Revista Neurona # 12

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Revista Neurona

REVISTA

NEURONA BASTA UNA PARA PENSAR

¿Qué son los

John Lennon

Neurona12 / Diciembre 2014

humedales?

Woody Al en

Hangman, el cadalso en la plaza pública

Inventos que cambiaron el rumbo de la HISTORIA Los lugares de la migración

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EDITORIAL En esta, la última edición del año, conmemoramos un aniversario más de la muerte de John Lennon, nos acercamos a la vida y obra de Woody Allen, reflexionamos sobre los cambios en el fenómeno migratorio y sobre el papel que desempeñan los ecosistemas denominados ‘humedales’. Bueno, hasta profundizamos en el concepto de ‘felicidad’. Como ya es costumbre, te presentamos una playlist para que acompañes tu lectura: Yann Tiersen, el músico y compositor francés del que también ponemos un artículo a tu disposición. Pasamos por cine, música, ecología, fenómenos sociales, anécdotas y datos interesantes, en fin, tópicos que tratamos día a día, con los amigos, en la calle, en la casa, en las redes sociales. Y como en Revista Neurona no paramos, nos complace anunciarte que además de las diversas plataformas que conoces (Facebook, Twitter, Instagram y www. revistaneurona.com), ahora arribamos a la radio: al Sistema Chiapaneco de Radio, Televisión y Cinematografía, 93.9 Vida FM., frecuencia en que presentaremos una serie de colaboraciones a manera de cápsulas. No te las pierdas. Dentro encontrarás más detalles.

foto edgar laram

Consejo Editorial

Diciembre 2014, año VI, Revista Neurona | Basta una para pensar, publicación mensual de distribución gratuita en Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de Las Casas, Chiapas; editada por Léxica Casa Editorial S.A. de C.V. Tel. (044) 961 233 62 71 Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México. Tiraje: 2,000 ejemplares. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente sin citar la fuente. Lo que se dice es responsabilidad de quien lo escribe. El contenido de los anuncios es responsabilidad del anunciante, no del editor. Todos los derechos reservados. Registro en trámite. cc Franks Font de Philippe Moesch Imagen de cubierta Mario A. Tassías

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NEURONA BASTA UNA PARA PENSAR

Edgar Lara Morales

www.revistaneurona.com

Dirección General & Diseño

Sergio A. Hernández Torres Dirección Editorial & Redes

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Dirección Administrativa & Ventas

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Mario A. Tassías

Ilustración

Mario Tassías Aquino Arcadio Acevedo Van Priegonova Gina Trujillo Alondra Muñoz Gaby Ramos Sarelly Martínez Mendoza Elizabeth Ortega Narváez Antonio Cruz Coutiño Edgar I. Besares Narcía Olivia Zazil Feria Eduardo Jiménez

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índice

John Lennon Chivo oaxaqueño Hangman, el cadalso en la plaza pública 80 Aniversario del Palacio de Bellas Artes Woody Allen Ya amaneció en mi vida Los humedales Asunto de perspectiva Los lugares de la migración De neuronas y frailescas Amiga enemiga Yann Tiersen, no todo es Amélie Inventos que cambiaron el rumbo de la historia

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Mario Tassías Aquino | Locutor, periodista, abogado, funcionario electoral, productor, director y conductor de noticieros, además de “betlomano”. Ha trabajado en prensa, radio y televisión. Estuvo en aquella Comisión de Concordia y Pacificación del Congreso de la Unión que quiso desenredar la madeja en el conflicto zapatista.

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Cuando el optimismo nos gana, es fácil decir que si Lennon sólo hubiera sido un miembro de The Beatles, su inmortalidad artística estaría asegurada. Pero la historia no solo fue así, Lennon siguió creciendo hasta convertirse en leyenda. Que Lennon sea leyenda o algo que se le parezca, nos descobija frente a quienes tuvieron o tienen en sus canciones la expresión que les sigue conmoviendo. Las canciones de Lennon han sido como el agua que limpia las penas, la que satisface las necesidades, el destello que sale de la oscuridad hasta convertirse en luz, el agua que calma la sed. De 1962 con “Please, please me” hasta 1970 con “Let it be”, uno encuentra el talento desenvuelto de Lennon, el melancólico, el enamorado, el romántico, el definitivamente utópico. El de Alicia en el país de las maravillas. Aquel que decían sus amigos era conmovedoramente realista. Había empezado muy temprano escuchando a Elvis y, con apenas 16 años, se ocupó del liderazgo de The Quarrymen. Casualidades de la vida, el 6 de julio de 1957, se asomó a su vida un chico llamado Paul. Un año después el mismo Paul llevaría a otro jovencito de nombre George. Estos tres, al lado de Colin Hanton en la batería y John Duff en el piano, grabaron el 14 de julio de 1958 con pago de sus bolsillos, el sencillo “In spite of all danger”, creación de Paul y George que se registra como el arranque de una carrera que es el parteaguas. La impaciencia sacudida a ritmo adolescente. Dos años después, se incorpora, el bajista Stuart Sutcliffe, quien propuso el nombre. La semilla sembrada, había que cultivarla. Vino el adiestramiento en Hamburgo y entre 1960 y 1962 sumaron por lo menos 280 conciertos ya con Pete Best en la batería.

JOHN

LENNON Texto Mario Tassías Aquino1

“Imagine” de Lennon, es el himno oficial de Amnistía Internacional, movimiento global en pro de los derechos humanos.

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Entre 1961 y 1963 The Beatles ofrecieron cerca de 300 conciertos en The Cavern, el sótano de Mathew Street, ahí se les unió Ringo. Lo demás es conocido. Hay entre la discografía, aquellas que se deben a la letra de John y que se quedaron para siempre en el agrado de la gente, los álbumes Please, please me; With the Beatles; A hard day’s night; Beatles for sale; Help; Rubber soul y Revolver muestran en orden ascendente la evolución. Vendría luego Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, aclamada mundialmente. Magical Mystery Tour; The White Album; Yellow submarine; Abbey Road y Let it be confirman lo que todo mundo sabía, la música ya tenía otro rumbo. Ternura, amor, pero también rebeldía se conjugaron en Lennon, que miró al mundo con la pena de la destrucción. Lennon vivió al lado de Yoko Ono y su Plastic Ono Band los momentos más intensos en la etapa que alguien llamó “madura”, como si madurar fuera una necesidad. Su discografía como solista incluye Imagine, Some Time In New York City y Mind Games, Walls and Bridges, Rock’n Roll, Shaved Fish, Double Fantasy que tuvo la versión Stripped Down, Milk & Honey, Live Peace In Toronto, Live in New York City, Menlove Ave, Anthology; Acoustic, Gimme Same Truth, Power to the People: The Hits, que derivó en Power to the People: The Hits Experiencie Edition y Double Fantasy: Stripped Down. Es por eso que no extraña que los fanáticos hicieran suyas sus protestas, sus locuras, sus ilusiones, sus sarcasmos y hoy canten, escenifiquen y sigan pensando que aquel Lennon muerto, está vivo, 34 años después de aquellas balas que le quitaran el aliento un 8 de diciembre; aquel que se opuso a la guerra de Estados Unidos contra Vietnam y que le valió el intento de deportación; aquel que en 1965 tuvo el atrevimiento de decir que The Beatles era más popular que Jesucristo… aquel apasionado de la vida que dejó en Imagine un himno internacional por la paz.

