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CapaCities, DiagramatiCities Nuevos mapas de batalla para la N-ciudad*

Manuel Gausa**

** Manuel Gausa es Arquitecto y Doctor por ETSAB UPC Barcelona donde radica y desarolló una amplia práctica teórica, didáctica y profesional destacando su gestión en la fundación del Grupo y Editorial Actar. Actualmente es Catedrático del Dipartimento di Scienze per l’Architettura, Scuola Politecnica di Genova (UNIGE)

* Este texto en su formato original es mucho mas extenso. Por razones de edición hemos decidido presentarlo en dos partes, la presente en este número y la segúnda en la próxima TODA 7, donde se editará el texto denominado Contratos Flexibles: Hacia un nuevo Urbanismo estratégico y empático, nombre de una de las secciones del texto original que ahora quedará como titulo del segúndo articulo que contendrá además las referencias bibliográficas de ambos artículos. La fragmentación operada resulta, como se comprobará con la lectura completa, relativamente entendible en tanto el presente ensayo es más bien conceptual y genérico y el segúndo será un desarrollo prefrentemente casuístico.

El escenario de una nueva condición dinámica e informacional de la ciudad se define y redefine dinámicamente, en cada momento, desde la combinación interactiva entre las diferentes –y simultáneas– capas de información (topográfica, biológica, económica, cultural, ambiental, sociopolítica, etc.) que lo caracterizan y las diferentes redes de intercambio (infra) estructurales (de transporte, energía, difusión, comunicación, movimientos demográficos o financieros, etc.) que lo articulan; materializando las fluctuaciones propias de un sistema de sistemas, complejo y plural, constantemente influenciado por múltiples situaciones y solicitaciones.

La aproximación cualitativa a este nuevo tipo de espacialidad (y/o territorialidad) requiere el desarrollo de escenarios prospectivos de registro y proyección n-dimensionales, así como la definición de posibles vectores estratégicos a ellos asociados.

Escenarios informacionales (tendenciales) pero también vectores estratégicos y relacionales (intencionales) capaces de seleccionar los datos relevantes de una realidad múltiple, registrarlos y reprocesarlos, analizarlos y sintetizarlos, (re)presentarlos y (re)activarlos en proyecciones operativas, reales o potencialmente cualitativos: mapas de batalla virtuales para posibles desarrollos evolutivos.

Esta necesidad de favorecer proyecciones estratégicas para futuras evoluciones urbanas, a partir de técnicas combinadas de presentación y representación (codificación de datos potencialmente significativos y decodificación de lecturas potencialmente estructurantes) podría verse favorecida por las nuevas técnicas cartográficas de expresión territorial y por aquellos abordajes asociados a procesos de mapificación/diagramatización intencional (diagramaticities); vectorizaciones estratégicas e intencionales de aquellas condiciones estructurantes, inherentes a las mismas matrices y tramas urbanas abordadas.

1_ Diagramas de clusterización, ocupación, porosidad y conectividad en configuraciones evolutivas (Fuente: Gausa,M. Open, Espacio, Tiempo, Información, Actar, Barcelona 2003)

Territorializar (y sintetizar) la información

Nuestras sociedades –y por tanto ciudades y territorios, como traducción de sus propios habitats y sistemas de intercambio– constituyen los sistemas dinámicos e informacionales más complejos que existen: son sistemas espacio-temporales (y también sensorariales) que intercambian constantemente información entre los elementos que los integran y entre éstos y el entorno, mutando y fluctuando de manera evolutiva.

A medida que se ha incrementado en ellos la capacidad de movimiento, de procesamiento y transferencia – y el grado de conectividad – entre condiciones e informaciones también lo ha hecho la capacidad de simultanear niveles y procesos de intercambio, y por tanto de cambio, extremando la complejidad –diversidad, heterogeneidad, pluralidad e irregularidad– de sus manifestaciones más explícitas.

En esta nueva comprensión definitivamente dinámica e interactiva de nuestros entornos colectivos (una condición que siempre tuvieron pero que ha extremado su naturaleza en las últimas décadas superando las viejas concepciones estables y progresivamente graduales de sus desarrollos) radica de hecho la auténtica revolución de nuestra época y la base de un cambio de lógica y pensamiento más abierta a la propia capacidad de interacción informacional y multirelacional, hoy en curso, en todo aquello referido a la concepción del espacio y a la definición de nuestros entornos de vida y relación.

En la comprensión conceptual e instrumental de las nuevas estructuras urbanas hoy emergentes, las antiguas fronteras geográficas han cedido en efecto, casi de repente, ante las diversas escalas de un nuevo campo de maniobras urbanoterritorial, mucho más complejo, escurridizo y vital, producido en un marco de intercambios abiertos a sorprendentes procesos combinatorios generados más allá de lo físico o de lo meramente geográfico: con un(os) territorio(s), con un(os) lugar(es), con una(s) memoria(s), con un(os) contexto(s) próximos y distantes, virtuales y reales.

