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Andrea Ruperti " el arte en sus manos"

Todos nacemos con un don artístico. ¡Estoy segura de eso! Algunos lo desarrollan muy tempranamente, otros lo descubren tarde; muchos lo tienen, pero no lo comparten. Gracias a Dios, miles hacen de su arte su modo de vida y lo difunden en el mundo. A veces, solo con ver a una persona sabes que hace algo especial de su vida. Es impresionante cómo lo que comunicas con tu imagen habla mucho más de ti que tus propias palabras.

La belleza natural de Andrea Ruperti hace que hagas una pausa visual donde estés. Pocas son las pistas perceptibles que te indican que lleva más de diez años siendo artista del maquillaje profesional. El impacto visual que causan su melena rojiza y pecas disimuladas es impecable y a la vez cálido. Y es que, por muchos años nos programaron con la idea de que la mujer tiene que adornarse extra para agradar y satisfacer la vista de otros. Tres reinados en su hermosa Bahía de Caráquez tomaron para que Andrea supere las expectativas de una sociedad pequeñita que le pedía una belleza perfecta. Nos cuenta que hacerlo para otros le traía mucha soledad, pero cuando lo hacía para ella misma sentía un poder especial, ya al “arreglarse” tapaba una de sus debilidades: la timidez.

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Al graduarse, sus padres la enviaron a Quito. “Yo no sabía cómo manejarme porque venía de una ciudad chiquita donde me cuidaba todo el mundo”. Intimidada, decide entonces mudarse con familiares a Guayaquil en donde empezó a trabajar en una entidad bancaria en un cargo que requería estar al 100% con su imagen y con una jefa inflexible que “¡hasta me peinaba!” La necesidad de buscar herramientas que aseveren su personalidad hacia clientes y superiores la llevan a aceptar una limpieza facial de regalo y esta despertó su total conexión con el área de la belleza. Sus estudios de cosmetología le presentaron el arte del maquillaje profesional, donde Andrea decidió desarrollarse y expresarse plenamente.

Disfrutó inmensamente todos los cursos y masterclasses dentro y fuera del país, los cuales afirmaron su pasión por “servir” a otros y ser canal para apoyar a otras mujeres a despertar su belleza y atributos interiores por medio de realzar sus mejores atributos externos.

Andrea se caracteriza por tener un carácter dulce pero muy firme. Su empatía hacia sus colegas profesionales y sus insaciables ansias de aprender día a día la han convertido en un referente de máxima calidad en su área. Hace 2 años, su pasión por su “arte en las manos” la llevó a buscar subir el nivel de percepción de la carrera del maquillaje de artesanal a titulación profesional gracias a la gran gestión de la reconocida maquilladora profesional Cuty Ycaza en Guayaquil.

“Para mí, maquillar es hacer terapia, es un servicio de cariño y alma. Amo con toda la locura y pasión el sentimiento que provoca mi arte en mis clientes.” Con el apoyo de su esposo y motivada por el nacimiento de Adolfo, su hijo, Andrea abre su propia escuela de maquillaje profesional. Aunque es considerada una de las ramas de la belleza con más competencia, no se detuvo ante los obstáculos buscando sin descanso el objetivo de impartir la titulación de maquillaje profesional en Pichincha. Esa misma pasión y generosidad profesional, suya y de varios colegas maquilladores, es la que la han llevado finalmente a fundar el Gremio de Maquilladores de Pichincha. “Tener una titulación de maquilladora asegura a tus clientes tu profesionalismo, técnica y la capacitación superior que requiere una actividad que estará a cargo de tu imagen personal”. El título es tu mejor herramienta de trabajo, empodera al profesional de la belleza, deja la informalidad y te da un aval académico profesional. Por otro lado, te asegurará mejores oportunidades en el medio.

Nuestros mal concebidos estándares y conceptos de “producción” de la belleza nos llevan a creer que mientras más capas nos ponemos de maquillaje, peinado y ropa, mejor cubriremos nuestras inseguridades sobre nuestro físico; cuando, en realidad, lo que necesitamos hacer es encontrar más profesionales, como Andrea Ruperti, que actúen como canal para amalgamar y potenciar nuestros mejores atributos internos y externos.

Fotografía: César Farías Producción y estilismo: Isabel Avilés Asistente de producción: Cinthia Marín Locación: Andrea Ruperti Make Up Studio

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