N° 2 Año 1 sep-oct 2019
Discurso del amor: sueño en otro Idioma El Gran Pez, analisis cinemático Lo nuevo de La Burundanga
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Óscar Páez Luis Oseguera Fátima Martínez María Laura Quispe Daniel Enriquez Contreras Ángel Vera Cristina Bello Alejandro Merino Gabriela Sepulveda Ángela Ruales Alan Castillo Víctor Parra Avellaneda Juan Manuel Arriaga Vanessa Vargas Ana Beck Sergio H. García Salvador Montediablo Aldo Barucq
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Revista Poetómanos Revista bimensualde Difusión Literaria
Dirección: Sergio H. García Sergiohgarcia95@gmail,com Consejo Editorial Aldo Barucq Ana Beck Miguel Ángel Santos Salvador Montediablo Correción Peregrina Tirado Diseño Sergio H. García Imagenes Portada: Man in Beach, Hachen Robles 2018 Todas las imagenes del contenido son descargadas de Unsplash Esta revista se diseña a través de la siguiente dirección: revistapoetomanos.com /Poetómanos
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Contenido Poesía El Síndorme de la edad perdida, Óscar Páez (Acapulpo)................................. 4 Hoy no, mañana tampoco, Luis Oseguera (Morelia)................................................... 6 Poca Luz, Fátima Martínez (Nayarit)...................................................................................... 8 Jungla, María Laura Quispe (Buenos Aires)................................................................... 10 Principito, Daniel Enriquez Contreras (Tepic).......................................................... 12 No quiero ser yo, Ángel Vera (CDMX)......................................................................................... 14 Siempre quise ser una poeta Beat, Cristina Bello (Morelia)...................... 17 Miradas de Agua, Gabriela Sepulveda (Guadalajara)............................................ 20 ¿Cuántas veces nacemos..., Ana Beck (CDMX)......................................................................... 22 Si de literatura se trata, Ángela Ruales (Colombia).......................................... 24 Cómo se hace, amor, Alejandro Merino (CDMX)................................................................... 27 Ahogados como nosotros fuimos, Aldo Barucq (Aguascalientes)................ 30 Cuento Luz, bebé, Alan Castillo (Tepic)..................................................................................................... 32 Girándula, Salvador Montediablo (San Luis Potosí).............................................. 36 Canis Lupus Familis, Víctor Parra Avellaneda (Tepic)...................................... 39 Cine El gran pez, Juan Manuel Arriaga (CDMX).......................................................................... 42 El discurso del amor: Sueño en otro idioma, Vanessa Vargas (GDL)..... 45 Música Coctel Resistencia, lo nuevo de La Burundanga, Sergio H. García....... 48
por ร scar Pรกez
Poesía: El Síndrome de la edad perdida, Oscar Páez
Estoy envejeciendo y las aspirinas no me devuelven mi risa de niño. Las aves dejaron de silbarme. Ya no busco en los rincones de la luna mis huellas perdidas ni los juguetes donde volaban mis sueños.
La tierra me reclamó como flor y crecí en tierra santa. Los chamanes riegan mis manos y pies. El mundo contempla mi infancia inmunda y mientras los demás niños ríen, yo renazco como flor y muero y vivo y vuelvo a morir.
Acondicioné un cuarto con fondos negros y sonrisas fingidas y me dedico a morir todos los días. Entierro mi nombre y mis apellidos. Nadie soporta el grito de mis hijos que no me verán crecer. Página 5
por Luis Oseguera
Poesía: Hoy no, mañana menos, Luis Oseguera
Hoy día la decepción es inmensa No cabe en las manos Se requieren dos tráileres y varios remolques para transportarla y distribuirla; Incluso el traslado es cuestión de varias decepciones: precios altos de peaje robos en las carreteras llantas de una calidad decepcionante Hoy día, la decepción es el pan matutino la noticia estelar en la televisión: “libre el violador, libre Duarte” No ayuda un gran desayuno ni lavarse las manos No ayuda esperar un mañana Tener esperanza es decepcionarse.
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Poca Luz por
Fátima Martínez
Poesía: Poca Luz, Fátima Mártinez Poesía: Hoy no, mañana menos I Inaudible, manos vacías, arrebato, Pies escaldados, Ojos furtivos, Cadencia, caudales, de los rincones nido, de tu mano cántaro. Con la cabeza hecha nudos la moral en las pantorrillas la esperanza a medio paso.
lo que el chiquillo tiene es hambre, la panadería abre al clarear, le he dado té, de lavanda por la escasez. Iremos a ver los peces, mi niño tiene hambre de ganas le compraré una baratija para entretenerlo: una pasión para mordisquear.
