REVISTA
noviembre 2017, EDICIÓN 009
SENTIDOS Familia:
APRENDIENDO A VIVIR JUNTOS
CUENTOS QUE SANAN TESTIMONIOS QUE SANAN CIENCIA Y SENTIDO
SENTIDOS FAMILIA
“APRENDIENDO A VIVIR JUNTOS”
ÍNDICE
01 02 03 05 07 09 11 13
Reflexionemos.
El corazón poético.
Cuentos que sanan
“Padre e hijo”.
Testimonios que sanan
“Las bodas de aluminio”.
“La célula - familia”.
“Salir del nido”.
Frases con sentido.
Especial:
“La familia, el sistema del que venimos”.
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Ciencia y Sentido “El suicidio en la familia”.
Especial: La autoridad de los padres.
“La familia, origen del sentido de la vida”.
Películas recomendadas.
“La familia”.
Programa del SELF del logoterapeuta: proceso existencial.
Agradecimientos.
Novedades DAU.
¿Qué es
una familia?
Vivimos en tiempos de cambio, donde todas
parece imposible construir relaciones sólidas? Considero que la actitud más sabia es siempre la contemplación de los hechos y la comprensión de lo que nos está sucediendo. Si dejamos de lado el cambio en las formas podemos notar que aún los valores que constituyen a una familia se mantienen vigentes a pesar de los cambios, sin importar la manera en que se componga esta unidad, las personas incluidas en ella siguen buscando solidaridad, comprensión, afinidad, compartir sus existencias y vivencias, apoyarse Hoy en día existen parejas que deciden no tener a pesar de todos los cambios que plantee la hijos y convivir juntas, jóvenes que deciden modernidad. Quizá no en con la idea de quedarse mudarse juntos por el gusto de saborear la juntas para siempre o con la aspiración de tener independencia, parejas de un mismo género que desean tener la posibilidad de construir una familia. Familias que se reconstruyen a partir de otras que se disgregaron. La tasa de divorcios está en aumento y la búsqueda del hogar con hijos y empleos fijos está siendo sustituida por la búsqueda de experiencias diversas, ya se traten de relaciones, viajes o empleos. las estructuras o ideas preestablecidas son cuestionadas por la realidad. La imagen clásica de familia ya no encaja con lo que encontramos, y eso a muchos los trae conflictuados e incluso molestos. ¿Por qué? Básicamente porque no pueden adaptarse a los cambios, sufren al ver que sus antiguos ideales ya no coinciden con lo que ven en su día a día, o incluso, en la manera en que se va desenvolviendo su propia vida.
Todo parece volverse inestable y en constante cambio en esta sociedad que nos toca vivir, y que magistralmente fue bautizada como ‘modernidad líquida’ por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman. ¿Qué hacer? ¿Qué postura tomar? ¿Cómo rescatar la figura de la familia en medio de esta modernidad liquida en la que
¿Cómo rescatar la figura de la familia en medio de esta modernidad liquida en la que parece imposible construir relaciones sólidas?
1.
SENTIDOS
una descendencia, pero si con el deseo de sentirse parte de algo, el tiempo que esto sea posible.
Aunando tanto lo bueno del pasado, como las nuevas búsquedas que nos propone el presente, y finalmente, elevar el valor de la familia, a Me gusta pensar que todo cambio obedece a una lo que es en el fondo nuestra gran familia: la necesidad del organismo social de evolucionar humanidad entera y la tierra que a manera de hacia una nueva forma de experiencia. Al madre nos alberga y alimenta a todos cada día. mismo tiempo, que la modernidad nos plantea problemas nos propone nuevos valores, como Somos fruto del vínculo y la separación es sólo una son la independencia frente a la dependencia, el ilusión más de nuestra mente. Atrevámonos a ver autoconocimiento frente a la necesidad de guías, familia en cualquiera que se nos ponga al frente. la comprensión frente a los prejuicios, el individuo frente a la masa, la libertad frente a la seguridad. Creo fundamental replantearnos nuestra Lic. Humberto Briceño Cabezas concepción de familia, y más allá de las formas (Psicólogo – Psicoterapeuta) que pueda tomar esta, captar la esencia de esta. Jefe del Área de Asistencia Psicopedagógica en DAU-Escuela de Vida
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El Corazón
Poético A MI FAMILIA (Anónimo-Puerto Rico)
Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad.
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SENTIDOS
Unidos
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Cuentos que Sanan
Padre e Hijo Un día, un padre estaba trabajando y su hijo llegó y le preguntó: – “Papá, ¿Te puedo hacer una pregunta? El papá respondió: – “Sí, hijo ¿Cuál es tu pregunta?” El hijo contestó: – “¿Cuánto ganas de dinero al día?” El padre furioso y molestó contestó: – “Eso no es de tu interés, ¿Por qué preguntas algo así?” El hijo respondió: – “Yo solo quería saber, por favor dime ahora ¿Cuánto?” El papa replicó: –” Ganó 500 monedas al día” El niño con sus manos en la cabeza entonces dijo: – “Papá por favor ¿Podrías prestarme 300 monedas? El papá enfatizo enojado: – “Si la única razón por la que me preguntaste cuánto dinero ganaba al día para prestarte un poco para algún juguete o algo sin sentido, entonces consíguelo por tus méritos propios, ve a dormir ¡Por favor!”
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El padre pensó, porque su hijo era tan insensible, trabajo cada día para que se comporte de esa manera. El pequeño chico caminó lentamente hacía su cuarto y cerró la puerta. El hombre se sentó y empezó a reflexionar, y empezó a ponerse un poco más iracundo y molesto por las preguntas del niño. Pensó: – “¿Por qué hace ese tipo de preguntas, solo se interesa por mi dinero? Después de una hora o más, el hombre ya un poco más calmado de nuevo empezó a reflexionar tuvo pensamiento corto sobre su hijo y la familia. Entonces de nuevo reflexiono: – “Quizás él realmente necesita las 300 monedas y además no pregunta tan seguido por mi dinero” El hombre fue a la habitación del pequeño y triste niño y abrió la puerta. Susurró el padre: – “Hijo, ¿Éstas durmiendo?” El pequeño chico en un tono silencioso contestó: –” No papá, aquí estoy despierto”
SENTIDOS El padre de familia mencionó a su hijo: – “Yo estaba pensando sobre lo que me habías dicho, y quizás fui un poco duro contigo, ha sido un largo día, aquí tienes las 300 monedas por las cual me habías pedido” Entonces el pequeño saltó de la cama y con una sonrisa en el rostro dijo: – “¡Gracias Papá, eres lo máximo!” Entonces su papá notó que bajó las almohadas tenía algo de dinero y empezó a enojarse de nuevo.
El pequeño contó el dinero cuidadosamente. De nuevo el papá ya algo irritado le dijo: – “¿Por qué querías dinero si ya tenías algo guardado?” Entonces el pequeño contestó: – “Papá, ahora ya tengo las 500 monedas. ¿Puedo comprar un día contigo de tu tiempo?, por favor ven mañana temprano. Me gustaría tomar el desayuno contigo” El papá estaba sorprendido con su hijo, y se fundieron en un gran abrazo. Autor: Anónimo
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Testimonios que Sanan
La bodas de aluminio Teresa y Édgar estaban a punto de cumplir diez
no lograba convencer a Teresa, que prefería ir años de casados, aniversario que se conoce al cine (“Aborrezco los picnics”, acostumbraba decir). Cada uno ponía de su lado a uno de los como “bodas de aluminio”. chicos y, al final, paseaban por separado. Al Tenían mucho que celebrar, en especial haber terminar el día regresaban tristes y aburridos construido una familia agradable y tranquila con por no haber estado juntos. dos hijos, Jaime y Azucena, de nueve y ocho años de edad.Todos se querían bien, pero casi Cuando se acercaba la fecha del aniversario siempre discutían por asuntos menores, como planearon hacer una fiesta para celebrarlo. “Ya el color de la alfombra, lo que se iba a preparar sé —dijo Teresa—, podemos organizar un gran de comer o las actividades de los domingos: a baile con toda la familia.” Édgar la miró con veces Édgar quería ir de día de campo, pero disgusto y opinó: “Bien sabes que a mí nunca me ha gustado bailar y que tampoco me agrada
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SENTIDOS
tu familia. Mejor podemos hacer una excursión al Bosque de los Cedros”. “¡Qué horror! —opinó Teresa—, me choca caminar. Y, además, estoy segura de que nadie querría acompañarnos.” “¿Y a quién van a invitar?”, preguntó Azucena. “Al tío Marcos no, porque cuenta unos chistes muy pelados”, opinó Édgar. “A la tía Imelda menos, porque come más de la cuenta”, dijo Teresa. Y así repasaron a más de cien personas, entre las cuales sólo quedaron diez… “Bueno, ¿y qué les vamos a dar de comer?”, quiso saber Jaime. “Tamales”, opinó papá. “Bocadillos”, propuso mamá. “Nuggets de pollo”, recomendó Azucena. Cuando cada uno mencionaba su antojo, los demás ponían cara de asco. “¿Y la música?”, preguntó la niña… Cada miembro de la familia sugirió un ritmo diferente y las opciones de música en vivo, discos o el radio. “Yo no soportaré el ruido —se quejó Jaime—, me iré a dormir a casa de mis abuelos, al fin ya vimos que no podemos invitarlos a la fiesta porque están viejitos…” El mes que antecedió a la fiesta transcurrió entre discusiones sobre los preparativos, la ropa, los gastos, los adornos de la casa. Ya parecía más bien una competencia para ver quién se salía con la suya. “¡Ya no te aguanto, mujer!”, gritó un día Édgar. “Ni yo a ti”, le respondió Teresa. “Para que se acabe todo este lío mejor no hagamos nada”, sugirieron los chicos. El día del aniversario, todos estaban muy mustios viendo la televisión y ya iban a empezar a discutir sobre cuál canal debían sintonizar cuando Jaime les dijo: “Calma, vamos a pasar a la mesa”. Los otros tres lo miraron con asombro, pero lo obedecieron y cuando se sentaron descubrieron en sus platos unos plátanos que el chico había comprado en la tiendita, envueltos en papel aluminio. “Este aniversario no podía pasar en blanco —les dijo Jaime—, y si queremos celebrar otros diez años juntos tenemos que aprender a ser más flexibles y a conocernos mejor.” Los plátanos estaban verdes… pero todos se los comieron sin chistar.