Imagine, 1971

Mind games, 1973

Walls and bridges, 1974

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Chivo

oaxaqueño

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1 Arcadio Acevedo | Hombre muy destartalado, nacido en Zamora, Michoacán. Su trabajo fue incluido en el libro Los moneros de México de Rius. Radica en Chiapas desde hace 40 años. Fue Premio Estatal de Caricatura en 1986 y ha trabajado en casi todas las radioemisoras y publicaciones de la entidad. Fue parte de la tropa pionera del Canal 10 y fungió como director de 1986 a 1988. Ha publicado media docena de libelos e ilustrado varios libros de la Rial Academia de la Lengua Frailescana y de algunos poetas y escritores vernáculos.

Más ruido que nueces. Para fortuna mía, artesano de libelos por vocación inquebrantable, el dolor que me acometiera hace unos días en mitad del pecho, impidiéndome respirar, no fue conato de infarto. “Cuando el corazón está ocupado en amar, bien o mal correspondido, no tiene tiempo para pensar en detenerse”, me explicó el médico. Tampoco fue bronquitis la puñalada trapera que me obligó a meditar en la fugacidad de la pinche pero atractiva existencia, sino la inflamación de un cartílago producto de un esfuerzo físico excesivo. En descargo del médico debo decir que hice la consulta vía telefónica y su diagnóstico estuvo basado en mi deformada percepción de los hechos. El miedo no anda en burro. Por pudor, evité referir al médico que dos días antes, en un senil arrebato romántico, cargué en brazos, desde la entrada de su depa hasta la cama, a una robusta doncella que, a ojo de buen monero, rebasaba sobradamente los setenta kilates de fuego vivo y el metro setenta y cuatro de altura. Tengo argumentos de sobra para justificar mi mal. Estuvimos la galanota beldad y yo postrados en el lecho, enfebrecidos, empapados de sudor, delirantes temblorosos. Confiésome víctima de otro ataque efímero amoroso a los que tan propenso he sido desde mi temprana juventud. También estuvimos postrados en la alfombra, en el piso bajo la regadera, en la mesa, en el sofá, en la tina del baño, sobre el césped, en los asientos delantero y trasero del vocho. ¡Rabiosa enfermedad! La virulenta peste, cuyo síntoma inicial fue una promesa de amor empujada con la lengua en el oído, duró dos meses. ¡Ah, y una laguna de lágrimas! “Por tu culpa estoy dejando sin oxígeno el cielo de Tuxtla”, me decía la hermanastra de Pinocho. Y cómo no creerle si me amenazaba con un par de pezones agudos, a la altura de mis labios. Minado por el virus veinteañero con ojos color tamarindo, me olvidé de la paz que padecemos, más productora de muertos que la guerra. Inmerso en las encarnadas oquedades, cráteres abiertos en la estepa de su cuerpo níveo, cubrí con una manta la vergüenza que habría de sentir a la siguiente mañana por mi repentino silencio. Me declaré en vigilia perpetua para levantar el inventario de su anatomía. Ni uña, ni lunar, ni vello diminuto, ni poro, ni sabanas, ni grietas son ajenas a la memoria de mis dedos, a la visión pertinaz de mis pupilas, al reptar incansable de mi lengua.


7 Texto y pintura Arcadio Acevedo1

Y por soñar despierto me pasaron de noche la cordura, el deber, la realidad. Al bolonauta escribidor lo despertó el espejo, procedió a vestirse, procedió a marcharse con su dignidad hecha bola en el bolsillo, arrugada sí pero completa; completa sí pero arrugada. Camino a mi guarida me cogió el aguacero de trago, ¡qué bruto para escupir tequila el cielo! Sentí que me arrancaron de cuajo las ganas de seguir rumiando las migajas de vida que, presumo, me quedan por vivir. Recordé a mi padre: decía que los machos no deben llorar. Si era inevitable expulsar el excedente de agua para no irse a pique, habría de hacerse en el baño, bajo siete llaves. Por causa de ese flirt equivocado, me encerré en el baño varios días. Ayer, en plena convalecencia, acepté una invitación a cenar por parte de la beldad que me dejara en calidad de chivo oa-

xaqueño. Me miró otra vez como antes me mirara. Como antes me besara la bestia me besó (snif). Volvióse a encender la hoguera. En un arrebato amelcochado planeamos rebelarnos contra el destino huyendo juntos. Ja-ja. Duró instantes la efervescencia. Después, a pesar del hueco en el pecho, no obstante la niebla en los ojos, supe que jamás querría volver a explorar esos caminos que anduve. Nos despedimos con un beso no muy largo que estremeciera, ni tan corto que nos dejara indiferentes. Prometimos no olvidarnos jamás y otras cosas que… ya no recuerdo. Cada uno en su trinchera, apagamos la luz simultáneamente. Me hice una granítica promesa: aunque el cielo se derrita, no posar otra vez la mirada en mujer tierna… Salvo que esté viva, que le guste el chacachaca y no tenga compromiso.


Se ha documentado que la última ejecución pública de este tipo se llevó a cabo en Estados Unidos, el 14 de agosto de 1936, de la que existe un registro fotográfico.

H angman El cadalso en la plaza pública Texto edgar laram1 / Ilustración Van Priegonova

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Comúnmente se conoce como ‘cadalso’ al tablado que se erige para ejecutar la pena de muerte –el término más preciso sería ‘patíbulo’–; aunque este no es su único uso, es el más conocido. A finales del Siglo XIX se usaba también para otros actos solemnes; sin embargo, poco a poco se reservó para ahorcamientos o decapitaciones (vaya que se trataba de actos solemnes). El cadalso, en el caso de las ejecuciones, se ocupaba para castigar las mayores afrentas al orden social establecido: un homicidio doloso o un atentado contra el rey, por ejemplo. De tal modo que la pena de muerte en esta modalidad, que no es más que un homicidio público y legalizado, funcionaba a manera de ejemplo para desmotivar las conductas inapropiadas de la época; se trataba pues de un método denigrante para el condenado y aleccionador para el pueblo. En esa lógica, dicho pueblo no sólo era testigo, sino una especie de voyeur, que desde el anonimato secundaba el máximo castigo impuesto a una persona. El pueblo era cómplice de un homicidio que por jus-

tificado, o mejor dicho legalizado, hacía las veces de correcto. La forma de ejecución por excelencia en el cadalso era el ahorcamiento; lo que significó muertes lentas y traumáticas, debido a que el mecanismo sólo permitía la estrangulación: el infortunado moría por asfixia. Por ello, se desarrolló el método británico atribuido a William Marwood, que consistía en una tabla de valores en que, para evitar el largo sufrir del colgado, dependiendo de su peso, se calculaba la altura precisa de la caída y, en consecuencia, la longitud de la soga. De tal manera que en lugar de asfixia, se procurara el rompimiento de la segunda vértebra cervical; es decir, se lograra una muerte casi instantánea. Sin embargo, este método no fue cien por ciento eficaz porque en sus variables no consideraba el volumen de los músculos o el tamaño del cuello. Por sí sólo, aunque la mayoría de la veces funcionaba, el peso no resultaba suficiente para asegurar el éxito del ahorcamiento.

