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El papel de los adyuvantes en el cuerpo humano
Estas sustancias incrementan la calidad, la potencia y la duración o memoria de la respuesta inmune de las vacunas en el organismo.
Los adyuvantes contribuyen a que las vacunas sean más eficaces y seguras al momento de prevenir enfermedades infecciosas no controladas o reemergentes. El rol de estos es que inducen una respuesta protectora e inmune positiva con un adecuado mecanismo de seguridad.
Estas sustancias tienen por objetivo aumentar la inmunogenicidad de antígenos altamente purificados o recombinantes y así disminuir la cantidad de antígeno y el número de inmunizaciones. Su clasificación abarca tres tipos: inmunoestimulantes activos, proteínas portadoras y adyuvantes tipo vehículo. Entre los beneficios que aportan las vacunas con adyuvantes, está el de incrementar la efectividad de las inyecciones en recién nacidos, ancianos y personas inmunocomprometidas. Por tal motivo, posibilitan que se promueva la inducción de inmunidad en mucosas y potencian la inmunidad celular, aumentando los anticuerpos funcionales (bactericidas, neutralizantes…). Actualmente, estos elementos están muy presentes en el desarrollo de nuevas vacunas.
Un dato importante que destacar, es que el hidróxido de aluminio se ha usado como adyuvante en vacunas humanas desde 1926, demostrando su gran eficacia. No obstante, hay otras sustancias que han sido descartadas por su nivel de toxicidad lo que ha imposibilitado su introducción en el sector salud.
La clase médica y científica espera que en un futuro no muy lejano otros adyuvantes obtengan su licencia sanitaria para poder ser utilizados en vacunas para potenciar la inmunidad en pacientes.
Síndrome de Asia una patología poco común causada por adyuvantes
Se trata de una enfermedad extraña que es provocada por la reacción inmune o inflamatoria del cuerpo, que se le atribuye a sustancias extrañas a él (adyuvantes).
Científicamente no se ha comprobado la razón por la que algunas personas contraen este síndrome después de estar expuesto a los adyuvantes, pero se ha pensado que existe una predisposición genética que puede influir en el desarrollo de esta condición.
Asimismo, otras investigaciones afirman que exponerse frecuentemente a ciertos adyuvantes puede aumentar el riesgo de tener el síndrome. Los signos más característicos de esta patología son: dolor, debilidad o inflamación muscular, inflamación articular, fatiga crónica, alteraciones del sueño, pérdida de memoria, deterioro cognitivo, fiebre, boca reseca y otros.
Los adyuvantes se agregan a los productos farmacéuticos (vacunas y medicamentos) para potenciar su efectividad, pero en ciertos casos, pueden generar síntomas parecidos a los de una enfermedad autoinmune.