Yubai No. 18

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t a novela histórica

plásttcc,ide

Aio 5, núm.

Bqu Calfomra: NucoLra

(Coedición SEP-UABC)

Bajd Califomia. Comentarios políticos Itiñ!ññnttt

,Reúnc Les roflexiones de "-ste honhrc qut es- hafa la fecha. un f.rson:!e alrededor del cual surgen las más acaloradils discusiones _v contro!crsias

Irlfor e sobre el Dislrito Norte de kt

Bt ja Califomia

át" info.-" es un análisis muy preciso de los problemas económicos y politicos del distrito con propuestas prácticas para solucionarlos.

La revolücióh del des ieño. B ai a Califor 4io, 1911

fl autor sigue p¿¡so a paso las acciones que dieron odgen a Ia polémica sobre el filibusterismo en Baja California.

El otro M¿xico. Riogrufía de Edja Califo itl

., i/enlsndo Jor0¡n \ rno a csta ticrra y cscribió estc libro cslrcmecedor coD el cual rcdcscubrió su e\istcncia al rcsto dc 1a ¡eción

D¿l Grijalw al Colorado, Recuerdos y úwttcitts d¿ un polílico

A cscribn Dat GnJdLttl t1t C'olot'tu{a. xutor. Milton Castellanos Everardo. narra sus experiencias denlro dc Ia política en su est¿do natal -Chiapas y en el que ha sido duran!c los úllimos cuarenta a,'ios su luear dc residencia: Baja ( alilirnra

Mehrori a adñi ttistritita del gobierno del Distilo Norle .le la Baj 4 Cdliforuia 1924 1927 ñilrEn-ilrd

./" ',cn,r,ia ,rdmini!lr¡liva rs ün docuDlcDto i¡tcrcsanle en la hisloria dc Baia C alifornia. A 1a fecha es el único texto en Ia región que sinteliza la actuación y las perspectivas de un periodo de gobierno.

Ilacer una lista de nombres y títulos con comentarios superftciales, a sabiendas de que los trabajos por sí solos tienen mucho qué decir, es un lugar común que evitaremos, por respeto a esta tan preciada y escasa oportunidad que es la palabra impresa.

Desde que iniciamos esta publicación se tuvo la plena conciencia de que los espacios para la creación eran reducidos.

Pocas son las reüstas en el estado que como ésta, se plantean ofrecer un lugar y una oportunidad que dé cabida a las más diversas formas de expresión, y que además de esto, intente cubrir las necesidades de un público no especializado y 1o acerque a las muchas manifestaciones de la creación de dentro y fuera del estado. Así pues, esta página dejará que las siguientes, con su poesía, narrativa, ensayo y demás, hablen por cuenta propia,y aít¿4ño

"1997: Año de Ia Universidad Autónoma de Baja California"

Lic. Luis Javier Garavito Elías

Rector

M.C. Roberto de Jcsús VerduBo Dlaz

Secretaaio general

M.C. Juan José Sevilla García

Vicerrecto¡ zota costa

C I' Víctor ManuelAlcántar tsnríquez

L)irector Sc cril de E\tensió Univirsilefle

Rvnt¿ I.Inirersitaria

cooRDiNAcróN GENERAL

Luz Mercedes López Barreru

EDITOR I ITERARTO -fomás DiBclla

DISF]ÑO EDITORIAL

José Guad¿lupe l\{artínez

CAP'ILiItA Y I'ORIVIACION

Palnrrra Gaxiola Espinoza

EDITORA RTSPONSABI,E Rosa Ma.íe Espirozá

CONSEJO EDITORIAL UABC

Hors! Malthai, Escuela de Huma¡idades; Iñre." !frrtrncl Zepcdr. Insr irulo de lnvestigaciones Históricas; Rairl Navejes. Inrlrlllro dp ¡n\c.Ilg:,!iñne. dH CroF'¿lr¡ c I'li,rorr.rSergio Gómez Montero. Iñstituto de Servicios EducattlosJ¿ r, P, JJeópx ñ.. Mc(ic,rli

CoMITij EDIl.ORL\L

Sergio RomÍ elAlfonso (ir¡zmán. Aidé Grljaha. Gabriel l r jillo. Roberto Cas¡il1o Udiarle.

ASESORES DE ART rMe VeZ r-kez ) Francisco ncafie (Ensenada)

fráa¡'Aiiii 5, núnero 18, abril .lnnio de 199?. Revjsta t.imestral publicada por la Unjversidad Autórrcma de Baja Califomia. Los arllculo. lrrm¿do.:orl re.l,onsal-rhdád J".u ¿ulor. Se ¡u¡nriza la repfoducción total o parcial de los rnaleriales publicados Siempre y cuando se cite ia Iuente Cartiiicaclo de Iicitud de tiluls 0ft¡1ero 7432. Certificado de licitud de oonlenido ¡úrn. 5346. Reserva de titulo de fJerecho dg Auto¡ núfl. 2846'91 Tiraie I 500 élemplare s. Distribución I Publiza. Constitnciót, 1 120 A zona centro, Tijuana, É1. 88-16-04, en Tijü¿na, Tecate y Rosarito; Distr¡büidora dc Deja Celiio l¡a, celle Segurnda 342-Azonacentro E¡seneda.tel. 6-i l-90, en Ensenaday S¡ Quintlr¡, B.C., yI-a Paz. B.C.S lmpresió¡: L¡lparcolo¡. Mira J, Fclipe Salido número 25, C.P.81000, tel. (62) l7-10-40, F&i (62) l? 40 15, Hermosillo. Sonora. Correspondencier rtc/Á?a Untverstteia Lhi.rrlin¡cro¡ geI(rJl UAB( -R.ctol|t q\. Ob,ego \ Julun CJrrillo s/n Me\icqli. 8.C.. 21 100. tels. (65) 52-90 16,v54-22-00. exts.3?7'l y 1276.

CALCES -\OTIS .:.:!.1"'. . CO\IE\T.1RIC]S

Sergio Rommel tif ,.,n.,, (,uzlnán rresponsahk dt .a srcc ión), Aidé Grijalva. Sergio Co'arruni.r!. nty Medina. Carlos {dolf¡-, Guti¿rr¿z -\ idal

rrlu¡xcr,rs

Carlos -{doltc¡ Gurir¡r.z \ idal. Lou Reed. Rubén f-ar¡a Ben¿r ides

15 MANANTTAL DE vocEs

Karla Martínez, Fidelia Caballero, Raúl Chollet Osuna, Alej andro Sá-nchez, AIej andra Rioseco

20

El proceso de Kafka al teatro

Héctor Ortega 30 OBRA PLÁSTICA DE GABRIEI- ADAME

35 La nor.ela de Baja California: BrerÍsimo recuento

Humberto Féllr Berumen

38

La no¡ ela histórica en México

Eugenio

51 .Lo qué'reátnenle eI tío §0m'

61. rr,¡ttn.+s:farMÁs

otro

Fotdgráfas Yadira G., Alfredo Acosta,

Rubén García Benavides. José Luis

Cuéllar, Aldo Alonso Ayala Dueñas da: Pueblito (acrílico sobre

Puntos cardinales

Si Carlos Fuentes mantiene viva la obsesión de explicar México a los Estados Unidos, Gabriel Truiillo Muñoz la de narrar a propios y extraños la realidad de la frontera norte. Prueba de ello, sus más de setenta libros, donde apareco, ya sea en foma ma¡iflesta o vedada, la frontera cachanilla cor sü interminahle muestrario de coincidencias y disidencias, te¡ritorio de encuentros y desencuentaos. Puntos catd¡nales (1995) es una nL¡eva co¡tribución en ia escritura de esta crólica. siempre inconclusa. En este libro Gabriel Trujillo Muñoz nos comparte sus visiones sobre la historia, la literatura, las artes visuales, la música y la danza; permeadas por la

alambrada y el desierto, como signos y síntomas de nuestra identidad bajacaliforniana. de nuest¡a ineludible condición de fronterizos.

Pero la suya no es una mirada pretensiosamente objetiva. Antes que nada Pulttos cdldinales es Dn ejercicio de observació11 participante donde las preferencias y diferencias del autor quedan maflifiestas. Esto no le resta méritos al iibro, sol¿mente testifica la visión casi biográfica de Trujillo Muñoz sobre el acontecer cultural en el estado, dentro del cual cumple el doble papel de cro¡ista y actor.

Los textos que conforman P u nt o s c ar dína I e s füeron escritos entre 1993 y 1995 y

algunos de ellos publicados en primeras versiones en revistas de circulación estatal y nacioÍal.

Encontramos desde curiosidades históricoliterarias -como "Pasado en claro", texto que gira sobre Ia estancia en Ensenada de Octavio Paz Soló¡zaro, padre de nuestro Nobel en l:teratura-, hasta ensayos cuidadosamente elaborados y docümentados como "Danzar en el desie¡10" y "Los Conquistadores en Califbmia".

Sin embargo, no se.ía justo considerar únicamente a Puntos cardinales como wa bitácora del desarrollo cultural en el noroeste mexicano; es además, una

La Cakfornia mexicana: ensayos acerca de su historia

La peninsula de Baja California ha sido descubierta varias veces. La primera, hace miles de años, cuando grupos de hombres procedentes de Asia que huían de las glaciaciones, se internaron e¡ ella y ya no pudieron salir. Estos hijos del hielo fueron los primeros habitantes peninsulares.

El segundo descubrimiento lo llevó a caho el hombre europeo. Buscando la mitica

isla de California -que el imaginario europeo de fines del siglo xlv habia i¡ventado-, se encontró con la penínsüla. Estos segundos descubridores baütizaro¡ a la extraña y larga peninsula, con el nombre de la isla, la inco¡poraron al reino de España y a la civilización occidental, pero liquidaron a sus primeros descub.idores y habitantes milenarios.

EI tercer descubrimiento tuvo lugar a mediados del siglo xtx. En ese momento. expediciones cientít-icas )' militales en busca de rutas de ferrocarril, encontraron tieIras baldias, escasamante habitadas ) prometedoras de fúturos desarrollos. Eslas tieras fueron moti\ o de especulació¡ ) la peninsL¡la

Gabricl Trujillo l\4uñoz

P ntos clrdinales

Editorial Larva. I995

apuesta aPasionada e inteligente por oiertos personajes de nuestra vida cultural. y por si fl¡era poco, un apretado y exhauslivo ñchero de consulta para investigadores y estudiosos. Instrumento valioso en la comprensión del bárbaro none mexica¡o.Y

11'ott¿ ttrutcr\¿, uchtolntcnte laboru ot ¿lt-'c,¡tu ¿c Erre skin T¿cat! ! est.t r¿t.¡tn1 t \ii u \t.drgo-

YiguÉl León Ponilla La Cal¡íornia Mexícana Editorial Lr¡"AM-uAac, 1996.

!l»t\ti!4tlotd ¡l¿l htstihlh ¿t b,vniadthi¿\ llisniicd\ t !,1R1

Puhtos
Cañnrales

fue salvajemente repartida en unas cuantas compañías que prometian, simultiáneamente, explotar sus riquezas y colonizarlas.

Ei más reciente descubrimiento tuvo lugar no hace mucho tiempo. Pero en este caso, flo fueron grupos huma¡os en busca de alimentos o de refugio. Tampoco aventureros ni misione¡os. Ni miembros de expediciofles militares, cientifi cas o gubemamentales. Ahora ha sido descubie¡ta por un grupo de historiadores, que han hecho del estudio del pasado bajacaliforniano, el objeto de sus afanes y desvelos.

Este grupo de historiadores ha pasado por peripecias similares a las de aquellos navegaotes que dema¡ca-ron las costas de la península y que dieron a conocer al mundo de su época, las características de sus linderos y de sus bahías; que co¡taron sus puertos e islas; que hablaron del tamaño de los cerros que alcanzaban a ve¡ desde sus barcos y que dieron noticias de la aridez de estas tierras y rle la ausencia de ¡íos caudalosos.

Al igual que ellos, Ios nuevos seducidos por Ia Baja Califomia se enfrentaron a innumerables carencias: ausencia de archivos, dispersión de los datos; falta de un estudio sistematizado del pasado bajacalifornianoi desconocimiento de sucesos, acontecimientos y hechos. Y al igual que )os primeros navegantes! informaron de los hallazgos y dificultades que había para historiar el pasado bajacaliforniano: info¡marcn de su nuevo descubrimiento.

Algunos de estos histo.iadores, afortunados

capitanes, emprendie¡on, en barcos bien provistos y avituallados, riesgosos viajes para llevar a cabo la demarcación y descubrimiento de nuestro pasado.

Tal es el caso de Miguel León-Portilla, quienha encabezado importantes expediciones de investigación y ha coronado con éxito sus empresas. El resultado de éstas ha sido la publicación de trabajos que han permitido conocer, desde los primeros pasos del hombre en la península, hasta la labor que el hombre europeo llevó a cabo para reducir o "conquistar espiritualmente" a los pobladores milenarios de la penlnsula.

Estas empresas de demarcación histórica han sido fundamentales en el desa¡rollo historiográfico bajacaliforniano. Los nuevos historiadores no terminan todavia de agradecer el ¡escate del pasado bajacalifor¡iano llevado a cabo por Miguel León-Portilla y su equipo de navegantes, cosmógrafos, marineros y gente de tropa que ha colaborado directa e indirectamente en esta labor.

Desde ese momento, la historia de Baja Califomia cuenta con un pad ¡o que vigila con denuedo su desarrollo. Por eso, aquel niño inquieto que cuestionó a su maestra de p.imaria, Ia afirmación de que California pertenecía a los Estados UnidosynoaMéxico, convertido en el brill;nte historiador que ha hecho del estudio de la California, la Antigua y laNueva, motivo de sus a¡danzas indagatorias, ha publicado un fluevo libro sobre sus aventuras califo¡nianas, titulado, Za Cal ifornia mexi c ana: e ns ayo s

acerca de su hístoia, qu.e en forma conjunta publican los Institutos de Investigaciones Históricas de la INAM y d€ la Universidad Autónoma de Baia Califomia.

Miguel León-Portilla, recientemente galüdonado con la medalla "Belisario Domínguez" --el máximo honor que el pueblo de México, a través del Senado de la República, rinde a sus mexicanos miás ilustres-, es para fortuna de los bajacalifornianos, uno más de los seducidos por estas tieIras. Basta lee¡ la introducción del Iibro para percibir su emoción al describir su primer encuentro con el paisaje bajacalifomiano: "millares de cardones que se erguian como brazos que apuntaban al cielo".

La Cal ífornia mexicana : ensayos a.cerca de su historia. es un libro que registra esta seducción a través del tiempo. Es la historia de cómo el co¡ocimiento de Miguel León-Portilla sobre la Baja Califomia fue haciéndose más profundo, más amplio, más

extenso. Breves incursiones sobre nuestra historia que dieron lugar a trabajos más extensos. Primercs acercamientos a temas californianianos convertidos, posteriormerte, en obms clásicas. Apuntes que son ahora lfneas de investigación en la historiograffa califórnica. Registro de hallazgos, de sorp¡esas históricas de ese baúl sin fondo que es todavía nuestra historia. Primicias historiográfi cas publicadas aquí y allá. Aportación, traduccióú, pesquisa, enriquecimiento del conocimiento de nuestro pasado- Muestras de cartografi a califomian¿. Todo esto reunido en un solo volumen, para deleite y disfrute de Ios lectores interesados.

Miguel León Portilla hon.¿ a Baja Calilbrnia con su inte¡és por ella. Nos honra a nosotros los bajacalifornianos por ello. Estamos ciertos que Ia historia de nuestra Califo¡nia, es lo que es, gracias a aquel niño que se negó a creer que no era mexicana.Y

Museo de Historia de Ensenada: Esfuerzos convertidos en educación

He visitado el museo de sitio en Vallecitos, a unos 10 kilómetros de La Rumorosa, en el municipio de Tecate. Ahí está "la cueva del diablito". Dertro de ésta hay una figura de color rojizo de aproximadamente 30 centímetros. El lugar es considerado por los especialistas una muestua de Ios coriocimientos astronómicos del grupo étnico kumiai que habitaron toda la región fronteriza de Baja California.

Cada 21 de diciembr€ o solsticio de irviemo (día más co¡to del año) entra en la cueva un ¡ayo de luz de aproximadamente 30 centÍmetros de longitud, que poco a poco se acerca a la figura; la luz recorre la cueva por ün espacio de 20 minutos hasta toca¡ los ojos del "diablito".

DenÍo del Certro Social y Cultural Riviera Pacífico de Ensenada, existe el Museo de Historia de Ensenada. Recientemente tuve [a oportu¡údad de visitarlo; subí por un pasillo llamado "de arte rup€stre" en donde se recrean diferentes estilos de pictogmffas y tesoros monumentales leg¿dos por artistas ancest¡ales de la región. Ahí, subiendo cinco escalones, apareció frente a mi una réplica de "el diablito" de Vallecitos.

Una visita a este museo es una gran oportunidad para aprender acerca de quiénes y cómo habitaron el norte de la peninsüla, de las costumbres de los pueblos asentados en nuestra región hace miles de años.

En Ia actualidad el Museo de Historia de Ensenada cuenta con dos salas de

El cartero de Neruda

Sin lugar a dudas, durante estos meses, la novela E/ cdrtero de Neruda de Aúonio Skármeta será ampliamente solicitada en México, debido al éxito que obtuvo la versión cinematográfica de la misma. No he visto la película, pe¡o algunos amigos me hablaron muy bien de ella. Aunque la

exhibición. En la sala de Exploraciones y Mjsiones se p¡ovee de información a través de antiguas fotografías y cédulas que describen las características de la ¡egión; dibujos y apuntes de misioneros: murates y maquetas que rec¡ean la vida cotidiana de los difere¡tes grupos que han pasado por el tiempo ]' el espacio baj acaliforniano. Antiguos Senderos es el nombre con el que se titula Ia primera exposición perma¡ente. Ahí se aborda la historia de Ia vida indigena de Baja Califomia, desde los primeros seres humanos que pisaron la peninsula hasta ouestros días, ),también cómo hacen los g¡xpos para conservar sus tierfas y costumbres.

El Museo de Historia de Ensenada no so¡ sólo vitrinas co¡ tesoros históricos. El

museo es parfa ii !..Jo un proyecto se o. arbicilrso y audaz. Sc tiene a¡a:eÍrplado abrir cuatro salis nriis: Ia sala de seculariz¿arL;r 1s..brc e1 trabaio de loj nlijiL\neros ) época miner.rt. ial¡ de conces i¡ni\ ) .o¡¡Fañías. sala de ñn J. co Fañios 1 19081910J.,. ¡¡la del perioJo de l9-'ltr r I95l .\d!'úrás. setiene pl¡n..rli una salri colnercial en J..:..r: .i lrr¡irlsara el gus:¡ r.r: lr. lnesanias de l¿ reci,,: ]:¡i¡ lLrcgo. el museo cue.:j:.'¡r lln¡ dirección y a;l¡ i:'l ::l':a:rrn. L1n dia31 j:ilt¡ da investigació¡ \ ia sa:\:¡r¡: educativos en doai: ii r:l¡¿rten cursos de ir.r¡:r:, .:: B¡,ia Clalilornia. Y /r - -,., i- i t l.iulta¿ d.

novela me pareció francamente decepcionante. No porque estuvieaa mal escrita (no lo está) sino por la pobreza de recursos que el autor utilizó para abordar una anécdota formidable: la relación (ficticia) del poeta chileno Pahlo Neruda con un joven cartero de Isla Negra.

Como casi todas las ¡o,¡elas El carlero de .\'er¡,i¡ es una historia de añor. \farc Jiménez. el desaliñado \ gns protagonista- se enemo.3 pe¡didamente de Beairz- por lo cual. se r ale d¿ ¡u incipienle relación aoñ al Jioala para que ésre le auriiie en la conquisl3 que se le flgura

::: : .: r.: a.::¡ que para - r:¡, '::1,.r¡r de Neruda. el a:::::ci ienra muchas cosas ar¡ importantes que hacer en sus ratos de ocio quejugar a la -Cclestina", pero, son gaies del oficio litera¡io, supongo. Sin embargo, hay otra historia de amor mucho más interesante que se Iee

entrelírreas et\ El carlelo de ,\zrada- El despertar de la conci€ncia de un hombrecomún y corriente, al potencial e¡orme que la poesía .ep¡esenta. Si tenia razón Mr. Kealing en La sociedad de los poetas muertos cr.tand,o drjo que la poesia siNe para '-conquistar muchachas" (por 1o menos a Mario Jiménez si le funcionó así) pero, Ia poesía también sirve para cosas más

importantes, tales como "nutrir a la humanidad" como quería Pound.

