Neurona #17

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NEURONA17 | Agosto de 2022

De México para el mundo / Fray Matías de Córdova y Ordóñez, ironía en la naciente mexicanidad / Ecosistemas de México, entre la exuberancia y la devastación / Los Olvidados. El Jaibo que todos llevamos dentro / Diversidad cultural en perspectiva estética / Revisionismo caprichoso (La suave patria cien años después) y mucho más.

México

su pasado, presente y futuro

#HAZSINAPSIS




EDITORIAL

Hablar de México es decirse y desdecirse; es perderse y encontrarse en el yo y en el nosotros; es condensar en una palabra pan y tierra, magia y sueños. Por ello, en el 212 aniversario de la fundación de nuestro país, en Revista Neurona quisimos rendir tributo a la tierra de la diversidad ecosistémica y de la multiplicidad artística; del crimen y las bajas pasiones; de la tradición, la vida y la muerte. Este nuestro México mágico –a veces trágico– que lo mismo seduce que asquea, pero que a nadie resulta indiferente. Lugar al que construimos nuestra casa para vivir en familia, para compartir con los amigos y, al final de nuestra existencia, servir de camposanto. Sirva esta edición para pensar y repensar nuestro México, su pasado, presente y futuro

Mariana Piña Directora General


www. revistaneurona. com.mx

Mariana Piña López Dirección general Sergio A. Hernández Torres Edición literaria Edgar Lara Morales Edición gráfica

Colaboradores en esta edición Roberto Agustín Mancilla Mendoza Sarelly Martinez Mendoza Itzel Durán Fuentes Julio Panti René Correa Enríquez Mariana Piña López Luis Antonio Rincón García edgar laram

Mario A. Tassías Aguilar Ilustración

Fotografía Natalia Yakovleva Juan Rulfo edgar laram Rene Böhmer

Contenido De México para el mundo 4 / Fray Matías de Córdova y Ordóñez, ironía en la naciente mexicanidad 8 / Ecosistemas de México, entre la exuberancia y la devastación 14 / Piedra de sol (fragmento) 18 / Los Olvidados. El Jaibo que todos llevamos dentro 20 / Diversidad cultural en perspectiva estética 24 / Juan Rulfo 28 / Revisionismo caprichoso (La suave patria cien años después) 30 / J.M. Servín, imbricaciones de periodismo y literatura 34

Agosto - septiembre de 2022, nueva época, Revista Neurona, publicación bimestral de distribución gratuita editada por Babel Productora de Medios S.A. de C.V. Tel. (044) 961 233 62 71, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México. Tiraje: 2,000 ejemplares. Esta publicación no puede ser reproducida total o parcialmente sin el permiso por escrito del editor. Lo que se dice es responsabilidad de quien lo escribe. El contenido de los anuncios es responsabilidad del anunciante. Todos los derechos reservados. Registro en trámite. © Inconsolata de Ralph Levien © Imagen de portada de M. Alejandro Tassías


MÉX DE

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n México (y en muchos otros países) usamos cotidianamente la expresión “como los cangrejos” para referirnos, entre otras cosas, a la malsana predisposición de un gran número de paisanas y paisanos, de aplicar lo peor de nuestro malinchismo al demeritar los logros o la popularidad de otras personas originarias de este singular territorio al que reconocemos y decimos amar como patria. Las razones para tales y criticables costumbres, seguro, son diversas. Desde arraigados complejos de inferioridad o superioridad malentendida, hasta reflejos, fuera de tiempo, de la envidia

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y otras sensaciones que, de acuerdo a los expertos, deberían quedar de lado en algún momento de la vida pero que, por desgracia, en no pocas ocasiones se han enquistado en el ideario personal de gente de cualquier origen y de variados niveles socioculturales o económicos. Así, es fácil escuchar a connacionales decir cosas como: “¿Frida? ¡ni era tan buena!, ¡hay muchas pintoras mejores!” (aunque no conozcan a ninguna otra), o “Ese “Checo” Pérez, tantos años en la Fórmula 1 y apenas dos carreras ganadas” (aunque no tengan maldita idea de lo que implica siquiera participar en el máximo circuito del automovilismo mundial).

Roberto Agustín Mancilla Mendoza | Diseñador, aprendiz de comunicador y aficionado a la música, como ejecutor y como oyente. Durante casi cinco décadas de vida ha buscado un espacio para expresar su sentir sobre este y otros temas hasta encontrarlo en estas páginas.


