Revista Neurona # 6

Page 1

REVISTA

NEURONA BASTA UNA PARA PENSAR

José José Neurona6 / Diciembre 2013

¿el primer emo?

Sentimientos y Navidad La espectacularización de la violencia y la muerte

Cinco buenas razones para leer Ilustración Mario A. Tassías

Continúa leyendo EN LÍNEA


CONECULTA



EDITORIAL El año que termina deja una cálida sensación en los colaboradores de Revista Neurona. Sabernos en el gusto los lectores, ahora que la revista es también impresa, nos invita a continuar publicando mes a mes. Los contenidos se han diversificado, y lo que en un principio parecía estar dedicado exclusivamente a un gueto, paulatinamente es del interés de un público que a cada edición crece. En este año, en Revista Neurona se han podido mostrar tanto artículos, reflexiones, cuentos, entrevistas, reseñas y críticas, como ilustraciones, fotografías, pinturas y música. Decimos música porque en esta edición, por primera vez y en exclusiva ponemos a disposición de los lectores el playlist de un músico y productor chiapaneco, tan sólo con escanear un código a través de la cámara del smartphone.

foto edgar laram

Es justo agradecer también a los creadores que durante el año confiaron en las virtudes de este proyecto para difundir sus obras y, quizá sin saberlo, han hecho más que llenar unas páginas: han dejado testimonio de los sueños, las preocupaciones y en general, la vida cotidiana de quienes habitamos Chiapas.

Diciembre 2013, año IV, Revista Neurona, basta una para pensar, publicación mensual de distribución gratuita editada por Léxica Casa Editorial S.A. de C.V. Tel. (044) 961 233 62 71 Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México. Tiraje: 2,000 ejemplares. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente sin citar la fuente. Lo que se dice es responsabilidad de quien lo escribe. El contenido de los anuncios es responsabilidad del anunciante, no del editor. Todos los derechos reservados. Registro en trámite. cc Franks Font de Philippe Moesch

léxica

CASA EDITORIAL S.A. DE C.V.

www.lexicaeditorial.com.mx contacto@lexicaeditorial.com.mx lexicaeditorial@live.com


REVISTA

NEURONA BASTA UNA PARA PENSAR

Edgar Lara Morales

Sergio A. Hernández Torres Dirección Editorial & Redes

Helena Cañas García Corrección de estilo Mariana Piña López Administración General & Ventas

Mario A. Tassías Aguilar Carlos A. Revueltas Jiménez Jaime Alegría Cruz Abraham Torres Rocío Herrera Maza Colaboradores en esta edición

@RevistaNeurona

issuu.com/revistaneurona

RevistaNeurona

Sentimientos y Navidad Lecciones de los maestros Mea culpa Sufro como José José Lumnos Esa tarde La espectacularización de la violencia y la muerte Cinco buenas razones para leer Roger Alcázar Algo sobre la diabetes Las Batallas en el Desierto

4 6 9 10 14 16 18 20 22 24 26

neurona@lexicaeditorial.com.mx

Dirección General & Diseño


Por momentos parecía imposible, pero sí, llegamos a diciembre. Desde un mes atrás comenzamos a ver esa curiosa transición de colores naranja y negro del Halloween, que se fueron tornando en el verde y rojo que estamos acostumbrados a ver en Navidad. El olor a manzana y canela flota como una niebla en los centros comerciales y en toda la ciudad escuchamos campanas y villancicos. Aunque sin duda el sentimiento que predomina es el de felicidad, son muchos los que tienen razones sociales, económicas o históricas para dudar de la autenticidad de lo que nos han enseñado a externar en estas fechas; los más apáticos reconocen en esta época del año cierta presión social

Texto Factor Dios / Diseño edgar laram

SENTIMIENTOS Y NAVIDAD

Aunque nunca han existido colores “oficiales” en la vestimenta de Santa Claus, fue en el año 1931 cuando Coca-Cola encargó al pintor Hadbon Sundblom remodelar la imagen de tal personaje; esto y las campañas masivas de la empresa, lograron que se sustituyera el popular verde por el color rojo.

4


para “pasarla bien”, dar y recibir regalos o simplemente, como lo dice la trillada frase, “regalar afecto”. Vamos, no hay que ser un genio para darnos cuenta que esta es la época del año en que más dinero se recibe y en la que más gastamos; no hace falta ser un experto en economía para advertir que el sistema está diseñado para hacer circular el dinero de manera más rápida en estos días, que los descuentos en las tiendas no lo son tanto y que resulta al menos curioso que todo el mundo haga compras de manera tan desesperada. Es cierto todo lo anterior, sin embargo, también estoy seguro que estos mismos apáticos no han podido evitar sentir cierta emoción en estos días; estoy muy seguro

que conservan por lo menos un recuerdo bello que los liga a alguna persona que es o fue parte de su vida; que dejaron ver una pequeña sonrisa al descubrir ese regalo que sí les trajo Santa Claus o que al menos han sentido un poco de paz por los días de descanso que por ley les corresponden. Generalizar puede ser una faena peligrosa, pero me atrevo a hacerlo en esta ocasión porque, aunque la Navidad sea una herramienta del sistema para obligarnos a consumir, aunque celebrar el nacimiento de Cristo sea una tradición religiosa, aunque Santa Claus sea un invento de la Coca-Cola, a todos nos gusta abrir regalos, beber un vino con los amigos y disfrutar una cena con las personas que queremos.


