

Baja California: Nuestra historia
(coedición SEP-UABC)
Informe sobre el Di¡ttilo
Norte ile la Baja Caffimia
Modesto C. Rolland
Este informe es un análisis muy preciso de los problemas económicos y políticos del distrito con propuestas prácticas para soluciona¡los.

El otro Jféxico. Biografía de Baja Cdifonia
Fern¡¡do Jordán
Femando Jordán vino a esta tieffa y escribió e$e libro esÍemecedor con el cual redescubrió su existencia al re$o de la nación.
la revolución del ilesierto, Baja Caffirnia, 1911
Lowell L, Blaisdell
El autor sigue paso a paso las acciones que dieron origen a la polémica sobre el hlibu$erismo en Baja Califomia.
Baja Caffirnia. Comentario s polítiros
Braulio Maldonado Sández
Reúne las reflexiones de este hombre que es, hasta la fecha, un personaje alrededor del cual surgen las más acaloradas discusiones y controversias.
Memoria qdmittistrativa del gobierno d.el Dislúo Norte de la Baja California 192+1927
Abelardo L. Rodríguez
La memoria administrativa es un documento interesante en la historia de B aja Califomia. A la fecha es el único texto en Ia región que sintetiza la actuación Y las peñpectivas de un Periodo de gobiemo.
PUBLICACIONES: De venta en librerías y recintos universitarios o en el Departamento de Editorial en avenida Átvaro Obregón y Julián Canillo s/n, edificio de Rectoía.
Tels. 52-90-36 y 54-22-00, ext. 321 l.

número tras número hace entrega de su espacio a qulcnes se acercan a ella y ofrecen su trabajo, su esfuerzo expresivo y su oficio bien logrado. I En esta ocasión nos sumergiremos en la Ruta de paso de nuestra historia. Enconffaremos en 1o profundo de una de las comunidades de emigrantes, mucho de lo que ha dado forma a 1o que somos. Reconozcámonos en los "Mitos de una frontera subterránea" a través del testimonio-de Maricela González en una conversación sobre la comunidad china que sostuvo con Alejandro Espinoza. f De pronto, la ciudad nos parece una diaria repetición; las calles, con el paso cotidiano, se vuelven parte de la costumbre y a veces es necesario buscar la diferencia nimia para enriquecer la rutina. A los ojos de Tomás Di Bella, "La ciudad desconocida" representa una propuesta para volver a mirar cada recoveco, callejuela, pasadizo y espacio abierto para descubrir sumultiplicidad.I Ypasando alreflejo denosotros mismos através de los ojos de los creadores, Espejo de agua presenta unas líneas sobre la vida de Tomás Segovia, testimonio recogido por Jorge Ortega y Gabriel Trujillo. I En la narrativa, difícil género de expresión, podremos encontrar la tinta de Ingrid Hemández, Iveth Galván, Karina Villalobos, Hernán Gtúiérrez y Glen G. Gowen, quienes despliegan diferentes visiones del mundo, cuya universalidad es elocuente. I En nuesffo Manantial de voces, contamos con la poesía de Fidelia Caballero, Alejandro Sánchez, Alejandra Rioseco, Jorge Alvarado y Clauüa Jazmín, que en la visión de los que trabajamos en este espacio, representan las nuevas propuestas poéticas.I Letras primas, recinto de los más jóvenes creadores, presenta el pulso libre de Belén Adriana López Valdez. I Nuestra separata de obra plástica está dedicada a la cerámica de Gabriela Escrárrega y Lourdes Huerta. I Y como cierre de estaedición, los acosfumbrados Cauces denotas, reseñas y comentarios.I
Llo. Luis Javior GaÍsvlto Ella6
Eector
M.C. Robqto d6 J€aúr Vordugo ¡re¿ Seoretario g€neral
M.C. Jus¡r Joaé Bdvtus Oa¡iIs
Vioerreotor zooa co€t¿
C.P. Vlotor Má.auel Aloá,atá¡ Et¡lqu€, Directo¡ gene¡á¡ de Exte!¡sión UniveÉits,rig
Revist¿ Universitaria
COORDINACION GENEEAL
Luz Mercedes López Barrera
AsrsrEIY¡E DE cooRor¡¡ac¡óN
!.ldn-a L'a,brera EDITOR LITERAR'O
cerardo Ávila Pérez
DIsEÑo EDIToEIAI, Benito GaJrtá.n Mo¡eno
CAPTUR,A Y FON,MACION
Virgi¡is Sa¡abia Elizara¡á€
Yubai,*ii
EDITORA RESPONSABLE
Rosa Ma¡fa E8pinoza
CONSEJO EDITORIAL UABC
HorÉt Mattl¡ai, E8cuela de HuEanidades: Santos Carráaco, Instituto de I¡vqtigaoión y Desarrollo Educativol
Jorge Martlnez Zopeda, I.atituto de Investigacionea Históricaat Raul N&veja.B. Inatituto de Investiga¿iones de Geog¡afía e HiBto¡ia.
coMITÉ EDtroRrAL
Se.gio noñ¡ael Alfonso Guzmán, Aidé Grijs,lva, Gabriel Trujiuo, Roberto Cá.stillo Udiarte.
ASESORES DE ARTE
Rubén García Ben¿vides. Édgar Meraz, Héotor AlgTavez y Carlc\s Coronado Ortega (Mencali); Ma¡ruel Bojólkez y Franctuco Chávez Corrugedo (Tiju¿na): Ávaro Blancane y Floridslma Alfonzo (Tecate), Alfor¡so Cardona (Ensená.da).
I.ubaj A.ño 4, número 15, julio-septieúb.e de 1996. Revista trimestra.l publicada por Ia Universidád AutónoEa, de Ba.já Ca.lifornia. Los ártículos firmados son respbnsabilidad de Bu autor. Se autoriza la reproducoióD total o pároial de los materiale3 publiea.alos aiempre y cu¿ndo se cite Ia fuente. Certificado de licitud de tltulo número 7432. Certifrcado de ¡icitud :**1*",:"rt:í::i:r**"ii*l-"1;"*;::r.
112GAzona centro, Tijuaaa, tel. 88-36-04, en fijuana, Tecate y Bosa¡itoi Distfibuidore de Baja CaJifornia. ca,Ile Segr¡da 342-A ?ona centro EnBenada., tel. 8-11-9O, en En€e¡tada y Sa¡r QuintÍn. 8.C., y La Paz, B.C.SI¡np¡esión: Imparcolor, Mid¿ y Felipe Salido número 25, C.P. 83OOO, tel. (62) 17-1O-4o. I'ax (62) 17-4O-f5, Hermdillo, Sonora. Correspondencia: Eeviata Universitariacoordinarión genera,l UABo-flectorla. Av. Otr¡e8ón y Juliá¡ Carillo sln Mericáli, B.C., 211oo, tel§. (65) 52-90'36, y 54-22-Oo, extB. 3274 y 32?6.
Mitos de una funtera subtercánea:
Entreuista an Maúela
GonzÁ\ez FéLix
Aleja,ndro trlepinoza

Donde la híRtoria Éte nos multiplica
Maxía Edma Gómez
Ruta de paso
(Notu de subwbanidad)
Tomás Di BeUa

Afluencias
Ingrid Hernández, Iveth Galván, IGrina Villalobos Hernán Guti6rrez, Glen G. Gowen
Jorge Ortega, Gabriel Truji[o Muñoz
Loutdes Huerúa
Manantial de voces
Fidelia Caballero, Alejandro Sá¡chez, Alejandra B,ioseco, JorgeAlvarado, Claudia Ja,z,mín
Letras primas
Belén Adria¡¿ LópezV. Cauces
Notas, reseñas y comentarios
Fotógrafas: Odette Barajas, Perla Castiuo, Rocío Alejandra. Portada: Continuidad II
Fotografias de portada y Bepa¡ata: Enrique Botello
Mitos de una subtercánea
Entrevista con Maricela Gonzá7ez Félix
A la memoria de Saúl Chong
Alejandro Espinozd*
El material fotogrático que ilustra este articulo pertenece al habajo de Odette Barajas titulado "Del rio Amarillo al río Colorado".

ucho se ha hablado sobre la llegada y el establecimiento de los migrantes chinos en Baja Califomia. Nos hemos acostumbrado a recrear lo que nuestros abuelos nos contaron y a considerarlo como la historia misma del grupo, pero pocas veces hemos hecho una pausa para preguntamos sobre la certeza o el contexto en e[ que se hacen la gran mayoría de las afirmaciones que se sostienen sobre el gupo.
Para hablar de ello no será necesario acercamos a la Chinesca, ni buscar entre largos corredores subterráneos o incursiona¡ en los cientos de restau¡antes que hay en Mexicali, ni observar a los chinos para comprobar su milenario silencio. Para sabe¡ más sobre ellos, hemos acudido a Maricela Gonález, una de las investigadoras que más
contacto ha tenido con esa comunidad y que por esa razón tiene mucho que decir sobre este tramo subteráneo de nuestro devenir histórico.
Alejandro Espinoza. Nos podrias platicar a grandes rasgos en qué consiste el último trabajo de investigación que realiz¿ste sobre la comunidad chi¡a.
Maricela González. Se trata de dos trabajos diferentes. Uno de ellos es propiamente una investigación qde lleva pot tifjJlo', Ftontela de una ciudad
*Esrcsa¿lo de la E cuela de Ci¿ .ias Sociale| ! Pollt¡cos de lduaBc y ndcltm ¿cl C¿ntru d¿ Fn-\eñaza f¿lni.o r
subterránea: El conlacto culturql chinomexicano, y el otto trabajo es una historia de vida de un inmigrante chino, la cual se tit§la Historia de unq trqvesía que se cowirtió en lq;enda: Testimonio de Saúl Chong.
El testimonio de Saúl Chong es un esfuerzo por recuperar la historia de vida de un inmigrante chino. Es un relato que al tiempo que narra la vida de SaúI, incluye en cierta forma Ia travesía que han realizado muchfsimos migrantes chinos para establecerse en Baja Califomia.
Realizar la historia de vida de Saúl Chong no fue tarea fácil, toda vez que al principio intenté buscar a inmigrantes con ciertas características necesarias para el estudio, y una vez localiz¿dos lograr que los informa¡rtes tuvieran la disposición y el tiempo para relatar su historia.
En esta fase del trabajo normalmente es diflcil lograr ambos propósitos, principalmente porque existen muchos obstáculos en la esfera del lenguaje y en general en el ámbito de la cultura.
Generalmente los chinos de la tercera edad no dominan bien el español, a lo que se agregan los problemas de comunicación cuando de un grupo cultur¿l diferenciado se trata. Por ejemplo, recuperar [a información sobre tradición cultural de un grupo, cuando su tradición cultural sirve al mismo tiempo de obstáculo y enlace para el contacto cultural con el grupo que le es diferente, es un trabajo sumamente diffcil de lograr.
La historia de vida es el principio de un esfuerzo necesario para recuperar la historia del grupo en la región. Estudiar a la comunidad china no es tarea fácil; algunos investigadores que han puesto empeño y esfuerzo por realizar diferentes proyectos de inYestigación han tenido muchas dificultades para concretar esos trabajos. En consecuencia, pienso que en la medida en que nosotros reconstruyamos la historia del grupo desde dife¡entes perspectiyas estaremos contribuyendo en la labor de completar lahistoria de Baja Califomia. Si no lo hacemos, la historia de Baia Califomia será una historia parcial.
AE, Esto viene a servir como un fundarnento testimonial de lo que es y lo que ha sido Ia experiencia de la migración chinahacia Baja Califomia.

MG. En efecto, gran parte de los migrantes chinos tuvieron la experiencia de la gluerra,lafortalezade su nadición cultural y la fuerza suficiente para dejar su patria. Estos son elementos constantes que figuran en la vida de muchos migrantes.
En ese sentido, la historia oral de Saúl Chong Martínez recupera estos aspectos. Su narración inicia con la travesía realizada por su padre entre 1914 y l9l5 desde China hasta la región del golfo de México, cuando la primera guerra mundial había comenzado y en China se habla difundido la noticia de que habfa un lugar de México que estaba tranquilo, donde no habfa guerra y se
Estudiar a la comunidad
china no es tarea fácil; algunos investigadores han tenido muchas dificultades para concretar esos trabaios

requerla de mucha gente pa¡a trabajar en la industria petrolera y el comercio.
Desde muy pequeño, Saúl Chong mostró un gran interés por conocer el lugar de origen de su padre. A los once años decidió hasladarse a Cantón, China, lugar donde viviría durante 1930a 1940. Eneltranscurso de esos dos lustros, Saúl Chong grabó en su memoria fotográfica las imágenes de las tradiciones culnrales del pueblo chino. entre las que destaca la celebración del año nuevo chino, un dfa de luz brillante, la fiesta del dragón o del quinto día del quinto mes, la fiesta del séptimo día del séptimo mes, luz de luna, la f¡esta del noveno día del noveno mes o fiesta de los papalotes o cometas, la fiesta de inviemo, las bodas y funerales chinos, tradiciones que describe con una gran calidad narrativa.
Igualrnente quedaron grabadas en su memoria las atrocidades de [a guerra, cua¡do estuvo a punto de ser una víctima más de los miles de chinos que vivieron y murieron durante la invasión japonesa o China. Las experiencias d€ su amigo más cercano que decidió trasladarse a Sian, lugar en el que se encontraba el cent¡o de operaciones de Mao Tse Tung, amigo al que nunca mfu volvería a ver y de quien jamás tendría noticias. Saúl Chong comenta que hacer la travesfa de miles de kilómetros por el interior de China para llegar a Sian resultaba sumamente aventurado y problemático porque todos los pueblos estaban afectados por la guerra, de tal suerte que no era fácil transportarse o conseguir lugar dónde vivir. Saúl nunca pudo enterarse si su gfan arnigo logró vencer esos obstáculos para alcanzar su más grande propósito: llegar a las montañas en las que se encontraba el centro de operaciones de Mao.
En este testimonio, Saút Chong describe cómo ocurió su retomo a Tampico, México, en 1940, lugar en eI que residía su familia. Alll enfrentó la fragilidad de la identidad y el rostro grotesco del racismo antichino que caracterizó en aquel momento a esa región. Levantó su voz para decir que por ninguna razón cambiaría sus derechos ciudadanos y para enfatiz¿r que a nadie, ni por ningún precio, vendería su identidad.
La historia de vida dedica un espacio a su constante migración en busca de empleo, a la dispersión de su familia por razones
similares, y a su soledad que poco a poco lo condujo a la frontera de los migrantes: Mexicali, Baja Califomia. Aqules donde a través de las organizaciones chinas, recrea el legado de su tradición cultural que había sido fortalecida en los dos lustros de su vida en China. En virtud de su experiencia. afirmará que la tradición cultu¡al de los chinos residentes en Baja Calitomia ha sido adaptada y modificada a las condiciones que ellos tienen en Baja California. Igualrnente, recrea una época importante de la vida de los chinos en esta región. La inminente retirada de los chinos de la actividad agrícoladel valle de Mexicali, en virtud de la expropiación de las tienas a las compañías extranjeras y las desventajas que derivaron de est¿ acción. La búsqueda nuevamente y la apertura de otro sector de la economía en el que escasamente habían participado y experimentado y los temores a los que se enfrentaron cuando ellos come¡zaron su actividad económica en el sector comercial y de servicios.
AE. Este personaje, ¿qué edad tiene ahora? ¿Vive todavla?
MG. Saúl Chong falleció el I I de mayo de 1996, vfctimade un infarto al corazón, cuando estaba próximo a cumplir sus 77 años. Tuve la gran fortuna de poder estar a "§&b"-
su lado en sus últimos mom€ntos, y. conversar nuevamente como lo haciamos cuando estábamos escribiendo su historia.
AE. ¿Cuándo iniciaste este trabajo de investigación y, en esa época, qué fue [o que te motivó para llevarlo a cabo?
MG. En enero de 1994 inicié el trabajo de investigación Fronterq de una ciudqd subterránea: El contacto cultural chinomexicano, mienttls que el testimonio de Saúl Chong llistoriq de una trqvesía que se convirtió en lq)enda fue un trabajo paralelo a la investigación.
Sin embargo, en 1990 habia realizado otro estudio sobre la comunidad china, el cual tuvo como resultado una publicación titvlada El proceso de aculturqción de la población de origen chino en Mexicali.
El inicio del estudio sobre el grupo étnico chino dio principio en el área de investigación del entonces Museo Regional Universitario. En ese tiempo, formando parte del grupo de investigadores del museo, tenfamos interés especial en hacer una propuesta global de reestructuración del guión museográfico de las salas permanentes que entonces existfan.
Observábamos que el guión museográfico Sobre historia de Baja California vigente en l99l presentaba grandes limitaciones, tales como el deterioro y desarticulación de los temas presentados en las salas de exposición permanente. Esa situación oríginó que el área de

investigación del Museo iniciara una serie de proyectos de investigación y presentara una propuesta global sobre la hisroria social, natural y culturál de Baja California.
EÉa propuesta consideró tres conceptos tlásicos: desierto, migración y frontera, que desde nuestro punto de vista eran representativos de nuestro medio, a1 tiempo que permitía encuadmr los temas regionales en un marco flexible y coherente, sirviendo de ejes directrices para la realización de las investigaciones.
Así, las nociones desierto, migración y fiontera se vincularon a través de las
La temprana migración china hacia Baja California está directamente vinculada con la actividad de la Colorado
River Land Co.