Edgar Laram | Ex hater profesional, amante del diseño, la fotografía, la música y los libros —no precisamente en ese orden—. Piensa que la vida debe acompañarse de una generosa taza de café y cree en el amor y en otras mentiras.

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a niv e rsa r io del Palacio de Bellas Artes Texto Gina Trujillo1

Si la danza, el teatro, la música, la fotografía, la pintura, la literatura tuvieran el albedrío de encontrarse en un punto de la gran Ciudad de México, decidirían con toda certeza su reunión en el majestuoso Palacio de las Bellas Artes, que este pasado mes de septiembre en medio del colorido ambiente de las fiestas mexicanas del Centro Histórico, convocó a toda la gente a acompañarle a celebrar sus primeros 80 años de existencia. Este recinto, que ha visto pasar generaciones por sus calles aledañas, remonta el inicio de su construcción al año 1904, después de la demolición del Teatro Nacional, cuando parecía que el sitio reclamaba un espacio para albergar el cada vez más concurrido ambiente artístico y cultural de nuestro país. Finalmente, después de haber elegido el costado de la Alameda Central como el lugar donde el recinto sería levantado, los intermitentes trabajos de construcción del mismo dieron inicio. Nadie se iba a imaginar que en lugar de tomar cuatro años como estaba originalmente planeado, la entrega del proyecto se prolongaría tres décadas. Eventos tales como el estallido de la Revolución, el regreso a Europa de Adamo Boari, el arquitecto italiano a cargo de la construcción, o la difícil situación del país que mermaba el presupuesto y aumentaba los problemas técnicos, pusieron en “pausa” a los trabajos durante el período comprendido de 1917 a 1929, aunque es incierto saber si éstos se detuvieron por completo, ya que era una urgencia institucional embellecer la ciudad. A partir de 1930, se retomó la labor de su levantamiento, cuyo exterior había quedado casi listo antes de la partida de Boari. Esta vez fue el arquitecto Federico E. Mariscal

quien, con ayuda de los más de 4000 documentos que Boari había dejado, en la presidencia Pascual Ortiz Rubio, se entregó a la tarea de culminar la obra suspendida, misma que se vio inaugurada de manera oficial el 29 de septiembre de 1934 por el presidente en turno, Abelardo L. Rodríguez, para 53 años después ser declarado monumento artístico por la UNESCO. Es una experiencia única ingresar al recinto que ha albergado eventos y personalidades de gran talla. En sus inicios, cada gala contaba con la participación de 1977 personas; es casa de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Compañía Nacional de Teatro, la Compañía Nacional de Ópera y la Compañía Nacional de Danza; ha sido anfitrión de grandes orquestas, artistas y exposiciones y es además uno de los más citados puntos de reunión de los visitantes del Centro. Tiene su maravilloso encanto el lugar. En la fiesta hubo un gran programa en el que resaltó la participación del Ballet Folklórico de México, un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional, el estreno de Fanfarria y Fantasía para Orquesta de Samuel Zyman, la interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven, una hermosa proyección de luces en la fachada principal y la presentación de 20 grupos que corrió por toda la Alameda Central. En su próxima visita a la Gran Tenochtitlán, acompañen al Palacio de Bellas Artes a celebrar 80 años de ser anfitrión del arte y la cultura de México y el mundo. Cito a Sergio Ramírez, subdirector del INBA y a muchos visitantes a este mágico punto: ¡Nos vemos en Bellas Artes!

1 Gina Trujillo | Nacida en el distrito federal e instruida técnicamente (literal) como ingeniera industrial, Gina es ahora madre primeriza y experimental, devota traductora, incipiente locutora, intérprete en formación, y bloggera de ocasión. Entre sus trabajos de naturaleza amateur ha tenido colaboraciones con e-reverencia.com (participando en la conducción del podcast de su programa Impuntual), Ehécatl editor y algunos despachos creativos, además de darse a la tarea de “redescubrirse en lo que más le gusta descubrir”: la música y uno que otro aliado.


Woody Allen Texto Alondra Muñoz / Ilustración Gaby Ramos

1 Alondra Muñoz | Egresada de la UNACH, profesora en una comunidad indígena treinta horas a la semana, las demás cinefila, tuitera, payasa y sin chiste.

La neurosis nunca había sido tan atractiva, hasta que Woody Allen concibiera esos interminables e ingeniosos monólogos desesperanzadores acerca del amor, sexo, dios y el judaísmo. Allen Stewart Konigsberg, judío ortodoxo nacido y criado en Brooklyn, New York, logró reinventarse a pesar de su casi patológica timidez y su excesivo pesimismo sobre la muerte. Durante su adolescencia, gracias a su original sentido del humor, carente atractivo físico y su poco éxito en la escuela, decidió sacarle provecho a la facilidad que


tenía para hacer reír y se convirtió en cómico. Iniciando en bares y programas de televisión, su material principal era una mofa a la comunidad judía (de la cual conocía bastante) y una sátira a la clase burguesa; esta etapa marca su incursión al cine como actor y director, pero principalmente como guionista, donde radica su mayor talento. Durante ésta época sus películas estaban plagadas de slapsticks, de un humor simplista pero cargado de sarcasmo y diálogos profundos que rayan en los cuestionamientos filosóficos. Su filmografía marca a What’s up Tiger Lily? (1966), su cinta debut como director; pésima película de origen japonés, de la que sólo pueden atribuírsele los diálogos en inglés, los cuales no fueron respetados por los productores como él los había escrito y al final la cinta fue exhibida sin su aprobación. Para los fans, Take the money and run (1968) representa su verdadero debut, ya que es su primer película como escritor, director y además, actor principal. Este prolífico periodo fílmico se nutrió con cintas como Bananas (1971), Everything You Always Wanted to Know About Sex (But Were Afraid to Ask) (1972), Sleeper (1973) y Love And Death (La última noche de Boris Grushenko) (1975). Siempre ha afirmado que no le interesan las críticas ni los premios, hacer películas lo mantiene alejado de sus “manías”; ha declarado que los problemas del día a día durante la filmación hacen que sus dilemas existenciales pierdan importancia, de ahí la necesidad de producir y lograr estrenar una película por año desde finales de los sesenta. Su desinterés por el reconocimiento público llega a tal nivel que no ha asistido a ninguna ceremonia de los Oscar a pesar de haber sido nominado 10 veces y ganado en cuatro ocasiones, argumentando que esa noche toca el clarinete con su banda de jazz, The New Orleans Jazz Band. Por lo que para los fans no importa la calidad de la cinta, siempre será rescatable gracias a la increíble banda sonora que elige con gran maestría. Otro de los sellos característicos son los créditos; letras Windsor blancas sobre fondo negro y música de jazz sonando. Este cambio de tipografía la inició en la cinta Annie Hall (1977), lo cual significa un parteaguas en el la filmografía de Allen, pues aquí se aleja de la comedia física y se centra en su famoso per-