Más que u¡a novela, ¿/ cartero de Neruda ÍÉ parcce un documental al revés, es decir, que va de la ficción a los hechos o como un reportaje imaginativo. Sí logra provoca¡ el interés e¡ los lectores por la vasta obra nerudiana. E¡horabuena. Solamente que el Neruda que

La ley del amor de Laura Esquivel

Amor: Sentimiento de ánimo hacia lo que place. lnterés: t¡abajar con amor. Este es el tema principal de la notela La ley del amor.La trama se desanollaen el siglo xx[], alrededor del año 2200. Estas páginas hablan de un modo muy peculiar de vidas pasadas y de r€encamación, donde Ios persorajes en sus vidas presentes, pagan por los r¡alos actos que realizaron en vidas pasadasAzucena es la protago¡ista de La ley del amor, es una mujer estudiada, que se dedica al astroanálisis (profesión basada en a¡alizar las mentes de las personas que sufren de aigunas patologías generadas por traumas de sus vidas anteriores). Las personas que la autora plasma en esta historia, se encuentfan en un cuerpo, un presente y una vida diferente a la que pertenecieron en vidas pasadas. En su presente tienen que pagar sus karmas (pecados cometidos en vidas anteriores.

Antonio Skármeta nos presenta es el menos importante literariamente: El de los tres libros do las Odas. Por otro lado, Neruda nos legó un estupendo libro de memorias: Confeso que he y¡v¡do, ventana fo¡midable al mundo interior de uno de los poetas más mal leídos de la poesía hispanoamericana del siglo xx. Y Antonio Skármeta

El cartero de Neruda (Ardiente paciencia)

Editorial Plaza & Janes, 1996

La trama de la ¡ovela se basa en el amor y el deseo que Azucena siente por su alma gemel4 a la que encuentra en el alma de Rodrigo, y con é1 disfruta de un breve momento de amor. Momento donde los cuerpos de Azucena y Rodrigo sejuntan para fundi¡se en uno solo. Este momento de ardiente pasión es truncado por los efectos de un aparato llamado televiftual, que es algo asi como un televisor que al momento de ser encendido, aparecen imáge¡es fuera de la televisión.

Este aparato destruye totalmente. la felicidad de Rodrigo y Azucena; ella se siente realizada al encontrarse con Ia pareja perfecta que desde mucho ticmpo habia esperado y con la que se relacionó en vidas pasadas.

Toda la historia habla de fenómenos futuristas muy interesantes. Uno de ellos es el tener un ángel de la guarda; el do Azucena tiene el nombre de Anacronte. Éste es alguien que

cuida y guía aAzucena, trata de aconsejarla. y aunque no siempre con certeza, trata de ver por ellá.

La pirárnide de Tenochtitlanjuega un papel muy importante en la obra de Laura Esquivel. Está descrita como un lugar sublime donde se realizaban actos de pureza y amor total, que involucran a Citlali, lsabel, Azucena, Rodrigo, Anacronte y demás persoriajes que se erihelazan en una telaraña de amor, coraje, pasión, temura, celos, rabia, censur4 locura, y otros sentimientos que cada uno de los personajes expresan en un momerto específico de la ¡ovela.

Como dice la autora en uno de sus parajes: "Cuesta trabajo entender el amor. Generaime[te u¡o está acosfumbrado a obterierlo po¡ medio de una pareja-'.

El amor descrito en esta novela es apenas una pequeña muestra del amor que realme¡te existe-

El amor que Azucena muestra por Rodrigo es un amor divino, gracias al momento que ella tan intensamente vivió y disfiutó con é1. Azucena después de que pierde a Rodrigo, entra en cooflicto consigo misma y coÍ Anac¡onte, su ángel de la guarda. EIla no puede comprender por qué es todo tan injusto, por qué Rodrigo desapareció de su vid4 si ella ya no debia ningún karma, y era necesario y justo encontrarse con su parej a perfecta. Y

Laura Esquivel

Editorial Grijalvo. I996. '8.r1¿¿ídn¡e ¿e cieñcia.t dc l¿ coh0,¡cdc¡ó» cn Io L'ac lldtl ¡l¿ Ciencidt Húla ¿1t, .L4BC.

IáI,Ef ml
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De paseo por el rancho cibernético

Carlos Adolfo Gutiénez Vidal*

No sé ni cómo. pero el caso es qüe u¡ viernes po¡ la noche me enteré indirectamente de que había sido i¡vitado al xvl Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores organizado por la UNAM. Luego de sortear algunos inconvenientes, la petulancia y la estupidez que supone toda gestión institucional (qu€ no es lo mismo que una congestión intestinal, pero sí algo muy parecido), llegué a la ciudad de México con la sorpresa de haber viaiado en el mismo avión que Mario Bojórquez (mi Lex Luthor) y más tarde entera¡me de que por azares del destiflo, compartiriamos la habitación 305 del histórico Hotel Ritz.

A la mañana siguiente nos llevaron hasta Ciudad Universitaria para trasladarnos de ahi, por tierra, hasta Tlaxcala, sede del encuentro. Dentro de la conrái en que nos movíamos, me di cuenta de que lo mejor de estos encuentros soll los chismes, fotografias y recuerdos de encuentros ante ores, las diferentes versiones acerca del frustrado premio Aguascalie¡ltes de Lüis Arme¡ta Malpica y algunas grillas institucionales. Luego de atravesar una zona boscosa llegamos a la tierra de Xicoténcatl, el pulque y los huazontles.

El extraño y cüasi tacha hotel Jerok's, repleto de vit¡ales, vidrios de colores y lámparas grotescas, fue la cuna de un sinlín de fiestecillas, rencillas, goces,

performances y goznes. Sn cancha de te¡is, su alberca techada, sus gruesas paredes, escaleras, muebles de baño y enigmáticos teiados, fueron testigos mudos de los diversos rumbos que algunos de los escritores más jóvenes del pais escogen para vivir, compartir y diverti¡se.

Las mesas de trabajo y de lectüra, ocho en total, tuvieron una buena concurrencia y fueron, no pocas veces. punfos de partida pa¡a enconadas discüsiones. ¿De qué se discutió? Pues del compromiso social de los escritoresi de percepciól y lenguaje; de la validez de Ia llamada lite¡atura femenina; de generación x; literatura basura y literatüra del crack; de proyectos €ditoriales; de literaturas regio¡ales; de literatura y conocimiento cientifico.

En su pon€ncia la narradora chilanga, -la cape cita darlc),, Ciflali Ferrer- echó un vistazo a Io que será 1a literatura mexicana del próximo siglo. México (el rancho cib€rnético) es un luga¡ muy agradable para vivir, los textos se conocen a través de "ittermete" y existen talleres virtuales; Pero lo que reina es una literatura 1¡'s¿f, hecho que obliga a los amantes de la palabra y la trascendencia, a perderse e¡ tremendos pasones con chochos literarios de excelente calidad.

¿Quiénes pasearon Por el ra[cho cibernetico de nuestlo

encuentlo tlaxcalteca?

Armando Alanís Pulido, demostra¡do que la poesia aún puede resultar div€rtida; el veracruzano trasplantado en el defe que tiene un libro de poemas publicado en Tiena Adelt¡o, Eduardo Cerecedo; el combativo Mario Islasánz; 1a gentil y calladame[te morbosa poeta regiomontana (.m e g a b d b e) Ofelia P érez Sepúlveda, a quien los cuatisimos y generosos editores ds Toque le han publicado un libro hermosísimo; la inteligente y astuta novelista chilanga, soñadora hiperrealista y amante del a/, deco, Alejandra Bemal; el coterrá¡eo de Pablo Molinet Y discipulo de Daniel Sada, Luis Édgar Reza; Mario González Suárez, un escritor Prudente Y dedicado. Los anteriores Y alguros otros, aunque seda un

pecado imperdonable olvidar a la gran Citlali Fe¡re¡, performancera cotidiana e involunta a; a mi aho¡a ex Lex Luthor Mario Boiórqüez; a Ja mistiquísima Isolda Dosamantes; el chiapaneco Mario Nandayapa; la jalisquilla rebelde Olga Margarita Rivera; Emma Campaña (qué chiquito es el mundo), y los cientificos Aquiles Negrete y Ana Ma¡ía Sánchcz Nlora. Mención aparte me¡ece el acidisimo escritor inexiquense Óscar Luviano.

Rancho cibetnético, justilicación de Ios presupuestos ofi ciales. microcosmos de ideas o guetto temporal ágilmente manejado por dos ¡le los luncionarios más rápidos de la Lh{AM: Javier Narváez y Rodrigo Madrazo.Y

'.r^,cn clctiktt h¿icalc,1s¿ que othtuln¿ t! estüt¡id ciotcidt da Ia con¡us¡c¿c¡.in ¿» lu Focultutl tlc (:¡¿¡cios Hu roú,1, tIAn{..

III

nu clinic¿ Driv¿da en una Liudd.l del norte de L!!l .uyo nombre no quiero acordarme. Una cesárea programada a los ocho meses de embarazo. Los chupones Evenflo y las comidas Cerber. Boris y Natasha, la Pantera Rosa, Donna Summers, Chic y los Bee Cees. Mr. Magoo. El gran juego del poder y A/icia en el país de las maravillas. Una deserción escolar apenar entra ndo ¿l kinder.

Algunas fiestas de cumpleaños: una kermesse mexicana con un sombrero de terciopelo negro, puestos de comida y un mariachi; Supermán, la Mujer Maravilla y Aquamán en rnenage a ¿rol sobre un pastel; indios y vaqueros en el Casino de Mexicali; un Supermán solitario y con barba; alberca, canapés y salón Holiday lnn.

Los muñequitos de La guerra de /as galaxias, un campamento de verano, Ia computadora, el rifle, los estéreos. EI Fiat ro1o, el Fa¡rmont 79. lD#, Cirbaud, Motto, Pepe, Swatch, Stubbies. El Írontón. El yo y el ello, EI manifiesto comun¡sta. Los huaraches, el morral, las rolas o/dies. El tequila Orendain, los Marlboro lghfs, Edie Brickell. Lou Reed & The Velvet Underground. El martini Rosi, The Sugarcubes, los Benson mentolados. Kids in The Hall, The Sundays, Passport Scotch, Bohemios.

Passport Scotch, Passport Scotch. Diamanda Calas y Joe Orthon.

Crash. Jimmy's y el DJ Mindbender. Absolut y jugo de piña. Rlding Ihe NBht. Una tacha, DNA, trance. Optimus y Magnus. Lenny, Control-X, Bostich, M¿r-T-q000, Tranceform Clobal, Stingray, Omen. Ambient. Optimus, tacha, magnus, tacha, tacha, magnus, Optimus. Absolut, Dunhill y otra tacha.

"Una voz En La Fuga Cósmica,/Un Murmullo En El Filo De La Eternidad,/Un Lugar En Donde El Alma y Las Estrellas/... Se Encuentran" (A/eph). La unidad, la trascendencia. Un compromiso con el cosmos. Una caricia aleatoria. Tacha. Naya. Rimbaud, Marlboro rojos, Tecate Llght, carne asada y tortillas de ha¡ina. lkram Antaki, Portishead, Moby, Oso Negro y jugo de uva, Aphex Tr,vin, Catorade, Bayer y damiana.

Life After Cod, D.o.A., Dunhill, Nico, los cuerpos de la furia, )ungle, )aramar, Saulius T. Kondrotas. Optimus y Magnus. Un suspiro en vilo cada tarde. Esquirlas de eternidad.

¿(i, ¿ punto derlorar por el delirio el trance de las sombras corona el espasmo Y

Carlos Adolfo Cutiérrez Vidal

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Fotogra'a. :: .'r. E. Hernández

Edos de la mañana. Me desperté porque Amos y Archie habían empezado a ladrar. Eso me enfureció bastante porque no me sentía bien y así se los dije. Estaba tan sacado de onda mi yo verdadero, que más valía que recordaran lo que le pasó a Sam el Cato Malo a quien dejaron en la casa y se enfermó y se fue al cielo con las mininas.

Era una noche de otoño muy fría y clara. Caían algunos copos de nieve, chin, era tan hermosa que fui por mi cámara para sacar algunas fotos. Y entonces ya estaba tomando las fotografías pero la chingadera esa del exposímetro no estaba bien y yo les iba a llamar por teléfono a Fred o a Cerry para que me dijeran cómo ajustarlo pero uuuy era muy tarde y entonces

me acordé que probablemente estaban cenando y de todas maneras me sentía realmente mal y no quería hablar con nadie de todas maneras pero los copos de nieve eran tan bellos y tan reales y yo de verdad quería tocarlos. En ese momento escuché las voces abajo en el pasillo, cerca de Ias escaleras. Así que tomé una linterna; estaba muy asustado y salÍ al pasillo. Últimamente han ocurrido un chingo de broncas en mi barrio y pues alguien tiene que traer la papa y de todas maneras ahí estaban Brigid y Billy jugando. Y bajo la escalera había un pequeño claro verde más o menos como el parque de la calle 23 donde todos los morritos van a jugar al frisbee, ay, qué divertidp, me cae que a

*Mústco de rccky paet¿ cantante, del Btupovelrct urdetat..\].¿

Lou Reed
(traducción de Regina Swain)

lo mejor deberíamos hacer un artículo acerca de eso en la revista, pero sólo me dirían que soy un estúpido y que esos rollos no se venden, pero esl¿ vet voy a aferrarme, o sea, es mi revista, ino?

Así que en eso estaba pensando mientras la nieve caía y yo escuchaba aquellas voces que se divertían tanto. Chin, me cae que hubiera sido chingón divertirme un poco. Así que le hablé a Billy, pero el gLley o no me oyó o no me quiso contestar, lo que fue muy extraño porque aunque no me gustan las reuniones siempre he querido a Billy. Me da tanto gusto que esté trabajando. O sea, es distinto que con Ondina. Él se la pasa de tour con esas películas y ni siquiera nos paga y la película, o sea la película se va a desintegrar y entonces qué. O sea, me cae que es tan normal sin drogas que nada más no me cae el veinte. Y entonces vi a John Cale. Y se ve bastante cuero. Últimamente ha estado viniendo a la oficina para hacer ejercicio conmigo. Ronnie dice que soy medio cabrón pero él se ha vuelto bien ojete desde que fue a ,Alcohólicos Anónimos. O sea, qué rollo con un cabrón que ya no pistea y sigue de ojete. El dice que soy un gLievón, pero no es cierto. Lo que pasa es que no se me ocurre nada. O sea, hay que confesarlo, no se me va a ocurrir nada aquí sentado en la oficina. Y ver a John me hizo pensar en los Velvet-s y había estado pensando en ellos cuando fue a St. Marks Place a la nueva galería que abrieron esos morritos buena onda, pero ellos Pensaron que yo era un ruco, y entonces vi el viejo Dom, el viejo club donde hicimos nuestras primeras tocadas. Fue chingón. No ent¡endo qué onda con el primer disco de los Velvets. O sea, yo hice la portada y yo lo prod uje y siempre me lo encuentro reempacado y nunca recibí ni un centavo. Cómo es posible. DeberÍa echarle un fonazo a Henry, pero fue buena onda ver aJohn. H ice Ia portada por é1, pero la hice en blanco y negro, y él la puso a colores. Ahora valdría más si la hubiera dejado como yo la hice pero uno nunca puede clecir nada a nadie. Eso ya lo aprendí.

Traté de hablarle otra vez a Billy y a John pero se negaron a reconocerme y fue como si no estuviera ahí. iPor qué no me dejan entrar? Y entonces v¡ a Lou. Estaba muy enojado con é1. Lou Reed se casó y no me invitó a su boda. O sea, ia poco es porque pensó que llevaría a mucha raza a su boda? No entiendo. De perdida pudo haberme hablado por teléfono. O sea, le está yendo muy bien. 2Por qué no me habla? Lo vi en el show de Mry, estaba en la fila de atrás y ni siquiera me saludó. Me cae que no entiendo. 2Sabes qué?, odio a Lou, me cae que sí. Ni siquiera nos contrata para sus videos. Tan orgulloso que estaba de é1. Me a5uslé I.lnlo ¿hor¿. De mis viejas ciratri, p" hechas con pistola escurría sangre a través de mi camisa. Y el corsé que uso para no derramar mis dentros me lastimaba. Y me puse a hacer tres sets de quince lagartijas y cuatro sets de diez sentadillas. Pero entonces me dolieron mis dentros y vi gotas rle sangre en mi camisa y me acuerdo de los doctores diciendo que estaba muerto. Y más tarde me tuvieron que sacar sangre de la mano porque se les acabaron las venas pero pensar en todo esto me está convirtiendo en un viejo gruñón y de todas formas no se puede hacer nada así que si no me dejan jugar con ellos en mi propio sueño voy a tener que soñar otro y otro y otro. Chin, ino sería cómico que me muriera en este sueño antes de alcanzar a soñar otro? -

Y nadie llamó.Y

a2 la

AI pardear

TAIARDE

RuLrén Carcía Benavides* llustraciones de Rubén Carcía Benavicles

tesde que empezó a pardear la tarde y me aposté en este portillo, poquito antes de

oscurecer me dije: "ya es tiempo, tengo que subir al lugar donde rematé el asunto y a ver qué.

Obre Dios '.

No es tan fácil toda la tarde estuve cavilando mis tanteadas. La tarde cayendo y yo más nervioso cada instante a medida que transcurrían los minutos Esta vez ni por descuido miré la luz del Sol cuando se ocultaba por los rumtros del Zepo; y mucho menos gocé la caída del Sol entre mis reses, cuando las voy a encerrar en mis corrales. No, se me fue en puro pensar, dándole vueltas a mi tarugada: Por honrado que sea, de honradez no vive el hombre, y no voy a desperdiciar la oportunidad que el viejo Felipe me da pensaba-; de cualquier forma, hombre precavido vale por dos y yo con tomar mis precauciones es más que suficiente.