La constante aceleración de los factores de movilidad, conectividad y crecimiento ha puesto, en efecto, de manifiesto –particularmente en las últimas décadas–el carácter explícitamente dinámico de los actuales sistemas urbanos y su nueva dimensión geourbana. La nueva multi-ciudad se revela cada vez más como una poli-polis compleja de potentes relaciones entre territorios y territorialidades; una máquina de intercambio –e intercambios– generalmente orientada a materializar la localización dispersa de programas, usos y funciones, generalmente destinados a asegurar una mayor eficiencia y rentabilidad (tanto conectiva como económica y sociocultural) entre actividades, asentamientos y lugares, con los consiguientes efectos ecológicos en términos de consumo de energía, suelo, materiales, etc. (Harvey, 1985, Batty 1997; Gausa, 2009, 2011; Rueda, 20111).

Esta progresiva explosión difusa y dispersa de los nuevos asentamientos, es decir de los nuevos escenarios multi-urbanos, metropolitanos o mega/meta-politanos, es la principal causa, hoy, de las emisiones de CO2 mundiales (más del 40%) y de los consecuentes efectos invernadero asociados a los diversos factores de cambio climático. Sin embargo, tiende también a conformar organismos cada vez más ricos, prolijos, heterogéneos y diversificados, donde las antiguas ideas de centro (referencial) y de periferia (perimetral) han dejado paso a configuraciones progresivamente (pluri) estructurales, (multi)focales e (inter)nodales, asociadas a antiguas (y nuevas) realidades imbricadas; polaridades –reales o latentes– desigualmente distribuidas; aparejos –arteriales e infraestructurales– contingente o concertadamente superpuestos; o espacios/paisajes libres –en, entre o trans– convertidos en virtuales juntas entre acontecimientos.

Realidades, viejas y nuevas, que se encabalgan y entrelazan en nuevos mosaicos aparentemente caóticos, pero con ciertas condiciones de orden y organización, implícita o explícitamente inherentes a su propia configuración. La ciudad ha tendido a perder, así, su clara vinculación a un único espacio éstático de localidad o de proximidad para modificarse, para fluctuar y cambiar, para estirarse y expandirse, pero también para contraerse nodalmente, en diversos escenarios de relación, evidenciando la emergencia de un nuevo tipo de territorialidad elástica pero también de un nuevo tipo de orden inform(acion)al, flexible y fluctuante a la vez, en el que las tradicionales redes infraestructurales coexistirían con otras redes de conexión e información (telemáticas, infomáticas, económicas, culturales, financieras...) como nuevos enlaces inmateriales a partir de los cuales otras posibles definiciones territoriales empiezan a establecerse, evidenciando así la naturaleza compleja de unos sistemas globales de límites (geográficos y conceptuales) móviles, variables y discontinuos, según los diferentes agentes que sobre ellos tenderían a incidir.

El escenario de esa nueva condición dinámica e informacional de la ciudad, no se construiría ya, tan sólo, en base a criterios formales, más o menos sustantivos, sino que se definiría y redefiniría dinámicamente, en cada momento, de modo relacional, desde la combinación interactiva entre las diversas –y simultáneas– capas de información (topográficas, biológicas, económicas, culturales, ambientales, socio-políticas, etc.) que lo caracterizarían y las redes (infra)estructurales de intercambio (de transporte, de energía, de difusión, de comunicación, de movimientos demográficos o financieros, etc.) que lo articularían, materializando las propias fluctuaciones de un sistema complejo y plural, constantemente afectado por situaciones y solicitaciones diversas, a-continuas y no fijas, interrelacionadas y transformadas continuamente y cuya fuerza radicaría, precisamente, en esa constante capacidad de renovación y modernización, de construcción y reciclaje propia de un sistema complejo de relaciones y acontecimientos definitivamente en proceso (in process & in progress) entre los que se desencadenarían, en efecto, procesos simultáneos de acción y reacción (Gausa, 2013b).

¹ Como se indicó en la nota 1 colocamos las referencias bibliográficas de este artículo y de su segunda parte, todas juntas tanto en esta edición como en la subsiguiente.

La principal característica de ese espacio complejo, donde las variables se multiplicarían, sería, como en todo sistema no-lineal , el de la incertidumbre (Gausa, 2010).

Por ello mismo, hoy se hacen más que nunca necesarios mecanismos prospectivos basados en la anticipación: sistemas de análisis y proyección, abiertos y polivalentes, adaptables a las propias condiciones de una nueva condición urbana fluctuante y global que sobrepasa ya los límites de las metrópolis tradicionales englobando en su seno espacios heterogéneos, ámbitos de actividad y funcionalidad dis-densos, ya no necesariamente contiguos ni continuos.