XICO

PARA EL MUNDO

Por Roberto Mancilla

Por mi parte, quiero expresar mi reconocimiento a todas aquellas figuras públicas que, habiendo nacido en México, han puesto su nombre en lo más alto de las disciplinas deportivas, culturales, políticas, tecnológicas o sociales a nivel internacional. Porque, ¿saben qué?, sin temor a arrepentirme, puedo declarar que el tener la misma nacionalidad que los mencionados Frida y Checo me genera una buena dosis de orgullo. Estoy convencido de que las aportaciones al cine mundial de Cuarón, González Iñárritu y Del Toro, de Anthony Quinn, Dolores del Río y hasta de Diego y Gael, tienen

una dosis de “mexicanidad” (si algún nombre debemos darle), que me hace identificarme y alegrarme por su éxito. Sin broncas puedo asegurar que Hugo Sánchez, Rafa Márquez y hasta el “Chicharito”, a pesar de lo que otros crean se les puede criticar, fueron referentes de los equipos de futbol en los que jugaron y ganaron al más alto nivel y, por supuesto, en el ámbito del deporte, figurones como Lorena Ochoa, El “Toro” Valenzuela y Julio César Chávez, no hicieron otra cosa que dejar claro en el mundo que en México también nacen campeones.

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¿Y en las artes? Me gusta saberme paisano de Octavio Paz, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros o Juan Rulfo, todos nombres reconocidos y alabados a lo largo y ancho de este planeta, como los músicos Carlos Santana, Agustín Lara o Juan Gabriel, pasando por el reconocimiento mundial que recibe Alondra de la Parra como directora de orquesta o el bailarín Isaac Hernández, quien triunfa como la figura principal del English National Ballet. Quizá fui solo yo (aunque no lo creo) quien, durante la infancia, repetía a los conocidos extranjeros que quisieran escucharme, que “la televisión a color fue inventada por el ingeniero mexicano Guillermo González Camarena”, como

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nos lo enseñó la cápsula caricaturizada transmitida en la televisión setentera del siglo pasado y llamada “Cantinflas Show”, en la que el comediante nacional más famoso en el mundo, daba lecciones de historia a los niños de esa época. Estoy convencido que la lista de personalidades mexicanas famosas y reconocidas para bien en el mundo, es muchísimo más larga de lo que las propias páginas de esta publicación permitiría y, seguramente, no conozco o recuerdo a muchas que tienen un lugar en el Olimpo internacional, pero por supuesto que, no tengo duda, lo que menos se merecen es el olvido o el desprecio de quienes, por azares del destino, compartimos pasaporte.



Fray Matías

de Córdova y Ordóñez, ironía en la naciente mexicanidad Por Sarelly Martínez Mendoza

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l 1 de noviembre de 1828, 15 días después de la muerte de fray Matías Antonio de Córdova y Ordóñez, el periódico El Para-rayo dedicó sus dos primeras páginas a resaltar la vida del fraile, con detalles que permiten conocer la trayectoria del religioso que ha pasado a la posteridad como el actor principal de la declaración de la independencia de Comitán.

Fotografía Natalia Yakovleva ©

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Sarelly Martínez Mendoza | Explorador de periódicos antiguos de los que ha extraído una que otra anécdota, uno que otro libro y una alergia permanente al polvo acumulado en los archivos y en las hemerotecas chiapanecas. Su libro más reciente es Santiago Serrano, el periódico y el verso.

Este acto patriótico, que ha sido reconocido y exaltado con todos los merecimientos públicos, ha nublado otros logros no menos importantes del fraile dominico, como el haber sido pedagogo destacado, poeta de renombre, filósofo y escritor deslumbrante de quien desgraciadamente han sobrevivido pocos textos, pero los suficientes para conocer su calidad, su intensidad y su apego imperturbable por la libertad y el bien común de sus compatriotas. El texto biográfico, que apareció en El Para-rayo, resaltó que el doctor fray Matías de Córdova había nacido en la villa de Tapachula, en el Soconusco; que era “de padres honrados y decentes que le dieron la primera educación de leer y escribir”; que después de esa primera formación escolar en casa, ingresó en el Seminario de San Cristóbal en donde aprendió latín y se aficionó a las obras de Virgilio, Ovidio, Horacio y Marcial. “Para seguir sus estudios, continuó el periódico, pasó a Guatemala donde tomó el hábito de Santo Domingo en 1782. Estudió allí tres años de filosofía y seis de teología escolástica por el método que entonces se usaba que era el de Aristóteles”; se revelaría contra este método, pero no en un afán destructivo sino propositivo, como fue su talante en todos los órdenes en donde participó: el político, el económico y el cultural. En 1800, obtuvo el doctorado