variables rigor y diversidad ambiental, adaptación-Íansformación y temporalidad. De ese modo, el desierto se asumió como el escenario en donde se desarrollaban los diferentes procesos sociales y cultu¡ales por [o que se definió que permanecerfa a todo lo largo del discurso museográfico.
Se procedió a hacer una selección de los ambientes considerando principalmente aquéllos donde se asentaron y desarrollaron diversos grupos humanos a través de la historia de Baja Califomia. Dentro de cada ambiente se integraron los recursos , naturales existentes y el uso y transformación que el hombre hizo y hace de é1.
Asl se determinaron especialmente cuatro ambientes: et bajo delta del Colorado, la sierra, el mar y la costa, y el desiefo central. De esa forma inicié el estudio sobre el grupo émico de origen chino. Este estudio se situó en el contexto general de modificación del guión museográfico, que se encontraba incluido efr el concepto de migración.
EI criterio preliminar de selección de los grupos culturalmente diferenciados tenía como base el grado de adaptacióntransformación al medio natural así como
del desar¡ollo cultural alcanzado por cada grupo. Luego de una serie de reflexiones se determinó contemplar en la propuesta de guión museográfico a otros grupos culturales: prehistóricos y ¿utóctonos, españoles (misioneros y población civil), grupos émicos de origen extranjero (compañlas extranjeras), estadounidenses, ingleses, hindúes, chinos, japoneses, rusos y fi nalmente los mexicanos.
AE, Haciendo refe¡encia a la historia de los primeros pobladores chinos aquí en el valle de Mexicali, ¿de qué regiones o de qué poblado de China provenían?
MG. Generalmente procedían de distintos distritos d€ la provincia de Cantón, China. Cantón tiene aproximadamente cuatrocientos distritos, o municipios, como los conocemos en México.
AE. ¿De qué manera llegaron los migrantes chinos aquí?
MG. La migración china hacia esta región se encuentra vinculada con el desarrollo del suroeste de Califomia, Estados Unidos. La ruta normal de la migración de chinos o ginarios de Cantón era trasladarse al puerto internacional de Hong Kong para tene¡ como punto de destino San Francisco.
Su temprana mig¡ación hacia Baja California está di¡ectamente vinculada con la actividad de la Colo¡ado River Land Co., compañla estadounidense que se estableció en el valle de Mexicali, y que se asoció con empresarios chinos de California para traer fuerza de trabajo de origen chino y lograr la a¡dua tarea de apertura de las tierras vfrgenes del valle de Mexicali. Durante muchos años los migrantes chinos fueron enganchados y trasladados a esta región.
AE. ¿Existen algunas otras razones de su migración?
MG. Desde luego que sf, dependiendo del mom€nto y el contexto internacional, las razones de su temprana migración tienen por lo menos un doble origen: la situación de los migrantes en su lugar de origen, y el contexto intemacional.
Si hacemos una recapitulación rápida de lamigración chinahaciaCalifomiá, podemos encontrar situaciones muy concretas que explican el proceso de su migración. primero a California y después hacia Baja California.
Tal parece, si mal no recuerdo, existe un momento -creo que es en el año de 1850-
cuando la emigración de Cantón fue extremadamente alta respecto a las estadísticas de años anteriores. En ese entonces Cantón vivió una revuelta que poco a poco fue transformándose en una guerra civil. Me refiero a la revuelta de los Tai Ping. Existen publicaciones muy interesantes en donde se na¡ran y describen estos sucesos. Los Tai Ping eran guerreros que luchaba¡ conta la dinastía.
Una vez que los Tai Ping se enfientaron y se percataron de lo difícil que iba a resultar vencer a su enemigo, muchos de ellos decidieron suicidarse antes que caer en las manos de su enemigo.
En grafr parte de la literatura que escribieron los guerreros Tai Ping, describieron dife¡entes lugares de las montañas de China en donde habían dejado descansar sus armas para cuando los futuros guerreros las necesitaran, y asimismo aparecfan los nombres de esas zonas. La gran mayoría de la gente situaba esta literatura en el plano esfictamente poético, sin pensar que fuera algo que realmente hubieran llevado a cabo. Al transcurrir el tiempo, Mao Tse Tung reflexionó sobre el cont€nido de esa

Iiteratura y empezó a hacer la brlsqueda de Ias armas en los lugares en que la literatura indicaba, y en efecto logró localizarlas.
AE. Que era -pienso-, literatua épica, es deci, experiencias de lo que fue la rebelión. Y al mismo tiempo ésta manifestaba la esperanza. ademfu de hablar de los Iugares donde ellos habfan dejado sus armas.
MG. Así es. Además de las revueltas de los Tai Ping. hubo una serie de situaciones que hicieron todavía más ahactiva la idea de emigrar. Entre ellas podemos destacar los bajos costos de los viajes marltimos hacia América, la expansión territorial de Estados Unidos, que estuvo acompañada de una política de poblamiento, de una amplia oferta de empleo generada por la construcción del ferrocarril transcontinental, de grandes posibilidades de obtener un pedazo de tierra, a lo que se sumaba el descubrimiento de los yacimientos de oro en esa región.
Pero, como en todo auge, sobrevino la crisis. La salida a ésta se orientó en favor de Ia aprobación de una legislación discri¡ninatoria que prohibfa Ia inmigración de chinos hacia este pals. Se trataba de la primera legislación contra un grupo étnico de origen extranjero.
Los chinos empezaron a ihcursionar en las costas de Baja California a finales del siglo xx, dedicados a la pesca del abulón. Esa experiencia de navegación, aunada a la legislación discriminatoria, provocó que grupos de inmigrantes chinos comenzaran a establecerse en la región de Ensenada, Baja California.
Asimismo, otros migrsntes chinos llegaron a esta región, procedentes de diferentes estados de la república mexicana. Durante [a década de los veinte, en dive¡sos puntos de México se organizaron los comités antichinos, que pugnaban por la prohibición de los matrimonios chinomexicanos, por la definición de áreas especiales en donde habitaran exclusivamente los chinos y, en muchos casos, se organizaron procedimientos que pretendían debilitar la participación de los chinos en las diferentes esferas económicas. Todas esas acciones culminaron con una legislación discriminatoria que provocó que gran cantidad de chinos se trasladaran hacia BajaCalifornia, en busca de refugio.
La migración china hacia esta región está asociada a la condición económica que los

chinos tienen en su lugar de origen, al constante estádo de guerra e invasión que ha caracterizado lahistoria general de Chin4 a la posibilidad de eDconfar una mejor condición de vida y a contar con los lazos y la redes necesarias para trasladarse desde su lugar de origen y establecerse en Baja Califomia. Todos estos factores han contribuido a la migración del grupo hacia esta región.
AE. Los chinos primero llegaron para habitar el valle. ¿Cómo se dio el proceso de transición entre el yalle y la ciudad.
MG. Hay tres situaciones particulares que ocurren previamente al cambio de la participación de los chinos en el sector agrícola al comercial y de servicios.
La década de los veinte fue crltica para la comunidad china. Inició en l92l con la aprobación de la legislación que cancelaba la inmigración china a México, continuó con una política de poblamiento que se conjuntó con el retomo de mexicanos repatriados de Estados Unidos que demandaban empleo, y que se acompañaba de la crisis agrícola de la región. Por su parte, la década de los treinta continuó con la estrategia de mexicaniz¿ción de Ia peninsula. que determinaba la expropiación de las propiedades de la Colorado River Land Co. y la exclusión de los extranjeros de la actividad agrícola. con Jo que chinos. japoneses, hindries y estadounidenses quedaron fuera del sector agrlcola.
Cuando los chinos participaban en el sector agrícola de la ecoaomía, habfan iniciado de mane¡a incipiente su participación en el sector comercial y de servicios, en virtud de la necesaria comercialización de los productos agrícolas; sin embargo, latransición al sector comercial y de servicios resultó al principio un espacio ajeno y diflcil de activar.
AE. ¿Qué es lo que más ha causado curiosidad sobre la historia de los chinos?
MG. Genera¡mente cuando hablamos o pensamos en los chinos, las ideas que comúnmente estructuramos tienen que ver con fumaderos de opio, casinos, subterráneos, mafias, taspaso de actas de nacimiento y de defunción, tráfico y contrabando de migrantes chinos. Es decir, en nuestra memoria prevalecen una serie de generalizaciones que se han hecho sobre el grupo a lo largo de su historia en la región. La mayor parte de las veces esas
generaliz¿ciones tienen que ver con las primeras formas en que desarrolló el contacto chino-mexicano.
Escasamente se ha investigado sobre estos tópicos. Por esa razón se han conYertido poco a poco, tanto en el discurso común como en el polltico, en un espacio en el que prevalecen el mito y el sensacionalismo.
También se han originado otros mitos como el que se considere que los chinos han logrado un proceso de integración regional por el sólo hecho de asumir que en la actualidad existe en Baja California un importante nrlmero de restaurantes. Ese aspecto es tan sólo una parte del proceso de
La gran mayoría de los chinos que vivieron en la región desde principios hasta mediados de siglo habitaron en sótanos y subterráneos
integración. En efecto se ha desanollado un proceso de integración económica, pero éste se ha acompañado de un proceso de segregación sociocultual, que pocas veces percibimos.
AE. ¿Nos podrías h:blar un poco acerca de eso? Yéndonos paso por paso en cada uno de los mitos que existen. Por ejemplo, ¿existen los subterráneos? Si existen, ¿de qué han funcionado y en qué se a§emeja la existencia de estos subterráneos con el rumor o el mito?
MG. Son varios los mitos.que existen entre los mexicanos respecto a los chinos. Uno de ellos es justamente la existencia de
nlneles subterráneos que conectan a México con Estados Unidos o subterráneos semejantes a la construcción de una ciudad subterránea en Mexicali, donde habitan los chinos. Debo decir que este fenómeno se ha estudiado poco; la leyenda y el mito han cubierto ese vaclo de la historia sobre el hábitat de la comunidad china.
Hasta donde he logrado investigar, la gran mayorla de los chinos que vivieron en la región desde principios hasta mediados del presente siglo habitaban en sótanos y subterráneos.
Por ejemplo, SaúlChong narra en su historia de vida, que en una ocasión, siendo intérprete del consulado y miembro activo

de la Asociación China, llegó a la asociación una señora que rentaba una habitación a un paisano. Ella quería que alguien fuera a ver a ese señor porque estaba muy enfermo y no sabían qué hacer con é1. Apunta Saúl Chong: "Fui yo quien atendió el caso. Esa señora y yo nos trasladamos al lugar donde se encontraba el paisano. Poco antes de llegar se vela la casa de la señora, despuéi, un patio a lo que continuaba una especie de montlculo con un acceso al interior, por donde empezamos a descender. Me sorprendió tanto darme cuenta de que aquel hombre viviera en un subterráneo,
"Recuerdo que era veraao, y cuando empezamos a descender sentimos un cambio drástico en la temperatura del ambiente. Ese espacio estaba hecho para soportar el clima extremoso de Mexicali. Muchos de los paisanos de principios de siglo vivieron en esas condiciones y tuvieron que transformar el ambiente para sobrevivt. Por esa razón mucha gente piensa que los chinos continúan viviendo en subterráneos".
AE. Eso es, más que nada, la razón de la existencia de estos subterráneos, para protegerse del calor o vivir en un clima más agradable.
MG. Sí, aunque los sótanos ubicados en la zona de la Chinesca, que iguaknente funcionaron en esa época, sirvieron también de hábitat de tos migrantes. Las sociedades mutualistas de los chinos que se localizan en esta zona tenlan sótanos habilitados para recibir a los migrantes.
Saúl Chong narra también en su historia de vida que los subterráneos que las sociedades chinas hicieron cuando llegaron los primeros inmigrantes -cuando no habla abanícos, ni corriente eléctrica- al transcurrir el tiempo fueron haciéndose menos necesarios. Pese a ello, las sociedades no vieron por qué destrut o tapar aquellos subterráneos que, entre otras cosas, les permitfan alojar a algunos miembros de la asociación que recién inmigraban. En otras ocasiones, cuando los paisanos no estaban en condición de renta¡ un apartamento o una casa, pe¡maneclan alli. De alguna forma estos lugares han permanecido como habitación desde entonc€s.
En otro comentario acerca de los subterráneos, Saúl Chong recordaba que cuando había dado inicio la reconstrucción del cruce fionterizo Mexicali-Caléxico, habían encontrado del lado de Estados Unidos una bóveda que se dirigia al rumbo mexicano, la cual, después de cierta distancia donde daba principio, tenia una especie de bóveda clausurada. Él decla que eso hizo suponer la existencia de un conducto subterráneo para comunicar a los dos países. Y agregaba que si en realidad lo fue, debió de haber funcionado hace mucho tiempo, pero por su estructura, pensaba que se trataba de un conducto a través del cual podían comunicarse las casas dejuego, los casinos que existieron en aquel tiempo y que generalmente eran propiedad de gente
de otras nacionalidades, como estadounidenses. No eran precisamente chinos los que más actividad tenlan allf.
AE. ¿Ya no habitan esos sótanos?
MG. Eventualmente los habitan, aunque ahora son más bien lugares exfemadamente deprimentes, oscuros, en los que generalmente se guardan objetos que ya no se utilizan.
A§. Estos subterráneos se circunscriben más que nada al primer cuadro de la ciudad, ala zona centro de Mexicali.
MG. Sl. Y además hay otra serie de mitos, como el caso del tráfico de indocumentados chinos. Yo pienso que la mayor parte de las veces se hacen generalizaciones sobre este problema, y allí es donde se erige el mito. Para evitar esos problemas es importante situar las características y los momentos en que se desarrolló este fenómeno.
AE. Lo que se manejó cuando ocu[ió eso. fue que hasta l9q3 lo descubrieron; sin embargo, esto tiene años y años, pero es la primera vez que lo sacan a Ia luz y la mayoria de la gente que comenta acerca de esto, presupone que el traslado de barcos y el Aáfico de chinos ha existido durante mucho tiempo, sólo que esta vez si salió er los medios. ¿Es cierto esto?

MG. Bueno, ya en el pasado --creo que en 1955- un periódico regíonal, El nuevct mundo, plblícó d.enuncias de tráfico de chinos en Baja Califomia. Se declaró que en la zona del Valle de Guadalupe existía una pista de aterr¡zaje clandestina. En otros momentos de Ia historia, igualrnente se ha hecho público el tráfico de ciudadanos chinos.
Evidentemente, los niveles de información, detección, detención y control de la migración han variado con el tiempo. como también se han visto modificados el proceso de migración y sus estrategias. En ese sentido podemos encontrar que durante el periodo de gobiemo del coronel Esteban Cantu fue el momento de mayor crecimiento de lamigración china en la región, debido a las políticas de poblamiento y a las necesidades de desarrollo agricola que caracterizaron a esta zona. Posteriormente, lamigración china se modiñcó sustancialmente a partir de la legislación de 1921, que prohibió la intemación de este grupo al pals.
Por otra parte, y en relación con el caso de los indocumentados chinos que descubrieron en una casa bodega de Maneadero, Ensenada, así como la detención de las embarcaciones que se descubrieron en las
Cuando los chinos
participaron en la actividad de los casinos y fumaderos de opio, fue porque el gobierno de aquella época la consideraba legal v'
costas de California y Baja Califomra durante el periodo de 1993 a 1996, obedecen mucho más a situaciones de cof¡ntura internacional que a un procedimiento permanente de la migración.
Igualnente ocurren situaciones muy particulares que es importante señalar. El tráfico de indocumentados chinos no opera aisladamente. Se sabe, por ejemplo, que en el caso de las embarcaciones que se detuvieron en el verano de 1994, el Departamento de Ilteligencia de Estados Unidos logró obtener información acerca de la participación de un general mexicano en el tráfrco de cerca de 600 indocumentados chinos; también se denunciaban la ruta que seguirfa el tráfico de los ciudada¡os chinos y la cantidad monetaria que el general mexicano percibAía por ese trabajo.
Otro de los mitos que existen es el que tiene que ver con los fumaderos de opio. Cuando los chinos participaron en la actividad de los casinos y fumaderos de opio, fue porque el gobiemo de aquella época había legislado en favor de la práctica de esta actividad. Es decir, dedicarse a esto era un acto legal. El problema sobrevino cuando esta actividad se convirtió en un acto ilegal y continuó practicándose a pesar de una serie

de campañas moralizadoras que los gobiemos sucesivos a Canhi desaxrollaron. La s¡tuación terminó por agravarse aún más porque a pesar de que los chinos se retiraron de esa actividad, continuó reproduciéndose en la memoria de los mexicanos una imagen negativa del gnrpo.
AE. ¿Actualmente existen todavía estos casinos y firmaderos de opio?
MG. Hasta donde yo he investigado, los fumaderos de opio no. Parece que eventualmente funciona uno que otro casino donde practican sus juegos tradicionales de azar. He tenido la oportunidad de presenciar en la casa de un inmigrante chino algunosjuegos de azar, como el dominó chino, que es extraordinariamente interesarte.
AE. Al pensar en las razones por las cuales no hay una integración sociocultural de los chinos en esta zona. surge la pregunta: ¿cuál de las dos partes de las que estamos hablardo aqui, crees que esté propiciando segregación?
MG. Yo no dirla que de m¿nera intencional los chinos o los mexicanos hayan o estén propiciando la segregación. Conside¡o más bien que se hata de un proceso que ocure en un contexto histórico determinado, a lo que además se agrega que
se trata de grupos culturales totalmente diferenciados. Pienso que a partir de ambas situaciones -+s decir, tanto del contexto, como de la diferencia cultural y las formas en que estos dos elementos entran en juego en el momento del contacto entre ambos grupos- se perfila y se construye esa tendencia de segregación sociocultual que hoy prevalece.
Sin embargo, es importante señalar que hasta el momento pocas veces se han definido estrat€gias de integración de los diversos grupos cultwales que residen en México.
La experiencia de esas estrategias generalmente han sido orientadas en favor de un proceso de integración del grupo disímil a lo que se ha considerado la cultura nacional. Esa estrategia supone lo nacional como un todo homogéneo, y asume la integración como un proceso en el que es necesario un proceso de desintegración del grupo cultural que se pretende integrar.
En el caso de los chinos, es común escuchar afirmaciones eñ el sentido de que los chinos son herméticos, no se asimilan, etcétera, pero lo que en todo caso tendrlamos que preguntamos serla: ¿a qué referente tendrlan que asimilarse los chinos? En relación con este aspecto considero que es impofante pensar en el proceso de integración del grupo en el marco del respeto de su cultura.
AE. ¿El hecho de que sea muy arraigada la cultura china de aquí de esta zona, no

manifiesta su falta de integración a la otra cultura en la que participan geográficamente con los mexicanos?
MG, Desde luego que sl. Los obstáculos que históricamente se han desarrollado para que se efectúe el contacto cultural chinomexicano, han conducido sin duda a que ellos preserven su propia cultura. Por ejemplo, las organizaciones, las sociedades mutualistas o en general las agrupaciones chinas han servido en cierta forma como refugio ante las amenazas que en determinados momentos ha rep¡esentado la cultura mexicana.
Por otra parte, considero que en la actualidad se continúan practicando tratados desiguales entre chinos y mexicanos que afectan las relaciones entre anbos grupos. Como ejemplo de esto, tenemos que previamente a la firma del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el gobiemo mexicano negó la intemación de productos comerciales chinos, tales como zapatos, juguetes y textil€s. Después de una campaña nacional que sostenla que al tratado "habia que entrarle con calidad", se declaraba la negativa de intemación de los productos comerciales chinos en virtud de que cerca de cuatocientos mil empleos se habían perdido. asi como el hecho de que buen número de maquiladoras hablan tenido que cerrar como consecuencia de la entrada de los productos comerciales chinos y la
desventaja que para el productor mexicano tenfa la internación de esos productos. De modo que, al parecer, de lo que se tmtaba era de entrarle al Tratado de Libre Comercio con calidad, pero de subordinado a la estrategia del mercado estadounidense.
AE. A lo que vas es que estas decisiones expresan en esencia una actitud separatista.
MG. Lo que quiero decir es que estas medidas son muy parecidas a las eskategias de que se valieron los comités nacionalistas antichinos en el pasado para socavar €l comerciochino.
Estrategias muy desiguales, generalmente acompañadas de protestas y manifestaciones públicas de tono racista.
AE. Manifestaciones dignas del Ku Ktux Klan.
MG. Manifestaciones temerarias. En los documentos históricos que hemos encontrado, existen convocatorias para participar en manifestaciones públicas antichinas en las que se haclan declaraciones tales como: "... en esa manifestación, tu, mexicano, podrás gritar a los cuatro vientos que ya estás cansado de se¡ la camada del tibuón asiático, que te ttaniza, estafa, y se burla de tu imiotencia" Otras más declaraban : "demuestra al chino que nuestra raza es superior a la raza amarilla, toda llena de microbios pemiciosos y de lacras purulentas de lupanar". "Mexicano, demuéstrale a los hombres de ojos oblicuos

y mkada torva que México es un pueblo viril y que por ningún concepto permittá que extranjeros ambiciosos que ningún benefició apofan a la nación, sigan enarbolando el estandarte de su desmedida ambición, estafa y codicia".
AE. Para concluir. Me he dado cuenta durante Ia entrevista, que las intenciones originales para hacer este t¡abajo, además de que se han cumplido, presentan una serie de percepciones y persp€ctivas que tu no habías tomado en cuenta, una serie de impresiones que no esperabas acerca de este €studio. ¿Cuál ha sido el cambio entre la perspectiva original y el.rabaio final?
'MG. Siempre tuve claro que se trataba de un trabajo muy importante y muy interesante tle realizar, pero nunca alcancé a visualizar lo diflcil que iba a resulta¡ desa¡rollarlo. Por otra parte, considero que uno de los más grandes retos que logra est€ trabajo consiste en haber establecido finalmente un acercamiento con los integrantes de [a comunidad china de la región, que por pequeño que sea este acercamiento representa un gran paso en este esfuerzo. Igualmente considero que e[ estudio me permitió conocer el rostro oculto del grupo étnico, un rostro diferente del que comúnmente tenemos acceso.
AE. Al que prevalece en la conciencia.
MG. SI. Y
Una forma de asumir la soledad, serÍa aquélla en la que el sujeto se ahonda en sí mismo, no para hu¡r del mundo sino para obtener un reposo interior, sin apartarse del impulso gregario, según el Fel,x solitar¡um de Petrarca. En oposición, estaría el caso de quien se adhiere a ella como una única salida frente a un mundo que lastima, y en defensa propia de su emotividad. Este serfa tal vez el caso de Juan Rulfo, cuyo conlroversiál sentidó dé la existenc¡a confrontaba dos real¡dades: una, la del hombre de la vida diaria y su necesidad