No voy a quedar desperdiciando el tiempo, nomás mirándolo pasar y picoteándome los dientes, como tantos otros de estas tierras, que más que pensar morir, parecen estar muertos en vida. iMadre , primero mis ansias de ser y después mis temores. Aunque, no es para tanto, pero lo que me friega más, es este nLrdito en la garganta, porque yo seré lo que se dlga pero esto no, a lo que estoy llegando. Allí es donde me duele. Aparte de que vengo de pura gente honrada, incapaz de joder a nadie y con el recuerdo c1e mi abuelo me basta; pero es también esta zozobra que llevo, no me voy a esperar a que las cosas me lleguen del cielo; como le pasó a mi abuelo, que en paz descanse. No, yo no. ¡Pero carajo, cuántos devaneos! Sacudí mi cabeza para deshacerme de tantos desvaríos que estaba pensando y m¡entras la

* P¡ntot y maestrc de la facultad ¿e Aquitectuta, LtABc, Mexicali, ésta es la segunda ocásión gue co/abara en esta rcvisra como narrador.

tarde se acercaba más a la noche me fui como sonámbulo hasta el cerco del camino donde me encuentro/ con mi zozobra, esperándolo que pase. Había salido desde el medio día; después de comer, voy a darle una vuelta a mis animales por los corrales de arriba, para que se me desatore el asunto y no pensar tanto. Así, cuando llegue la hora, no estar con estos devaneos en mi cabeza. SalÍ sin decirle nada a María, como perro con la cola entre la patas, dejé su bulto de negro atizando el fogón. Si yo fuera otro, estuviera contento con lo que tengo, para qué le busco más -pensaba, mientras caminaba por los rumbos del estanque y palmoteaba mis reses. Con todo esto, otro se daría por satisfecho, pero yo no. lengo ambición de ser y an'ias de buen_ vivir. aparle de que me BUst¿n un rhingo las viejas. [ste es oiro dc mis males y posiblemente Ia causa de mi embrollo. Esto es lo que me trae de cabeza. Poresto es por lo que soy capaz de todo: "Salud, dinero y amoi', dice un dicho famoso, yo diría; iAmistades también, qué carajo...! Recuerdo mLry bien las palabras del viejo cuando me dijo: "Yo soy sLr anrigo mi Chema..., vo a usted le tengo fe, y lo que es rn ejor, usted es lrombre de fiar, hombre de confianza pues, para acabar pronto. Por eso lo mandé Ilamar, mi Chema; mire, como le venía explicando, as tierras y pasturas

de los llanos delZepo, me las han estado escamoteando os méndigos agraristas, azuzados por el tal Capo de la Tapona. Sobre toclo ahora que se siente con el respaldo del nuevo jefe ejidal, se me ha descompuesto el arribeño ,. hasta deslenguado se ha vuelto; yo no se lo voy a pernritir. Conmigo no va a jugar ese miserable aunque esté muy pegado al nuevo jefecito, que si se le descuida, t.rmbién a éste me lo voy a torcer, no me importa que se ,¡comode mi hermano, quecomo usted sabe miChema, e. el señor gobernador clel estado. Pero para no hablar rrucho, al mal tiempo darle prisa, pues..., por eso lo hice e nlr, mi Chema."

cuando menos se espera, trrinca la liebre; yo soy hombre que tengo bien calculado estas cosas... Por lo mismo estoy yo aquí, oscurito ya, bien entrada la noche, medio nerviosón. A quién se le ocurre; matar a un hombre sólo por ambición, por quedar bien; sin mayores razones; porque no voy a negar que el Capo es hombre que vale y yo sólo por ambición estoy llegando a esto: Volverme a ver otra tarde caminar a Iado del viejo Felipe por las calles de San Cabriel, es motivo de orgullo. Para qué hablar más. Como él m¡smo me di]o: "Conmigo tendrá esto y rrás mi Chema, sólo hay que jalar parejo..." Y eso es lo que hago: Jalo parejo.

Siento mi bulto negro en la oscuridad del portillo. Paso mi mano nerviosa por los pelos de mi cabeza, casi pelona. Me encojo Poquito Para acomodarme mejor en estas piedras que me dejan sólo el clarito necesario. Para qué quiero más; con este clarito basta. Voy a recargar aquí mi 30-30 para agarrar los maíces y apuntar derechito a la vereda, derechito al bLrlto. En realidad voy a apuntar al bulto, seguro que es Capo; aparte de que hasta en las oscuridad le conozco bien la estampa: Flaco y lambrijo, renegrido como fierro de herrero recién templado. Molacho con sus dientes encimados, pero muy risueño. Lástima que ni Io molacho ni Io riesueño Ie podré ver esta noche. Más bien, pobre Capo... me da tristeza... iSon chingaderas l¿s miar.. i tast¿ donde he llegado: pero ni mis remordimientos ni mi taruguez rne van a quitar las ansias de dar este brinco. Primero soy, después tope a ver qué. A lo que vine, vine y no nre voy a dejar arrastrar por mi devaneos sobre el Capo, que aquí se le llegó su dÍa, aunque me duela. Estoy seguro que a plena luz del día le atoraba pura madre. Pero también es cierto que más vale maña que fuerza, y yo no seré valiente, pero tarugo tampoco. Aunque en un momento dado, de día o de noche yo le atoro al toro como venga. Pero si no hay necesidad de tanto, pues para qué; para qué le voy a hacer al machito estando el t ielo tan orcuro y este lienzo l¡n m¿cizo.

En fin, que ya me estoy cansando, pero también hace falta poco, de un rato a otro pasa; ya parece que oigo su ruido acercarse. Me imagino su bulto

''\1 mal tiempo darle prisa..." me dijo-; yo nomás ii,rf yerme un día retratado a su lado por allí, en algún :easajo, de esos que seguido le hacen al viejo, me -: "iormo. Lo demás v¡ene junto con pegado y con el :'rDo, porque las cosas no son de la noche a la ' . ro, el JSUnto ec tener (dlma, pariencia y una ' . ¡ie fe; con fe y maña el mundo es de uno; \

aprox¡marse y yo disparándole a boca de jarro la descarga de mi 30-30 y el bulto yéndose para atrás por los plomazos, echando su quejido y luego cayendo de espaldas con sus brazos en cruz, cayendo poco a poóo, engarrotando y apretándose su barriga con suc m.rnos nerviudas, por el dolor. Me lo imagino hasta vestido de blanco, como me gusta vestir a mí y no sé ni por qué. Seguro para mirar mejor su bulto; para que se distinga más con Io oscuro de la noche. Un muefto, muerto de blanco. Uno que quedó de bruces tirado en la ladera y que no se sabe ni por qué; pero la gente se imagina; porque los de por aquí, serán lo que sean, pero menos pazguatos. A mí me importa madre, que piensen lo que les venga en gana, mientras yo quede bien, el mundo ruede... parece que oigo su ruido... 2o son mis

neru¡os?... Me da coraje entrar en este trance que me saca de mis casillas. Quisiera ser como soy en días de fieslr y reuniones domingueras, por los rumbos del Arco: Risueño, siempre alegre y con un chiste a flor de piel; y no estar aquí como estoy... 2se acerca ya...? Puros nervios los míos, pero no sin motivo. Basta con recordar lo que le hizo al pobre Zenón aquel domingo, en los patios del Arco. Zenón se quedó tieso y como un pan de cera, al oír las amenazas del méndigo Capo: "Si das un paso más, te quiebro, vale", -le dijo al de San Antonio que sin saber se acercaba a la tertul¡a. "Como lo oyites; quédate allí tiecesito, porque, si te me mueves, no vas a contar ni tres, vale." Mientras el pobre Zenón un color se le iba y otro se le venía, el molacho seguía muy tranquilo jugando albures, mirando con un ojo al Zenón con otro las caftas. Ya había pasado un chingo de tiempo y el pobre allí; hasta que por fin le dijo: "2Ya quieres moverte, vale?, ya muévete, te doy permiso que te muevas, ándale, camínale; y no te me acerques más por estos rumbos porque a la otra, ni chanza te voy a dar de pistojear, vale." Todo eso por ideas o viejos rencores o por lo que fuera, pero al pobre de Zenón se le iba a llegar su día. Su único pecado fue haber sido jefe de Ia comunidad agraria del Zepo, pero desde mucho antes; ya ni culpa tenía. Como todos dijeron después. Lo que pasó es que Capo se quiso lucir, por eso a mí con ése y otros asuntitos que le

conocí, me basta. No voy a buscar riL¡ete donde puedo salir a mano, y sin tantos brincos. En lin... que es mejor que lo asegure...

Estaba en lo que Capo le hizo a Zenón en las afueras del tendajón del Arco, cuando se oyeron sus pasos. Fue apareciendo su bulto tal como lo esperaba: En la oscuridad y pasó por la vereda, enrollado en su cobija. Se fue acercando y cuando qr-riso, no le di chanza de nada. Le disparé toda la carga de mi 30 30, sin más y no alcanzó ni a nlanotear su 38. Cuando quiso ya estaba "agujerado'- v sólo pude ver entre vislumbres. su bot¿nad¿. Qur.o "garrnr aire. v¿ , ¿:i sobre de mí; pero no esperé. N'1ás tardé en dispararle que en correr cuesta abajo por la ,. ereda. Sólo alcancé a medio ver que quiso alcanzar aire de donde hubiera, y eso porque como digo, ya estaba sobre de mí. Estoy seSuro que me reconoció al n o'ir uero ya para qué. Yo me arranqué y no supe si cavó con sus brazos en cruz, encogiéndose sobre su barriqa, o de bruces con su boca llena de sangre sobre la tierra. No, eso ya no lo supe...

Ahora estoy aquí arrinconado en Ja oscuridad del trojerón, con mi sangre un poco fría, pero todavía brincándome el corazón. Y el cuerpo del Capo Lrmbién se ha de estar enfriando. Ha de ser como la media noche o poquito más, mientras, le doy vueltas a mi tarugada. Vine a parar derechito al trojerón de mi casona y me soterré en lo más oscuro de la oscuridad de este troje lleno de mazorcas, con el corazón como queriéndoseme salir. Luego me calmé poquito y aquí estoy, todo enredado. Pienso: Por más inlluencias qLre tenga, Ia cosa hay que dejarla enfriar. Hasta el mismo "viejo" me podrÍa decir: "Mi Chema, el asunto hay que dejarlo enfriar, por si o por no." Por lo mismo esto,v pensando que no amanezca... Al rayar el Sol ya deho ir por lo. rumbo. del B¿iio. dLlnque v¿va r on mi nuclito en la garganta; dejar todo esto es doloroso, pero al mismo tiempo que de una vez se me acabe el gusanito del Norte... Sí, y para cuando anden recogiendo el cuerpo del Capo, ya iré trashumando la Barranca y para cuando la tarde caiga, ya estaré trepado en el tren que sale de Cuadalajara a las cuatro y obre Dios. Y así que de una vez por todas se me acabe el gusanito del Norte... Mientras que se enfría el asunto. Y

Sensaciones desnudas clesprencliéndose, los fragmentos ciaman un recuerdo, derrun:rbe de tazones inalcanzables que se unen... dempo nl, 'vimienlos ( ncerrad.)s en uIr ojo. reclaman testigos, invisibles scres que no vuelven, aún duermen los muros, so. vacíos sostenidos mentaLntente, lrudcz que .{es. ¿lt.a en cl ra"g^ impr.'ci"' ', ansias desgastaclas el la pie1, ya no existen oracir¡nes., dedos recorren su lluvia, la nrrrertc rer-racc en ellos, en el silencio absurd,-, dcl cuerpo, cn las rocas que no logro apartar, en cl infinito murmrrllo que no escucho, en el runor oscutr¡ cie esas sr¡¡nb¡as. ro¡alidad inundada, exiralo la Írltima plegaria y una parte.le esc rostro desaparece.

Karla Martínezx

Pato

El vientre de mi hermana. La cuna. La espera.

Hice mi maleta e inventé mis días

Pero qué pequeño es el mundol me encontré en la puerta con el Necu, el Cenu, el Tape y el Pato.

-Gi+te me fiue!-

-ALl ríghtt-

Gorras, shoes y un montón de goles en mi portería.

Ponle nombre a mis cuentos, raya mis poemas amargos hasta que se pierda todo; sigue escondiéndote de mí para que rías y hagas reír a las paredes. No aprendas mi nombre, lqué importa?

.-Mejor, ponte enfrente y no nos dejes ver la guerra.

-Giue me fiue!-All right!-

Fidelia Caballerox

La ira

Dejé abierta la puerta de su jaula. Sin embargo la extranjera emergió en voluptuosa y bella carrera, prodigándoles ríos de violencia. Ya apacible, la ira retorna al interior de su jaula, abrazada por el candor de la inocencia. iSerá verdad?

Raúl Chollet Osuna*

Verga loca

Tantos poemas por escribir y a mí el nico que se me ocuffe es este Verga loca (-Lo he escrito muchas veces el título es irresistible aunque peligroso Di con él en la página 39 de Trópico de catrcer parece que a Henry Miller también le obsesionaba esta ingenua inocente palabrita: Verga a mí me suena como invitación al morbo como poesía erótica-):

Oh Verga loca enjambre de venas puente erguido iátigo de sangre

Nunca se atreven a nombrarte palabra de mujer alimento para el alma grose¡a manguera de excreciones te yergues príncipe del cuerpo lu piel es ran fina como labios femeninos como el musgo suave de la piel del árbol como un trozo de vino sólido como la piel de la inocencia como terciopelo de carne enhiesta como bolillo blando Oh Verga loca sueíras dormida entre mis piemas

Tantos poemas por escribir y yo sigo absorto ante Ia belleza de mi nica e inseparable Verga loca

*Err!¿l¡¿nrc /c si.,l,,{i¿ ¿¡ l¿ F¿.,1t¿J ¿. Ci¿tui¿r H!¡e¡a\ L'¡¡.

Arenas citaünas

Traigo para ti un presagio, mañana caerá la tarde precedida por un digno manto azulado para cobijarte las dunas. Es obvio que no te olvido. Te he guardado entre mis manos ansiando lamerte con esos hilos que bajaban por mi espalda. No corras, te conozco y sé bien que la gente cuenta que eres huraña pero desvalida. Mientras más te extraño, más te alejas, poniendo cara de palo y erizándote como nopal chayotero. Si tú me pariste, no me digas que quién soy para avisarte que mañana saldrán muchas estrellas y el cielo va a ponerse de un azul muy profundo, sólo para acadciarte las a¡enas citadinas. Sé que tu languidez se debe a la agonía de tus habitantes. Si agonizamos de amor en tus oquedades. Nos resguardamos de la violencia de tu amor para no quemamos en é1. Ya no nos quieras tanto: se te puede acabar e[ amor y después, sin calor, lqué vamos a hacer en el desie¡to?

altealro

Ilustraciones de José Luis Cuevas Fotografías de Rogelio Cuéllar

Kafka es un escritor tan vasto que puede apreciársele desde infinidad de ángulos. En esta adaptación al teatro de E/ proceso he pretendido simplemente acentuar uno de ellos. Probablemente he exagerado al tomar partido (dice Cogol que no se puede lanzar un discurso sin exagerar un poco) pero estoy seguro de que he exagerado bastante menos de lo que han hecho Jean Louis Barrault y André Cide e incluso el mismo Orson Wells al acentuar la parte trágica y patética de la obra, e, incluso, al eliminar todo rasgo humorístico que pudiera comprometer su adusta concepción y que pudiese mover a la risa-

No me cabe la menor duda de que Barrault y Cide, con su famosísima adaptación teatral, influyeron notablemente en la Europa y en todo el mundo, en su momento; a dar a la ob¡ra de Kafka el carácter intimista y metafís¡co con que se le conoce (y unilateralmente duranle tanto tiempo).

La concepción tradicional del personaje kafkiano :,nies que nada habría que hacer , arias aclaraciones peftinentes: José (. no es el empleadito de ropa raída v gris, como de manera muy general se le conoce. Todo lo contrario, K. es un exitoso burócrata, un señorito, elegante.y de bastón, quien todos los fines de semana se dedica a depart¡r en un prestigioso club con respetables banqueros, y que, al salir de éste por la madrugada, suele visitar a su joven amante. 5u nivel económico Ie permite traer algunos bilietes en la cartera y vivir comodinamente en una casa de asislenci¿ y. según lo expuesto po' los agentes policiacos que llegan a anunciarle que se ha abierto un proceso en contra suya/ parec¡era que se gas[a una buena parte de su dinero en finos lrajes importados, así como en camisas y canrisones de seda para dormir. Mal que bien, aunque no queda del todo definido, es un hombre que ocupa un puesto cercano al "segundo personaje de categoría de la institución" financiera en la que trabaja. Puede decirse que es algo así como subdirector (aunque sea adjunto) de un banco ¡mportante. De m¿nera que éste es ot ro de los falsos mitos que giran alrededor de la novela de Kafka y que han desvirtuado enormemente al personaje y el contexto general en el que éste se desenvuelve. Si hiciéramos un enjuiciamiento ético del personaje de José K., éste podrÍa definirse como un arribista, competitivo, misógino,

inconsistente, soberbio, altanero, petulante, despectivo. Habría tan sólo que recordar la forma en que se refiere a sus empleados en general. Cuando el inspector llega a visitarle a su cuarto, José K. se ofende enormemente porque éste llama a sus subalternos "colegas suyos". "Son empleados de menor categoría", expresa. En otra ocasión, refiriéndose a uno de ellos expresa: "lo detesLo corno a todos ellos. Nunca ascenderá a pesar de su repugnante hu mildad rastrera".

Una interesante y cur¡osa observación que podría señalarse del escritor de Informe para una academia (en donde es un gorila quien narra), o De Ia historia de un pero (en donde el personaje central es un dogo parlachín) o del cuento que narra aquellas aterradoras pelotitas que saltan a la espalda del prolagonist¿, o de La meramolosis en donde Cregorio Samsa se conviede en un bicho horroroso, y del cual podría hablarse de su fama de expresionista-, es que, en el caso específico de El proceso, se trata de una novela totalmente naturalista. [n ella no hay acontecimientos extraordina rios, todo puede tomarse como descripciones de sitios y de sucesos posibles; reales (salvo algunos pequeños detalles tales como aquél en que José K. llega casualmente a su juicio un domingo y le están esperando, cosa bastante extraña, o cuando el cuartillo de trebejos de su oficina se convierte en el lugar en el que un verdugo azota a los agentes por haber sido denunciados, incluso el traje de

cuero del verdugo, pero, aun esto podría ser factible). Tal vez, el únrco hecho claramente simbólico es que, como en E/ casti//o, aunque aquí el mismo título de la novela lo advierte, todos los ámbitos de la estructura social e incluso arquitectónica (iglesia, oficina, salas, incluido el estudio del pintor Tittorelli), estiin ligados entre si, constituyendo una sola unidad, un solo espacio perteneciente a la Corte.

Las imágenes d istorsionadas, simbólicas o superreal¡stas en E/ proceso casi siempre corresponden a delirios definidos, sueños, fiebres, alucionaciones, etcétera, motivadas por causas específicas. Su muerte misma podría considerarse producto de una pulmonía y no una ejecución de los verdugos de la Corte o una forma de exponer que la Corte y el gran juez son tanto terrestres como divinos.

Como se recordará, José K. se siente enfermo, está resfriado, sale por necesidad, enviado por el presidente del banco, a buscar en la catedral a un cliente italiano. Antes de entrar se pone una terrible empapada, lo que, aunado al frío y a la larga espera en la catedral, pudo haberle producido una pulmonía que le hace alucinar las visiones que se le presentan durante aquella escena de enjuiciamiento a su propia vida frente a aquellos c\lrdños verdugos; a quienes h. mira como viejos cómicos de la ópera.

El descubrimiento o al menos redescubri miento más ¡nteresante desde el punto de vista teatral que

aproxima más cercanamente esta adaptac¡ón teatral a la novela, corresponde a los parlamentos expresados por K. En la versión de Banault-Cide, los autores se limitan a los textos que en la novela son atribuidos a losé K. y en la versión de Orson Wells, éste sigue el mismo proced imiento, sólo que, en ocasiones, inventa textos y situaciones (sobre todo el final) que no estiin en la novela, para dar así su versión anarquistl nuy particular.

La película europea Ihe triai de David Jones me sorprenclió muy gr¿tamcnlP por su rerr.ria con los ambientes descritos por Kafka; esas azoteas y viejos edificios y balcones decimonónicos me recordaron mucho la novela, a la que es fiel, incluso, por ejemplo, en el chorro rePUsndnle que Fsr Lrrre en uno de los edificios cercanos a la casa del pintor. Asimismo su ficleiidad con el ambiente elegante en que se desenvuelve K. y el del abogado H uld.

El filme es de un patetismo psíquico a la luz del día que no requiere ni cle grandilocuencia ni de

oscuridades. Patetismo sutil al que sin dudd contribllye H¿rold Pinler con toda su experienc¡a. Sin embargo, persiste la solemnidad y la falta de humor incluso en la elección del actor, demasiado galán, demasiado guapo, y como personaje, demasiado sereno, demasiado seguro de sí mismo todo el tiempo. Seguridad, exigida por el director que lo lleva a manifestarse inocente hasta por dos ocasiones. No hay juicio hacia sí mismo, su castigo viene únicamente de fuera, del Estado, de la vida, de Dios o del destino. José K. es, una vez más, un héroe, una víctima.

La aportación de esta versión teatral a las adaptaciones de É/ proceso consiste en agregar a los textos dichos por José K., los

comentarios que, en ocasiones, hace el narrador (Franz Kafka), con lo que los parlamentos se enr¡quecen enormemente. 5e tornan más teatrales y profusos y mucho más cómicos, manteniendo con ello el espíritu muchas veces juguetón y crÍtico; ya que, al eliminar las acotaciones sobre lo que el personaje de José K. siente o piensa en su interior y al expresar únicamente el texto de los parlamentos que éste dice a los demás, le da al indeciso personaie una aparente seguridad solemne de la cual el personaje, justamente, carece.