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La Célula
Familiar Artículo de Lic. Rodrigo Bravo Ruiz Alumno de Formación en Logoterapia y Análisis Existencial XII
El
filósofo griego Anaxágoras (500 a. C.) postulaba, en la línea de la moderna física cuántica que, si una partícula es perturbada, dicha perturbación repercutiría en el universo entero por tratarse de una parte fragmentaria del “cuerpo cósmico”, concibiendo con ello una relación de integralidad y correspondencia entre micro y macro. Aquello dice mucho sobre la relación cualitativa entre la parte y el todo, lo que nos orienta entre otras cosas a apreciar los diversos niveles relacionales que se dan en la naturaleza, con cierto criterio de integralidad. En el marco de la interacción familiarcomunitaria solemos emplear expresiones como “célula familia”, lo cual trae a colación lo anteriormente expuesto; la célula familia es el elemento base para la conformación del gigantesco cuerpo social, el cual establece sus respectivos caracteres axiológicos, psicológicos y demás, en correspondencia con la célula originaria que lo cimienta, a saber, la familia y en primera instancia el individuo; nuestra conclusión primaria es, que al ser la familia la base de la sociedad,su constitución cualitativa será la clave para la adecuada estructuración del vecindario, la ciudad, el país, y en última instancia del mundo entero. El Dr. Enric Corbera, fundador de la Bioneuroemoción, postula que la salud del individuo y la de su entorno familiar son aspectos eminentemente correspondientes, como la parte en relación al todo. Muchas veces, refiere Corvera, una afección nerviosa, psíquica, o somática presente en un individuo, es el efecto de una suerte de “transferencia energética” recibida por parte de algún otro miembro de su clan familiar, el cual seguramente dejó pendiente la resolución de algún conflicto personal. Dicha eventualidad inconclusa quedaría registrada en
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su árbol genealógico, esperando poder liberar su contenido a través de algún otro miembro o rama del árbol. De ahí, dice Corbera, la importancia de no dejar inconcluso ningún dilema, conflicto, fobia, o cualquier situación que menoscabe la salud emocional y anímica de la persona, por respeto a sí mismo, y por poner en práctica una suerte de profilaxis colectiva, basada en la premisa de ser mejor para los demás. Desde la logoterapia podemos tomar algunas de estas consideraciones para gestar una actitud y un compromiso que sustente un obrar positivo y progresista en nuestro entorno familiar, en donde los proyectos conjuntos muchas veces adolecen de una mirada profunda al interior del núcleo afectivo, y en donde la comunicación se ve amenazada por la absorción del individuo en las profundidades del solipsismo tecnológico. Es parte de nuestra labor preventiva contribuir con el resarcimiento axiológico del individuo y su entorno, por medio de diversos programas de acompañamiento y asistencia personal y grupal, pero, sobre todo, nuestra lucha debe extenderse hasta el ámbito educativo, ya que la educación es la mejor estrategia preventiva, y la logoterapia puede constituirse como un eje transversal en las diferentes instancias formativas del hombre y su comunidad. Para introducir en nuestros hogares un modelo funcional de cultura preventiva, debemos fomentar el diálogo y el encuentro interpersonal, donde la persona sea puesta al centro de todo interés, y cuando hablamos de la persona nos referimos al ser humano detrás del rol que desempeña en el grupo; no apuntamos al estudiante, al proveedor, al amo o ama de casa; debemos intentar visualizar al individuo
SENTIDOS y dirigirnos explícitamente a él. Si carecemos de los medios para poder establecer las pautas para dicho diálogo, podemos buscar la asistencia de un profesional, consejero o logoterapeuta que nos ayude a cimentar aquella plataforma comunicacional, donde las personas puedan dirigirse las unas a las otras de manera fenomenológica, sin categorías ni escalafones. La idea es que tanto los padres como los hijos puedan hallar dentro de su propio hogar, el espacio adecuado para manifestar sus inquietudes, temores, afanes, fantasías e incluso expiar sus culpas sin temor a ser sancionados, rechazados, o juzgados. Los padres deben procurar que sus hijos sientan que pueden ser ellos mismos frente a ellos, y que no se vean tentados a buscar fuera de casa la posibilidad de expresarse con total libertad y soltura.
La fórmula parece ser bastante elemental; si como individuos procuramos vivenciar y reproducir valores, y no sólo pregonarlos demagógicamente, nuestro entorno captará la autenticidad de nuestros actos y se nutrirá gozosamente de ellos, lo cual servirá de inspiración para otros núcleos familiares con los cuales hemos de configurar la sociedad y el estado. Así como una piedra perturba la quietud de un charco de agua del centro hasta las orillas, del mismo modo, todo aquello que gestamos a nivel personal incidirá ineludiblemente en el espejo de nuestras relaciones, y de tal condición debitaremos nuestro aporte al sistema social que tantas veces criticamos, pero que muy pocas veces asumimos como el reflejo de nuestra propia conducta.
Atrevámonos a ser el prototipo de nuestras propias utopías.
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Salir del
Nido
Siempre se habla del “síndrome del nido vacío”, ese cuadro que pueden experimentar las madres o padres que sufren la partida de sus hijos cuando llegan a la edad en que deciden independizarse. Sin embargo, debido al creciente aumento de jóvenes y adultos jóvenes (18-29 años aprox.) que deciden independizarse de sus padres, también se debería hablar del síndrome, o al menos, del fenómeno vital que constituye “salir del nido”. Mudarse de la casa de los padres, es algo cada vez más común, y los motivos por los cuales las personas deciden esto ya no son los mismos motivos de antes, al menos, aquí en Perú, ya que, como mencionó mi propia madre al comunicarle mi decisión de mudarme, ‘los jóvenes sólo salían de la casa de sus padres al casarse y para hacer su propia familia’. Hoy en día, ser autosuficientes y tener un espacio propio, es motivo suficiente para querer dejar la protección del nido. La imagen más clara que se me viene es la de un ave que quiere aprender a volar. Sin embargo, aprender a volar, es también aprender a aterrizar. Como los jóvenes aprenden a reconstruir un nuevo espacio material y de estabilidad en esta aventura es uno de los principales retos. Es por eso que, en su gran mayoría, deciden convivir con amigos que están pasando por el mismo proceso, los llamados “roomates”, con los cuales comparten gastos, espacios comunes y tiempo, y con los cuales tienen que aprender a comunicarse, ya que es muy distinto verse con un amigo para salir o encontrarse a hacer un trabajo que para convivir todos los días y resolver las dificultades del día a día juntos. Muchas veces las mismas dificultades para relacionarse con los padres se proyectan en estos nuevos compañeros, y
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se termina mudando no sólo la persona sino también el malestar, el cual se perpetúa si no hay una toma de consciencia sobre estos temas. Los jóvenes que se independizan tienen que aprender a darse ellos mismos todo lo que sus padres les daban, esto si quieren que su experiencia sea real. Es por ello que muchos de ellos, sufren al darse cuenta que lo que hacían sus padres por ellos era mucho más de lo que esperaban. Reorganizar sus actividades para contemplar el hecho que son ellos los que tienen que mantener el orden de la casa, llenar la despensa con alimentos para la semana, contar con tiempo para cocinarse si no quieren pasar toda la semana gastando en menús y desean ahorrar para pagar el alquiler de su departamento que les permite disfrutar de su añorada independencia. Contrario a la creencia, creo que en su gran mayoría los jóvenes si extrañan a sus padres, gran parte del proceso de transición es aceptar su ausencia en el día a día, es por eso que las visitas a la casa de los papás al inicio son muy frecuentes, buscando en ellas una dosis de aquello que ya no tienen. De igual forma, como es ampliamente conocido, lo padres tienen que reorganizar sus vidas, ya que una pieza fundamental de ellas, ya no está en casa; debido a ello comienzan a estar más pendientes de la salud, la alimentación y la vida laboral del hijo, haciendo llamadas constantes y exigiendo también una mayor comunicación de parte de ellos. La sensación de quiebre, ausencia y soledad se vive, pues, en ambas partes.