Lecciones de los maestros (2007) se ocupa, en palabras de su autor, de “la profesión del ‘profesor’”, que “abarca todos los matices imaginables, desde una vida rutinaria y desencantada hasta un elevado sentido de la vocación. Comprende numerosas tipologías que van desde el pedagogo destructor de almas hasta el Maestro carismático”. George Steiner señala “escenarios principales” en la relación maestro-discípulo. En primer lugar están “los maestros que han destruido a sus discípulos”, después se encuentran los discípulos que han “tergiversado, traicionado y destruido a sus maestros” y finalmente se da el caso feliz en que ocurre “el eros de la mutua confianza e incluso amor” (en este punto Steiner da un giro inusitado al interrogar un posible cambio de papeles en la relación maestro-alumna y exponer la todavía vacilante asunción de las relaciones maestra-alumno o, en buen cristiano, que ahora las mentoras empiezan a fornicar con sus jóvenes protegidos, como han hecho los varones con sus discípulas). Yo añadiría algunas categorías o subcategorías; por ejemplo, la de los autodidactos o autodidactas, esa suerte de hijos sin padre, de huérfanos autoproclamados que se jactan sin serlo del todo de su condición. Recuerdo a un amigo que suele escribir en su ficha curricular algo como “poeta de formación autodidacta” para líneas abajo anotar, refiriéndose a sí mismo en tercera persona, “ha participado en los talleres de Fulano y Zutano”. Esta práctica, me parece, ilustra ese estado pendular de los que preferirían, a la manera de una célebre pieza de Rodin, esculpirse a sí mismos: creen traslucir debilidad al reconocer la influencia o el magisterio de otros y, sin embargo, cuando desean o necesitan legitimación, como en el caso de mi amigo y el currículo que redactó para solicitar una beca de escritura, sacan a relucir su discipulazgo. En Errata: el examen de una vida (1997), autobiografía de título revelador, Steiner habla desde luego de sus maestros de la universidad; sin embargo, la viveza con la que retrata al joven veterano de guerra, Alfie, su compañero de habitación en los dormitorios de la Universidad de Chicago, es elocuente: Yo hice cuanto pude por facilitarle sus tareas académicas, por ayudarle a obtener el título que la


constitución estadounidense había hecho posible. Él, a su vez, intentó convertirme en un adulto pasable, enseñarme esas artes sencillas que para un privilegiado ratón de bibliotecas, para un mandarín judío, resultan las más arduas de aprender. Durante las semanas siguientes, aprendí un poco de póquer serio, escuché el jazz de Dizzy Gillespie en el Beehive, superé mi miedo a las ratas y a los retretes con las puertas rotas [...] Dondequiera que fuésemos en aquella turbulenta ciudad, yo caminaba junto a mi mentor o unos pasos por delante, como un extraño pez piloto a salvo en la estela de su tiburón. Quizá un aspecto poco desarrollado de Lecciones de los maestros sea el llamado de la vocación. En su autobiografía, Steiner consigna el temprano despertar de la suya. Una vez en su dormitorio se reunieron algunos condiscípulos para pedirle ayuda con los cuentos de James Joyce y Steiner terminó, en esa estrecha y caldeada

habitación —suponemos que con Alfie roncando en algún rincón, o quizá estuviera fuera, rearticulando a la mafia de Chicago—, dando una informal pero soberbia clase acerca de The Dead, llamando la atención sobre el aparentemente sencillo entramado lingüístico que daba cuenta del malogrado amor entre Michael Furey y Gretta Conroy: ¿Habían observado la vieja pregunta retórica (su nombre griego era...) mediante la cual “caía dulcemente” se transforma en “dulcemente caía”, como preludio del cambio final “caer mansamente” y “mansamente caer”? ¿O los sonidos sibilantes —interroga Steiner— que anuncian la llegada del sueño en “El espíritu de Fury se desvanecía lentamente”? [...] Pero se había hecho tarde y el ambiente en la habitación estaba muy cargado. Intenté evitar lágrimas absurdas. Hasta que las vi en uno de aquellos rostros sin afeitar. Entonces supe que podía conducir a otros hasta las fuentes del significado. Fue un descubrimiento fatal. Desde esa noche, las sirenas de


la enseñanza y la interpretación no han cesado de cantar para mí. Aquí está, pues, el llamado de la filología: un cantar de sirenas que hay que escuchar con precaución, o del que de plano hay que huir. Por algo dice el propio George Steiner en Lenguaje y silencio (1967): “Ningún área del saber humano está inundada de disputas tan feroces. Hay un no sé qué en la filología que despierta lo más bestial que hay en los hombres”. Y en Errata abunda: Aunque sean en apariencia áridos y ñoños, los estudios filológicos poseen una violencia peculiar. Lo vemos en Lorenzo Valla, atenazado de dolor por sus trabajos editoriales, en las críticas y las enmiendas de Housman, en Nabokov cuando aborda las bases textuales de Pushkin. La controversia filológica puede engendrar odios absolutos y eternos. La polémica entre lexicógrafos y gramáticos pone de manifiesto un odium tan vehemente, tan personalizado, como el que se atribuye a los teólogos (ambas vocaciones están emparentadas). En el gramático, en el erudito y en el editor, la técnica se convierte en una visión interpretativa. El matorral, la maraña de detalles minúsculos, de disección etimológica, de enmienda,

