE LA CALLE CALLE A A LA LA DISPUTA DISPUTA DEL DEL PODER(ROXANA (ROXANAMIRANDA)” MIRANDA) PODER
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Queda rigurosamente permitida la reproducción total o parcial de esta publicación y puede transmitirse en cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro. El resultado de nuestra obra de creación colectiva no corresponde a un producto, por lo que éste ha sido elaborado precisamente para ser democratizado y socializado.
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proyección Librería
EDITORA: Nathaly Jones. proyecció Librería DISEÑO: Polilla Delacalle. EN ESTA EDICIÓN: SUBVERSO, GABRIEL BORIC, MELISSA SEPULVEDA, MILITANTES LIBERTARIOS BUENOS AIRES, DANIEL ALCAÍNO, ROXANA MIRANDA. AGRADECIMIENTOS A: den Revolutionsmäzen y a Flavia.
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PROPAGANDA NAZI
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11 l a i r o t i Ed
NI 4 AÑOS,
ni el poder
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no de los hombres que mejor ha personificado las perversiones del poder es, sin duda, Adolf Hitler. Ese poder personalista, mesiánico, dictatorial, supremo. Pero con su repugnante obra política y la tragedia del Holocausto, hemos olvidado que este hombre revolucionario era aclamado por millones de alemanes que veían en él a un salvador. El resultado fue una brutal dictadura, pero en su génesis Hitler se inició con la estrategia de la ruptura democrática, concepto que –irónicamenteha sido puesto en el debate político por quienes algún día se autodenominaron como libertarios.
dente, por tanto éste era el hombre al cual había que convencer y manipular. Después de mucho lobby y negociaciones, en medio de una profunda crisis política, el presidente nombró a Hitler como Canciller. Hitler moderó su discurso antisemita y aseguró que sólo necesitaba 4 años en el poder para hacer las transformaciones que el pueblo alemán necesitaba. Se comprometió a usar poderes especiales sólo en casos esenciales y pregonó la paz en occidente y la unión soviética. Lo que sucedió con el paso de los años ya es parte de la triste historia universal.
La estrategia de la ruptura democrática se presentó como la mejor alternativa para Hitler, ya que el ascenso al poder por la vía democrática y legal, con la llegada de parlamentarios Nazi al congreso, se podrían generar cambios que -aunque fueran lentos- serían garantizados constitucionalmente. Así Hitler se apoyaría en la democracia y en las elecciones para llegar al poder y luego avanzaría hacia la refundación del Estado. Paralelamente, había comenzado ya a construir una compleja estructura dentro de su partido, la cual reemplazaría al Estado una vez que estuviera en el poder.
¿Podemos obtener otros resultados si utilizamos la misma estrategia? ¿Existen entonces diferentes tipos de poder? ¿Qué es lo que hacen los políticos actuales cuando piden que les d e mos los mismos 4 a ños q u e p ed ía Hitler? ¿No es contraproducente para nuestro desarrollo seguir creyendo y validando el poder del Estado? Para el reformismo pueden existir todos estos matices, pero para quienes nos declaramos libertarios, el poder no es una herramienta ni mucho menos un objetivo. Nuestro horizonte político no es el cambio de periodo a uno más favorable, sino que generar las condiciones que garanticen un avance hacia la revolución, es decir, incorporar a las masas en la lucha por el socialismo. La historia nos ha demostrado que el poder, representado por las clases dominantes, es el enemigo
Era claro que incluso antes del ascenso de los nazis, el poder ya no residía en el pueblo alemán ni en su parlamento democráticamente elegido. Todo el poder descansaba en la figura del presi-
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...PARA MENTES SUBVERSIVAS
del pueblo. Estas elites, que surgen a través de procedimientos legítimos, están en un constante proceso mediante el cual el poder aumenta y se perpetua a sí mismo, retroalimentándose y produciendo, por tanto, más poder. Esta es la amenaza de las sociedades modernas, donde el poder reside en los gobernantes y donde las personas no significamos nada ante a esta maquinaria. La instalación de un nuevo orden social, con una democracia directa, social, desde abajo y articuladora de la clase trabajadora, es lo que los revolucionarios hemos llamado poder popular, como un poder contrahegemónico pero que en sí mismo contiene la esencia de la sociedad futura, que aspira desde él enfrentarse al poder burgués y superar la sociedad capitalista a través de una vía revolucionaria. Este poder necesariamente estará siempre en conflicto con el poder del Estado, ya que persiguen poderes diferentes, y si bien la relación que se establezca entre ambos dependerá del g ob ier n o de t u r no qu e e s t é adm i nistrando el Estado, ya sea bajo un gobierno de derecha, donde va a ser un Estado funcional a la acumulación de Capital, o bajo un gobierno de izquierda o progresista, donde va a ser decisiva la incondicionalidad que pueda llegar a tener con las demandas del poder popular, siempre será una relación tensa y conflictiva.