Algo similar sucede con los demás personajes- En ocasiones entontré frases o sucesos en olro5 pasajes que no corresponden a esa escena determinada pero que consideré fundamentales puesto que agregaban elementos que podían aclarar y ahondar más la situación, el ambiente del personaje de José K. y los planteamientos esenciales de la novela. Tal es el caso, por ejemplo, de los letreros que están colocados en la corte y que rezan en las escenas respectivas: "Por Io general, todos nuestros procesos llevan las conclusiones previstas" o "no sólo se condena siendo inocénte, sino también por ignorancia respecto a la Iey". Estas frases que se mencionan en otros capítulos fueron extraídas y ubicadas en la escena deljuicio, pues me parecÍan por demás signilicalivas ya que señalan ideas que aclaran e ilustran sobre el espíritu general del tema y las intenciones del autor.

La autoridad es la misma y todas se parecen, nos recuerda José K. en la escena con el abogado Huld al encontrarle parecido con el juez de instrucción. Por ello la sugerencia de que el mismo actor represente todos los papeles de la autoridad; incluido el sacerdote de la prisión en la catedral.

Kafka cómico

Unos meses después de concluida la adaptación El cómico proceso de ./osé K. me encontré con el libro de Cilles Deleuze y Félix Cuattari. Me gratificó grandemente coincidir con su punto de vista y sus frases radicales: "5ólo dos principios para aliarse con Kafka: es un autor que ríe, profundamente alegre, con alegría de vivir, a pesar de y con sus declaraciones de payaso. .." Hace ya mucho tiempo (por lo menos cinco años antes) ya lo haLría descubierto por mi mismo. Tuve más gusto aún cuando pude corroborar que no estaba solo, el escritor guatemalteco-mexicano, hombre de fino paladar humorístico, don Augusto Monterroso, después de la función donde dirigí y representé al cómico José K., me confesó que hacía ya un buen tiempo que él pensaba de manera similar, hecho del cual, por si hubiera dudas, me mostró los testimonios. No recibí por lo tanto mayor sorpresa pero sí una gratísima alegría frente a la obra cinematográfica kafkiana de Woody Allen, Fog and Shadows, donde el realizador hace gala del conoci-m¡ento de la obra humorística de Franz Kafka.

Si no fue, tal vez, un apasionado, al menos, como hombre culto de su época, el hombre de Praga, debió conocer (y me atrevería a afirmar que gozar) el invento fundamental de principios del siglo xx: el cinematógrafo, el cine mudo cómico. Es sorprendente la relación casi visual que existe entre las situaciones cómicas presentes en la novela de Kafka y las propuestas por el cine de la época. En numerosas ocasiones se hace incluso presente

elgag, (humor visual) de Chaplin y de Keaton, como aquél en las oficinas de la Corte, cuando la empleada de información abre con un gancho un pequeño tragaluz, para que entrara aire fresco y al abrirlo cae tanto polvo "justo sobre Ia cabeza de K." que tuvo que cerrarlo de nuevo. Es, por ejemplo, notoria la relación entre Ia personalidad del, trastante ridículo, señorito José K. y, por ejemplo, las figuras y actitudes de Charlie Chase.

Fue por ello que en nuestra puesta en escenA decidimos colocar al joven K. los Ientes y el bigotito del cómico prosopopéyico, antecedente de Oliver Hardy.

Tal parece que el cine mudo influyó en la obra de Franz Kafka de similar forma en Ia que la obra cinematográfica de Laurel y Hardy se dice que influyeron en la obra de Samuel Becke! especialmente en Esperando a Codot (según puede co nstatar en un estupendo documental para la televisión estadunidense que demostraba el asunto), o la influencia notoria de los diálogos de los Hermanos Max, en todo el teatro del absurdo.

Kafka político

Cilles Deleuze y Félix Cuattari, autores de Kafka, por una literatura menor (refiriéndose a una literatura de minorías, no para m¡norías), afirman en su libro que "Todo en K¿{[a es cómico, todo en K¿lk¿ es polít¡co." Al menos es otra forma de comprender la lectura kafkiana. Entendiendo la política en su sentido más amplio.

Asimismo afirman que Kafka

Es, de principio a fin, un autor político, adivino del mundo futuro porque tiene como dos polos que sobra unii en un dispositivo totalmente nuevo: lejos de ser un escritor aislado en su recámara, su recámara le sirve para un doble flujo, el de un burócrata de inmenso porvenir, conectado con los dispositivos reales que se están creando; y el de un nómada que huye en la forma más actual, que se conecta con el socialismo, el anarqu¡smo, los movimientos sociales.

Esto no significa que las ¡ntenciones del escritor se detuvieran ahí. Sin embargo, una aguda mirada a la obra kafkiana nos mostrará las preocupaciones de Franz K. por los abusos y las actitudes ridículas de la autoridad y por el dolor ajeno y la miseria (habría que recordar su interés por las Buarderías a las que asistía Felice y su intención, incluso, de hacerse soldado durante Ia guerra. C¡erto que este interés resultó pasajero, ya que según él mismo expresaba, no se cansaba de declarar que su único ¡nterés estaba

en la literatura, actitud que, no obstanie le producía una enorme cu lpa).

El motivo que me dec¡dió a ubicar al narrador de la novela como un atesano/ que omn¡presente, además de contar la historia, hace una crítica constante (sin crítica no hay humorismo) a los grandes señores y empleados del banco, empezando por eljefe (quien da palmaditas en las espaldas de sus empleados para que éstos, corno las vacas, produzcan más leche), así como a todo el aparato repugnante y burocrático de la autoridad judicial, parte del comentario que hace el narrador cuando K. se dir¡ge a visitar al pintor Tittorelli, quien vive en un barrio pobre, en un extremo de la ciudad, diametralmente opuesto al de las oficinas de la Corte:

Allí existía L¡n vecindario, en donde, de un agujero sale un líquido amarillento que hace huir a algunas ratas. Al p¡e de la escalera, echado boca abajo en el suelo, había un niño llorando, pero apenas se oían sus chillidos con el ruido que salÍa del taller de hojalatería situado al otro extremo del corredor de la entrada, en éste, tres aprendices se agrupaban alrededor de un objeto al que no cesaban de golpear con sus martillos. Una gran lámina de hojalata colgada en la pared, arrojaba contra dos de los aprendices un pálido resplandor que hacía brillar sus rostros y delantales de trabajo."

Y continualra: "A todo este cuadro K. sólo le echó una mirada fugaz", interesado como estaba en sus asuntos pefsonales.

Tiempo y lugar

En el programa de la puesta en escena de la obra El cómico proceso de José K., comentaba que en mi atlolescencia la literatura de Franz Kafka me provocaba el mismo terror que la película Frankenstein me producía en mi infancia. Pensar que el ser humano vive eternamente colit¿rio pn un mundo alerrador, 'in orden, o con un orden y sentido perverso, me producía largas noches de insomnio y angustia al igual que el (ahora así lo veo) maravilloso monstruo cinematográfico q ue ahora me parece lleno de ternura interpretado por Boris Karloff. Al situar a José K. en un contexto social determinado, en la ciudad de Praga, a principios de siglo, mucho de su terrorismo abstracto desapareció para mí y me hizo ver al personaje de la novela bastante menos terrillle. Si Ias circunstancias y características que rodean a K. fueran susceptibles

de transformarse. las angustias por Ias que pasa serían menos aterradoras.

Es indiscutible que el genio de Kafka nos hace sentir circunstancias que parecieran absolutas. Daría la impresión de que el ser humano y su miserable condic¡ón no va a cambiar nunca, como podría ser su relación con la autoridad, percepción desmesurada y en ocasiones y en gran parte, motivada por un padre (según Franz Kafka, ya que en sus fotos pareciera tratarse de un viejo tierno y hasta agradable) prepotente e impositivo. Si esta imagen temerosa del mundo que nos rodea se ubica, de manera ¿dult¿ en circunstanc¡as concreLrs, el terror y la visión infantil del mismo desaparece y da lugar a la comicidad. Cierto que las situaciones "kafkianas" en Ias que continuamente nos vemos envueltos en las oficinas bu rocráticas, continúan haciéndonos vivir esa sensación de impotencia al sentirnos conlrolados por fuerzas superiores autoritarias que manipulan nuestras vidas. Al menos sabemos que hay jefes de oficina reales y responsables de nuestras desgracias y que al fin y al cabo sus prepotentes actitudes, cómicas al fin, pueden provocarnos ataques de risa como aquel que le narra Kafka a Felice para convencerla de que sabía reír. Esta confusión, quizás deliberada, de Franz entre padre, burócrata y dios, al desglosarla, nos hace sentir menos miserables y al ubicarla en una temporalidad específ ica, nos of rece la posibilidad de, al menos en la

ecper¿nzd, efec tuar cambios haci¿ una más auténtica participación llamémosle democrática. Ésta ha sido una de las intenciones de la aCaptación: ubicar a losé K. en un contexto específ¡co en un tiempo determinado e insistir en que el cambio no es una falacia, sino, al menos, una utopía posible.

Juicio ético

Pero existe una crítica aún más feroz que la dirigida a la burocracia financiera y jurídica y no por ello menos política y es la que Franz Kafka se dJrige a sí mismo, a su propia conducta. Una autocrítica étic¿ h¿cia losé K. en la que Franz Kafka, se juzga, se halla cLrlpable y se condena por g!¡contrarse soberbio, egocéntrico, f rívolo, nunca suficientemente comprometido más que con su conveniencia, etcétera.

Es ¡mportante señalar este aspecto fundamental, ya que, por lo general, suéle considerarse a K. como una inocente víctima del mundo, del sistema, de la burocracia, cuando, en realidad, el

señorito egoísta y vanidoso, José K., se merece, según Kafka, si no todo, bastante de lo que le acontece. FnlrP olras op(iones f/ proce'o. e: un juicio en el que, a los treinta años cumplidos, Kafka, se enjuicia a si mismo, se encuentra lleno de defectos y, exactamente un año después, se declara culpable, se arrepiente dolorosamente de la frivolidad y la falta de compromiso con la que ha vivido y se condena a muerte. Tal vez a la enfermedad pulmonar de la cual murió.

.§!ryrhffi

Felice Bauer

Es claramente manifiesto que algunos de los personajes femeninos de lGfka están basados en Ia persona de Felice Bauer, la prometida de Franz con quien se escril¡ía obsesivas cartas, y resulta rnás que evidente que el personaje de Fráulein Bürstner mucho tiene que ver con Felice. Tiene incluso sus iniciales por si hubiera dudas, la misma profesión (secretar¡a), similares gustos como el de asistir al teatro, etcétera. Por ello siempre me resultó chocante la visión rn¡ellsiana dei personaje. Orson Weils en su filme concibe a F.B. como una vu lgar prostituta ebria, concepción absolutamente particular. Es claro que losé K. Es un mojigato o ceics.r a quien le molesta la actitud abierta ¡, para el dern¿riado liber¡1. dp la señorita Bürstner, a quien ha visto ar ompañada de honrbres dictinto" cada vez, al sal!r por la noche de los teatros. Esto no quiere decir que se trate de una meretriz, por el contrar¡o, hay suficientes datos para afirmar que Franz admiraba la actitud de mujer moderna, prácüca y liberal, sin complicaciones, que le hacían sentirse atraído por la señorita Felice. Kafka la describe como "una muchacha alegre, sana y segura de sí misma". Sólo que su condición de modesta secretaria y sus paseos nocturnos al teatro son motivo de desprecio y de crítica severa para José K. a pesar de su notorio interés por ella, de quien podría incluso haberse llegado a enamorar; pero l(. no se atreve a reconocer y a asumir su interés por

ella aunque lo declare en numerosas ocasiones.

Sorprende también la falta de definición en la estructura de El proceso. Pareciera que Franz Kafka nunca hubiera llegado a precisar algo que tenía tan claramente definido. l.lno se pregunta la razón por la que nos deja un legado de capítulos un tanto dispersos que no llegan a concluir. Un espléndido ejemplo de estructura dramática, que envidiarían ios actuales cineastas, que nunca se llega a definir, sino que deja las puertas abiertas para una nueva versión o un nuevo cambio. Capítulos que no supiera en qué orden colocar o no quisiera hacerlo, a pesar de que todo esta l.ra absolutamente definido y concluido, que pareciera que no

lograra seleccionar. "La libertad es la elección de la necesidad", ob jervd en qu popm¿ O( tdvio Pd,/. Franz no quiere o no puede ser libre. losé K. no elige, Kafka tampoco. "Si no te casas conmigo lo lamentarás igualmente". iPara qué elegir si de cualquier modo no existe solución para el hombre? Al contrario de Io que suele creerse y pudiera pensarse: si no es libre quien no elige, sólo quien es capaz de elegir. Sólo el compromiso puede otorgar la libertad o para decirlo a la manera de Coethe: "La vida es una puerta que se abre hacia afuera". Ni Kafka ni K. lograron hacerlo, aunque ambos fueron capaces de saberlo y comun icarlo.

Kafka: esperanza y desesperanza

Por ello, Ia interesante visión de Deleuze y Cuattari:

Sólo una c<¡sa molesta a Kafka y lo enfurece, le indigna quc lo tratcn de escritor intimista, que encuentra un refugio en la literatura, autor de la soledad, de la culpabilidad, del §ufrimiento íntimo, y sin embargo, la culpa es suya, porque ha enarbolado todo eso... para adelantarse a la trampa y por humor.

"Es por las mismas razones estúpidas que se ha creído ver" únicamente, digo yo, "en la literatura de Kafka un refugio alejado de la vida y también una angustia, la marca de una impotencia y de una culpabilidad, el signo de una triste tragedia interior." Cierto, Kafka es mucho más que eso.

La sabiduría popular advierte que "un santo triste es un tr¡ste santo" Kafka no era un santo triste, era un hombre a quien sus amigos identificaban como un joven alegre y sinvergüenza, que sabía reír. ldentificarle únicamente como un ser triste y sobre lodo de.esperanzado, es otro de los mitos que esta obra pretende derruir. Kafka es, como todos los profetas, un hombre lleno de rabia y lleno de dolor pero, a pesar de todos los lugares comunes, como todos los profetas de la desesperación, un hombre lleno de amor por los hombres y de amor y de esperanza en la humanidad. De él he recibido la

frase más esperanzadora y desolada que haya escuchado nunca; es una frase de su Diario; "Aunque para el hombre en este mundo no existiera la redención, deberíamos vivir como si la hubiera". Es el ejemplo más hernroso que he encontrado sobre la dignidad humana.

Se tiene la idea de que los profetas como Kafka, como Becket o Herman Melville, son seres solitarios que odian a la humanidad. iEstos críticos de la conducta humanal "iVolved a vuestras cloacas a restregaros los vientres!", anatematiza el profeta Samuel Becket. Si éste es el destino final de la humanidad, más le valdría desaparecer bajo el estallido de una bomba atómica, 2qué es lo que pasará al Final de Ia Partida, cuando hayan desaparecido los ríos, las plantas, y los animales, y ya no haya 1u,,. n¡ lrdnqu¡li7¿ntes. ni drogds. ni calmantes? 2Y al final de nuestra paftida ¡ndividual, cuando ya no tengamos erecc¡ones y nuestras amantes hayan m uerto por abandono y desamor, cuando víctimas del sida o del cáncer acabemos al fin, de perder los cabellos y los dientes, los ideales? De manera similar aunque distinta, nos incrimina Melville con su Banleby, el cuento más triste de la literatura, cuando nos advierte que en un mundo mercantilizado, controlado por una religión hipócrita, comodina y mediocre, la vida del hombre carece de sentido, es como una catta clue no ha llegado a su destino. Pareciera que en estos dulces poetas malditos sólo

existiera desprecio por la humanidad. Sin embargo, para estos desesperanzados existe una salida, la de siempre, la de la solidaridad y el amor del hombre por sus semejantes. La misma que no supieron ver los burócratas de los años cuarenta que condenaron a Kafka como creador de una literatura decadente, cuando él hablaba de un hombre distinto, que

se negaba a morir como un perro, que sólo desea conservar, hasta el iinal, la serenidad de su mente y su capacidad de análisis, su dignidiad, :r única arma, su bastión y orgullo, aunque, la lógica inexorable no resista a un hombre que ama la vida v quiere seguir viviendo. Ese hombre abrió en su diario una puerta para el hombre, para el hombre en mitad del aguacero: "Fuerte lluvia", decía Franz, "ponte de cara a la lluvia, deja que sus férreos rayos te atraviesen, resbala, por el agua que quiere arrastrarte consigo; no obstánte, resiste y quédate, espera de pie al sol que entrará súb¡ta e interminablemente a raudales."

Franz Kafka, 1883-1924, cuarenta y un años. Un hombre que amaba Ia vida y que sabía reír.

La página más bella del libro de Max Brod sobre su Kafka es cuando cuenta cómo el auditorio se reía en la lectura del primer capítulo de E/ proceso "con una risa irresistible." Y

Nota: É/ Cómico pro.-"so delo!é 1(. de HéctorOrtega, fue editado por la uAsc cn l99,li y en 1996 bajo €l tfnto fhe Can¡c kial af loseph K.j ferl and Co/rlert, publicado por San Dlego Slate Univeuity

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E[ Gabriel Adame y snns monitos curados

El arfe es una mentira que nos dice la verdad

Allá por los años ochenta estaba el Gabriel Adame con sus pinzas sacamuelas en su silla reclinable mirando pal horizonte... De pronto le cae el veinte, entre cliente y novocaína, que puede pintar a Tecate y todo lo que se imagina. Y traza un mapa del pueblo sobre una muela postiza: al Este, San José; al Sur, la Aviación; al Oeste, el Cuchumá y al Norte la American Market. Y luego se arrima al taller de Álvaro quien le enseña Ia blanca arte de juntar forma y coloies: Sin Piedad ni compasión se pone a pintar todo lo que encuentra: Iienzos, paredes, hijos, ventanas, perros.. hasta que hace una serie de botellas de sólidos colores: ámbar, verdes, azules

Después se va de viaje al pais de la cerveza, aunque él no la consume, y descubre que en su tierra siempre estuvo su pasión: rocas enormes y montañas compas desde la infancia. Y ahi va el Gabrielillo, otra vez, dibujando montañas sensuales, curvas rocosas, eróticas, cachondas

Después otro viaje, pero esta vez pa'dentro, "al interior de si mismo". terapia mu¡ acá, y comienza a inventar personajes que son poemas, cuentos, novela sin titulo; y ahí va otra vez, pinte y pinte, como loquito,dando vida a beatas y fruteros, curas, paleteros, niñas de la fruta, pescadores, personajes que van llenando su casa y corren por escaleras y pasillos por las noches.

Y al amanecer, ahí stá Piedad, otra vez piadosamente, dando desayuno al desvelado Gabriel y a sus hijos, Diana y Pablo y a todos los monitos curados que llegaron del pincel de Ia noche, todavía escuniendo un poquito de pintura en el piso, las alfombras y el mantel del desayunador.

Aquí tenemos al compa memorioso Gabriel y todos los personajes que inventó y a los cuales dio vida con su corazón. La neta. ;

Roberto Castillo Udiarte

Pablo Picasso
Pueblito
Sandía y botella verde 120 cms. x 120 cms
Pecadora

Sopladores de vidrio

Qaijote
kt playa 61 cms. x 61cms
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Vend.ed.or de globos

46 crns- x 61 cms

46 cms. x 61 cms

Naturaleza
I-anza fuego

La novela de Baja California

Brevísimo recuento

Entre los años que van de 1932 fecha en que aparece publicada

Tijuana Inn,noYela de Hernán de la Roca (seudónimo de Fernando de Corral)- a 1995, aparecieron cuarenta y cuatro novelas publicadas por autores nacidos o ¡adicados en Baja Califomia. (Por razones que no vienen al caso comentat ahora, se excluyen de esta relación los casos de Federico Campbell y Daniel Sada; ambos nacidos en Baja Califomia pero cuya consideración como escritores pertenecientes a la tradición literada de la región es, cuando menos, problemática).

De éstas, treinta y dos novelas fueron escritas por hombres y sólo doce por mujeres. Siguiendo con las estadisticas, podemos constatat que

únicamente unos cuantos escritores lograron publicar más de una novela d¡¡rante los años señalados arrtes.