abre las puertas hacia una respuesta clarificadora, hacia una percepción responsable. Supongo que en este país, donde la profesión del maestro cae cada vez más en el descrédito (y no digo esto por los hechos recientes que todos conocemos); donde, salvo las honrosas excepciones que deben enorgullecernos, pareciera que para serlo no se necesita una vocación, aquello sonará como venido de otro planeta. Unas cuantas lágrimas por leer un insignificante librito no parecen bastante recompensa: dónde las dispensas, los incentivos, la posibilidad de medrar en el Todopoderoso Sindicato. ¿Cuál es, entonces, la verdadera recompensa del maestro? “La mayor de las recompensas para un maestro —apunta Steiner en Errata— es lograr el compromiso de aquellos alumnos a los que considera más capaces que él mismo, aquellos cuyas capacidades generarán, deberían generar en el futuro logros mayores que los del propio maestro. Ni siquiera en las más eximias instituciones educativas —advierte el autor de Después de Babel (1975)— es frecuente este compromiso” y se lamenta a su vez por no dejar un legado palpable, una escuela a la manera de otros célebres eruditos y académicos (quizá un ejemplo claro de nuestros tiempos sea Lacan), pero agradece a sus mejores maestros: sus alumnos, dice con humildad, la humildad que sólo posee un gran maestro.

Referencia Steiner, George. (2007). Lecciones de los

maestros (Colección Tezontle). México: Fondo de Cultura Económica-Siruela.


Mea culpa por Factor Dios

Siempre he pensado que es sano permitirse un vicio de vez en cuando; un vicio que como tal pueda no ser correcto, pero que al tener conciencia de él, sea relativamente controlable. Caer de manera consiente en un vicio nos libera, nos da cierta dosis de culpa por la que intentamos hacer mejor todo lo demás para resarcir ese daño. En cuestiones de escritura tengo un vicio: algunas veces omito, de forma deliberada, los signos de interrogación y admiración al inicio de la oración. Cada oración huérfana del primer signo me mira desde lo blanco de la página o la pantalla; casi puedo mirar sus ojos llenos de lágrimas implorándome que haga lo correcto; yo la soslayo consciente de mi crimen, tratando de poner ahora toda mi atención en la gramática y sintaxis de mi texto. Cuando he terminado, vuelvo a esa oración mutilada y le digo al oído, que no muy lejos de donde ella está ahora hay un idioma que se llama inglés, que ahí las preguntas y exclamaciones sobreviven y son felices sin el signo inicial.

Diseño edgar laram


Sufro como

José José

por Mariana Piña

Esa pequeña teatralización del dolor que se vivió o que en el imaginario existe y que pareciera cobrar legitimidad al ser expresado públicamente a coro con El príncipe de la canción.


Cantar una de José José es dedicarle un elogio al sufrimiento; sin embargo, quién no se ha regocijado recreando el dolor de una pérdida. Por absurdo que parezca, estamos acostumbrados a poner el dedo en la llaga para experimentar, cuantas veces sea posible, el sentimiento de desolación que nos provoca la ausencia o desatención del “ser amado”. En múltiples ocasiones me he encontrado en alguna reunión, escuchando a más de dos personas cantar con especial emoción esa que dice: Hoy quiero saborear mi dolor, no pido compasión ni piedad, la historia de este amor se escribió para la eternidad. Qué triste todos dicen que soy, que siempre estoy hablando de ti, no saben que pensando en tu amor, he podido ayudarme a vivir…

Mientras tanto, una voz bastante acallada resuena en el interior; trata de decirle al ahora doliente que no todo está perdido, hay mucha vida por delante y además, se tiene a sí mismo; este solo motivo debería ser suficiente para existir; sin embargo, esa oleada de la que hablábamos anteriormente regresa, atentando ahora contra la poca estimación que el aquejado enfrenta, y que para rematarlo, deja escuchar a lo lejos la tonada de aquella desolada composición que corea: Dicen que soy un payaso, que querría hasta el amor que vas tirando a tu paso, dicen que soy un payaso, que no tengo ni valor para pegarme un balazo. Y es verdad soy un payaso, pero qué le voy a hacer, uno no es lo que quiere sino lo que puede ser…

Y es entonces cuando comienza la verdadera tragedia, esa pequeña teatralización del dolor que se vivió o que en el imaginario existe y que pareciera cobrar legitimidad al ser expresado públicamente a coro con El príncipe de la canción. Una oleada vertiginosa de sensaciones se apoderan de la consciencia y el presunto afectado acude ahora a la victimización; sabe que el consuelo tan anhelado ha de hallarse en alguna estrofa de aquella canción que lastimosamente expone: Vuelve te lo imploro porque estoy desesperado, decidido a aceptar lo que sea, tú has ganado, ya lo ves que sin ti soy un hombre acabado, sin ganas de vivir…

