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Odette Brrajas

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Informe sobrc el Distrito Norte de la Baia California
Modesto C. Rolland
Del Gr¡jalva al Colorado. Recuerdos y v¡vencias de un político
M¡lton Castellanos Everardo
Baja Cal¡forn¡a. comentarios políticos
Braulio Maldonado Sández
El otro Méx¡co" Biograña de Baja california
Fernando Jordán
La revolución del desierto, Baia california, 1911
Lowell L. Bla¡sdell
Memoria administrativa del gobierno del Distrito Norte de la Baja caliiornia, L924-L927
Abelardo L, Rodríguez
La frontera misional dominica en Baja Cal¡fornia
Peveril luleigs, III
H¡storia de la colonización de la Baja Cal¡fornia y decreto del 10 de marzo de 1857
Ulises Urbano Lassépas
Apuntes de un viaje por los dos océanos, el interior de América y de una guerra civil en el norte de Baja California
Henry J. A. Alric
Guillermo Andrade y el desarrollo del delta mo<ieno del Rio Colorado, 1874'1905
William O. Hendrick
La controversia acerca de la política de colonización en Baja Californ¡a
Carlos Pacheco y Manuel Sánchez Facio
Mar Roxo de Cortés. eiografra de un golfo
Fernando Jordán
Digesto const¡tuc¡onal mex¡cano. La constitución polít¡ca de Baja californ¡a lvlanuel González Oropeza y Aidé Gr¡jalva
Lasfundaciones misionales dominicas en Baia California, 1769-1822
Albert B. N¡eser
ser, anida, vuela, nada, gatea,
andamios, de los que el hombre, su creador para sostener su existencia. Puede morir ml VCCCS las que sean necesarias,no impo muertos, hacerlosandar o, definitivamente cat eliminarlos de la faz de la tierra. Ser misera cortesana, humillac humillarse, sentir vepiüenza o vivir' en el descaro.
Pero si se guarda, aunque comparta su lugÚ:,, ñ..lás entrañas, recorra vivaz por el torrente de su cráador, resuene en la memoria de éste, se ag¡olpe en sus pupilas, salga como §rito, se escupa como tinta, no vale tanto como cuando es impresa, repetida, multiplicada, pues se vuelve pedacería de espejo, millares de reflejos de diversas dimensiones, en donde cualquiera pueda asomarse y por más que se intente 1o contrario. no se vuelve a ser el mismo.
Así pues, la palabra, rista de esta forma, es el motiro más valioso que nos hace llegar a la edición número 25. y I
C,P. Víctor Everardo Beltrán Coron¡ Rector
M.C. Juan José Sevilla Ga¡cia
Secretaiio general
C.D. René Andrade Peterson
Vice¡¡ector zona oosta
Dr. Gabriel Estrella Valenzuela
Director general de txtensión Universitaria
Revist¿ Univusitaria
CooRDTNACIóN GENER-AI Rosa MaríaEspinoza ASISTENTE
Ana Gabriela Rubio Mo¡eno
EDITORLITERARIO
TomásDiBella DISEÑo EDITORIAI
Benito Gafiá¡ Moreno , CAPTURA Y FORMACION
Paulina Wong Hemández
EDITOR RESPONSABLE HumbertoFélix Berúmen
CO\SEJO I:DITORIAL UABC
Horst \farrhai Quelle. Escuela de Humanidades; Jorge \fertínez Zepeda. Instit!to d( 1\. .ti-i (,.rn. - H..t.,-'.¿.: Ro-l \"r cia..
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Se:-:io G,i:nez \foniero. L r.rr er ld¡d P<- ,* 1.." \¿...:: _\':r
CO\l1TE EDITORI{L
Sergio Rommel .1lIo¡.(. G:zrai- .\ iié C.. = r ..
