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El boom de las aerolíneas low

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Carta Editorial

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AraJet operará una moderna flota de aviones Boeing 737 MAX, con la versión ampliada para más de 200 pasajeros por aeronave.

El boom de las aerolíneas low cost

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EL SEGMENTO DE COMPAÑÍAS AÉREAS QUE OPERAN AMPARADAS POR EL MODELO DE BAJO COSTO YA VENÍA EXPERIMENTADO UN REPUNTE EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, PERO HA TENIDO UN CRECIMIENTO EXTRA CON LA REAPERTURA, DESPUÉS DEL PARÓN GLOBAL DE VUELOS A CAUSA DE LA PANDEMIA.

POR Alberto López

No cabe duda de que las aerolíneas de bajo costo amplían las posibilidades de viajar de muchas personas y están ayudando a mejorar la conectividad en América Central y el Caribe. Precisamente es el caso de AraJet, una ultra low cost dominicana que acaba de iniciar vuelos a El Salvador, Costa Rica, Guatemala, y, próximamente, a Panamá, con tarifas bastante inferiores a las de costumbre. También cubrirá otros nueve países del continente, con varias rutas en cada destino, en especial en México, Colombia y Ecuador. Sus planes son ambiciosos porque presentó 116 rutas en su Certificado de Autorización Económica (CAE) para futuras operaciones y se espera que genere más de 4.000 empleos directos y unos 40.000 indirectos, en los próximos cinco años. Además, planea transportar hasta siete millones de pasajeros al año, convirtiéndose en la mayor empresa de aviación de la historia dominicana. “Hasta el 16 de septiembre proyectábamos 45.000 asientos al año. A partir de la apertura en El Salvador (el 17 de septiembre) se prevén 89.000”, comenta Víctor Pacheco, CEO de AraJet. República Dominicana llevaba largo tiempo sin una línea aérea de bandera nacional que conectara al país con el resto de Latinoamérica. Ahora, sus pasos son seguidos de por al menos otras dos compañías locales, interesadas en reactivar también sus vuelos internacionales. Wingo, la aerolínea de bajo costo del holding aéreo de Copa Airlines, tampoco se queda atrás. Anunció a mediados de agosto pasado su nuevo vuelo a República Dominicana desde Panamá, anticipándose al que planifica AraJet entre Ciudad de Panamá y Santo Domingo. Estas son muestras de que efectivamente la industria de

la aviación comercial comienza a sanar después de la crisis de 2020 por la pandemia, como lo viene diciendo la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA en inglés), pese a factores como la guerra en Ucrania o el alza del petróleo. La IATA prevé que este 2022 la demanda alcance el 94,2% de los niveles precrisis (2019), siendo las aerolíneas low cost las que se impondrán con mayor fuerza en la región sobre el modelo legacy (servicio completo). Cabe considerar que hasta la misma Avianca rediseñó su esquema de precios (aunque niegue que ha transitado al modelo de bajo costo) para que cada pasajero disponga de una tarifa base y decida si quiere contratar servicios adicionales, como el registro de equipaje y la alimentación, entre otros.

Industria en transformación

De hecho, Federico Anliker, presidente de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), la administradora de aeropuertos y puertos en El Salvador, reconoce que, en general, la estructura tradicional de las legacy está evolucionando al bajo costo porque el mercado demanda esa reinvención, en aras de la competitividad. Por otro lado, el concepto low cost ha dejado de ser sinónimo de desconfianza para los viajeros, pues 52 compañías de las 290 que son miembros de IATA se clasifican en esa categoría. En la región, los principales referentes son la mexicana Volaris (que desde 2016 creó una filial centroamericana con operación en Costa Rica y El Salvador, donde se inscribió como aerolínea de bandera nacional desde hace un año) y las estadounidenses Spirit (en proceso de fusión con JetBlue, que también ha volado a Costa Rica) y Frontier. Entretanto, en República Dominicana operan Air Century, GECA Servicios Aéreos, Helidosa, SAP, Sky Cana y Sky High. Todas ellas avanzan en la ruta del crecimiento.

Por asientos ofertados, según datos de la IATA, la cuota global de mercado de las líneas aéreas de bajo costo fue del 29% en 2018, cifra que se duplicó en 2021 en varios mercados, como el doméstico de México. El nuevo concepto de las cabinas de pasajeros Boeing SkyInterior con que contará la flota de AraJet ofrece amplitud y confort.

Puntos a favor de AraJet

1 Será el primer cliente del avión Boeing 737-8200 del continente americano. Es la versión de alta densidad del modelo MAX que puede acomodar hasta 210 pasajeros. De un pedido de 20 de esas aeronaves (con opción a 15 más), ya ha recibido cinco, que tienen un costo unitario de lista de US$121,6 millones. Aunque no se ha especificado en la información de la compañía, es muy posible que en vez de adquirir directamente la flota la rente de un tercero, bajo el modelo de leasing, pues entre sus socios cuenta con una empresa dedicada a ese rubro. 2 Tiene socios estratégicos importantes: Bain Capital, firma privada de inversión alternativa en activos múltiples del mundo, y Griffin Global Asset Management, empresa de leasing o arrendamiento de aeronaves y gestión de activos alternativos. 3 Apuesta por reducir su huella. Los 737 MAX son reconocidos por su alta eficiencia en consumo de combustible y por ser amigables con el medio ambiente, al reducir la emisión de CO2 en hasta un 20% y el ruido ambiental hasta en un 50%, en comparación con generaciones previas de aeronaves. 4 No sacrificará el confort. Las cabinas de pasajeros cuentan con el último diseño Boeing SkyInterior, el cual ofrece una mejor sensación de espacio y confort, lo que combinado con alta tecnología le permite ofrecer mayor seguridad y confiabilidad a los viajeros. 4 Favorecerá la reducción de tiempos de viaje y los precios existentes. En la actualidad, volar desde algún país de

América Central a Santo Domingo toma en promedio de 10 a 14 horas (por la cantidad de escalas) y puede llegar a costar hasta US$1.000. Los vuelos directo de AraJet a la región tendrán una duración promedio de tres horas y costos que rondarán los US$300.

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