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Museo Provincial de Arte Contemporáneo

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EXPO INCOTEC

EXPO INCOTEC

Finalizaron las obras de construcción de la primer etapa

En un acto formal, desarrollado el 10 de octubre pasado, se recepcionaron las obras de construcción del Museo Provincial de arte Contemporáneo las cuales correspondieron a la primer etapa del proyecto. El acto contó con la presencia del señor Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y del Señor Intendente de General Pueyrredon.

La emblemática obra que ahora ocupa parte del predio tradicionalmente conocido como “Canchita de los Bomberos” ya se encuentra concluida y será inaugurada formalmente en el mes de Diciembre con la apertura de la muestra Arte = Vida. La Revolución Pop.

Cabe recordar que esta obra fue gestada a partir de un Concurso Nacional de Anteproyectos que tuvo al CAPBA IX como Entidad Organizadora y fue promovido por el Ministerio de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires, el marco del programa “Bicentenario y Obra Pública Provincial”, mientras que la Municipalidad de General Pueyrredon y la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos auspiciaron la realización de dicho concurso.

Se presentaron más de doscientas propuestas, convirtiéndolo en el concurso más importante, por la cantidad de participantes de los últimos años y que ha servido de referencia para la realización de concursos posteriores.

Las obras comenzaron a realizarse en marzo del año 2011 e implicaron una inversión aproximada de 62 millones de pesos.

Con la presencia del Gobernador Daniel Scioli, el Intendente Gustavo Pulti y representantes de diferentes entidades de la ciudad, entre ellos las autoridades del CAPBA IX, se llevó a cabo el acto de finalización de las obras de construcción. El evento contó con recorridas por las instalaciones, juegos de luces que contrastaron con la pureza volumétrica del nuevo edificio.

En este número desarrollamos la propuesta que fuera merecedora del Primer Premio en el Concurso Nacional de Anteproyectos para la realización del Museo Provincial de Arte Contemporáneo.

Ficha T Cnica

Agosto 2009

Concurso Nacional Museo Provincial de Arte Contemporáneo de Mar del Plata (MPAC)

1º Premio

Monoblock

Arquitectos: Fernando Cynowiec

Marcos Amadeo

Juan Granara

Alexis Schachter

Adrián Russo

Equipo de Proyecto: Yésica del Barrio, Lucila Pugni Reta, Sofia Parodi, Ana Lordi, Luz Aguerre, Martín Mayan, Osvaldo Cheula, Fabian Bellamore y Natalia Martín.

Memoria Mpac

Hito

En un terreno frente al mar en la costa de la ciudad de Mar del Plata se propone la construcción de un nuevo programa cultural de envergadura para la ciudad. Nos permite imaginar una nueva centralidad, forzando la presencia de un hito hacia áreas más residenciales, planteando así la consolidación metropolitana de Mar del Plata. La propuesta en este sentido reclama atención a través de un edificio de fuerte carácter público con un gran “muelle” seco al mar, y de una materialidad desnuda y robusta en su volumen construido que enmarca una plaza de acceso y exposición. El museo como piedras de una escollera enfrentada al mar que mira la ciudad desde la distancia. La escala del proyecto es una visión acerca de la propia ciudad, de su tamaño, su vitalidad, y del esfuerzo llevado a cabo para posicionarla como una ciudad con propuestas culturales a nivel internacional. El entorno urbano y por sobre todo, el natural, creemos que nos exige pensar el nuevo museo a escala de una gran metrópolis.

Museo

Con este fin se pensó un museo que pudiera albergar muestras de arte de gran prestigio, y en función de esto se tomo la decisión de maximizar un ambiente de sala lo mas espacioso, luminoso y flexible, que en su configuración ofrezca una riqueza espacial que permita imaginar este edificio como un referente claro en la actividad cultural de toda la ciudad y alrededores.

