El insaciable apetito del poder Aland Bisso Andrade (Médico Internista)
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uando Hitler sometió a los judíos tuvo por objetivo final el holocausto total, la extinción de la raza. Para ello se valió de cuatro estrategias básicas: 1. Exterminio físico. Mediante asesinatos masivos (cámaras de gas, fusilamiento), y el cese de la reproducción humana separando a los hombres de las mujeres y aplicando medios masivos de esterilización.
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2. Aniquilamiento moral. Les puso una estrella en el pecho para identificarlos, discriminarlos, segregarlos y quitarles todos sus derechos. 3. Expropiación de todos sus bienes materiales, propiedades y dinero. 4. Borramiento de la obra y la simbología judía. Hitler conocía el valor de los símbolos, puesto que hombres y hechos pueden perdurar a través de ellos, pese al tiempo y a la desaparición física. Sin duda, Hitler dio una verdadera muestra de poder. Les doy
AÑO 2 Nº 6 MAYO 2021
más ejemplos: el poder ejercido por cualquier emperador romano, o por Gengis Kan, por Stalin, Mussolini, Pol Pot, Idi Amin Dada, Saddam Hussein, Jean-Claude Duvalier, Nicolae Ceaucescu, Augusto Pinochet, Jorge Videla, Alfredo Stroessner, Rafael Trujillo, Fidel Castro, Muamar Gadafi, entre muchos otros. El biopoder Todos los nombres arriba mencionados llegaron al poder absoluto y condensaron en una sola mano el destino entero de un país, incluyendo la vida misma de sus gobernados. A ese tipo de poder, el filósofo francés Michel Foucault denominó “biopoder”, porque es aquel que pretende convertir la vida en un objeto administrable. En este sentido, la vida sometida a una regulación política pretende ser protegida, diversificada y expandida (Hit-