Precisamente por esto último, por esta incompatibilidad entre estos poderes, es que tomarse el Estado y reproducir su funcionamiento no es suficiente para avanzar en un camino revolucionario. El Estado es una maquinaria muy perversa, que reproduce estadistas, funcionarios y burócratas de todo tipo. Es una maquinaria necesariamente separada de la gente, separada de las verdaderas necesidades del pueblo. Por eso hoy, más que nunca, en la crisis política y sistémica que atravesamos, es fundamental recuperar y profundizar el debate en torno al poder popular, asumiendo que el camino hacia una sociedad libertaria comienza en las luchas de hoy. Que las masas populares adquieran este grado de conciencia, sólo se logrará cuando los revolucionarios asumamos verdaderamente el rol de articular las prácticas y experiencias en reflexiones políticas, tensionando y politizando desde la movilización. Para que así los políticos, sean del partido que sean, no sigan burlándose de nuestro pueblo y no nos sigan pidiendo que les demos el poder, aunque sea “sólo por 4 años” para que nos gobiernen a su pinta y de acuerdo a sus intereses.
¡A luchar, a crear, poder popular!
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AA G A BR IEL BO RIC
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o más noticioso de las recientes elecciones parlamentarias, fue el hecho que 4 ex dirigentes estudiantiles fueron electos y ejercen hoy en el Congreso como diputados. Las comunistas Vallejo y Cariola, que por años atacaron a la Concertación como responsable de la crisis en la educación, dejaron atrás sus malas palabras hacia Bachelet e hicieron campaña codo a codo con la presidenciable. Dijeron que la política es así, que se unieron para fiscalizar desde adentro, pero mientras ellas se sacaban fotos con Michelle para lograr más votos, y mientras la Nueva Mayoría le garantizaba el triunfo a Giorgio Jackson dejándole el camino libre sin contrincantes que le pelearan los votos, hubo un silencioso candidato que se tomó todo esto con distancia, que no le temió al monstruo binominal y que terminó venciéndolo: no entró a ningún pacto electoral, se tiró como independiente y salió electo en sudistrito. En la franja electoral, con su pelo al viento, con las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta, salía en medio de un desolado paisaje austral, y en sus 4 segundos en pantalla decía “Desde Magallanes a cambiar Chile”. ¿Quién se iba a imaginar que saldría electo como diputado? Pero venció al binominal, enojando a todos los que tenían que enojarse. Por eso, Boric desde el primer día ha sido el blanco de críticas que esconden lo que verdaderamente les molesta: que se viste de manera informal, que no usa corbata, que se estiró y bostezó en medio de una sesión, y un patético etcétera. Cuando en el fondo, bien en el fondo, es la presencia de Boric en el Congreso lo que realmente les molesta.
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MALA / EDICIÓN 11 / 2014 ¿Cuál es tu creencia respecto al poder? Creo que es necesario desinstitucionalizar el poder, ya que éste no se encuentra reducido a los aparatos formales de dominación, sino que su potencial se encuentra en cada uno de nosotros, particularmente en nuestra organización. Al poder hay que faltarle el respeto. Según tu trayectoria política y de lucha, ¿cómo te enfrentas hoy estando en el poder? Me enfrento al poder haciendo un esfuerzo consciente por desmitificarlo, por no caer en el juego del poder por el poder, siendo iconoclasta ante sus ritos. Pero no pierdo de vista que el poder bien utilizado puede ser una herramienta importante de transformación social. Y ese objetivo, la transformación de este modelo, es el que me tiene acá en el parlamento. ¿Qué rol va a jugar un diputado autónomo en el congreso? ¿Qué expectativas puede tener la izquierda de intensión revolucionaria en tu gestión? Mi compromiso es con la clase trabajadora, con los estudiantes, con los pobladores y, en general, con todos quienes han sido excluidos por décadas de la construcción de nuestro país. Espero, desde el parlamento y la calle, poder contribuir a una mayor politi-
zación de la sociedad. Desde mis intervenciones pretendo cuestionar el fondo del problema que tenemos en Chile: el sistema neoliberal en sus dimensiones política, social y económica que fue impuesto a sangre y fuego por la dictadura y administrado durante 25 años por los gobiernos de la Concertación y la Derecha. Entendiendo que lo que pueda hacer 1 solo diputado no va a transformar nada, y que las transformaciones están siempre en las manos de los movimientos sociales, ¿en qué medida tu posición en el congreso -con la visibilización que eso conlleva- puede servirle al movimiento popular y a la clase trabajadora? Yo no cifro mis expectativas de un cambio radical en el actual modelo de dominación desde el parlamento sino desde las luchas sociales. En ese sentido, mi objetivo es que utilicemos la plataforma que me entrega ser parlamentario para amplificar estas luchas y desafiar nuestra anquilosada institucionalidad en donde la república más que un reino de justicia e igualdad pareciera ser una misa sin Dios.
Gabriel Boric: Diputado de la República, distrito 60 Magallanes y de la Antártica Chilena. Ex dirigente estudiantil, miembro de Izquierda Autónoma.