Así las salas se ubicaron en una planta alta para aprovechar la gran especialidad de la que disponen y de la posibilidad de iluminarlas cenitalmente, configurando un gran volumen diáfano como ámbito contemporáneo de exposición. En su ampliación, el museo propone una neta separación de tipología de uso manteniendo en planta alta la tipología de sala de iluminación cenital para exposiciones visuales, y en planta baja la incorporación de grandes salas “galpón” flexibles, preparadas para grandes espectáculos masivos con accesos diferenciados en el exterior, o salas mas pequeñas aisladas para distintas muestras audiovisuales.

Escala peatonal

Todo el programa que no es sala se encuentra en PB, en directa relación con la vereda, los accesos, la escala peatonal y barrial de su entorno. Esta decisión permite pensar una planta baja abierta y transparente en función del programa que alberga, mientras que la planta alta es predominantemente maciza.

Módulo

Esta búsqueda de una gran especialidad interior y una volumetría pregnante desde el exterior esta contrastada con la idea de máxima flexibilidad y racionalidad constructiva de un edificio celular.

Un sistema de módulos estructurales independientes, que garantiza que cada uno de éstos esté terminado en si mismo, permitiendo inaugurar el edificio solo con 2/7 del total construible. Un edificio de crecimiento modular, que aporta gran flexibilidad al promotor por disponer de grandes variantes de completamiento e incluso pudiendo variar las etapas planificadas por otras de otro carácter, al tratarse de un edificio de estructura funcional abierta.

Cada una de estos módulos corresponde a cada una de las salas de la primera etapa. Cuatro módulos cúbicos de estructura y cerramiento de hormigón crudo configuran cada uno de los módulos. Un módulo central con el mismo tratamiento espacial a modo de distribuidor al que dan todas las salas, permite una máxima configuración de armado de exposición, en donde fácilmente puede organizarse una exposición entera ocupando la totalidad de salas, como un armado diferenciado. Este espacio “panóptico” se convierte en un componente central del proyecto al permitir multiplicar las relaciones funcionales como espaciales, permitiendo pensar el área de salas como un único gran lugar.

Materialidad

Estructural y constructivamente independientes, estos cuerpos de hormigón aprovechan la inercia que generan los paños ciegos de las salas para lograr voladizos y grandes dinteles conformando un sistema estructural de pocos tabiques de apoyos, reforzando la idea de la planta baja libre y pública abierta a la ciudad. Esta decisión constructiva redunda en un muy bajo mantenimiento en el tiempo y vida del edificio.

Los espacios intersticiales entre las cajas son capitalizadas como un espacio de exposición con una calidad ambiental inesperada, al proporcionar fugas de visuales hacia el exterior a través de un sistema de pasarelas metálicas y techumbre y paños vidriados hacia el exterior. Estas circulaciones intersticiales proporcionan una gran profundidad a los espacios y las salas.

El proyecto plantea una intervención directamente sobre la costa a modo de continuidad de las características de plaza pública, enfatizando su perspectiva como posición de hito urbano.

La especialidad, flexibilidad y calidad en la forma en que el arte contemporáneo se expone se consigue mediante un sistema modular de grandes cajas de imagen y funcionalidad contundente.

Espacio Público y Ciudad Que pensamos cuando escuchamos, cuando leemos la

palabra ciudad?

Que imágenes aparecen en nuestra mente?

Aparecen edificios más o menos importantes (por altura, por sus dimensiones generales), tráfico, plazas, avenidas, parques, etc. En general, el marco que acompaña a esas imágenes es el espacio público. Claro, como no va a ser así si ciudad y espacio público son cosas inseparables. La ciudad como tal se ha construido como un sistema de espacios cerrados (privados) donde se realizan actividades (residir, trabajar, producir o un mix de las mismas) y un sistemas de espacios abiertos que los relacionan y le da soporte de comunicación generando el espacio público.

El espacio público puede tomar dos tipos de caracterizaciones: a) puede ser solo un elemento auxiliar de los usos antes mencionados transformándose por ejemplo en el elemento que permite interconectarlos, que la mercaderías lleguen entre unos y otros, que permite a los residentes u operarios ir o acceder a los espacios privados o; b) pueden ser elementos relevantes tales que por su dimensión, forma, localización, actividades incluidas sean espacios de comercio, de interacción o de formas de comunicación más complejas que solo el permitir desplazamientos (de personas, objetos, cargas, etc.).