en teología por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Hasta el final de su vida, pese a su menguada salud, se desempeñó como rector de la Universidad de Chiapas, presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País y responsable del periódico El Para-rayo. En la “declinación de su edad”, puntualizó el texto referido, empezó a sufrir “síntomas de hidropesía, que al fin se le fueron aumentando más y más hasta acabar con su vida”. Murió el 17 de octubre de 1828 en el convento de Santo Domingo de Guzmán de Chiapa de los Indios, cuando había cumplido 62 años, y habían pasado apenas siete de la promulgación de la independencia de Comitán. Poco se ha resaltado el estilo irónico de Matías de Córdova. El seudónimo que empleó en El Para-rayo retrata bien su carácter festivo: El Especiero. Para él, los escritos deberían estar condimentados con pizcas de alegría e irreverencias. Su columna, que se tituló Anécdotas, refleja el acto celebratorio de la vida. Como escritor se alejó de la ampulosidad, un mal de su tiempo, para buscar la sencillez y la precisión. En 1819, fray Matías fundó la Sociedad Económica de Amigos del País en Ciudad Real, como un foro para encontrar soluciones a los graves problemas de pobreza y de aislamiento que vivía Chiapas. Una de las primeras acciones

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de esta sociedad fue la adquisición de una imprenta, con fines de ilustración. Esa imprenta, que llegó en 1826 procedente de Guatemala, imprimió la Colección de decretos del Congreso Constituyente. El siguiente reto del dominico fue crear un periódico, que debía ser mensajero de la verdad, esclarecedor de oscuridades, instrumento para combatir la ignorancia y piedra de toque entre gobernantes y gobernados. El Para-rayo, el segundo periódico que se publicó en Chiapas, se debió a su genio creativo e imaginativo; según su prospecto, sería faro de la ilustración y del progreso; daría relevancia a textos sobre “agricultura, ciencias, artes y comercio”. Estos propósitos los cumplió El Para-rayo a satisfacción; incluso, uno más: el entretenimiento que, si bien no fue mencionado de forma explícita en el prospecto, fray Matías de Córdova se encargó de cumplirlo mediante el relato de anécdotas: Un tiznado y bien fornido herrero, tuvo la desgracia de volverse loco, y dio en la mente de caldear en la fragua un grueso asador, y presentárselo al primer currutaco que pasaba por la calle, haciéndole una propuesta tan inadmisible que a todos los hacía correr. Una vez pasaba un militar a tiempo que ya el asadorazo estaba hecho ascua, y tomándolo con

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las tenazas el endiablado loco le dijo al oficialito: “¿Quiere usted que se lo meta por el …?” El militar que en nada pensaba menos en aquel inaudito lance, hecha mano a la espada y tirando un pie atrás le dice: “Vaya al paz, puerco en hora mala: alma de tal, yo le haré…”. “Señor, por Dios”, le respondió prontamente el loco, “no se altere V., que la cosa no merece la pena; yo no hago más que proponer. Si V. quiere, bien; y si no, no hay nada de lo dicho” (El Para-rayo, Anécdota, 20 de febrero de 1828).

Fray Matías de Córdova enalteció la libertad como ejercicio cotidiano, y como un acto venturoso de la vida. Alegría, ironía, y al mismo tiempo compromiso cívico, delinean sus textos. Desgraciadamente se han conservado pocos textos de Matías de Córdova. No le interesó difundir su obra en vida, y es casi un milagro que hayan sobrevivido algunos textos suyos. “Son conocidos muy pocos de sus otros escritos, o por su parsimonia en publicarlos, o por haberlos destruido el tiempo”, escribió el obispo Francisco Orozco y Jiménez, en la reedición del Método pedagógico para aprender a leer y escribir. Aun cuando los textos sean, efectivamente pocos, hay en ellos innovación, sensibilidad, claridad y brillantez.

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encuéntranos en nuestras ediciones impresa y electrónica y #hazsinapsis

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Por Itzel Durán

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éxico posee características únicas que le confieren una enorme riqueza y diversidad biológica. Su ubicación geográfica entre dos grandes océanos, la gran variedad de climas y una compleja historia geológica han generado un relieve sumamente diverso con grandes cadenas montañosas, amplios valles, cuencas, grandes ríos y lagos, etc. La combinación de estas características ha dado como resultado que México cuente con un número importante de ecosistemas, desde extensos ecosistemas terrestres, hasta ecosistemas marinos y de agua dulce. De hecho, más de diez de ellos pueden hallarse en nuestro país. Si hacemos un recorrido por toda la extensión del territorio mexicano podremos encontrarnos de primera mano con esta gran diversidad ecosistémica: grandes extensiones de matorrales xerófilos, pastizales y sabanas, altas selvas tropicales, selvas bajas, bosques de pino y de encino, el amenazado pero maravilloso bosque mesófilo de montaña, praderas de alta montaña, humedales, dunas costeras y manglares, arrecifes de coral, bosques de macroalgas y praderas de pastos marinos. Aunque solemos imaginar a México como un lugar de gran exuberancia, la realidad es que nuestro país

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Ecosistemas de México, entre


Itzel Durán Fuentes | Bióloga con especialidad en anfibios y reptiles. Enamorada de su familia, la naturaleza, los libros y en una búsqueda constante por aprender nuevas cosas. Convencida de que el amor es la mayor fuerza motora.