¿Por qué, entonces, vale la pena vivir esta experiencia de ‘salir del nido’? Por parte de los jóvenes, más allá de la libertad a la que aspiran a vivir desde el nido de sus padres, les espera la posibilidad de llegar a ser adultos en el sentido pleno de la palabra: hacerse responsables por sus vidas y poder entablar vínculos más horizontales y maduros con sus padres y familiares. De igual modo, reestructurar su personalidad de acuerdo a sus
SENTIDOS propias exigencias, ya no siendo moldeado desde condicionamientos y obligaciones impuestas, sino desde una autentico autoexploración y autodescubrimiento en contacto directo con la realidad y sus contradicciones. Por parte de los padres, la posibilidad de reestructurar su sentido vital; es cierto, que la salida de los hijos involucra una crisis en la mayoría de las veces, pero esta crisis es el elemento necesario para retomar proyectos de vida que pueden haberse dejado de lado, o postergado por la crianza de los hijos. Para la familia, en general, la posibilidad de tener una perspectiva distinta de los vínculos, tomar distancia de los posibles malestares o dificultades para comunicarse, propios de personas que han pasado todas sus vidas conviviendo.
incluyendo mis relaciones laborales y hasta sentimentales, donde puedo decir que me relaciono hoy en día más desde una actitud de compartir que desde una necesidad de protección y dependencia afectiva, Que si sentía muy presente en la época en que vivía con mis padres. De igual forma, el darme cuenta que también se pueden construir vínculos de ayuda e intimidad con una persona que no necesariamente es tu pareja o un familiar, me ha hecho cambiar mi forma de pensar sobre lo que es la amistad y la familia, donde empieza una y donde acaba la otra.
Finalmente, creo que es fundamental, analizar desde la psicología social este fenómeno colectivo, más nuevo para nosotros, los peruanos, que para otros países y culturas. El estudio de Para la sociedad, la posibilidad de albergar los miles de casos permitirá un mejor abordaje una nueva generación de jóvenes menos de las problemáticas familiares, de pareja o dependientes de sus padres, dispuestos a individuales que pudieran surgir, o ya están contribuir de forma más real al crecimiento, surgiendo, debido a estas nuevas tendencias equilibrio y saneamiento de la comunidad. Vivir en los estilos de vida de los jóvenes de hoy. fuera de la burbuja de la casa de los padres, es entrar en contacto con la gran burbuja de la sociedad y volverse elementos activos en Lic. Humberto Briceño Cabezas su transformación, los jóvenes independientes (Psicólogo – Psicoterapeuta) son más conscientes de lo que ocurre a su Jefe del Área de Asistencia Psicopedagógica alrededor y pueden ser, como colectividad, un en DAU-Escuela de Vida eje de renovación en la sociedad.
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Salir de la casa de mis padres, me ha permitido, aunque suene irónico, retomar la relación con mis padres. Desde que tengo mi propio espacio, cada vez que paso tiempo con ellos, siento que es tiempo de calidad, puedo ayudarlos con sus temas y, a la vez, siento mayor libertad para hablarles de los míos. Creo que uno de los momentos más gratificantes ha sido poder invitarlos a mi propia casa a compartir un almuerzo. Siento que los roles en algunos casos se han invertido y por momentos me doy la libertad de cuidarlos. Asumir mi independencia como un tema fundamental en mi crecimiento, ha repercutido en todas las facetas de mi vida,
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Frases con “El vínculo que te une a una verdadera familia no es de sangre, sino de respeto y alegría por la vida de otro” Autor: Richard Bach.
Con la familia sucede como con las cosas bellas, que tienen más brillo cuando son imperfectas que cuando son acabadas” Autor: Duque de la Rochefoucauld.
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“¿Qué puedes hac la paz mundial? Ve fami
Autor: Madre Tere
“A veces el hombre sus hijos la here
Autor: Ruth
Sentido
cer para promover e a casa y ama a tu ilia”
esa de Calcuta.
e más pobre deja a encia más rica”.
h E. Renkel
SENTIDOS
“No podemos romper los vínculos familiares. A veces se estiran un poco pero nunca se rompen” Autor: Marquise de Sévigné.
“Mi padre me dio el regalo más grande que cualquier persona puede dar a otra persona, él creyó en mí” Autor: Jim Valvano
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Espe
La Familia, el que ve Vamos buscando en cada momento, algo que
necesitamos en esta vida, muchos dicen que es un vacío que queremos llenar, otros que es el amor; realmente nos andamos buscando en medio de un mundo donde el ego refleja más felicidad que la felicidad misma.
enfermedades hereditarias; el inconsciente en la familia, del que habla Jung y luego lo toma también Hellingher y otros, nos deja ver que entre el mismo amor familiar tendemos a excluir en momentos a los miembros de la familia; sin embargo, no vemos
El primer vinculo de amor es la familia, del amor la “exclusión” llega al punto en que la persona que vemos o no vemos dé nuestros padres, se puede dañar o querer llenar un vacío con lo tendemos a imitar o a decir “no quiero cualquier cosa, como un exceso de drogas, una relación así”; en tanto a la vida, vamos desarrollando un camino en el cual negarse al amor que recibes de ellos es negarte a ti mismo. El amor, es amor, y su forma de cómo es, nos retumba a pensar que más es un amor condicionado lo que vemos como felicidad. El amor es aceptar que las personas son como son, incluyendo a tu familia; porque, todo es un principio de causalidad, todo ocurre para aprender y entre ellos nuestro vínculo con la familia nos sigue no solo como reflejo sino como vínculo de relación. En ocasiones los mismos secretos familiares dañan a cada miembro, pero se vuelven secretos para que ocurra un equilibrio, entre comillas, positivo por guardarlo. Lo que se oculta tiende a salir a la luz, lo que se guarda en silencio, la otra generación lo grita en el cuerpo como una representación de amor ciego, inclusive a veces en repetir las
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SENTIDOS
ecial
l sistema del enimos sino, ser alguien que debe seguir los sueños de su familia. “El fruto nunca cae lejos del árbol”Hellingher. En tanto a nosotros aceptamos el amor ciego de seguir lo que nos toca sin ver más allá; la apertura de este mundo es ir más allá de un equilibrio, honrar y mirar nuestros ancestros, tomar consciencia de dónde vengo; ver mis errores y ver si esto lo hizo algún familiar mío. En la familia vemos como se forma nuestra conciencia entre la dualidad de ver lo que es bueno o malo, la expiación y el excluir traspasa en ocasiones nuestro mismo ser, la culpa se convierte en una fuerza creadora de malestar de enfermedades y penas que vamos cargando como un tramo generacional que tienen que ser pagadas, con la fuerza del perdonar nuestra carga, el amor que vamos dando, honrando y aceptando de que nuestra vida es como es; mas no como quisiéramos; en el paso de aceptar viene la forma de avanzar; dejar de mirar con pena o cólera a nuestro sistema familiar ayuda a conciliar una forma de un avanzar del amor. El amor del que vayas siendo consciente en tu vida, el perdonar, el sentir y no cerrarte, ayuda a que todo tu sistema contribuya a que seas mejor persona. La vida, la consciencia no nos da las cosas cuando quieras, eso es el ego; nos las da cuando las necesitamos.