En la diferencia entre estos dos modelos se produce un cambio cualitativo que es fundamental para la conformación de una Ciudad. Si domina el tipo a) estamos en una ciudad cuya sociedad tenderá a ser segregada en sectores, con poca identidad de conjunto, con sectores ghetificados o de acceso exclusivo, con un paisaje urbano vacío, donde domina el auto. Si domina el tipo b) estamos en conjuntos urbanos con mayor cohesión social, más equitativos, con menos conflictividad social, con gente en la calle, caminando en las veredas, disfrutando de plazas y parques.

Es tan claro esto que, analizando casos de ciudades con alto conflicto social (crimen, peleas entre bandas, ghetificación, etc.) de otras con baja criminalidad, tejido social más homogéneo, etc., uno de los datos que más se diferencian es en la cantidad y calidad de los espacios públicos.

Del primer caso hay muchos ejemplos. Desde el modelo de muchas ciudades americanas (Detroit, Portland, que dicho sea de paso están en crisis y ambas han perdido más del 30% de su población los últimos 15 años), a lo que se fue dando en muchas grandes ciudades de Latinoamérica a partir de un explosivo desarrollo industrial que llevó a un de amplio desarrollo de áreas residenciales periféricas donde el único rol que cumple el espacio público es el de elemento conector. Ejemplo de esto pueden ser Monterrey, San Pablo, México D.F. y muchas más. Por ejemplo, estas ciudades han tenido una extensión donde mal o bien su periferización mantiene algunos rasgos de la ciudad fundacional o central como pueden ser el amanzanamiento, la calle, la vereda y la presencia más o menos distribuida de avenidas. Este modelo no consigue los valores de la ciudad tradicional o de las áreas centrales pese a parecerse en lo formal, porque abandona otros elementos como la densidad y la compacidad, la diversidad de actividades o la calidad y representatividad de los lugares en la memoria y en la identidad. Si uno analiza estas condiciones, las situaciones de criminalidad de las mencionadas ciudades (en todos los casos ciudades con economías importantes) da una pista de cuanto influyen las condiciones de urbanidad o calidad del espacio público.

También es una versión de esto las ciudades donde la mayor parte de su territorio se fue desarrollando en forma de barrios tipo favelas o villa miseria. Algunas de estas fueron o son los lugares donde ha habido los mayores índices de criminalidad del continente. Algunas de ellas han logrado cambiar esto último con fuertes estrategias y, si uno analiza estas estrategias, pasan por la inclusión de esa población en lo que podemos definir como la ciudad (entendiendo esta como un todo, como un conjunto de actividades, situaciones, espacios, relaciones y no como un mero conjunto de edificios dentro de un límite geográfico), creando conexiones, dando calidad a esas conexiones, generando puntos de encuentro (asociados a las conexiones) y completando todo esto con la incorporación de edificios de valor cívicos no en cualquier lado sino en relación a los espacios públicos nuevos. Esto lo podemos ver en todo lo que ha hecho Medellín y Bogotá últimamente, también en varios sectores de San Pablo, ya hace varios años Curitiba con operaciones de diverso tipo como los grandes ejes de transporte, las Ruas da Cidadanía o los Faroles do Saber o en los resultados obtenidos en áreas de Río de Janeiro con el maravilloso programa Favela Bairro.

En Argentina, a diferencia de otros países de Latinoamérica, hemos tenido una tradición de cultura urbana y de desarrollo social mucho más equitativa que en mayor o menor medida nos ha llevado a situaciones no tan extremas. Incluso, en nuestro mayor conglomerado urbano, comparativamente la cosa no está tan mal. Por ejemplo, dentro de lo que es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, salvo sectores de barrios (La Boca o Barracas por ejemplo) o en las áreas de villas miseria, en general hay un promedio de espacios público que, aun con pérdida de calidad en cuanto a mantenimiento o equipamiento cumple con roles más allá del simple conector. Plazas donde se realizan ferias, calles comerciales en barrios, calles donde en ciertos momentos del año se realizan eventos (murgas en carnaval), parques y plazas que se llenan los fines de semana, esto se encuentra no solo en la ciudad de Buenos Aires sino en la todas nuestras ciudades.