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El poder de un
INVERSO”
“FUTURO
“FUTURO
INVERSO”
H
ace años escribí estas líneas:
¿Dónde entierro estos cientos de muertos ocultos de Antuco hasta Arauco hasta Atenco? ¿Cómo enfrento estos tiempos violentos entre templos del consumo y del cemento? ¿Cómo invento un futuro inverso? ¿Cómo transciendo una arenga en versos? ¿Dónde encuentro el andar intenso que me ayude a cruzar el desierto inmenso?” Los “muertos” eran el pueblo nuestro, desde unos adoctrinados reclutas marchando por el costado del Volcán Antuco, hasta Rodrigo Cisterna y la ráfaga que frenó su enclasada acción directa, hasta los muertos latinoamericanos de siglos y siglos que nos siguen doliendo … Los “tiempos violentos” son éstos: tiempos neoliberales, la violencia implacable de la explotación y la desigualdad, el veneno del consumismo fluyendo por nuestras venas, el endeudamiento crónico, el miedo a perder la pega o a levantar la voz… La destrucción de nuestra identidad e historia, enterrada bajo el cemento de estas ciudades que nosotros construimos, pero que no están hechas pensando en nuestras necesidades, sino para reproducir una posición social de subordinación, siempre en función de los planes y deseos de los ricos… El “futuro inverso” es la revolución, nuestra victoria, el desarrollo del poder del pueblo, esa fuerza indomable capaz de transformar nuestro destino y poner el mundo “patas arriba”: todas las decisiones en manos de la clase trabajadora, para finalmente mandarnos solos y
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por Subverso
determinar nuestra propia vida, nuestra felicidad.
La “arenga en versos” es el discurso de los revolucionarios, ése que a veces se presenta más intelectual o académico, y otras veces viene más desde la guata, la calle, la vivencia o el sufrimiento, pero que seguirá siendo incompleto mientras el pueblo no lo practique, mientras no lo identifique y no se vea reflejado en él… Es la palabra que denuncia los crímenes del poderoso, que propone que los pobres hagamos justicia, y también la acción valiente sin palabras, pero sin pueblo organizado detrás… ¿Cómo hacemos más “transcendente” y poderoso ese contenido discursivo? ¿Cómo aportar a su construcción radicalmente, sin quedarnos hablando solos? Finalmente, el “andar intenso” es ese camino colectivo de búsqueda, de lucha y organización, ensayo y error, teoría y práctica, intentando construir nuestro poder. Hoy vemos mayor voluntad de movilización social — no somos mayoría, pero somos más que antes.¿Será un nuevo ciclo, será verdaderamente “popular” el contenido de estas luchas? ¿Podrá ayudar a nutrir espacios de poder popular? Es un debate abierto, porque al frente
MALA / EDICIÓN 11 / 2014 tenemos una clase dominante que se reinventa y siempre parece encontrar la configuración política precisa para desactivar lo peligroso. Tiempo de “andar intensamente”, entonces, no marcando el paso sino con la vocación de crecer y dar saltos cualitativos, dando luchas más eficaces . Pero tampoco buscando atajos, sin esperar resultados inmediatos, sin apurarse… ¿Desde dónde? La canción continuaba así: Atento al común destino A ras de suelo, descifro los signos de abajo y de adentro Un tajo en el centro del razonamiento de Estado Y ahora sí que ya molestamos… ¡Cuidado! En el “común destino”, o sea, junto a nuestro pueblo, en sus territorios y vivencias cotidianas, buscando la solución a nuestros problemas “a ras de suelo”. En la lucha reivindicativa, cuando ésta sirva para “molestar” y descubrir juntos “los signos de abajo y de adentro”: las claves y tácticas más efectivas para estos tiempos. Y en la lucha política, cuando ésta sirva para visibilizar propuestas de cambio radical y caminos de auto-organización de la clase. El “tajo” es la irrupción, la rebeldía, el desacato, es contravenir las lógicas del poder burgués y desafiar sus reglas, sorprenderlos, esquivar sus golpes, llevarlos a nuestro territorio… Esto no niega entrar a su “rin”, pelearle en su propia casa si es necesario, pero siempre con nuestro estilo y nuestras fortalezas, aprendiendo a usar sus herramientas pero nunca renunciando a las propias, y tampoco mimetizándonos con ellos. Distintos objetivos e intereses necesariamente pelean distinto – y nosotros peleamos con nuestra propia ética y reglas… Si el “razonamiento” político construido por y para los ricos no aporta al poder del pueblo, debemos combatir mirando nuestras necesidades. Eso no significa marginarse de la pelea, ni actuar con miedo a resultados adversos, sino escoger nuestro ritmo de entrenamiento, y aprender juntos cómo y cuándo golpear. Vamos a perder muchas batallas, es cierto. Pero si perdemos y siempre aprendemos, sin que
nos eliminen (políticamente hablando), podemos ganar... La canción terminaba así: “Esto es más que un experimento Hay que hacer manifiesto el enfrentamiento El arte es lanzarse hacia lo incierto Como parte de un pueblo en movimiento” “Hacer manifiesto el enfrentamiento” es la lucha ideológica, la tarea de concientización, prioritaria en cada paso que damos y presente en cada aspecto de nuestro quehacer. Develar siempre la naturaleza de la sociedad de clases, que nos aplasta a todos pero que oculta tan bien la hegemonía dominante, y a la vez comunicar nuestras capacidades y potencialidades como clase, porque sin una conciencia en desarrollo no hay posibilidad alguna de construir poder desde el pueblo. “Lo incierto” son nuestras apuestas políticas. Ningún “piño” o corriente posee una fórmula mágica, y los revolucionarios del futuro están forjando su identidad en una dura pelea contra una máquina de producción de consenso, distracciones y vicios. Ellos irán afinando su estrategia sobre la base de lo que construyamos hoy. Humildemente debemos conocer nuestras limitaciones y reconocernos como “parte de un pueblo en movimiento” que tiene muchas expresiones. La unidad y la confluencia son aún tareas pendientes. Parecen muy lejanas si observamos la forma en que hablamos muchas veces, desde los siguientes supuestos: “pensamos y hacemos las cosas muy distinto a los demás”, y entonces “están todos equivocados menos nosotros”, y por lo tanto “cuando no podemos hegemonizar, avanzamos mejor solos”. Estas miradas dificultan la unidad, pero la identidad subjetiva no es el único problema y fomentar confianzas es solo un primer paso. Los acuerdos estratégicos y tácticos serán, en definitiva, lo único que irá uniéndonos nuestros caminos. Pero hay que buscarlos sabiendo que serán incompletos, “inciertos”… El factor común es nuestra fe en este camino, buscando construir el poder autónomo de nuestra clase – el poder del pueblo. Cada estrofa de esta canción de lucha debe ser mejor que la anterior…
¡Solo en el pueblo confiamos! ¡Solo luchando avanzamos!