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ASESORES DE ARTE
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Yuboi A.ño 7, número 25, e[ero-marzo de ]999. Revista trimestral publicada por la Universjdad Autónoma de Baja Califomia. Los artlculos firmados son responsabilidad de sü autor- Se ar¡toriza la ¡eproducción total o parcia¡ de los materiales publicadoi siemprc y cuando se cite Ia fi¡ente. Cedficado de licitud de título número 7432. Cettifica'do de licitud de contenido núm. 5i-16. Reserva de título de derecho de autor ¡úm. 2846-93. l iraje 1 500 ejemplares. lmpresión: Imparcolor, Blvd. Sema -v Rosales, Col. Las Palmas, C.P.83000, tel. (62) 17-10-40, Fax (62) 17-40-I5, Hermosillo, Sonora. Correspondercia: Relis¡¿r í ,i|enitaria, Coordinación general UABC-Recto.í4 Av. Obregóñ y Julián Canillo s/n Mexicali, 8.C., 21100, lels. (65) 51-82i: \ 5 f -ir,{Bc-3 276#. Dirección eloclónica: ¡evista@info.rec.uabc.mx
tery Mónica erYa Margarita Villarie
Jorge Ortega
Bárbara Colio ore
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Rommel Alfonso Guzmán
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Fotógrafos e ilusrradores: Katery N{énica
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Aidé Grrjalva Larrañaga*
Fotografías: Archivo del lmperial lrrigation District
Cuando el Río Colorado nace allá en las Montañas Rocallosas e inicia su largo recorrido de 2 300 km hasta terminar finalmente en el golfo de California, hace un viaje muy distinto al que realizaba hace menos de cien años'
Ahora, su cauce es desviado, retenido, derivado, almacenado a través de una serie de presas, represas, diques, compuertas y retenes' Sobre el caudal desus aguas se ejerce un control regulado por obras de la más moderna ingenierÍa hidráulica. Sus aguas dan vida a innumerables poblaciones -algunas lejanas- a las que llega a través de sofisticados y costosos acueductos' Estas aguas ahora circulan por canales revestidos de concreto, para poder aprovecharlas hasta la última gota.
años, el Río Colorado bajaba impetuoso, sin control, acarreando malerial a través de su largo andar. Aquel río hacía más de la mitad de su recorrido encañado, durante el cual pulía rocas de fantasmagóricas figuras, y se sumergía y resurgÍa constantemente hasta llegar a la frontera con México; era un río indomable.
Por ello, cuando un poco debajo de su confluencia con el río Gila, el Río Colorado se derramaba sin control, poco antes de ir a morir al golfo de Californ¡a, fue formando su delta. Ahí, poco a poco, este río de reciente formac¡ón geológica -se dice que de la última era cualernaria-, fue depositando las enormes cant¡dades de limo que arrastraba, además de ser considerado con una de las corrientes más cenagosas del mundo. El delta que formó resultó de una enorme fertilidad; delta que, al ser descub¡erto por misioneros, exploradores, viajeros y por los miembros de las comisiones c¡entÍf¡cas que a mediados del s¡glo x¡x peinaron la zona en busca de una ruta accesible para el ferrocarril, fue comparado por su riqueza y potencial con el delta del río Nilo.
Por eso, cuando a principios del s¡glo xx, al llevarse a cabo las obras que permitieron el establec¡miento de poblados en la región del delta del Río Colorado, sus habitantes vivían pendientes de las inundaciones que éste provocaba. Año con año, el río, indomable, arrastraba tras de sÍ diques, bocatomas, represas, compuertas, o desviaba su curso y, en lugar de ir a morir al golfo, Io hacía en el mar de Saltón o Salton Sea -localizado en el sur de Cal¡forn¡a-, o b¡en, descargaba sus aguas en cauces nuevos, desparramándose en un sinnúmero de arroyuelos que lo hacían semejarse a un abanico abierto.
Este río derribó bordos y canales; pequeños poblados, caseríos y puentes; y también sueños y ambiciones; liquidó fortunas; luchó contra elferrocarr¡l y contra el hombre, y aún hoy, a veces, sigue siendo impredecible.
La situación ahora es muy diferente. El Río Colorado cruza la lrontera de Estados Unidos con l\.4éxico debajo de Yuma. Ahí, sus aguas so¡ almacenadas en una presa construida exprofeso como resultado de u¡ convenio internacional- donde son sometidas a "- crcceso de limpieza y se les elimina la arena para :-e:.ecan ser utrlizadas dentro de ios límites del ::-es:ar r"-rflano. Actualmente. el volumen de las 39-as ce Rro Colorado entregadas a México está de:e-rraoo por un tratado internacionaly, cada año, un
equipo de acuc¡osos ingenieros de la Comisión de Límiles y Aguas, se reúne con su contraparte estadounidense y regatea. de acuerdo con sus posiblilidades, la cantidad de agua que necesita para que las poblaciones mexicanas aledañas a la desembocadura del Río Colorado puedan desarrollar sus actividades en forma normal. Ahí, lvléxico tiene que hacer uso de sus mejores argumentaciones técnicas y librar una batalla para garant¡zar el sum¡nistro de agua y, muchas veces, tiene que admitir que los sobrantes del agua del RÍo Colorado nos sean enviados arbitrar¡amente, con las consiguientes inundaciones y daños a las poblac¡ones (rurales pr¡nc¡palmente), y que es cuando México siente la presencia de su poderoso vecino, presenc¡a que se ha manifestado desde que el Río Colorado comparte sus aguas con dos naciones.