El desamparado sujeto ahora se encuentra demasiado hundido en la desesperación, trata de hallar una justificación a ese desasosiego que experimenta a causa de los golpes que él mismo se ha procurado, y encuentra una alternativa bastante cómoda mientras canta con resignación: Casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar. Es que amar y querer no es igual, amar es sufrir, querer es gozar… Indiscutible es que existen historias de vida complicadas, pero de vez en cuando sería bueno detenernos a racionalizar el sentimiento para dejar de sufrir, y descubrir que hasta José José pudo disfrutar alguna vez de una mañana, una mañana linda…

11

Ilustración Mario A. Tassías / Diseño edgar laram


1 Ruta del dolor de José José

2 3 4

Hoy quiero saborear mi dolor, no pido compasión ni piedad, la historia de este amor se escribió para la eternidad. Qué triste todos dicen que soy, que siempre estoy hablando de ti, no saben que pensando en tu amor, he podido ayudarme a vivir…

Vuelve te lo imploro porque estoy desesperado, decidido a aceptar lo que sea, tú has ganado, ya lo ves que sin ti soy un hombre acabado, sin ganas de vivir…

Dicen que soy un payaso, que querría hasta el amor que vas tirando a tu paso, dicen que soy un payaso, que no tengo ni valor para pegarme un balazo. Y es verdad soy un payaso, pero qué le voy a hacer, uno no es lo que quiere sino lo que puede ser…

Casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar. Es que amar y querer no es igual, amar es sufrir, querer es gozar…

Referencias Alejandro, Manuel y Ana Magdalena. (1977). [Grabada por José José]. En Reencuentro [disco de vinilo]. México: Ariola. Cantoral, Roberto. (1970). El triste. [Grabada por José José]. En El triste [disco de vinilo]. México: RCA. Fisher, Claire y Joaquín Prieto. (1969). Una mañana. [Grabada por José José]. En José José [disco de vinilo]. México: RCA Pérez, Rafael. (1982). Desesperado. [Grabada por José José]. En Mi vida [disco de vinilo]. México: Ariola. Pérez, Rafael. (1984). Payaso. [Grabada por José José]. En Reflexiones [disco de vinilo]. México: Ariola.

TU EMPRESA PUEDE ESTAR AQUÍ 961 649 04 64 contacto@lexicaeditorial.com.mx lexicaeditorial@live.com


TU EMPRESA PUEDE ESTAR AQUĂ? 961 649 04 64 contacto@lexicaeditorial.com.mx lexicaeditorial@live.com



Óleo sobre tela

Lumnos por Mario A. Tassías


Esa tarde

He acompañado a un amigo muy cercano al entierro de su madre y vi. Es como visitar otro mundo, con otro orden, con otros colores, otras formas de vida, la otra cara de la humanidad, un micro universo que se mueve a la perfección. Me hizo traer a la mente al adorado Julio, pero en realidad se experimentan otras sensaciones. Desde la noche anterior un ejército de mujeres trabajaba para alimentar a quienes acompañaban a la familia; me asombró ver que aun siendo tantas nadie se estorbaba, cada una asumía su tarea como respondiendo a una estrategia divina, que dicta desde arriba lo que hace falta realizar; hacían rondas por pareja, llevaban agua y vasos, platos y salsa, iban llorando y dando órdenes sin que una acción interrumpiera la otra, se tomaban su tiempo, agradecían la compañía y se marchaban inspeccionando el escenario. En esa una tormenta de sensaciones, de sentimientos que se desdoblan en una escala que va desde los más dulces, como el cariño que demuestra un billete de 20 pesos, hasta lo más doloroso como el llanto de quien siente que se ha quedado solo en el mundo, pude ver de frente estas leyes que nos son ajenas hasta que sucede lo inevitable. Se siente un vacío absoluto, aunque las decenas de personas al rededor crean que demuestran lo contrario. Vuelvo a ese lugar. Hay sillas en todos lados, carpas que parecen haber estado ahí desde años atrás, moscas

16


rondando las mesas con los restos del desayuno, un vendedor de paletas que anuncia su llegada y rompe el ambiente crudo que se vive, en el que las lágrimas se escapen a deshoras. La carroza ha llegado, dentro la gente se acerca a la familia, cada uno se abraza del más próximo, mientras se escucha un lamento entre guitarras y segundas voces. Es hora de salir. Avanzamos con el carro, veo pies, una cantidad interminable de pies. Entre todos ellos descubro unos pies mulatos, grandes, fuertes, metidos en sandalias de mujer, me llaman especialmente la atención, damos una vuelta y los pierdo en la esquina. La calle huele a sal, a mar, duele respirar un aire tan cálido, sofoca y cansa. Nos acercamos a una iglesia que nos recibe con cinco voces mientras despiden desde el altar a una mujer virtuosa y leen Corintios 15: 54-55 Estamos de vuelta en la calle, parecen cientos de cuadras y llegamos; rodeamos a los deudos mientras las muestras de cariño no cesan de amontonarse en la bolsa de una camisa. Todo sucede tan rápido. Cada que uno se encuentra cara a cara con la muerte suele tener una reacción a veces de negación, de incomprensión, de miedo, de dolor y tratamos muchas veces de disfrazarla con la risa. Pero son pocas las veces en las que uno decide tomarlo con seriedad, quizá es un mal del mexicano querer ironizarlo todo o desviar la atención de lo verdaderamente trascendental. Texto Helena Cañas García Diseño edgar laram