Algunas son novelas cortas (tal vez más relatos que novelas en sentido estricto), pero en su mayor parte se trata de novelas de mediana extensión. Esto es, oscilan entre las cien Y Ias doscientas páginas.

En su gran mayoría, se trata de novelas publicadas en ediciones hnanciadas por el autor mismo; con tirajes de mil ejemplares, y que no han merecido segundas ediciones ni han logrado circular más a[[á de los esüechos Iimites del Estado. Las excepciones estaríar representadas

r Qnlsio de kr Fx» ¿ru Noie 'li¡ttdk¿.

HLlmberto trélix Berumen*

por unas cuantas obras: la ya mencionada Tijaanq Inn (1932) de Fernando de Corral/Hemán de la Roca. que apareció publicada en la ciudad de México pero apenas si fue conocida en Baja California; ),o estule en Maúe (1958) de Narciso Genovés, novela de ciencia ficción que alcanzó varias ediciones y que fu era -presumiblemente- traducida al alemán en 1964; Reencuentro con la vda (1982) de Norma Bustama-nte Anchondo, de cuya primera edición se imprimieron nada menos que ¡doce mil ejemplares!, según se apunta en el colofón del libro (lo que explicaria por qué es posible todavía encontrar numerosos ejemplares en las librerias); El Gran Preténder (1992) y La luna siempre serq un amor diJícil (1994) de Ltis Humberro Crosthwaite, ambas novelas publicadas en editoriales nacionales y con tirajes de mil ejemplares cada un4 Donde las voces se guardan (1993) de Marco Antonio Samaniego, y que fuera distinguida con el premio Agu.trn Yáñez para primera novela en 1992, mas editada con un tiraje de cinco mil ejemplares y distribuida a nivel nacional v, por ahora, la única novela de un autor local traducida al inglés (con el tÍtulo de l/re ll' h isper ing Yo ic eS of A tdb dlpct): \'¡die, ni sigu¡era la lln'ia (1995), primera novela de Regina Swain, con un tiraje de tres mii e.lemplares a nivel nacional; Laberinto (As t¡me goes bi) (.1995) y Mezquite Road (1995), ambas de Gabriel Trujillo Muñoz. La primera con un modesto tiraje de mil ejemplares para su

distribución local, en tanto que la segunda fue editada por una casa editorial nacional y tuvo una edición de tres mil ejemplares. Entre algunas otras.

IIPese a su número, sumamente reducido, sólo unas cuantas novelas pueden considerarse como dignas de consideración. El resto importan únicamente por su interés documental e histórico, antes que por su posible valor literario. Algunasr pocas en verdad, pueden resultar intere§antes en fi.¡nción de la historia que cuentan. Pero en conjunto no alcanzan a constituir sino una muy modesta tadición de novelas menores, de escaso relieve artlstico y notoriamente defectuosas; apegadas, casi todas ellas, a las formas más tradicionales de la narración y de una linealidad nar¡ativa que resulta excesiva en extremo; con inicio, clímax y desenlace.

Só1o recientemente han ido surgiendo algunos intentos para dotar a Ia novela de una mayor consistencia formal. Lo que, si somos

optimistas. permiten augurar tlempos mucho mejores. Pero la obramaesta, la novela definitiva, que destaquepormé. ritos propios, quc trascienda su tiempo y su espacio, ésa, creo firmemente, aún está por escribirse NoveJas como E/ gra n preténder (1992), de Luis Humberto Croslh\\aite Donde las yoces se

Recicntemente han ido

Pese a su número, sumamente reducido, sólo I unas cuantas novelas pueden ser dignas consideración de

Ruardqn (1993), de Marco Antonio Samaniego; Mezquite Road (1995) y Laberinto (As time goes óy) (1995), de Gabriel Trujillo Muñoz, son por ahora las novelas más logradas. Las que exhiben los resultados más sólidos dentro de Ia naratiYa local. Las que resultan más convircentes. o cuando rnenos, están mejor construidas.

Hay también un modo de narrar alejado ya de todo costumbrismo, con propuestas formales y temáticas novedosas. Sus autores, más Luis Humberto Crosthwaite y Gabriel Trujillo Muñoz que Marco Antonio Samaniego, son escritores concientes de las diversas técnicas de la escritu¡a narrativa. Lo que se refleja en cada uno de sus escritos, cuentos y novelas- Aunque en el caso de Samaniego habría que preguntarse por qué sigue esc¡ibiendo con los errores de un principiante y que no aparecen, cufiosamente, en su novela. De las cuatro novelas mencionadas, Laberinto (As time goes by) es la novela que. sir duda. resulta más estimulante. Una novela, diríamos abusando de la libertad estilística, inteligente. Construida sobre la base de un argumento que exige del lector una lectura detenida, pero no por ello ilegible, o de plano, aburrida. Su complejidad radica en el orden de las ideas que sirven de sustento a su argumento, no en los vericuetos de su trama. Una novela, en fin, que nos pone en la antesala de lo por venir. De las lovelas que, tarde que temprano, habrán de modificar el panorama que pol ahora resulta poco menos que deplorable. Y

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REFORMA Y CATLE "lj, cooPERACtóNr ó PESOS

NOTA: EL ACCESO A ESTA SALA SóIO E5 a rRAvÉs DE vlstrAs curaDAs

INFORMES: 52-57-15

Agroderemos lo porlitipoción de, SAGAR, GOWAll DI I'lE)(KO, 5EI',{ILLAS DI BAJA (AT OR¡IIA, SIRVl(105 NH3 y SYMSA

"1997r Año de lo Universidod Autónomo de Bolo [olifornio"

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§,tjl, ¡,1r 1r¡liil)1,

¡,11:1. llt, (:r¡10, 1'li rri 'ititi,, ñta

L en México

Eugenio Aguirre*

llustraciones tomad as deTragicomedia mexicana, de José Agustín, volúmenes 1 y 2 ed¡torial Planeta, México, 1992 e Historia gráfica de México, Héctor Aguilar Camín/ Lorenzo Meyer, siglo veinte lll, edit. INAH, 1988.

Es indiscutible que durarrte tos úItimos tres lustros, Ia nowela histórica ha cobrado un auge sifl precedenteB en México. Hoy en día muchos escritores cultivan el género con talenüo y, sobre todo, con una bien ciment ada vocación. Las razones que expucan este fenómeno se encuentran, es obvio suponer, en Ia madurez alcañzada por Ia sociedad mexicana para reflexionar sobre su pasado histórico, custionarlo y racionalizar Ios hechos cuyos efectos aún tienen irfluencia en Ia vida naeional, re6¡ional., faniliar e indiwidua,L iNove/is¡¿ y cuert^t¿.

A.rua/menre re desenrpe¡i, (]omo preslde¡te de i¡ rana de l¡terctura cJe la Soc¡e¿ad Ceneral de Esct¡tores de Mé¡ico (5OCfM)

Como la de muchos otros paises, nuestra historia tiene infinidad de lecturas posibles (tantas como enfoques e investigadores existan), en algunos casos paralelas, que en muchos casos dependen de la fuente informativa a la que se tenga acceso y al método de investigación historiográfica que se aplique. Así, para muchos, especialmente dentro de las esferas impregnadas por la mentalidad oficialista, la historia es la consecuencia cronológica de fechas, datos y cifras estadísticas que, al igual que los bikinis, tienen el incoveniente de que, aunque aparentemente enseñan mucho, tapan lo más importante. Para otros, que todavía beben del formol Ios élitros del romanticismo, la historia deviene en un tiovivo ép¡co donde los hechos de guerra (ahora se Ilaman juegos) y los héroes militares, determinan fil¡aciones y rechazos, y así como para a¡gunos constituye un quehacer cientifico, Lrn proyecto intelectual, para la inmensa mayoría suma una fraseología acartonada, incontinente e intangible, que deriva en los delirios fervorosos de la oficialidad.

La aproximación científica a la realidad verdadera, ésta siempre entre comillas, del pasado, sin embargo, ha evolucionado con Ia incorporación de nuevos recursos y técnicas de investigación que la

hacen más accesible al receptor. La historia regional, la microhistor¡a, la historia de las mentalidades, la historia de la vida cotidiana, así como el análisis histórico de los fenómenos económicos, demográficos, de salud, etcétera, le han conferido una nueva dimensión y le han proporcionado un camino divulgado, más ameno, interesante y, lo mejor, más objetivo.

La literatura, hipersensible al acontecer h¡stórico y a la evolución de su estudio, se ha nutrido con estos novedosos enfoques y ha adoptado muchas de sus herramientas para crearse una voz ¿corde con los vientos que soplan. Esta situación, feliz a todas luces, permite al escritor estructurar su obra con plena libertad, sin que tenga la necesidad de restringirse a reglas esquemáticas, a ballenas y corsets académicos, como lo eran algunas recetas ¡mpuestas a sus seguidores por Salvador de Madariaga, y cuya transgresión en el pasado significaba la violación del género, el heretismo y el reproche de los patricios (léase vacas sagradas) de la República de las Letras. Hoy, pues, basta con crear una estructura formal pertinente y elicaz para la anécdota que se pretende narrar, alimentada ésta (on un¿ previ,r inresligación en las fuentes más connotadas sobre el temai de tal suerte que la ficción inserta en el discurso narrativo, sea una aportación que enriquezca a la "verdad histórica" ya conocida y estudiada.

Tomemo" ( omo L¿so la magnifir a obra de Fernando del Paso, Noticias del imperio. En ella veremos

reflejadas las aportaciones de la historia de las mentalidades (LeviStrauss, Foucault, etcétera) y de la microhistoria (Luis Conzález, Sergio Ortega, José María Muriá, etcétera) en una forma evidente, sobre todo en la relación espistolar entre los hermanos franceses y el detalle microscópico de la cotidianeidad de la época. Del Paso aporta en los monólogos de Carlota, que podemos presumir ficción Pura, la v¡sión ínt¡ma, espi ritual, metafísica, de la protagonista principal de los hechos en que se vio involucrada Y que el aulor formalmenle n¿rrd, sin que con ello altere los hechos consignados como formalmente históricos.

Sin embargo, al expresar esa visión (atribuible a un pasado remoto), lo que el autor h¿ce es dar su punto de vista, esto es, su interpretación personal y actual de esa intimidad. En pocas palabras, la locura de Carlota en Noticias dei imperio, es la "locura" de Fernando del Paso frente a los mismos acontecim¡entos.

En términos literarios, pensamos que, en México, el proceso de asimilación y racionalización de los hechos del pasado -necesario Para que éstos puedan ser objeto de la novelística-, comenzó a Eestarse durante la segunda mitad del siglo xtx, debido quizás a la influencia de la lectura de algunos autores como Walter Scott, Alejandro Dumas, Y Ángel Saavedra, duque de Rivas, entre otros.

Es gracias a la prodigalidad de Walter Scott que, desde PrinciPios del siglo pasado, los angloparlantes,

y más tarde los lectores de otras lenguas, pudieron enterarse de una parcialidad imporl-anle de l¿ hisloria de lnglalerra y de su nalal Escocia Fue mediante la lectura de obras como /vanhoe, La dama del lago, Rob Roy y de los libros destinados a la saga del Rey Arluro y los caballeros de la Mesa Redonda, que Scott abrió las puertas a un género de i nsospechadas posibilidades. Asimismo, Alejandro Dumas Padre recreó parte de la historia de Ia Francia en novelas históricas universalmente célebres, como Los tres mosqueteros, Veinte años después, EI conde de Montecristo, entre otras, en las que la ficción estuvo básicamente aPoYada en los hechos tenidos como ciertos Y registrados por la historia. Por su parte, Ángel Saavedra, duque de Rivas, produjo en España sus Romances históricos, El moro expósito y una Historia de la sublevación de Nápo/es que fueron ampliamente conocidas Y comentadas por los escritores hispanoamericanos del siglc xrx. Así, años después, escritores mexicanos como Vicente Riva Palacio, hombre de pluma Y esPada, y autor de la obra monumental México a través de /os sigios, con su novela Martín Caratuza; lSnacio Manuel Altamirano con El Zarco; Y Manuel Payno con Los bandidos cle Río Frío, se incorporaron a la tarea de producir obras literar¡as que [usion¿r¿n en si l¿s n¿turalez¿s propias de la narrativa de ficción, la historia oral, y escrita, y la tradición vernácula; experiencias que se irán arraigando paulatinamente al utilizar

la literatura como medio para la divulgación de los acontecimientos históricos. Las obras de este periodo, sin embargo, estuv¡eron inmersas en el espíritu romántico de la época, y la ficción se vio afectada por un código moral que exaltaba aún los valores sancionados por la épica medieval y que las dotaba de un maniqueismo manifiesto; así como sujetas a exigencias de exactitud que, buscando la "absoluta verosi militud" coartaban la libertad expresiva de los autores, la coparticipación imaginativa de los lectores y acartonaban los textos.

Desde luego, resulta claro que la producción de estas obras, ya clásicas, trátese de epopeyas, dramas con tema históricos o novelas históricas, requiere de una madurez individual y colectiva que permita la reflexión serena y objetiva sobre el pasado de una comu nidad o una nación.

Estos libros son el producto de una cavilación comunitar¡a que, a lo lar6o del tiempo, va añejando los caldos sedimentarios de lo que constituye la esencia de una identidad nacional. Los historiadores serán los encargados de recoger y reg¡strar científ¡camente los instantes cenitales de la "realidad pretérita", pero son los escritores los que, al dar prioridad al contexto sobre las fechas y los héroes oficiales, ofreten und inlerpret¿ción más rica, libre y saludable a la mente del lector común y corriente.

El ¡mpacto de los hechos revolucionarios iniciados en 1 91 0, desvió la atención de los escritores que cultivaban la novela histórica tradicional, inspirada en los hechos remotos. Esos acontecimientos que 5e prolongdri¿n dur¿nle once años, que cobrarían la vida de más de un millón de mexicanos y que transformarían radicalmente las estructuras sociales sancionadas por más de treinta años de dictadura polirista, los obligó a cenlrar su quehacer en los hechos del presente inmediato y en la sucesión diaria del desastre, surgiendo, así, lo que la crítica académica ha denominado "novela de la revolución mexicana", cuyos márimos exponentes. M¿rl in Luis Cuzmán, Mariano Azuela y Rafael F. Muñoz, dejaron deslumbrante testimonio novelado de los hechos de la guerra, de sus personajes destacados y de los campos sociales, respecto de los cuales, ellos, por lo demás, fueron protagonistas directos.

Si bien sus obras no pueden clasificarse estrictamente como novelas históricas, sí son importantísimas para la evolución del género, ya que apoftaron varios elementos valiosos que le serán incorporados. La calidad de testigo directo del narrador hizo que su concepción de la anécdota y de los personajes, dejase de ser libresca o documental para transformarse en un testimonio v¡vo de lo relatado. Las fuentes de la novela histórica ya no serían únicamente otros libros, documentos y tradiciones compiladas, sino que la ficción

abrevaría de la observación minuciosa de las experiencias personales del autor, de las de sus contemporáneos, del relato oral, de la crónica perodística, de los registros iconográficos (pinturas, dibujos, fotog rafías, películas, etcétera), en fin, de todas las fuentes que estuviesen a su alcance.

También, y ello es de suma trascendencia, estos autores ejercitan una crítica aguda sobre los ¡nstantes que vivieron y sobre los personaies que manipularon el escenario del drama revo lu cio n a ri<.¡. Sus obras, léase los de abafo, de Mariano Azuela, El águila y la 'erpienle y la 'ombr¿ del caudillo. de Martín Luis Cuzmán, ¡Vámonos con Pancho Villa! y Se llevaron el cañón para Bachimba de Rafael F. Muñoz, así como las de Heriberto Frías (precursor de esta corriente con su novela Tomóchic), Francisco L. Urquizo, Mauricio Magdaleno, por citar sólo algunos, no se agotaron en la descripción novelada de los hechos y los personajes, sino que los enjuiciaron bajo su propia axiología, emitiendo juicios laudatorios o reprobatorios no exentos de una subjetividad intertextu¿1.

Esta novelística de sangre y acero; de héroes intuitivos incorporados al escalafón castrense (algunos de sus autores detentaron cargos militares) por azares del destino, y de burgue:es ¿zor¿dos ¿nle los cambios en el sistema imperante, absorbió los esfrrerzos de los autores más significativos d urante los primeros ¿io, dP cstP siglo y lodavia influyo en la producción de obras similares

de altos vuelos como los c¡lsteros de Cuadalupe J. de Anda y ta virgen de /os cnsterot de Fernando Robles; y ya con la específica intención histórica, Pensativa de Jesús Coltortúa Santos.

Paralelamente a esta corriente novelística y anticipándose a lo que después Ia historiografía englobaría dentro de las categorías h¡storia regional y microhistoria, fue surgiendo en México la novela costumtrrista del siglo xx; género que alcanzaría su esplendor con las obras AI filo del agua, La tierra prócliga y Las tieras fiacas, de Agustín Yáñez, en las que recrea las costumbres de las comunidades agrarias del país, el conrportamiento de los personajes que las integran, hasta acuñar sus prototipos, y las secuelas y cambios que trajo en los pueblos y haciendas de la revolución.

Durante el corto periodo que va de i 920 a 1 950, sólo algunas figuras aisladas continuaron preocupándose por cultivar la novela histórica o los relatos breves pertenecientes al género. Artemio del Valle Arizpe de.t¿t¿ con sus relalos ) est¿mpas de la época colonial y del México posindepe nd iente, mismos que publicó bajo el título Del t¡empo pasado. Autor dotado con un fino

Los de Abajo

sentido del humor que le permite destacar las anécdotas sabrosas y picantes de algunos personajes célebres, como fue el caso de la Cüera Rodríguez, en su obra está presente la.imaginería popular expresada en mitos y leyendas, tanto prehispánicos como penisulares, que conforman ya el sincretismo cu ltural mex¡cano.

Otro autor no menos importante, es José Fuentes Mares, preocupado más que nada por esclarecer Ia personalidad de algunos protagonistas clave de nuestra historia nacional, como la figura de Hernán Cortés y el desarrollo del liberalismo y de la Reforma en ' México, en novelas como Serviclumbre; en ensayos tales como "Juárc2 y la inlervencicin'-, "Juárez: el imperio y Ia República"; y en obras dramáticas como Su a/teza serenísima, en la que retoma su implacable juicio en contra de Santa Anna, ya antes expresado en el ensayo histórico "Santa Anna; aurora y ocaso de un comediante".

Victoriano Salado Áfuarez es otrr¡ de los autores importantes que cultivan este género y con sus obras De Santa Anna a la Reforma y Ia íntervención, relata, en forma novelesca, los episodios del gran movimiento reformista que transformó el desarrollo de la naciente república, los conflictos ideológícos entre Iiberales y conservadores, así como el doloroso proceso de la intervenc¡ón francesa y el desafortunado paréntesis del segundo imperio.

Dur¿ nle los años comprpndidos entre I 935 y 1945, lustros en los

que Ia nación lo6ró la plenitud de su soberanía sobre sus recursos naturales y en los que se esubler ieron loq e.l,rtulo. polilicos para gobernar el país que, con algunas variantes, se mantuvieron vigentes hasta finales de los años ochenta, y en los qué se comenzó a desarrollar cierta tecnología que permitió, aunque lentamente, cierto progreso sostenido. La política indigenista del Estado hizo que historiadores, soc¡ólogos, etnólogos, filósofos y arqueólogos revalorizaran y divulgaran la importancia social y cultural de los estratos, algunos latentes y otros francamente activos, del mundo indígena, y que los mexicanos los asumieran como parte fundamental de su idiosincracia y sustento de su nac¡onalidad. Los escritores fueron sL¡mamente sensibles frente al entusiasmo producto de este cambio de actitud respecto de los valores culturales que aportaba nuestro pasado prehispánico, y pronto se sumaron a la corriente escribiendo obras de trascendencia universal. Canek de Ermilo Abreú Cómez, Juan Pérez /o/ote de Ricardo Pozas, Balún Canán de Rosario Castellanos y

Pedro Páramo y EI llano en llamas, ambas de Juan Rulfo, son algunos de los ejemplos más ilustres de Ia ficción que abordaría los temas del indigenismo.