Corriendo por si la lluvia Esperando que algo pase, Vidas de a ratos, Yo amo así, como los gatos. ll Se requiere un sol de juguete, mi niño está triste, a estas horas ya han cerrado el mar. ¿Dónde se encuentra calor? después de la medianoche, hay que ponerse a pensar. Se requiere un sol de juguete, mi niño comenzará a llorar,
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Jungla por
MarĂa Laura Quispe
Poesía: Jungla, María Laura Quispe
isiera ser mirlo silbar entre los árboles dejar de chantajear a sus clientes sobornar a los jueces gritar en las audiencias ¿O por qué no un pavo real? Presumir de un plumaje y no de sentencias a su favor En cambio sigue aquí Otro primate de metrópoli de traje y corbata Saltando entre árboles de cemento y ríos de metal Siempre huyendo a toda prisa por subtes y trenes permutando la felicidad por otro mes de alquiler
Página 11
por Daniel Enriquez
Poesía: Principito, Daniel Enríquez Contreras
Principito de la vía sueño metálico oxidado caminas en la alfombra del tétanos a tu paso dejas las huellas de dos suelas diferentes Como el caracol llevas tu casa en la mochila mochila descosida cargada de volátiles promesas en la espalda espalda de alas de tinta, vírgenes y santos Al Ángel de independencia dudosa le rezas de madrugada para que sólo a ti te escuche con sus orejas falsas de piedra Copia eres de la copia de un molde de pasados incontables de cadenas viejas, necias y sordas Hijo eres, pero no de tu madre Si no de un Dios uno que mira al frente cuando pasas por debajo de su empleado en la glorieta: vigilante de las manos extendidas y frentes con sudor y estómagos desnutridos y niños sin casa los que no se ven por ser menos que unas simples hormigas que bailan y caminan con las manos.
Página 13
por Ă ngel Vera
Poesía: No Quiero Ser Yo, Ángel Vera
No quiero ser yo Tener este problema Cargar el dolor en las bolsas Apestar a lágrimas tragadas A sudor del delirio. No quiero ser yo Haciendo doble penetración verbal En un poema de dos palabras Orgasmeando cerveza Después de succionar hembras. Ver el entretener de la muerte En una cucaracha Fumigar mis sueños Por falta de esperanza. No quiero ser yo Ni el del espejo que ven mis hijos Ni la imagen de mi infancia apedreada Llena de mármol en la lontananza Y ver el insecto célibe que devora Con la sola tráquea La audacia de sus descendientes. Me desvisto en el cementerio. Recojo el cojo cojear de la condena .
Mito de un cuervo manso é se bebió los ojos del /confiado que lo crío No quiero ser yo El de los 30 años El del pelo perdido El de la panza inflada El de los orgasmos rutinarios El padre de la sonrisa tristona El de los callos El de las muelas perdidas El del olor a quesadilla El del infierno de mi cónyuge El de la contingencia El borrachito el meón el cagado El de los ojos de océano El del pecho frío Y los huevos calientes Y de pito flácido Incapaz, inocuo, dormido Casi muerto. No quiero ser yo El que hace Big Bang Tic TAC.
Página 15
Poesía: No Quiero Ser Yo, Ángel Vera
No quiero. Reniego. No quiero ser limón Trago amargo de jengibre Nube gris Oruga infausta. Voy hacer lo que falta No puedo diluir mis huellas Pero puedo titiritar mis /dientes amarillos Y hacer muecas de algarabía Pintar mis máscaras Con crayones de risas Patear latas y meterle gol a la rutina. Puedo robarle tiempo a mi tiempo Y pistear del azúcar de los juegos /de mis hijos Tomar de las nalgas de mi esposa La sustancia natural de la feromona
Hacer el perro El chivo El cielo Hacerla Afrodita Llena de sentimiento. Y voy a querer ser yo Calvo de melena libre al viento Panzón enamorado Hijo puta con un júbilo De aquellos… Cuáles? Estos. Con una sonrisa y agarrando /mis huevos. Voy a ser feliz Porque me lo merezco.
Página 16
por Cristina Bello
Poesía: Siempre quise ser una poeta Beat, Cristina Bello
Mi madre me regaló una maleta azul para cuando decidiera salir de viaje, guardé ahí los diarios, tus lucky rojos, LSD y los pasaportes falsos. Sin licencia conduje el cadillac amarillo hasta Nueva York / 50 kilómetros por hora Lush Life de Coltrane en el estéreo, saqué el arma de la guantera y como escondida en la nota de ese saxofón disparé. Escuché tu voz en mi cabeza no estamos de cacería pero yo siempre quise ser una poeta beat y decirte: come on honey, let´s burn it. Después de incendiarlo todo aparecerán los espíritus de una manifestación que soñé durante los años sesenta, sostenía una cartulina mientras decía: equal pay for equal job, equal pay for equal job. Entonces tomabas mi mano, pero desperté desperté en el bajío de nuestro país, decías esto no es Nueva York y estamos perdidos pienso ojalá el espíritu de Cowen nos guiara decías hagamos una línea que nos lleve de vuelta pienso ojalá pudiera escribir un poema sin temer el regreso a casa. Página 18
Poesía: Siempre quise ser una poeta Beat, Cristina Bello emé todas las palabras que construían la carretera y estoy ahí de nuevo, sin auto que conducir la carretera es cada vez más larga como la cola de un roedor aunque yo sea los incisivos de su hocico y los ojos negros que huyen de casa o mejor dicho, las cuatro patas que buscan la oscuridad. Un auto se detiene y me observa, de cerca me observa grito que mis piernas ya no son/parte de mi cuerpo y me elevo por encima de los árboles incendiados un hombre baja del auto, pregunta: ¿por qué estás sola? respondo que no lo estoy y pienso en una canción vieja, alguna que haya memorizado pensando en mi funeral. Veo mi rostro en el espejo lateral derecho y me pregunto si mis párpados tienen la misma coloración que los de Elise Cowen antes de lanzarse por esa ventana. Me pregunto si tendré tiempo de arrepentirme y pensar que creo en Dios, que siempre creí en él, en el que existía bajo mis uñas y la bala del estéreo era en realidad una plegaria. Me pregunto si tendré tiempo de usar el arma, antes de que anochezca, o si elegiré los incisivos, el escape, conduciré el cadillac amarillo a otra parte una calle oscura donde me sienta más a salvo, no voy a despertar en casa y si lo hago, ellos dirán que no sé seguir órdenes o escribir luego del incendio.