17


L A E S P E C T A C U L A R I Z A C I Ó N DE

la violencia y la muerte Series como CSI: Crime Scene Investigation o Criminal Minds; programas de investigación como Medical Detectives o Most Evil; producciones cinematográficas como Hostal y Saw; videojuegos como Grand Theft Auto y Man Hunt, y por supuesto, publicaciones como la nota roja, configuran un discurso sobre una sociedad salvaje donde las normas sociales y las leyes son incapaces de contener las bajas pasiones de algunos, quienes sólo pueden encontrar satisfacción en el crimen.

Si esta es la civilización del espectáculo, como la llamase Mario Vargas Llosa (2012) en su libro homónimo, cuya tesis central estriba en que actualmente las conciencias se desentienden de lo trascendente para privilegiar las trivialidades, entonces el crimen, la muerte y la tragedia forman parte esencial de su discurso. La industria cultural, en su búsqueda por crear productos que llamen la atención, ha preponderado contenidos provocadores a través de narrativas de suspenso, instaurando una pseudofascinación por la sangre, el crimen, la violencia y la muerte. Tal discurso, explota la noción del pensamiento psicodinámico que aseveraba, desde 1950 en que se convirtió en convención, que “la gente común y corriente podía tener ‘complejos’ y la neurosis […] corrían por toda la población” (Porter, 2003). Ahora, en la sociedad posmoderna, desequilibrada, cada uno de nosotros es prácticamente un criminal en potencia. Desde siempre, la muerte ha sido un enigma para los seres humanos. Desde el punto de vista del psicoanálisis, Freud (1992) supone que nuestra actitud hacia ella imposibilita su concepción, salvo a través de lo contingente: el accidente, la enfermedad, la edad avanzada; sin embargo, en el inconsciente — ­ compuesto por mociones

pulsionales­—, “cada uno de nosotros está convencido de su inmortalidad”. Es pues que el hombre se relaciona con la muerte a través del fallecimiento de sus seres queridos, lo que provoca “que nos abstengamos de buscar peligros para nosotros y para los nuestros”, a costa de que “el juego de la vida” se empobrezca y pierda interés por no poder arriesgarse. En consecuencia, según Freud, es en la ficción donde el hombre encuentra el sustituto de lo que le falta en la vida. Ahí “hallamos esa multitud de vidas que necesitamos. Morimos identificados con un héroe, pero le sobrevivimos y estamos prontos a morir una segunda vez con otro, igualmente incólumes”. La espectacularización de la vida cotidiana propiciada por los medios masivos de comunicación, ha generado una suerte de normalización ante el discurso sobre la violencia. En la actualidad no es necesario recurrir a la literatura, el cine, o el teatro para experimentar a partir de la muerte del otro; a costa de su banalización, un periódico local podría hacer las veces de escaparate de lo trágico. Contrario a lo que muchos lectores pensamos, Freud explica que el “individuo humano” no es proclive a la violencia por naturaleza; en cambio, propone la noción


Texto & Diseño edgar laram / Ilustración Mario A. Tassías

de pulsión —no instinto—, presente pero sofocada por la coerción de las normas y reglas sociales. Estas pulsiones “no son ni buenas ni malas. Las clasificamos así, a ellas y a sus exteriorizaciones, de acuerdo con la relación que mantengan con las necesidades y exigencias de la comunidad humana”; sin embargo, estas pulsiones inhibidas por la cultura irrumpen cuando se presenta la oportunidad adecuada, dando vuelo al egoísmo característico de la civilización actual. Es en ese contexto que las normas sociales se relajan, permitiendo en aras de la libre expresión, la producción, distribución y consumo masificado de contenidos poco substanciosos, pero colmados de violencia explícita.

Referencias Freud, Sigmund. (1992). Nuestra actitud hacia la muerte. En James Strachey (comp.) (4a. reimp.),

Sigmund Freud obras completas (pp.290-303). Buenos Aires: Amorrortu Vargas Llosa, Mario. (2012). La civilización del

espectáculo. México: Alfaguara. Porter, Roy. (2003). Breve historia de la locura. México: FEC.