sonaje neurótico, hipocondriaco e introvertido. Con cintas como Manhattan (1979), Hannah And Her Sisters (1986), Husbands And Wives (1992) analiza la naturaleza humana con un humor más sobrio, e inicia su eterno idilio; el romance más largo que ha tenido, la ciudad que lo vio nacer: Nueva York. Woody Allen es Nueva York, no hay otro director que haya retratado con tanta complicidad y fervor (tal vez Martin Scorsese o Francis Ford Coppola) que logre transmitir tal amor y devoción por la ciudad; sólo él consigue que el espectador se sienta ahí, en sus cintas puedes respirar Nueva York, majestuosa, late escena a escena y no solo es una buena fotografía, sino que se convierte en un personaje más, siempre presente, siempre hermosa, la ciudad se siente y logra hacerte sentir que la conoces y la amas como él lo hace, sabedores que con su imponente belleza se roba el protagonismo. En las dos últimas décadas ha dejado ver la gran admiración que siente por Europa, pues es en ese continente donde ha tenido mayor reconocimiento y ha filmado durante los últimos catorce años, cintas calificadas por los expertos como “turísticas” al retratar los lugares más emblemáticos de España, Francia, Italia y Reino Unido de las cuales destacan The Curse Of The Jade Scorpion (2001), Match Point (2005), Vicky Cristina Barcelona (2008), Midnight in Paris (2011) y To Rome With Love (2012).

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Top Cinco de las indispensables Annie Hall (1977) Manhattan (1979) Everything You Always Wanted to Know About Sex (But Were Afraid to Ask) (1972) Hannah and Her Sisters (1986) Bullets over Broadway (1994)

Top Cinco de las que debes ver para congraciarte con los fans Zeling (1983) Bananas (1971) Sweet and Lowdown (1999) The Purple Rose of Cairo (1985) Blue Jasmine (2013)




“¡Ya amaneció en mi vida!” Texto Sarelly Martínez Mendoza1

Después de muchos años de bohemia en Tuxtla, Santiago Serrano se retiró a su finca La Soledad, en Comitán. Ahí vivió como ermitaño, rodeado de vacas, varios perros, árboles y arroyos “cantarinos”. Dejó el trago. Abandonó a sus amigos bolos y escribió poemas a lo Amado Nervo sobre los nuevos caminos del hombre, sobre la austeridad y la sobriedad. Allá en La Soledad –finca que a decir de su hija Irma Serrano, La Tigresa, era de su madre y que Chanti la repartió “entre los indios” por seguir sus convicciones so-

cialistas– el poeta escribió varios poemas, pero uno de ellos se hizo popular, titulado ¡Ya amaneció en mi vida!, el cual era declamado en los parques, las escuelas y hasta en las cantinas. Chanti habría seguido de ermitaño, pero en ese entonces recibió una carta del gobernador en donde lo invitaba a regresar a Tuxtla y hacerse cargo del periódico oficial. Así que el poeta estuvo de vuelta en la capital con su poemita en el bolsillo, pero convertido en un San Francisco de Asís:

Después de tanta sombra, ¡ya amaneció en mi vida! ¡oh! Señor, muchas gracias por la bondad obrada, por las rosas que prendes en mi ilusión fallida y la gracia infinita de darme una alborada! A través de los valles oscuros del pecado, impetuosa, sin rumbo, como potro sin brida, mi juventud siguió por camino extraviado; mas ya encontré la senda, ¡ya amaneció en mi vida! ¡Salud, árbol amigo, bajo cuyo piadoso follaje hoy puede el alma tomar algún reposo de este bregar inútil a que fue sometida! ¡Salud, arroyo hermano, sobre cuya corriente refrescaré mis labios y lavaré mi frente, porque ya tengo aurora, ¡ya amaneció en mi vida!

El soneto reproducido en Ultimas Noticias, gustó mucho a los amigos de Chanti, pero en especial a su antiguo maestro Bernardo L. Ríos, quien en ese tiempo predicaba los caminos de transformación para construir al hombre nuevo y que él llamaba teosofía. –Ese su poemita último –le dijo al poeta–, es bellísimo y entraña un muy hondo sentido teosófico. Lo he recordado y voy a incluirlo como número especial en la plática que dictaré mañana sábado en la Biblioteca Pública. –¿Quién lo declamará –preguntó Chanti.

–Usted mismo. ¿Quiere? –Con gusto, maestro. Esa misma tarde, Santiago Serrano se reunió con sus amigos para festejar su regreso a Tuxtla. Estuvo tan bien el convivio que el poeta siguió celebrándose durante una semana, sin acordarse de asistir a la conferencia teosófica. Enterado de los extravíos del poeta, el maestro Ríos comentó entristecido: –¡Aún no amanece en la vida de Chanti Serrano, pese al mañoso poemita!

1 Sarelly Martínez Mendoza| Explorador de periódicos antiguos de los que ha extraído una que otra anécdota, uno que otro libro y una alergia permanente al polvo acumulado en los archivos y en las hemerotecas chiapanecas. Su texto más reciente es Entrevista periodística en 15 lecciones, publicado por Porrúa.

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Lo s h u me da l e s Texto Elizabeth Ortega1 / Fotos edgar laram Estos ecosistemas conservan la biodiversidad [...] dan estabilidad climática amortiguando inundaciones [...]; son refugio y zona de crianza para una gran diversidad de especies, muchas de ellas de interés económico para el ser humano; brindan belleza al entorno, identidad y significado cultural.

1 Elizabeth Ortega Narváez | Nació en el Distrito Federal pero se considera chiapaneca de corazón. Estudió Diseño industrial en la Universidad de Monterrey. Le gusta la intensidad de los deportes y explorar la naturaleza. Trabaja actualmente en proyectos urbanistas enfocados en la recreación y cuidado del medio ambiente.

