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PEQUEÑAS DOSIS

bres sin ella, que no presentaban ninguna otra afección médica, y tenían entre 35 y 70 años. Ninguno de ellos fumaba, ni bebía y tampoco era obeso. Les hicieron varias pruebas de procesamiento del pensamiento a las cuales catalogaron como “muy sensibles”. ¿Cuál fue el resultado? Los pacientes con apnea del sueño leve o severa tuvieron resultados mucho más peores.

En ese sentido, la doctora Ivana Rosenzweig, quien es la autora del estudio y directora del Centro del Sueño y la Plasticidad Cerebral del King’s College de Londres, Reino Unido, afirma que entre el 15 % y el 30 % de los hombres que participaron de la investigación padecen apnea del sueño. Mientras que, la proporción disminuye hasta el 10 % y el 15 %. No obstante, la científica percibió que esa discrepancia se da más entre las mujeres premenopáusicas y, tras la menopausia, esa diferencia de género se desvanece notoriamente.

De su lado, el galeno Andrew Varga, especialista en Medicina del Sueño del Centro Integral del Sueño Mount Sinai de Nueva York ha volcado toda su atención durante su trayectoria médica en estudiar un posible vínculo entre el apena y Alzhéimer. Con relación a los dos estudios anteriormente descritos, este estuvo de acuerdo con los resultados obtenidos de las investigaciones, destacando que desde su convicción, sí tiene sentido que ambos estén intrínsecamente relacionados.

De acuerdo con el especialista, esta vinculación se circunscribe a que todos los órganos, incluyéndose el cerebro, necesitan oxígeno para su óptimo funcionamiento, y una de las principales características de la apnea del sueño “es la hipoxia intermitente, es decir, la reducción repetida de los niveles de oxígeno en sangre”.

Consecuentemente, el experto aduce que se necesitarán estudios más profundos que incluyan una evaluación de seguimiento. “Lo único que se puede afirmar es que la apnea del sueño parece dar lugar a peores resultados en este tipo de pruebas”, expresó. Y culminó: “Creo que la apnea del sueño es un factor de riesgo. Pero es un salto bastante grande sacar esa conclusión de este trabajo”.

Correlación entre trastornos del sueño y el

Ictus

Christine McCarthy, de la Universidad de Galway, Irlanda, establece que: “Dormir poco puede estar asociado a factores de riesgo de ictus, como tensión alta, por ejemplo, pero puede ser también una señal de que existe otra enfermedad desconocida. Dormir demasiado puede producirse porque hay alguna enfermedad subyacente, pero también puede estar causado porque esa persona no tiene retos fisiológicos”.

En ese mismo tenor, la investigadora comenta que, en algunos casos, las siestas muy largas o no planificadas se deben mayormente a que la persona está ingiriendo sedantes por la incidencia de otros trastornos, por lo que McCarthy también sostiene que son necesarios la realización de nuevos estudios para verificar si aumentar el número de horas dormidas o reducirlas, todo dependerá si el paciente sufre un defecto o un exceso de sueño y esto favorecerá a que no exista la probabilidad de padecer un ictus.

Una visión neurocientífica

Gerard Mayá, neurólogo de la Unidad del Sueño del Hospital Clinic de Barcelona, España, y quien no formó parte de la investigación, alega que los resultados no son extraordinarios, pero que de cierta forma fundamentan conclusiones conocidas con el estudio de un gran número de pacientes.

Asimismo, enfatiza que, aunque se denote un vínculo entre el mal sueño y el riesgo de un infarto cerebral, o que alguien ronque o sufra apneas del sueño no significa realmente que vaya a tener un ictus. Por tal razón, recuerda que los factores de riesgos de cada tipo de trastorno de sueño son distintos.

“Las apneas obstructivas son las que más evidencia tienen como factor de riesgo. Sin embargo, los ronquidos, si no aparecen junto a otros problemas, no tienen porqué ser preocupantes, pero casi todas las personas que hacen apneas roncan”, puntualiza Mayá. MI

Manera Correcta De Tomarlas

Los afanes del día a día conllevan a que uno se sienta agotado y esto implica que nos de más sueño de lo normal, por lo que tomar siestas durante tiempos cortos en la primera hora de la tarde será un alivio para esos momentos en los que sentimos que ya no podemos más.

Aquí les compartimos algunos consejos para que tomen siestas de la forma adecuada:

• Haz siestas cortas: procura que estas duren de unos 10 a 20 minutos para que no interfiera durante tu sueño en la noche.

•Adapta un ambiente de descanso: trata de dormir en un espacio tranquilo, oscuro, con una temperatura ambiente adecuada y donde no se perciban ruidos molestosos que interrumpan ese breve descanso para tu cerebro y cuerpo.

Peque Asdosis

MÚSICA, AUDICIÓN Y ADULTOS MAYORES

La vejez del ser humano se puede englobar en todas las personas mayores de 65 años de edad y dentro de ese grupo se encuentran los llamados Adultos Mayores, quienes viven su ancianidad como una etapa de sus vidas en pleno goce de desarrollo y no de decadencia personal. Sin embargo, para ese grupo de personas es recomendable que realicen actividades creativas las cuales le traerán excelentes beneficios para su estado de ánimo y salud mental.

Una de las actividades ideales que se recomienda es la musicoterapia. En este sentido, cuando un adulto mayor escucha una canción o ejecuta un instrumento musical, ejercita su mente, su capacidad auditiva y visual.

De acuerdo al portal atenzia.com, entre los beneficios cognitivos que un adulto mayor disfruta a través de la música se tienen: Conservar o mejorar las habilidades verbales; Estimular el aprendizaje; Ejercitar la memoria; Mantener la atención y concentración; Fomentar la creatividad; y Disminuir la ansiedad y angustia.

En definitiva, los adultos mayores pueden disfrutar con mayor plenitud su etapa de vejez gracias a la terapia con música, ya que la musicoterapia propicia el retraso en la aparición de enfermedades como la demencia o el Alzhéimer, y contribuye a extender en buenas condiciones las capacidades cognitivas y funcionales. MH

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