A mayor abundamiento, sabios pensadores, como Conzalo Aguirre Beltrán, entre otros, estudian y anaiizan la composición étnica de nuestro pueblo y agregan, inclusive, un ingrediente que hasta enlonce( se mantenía oculto: la negritud en algunas poblaciones del país, novedad que repercutiría en la literatura en general y, más adelante, sería apoyo importante para la novela histórica que se produciría en la década de los años ochenta.

Sin embargo, durante estos años y los que siguieron hasta 1 979, con la única excepción de la obra Fuga, hierro y fuego de Paco lgnacio

Taibo t, la novela histórica estuvo ausente en nuestras letras, debido principalmente a que los autores estuvielon inmersos en la observación y descripción del puiante desarrollo de los grandes centros urbanos, tanto del país como del mundo, y sus notables convul.ione, politira" ¡ 'or iales (recordemos como el año de 1968 hubo movi mientos reivindicatorios en Alemania, Francia, Japón.y México), los efectos de la llamada guerra fría, las revoluciones sociales

de los países en desarrollo; así como influenciados por otras literaturas del orbe, preocupadas más que nada por aquellos aspectos formales Y anecdóticos qr-re incidían en la evolución estructural del discurso narrativo, y que ponían y aún Ponen en el centro de su atención la compresión literaria de los fenómenos sicológicos que influyen en los individuos y los fenómenos sociológicos que determinan la existencia de los grandes conglomerados sociales.

Autores como I uan ]osé Arreola, C¿rlos I uente', :¿lv,rdor Flizr¡ndo, J uan Carcía Ponce, Sergio Fernández, Ricardo Caribay, entre otros muchos valiosos escritores, nutrieron sus obras con inBredientes derivados del quehacer político de ia conducta individual y social y aun de la propia literatura, mas no de la historia para traduc¡r ésta a las convenciones de la ficción.

A fin de facilitar el conocimiento de las novelas históricas escritas a partir de 1980, año en que el gónero resurge con un ímpetu sorprendente, las agruparé considerando el periodo histórico que abordan, acotando que su mención es simplemente enunr i¿lir ¿ a l¿ tlaqueza de mi memori¿.

Periodo prehispánico y hasta Ia consumación de la conquista

Conzalo Cuerrerc¡ de Eugenio Aguirre (1980), obra qr-re ha sido reconocida públicamente por los escritores Carlos Montemayor y

Herminio Martínez, ambos expertos en el tema, como la novela que inaugura una nueva etapa en la producción de libros de este género en México. Esta novela relata las vicis¡tudes del primer español que adoptó como suya a una cultura prehispánica, específ icamente la maya, y que vivió dentro de la misma 25 años (1 51 i 1536), hasta su mueÉe, acaecida presumiblémente en Punta Caballo, hoy República de Honduras, luchando en contra de los españoles y en delensa de los pueblos mayas. Asimismo, esta ol¡ra recrea el mundo maya del siglo xvt y los aspectos sociales más notables durante el periodo que Conzalo Cuerrero vivió con ellos en franco proceso de acultu ración. También es[¿blcce lo< orígenes del mestizaje hispanoamericano y señala a Cuerrero como el padre d9 los primeros mestizos nacidos en el continente americano, dentro de un matri mon¡o soc¡almente legíti mo.

La novela Conzalo Cuerrero luvo sus réplicas en la década de Ios 90, en las otrras Huracán de Francis Pissani y Conzalo de Cuerrero de Salomón Conzález Carrido, que recrean el mismo tema. Muy recientemente, en el primer trimestre de 1996, apareció otra obra, Conzalo Cuerrero, memoria olvidada, que ¡ntenta ser novela pero que cumple mejor como ensayo, con el mismo título, del escritor Carlos Villa Roix.

las pueÍas del mun¡lo: una autobiografía hipócrita del almirante Cristóbal Colón, de Herminio Martínez (1992); novela que recrea el primer viaje del almirante hasta su encuentro con las primeras tierras de lo que sería América y que penetra, con lucidez, en la intimidad del navegante, sus ilusiones, sus sueños y su maravillosa locura.

En Recuerdo de Nezahualcóyotl de M¿rco Antonio C¿mpos lig95): novela escrita con una bella prosa poética que sirve como puente para unir a un poeta del siglo xv con otro del 'iglo rr. ¿ quienec une Pl decignio inquebrantable de expresar su cosmovisión a través de Flor y canto.

Nin /¿ inúlil de lgnat io Solares (1995); obra que recrea la sociedad azteca en el momento en que aparecen los conqu istadores españoles y que, med¡ante una reflexión nteftextual profu nda, cuestiona las relaciones de poder entre aztecas y españoles, así como el cruel avasallamiento que se hizo de las mujeres indígenas.

Conquista y época colonial

Diar¡a maldito de Niño de Cuzmán, de Herminio Martínez (1990); novela en la que el autor nos cuenta las aventuras de ese conquistador rebelde y se describen sus ambiciones, sus traiciones y la crueldad que le fue característica, hasta su fatal desenlace.

Memorias del Nu.evo Mundo y Vida y tiempo de Juan Cabezón de C¿'tii/a, de Homero Aridjis, en las que dicho escritor, imitando la sintaxis y el vocabulario de la época,

recrea la vida virreinal y destaca el conflicto de asombros que produjo el llamado "encuentro de dos mundos".

Somos vacas, son cerdos, de Carmen Boullosa (1995); novela que recrea la vida diaria de los hab¡l¿ntes de los primeros asentamientos en la Nueva España, así como sus conflictos pasionales.

Historiador convertido en novelista, Jean Meyer incursiona por primera vez en el género con la ot¡ra titulada A fa voz del rey 11990), en la que relata los pormenores de un levantam¡ento indígena que, en 1801, dirigió el cora cristianizado Juan Hilario, quien, con una visión mesiánica, organiza la venida de Mariano, rey que fue a Jerusalén a adorar al niño Jesús.

De muy rec¡ente aparicién, la novela hÍ eres Pedro, de Agustín Ramos (1996), narra, en una forma sumamente afortunada, los pormenores del arribo a la Nueva España, de la vida y del portentoso enriquecimiento de uno de los personajes más singulares de la colonia, Pedro Romero de Terreros, pilar de la, por entonces, floreciente mi nería novohispana, generoso filántropo y fundador de lo que hoy es el Nacional Monte de Piedad

I ndependencia

Sobre la gesta libertaria y los personajes involucrados en ella, se han publicado pocas novelas. A caballo entre el género histórico y el satírico, estiá la simpática novela de Jorge lbargüengoitia los pasos de López (1981), en la que el autor se mofa del acartonam¡ento oficial¡sta

de la figura de José María Morelos y otros personajes de la época, y parodia la conducta relór¡cd y casi siempre errática de los políticos en pos de cargo y fortuna.

Por su parte, Jean Meyer escribe y publica en 1995 la novela tos tambores de Calderón, en la que describe los hechos bélicos de la guerra de lndependencia, dastacando los horrores militares de Hidalgo y sus generales, específicamente los cometidos en la batalla de la Barranca de Calderón, muy cerca de la ciudad de Cuadalajara, donde los insurgentes fueron derrocados.

La corte de los i/usos, de Rosa Beltrán, ganadora del premio Planeta-Mort¡z 1995, es la obra de más rdiente aparición sobre este periodo histórico. En ella, Ia autora, amén de relatar el mañoso encumbramiento de Agusln de Iturbide al trono del primer imperio mexicano, penetra con aguda visión en los entretelones del "palacio" y en las intrigas de la familia del "emperador".

A mediados del siglo xtx (1850), fueron asesinados brutalmente en la ciudad de México el pintor Eggerton y su esposa, en circunst¿nci¿s lurbids que nunca pudieron aclararse cabalmente. Mario Moya Palencia, previa una lúcida investigación en fuentes históricas, recrea los hechos y hace una descripción pormenorizada del contexto y de la sociedad mexicana de la época en su novela E/ México de Eggerton 11992).

Cabe mencionar, por su importancia para el género, aunque se trata de una obra dramática, la pieza teatral, EI mart¡rio de Morelos, de Vicente Leñero, en la que el autor redime al hombre sobre el "héroe" y nos Io presenta con sus debilidades y sus fortalezas. ta mbien. l¿s biografias novel¿das. escritas con fines didácticos y divu lgadores, Valentín Cómez Farías, un hombre de dos mundos y Leona Vicario, Ia insurgente, de Eugenio Aguirre (ambas de 1982), en las que su autor, con base en una Previa investigación en fuentes históricas, ficciona la participación de dichos personajes en la gesta independentista.

Reforma y segundo imperio

Sobre la esquizofrenia mexicana de mediados del siglo xtx, qLre propició el engendro del imperio de Maximiliano, Fernando del Paso creó su célebre novela Noticias de/ ¡mperio, en la que hace alarde de su conocimiento de las diversas corrientes de investigación historiográfica y lo traduce en literatura para ofrecernos una obra de una erudición sorprendente Y una magnífica factura.

Del Paso, con la estruclura de su d¡scurso narrativo, innova el género y le da una dimensión insosPechada que. todo., debemos agradecerle. Los esfuerzos del pa(o para la restauración de la república y el obligado nomadismo de sus protagonistas, Ben¡to luárez Y

ABRIUJUNIO

Cuillerrno Prieto, entre otros, son abordados por Paco lgnacio Ta¡bo ll en su novela La lejanía del tesoro (galardonada con el premio PlanetaMortiz 1992). En ella, Taibo ll nos involucra en la aventura de los liberales por salvaguardar lo único que les queda de patria, el Archivo de la Nación, de las garras del invasor Hasburgo y de su corte de conservadores, hasta su arribo a Paso del ñorte, pequeño baluarte para conservar la dignidad y, desde ahí, recuperar el territorio nac¡onal.

Porfiriato

La crueldad represiva del régimen podirista en el exterminio de los movimientos de los obreros textileros de río Blanco y de los mineros de Cananea, dieron Pie a la creación de la novela de Heriberto F rías, 1 o móchi c, ya mencionada, que sería un antecedente fundamental para la creación posterior de la novela de la revolución. Sin embargo, como hemos dicho, esta corriente pertenece más a lo testimonial que a lo histórico.

En cambio, el caso de la escritora Silvia Molina es diferente:

A mediados del siglo xLx, los mayas se rehelaron contra sus dominadores. Apoderándose de una vasta extensión de Yucatán, casi echan a sus opresores al mar. Oficialmente, las campañas militares duraron siete años, pero nunca hubo una v¡ctoria total; los rebeldes conservaron las selvas orientales de Yucatán hasta principios del siglo xx. Este episodio de la historia de México se conoce como la Cuera de castá-§

Silvia Molina vislumbró en este material histórico el germen de una novela. Ascencrón fun (1981) es su título.

Revolución

Aunque circunscritas denfo del movimiento revoluc¡onario de -l 91 O y a pesar de que versan sobre personajes protagónicm del mismo (Francisco l. Madero y Felipe Ángeles) las novelas Madero, e/ otro y La noche de Ánge/es, ambas de lgnacio Solares, no pueden ser calificadas como novelas de la revolución, en el sentido en que esta novelística ha sido definida, pues su propósito no radica en la descripción de los acontecimientos sociopolíticos y ni siquiera de los hechos de armas en que se vieron involucrados, sino en el análisis de la fenomenología peculiar e íntima de dichos personajes y su causalidad en los hechos desvirtuaron y desviaron la trayectoria del proceso revolucion¿rio. Es a través de estas novelas que el lector puede comprender el porqué de muchas de las decisiones de Madero que lo llevaron, inclusive, a propiciar su asesinato.

México posrevolucionario

La secuela sangrienta de la revolución de 1910 y los ajustes de cuentas, no menos crueles, de los caudillos para parir la modernidad del país, continuaron sacudiendo algunas zonas urbanas y rurales importantes del altiplano mexicano,

especialmente El Bajío y Los Altos de Jalisco, con una guerra impúdica que tuvo mucho de "cruzada" y una buena dosis de obsecación por parte de los fanáticos religiosos y del gobierno en turno, representado por las figuras de Álvaro Obregón y de Plutarco Elías Calles, alias El Turco. Este conflicto armado, conocido como la guerra cristera, es narrado con lortuna por Cuillermo Chao E., en su novela titulada De los Aftos 11994).

El fanatismo religioso, estimulado por las consignas de guerra de los cristeros, quienes se amparaban en el grito de iviva Cristo Rey! para justificar la muerte de sus enemigos y perpetrar un cúmulo de atrocidades, igual de crueles que las que cometÍan los soldados del gobierno de Castilla, dio pie a la fermentación de una serie de "mártires", santones e iluminadas que, refugiándose en la ignorancia de la gente, alcanzaron la celebridad y la estampita, el agua bendita y las oraciones fervorosas en gratitud a los "milagros" que otorgaban. Teresita Urrea fue una de las más famosas. Su vida, "santidad" y "milagros" son contados, previa rigurosa investigación en fuentes históricas de otra índole, por Brianda Domecq en su novela la insól¡ta h¡stor¡a de Ia Santa Cabora (1994).

Una de las épocas más brillantes para la creación artística y el desarrollo cultural del país, se dio durante la presencia de José Vasconcelos al frente de la Secretaría de Educación Pública (1921-1924); durante el gobierno

de Álvaro Otrregón- Por primera vez el Estado se convirtió en mecenas e impulsor de las más diversas expresiones culturales, al patrocinar a innumerables artistas que, con el transcurso del tiempo, adquirieron renombre internacional. Personaje capital durante este periodo de efervescencia creativa, fue María Antonieta Rivas Mercado, quien influyó decididamente en el desarrollo del tealro y de las lelras mexicanas, al crear el Teatro Ulises y sostener al grupo de Los Contemporáneos.

Su vida, harto azarosa, es narrada amena y puntillosamente, por quien fuese su nuera, Kathryn S. Blair, en la novela titulada A la sombra del ángel \1995), obra muy bien traducida al español por Leonor Tejada.

Sobre el gobierno de Manuel Ávila Camacho, periodo en el que comienza a engrosar una clase media económicamente poderosa, emanada de los cambios revolucionarios; época de generalotes que dudosamente habrían participado en acciones bélicas, de cádillacs y de suburbios Lrrbanos con trazos y servicios ultramodernos (las Lomas de Chapultepec), así como de corruptelas y de un machismo desaforado, repre.entado éste por el hermano del presidente, Maximino Ávila Camacho, Ángeles Mastreta escribe una deliciosa sátira y la publica con el título de Arránca me la vida.

David Martín del Campo en su novela A/as de ángel, relata algunos acontecimientos i mportantes de los gobiernos de Tomás Carrido Canaba en el estado de Tabasco, y de FeliPe Carrillo Puerto, en Yucatán, así como los movimientos socialistas de la época.

Durante l¿s detad¿s de los ¿ños sesenta y setenta, surgieron varios movimientos guerrilleros en algunos estados de la república, especialmente Morelos y Cuerrero, donde la explotación y desarrollo de los campesinos se ha convertido en una trad ición oprobiosa, que pusieron en jaque Ia estabilidad polít¡ca de los gobiernos federales (Adolfo López Mateos y Custavo Díaz Ordaz), q uienes reaccionaron cruelmente y los reprimieron hasta su extinción. Carlos MontemaYor con Cuerra en el paraíso (1994), novela sumamente bien docunrentada y valiente, narra la guerra de guerrillas que sostuvo el líder magisterial Lucio Cabañas en la sierra de Cuerrero.

La historia de un movimiento de protesta por parte del proletariado yLrc¿teco. ¡r.lecido dur¿nte los ¿ños setenta, y que culminó con el asesinato de su líder, es relatada por Hernán Lara Zavala en la novela Charras (alías del líder Efraín Calderón Lara), publicada en 1993.

Varias preocupaciones estiín patentes en estas obras, a las que hay que añadir las novelas Ierra Nostra de Carlos Fuentes y A/ finai del milenio de Cerardo Cornejo: objetividad en la descripción de los hechos; absoluta libertad en la estructura formal del discurso narrativo; desmitificación de los "héroes" consagrados por el sistema político imperante a partir de la revolución de 1910; aguda crítica del comportamiento de los sistemas dominantes en cada periodo histórico; denuncia de los métodos represivos, desde la colonia hasta la actualidad; propósito didáctico intertextual en favor de los lectores.

La novela histórica, al final del siglo xx, ha logrado por fin arraigarse con fortuna en la literatura mexicana. Cada vez más, los autores acuden a las fuentes históricas para documentar las anécdotas de sus narr¿r ioncs y cilu¿r en (onlc\lo ¿ sL¡s protagonistas. Así, recrean y revaloran nuestra h¡storia con absoluta libertad, a modo de ,.oniormar un (orpu\ que satisfaga plenamente las exigencias del pú blico lector. Y

Reflexiones sobre la identidad de los pueblos

Ramón Eduardo

Ruiz, Olivix Teresa Ruiz (coordinadores)

sobre ld idenÍidad

COLEF, Tiiuana,8.C., 1996, 108 pp.

Es un lenómeno que, paradójicamente, ocurre cuando la solución a los grandes problemas regionales se haencontrado, al parece¡ en la integración de los Estados nacionales en identidades supranacionales, como ia Comunidad Europea, o en tratados como el Libre Comercio de América del Norte.

Ests renacimiento se da en todas pa¡tes. Lo mismo en países de trarlición nacionalista, como España, que en aquellos cuyo Estado se ha roto, como la ex Unión Soviética oYugoslavia. Y por supuesto, también 10 vemos en los países latinoamericanos.

En México, donde la imitación de Io fbráneo domina elpensamiento de muchos, persiste el viejo tema de 1a búsqueda de una identidad. Esta búsqueda, debido a los'lnucltos Méxicos" que hay en el país, tiene lugar en muchos niveles. Una es la dimsnsión de la identidad que prctenden los habitantes de la fiontera norte; otm, la que con la trágica insistenci¿ buscan las comunidades indígenas; otra, la de los intelectuales (Samuel Ramos, Octavic Paz, etcétera) que desde ei cenho se han puesto a retlexionar sobre el tema, y otra la que plantea la población de origen mexicano en Estados Unidos.

EI presente libro es una compilación de diferentes ensayos cuyo denominador común es el lema de la identidad, especialmente las distintas ide¡tidades queconibrman este disperso conSlomeiado de comunidades que llamamos l\4i \ rio.

Ramón Eduardo Ruiz, ^rlot de Lo grafi rebelión, Tríunfs and Tragedy: A History o the Mexican PeopLe y attoslibros sobre México y Cuba, y Olivia Teresa Ruiz, cuyos ensayos sobre mujeres fronterizas se han publicado en México y Estados Unidos. son investigadores de ElColegio de laFrontera

Lo que realmente quiere el tío Sam*

Noam Choms§ (traducción de Tomás Di Bella)

Noam Chomsky es uno de los más importantes escritores dentro de la lingüística del siglo veinte. Nacido en Filadelfia en 1928, desde 1955 ha imparrido clases en el Massachusetts Institute ofTechnology, donde se convirtió en profesor de tiempo completo a la edad de 32 años.

Si usted está acostumbrado a pensar en los Estados Unidos como el defensor de la democracia en todo el mundo enconhará casi increíble lo escrito aqui. Pero Chomsky es un investigador serio, Jos hechos en este artículo son solamente eso, y cada conclusión está basada en evidencias.

Aunado a sus trabajos de lingüística, Chomsky ha escrito muchos libros con temas de interés contemporáneo. Sus conferencias sobre política son famosas en su país y en todo el orbe. Una Iista de sus obras sería intermi¡able, pero entre las más importantes estár Deterring Democracy (1991); The Culture of Terrorism (1989); On Poner and ldeologt. the Managua Lectures (1981); At ll/ar with Asia (1970): What Uncle Sam Really Wanx (1992) -de donde se sacó este artÍculo-, y Secrets, Lies and Deuocracy {1ee4).

'Tomadodellibro Itlr¿l ¿/rclcSo R¿dltt WarR deNoa¡ Chomsl§, Odonian Press, Berkeley" Califomia. 1995.

Protegiendo el territorio

Las relaciones entre Ios Estados Unidos y otros países obviamente pueden ser rastreadas desde los orígenes de la historia americana, pero la segunda guerra mundial fue un verdadero desborde, asi que iniciemos desde ahí.