"En todo tiempo tendrán los barcos y ciudadanos de los Estados Unidos paso libre y sin interrupciÓn por el golfo de Cal¡fornia y por el RÍo Colorado, debajo de su confluencia por el Gila", señalaba el artÍculo vt del mencionado lratado de Guadalupe-Hidalgo, mien' tras que el artículo vtt, agregaba:
La navegación del Gila, abajo de la línea divisoria, deberá ser l¡bre y comÚn a los barcos y ciudadanos de ambos países; ninguno sin el consentim¡ento del otro podrá constru¡r obras que puedan impedir o interrumpir el ejercicio de este derecho.
Fue asíque, en virtud de la negociación diplomática, el Río Colorado quedó convertido en una corriente navegable, de carácter internacional y, además, limí-
ldrce rnenqrs qj* *;§il sli*$, *i 'qi* **lsr*d* i:*j*bñ lttlp*tr:*sr:, §ln {**trü1, aü{ir"r"**iftdü rnet*li§l ñ lri}v*§ Cü §Ll }*lg* *ndar. Aq!-i*l .1* he*í* r§r*§ de ,ü ltrilm{tr el* sü r*ü*rrid* erü¿1ñaci*, *ur*nt* *l sil§l pl¡ii¡:i l**iils d*
fantasn-:*g*ri*ñs flsiirfi§, y $e §*illürüie y r*st.;rüíe üü*§t#fit*ffs*ts hfi§l* li*ger * {a {r*nl*ra **n {i4éxi*¡:; sr& fi ri§ lnd+r*al¡1*
Pero la controversia sobre el control de las aguas del Río Colorado no es reciente. Ya en las negociaciones para la firma d el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, México luchó de manera denodada para tener el control de la entonces amb¡cionada desembocadura de este cauce.
Por un lado, la preocupación para Méx¡co fue la de asegurar un punto de unión de su macizo continental con la península de Baja California. Y por el otro, la necesidad de garantizar rutas para la navegaciÓn fluvial fue ta de los representantes diplomáticos de los Estados Unidos. El control sobre dicha desembocadura se consideraba, en ese momento, cruc¡al para la creación de su mercado interno: la búsqueda de rutas que combinaron el uso del río y del ferrocarril, explican la postura estadounidense.
Finalmente, cuando México logró mantenerse unido territorialmente a la península de Baja California, Estados Unidos ced¡ó la desembocadura del Colorado, pero lo hizo defend¡endo la parte del río que más le interesaba: Ia que le permitiera garanlizar la libre entrada y salida de sus barcos.
trofe. Desde entonces, 36 km de su cauce sirven de línea divisoria enlre México y Estados Unidos, y a nuestro país le pertenecen, de la que se considera Ia corriente más larga del océano Pacíf¡co, 125 km, que el Colorado corre por el territorio mexicano, justo debajo de su confluencia con el río Gila, hasta llegar al golfo de California, trayecto durante el cual también separa a los estados mexicanos de Sonora y Baja California.
Por este motivo, de la inmensa cuenca del Río Colorado, calculada en unos 632 000 km'?, que incluyen regiones de los estados de Arizona, Colorado, Nuevo México, Wyom¡ng, California, Nevada y Utah, sólo le pertenecen a nuestro país unos 3 800 km'?; esto es, 0.6% de la misma.
Pero no sólo la desembocadura del Río Colorado quedó dentro del territorio mexicano. Junto con ésta, quedó incluida la región deltaica de este cauce; es decir, el enorme delta de cerca de med¡o millón de hectáreas, localizado entre la línea divisoria de México y Estados Unidos en Baja Californ¡a y parte de Sonora, y el inicio del golfo de California. Por eso, cuando los proyectos para desarrolllar la navegaciÓn del Río Co-
lnundación del Rlo Colorado en 1906. Dest.uyó los ¡nc¡p¡entes poblados de l'¡lex¡cali y Caléx¡co. Al fondo, el cerro El Cent¡nsla.
lorado fueron desechados en virtud de que la naturaleza del cauce de dicho río -variable y poco profundolo hacían navegable sólo en parte y, por lo tanto, esta actividadfue considerada un fracaso desde elpunto de v¡sta comerc¡al, los ojos de los invers¡on¡stas y especuladores voltearon hac¡a esa zona, que empezÓ a ser conocida en forma simultánea a los ¡ntentos de desarrollar la navegación en el bajo Colorado y a la de los proyectos para constru¡r una línea ferroviaria que uniera al este con el oeste de los Estados Unidos.
