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Parsival Castro, educando para la paz.
from Sadhana #41
Por: Gustavo Plaza
Cuando conoces a Parsival jamás te imaginas que tiene 72 años… Su energía, sus pocas arrugas, su mirada limpia, pero más que nada su jovialidad y ligereza al andar, despistan. A simple vista nada delata su edad. Parsival es un hombre sencillo y humilde, de habla pausada, tranquila. Cuando entablas un diálogo con él te das cuenta desde el primer momento que hay temas que lo apasionan: La paz, la música, la filosofía, el arte. Sus conversaciones están cargadas de estas palabras y de su ilusión por transmitir esa misma pasión a sus alumnos y allegados.
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Arquitecto de profesión, filósofo, historiador y educador de vocación, Parsival lleva 50 años en la docencia, totalmente volcado en su querido República de Francia.
Visitamos su institución para saber un poco acerca de su obra: Un colegio con un enfoque integral.
Parsival qué gusto estar aquí contigo. Cuéntanos un poco acerca de tu colegio.
Esta institución fue fundada como Colegio República de Francia en 1956 por mis padres. En el año 1998 yo me hago cargo del colegio. Siempre hubo una apertura y dirección hacia una educación de paz. El objetivo era trabajar por el bienestar individual y colectivo de la humanidad, así como el logro de la paz mundial.
Yo aún doy clases, y a pesar de yo ser arquitecto, la materia que doy es filosofía y no matemáticas como se pudiera pensar.
¿Cuál fue tu inspiración para que el colegio República de Francia sea lo que es en la actualidad?
La obra de este colegio está inspirada en los escritos del escritor y astrólogo francés Serge Reynaud de la Ferrièr, quien proponía la unión la ciencia, el arte, la filosofía y la didáctica. Por eso todos los salones están llenos de cuadros, pues los colores son un lenguaje tan importante como el lenguaje que viene del sonido, o el lenguaje del movimiento en la danza; incluso el timbre que marca los cambios de hora es la 8va Sinfonía de Schubert y en los recreos se escucha por altoparlantes música clásica. occidentales, destacándose por un espíritu de integración y de síntesis.
Y como muchas personas aquí en Guayaquil, fui un autodidacta. Mi desarrollo se dio por medio de la documentación por libros. Es ahí cuando aprendo que, así como el Macrocosmo (Gran Universo) registra todas las leyes de la naturaleza con la ayuda de los planetas, el Microcosmo (pequeño universo, ser humano) rige las leyes orgánicas con la ayuda de las glándulas endocrinas. Y comencé a practicar los ejercicios psicofísicos del yoga, que abarcan un
Se trata de llegar a una síntesis entre la ciencia y el arte, pues la ciencia desarrolla la parte racional del cerebro y el arte desarrolla la parte intuitiva, creativa y emocional. Y la pregunta es ¿cuánto aporta nuestro sistema educativo a la racionalidad y a la creatividad? Una sociedad que se educa sólo en la razón le falta la comprensión del sentido de la felicidad.
¿Cómo es un día normal aquí?
Los chicos tienen todas las materias que son requeridas por el Ministerio de Educación, las del pénsum corriente: Matemáticas, Estudios Sociales, Ciencias, Lengua y Literatura, Educación Física, Inglés, etc. Adicionalmente tienen Filosofía desde pequeños (cabe recalcar que la materia no es “historia de la filosofía”, sino filosofía como tal), Yoga, Arte, Danza, Música.
Este no es un colegio de santos, pero sí de sanos. Es una institución de gente sana.
Sabemos que el yoga ha sido una parte importante de tu vida. ¿Cómo llegó el yoga a ti?
El yoga llegó de una forma muy sencilla. Yo no tengo formación académica en ese ámbito, pero fue a través de los libros de La Ferrièr que yo descubrí esta ciencia del yoga. Llevo ya 50 años practicándola…
El Dr. Serge Raynaud de la Ferrière, trabajo de control, tanto sobre el organismo como sobre la consciencia.