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lujuria y otros fomentos del ego, en vez de su autenticidad en búsqueda del amor; sin embargo, no ven la vida, son cegados por un mundo más material donde lo único que importa es complacer sus sentidos. sin ver su ser; rellenar los mandatos familiares y en ocasiones no ser uno mismo, ahí es donde la misma identidad de la persona se ve condicionada en ser una identidad heredada o esperada y deja de ser en muchos casos una persona independiente,
MBA. Hector Pajares Hinostroza Licenciado en Psicologia y Coach
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Ciencia y Sentido
El Suicidio en la Familia Siempre es sorprendente el suicidio, lo es para todas las personas involucradas afectivamente con quien comete suicidio. Por lo general, es difícil prever un acto suicida, por muchas medidas que se tomen, siempre existe la posibilidad de que suceda y ello llena de un profundo malestar a las familias. Son muchas las preguntas e inquietudes que surgen a partir de ello, lo que se hizo, lo que no se hizo, lo que se dijo, lo que no se dijo, giran obsesivamente en el ambiente familiar y suscitan sentimientos de muy difícil verbalización. Todos se preguntan si el suicidio es una expresión de una enfermedad individual o si es una expresión de una disfuncionalidad familiar; es difícil no sentirse en algún sentido responsable por la muerte por suicidio de un ser querido. Las tasas de suicidio en el mundo han aumentado de forma notoria y sobre todo en personas jóvenes, lo cual deja una estela de dolor en un amplio espectro de personas que se relacionan con el suicida. Las familias son directamente afectadas, así como los amigos, conocidos y sin duda los médicos tratantes, de manera que en los familiares de personas que han cometido suicidio aumenta el riesgo de sufrir trastornos de ansiedad y depresión, según Shaffer. El suicidio, por lo general, es un fenómeno de difícil elaboración, por cuanto sucede de una manera repentina, inesperada, que interpela a los sobrevivientes de muchas maneras y socialmente. es inaceptable en la mayoría de las culturas. Es vivido en la familia como un verdadero ataque a su equilibrio, que afecta la estructura y la organización. Cada suicidio afecta siempre a un grupo de personas amplio y genera sentimientos de abandono que suscitan preguntas de reclamo y recriminación, como: ¿por qué me ha hecho esto
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a mí?; sentimientos de culpa que cuestionan la participación personal: ¿podría haber hecho algo para evitarlo?; sentimientos de vergüenza que despiertan ansiedades paranoides: ¿qué pensarán de nosotros, de nuestra familia, de mí, las demás personas?; sentimientos de estigma que victimizan el entorno familiar: ¿seremos una familia maldita, tenemos alguna maldición?; y sentimientos autodestructivos. Pero, sobre todo, el impacto del suicidio en la familia pone en evidencia la inutilidad y la invalidez de la epistemología personal y familiar para entender y comprender ese acto, como lo expone Antón. Uno de los aspectos más complejos del fenómeno del suicidio en la familia es que con frecuencia se convierte en un secreto familiar, como lo expresa Pincus. Adicionalmente, el secreto se transforma en un consenso compartido, cuya naturaleza adquiere la dimensión de un tema tabú, no dialogable, ni conversable, lo que es preciso ocultar a los otros que no forman parte de la familia. Este aspecto se confirma en la apreciación de Cain23, para quien el suicida deposita muchas incertidumbres y todos sus secretos en los sobrevivientes, y de alguna forma los sentencia a afrontar sentimientos angustiosos y negativos que los obsesiona con la culpa, la probable responsabilidad y la posibilidad de haber contribuido a precipitar el acto suicida. Se cierne sobre el colectivo familiar, en términos de Quinland, un estigma que posiciona al grupo en la categoría de gente rara, insana; algo les sucede que no es normal, porque un hijo, el padre o cualquier otro miembro se suicidó. Para Pérez, la muerte por suicidio genera una más intensa estigmatización, con más frecuencia sentimientos de culpa, muy pocos deseos de hablar sobre la muerte y fuertes
SENTIDOS
cuestionamientos en relación con lo que se pudo o se debió hacer. De entrada, el suicidio genera una respuesta de rechazo, debido a la fuerte calificación como acto contra natura para la mayoría de las creencias religiosas que las personas practican. Se supone que el colectivo social hace muchas cosas para preservar y prolongar la vida (sistemas de salud, prácticas religiosas, legislación del Estado, etc.). El hecho de que alguien decida finalizar su proceso vital no parece ser aceptable para la mayoría de las personas y ello genera siempre una mirada moral sobre el suicida y su familia. El estigma del suicidio incorpora el juicio moral sobre el suicida, pero, especialmente, sobre quienes lo sobreviven y fueron cercanos a él. La recriminación más frecuente está en el orden de la culpabilización por los posibles actos y omisiones que se produjeron para impedir que tal hecho sucediera, y no solo involucra a los deudos actuales del fallecido, sino que tiene implicaciones transgeneracionales que
se proyectan en el futuro de la vida familiar y en cada una de las existencias individuales de sus componentes. En algún sentido, cargan con el fantasma de un muerto que pesa sobre su identidad como la evidencia de un daño o falla que en ˜ algunas formas comparten como miembros del mismo colectivo familiar. El suicidio frente a cualquier otro tipo de muerte tiene la particularidad de que no solo trae, como toda muerte, el sentimiento de pérdida, sino que, más allá de ello, ya de por sí doloroso, incorpora en la vida de las personas sentimientos de vergüenza, miedo, rechazo, enfado y culpa. Porque, en algún sentido, genera en los deudos pensamientos relacionados con su papel real o imaginario a la hora de haber precipitado o haber fracasado en evitar el suicidio, ello hace que por lo general el duelo en la muerte por suicidio
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sea más intenso y dure más tiempo, aunque no necesariamente sea así siempre. La vergüenza es uno de los sentimientos más intensos que genera el suicidio de una persona en quienes lo sobreviven en su familia. Este sentimiento de lo vergonzante del suicidio, sobre todo es activado por las proyecciones que la familia realiza como mecanismo de defensa ante la incomprensibilidad de la muerte por suicidio y sobre todo si la mirada hacia el suicidio tiene un componente moral pecaminoso. La mirada de los otros que no forman parte de la familia se torna cuestionadora y recriminadora en la imaginación y fantasía de los deudos. Entonces, los temores de que nadie volverá a hablarles, de que los criticarán, de que en algún modo tienen una responsabilidad, de que algo no hicieron bien, de que no merecen compasión, de que son una familia rara, de que tienen una tara, de que son locos, de que si uno lo hizo de pronto todos los demás miembros de la familia lo pueden hacer, suscita la vergüenza de ser portadores de una semilla de muerte. No es infrecuente que surjan conflictos familiares de mutuas recriminaciones y dolorosos enfrentamientos. Lo vergonzante también suscita una actitud de querer esconder los hechos, las circunstancias del suicidio, y se establecen acuerdos tácitos y contundentes de silencio que vedan el tema con propios y extraños. De esta manera, se inicia un camino hacia la ocultación de la verdad, hacia la fabricación de un secreto familiar. El sentimiento de culpa es quizá uno de los más dolorosos para
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los sobrevivientes. Con frecuencia asumen que en alguna medida tienen una culpa más allá de la responsabilidad. El sentimiento lacerante y corrosivo de que debían o pudieron haber hecho algo para evitar la muerte y no lo hicieron es vivido como una pesada carga. Se intensifica más aún la culpa cuando entre el suicida y algún miembro de la familia o el resto de la familia existía algún conflicto vigente. La imposibilidad de la resolución exacerba de manera cáustica el dolor. La culpa es un sentimiento normal después de cualquier muerte; no obstante, en el caso del suicidio puede exacerbarse de una manera intensa y es posible que quienes han sufrido la muerte de un ser querido por suicidio sientan culpa con más facilidad y, como consecuencia, se propicien conductas límite que los impulsen a buscar castigos o consecuencias francamente lesivas. Sin embargo, otros pueden optar, en lugar de asumir la culpa, por proyectarla sobre otros, culpar a otros; de esta manera pueden contener la angustia de su propia culpa. Adicionalmente, conectada a la culpa suele presentarse un fuerte sentimiento de rabia, enfado por el hecho de sentirse víctimas de un acto extremadamente agresivo por parte del suicida que los deja con todas las preguntas, incógnitas e incertidumbres sobre su decisión. A su vez, un sentimiento de lesión narcisista que afecta la autoestima también puede instaurarse, puesto que el suicidio transmite para los deudos, de manera
SENTIDOS contundente (así no sea cierto), la idea de que no fueron capaces de contener al suicida, de que no supieron actuar. También, nos encontraremos con sentimientos de temor premonitorio en los deudos, expresado en el miedo a la amenaza interna de ser víctima de los propios impulsos autodestructivos. Cuando los suicidas son padres, los hijos pueden sentirse invadidos por el sentimiento de un sino fatal, una trágica predestinación que los vincula con el suicidio como un destino, máxime cuando se une el temor de portar un estigma genético. Con lo expuesto, no es difícil entender que el pensamiento sufra también la incursión de distorsiones. El dolor, la culpa, la vergüenza, el temor, contaminan el pensar, no permiten ni la claridad, ni la lucidez.
su naturaleza secreta, se torna en un fenómeno no pensable, ni conversable, que se encapsula como un quiste emocional que se sostiene por medio de la negativa a pedir ayuda, del aislamiento familiar, de la actitud familiar de auto estigmatizarse y de victimización.
Se convierte en uno de esos duelos enquistados que permanecerán silentes durante mucho tiempo y que, en un contexto determinado, en el futuro, podrán ligarse con sintomatologías Los deudos necesitan visualizar el inesperadas y aparentemente inexplicables. comportamiento suicida como otra cosa, un accidente, algo inesperado, algo repentino, un fenómeno natural, etc., que permita restar Fragmento de: Garciandía I., José. importancia al acto decisorio y, de ese modo, (Familia, suicidio y duelo) aliviar el dolor. Desde este pensamiento Colombiana de Psiquiatría Bogotá, distorsionado se comienzan a tejer historias, D.C., Colombia. verdaderos mitos familiares relacionados con la muerte del suicida que relatan historias ajenas a la realidad de los hechos.