Ilustración M. Alejandro Tassías ©

la exuberancia y la devastación


Los biólogos definen un ecosistema o comunidad biológica como un conjunto de especies de un área determinada que interactúan entre sí y con su ambiente o medio físico.

ha perdido más del 50% de la cobertura original de sus ecosistemas y cada año cientos de miles de hectáreas de vegetación primaria son destruidas. La mayor parte de esta devastación ocurrió entre 1970 y 1993, posteriormente las pérdidas han presentado una tendencia a la baja, pero sin detenerse por completo. Los ecosistemas con el mayor porcentaje de pérdida en sus coberturas originales son las selvas y los bosques. En años recientes, se ha observado que el matorral xerófilo y los pastizales naturales también están perdiendo considerables áreas de su vasta extensión original. Las principales causas de la pérdida y destrucción de los ecosistemas tienen que ver con el crecimiento poblacional que reclama nuevos espacios debido al crecimiento y establecimiento de poblados y nuevas zonas urbanas, así como a la transformación de espacios naturales en campos agrícolas y de pastoreo. En menor medida contribuyen el cambio climático, la contaminación, la infraestructura de caminos y actividades extractivas como la minería a cielo abierto y la tala ilegal.

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Proteger a los ecosistemas para que permanezcan sin alteración es una tarea prioritaria, pues estos, además de los bienes y recursos naturales que ofrecen, proveen una serie de servicios ambientales de suma importancia: purifican el aire y el agua, intervienen en la descomposición de los desechos y el movimiento de nutrimentos, y son un factor importante para amortiguar los efectos negativos de los fenómenos meteorológicos extremos, protegiendo las costas y playas de la erosión causada por el oleaje, etc. Como ciudadanos podemos contribuir a la conservación de los ecosistemas al tomar decisiones responsables de consumo y reduciendo la cantidad de basura que generamos, evitando el uso de productos químicos que contaminan agua y suelos, reduciendo nuestras emi-

siones de gases de efecto invernadero, etc. Sin embargo, la responsabilidad principal para la protección de los ecosistemas recae en el gobierno, al decretar, establecer y proteger las áreas naturales protegidas e impulsar políticas que promuevan el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. Para conservar los ecosistemas a futuro, es fundamental comprender que estamos íntimamente conectados a las comunidades naturales que nos rodean y dan sustento, nuestra propia supervivencia depende de la salud y permanencia de los ecosistemas que nos rodean. Somos una más entre millones de especies que conviven y se relacionan con otras, una especie que tiene la innegable capacidad de modificar y alterar su entorno. La decisión de hacerlo de manera positiva, es nuestra.

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Ilustración M. Alejandro Tassías ©

¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?, ¿cuando somos de veras lo que somos?, bien mirado no somos, nunca somos a solas sino vértigo y vacío, muecas en el espejo, horror y vómito, nunca la vida es nuestra, es de los otros, la vida no es de nadie, ¿todos somos la vida? pan de sol para los otros, ¿los otros todos que nosotros somos?, soy otro cuando soy, los actos míos son más míos si son también de todos,


para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia, no soy, no hay yo, siempre somos nosotros, la vida es otra, siempre allá, más lejos, fuera de ti, de mí, siempre horizonte, vida que nos desvive y enajena, que nos inventa un rostro y lo desgasta, hambre de ser, oh muerte, pan de todos...

Piedra de sol Octavio Paz, 1957

(fragmento)


D

En algún festival extranjero en 1951 la película recibió el premio a la mejor dirección y la crítica se volcó hacia lo positivo, así las autoridades mexicanas decidieron permitir la exhibición de la cinta y el éxito fue inmediato al grado de ser considerada de culto y clásica y servir de referencia de grandes directores; Akira Kurosawa, Bergman, Fellini, Godard, Kubrick y muchos más han hablado de Los Olvidados, calificándola de maravillosa. Hoy junto a Metroplis de Fritz Lang, ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

esde su aparición el cinematógrafo fue considerado una mera diversión; la fascinación consistía en atestiguar los avances que la ciencia óptica había obtenido mediante un artilugio mecánico, la ilusión de movimiento fue vista como una aspiración natural de la fotografía y los asistentes estaban solo ante una curiosidad científica que permitía la captación fiel de la realidad (recuérdese que entonces se proyectaban breves vistas de eventos reales). El entretenimiento consistía, en abandonarse a un engaño de la vista, en mirar la superficie de la pantalla, en entablar una conversación trivial con la fachada de las imágenes y dejarse querer por una serie infinita de trucos silvestres de lo visible. Mas no tardaron en llegar quienes, al sofisticar la fórmula, convirtieron el invento en herramienta de expresión artística, poética, mágica, imaginativa; los que vieron más allá de las imágenes y