Subverso: Rapero chileno e impulsor del hip-hop combativo y rebelde. Su música es una herramienta de comunicación y educación para apoyar las luchas populares.
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El poder como una posibilidad CREADORA
por
Melissa Sepulveda
Melissa Sepúlveda: Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech). Estudiante de 4° año de Medicina. Representante del movimiento libertario.
n términos personales no fue fácil tomar la decisión de postularme a la presidencia de la Fech, porque desde la tradición anarquista, libertaria, es todo un tema el asunto de los cargos de representación. Tampoco fue algo que yo quisiera, pues representa una contradicción en una estructura muy presidencialista, donde la concentración de poder es también muy alta. Pero con un grupo de compañeros y compañeras vimos la posibilidad de formar en este espacio las lógicas bajo las cuales nos organizamos y bajo las cuales se distribuye ese poder. No como capacidad de coerción, sino que ese poder como capacidad creadora, como la posibilidad de. Y en eso –efectivamente- la Fech tiene muchas posibilidades, tiene llegada a mucha gente, es un actor muy legitimado, que entrega la posibilidad de poner sobre la palestra y sobre el escenario muchos temas que habitualmente no existen por la cooptación de los medios de comunicación. Todos los días hay reuniones, hay generación de muchas redes, todas las organizaciones se acercan a la fech porque saben que es una tribuna importante. Entonces, desde este punto de vista, por una parte es una responsabilidad muy grande, pero por otro lado es una posibilidad muy grande. Está la potencialidad de generar tremendas redes y de contribuir a la recomposición del tejido social que es una tarea que tenemos como izquierda revolucionaria. Está la posibilidad de construir una federación, un movimiento estudiantil (que si bien lo estudiantil es policlasista, posee también una identidad de clase marcada), y de generar una alianza histórica entre los trabajadores y los estudiantes, entonces se abren muchas puertas desde el puesto de la Fech. Este es un gran desafío que no es sólo mío y que hay que saber cómo manejarlo. Por esto, lo estamos abordando con un gran número de compañeros y compañeras, con la premisa que representa una cuestión fundamental para los libertarios, que es que lo político y lo social no puede estar disociado. Y frente a eso llegamos a la Fech como un actor político relevante que puede hablar de tú a tú con el bloque dominante. La Fech nos entrega la posibilidad de dialogar e interpelar directamente al bloque dominante, pero también nos permite algo estratégico que es hablarle al pueblo, donde se encuentran nuestros aliados de clase. Y estamos haciendo todos los esfuerzos para que esta perspectiva multisectorial que nos hemos propuesto, se concrete desde la herramienta de la federación. Ese será nuestro mayor poder como clase, la multisectorialidad.
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EL ANARQUISMO ENTRE EL PODER,
LA AUTONOMÍA Y LA REALIDAD Militantes libertarios/as de Buenos Aires:
Núcleo de militantes argentinos, algunos ex miembros de OSL que actualmente construyen una nueva organización política libertaria. Participan en organizaciones territoriales como el MTD 1° de mayo, el MTNS y en el ámbito sindical.