En esta ocasión me gustaría hablar sobre los humedales, un ecosistema de suma importancia y con el que no estamos muy familiarizados; por lo menos puedo decir que yo no sabía casi nada de este fascinante y vital sistema, hasta mi llegada a San Cristóbal de las Casas (SCLC). Mucho antes de su fundación y nombramiento como Ciudad Real en 1528, SCLC fue llamada Jovel y Hueyzacatlán por los tsotsiles y los mexicas respectivamente; ambas palabras hacen referencia a las características originales del valle que describen la hierba alta y grande, los popales y tulares, enormes plantas similares a pastos parecidos a la caña de azúcar, especies características de los humedales. Ecosistemas ubicados en zonas de transición entre los sistemas acuáticos y terrestres, los humedales están entre dos mundos que se tocan pero no son iguales, constituyen áreas de inundación temporal o permanente, cuya profundidad en marea baja no excede los seis metros. Estos ecosistemas conservan la biodiversidad y se encargan del mantenimiento del germoplasma, es decir, el material genético de las especies vegetales que se transmite a su descendencia; dan estabilidad climática amortiguando inundaciones ya que los humedales funcionan como una esponja; son refugio y zona de crianza para una gran diversidad de especies, muchas de ellas de interés económico para el ser humano; brindan belleza al entorno, identidad y significado cultural. Pero más allá de eso, desde mi punto de vista, uno de sus regalos más valiosos es el agua limpia que brinda, ya que regulan los ciclos hidrológicos y de carbono, procesos ecológicos esenciales para la vida. Estos ecosistemas filtran y purifican el agua de lluvia recargando los mantos freáticos, brindando nutrientes a la flora y protegiendo los suelos contra erosiones.

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Decreto Número 137. (2008, 1 de febrero). Publicado en el Periódico Oficial del Estado de Chiapas (078). Consultado el 30 de noviembre de 2014. 2

Decreto Número 138. (2008, 1 de febrero). Publicado en el Periódico Oficial del Estado de Chiapas (078). Consultado el 30 de noviembre de 2014. 3

Topográficamente la ciudad de SCLC está ubicada en la parte central y más baja de la cuenca hidrográfica, se trata de una cuenca endorreica (que retiene el agua) que por ser zona de carso donde el agua encuentra desagüe subterráneo, seguramente hace mucho tiempo pudo haber sido un lago del que sólo quedan escasos humedales. Algunas personas cuentan que antiguamente en SCLC se podía transitar de un sitio a otro en cayucos o pequeñas balsas entre los humedales de la ciudad, sobre todo en las temporadas de lluvia donde algunas partes del valle se inundaban. A consecuencia de las frecuentes inundaciones que sufrían en 1976 se construyó un túnel para evacuar el agua que se acumulaba en la ciudad. La construcción del túnel aumentó la velocidad y la capacidad de evacuación del agua pluvial, lo que produjo que la cuidad tuviera un mayor crecimiento, ya que esos humedales donde se acumulaba y filtraba el agua fueron drenados y lotificados para que ahí se edificaran viviendas y así fue como poco a poco fuimos perdiendo este ecosistema y su diversidad, que un día representó por completo a la ciudad. Sus efectos negativos impulsaron a diferentes organizaciones, grupos de investigadores y ciudadanos responsables para unir esfuerzos y proponer acciones para proteger y conservar los espacios que aun contaban con las características de los humedales y así mitigar los efectos adversos. Se realizaron estudios, proyectos y se impulsaron políticas públicas. Para el 2008 dos decretos fueron publicados en el Periódico Oficial del Estado, en los que se declararon áreas naturales

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protegidas con el carácter zona sujeta a conservación ecológica, a las zonas conocidas como humedales de Montaña María Eugenia2 y Montaña La Kisst3. Los decretos se realizaron sin un debate formal en el Congreso Estatal, simplemente se firmaron los documentos que designaban a los humedales como área natural protegida. El hecho de omitir un proceso formal en esta declaración trajo consecuencias graves para el sitio, v. gr., no se contó con un manejo integral para el área, ni se pudo expropiar terreno a los dueños de estos dentro de la recién declarada área natural protegida. Lo que provocó una especie de limbo, ya que el área parecía un espacio abandonado, con escombro en algunas zonas; un lugar con un gran potencial pero olvidado. La Kisst, junto con los humedales María Eugenia, son dos áreas verdes que nos restan dentro de la ciudad y contar con áreas verdes trae varios beneficios, entre ellos, una mejor conciencia ambiental, el enraizamiento de la comunidad, la construcción de identidades socioculturales, además de que nos proporcionan ese sentimiento de seguridad e invita a un ambiente de salud mental y física, puesto que los espacios abiertos y bellos invitan a la contemplación, a crear tejidos sociales-naturales. El humedal se encuentra inmerso en la mancha urbana de la ciudad de SCLC, razón por la cual su deterioro es cada vez más acelerado. Las principales actividades antropogénicas que han dado pie a la pérdida de humedales son la tala excesiva, contaminación y el cambio de uso de suelo.

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Desastres naturales como los huracanes, son propiciados por sistemas de baja presión con actividad lluviosa; esta lluvia, cuando se precipita, busca una salida que por lo general son los ríos y esas huellas de humedal en el suelo; sin embargo, estas se han ido perdiendo en la memoria del hombre, sustituyéndolas por zonas habitacionales, potreros y centros comerciales, sin darse cuenta de las consecuencias y peligros que estos cambios en el uso de suelo pueden ocasionar. La naturaleza urbana debe ser percibida como un elemento integrador de los valores económicos, ambientales y sociales, así como de identidad y de referencia a un territorio determinado; donde todos somos responsables de conocer las funciones, cuidados y beneficios de los ecosistemas que coexisten en nuestras ciudades, porque gracias a ellos es posible nuestra existencia.


asunto de

perspectiva

Texto Mariana Piña1 Soy feliz, soy un hombre feliz y quiero que me perdonen por este día los muertos de mi felicidad Silvio Rodríguez

Mariana Piña López | Oriunda de la ciudad en la que abunda el taco de canasta y la torta de tamal. Considera que la vida es un constante movimiento, por lo que evita a toda costa definirse. Gusta de conocer sus raíces para comprenderse y comprender su historia. Ah, y suele desentonar en las fiestas al poner esas rolitas a las que algunos denominan “oldies but goodies”. 1

Hablar de felicidad como un estado permanente en la actualidad es quizá una actitud inocente. Nos educan para ser eficientes, inteligentes, exitosos, adinerados, capaces, pero no para ser felices. La palabra felicidad deriva del latin felicitas o felix, “fecundo”, y es definida por la Real Academia Española (2012), en su acepción primera, como el “estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien”. ¿Es en serio?, ¿la posesión de un bien? Muchas son las disciplinas que se han abocado a estudiarla con la finalidad de formar un concepto de ella y, de ese modo, encontrar la mejor opción para alcanzarla; sin embargo, la felicidad no puede ser comprendida como objeto de estudio, sino como experiencia personal, viviéndola. La felicidad es una decisión, quizá un asunto de perspectiva. No hace falta ser un genio, un monstruo de los negocios o un filántropo empedernido para conseguirla; probablemente se trate más de abrir los ojos a lo cotidiano, observar que cada día representa un nuevo comienzo, una oportunidad de aprender. Considero que los que transitamos por este mundo tenemos el firme propósito de ser felices, alcanzar ese estado en el que, desprovistos de todo estereotipo, condicionamiento y prejuicio, contemplamos la sucesión de hechos a los que llamamos vida con admiración, con deslumbramiento, inhalando presente a cada respiro. Hace algunos días, en una conversación entre amigos, noté que la sensación de felicidad se ha tornado huidiza, esquiva; quizá se deba a las cargas que la modernidad nos impone. Hemos decidido procurar que nuestros hijos se realicen a partir del mérito académico, del desarrollo profesional o del éxito económico, dejando en segundo término el hecho de que, probablemente, al incitar la capacidad de observar, de contemplar, de amar, no sólo a sí mismos sino a su entorno, de respetar y convivir, de conectarse con su medio, con su interior, podrán talvez desarrollar el impulso de disfrutar, gozar y vivir felizmente el instante que se nos regala.

