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Cómo planear la comunicación
Una estrategia de comunicación para que sea efectiva y cumpla con el objetivo primordial que es el de posicionar la reputación de una organización, debe cumplir con dos requisitos indispensables: llegarle al público objetivo correcto y ser creativa.
Llamamos público objetivo al grupo de personas que tienen características generales de los individuos que consumen, necesitan o tienen algún vínculo directo o indirecto con nuestro producto o servicio, ahí radica la importancia de saber quiénes son para llegarles con el mensaje y el canal adecuados.
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Para hacerlo de manera correcta es oportuno, en primera instancia, investigar a nuestra audiencia, es decir, profundizar en los datos de quienes ya son nuestros públicos internos y externos, como los rangos de edades, las ubicaciones, los intereses, por qué para ellos es relevante saber de la marca y de su idioma.
Analizar las redes sociales y estudiar nuestra competencia son dos aspectos que deben incluirse en nuestra investigación. Las redes sociales nos van a ayudar a definir el público y a tener una visión más específica de sus preferencias. En otras palabras, nos complementa la observación de percepción tradicional a la que estábamos acostumbrados y que no podemos dejar a un lado.
Al analizar la competencia vamos a determinar qué es lo que están haciendo bien o mal en su posicionamiento de marca, saber cuáles son los objetivos y el aporte diferenciador que tienen en el mercado, esto nos ayuda a crear e incorporar unos valores nuevos para que los clientes prefieran lo que les estamos ofreciendo.
Una vez tengamos claro nuestro público y la importancia de analizarlo de manera segmentada es cuando podemos echar a volar nuestra imaginación y ser creativos en la estrategia de comunicación. Finalmente quien nos da el insumo esencial es nuestra audiencia. Son ellos los que nos terminan de indicar las acciones y la forma como les gustaría recibir los mensajes claves para el posicionamiento de la organización. Para que la comunicación organizacional alcance los resultados que queremos y sea medible, tenemos que salirnos del concepto de que es solo transmitir lo que la alta gerencia quiere de manera oportuna y precisa. El entorno nos exige que las marcas logren reconocimiento para ser sostenibles.
Si hay algo que les gusta a las audiencias es conocer qué hay detrás de una firma, sentirse identificados y poder contar la experiencia que tuvieron con el producto o servicio y con el personal de la empresa. La comunicación, cuando se hace de manera responsable y profesional, trasciende de forma creativa, forjando el vínculo entre el público objetivo y la organización.
Y aunque las redes sociales son fundamentales en el posicionamiento y en la reputación de la imagen corporativa, hay que entender que hacer parte de la virtualidad no significa que la empresa tenga una estrategia. Hay que crear mecanismos para estar en las redes sociales y a estos sumarles las diferentes tácticas de comunicación tradicional para que la marca sea reconocida a largo plazo y logre trascender.
Una estrategia exitosa y creativa es la que comienza con saber todo sobre su audiencia y combina la comunicación tradicional con la digital, y ahí es donde alcanzamos una excelente reputación empresarial.