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Miradas de Agua por Gabriela Guadalupe
Sepulvera Vazquez
Poesía: Miradas de Agua, Gabriela Guadalupe Sepulvera Vazquez
A mi madre
Mi madre habita en espejos de agua en el calor de un abrazo de papel anida en el sereno de los árboles al acecho de rostros desconocidos. Se excusa con sonrisas de mal brillo. Oculta el turbio reflejo entre el cielo y su tristeza. Conoció un sol templado entre los cantos de las melodías hoy enterradas. Mi madre sigue escribiendo sus tratados de paz -palmaditas y moralejastestigo de un sueño acurrucado en los misterios de mi remembranza.
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por Ana Beck
Poesía: ¿Cuántas veces nacemos mientras habitamos en la Tierra?, Ana Beck
¿Cuántas veces nacemos y morimos mientras habitamos la Tierra? Nos convertirnos en amores pasajeros, en mistades efímeras, en compañeros que se apartan, en ámbitos laborales o estudiantiles que se terminan, en cariños que se alejan; y en mientras, hay un sinfín de ciclos que nos convierten en olvido dentro de las mentes que se cruzaron con nosotros en algún punto de la vida. ¿Cuántas veces nos rendimos, nos apagamos y volvemos a resurgir de nuestras cenizas? El amor es uno de los sentimientos que más conflictos crea y cuyo dominio sobre nuestro corazón nos hace prometer lo terrible o lo bellísimo, según sea el caso. La muerte (otra vez sobresaliendo en mis líneas) está asociada a las relaciones sentimentales porque habla de la intención de olvidar o de recordar sin que duela, porque refiere sobre soltar o hacer un duelo. Habla sobre la transición entre la tristeza, la angustia y la sanación. ¿Cuántas veces nos sentimos morir y revivir en el transcurso de los años? Los golpes, las heridas, los llantos, las crisis, las despedidas, los distanciamientos, las traiciones, los silencios, los insultos, incluso, son patrimonio de la humanidad y nadie está exento de padecerlos. Suicidios. Todos atravesamos períodos de oscuridad y nos quedamos ciegos, desesperados, tanteando el aire mientras caminamos temerosos en busca de la luz. Cada ruptura nos deja sumergidos momentáneamente en el terreno de la muerte y somos víctimas de alguien que nos quiere enterrar bajo el mármol de su olvido como si nuestros cuerpos estuvieran fríos, tiesos …sin aliento. No te sorprenda que la vida siga y te reemplacen como hacen siempre con los reyes en el trono. Porque tu "muerte" no significa el fin de ningún reinado y la gente estará esperando a que el mundo siga su curso natural.
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Si de Literatura Ă ngela se trata Ruales por
Poesía: Si de Literatura se trata, Ángela Ruales
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se día cuando dijiste que por mí serías un Dante, supe que nunca quise ser una Beatriz. Mi aspiración estuvo siempre lejos de una Remedios, soy terrenal; no me regodeo de pureza, llevo la cara sucia y el cabello desordenado y mis ropas arrugadas por la espera. Esa mujer alabada y admirada de los cuentos de hadas, no quiero ser. Soy de raíz y de tierra, pero sé también marcharme y para eso no necesito a un Dante, ni a un ijote (aunque estoy más cerca de ser Aldonza) no preciso de locos con armaduras, ni de cobardes con tintes romanticones que dicen estar dispuestos atravesar los infiernos por mí. Allá no estoy. Sí de ser una mujer de literatura se trata, quiero ser Iribarne, de todas formas te has transformado más de una vez en mi Castel, en mi Túnel; odiada pero fuerte, eso hizo de mí tu amor: jodida como Frida, tenaz como Pizarnik, incomprendida, anacrónica, muerta a
manos del “amor” como Delmira, ser una mujer de poesía y huesos es ahora mi aspiración; ser la Maga, eso quiero, ser una Dedé prefiero. Tu ideal de princesa en apuros me da asco, pues como supuesta princesa aún me busco y mis trajes me pesan. Viajaré al puente de Budapest y me perderé en un eterno abrazo con la mendiga, llámame Alina Reyes, desde ahora seré tu Lejana. Comprende, no quiero un Werther idealizándome, seré más bien la pistola y la carta, soy de sangre y de letras, de comas y ríos, no te pretendo Cayetano Delaura, te quiero valiente, sin miedos, amante y atrevido. Debo confesarte hoy que estoy lejos de ser la abnegada María que espera a un Efraín cobarde y aterido, para luego dejarse morir. Tampoco seré tu sierva María no estoy dispuesta a ver crecer mi cabello en honor a lo que nunca conocí y de lejos rutilante vi, soy de raíz y de música, de tonos azules y loca. No esperes que teja y desteja el tiempo Página 25
Poesía: Si de Literatura se trata, Ángela Ruales
No esperes que teja y desteja el tiempo y pierda mi vida esperándote ¡tu figurade Odiseo me es absurda! Seré la mujer del parque continuo que mató a su lector, soy la eterna llorona de Chavela, prefiero ser el duende de Lorca a posar como tu musa perfecta. Pero si me aceptas… ¡ah! Si me aceptas prometo contarte mil historias cada día, como Scherezada, te doy mi libertad en ellas; no te aseguro una vida libre de orgullo y prejuicio, pero daré hasta lo que no tengo, seré tu Elizabeth Bennet, bailaré desnuda frente al espejo y en tu ausencia besaré mientras maquillo cada uno de tus recuerdos, soy Macabea y si muero prometo regresar, déjame reposar esta noche en tu cuarto, aun después de muerta como Ligeia mis ojos de cuervo seguirán dedicándote poesías, soy la amiga engañada de Prévost, la amante de medio tiempo y esta una carta de mujer más, una que nunca leerás… Siempre tuya, Señorita Luares.