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Los lugares de la

migración Texto Helena Cañas1

Pa’ una ciudad del norte / yo me fui a trabajar / mi vida la dejé entre ceuta y gibraltar / soy una raya en el mar / fantasma en la ciudad / mi vida va prohibida / dice la autoridad Manu Chao

Helena Cañas | Oaxaqueña de nacimiento, estudió Lengua y literatura hispanoamericana, es maestra en Estudios Culturales y actualmente se quita el sueño con un proyecto sobre migración e iconografía; es amante de las buganvilias, firme detractora del cacaté y jura nunca haber visto el programa “del Chabelo” (ante tal afirmación nunca ha sabido cuál debe ser su sentir). 1

De lo íntimo a lo social, de lo público a lo privado, desde la realidad o el imaginario colectivo, la migración es resultado de muchas condiciones y experiencias que tienen implicaciones tanto en los sujetos y las comunidades enteras, como en los espacios. Hoy se está muy lejos de la década de 1960 cuando las dinámicas migratorias eran circulares, el flujo respondía a características específicas: jóvenes o adultos de origen rural que llegaban a Estados Unidos a emplearse en el sector agrícola de manera temporal, para volver a su país. La figura del brasero posee nuevas cualidades: éstos no son únicamente de origen rural; muchos de ellos ya no se emplean en el sector agrícola sino en el de servicios; y sobre todo, buscan establecerse en ese país. La migración es un fenómeno que se da en espacios que se rigen por innumerables cambios territoriales, en los que se van ocupando lugares jerárquicamente establecidos, que adquieren sentido debido a experiencias personales. En este mosaico territorial que es México, como el fragmento de viaje más complicado de miles de migrantes, que va de la indulgencia y solidarización, al abuso y la segregación, existen por lo menos tres espacios-territorios que se vuelven personajes del fenómeno y las crisis que experimenta el sujeto: la frontera, el tren y el albergue. La paradoja que representa la frontera en el proceso migratorio es el contacto que se gesta como punto en común y cambio a la vez, la distinción a partir del encuentro; en esa ambigüedad de entrada-salida, el paisaje se comienza a diferenciar desde su similitud, y con un dejo de mismidad, abre la puerta a lo otro y es un lugar de encuentros. Las dinámicas que se establecen son el resultado

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de su porosidad, de los intersticios y su ambigüedad. La frontera es tope, impedimento y control, y a la vez el lugar en el que el migrante adopta su identidad-fantasma, el sujeto ignoto vive su primera crisis y se comienza a transformar en esa ambigüedad territorial, en esa porosidad que no tiene nombre. El tren, que en su momento fuera la herramienta del progreso, con el aumento del fenómeno se convirtió en La Bestia y representa hoy un progreso decadente. Éste, como símbolo de la modernidad, significó un desafío al tiempo y la comunicación que existían antes de él; un universo nuevo se dio lugar con su invención, el poder de su materia y su capacidad produjeron un panorama que abría las puertas de la modernidad a los sitios más recónditos. Capaz de transportar hasta 1500 migrantes, el tren somete a sus pasajeros a la herrumbre de la desesperanza. Su uso como transporte ha generado dinámicas de dominación, pertenencia y relaciones de poder2 que le han convertido en un territorio en el que se ejercen y se gestan identificaciones. La ruta del tren define el viaje, pero también permite experiencias que sólo se dan en esa vía. El tercer espacio-territorio es el albergue. Según la Red DH de Migrantes (2014) existen aproximadamente 80 albergues, casas y centros de apoyo en México. Este último lugar simboliza la tregua en el viaje. Es un paso “digno” a través de México, cargado de nuevas relaciones y prácticas; es el lugar en el que las ausencias, el anonimato y las soledades convergen, y en común acuerdo, se armonizan. Pero a su vez representa un espejismo; el albergue jamás será permanente y lo saben.

Frontera, tren y albergue representan lugares simbólicos de comunicación entre tiempos disímiles en donde vemos lo que es invisible, muchos tiempos contenidos en un lugar en donde sabes que existen pero no los ves; en ellos están los que fueron y los que serán, los que pasan por ahí, los que han vuelto y los que aún no saben que ya se les espera. En términos espaciales, el sujeto vive constantes transformaciones que redundarán en la convergencia de tres entes en un solo individuo: emigrante, el migrante y el inmigrante; esas reflexiones centradas en el espacio que suscita una transformación, implican para el sujeto actitudes distintas, reclamos diferentes, nuevas identificaciones que representarán sus procesos psicológicos. La memoria cultural que construye el migrante en su camino es una relación constante de conflicto, consigo mismo, los otros y los espacios con los que mantiene relaciones de asimilación y recreación de los valores de la cultura dominante. Se constituye entonces una cultura conflictiva que estará siempre con la vista en la que ha dejado para adaptarse y camuflarse en el proceso. Pero estas son formas de relación y conflictos que todos vivimos, todos nos movemos, intentamos integrarnos, nacemos en una lengua determinada, en una cultura, en un país determinado y tenemos que adaptarnos a tales hechos, mudamos nuestras relaciones y emociones, la migración es un continuo aun cuando no se crucen grandes territorios o fronteras geográficas, porque viéndolo bien, todos somos migrantes.

2 Relaciones de poder entre migrantes y Maras, migrantes y Zetas, además de las luchas por la territorialidad devenidas del fenómeno.

Ilustración Mario A. Tassías


De neuronas y frailescas

Texto Antonio Cruz Coutiño1

Foto Edgar I. Besares Narcía

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Metafóricamente es verdad, “basta una neurona para pensar” tal como anuncia desde lejos esta publicación, que intenta capturar primero y llenar después nuestros sentidos; llenar nuestros ojos y oídos, llenar nuestra sensibilidad con lo que somos; con nuestras costumbres, creencias y mitos; con nuestras prácticas culturales; con nuestro habla particular, geografía, historia y artes populares; con nuestro Chiapas, nuestra identidad. Esto es razón suficiente para, desde este espacio y desde nuestra experiencia e inclinaciones, transmitir el regusto por las esencias de la tierra y el territorio, la gente, nuestra gente y nuestros pueblos; el barro, la madera y el textil; los cementerios, calles, caminos y mercados; las cantinas, la marimba y los colores; el paisaje, los sabores, la taberna y el atol; los tamales, el chocolate y el buen pozol; nuestras ciudades mayas, creencias, personajes históricos y leyendas. Y en fin, transmitir incluso, pinceladas de la arquitectura rica, presente en mercados, iglesias y fuentes o en casonas y antiguas haciendas, como La Valdiviana en Cintalapa, o en las capillas, acequias, puentes y casas grandes como las antiguas haciendas del Valle Central, tanto las de la Frailesca de Comitán, como las de la Frailesca de Chiapa. Sí. Las dos frailescas, aunque también templos, haciendas, antiguos trapiches, salinas y beneficios… en los Altos de Chiapas y meseta comiteca, en el extenso valle ocosinguense hacia Chilón, Salto de Agua y Palenque; en el valle del Mezcalapa, territorio zoque; en Jiquipilas y Cintalapa, en las antiguas ganaderías de Tonalá y, ya no se diga en el Soconusco y sus campos de cacao y flores exóti-