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BLAR A H E D A BAST UAR!! T C A E D ES HORA
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l aporte de las ideas anarquistas a la conceptualización del poder ha sido demasiado caricaturizado por otras corrientes ideológicas e inclusive por propios militantes libertarios. El extremo de la necedad es desconocer que el poder no es una cosa que se toma o se niega fácilmente. Se trata básicamente de relaciones sociales, teñidas hoy por la lógica del capital y el patriarcado pero que se reproducen en todos los planos y se articulan vertical y horizontalmente. Es por esto que pensar el poder hoy, desde una perspectiva libertaria, requiere complejizar el análisis sobre cómo y qué hacemos con él. En las experiencias concretas de militancia, lxs libertarixs nos encontramos con el duro combate contra el poder ejercido por el capital y la burguesía, mientras que proponemos el fortalecimiento del Poder Popular -como táctica y estrategia a la vez- en el camino hacia la revolución social. Resuenan en nuestras consignas palabras-conceptos como autogestión, autonomía, horizontalidad. Como si por solo nombrarlas acabáramos desterrando al poder opresor. Lo cierto es que el ejercicio efectivo de estos principios no empieza ni termina sólo porque lo dicte nuestra convicción o esté plenamente garantizada por la organización asamblearia. Implica además, el reconocimiento de la necesidad de elaborar una estrategia de construcción de base, anclada en las necesidades reales de nuestra clase, que dispute limpiamente al enemigo y que además sea efectiva. En Argentina en particular, muchxs libertarixs nos comprometimos con la lucha del movimiento de desocupadxs desde sus inicios. Allí nos encontramos con otras fuerzas políticas y organizaciones con las que supimos compartir no solo los piquetes, sino que además nos encontramos en el día a día de nuestra militancia territorial. En este andar nos topamos con distintos obstáculos en la construcción de nuestras experiencias. Pero también nos vimos enriquecidos a partir de la necesidad de reconceptualizar
y bajar a tierra el debate sobre el poder. En este sentido, lo cierto es que no basta con decretar el ejercicio de nuestra autonomía por fuera del Estado, no es suficiente denominar a nuestras experiencias como autogestivas sólo porque somos nosotrxs quienes administramos las cosas. Estos principios, vectores dentro del anarquismo, requieren una revisión crítica de cómo son efectivos en la realidad en la que nos encontramos. Nuestras organizaciones y luchas se mantienen en constante tensión contra el Estado. Exigimos recursos, disputamos el control territorial a los punteros, queremos construir otras conciencias y subjetividades alejadas del asistencialismo y la sumisión. Sin embargo, el Estado y el Capital (y por supuesto el patriarcado) ahí están, y aun hoy son hegemónicos. Entonces debemos afinar nuestro lápiz, y trazar junto a nuestra clase, las herramientas que nos permitan el ejercicio efectivo del poder popular, la autonomía y la autogestión. Ninguna de estas tres ideas fuerzas se resuelven por la administración pura de las migajas que nos da el Estado, ni por auxiliar sus funciones cuando este nos niega como clase lo que nos pertenece. De lo que se trata es de cuestionar el poder del Estado, enfrentarlo, visibilizar sus trampas; y, al mismo tiempo y sin creernos la vanguardia iluminada, construimos la resistencia y el ataque desde, por y para nuestra clase. Esto implica que nuestra construcción debe ser lo suficientemente sólida no solo en principios y valores contra el poder burgués, sino que además debe contener el ejercicio pleno de un Poder de Clase, un poder del pueblo anclado en el territorio, en los lugares de trabajo y en los espacios de formación educativa. Dejar de jugar a la autogestión y al antipoder para efectivamente construir tácticas de organización efectiva que permitan elaborar una estrategia a largo plazo basada en la potencialidad de nuestra clase.
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n medio del paseo Ahumada, en donde uno puede sacar una nítida radiografía de la sociedad chilena, allí rodeados de farmacias, bancos, multitiendas, indigentes, mendigos, extranjeros, comercio ambulante, y un pueblo que camina rápidamente, sin contemplar lo que pasa a su alrededor, aparece Daniel Alcaíno, con el libro “Arqueros, ilusionistas y goleadores” de Osvaldo Soriano bajo el brazo, y unas cuentas domésticas entre medio. Comparte con nosotros un extenso café, sentados en esas típicas mesas de la vereda, donde pudo explayarse sobre sus definiciones más políticas. Hace rato que se le viene arrancando un discurso político más puntudo, y haciendo guiños a los que están luchando. Venía recién despertando, nos dijo. Y aun así disparaba para todos lados. A veces se le escapaban la voz y los ojos vivaces de Yerko. Nos mimetizamos en medio de la gente, pero era inevitable que cada cierto rato alguien se le acercaba para saludarlo y felicitarlo. El pueblo lo quiere, ve en él una auténtica sencillez. Sería difícil imaginárselo en Vitacura hablando de cifras televisivas o de inversiones inmobiliarias. Tras una merecida edición, en resumen, esto fue lo que nos contó.
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MALA / EDICIÓN 11 / 2014 ¿Qué piensas sobre el poder? Como todas las cosas, es ambivalente. nosotros necesitamos como aspiración vivir nuestra vida con felicidad, y para eso hay cosas que nosotros elegimos, tenemos el poder de elegir, de delegar incluso en otros ciertos aspectos de nuestra vida, de nuestra felicidad, de las cosas que no nos queremos preocupar, de lo que se hace más tedioso. Desde antaño, desde que surge el contrato social -por decirlo de algún modo- desde que se hace este organigrama social, hay una distribución del poder, hay quienes administran, gobiernan, etc. Y el que está a la cabeza, un presidente, debiera gobernar para dejar a todos contentos, pero eso no se produce nunca. Yo creo que el poder existe y existirá siempre. El poder es también esa voluntad de querer hacerlo. ¿Crees con esa misma convicción en el poder popular? Ese poder popular como los obreros caminando por las calles, con los martillos, las palas, los azadones, viendo a un rico y cortándole la cabeza, tomándose sus cosas, manchando sus casas de mármol… Pero esa es la caricatura, es como que los anarquistas andamos rompiendo semáforos en las esquinas… No, no, incluso visto como algo romántico. ¡Rodarán las cabezas! Y ¡qué importa que manchen el mármol si los obreros no le dan importancia al mármol! El problema está cuando quieres robarte ese mármol porque ves en él lo mismo que ve el rico también. Entonces el pobre ahí ya está teñido de esa ambición. Pero cuando la cuestión se revierte para generar un estado donde no se busquen los privilegios, una suerte de bondad universal, que nadie sea más, que nadie tenga menos.