¿Cómo integras esta ciencia en lo que haces en tu día a día, en la educación?
El yoga en la educación es una propuesta para la construcción de una sociedad de paz. En medio de todo este mundo de agresividad, una propuesta de no violencia entre los niños y jóvenes es una urgencia, una necesidad. Pero el yoga no debe ir solo, debe ser enseñado junto a las ciencias (matemáticas, biología, estudios sociales, etc.) y el arte.
El que los estudiantes, desde la escuela, aprendan a pensar, que se cuestionen, se hagan preguntas y las debatan, es parte de nuestra meta. Que no estén solamente “de paso” por el planeta, que se den cuenta de su conciencia y su inconsciencia, que se pregunten por qué están aquí… fundador de la Gran Fraternidad Universal (GFU), se caracterizó por su interés en las diversas disciplinas del saber, tanto filosóficas, científicas, artísticas, de culturas ancestrales como de las contemporáneas, empleando para ello fuentes orientales y
En cada una de nuestras clases los alumnos se toman una o dos pausas con momentos de silencio, luego cantan una escala musical, y silencio nuevamente. Esto reinicia su sistema nervioso, además que les permite aprender mejor.
Aquí tenemos una Orquesta de Cámara, todos nuestros alumnos son músicos, todos hacen arte, es obligatorio. Las clases “normales” son hasta el mediodía, después de eso este colegio se transforma en un conservatorio y escuela de bellas artes.
El yoga es parte esencial del día a día. Los chicos tienen clases de hatha yoga y meditación desde temprana edad. En cada una de las horas de clase incluso se hacen varias pausas para reforzar la calma y la absorción de conocimiento: El profesor a cargo les da la orden a los alumnos de dejar de hacer lo que estén haciendo, ellos cierran los ojos, se concentran en su respiración, cantan una escala musical, vuelven a concentrarse en la respiración, y acto seguido, la clase continúa.
¿Qué es lo que tú en todos estos años como educador has podido observar de diferente cuando se educa por la paz?
Hay mucha cordialidad entre los alumnos, no se ven las peleas y los malos modos que hay en otros lugares. No se ve la agresividad a la que estamos acostumbrados, lo que pensamos que es normal. Los estudiantes son buenos, y eso se nota.
Asimismo, en este momento tenemos 20 chicos que están Francia estudiando música, y que practican yoga allá también, son nuestro orgullo.
Es más, uno de nuestros ex-alumnos es el director de la orquesta más importante de Estrasburgo. Estuve hace poco con ellos en Europa, realizamos una linda práctica liderada por el director de orquesta. Imagínate a toda una orquesta haciendo yoga guiados por su director… fue muy bonito.
Testimonio de Eunice, alumna del Colegio República de Francia, 17 años
Antes yo estaba en otro colegio, y la verdad es que el cambio fue bueno. Este es un colegio diferente, aquí hay mucha música y puedo tocar lo que me gusta, que es el harpa.
Aquí también comencé a hacer yoga, lo practicamos todos los días, y esto me ha ayudado mucho a forjar mi personalidad, me ha dado dirección. He cambiado muchos aspectos de mi vida gracias al yoga, lo veo más que nada en mi actitud. Por ejemplo, hay situaciones en la vida en las que me provocaba simplemente reaccionar, por lo general de forma un poco agresiva, pero ya tengo integrado en mí ciertos conocimientos entonces lo que hago es respirar tres veces de forma suave y consciente, y todo cambia. No actúo impulsivamente, sino que pienso antes de actuar.
El yoga también me ha ayudado a tocar mejor el harpa, a ser más creativa. Yo a esto que hago lo llamo la “técnica del harpa libre”, que es meditar, hacer ciertas posturas mientras toco el harpa. Respiro, medito, y toco. Generalmente después de estas sesiones compongo música y escribo, me inspira mucho.