19


Texto Petra Feike Diseño Carlos Revueltas/@RevoFoster

1

A partir de este título se derivan dos preguntas esenciales que iré desarrollando poco a poco: ¿Qué entendemos por lectura? y ¿qué involucra ésta? Leer realmente depende de los factores que influyen en un contexto determinado; podrían ser (por nombrar algunos) la alfabetización sin precedentes en lengua escrita o el fomento lector para estudiantes universitarios. La lectura puede englobar otras formas de percibir y concebir el mundo que sólo a través de la palabra escrita, como el caso de las culturas de tradición oral, que tienen su propia forma de concebir y leer la realidad u obtener conocimiento; dicho brevemente, coexisten las posibilidades del acto de leer, sus definiciones, estrategias y consecuencias. Ahora, leer y escribir son actos muy íntimos, ya que involucran el ser de quienes lo ejercen, su identidad, su concepción del mundo y su forma de leer la realidad; es por ello, que se tienen que considerar y respetar la disposición del individuo, sus propósitos y límites al familiarizarse con el mundo de la lectura. Desde mi experiencia como lectora y mi recorrido académico en el campo de la lectura, quisiera compartir las siguientes cinco razones por las que considero importante propiciar el acto de leer:

Leer desarrolla los mecanismos psicofisiológicos operantes en el proceso lector. La lectura es un proceso cognitivo complejo, que se caracteriza por los mecanismos propios del proceso lector, que operan de manera paralela y simultánea desde la percepción visual de las letras, hasta la interpretación del contenido. Entre otros, son parte de este proceso los mecanismos de la memoria operativa y los de la memoria a largo plazo. Desde este punto de vista, leer es una actividad deportiva: quien lee mucho y con frecuencia, entrena los mecanismos propios que se activan en la actividad lectora y, conforme a ese entrenamiento, propicia un mejor rendimiento en la misma.

20


DOS Leer entrena el pensamiento y el lenguaje. Con este entrenamiento también se desarrollan las habilidades comunicativas en todas sus manifestaciones: hablar, escribir, escuchar y nuevamente la lectura. Según Antonio Viñao Frago (2007), “no se trata de hacer leer, sino de hacer pensar, [pues] el pensamiento genera lenguaje y viceversa”; como decía Vygotsky (2003), “la relación entre pensamiento y palabra es un proceso viviente, el pensamiento nace a través de las palabras […] las palabras tienen un papel destacado en el desarrollo del pensamiento como en el desarrollo histórico de la conciencia en su totalidad”. Generalmente, quien disfruta leer, también disfruta escribir, las ideas que nacen durante o a partir de la lectura se plasman y ordenan en el acto creativo de la escritura.

TRES Leer permite la formación de un criterio propio y el pensamiento crítico. Como consecuencia del desarrollo del pensamiento, cuando leemos, fluyen mejor las ideas y asociaciones, y con el tiempo, el cúmulo del conocimiento desemboca en un pensamiento crítico, no sólo acerca de lo que leemos, sino en la lectura del mundo mismo. Nos hacemos de un criterio propio, de una posición, asumimos una postura; en este sentido, leer se vuelve también un acto político.

plica un modo activo de involucrarse; esto es, conducir la mente hacia una acción específica y ejecutarla, lo que no es el caso con muchas otras fuentes informativas (audiovisuales), donde el input puede ser casi automático e incluso involuntario.

CINCO Por último, leer nutre al espíritu. El impacto que tiene la lectura sobre nosotros, en los niveles invisibles a primera o segunda vista, es lo que nutre al espíritu humano: aquello que nos apasiona como lectores, aquello que nos impulsa a seguir leyendo, aquello en nosotros que intuye la importancia del acto de leer, aquello que nos transforma a partir de una lectura, aquello que nos inspira a escribir, a pensar y a soñar. Cuando lector y texto se vuelven uno, leer se puede considerar un acto espiritual. La lectura del mundo precede al mundo de la palabra, por lo que el acto de leer siempre se ve ligado a la esencia humana y su con-texto particular. Quien propicia la lectura involucra su ser de múltiples formas para cumplir con su misión que es: seducir a la lectura. De facto, es un artista multidisciplinario: psicólogo, deportista, político, guía espiritual; pero ante todo, es amigo, amante, padre, hermano e hijo de los libros y de la palabra escrita, en la que se refugia, y de la que emerge, como un peregrino buscador de una fuente, en el vaivén desértico entre lo decible y lo indecible.

CUATRO

Leer satisface las necesidades psicológicas inherentes a la naturaleza humana de querer aprender, socializarse e identificarse. Al fin y al cabo, todo el acervo de escrituras de la humanidad existe para socializar el conocimiento, ya sea por fines políticos, económicos, educativos, etcétera. El individuo, al acercarse a un texto, forma parte del cúmulo de conocimiento de la sociedad. Al asumir una postura ante lo que leemos, nos identificamos a favor o en contra, nos gusta o no nos gusta; es decir, en cierta medida afirma o cuestiona nuestra identidad, como cuando leemos y nos sentimos comprendidos o cuando leemos y no estamos de acuerdo con el autor. En todo caso, sea con un fin explícito o no, el acto de leer casi siempre es también un acto de aprendizaje, en cuanto a que se adquieren nuevos conocimientos o comprensiones del mundo y de nosotros mismos. La naturaleza humana está guiada por la inercia interna de querer aprender, la actividad lectora se distingue de otras formas de aprendizaje en cuanto a que im-

Feike, P. (2009). Propuesta de actividades para el desarrollo de habilidades de lectura detallada en la etapa incial-intermedia del aprendizaje del alemán como lengua extranjera. FES-Acatlán, UNAM. Feike, P. (2010). Modelo de intervención pedagógica para fomentar, en alumnos de nivel intermedio-avanzado, el aprendizaje significativo durante la lectura en español como lengua extranjera. FES-Acatlán, UNAM. Viñao Frago, Antonio. (2007). Modos de leer, manera de pensar. Lecturas intensivas y extensivas. Revista Ethos Educativo. No.40. Universidad de Murcia. España pp.47-70. Vygotsky, L. S. (2003). Pensamiento y Lenguaje. México: Quinto Sol.