Donde la historia se nos multiplica
María Edma Gómez* Fotograf ias: Perla Cast¡llo
*Esctitorc y maesfra del Centro de Estudios Lileraios del lnst¡tulo de Cultura de Baja Callorn¡a.
de permanecer oculto, ¡nadvertido, y otra, la del escr¡tor, que lo coloca dentro del ámb¡to literario como el autor que se consagra en Pedro Páramo, obra considerada como la máx¡ma expresión de la novela mexicana, con la que se inic¡a un importante proceso de transformac¡ón hacia la novela de nuestros dlas.
¿Cómo pudo lograr esto un hombre casi tímido, nacido en la prov¡ncia de Sayula, en el estádo de Jal¡sco, que para v¡v¡r debía ocuparse de asuntos de aduanas y oficinas, cuyo rechazo a los medios de comun¡cación era evidente, y motivo de comentarios advercos a su actitud como no propia de un autor de su categorfa?
Hac¡a 1955, año en que Pedro Páramo se publica por primera vez, Rulfo habfa escrito varias obras, pero ninguna de tanta trascendenc¡a como ésta, que sorprende no sólo por su

oflginalidad, s¡no por su enorme aliento ¡nnovador, que transf¡gura los ésquemas anter¡ores basados en lo ascendente y l¡neal de la estructura, y lo anecdótico. Rulfo no sólo supera esta visión inmediata de la realidad, s¡no que nos coloca simultáneamente en diversos planos de temporalidad, y aunque la temát¡ca rural nos presenta el poder desmed¡do del cacique, también nos muestra, como
deciamos en un pr¡ncipio, la soledad, en la cual el hombre se afsla por sus propias m¡serias, sus m¡edos, temores y egoísmos, y nos habla de esa otra soledad, la del olv¡do, de los pueblos escondidos, sepultados en reg¡ones casi místicas, pueblos como Comala, sin ruidos, donde se oyen caer las p¡sadas sobre las piedras redondas de las calles, de cuyo abandono leemos en Pedro Páramo:
Fu¡ andando por la calle real en esa hora, m¡ré las casas vacias, m¡s p¡sadas huecas repitiendo el sonido en el eco de las paredes...
Desde el monólogo interior conocemos a los personajes, sus goces, sus olores, sus esperanzas, sus culpas, sus memorias:
¡/e acordé de lo que me había dicho mi madre (AIlá me oirás mejor, encontrarás más cerca de ti la voz de m¡s recuerdos que la de mi muerte, si es que alguna vez la muerte ha tenido alguna voz) Mi madre... la vida...
El tiempo y el espacio en que se mueven los personajes en Pedro Páramo, parecen no estar def¡nidos, ni siquiera después de la muerte, en donde la narración nos los entrega vivos.
..- El c¡elo para mi, Juan Prec¡ado, está aquí donde esloy ahora. ¿Y tu alma?
¿Dónde crees que haya ¡do?
-Debe andar vagando por la t¡erra como tantas otras; buscando v¡vos que recen por ella...
El lenguaje coloquial y el lenguaje poét¡co son un recurso de Rulfo para mostrar el mundo fntimo de los personajes en el flu¡r de la conc¡encia, como en el sigu¡ente fragmento en el que habla Susana San Juan:

En el mar sólo me sé bañar desnuda -le dije- y el me sigu¡ó el primer día desnudo tamb¡én, fosforescente al sal¡r del mar...
Rulfo elige la palabra precisa para narrar la experiencia vivencial de percib¡r "el color de la tierra, el olor de la alfálfa y del pan", y entregarnos en el d¡scurso poético "un pueblo que huele a m¡el derramada", pero también recurre al lenguaje cot¡d¡ano de la provincia: "D¡cen por ahf los díceres que él es el que se encarga de conchavarle muchachas a don Pedro."
Pedro Páramo es una novela breve, que nos ofrece la oportunidad de varias lecturas' cada una de ellas nos recrea con un mundo fasc¡nante: de pronto la histor¡a se nos multiplica, se nos hacen varias historias, cada una de ellas es un misterio por descubr¡r, cada personaje nos muestra su interior, el hombre todo; la mujer, Susana San Juan, "una mujer que no eIa de este mundo"; Pedro Páramo, muerto
y vivo desde hace muchos años; Comala, "la mera boca del inflerno", pueblo sin ruidos. pueblo que vlve a través de la memoria, donde "de pronto puede tronar el cielo, caer la lluvia, puede venir la pr¡mavera"; los muertos, ese "gentío de ánimas que andañ sueltas por la calle"; Juan Preciado, el hijo de Pedro Páramo, a qu¡en mató el miecc "Me mataron los murmullos. Aunque ya traía retrasado el m¡edo. Se me habÍa venido juntando, hasta que ya no pljc= soportarlo."
Por quinta vez visito Pedrc Páramo como si visitara una ciudad, donde ¡nvariableri€n= encuentro alguna esquina nueva, algún rincón olvidadc ., como siempre, me quedo ca. Susana San Juan, en parte porque revela el alma ferneni.a Pero mi filiación profunda a e€= personaje sucede desde la poesía, porque Susana San Juan es un poema vivo en E novela de Rulfo, donde el rna" moja sus tob¡llos y le va rodeando la cintura con su brazo suave, donde los gorriones ríen y picotean las hojas que el viento hace caer V
h ciudad desconocida
(Notas de suburbanidad)

Lamole
Caminarpor las calles, avenidas, callejones o privadas de la ciudad es también redescubri¡ una ciudad que se ostenta como una mole real y que a[ ciudadano se le viene encima. Aun si ésta es una ciudad como Mexicali, donde los edificios inmensos o los rascacielos no son su principal tónica, la sensación laberlntica que la urbe plantea es similar a todas las modernas ciudades. En otros aspectos, esta ciudad candente tiene sus propios símbolos y códigos, sus propias señales de reconocimiento e identidad.
Pero más que viajar o sumergirse o atravesar embobalicado por los escaparates que ofrecen mercancías llarnativas (e inalcanzables, e§cierto) el viajero circul4 fansita, navega o simplemente estático le da su acreditación, testifica su existencia,
realizando asuntos concretos y especlfrcos. Este cru zar (cruz al azar) el cuerpo de la ciudad, este marcar de [a noche a la mañana, de ida y venida (la avenida, la que va y viene), en móvil propio o público, es uno de tantos y plurales elementos que hace que se configure el carácter cultural de la ciudad y sus habitantes.
El nómada
La ciudad es, en esencia, movimiento. A la ciudad se le asume o se le abarca según el interés individual. Cada caminante podrá recorrerla de acuerdo con su premeditado y predeterminado plan de cruzamiento o recorrido. Esto no implica que no tendrá
Depadamento de Editotiol tt,Lac.
Tomás Di Bella*

enfrentamientos viales, topes a su circulación e impreyistos legales que 10 tratarán de intimidar en su destino de viaje. Dentro dó h ciudad -al igual que los rlosexisten corrientes migratorias, remolinos vertiginosos, oleadas de flujos violentas, o tendencias polarizadas. vias rápidas. tumultuosidades, empantanamientos y lodazales. Todo de acuerdo con horarios, temperaturas y temperamentos, clima, contaminación, tipo de cambio o condición de las ruas.
En este escenario es donde el ciudadano nómada, el que constantemente circula (da vuelt¿s), navega, sube y baja por el gran sistema citadino. Lo mismo se mueve por el norte de la ciudad, cercano a la linea fronteriza, como en el sur o sureste, cercano a los linderos del valle. Asume la ciudad como una gran mesa de billar, donde la circunvalación de una baranda a oha se hace de la manera más rápida posible. Sus asuntos son u¡gentes y están determinados por el horario. Sus estadías son breves, y sufie sobremanera al ser vlctima de una larga fila, de un trámite incoherente o de un bestial embotellamiento. Es el que suele, más a menudo, ser infraccionado, provocar un choque o pasar inadvertido ante un ligero cambio en la conformación urbana. Pe¡o la ciudad con todos sus símbolos, ritmos, peculiares escapar¿tes, puestos ambul¿ntes o semáforos -la lista es tan arbitraria como la misma ciudad- no es un caos de la nada. Es, ante todo, el lugar
donde uno reside. Es el ¡n:--::.:.:. :: familiar que esrá incrul::.: :- - j =calles. Es un mundo cE::-' := -:- r mundo dentro de oro. \' -. s-::: , -- .: . en un desdoble cait l:::a:.: -: - : : - : : infinidad de inicios e i:::;;-dOnde menos uno Se :!. i-._-¿--- : - : - : empieza micasa con :- :.a-: -:: --' su Perro conocido. ei i:: : tienda cercana. es el ¡c:¡--- = -' 1: . -- ' : otlo y a la inversa. Es:.-; :t: relativamente cona l¿.:-: : r piedra de fundamenro :: .: - -:=: calle que se recorre e: :-<-r:: i -que no requ¡ere de ur': *z---r o de cubrir grandes dis-.a:;= :: : caminar desde el quicrc, :: .: : -.' : ' | -.. la caja de tomates en la ¡:---: - -.:: Jrecorrido que aún nos da .= :¿-.:provinciano que la ciuc¿¿ l.Todo depende. desde lu:g: =- :- , circule.
La ciudad real ¡, descon ocid¡ No impona qué taDro rieT::'. - I : uno en su ciudad o que u¡:: : -: -- : : : conocerla: siempre sera re¿: =':desconocida. Es cuesrion ::-: , -prueba. Echarse a andar -i -E \ -=- =: -conocidas, avenidas coridr--, - =-familiares o veredas acosrl:::i:-r :. : de pronto encontrarse en a:i:- -i.-- ;. antes visto. Parece que LtDf i: :- :-:en otraciudad. Es la real. la:--: -: siempre pero diferenle. ora- :-.-:: : - - : surge de la nada. Ahí se riene :--: preguntar por orientación. ac:r-j-' : :turista perd¡do, pedir a¡.uda pr-=- :, nuevo, regresar a los código: i--::.: : :. volver a la familiaridad de sie¡:::: i --.: la lectura de un texto desconrr::: --, al conocerlo y ser asimilado. se r¡:-,y se vuelve extraño. exterior. e\:e=:.: -:- : No se conoce la palrna de la pro¡:: :- t- : hasta que alguien nos la lee. Bier : ::- : ciudad nunca es la misma.v sin e=----: siempre está ahl. Crece. se dssa¡:.- --: . hincha y le brotan vías y acce so-=. -- - -: envejece, se deteriora, se transfol[.:- I -:-: poco o en partes, decde. Donde un dla existió algarabiaintercambio y fluidez, otro aparece 3: desolación, penumbra, quietud ] abandono. Los lugares. espacios ¡ r::=:son concurridos. se ponen de mod.a _, =

modo, prevalece y abunda [a comunicación, el aguüón de la competencia emponzoña a todos y cada uno de nosotros; luego los abandonamos a su miseria y olvido. Son partes fantasmales de un cuerpo en constante transformación.
Los tianguis o las islas heteróclitas
Como toda gran ciudad donde los mercados. las abastecedoras y los servicios son su sustento y conf,guran su carácter y condición. su rendencia y preferencias. sus especialidades y rarezas, la nuestta tiene las suyas en abundancia y entre ellas se encuentran los tianguis.
Los hay desde los que mal venden o regalan inimaginables chácharas de tercer o cuaxto uso. Sorprendentemente, existe bastante demanda para este tipo de mercancía.
Son objetos que poüán ser útiles un par de semanas. Son la paradoja de la sociedad de consumo. La copia burda y fatal de una sociedad de desecho. En realidad son el desecho de esa sociedad y sin embargo acá se le encuenha uso. Se le saca provecho hasta más allá de 'lo calculado e impensable. La gama es abundante e inimaginable y sus "valores de uso" inagotables. Uno llega a pensar si realmente a los tiangueros les alcanza para sostenerse y pagar la renta del espacio. Aparentemente sf. Es común encontrar puestos que semana tras semana oftecen lamisma me¡cancía, ya empolvada, vista y revista por los posibles compradores. Sus posibilidades de venta ya han sido agotadas. Son ejemplos de una pérrea terquedadmilenaria.
Los tiangueros de estos puestos son muy parecidos a gambusinos ofreciendo minerales en bruto. El amontonamiento desorganizado de los productos nos deja entrever una yida nomádica y sencilla. Ahí mismo consumen sus alimentos, que en un momento dado también podrían vender, y ahí mismo fijan el precio de cualquiercosa. Son personas que están acostumbradas a la improvisación y a resolver problemas con rapidez. Por lo regular se les adivina una cierta tranquilidad mientras platican enfe si y alguna prolejuega entre la indescifiable colección de objetos.
Pero no bien uno pasa por ta perplejidad que provoca este "abandono", cuando ya se
es sorprendido por otro tianguero, con otro estilo, el cual desborda de energla. Y alándo su mercanclapor entre elremolino de visitantes, a grito pelado arenga a todos con sus ofertas y ptecios. Éste pertenece a la estirpe de los primeros negociantes. Su oficio le viene por vía dir€cta de los primeros pobladores que intercambian sus productos con los originales de por aqul. También por su sangre cor¡e la costumbre del m.reque. del servicio y de la ganancia mediante el habajo propio. Es el nómada que viajaba durante meses para llegar a ofrecer su mercancfa y de ahí partir en búsqueda de otras. Lo mismo vende z¿patos usados que bicicletas reconstruidas. Cada fi¡ de semana presenta sus mercancías. Son usadas, es cierto, pero su utilidad aún es meritoria. Es { que llega lo más temprano, despliega sus artfculos y se retira hasta que pasa e1 último de los buscadores de gangas. Sabe jugar al regateo. Da oportunidad a que su mercancía cambie de precio a según el individuo que la reclama. Debido a esto, es Por lo que nunca coloca letreros de precios a sus mercanclas. Esto ahuyentarfa al paseante y eliminaría taposibilidad de diálogo. Es precisamente esa ausencia de precios en que consiste su éxito comercial.
Las personalidades del tianguis
A medida que.la ciudad ha crecido y que la demanda de mercancías es cada vez mayor, han proliferado los tianguis. Se podría enumerar entre ocho y diez zonas de reunión comercial que llenan los requisitos
lones de mezclilla en =a. ::: restado y un sinnúme¡ri :: :ri::-:-categorización o pLrsi'lil::= :: .:-
También se oÍiece¡ ¡:-::..-talabarteras e i¡ldesciA¿:.= - --.,':-': :. otros tiempos. zapa:.'; --<:.-: ':::-::. tenis pasados de moii:. : -,:.: : -, heterogéneos o mlsce :j: : ' :: i: venden sandías junto cl .¿i pinturas con sillas cie:-:::: : -- , con muñecas Barbie :: >::-r: -:música gringa de la p..-r¡-:- : : :- .r- : :: etcétera. Las combinaa:.:-.: r:: 1caprichosas y chusc¿. :.--: -: .- -' :." de un afiebrado.
nih

de lo que es un tianguis. En [o que hace poco más o menos una década se reconocla uno (lo qre hoy es el tianguis del caballito y que en realidad son tiendas de ropa), hoy se encuenfran casi por todos tos rumbos de la ciudad. Hubo algunos que duraron corta temporada. Por su ubicación, la situación legal de su arrendamiento o la preferencia del prlblico así como el atractivo de sus ofertas. Otros surgieron -y han prevalecido precisariente por ese estilo de ofertar-, a partir de un conflicto de intereses come¡ciales y políticos. De ese original tianguis nacieron varios que se difunden por todos los rumbos de la urbey el caso más exfemo por su alejamientoy su mínimotamaño, es el tianguis de Los Renegados y que se ubica en las afueras del oriente de la ciudad.
Usted lo quiere, nosotros lo tenemos o el encuentro y el hallazgo
La mayorfa de estos tianguis -hubo una época que se les quiso llamar muy agringadamente Jrrap ,neer§, pero esto no arraigó entre la gelrte- ofrecen principal mente ropa en más o menos buena calidad. Y se puede encontrar desde antiquísimos beeeds de lana,lrajes de poliéster corte estilo cincuenta, sacos casuales de pana en verano; camisetas con una infinita e inesperada gama de motivos comerciales, logotipos de hansnacionales, lemas roqueros, leyendas de pasados maratones, estampas de pintores impresionistas, panta-
ED este maremáglu: ::-: : -- - :, -{ue por su ese[c1& a:]a alboroto desafía al'oi:::- :: : modernidad y su tenCe:;.: : , = :;clasificar, dividü r ;:.:t'. -: .=' pueden tener encuenr.i : .- " :- .verdadero buscador Je :::.::. , : ; la posibilidad del hallaz;: toda est¿ acumulacitir :: :: ::. , inclasificables, prer ai::: ..:.--= : sorpresa de lajoya entre vez en cuando y como j: ::::: ::::. entre un salero y un álb:: :.: ::: :.-:: familia desconocida. d5r- :-: -:-: r - :l el de Eduard Bellam¡oel de Gurdjieff: el deC-'. ,:: Trujillo, o debajo de u- ::,: :. '-:' como la perla en una ce.l;:- -candelabro de plata: má; ¿- :- :guiñando al ojo expeno. :. r:: : j- : película de autor o de ccir:;.:: -:.:r:rl fugacesysublimesqueL:;:- :- :. :al comprador, especialrn:r:: : ': :- : -no sabe apreciar en tod¿ ;- : - : -.que esrá vendiendo. Asi :-': : =- - ,: convierten en reflejo misr:.' :. : : posibilidad del encuentro g:-:-:r' : lentitud de la repetición c¡r::r-. tropiezo con lo que venigL:;:.: :, cambia al individuo y lo c¿--:. :. devenir gris y lineal. Los n.::¡pues. la memoria de un puel.: : --inventivo y anárqu icamenlc : :--: .,: --' El reflejo del impetuoso esFi::- :-: :, -
Bienvenidos a la burbuja del fururt (la Plaza Cachanilla, la ajeue t Es domingo por la mañana- mei::úi-* :i agosto, con una temperatura de :-'enfilándosehacia 115" o l1E'pa=
mediodia- En Mexicali los autobuse§ urbanos llegan uno tras otro y durante todo el dla a las afueras de este gigantesco edificio, laberiito de puestos comerciales, donde la gente penetra paraperderse entle los demás. La temperatura artificial es de 70 'F. Un agradable clima otoñal para deleite de todos. Afuera 118', adentro 70'. He ahí la clave de su éxito. ¿Pero realmente es un éxito? En el centro de esta gran nave de vitrinas y luces, colores y sonidos, está una gran fuente, con un seductor sonido de agua de manantial, con su permanenle mensaje de transparencia y Íiescura. Alrededor de esta fuente, se vart acomodando equidistantes al centro, mod€rnas sillas y mesas para la comida rápida. ¿Realmente rápida? y alrededor de toda esta plazoleta, la of€rta de los aromas y sabores: comida china. comida gringa. comidamexicana; luego china, gringa, mexicana; gringa, china, mexicana. Algún puesto de nieves y uno de cerveza, discretamente disfrazado de hamburgueserla. Es casi imposible encontrar lugar para sentarse. Y es que aquí hay personas que llegan muy temprano y se van ya pasada la tarde. ¿Por qué? sencillamente por el clima. Son los que no van a consumt, ni van a ir a las tiendas de