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por Alejandro Merino
Poesía: Cómo se hace, amor, Alejandro Merino
Dime cómo se hace, amor Dime cómo, amor. Dime cómo se hace. ¿Cómo se escribe poesía en /medio de esto? e así como me prendo a tu piel y desaparece el mundo, así también desaparece otra mujer en esta ciudad. e mientras tú me besas un taxista viola a una chica de 15 años. e cuando tú clavas tus uñas /en mi espalda Mariana pasa frente a una carnicería /en Ecatepec de la que no volverá viva. Dime cómo, amor. ¿Cómo diablos se escribe poesía en esta ciudad salvaje? Porque mientras yo intento hablar de los prodigios de tu vientre, a Valeria, de 11 años, la están violando en una combi, cuando tú me miras al quitarte el vestido, a Karen, de 19 años, la meten destazada en una maleta, y cuando muerdes mi cuello y te corres, a Karla, embarazada de 5 meses, le están dando 32 puñaladas en un baldío. Y cuando ellas, hartas del miedo,
gritan ¡Vivas nos queremos! ya están matando a otra. ¿Cómo carajos se vive con eso, amor? ¿Cómo se escribe poesía en el país con más violencia sexual de todo el puto mundo? ¿Cómo se ama en un país con una mujer brutalmente asesinada /cada 3 horas? Con vergüenza, amor, con odio, con miedo, así se escribe poesía en el país que odia a las mujeres. Con esta puta rabia en la garganta, ¿cómo, si no? Por eso a veces tiemblo cuando me abrazo a tu cintura, y cuando amanece y yo entiendo /que hoy matarán a 7 mujeres en este país bestial, solo pido, con un egoísmo asqueroso, que ninguna de esas 7 seas tú, y de solo pensarlo, amor, me /estremezco… Y mientras tú te vistes por la mañana, los padres de Andrea buscan a su hija sin saber que lleva 2 semanas muerta, enterrada en un paraje en Tecámac, Página 28
Poesía: Cómo se hace, amor, Alejandro Merino
a 13 kilómetros de su casa, y cuando ya te has vestido, amor, el cuerpo de otra menor aparece en la cisterna de un deportivo en Iztacalco. Y tú sales a las calles de esta ciudad feminicida, cargada de sonrisas y de planes para el fin de semana mientras el cuerpo de otra mujer –no identificada– aparece en Chimalhuacán, con el rostro desollado y sin una pierna, o mientras a Miriam Rodríguez la ejecutan en la puerta de su casa por buscar a los asesinos de su hija. Y 4 adolescentes juegan al secuestro y matan a su vecina de 6 años, y 2 alumnos de una primaria juegan a violar a su compañerita de clase por ser la más bonita, y las madres de Veracruz sacan cadáveres por cientos, y las muertas de Juárez, y las muertes de Lesby, Nadia, Yesenia, Alejandra, Mile, siguen siendo un misterio. ¿Cómo putas se hace, amor? ¿Cómo se escribe en el país de las fosas clandestinas? ¿Cómo no rabiar hasta el vómito en este país de mierda? ¿Cómo no cagarse de miedo si tienes hermanas, sobrinas, hijas, si amas a cualquier mujer, en el país que odia a las mujeres? Por favor dime cómo, amor, dime cómo besarte y no pensar, por un segundo, que hoy matarán a 7 mujeres en este país Página 29
por Aldo Barucq
Poesía: Ahogados como nosotros fuimos, Aldo Barucq la palabra labra las rocas si la nombras río me explico si yo no sé la palabra divina entonces te tocó de los ahogados aprendí la palabra viaje de los ahogados aprendí a nadar de muertito y sin embargo llegar a algún lado que la belleza precisa un método 1.sal a pescar un ahogado 2.ponlo en el refrigerador para cocinarlo juntos cuando quieras volver a verme 3.entonces desuella al ahogado sobre la mesa y verás cómo se extiende una cartografía de mares perdidos 4.cenamos sobre la piel del ahogado 5.cuéntame de la vez que me ahogué en tu cabello y me fui nadando qué cuenta la piel de un ahogado barcos fenicios hundidos monstruos azules caminos como corrientes enmarañadas urdimbre de caminos varios los ahogados son una metáfora del callado romance entre mar y cuerpo mira mi piel se hace viejita después de bañarme mira se ahogan mis labios en tu saliva como mis dedos si te dibujo caracoles en la carne abierta parecen flores los cuerpos cuando necesitan agua para seguir amando no conozco animal más enamorado que un ahogado no suelta su mar no te suelto tal como los pájaros no conocen la palabra del vuelo y en cambio vuelan el ahogado ignora cuántos records de nado muerto ha batido cuánto mar nada en sus pulmones cuántas brazadas nos faltan para la comunión del agua con el beso en tanto nademos
Página 31
por Alan Castillo
Cuento: Luz, bebé, Alan Castillo
E
ra solo un hombre, dos brazos, dos piernas, dos ojos, a simple vista nada lo distinguía del resto de los hombres que caminaban por la tierra que le vio nacer. Solo un hombre y nada más, y como hombre, solo se encontraba. La soledad, sin embargo, no era ninguna extraña, le resultaba tan familiar como la visión del sol en el cielo cada día; "la visión del sol en el cielo" pensó mirando a su alrededor. Se encontraba solo y recién caía en cuenta que se encontraba a oscuras, y no era el tipo de oscuridad donde te acercas la mano a los ojos y puedes verla apenas a unos centímetros de tu rostro si no una oscuridad profunda, donde su mano podía golpear de lleno su rostro sin que el siquiera se enterase que esta venia hacia él. La visión del sol, la seguridad de la luz reafirmada por una vida de convivir con ella todos los días a cada instante, que inconcebible resulta una existencia sin luz para alguien que nunca se había visto sumergido en la oscuridad.