En todo esto ayudó mucho la manzana, el damero, la cultura de la producción de una ciudad en cuadrícula que trasladaba los principios o patrones básicos del centro hacia la periferia.

Esto funcionó bien hasta no hace demasiado, ya que aunque se había ya producido la dispersión de la ciudad, la relación de estos barrios periféricos con el centro no era tan dificultosa y mal o bien los habitantes de la periferia disfrutaban de los beneficios del “centro” de manera corriente o habitual.

En el lapso de los últimos años (hablamos más de 40) ocurrieron al menos dos fenómenos que han llevado a la perdida de esta situación. Uno es el aumento de la periferización que ha distanciado el centro de los habitantes de estas zonas y el otro es la pérdida de calidad del mismo centro, de las plazas o de otros lugares relevantes (una costanera, un gran parque urbano según sea la ciudad a la que nos refiramos).

Ante esto, ¿cuáles fueron las consecuencias? Por un lado podemos citar la degradación de las viviendas, oficinas y comercios en el centro. Esto llevó a dejar de darle importancia al espacio que conectaba a estos elementos por tanto deteriorándose los elementos que lo conforman tanto las veredas, las calzadas vehiculares, los equipamientos públicos, etc., tugurizándose, volviéndose menos atractivo y dejando paso a un nuevo reemplazante (lustroso, brilloso, “seguro”, etc.) el shopping mall. En la periferia, al no haber nada por lo que ir caminando (todo queda lejos, a todo hay que ir en auto) se ha abandonado la calle, se ha convertirlo en un desierto, donde ha aumentado el delito, con la desvalorización de los pocos espacios públicos existentes o potenciales convirtiéndose muchas veces en basurales o como mínimo espacios abandonados. También llevó a la proliferización de barrios cerrados y country clubes donde incluso, tampoco los lugares de reunión son ya espacios abiertos sino cerrados (el “club house” donde a lo sumo lo abierto son las áreas deportivas).

Esto, que ocurrió en todo el mundo, tuvo también su cuota de aporte teórico, en muchos casos a partir de la lectura de ciertas teorías o de malas interpretaciones de las mismas, tanto de aquellas del movimiento moderno más puro a las del post-modernismo. La influencia de los modelos de consumo, donde el suelo era solo una mercancía y el auto el soporte para consumirla también fueron un gran aporte.

Por suerte, desde hace más de una década, en el mundo se viene dando una revalorización de los valores de los centros urbanos tradicionales a partir de una nueva lectura de los valores de sustentabilidad que estos tenían, tanto desde su comportamiento netamente energético o de bajo consumo del territorio (gracias a dos componentes que ayudan a esto como la relación de compacidad del tejido y densidad) como de sustentabilidad social, por ser tejidos con alta diversidad, homogeneidad, con grandes valores de calidad ambiental o estética. Hasta ahora parecía que esto tenía resultados en las zonas donde había pre-existencias de esos valores (el centro de Buenos Aires es ejemplo), pero los casos antes mencionados como el de Medellín demostraron que el trabajo sobre el espacio público da resultados más allá de lo espacial o estético.

En síntesis, el espacio público, es el espacio del dominio público, bien común o sea literalmente la REPÚBLICA. Dicho de esta manera, aclara la importancia de los mismos. Son lugares donde nos podemos reconocer como sociedad, como nación. Rescatarlos, generar nuevos, mejorar su uso, es imprescindible para tener ciudades de calidad. Cada vez es más necesario entender que trabajar sobre el espacio público es una de las herramientas más poderosas para hacer un ordenamiento territorial con verdadera equidad social.

*Foto portada nota. Nuevo paseo costanero de San Martín de los Andes, Neuquén, Argentina. La incorporación de equipamiento de calidad, asociado al respeto de las pre-existencias naturales y ambientales han dado nueva vida a esta parte de la ciudad.

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