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Los Restos del Cielo por Rafael Aguirre

por Rafael Aguirre.

Ascendió convertido en espiral interminable y húmeda de la que retoñaron millones de ojos atolondrados. El sol no volvió ni las estrellas pero los restos del cielo brillaban manchados de una luz parda y fría que vibraba a intervalos. Por encima de las ciudades desoladas se manifestó un horror grumoso y soñoliento hurgando entre las dimensiones adyacentes con los rugosos apéndices que colgaban desde su forma imposible. Devoraba con sus millones de hocicos extrañas y pulsantes geometrías cuyos gritos eran el fortuito zumbido de un viejo televisor antes del apagón.

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Cuando ya no quedó algo más para alimentarse, El Desmesurado, habló a las pocas hormigas que se atropellaban ciegas sobre la inhóspita superficie.

—Dios tenía un mensaje para ustedes, los últimos, pero fue tanta mi hambre que no alcancé a escucharlo gritar—.

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