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En un principio pueden ser útiles cuando son de corto plazo; sin embargo, cuando perduran, se organizan como verdaderas novelas familiares, cuya finalidad es el ocultamiento a generaciones venideras de un acontecimiento que se torna finalmente en un secreto. A partir de
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Espe
La Autoridad d la Disciplin
La educación sin culp Experiencial en
Muchos
padres tienen miedo de establecer límites y de estructurar a sus hijos cuando fracasan. Sin embargo, los niños y los jóvenes necesitan sentir que sus padres son la autoridad, compitiendo con ellos para estimular su participación en los momentos de indecisión y de abandono, haciéndolos personas progresivamente autónomas y autores de elecciones viables. La logoeducación y la logoterapia familiar tiene como fin despertar a la capacidad de decidir y actuar con responsabilidad ante los desafíos que la vida ocasiona, incluso cuando la familia disfuncional. Las relaciones familiares y los vínculos se pueden potenciar
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LAS COMPETENCIAS, EL SUFRIMIENTO Y LA RESILIENCIA FAMILIAR El miedo a vivir la realidad familiar conduce frecuentemente al bloqueo, transitorio o persistente, de las relaciones internas de la familia o de su contacto con la vida exterior. En la relación conyugal, el tiempo de atención y de compartir es a menudo sustituido por otro tipo de tareas o de solicitudes. Hay, incluso, formas sutiles de valorar otros papeles y funciones, con el pretexto de la sobreocupación y la relevancia prioritaria que se les atribuye. Los momentos efectivos de interacción con los
ecial
SENTIDOS
de los Padres y na Positiva
pa y la comunicación ntre los Padres hijos son también, a menudo, preteridos por otros trabajos llamados a ser, curiosamente, considerados esenciales para el bienestar de la familia. Por su parte, también la conyugalidad y la parentalidad pueden chocar y perjudicar entre sí. Las fronteras entre los papeles de cónyuges y de padres son a menudo tenues o confusas y desencadenan cíclicamente momentos de malestar, conflictos y sufrimientos culpables. ¿Qué sentido tiene este estilo de vida familiar que desencadena niveles crecientes de ansiedad, de angustia y de sufrimiento? ¿Cómo tratar explícitamente con la culpabilidad sentida por no tener el tiempo suficiente, de disponibilidad y de compartir, para probar que las personas de la familia son realmente especiales? Las buenas prácticas, con muchos y variados “atajos legítimos”, nos conducen a un cambio de actitud frente a lo que es esencial y que tiene genuinamente valor en sí mismo en esta problemática. Proponemos que esta búsqueda de congruencia entre lo que realmente hacemos y lo que deberíamos haber hecho, nos movilice hacia una actitud generadora de comportamientos resilientes: tratar de forma especial, con la atención de verdaderos profesionales de las relaciones, las personas y las situaciones que son o deben ser inspeccionados. Todo ello presupone un esfuerzo continuado de aproximación de los discursos elocuentes y de las buenas prácticas, que concuerdan con la necesidad urgente de perfeccionar la calidad de la escucha, la acogida y la dedicación al detalle relacional, que sea capaz de distinguir y referenciar cada demostración genuina de afecto. El efecto será ciertamente niveles de (auto) protección y de soporte emocional más logrados,
fundamentalmente en los momentos en que las situaciones difíciles de ser asumidas o soportadas nos desafían a ser profundamente creativos.
DIFERENTES PERFILES COMUNICACIONALES PARENTALES Todos los individuos tienen formas más o menos estables de comunicar, pudiendo considerar que hay varios estilos de comunicación. Cuando un padre suele decir a los demás todo lo que piensa, en un tono de sus palabras en su interlocutor, entonces su estilo de comunicación es predominantemente agresivo. Si cuando habla intenta evitar conflictos a toda costa, tiene miedo de molestar a los hijos, deja que abusen de sí y, difícilmente dice no cuando le piden algo, porque quiere agradar a todos, su estilo es pasivo. Por otro lado, el estilo comunicacional será predominantemente manipulador si habla a los hijos por medias palabras, es especialista en rumores, presentándose siempre lleno de buenas intenciones, empleando a menudo el “nosotros” y no el “yo”. Si es capaz de defender sus derechos e intereses y de expresar sus sentimientos, pensamientos y necesidades de forma abierta, directa y honesta, está abierto al compromiso y negociación, acepta que los demás piensen de forma diferente de sí y no dejan que el mismo y en el caso de que se trate de un estilo de comunicación asertivo. El aprendizaje del comportamiento asertivo será así una prioridad en las relaciones interpersonales en general y obviamente las relaciones padres-hijos en particular. Así,
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en el proceso de educación, conquistarán progresivamente el respeto de los hijos y sentirán una renovada autoestima como padres. Todos los padres tienen formas más o menos estables de comunicarse. En este sentido, podremos considerar que existen varios estilos comunicacionales parentales. De forma sintética, podemos afirmar que, cuando los padres habitualmente dicen a los hijos todo lo que piensan, en un tono de las palabras de su interlocutor, entonces su estilo de comunicación es predominantemente agresivo.
LAS COMPETENCIAS, EL SUFRIMIENTO Y LA RESILIENCIA FAMILIAR El miedo a vivir la realidad familiar conduce frecuentemente al bloqueo, transitorio o persistente, de las relaciones internas de la familia o de su contacto con la vida exterior. En la relación conyugal, el tiempo de atención y de compartir es a menudo sustituido por otro tipo de tareas o de solicitudes. Hay, incluso, formas sutiles de valorar otros papeles y funciones, con el pretexto de la sobreocupación y la relevancia prioritaria que se les atribuye. Los momentos efectivos de interacción con los hijos son también, a menudo, preteridos por otros trabajos llamados a ser, curiosamente, considerados esenciales para el bienestar de la familia. Por su parte, también la conyugalidad y la parentalidad pueden chocar y perjudicar entre sí. Las fronteras entre los papeles de cónyuges y de padres son a menudo tenues o confusas y desencadenan cíclicamente momentos de malestar, conflictos y sufrimientos culpables.
“La felicidad no es una posada a lo largo del camino, sino una manera de caminar por la vida. “ Viktor Frankl
resilientes: tratar de forma especial, con la atención de verdaderos profesionales de las relaciones, las personas y las situaciones que son o deben ser inspeccionados. Todo ello presupone un esfuerzo continuado de aproximación de los discursos elocuentes y de las buenas prácticas, que concuerdan con la necesidad urgente de perfeccionar la calidad de la escucha, la acogida y la dedicación al detalle relacional, que sea capaz de distinguir y referenciar cada demostración genuina de afecto. El efecto será ciertamente niveles de (auto) protección y de soporte emocional más logrados, fundamentalmente en los momentos en que las situaciones difíciles de ser asumidas o soportadas nos desafían a ser profundamente creativos.
La educación sin culpa y la disciplina positiva tendrá de promover la formación parental, ¿Qué sentido tiene este estilo de vida familiar que planificando programas como el STEP, logrando desencadena niveles crecientes de ansiedad, a construcción de puentes entre sus miembros de angustia y de sufrimiento? ¿Cómo tratar de la familia. La autoridad de los padres y explícitamente con la culpabilidad sentida por las rabietas infantiles son testigos familiares no tener el tiempo suficiente, de disponibilidad loogoeducativos y logoterapéuticos, volviéndose y de compartir, para probar que las personas cada vez más desarrolladas. Viviremos juntos de la familia son realmente especiales? Las volviendo los padres con experiencias cercanas buenas prácticas, con muchos y variados por causa de sus hijos, con recursos y apoyos “atajos legítimos”, nos conducen a un cambio específicos y fundamentalmente compartiendo de actitud frente a lo que es esencial y que experiencias de disciplina positiva. tiene genuinamente valor en sí mismo en esta problemática. Proponemos que esta búsqueda Dr. Júlio Pereira de Sousa de congruencia entre lo que realmente hacemos clinicamente2021@gmail.com y lo que deberíamos haber hecho, nos movilice hacia una actitud generadora de comportamientos
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Desarrollar Habilidades Sociales Positivas
SENTIDOS
Enseñe a sus hijos sobre emociones y empatía. Aprenda a disfrutar de la vida y no ser uno de los pasantes que sólo se sienten a la vida pasar. Aunque todos presentamos estos diferentes estilos de comunicación en diferentes situaciones, el ideal es que en nuestra relación con otros predomine la asertividad. El comportamiento asertivo se puede aprender. Por eso, a medida que los padres actúen de forma asertiva, verán conquistando progresivamente el respeto de los hijos y vendrá renovada su autoestima. Si la conducta inapropiada no es muy seria, la mejor reacción es ignorarla completamente. Para no obtener resultados, es importante no prestar ningún tipo de atención al mal.