ropa impofada, ni entrarán a los cinemas, ni tampoco adquiririfui alguna mercancía de lujo. Son los que simple y sencillamente están. y son la mayoria. Son los a¡cianos que reposan en cualquier rinconcillo -aunque haya letreros que prohlbe que uno se recargue en los barandales-, señoras con dos o tres niños que yen pasar a la gente, grupos de jovencitos y jovencitas etemamente caminando y riendo, viendo y viéndose, obsewando y siendo observado. Ellos "disfrutan" viendo las maquinitas, taloneando el peso -aunque la mendicidad esti prohibida- buscando la oportunidad de una "disparada", encont¡arse una moneda o sencillamente sentarse a escuchar la rockola con la selección que otro eligió. Son los que abundan y son los ajenos, los que miran los escaparates pero jamás entran, ellos saben de las ofertas pe¡o nunca las disfiutan. Son los que el policfa más vigila, y a los que se les llama la atención, son los diferentes, Ios no compradores, los que no tienen, a los que más se les molesta y cuestiona; son [a mayorfa. Pero finalniente el climaes de todos y para todos. A nadie se le puede impedir la entrada, pero sl se le puede facilitar la salida. En realidad la plaza fue pensada para que tuviese una función más al estilo gringo. Es decir, no se concibió que seria e[ refugio de una gran cantidad de personas sin poder de compra. Laplaza está pensada para gente con auto, que va determinada y especlfic¿mente a algo y luego se retira. ¿A quién se le ocurriría pasarse todo el dia en un mercado? ¿Quién aguanta más de dos horas de ver los mismos escaparates? Pues quien no tiene aparato de ref¡igeración, ni dinero para pagar los altos recibos (y son la mayorfa). Así, paradójica e inevitablemente, La Cachanilla es un refugio, una isla de clima agradable, un asilo del infiemo, una burbuja en un planeta inhóspito y de clima agresivo.
Asi, la Cachanilla.deberf a transformarse, evolucionar y convertirse realmente en lo que en esencia ya es: un parque público. Debe¡ía haber muchos más asientos, llenar los pasillos de asientos y de puestos de revistas y periódicos y de vendedores ambulantes. La Cachanilla debe ser por esencia el lugar de reunión de Ia romeria, ta quermés y la feria. Y
I-.lna plati.u con Tomás Segoüa
Jorge Ortega, Gabriel Trujillo Muñoz*
Fotografías : Rocío Alejandra

Entrevistador. Gabriel y yo hemos leído tu poesía con mucho entusiasmo, sobre todo a partir de Poesía en movimierfo, que fue la primera muestra de la poesia escrita en México en los últimos cincuenta años. En su prólogo, Octavio Paz señala que Tomás Segovia "nació dos veces: una en España, donde lo paxieron, otra en México, donde escribió sus primeros poemas". En tu ob¡a, este doble nacimiento, ¿qué impofanciatiene y cómo se ha manifestado?
Tomás Segovia. Su desarrollo es lo que está en mi obra. Tuvo toda clase de significaciones que son mi vida, y mi vida sucedió asf. Yo me resisto siempre a clasificar, etiquetax esas cosas: que si soy poeta del exilio, o mexicano. Yo últimament€ hago una broma cuando me preguntan: "¿Oye, tu de dónde eres?" "Soy no español y no mexicano". Quiá lo que he sacado de esta experiencia es una distancia, el no apegarme mucho a
esas cosas. Lo mismo me pasa con mi biografia. Pienso que labiografía tiene mucho que ver con la obra, pero una es la vida y otra es Ia obra, y pueden entrelazarse, pero no se puede dar una receta o una fórmula. Por ejemplo, si me pongo a estudiar a un poeta del siglo xv, claro que a la luz de lo que fue su vida podré entender pafe de su obra, E[ lugar donde uno nace no puede ser elegido. Es como una redundancia o un pleonasmo. ¿Qué significa para usted ser usted? ¿Qué significado tiene para usted nacer con ojos azuies?
E. Sucede que los Iecto¡es se hacen esa pregulta porque el exilio forma parte de tu vida.
T.S. ¡Claro que forma pane de mi vida! Po¡ eso a mi me parece bien que se hable de ello. Pero desde el momento en que ) o empiece a sospechar que va a ser
atocultod ¿c ( knL¡¿, \r,:-
una fórmula, una definición, o una etiqueta, me escurro. No siento que tenga que p¿rsar a la historia como un señor exiliado, o como señor con bigote. Sé que exagero, pero es un poco el mismo orden. Incluso esto es paradójico porque el bigote lo he escogido yo, y me lo puedo quitar, pero el exilio no me lo puedo quitar. Es como haber nacido con los ojos cafés, o miope. Si me pregunt¿n: "¿Que siglificado tiene en su vida ser miope?", desde luego que lo tiene. Por ejemplo, et Anagnórr's¡s utilizo la miopla para hacer algunas metáforas sobre mi vida. Hay todo un pasaje donde digo: "ojos cansados/ojos que no ven/ojos que no ven bastante..." Utilizo la miopfa como una imagen o un símbolo para decir algo de ml mismo. As{ también, al igual que la miopia, puedo utilizar el exilio. En otro sentido, si van a hacer un estudio sociológico o histórico del exilio, conhibuiré con mis datos y diré: "Éste es mi caso".
E. No aludes al exilio con un lenguaje directo, sino que, partiendo de que tu poesía es muy intimista, el exilio se vuelve un esrado de ánimo desde dónde vivir. amary escribir.
T.S. Sí claro,.eso es. Haciendo un poco de historia anedótica, cuando empecé a escribir me sentia en unatradición del exilio, porque además ese exilio español tiene sus rasgos peculiares. Enare sus rasgos caracterlsticos estaba el hecho de que se fue perdiendo poco a poco [a esperanza de volver. De niño, vivl en una comunidad de españoles en donde sentía que estaba de paso, con una gran confianza en volver a España. Nosofos los niños éramos pasivos y reaccionarios. Cre{amos en [o que creían nuestros padres, declamos lo que nos hablan enseñado a decir. Precisamente por tal motivo no perdíamos nuestros lazos, nuestras hadiciones. El mundo del exilio €spañol era como un g¡efro.
Íbamos a escuelas de exiliados con profesores exiliados. Jugábamos en el mismo parque. Era una vidamuy de isla y, claro, cuando empecé a escribir estaba sumergido en ese medio y era carne de esa tradición.
E. Muchos creen que eres niño de Morelia.
T,§. Bueno, sf, pero son cosas que se producen con los mitos, porque yo no soy niño de Morelia. Ellos son un fenómeno tan especial que la gente tiende a confundir porque es un caso muy

conocido y caracterlstico- Niños de Morelia eran muy pocos. Yo llegué con mi familia incluso más tarde que la mayorla, porque vivimos un año en Casablanca, Marruecos, después de la guerra de España. Llegamos a México en 1940, un año después que los intelectuales exiliados. Pero, te decía, yo empecé a escribir en el contexto de la tradición, pero poco a poco me revelé contra eso. Noté que había en ml una especie de chantaje, de autoengaño, porque por una parte ya est¿ba haciendo una vida en
México y, por la otra, el exilio era un prestigio: éramos "las vlctimas" en México y todo el mundo.
E. ¿Pero qué actitud asumiste ante este prestigio que te fue heredado por el hecho de ser español, y no por tus inclinaciones políticas o pedagógicas?
T.§, Yo tenia ocho años cuando empezó la guerra. Mi conciencia polltica era prácticamente nula; sin embargo, sabla que en todos los pafses los españoles eran bien recibidos y "apapachados". A [a
vez, yo no podla aureolarme de un prestigio que no me habfa ganado e infundir lástimas.
E. ¿Cómo afectó en tu poesla este abismo que comenzabas a senti¡?
T.S. Uno de los rasgos atribuidos a [a poesía es [a intuición. Yo sentí que en mi poesfa no podla entregarme a los temas nacionalistas de mi pafs natal. Gran pafe de mis compañeros del exilio escriblan, en esa tradición, temas venerados, de nuestros padres, y que sabfamos de
memoria- Pero yo no sentl la voluntad de hacerlo. No se me hubiera ocunido escribir un poema sobre los campos de Castilla o sobre el Quijote, porque no lo sentía, y por tanto me parecla ridículo y falso. Escribía sobre lo que me rodeaba y veía: los árboles, el atardecer, las chavas, por supuesto. Esto era instintivo y no porque ya tuviese una teoría elaborada sobre mi estilo poético. Y volviendo a lo del prestigio, a mí me avergonzaba; era como decir: "Perdónennos la vida porque somos pobrecitos. Por lo tanto, trátennos con privilegio. Nos tienen que tratar mejor". A propósito: es algo que a través del feminismo he criticado, y me afievo a deci¡lo incluso en Estados Unidos donde es peligroslsimo. Si yo fuera mujer y tuviera que aspirar a algún puesto ejecutivo o presentanne en algrln concurso de poesl4 ocultaría ciudadosamente el ser mujer, porque la idea de que me vayan a dar el puesto no por Io que yo valga, sino porque soy mujer, me parecerla repugnante. Si fuera negro yo presentarla una solicitud de trabajo sin decir que soy n€gro, porque abusar de las injusticias históricas para obtener privilegios personales me parece inmoral. Me parece incluso más inmoral que reprimir. Me parece hoirible que un negro o una mujer sean discriminados. Ahor4 que un exiliado español aproveche el sufrimiento de una colectividad para decir "ahora a mf me tienes que dar un buen puesto", es él quien chupa la sangre de sus hermanos víctimas. Andar por el mundo pregonando mi exilio, ganando ventajas personales al precio de la sangre de los que la dieron de verdad, me parece repugnante. Por eso yo ocultaba ser un exiliado español.
E, ¿Hasta qué punto estabas dispuesto a ocultar tu exilio, sacrificando oportunidades de trabajo favorecidas por esa condición?

T.S. Hasta el punto de no confundi¡ las cosas y no sacar beneficios deun exilio que paramf, más que ser un privilegio, era una suerte de atadura. Pero años después unas palabras de José Bergamín me apaciguaron. Sucede que a Bergamln lo conocí en México aunque nos encontr:unos después en París. Él estuvo aqui en laEditorial Sénec4 quehizo algunos libros clásicos como E/ Quij ote. L,Jego él se fue a Uruguay, y yo vivf también en Uruguay pero yano coincidimos. Finalmente, en 1965, lo encontré en París. Él estaba ahl de neoexiliado, porque había regresado a España pero volvió a salir perseguido. En Parls nos vimos poco. Él no conocfa mi poesía;me dijo que quería leer algo mlo y le di unos poemas mecanograffados. Cuando lo volvf a ver me dijo muy tónico e ingenioso: "Oye, tu poesía me ha sorprendido mucho, porque un chico como tu, de tu generación... (en aquel entonc€s tenía yo 40
aflos). Eres muy diferente. Tu poesfa no es de la tradición. Más bien hi eres un poeta alemá1". Entonces le dije: "Es el mejor elogio que me han hecho en mi vida". Por 1o que siempre, para que no me clasifiquen como exiliado, presumo de que soy un poeta alemán. Sobre todo porque no sé alemán.
E. ¿De aquí nace entonces tu preferencia por Holderl in, demostrada en un poema que aparece en Casq del nómqdq2
T.S. Aquf también hay algo de anécdota. En una de las temporadas de crisis fuertes, cuando vivía yo en la soledad y en el hambre, en París precisamente, Yela yo a Bergamín. Tuve una vez un momento de tristeza. Sucede que Bergamín me daba citas muy a la francesa: "Nos vemos en tal día en tal café". Casi siempre en el Café de Flore, un lugar elegante al que yo no podía ir porque era demasiado caro, pero me invitaba Bergamín. Nos encontrábamos para hablar de literatura y tomar café; después me invitaba a comer. A veces yo ni el café podía pagar pórque estaba en la miseria. Bueno, sí podía pagar el café, pero pasaría toda la semana sin hacerlo, puesto que costaba cuatro o cinco veces más que en algún otro café de mis rumbos. Entonces llegué al café a verlo, y él estaba con unajoven pareja de españoles recién casados. Era la época de Franco y yo no iba a España. Era una pareja de jóvenes brillantes, ricos, bellos, cultos, andaluces de Sevilla. Yo era un marginado. Ver eso: dos seres jóvenes, la chica monlsima; é1, elegante y refinado... Estaban hablando en un lenguaje ajeno al mío, de España, y de cosas que yo no conocla, con una visión del mundo de la culrl yo no participaba. Cuando llegó la hora de ir a comer juntos, yo inventé un compromiso, porque.me sentía excluido de su conversación. Entonces salí corriendo a mi cuarto de la Cité
Universitaire sin comer. Me puse a llorar angustiadísimo. Dlas antes me habla comprado un libro de Holderlin, yal llegaral cuarto abrí el libro y la primera líneaparecía estar hecha para ml porque resumía mi derrumbe animico. Dlas después yo lo contaba diciendo: "El otro día por poco me suicido y Holderlin me salvó la vida".
E. Se te ubicajunto con escritores como Jaime Sabines o Marco Antonio Montes de Oca. Pero algunos te hemos visto como parte de esa generación de escritores del exilio español, que está conformada po¡ una afinidad poética mayor: por Ramón Xirau, Manuel Durán y tu. ¿Qué puedes decirnos respecto a esa ubicación tan subjetiva?
T.S. Claro, Xirau y Dúran eran parte del primer grupo de la revista que hicimos: Presencia, de d,otde luego me salf. Hice después la Revista mexicanq de literatura, fui director de La Casa del Lago y... bueno, fueron cosas muy importantes en cierto periodo, y es natural que esté vinculado con esos grupos. Sin embargo, creo que Ia formación de grupos y bloques son ideas de profesores que oscurecen más de lo que ayudan. Sí, un escritor está en un contexto, pero cuando el contexto se vuelve todo clasificación, casillas y nombres, más bien sirve para no entender la literatura. En lamedida en que sirva para descifrar la obra me parece muy bueno que se tenga en cuenta que este seño¡ estuvo en tal sitio, en tal revista, frecuentando a estas gentes, que leían lo otro; pero que se dig4 por ejemplo, el realismo mágico... y ya con esto creen que han explicado todo; es al revés, es cuando la gente comienza a no saber leer. Un escritor no es por Ia corriente en la que lo ubicamos. A mí, si me interesa un autor, es por todo lo que no es eso.
E. Has traducido a un gran número de auto¡es europeos, entre ellos a Baudelaire, Rimbaud,

Mallarmé, y sobre todo a poetas italianos como Carducci y Ungaretti. ¿Has traducido siempre a los poetas de tu preferencia?
T.S. Bueno, no siempre. Aqul sÍ hay que ser práctico. Yo he traducido desde que era adolescente y muy pocas veces lo que yo quería. En general traducía lo que me daban porque era una manera de gaaarme la vida. En algunas épocas fue mi único sustento, pero en otras épocas tenla empleo. Sin embargo, siempré me ha gustado traducir y estar en contacto con las editoriales, aun sin escoger yo las traducciones. P¡opuse algunas veces algunos libros fundamentales de poesía, pero nunca me fueron aceptados. He traducido cientos de libros, y entre ellos algunos que propuse, pero en su mayoría de ensayo y na¡rativa. Conc¡etamente la poesía, no he traducido mucha, y la mayor parte está inédita porque a los editores no les interesa. A ellos les interesan las antologfas de poesía traducida, o la publicación
de un poemario de algún autor que se ponga de moda, como sucedió con Cavafis. Entonces pagan como si estuviera traduciendo un manual de bicicleta, y si van a pagar así, tendrán una Íaducción de ese nivel, máxime si lo exigen en unmes. Obviamente, suelen ser malísimas. La única vez que logré que me aceptaran un libro de poesía completo que yo quería haducir fue corl Sentimiento del tiempo de Ungaretti. Como yo trabaiaba entonces en la editorial universitaria, tuve bastantes relaciones para lograr que fuera aceptada.
E. ¿YconCarducci?
T.S. T¡aduje un soneto alejardrino de Carducci, pero quedó inédito. Lo que he traducido es mucha poesía suelta, de autores que me gustan, sob¡e todo los franceses, aunque procurando siempre que me acepten poemarios completos, porque fragmentar su obra me parece una traición, más si se trata de un poeta del siglo xx
a nuestros dlas, que es cuando se comienza a concebir la poesfa en libro. El ejemplo más común son Las flores del mal, que no es un conjunto de poemas reunidos, sino un libro con un tema, una solidez y unidad intencionados. Baudelaire escribió un libro de poem¿§, no unos poemas sueltos. Por eso me resisto a antologar la poesla de un autor. Ello no significa que no ced4 porque mi único dogmatismo es que no soy dogmático.
Mi dogma es que no hay que hacer antologfas, pero a veces las hago.
E, ¿Fue en esos tiempos, a fines de los cincuent¿, cuando mantuviste relación con Albert Camus?
T.S. Entre otras cosas, en esa época ya habla escrito un ensayito sobre un libro de Albert Camus. Se lo envié, y Camus me contestó, y a partir de entonces me mandó dedicados sus libros posteriores. Me pidió que le enviara textos mios porque, claro, no habla leldo antes nada mlo.