Si en los últimos 40 años la ciudad ha experimentado mutaciones entrópicas casi inimaginables para las viejas disciplinas urbanas, la definición de posibles estrategias multinter (multi-capas e inter-redes, multi-escenarios e inter-escalas, multi-urbanas e inter-territoriales) para abordar dichas (nuevas) realidades, hace necesario contemplar algunos de los grandes temas transversales que tienden a definir las actuales agendas urbano-territoriales; agendas basadas en lógicas (urbanas e interurbanas) de remallado, rearticulación, redefinición, reformulación y reciclaje, asociadas a los grandes retos que se plantean hoy en dichos escenarios de intercambio(s). La importancia de las búsquedas propiciadas por una nueva generación implicada (todavía) con una voluntad urbanística, prospectiva y propositiva (más allá de recientes aproximaciones nostálgicas, estructuralistas o meramente iconográficas) ha sido, precisamente, la de intentar abordar la ciudad de modo holístico, entendiéndola, –gracias precisamente a las propias capacidades digitales e informacionales–no ya como una forma urbana o supra-urbana, sino como un proceso (multi-sistémico y eco-sistémico): un proceso/sistema definitivamente heterogéneo, dinámico, complejo y sobre todo relacional. Las recientes décadas entre siglos han asistido, en este sentido, a la emergencia de una nueva era digital (tangencial, relacional o informacional) destinada a favorecer la exploración de lo que podríamos llamar nuevas topologías complejas de la ciudad (sus nuevos patrones, sus nuevas geometrías, sus propias matrices de definición vacío-lleno-enlace, sus recursivas lógicas multi-escalares, etc.) así como su posible –y necesaria– conjugación en red; favoreciendo una nueva definición multi-urbana (o geo-urbana) entendida desde la integración de niveles múltiples, estratégicamente conjugados (urbanos, paisajísticos e infraestructurales): la nueva ciudad se definiría, así, como un lugar de lugares, un paisaje de paisajes y un circuito de circuitos; trenzados y entrelazados. Una concepción llamada a profundizar en la propia mise en réseau(x) de un nuevo tipo de esquemas flexibles susceptibles de reforzar las propias sístoles urbanas y de articular las respectivas diástoles interurbanas; entrelazando –desde la importancia decisiva de un paisaje entendido más allá de la mera jardinería, como una auténtico sub-sistema decisivamente operativo– la propia dispersión multi-focal de la nueva ciudad; intensificando y reciclando (re-trenzando, re-informando, re-usando y re-definien- do, más que recreando) los tejidos existentes; conjugando, en efecto, tramas, paisajes e Infraestructuras abordadas a todas las escalas, desde las exo-territoriales a las endo-urbanas.

Hemos utilizado, en varias ocasiones, los términos Land-Links, Land-Grids, o Recityng asociados a las nuevas dinámicas de n-Cities (Carta et al., 2007; Gausa 2018b) para definir estas posibles estrategias, integrales e integradoras, pero también diferentes y diversificadas, dirigidas a asegurar procesos globales y desarrollos locales más cualitativos, conjugados, de hecho, a la gran escala (urbano-territorial) y a la escala intermedia (urbano-nodal) : estructuras plurales (simultáneas) y polaridades focales flexibles (distribuidas) circuitos variados (articulados) y paisajes operativos (interconectados) coordinados de forma holística a través de nuevas matrices y mosaicos complejos, donde conectividades diferenciales, tramas edificadas, espacios ambientales, espacialidades identitariass y/o patrimoniales y clusters temáticos o programáticos así como verde (inter)urbano o rurbano (declinados en todos sus diferentes niveles, matices, valores o gradientes) jugarían un papel fundamental, operativo y propositivo (Nel. lo, 2001; Waldheim, 2016).

La antigua dualidad entre ciudad compacta y ciudad difusa, dejaría paso, cada vez más, a un nuevo paradigma: el de la multi-ciudad entrelazada: compuesta de polaridades y centralidades variadas, de dimensiones ponderadas (reforzadas en su propia condición e intensidad urbanas); así como de diferentes espacios intermedios e inter-mediadores (sustancialmente paisajísticos o pseudo-paisajísticos); y de mallas y circuitos flexibles de interconexión, combinados a todos los niveles (urbanos y territoriales); en una nueva lógica sistemática capaz de establecer nuevos escenarios entre-mallados o entrelazados: ... in sets, sites & nets (en conjuntos, lugares, y redes, diversos y diversificados) En este sentido, las crecientes dinámicas mega-, metao supra- urbanas, generadas entre siglos, habrían dado lugar a la aparición de una doble ecuación basada, por un lado, en el decisivo posicionamiento competitivo de ciudades y territorios en un marco económico global (asociado a la deslocalización de los usos y de las producciones y al crecimiento internacional de los mercados inmobiliarios) y, por otro lado, en la emergencia de una nueva sensibilidad medioambiental y cultural (favorecida por las repercusiones de las distintas Cumbres de Río de 1992 y 2012 y –aunque pueda parecer paradójico– por la propia la aparición de la revolución digital y su corolario, la mayor comprensión de los procesos complejos de interacción. En este nuevo campo glocal de momentos y movimientos la necesaria previsión y articulación de sistemas y espacios conectivos/correctivos (resilientes) –enfrentados a la propia entropía y dispersión urbana– enfatizaría no sólo la condición cada vez más compleja y vulnerable de la nueva multi-ciudad sino también su propia y enorme diversidad como un heterogéneo lugar de lugares (a repensar, a relanzar y a entrelazar) y, por tanto, la necesidad de revisar las inercias de una multi-estructura precisada de criterios cada vez más estratégicos y diversificados llamados a favorecer no sólo una nueva (inter)conexión positiva entre densidades diferenciales, circuitos mallados y espacios verdes o semi-verdes (reservas naturales, lenguas o dedos intersticiales, áreas agrícolas y/o plataformas multi-relacionales) sino entre escenarios más integrados e (inter)activados –en y entre, around-in & in-between– destinados a reducir el importante impacto medioambiental de las actuales construcciones y emisiones urbanas (Gausa, Guallart y Müller, 2003).