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La Familia fu
Sentido de Cuán importante resulta para cada persona,
tener en cuenta, que hay una relación entre el estilo de apego que ha tenido con los cuidadores primarios y el estilo de conexión interpersonal adulta. Es a partir del estilo de vínculo construido que la persona encuentra o no sentido a su vida. Tomar conciencia de esta realidad es saludable porque facilita la vida, se solucionan los inconvenientes a la hora de esclarecer cuál es la motivación que favorece o impide a la persona establecer nuevas relaciones sanas y duraderas. Savater dice que: El aprendizaje familiar tiene pues como trasfondo el más eficaz de los instrumentos de coacción: la amenaza de perder el cariño de aquellos seres sin los que uno no sabe aún cómo sobrevivir. Desde la más tierna infancia, la principal motivación de nuestras actitudes sociales no es el deseo de ser amado (pese a que éste tanto nos condiciona también) ni tampoco el ansia de amar (que sólo nos seduce en nuestros mejores momentos) sino el miedo a dejar de ser amado por quienes más cuentan para nosotros en cada momento de la vida, los padres al principio, los compañeros luego, amantes más tarde, conciudadanos, colegas, hijos, nietos... hasta las enfermeras del asilo o figuras equivalentes en la última etapa de la existencia. El afán de poder, de notoriedad y sobre todo de dinero no son más que paliativos sobrecogidos y anhelosos contra la incertidumbre del amor, intentos de protegernos frente al desamparo en que su eventual pérdida nos sumiría (Savater, Fernando. (1997). Por tanto, el sistema de apego (entendido como la dinámica de las relaciones entre personas) o las interacciones con los padres le da forma a la expresión de las predisposiciones biológicas. El objetivo del apego es la búsqueda
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y el mantenimiento de la proximidad en momentos de amenaza de cara a conseguir SEGURIDAD, CONSUELO Y PROTECCIÓN. El apego es un sistema innato del cerebro que evolucionó para dar seguridad a la persona. Por lo tanto el niño buscará la proximidad del progenitor, recurrirá a él/ella como refugio seguro cuando sienta malestar para ser consolado e internalizará la relación con el progenitor como un modelo interno de base segura. El tipo de apego que el infante arma con el cuidador/a va a ser luego internalizado como un esquema mental, generado por experiencias repetidas.
uente del
SENTIDOS
la Vida Experiencias que van a ser codificadas en la memoria del niño (John Bowlby (1950). Según se establezcan estos vínculos, se configurarán: Los patrones de conexión interpersonal en el adulto donde están las formas de autorregulación y los patrones de autocuidado. Nuestros conceptos sobre el mundo y cobre nosotros mismos se generan en estas primeras relaciones, así como las sensaciones de SEGURIDAD BÁSICA, ANGUSTIA Y ANSIEDAD. Por eso afirmaba Goethe que da más fuerza saberse amado que saberse fuerte: la certeza del amor, cuando existe, nos hace invulnerables. Es
en el nido familiar, cuando éste funciona con la debida eficacia, donde uno paladea por primera y quizá última vez la sensación reconfortante de esta invulnerabilidad. Por eso los niños felices nunca se restablecen totalmente de su infancia y aspiran durante el resto de su vida a recobrar como sea su fugaz divinidad originaria. Aunque no lo logren ya jamás de modo perfecto, ese impulso inicial les infunde una confianza en el vínculo humano que ninguna desgracia futura puede completamente borrar, lo mismo que nada en otras formas de socialización consigue sustituirlo satisfactoriamente cuando no existió en su día. (Savater, Fernando. (1997). Este vínculo de apego continuará en el adulto al interiorizarse un estilo de regulación emocional determinado. Con interacciones repetidas entre el niño y el cuidador, se establecen patrones de relación con uno mismo y con los otros. Este apego se arma en una sincronización mutua, donde la madre a un nivel inconsciente e intuitivo REGULA constantemente los niveles de activación de su hijo y de sus estados emocionales. Percibe las necesidades de su hijo y las interpreta para calmarlo. Ello es posible por una sincronización neuronal de ambos cerebros. Por ejemplo: si un bebé de dos meses siente hambre, incapaz de procurarse alimento por sí mismo, estalla en ese llanto desconsolado y descontrolado propio de los recién nacidos. Su madre acude, lo toma en brazos y le dice: “tienes hambre, ¿verdad? Ahora mismo te doy la leche”. Luego lo amamanta o le da el biberón y el pequeño se tranquiliza. Siempre es el mismo esquema: me siento mal (frío, hambre, miedo…), lloro, mamá acude y me da lo que necesito. Con la repetición de este ciclo, el niño aprende: a tolerar la espera: confianza en la madre para cubrir sus necesidades, no necesidad de satisfacción.
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La mamá le presta “su hemisferio derecho” al bebé. Así el bebé junto a la madre podrá desarrollar el sentido de que el mundo es seguro (madre decodifica señales y lo calma). El niño se siente contenido y entendido (aprende a tolerar la espera). Aprenderá a auto apaciguarse, porque lo experimentó en las sucesivas interacciones con su madre. Podrá luego explorar con curiosidad el mundo y aprender porque se sabe seguro. Hay que tener en cuenta que para lograr esto no tiene que ser la familia siempre
perfecta porque no es posible. Un cierto grado de malestar es adaptativo, ya que, por medio de él, los niños aprenden a tolerar la frustración y a demorar la gratificación. El cuidador debe ayudar posteriormente al niño a recuperar el equilibrio. De este modo el niño, y en el futuro el adulto, aprende a mantener sus emociones dentro de lo que se ha denominado ventana de tolerancia que implica un nivel de activación adecuado para adaptarse a las situaciones y resolverlas de modo adecuado (Ogden, 2006). Si eso no sucede, deja huellas importantes a nivel cerebral. Si esta situación negativa se repite, el niño/a no aprende a confiar ni a esperar. El mundo es para sí un lugar inseguro y atemorizador. A partir de aquí el proceso de confianza será más lento, ya que necesitará comprobar una y otra vez que la relación es segura. Los padres cuya respuesta esté mediatizada por sus propios miedos y por experiencias emocionales negativas, condicionarán seriamente las capacidades de sus hijos a la hora de ser y sentirse capaces de afrontar la vida. Los tipos de apego según investigaciones de Mary Ainsworth (1978) son: Apego seguro/estable, apego evitativo/distante, apego inseguro/ansioso y apego desorganizado/ caótico. En algunas ocasiones en el acompañamiento a jóvenes y adultos, he realizado el papel de los cuidadores primarios, acompañándolos a interpretar las demandas del “bebé” ahora adulto, para que logren ver la infinidad de posibilidades adaptativas, seguras y positivas para su desarrollo emocional que ahora como adultos pueden elegir responsablemente y utilizar estos recursos para avanzar. En otras palabras: Vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás a punto de obrar porque El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física. (V. Frankl)
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María Antonia Macas Guamán (Docente)
Alumna de la Formación en Logoterapia y Análisis Existencial, Dau Escuela de Vida.
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inmediata y a tolerar la frustración: si por lo general el adulto está disponible, el nivel de frustración será controlado progresivamente (Siegel, Daniel, 2000).