Mientras que la mayoria de sus rivales fueron profundamente debilitados si no destruidos por la guerra, los Estados Unidos se beneficiaron enormemente con ella. Su territorio nacional nunca estuvo bajo ataque y la producción estadounidense se triplicó.

Incluso antes de la guerra los Estados Unidos eran ya la nación industrial lider del mundo cosa que se ha mantenido desde el inicio del siglo. Ahora, sin embargo, poseen literalmente 50 por ciento de la riqueza del mundo y controlan ambos océanos en ambas orillas. Nunca ha habido un tiempo en la historia en que un solo poder haya tenido tan abrumador control del mundo o tan abrumadora seguridad.

La gente que determina la política de los Estados Unidos sabía plenamente que este país emergerÍa de la segunda gerra mundial como el primer poder global de la histo¡ia, y durante y después de la guerra, planeabaa cuidadosamente cómo darle forma al mundo de la posguerra. Ya que ésta "es" una sociedad abierta, podemos leer sus planes, a decir verdad, francos y claros.

Los planificadores estadounidenses -tanto los del Departamento de Estado como los del Consejo para las Relaciones Exteriores -via mediante 1a cual los lideres capitalistas ejercen su influencia en la polÍtica exterior- estuvieron de acuerdo en que el dominio de los Estados Unidos tenía que prevalecer, aunque había un abanico de opiniones de cómo hacerlo.

En el extremo de la linea dura, hay documentos como el Ncttional Security Council Memorandum 68 (1950). El NSC 68 tenía los puntos de vista del secretario de Estado Dean Acheson y tue redactado por Paul Nitze, aún activo (é1 fue uno de los negociadores de Reagan en el problema del control de almas). El documento hacía un llamado a la "estrategia de repliegue", 1a cual "nutriria las semillas de destrucción del sistema soviético" para que así se pudiera negociar un acuerdo bajo sus condiciones "con la Unión Soviética (o un Estado o Estados sucesores).

Las políticas recomendadas por el NSC ó8 requerirían de "sacrificio y disciplina" en los Estados Unidos -n otras palabras, abundante gasto militar y recorte en los servicios sociales. También sería necesario eliminar el "exceso de tole¡ancia" que permite demasiada disidencia local.

De hecho, estas políticas ya estaban siendo aplicadas. En 1949, el espionaje estadounidense en

Europa del este pidió ayuda a una red dirigida por Reinhard Gehlen, quien había dirigido la inteligencia nazi en el frente oriental. Esta red fue tan sólo una parte de la alianza EUA-nazi que rápidamente absorbió a muchos de los peores criminales, extendiendo sus operaciones hacia Latinoamérica y otros lugares. Estas operaciones incluyeron a un "ejército secreto" bajo los auspicios de EU,t y los nazis que buscaban proveer de agentes y de equipo militar a ejércitos creados por Hitler y que aún operaban a principios de los cincuenta, dentro de la Unión Soviética y Europa del este. (Esto es ampliamente conocido en EUA pero se le da muy poca importancia -aunque podría hacer pestañear a más de uno si las cosas fueran de otro modo y se hubiese descubierto que, digamos, la Unión Soviétjca Irubiera depositado agentes y equipo para ejércitos establecidos por Hitler en las Rocallosas).

El extremo liberal

ElN.tC ó8 es el extremo de la línea dura y hay que recordar que estas políticas no sólo eran en teoría, muchas de ellas ya estaban siendo aplicadas. Ahora volteemos hacia el oho extremo, hacia las "blancas palomitas". La paloma lider sin duda es Ceorge Kennan, quien era Ia cabeza del equipo de planeación del Departamento de Estado en 1950, en el momento que fue reemplazado por Nitze a propósito, eJ depaltamento de Kennan fue responsable en la creación de la red Gehlen.

Kennan fue uno de los planificadores más inteligentes y lúcidos de los EUA, y una de 1as prhcipales ñguras en la conformación del mundo de la posguerra. Sus escritos son un ejemplo muy jlustrativo del punto de vista palomo. Para entender bien a este país uno de los documentos que uno debe de leer es el Policy Planning Study 23, escrrto pot Kennan para el equipo de planeación del Departamento de Estado en 1948. He aquí algo de lo que dice;

tenemos alrededor del50 por ciento ds la riqueza del mr¡ndo, pero tan sólo el6.3 de su población... En esfa situación, no podomos evitar ser objeto de ervidia y resentimiento. Nuestro verdadero objetivo para el periodo i¡mediato, es diseñar un patrón de relaciones que nos permita mantener esta posición de disparidad -. Para lograrlo, tendremos quc desechar todo vestigio de sentimentalismo y ensueño; nuest.a atención tendrá que concentrarse en todas partes donde estén nuestros obietivos nac¡onáles.-. Debemos de deiar de hablar de cosas vagas... objetivos irreales tales como de¡echos humanos. la elevación del nivel de vida y democratización. No está lejos el día en que telgamos que lidiar con conceptos directos de poder. Entre menos lastre de Iemas idealistas. mejor.

Dl PPS 23 fue, desde luego, un documento secreto Pa¡a apaciguar a las masas, fue necesario hace¡ ruido con los lemas ¡deali\tas" (como aún se sigue haciendo), sólo que aquí los planificadores hablaban entre ellos.

Dentro de las mismas líneas, en 1950, en un resumen para embajadores estadounidenses en paises de Latinoamérica, Kennan hizo la observación de que Ja política exterior de los EUA debe ser "la protección de nuestras materias primas" (es decir, las de Latinoamérica). Por lo tanto, debemos de combatir -que según reportes de la inteligencia estadounidense, se esparcia por toda Latinoamérica "la herética idea de que el gobierno tiene responsabilidad directa en el bi---"+., áFI ñ¡¡chl^,,

llhe Dause that refreshes

Los planificadores estadounidenses llamaron a esa idea comunismo, no importando cuáles eran realmente los puntos de vista políticos del pueblo. Pueden ser jncluso grupos con una base religiosa o lo que sea, pero si apoyaban esta herejía, ellos son comunistas.

Esta añrmación también se aclaró en la opinión pública. Por ejemplo, en 1955 un grupo de altos estudios declaró que la principal amenaza de los poderes comunistas (el verdadero significado del comunismo en la práctica) es su negativa a interpretar su papel de servicio o sea "complementar las economías industriales de occidente".

Kennan continúa explicando el sentido que debemos usar en contra de nuestros enemigos cuando son victimas de esta hereiía:

La respuesta definitiva quizás no sea muy agradable, pero... uno no debe titubear ante la represióa policiaca del gobierno local. No es algo vergonzoso ya que esencialme¡te los comunistas son traido¡es Es mejor tene¡ a un régimen fuerte que a ün gobierno liberal si éste es indulgente y relajado y es penetrado por Ios comunistas.

Las políticas de este tipo no se iniciaron con Iiberales de la posguena como Kennan. Tal como treinta años antes, el secretario de Estado de Woodrow Witson lo declaró, el signihcado práctico de la Doctrina Monroe es que "los Estados Unidos consideran sus propios intereses. La integridad de otros paises americanos es incidental, no un fin."

Wilson, el gran apóstol de la autodeterminación, estuvo de acuerdo en que el argumento era "irrefutable", aunque no hubiese sido "sabio" presentarlo públicamente.

La gran área

Durante [a segunda guera mundial, algunos investigadores del Departamento de Estado y del Consejo de Relaciones Exteriores desarrollaron algunos planes para el mundo de la posguerra, en términos de lo que ellos llamaron la "Gran Area", zona que debería estar subordinada a las necesidades de la economía estadounidense. En esta Gran Area

debía incluirse al hemisferio occidental, Europa del este, el lejano oriente, el ex imperio británico (que ahora estaba siendo desmantelado), los incomparables recursos energéticos del medio oriente (que en ese momento estaban pasando a manos de Eue al eliminar a sus rivales Francia e Inglaterra), el resto del tercer mundo y si fuese posible, todo el globo. Estos planes fueron aplicados según se fue dando la oportunidad.

A cada parte de este nuevo orden del mundo se le asignó una función específica. Los países industriales serian guiados por los "grandes talleres", Alemania y Japón, que ya habían demostrado su resistencia durante [a guerra (y ahora estarían trabajando bajo supervisión de Ios Eslados Unidos).

El tercer mundo debía -<omo en 1949 un memorando del Departamento de Estado lo establecía- de "cumplir con su principal papel de fuente de materias primas y como un mercado" para las sociedades capitalistas industrializadas.

Sería "explotada" (palabras de Kennan) para Ia reconstrucción de Europa y Japón. (Las referencias son para el sudeste as¡ático y para Álrica. pero el sentido es en general.)

Kennan incluso sugirió que Europa podria sentir un bienestar psicológico con el proyecto de "explotar" al Africa. Naturalmente nadie sugirió que África debería de explotar a Europa para su reconstrucción, y quizás también para mejorar su sanidad mental. Estos documentos publicados y declasificados son leídos únicamente por estudiantes, quienes aparentemente no encuentran nada raro o desagradable en todo esto.

La guerra de Vietnam surgió a padir de Ia necesidad de asegurar este papel de servicio. Los vietnamitas nacionalistas no querían aceptar este papel, así que tenían que ser aplastados. La amenaza no era que fueran a conquistar a alguien. sino que podrían dar un peligroso ejemplo de independencia nacional que podría inspirar a otras naciones de la región.

El gobierno de los Estados Unidos tenía que jugar dos grandes roles. El primero era asegurar los violentados dominios de 1a Gran Á¡ea.

Para asegurarse de que nadie interfiriera con esta tarea, habria que asumir una postura bastante intimidante -lo que explica la acelerada producción de las armas nucleares.

El segundo rol del gobiemo era organizar un subsidio público para una industria de alta tecnología. Por varias razones, el método adoptado, en gran parte, ha sido el gasto militar.

El lib¡e comercio está bien para departamentos de economía y editoriales en la prensa, pero nadie en el mundo corporativo o en el gobierno toma en serio la doctrina. Las partes de la economía estadounidense que pueden competir intemacionalmente son

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inicialmente subsidiadas por el Estado: capital intensivo en la agrictlnra (agribaslness lo llaman), industria de alta tecnología, farmacéuticos, biotecnologia, etcétera.

Lo mismo funciona para otras sociedades industriales. EI gobiemo de los Estados Unidos tiene el gasto público para investigación y desaüollo y provee, principalmente con ayuda de los militares, un mercado para producto sobrante y garantizado por el Estado. Si algo es sujeto de mercado, vendible, el sector privado se adueña de é1. Ese sistema de subsidio público y ganancia privada es lo que ellos Ilaman libre empresa.

Restaurando el orden tradicional

Los planificadores de Ia posguerra como Kennan, se dieron cuenta de inmediato de que iba a ser vital para la salud de las corporaciones estadounidenses, de que las otras sociedades industriales de Occidente. se recuperaran de los daños de la guera para que pudieran importar bienes producidos por EUA y a la vez proveyeran de oportunidades de inversión.

(Incluyo aquí a Japón como parte de Occidente debido a que después de la Convención de Sudáfrica se estuvo de acuerdo en tratar a los japonenes como "blancos honorarios"). Pero era crucial que estas sociedades se reconstruyeran de una manera bien específica.

El orden tradicional de la derecha tenía que restaurarse. con un dominio de los negocios. y una fuerza laboral dividida y debilitada, y la carga de la reconstrucción sobre los hombros de la clase trabajadora y los pobres.

Lo primero que se interponía en el camino de este plan era la resistencia antifacista, de manera que fue perseguida en todo el mundo, a menudo instalando a facistas y colaboradores nazis en su lugar. Algunas veces eso requería de una extrema violencia, pero en otras ocasioles se lograba con medidas más mesuradas, como subvitiendo las elecciones o retertiendo alimentos necesitados con desesperación. (Este tema debería ser el capítulo pdncipal en cualquier historia honesta del periodo de la posguerra, pero de hecho raramente es discutido.)

El patrón fue instalado en 1942, cuando el presidente Roosevelt colocó al almirante francés, Jean Darlan, como gobemador general de roda Á lrica del norte francesa. Darlan era uno de los principales colabo¡adores nazis y el autor de Ias leyes antisemíticas promulgadas por el gobiemo de Vichy (el gobierno títere de los nazis en Francia).

Pero de mucha más impofancia fue el área de la Europa liberada -el sur de Italia, donde los Estados Unidos, siguiendo el consejo de Churchill, impuso una dictadura derechista encabezada por el héroe de guerra fascista, mariscal de campo Badoglio y el rey, Víctor Emmanuel IIl, quien también era un colaborador fascista.

Los planifi cadores estadounidenses reconocieron que la "amenza" en Europa no era la agresión soviética (y que sesudos analistas como Dwight Eisenhower no pudieron anticipar) sino la resistencia antifascista emanada de los campesinos y los trabajadores con sus radicales ideas democráticas, así como la presencia y poder político de los partidos comunistas locales.

Para prevenir un colapso económico con el cual pudiesen ensanchar su influencia. y para reconslruir a Ios Estados capitalistas de Europa occidental, los Estados Unidos establecieron el Plan Marshall (dentro del cual entre 1948 y 1951 a Europa se le proveyó con más de doce billones de dólares en préstamos y donaciones, fondos usados para comprar un tercio de las exportaciones de EUA a Europa en el año crucial de 1949.)

En Italia, un movimiento de los obreros y campesinos dirigido por el partido comunista, durante la guerra había derrotado a seis divisiones alemanas y liberado el norte de ltalia. Cuando las fuerzas estadounidenses avanzaron dentro de Italia, dispersaron esta resiste[cia antifascista y restablecieron la estuctura básica del régimen fascista de antes de Ia guerra.

Italia ha sido una de las princiaples áreas para la subversión de la cla desde que la agencia fue fundada. A la CIA le preocupaba que los comunistas adquirieran poder legalmente en las elecciones cruciales de 1948. Muchas técnicas fueron usadas, incluyendo la restauración de 1a policía fascista, desmartelando los sindicatos y no distribuyendo alimento. Pero aun con esto no era factible que el partido comunista pudiera ser derrotado.

EI primer memorándum de Ia National Security Council, NSC I (1948), especificaba una serie de medidas que los Estados Unidos debían de tomar si los comunistas ganaban esas elecciones. Uno de estos planes era una intervención armada, traducida en ayuda militar para operaciones secretas en Italia.

Algunas personas, especialmente George Kennan, apoyaban la intervención militar incluso antes de las elecciones -no queria arriesgarse. Pero otros lo convencieron de que se podía solucionar con la subversión de las elecciones, cosa que resultó ser correcta.

En Grecia, las tropas inglesas enkaron después de que los nazis se habian replegado. lmpusieron un régimen corrupto el cual provocó una nueva resistencia, y la Grart Bretaña, en su declinación de posguerra, no pudo mantener el control. Los Estados Unidos enfaron en 1947, llevando a cabo una guerra asesina con un saldo de 160 000 muertes.

Esta gueffa provocó torturas, exilio político de miles de griegos y la creación de lo que ellos llaman "campos de reeducación" para otros miles, asi como la destrucción de los sindicatos y de cualquier posibilidad de independencia política.

Esto colocó a Grecia en las manos de inversionistas estadounidenses y de empresarios locales mientras que la mayoria de Ia población tuvo que emigrar para sobrevivir. Los beneficiados fueron Ios colabo¡adores nazis, mientras que las principales víctimas fueron los trabajadores y los campesinos de la resistencia antifascista.

Esa exitosa defensa de Grecia contra su propio pueblo fue el modelo para la guerra de Vietnam como bien Io explicó Adlai Stevenson a las.Naciones Unidas en 1964. Los consejeros de Reagan usaron exactamente el mismo modelo en Centroamérica y el patrón ha sido utilizado en muchos otros lugares.

En e[ Japón, Washington inició en 1947, el llamado "reverse course" que eliminó algunas medidas tomadas en favor de la democracia por la administración militar del general MacArthur. Este curso ¡eversivo eliminó a los sindicatos y otras fuerzas democráticas y puso al pafs en manos de elementos corporativos que habían apoyado al fascismo japonés, un sistema de poder estatal y privado que aún prevalece.

Cuando las fuerzas de Estados Unidos entraron en Corea en 1945, dispersaron al gobierno popular, consistente principalmente de antifascistas que resistieron a los japoneses, e inauguraron una brutal represión, utilizando a la policía fascista japonesa y algunos coreanos que habían colaborado con ellos durante la ocupación japonesa. Antes de lo que hoy conocemos como la guerra de Corea, hubo más de 100 000 muertes en Corea del sur, incluyendo a 40 000 asesinados durante una rebelión en una aldea de la región, en Ia isla de Cheju.

fJn golpe de estado fascista en Colombia, inspirado por la España de Franco, no provocó protesta alguna por parte del gobiemo de los Estados Uridos; tampoco un golpe militar en Venezuela, ni la restauración de un admirador del lascismo en Panamá. Pero el primer gobierno democrático en la histo¡ia de Guatemala y que había tomado como modelo el New Deal de Roosevelt. produjo un antagonismo amargo por parte de los EUA.

En 1954 la cIA maquinó un golpe que convirtió a Guatemala en un infiemo terrenal. Así se ha mantenido desde entonces, con intervenciones regulares de EUA, principalmente bajo los gobiemos de Kenned¡ y Johnson.

Un aspecto importante, al suprimir Ia resistencia antifascista, fue el reclutamiento de criminales de guerra como Klaus Barbie, un oficial de la ss que habia sido jefe de la Gestapo en Lyon, Frahcia. Ahí fue donde se ganó el apodo: el Carnicero de Lyon. Aunque fue directamente responsable de muchos crímenes, el ejército de EUA lo puso a cargo del espionaje en Francia.

Cuando finalmente en 1982, Barbie fue llevado de nuevo a Francia para serjuzgado como criminal de guera, su utilización como agente fue explicado de la siguiente manera por el coronel (retirado) Eugene Kolb del cuerpo de contrainteligencia del ejército estadounidense : "necesitábamos desesperadamente sus habilidades... Sus actividades habían sido di¡ectamente en contra del ilegal partido comunista francés y Ia resistencia," ahora el principal objetivo a reprimir por los libemdores estadounidenses.

Ya que los Estados Unidos continuaban el trabajo donde los nazis se habían quedado, era perfectamente entendible emplear especialistas en actividades de antirresistencia. Después, cuando fue dificultoso o imposible proteger a estas útiles personas en Europa, muchos de ellos (incluyendo a Barbie) fueron enviados a Estados Unidos o Latinoamérica, a menudo con ayuda del Vaticano y sacerdotes fascistas.

Ahí se convirtieron en concejeros militares para Estados policiacos apoyados por euA y modelados a imagen, muchas veces abie amente, del Terce¡ Reich. También se convirtieron en l¡aficantes de drogas, vendedores de armas, teroristas y educadores -enseñando técnicas de tortura diseñadas por la Gestapo. Algunos de los estudiantas de los nazis teminaron en América Central, estableciéndose así un enlace directo entre los campos de muerte y los escuadrones de la muerte todo gracias a la alianza de posguera entre EUA y la Ss.

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El compromiso con la democracia

En todos los documentos de las altas esferas, los planificadores estadounidenses insistieron en el punto de vista de que la principal amenaza pata un mundo lidereado por los Estados Unidos era el nacionalismo del tercer mundo -muchas veces llamado ultranacionalismo: "regímenes nacionalistas" qüe atienden "demandas populares por el bajo nivel de vida de las masas" y producción para las necesidades básicas.

Los principales objetivos de los planificadores, repetidos una y otra vez, son el prevenir que tales regímenes "ultranacionalistas" lleguen al poder o si de chiripa toman el poder, derrocarlos instalando un gobiemo que favoreciese Ia inversión privada del capital nacional y extranjero y la producción para exportación, así como el derecho a sacar las ganancias del país. (Estos objetivos nunca son planteados en los documentos. Para un planificador de Ia política de EUA, son como el aire que resPira.)

La oposición a la democracia o a la reforma social jamás es popular en el pais víctima. No se puede convencer a mucha gente acerca de ello, a menos que pertenezcan al pequeño grupo conectado con el negocio estadounidense y que va a beneficiarse con esta mancuema.

