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Equipos de trabajo o “camarillas”
SEGÚN UN ESTUDIO DE LA MULTINACIONAL DE EMPLEO CAREERBUILDER, EL 43% DE LOS EMPLEADOS SE SIENTEN MARGINADOS POR CIERTOS GRUPOS DE SU EMPRESA. ES MÁS, UN 11% DICEN VIVIR INTIMIDADOS, PORQUE SE RÍEN DE ELLOS, LOS BOICOTEAN, LOS EXCLUYEN O SE VEN OBLIGADOS A OCULTAR SUS IDEAS POLÍTICAS, RELIGIOSAS, OPCIÓN SEXUAL, ETC. APRENDA CÓMO EVITARLO.
POR Estrella Flores-Carretero, Coach y presidenta del Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes (IEIE) Los humanos somos así, formamos grupitos ya en el patio del colegio y seguimos haciendo lo mismo en el lugar de trabajo. Estamos predispuestos a identificar a individuos afines a nosotros y tendemos a agruparnos con ellos inmediatamente, a veces, en cuestión de minutos, en una fiesta, un evento de networking y también, claro, en la empresa. Esto es bueno porque nos brinda seguridad emocional, pero la diferencia entre un grupo saludable y uno que no lo es empieza cuando excluye a los demás. Trabajar en un ambiente de camaradería es beneficioso emocionalmente. No olvidemos que, habitualmente, compartimos más horas al día con nuestros compañeros que con nuestra pareja o con la familia y, como decía el científico Ramón y Cajal, “el hombre es un ser social cuya inteligencia necesita el rumor de la colmena para excitarse”. Por eso creo que es importante detectar los malos ambientes en la empresa y ponerles freno de manera interna o externa, con la ayuda de un equipo de profesionales que reconduzcan la situación y transformen las camarillas en un equipo de trabajo unido.
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Cuando los empleados se sienten parte importante del equipo y libres de aportar ideas, todo fluye mejor para el logro de las meta corporativas.
¿Por qué son perjudiciales las camarillas?
1 Generan exclusión. 2 Distraen de los objetivos de la empresa. 3 Merman el desempeño laboral. 4 Frenan las carreras individuales. 5 Generan malestar en los excluidos. 6 Suponen una pérdida de tiempo. 7 Alimentan la intolerancia y rechazan la diversidad.
Las empresas deben tener un estructura organizativa que favorezca la integración del equipo, la tolerancia y el respeto.
Medidas para intentar atajar el mal ambiente generado por camarillas
Reforzar el liderazgo. La mayor parte de estos grupos dañinos crecen en entornos con un vacío de liderazgo; una administración débil hace que las personas se agrupen para sentir seguridad. Otro problema, lamentablemente habitual, es cuando el propio jefe forma parte de una camarilla con sus afines y relega al resto. Un líder bien formado en habilidades emocionales debe ser capaz de integrar a todos por igual y de alejar la necesidad de apoyarse en pandillas.
Propiciar actividades en común.
Cuando las personas se conocen más estrechamente se vuelven más tolerantes. Promover actividades donde todos puedan participar de estar juntos fuera de su grupo de confort es una manera de derribar prejuicios y barreras entre grupos.
Apoyar a quienes quieren ir por la libre.
Es posible que los nuevos empleados que deseen cumplir con los objetivos de la empresa y con sus legítimos intereses de promoción personal se vean excluidos y condenados a la impopularidad. Hay que apoyarlos para que no se aíslen o se vean forzados a alistarse en uno u otro grupito.
Evitar los “chismorreos”. La empresa tiene que brindar transparencia por todos los medios posibles, hacer partícipes a los trabajadores de sus políticas, objetivos, expectativas... Es preciso que informe abierta y claramente, que dialogue constantemente y que escuche a todas y cada una de las personas que intervienen en el proceso empresarial.
Predicar con el ejemplo. Los líderes con valores deben practicarlos, ser confiables, inclusivos, honestos y no estar a la defensiva. Deben relacionarse bien con todo el mundo, independientemente de su afinidad, reconocer la valía de las personas y su importancia para lograr el bien común.