Comenzó a pensar en la luz, un concepto más o menos abstracto que no tiene forma definida pero vemos evidencias de su existencia en el acto mismo de ver ¿Ver? La idea que cr uzaba p or su cab eza en ese momento, no tenía idea de que era este espacio donde se encontraba, todo lo que sabía era que había despertado ahí, estaba a oscuras y hasta donde él sabía estaba solo. No tuvo que pasar mucho tiempo para que comenzara a perder paulatinamente la noción de su propio cuerpo. Somos criaturas sumamente visuales, tenemos 5 sentidos pero podríamos no escuchar, no oler, no sentir ni saborear sin que nuestra realidad se vea amenazada, mas en el momento en que no podemos ver, nuestro modelo de la realidad colapsa como un terrón y se desvanece entre nuestras manos. ¿Y qué pasa si lo que no podemos ver es a nosotros mismos?
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Cuento: Luz, bebé, Alan Castillo
Ante la sensación de despersonalización, esa desesperante sensación de la distancia que se crea entre la mente y el cuerpo, donde la mente desacredita su existencia ante la falta de evidencia. El hombre comenzó a gritar -¡dadme luz, dejadme ver que es este lugar donde he despertado! ¿é juego es este? ¡Dadme luz!Repetía y repetía en la oscuridad hasta que sus gritos se convirtieron en sollozos y, finalmente, terminaron cediendo ante un llanto mudo. El carácter silencioso de su desesperación no significaba en absoluto que se encontrara más tranquilo, no es más que otro de los efectos de la oscuridad cuando no vemos donde estamos, ni a donde vamos, ni que tanto avanzamos. El cansancio es mucho más eficiente en el acto de mermar el espíritu humano.
Sin embargo, justo frente a él pero a una distancia imposible calcular, vislumbro un punto luminoso, una luz blanca con tintes amarillentos, algo que él pensaba que era una bombilla vieja de esas que solía ocupar para alumbrar la habitación. Entusiasmado comenzó a caminar hacia el punto luminoso, no estaba flotando, tampoco podía sentir el piso, sin embargo movía sus piernas y su cuerpo avanzaba en la dirección que él quería: hacia la luz, hacia su salvación. Caminó por horas y la luz no parecía moverse, estaba en
Sumido en su llanto silencioso el hombre comenzó a desear una luz, cualquier clase de luz: el sol, un foco, vela, una luciérnaga. Cualquier luz le sería suficiente. Si tan solo le alcanzara para ver aunque fuese la punta de su nariz o las palmas de sus manos… una luz dadme una luz, dadme un luz… Repetía como rogándole a la oscuridad o al silencio.
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Cuento: Luz, bebé, Alan Castillo el mismo lugar, pero el estaba seguro de estar avanzando y no se fiaba del todo, ni de sus pies ni de sus ojos. Decidió seguir caminando, cada vez más y más y más rápido. Corría como si su existencia fuese correr, como si supiera que la luz está a unos cuantos metros, como si nada más importara. Tropezó y el suelo que no había podido sentir se había convertido en una laguna en la oscuridad. Era agua en efecto, agua en la que al caer había sumergido sus manos y rodillas. Agua estática, inmóvil, estancada, de apariencia sólida como el mármol, como un espejo, en su superficie pudo ver la luz reflejada, a la que había tratado de llegar en esta carrera en la oscuridad. La veía como si estuviera a los pies de dicha luz. Sin sentir su cuerpo, se levantó de súbito como para mirarse a sí mismo. Lo que veía no era la fuente de la luz, tampoco su rostro, sino el reflejo mismo de la luz en esa laguna en medio del vacío de la oscuridad. Fue entonces cuando una idea escalofriante cruzo su cabeza llevándose consigo todo rastro de humanidad, confinando al hombre a su nueva existencia para siempre: Yo soy la luz.