Por ello, los Estados Unidos confÍan en la fuerza y hacen alianzas con los militares -+omo los planificadores de la administ¡ación de Kennedy lo dijeron: el grupo polilico lalinoamericano menos anligringo para poder utilizarlos en el aplastamiento de cualquier movimiento popular nativo que esté fuera de control. Los Estados Unidos estii'n dispuestos a tolerar la reforma social -como en Costa Rica, por ejemplo

únicamente cuando los derechos laborales son suprimidos y es preservado un clima para la inversión extranjera. Es debido a que el gobierno de Costa Rica siempre ha respetado estos dos imperativos. que se le ha permitido jugar con sus reformas.

Otro problema que ha sido muchas veces planteado en estos documentos secretos, es el exceso.de libe¡alismo en los países del tercer mundo. (Ese era un problema específico en Latinoamérica, donde los gobiemos no estaban lo suficientemente abocados al contIol ideológico y a las restricciones para trasladarse de un lugar a otro, y en donde el sistema Iegal era tan deficiente que se necasitaban evidencias para procesar los crímenes.)

Éste fue un constante lamento durante la administración Kennedy (posterior a este régimen los archivos documentales no han sido declasificados).

Los liberales kennedyanos fueron inflexibles acerca de la necesidad de eliminar los excesos democráticos que daban puerta a la "subversión" se referian, desde tuego. a la gente que tiene ideas contrarias

Sin embargo, a los Estados Unidos no les faltaba compasión para los pobres. Por ejemplo, a mitad de los cincuenta, nuestro embajador en Costa Rica recomendó que la United Fruit Company -básicamente dueña de Costa Rica-, introdujera "algunas baratijas humanistas, superficiales y relativamente simptes para los trabajadores, las cuales pudiesen tener un gmn efecto sicológico".

El secretario de Estado John Foster Dulles estuYo de acuerdo, diciéndole al presidente Eisenhower que para tener formaditos a los latinoamericanos "tienes que palmearlos un poquito y hacerlos pensar que te caen bien".

Debido a todo lo anterior es qüe es fácil entender las políticas de tos Estados Unidos en Latinoamérica. Si los resultados de la democracia son incontrolables, hay que oponerse a ella. EI problema con las verdaderas democracias es que pueden ser presa fácil de la herejía que dice que los gobiemos deben de responder a las necesidades de sus pueblos, en vez de las de 1os inversionistas estadounidenses

Un estudio sobre el sislema interamericano publicado por el Royal lnstitute of Intemational Affairs de Londres, concluyó que mientras los Estados Unidos defienden la democracia de dientes para afuera, el verdadero compromiso es hacia Ias "empresas capitalistas privadas." Cuando los derechos de los inversionistas son amenazados la democracia tiene que desaparecer; si estos derechos son bien resguardados. les irá bien a los asesinos y torturadores.

Gobiemos parlamentarios fueron excluidos o denocados con ayuda de los EUA y algunas veces con intervención directa en lrán en 1953, en Guatemala en

1954 y en I 963 cuando Kennedy apoyó un golpe militar para prevenir la amenaza de un regreso a la democracia, en la República Dominicana en 1963 y 1965, en Brasil en 1964, en Chile en 1973, y a menudo en otros lugares. La politica ha sido más o menos la misma en El Salvador y en muchas otras partes del mundo.

Los métodos no han sido muy bonitos. Lo que los contras auspiciados por EUA hicieron en Nicaragua o lo que nuestros apoderados terroristas hacen en el Salvador o en Guatemala, no es nada más matar. Un elemento principal es la brutal tortura -golpear niños contra las rocas, colgar mujeres de los pies con sus senos cortados y sin piel para desangrarse hasta la muerte, cortar cabezas y colocaxlas €n estacas. La cuestión es aplastar a las fuerzas populares y su nacionalismo independentista que pueda hacer surgü una signifi cativa democracia.

La amenaza de un buen ejemplo Ningún país estii exento de este tratamiento, no importa que tan insignificante sea. De hecho son los países más débiles los que provocan la más grande histeria.

Por ejemplo Laos en 1960, probablemente el país más pobre del mundo. La mayoría de la gente que vivía ahí ni siquiera sabia que existía un pais llamado Laos; tan sélo sabían que tenían una pequeña aldea y que un poco mrás altá había otra.

Pero tari pronto un pequeño movimiento de revolución social empeá a desarrollarse, Washington sometió a Laos a un asesino "bombardeo secreto" que virtualmente barrió grandes extensiones de lugares poblados y que como se supo después, nada tenían que ver con la guerra que los EUA tenían contra Vietnam del su¡.

El país de Grenada tiene una población de cien mil personas que producen una pequeña nuez moscada y es dificil de encontrarlo en el mapa. Pero cuando Grenada empezó a organizar una revolución social, Washington se movilizó rápidamente para destruir la amena7.a.

Desde la revolución bolchevique de 1917 hasta el colapso de los gobiernos comunistas de Europa del este a finales de los ochenta, fue posible justificar todo ataque estadounidense como de defensa en contra de la amenaza soviética. Así que cuando los Estados Unidos invadieron G¡enada en 1983, eljefe de las fuerzas militares explicó que si se diera el caso de un ataque de los soviéticos hacia Europa occidental, una Grenada hostil podría vetar un cargamento de combustible que viniese del Caribe y nosotros no podríamos ayudar a nuestros aliados de Europa occidental. Esto puede antojarse cómico, pero

esa clase de cuentos produce ayuda pública para la agresión, terror y subversión.

El ataque en contra de Nicaragua fue justificado por el argumento de que si no los paramos a "ellos" allá, se nos van a dejar venir hacia la frontera por Texas. (Para personas educadas hay variantes más sofisticadas, pero igual de plausibles.)

Para los negocios de los Estados Unidos, Nicaragua puede desaparecer y nadie lo notará. Lo mismo piensan de El Salvador. Pero los dos países han sido víctimas de cobardes ataques por parte de los Estados Unidos con un costo de cientos de miles de vidas y billones de dólares.

Existe una razón para ello. Entre más débil y pobre es un país, más peligroso se toma como ejemplo a seguir. Si un pals tan pequeño como Grenada puede tener éxito al procurar un mejor nivel de vida para su pueblo, otro lugar con mucho más lecursos puede preguntarse "¿Y nosotros por qué no?"

Incluso en Indochina esto fue asi. pais que es bastante grande y tiene bastantes recursos. Aunque Eisenhower y sus consejeros vociferaron mucho acerca del arroz, el estaño y el hule, el verdadero temor era que si el pueblo de Indochina lograba independencia y justicia, el pueblo de Thailandia lo emularía, y si eso funcionaba, también lo intentaria Malaya, y después lndondesia seguirÍa el camino de la independencia y para entonces un espacio sienificativo de la Gran Área se hubiese perdido.

Esta teoría de "la manzana podrida", para el consumo público es llamada la teoría del dominó. La versión usada para asustar a la opinión pública pone a Ho Chi Minh subiéndose en una canoa y arribando a Ias costas de California.

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tM SENDlh¡G CHESfIftFIEL§S ro oll mv {rierd'. fhort th€ meriest Chrktños o¡v tnoke' 'on hovenpleosonl of,e,_tosre

Si se quiere un sistema global subordinado a los intereses y las necesidades de los inve¡sionistas de EUA, no se puede dejar ciertas piezas de este sistema a su libre albedrío. Es sorprendente cómo esto es declarado constantemente, incluso públicamente. Un ejemplo de ello lte Chile bajo el régimen de Allende.

Chile es un país grande, con muchos tecursos naturales, sin embargo, Estados Unidos no iba a colapsarse si Chile llegaba a ser independiente. ¿Por qué les preocupaba tanto? Según Kissinger, Chile era un "virus" que "infectaría" toda la región y cuyos efectos se sentirían hasta Italia.

A pesar de 40 años de subversión y espionaje, Italia aún tiene un movimiento laboral Un gobierno con democracia social mandaria un mensaje no conveniente a los votantes italianos. ¿Que tal si adquieren ideas raras acerca de tomar el control de su propio pais y quieran revivir el movimiento de los tuabajadores eliminado por la ctA en 1940?

Los planiñcadores estadounidenses, desde el secretario de Estado Dean Acheson por allá por los cuarenta hasta el presente, han prevenido que "una manzana podrida echa a perder a las demás" El peligro es que la "pudrición" -el desarrollo social y económico- puede esParcirse.

Quizás algunos líderes estadounidenses se crean estas tonterías -es posible , pero no los planificadores. Estos entienden que la verdadera amenaza es el "buen ejemPlo".

Algunas veces esto es explicado con suma claridácl. Cuando los Estados Unidos estabah planeando derrocar la democracia guatemalteca en 1954, un vocero del Departamento de Estado dijo que

Guat€mala se ha co¡vertido €n una amenaza creciente para la estabilidad de Honduras y EI Salvador' Su reforma agraria es una poderosa arma propagandística; su gran programa social de ayuda al trabajador y al campesino en una lucha victoriosa en contra de las clases altas y las empresas exkanieras, hace que sl¡s vecinos centroamericanos simpaticen con ello

En otras palabras, lo que Estados Unidos quiere es "estabilidad", significando con ello seguridad para "las clases altas y las empresas extranjeras". Si eso se puede lograr con los instrumentos formales de la democracia, bien. Si no, la "amenaza a la estabilidad" provocada por un buen ejemplo, tiene qrle ser destruida antes de que el virus infecte a los demás Es por eso que hasta la más mínima manchita provoque una amenaza y tenga que ser aplastada'

El mundo de tres lados

Desde el principio de los setenta, el mundo se ha enfilado hacia lo que se llama el tripolarismo o trilateralismo -ü€s grandes bloques económicos que compiten enüe sí. EI primero es un bloque basado en el yen, Japón como su centro y las ex colonias japonesas como su Periferia.

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En Ios años treinta y cuarenta Japón llamó a eso La Gran Esfera de Coprosperidad de Asia del Este. EI conflicto con los Estados Unidos surgió a partir de que Japón intentó el mismo tipo de control que los poderes occidentales ejercitaban en sus propias zonas. Pero después de la guerra, nosotros les reconstruimos la región. Después no hubo problema con que Japón explotara la zona -solamente que lo tenían que hacer bajo nuestro arco de poder.

Se han escrito muchas tonterías acerca de que, por el hecho de que Japón se convirtió en un gran competidor, es prueba de 1o honorable que somos y de cómo ayudamos a nuestros enemigos. Sin embargo, las verdaderas opciones políticas eran más estrechas. Una era r€staurar el imperio japonés, pero ahora bajo nuestro control (ést¿ fue la política a seguir).

La otra opción er¿ mantenerse fuera de la región y permitir a Japón y al resto de Asia seguir su propio camino independiente y excluirlo de la Gran Área de dominio estadounidense. Eso era impensable.

Además, después de la segunda guerra, Japón no era considerado como un posible competidor, ni siquiera incluso en un remoto futuro. Se asumió que en algún momento dado, Japón podría producir algunas chucherías y n¿da más. (Había en esto un fuerte elemento racista).

La recuperación de Japón se debe en gran parte debido a ta guerra de Corea y la guerra de Vietnam, que estimuló la producción japonesa y le procuró incalculables ganancias.

Algunos de los planificadores de la posguerra teníar una visión más adelantad4 entre ellos George Kennan. Él propuso que los Estados Unidos animara a Japón a industrializarse, pero con una iimitación; los EUA controlaría¡ las importaciones japonesas de petróleo. Kennan añrmaba que esto nos permitiría "poder de veto" sobre Japón en caso de que algo saliera mal. Los Estados Unidos siguieron este consejo

manteniendo el control de las reservas de petróleo y Ias refmerías japonesas. Todavía hasta 1970 Japón solamente controlaba 10 por ciento de sus reservas.

Es una de las principales razones por 10 que EUA siempre ha estado interesado en el petróleo del Medio Oriente. No necesitábamos el petróleo nosotlos; hasta 1968, los Estados Unidos tenían el primer lugar a nivel mundial en producción de petróleo. Pero sí queremos mantener este nivel de poder rirundial, y aseguramos de que las ganancias fluyan principalmente a EUA e Inglaterra.

Es una de las razones por las que se han mantenido bases militares en tas Filipinas. Son parte de un sistema global de intervención dirigido al Medio Oriente para asegurarse de que las fuerzas autóctonas no sucumban al "ultranacionalismo".

El segundo gran bloque de competencia está basado en Europa y es dominado por Alemania. Ha tomado una gran delantera con Ia consolidación del Mercado Común Europeo. Europa tiene una economía más grande que EUA, una población más grande y mejor educada.

Si alguna vez se forma en un poder integrado, los Estados Unidos pueden convertifse en un poder de segunda. Esto puede ser todavía más, si la Europa germrínica se coloca como líder para utilizar a Europa del este y coloqarla en su papel de colonia económica y parte del tercer mundo.

El tercer bloque es el que está dominado por los EUA y está basado en el dólar. Recientemente se extendió para incorporar a Canadá, nuestro más grande socio comercial y muy pronto será incluido México y otras partes del hemisferio, a través de los "tratados de libre comercio" diseñados principalmente para favorecer los intereses de los inversionistas estadounidenses y sus asociados.

Los Estados Unidos siempre har asumido que Latinoamérica les pertenece por derecho. Como una vez Io dijeron Henry Stimson (secretario de Guerra bajo Roosevelt, y Taft, secretario de Guerra bajo Hoover) es "nuesüa pequeña región de por acá, que nunca ha molestado a nadie". Asegurar el bloque basado en el dólar significa que seguirá el impedimento para el desarrollo de la independencia en Centroamérica y el Caribe.

A menos que se entienda la lucha en contra de nuestros rivales industriales y el tercer mundo, la política exterior de los Estados Unidos aparece como una serie de errores al azar, inconsistencias y confusiones. De hecho, nuestros lideres han tenido éxito en sus misiones, dentro de los límites de credibilidad. Y

liigl¡ Noon for &¡merica! &llies

.-. e levanlé. me oeiné. me Duse

El l.r. ,r.,r,.,. , lá dii. ¿diós ¿ mi V mrmi. A mit¿cl del cdmino volteé al cielo y miré una nave de la que bajó un mono pelón, flaco y de mi tamaño. Abre la puerta de la nave y me dice:

-2Vamos a pasear?

-Sí -le dije. Y me llevó en su nave.

-Cómo te Ilamas?

-Morret -contestó.

-¿Y tú? --dloria.

Fuimos a Mercurio, que era muy cal¡ente. V¡mos un pájaro con ojos saltones que parecía un candado. Depués me llevó a Venus, t¿mbién er¿ caliente y sus árboles parecían carros. Marte era un poco frío.

Y luego en lúpiter -donde vivíahabía muchos como él y las casas eran como árboles. De ahí me llevó a Saturno y me paseé en sus cuatro anillos, eso fue muy divertido.

-tAPO-

--. ntonces el saoo asomó Gl n .rhez¿ deit¡oando Y l, alc¡ntarilla v se encontró con ,1u" "rábo "n l'.lueva York. Salió y quiso ser famoso. Y lo logró. Hizo canciones muy bonitas y dio un concierto y canfó Cro-croxcrox.

En Nueva York, donde está la Estatua de la Libertad y todos somos libres, Iibres, libres, pero tan tan, el sapo miró que no podía ganarle al Sapo Maravilla a quien le aplaud ieron más, y salió

Uranio era aburrido y mejor llegamos a Plutón que era muy chiquito De regreso aJúpiter frrimos de noche a las estrellas que son muy bonitas y la Luna que tiene muchos hoyos como si le huk¡ieran caído meteoritos. Cuando salió el Sol lo vimos de lejos porque es muy caliente. Me despedí de su familia y me dejó en la escuela. Nadie me creyó cuando les dije por qué no vine ayer a la escuela. Mis am¡gas dijeron que era un sueño. La maestra tampoco me creyó. Yo me decía "qué hará Morref' y él se preguntaba "qué hará Cloria".

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llorando y deseando regresar de donde vino. Pero una niña que lo miró llorando Ie pidió su autógrafo y el sapo le confó toda su histor¡a. "No importa -dijo la niña hay mucha gente a la que sí le agradas, un artista no le puede agradar a toda la gente del mundo". Y así él si6uió siendo artista.Y

lLVd ¿ir"Pi:.d! '*'1!"' (,rÓÉ4'¡" '1 i'o " *Miembrc deltallet Arcdr¡s (SttsS) coord¡nado pot Alejandrc F- Espinoza.

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c ublicar Yubar a

La revista Yubai, del área de humanidades, es una publicación trimestral de la Universidad Autónoma de Baja California, destinada a establecer un puente de comunicación entre la comunidad artística y cultural de la universidad y el público en general.

Los artículos p¡opuestos serán evaluados por especialistas, a través del Comité Editorial de la revista- v deberán tener las siguientes características:

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6. En caso de anotar la referencia del articulo. ésta deberá indicarse con un superíndice, numerado en orden creciente conforme se citen en el texto.

7. La bibliogralia deberá citarse de la siguiente manera:

GARCÍA Diego, lavier, Esteban Cantú y la reyolución const¡tuc¡onalisla enel Distrifo Norle de la Baja Calfornio, mecanografiado inédito, pp. 6, 10, 1 I, 15.

BENITEZ, Femando, EI libro de 1o,r ¿/esaslres. México. Era, 1988, p. 35.

MORENO Mena, José A. "L,os niños.iornaleros agrícotas: un futuro incierto", Semillero de ídeos. núm. 3, junioagosto, 1993.

8. En relación con los titulos es preferible seleccionar uno cofio y que sea accesible y atractivo para todos los lectores. Considere que un buen títuloy el uso de subtitulos constituyen una forma infalible de captar la atención del lector. El contité técnico-editorial de f¿láal se tomará la libertad de sugerir al autor cambios en el titulo del afiículo y adecuaciones en su [orr¡ato cuando lo consiJcre necesario

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(Coedición SEP-UABC) )

La frotutera misional dorninica en Bdjd Califorrria

Peveril Meigs aporta et este Iihro un caudal ds información de primera mano. Sus pesquisas documentales las realizó sobre todo en archivos de California donde se consefvaron no pocos testimonios pertinentes.

Apu Íes .le ufi aje pot los dos océtthos. el interiot de Arn¿ticd y de uho gueüa ciril en el norle de la Baja CaliÍomia IIMMil

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¿,sIe lrori É\ ul]a ilm(nil descripción de algunas dc las erperienci¡s del padre Hcnry I A. Alric. rn la región tionteriza de Baja California a l¡ quc por lej¿na y casi dcsconocida. se le llamaba I-a

La conlfore8ia acercd de la polltica de colonización en Baia Cúliforüa

(r¡rlos l¡nrhrr0 I Il trucl

y'os textos reunidos en este volumen, la Exposíción sobre la colonización de h Baja CaliÍornia y el Informe sobre las actividades colonizadoras en la penínsul4 tienen una relación muy lntima y directa entre si.

Guillermo Andrade y el rlesarrullo .lel delta nexicdno .lel Río Colorddo- 1874-1905

4 fines del siglo xx, Guillermo Andrade, naviero sonorense, logró mediante una serie d€ concesiones, adueñarse de las 400 000 hectáreas que forman la parte mexicana del delta del Rio Colorado, zona en donde se desarrolló posferiormente el valle de Mexicali.

Hisforio de li colohixación de la Baid C¡tlifott ia y decreto del l0 de hirzo d¿ 1857

áte libro trata sobre las cuestiones de tenencia de la tiefta en la región, desde la época prehispánica hasta mediados del siglo xrx, cuando fue escrito.

Mar Roxo de Co és, Biogralío de an 8olÍo @

Tncansable navegante enamorado de la peninsula de Baja California, Fernando lotdán y Pilo, su liel amigo, a bordo de una pequefia embarcació¡ recoüieron Ia costa p€ninsular del golfo de Calilornia, descubriendo sus islas, bahlas, poblaciones y riquezas naturales y humanas.

wene en I'

Obra plástica de Norma Michel

Políticas culturales: modelos para armar por Sergio R. Alfonso

La otra realidad de Carlos Castaneda por Cuillermo Marín

Historiografía de Baja California por Cabriel Trujillo Muñoz

En poesía:

Raúl Chollet, Carlos Martínez, Rocío Robles, Claudia lazmín, lvonne Arballo

La narrativa de: Cuadalupe de la Cruz, Adriana Jacques, Karla Mora

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