cas; fincas y represas, antiguos emporios cafetaleros, pero detengámonos tantito. ¿Dos frailescas he escrito? Y respondo que sí e incluso cinco. Durante la época de la Colonia, los conventos dominicos, los de los hombres de la orden religiosa de Santo Domingo, los establecidos en Tecpatán, Ocosingo, Comitán, San Cristóbal y Chiapa, muy pronto compitieron con los encomenderos, en el establecimiento de esas refulgentes y lucrativas empresas agropecuarias llamadas haciendas, las mismas que abastecieron sobradamente a conventos, casas religiosas, al obispado, pueblos y ciudades incipientes. Frailescas. Extensas zonas agrarias controladas anímica, paternal, económica y judicialmente por los frailes desde sus conventos, mediante administradores, tenientes y caporales, con la venia de Dios y el coro de sus ángeles y arcángeles, con los derechos y patentes más prístinos, venidos de la Corona y de su magestad el rey, privilegios superiores a los de encomenderos, capaces de trasladar poblaciones enteras de indios, a los valles y tierras calientes. Derecheros en la adquisición ventajosa de negros esclavos. Casa grande en la posición central, al frente un patio o plaza extensa, al centro una cruz atrial, del otro lado la ermita o capilla y a los lados, como formando un semicirculo, las casas de los baldíos. Esa fue la imagen de las antiguas haciendas frailescanas, cuya vida bien retrata la excelsa novela histórica de don Heberto Morales Constantino Jovel. Serenata a la gente menuda, reimpresa en 2010 por el Coneculta.

1 Antonio Cruz Coutiño | Nació en La Concordia en el año de 1960. Sociólogo, diplomado en Ciencias Políticas, Ecología, Derecho Ambiental y Docencia Superior; maestro en Estudios Regionales y Doctor en Humanidades por la Universidad de Salamanca. Destacan sus obras La Concordia en Los Cuxtepeques (2001), Mitología maya contemporánea (2011), Miramar, corazón de la selva (2012) y Cacao Soconusco. Apuntes sobre Chiapas, México y Centroamérica (2014).

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Con frecuencia se pregunta, ¿ella me domina o yo la domino?, ¿ya somos amigas o sigue vengándose de mis imprudencias cada Texto Zazil Feria1 que puede? A veces siente que nada más está esperando el más mínimo desvelo, el olvido de una dosis y ahí está, al acecho, fiel Ilustración Mario A. Tassías pero inoportuna.

Amiga enemiga

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Alguna vez como consuelo simplón pero bien intencionado, un familiar le mencionó que era una enfermedad que han padecido genios y grandes estrategas como Sócrates y Julio César. No le reconforta la idea, seguro ellos también la maldijeron. La epilepsia es una enfermedad crónica, que la mayoría de las veces se presenta en forma de convulsiones y ausencias de la persona que la padece, y subrayo la palabra “mayoría” ya que es un término que puede resultar incluso vago para la enorme gama de padecimientos que sufren las personas que la portan. Todo ello depende de la parte del cerebro en la que ocurra esta actividad eléctrica anormal. La epilepsia, es fiel por ser crónica, pero posee un bajísimo sentido de la oportunidad ya que muchas veces ataca cuando hay algún evento importante: un examen o una cita, porque aprovecha los momentos de estrés para surgir y dejar agotado… y enojado. Regresar de una convulsión al mundo real es una vergüenza triste por el pasmo que has ocasionado en quienes te rodean, aún en los más experimentados. ¿Se anuncia? En ella, casi siempre; ve unas luces, a veces olores agradables, lo cual sería una maravilla si no reconociera que se acerca su amiga/enemiga, entonces sabe que tiene que avisar y recostarse, a riesgo de que pueda caer y chocar con algo. Le gustaría saber qué hay más allá de esas luces, quizá un recuerdo maravilloso o un futuro avasallador, gente querida que ya ha muerto y se deja ver por unos escasos momentos, pero no, no logra pasar de esas diáfanas, cálidas y sutiles luces, eso es como es y no como quisiera. «Pero son hermosas», piensa, «si otros pudieran ver lo que mi doctor nombra “auras” asegurarían lo mismo que yo». Cuando era adolescente le era muy penoso tener que advertir sobre ella a amigos y maestros. Ojalá hubiera podido tomar foto a su rostro de susto al inicio y a

su apresurada forma de componerse para fingir y decir “no hay problema, es lo más natural del mundo, pero esperemos que no suceda”, después. Con el tiempo la tomó más como un desafío que como una incapacidad, potenció su nivel de reto y autoestima: no iba a poder hacer todo lo que quería si no ponía disciplina en su vida y tenía control sobre ella. A los 16 años eso era difícil, implicaba no ir al cine, ser puntual en la toma de medicinas, no ver la televisión con la luz apagada, evitar los cigarros, el alcohol, los desvelos, y un etcétera tormentoso para una jovencita que, como la mayoría, solo quería comerse el mundo. Encontró, para su paz y la de su familia, un médico que después de años encontró “la dosis” de una medicina adecuada para su tipo de epilepsia, la cual ha madurado, crecido y decrecido, mutando y evolucionado de manera muy distinta a lo largo de los años, ya quince a estas alturas. Ha conseguido los objetivos que se ha propuesto y algunos más. Pero la mayoría de los epilépticos no pueden decir lo mismo, hay quienes incluso desde pequeños deben llevar un casco de forma permanente para su protección; a ellos y a sus familiares hay que darles contención y apoyo. Nadie se cura de eso, es una enfermedad crónica. Tener epilepsia siglos atrás implicaría estar terriblemente sola, suponiendo que existiera entonces; pero para ella y muchos ahora, también significa estar acompañada por gente que no la tiene y la mira y la trata sin hacerle sentir que les pesa, que les pesan, como que “no es la gran cosa”. No le gusta hablar de esto, no le gusta ni cargarlo ni quejarse porque lo lleva, de hecho no le gusta ni pensarlo; pero está agradecida, le ha enseñado tanto, que le daría para escribir un libro, pero eso ya se lo queda para su biblioteca personal, en el clasificado de “asuntos inoportunos”.

Olivia Zazil Feria | Chiapaneca nacida en 1983. Estudió licenciatura en psicología por la UAM y la especialidad en la UNAM, ha recibido premios en 2006 y 2011 de la STPS por investigación en temas de psicología laboral, es maestrante en Educación y Desarrollo Cognitivo por el ITESM. Es aficionada al café, la historia, el cine y viajar con mochila al hombro. No soporta a Juan Gabriel.