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Girรกndula
por Salvador Montediablo
Cuento: Girándula, Salvador Montediablo Cuento: Luz, bebé, Alan Castillo
E
n ocasiones el aire se cansa de cargar con la voz de los hombres. Con el tiempo, el aire se ha menguado, ya no llegan las palabras. El viento cesó los susurros ese día, salí de casa rumbo a una cita con la que apenas era mi novia. Salí y de pronto todo se murió en los oídos del hombre, sin aviso, las canciones se convirtieron en ceños fruncidos y el latir de los hombres en un eco en nuestra mente. El aire se había cansado de cargar con la voz de los hombres. Imaginarán el caos. ¿Todos sordos o todo mudo? Las bocas se movían, lentas, intentando formar palabras que solamente la mirada lograba descifrar a medias. Apenas había comprado el ramo de girasoles y tras haber preguntado cuanto debía por ellas, la percepción de los sonidos del exterior cayó en una penumbra tranquila e inocua, miré a mi alrededor y todo el alrededor miraba a sus otros alrededores, no entendí al principio, no lo entiendo ahora. Caminé rápido al restaurante donde me esperaban, todos se hacían señas, algunos peleaban rodando por la acera mientras, un payaso corría en llamas hacia una manguera que sostenía la mano aún tibia de una abuela que regaba su jardín por última vez, antes de morir bajo un camión escolar que no escuchó. La desesperación quedaba atrás. Entré al restaurante, las televisiones ya mostraban las noticias, mostraban letras grandes, subtítulos de los hechos y del instante, todos ahí leían las palabras asistiendo con una consternación que eliminó las sonrisas y la felicidad que hace rato de seguro había ahí. Vi a mi chica y me acerqué y la abracé, cayeron los girasoles. Nos comunicamos por medio de las palabras que escribíamos sobre las servilletas del lugar, en la última escribió: “Los girasoles, no tienen color”. Leí las letras y de inmediato me percaté que tenía razón. Miré los girasoles que yacían suspendidos entre el tiempo y la
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Cuento: Girándula, Salvador Montediablo Cuento: Luz, bebé, Alan Castillo eternidad, sin color, sin vida. Las cosas ya no tenían color. No sabía en qué momento se darían los demás cuenta de ello, a ese paso terminaríamos perdiendo el olfato, el tacto, el gusto y al final, la vista, temeroso de ello tomé de la mano a mi chica y subimos a un taxi sacando agresivamente al chofer. Entré y arranqué antes de que mi novia cerrara la puerta. Llegamos a casa y cerramos puerta y ventanas, senté a mi novia en la sala, le entregué temblando una libreta y un bolígrafo, ambos temblábamos y la incertidumbre crecía a cada segundo, encendimos la televisión, revisamos las redes sociales, no había nada, ninguna respuesta o noticia, nada. Empecé a llorar, ella me escribió en la libreta de cuadro chico: “Todo saldrá bien”, en sus ojos sin color pude ver a la muerte mirándome, a través de lo que más amo. Agaché la cabeza y limpié mis lágrimas, me levanté y la tomé de la mano. La llevé a la sala y puse uno de esos vetustos discos de colección en el tocadiscos y bajé la aguja. La tomé, ella me abrazó recargando su cabeza en mi pecho, empezamos a bailar como si hubiese baladas, como en una película muda a blanco y negro, imaginando la música en nuestras cabezas, a espera de que regresara el sonido como algunos esperan a que regrese la luz eléctrica… o a espera, de que todo se apagara.
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Canis Lupus Familiaris
por VĂctor Parra Avellaneda
Cuento: Canis Lupus Familis, Parra Avellaneda Cuento: Víctor Luz, bebé, Alan Castillo
L
a cabeza cercenada de un perro reside ahora sobre la mesa de disección, donde minutos antes fue sumergida en formol para su conservación y posterior uso didáctico. Los ojos son pétreos y lo translúcido se extingue al corto instante de la muerte. La cabeza canina reside inexpresiva, mirando a la nada, mirando a ninguna parte. Tiene sentido que lo sea así, que mire a ningún sitio. Si mirase, si verdaderamente estuviera mirando, ello recaería en el proceso de fotorrecepción de la luz; llegan los fotones, nadan turbulentos entre el humor vítreo ocular, chocan con los bastoncillos y se convierten en pulsos eléctricos, entramándose por la compleja red neuronal. Pulsos y pulsos, potenciales de acción y corrientes electroquímicas. La luz ha dejado de existir en este momento, al igual que la realidad que la emanó. Muere la realidad y la luz, y ahora, en este relevo, en esta estafeta de entidades inorgánicas y completamente energéticas, las moléculas, los pulsos electroquímicos actúan sobre las sinapsis y estas se acoplan de tal manera para generar una imagen, un color en la mente del animal.
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Cuento: Canis Lupus Familis, Parra Avellaneda Cuento: Víctor Luz, bebé, Alan Castillo
Pero el perro está muerto y el proceso antes descrito es imposible. La realidad no puede ser traducida, de estímulos externos a componentes químicos. La cabeza del perro es lo único remanente del ser que antes era un traductor constante del mundo; un devorador de información. Ahora es un objeto inanimado. Nada se piensa y ninguna imagen o color se formarán jamás dentro de este cráneo. Tanto la realidad como el perro, en este caso, han muerto. El estudiante mira la cabeza desde todas las perspectivas posibles y es consciente de que observa uno de los pocos lugares donde es plausible avistar a la nada. El cráneo muerto y el cerebro que alberga, si bien antes conservaron un pedazo de la realidad, ahora carecen de toda información. El vacío existe ahí. Días después, el estudiante sueña con la cabeza del perro. Lo ve, al animal, antes de su muerte. Sueña que el perro corre por un prado, ladra, camina, duerme. Lo ve transitar por un desierto incógnito donde no existen las estrellas y donde no existen las corrientes de aire, tampoco existe el sonido. El perro lo mira fijamente. Lo mira sin parpadear. –Este sitio nos espera a la muerte–dijo el perro. –¿Cómo puedes hablar mi idioma? ¿cómo es posible entenderte? –Simple. Hablo tu idioma porque nuestra lengua es la misma. Puedes entenderme porque tú y yo somos lo mismo. Tu eres mi reflejo. Somos nuestro reflejo. El estudiante despertó agitado. Se vio en el cuerpo de un cánido agonizando. Al fondo, se vio a sí mismo, en forma humana, preparado con material quirúrgico, con intención de extraer la cabeza del perro, su cabeza ¿Soñó ser can o humano?