E. ¿No se conocieron en pe¡sona?
T.S. Sólo unas cuantas cartas poco antes de su muefe, pero en una de ellas me decfa: "Me gustaría leer algo suyo, si es que puedo hacerlo en francés..." Yo le contestaba: "A ml no me publica nadie, mucho menos en francés".
E. ¿Se escribían en francés?
T.S. Si. Le envié unos cuantos poemas y la obra de teatro. Me contestó, no creas que con mucho entusiasmo, pero sl cortésmente y con interés, sobre todo en [a ob¡a de teatro. Dijo: "Lo que más me ha interesado es su obra de teaÍo. Si usted pudiera traducirla al francés, yo le aseguro que se monta en Parls". Entonces yo comencé a ver cómo debía hacerlo y si debía ser yo quien la tradujera. Di muchos merodeos, pasó el tiempo y sorpresivamente murió Camus en 1960. Nunca hice la traducción y la obra sigue completamente olvidada.
E. Tomás, aparte de la literatura, ¿qué incursión has
tenido en otras disciplinas, en el cine, por ejemplo?
T.S. Siempre por los márgenes. Con el cinemiprimer contacto fue como "mecanógtafa", una de las "chambitas" que me dio Max Aub cuando se fundó la primera Comisión de Cinematografia en México. Era una ofrcina minrlscula. La comisión la encabezaba un presidente oficial nombrado por "dedazo"; es decir, era un puesto político. El secretario, o el que hacia todo, era Max Aub, y llegaba todos los días a revisar el equipo, a veces con Luis Buñuel. Haclamos un boletln que lo dirigia Acevedo Escobedo. Yo era su ayudante y la hacía además de traductor, porque se iban a editar libros de guiones clfuicos y cosas sob¡e cine. Estando ahí traduje el Acorazado Potemkin, aunque nunca he visto completa esta pelicula porque las veces que he ido a verla a un cine club, se ha estropeado el proyector. Traduje también el Sentido del cine del mismo Serghei Eisenstein.
E. ¿Te daban crédito en la publicación por traducir?
T.S. Claro que no, y eso que Max Aub me trataba bien y me protegía. Tenía yo 23 años y era bastante que me protegieran gentes como Max Aub, porque él decía que yo tenía talento. Yo quise enhar al mundo del cine por dentro: saber cómo se hace un guión, cómo estaba hecho el Acorazado Potemkin, las teorías de Eisenstein. Estaba yo entusiasmado y querla hacer una película. Intenté con los amigos, pero en aquel tiempo no existía el super 8; habla camaritas de 8 mm, que eran un desastre. Un amigo consiguió una y filmanos escenas entre todos en mi casa y en el Ateneo Español. Nadie sablamos manejar la cámara y salió todo negro y horrible.
E. ¿No volviste a hacer otro intento?
T.§: Sí, pero fue mucho después. Un compañero de escuela, Josema Torre me caía
muy bien y era mi vecino. Habíamos hablado de cine. De repente me dijo que había conseguido un trabajo haciendo documentales de tres minutos, pero de manera independiente, sin que la productora dijera sobre qué tema. Necesitaba un director y me pidió que yo dtigiera los documentales científicos. Y nos lanzamos: hicimos cuatro o ci¡co cintas. Ésa era mi única experiencia.
Luego pasó el tiempo, Josema Torre y yo dejamos de ser vecinos pero nos seguimos viendo. Un díame llamó para decirme: "Oye, si quieres un trabajo en el cine ve con Barbachano, porque estuve con él y le propuse nuestro proyecto de forma independiente pero no han aceptado. En cambio, lo que sl necesitan es un escritor".
Entonces frii; tenía yo 26 años y tres hijos; necesitaba dinero. Manolo Barbachano tenía el ],.ottctario "Cine verdad' ,

de los mejores en [a historia de México. Lo producía él mismo y lo dirigía Carlos Velo, Ahí t;abajaban Jomí García Ascot, Carlos Fuentes, Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez. Ellos hacían guiones. Me dieron a escoger entre reportajes científicos y culturales; me fui por lo cientlfico, en lo que tenla experiencia, lo que me gustaba. Cada semana escribfa un guión y se lo pasaba a los camarógrafos. Ellos tenlan bastante material documental, porque hábilmente Barbachano había aceptado un montón de documentales rusos, que ningún productor aceptó por su contenido comunista. El reportaje semanal lo hacla aprovechando el material ruso: me iba a la cineteca, Yela las cintas y escogla los temas. Luego me iba a la Biblioteca Franklin, estudiaba el tema en las enciclopedias, esc¡ibla el guioncito en dos ó tres cuartillas y se lo pasaba al director
Él generalm ente agregaba algunas escenas que filmaban los camarógrafos, pero yo me peleaba con ellos porque no tenían tacto ni sensibilidad para tomar los detalles. Después conocí a un botánico del Politécnico y pude mejorar la calidad del material.
E. ¿Y qué tan bien pagaban?
T.S. Laverdad, muy mal, pero erauna experiencia enorme. El único que realmente trabajaba duro era yo, porque Carlos Fuentes y Álvaro Mutis iban en plan de señoritos. Yo iba a trabajar.
E. ¿Eraun habajo de tiempo completo?
T.S. No, era una nota por semana y estaba con la mejor gente, pero el trabajal era yasto. Era una industria. También daba clases de francés en el Instituto Francés, traducla por mi cuenta, trabajaba de intérprete simultáneo y traductor de documentos en congresos intemacionalei. Me ganaba la vida como podía. Luego me retié del noticiario porque no me respetaron la sala de proyección para corregi y hacer pruebas. Sin embargo volvl al cabo de unos meses con [a condición de que me respetasen el horario de la sala. Entonces Barbachano ideó un proyecto que nunca se llegó a realiza'r la¡zx a cuatro directores jóvenes a hacer pelfculas con guiones de nosotros mismos. Proyectó hacer una pellcula con cuaho historias y un director para cada una. Ellos eran Jomí Garcfa Ascot, Carlos Fuentes, Miguel Barbachano, hermano menor de Manolo, y yo. Escribí mi guión apresuradamente, pero nunca se realizó.
E. ¿Pensabas, entonces, mudarte a Culiacán para funda¡ una Alianz¿ Francesa?
T.S. Sf. Ya lo habla hecho en Toluca cua¡do di clases de historia de Francia e historia de la música francesa, sólo que lo de ahora era un reto porque necesitaba un local, aulas, biblioteca, discoteca y sueldos para sec¡etarias. La
Alianza pagarfa sólo mi sueldo. Cuando volvl a México para hacer mis últimos contactos con Ia Alianza, me llarnó por teléfono Josefina Vincens, apodada La Peque, escritora, aulora del Libro vacío, guionista de cine y g¡an autoridad en el sindicato, además, muy simpática. Yo la conocía desde hacfa mucho tiempo, pero me extrañó su llamada: "Oye, ¿no te interesaría hacer cine? Porque tengo varios guiones. Me han ofrecido uno de niño, y como tu eres un niño sensible, he pensado en ti". Entonces lo platiqué con mi mujer. Hice aun lado laAlianza de Culiacán y me fui al cine a trabajar con La Peque y con Jorge Ibargüengoitia. Hacíamos películas que frmaba ella. Eramos [o que llamaban "escritores negros". Esto está bien explicado en el cuento de La ley de Herodes, de Ibarg0engoitia.
Por esas fechas Garcfa Ascot hizo una pellcula que harecibido varios premios, ahora editada por

Conaculta. Se llanta bn el bqlcón vacio, y la hicimos todos por "coperacha". El camarógrafo era José Marfa Torre, con quien yo habia trabajado de independiente, quien por cierto filmó de primera. Yo aparecí haciendo el personaje de alemán, un papel mudo; Juan García Ponce, de niño paralftico; Álvaro Mutis y José de la Colina, de fascistas. Taribién aparecen Salvador Elizondo y Conchita Torre, amigamiade siempre ymujer de Josema. Fue filmada en 1959y 1960. Otro contacto con el cine fue nuevamente con Manolo Barbachano. Hizo unapelícula con nuevos directores que desafortunadamente fire aplastada por tos sindicatos. Ellos e¡an Juan José Gunola, Alberto Issac, Héctor Mendoza y otlo chavo que murió asesinado misteriosamente en Nueva York; no recuerdo su nombre. Yo después vi las cintas en casa de mis amigos; eran de cofe literario. Un cuento de Inés Anedotado, Lq Sunamita, hoy
hecha una ópera, de Dariiel Catán; u[ cuento de Juan García Ponce, Tajimaraiy ún ctento de Gabriel GarcíaMarquez, En este pueblo no hay ladrones. Alberto Issac dirigla el cuento de García Márquez; Héctor Mendoza y yo, el cuento de Inés;y Gurrola, el de GarcíaPonce.
E. Porúltimo, Tomás, ¿cómoves la poesía mexicana de los años ochenta? ¿qué vertientes, qué búsqueda la conforman? ¿Cómo ves la literatura que se produce en la ftontera norte? ¿Tienes conocimiento de ella?
T.S. En realidad no la conozco. IJltimamente nohe podido leer mucho. Es más, casi no leo. Sigo trabajando en proyectos de análisis y traducción y eso me abso¡be demasiado. Sin embargo, me doy cuenta de que hay muchos jóvenes poetas publicando y ganando premios. En cuanto a la literatura fronteriza no puedo decirles nada porque no la conozco, Espero que me envien un paquete de publicaciones. Y
§eS § v o E
Es muy satisfactorio ver cómo el estudiante transita de la rutina a la investigacióo, y de pronto se da cuenta de que todo el cosmos interior del que es dueño puede ser expuesto con habilidad exraordinaria. Lourdes y Gabriela pertenecen a esta clase de estudiantes de arte.Ya han empezado, con un pedazo de barro, a trascenderse a sÍ mismas.
Gabriela proyecta en sus figuras una gran fuerza. Juega con las formas dotándolas de un toque expresionista, lo cual impactá al que las obsewa. Llena los 360 grados de un ritmo interminable y sólido que el ojo llega a tocar.
Lourdes habla de un lenguaje diferente. Sus piezas son el encuentro con la nueva figuración. Mueve las masas con intención ojival, afianzándolas con prominente solidez y peso. Sus placas §on composiciones abstraídas, llenas del quehacer del investigador. Son el resultado espléndido de una inquietud plástica.
De lo que no cabe duda es que las dos aman la arcilla y así lo demuestral.
Blancarte

Qrbrf
Entre las m&nos
Gabriela Escárrega Álvaro

Enirqndo al jarrón
Gabriela Escrárrega
Involución
Lourdes Huerta
ln otra orilla
Gabriela Escánega

Bailarina
Lourdes Huerta
Puertas Lourdes Huerta
Destino al resto I
Gabriela Escárrega

§ Como el drbol § Lourdes Huerta
Entrqndo al jarrón
Lourdes Huerta
Metamorfosis
Lourdes Huerta
El asesino del látigo negro
Ingrid Hernández*, Iveth Galván*, Karina Villalobos*
Fotografias de Afluencias: Rocío Alejandra

aria Matilde Dinora era una chica como las demás, no llamaba la atención al caminar, medla aproximadamente 1.80 m, su cabello era rojo intenso cual ojos de mariguana, su figura esbelta remembraba ¿ la famosa esposa del marino Popeye: Otivia. Su abdomen promiscuo delataba su ascendencia somalí. Como todas las tardes,
Marla Matilde Dinora, se disponía a disfiutar, a deleitar su ama¡illenta afición: el grandilocuente programa televisivo de la cadena Univisión " Primer impacto". éste era uno de sus tantos pasatiempos, entre los que se encontraban sus vastas colecciones de las revistas: ¡Alarma!, lnsólito, Saludos desde Marte, ¡Hola, terrícolas!, Umbrqles, Cr¡ltina. entre otjas. También era la más feniente admúadora de Jaime Mausán, con el cual alguna vez sostuvo fogoso y apetecible encuentro del tercer tipo. Esa tarde los noticiarios concordaban en la misma noticia: "Contraataca de nuevo el sucio, temible y abominable asesino del látigo negro de cuero de chivo con punta de alambre de púas de cerco oxidado con electrificación opcional". En esa ocasión cobrabasu vlctima49 208. María Matilde Dinora desvió su atención de la televisión y salió apresuradamente de su departamento para comprar todos los diarios que contuvieron la noticia (como acostumbraba hacerlo cuando el asesilo del látigo negro Esudidn¡es de lo Foctlk.l de Cienciat Hundfu\-

de cuero de chivo con punta de alarnbre de prias de cerco oxidado con electrificación opcional atacaba de nuevo). Esta vez Marla Matilde Dinora daria vida a tapágina49 208 de st álblurrn Monogra/íá de mi amado qsesino del látigo negro.
La vida de Marla Matilde Dinora transcurrfa cotidianamente sin deseo más grande que el de saberse atacada por el famoso asesino del látigo negro, hasta que una noche calurosa, después de haber contactado con los extraterestres oriundos del lejano planeta Centurión de Castidad, se dirigió a conciliar el sueño a su departamento de la calleMrurciaTT7 Yz. Al no adenFarse en los brazos de Morfeo, decidió marcar a su llneapsfquica €xclusiva con Walter Mercado, quien le pronosticó para esa noche, un encuentro cercano donde sus a¡lelos se realiza¡lan.
Al colgar labocina, Marla Matilde Dinora se dispuso a buscar su mejor gala erótica con vartllas push-up, se observó frente al espejo sonriendo complacida al ver disimulada su promiscua panza de ascendencia somall. Esta vez lucía un galáctico negligé metálico con terminaciones en puntas de cápsulas de mercurio, y calzaba sus envidiables y altas botas de charol.
Su contemplación se intemrmpió con un brusco "toc toc" proveniente de la puefa que conectaba con el exterior. Marla Matilde Dinora buscó desesperada su desodorante vaginal barato y los condones auspiciados por el MSs; arregló sus rojos cabellos cual
ojos de mariguana, que por [a excitación y prisa estaban de punta. Abrió la puerta, posó su vista sobre la deslumbrante silueta situada frente a sus ojos. sonrió, al mismo tiempo que exclamaba: "Te esperaba; sabía que vendrlas". É1, empujándola violentamente hacia el interior, extendió su cautivador, deslumbrante y majestuoso látigo negro de cuero, para así dar inicio al ya afamado ritual.
Ansiosa de que le tronara el ejote, ella infentó seducirlo; él se mostraba renuente y se disponía, al igual que con sus anteriores vfctimas, a descargar sobre la elegante y frágil figura de Marla Matilde Dinora, la furia de aquel arma convertida ya en su ordinario instrumento de trabajo. Pero cuál serfa la sorpresa del asesino al descubrir que los latigazos no descargaban electricidad por haber olvidado cargarlo. Se disculpó con María Matilde Dinora por su falta de profesionalismo e intenté retirarse, prometiendo que lapróximavez no habría negligencia de su parte; pero María Matilde Dinora, a pesar de tener amoratado el brazo debido al alamb¡e de púas del cerco oxidado, le pidió que la llevará con é1. El asesino le explicó que no podla Ilevarla: era lelimr ente casado y desapareció por entre las penumbras de lanoche, mientras María Matild€ Dinora se quedaba sin habla, totalmente desconsolada y sin esperanza alguna.
María Matitde Dinora se dirigió a curar sus heridas a la Cruz Roja más cercana, donde le amputaron el brazo derecho a causa de un mal llamado "tétanos", provocado por [a rasgadura de un metal oxidado.
Los días de Maria Matilde Dinora transcurren nuevamente de manera cotidiana. En esta ocasión recorta con gran dificultad la noticia de lavíctima número 49 209 % del asesino del látigo negro de cuero de chivo con puntas de alambre de púas de cerco oxidado con electrificación opcional.
Moraleja: No olvides nunca aplicarte la vacuna antitetánica. Es gratuita. Y
Las carabelas al rescate

ra una pareja singular la que hacía cola enf¡ente de nosotros. Una montaña rusa. Una playa excelente. Un cenfro comercial con establecimientos de vidrio. Estábamos en una disco esperando más de una hora. Jaques Attali pasó volando por el est¿cionamiento en silla de ruedas. El tipo era bastante alto y de facciones grotescas. La chica rubia lucía una minifalda negra y zapatos elega¡tes. Conversaban sobre su trabajo. Algo de una oñcina de bienes ralces. Pasó un chico entregando volantes: el anuncio de un ba¡ a la \uelta de la esquina. Un hombre bastante serio sin duda. Pongamos que se llama Max. No lo recuerdo. Por la órbita que haclan sus zapatos se adivinaba una primera cita. Un flifeo de clase, sin apresuramientos. En la chica, ciefos vientos ligeros del sur de California. Creo que era un poco más alegre
que Max. Y a todos, con ganas de bailar a medio inviemo en la banqueta, nos calentaba una moderna fogata. con mamparas. Mienüas hacíamos cola llega¡on tres adolescentes. Se saludaron con un abrazo. Uno de ellos conocla a Max. Fueron vecinos o en todo caso era amigo de su hermano. Dijeron algo de una escuela y gente conocida. Presumlan sospechosa felicidad de cocaína. No tardaron en irse al bar de la esquina. La pareja les cuidaría e[ lugar. Siguieron hablando de bienes rafces. Eljefe de Max habla comprado un carro nuevo; Max, un sistema para su auto."Oh, really?" -decla la chica-, y no podfan faltar la alarma de la puerta ni la barra antirrobos. Helenmovfa los pies. Se impacientaba- Vaya que hacla frío. Se le antojaron las cervezas
' E¿itor de reústat litetoid-t, noftatlor y poeta. Pm.f¿sor de eryañol en ¡a Uniy¿tsidd¿ de lian Die&o, (:alifomia, EU/.
Hernán Gutiérrez*

a medio precio y Max accedió. Un buen tipo, soltero, calculador. Corredor de bolsa, le vend¡la al saco. Helen se fue a buscar el bar; Max le cuidarfa el lugar. TenÍamos casi una hora esperando. Era agradable avanzar hacia las mamparas calientes. Dos personas cada cuatro minutos y faltaban diez. Creo que vimos a circo a Umberto Eco cruzar por el estacionamiento con su bastón, acompañado de una rubia.
Cuando entrarnos perdimos de vista a Max y Helen. La boca de la disco nos tragó con el mal aliento de los bares. Una tina con cervezas heladas nos esperaba en mezzanine y una chica miguelangelical, con minifalda y escote nos invitó a posar con ella. Le dimos un dólar de propi4a y nos dirigimos a la aniesala. No se veía gran cosa: los cafeles de anuncios exóticos flirteando en las paredes, y un ruido de locomotoras chocando contra el suelo. Luces. espejos y televisiones se asomaban por los rincones llenos de humo.
Nos sentamos cerca de la pista de baile. Creí ver a Max caminando y luego lo perdí de vista. Dos chic¿rs bailaban enftente de nosotros sobre el cordón de la pista. Aire y hormonas gratis. Los B 52's cantaban a todo vo\tme¡ Love shec,t. El lugar cada vez se llenaba más. Pasó la cigaÍerastate-of-thea¡, con maquinita para el cambio y cuenta propinas. Los ¿dictos no podlan dejar de ver televisión, ni siquiera en ese mar de rizos de salón, perfumes de la Bullocks, prendas para vestir de Nordstrom Rack, The Oak Tree y Marshalls. En la video salfan las vascongadas: toros de PamPlona que corrfan perseguidos o perseguidores, asesinados o asesinos por las calles llenas de gente, hasta llegar a la plazz. Recordé una novela de Juan Goytisolo que estaba leyendo:
Resueoa un grito, el concurso se resquebmja y dispers4 cada quien escapa como puede colá¡dose en los pofales repletos, trepando por las rejas de las ventanas, galeando hacia los balcones y las comisas, huy€ndo del toro hasta descularse. Inesperadamente novillo y
cabest¡os vuelven grupas y tiran cuesta a¡riba precedidos po! el redoble de los cencerros, el correco¡re de los mozos, el bárbaro aullido, hib¡ida mezcla de tenor y éxtasis de Ia enfervor¡zada multitud. Los peatones se embocan en los zaguanes, se aferran a los racimos humanos de las ventaoas, se aplastan inmóviles contra e¡ suelo. Los gañanes esgrimen sus bieldos, bastones, estacas y, apenas pasan los bichos, se precipita¡l detrás y los fustigan salvajemente en el lomo, la g¡up4 los corvejotes, los ijares. En unos segundos la calle se despuebla. Un buey campea a un incauto, lo pisotea sin empitonarlo, prosigue su loca ca¡rera en medio del tañido de las esquilas, desaparece con los otros de tu ca[po visual.
Hablan pasado dos cervezas- Tony se marchó con aparejos y todo a buscar presa. Entonces me pareció ver a Umberto Eco y Jaques Attali en una de las mesas de arriba. Crucé el río hormonal a tientas y me acerqué a la mesa con cautela. Eran ellos. Eco fumaba un cigarrillo tras otro.
Se les unió Claudio Magrls, quien se sentó, sonriente, entre la rubia de Eco y una chica de facciones orientales. Acerqué el oído.
-¿,Representación o reproducción? -preguntaba Attali en inglés, con marcado acento francés.
-Es obvio -respondió Eco-: es un discurso cerrado a lailúerqetació¡. Tutti integratti, ñás bien Sin duda nada que no supiéramos ya.
-Yo no sabfa que un ritual como el de Pamplona pudiera aparecer de pronto en las pantallas de una disco ame¡icana -apuntó Magrís En Europa des€nteramos coca-colas para hacernos modemos.
En América buscan las tradiciones más a¡tiguas para sentir peso en lbs pies.
-{laro, para no salir de pronto volando -recalcó Eco y escupió al piso.
-Aún asl, me parece primitivo. Muy ready made, ¿no? Cualquier salón de baile de Milán o Madrid esmil veces meior.