supieron hacer del cinematógrafo una maravilla asombrosa, creadora de sueños y pesadillas con la que uno podía acercarse al horror, a la tiniebla, al estremecimiento y al arrebato revelador de las verdades del hombre. Es el caso de Los Olvidados (Luis Buñuel, México 1950). Una película hecha cuando el cine mexicano estaba envuelto en su exitosa Época de Oro, es decir, plagado de machos a caballo cantando canciones a muchachas campiranas y bebiendo tequila a raudales. Una época, en la que el cine en México no tenía otra intención más que la de entretener multitudes con una simpleza primitiva; un cine “inocente” que descansaba su poder de seducción en técnicas espectaculares de fotografía e historias inconcebibles desarrolladas con paisajes y rostros vueltos institución; Uun cine como diversión fugitiva que hacía concesiones a la manera más vulgar de pensar y,

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DADOS

Por Julio Panti

E l Ja ibo q ue to dos l leva mos dent ro.


ADOS

Póster Jano ©

Julio Panti | Heredero del “Lágrimas y Risas”, prófugo de la burocracia y amante del arte. Afirma que el cine es solo lo que la fotografía opina de la pintura. Actualmente es chef ejecutivo de 4 restaurantes bajo su marca registrada en Tuxtla Gutiérrez Chiapas, México.


por lo tanto, a la manera más sumaria de juzgar. Previsible: Los Olvidados fue censurada, se dijo que no era posible mostrar al mundo el retrato de un México desgraciado. La autoridad, acostumbrada a mirar únicamente la fachada de las imágenes tuvo esta brillante interpretación para la que se le había educado; le era imposible mirar más allá de la trama y la fotografía–por cierto está última realizada por un Gabriel Figueroa irreconocible–. Con otra visión debemos decir que, como toda obra de arte, Los olvidados es una película en la que importa todo menos el tema, por eso no cuenta nada desde la instancia inmediata de sus imágenes miserabilistas desarrolladas con paisajes de suburbios peligrosos y rostros cercanos al delito. Los Olvidados desencadena preguntas anárquicas muy antiguas, pone en duda los cimientos del edificio mismo de la sociedad y revela huecos en la concepción instituida de lo real; atisba lo invisible, es un truco para desentrañar la conciencia humana. Los Olvidados cuenta la vida de Pedro, un niño odiado por su madre y arrastrado por los azares y circunstancias a alternar con el Jaibo, una especie

de epidemia que sobrevuela toda la película descubriéndole a cada quien el misterio insondable de su propia maldad contenida y orillándole a experimentar el atractivo vértigo de la conducta límite. Buñuel se centra en el malvado Jaibo porque su maldad es múltiple, divertida y extrema, mientras que los buenos de la película son tranquilos y siempre los mismos. El peligro de Los Olvidados está en esta descripción de los malos sentimientos, las bajas pasiones y el fatal destino humano, es decir en la representación visual de la vida indecente, cinematográficamente mucho más seductora, persuasiva y convincente que cualquier argumentación teórica sobre la decencia. La ética llevará siempre las de perder frente a la estética. El cine mexicano de entonces no acostumbraba tal nivel de disturbio interior, pues prevalecía lo colectivo sobre la idiosincrasia subversiva de unas cuantas subjetividades con tendencia a la introspección; por eso, Los Olvidados es una obra peligrosa ya que promueve un tipo de belleza que pone en riesgo un orden político a través de la expresión individualista y personal de Buñuel. Pero no sólo pretende divertir o halagar las pasiones menos nobles del

Secuencias inolvidables: Pedro en lanzando un huevo a la cámara, es espectador voyeur sádico de su info totalmente silente secuencia de Pe seducido por un pederasta; la secu que es una imagen que gracias a su duplica lo que se siente soñar; y Me baño de leche observada lascivame -22-


País México Dirección Luis Buñuel Guión Luis Alcoriza y Luis Buñuel Fotografía Gabriel Figueroa Música Rodolfo Halffter y Gustavo Pittaluga

público, ante todo ayuda a asumirlos; desasosiega porque abre los ojos, revela verdades escondidas en nuestro interior, sin indicarnos qué tenemos que hacer nos agita y purifica para que seamos lo que queremos llegar a ser. Buñuel mete un estorbo en el engranaje mental, sabotea la maquinaria social construida con la fe de todos pero que en el fondo nadie cree en verdad. En este sentido Buñuel es puramente emancipador, con Los Olvidados revela al hombre lo abierto y aun lo

terrible de su libertad, lo convierte en dueño de un mundo propio y le pone de manifiesto un destino social y también personal, más allá de las coacciones naturales o legales con las que tendrá que decidir lo que quiere ser sin culpas ni disculpas. La belleza de Los Olvidados no permite que pasemos de largo, nos agarra, nos sujeta, nos zarandea, es la evidencia de lo real, de lo deslumbrante y atroz que quizá nunca habíamos advertido en nosotros.