5_ Fractalización urbano-territorial y determinación informática de máximas distancias a bordes (fuente: Arch + 121, 1994).

Los nuevos metabolismos urbanos y su condición aceleradamente antrópica requieren, en efecto, de esta nueva lógica sistémica medioambiental e interconectada, capaz de promover no sólo una interacción efectiva entre tramas, circuitos y paisajes (inter y endo urbanos) sino, también, una nueva dimensión estructural flexible, fluida y transversal, destinada a favorecer un encuentro fértil entre Natur et Urbs, Rurb et Structus, Topos et Tecnos; re-entretejiendo el territorio, re-informando sus propios tejidos nodales y sobre todo re-naturalizando sus diferentes y variadas pre-existencias (Gausa 2018b; Schroëder, Carta, et alt, 2018).

Mapificaciones

Tal y como hemos sugerido, el abordaje de ese nuevo tipo de espacialidades (y/o territorialidades) múltiples –y de los movimientos y evoluciones que la definirían y/o tensarían– requiere, para su eficaz reconocimiento, la elaboración de nuevos escenarios n-dimensionales de registro y proyección así como la definición de posibles estrategias a ellos asociadas; estrategias n-diferenciales entendidas como criterios de acción –horizontes de consenso, líneas guía o virtuales reglas de juego direccionadas– fundamentales para asegurar una vectorización y orientación cualitativa del(los) propio(s) sistema(s) global(es) 3 .

Escenarios informacionales (tendenciales), pero, también, estrategias relacionales (intencionales) de la ciudad y/ en el territorio: escenarios (combinatorios) y estrategias (vehiculares) capaces de seleccionar datos relevantes de una realidad múltiple, registrándolos y procesándolos, mapificándolos y operativizándolos sintéticamente afín de conjugar intencionalmente sus propios niveles potenciales de interacción (latentes e incidentes) y su capacidad para orientarlos a través de prospecciones/proyecciones operativas, real (o potencialmente) cualitativas.

Mapificaciones/Proyecciones multicapa de una ciudad múltiple – metaterritorial– abordada más desde el registro y la superposición de múltiples territorios de relación (y sinergia) globales y locales, que desde la mera descripción morfológica y contextual proximidad físicas: –mapificaciones de una ciudad de eficaces posicionamientos geoestratégicos y mapificaciones de una ciudad de correctas dinámicas interregionales e intemunicipales;

– mapificaciones de una ciudad de flujos y conexiones y mapificaciones de una ciudad de circuitos y recorridos;

– mapificaciones de una ciudad de tramas y tejidos interiores y mapificaciones de una ciudad de bordes y perfiles exteriores;

– mapificaciones de una ciudad estructural y mapificaciones de una ciudad infraestructural; mapificaciones de una posible ciudad eruptiva (referida a parámetros de densidad, altura y superficie variables) y mapificaciones de una ciudad subterránea (de estratos inferiores y desarrollos en negativo);

– mapificaciones, también, de una ciudad rentabilizada y/o rentabilizable (abordada desde el factor inmobiliario o constructivo) y mapificaciones de una ciudad reciclada y/o reciclable (abordada desde el factor hereditario o reconstructivo); mapificaciones de una ciudad medioambiental (la de las grandes zonas verdes y los espacios relacionales pero, también, la de los parámetros energéticos y y resilientes) y mapificaciones de una ciudad ambiental, valorada desde el factor sensorial, simbólico o patrimonial, social y/o turístico;

– mapificaciones de una ciudad activa(da) desde el factor económico y productivo, y mapificaciones de una ciudad reactiva(da) desde el factor social y cultural, creativo y recreativo;

– mapificaciones elásticas, de una ciudad tráctil y retráctil, concentrada en si misma y/o estirada, de repente, hacia otros escenarios, ajustada a movimientos de crecimiento variables, a transferencias poblacionales estables o temporales y a flujos y derivas estacionales;

– mapificaciones, también, de una ciudad conflictiva: la de las zonas de tensión y marginalidad o simplemente, de obsolescencia y déficit.

Mapificaciones/Proyecciones entendidas como registros informacionales, tendenciales, pero también como expresiones escoradas – esto es intencionales – de la ciudad y/de/en el territorio como expresiones estratégicas entendidas, en definitiva, como virtuales mapas de batalla, es decir como escenarios sintéticos de abordaje –diagnósticos, respuestas y apuestas a la vez–capaces de seleccionar elementos inductores de la propia realidad, de comprimirlos y de vehicularlos en decisiones e instrucciones tan precisas en su definición como abiertas en su desarrollo.