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El Gran Pez
por Juan Manuel Arriaga
Cine: El Gran Pez, Juan Manuel Arriaga
A
“Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía. Sino justicia” Miguel de Cervantes Saavedra
veces no es la historia, sino cómo la contamos, lo que la hace valiosa e imperecedera. Así forjaron sus hazañas los héroes antiguos a través de la mirada de los poetas, primero como cantos de gesta que pasaban de forma oral de boca en boca, luego a través del teatro y la poesía; hoy, a través de la pantalla. Eso es lo maravilloso de esta película del genial Tim Burton: nos cuenta la historia de un hombre que hizo, vivió y pudo todo: Edward Bloom, quien, ya en su lecho de muerte, le cuenta sus aventuras a su hijo, con la peculiaridad de que parecen una serie de fantasías sacadas de la mente de un niño o un loco. No hay experiencia que Bloom no aderece con criaturas fantásticas, gigantes, peces enormes y situaciones imposibles.
padre y hasta toma por obstinadas bromas los momentos que aquél describe con tanta conmoción; pero es ahí donde el conflicto de la trama entera tiene significado: ésta no es la historia de un soñador ni la de un lunático que pretende mostrarse como el héroe de una aventura, sino la de un padre que busca reconciliarse con su hijo, que busca el vínculo emocional capaz de conectarlos en un fraternal abrazo.
La trama, de hecho, es simple, pero en esa simplicidad adquiere su belleza, porque cuenta con una narrativa que no se queda con lo que acontece, sino que avanza más en una búsqueda por establecer cómo una historia debe contarse, aunque sea en detrimento de la verosimilitud. Como dije antes, no es el “qué” se cuenta, sino el “cómo”, lo que magnifica una historia. Ejemplos sobran en nuestra cultura contemporánea, pero han estado por milenios con el ser humano desde que el primero se atrevió a contar algo. Estoy seguro que el primer narrador de la Su hijo, incrédulo, como nosotros lo humanidad contó ese algo no de forma seríamos, se muestra hastiado ante el ve r a z , s i n o d e f o r m a ex a l t a d a , despliegue de imposibles que narra su fantástica, sublime. Página 43
Cine: El Gran Pez, Juan Manuel Arriaga
contarse, aunque sea en detrimento de la verosimilitud. Como dije antes, no es el “qué” se cuenta, sino el “cómo”, lo que magnifica una historia. Ejemplos sobran en nuestra cultura contemporánea, pero han estado por milenios con el ser humano desde que el primero se atrevió a contar algo. Estoy seguro que el primer narrador de la humanidad contó ese algo no de forma veraz, sino de forma exaltada, fantástica, sublime. Es por eso que la lectura principal de esa película, aparte de la reconciliación padre-hijo, es la de demostrarnos cómo el arte nace mintiendo. Cualquier forma de imitar a la realidad surge, por el simple hecho de imitarla, como una mentira, como Platón planteaba. Y es cierto; las historias no se cuentan porque sí, siempre tienen una tendencia, un objetivo, un mensaje, una propaganda que establece “cómo” deben contarse.
aquel Edward Bloom de la película, confesó que todo lo que había vivido no eran más fantasías narradas con esa mística que engancha, por más inverosimilitud que tenga. “Cambiar al mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía… ¡Es justicia!”.
Las historias transforman. Hay historias buenas, que nada de daño hacen, porque sabemos que son fantasía; hay otras que mitifican, que destruyen conciencias y sirven de instrumentos de poder. Hay que saber diferenciarlas, como el ijote, quien, en sus últimos momentos de vida al lado de su escudero y demás amigos, como
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El discurso del amor: SueĂąo en otro idioma por Vanessa Vargas
Cine: Discurso del amor: Sueño en otro idioma, Vanessa Vargas «En el principio, una mujer pájaro se enamoró del primer hombre que caminaba sobre la tierra. Como no hablaban la misma lengua, no podían consumar su amor. La mujer pájaro decidió enseñarle a hablar en zikril. De esa unión nacimos todos nosotros…»[2]
S
ueño en otro idioma[1] es una historia sobre los puentes que construimos para relacionarnos con el mundo y para conectarnos con las personas que nos conmueven, es decir, es una historia donde el protagonista es el lenguaje. Todo inicia cuando un joven lingüista está investigando la lengua zikril y viaja a la selva veracruzana donde habitan los últimos dos hablantes, de e dad avanzada, para descubrir que llevan más de cincuenta años sin dirigirse la palabra. Esto no detiene al lingüista y persiste hasta el cansancio, ya que su principal propósito es registrar la lengua para aprenderla, comprenderla y reproducirla, evitando así que desaparezca y con ella toda una cosmovisión única en el mundo. Sin embargo, a lo largo de la trama, se va descubriendo que la comunicación implica mucho más que simplemente cruzar palabras. El zikril fue un idioma especialmente diseñado para esta película, y al igual
que cualquier otra lengua, nos muestra que la esencia humana está ligada completamente al lenguaje, pues a través de él expresamos conceptos con los que concebimos al mundo y la manera en que nuestra mente se relaciona con las demás. Esto se vuelve más interesante aún si se trata de lenguas milenarias, pues cada una refleja una auténtica manera de establecer su identidad, su historia, la manera de llevar a cabo la fe y el amor a la vida. Por ejemplo, en la película, el zikril es el idioma con el que el ser humano y la naturaleza se comunican: el lenguaje que rompe la barrera entre especies y le da fuerza a un discurso que expresa que todos los seres venimos del mismo lugar y al morir ahí es a donde retornamos. [1] Sueño en otro idioma, México 2017. Dir. Ernesto Contreras [2] Fragmento de la narración de “Sueño en otro idioma”
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Cine: Discurso del amor: Sueño en otro idioma, Vanessa Vargas
Zikril es el idioma con el que el ser humano y la naturaleza se comunican el
A pesar de que la película se titula Sueño en Otro Idioma, cabe resaltar que idioma y lenguaje es diferente, puesto que el lenguaje se media con la capacidad que tiene cada ser humano para crear, expresar y reproducir ideas, sentimientos y emociones, siendo así una construcción que va más allá de los signos que conforman un idioma y que representa también una manera de ser colectiva. Como mencionaba anteriormente, los pueblos originarios tienen su propia historia y su propia visión del mundo, y ésta se refleja a través de la palabra: como el Huichol, que con su devoción al sol y colores vivos expresan una búsqueda constante de la sanación; el Nahuatl que refleja una inmaculada concepción de la poesía y el canto, y en este caso, si hablamos del zikril, nos damos cuenta por la película de que es un idioma que surge a raíz de actos de amor, no sólo en su origen a través de la mujer pájaro, sino también en la misma anécdota de Isauro y Evaristo, los protagonistas de la historia.