un reformatorio decir al ortunio; la edro siendo uencia del sueño u musicalización eche dándose un ente por El Jaibo. -23-


E

s sabido que el país se caracteriza, demográfica y geopolíticamente, por contar con una considerable cantidad de habitantes de los pueblos originarios en su población. Aquí no se aborda la llamada diversidad cultural (también conocida como multiculturalidad) en los términos comúnmente propuestos desde la etnografía, ni en términos económicos, políticos o religiosos, ni siquiera en relación a la cantidad de lenguas originarias existentes en el país, aunque sí se mencionan. Aquí sugiero “otra forma” de abordar la diversidad cultural, una que tiene que ver con el fenómeno estético que se manifiesta en las localidades o regiones del país, especialmente en aquellas en que habitan pobladores originarios. Esta forma otra de abordar la diversidad cultural, parte de un enfoque regional pero incorpora las propuestas teóricas y metodológicas realizadas desde la antropología del arte, la filosofía simbólica, la teoría decolonial y la estética de la liberación.

Diversidad cultural en perspectiva estética por René Correa Enríquez “México es un crisol multicultural…”, se ha mencionado infinidad de veces.

René Correa Enríquez | Historiador, humanista y enamorado de la literatura. Gusta del arte y los fenómenos estéticos en general; escucha buen rock como primer género musical y disfruta convivir en familia. Inconforme por naturaleza, siempre está en movimiento.


teorías decoloniales, creo valioso mencionar que no se hablará aquí de arte, artesanía o arte popular; por el contrario, se propone hablar en términos de las categorías de análisis de la imaginación creadora y de objetos estético-simbólicos, las cuales permiten abrir los conceptos tradicionales de arte y obra de arte, insuficientes para la comprensión de los fenómenos estéticos locales. Reflexionar entonces la diversidad cultural existente en México a partir de la expresión de su imaginación creadora y no desde su condición de pertenencia a los pueblos originarios o a sectores populares de la población, permite apreciar la multiculturalidad nacional desde una perspectiva estética que se sustenta en elementos geográficos y simbóli-

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Fotografías Edgar Laram ©

Es decir, si bien se ha dicho infinidad de veces que México es un crisol cultural, pocas veces se ha valorado esta metáfora desde sus posibilidades estético-creativas, y nunca, o casi nunca, se ha liberado a la creación estética de los pueblos originarios de su condición colonizada de considerarse como artesanías o arte popular, al igual que ocurre con algunas manifestaciones estéticas provenientes de los llamados sectores populares de la población; es decir, no se les aprecia de igual a igual con las capacidades estéticas comúnmente identificadas en lo que consideramos como arte, hablando desde la lógica del pensamiento occidental y las convenciones que ésta genera. Es por lo anterior que, por tratarse de una propuesta que se nutre de las


cos; es decir, una perspectiva que tiene que ver con la identidad social y creativa de los sujetos y los objetos estético-simbólicos realizados en las regiones o localidades del país, considerando de igual manera tanto a las grandes metrópolis como a las pequeñas localidades que conforman la nación. Desde esta perspectiva, si pensamos que la mayor cantidad de habitantes provenientes de los pueblos originarios de los Estados Unidos Mexicanos se concentran en estados del Sur como Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla y Yucatán, entidades que históricamente no han podido alcanzar los niveles de desarrollo socio-económico y el mismo nivel de

vida que los estados del centro y norte del país, a pesar de la riqueza en recursos naturales y materias primas que poseen, pues podemos considerar que las del sur son entidades en las que los niveles de analfabetismo son altos y los educativos bajos, y en las que la mayoría de su población vive en situaciones de precariedad, que son por demás conocidas. Esta situación ubica a la región Sursureste, en una condición de subalternidad que, como su situación geográfica, la coloca en la periferia del mapa mundial, hablando desde la perspectiva del Análisis de los Sistemas Mundo, en donde también se sitúa a la mayoría de los pueblos originarios de nuestro país.

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Hablando en cifras, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en el 2020 el Porcentaje de la población de cinco años y más hablante de lengua indígena en el país era del 6.2%. Pues bien, a este porcentaje de la población nacional se le ha negado la posibilidad de expresión estética, tanto en el mundo global como al interior del país, cometiendose así una especie de “esteticidio”, como lo llama Enrique Dussel en su Estética de la liberación, el cual facilita la reproducción de un “colonialismo interno”, como lo denomina Pablo González Casanova. Cabe meditar entonces, que el crisol de los fenómenos estéticos de las regio-

nes del país y su riqueza multicultural se difuminan, o son medianamente comprendidos, si son apreciados bajo los cánones estéticos esgrimidos desde la lógica occidental, ya que entonces el crisol pierde tonalidades. De esta manera, aunque parezca un cliché o un lugar común, se debe recapacitar sobre la existencia del crisol multicultural o de la diversidad cultural mexicana al hablar de arte nacional, ya que no se puede medir con el mismo ras ero, y exclusivamente desde la lógica occidental, a la creación estética que se presenta en las diferentes regiones del territorio nacional.