¿Una sociedad sin clases? Sí. Pero no sé si es un ideal. Porque el ser humano es diferente. Alguien va a querer ponerse una corona un día y los otros se van a empezar a perseguir, y van a decir, “y este ¿por qué anda con corona?”, “¿se creerá el rey de la huevá?”, y el tipo puede decir “pero si me quise poner una corona no más, porque como ahora no significa nada, y me gusta porque me veo más rico”. Entonces ¿la vanidad no existirá en ese momento? Entonces la vanidad te puede hacer vestir como rey, pero ya no estamos hablando del poder, estamos hablando de la vanidad. Otro puede querer ser rey para tener a todas las minas, y es de puro caliente, otro puede ser para robar, el otro para quedar en los libros de historia, hay tantos motivos para llegar al poder que también es imposible determinar una sociedad sin clases, sin nada, porque somos un grupo muy variopinto de gente loca. Hay cosas que son muy inherentes al ser humano que no podemos cambiar. Estoy medio etéreo…. Jajaja. Sí. Pero para ir acotando, tú has hecho varios guiños para el mundo popular en el que yo me muevo. Yo misma vi con sorpresa que al final de una de sus performances, Yerko Puchento gritó “por qué no encierran al paco que mató a Catrileo”. El medio en el que te mueves ¿se da cuenta de eso? Sí, y varias personas como tú que me lo han dicho, pero muy pocas. Te puedo hablar del personaje, que uno parte en la televisión, y hay ciertas cosas que no se pueden decir, y el poder te dice “no po, callaito”. Entonces yo quería decir algo y me decían que no. Y entonces dije si acaso podía preguntar. Y se ahuevonaron. Para que voy a decir yo algo,
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sino que la gente lo diga. Entonces le preguntamos “ustedes creen”, y si el público dice que sí, entonces es el pueblo el que habla. Y la idea es fantástica. “Ustedes creen que Mónica Aguirre se ha mordido el labio almorzando?” “Siiiiii” “Ohhh que son malos, peladores”. Y ahí a los tipos se les empezó a ir de las manos. Porque el personaje marcaba rating, era pedido, se hacía cada vez más famoso, y cada vez que no salíamos o la presentación era más breve, era comentado “lo censuraron”, “hasta ahí le llegó a Yerko”. Y todos hacen sus lecturas. Y la gente empezó a ver a un tipo que dice las cosas claras, y la gente encuentra que es bueno que lo diga, porque está ejerciendo dentro de la televisión, que es el cuarto poder del Estado, una ventanita que los representa también. Y yo creo que mi personaje hoy en día tiene cierto poder también. Un poder que es un poco de respeto también. Porque los ejecutivos ven que sé hacer mi trabajo, que lo hago bien, que nunca he bajado el rating, en 13 años nunca he perdido. Y si Yerko tiene ese poder y lo utiliza, ¿qué piensas tú de esa gente que teniendo la misma vitrina, no tiene ninguna postura? Yo creo que no les interesa. Porque a mí como que se me sale no más. Y esta gente se queda en su casa, viendo una película, no les importa lo que pasa, no van a las marchas. A mí me gustó de niño. Es como una enfermedad que tengo de niño. Porque finalmente ¿qué me trae? Sí, tener conciencia de muchas cosas, tener claridad política. Yo tenía 12 años y ya conocía las palabras como degollar, allanamientos, quemados vivos. Yo no lo hago ni de choro ni de nada. Te digo que es como una enfermedad en el sentido que a mí me va bien, podría estar en otra, haciendo otras cosas. ¿Qué tengo que andarme preocupando de gente que lo pasa mal? Podría ser más feliz. Pero no, mi conciencia me dice que no. Y vuelvo siempre al mismo lugar. Como medio pegado. ¿Cuál es tu ideal social? Yo estoy por la lucha por la libertad. Por una sociedad de iguales, por decirlo de alguna forma, donde todos tengamos acceso a las mismas cosas, con mayor educación, mayor conciencia, mayor capacidad de sueños, puros ideales. Pero depende de nosotros cómo llevamos nuestras vidas y cómo educamos a nuestros hijos. Todo parte de uno. Yo he visto cabros que están muy pasados a revolucionarios y no cachan nada. Se hacen los choros, atacan todo y en todo ven una dictadura. Y te atacan virtualmente escudados en seudónimos. Pero yo no los veo construyendo nada, eligen un camino fácil y al choque pero que no sirve para nada. Son hijos del modelo igual. Y este modelo, esta forma de vivir, desarrolla la ambición. Y la gente está todo el rato pensando “¿cómo la hago?” “¿cómo la hago rápido?”, “¿cuál es el camino más rápido?” Todo es ambición. Y de un millón de personas, 10 la van a hacer. Entonces la gente piensa “y si yo soy uno de esos 10 que la hacen”, entonces es como una lotería. Es como ir al casino y apostar por tu suerte. Pero hay otra gente revolucionaria que dice no, si nos organizamos a todos les va a tocar. Pero eso implica retroceder, frenar este modelo, organizarse, mirar, definirse, y ahí hay mucha gente que no está ni ahí con llevar ese proceso de reflexión. Quieren ir para adelante no más. Tu personaje más famoso se mueve en la farándula. ¿Qué piensas de eso que se dice que la farándula es una herramienta enajenante? A mí me da risa eso. Yo no soy tan paternalista como para tener ese tipo de discurso. Demasiado pasado. Qué lindo poner SQP a todo volumen y leer un poema de Tellier… ¡y entenderlo! Y si no lo entendiste porque te llamó más la atención lo que estaban hablando de la farándula, entonces haz la autocrítica de ver qué cosas son las que realmente te interesan. ¿Por qué tengo estas tremendas teles, pero no tengo ningún libro en el velador? ¿Por qué en vez de tener la tele aquí no tengo mejor una puerta que me comunique con la pieza de mi hijo para poder ir a conversar en la noche? Miles de preguntas que puedes hacerte. Porque lo otro es muy paternalista, de decir que den todos los días Teleduc, para que todos aprendamos a hacer muchas cosas, y puede ser fundamental, buena onda e interesante, pero la gente quiere ver otras cosas también. Y todo va a depender de cómo se utilicen esas cosas. Uno piensa que todo esto que ve, a uno no le sirve de nada, porque uno se puede dedicar a otra cosa, pero todo lo que uno ha visto desde niño, en la tele, todo conforma lo que uno es... el tema es cómo se utilice.