Proyecciones, interpretaciones, acciones y visiones –escenarios y esquemas-diagramáticos a ellos asociados– no ya totalistas o finalistas sino combinatorios, evolutivos y que, en cualquier caso, aludirían a las diferentes ciudades, físicas y virtuales, que convivirían en la nueva multi-ciudad (Gausa, 2009, 2010).

El mundo digital y las tecnologías de la información (GIS, TICS, Internet of Thinks, Smart-Technologies, etc.) han ampliado exponencialmente este potencial de intercambio entre situaciones y solicitaciones, pero también su capacidad de parametrizar y (re)diseñar, programar y reprogramar, procesar y reprocesar (en forma de logaritmos precisos, registrables, rastreables y reeditables en formatos, trayectorias y contextos múltiples y variables).

Procesos que proclaman una nueva condición dinámica y reactiva de nuestros relacionales asociada al reconocimiento de nuestro entorno y a la capacidad de programar y gestionar en él datos, mensajes, conexiones y solicitaciones, variables y mutables.

Dinámicas que tienden hacia una nueva dimensión más tecno-inteligente de la ciudad y de su gestión interactiva e informacional: una dimensión relacionada con el auge de las nuevas tecnologías y su progresivo desarrollo en la red.

Al mismo tiempo, esa condición informacional progresivamente abierta y variable debe combinarse con la capacidad de crear , asimismo, visiones compartidas y estrategias prospectivas, capaces de expresar cualitativamente (orientar e inducir) nuevos desarrollos abiertos, combinando modelos tecnológicos avanzados con nuevas expresiones plásticas, innovadoras y sostenible a la vez: capaz de conjugar, en efecto, en nuevos espacios habitados (sense-cities), lógicas sensoriales y sensibles al mismo tiempo.

Previsiones e interpretaciones, acciones y visiones, escenarios y esquemas, y diagramas a ellos asociados, definirían mapas evolutivos más que compositivos(no totalizadores, ni definitivos, sino combinatorios) y que, en algunos casos, aludirían a las distintas ciudades, físicas y virtuales, y que coexistiría en la nueva Multi-ciudad

Diagramatizaciones (DiagramaCities)

Esa necesidad de favorecer mapificaciones y/o proyecciones estratégicas para las futuras evoluciones urba- nas, basadas en técnicas combinadas de presentación y re-presentación (de codificación de datos, intencionalmente significantes, de descodificación de lecturas, recursivamente contingentes –o inerciales– y de decodificación de procesos, potencialmente estructurantes) podría ser favorecida, gracias a las nuevas tecnologías cartográficas y a lo que hemos denominado, procesos de diagramatización intencional –diagramaCities o diagramatici(u)dades– asociados a una vectorización intencional de aquellas condiciones integradoras, inherentes a las propias estructuras y tramas, urbanas e interurbanas, abordadas.

En dichos procesos diagramáticos, los mapas de datos, de análisis e interpretación, adquirirían, en efecto, una progresiva “intencionalidad”, esto es una calidad selectiva de reconocimiento y una cualidad sintética de representación.

Y al mismo tiempo ayudarían a redefinir mejor apuestas espaciales y territoriales, sistematizadas, estructuradas y caracterizadas a la vez (Gausa, Guallart, Müller, 2003).

Los mapas de lectura y análisis iniciales, planimetrías de datos e informaciones temáticas y/o específicas (cartografías selectivas) se formularían a su vez, como esquemas (estructuras básicas y/o basilares), diagramas (criterios de acción) ideogramas (conceptos estratégicos) o logogramas (expresiones comunicativas), no forzosamente concebidos ni generados en ese orden progresivo.

En la propia noción de mapa, Cartografía y Geografía se conjugan en una acción sustancialmente representativa, pero también interpretativa y comunicativa (gráfica).

En este sentido, mientras los mapas de datos (planimetrías) tenderían a referirse a parámetros descriptivos (informativos, relacionados con la Infografía), los mapas de sistemas (esquemas) involucrarían más bien factores interpretativos o patrones organizativos (estructurales, relacionados con la Sistematografía).

De manera similar, mientras que los mapas de fuerzas (diagramas) tenderían a reflejar criterios selectivos (de procesos, relacionados con la Vectografía), los mapas de estrategias (ideogramas) apuntarían a criterios dispositivos (intencionales, relacionados con la Ideografía).

Finalmente, mientras los mapas de mensajes (Logogramas/Iconogramas) aludirían a aspectos comunicativos (conceptuales, relacionados con la Semiografía), los mapas de (con)figuraciones (Masterizaciones) se sintetizarían en documentos expresivos (integrales y relacionales asociados a un nuevo tipo de Heliografía) los complejos proyectos intencionales y procesos analítico-sintéticos abordados. Documentos integrales e integrativos planteados como nuevas visiones/ expresiones (escenarios procesados y programados) capaces de combinar: Datos (procesos o temas latentes) + Potenciales (objetivos, horizontes de respuesta) + Escenarios (estrategias, apuestas cualitativas) + Operaciones (propuestas concretas e intervenciones tácticas).

Pero también, si así se prefiere: Reconocimiento + Diagnóstico + Estrategia + Abordaje.