En definitiva, el tema de la diversidad y conciencia lingüística es un asunto que nos comp ete a to dos como hablantes de uno o más idiomas, puesto que genera empatía, plantea realidades distintas y ofrece una resistencia ante una globalización que nos va sesgando poco a poco de que tomemos en cuenta lo que nos hace ser humanos, porque bien lo decía Miguel León-Portilla, cuando muere una lengua, cuando deja de ser un canal que nos conecta con los otros y el mundo, la humanidad se empobrece.
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por Sergio H. GarcĂa
Música: Coctel Resistencia, lo nuevo de La Burundanga, Sergio H. García
C
octel Resistencia es el tercer tema del álbum Resurrección de La Burundanga, grupo de Ska originario de la ciudad de Tepic. El álbum fue presentado el día 27 de junio del 2019. Esta obra cuenta con siete temas de Ska con distintas combinaciones y “eclectismos” con otros géneros como el Punk, Swing, Rock, etc. En cuanto a la instrumentación, La Burundanga cuenta con una pequeña sección de metales integrada por trompeta, saxofón y trombón de vara; guitarra eléctrica, bajo (por algunas notas graves podemos adivinar que es un bajo de 5 cuerdas), batería que se refuerza con otras percusiones, teclados y voz. Hablando específicamente de Coctel Resistencia, se pueden decir muchas cosas: que es el tema más enérgico del material, que se notan las influencias de bandas de Rock/Punk españolas como lo sería Ska-P tanto en la melodía de la voz, el ritmo y los matices guitarrísticos. Pero sin duda, lo mejor de él es la textura que le brindan los cambios: las oscilaciones de ritmo, los silencios, los cambios semánticos de cómo hacer música; los matices (en general) son un gran recurso usado por La Burundanga, que le da textura al tema, haciéndolo muy agradable para el escucha. Sobre la lírica de Coctel Resistencia, esta es una oda a los amigos de la escena musical, de los bares, de las cuerdas, baquetas y boquillas. La letra se nutre de nombres de muchas bandas (T.A.N.G, Coyote, Calaka, Acorazados, y No Tiene La Vaca, por mencionar algunos evidentes ejemplos) y en base a estos se crean los versos y una trama cuya finalidad es, justamente, la idea del disco: Resistir y Recordar. Página 49
Música: Coctel Resistencia, lo nuevo de La Burundanga, Sergio H. García En cuanto a la estructura, la canción inicia con una serie de 4 compases de batería en 4/4, con un ritmo completamente rockero, para pasar en el quinto compás a una melodía ascendente de los metales que le brinda un “punch” de energía, siempre sumándole energía a la batería y al bajo. Le sigue el primer y segundo verso para pasar al precoro que enciende la mecha de la dinamita, más se enfría al caer en el tercer verso que, como juego de serpientes y escaleras, nos regresa a la chispa encendida del precoro, que líricamente no es igual que el anterior, existe una ligera variación en la letra (algo que hace mucho el compositor de La Burundanga que le brinda una sensación de aires frescos) y explota, entonces el coro es la felicidad de la nostalgia de volver a ver a los viejos amigos, todos tocan, todos suenan arriba, entre las nubes. Después, la boca de la
letra se nutre de nombres de muchas bandas”
“La
serpiente, el descenso de la parte del puente, un ritmo más pausado, con mayor emoción contenida, generando tensión al escucha que termina con la cola de la serpiente; el silencio… y en el segundo verso del puente estacatos y el crescendo de la batería nos recata de esa tensión, de
la cola de la serpiente, del silencio y nos lleva de nuevo al coro lo más alto: la euforia. Existe un silencio después de esto, pero nada puede vencer a la euforia ya generada e inmediatamente vuelven arriba para irnos juntos al siguiente tema. Coctel Resistencia es el tema ombligo del último álbum de La Burundanga, un tema cargado de energía y fuerza, para los amigos, las historias, las nostalgias y las luchas. Un tema que nos recuerda que aunque muchos ya no están y aunque te digan que no vale la pena luchar, siempre habrá luchas, siempre habrá aliados y amigos. ¡e buen coctel!
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