BIENESTAR
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MELODÍA SANADORA Gracias a la unión y la combinación de sonidos en forma estructurada y armónica, esta práctica ha demostrado ser útil en rehabilitación, educación y en programas para mejorar la salud.
E
POR LAURA
CATALINA MUÑOZ VIDAL
s cada vez más frecuente la implementación de la musicoterapia en la medicina tradicional y holística. ¿Qué tiene una canción o una composición musical que mueve fibras y produce un efecto psicológico en los seres humanos? Cuando la música llega a los oídos, las ondas sonoras se convierten en impulsos nerviosos que viajan a varias áreas del cerebro, incluso las que liberan dopamina, un neurotransmisor que interviene en la regulación del placer, explica Psyche Loui, profesora adjunta en el departamento de música de Northeastern University y directora de Imaging and Neural Dynamics (MIND) Laboratory, según lo reseña American Association of Retired Persons –AARP–. Es por esto que, desde hace mucho tiempo, la música es utilizada para tratar y mejorar la salud física y mental de las personas. Expertos en diferentes áreas de la medicina se valen del poder de la música para ayudar a las personas a recuperarse y aliviar los síntomas de lesiones cerebrales. En la actualidad, su campo de aplicación incluye también el tratamiento de personas con trastornos físicos, mentales y emocionales. Estas son algunas de las enfermedades que la musicoterapia ayuda a sanar: cáncer, Alzheimer, depresión, Parkin-
son, autismo, niños con problemas de conducta, personas con SIDA, entre otras. Numerosos estudios sustentan la funcionalidad de la musicoterapia en pacientes con diferentes problemas neurológicos. Estas investigaciones, además, demuestran que la música estimula la memoria, ayuda a incrementar el autoestima y mejora las relaciones sociales. El profesor Juan Fernando Roldán, adscrito a la Fundación La Divina Providencia, en Cali, aplica la musicoterapia para el mejoramiento de la salud física y mental de los niños con cáncer. “Con este programa -dice- hemos podido comprobar cómo los pequeños mejoran sustancialmente su estado de ánimo y también les ayuda a aliviar los dolores que les causa la quimioterapia”. Isabel Cristina Valencia Estrada, directora de la fundación, ha experimentado los beneficios de la musicoterapia en su propia vida. Ella sufrió cáncer de mama y recibió quimioterapia para combatir la enfermedad. Durante el proceso, empezó a notar que su salud mental no estaba bien “de un momento a otro -dice- surgieron pensamientos muy negativos. Así que decidí implementar la musicoterapia como parte de mi tratamiento, para recuperar mi felicidad y estabilizar mis emociones. Esta terapia me ayudó muchísimo a mejorar mi estado de ánimo, mi seguridad como mujer y no volví a tener pensamientos suicidas”. Una vez se recuperó, desarrolló un divertido método para facilitar el aprendizaje en los niños. Así, ellos pueden ver las notas musicales representadas por figuras que tienen una sonoridad especial, similar a cada una de estas notas. De esta manera, los alumnos ven las figuras y las asocian con una nota musical en la tecla del piano. El Do se ve representado por una dona, el Re por un regalo, el Mi por la miel, Fa por un faro, Sol por un sol, La por un lápiz, y Si por una silla. El autor Kenneth E. Bruscia define la musicoterapia como un proceso dirigido a un fin específico, en el que el terapeuta ayuda a su paciente a mantener o restaurar un estado de bienestar utilizando experiencias musicales.
REVISTA [54] MOMENTOS