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Antares. La estrella del diseño marplatense

Alan Neumarkt

Comenzaremos esta historia bien lejos en el pasado. Podríamos remontarnos a un papiro egipcio del siglo III, o como argumentan algunos especialistas podríamos ir hasta 10000 años antes de Cristo. Hay cierta certeza en que la elaboración del pan y su variante líquida, la cerveza, datan de aquellos lejanos tiempos. Hubo que esperar la evolución histórica y social de la bebida para que recién en el año 1516 Guillermo IV de Baviera promulgara la primera ley de pureza para definir que el resultado de la combinación de malta de cebada, lúpulo y agua fuera definida como cerveza. El emperador Carlos I introdujo cerveceros alsacianos en España y la incorporación de conservantes y mejoras en los envases dieron al siglo XIX la posibilidad de industrializar la fabricación, quedando las variantes artesanales como identidades de las antiguas abadías. Como toda circularidad que a veces la historia tiene, para los años cuarenta del siglo XX vuelve el interés por producir cerveza artesa- nalmente, recuperando tradicionales recetas europeas. Se mejoran cuestiones de calidad y se editan manuales y textos con instructivos de elaboración.

La navegación es el arte de dominar un barco, la nave. Pero también navegar es la acción de encontrar el camino. Para perfeccionar esta acción, la humanidad, los marinos, los cartógrafos, los proyectistas navales y los hacedores de instrumentos de precisión se valieron de importantes desarrollos y aunque hoy ya se utiliza la electrónica satelital y se navega por GPS perfectamente se pueden seguir surcando los mares, con apenas un sextante y una brújula, guiados simplemente por las estrellas.

En la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata la cátedra de Proyecto de Graduación del área de Productos, última materia de la carrera de Diseño Industrial (a cargo de los profesores Alan Neumarkt, Ignacio De Schant, Luciana Fernández Laffont y Ceci- lia Bastida), desarrolla áreas disciplinares dedicadas a la náutica y al tiempo libre, a la agroindustria, a los diseños de intervención sanitaria o uso médico y a la innovación en rodados urbanos. También en unos pocos proyectos algunos alumnos trabajan la exploración de la identidad marplatense. El caso que describiremos a continuación fue inverso, a partir del diseño del producto y su posterior incidencia en la sociedad podemos interpretar que se ha creado un nuevo rasgo de la identidad de Mar del Plata.

Un día de 1993, Mariana Rodríguez, alumna de cuarto año, nos avisó que se iría a vivir a Estados Unidos. Recién se había casado y su marido trabajaría allí. Unos años después regresó, se presentó nuevamente en el aula y preguntó si podía concluir sus estudios y realizar su proyecto final.

Nos contó que estando afuera le quedaba mucho tiempo libre y entonces se había comprado un libro sobre la producción hogareña de cerveza y que estaba experimen- tando con eso. Mi tesis será una chopera –afirmó. Yo acepté la propuesta con la condición que pudiéramos testear el producto. Entiéndase que me estaba refiriendo a la bebida, no al aparato.

Las siguientes clases del año, entre corrección y corrección, Mariana nos traía unas botellitas con las variaciones que iba desarrollando: Honey, Porter, Ipa, Kolsch. Y así probábamos y aprobábamos también propuestas de la chopera, la cual un día estuvo lista para la presentación.

Era una maqueta a escala real, revestida en láminas de cobre, bien terminada, incluso una vez estuvo expuesta en la Villa Victoria como muestra del trabajo de nuestros alumnos. Además Mariana le había puesto nombre a la cerveza. Se llamaría como la más brillante estrella de la constelación de Escorpio: Antares. El nombre deriva del griego y significa el rival de Ares o Marte, el dios de la guerra, porque el planeta rojo pasa en una conjunción cercana cada dos años y visualmente compiten en el cielo nocturno. Al ocupar el centro de la constelación, Antares también es conocida como el corazón del escorpión. Y es la estrella guía de los navegantes.

Tanto brilló aquella idea que su marido Leonardo Ferrari se interesó en el proyecto y asociado a Pablo Rodríguez–ambos ingenieros y emprendedores que vieron la oportunidad– desarrollaron la tecnología, produjeron sus propias maquinarias y desde el inicio en un garage pasaron a la primera de las dos fábricas que tienen actualmente.

También decidieron abrir una cervecería sobre la calle Córdoba, transformando para siempre la idiosincrasia de la ciudad, incorporando la salida con cerveza y amigos en un leit motiv social en sí mismo. En una tradicional casa de piedra marplatense se inauguró en 1998 la Cervecería Antares.

Mariana se convirtió en la directora de marketing, con su formación proyectual cuida cada detalle de las cervecerías y a través de franquicias, la marca se expandió a más de cincuenta sedes por todo el país. Además se comercializa embotellada, se exporta a varios lugares del mundo, es referente de producto y de negocio, y la hermana de Mariana, que gerenciaba aquel primer local, no me cobraba la consumición. Beneficio colateral de la docencia, podría decir.

En una de sus más recientes evoluciones Antares renovó su línea de cervezas envasadas con un notable trabajo liderado por Mariana, con el diseño de una botella distinta a las genéricas industriales y con la intervención del diseñador gráfico Sergio Pérez Fernández en las propuestas de etiquetas. Cada variedad de cerveza tiene su estilo visual, con detalles pictóricos como la catedral de Colonia en la variedad Kolsch, los puertos londinenses en la Porter o una doncella con ánfora en la Honey. La asociación de la disciplina del Diseño como concepto de base, sumado a la evolución técnica respetuosa del estilo artesanal y a la tenacidad del espíritu emprendedor dieron un resultado asombroso. Como ellos dicen, disfrutar una cerveza con amigos es casi la felicidad misma. Y los veinticinco años de éxito así lo corroboran.

Tal escala tomó el asunto que un día fue presentado un proyecto de ley proponiendo declarar a Mar del Plata como Capital de la cerveza artesanal. Brindamos por eso.

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