Picky Eaters:¿cómo afrontar los hábitos alimentarios selectivos ?

Un trastorno alimenticio que afecta a la niñez

La alimentación balanceada es fundamental para el óptimo crecimiento y desarrollo de los niños. Sin embargo, algunos pueden desarrollar selectividad alimentaria o picky eating en inglés, representando un desafío para los padres debido a las consecuencias en la calidad de vida y salud nutricional de quienes lo presentan.

El picky eating es un comportamiento en el que se sostiene una dieta restringida, evitando ciertos alimentos o grupos de alimentos debido a razones sensoriales o psicológicas, resultando en una variedad limitada de preferencias alimentarias y posibles deficiencias nutricionales. Se estima que hasta el 50 % de los niños experimentan algún grado de selectividad para alimentarse en algún momento de su infancia, siendo considerado uno de los trastornos alimentarios más frecuentes durante la niñez.

Las causas de la selectividad alimentaria pueden variar ampliamente de un niño a otro. Sin embargo, se han identificado algunos factores comunes que pueden contribuir a este hábito; como las sensibilidades sensoriales, debido a que algunos lactantes pueden tener mayor sensibilidad a la textura, el sabor o el olor de ciertos alimentos. Experiencias pasadas negativas como experiencias traumáticas o desagradables, como atragantarse o vomitar y factores de comportamiento en donde los niños pueden negarse a comer un grupo de alimentos como una forma de afirmar su independencia y autonomía.

Dentro de las principales consecuencias del picky eating está la deficiencia nutricional, debido a la poca diversidad de los alimentos en su dieta cotidiana pueden no recibir suficientes nutrientes esenciales que son necesarios para el crecimiento y desarrollo adecuado. Por ejemplo, si un niño únicamente come alimentos con alto contenido de carbohidratos, como pasta y pan, puede tener una deficiencia de proteínas y vitaminas importantes. Pudiendo afectar su capacidad para combatir las infecciones y mantener huesos y músculos saludables.

Además, puede afectar la relación que el infante tiene con la comida y su capacidad para disfrutar de una variedad de alimentos saludables. Si un niño se acostumbra a comer sólo ciertos alimentos, puede ser difícil para él aceptar nuevos alimentos y sabores más adelante. Provocando que sea difícil para los padres ofrecer alimentos nutritivos y variados, lo que a su vez puede perpetuar el ciclo de selectividad y restringir aún más la alimentación del niño.

Aunque algunos niños superan esta etapa naturalmente, otros pueden necesitar ayuda para ampliar su variedad de alimentos aceptados. Algunas recomendaciones serían introducir nuevos alimentos gradualmente. Ofrecer opciones saludables, en lugar de intentar que coma algo específico, presentar opciones donde pueda elegir. Ser creativo con la presentación, en ocasiones, la presentación del alimento puede ser un factor importante en el rechazo.

Probar distintas formas de presentar el mismo alimento para hacerlo más atractivo. Otros consejos serían hacer partícipe al niño en la preparación del alimento para aumentar su interés. Establecer horarios regulares de comidas y meriendas. Ser buen modelo a seguir, los niños a menudo aprenden de los adultos que les rodean que puedan observar a los padres comiendo alimentos saludables y mostrando entusiasmo de probar alimentos nuevos es una gran estrategia. En conclusión, el comportamiento de la alimentación selectiva puede ser frustrante tanto para los padres como para los niños. Sin embargo, es importante recordar que este tipo de conducta alimentaria es común y, tomando medidas para fomentar la alimentación saludable y equilibrada se puede superar. Evitar la presión y castigo relacionado con la alimentación es esencial en su manejo, ya que podría empeorar la situación. La persistencia es clave para superar la alimentación selectiva y el desarrollo de hábitos alimentarios saludables en los niños.

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