En este sentido, el traspaso de la planimetría (cartografía descriptiva) al esquema (patrón estructural), del esquema al diagrama (criterio organizativo), del diagrama al ideograma (concepto inductor o vectorizador) y del ideograma al logograma (mensaje directo, comunicativo), y su reimpulso remasterizado hacia nuevos (y posibles) simulaciones de conjunto (proto-master-plans) respondería a sucesivas técnicas de abstracción y síntesis interpretativas, compre(n) sivas y expresivas, a la vez.

Este tipo de dinámicas generadas a través de sucesivas técnicas de síntesis informacional y expresión intencional no sería, en efecto, lineal.

A medida que se perdería grado de precisión e información (real) se ganaría nivel de intención y abstracción estratégica (virtual).

Del mismo modo, a medida que se evidenciaría una mayor apuesta intencional en el sistema, podría evidenciarse también un mayor grado de conjugación e integración informacionales en el mismo, orientadas con criterio (y matiz) direccional.

En efecto, ese bucle (loop)procesador entre capas y niveles de representación –más precisos o más intencionados, más mensurables o más conceptuales– de la realidad abordada (diagramatización y posterior re-masterización) remitiría, por un lado, a registros progresivamente perfilados –abstrayendo y sustrayendo, destilando y estilizando, sucesivos niveles de información– y, asimismo, a representaciones sucesivamente reinterpretadas, destinadas a (re)incorporar, recuperar y/o completar dichos niveles de información, (y por tanto una mayor impureza y suciedad en la nueva cartografía así definida) sin perder consecuencia (más que coherencia) interna.

Es decir, la ida diagramática hacia delante busca expresar, cada vez con mayor claridad y síntesis abstracta, la contundencia y fuerza vectorizada del sistema, eliminando ruido e información episódica. La vuelta atrás –hacia la simulación de una realidad cualitativamente re-informada– permite recuperar nivel de precisión e información pormenorizada, (incluso espacios de alteración puntual) sin perder capacidad intencional, a menudo no-evidente o inmanente. Dichas idas y vueltas, de los propios procesos de compresión y de(s)compresión (de expresión sintética y de información sintetizada) generan constantes ajustes y reevaluaciones (y estilizaciones) de cada una de las lecturas preexistentes, expresando (implícita o explícitamente) valores y vectores activos, potencialmente caracterizadores, positivadores y/o (re)impulsores del sistema y –también– situaciones latentes, problemáticas o deficitarias, a resolver. La mapificación diagramática o diagramatización específica de los diversos potenciales inductores contemplados podría, en definitiva, simultanearse y combinarse y –sobre todo– superponerse e integrarse en posibles estructuras complejas, malladas, entrelazadas e intersecadas, que se presentarían como virtuales mosaicos urbanos trenzados, en los que cada capa intencional del sistema se combinaría con otras para crear un conjunto global interconectado y flexible a la vez (expresando su propia capacidad para concertar futuras evoluciones en y del mismo): estructuras variables múltiples, evolutivas, pero que mantendrían, sin embargo, la fuerza de los patrones estructurales y organizativos en ellas implícitos, lábiles y reconocibles a la vez.

Hablamos, pues, de posibles “mapas” integrales (e integrativos) de/para la n-Ciudad o multi-Ciudad, que remitirían a lecturas multicapa de un organismo múltiple, diversificado y en red (hecho de densidades, polarizaciones, flujos, mallas, paisajes; de redes naturales, redes ocupacionales y redes infraestructurales, etc…); y, en último caso, a una posible concepción holística y ambivalente del sistema abordado, global y local, completa y abierta, determinada e indeterminada, a la vez.

Por un lado, es cierto que en esta metodología, basada en sucesivas dinámicas de salto de escala y proyección –que en algunas ocasiones hemos denominado Tacpla (de retroalimentación informativa entre Territorio / Ambiente / Ciudad / Paisaje / Lugar / Arquitectura) o en otras Multinter (Multicapas / Inter-redes, Multi-escalas / Inter-sistemas, Multi-urbanas / Inter-territoriales)– los procesos de análisis

(reconocimiento y registro) de los sistemas urbano-territoriales (infra-estructurales , intra-estructurales, eco-estructurales, endo-estructurales, trans-estructurales o info-estructurales) aludirían más a una lógica cartográfica, que se movería preferentemente entre planimetrías, esquemas y diagramas, mientras que los procesos de síntesis estratégica (enfoque y orientación) tenderían más bien hacia diagramas, ideogramas y logogramas. En todo caso, se trataría de procesos de circunvalación en los que el reconocimiento, el registro, la aproximación, la estrategia y la táctica confluirían y combinarían al mismo tiempo... y en cada momento.

También es cierto que dichas técnicas apelarían más a una reactivación espacial de lo existente, de aquellas estructuras multinivel más estratégicamente significantes, que a una parametrización/programación/simulación digital/informacional de los propios procesos dinámicos inherentes a la complejidad urbana y su posible gestión/optimización smart (flujos demográfícos, económicos, logísticos, dinámicas tendenciales, ocupacionales, comerciales, etc.).