Referencias: Araiza, Elizabeth (2010), Las artes del ritual. Nuevas propuestas para la antropología del arte desde el occidente de México, México: El Colegio de Michoacán. Dussel, Enrique. (1977). Filosofía ética de la liberación. Vol. III. Niveles concretos de la ética latinoamericana. Buenos Aires: Ediciones Megápolis. Escobar, Ticio, (1986) El mito del arte y el mito del pueblo. Asunción, Paraguay: RP edic. y Museo del Barro. González Casanova Pablo. (1963) “Sociedad plural, colonialismo interno y desarrollo” en América Latina, revista del Centro Latinoamericano de Ciencias Sociales, año VI, núm. 3, julio-septiembre. Maldonado-Torres, Nelson. (2007). “Sobre la colonialidad del ser: contribuciones al desarrollo de un concepto”. En: Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (eds.), El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. pp. 127-167. Bogotá: Pensar-Siglo del Hombre Editores.

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écnicas literarias vanguardistas.

amas y una nóvela, Pedro Páramo, destaca en la literatura hispanoamericana

cionario y por el uso de diversas t

Fotografía Juan Rulfo ©

17 cuentos agrupados en El Llano en ll

Mariana Piña López | Oriunda de la ciudad en la que abunda el taco de canasta y la torta de tamal. Considera que la vida es un constante movimiento, por lo que evita a toda costa definirse. Gusta de conocer sus raíces para comprenderse y comprender su historia. Ah, y suele desentonar en las fiestas al poner esas rolitas a las que algunos denominan “oldies but goodies”.


Escritor jaliciense cuya lectura resulta indispensable para comprender el uni

por su riquísima descripción y c

omprensión del ideario rural revol

verso mexicano. Su obra compuesta po

JUAN RULFO

(1917-1986) por Mariana Piña

Escanea el código y escucha un fragmento de “El día del derrumbe”, cuento que aparece en El Llano en llamas, y que seguramente te sonará familiar; especialmente en temporada electoral.


Revisionismo caprichoso

(La suave Patria cien años después) Por Luis Antonio Rincón

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amón López Velarde se levantó azorado de la tumba, preguntándose dónde habían quedado su padre y su madre, con quienes unos momentos antes hacía planes en los prados de la muerte.

Luis Antonio Rincón García | Nació en Tuxtla Gutiérrez en 1973. Ha escrito varios libros de narrativa así como de literatura infantil. La mayoría de sus historias giran alrededor de uno de sus grandes amores: Chiapas. Recientemente ganó el Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes Perla Szuchmacher (2019) y el Premio Nacional de Novela Breve Amado Nervo (2020).


lo habían devuelto a México a medir la fortuna de sus versos. No necesitó avanzar mucho para comprender que la suavidad por él soñada, seguía siendo una esperanza vana, pues los muertos —como en sus revolucionarios días— continuaban estorbando en las esquinas de los pueblos y ciudades, o colgados de árboles y puentes oscilaban mecidos por el viento. —A estos hijos de mi tierra los ha matado el hambre y el obús —rezó el hombre, no el poeta, y fervoroso se santiguó. Dolido por las escenas nuevas y añejas, quiso encontrar a la Patria en el santo olor de la panadería, en la picadura del ajonjolí, en el agua fresca de la tinaja, en el sabor vetusto del maíz. Degustó sereno distintos platillos, pero en cada uno presintió la sapidez del metal, los veneros del petróleo por el

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Ilustración M. Alejandro Tassías ©

Trastabillante dio unos cuantos pasos sacudiéndose la tierra del traje luido, limpió los zapatos ajados frotándolos contra el pantalón lustroso y reconoció, a pesar de los incontables cambios, el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad y el zacatecano parque de Jerez. —Soy el más heterodoxo de los viajeros —se dijo sonriendo—, el que atraviesa sin permisos los planos de la vida, los territorios del deseo y los límites del tiempo —y creyó que un auto lo mandaría de vuelta con su amada Fuensanta, porque casi lo arrolla y lo enloquece con su claxon infame. —La Patria es impecable y diamantina —murmuró Ramón, irónico, recordando el poema por él escrito y que nunca vio publicado, mientras escuchaba cómo le mentaban la madre desde el auto en movimiento. Hasta entonces comprendió que los desaciertos (o caprichos) del universo,