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No todo es Amélie

YANN TIERSEN Texto Eduardo Jiménez1

La película francesa de Jean-Pierre Jeunet exhibida en 2001, Le fabuleux destin d’Amélie Poulain, conocida en español como Amélie, comúnmente forma parte de las favoritas de quienes se autoproclaman cinéfilos o amantes del mal catalogado “cine de arte”. Cierto, su narrativa cinematográfica es impecable, digna de verse muchas veces. Al director le bastan 10 minutos para disponer el universo mágico de la protagonista, a través de la narración en voice over, el espectacular establecimiento de los personajes y la tragedia de la que somos testigos al ver a la madre de la protagonista morir; mientras suenan “J’y suis jamais allé” (1996) y “La dispute” (1997), de Yann Pierre Tiersen como temas musicales de fondo. Más que “cine de arte”, Amélie ha sido una película muy bien vendida y forma parte de muchas colecciones de aficionados. La banda sonora, interpretada por Tiersen, es sobresaliente, vendible; algunos blogs o páginas de Internet lo llaman un soundtrack

imprescindible; sin embargo, más de la mitad de las canciones fueron recopiladas de sus primeros álbumes; La valse des monstres (1995), Rue des cascades (1996), Le phare (1997) y L’absente (2001). Pero no todo el estilo de Yann Tiersen es Amélie. Hasta su álbum C’était ici (2002), concierto grabado en la Cité de la Musique, de París, sus piezas eran más instrumentales, melodiosas y orquestales (muestra de ello son “Rue des cascades”, “Le Moulin”, “Le Fromveur”); más cercanas al tipo de música que se utiliza en la película de Jeunet. Aun así, desde sus primeros discos había un ligero guiño al postrock que se convertiría en una de las etapas más propositivas del artista. La llegada de Les retrouvailles (2005) mostraba una de sus propuestas más atrevidas con canciones como “La jetée”, tocada con un órgano de tubos; “7:Pm”, grabada en el interior de una iglesia; y “Les enfants”, una experimentación con notas de guitarra acústica, melódica, un piano de juguete, una onda Martenot, una máquina de escribir y un serrucho. “Les enfants” dejaba clara la curiosidad y exploración de todo infante.

Escanea el código con tu celular para escuchar la playlist de Yann Tiersen que creamos para ti.


Dust Lane, 2010

Es el álbum en vivo On tour (2006), del que existe una película homónima realizada por Aurélie du Boys, la primera exploración seria de Tiersen, pues arregla y reinterpreta varias de sus canciones ya clásicas al estilo postrock: “La terrase”, “Le train”, “La boulange” y “La valse d’Amélie”. En esta exploración podemos ver a un Tiersen que no necesita partituras en el escenario, más bien está dispuesto a experimentar tocando xilófono, violín y sintetizador; generando fricción entre un globo y las cuerdas de la guitarra eléctrica; usando tonos de teléfono grabados previamente. En sus conciertos, quienes no conocen la discografía de Tiersen esperan escuchar su faceta multi-instrumentalista, con orquesta o interpretando la música que acompaña las películas Amélie, Adiós a Lenin (Good bye Lenin!, 2003) o Tabarly (2009); qué decepción se llevan aquellos que esperan ver a Tiersen tocando el acordeón, el violín y el piano, cuando escuchan una pieza de postrock como “Fuck me” (Dust Lane, 2010) o “I’m gonna live anyhow” (Skyline, 2011). Tiersen gusta del rock, la chanson française y la música clásica. Esto permite comprender la diversidad, fusión y experimentación de su música. Para conocer a un artista se debe visitar su obra completa y no solo algunas de sus producciones, no podríamos comprender el Guernica de Picasso si no observamos cómo llega de su periodo azul al cubista (o hasta expresionista). La música de Tiersen se transforma como la obra de un verdadero artista, revisita la esencia musical con la que inició

Skyline, 2011

Infinity, 2014

y la reinventa; nos deja escuchar los ecos de su música instrumental en una capa de sonido muy por debajo de las guitarras, el sintetizador, el bajo y la batería. Desde que comienza un concierto suyo ofrece una atmósfera sonora total, cada sonido se transforma en música; es así como logra abstraer la música del universo en la canción “Infinity” (2014), de su disco homónimo. *** Sentados en un teatro, los espectadores esperan. Tiersen y su banda salen al escenario y generan sonidos con el sintetizador, abren con dos piezas de postrock: “Palestine” y “‘Til the end” (Dust Lane, 2010). Una parte del público se pregunta «qué pasa», la otra parte se pregunta «por qué en un teatro». Tiersen sólo cierra los ojos, lo sabemos, es libre, invita a hacer un viaje espiritual. Su música no es apta para todos los gustos. Las imágenes se contraponen: adultos serios vestidos con traje, sentados en el teatro, incómodos; jóvenes corriendo al escenario, comprendiendo la música de Tiersen, bailando. El postrock se detiene para darle paso al violín acompañado de un sintetizador. Tiersen está a contraluz, su rostro no se ve, la iluminación forma la silueta del músico y la despega del escenario, nos habla de la oscuridad de la canción que interpreta; así la luz enfatiza el espectáculo: Tiersen rompe las cuerdas del arco con el que toca el violín. Interpreta “Sur le fil” (Le phare, 1997).

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1 Eduardo Jiménez | Nació en 1986 en la tierra antiguamente llamada Balún Canán. Estudió y sigue estudiando. Distraído. Obsesionado con la música y el cine (documental y ficción). Es feliz cuando debe escuchar una discografía completa varias veces en poco tiempo y cuando realiza guiones para radio. Una tarde de películas en su casa le parece increíble.


inventos que cambiaron el rumbo de la

HISTORIA Texto Factor Dios1

La fotocopiadora En 1938 Chester Floyd Carlson desarrolló un proceso denominado “electrofotografía”, lo que permitió la creación de lo que hoy se conoce como xerografía o fotocopiadora. Carlson fue el fundador de la empresa Xerox. Se estima que en la actualidad se realizan 3,000,000 de copias anualmente a nivel mundial.

El puente colgante Es uno de los inventos que sorprenden por su sencillez; no obstante, su existencia hizo posible el desarrollo de lugares como Nueva York. El más largo del mundo se encuentra en Japón y tiene una longitud de 3,911 metros.

La válvula Su creación data del año 25 d. de C. La más antigua que se conoce guarda mucha similitud con las actuales y se encontró en las ruinas del palacio romano de Tiberio. En la actualidad, las válvulas con diseño de llave de rosca nos permiten controlar el paso de agua, gas, vapor o cualquier cosa que pase por una tubería.

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1 FactorDios | Aprendiz de todo. Su gusto por el arte lo llevó a estudiar literatura cada tarde. Le hacen falta dedos para contar a la gente que quiere. Nació en los 80 pero se siente de veinte. Adora el rock pero no sabe —ni quiere saber— de bandas nuevas . Está seguro que el café, el vino y los cigarros son una bella manera de acercarse a la muerte.




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