Una especie de soundtrack para la película que se llama vida Tranquilo y con una sonrisa franca me saluda. Se sienta, apenas echa un vistazo al menú… —Me trae un capuchino, por favor —dice. Empezamos a platicar. Hace tiempo que no nos vemos; se le ve como siempre. Es de esas personas a las que pareciera que el tiempo apenas toca. —¿De dónde vienes? —le pregunto. —De dejar a mi hijo en casa de mi papá —sonríe con un aire de alivio. Hace casi un año y medio se convirtió en padre de Luca, un niño que vino a desarrollar aún más su vocación de enseñar y compartir, a quien dedica gran parte de su día a día y del que dice ha disfrutado su evolución.

semblanza Roger Alcázar es un músico y productor independiente que ha sabido mantenerse como verdadero protagonista de la escena musical tuxtleca los últimos 15 años. Su versatilidad le ha permitido desarrollar proyectos, en colaboración y en solitario, de reggae, rock y house, por mencionar sólo algunos.

AR CÁZ

o Sonid ónica, l f a c e a, M materia . ntípod er umen aica, A en el prim de su Vir L m a J e ita d nte trabaja amarlo— ll o Agü e s com , y actualm l preferiría a d n ra a é s b n o n e e m e Herre o u o Rocío icipad n to the Q spiritual”, c t o r t a o p F Ha y Adictio “viaje e ram / gar la Kaya gráfico —o ño ed e s i o c D dis & Texto

R AL

E ROG


La magia de ser padre se hizo autores a partir del uso y la gestión de la acompañar de cierta precariedad, desvelos, red social, de modo que cualquier persona, y sobre todo, de falta de tiempo para sus no necesariamente alguien que se dedique proyectos; sin embargo, de vez en vez, ya a la música, puede informarse, comentar y de madrugada, se encierra en lo que ahora compartir contenidos. Music for free. es su estudio y se pone a tocar; otras veces, —Un músico independiente vive de los entre las siestas de Luca y Sebastián —éste conciertos, y para que la gente vaya a tus último, hijo de su pareja— mezcla, ecualiza conciertos, primero debe conocerte. Sólo y afina sus grabaciones. los grandes monstruos pueden vivir de la Roger es creador de la iniciativa Música venta de discos. de independencia chiapaneca, un grupo Congruente a su estilo, Roger hace de Facebook con casi mil miembros, pausas, detalla sus ideas para poder que tiene como explicarlas. Llevamos propósito mostrar las más de media hora creaciones musicales y apenas ha dado un de artistas chiapanecos par de sorbos a su independientes. capuchino. Ya debe —La idea es una estar frío, pienso. especie de concierto en Vir Lumen línea en que el público (hombre luz, en latín) tenga acceso a una es su última creación. interesante diversidad La define como “un de propuestas proyecto referente ESCANEA el código y escucha musicales. a algo elevado y la música de ROGER ALCÁZAR Un desafío a la espiritual”. Ni que apatía —cada vez más me extrañe, Roger generalizada— hacia las propuestas locales siempre ha entendido la música como algo independientes, que sin importar que se muy espiritual e introspectivo, algo que lo trate de música o de otras expresiones relaciona con dios y con la gente que le artísticas, ha logrado invisibilizar el trabajo rodea; una especie de soundtrack para la de creadores y gestores culturales, y lo que película que se llama vida, que le sirve para es peor, la existencia de un público ávido de sentirse bien, alimentarse y crecer. propuestas sinceras. Vir Lumen es el mayor desafío que Para él, la apatía se debe a que los se ha planteado en su experiencia como esfuerzos de los creadores por mostrar creador musical. Promete ser un material lo que hacen, son esfuerzos aislados, interesantísimo y paradójico: música que, desperdigados, y también a que en general aunque electrónica, no es necesariamente la gente no asume un papel activo en la para bailar, sino para viajar, y que no es difusión cultural. para enajenarse sino para pensarse. Una —Seguimos esperando a que las cosas propuesta conceptual que el músico ha funcionen a partir de las políticas públicas. diseñado de cabo a rabo y que ha sido Música de independencia chiapaneca, confeccionada en solitario, poco a poco, en cambio, saca del anonimato a las entre la noche y el alba, entregando por creaciones musicales locales y a sus completo el alma.

en exclusiva

23


Algo sobre la

diabetes

Texto Abraham Torres / Asesoría Med. Mauricio Cruz Diseño edgar laram

Una enfermedad crónico-degenerativa, un conjunto de trastornos metabólicos que afectan a diferentes órganos y tejidos