En dichos Mapas de Batalla se trataría más bien de sintetizar intencionalmente aquellos patrones espaciales activos y aquellos principios estructuradores, característicos del sistema (sus principales líneas de fuerza:

13 y 14_ BCN-Land Grid-2000 (Fuente: Actar Arquitectura). Concepto de corredores in-between e Ideograma. dedos verdes, haces vectoriales, tramas transversales y/o direccionales, polos atractores, etc.) movilizándolos entre sí para dotar al conjunto de un criterio organizativo nuclear (o una estructura primaria de consenso como regla de juego compartida) capaz de asegurar una base de referencia, organizativa y cualitativa, sustentable y narrables, al que remitir con flexibilidad la infinidad de procesos individuales, imprevisibles y autónomos a ella referidos.

Este sería el objetivo de dicha metodología de mapificación/diagramatización estratégico-expresiva: reevaluar las realidades urbanas analizadas, reactivándolas a partir de sus propios potenciales articuladores, es decir, a partir de sus propios recursos y activos, laten- tes o existentes (reevaluando sus propios impulsos dinámicos y sus matrices estructurales, más significantes) y, al mismo tiempo, revalorando sus patrones espaciales más potencialmente cualitativos).

Planimetrías, esquemas, diagramas, ideogramas, logogramas y (re)masterizaciones o visiones/simulaciones evidenciarían, en cualquier caso, un juego de relevos sucesivos, movilizadores y sintetizadores, aplicables a todas las escalas y susceptibles de explorar – a través, precisamente, de esa dinámica de saltos de escala– una transversalidad generada entre lo local y lo global.

Serían, éstos, mapas de batalla llamados, en cualquier caso, a interrogar a la ciudad y al territorio, planteando (registrando, expresando, visualizando) cuestiones –explícitas o implícitas– asociadas a datos e informaciones evolutivos (procesos) y a sistemas en desarrollo (fenómenos) pero que, en si mismas, avanzarían a menudo posibles respuestas asociadas a aquellos recursos y activos latentes (potenciales) re-impulsables y orientables y, por tanto, a posibles horizontes urbanos (objetivos).

Objetivos que implicarían, a su vez, apuestas (es decir, posibles escenarios de futuro) y, por tanto, dinámicas intencionadas (estrategias) que se declinarían o for- mularían –de manera inductora y/o movilizadora– en propuestas concretas (operaciones) destinadas a convocar lugares y programas (situaciones y solicitaciones) en espacios y espacialidades clave.

Lecturas interpretativas –intencionales– condensadas en visiones de síntesis llamadas a expresar nuevos marcos relacionales para la ciudad: locales y globales, globales y locales, a la vez.

Reconoceríamos, en las anteriores líneas, otro juego de relevos hecho de transferencias entre territorio, ciudad, lugar y proyecto: a partir de la exploración de un nuevo tipo de dispositivos evolutivos llamado a conjugar informaciones y condiciones, programaciones y formulaciones, situaciones y solicitaciones, en nuevos mapas (y/o configuraciones) de análisis y síntesis a la vez (Gausa 2009, 2013a).

En este sentido, uno de los aspectos más característicos de la creciente interacción generada hoy entre espacio, tiempo e información radica, en efecto, en el alto grado de correlación y traslación multiescalar que en los actuales escenarios de cambio e intercambio (sociales, urbanos, territoriales…) tendería a poder apreciarse. Movimientos y acontecimientos plurales y fluctuantes (capas y redes de información) generan dinámicas complejas que, no obstante, presentan lógicas evolutivas asociadas a vectores internos de desarrollo (curvas atractoras, islas de certidumbre, horizontes de desarrollo, reglas combinatorias o patrones evolutivos) traducibles en posibles trayectorias de síntesis susceptibles de expresar dichos procesos, a menudo prolijos e irregulares, en formulaciones más breves: compresiones del propio sistema (compresiones, de sus estructuras dinámicas y compresiones de sus movimientos operativos) proyectadas en –tal y como hemos– en posibles mapas –o diagramas– evolutivos. Formulaciones susceptibles de traducir posibles interrelaciones n-escalares entre registro , representación

18_ GOA Diagram-City, Estrategias diagramáticas para una nueva Geo-urbanidad en la Grande Genova (GIC-LAB-UNIGE Genova + actarquitectura: 2010-2012) y proceso , y, por tanto, entre la propia capacidad de síntesis expresiva –y operativa– de tales proyecciones y su propia e implícita transformación dinámica, como praxis evolutiva (Gausa, 2010, 2018a).

La representación diagramática aludiría, en efecto, a un modo de notación (de reconocimiento y de reflexión de la propia realidad) pero también a una posible vía de proyección de dicha realidad (Krausse, 1998). Registro e instrucción. Análisis y síntesis. Diagnóstico y respuesta. Trayectoria y mapa de trayectorias (Allen,2001, Gausa, 2010, 2018a). Una expresión compre(n)siva de (posibles) maniobras expansivas. Muchas de las estrategias dispositivas que nos ha interesado investigar a nivel urbano y territorial, remitirían a esa naturaleza múltiple, genética y generativa, impulsora y proyectiva –interpretadora e interpretativa– de una posible lógica analítica y sintética,sistemática y diagramática , directa en su expresión, pero, también, compleja en su configuración, variables y compleja, abstracta y concreta , a la vez (Kwinter, 1998).