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diablo escriturado, percibió las más graves sequías, la tierra fumigada inclemente y, con no poca amargura, murmuró: —Acá ya no está la patria a la que amé por su verdad y sabor de pan bendito. De inmediato se le presentaron danzantes posmodernos que con coloridos trajes, melodías hijas de la distorsión y algarabía pagada le armaron un performance folclórico, calificado por el poeta como deslumbrante y superficial o, en el mejor de los casos, como un invento irresistible para encandilar a turistas hambrientos de experiencias únicas. Se consoló pensando que en estas nuevas épocas habría de encontrar a la patria en la más honda música de la selva, en el relámpago verde de los loros, sobre las tierras labrantías, en cualquier rincón de la provincia ignota, donde el tiempo es marcado por campanadas que caen como centavos. Y se encontró con las selvas devastadas, con las aves extintas, con el campo muerto y la provincia marcada por el hierro de la unánime codicia y el frívolo deseo. —¿Qué buscas, vate de otros tiempos? —le preguntó un hombre de traje oscuro y corbata púrpura, que con cremas y polvos intentaba ocultar su piel mestiza. —Busco la suave Patria —le respondió Ramón, altivo—, aquella en la que Cuauhtémoc fue un héroe a la altura del arte, la que se mueve empujada por pechos bravíos, la de mil virtudes y faja Trigarante.


—Esa ya no existe —le respondió aquel—, las cenizas de las plantas de tu héroe fueron esparcidas por el olvido, amonedamos la honradez, nos burlamos del honor, ahogamos las virtudes de este pueblo en un vitrolero de corrupción imparable, y colocamos a la bandera y los patrióticos recuerdos allá donde moran viejos esqueletos quejumbrosos. Ramón, desolado, a punto estuvo de aceptar que su sueño de la suave Patria había desaparecido. Sin embargo, descubrió la sonrisa espléndida de un niño corriendo hacia sus padres, el vigor de la estudiante avanzando hacia el saber, las risotadas de una anciana jugando a la pelota, el grito del vendedor invocando a su clientela, el canto sahumerio de la mujer indígena, la mano del escritor contando una historia nueva, la voz del maestro compartiendo una lección, y Ramón Modesto, extasiado, se dispuso a escribir otro poema a la Patria, que aun cuando por encima parezca áspera y ajena, mantiene el alma y el corazón de siempre. No pudo siquiera iniciar la tarea, la muerte lo llamó de nuevo para llevarlo con paso lento y entre una charla ardiente —de poetas— hacia aquellas sus tierras serenas. Ramón se marchó tranquilo, sabiendo que serán millares de manos mexicanas las que trazarán cada día un verso de esa poesía pendiente, eterna, en la que parsimoniosas plasmarán sus sueños de grandeza y, claro está, sus desvaríos.

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Fotografía Rene Böhmer ©

J.M Servín imbricaciones de

periodismo y literatura por edgar laram

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esde mi encuentro con J.M Servín –por intercesión de Mariana Piña– redescubrí el placer provocado por los relatos sobre las peripecias, las bajas pasiones, y en fin, la vida de la gente sin futuro de las urbes.


Edgar Laram | Ex hater profesional, amante del diseño, la fotografía, la música y los libros —no precisamente en ese orden—. Piensa que la vida debe acompañarse de una generosa taza de café y cree en el amor y otras mentiras.

D.F. Confidencial (Almadía, 2010) es un compendio de textos, a veces relatos, a veces crónicas, y otras más, reportajes, que confirman la enorme facilidad del autor para recrear escenarios de la gran ciudad, “capital de la mendicidad y el robo […] fuente inagotable de historias sombrías y seductoras”. J.M. Servín, ganador del Premio Nacional de Testimonio 2001 y del Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2004, juega con maestría entre la crónica periodística y la de tipo literario para dar vida a borrachines, oficinistas y asesinos, en escenarios tan variados como un cine, una vecindad o una calle cualquiera. En palabras del autor, D.F. Confidencial se debe a “muchos años de vagabundeo, casi siempre en solitario”, en que hubo que agudizar la observación y dejarse llevar por los pensamientos. Una buena muestra del nuevo periodismo que, en palabras de Carlos Monsiváis, en esencia

D.F. Confidencial. Crónicas de delincuentes vagos y demás gente sin futuro Servín, J.M. Almadía México, 2010

declara abolidas las fronteras convencionales entre reportaje y crónica y participa de beneficios, prejuicios y técnicas de historia, antropología social, sociología, psicología, novela, política, además de referencias extraídas de la mitología cinematográfica o de la cultura televisiva o del catálogo de los grandes almacenes o de las hazañas de la sociedad de consumo y el show business.

El resultado: un libro, pieza insoslayable del periodismo nacional, que sitúa cara a cara al lector y su sentido humano más elemental; que además es un producto editorial que seduce a cualquiera al combinar una atractiva cubierta troquelada con una selección tipográfica y diagramación estupendas.

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