El pasado 14 de noviembre se celebró un año más del Día Mundial de la Diabetes, fecha en la que internacionalmente se llevan a cabo campañas de concienciación a través de actividades deportivas, pláticas, etcétera. Se eligió esta fecha por ser el natalicio de Frederick Grant, investigador canadiense que descubrió la insulina. Como se sabe, la diabetes mellitus es una enfermedad crónico-degenerativa, un conjunto de trastornos metabólicos que afectan a diferentes órganos y tejidos y se caracteriza por el aumento de los niveles de glucosa; todo esto muchas veces como resultado de malos hábitos alimenticios y obesidad. Las consecuencias de esta enfermedad son conocidas por la mayoría de los pacientes, es por eso que al ser diagnosticados, generalmente experimenten un sentimiento de negación o rechazo. Lo importante en estos casos es saber que este padecimiento no es mortal y sobretodo, es controlable. Una buena manera de generar confianza en los pacientes afectados por este mal, es mostrándoles algunos casos de personas que, a pesar de padecer esta enfermedad, han llevado una vida plena y prácticamente normal. Esta es una lista de varios famosos que padecieron o padecen esta enfermedad y han podido llevar una vida sin aparentes complicaciones: Diego Armando Maradona: Futbolista argentino considerado por muchos el mejor futbolista del mundo. Elvis Presley: Cantante estadounidense conocido como El rey del rock and roll. George Lucas: Cineasta estadounidense creador de la saga Star Wars e Indiana Jones. Giacomo Puccini: Compositor italiano de ópera, famoso por melodías como Nessun Dorma. Halle Berry: Ex modelo y actriz estadounidense ganadora del premio Oscar. Paul Cézanne: Pintor francés postimpresionista. Salma Hayek: Actriz méxico-americana. Steve Jobs: Cofundador y expresidente ejecutivo de Apple Inc.



Las

Batallas en el desierto Texto Mariana Piña Diseño Carlos Revueltas/ @RevoFoster Ilustración Mario A. Tassías

He de decir que afortunadamente crecí en una familia amorosa y cálida, generosa con el extraño, poco delineada por el estereotipo y consciente del valor que cada ser vivo entraña en su naturaleza. Desde chica se me inculcó el respeto que debe ofrecerse hacia lo viviente, pero sobretodo, el respeto que he de tenerme, y que me permite luchar por interactuar con mi entorno de una forma auténtica, tratando en todo momento de conducirme conforme al pensamiento que predico; sin embargo, soy consiente de la realidad en la que nos encontramos sumergidos, mirando con nostalgia que conforme avanza el tiempo nos apegamos más a lo material, ignorando nuestro lado espiritual, entendido éste como el entramado de sentimientos, acciones, ideales y sueños que nos constituyen como humanos y nos permiten trascender.

los calificativos que acompaña a nuestra época, la lucha por aparentar y disfrazar lo que no se tiene, esto que se hace una constante en muchas familias; pareciera que es más importante cultivar la imagen que se presenta al exterior que verdaderamente actuar conforme a lo pensado; la coherencia entre el pensamiento y la acción ha decrecido, existe una especie de cinismo generalizado que obnubila la conciencia y pretende generar discursos que convenzan de que aquello que se hace es lo correcto o simplemente se busca ocultar lo incorrecto. El amor y el respeto hacia nosotros y hacia los otros, forma la base sobre la que debiera descansar la conducta personal, orientando el quehacer hacia la tolerancia, solidaridad y compromiso que tanto se requieren, fomentando relaciones auténticas, creando sociedades comprometidas y originando nuevas estructuras sociales. “El amor es una enfermedad en un mundo en el que lo único natural es el odio”, enuncia Carlitos; frase llena de significado que en la actualidad puede observarse en cada una de las esferas que componen a nuestra sociedad, trayendo consigo oleadas de violencia que amenazan la estabilidad. Tristemente no nos hemos percatado que para lograr cambios sustanciales, tenemos que empezar por el cambio personal, actuando racionalmente y permitiéndonos, a través del conocimiento del otro, amarlo, para así transformar nuestro entorno.

Las batallas en el desierto, novela escrita por José Emilio Pacheco (1981), retrata una realidad en la que la descomposición social se ha vuelto una constante en nuestros tiempos y el sentido de comunidad ha desaparecido, trayendo consigo que valores tales como la compasión, la amistad y el respeto, tendentes a consolidar los lazos fraternales y amorosos, se pierdan en una lucha clasista en la que las apariencias y el bienestar propio se sobreponen al bien común. Hemos olvidado que nacer en un determinado lugar es un suceso completamente aleatorio, que nos pone en ventaja o desventaja respecto del otro. Qué sería de nosotros si hubiéramos nacido en otro momento, lugar o familia; casi puedo asegurar que nuestra realidad sería totalmente distinta. Otro rasgo que destaca en la novela es el doble discurso que manejan los personajes; importante es mencionar que es uno de

Referencia Pacheco, José E. (1981). Las Batallas en el Desierto. [Versión de iBooks].

26


Para su primer disco, lanzado en 1992, el grupo mexicano Café Tacvba compuso “Las batallas”, canción inspirada en este libro de José Emilio Pacheco.



TU EMPRESA PUEDE ESTAR AQUĂ? 961 649 04 64 contacto@lexicaeditorial.com.mx lexicaeditorial@live.com



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.