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DE “ESCLAVO A REY”
Mucho se ha escrito acerca de la vida de este gran genio creativo: cantante, productor, compositor, actor y bailarín como ningún otro, que en tan solo 50 años de vida y 45 de carrera logró ser “el artista musical más exitoso de todos los tiempos”, al posicionarse en el tercer lugar con más ventas en la historia de la música, tener la gira mundial más rentable y convertirse en el artista más galardonado de la historia musical. En vida donó más de 300 millones de dólares apoyando a 39 organizaciones benéficas alrededor del mundo y, para 2022, era uno de los 5 artistas mundiales que seguían generando millones de dólares póstumamente.
Su vida personal también ha sido muy comentada y cuestionada, no solo por verse involucrado en demandas de abuso sexual infantil, sino también por sus radicales cambios físicos, las marcas emocionales de lo que él denominó “su dura niñez”, y sus controvertidas relaciones amorosas.
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Hoy abordaremos parte de la vida de este gran “genio de la música” a través del análisis de sus cargas transgeneracionales. Recordemos que, desde la psicogenealogía, todos los seres humanos nacemos con un “destino obligado”, determinado por la herencia de material psíquico subconsciente de nuestros ancestros, correspondiente a los traumas no resueltos, y a las poderosas cargas emocionales que se generan de estas experiencias, muchas veces silenciadas, no elaboradas y resignificadas en su momento, y que pasan a sus descendientes como parte de sus guiones de vidas. Por ello en la actualidad cada vez se hace más familiar escuchar que nuestros ancestros viven a través de nosotros, hasta que, al resolver sus temas pendientes, podamos conquistar nuestra verdadera libertad y hacer uso realmente de nuestro libre albedrío. Desde esta perspectiva ser libres significaría vivir desde nuestra Esencia Divina, trascendiendo el ego, el yo o la personalidad, es decir, soltando todas las máscaras de los personajes ancestrales que nos habitan.
Michael Joseph Jackson, más conocido como “el Rey del Pop”, nació –como el octavo hijo del matrimonio conformado por Joseph Walter Jackson y Katherine Esther Scruse–17 meses después de un embarazo gemelar del cual solo sobrevivió uno de los niños, Marlon; el segundo, llamado Brandon, murió el mismo día de su nacimiento, esto hizo que Michael pasara a ocupar dos sitios en el sistema familiar, 7° y 8°, muchas veces Marlon le decía a Michael: “Tú eres mi gemelo”, compartiendo ambos un gran talento musical como cantantes y bailarines. Ocupar dos sitios en el clan familiar, sobre todo si es el puesto de un yaciente, afecta el psiquismo en alto grado, ya que lleva a la persona a sentirse primero con un gran vacío existencial y, segundo, a percibir que se lleva una carga muy pesada al tener que “ser” otra persona. Esta situación se agravó en el psiquismo de Michael, teniendo en cuenta que este gran genio musical llevaba el nombre de su padre, Joseph Walter, y el de su abuelo paterno, Samuel Joseph, dándole la instrucción a su mente de asumir dos personalidades en el sistema familiar, con sus correspondientes cargas transgeneracionales.
Como Michael sentía miedo y rechazo hacia su padre, emociones que manifestó en varias entrevistas, refiriéndose a Joseph Walter como un hombre frío, distante, exigente, muy estricto con él y con sus hermanos, violento y abusador. Generó un rechazo psíquico hacia su padre, manifestado en la resistencia a parecerse a él, lo que lo llevó a tomar la decisión, desde el subconsciente familiar, de transformar completamente su apariencia física, queriendo borrar cual- quier rasgo que lo llevase a identificarse con él pero, como decía Jung: “Lo que resistes persiste”, de nada le valió la transformación exterior si después sus conductas ambiguas lo llevaron a ser acusado de abuso.
Su transformación física hizo que se pareciera más a su abuela paterna, Crystal Lee, hermosa mujer que se casó a los 16 años con su profesor –20 años mayor que ella– y quien debido a su inexperiencia la abandonó, dejando a su hijo Joseph Walter –el padre de Michael– con solo 12 años de edad, quedando marcado con esa impronta de resentimiento que sacó a la luz en la frialdad y en la violencia en la crianza de sus hijos.