Hay sentido de la fl¡nción, cultura arquitectónica, estética del espacio...
-Lo que ven aquí lo arman en tres días y lo desarrnan igual el dfa que la gente deje de venir, Entonces suben todo en camiones y lo vuelven a armar diez cuad¡as más adelante -intermmpió Magrís.
Larubiapidió un daikid. Eco asintió con la cabeza mientras sostenía el vaso vacfo. Un imbécilfitnesscenterópodo me dto un empujón mientras espiaba la conversación y fui a caer en la mesa de los eruditos. El hombro desnudo de una trigueña tipo ,/og,ze me salvó de tharle el martini en la solapa al admirado autor de Ruido: L0 economía política de la rzlsico. Me disculpé y fingl que pasaba por ahf. Entonces me paré del otro lado y me recargué en el barandal como buscando a alguien. Eco, Magrls y Anali siguieron conversando.
-Desde entonces comprendí que la fue¡za, [a inteligencia, la esttrpidez, la belleza, la cobardl4 la debilidad son situaciones y papeles por los que, antes o después, pasamos todos nosotros *afirmó Magrís.
-Finalmente el objeto se deriva, se vende, se consume, se destruye, se gasta - contestó Attali.
Las chicas pusieron cara de no entender nada.
--Quien abusa -+ontinuó Magís después de beber un sorbo a su martiniamparándose en la fatalidad de la vida o del propio carácter, una hora o un año después se verá at¿cado en nombre de las mismas inefables razones.
-El ruido es violencia: causa disturbios. Hacer ruido es intem¡mpir una transmisión, desconectar, matar. Es un simulacro de homicidio -le dijo Attali, molesto, señalando las bocinas.
-No te oigo nada -le gritó Eco llevándose la mano a la ore-ia.
Claudio Magrís optó por charlar con la rubia, que estaba más cerca que sus amigos.
-Si al principio -dijo pasándole el brazo por la espalda- la melancolla de la
poesla reside en su inutilidad en un mundo alienado, más adelante, con el advenimiento del socialismo real, lo hace en la sensación de ser inúlil en un mundo que necesita de la prosa del trabajo y no de la poesfa de la espera revolucionaria,

-alcanzó a exclamar [a rubia. -¡Pamplinas! -gritó Eco desde su silla-. No te oigo nada.
*La violencia -gritó Attali-, entonces, amenaza mfu que nunca con barrer una sociedad mimética, repetitiva, sin sentido.
-América -dijo Eco, echando grandes bocanadas de humo y recargando el cuerpo
hacia atrás-: un pals obsesionado con el realismo, donde, si una reconstrucción va a ser crelda, debe ser absolutamente icónica, de un parecido perfecto, una copia "real" de la realidad representada.
Y Attali, que ya no sopofaba el volumen al que todos nos hablamos sometido voluntariamente, dijo exasperado:
-{uando la música se mece en las redes de la repetición, cuando e[ tiempo de uso se une al tiempo de cambio en el gran cúmulo de actividades humanas, excluyendo al hombre y su cuerpo, la música deja de ser catarsis. Ya no hace ninguna diferencia -hizo una pausa y escupió algo en el pañuelo. Y luego concluyó mientuas se guardaba la tela en el saco-: está aÍapada en la identidad y se disolverá en el ruido.
-Está claro -intervino Magrís.
Eco se quedó pensando un momento y luego asintió admitiendo que era una buena idea.
-Una utopía d€generada es una utopla realiz¿da en forma de mito -düo citando a Louis Marin. Y después siguió por otra vía, en el tren de sus propios pensamientos, vociferando-. Una vez que se admite el "falso tota[", para ser gozado debe parecer totaknente real. Cuando hay algo falso -dijo refiriéndose probablemente a Sea World o Disneylandia-, un hipopótamo, un dinosaurio, una serpiente de mar, no es tarto porque no sea posible tener el equivalente real sino porque el público está dispueslo a admirar la perfección de lo falso y su obediencia al programa.
A pesar de mi asombro tuve que irme porque Magrls y la rubia urdfan franco cachondeo mientras elucubraba Eco. Se armó lat¡ifulca. Eco abofeteó a Magrfs y Attali aprovechó para sacar a las chicas de la disco. Llegar de un punto A a un punto B era como lanzarte en kayak por turbulentas aguas.
Piedras, rápidos, rubias en minifalda, meseros inseguros eran los obstáculos de rigor. Lo más diflcil era saline de ahi y alcanza¡ la otra orilla. Por hn pude llegar a nuestra ansiada mesa. Tony segufa viendo

contorsiones.
"Hermosa ingle" anunciaba el D.l por el mtcr 6fono. " Y And-of-c ourse-y ou-know TheRed- Oni on-pr oudly-announc es- happy- ho ursevery- thursday- and-f iday-at -fw eandJ adiesfree-of-charge..." disparaba a doscientas palabras por minuto entle cambio de pistas.
Alora Michael Jackson, pero se estaba haciendo tarde. El Tony salió a da¡ oÍa welta por ahl. T¡es cervezas más. Un centenar de chicas y chicos pasaron de los
pasillos a la bana, a la mesa y a la pista en cámara rápida. A las doce la mesa de los eruditos estaba vacfa. Vi a Helen bailando con la espalda desnuda. Unas manos se cogían de ella como alpinista de una roca en el ¡isco. Una boca se pegaba a su cuello como una mariposa estrellada en el vidrio. A un lado, unjoven de cabellos largos y ropa blanca sacó a bailar a una princesa sin tener qu€ rescat¿rla de su torre, sin escalar muros, ni enfrentar a peligrosos dragones en el foso. Sólo le extendió la mano y tuvo la osadía de pararse frente al cordón, -iusto frente a nosotros, a tocar arpegios y pizzicqtos,flautodo y rallentando, con los cabellos de la rubia. Kenny Loggins. Era demasiado. Todo el ambiente demoledor propiciaba la huida. Un cansancio devastador mafillaba en las bocinas. Las ideas ya no esiaban a salvo en ningún rincón de la disco. Ningún lugar para la paz, la recreación, o la fieudiana condición del goce.
Ya ¿ [a una conocimos a dos aeromozas peruanas que habian hecho descenso inca en nuestro nicho. heparamos las redes. Una muy "comemierda" y la otra bien "chévere". Tony sacó a baila¡ a la bien chévere, justo cuando apagaban las luces de la pista: " Than k-y ou- Iadies - and-ge ntl em en- the- Re dOni o n- op e ns - t o m o rr ow - at -f» e - Ia dies -fr e e", continuó el D.l " Mqn, mala s\erte"
Muertos de frio salimos a buscar el carro en el estacionamiento. Ya no quedaba nadie ahl. Encendí las luces mientras se calentaban las turbinas. Las aeromozas se reían con nosotros, rumbo al hotel. Eco, Attali y Magrís a esas horas estarlan dormidos en los anaqueles. Vimos una figura quijotesca caminar cabizbaja rumbo a su auto. Era Max. Helen no aparecla. Un minuto antes de comprar la taquilla y enseñar el.¿D., enÍó del brazo del amigo de Max, sobreexcitada. Sin duda les habla cuidado el lugar.
"Qve party man, ya no me acordaba...", decía mi amigo frotándose las manos y encogido de hombros mienfias tomábamos la autopista. f
Las horcas
Glen G, Gowen*
(Traducción: Tomás Di Bella)

oda persona que haya conocido terreno inhóspito y virgen en su propio pals, puede nombrarlo como pacífico, sereno y ba¡quilo, pero aquél que lo ve
por primera vez, esas regiones de oriundez e historia [e provocan una t€rrible in:presión.
Viajaba por el sur del pafs, ahi donde algunos lugares arln son subdesarrollados y están deshabitados. Llevaba una nueva arma que querla probar. Anduve en auto sobre terracerla por un tiempo ya entrada la noche y frnalmente caminé un poco más. De antiqufsimos robles colgaba el musgo español, surgfan inesperadamente los pantanos, desde donde brotaba la visión desagradable de los cedros (sobre sus troncos se escurrían lineas negras de agua, protuberantes como viejos dientes de un dragón, las cansadas ralces apareclan en la superficie vidriosa del agua que reflejaba a los árboles adomados con el musgo gris), por todos lados el paisaje susurraba el silencio, suspiros moshando placer al encontrarse con otra vfctima humana. Una
avispa zumbó dentro de la corola de una planta. Su oscura sombra era la tumba, la perdición. Una culebra negra se atravesó en mi camino.
Llegué a un claro, hecho por el ayuntamiento para colocar postes de electricidad. Era un lugar con pinos rasurados y no habla otra cosa en los alrededores, excepto las ruinas de una cabaña y una fila de postes más viejos. puestos sobre las colinas en el horizonte. Aqul s€rla un lugar perfecto para probar el arma. Escogí un pino y apunté. No pateó mucho la pistola. Una marca apareció en el tronco del árbol. Frente a éste, al alcance de mi vista, apareció una anciana.
"Ah" -dijo-, "creíst€ que estabas solo, todo mundo siempre cree qu€ está solo. En realidad nunca se dan cuenta de que muchos los vigilan, los siguen con interés, ese interés que han guardado los que se fueron. como yo, los que están ya bajo tierra... puedo ver por la manera en que yistes que no eres de aqul... déjame adivinar, andas husmeando en busda de algo interesante. Bueno, pues has
*Escr¡tory erlilot Ll¿ teleúNiói, Holltvoo.l, Colilomia, Etr,l

encontrado uno de los lugares más interesantes de esta América, lugar que no encontrarás en ningún folletln turfstico- La gente se avergüenza demasiado para contar su historia... a ml no me da vergüenza, yo lo vi todo, fue allá. Ven y acércate a esta gran roca donde hay suficiente espacio para ambos y puedo calentarme un poco para contafe la verdadera historia de este pueblo.
"Cuando yo era una muchachita -aunque el tiempo nos agarra a todos, yo era muy bonita- levantaron esos posles, los de madera, para colgarles alambre para el telégrafo, pero el cable no se usó ya que en aquel tiempo nadie (enia mucho que telegrafiar, y este lugar fue más conocido por colgar otra cosa. Colgar negros".
Por un momento se quedó en silencio y miró hacia el rojo y crepuscular sol, que por ósmosis le tomó su rostro de color rosa. Segul su miada y por pdmera vez noté que los postes tenían cuerdas, viejas y rasgadas, que colgaban de los barrotes. Los postes se velan como L invertida. En uno de ellos, silueteado por el sol, alcancé a ver un lazo balanceándose como para atrapar al hrlmedo cielo.
"Todo comenzó cuando la gente de por aquí se dio cuenta de que los negros daban problemas... a algunos los golpeaban y al salir el sol los encontraban colgados del cuello -nunca vi a los primeros, yo sólo vi a los últimos-. Como verás, éste es buen lugar para eso, así como está de escondido... mi hermana solla venir corriendo a decirme: 'apfuat€, van a colgar a otro'. Nunca habla visto tal cosa y sentfa curiosidad, así que corrl y la segui. "Tenlan sus manos amarradas y la cuerda alrededor de su cuello, La otra punta de la cuerda alrededo¡ de su brazo. Lo subieron varias veces y finalmente un par de hombres jalaron de la cuerda y la arnarraron, el negro subió por los aires
pataleando. Toda la gente estaba embobada; era como un acto circense y yo me sentl excil¿da. Habia otIo que aún estaba colgado de uno de los postes más allá, de manera que ya era una colección. Ésa fue la noche que perdi mi virginidad con una bola de tipos. Al principio nada más fue uno, pero después todos me llegaron, ahí estaban bebiendo y esperando su tumo. Esto duró mucho tiempo."
Me miró de arriba abajo; la brisajugueteó con mechones de su cabello canoso, luego sonrió discretamente.
"No es ningún secreto -me dijo leyendo mi mente-, ya te dije que estoy muerta, soy un fantasma, acéptalo desde ahora para que no te caiga como sorpresa y salgas cor¡iendo como si un lagarto te haya mordido las nalgas. De cualquier manera, esto se convifió en un club, un pasatiempo para los lugareños. No teniamos mucho contacto con la gente de afuera. Es como cuando un río h¿ce su pequeño lago, y ah{ crea su propia tribu de ranas y demás bichos un poco diferentes. Desde luego nunca tuve hijos propios. Para evitar eso solla tomar una raicilla. La hervfa y me tomaba un poco. Gracias a Dios pienso que sf me
sirvió, porque algunos de los tipos me sugirieron que actuara seduciendo a los negros hasta que no resistiesen más y asf poder atraparlos violándome; asl la sentencia serla legal.
"Sollamos hacerlo cada semana. Construíamos una fogata para quitarnos el frío en el inviemo, y los colgábamos de a montón. Era algo espectacular, a la luz del fuego, quizá un poco ensangrentados por los golpes. En ese momento adquirfan cierta mirada cuando se daban cuenta de qué era lo que les iba a suceder. Luego eran izados despacito para no quebrarles los huesos del cuello y asl duraran más tiempo en agonla. Yo solía pensar mucho acerca de [a muerte, y cómo no era tan malo, después de todo, o de cómo alguien podía estar muerto y yo todavía viva, y cómo me sentla por los pobres inocentes cuando volteaban a verme, desesperados y traicionados, una mirada que me penetraba y me decía: '¿Cómo puedes ser tan mala?', y yo ahí sentada

manoseada por todos en medio de un picnic. Me gusaba esa mtada, me excitaba. y después cogía con todos.
"Al principio tenlamos grandes fiestas, sollamos capfurar media docena en una noche de sábado, la mayoría erarr por las redadas, pero siempre dejábamos uno para hecerle su juicio especial. Éste no paraba de decir, 'yo no lo hice, yo no lo hice' y alguien miis decía: 'bueno, vamos a preguntarle a ella', €ntonces yo solía toma¡ un par de tragos de licor y daba un paso poniéndome frente a la antorcha, el enjuiciado frente a mí, suplicándome con lo ojos que dijera que no, enlonces alguien me preguntaba: '¿te violó este hombre?'
"En ese momento se hacia un silencio, me acercaba un poco más, y d6cla 'éste fue'. Luego me quitaba el vestido y ahí, parada y desnuda, añrmaba: 'claro que me violó'. Entonces todo mundo brincaba y gritaba y aplaudfa y mandaba al pobre chivito hacia los postes. colgado ahi como una bande¡a sureña.
"Para el siguiente lunes empezábamos de nuevo. Volvla ¿ llega¡ otlo thereño y Morton (él representaba el papel de mi marido) lo llamaba y le contaba cómo una viuda negra le habla picado en los testiculos allá en el granero, y cómo tuvieron que amputarle su pito. Entonces Mofon le decía lo tanto que él querla que se me quitaran las ganas, pero no se vería bien si se lo pidiese a alguien conocido, pero sí a un trabajador que fuera pasando. Eso estarla muy bien. Después de esto Morton se iba al pueblo. Yo regresaba a mis labores observando a aquel hombre, calculando qué tan rápido podía satisfacer mis excitantes deseos. Algunas veces ellos decían que estaban casados y trataban de comportarse, y así se iban a areglar el techo o algo, pe¡o otras veces no pasaban más de dos ho¡as cuando se bajaban del techo y ya estaban sotire de mí. Mis cómplices solían apostar para ver
qué tanto tiempo tardaban en baiar del techo y también cuántas veces se acostarían conmigo durante la semana.
"A un lado de la cabaña solía¡nos tener un corral con un par de cerdos. El ruido de los animales encubría a los hombres cuando se acercaban a la pared para asomarse por los hoyos y ver cómo trataba a aquel individuo.
"Pero empezó a correrse la voz y tuvieron que ir en búsqueda de las vlctimas cada vez más lejos... solían llegar para trabajar una semana pero nunca alcax.zaban a cobrar... así que después teníamos que conformarnos con uno a la semana. Lo colgábamos tres, cuaÍo veces reviviéndole y prometiéndole que lo dejaríamos ir si se mantenía con vida... nunca dejamos Ú a ninguno".
El sol estaba a punto de ponerse. Empezaba el frlo y yo querfa salir de aquel lrlgar.
"Señor, usted me mira como si yo estuviera enferma o algo, pero en realidad se siente bien cuando uno mata a alguien".
De pronto, con un movimiento rapidísimo, tomó el arma de la piedra. No pude det€nerla. Apuntó hacia el cielo y volvió a disparar. Hizo lo mismo con su cabeza. Ninguna heridá. Luego me devolvió el anna.