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roxana miranda De la calle a la disputa del poder E
n el centro de Santiago, al interior de una vieja casona compartida, en una puerta agrietada por los años, luce intacto aquel afiche de la campaña presidencial de Roxana Miranda. Atravesando esa puerta, un día cualquiera, a la hora en que todos son liberados de sus trabajos, comienzan a llegar algunos dirigentes del partido Igualdad. Se les ve con buen ánimo, entusiastas, como los narradores que son de una historia que era como un secreto a voces, pero que fueron ellos los que -llevando hasta la mismísima elección presidencial a una de las suyaslograron poner al pueblo como protagonista. En eso, llega ella. Sencilla, amable, empática, calmada, inesperadamente dulce. En confianza, nos cuenta algunos de los pasajes de su campaña presidencial. ¿Cómo fue sentarse frente a los poderosos a disputarles el poder? Yo ya tenía una práctica, que la fui forjando al calor de la pelea. Porque yo ya llevo años agarrándome con gerentes, parlamentarios, autoridades municipales, alcaldes, entonces ya tenía cierta práctica en ponerme de igual a igual. No fue difícil, pero cuando partí mi lucha en el ANDHA ahí si que fue difícil. Porque íbamos a reuniones con autoridades y era casi teatral, a medida que ellos iban hablando, cancheros, con sus trajes, su palabrería, nosotros nos íbamos chupando y achicando. La preparación la teníamos, también teníamos claras las propuestas, pero igual era difícil enfrentarse a esa gente. Y esta vez pusimos en práctica todo lo que hemos hecho durante años, por eso logramos mediáticamente invertir esa balanza, porque ahora los que se chupan son ellos. Y nosotros hemos provocado eso. Respecto a la exposición mediática, ¿Cómo fue tu paso por los canales de televisión? Lo más raro era lo que significaba llegar a un canal de televisión: que te maquillen, que te pongan un micrófono, etc. Me angustiaba mucho toda esa parafernalia, todo lo que hay detrás de las cámaras. Yo siempre quedé muy conforme con lo que hice en pantalla, porque rompí esquemas, rompí prejuicios, dejé muy bien posicionada la voz de los sin voz, a lo largo de todo Chile. Porque llegar a la televisión significaba tener la posibilidad de llegar a muchos lugares a los cuales nosotros no podíamos llegar. Eso fue sin duda lo mejor. Pero a la previa, a todo lo que está detrás de la pantalla, es difícil acostumbrarse, porque no en todos los lugares es lo mismo, ninguna escenografía era igual a la otra, no todos tenían el mismo trato, porque habían algunos que conversaban contigo antes de salir al aire, otros no. Para algunos yo era como si no hubiese nadie ahí, y eso a
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mí me lo hicieron en varios lados. ¿Había trato especial para los otros? Sí, muy marcado, demasiado. Pero nosotros sabíamos que eso nos iba a pasar y por eso eran muy fuertes nuestras palabras. ¿Cuál es el principal cambio en tu vida después de esto? Que ahora soy sujeto de opinión. Es una ganada importante porque me llaman de los medios de comunicación para preguntarme mi parecer sobre la contingencia política. Antes para hacer eso teníamos que protestar y aun así quedábamos a la interpretación de la prensa. Los medios decían que ahí estaban protestando nuevamente las deudoras habitacionales, pero nadie buscaba la profundidad de lo que significaba el drama de tantas familias estafadas. Y esta vez no, esta vez logramos con mucha habilidad, mucha astucia, y mucha simplicidad, aterrizar la política, hablar los temas que de verdad nos afectan a nuestras familias, y eso fue lo que caló profundamente en la base social. Logramos votos en lugares que ni conozco, que no tuvimos la posibilidad de ir. El cambio más grande en términos políticos también es que nos ganamos el respeto, ya no nos agreden, la gente tiene buena sintonía con nosotros. Antes cuando era deudora decían “estas viejas sinvergüenza que quieren que les paguen las casas”. Eso cambió muy bruscamente. ¿Cómo fue interpelar en vivo y en directo a los otros candidatos? Fue inesperado. No estaba pauteado, no era una responsabilidad militante, era simplemente algo espontáneo, porque era el pueblo el que estaba
