Sección coordinada por José Luis Rodríguez Gamo Ingeniero de Montes, Ferrovial Servicios S.A.
Infraestructura verde urbana
Factores alergénicos de la infraestructura verde Paloma Cariñanos González Universidad de Granada. Miembro del Grupo de Trabajo sobre Bosques Urbanos y Peri-Urbanos de SilvaMediterranea, FAO
Las primeras evidencias que se tienen sobre infraestructura verde en asentamientos urbanos las encontramos en las pinturas egipcias del año 1.500 a.C. Posteriormente, las zonas verdes se convirtieron en elementos indispensables en las residencias de la aristocracia y la realeza como signo indiscutible de distinción y estatus. Con el paso de los siglos y con el aumento de la necesidad de disponer de “relictos de naturaleza en las ciudades”, las urbes se han ido llenando de elementos verdes, de forma más o menos ordenada y planificada, que hoy día constituyen la denominada Infraestructura Verde Urbana. Esta red de zonas naturales y seminaturales incluye una amplia gama de elementos y zonas verdes, cuya misión es la de proporcionar bienestar y beneficio a la población a través de los Servicios Ecosistémicos. De esta provisión multifuncional de servicios, pueden destacarse los que generan un impacto positivo sobre la salud pública. Son numerosos los estudios que ponen de relieve el efecto restaurativo tanto directo como indirecto que el contacto con la naturaleza urbana tiene sobre la salud física y mental de la población (CARRUS et al., 2017). Esto está generando un auténtico movimiento social que anima a la población a incrementar su presencia en las zonas verdes, y que obliga a las Administraciones a mejorar la gestión y planificación de estos espacios en cuanto a calidad, accesibilidad e inclusión social. Sin embargo, para un porcentaje elevado de la población mundial, la visita a estos espacios verdes puede representar un riesgo para su salud y ver mermada su calidad de vida, al menos durante un determinado periodo del año. Según datos de la Organización Mundial para la Salud (OMS), las emisiones de alérgenos efectuadas por la vegetación componente de la infraestructura verde urbana son el principal agente causante de alergia respiratoria en más de un 30 % de los habitantes de ciudades (GAIG et al., 2004), situación que se agrava por la interacción con los contaminantes atmosféricos y otros efectos del cambio climático.
Nº 138 | Cuarto Trimestre 2019
Numerosos estudios señalan que entre los principales alérgenos polínicos con mayor prevalencia en la población de la región mediterránea figuran los derivados de especies de plantas de uso ornamental frecuente en zonas verdes, como el plátano de sombra (Platanus hispanica Mill.), los cipreses (Cupressus spp.), los fresnos (Fraxinus spp.), las moreras (Morus spp.), los aligustres (Ligustrum spp.), los sauces (Salix spp.), y varias especies de chopos y álamos (Populus spp.) (Cariñanos y Casares-porcel, 2011). En determinados ambientes y circunstancias, el impacto de estos alérgenos en la población afectada puede ser incluso superior que la incidencia de otros alérgenos considerados como mayoritarios, como son el polen de olivo y el de las gramíneas (CARIÑANOS et al., 2016). Esta situación actual, y las expectativas de crecimiento futuro previstas para las enfermedades respiratorias a consecuencia de los efectos del cambio climático, nos llevan a analizar en detalle todos los factores que intervienen en el comportamiento alergénico de la flora ornamental y de la infraestructura verde de la que forma parte.
Impacto de la diversidad del paisaje urbano
Hace un tiempo, los investigadores de la Universidad de Granada Cariñanos y Casares-Porcel realizaron una revisión de los factores causantes del incremento de la alergenicidad asociada a los elementos de infraestructura verde urbana, y el impacto asociado en salud pública. El listado de causas señaladas ponía de relieve que los diseños tradicionales de paisajismo urbano, en los que la diversidad de especies utilizadas había sido baja, habían tenido gran relevancia. En el caso de España, esta baja diversidad del arbolado viario ya se ha resaltado en numerosos informes, por lo que la sobreutilización de unas pocas especies propicia la repetición del mismo patrón alergénico en distintas zonas. Así, especies como Acer negundo, Platanus hispanica, Ligustrum lucidum, Morus alba, Populus alba y Ulmus pumila no sólo comparten una eleva-
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