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MEDICAL MANAGEMENT
Desde la declaratoria de emergencia de salud pública internacional (PHEIC, en inglés) el 30 de enero de 2020 han pasado mil 191 días, hasta que este 5 de mayo de 2023, tras tres años de haberse identificado el SARSCoV-2 como causante de la COVID-19 la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya puesto fin a la PHEIC causada por el mismo. No obstante, existen múltiples razones por las que llegamos a esta emergencia luego de la pandemia, y es de vital importancia conocer su anatomía y los puntos más importantes para atacar y evitar una futura emergencia de este tipo.
La COVID-19 requirió que expertos de diversos campos, como salud pública, epidemiología, biología molecular, biotecnología, economía, sociología, psicología y bioética, se comunicaran entre sí; compartiendo sus conocimientos y experiencia para desarrollar estrategias más efectivas para prevenir la propagación del virus, tratar a las personas infectadas y abor- dar los impactos más amplios de la pandemia en la sociedad dominicana. Para ello, se creó el Comité de Gestión Sanitaria de la Pandemia COVID-19 (CEGES) con componentes como la mesa de gestión e inteligencia epidemiológica, investigación, diplomacia en salud, mitigación y respuesta operacional. Este modelo de gestión se basa en las recomendaciones redactadas por la OMS, y la guía interdisciplinaria de Una Salud de la FAO, OMS, y Salud Animal. Este enfoque también implica la colaboración entre diferentes sectores, como el gobierno, la atención médica, academia y la sociedad civil.
Desde nuestra perspectiva podemos resumir las lecciones aprendidas en tres puntos: cooperación entre gobiernos, científicos y organizaciones facilitó el desarrollo y la distribución de vacunas, tratamientos y recursos vitales. Los modelos colaborativos público-privados y público-académicos funcionaron. La respuesta de una pandemia amerita la colaboración transdisciplinaria, implica esto la colaboración y la coordinación entre múltiples disciplinas y sectores para abordar los desafíos que esta pueda representar. Este enfoque reconoce que COVID-19 no es solo un problema médico, sino también social, económico y político que requiere una respuesta integral e integrada.
Como ejemplo témenos el modelo de colaboración público-privado tenemos la
Soluciones colaborativas locales y globales
La pandemia enfatizó la importancia de la colaboración y la solidaridad internacionales para combatir los desafíos de salud global. La exitosa creación y operacionalización del Modelo de Valor Publico En crisis #PlanDuarte, donde de una forma estratégica unieron fuerzas el sector público- privado y gobierno local y central para llevar una solución contundente y efectiva al importante brote que desafiaba la salud de San Francisco de Macorís y la provincial Duarte a principios del 2020.
En nuestro país las universidades brindaron apoyo a las intervenciones realizadas desde el Estado, respondió intensificando los esfuerzos de prueba, incluida la expansión de la capacidad del laboratorio, (más de 50 mil pruebas realizadas en todo el país), diseño de modelos para el manejo de cuidados intensivos, realización de pruebas en las comunidades, distribución de materiales de prevención y el apoyo en la Jornada Nacional de Vacunación contra la COVID-19. El Comité Científico Internacional creado en el 2020 con expertos académicos de República Dominicana, Estados Unidos y España, estos ayudó a dar claridad a las turbulentas aguas de evidencia científica en ese momento.
Los profundos impactos socioeconómicos (shock) de la pandemia, incluidas la pérdida de empleos, disrupciones de líneas de logística, las recesiones económicas y las interrupciones educativas, reiteran la importancia de colaboraciones interdisciplinarias y subrayan la necesidad de sistemas de apoyo integrales a nivel global para mitigar las consecuencias y garantizar la resiliencia frente a futuras crisis.
La verdad no se esconde y la ciencia no miente
La pandemia de COVID-19 tuvo efectos mixtos en la reputación de la ciencia. Destacó la importancia de la investigación científica y la experiencia, aumentando la confianza pública y mostrando la eficacia de la colaboración científica y el rápido progreso en el desarrollo de vacunas. Sin embargo, los desafíos, las incertidumbres y los hallazgos contradictorios generaron escepticismo ocasional y erosionaron la confianza en la ciencia. La afluencia de información errónea y teorías de conspiración complicó aún más los esfuerzos para comunicar información precisa. La ciencia abierta y el intercambio de datos desempeñaron un papel positivo en el fomento de la transparencia y la credibilidad. Abordar la información errónea, mejorar la comunicación científica y promover la transparencia son cruciales para mantener y restaurar la confianza pública en la ciencia. Generar confianza y una comunicación clara con el público son cruciales para manejar una crisis de salud. La información transparente y precisa, combinada con una comunicación de riesgos eficaz, puede ayudar a frenar la desinformación, promover el cumplimiento de las medidas preventivas y facilitar la cooperación pública.
La evidencia científica jugó un papel crucial en la respuesta al COVID-19 no solo aquí en la RD, sino a nivel global. Desde los primeros días de la pandemia, los científicos y expertos en salud pública trabajaron incansablemente para comprender el nuevo virus y desarrollar estrategias efectivas para contener su propagación y tratar a quienes enfermaron, desde la RD se analizaban las nuevas comunicaciones científicas, y los mecanismos de adecuar dichos hallazgos en la respuesta rápida.
El autor es médico egresado de la UNPHU, especializado en el Mayo Clinic y la Universidad de Harvard con un Doctorado (PhD) de la Universidad de Barcelona. El Doctor Báez es miembro del Consejo de Directores de la Academia de Medicina, del Clúster Turístico de Santo Domingo y el Clúster de Salud de Santo Domingo. Siendo el editor de Gerencia y Economía de Salud de Revista MediHealth.
La preparación es clave del éxito y la experiencia no se improvisa
La pandemia destacó la necesidad crítica de preparación global para responder de manera efectiva a futuras crisis de salud. La inversión en infraestructura de salud pública, sistemas de alerta temprana y sistemas de salud sólidos es crucial.
Los sistemas de atención médica deben ser adaptables y flexibles para responder de manera efectiva a crisis imprevistas. Las estrategias como la telesalud, el monitoreo en operaciones y gestión de crisis como son el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y el Ministerio de Defensa (con el Centro C5i) para de esta forma contar con esa experticia acumulada tan importante para el éxito de la misión.
Estas lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19 brindan información valiosa para fortalecer los sistemas de salud mundiales, promover la resiliencia y prepararse para futuras crisis de salud.
La evidencia científica existente recomienda que, para evitar una nueva pandemia, debemos: a) Fortalecer la detección temprana y seguimiento de posibles brotes de enfermedades: Esto implica el establecimiento de un sólido sistema de vigilancia para monitorear las tendencias de la enfermedad e identificar cualquier patrón inusual. b) Respuesta rápida y contención: Esto amerita de un sistema de salud pública bien preparado con la capacidad de desplegar equipos de respuesta rápida, rastrear contactos y brindar atención médica adecuada. remoto de pacientes y las cadenas de suministro ágiles han demostrado ser valiosas para brindar servicios de atención médica durante la pandemia.
Articulamos desde el inicio en el CEGES instituciones con importante experiencia c) Cooperación internacional: La propagación de enfermedades infecciosas es un problema global que requiere la cooperación y colaboración internacional para prevenir y controlar las pandemias. Esto incluye compartir datos, experiencia y recursos entre países.