Samuel Joseph –esposo de Crystal– abuelo paterno de Michael, fue su segundo modelo psíquico y, por llevar su nombre y al rechazar a su padre –dado que su abuelo también era gemelo– se ajustó perfectamente a esta posición existencial psíquica determinada por su nacimiento y asumió, a la luz de la psicogenealogía, su posición en el subconsciente del clan familiar. Esta situación hizo que Michael, en su interior, se sintiera siempre viejo, por ello sus percepciones internas y exteriores de que nunca pudo disfrutar de ser niño.
De acuerdo con el análisis de las líneas de sucesión de las cargas transgeneracionales, Samuel Joseph traía todas las de su padre, Israel Nero Jackson, quien dio origen al apellido Jackson. Su padre –el tatarabuelo paterno de Michael– se llamaba July Gale y lo llamaban “Jack”, era un poderoso chamán reconocido por sus grandes capacidades como curandero, hijo de indios choctaw, se enamoró de una esclava llamada Gina y tuvieron a Israel, quien nació esclavo por la condición de su madre y al que apodaron “Nero Jack-son”, es decir, Nero el hijo de Jack, lo que derivó en que toda su descendencia quedara registrada como Jackson.
Cuenta la historia que Nero era alto, de tez blanca y aprendió las artes curativas de su padre, con el tiempo fue vendido a una plantación de algodón en Luisiana y separado de su familia, lo que le generó mucho dolor porque su padre, al ser indio, sí era libre. Dicen que tuvo dos intentos de fuga frustrados y que, la segunda vez, fue aprehendido, brutalmente golpeado y le destruyeron la nariz con unas tenazas al rojo vivo. Recordemos todo el sufrimiento de Michael con las innumerables cirugías plásticas de su nariz que terminaron en que usara una nariz postiza. Nero también sufrió graves quemaduras en su cuero cabelludo, al igual que Michael –a los 26 años– en el episodio de la filmación de un comercial, lo que le dejó graves lesiones emocionales y la adicción a los analgésicos que lo llevó años después a la muerte.
Plenitud
Desde el punto de vista psicogenealógico, al repetir la vivencia dolorosa de su bisabuelo se removió toda la carga emocional de sufrimiento psíquico en su memoria celular, reprimida generación tras generación, y no supo qué hacer con esa sensación –psicológicamente hablando–. En 1865 la esclavitud fue abolida totalmente en Estados Unidos y Nero –a sus 27 años– fue libre, al tiempo se casó con Emmeline, una semiindia choctaw con la que tuvo una vida muy feliz y próspera. Él se dedicó a vender medicina india y dice la historia que curó a mucha gente; que compraron una enorme granja en Misisipi y tuvieron varios hijos. Al final de sus días, ya viudo y solo, fue estafado por su hombre de confianza, quien se quedó con la propiedad, donde encontraron posteriormente yacimientos de petróleo y por la cual pagaron 100 millones de dólares, representando una inmensa pérdida para la familia. Sin embargo, esta cifra resultó mínima frente a las ganancias generadas por su bisnieto, Michael Jackson, quien, para 2021, contaba con un patrimonio de 2.268 millones de dólares y que después de fallecido genera la cifra aproximada de 700 millones de dólares, encarnando la reparación total de la pérdida en su árbol genealógico. www.plenitudyarmonia.com
Nero cantaba y bailaba las danzas militares choctaw, no obstante, Michael heredó la gran voz de su otro bisabuelo de la línea materna, Prince Screws, quien también fue esclavo de las plantaciones de algodón y decían que cuando cantaba todos quedaban como hipnotizados, y que su voz se escuchaba a kilómetros a la redonda. La lealtad hacia su abuelo materno no la resolvió reparando su historia, pero sí dándole a su primogénito su nombre y, con ello, la responsabilidad de la reparación de la línea materna que era su línea original por ser el 8° en el clan familiar.
Michael Jackson logró, gracias a su talento y a su posición en el clan, sacar de la “esclavitud celular a su clan familiar” convirtiéndose en el “Rey del Pop” y, muy seguramente, si hubiese tenido a un especialista en psicogenealogía a la mano, todavía estaríamos disfrutando de su genio creativo, de sus maravillosas coreografías y de su mágica voz.