Esa naturaleza estratégicamente conceptual (y estratégicamente conceptualizadora) se concretaría, a menudo, en su condición asociada de ideograma como síntesis procesadora y narradora, a un tiempo, de posibles lógicas estratégicas, conceptuales y procesuales (Soriano, 1995).

A pesar de su naturaleza abstracta y sintética el diagrama, entendido como criterio inductor e impulsor, poseería un efecto estructural, generado entre tiempos y escalas, narrado, expresado o comunicado al mismo tiempo que lo serían aquellos criterios operativos a ellos vinculados (Lynn, 2012). No sería tan sólo un croquis (formalizador) ni un boceto (evocador) sino más bien un mapa. Un mapa estratégico de batalla y de negociación, preciso en su registro dinámico, indeterminado en su posible materialización final.

19, 20 y 21_ Catalunya Land Grid, 2003 (Fuente: Actar Arquitectura + IAAC)Cataluña como una ciudad de ciudades, como un paisaje de paisajes y como un circuito de circuitos.

22, 23, 24 y 25_ Catalunya Land Grid, 2003 (Fuente: Actar Arquitectura + IAAC). Diagramas Cataluña como una ciudad de ciudades, como un paisaje de paisajes y como un circuito de circuitos.

El diagrama –entendido como mapa de batalla – convocaría una lógica de exploración (analítica), una logica de resolución (re-formuladora), una lógica de instrucción (estratégica), una lógica de decisión (dispositiva), una lógica de acción (operativa) y una lógica de representación (expresiva) combinadas: una resolución estratégica (por abstracta y genérica) y táctica (por concreta y específica) del sistema. Pero, también, narrativa (por significante y significativa)

El diagrama apuntaría, en este sentido, a una proyec-

26_ Mapas de Batalla como dispositivos estratégico” y dispositivos (in)determinado”.

1- Batalla de Okinawa: diagrama dispositivo estratégico, tropas EEUU.

2-MVRDV. Diagrama combinatorio matriz urbana Hornse Kwadrant, Delft 1996 ción (re)formuladora (intencional y evolutiva) generada más allá de parámetros exclusivamente “formales”, desde parámetros procesales (como un haciéndose–un being o un siendo potencialmente cualitativo– impulsando procesos dinámicos en el interior de otros procesos dinámicos superiores); y en esa nueva epistemología de los sistemas no lineales (donde –para ser realmente entendidas– las estructuras sólo resultarían relevantes de coincidir con procesos dinámicos más que con figuraciones estáticas, el diagrama se convertiría en un importante instrumento operativo de cara a radiografiar operativamente la propia evolución informacional de la ciudad, de la realidad y de nuestro propio tiempo (Allen,2001, Gausa, 2010, 2018a).

27 y 28_ Diagramas e ideogramas. De arriba abajo,de izquierda a derecha: Imagen tomográgica del cuerpo humano /diagrama de Paul Klee citado por Gilles Deleuze en El pliegue / OMA: diagrama para el segundo concurso de la Bibliothèque de Jussieu. Paris, 1993 / Cecil Balmond. Diagrama para una posible “trayectoria informal” / Curva de Lorenz, diagrama abstracto / diagrama de rectificación de una curva de corriente.

Más abajo: Ideograma para el segundo concurso de la Bibliothèque de Jussieu, Paris, 1993 / FOA (Foreign Office Architecture): diagrama de flujos para el proyecto de la terminal portuaria de Yokohama, 1995 / NJIRIC & NJIRIC. Ideograma para el proyecto Hortus Sanitatis, Zagreb, 1997 / OMA; Ideograma para el proyecto del Congrexpo de Euralille, Lille, 1994-96 / Cecil Balmond: Diagramas conceptuales para el proyecto del Estadio de Chemnitz. (Kulka-Königs-Balmond, 1998) / Njiric&Njiric: Ideograma para el proyecto del centro comercial Baumax, Maribor, 1998.

29 y 30_ Diversos ejemplos de mapas de acción territorial. La compre(n)sión “a escalar” del diagrama permite sintetizar estrategias y estructuras en trayectorias selectivas, orientadoras de futuros desarrollos complejos. De arriba abajo, de izquierda a derecha: Rem Koolhaas, OMA. Diagrama/pictograma para la nueva ciudad de Melun Sénart, 1987 / Rem Koolhaas, OMA.: Parc de la Villette, Paris, 1983 / Actar Arquitectura: Diagrama de desarrrollo territorial para el Corredor Graz-Maribor, 2000 / NJIRIC &NJIRIC. Diagrama de desarrollo programático para el Centro de Maribor, 1998. 10.40. MVRDV. Diagrama de desarrollo para Almere XXI, 1997 / Willem Jan Neutelings. Nuevo esquema boomerang para Barcelona, 1990 / Actar Arquitectura: Diagrama de desarrrollo territorial para el triángulo Valencia-Denia-Alicante, 2002. 427

Más abajo Actar Arquitectura: Diagramas de desarrollo territorial Catalunya LandGrid, 2003.

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