Películas Recomendadas “Qué bello es vivir” (F.Capra, 1946)
“La habitación del hijo” (N. Moretti, 2001)
“Carnage” (R. Polanski, 2011)
“Yo soy Sam” (J. Nelson, 2002)
La
Familia
Aun cuando hay muchas definiciones respecto
a este tema, diremos que La familia es el núcleo compuesto por personas unidas por parentesco o relaciones de afecto, que comparten un proyecto de vida en común, donde se dan fuertes sentimientos de pertenencia y se establecen intensas relaciones de intimidad, afectividad, reciprocidad y dependencia, generando un compromiso personal entre cada uno sus miembros. Desde el punto de vista biológico de la reproducción de la especie y desde la perspectiva social de transmisión de la cultura, la familia constituye el eje central sobre el que gira el ciclo vital de las personas, podemos decir que nuestra existencia como individuos transcurre en gran parte en familia y que asegura la continuidad de la sociedad de generación en generación. La familia ha ido evolucionando en diferentes tipos y formas de convivencia y estructura, desde la etapa primitiva, matriarcal, patriarcal, hasta la familia moderna. Estos cambios se deben a múltiples factores como el feminismo, la apertura de la mujer al campo laboral, a estudiar y profesionalizarse, el acceso al divorcio, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, entre otros, lo que da lugar a diversos tipos de familia: extensas, nucleares, troncales, monoparentales, ensambladas, homoparentales, adoptivas, etc. La familia debe ser el mejor ambiente para satisfacer las necesidades básicas de los individuos como alimento, vestido, educación, salud etc. pero también las necesidades emocionales y espirituales que de forma resumida podríamos decir que son dos: amar y ser amado; confiar y que otros confíen en uno, marca la diferencia entre una vida plena y una existencia que no lo es. Sabemos que aun cuando se haya carecido de las necesidades básicas, pero se ha vivido la experiencia del amor y la confianza en la familia, esto favorece nuestra transformación en mejores seres humanos y poder enfrentar los retos de la vida. Una de las funciones más importantes de la familia es la socialización de sus miembros, siendo el
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primer núcleo social, donde se aprende a actuar respetando reglas, retrasar gratificaciones, mostrar aprobación o desaprobación, agrado o desagrado hacia las cosas y hacia los otros y a dar muestras de afecto. Es en la familia donde se aprende a amar, a ser generoso, honesto, solidario, donde se viven la cooperación, el cuidado por el otro, el respeto, la comunicación, la empatía, pero también se viven relaciones intensas, dramáticas, conflictivas, por lo que se aprende a negociar, a perdonar, a ceder, a ser tolerantes y compasivos. La familia evoluciona con el transcurso del tiempo, pasando por una serie de etapas diferentes, lo que se conoce como ciclo vital de la familia. En su desarrollo, se ve influenciada tanto por factores internos como externos que provienen de la intimidad de la familia y de la realidad sociocultural en la que se encuentra inmersa. Así hablamos de cinco etapas del ciclo vital de la familia como son: 1. El establecimiento de la familia: tiene que ver con la relación de pareja e inicio de la familia. 2. La llegada de los hijos
3. Etapa de estabilidad donde ya no hay más nacimientos, hay mayor autonomía de los hijos. 4. Familia en disminución: la independencia de los hijos. 5. El nido vacío: el reencuentro de la pareja
Cada una de estas etapas implican cambios, reajustes de convivencia y de roles, por lo que es importante establecer nuevos acuerdos y reglas de acuerdo al ciclo vital, ya que, si hay rigidez y resistencia al cambio, tarde o temprano se presentará un síntoma y el deterioro de las relaciones familiares. La familia es la única institución social que encontramos formalmente desarrollada en todas las sociedades, y su responsabilidad implícita en sus roles no debería ser relegada a terceras personas. Los padres deben asumir su misión
A los padres y adultos de las familias: tíos, abuelos... les corresponde transmitir valores, tradiciones, hablar de las raíces, del origen de cada familia, lo que fortalece la pertenencia que nos da sentido de identidad, el orgullo digno de “venir de...”. Así los hijos se saben importantes lo que genera un sentimiento de valía y de seguridad. La familia es un sistema de apoyo mutuo donde las relaciones afectivas son vitales para el desarrollo de los hijos, tanto en su personalidad, autoestima y competencia social; como a nivel intelectual. En la experiencia que tenemos en “Formación y Desarrollo Familiar A.C “ donde hemos implementado el Programa de “Onéami Escuela de Padres” durante 17 años y recientemente- los últimos tres años-, con apoyo del Instituto de Logoterapia y Tanatología, el de “Escuela de Padres e hijos LORETA” interviniendo a más de 80,000 padres de familia en el Estado de Chihuahua, México, nos hemos dado cuenta que en general los padres no cuentan con las herramientas necesarias para educar adecuadamente a sus hijos, datos que nos arrojan la medición de Indicadores de Parentalidad Positiva, lo que muchas veces los lleva a repetir métodos heredados usando la violencia para corregir conductas indeseables y
SENTIDOS dar mal ejemplo no porque lo deseen sino porque muchas veces no saben cómo enfrentar los nuevos retos a la hora de educar y acompañar a los hijos. Después de nuestra intervención que dura de 6 a 18 meses, los padres modifican actitudes negativas, aprenden pautas de crianza positiva, a mejorar procesos de comunicación y manifestación de emociones lo que lleva a fortalecer las relaciones familiares sintiéndose más seguros a la hora de educar. Ser padres es educar a los hijos para la vida, ya que los padres influyen de forma muy importante en el desarrollo y comportamiento de los hijos. Son los padres los que proponen con su acompañamiento y ejemplo pautas claras de conducta, modelos de vida, que por imitación y procesos de aprendizaje los hijos van asumiendo, aprendiendo a reflexionar y creciendo en libertad y responsabilidad ante la vida. El tipo de familia en la que nace y se cría un niño afecta significativamente a las creencias, valores, expectativas, roles, comportamientos, e interrelaciones que tendrá a lo largo de toda su vida.
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Blanca Isela Carrasco Loya (Directora)
Instituto de Logoterapia y Tanatología S.C. Cd Juárez Chihuahua, México 52-656-6290668 / 656-6290621 www.institutodelogoterapia.org www.escueladepadres.org
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de ser como faros orientadores de sus hijos para que vayan asumiendo su propia escala de valores. Cuando en la familia existe confianza y apertura, el trato entre sus miembros se da de forma natural y armónica en base a lo que cada uno es, a diferencia de las relaciones por ejemplo en el trabajo donde habitualmente se es reconocido por lo que se hace o se sabe.
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Proceso Existencial
El programa del self del Logoterapeuta En DAU nos preocupamos por brindar formaciones de calidad, es por ello que contamos con el Programa del Self del logoterapeuta, el cual permite trabajar y desarrollar la persona y calidad humana del alumno en formación a través de sesiones de consejería y psicoterapia, dadas por nuestro excelentísimo Staff de consejeros y logoterapeutas. A continuación, un esclarecedor texto, del Lic. Leonardo Galiano, Logoterapeuta y parte de nuestro valioso equipo en el programa.
El
Instituto Peruano de Logoterapia se encarga de brindar una formación de calidad, donde el contenido sistematizado permite una estructura académica de alto nivel; componente necesario para esculpir logoterapeutas. Además, es claro que una formación no sólo consta en repartir información para fomentar el desarrollo profesional, ya que hemos comprobado como la deformación personal de muchos psicoterapeutas se refleja en las deficientes competencias que poseen, que trae como consecuencia actos iatrogénicos en el ámbito clínico. Una formación también se trata de experimentar un significativo desarrollo personal, lo que equivale a transitar por una trans-formación. Esto sólo puede lograrse si atravesamos un proceso logoterapéutico en carne propia, ya que el sostenimiento de un espíritu aperturado propicia una psique flexible. Por eso es fundamental haber implementado el programa del self del logoterapeuta en esta reconocida institución, ya que permite que los alumnos conozcan de cerca cómo se aplica la
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logoterapia vivenciándola como pacientes, que trabajen aspectos personales para que estos no interfieran en sus posteriores procesos de acompañamiento, que afiancen sus potencialidades terapéuticas y que descubran nuevas habilidades personales. El acompañamiento logoterapéutico es una oportunidad de crecimiento emocional, social y existencial, donde se evidencia la predisposición que las personas poseen para explorar su biografía, para reconstruir sus contenidos, para descubrir y realizar posibilidades de sentido, para reinventarse a sí mismos destrabando ciertas restricciones, para cuestionar sus interacciones, para aceptarse y para volverse a elegir. Me gustaría decir muchas cosas sobre estas experiencias, pero me quedo sin palabras ante la magnitud de los recuerdos. Siento admiración por ellos, por su voluntad indetenible, y les agradezco a todos porque he aprendido algo valioso de cada uno de ustedes en estos enriquecedores y profundos procesos.