"Te dije que soy fantasma, nada puede pasar... Me voy a subir a aquel árbol y quiero que me dispares; así sabrás cómo se siente matar a alguien. Para hacerlo más emocionante me dejo caer..."
Se fue hacia el árbol. Apunté con el arma y le disparé cuatro veces. De pronto rompió en llanto, se bajó del árbol. Desapareció. Un tipo salió del bosque con una escopeta.
"¿A qué chingados le estás disparando? Esto es propiedad privada. ¿No dañaste mis colmenas, ve¡dad?"
Le dije acerca de la mujer.
"Mierda, yo también la vi una vez, pero nunca habló conmigo. Mi casa está cerca de donde su cabafla solía estar."
Luego mencionó que donde yo había visto ruinas con techo de latón habfa una hermosa casa blanca con molduras azules.
"Dicen que nunca se le aparece dos veces a la misma persona. Cuando la vi, yo tan sólo era un muchacho. Se me apareció en la noche, en el camino. Ha estado muerta desde hace mucho tiempo. La ahorcaron las mismas personas con quienes sejuntaba. La amarraron de los brazos, la ahorcaron con una de sus víctimas, Luego la amarraron de las caderas durante dos días antes de que murie¡a. Cosa curiosa, ella murió cuando erajoven, pero su fantasma envejece, como si fue¡a su condena. Es mejor que se vaya de aqul".
"Espera -le dije- ¿Por qué la colgaron".
Hizo una mueca. "Porque le gustaba mucho. Solfaregresar al lugar y escalar el poste y bajarlos. Sabes que cuando cuelgan a alguien le da una erección. Ella solía cogerse al cadáver, una antes y una después, así que le dijeron: 'si te gusta tanto pues te damos gusto' "
Me regresé hacia el pino. Habla cuatro marcas en el tronco. Di una última m irada y me fui cuando el sol se ponía det¡ás de las ho¡cas.Y
Mananfial
de voces

lnsinuación
Ensúciame, mátame, ten piedad de mí.
Réstame, súmame, súmame, asúmeme tuya.
Eres mi páiaro-madre, dame tu lengua por gusanos y húndeme caliente 'lo que te hace diferente a mí.
Tápame, mójate, escóndete parado en el closet oscuro y angosto.
Ríndete y móntome caballo-prieto-azabache te debo la muerte,
Suicídame, písame por un oio, por la boca, por el cielo, iay! que lluevo.
Arrecia todopoderoso; báilame, ordéñame... iHazme el amor, vaya!, que te e§pero.
Fidelia Caballero* Fotografras: Perla Castillo

El cielo se derrite
Llueve otra vez.
El cielo se cae a gotas.
El cíelo se derrite. Alguíen lo exprime arriba.
El cielo saca de un sombrero conejos blancos, negros.
A veces las montañas le causan comenzón y sangra por un rato.
El pobre cielo piensa que Dios lo quiere, pero le estorba.
El cielo se suicida, se está muriendo todo el tiempo.
No tiene amigos.
Yo lo veo como se ennegrece cuando se cansa de ser bueno.
Se tapa el Sol para no respirar 1, se ahoga mientras Dios se duerme con la luz prendida.
Homenaje al poeta

Se busca a sí mismo huyéndose
Se persigue se acorrala contra sí se abandona
Cuando por casualidad se encuentra está ya bastante leios de sí mismo:
IUn dedo al aire simula una pistola
Un gesto sonriente Una bala disparada a manera de verso: "Me repugno"
Sólo él conoce los secretos de su alma
Sólo él es capaz de descifrarse: dr
'Estt.liante ¿¿ pNicolosía ek la Facuharl le Ci.tt.iae HtñMo, u.4.Bc.
Aleiandro 5ánchez*
lll
No ha domesticado sus instintos su lengua sus lágrimas
No es pastor de sus emociones éstas
vagan nómadas por el vergel inédito de su corazón
No hay prisión que lo contenga sólo la del aquí y ahora: IV
Sólo la mirada del aire
advierte su presencia
Los dedos del viento entran en su pelo y, lo alborotan
EI
parado en mitad del tiempo se siente solo
No percibe siquiera el calor de su prop¡a compañía.

Perdidos

Buscamos en la arena del desierto los pasos tristes de un gato inexistente apagados por la sed nos sabemos polvo, miseria y huesos Nada más cercano a la muerte que vivir royendole las alas a las moscas de la mierda
Cada noche somos arena y encallamos en la piel de las palabras
Alejandra Rioseco*
Lugar
Poro Móníco Mgnsout
'Poeta y octiz del Ta er lhriv^itario .l¿ Teatro
En el calor del desierto
(Recuerdo Ia luna Y sus Plateados)
escurren Por mi esPalda
I Otas-no todo lo que moia es líquido) babas de un gato dormido

Una pura, dos con sal
Debido a mi grandísima necedad de activarle la lengua a los ratones me veo en la imPeriosa obligación de cortarles la cola He dicho.
Tierra de nadie

Una luz que escarba montañas,
Justa la visíón en transparencia, Espínas de fuego que palpitan
Con su misterio de vidrio solar.
Un víbrar de estelas radiantes
Sobre crepúsculos marinos,
En las cintas desnudas de arena
La playa se cimbra de estertores.
Nos devora la espesa vegetación un universo de volcanes
Lagunas donde el sol ni se refleja tan fangosas aquí todo es sintético
Playas de asfalto
Desiertos de concreto
algún oasis de neón con latas de cerveza
Montañas de acero inoxidable suburbios liquidados por la noche
Grreteras donde saltan las presencias, con las sombras de la noche se coagula ora puesta; los árboles se yerguen sobre el piso en polvo y dejan ver su otoñal desnudez. Éste es territorio yermo, sólo la jwentud en yerbaios silvestres sobrevive. Este terreno donde el canto antíguo y omnisciente muere, es la cálida dermis asfáltica del futuro. Aquí no hay sit¡o para sabios, toda voluntad se desgaja en goterones de impotencia. Su lago sabe a hiel que se decanta. El río desbocado en mares de ceñeza e ¡mpolutez; cristalina base, vítrea conjunción del cielo con partidas destelladas.
Este país no es poro los oíe:¡os. W.B. Yeots
Jorge Alvarado*
Claudia lazmín*
Risas que se welven llanto
Rísas gue se vuelven llanto ausencia. Neblina rostros que se pierden en el abismo errático de Ia noche; pelígro inminente. Porquería alimentar el espíritu de la defecación de un espectro. Rastros que intentan esconderse en el olvido rezos que imploran perdón ... Olvidar. Morir. Olvídar. Ruegos que piden regresar el tíempo, destrozar la imagen, riñas con el ego el espejo recrimina le grita aterrado.
Rosas marchitas sobre la escena del crimen Manchas. Colores batidos. Figuras geométricas. Lln pájaro muerto. El espejo roto, la mente agitada lágrimas y sangre sobre un fondo negro ... Morir. Olvidar. Morir un grito de auxílio: demencia.

rt\tu¿) t¿ J¡ h1 t\u¿l¿ ¿( Huñ¿ñ¡Jú,lr\. t lBt
El rey y sus semillas mágicas
Belén Adriana López Yaldez
Dibujos:
Doriana Beltrán
A mi papá y a Luis, tri heñano
n el oeste de China, en un pueblo llamado ShinGon-Tal, habla un rey muy feo y gordo pero con un corazón más grande que é1. El rey nunca se casó ni tuvo hüos por ser tan feo.
Era tiempo de dejar su trono, y como no tenía hijos, reunió a todos los niños del pueblo para elegir a uno. "Es la hora" -anunció el ministro-. Todos los niños se estaban preparando con sus mejores ropas y unos con nuevas. Muy triste estaba Shun-Shing-Shon por ser tan pobre y no tener ropa nueva como los otros niños pa¡a presentarse ante el rey.
El momento esperado llegó. Era tan diflcil para el rey elegt a un niño. Decidió entregar unas semillas a cada uno para que las sembraran y les dio el plazo de un mes para que le llevasen las planta§.
Shun-Shing-Shon plantó sus semillas pero nada resultó. Faltaba sólo un día para que el mes terminara. El dla y la hora se cumplieron. Todos los niños llegaron con unas plantas muy bonitas pero no habian nacido de las semillas que el rey les habla dado. Los niños compraron semillas o plantas bonitas para que el rey los eligiera. Shun-Shing-Shon no llegaba. Al hn llegó sin nada. Todos los niños empezaron a relrse y el rey preguntó la razón de por qué no trala su planta. El niño explicó lo sucedido y el rey comentó que todas las semillas eran mágicas; si las plantaban no brotaba nada. El rey nombró a Shun-Shing-Shon rey por no luchar para conseguú una planta. Y

tLkula Vista, Calfo ia, I I años.
nirio ¿Qola16
Sección a cargo de Sergio Rommel Alfonso
A/orúes o [a hipérbole dle una época

La poesla siempre tiende a ser, del modo que se desee, un reflejo del tiempo en que vivimos. Tatuada por el espíritu de la época, su contenido puede oscilar sobre diversos intervalos tématicos, pero llevar implícita, al menos, una dosis del mundo exterior o del ánimo colectivo de un ghetto, wa fratemidad, una mafia, una sociedad, una civilización. Así, Ia poesía escrita en el siglo xx será en un futuro fuente de consulta para explorar fielmente la conciencia humana en sus corrientes anímicas y su infraestructura de parámetros sociales y psicológicos. La poesía de T.S. Eliot, Ezra Pound, Paul Celan, Octavio Paz, Rainer Maria Nlke, GuillaumeApollinaire, Joseph Brodsky, Rafael Alberti, estará, en términos ingenieriles, en jus t-in-t ime para dar testimonio. Hoy, a este escapulario de nombres que simbolizan la imaginerla de un espíritu en decadencia, sumo oportunamente e[ del joven poeta Carlos Adolfo Gutiénez Vidal.
Girar la manija; empujar la puerta suavemente; respirar la oscuridad; encender un cigarrillo; adentrarse; recorrer pasillos que, sin ver, sabemos lacerados, sustentados en tristoria; vislumbrar la incertidumbre del espacio; dudar de la cautela. Bajo esta secuencia se descorre la cortina del
Gu-rrERREz vidal, Carlos Adolfo, ¡{o/ter, Secrcta¡ía de Cultura de Jalisco, 1994.
lenguaje y muestra en el fondo de la noche la hascendencia del poema más allá de la palabra. Para conectarse con Norles, el poemario, recom iendo sim ular una ceguera absolula de conceptos, como si penetrásemos la negrura avasallante de una casa en ruinas, avanzando lentamente sin reconocer sus peldaños. sus arcos, sus molduras. Reconstrut nuevamente, desde tal zona vacla. la comprensión poéticadelmundo, simultánea atodo su lastre de sucesos crueles y gozosos. Conñgurar, en tanto la oscuridad cobra carisma, las profecias ya inmurables de nuestra condena; para ser escamoteados lLnalrnenre por el peso de la costumbre, elhábito, eladormecimiento del espíritu sobre la pirotecnia de nueshas pasiones y deseos.
El lamento capital en ¡y'orre§, es precisamente, laparálisis de la sensi bilidad humana y la pérdida de la conciencia del mundo como una hermandad que bien pudiera derrochar sus reservas amatorias sin más limite que la propia etemidad; cabalgar, mientras la fiesta es terrenal, las playas desbordantes, los bosques encumb¡ados, las bucólicas praderas punteadas de cebras y unicornios. DesdeSarcófagos, en I 993 , veo en la poesla de Carlos este grito kilométrico hacia e[ fondo de si mismo, sentenciando el paradero de está actitud contradictoria del hombre moderno que cgnforma sus ideales con base en la indefinición, la indiferencia, la imparcialidad. El hombre modemo no quiere comprometerse con su propio sentir, ha rechazado su nostalgia, su asombro ante el ser natural, ante la vida. No aprendió nunca a respetar las plantas, los objetos, los insectos. Se perdió en los esplendores del festln beligerante, en la luz eléctrica. Desdeñó la aceptación del amor como núcleo de la etemidad, fogata per?etua en el ombligo del instante. Los poemas deNor/esnos involucran a cada uno de los presentes, porqu€ son un canto colectivo en voz de un poeta que, por nacimiento, le ha correspondido el desenlace de la condición humana hacia el próximo
Nort t
milenio. La direchiz de nuestra sensibilidad queda a la intemperie de nueshos antecedentes, no sol¿mente con nuestros semejantes, sino con todos los seres vivos, todo cuanto implique respiración, fotoslntesis, movimiento, lentitud molecular. En este sentido, ¡y'olreJ es un poemario universal, que bien puede insertarse en la experiencia de cualquier bloque mundial que haya subordinado su encomienda a los caprichos de su fabulación onerosa.
Pero hoy es el tiempo de las definiciones. Del siempre se desprende otlo milenio como una gota de agua en labios del campesino. Si somos labradores de la historia, bebamos esa gota en pos de una versión más a¡mónica y solariega de nuestra infinitud. Ca¡los es el poeta visionario que anticipa el desplome de una época colmada de escepticismo y almas movedizas. Elpoetaquenos previene, que nos avisa. Él presagió el egreso de una piel fallida por ori-
gen y puso en tela de juicio nuestra reacción ante este tomasol decrépito. A partir de ahora Nortes pasa a la historia como un dardo certero a la médula de nuestra conciencia. A partt de ahora comienza otro tiempo poético para Carlos GutiérezVidal: la placentera incertidumbre del nowhere, ese liur.bo hecho --como lo dijo Paul Eluard- a la medida de nuestros sueños. V

En el capítulo cuarto de su Teoría de la novela, Georg Lukács anota que el mundo contingente y el individuo problemático son realidades que se condicionan reclprocamente unas a otras. Cuando el individuo es aproblemático, sus fines le son dados con evidencia inmediat4 y el mundo cuya estructura han dado de sf esos mismos f,rnes realizados, no puede procurarle más que difrcultades y obstáculos para la realización de los fines mismos, pero nunca serle un peligro se¡io.
Confrontando la cita con Una de dos de Daniel Sada, se descubren al gunas cosas.
De entrada, la novela nada tiene que Yer con la épica. El autor sabe que eso quedó atrás, que trata con lector€s y no con una masa que requiere de un proyecto y un relato g'ande.
Pa¡a escribr Una de das, Sada ha escogido un fragmento del lodo: la
LJna dle dlos
SADA, Daniel, Una de dos, Alfaguara, Madrid, Españ4 1994.
relación entre dos hermanas gemelas, Gloriay Constitución Gamal. La anécdota es sencilla: primero le da un tratamiento biográfico y luego la enriquece con la precisa descripción de los temperamentos y costumbres de los personajes.
En este punto, la relación ent¡e las hermanas es un sistema inmerso en elmundo cortingente. Sus fines -no como dos individuos diferentes, sino como unidad de acción no van más allá de la independencia. Mientras tanto esperan, queda manifiesta su organicidad.
JULIO/SEPTIEMBRE
Un oponente débil es la tia Soledad Guadarrama, quien logra extender el enfrentamiento gracias a sus cart¿s y el etemo consejo del matrimonio.
El mundo de las hermanas Gamal es un sistema fuerte, un lefero que dice: "limítese a su asunto" -lo recalca. Después de la independencia, el fin de las hermanas es ser una sola. Eso, hacia el interior d€l sistema, requiere de una lógica exclusiva, diferente a la del exterior.
Una invitación de Iatíapropiciael rompimiento. Ahora el fin es una tolerancia moderada, un contacto más directo con el exte¡ior, pero la lógica orgánica y el mundo conti¡gente son incompatibles y el conflicto es inevitable tanto en él interior como en el exterior.
Finalmente todo tiene queponerse en orden, operar como antes para que el transcurso quede en el pasado. Una de dos es wa ftlrrr,e disposición
Jorge Ortega
de oposiciones simples y relaciones complejas en el seno de la identidad. En esta novela Daniel Sada yano :oide sus frases como si fuesen ver:os: sin embargo, ha cuidado de marera especial la composición y la 'ubordinación. Es interesante la for-
ma en que el autor ha logrado equilil brar perfectamente un sistema ñ¡erte creado por él en una obra literaria que responde, sin lugar a dudas, a un sistema débil.
Unq de dos esmahístoria de corte sencillo y talle suefto. Eso, aunado a
la alta costura lingüística, sólo puede ser posible gracias a un narador como Daniel Sada.
Carlos A. Gutiérrez Vidal

,-arnbiar el país es un deseo que ha r:- ¿icado atodos los mexicanos de to::s las generaciones. Por ese deseo :: han producido maravillas e injus: r ias, p actos y enfrentamiento s. Por :.e deseo la historia de México es la -:.toria del choque perpetuo, la di,:sión y el consenso. lfario del Vallehabuscado un re:ncuentro con lo oliginario a través ji la serpiente, simbolo unlvoco de -r historia.
EnTrazos de la serpientehay tres :i e s; la historia comotranscurso con::nuo, el encuento como motor del ;ambio, y elerror como un elemento ¡¡¡Ínseco nada deseable.
Para que la satisfacción de los 3eseos seaposible es necesario el re.ncuentro de los hombres, buscar la integridad más allá de la memoria. Pero nadaespo§ble si se anda sobre la cuerda floja de la confianzz; ninguna diferencia puede ser comprendida o asimilada. El reencuentro es
tfrazos cle [a serpiefxte
NIAItI() l) ri
S l'l I{ P I l'l N'1.11 i:i)
el olvido, mutilar el alma con la escritura para posibilitar el gran encuentro.
Una historia así tiene un cllmax, una culminación trascendental : el momenlo que enfienta al hombre consigo mismo, el momento que celebra un encuentro milenario.
*DEL VALLE, Ma¡io, Ttazos de la selpiente, Joaquln Mortiz, México, 1992. Cambiar el país.
imposible sino se presiente sumultiplicidad, si es motivo dejúbilo y no de transgresión.
Para el poeta, contar y no escribir, lahisto¡ia escrita es letra muerta. Del Valle hace ver que el trazo de la serpiente también incluye el destino y e[ entierro de los vencidos, de los muertos sin gloria.
La historia se escribe con la vida, es memoria al margen, intuición ferviente del pasado.
La labor del poeta es transgredir los márgenos, enfientar el trazo con
Las baldosas del sur y el horizonte del norte. Unir los mares del este y del oeste.
Escucham os mtc has v e ce s.
Padecimos muchos miedosPeto hemos alimentado el coraje t la noche con cantos-
Y pot ehcitna de lunas y misteríos hemos abíerto las ventanas y despejado la altura.l
Carlos A, Gutiérrez Vidal
Exposiciones y recintos donde se llevan a cabo, son, sin más, las vininas o aparadores de toda ciudad modema.
También para todos. los que permaaecen, vienen o se van, la ciudad es también una permanente exposición, permarente y cambiante a la vez, como lo es ura obra de arte. Ésta ha sido elaborada por su gente a través del tiempo. y se ha configurado páulatinamente.
Hay ciudades prof,rndamente artísticas y. por el coBtrario. hay okas que parece que no fireron tocadas por la mano divina. Hoy me atreveré a recorrer la ciudad de Tecate como si estuviera en una exposición.
La obra en sí, en un principio, no llama la atención. Siménica, coloración pétrea. no grande, no chica, pausas y ondulaciones en su recorrido visual inicial, anuncios luminosos y letreros múltiples asemejan un collage
Arquitectura de múltiples cubos, accesos y ventanas rectangulares
Ciudad en o o2 exposIcron