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hablando. Y por eso tuvo un efecto tan grande, nosotros no nos dimos ni cuenta, porque no fue preparado. A mí me conocían como la vieja que andaba dejando la cagada en todas partes, en los bancos, en los ministerios, etc. Por eso nuestros oponentes apostaban a eso, decían “esta a la primera va a quedar en ridículo”. Ellos nunca se dieron el tiempo de ver el trabajo social que nosotros hacemos. Una cosa es la movilización, pero otra cosa es la preparación y los argumentos que tenemos para hacer las gestiones y sostener lo que denunciamos. ¿Y qué viste de parte de ellos? Incomodidad. Supieron disfrazar muy bien su rabia. Yo creo que ellos en algún momento sentían que era la nana la que estaba hablando. Era la nana sublevada la que le estaba discutiendo al patrón de igual a igual. Y eso fue un disfrute para nosotros, todo el rato. ¿Y cómo controlabas tú la bronca hacia ellos? No lo sé. Yo sentí que en muchos momentos ellos buscaron descolocarme, pero no lo lograron. A nosotros siempre se nos ha dicho “estas viejas ordinarias no tienen argumentos”, entonces yo tenía que mostrar la decencia que tenemos. Había una responsabilidad importante. Y el resultado es que nadie ha dicho “viste que el pueblo no sabe”, “viste que quedó en ridículo”, para nada, los comentarios son muy por el contrario, si fueron ellos los que quedaron en ridículo. ¿Estabas preparada para recibir a todo tipo de periodistas? ¿Cómo fue recibir a don Francisco en tu casa? La mía fue la única casa a la que ée. Fuerte en todo sentido. Porque su programa fue por muchos años el show con el que se taparon las torturas y todo lo que estaba pasando en nuestro país. Él me dice cuando llega a mi casa, así como con rabia,
MALA / EDICIÓN 10 11 //2014 2013 “usted está acostumbrada a funara la gente, a las autoridades, así que hoy nosotros la veníamos a funar a usted”. Y yo le dije “ya po, una vez más, porque nosotros los pobres venimos funados desde chicos”. Entonces ciertas respuestas le fueron generando a él otra mirada. Que víctima yo no era. Yo sentí que los matinales muchas veces trataban como de victimizarme. Como la candidata pobre, la candidata de población. Entonces eso aprendí rápidamente a revertirlo. Y ¿cómo se comportó él? Él estuvo más que nada mirando la casa. Los 36m2 de lo que yo le había hablado. Yo creo que ni su despacho mide eso. Entonces yo creo que él se impresionó de la fortaleza no sólo mía sino de la agrupación, porque yo le hablé mucho de los combos y patadas con los que nos ha tratado la autoridad, de cómo se destapó la problemática nuestra y de cómo los mismos bancos que a él le auspician su programa eran los responsables de la problemática nuestra. Yo no perdí oportunidad de transmitirle esos datos. Yo estaba preparada para lo peor, yo dije “si este viejo me huevea, yo ya sé lo que le voy a decir”, pero no fue necesario porque él me conoció y sabía que yo callada no me iba a quedar. Se cuidó mucho de no perder su ordenamiento. Más allá del posicionamiento político, del apoyo popular, de los nuevos adherentes; a la interna, ¿cuál es el balance y las tareas al corto plazo? Yo tengo mucha preocupación porque nosotros generamos mucha expectativa. Por eso estamos
trabajando de cabeza. Y la expectativa es grande: es cambiar esta sociedad, es transformar a una sociedad del buen vivir, es hablar de igualdad de derechos, es cambiar paradigmas. Es difícil y me preocupa mucho en particular porque yo me comprometí con mucha gente. Ni siquiera como partido, sino que en lo personal. Por esto necesitamos levantar más líderes. Primero entendiendo que todas las formas de lucha son válidas. La política no puede seguir siendo lo que ha sido hasta ahora. Nosotros cuando nos movilizamos vemos que entre la derecha y la concertación se echan la culpa entre ellos, o dicen “sí somos responsables de esto, pero ellos también aprobaron esto otro”, entonces te das cuenta que son lo mismo, que gobiernan para el mismo lado. Ahora están sacando los bonos, pero ya no es lo que se prometió inicialmente. Y así van poniéndole letra chica a las cosas, sin solucionar los problemas de fondo. Por eso nuestro objetivo es responder a la expectativa política que hemos generado, a cómo generamos un proceso en Chile de cambio constitucional pero con soberanía popular. Cómo lo hacemos, desde abajo, con la participación de la gente, porque ya lo dijimos, pero hagámoslo ahora, porque hay mucha gente que habla muy bonito pero en la práctica ¿cómo se hace? Cómo todos somos capaces de regalar nuestro tiempo libre, que es muy escaso, a disposición de la organización para que avancemos y logremos cambiar esta sociedad.
Roxana Miranda: Ex candidata presidencial. Militante del Partido Igualdad.
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