SENTIDOS ¿Cómo es el cambio en el proceso logoterapéutico? De hecho, es complicado aseverar en qué momentos ocurren cambios significativos teniendo en cuenta la concepción que se tiene del self en la logoterapia. La traducción concreta de self (selbst en alemán) es sí-mismo, que dentro de la psicología y la psicoterapia es concebido desde puntos de vista distintos. Para Jung, el sí-mismo es la base arquetípica de todo complejo yoico; la esencia integrada es la fuente unitaria de este self psíquico. Para Rogers, en sus años más experienciales, el sí-mismo es un dinamismo entramado a las vivencias corporales, una concepción que variaría con los años, sobre todo en su etapa final. Sin embargo, algunos rogerianos están seguros que la noción de sí-mismo es equivalente a la estructura del yo, pese a que este promotor del humanismo investigó y recalcó que en el proceso psicoterapéutico la persona sentía que las máscaras sociales se iban descascarando hasta llegar a una experiencia de sí-mismo más amplia, más dinámica, más flexible y más fluida; cuando Rogers afirma que nuestra percepción debe estar abierta a la experiencia en todos sus niveles, se refiere a que la experiencia no es exclusividad de la estructura yoica, ya que cuando no hay una concordancia entre esta identidad psicosocial y el self organísmico, surgen conflictos en la personalidad del sujeto; lo que llamó incongruencia. Para Frankl, el sí-mismo radica en la dimensión noológica del hombre, que hace referencia a la persona, más no a la personalidad que compete a la dimensión psicológica y biológica. El self espiritual, que podríamos traducir como ser si lo vemos desde la filosofía existencial, que sería en realidad un siendo, es una existencia en total dinamismo con su contexto; ese serahí que está siempre en devenir. Esto quiere decir, según Frankl (1998), que “el sí mismo realmente no “es”, sino que deviene. De manera que no podrá ser hasta que haya devenido, o
sea, cuando esté perfectamente acabado. Y no estará acabado hasta el momento de la muerte.” Este self espiritual es el que le compete a la logoterapia, pero a veces hay confusiones entre el esencialismo y el existencialismo, entre el es y el siendo. La idea de un self esencialista en la logoterapia es una lectura aristotélica de la idea de hombre de Frankl, que en realidad propone un self existencialista. Un self esencial se traduce compactamente en la frase de Ortega y Gasset (1957): “Camina lento, no te apresures que al único lugar a donde tienes que llegar es a ti mismo.” El self no es un lugar hacia donde hay que llegar; pensar al sí-mismo como una espacialidad, es reducir nuestra existencia a una inmanencia pasiva y ubicarla en lo imaginario. ¿Acaso nuestra esencia nos espera en un lugar? No se trata de llegar al ser, sino de llegar a ser. Esto quiere decir que el hombre es un ser abierto hacia sus posibles. El ser para-sí de Sartre (1943) postula que el hombre no es realidad, sino que es posibilidad, y que en esa falta de ser, desea ser. Al concluir ese deseo de ser, se vuelve a percatar que sigue abierto existencialmente, deseando nuevamente ser alguien más porque se falta. “El Posible es aquello de que está falto el Para-sí para ser sí-mismo.” La esencia humana no puede ser idéntica a sí misma, todo lo contrario, no puede coincidir consigo misma. “Nosotros corremos hacia nosotros mismos y somos, por ello, el ser que no puede nunca alcanzarse.” Es por eso que el self existencial jamás está definido, y por ende, jamás concluido; hay posibilidades para ser porque nunca somos en-sí alguien, sino alguien siempre por hacerse, y esa falta es la que nos permite poder-ser. Si estuviésemos concluidos, no habría posibilidad para ser. Lo inconcluso en nosotros es lo que nos hace desear concluirnos. El ser-humano siempre está concluyéndose sin nunca lograrse, hasta que se le acaba el tiempo. Nunca podemos acabarnos a nosotros mismos; sólo ya muertos nos acabamos. Por eso la muerte,
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según Heidegger (1927), “es la posibilidad de la imposibilidad de toda otra posibilidad.” El proceso para ser nunca está terminado hasta que se nos termina la vida. La existencia es posibilidades, y la muerte, cuando llega, es definitiva y nos imposibilita. Al morir, nuestras posibilidades concluyen para siempre. Frankl (1998) lo dice así: “En la muerte todo se ha vuelto inmóvil, no hay nada disponible, ya nada está a disposición del hombre.” Aceptar que nuestro morir es una posibilidad certera dentro de las demás posibilidades existentes, o como dice Heidegger, es la posibilidad más propia entre todas las posibilidades, debería hacernos responsables de nuestra vida, ¿pero lo hace? Si existir implica estar inmerso en oportunidades, entonces la vida es la gran oportunidad.
¿Pero la gran oportunidad para qué? A estas alturas preguntarnos si el self cambia en el proceso logoterapéutico resulta curioso, ya que sabemos que la persona cambia también fuera del consultorio, por el simple hecho de estar siendo. Y si vamos más a fondo, que la persona esté construyendo su realidad en relación con los demás, implica que en ningún
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momento deja de estar influido, y por ende, nunca será él mismo siempre, o vale decir, el si-mismo nunca sigue siendo lo mismo. Lo mismo sucede con la temporalidad. ¿El presente siempre está cambiando? ¿O es que esa extensión temporal es sólo una corriente en devenir? Y en este sentido, si ningún ser está excluido de la temporalidad, ¿cuál es la función del logoterapeuta entonces? Si independientemente de querer generar cambios en el consultante, este ya está cambiando por sí-mismo. Sin embargo, a pesar de que el ser humano siempre pueda cambiar, no siempre puede mejorar; cambiar no quiere decir cambiar necesariamente para bien. Madurar existencialmente y desarrollarnos como personas no sólo requiere ser libres para cambiarnos, sino también ser responsables para ser mejores, a pesar que la mejor versión de uno mismo nunca termine de alcanzarse. Esto puede percibirse como un factor inquietante para el lado de la angustia, pero también puede ser inquietante para el lado de la motivación. Podríamos verlo de esta singular forma: La función ontológica del hombre, esta disponibilidad de las posibilidades para ser, lo constituye noogénicamente; al apropiarse de la
SENTIDOS
La función del logoterapeuta consiste entonces en hacer consciente la función ontológica del consultante para propiciar su función axiológica. Que ese poder-ser cambiante sea responsable del sentido que atañe elegir la posibilidad que pro-mueva la mejor versión de sí-mismo. El self existencial es ese poder ser que puede convertirse en nuestro deber ser. Y digo puede, porque depende de nosotros convertirlo en un deber si lo elegimos responsablemente. De esta manera, el proceso logoterapéutico no sólo sería un proceso existencial, sino también ético. Esto constituye para Scheler (1913) una ética de los valores y del sentido que llamó responsabilidad moral. Esa consciencia del poder-ser y que al responsabilizarse se hace su deber-ser es lo que finalmente promueve la logoterapia, la consciencia y la responsabilidad, y no sólo ante sí-mismo, sino también ante los demás, con la comunidad. Esto debido a que el sentido no se encuentra en uno mismo, sino con los otros; no en la autorealización, sino en la co-realización. Y quizá
la evidencia de un cambio significativo en el proceso logoterapéutico, es cuando se sostiene este compromiso con nuestra existencia, tanto por parte del consultante como del logoterapeuta. De esta manera, se ha fundamentado que en la logoterapia no tendría que considerarse este self espiritual como un self esencial, sino más bien como un self existencial. La toma de consciencia sobre nuestras vidas y sobre quiénes queremos ser (quiénes podemos ser y quiénes debemos ser) nos invita a aceptar la ineludible responsabilidad de cómo nos estamos haciendo cargo de nosotros mismos para decidirnos en relación con los demás: La posibilidad que debemos cumplir para que nuestra existencia tenga el mayor sentido posible. Siempre hay sentido posible, ¿pero ¿cuál es el mayor de los sentidos en esos posibles? ¿Cuál es tu mejor sentido posible ahora? No hay que esperar a morir para pasar a mejor vida.
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Artículo de Lic. Leonardo Galiano Logoterapeuta en el IPL Psicoterapeuta humanista
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posibilidad con mayor sentido para sí, al hacerla suya como diría Jaspers (1968), se acentúa su función axiológica.
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Agradec
Queremos expresar nuestros má excelentes profesionales que hic presente
Lic. Leonardo Galiano
María Antonia Macas Guamán
•Logoterapeuta en DAU- Escuela de Vida •Psicoterapeuta Humanista
•Docente •Alumna de la Formación en Logoterapia y Análisis Existencial XII, Dau Escuela de Vida
Dr. Julio Pereira de Sousa
MBA Héctor Pajares
• Doctor en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca.
•Licenciado en Psicologia y Coach •Psicoterapeuta Gestalt y Sistémico
cimiento
ás sinceros agradecimientos a los cieron posible la realización de la e revista:
Lic. Humberto Briceño
Lic Rodrigo Bravo.
•Psicólogo clínico, Psicoterapeuta •Jefe del Área de Asistencia Psicopedagógica en DAUEscuela de Vida
•Docente e Ingeniero de Sonido. •Alumno de Formación en Logoterapia y Análisis Existencial XII.
Int. Ps André Casabona •Int. De Psicología del Instituto Peruano de Logoterapia.
Mtra. Blanca CarrascoCd Juárez Chihuahua) •Directora del Instituto de Logoterapia y Tanatología S.C.
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Recursos para manejar la ansiedad. Espiritualidad en el Mundo Laboral
INSTITUTO PERUANO DE LOGOTERAPIA VIKTOR FRANKL EN QUÉ PODEMOS ACOMPAÑARTE ?
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Encontrar el SENTIDO de tu sufrimiento
Orientación Vocacional
RESIGNIFICAR una situación del pasado dolorosa
Acompañarte en situaciones límites
RECUPERAR EL OPTIMISMO Mejorar tu AUTOESTIMA
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Mirar tu vacío y convertirlo en posibilidad Mejorar las relaciones familiares Trastornos Alimenticios
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FUNDACIÓN HUMANIZANDO ¿ QUÉ HACEMOS ? Llegar a contextos vulnerables con indicadores de deshumanización desarrollar una línea de capacitación de desarrollo de personas, acorde a la necesidad de la población. Colaborar en brindar servicios, asesorías, atención, donaciones, a la población en la cual se desarrolla la misión distintas actividades que allí se desarrollen. Medir el impacto que tiene la misión. Formar voluntarios como agentes de sensibilización y cambio.
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