-¿es acaso unaobra cubista?- d€ bulliciosos y populares mercados sabatinos. ¿Obra costumbrista y pintoresca? de atardeceres serranos y mágicas lluvias con accesos insospechados.
¿Obra oníricaque sugiere, de gente recia y directa en su trato, un ambienterural? ¿pararelatos? contastes
Las danzas de [a señonita Swain
Lq señoritq Superrnany otras danzas y Nadie, ni siquiera la lluvia son dos obras de la escritora ensenadense Regina Swain. En ellas, utilizando un lenguaje comrln y coloquial,la autora nos transporta a diferentes escenas y momentos de la vida.En La señorita Superman y otras danzas.lomando el papel de narradora y a veces de protagonista (como en el cuento "Amor Nestlé"). Regina Swain nos introduce en historias poco comunes, mágicas. fascinantes y aterradoras
SWAIN, Regira, Laseñorila Supemfih! otras danzas, Fondo Editorial Tierra Adentro, plimera edición, 1993.
Nadie, ni siquiera la lluvia, Editorial Planeta, primera ed¡ción, abril de 1995.
en susclasessociales. deamplio sector trabajador (de ambos lados) ¿obrade realismo social?
Estilos, ismos, encontraremos en esta exposic¡ón convencional. funcional, simétrica, de onduladas senanias. de veredas, terrazas. pedregales por todos lados: para los amantes de recorrer exposiciones, analistas de imágenes y burcadores de texturas y asidas color¿,ciones.
Tecate se encuent¡a abierta a usted hoy y )e olrece dos nuevos espacios culturales: 1a Galería del Instituto de Cultura en el parque central y las nuevas instalaciones de los lalleres de las Anes en Extensión Universitaria, además de un festival cultural anual recién iniciado en septiembre del año pasado cor la participación de todos los anistas locales en colaboracióncon las instancias de cultura estat¿I, que lograron fraguarun sueño anhelado por muchos. Asi cerramos otra invitación a una exposición. f
F rancisco Merino

a la vez ("Morusa y la ciudad en migajas"). Esa manera tan especial ¡ vigorosa de relatar y proyectar sentimientos a través de una hoja de papel escrita, de crear personajes tan comunes y tan pintorescos a la vez, hacen que el lector de este conjunto Ce cuentos que conforman Za señorita Superman,.. se mezcle tan proñ¡ndamente con todos ellos al grado de llegar a tenerle miedo y resreto a las profecías de la pequeña ¿irana Morusa Malapanel sentü una ñbulosa atracción y un encanto in:tmal hacia el Diablo Jiménez; in'. adirle las ganas de pasar una noche :n el Shangri-Lay encontrarse con... :uien deseel o de conocer a dónde : e fue el alma de don Ben ito cuan:L-r emanó del vientre de su madre .i niña Palomo. El lector consigue : omparar realmente al amor con una ..rlgar y simple lata de leche con::nsada marca Nesllé: el hueco de , Lulzura por dento/lafrialdad ex..,onla sorpresa que puede venir -: I a pqrte trqsera de la etiqueta, un :.emio (él no era el amor que yo -, t .) o una receta (eslas pastillas ''!ncianon de merqvilla...) y se logm :.-.mprender elporqué de lo eflmero, -.. nansitorio y la fugacidad de ese ,.nrimiento que a veces Io es todo, a .eces es tristeza mezclada con un :.¡co de nostalgia por el pasado, a .:ces es pasión, a veces es la vida ::ro casi siempre termina siendo la :nuerte: el amot, amof.,. .\nsías. quieres. anhelas. apele::s. ser amada por Basilio Tajadura '.x domingo, entre hierba que huele : L ida: aprecias lamúsicadelmaesfo :el tango Carlos Gardel; alcanzas a - :nprender cómo a todo lo "instan::neo", todo lorápido, todo lo breve, ! momentáneo, lo fugaz, lo súbito, i'Tamente le ha dado por ante:.cne¡se a lo duradero, Io constante, .. estable y perpertuo; nos presenta :anas escritas (que nunca leerá) para : i conquistador de la Alta Califomia \fr. Balboa; y, por último se tiene el
honor de conocer a Calafia, que es nada más ni nada menos que la creadora-fundadora del río Amazonas, rlo que formó con sus propias lágrimas de tristeza que derramó por Homobono, el joven con ojos de limón maduro, que después de todo, la abandonó.
Regina Swain es una escritora que, al igual que su obra, no sabe de convencionalismo es contemporánaa, controvertida y con una facilidad conmovedora de conducir el teclado de la computadora (lo que antaño serla la pluma), y transpofar al lector a mundos fascinantes e impetuosos que encierran sus narraciones y convirtiéndo [o en un Indiana Jones de los episodios de la lecíua de La señoritr Supermqn y otras donzas. Es muy importante señalar que con este libro Regina Swain obtuvo, en 1992, el Premio Nacional de Literatura Gilbefo Owen.
Después de unabeca del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Regina Swain decide escribir la noyela Nadie, ni siquiera la lluvia, basada en un hecho verldico que tuvo lugar en el pueÍo de Ensenada, B-C.
Aqul [a escritora narra la historia de dos jóvenes adolescentes que se enamoran y experimentan apasionadamente el juego que complementa al amor-sentimiento: la sexualidad. Alejandro y Gabriela, los protagonistas de este drama hecho novela, apenas cuentan con quince años, pero sólo quince años que no les duraron nada.
Contan poca edad y con tan poca experiencia, esta adolescente pareja, todavla con vestigios pueriles, se disponla a aventurarse en uno de los episodios más dificiles de lavida: ser papás.
Alejandro, producto de un matri monio que no funcionó, hijo único, consentido, fanático de Star Treck, del Nintendo y de los Cowboy Junkies, es la vlctima que paga en carne
propia las consecuencias de sus actos por laomisión depastillas, condones, DIU, o cualquier otro método anticonceptivo existente.
Gabriela, huérfana de maüe, hija de padre alcohólico, neurótico, comparte su casa con su abuela paterna y su tla. También cuenta con una hermana, pero ésta pref,rrió renunciar a la vida al lado de su "especial" familia; Gabriela, en sI, no tenla con qr:ién hablar, con quién disipar sus dudas, a excepción de su amiga Isabel, prácticamente una niña.
Como niña quejuega al caballito, como mujer que juega al amor, Gabriela se entrega a Alejandro con toda la pasión, la curiosidad y el deseo con que es posible entregarse cuando apenas se están descubriendo la vida y sus placeres, pero abandonando un solo detalle, la protección anticonceptiva, que condujo a Alejandro a los brazos de la muerte y a Gabriela a vivir con el enorme dolor y la sensación de haber muerto con é1.
Se toparon con [a incomprensión del señor Santos, que en ningln momento se interesó en saber la verdadera versión de los hechos y se dejó ir sobre Alejandro, a quien sometió a las tofuras más infames e inhumanas, que sólo una mente perturbada es capaz de aplicar.
Golpes y golpes, golpes y golpes, eso fue lo único y lo último que A lej andro se I le vó. G abrie la term inó en un convento, encerrada, resumida sólo a recuerdos y dolor. Engañada por su propia familia, le hacen creer que Alejandro murió atropellado. Olvidar es muy di{icil; evocar es muy doloroso; madurar es muy penoso La señorita Superman y Nadie, ni siquiera la lluvia, sort dos hijas diferentes nacidas de la misma madre; dos narativas opuestas: una, mágica y fugaz; y la otra, cruda , real y violenta. Dos obras y una escritora: Regina Swain. Y
I)ara Bacre Cuevas
Hilda Gorethy Lara
Ricardo Y áñez es el Poeta constructor de cosmos urbanos que realzan un folclo¡ realístico.
Para Yáñez, la poesía no es más que el medio locomotor de cultos Y presentacioneshumanistas, donde se estrecha la virtud potencial con el conocimiento def dico. Sin embargo, aliviar las heridas que cicatrizan en elalma del lector, es laproYidad otorgada por la diáfana tinta escupida por la hábil pluma del Poeta.
Ni no qtne digo

P«lesía con espíritu de santo ofiaio
POEMAS DESDE EL cl uflRO
La atmósfera de dulce condena, el dotorllevado más :lládetodo castigo o privilegio, el extásis €spiritual del siglo xvtt, la revelación de imágenes que son como ecos de un ciclo que no termina en quince estancias. De la primeraalaquince, apoteosis total al dolor, al sufrimiento que descarna cada poro, vena o arteria, músculo o hueso; la resignación a ningún Perdón terrenal divino; el gozo místico, lafe en laresurrección de la carne se visualiza en cada exhalación de los poemas. El espacio en blanco juega a deslumbrarnos junto con el Poem4 a sentir más inmenso el extraño que llevamos dentro, no sin develamos un horizonte pleno de esPeranzas a
otros caminos de otros siglos Y la incapacidad de ser solitario y silencioso ante lás penas. Si la razón depende de un espacio sin color que grita desesperado, sólo hace Plausible, el pacto entre el oyente Y el poeta; se inicia un rito Para Purgar las malas artes aprendidas, vicios,
YAÑEZ, Ricardo
1985.
Ni lo que cligo es concePtualización, homenajey altaralasrelaciones afectivas, al amor:
El amor es estrellafilosa y el desamor quién sabe qué carajos
Para el autor, eleva¡se Por cielos espinosos y tocar la espada inexorable de los dioses, simboliza el poder de la nada, Iacreación vital de todo.V
MARCAILI, Aglae, Poeñas desde el clauslro, Ed. Enorme, 1995.
pecados capitales y habituarse a un ambiente de rezos, cidos, santos Y ofrendas.
LaobraP oemas desde el claustto, de Aglae Margalli, se hizo merecedora al Premio Nacional Enriqueta Ochoa I 995, y fue editado Por el Club Rotario de Torreón con elrema de sor Juana Inés de la Cruz. El certamen contó con Víctor Sandoval, Raúl 'Renán y Gilberto Prado Galán como jurados. esre último. autor del prólogo y ganador en 1988 del Premio Nacionalde Critica de Artes Lu¡s Cardozo y Aragón. que otorga el nBA Asimismo fue beca¡io del Fondo Nacional para la Cu ltura y las Artes. en el periodo de 1992 a 1993.
Nilo que diqo. Fondo de Cultura Económica. Lecturas riexicanas. México, D.F.,
Aglae Margall¡
Jorge Alvarado
Aglae Margalli nos transporla a un ambient€ virr€inal de autos sacramentales, de loas, sainetes, letas sagradas y profanas, de pecados que van más allá de todo dios, de toda expiació hatando de sobrevivir a la desolación ve¡bal o física:
Me quise dar a luz/ y quedarme ovillada/ en esa redondez obscura/y no saber jamós/ de la tristezo/ que me habita/ pero Iq soledad/ me ha cosido/ a su costado/ siete veces. El acercamiento o enlace entre la voz de Sor Juana y una mujer del
siglo )<x nos permite visualizar que las preocupaciones de todo esplritu que se manifiesta todavia proclama ser escuchado.Y
Míguel Angel B enítez C.

::".:i Hr ri:illf :: Htilt'":
rio de Miguel Ángel BenitezCastro. Según sé, esto de enlatar el libro era una idea que se venía fraguando en su cabeza desde tiempo atrás, y la cual pudo por frn ver hecha realidad con un timje de 50latas de colección, procesadas y envasadas por Ediciones Los Domésticos.
Un pretexto es unmotivo, o acaso una €xcusa o una disculpa. En este caso Miguel Ángel nos presenta 12 pretextos muy personales. En ellos plasma de manera poética sus angustias, sus necesidades ...Necesito los signos, la venganza que se multiplica ina.sible.. los deseos de un alma joven-.. qu¡ero ser inmortal m un solo paso, quiero un sol, quiero un micrófono... y esa búsqueda de algo que reemplace lo que no hay.
La lata por sí sola llamala atención de cualquier curioso. El que pasa, la mira, la toma y pregunta: ¿qué es? Al
E[ pnetexto del oído
BENÍTEZ, Miguel Ángel, EI prctexto del oído, Editorial Los Domésticos, Mexicali, B.C., 1996.
descubrir que es un libro enlatado, se desata aún más la curiosidad por conocer su contenido. Algunos lo leen, otros nada más lo hojean. La sensación que me deja al leer cada uno de los doce poemas es de cierto vacío, ya que el autor rePite los conceptos de abismos, sombras, infinito, silencio, noche; es algo asl como un grito de desesperanza, desolacióny desfogue. Grito que surge del interior de Miguel Angel y hace eco en aquéllos que se identifican con é1.
No haré una crftica literaria, porque de eso sé muy poco; baste con decirles que el contenido justifrca la forma. Las ganas de innovar, de ser original se reflejan en esta edición cuyo material literario es imperecedero, no sólo por €star enlatado sino también porque los textos reflejan situaciones que se han dado Por generaciones: la sensación de soledad, el buscar y no encontrar, ser quien uno no termina de descubrir, o descubrt que se es lo que uno no quería ser.
Esos sentimientos fueron un buen pretexto para darle forma a este material que, por cierto, no contiene adit¡vos, colorantes. ni conservadores artifi ciales. Simplemente contiene revelaciones, deseos y formas encontradas de los sentimientos de un hombre, que puede ser cualquier hombre.
Frente a esta obra cualquier Pretexto es bueno para el oldo. Y
Edn¡ Cabrera
¿ Le interesü colaborar en esta reuista 7I

LarevistaYubai, del áea de humanidades, es una publicación trimest¡al de la Universidad Autónoma de Baja California, destinada a establecer un puente de comunicación entre la comunidad attística y cultu¡al de la universidad y el público en general.
Los arlculos propuestos serán evaluados por especialistas, a través del Comité Editorial de la revista, y deberán tener 1as siguientes caracteísticas:
L Todo anículo debe ser inédito.
2. Laextensión debe ser entre seis y quince cuartlltas amáquina, escritas adoble espacio. Si se tiene una colaboración más extensa podfa publicarse en dos partes. Envíe su artículo por duplicado.
a) En el caso de colaborar con poesía, si el poema es muy extenso pueden enviar un fragmento que no exceda de dos cuartillas. Si su envío consta de más de tres poemas, todos serán tomados en cuenta para publicaciones po§teriores de la revista, pero sólo tres podrán publicarse en un número.
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GARCÍA Diego, lavier, Esteban Cantú y la revolución constituciotwlista en el Dístito Norte de la Baja California, mecanografiado inédito, pp. 6, 10, 11, 15.
BENÍTEZ, Fernando, El libro de los desastres. México, Era, 1988, p. 35.
MORENO Mena, José A. "Los niños jornaleros agrícolas; un futuro incierto", SemilLero de ideas, núm. 3, junio-agosto, t993.
8. En relación con los ltulos es preferible seleccionar uno corto y que sea accesible y atractivo para todos los lectores Considere que un buen ltulo y el uso de subtítulos constituyen una forma infalible de captar la atención de1 lector' El comité técnico-editorial de Yubaí se toma¡ílallbertad de sugerir al autor cambios en el título del artÍculo y adecuaciones en su formato cuando lo considere necesario.
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Si tiene alguna duda o sugerencia, por favor hagánosla saber por fax, coneo, teléfono o personalmente.
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Baja California: Nuestra historia
(coedición SEP-UABC)
Del Grijalva al Colorado. Recuerilos y vfuencias de un político
Milton Castellanos Everardo
Al escribir Del Grijalva al Colorad¿, su autor, Milton Castellanos Everardo, nana sus experiencias dentro de la política en su estado natal {hiapas- y en el que ha sido durante los últimos cuarenta años su lugar de residencia: Baja Califomia.
La frontera misional dominica en Baja California
Peveril Meigs, III.
Peveril Meigs aporta en este libro un caudai de información de primen mano. Sus pesquisas documentales las realizó sobre todo en archivos de Califomia donde se conse aron no pocos testimonios pertinentes.

Historia d¿ Ia colonización d.e la Baja California y decreto del 10 de narzo de 1857
Ulises Urbano Lassópas
Este libro trata sobre las cuestiones de tenencia de la tiena en Ia región, desde la época prehispánica hasta mediados del siglo xrx, cuando fue escrito.
Apuntes de un viaje por lns dos océanos, el interior de Amérita y ile una guena civil en el norte ile tti Baja Califomia
Henry J. A. Alric
Este libro es una amena descripción de algunas de las experiencias del padre Henry J. A. Alric, en la región fronteriza de Baja Califomia, a la que por lejana y casi desconocida, se le llamaba La Frontera.
Mar Roxo de Cortés. Biografía de un golfo Fernando Jordán
Incansable navegante enamorado de la península de BajaCalifomia, Femando Jordán y Pilo, su fiel amigo, a bordo de una pequeña embarcación reconieron la costa peninsular del golfo de Califomia, descubriendo sus islas, bahías, poblaciones y riquezas naturales y humanas.
PUBLICACIONES: De venta en librerías y recintos universitarios o en el Departamento de Editorial en avenida Álvaro Obregón y Julián Canillo s/n, edificio de Rectoúa. Tels. 52-90-36 y 54-22-00, exr. 32'l 1.
rl L¡uulgors
La caDa Drotectora de la tieÍa. 'T,á cana de ozono
0, Rafael Garcia Cuetb, Margarito Quinhm Núñez
Déficit y Superávit en las costas María Either Cruz Colin
El asua en Baia California
José A. SegoüaZavala, Efr'aín A, Gutiérrez Gallndo, " Gilberto tlores Muñoz
Las histonas; Expresión senética
Alejandro Briseñ0, Lüis Enriqm Espinoza
La enfermedad perio'dontal. ¿Qué es eso?
YolandaBojórquez Anaya
La levenda de las sirenas
Myra Pamplona §alazar, Luis E. Agülar Rosas
Pelo de cochi fl.
Un alsa mffina de imnortaióia económica tds t. Aguilsr Rosa& Cailos Gutiérmz Villaseñ04 Raúl Aguilar Rosas
Secciones
Cápsulas, Pregumas a la ciencia, Pasaoempos, ' - Anecrlnurio '
Suplemento Infantrl :0asis29
§qffiit{trt
Lo oue el disco v la reoresión se llevalon ' OmarhoglidAhada
El color del ünero Angdina Tang
La nueva
Roberto Valem orensa en Baia Califomia bermspe, Glidalupe Villaseñor AmezqurU¡
El delecho a la iusticia Arnoldo A, Cástilla
Menos dempo de rabajo, mejorcalidad de vida
Ma. Aumra Lacavex Berumen
El desemoleo: Cinco notas Sergio fomnel Alfonso
Orga¡rzación ¡ara el aorendizaie "Bernardotr{éndei Lugo'
Formacidn de orofesores en la usc
Brenda Isabil Madrid velarde
Yubai,.i
Mitos de una frontera subtenánea Alejandro Espinoza
Pedro Páramo: Donde la hiqoria se nos multiplica Ma. Edma Gómez
La ciudad desconocida Tonás DiBella
Plática con Tomás Sesovia Jorge Ufega, Gabfl el'l rulrllo
Secciones
Afluencias
lngrid Hernández, Iveth Galrán, Iurina Villalobos,Hernán Gutiérrez. Glen C. Gowen
Manantial de voces: tidelia Caballero, Alejandro Sánchez, Jorge Alvarado, ' Cláudia Jazmín
Letras nrimas: Belén Adriana' lópez Yaldez
Caucesr notas, comentarios y reseñas
0bra nlástica: ' Esculiuras de Lourdes Huerta y Gabriela Escárrega
mfr$
Aménca Latina. Im¡acto socioeconrimico delmilitarismo tr'rancisco R. Dávila Aldás
México en el desanollo econónuco mundial Jorge González Manón y alumnos
La economía mexicana: E¡he la crisis. 0l aiuste a la recuoeración Rtigelio Varela Llamas
La prjvauzación,.. ; vehr'culo para gener¡ efi ciencj¿l ' Miguel AngelRoniero Miranda
iBienr,enido a Intemetl Joige tnés Morales Garfias
El mercado de valores en México
Juan Lorenzo E$rada Calderón
Financiamiento ' José paa mode¡niza el campo Zavala Alvarez
AbLfón y langosta. Ex¡orlación de pesquenas su0cafioflMnas
Irangelina Guzmán Vizcana, Maía flena Yee Savín. Verónira G. de la 0 Bunnla

Sección Nnler
rl L¡uulgors
La caDa Drotectora de la tieÍa. 'T,á cana de ozono
0, Rafael Garcia Cuetb, Margarito Quinhm Núñez
Déficit y Superávit en las costas María Either Cruz Colin
El asua en Baia California
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La enfermedad perio'dontal. ¿Qué es eso?
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La levenda de las sirenas
Myra Pamplona §alazar, Luis E. Agülar Rosas
Pelo de cochi fl.
Un alsa mffina de imnortaióia económica tds t. Aguilsr Rosa& Cailos Gutiérmz Villaseñ04 Raúl Aguilar Rosas
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El color del ünero Angdina Tang
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