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Potencial antienvejecienteencontrado en una maleza invasiva

Investigadores descubrieron que la fruta de la planta de cocklebur tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias útiles también como protector de la piel.

Los complementos antiaging o antienvejecimiento tienen cada vez más importancia para las personas, no solo para vivir más tiempo sino para hacerlo de una manera más saludable. Desde tiempos pasados las plantas han jugado un papel fundamental para el cuidado de piel, actualmente diversas encuestas han demostrado que tanto las mujeres como los hombres están optando por productos que se consideren totalmente naturales y que puedan actuar también como antienvejecientes.

Los extractos de este vegetal también conocida como “fruta de cadillo” que crece en todo el mundo y que a menudo es considerada como una mala hierba, han demostrado su potencial para proteger la piel, acelerar la cicatrización de heridas y combatir las arrugas debido a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Los investigadores descubrieron que estos extractos redujeron el daño de los rayos UV y mejoraron la cicatrización de heridas en las pruebas de laboratorio, al mismo tiempo que influye en la producción de colágeno, una proteína que le da a la piel su elasticidad y previene las arrugas.

Por medio de este estudio, investigadores encontraron que estas plantas que contienen componentes antioxidantes y antiinflamatorios pueden hacerlo útil como protector de la piel. Los científicos además encontraron que los frutos puntiagudos de la especie redujeron el daño por la exposición a los rayos UVB y aceleraron la cicatrización de heridas en pruebas de laboratorio con células y tejidos. Eunsu Song, candidato a doctorado en la Universidad de Myongji en Corea del Sur, quien realizó la investigación con el profesor Jinah Hwang de la Universidad de Myongji, explicó que la fruta del cadillo tie- ne el potencial de proteger la piel y ayudar a mejorar la producción de colágeno. “En este sentido, podría ser un ingrediente atractivo para cremas u otras formas cosméticas. Es probable que muestre un efecto sinérgico si se mezcla con otros compuestos efectivos contra el envejecimiento, como el ácido hialurónico o el ácido retinoico”. Song presentó la nueva investigación en Discover BMB, la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular, del 25 al 28 de marzo en Seattle WA.

Cocklebur, una potente planta que cura diversas patologías

Es una planta herbácea anual conocida por sus espinas ásperas de forma ovalada, que están cubiertas en forma de gancho. Se adhieren fácilmente a la ropa, el pelaje y las plumas, lo que permite que las semillas de la planta se dispersen a largas distancias.

Cocklebur es nativo de las Américas, pero se ha convertido en una especie invasora en varias partes del mundo. Se considera una maleza nociva en algunas regiones debido a su toxicidad e impacto en la agricultura. Sus semillas y plántulas contienen una sustancia tóxica llamada carboxyatratilósido, que puede ser dañina o incluso fatal para humanos y animales si se ingiere en cantidades significativas.

Esta planta mágica, a menudo se encuentra en áreas húmedas o arenosas, como zanjas al borde de la carretera y riberas de ríos. Sus frutos distintivos, cubiertos de cáscaras rígidas se han utilizado durante siglos en medicinas tradicionales para el dolor de cabeza, la congestión nasal, los trastornos de la pigmentación de la piel, las enfermedades relacionadas con la tuberculosis y la artritis reumatoide. En los últimos años, los científicos han explorado su uso potencial en tratamientos para la artritis reumatoide y el cáncer. El nuevo estudio es el primero en examinar las propiedades de la fruta como agente cicatrizante y protector de la piel. Los investigadores primero estudiaron las propiedades moleculares de los extractos de la fruta de la cizaña y aislaron compuestos particulares que podrían contribuir a los efectos antioxidantes y antiinflamatorios.

Luego utilizaron cultivos celulares y un modelo de tejido 3D con propiedades similares a la piel humana para estudiar cómo estos compuestos afectan la producción de colágeno, la cicatrización de heridas y el daño causado por la radiación UVB.

“Las características tóxicas en cocklebur suceden debido a las sustancias carboxyatractilósido presentes, puede ser una de las razones de los resultados tóxicos en una alta concentración de cockleburs”, detalló Song. Si bien los hallazgos son prometedores, el equipo de investigadores también advirtieron que las altas dosis de extracto de fruta de cocklebur podría ser dañino. Destacando que se deben realizar investigaciones adicionales para determinar los niveles seguros para aplicaciones cosméticas y farmacéuticas. No solo el carboxiatractilósido, sino también otros compuestos con altas concentraciones pueden provocar toxicidad. Por lo tanto, es muy importante encontrar la dosis adecuada a través de pruebas de toxicidad aguda. CP

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