Fue así que el Río Colorado, en la mínima porc¡Ón que Ie correspondió a México, empezó a ser objeto de un sinfín de especulaciones: formación de empresas y compañías de irrigación; realización de obras hidrául¡cas experimentales; obtención y tráfico de concesiones de tierras cercanas a su desembocadura; permisos de riego otorgados al margen del Tratado de Guadalupe-Hidalgo que, como ya vimos, legislaba sobre el caudal del río.
A partir de ese momento, nos enconlramos con una intrincada mezcla de solicitudes de concesiones de t¡erras, acompañadas de permisos para obras de irrigación todas, así como proyeclos de desarrollo agrícola ligados a otros de tecnología hidráulica y de colonización, en los cuales el capital extranjero era la llave mág¡ca para su surgimiento y desarrollo. Todo esto tiene mucho de historia épica, en la que se entrelazan las esperanzas de colonos estadounidenses y europeos reclamando nuevas tierras; de vis¡onarios, empresarios y especuladores, y de un conjunto de factores que no se podrían entender si no nos ub¡camos en ese fin del siglo xrx. cuando se inauguraba una nueva era iecnológica que permitió la incorporación agrÍcola de grandes extens¡ones de tierra, hasta entonces consideradas áridas e improductivas, o sim-
plemenle inhab¡litadas para el desarrollo humano. Labor del historiador es buscar el hilo conductor de esos procesos que, a simple v¡sta, aparecen a¡slados y desvinculados, pero que indiscutiblemente obedecen a un m¡smo fenómeno: el del capital, que traga tierras y hombres en su afán de incorporar a todos los factores de la producción dentro de la lóg¡ca y racionalidad de un sislema como el capital¡sta.
La concesión Martínez del Río y el Río Colorado
Dentro de los proyectos que surgieron producto de la situación reseñada anter¡ormente, tenemos el de la concesión Martínez del Río, en Sonora.
Manuel Martínez del Río, hermano de Pablo, obtuvo mediante una complicada operac¡ón de traspasos de derechos sobre terrenos baldíos deslindados, títulos que le otorgaron la posesión, pero bajo promesas de colon¡zar 38.33% de las 1 424 850 ha de tierras que formaban el distrito de Altar, en Sonora; es decir, 546 1 92 ha- De éstas, logró que en 1893 el gobierno de México le titulara 226 876 ha localizadas en la esquina noreste de Sonora, que tenían los siguientes límites: al norte, la línea divisoria con los Estados Unidos, al sur, la zona marít¡ma, fracciones de Puerto lsabel y terrenos nacionales; al oeste, terrenos de Gui¡lermo Andrade y, al este, terrenos nacionales. Como antecedente, señalaremos que lrilanuel Martínez del Río había adquirido parte de los derechos que Carlos Quaglia y Luis García Teruel habían obtenido, mediante remate judicial, y que habían sido propiedad de la Casa Jecker. Esta última había f¡rmado, en 1854, un contrato con el gob¡erno, por med¡o del cual se le concedería la tercera parte de terrenos baldíos existentes en Sonora, Baja Californ¡a y Tehuan-
tepec, a cambio de que los deslindara y elaborara Ios planos correspondientes de dichas tierras.
Sin embargo, a pesar de que la concesión Jecker fue anulada posteriormente, la Casa Jecker, al declararse en quiebra, traspasó todos los planos, calcas, expedien-
venta, cien hectáreas para cultivo a cada uno.
No se necesita mucha perspicacia para adivinar que Manuel Martínez del Rio no actuaba solo. En efecto, las operaciones las llevaba a cabo asociado con John C- Beatty, a quien había conoc¡-
tes y demás documentos y dere- Puentes do ferrocar¡l destrozados..por el do por largo tiempo, cuando vivió chos que tenÍa sobre los terrenos río' en la región del valle de Mox¡cal¡' en la frontera.
deslindados a Carlos Quaglia y a John C. Beatty había estado GarcÍa Teruel. Estos, hábilmente, lograron que el gobier- previamente en contacto con el ingen¡ero Charles R. no de [¡éxico les reconociera los derechos adquiridos y Rockwood, quien lo había convencido de las posibili,qetuslffisnt*, el v*lurn*n d* les esili:§ *sl ftí* *cl*r*d¡: *ntr*gad§§ e $.4*xie* *st* fiale-ffiinirri.-) ir*r ".,r1 lratado iRte¡"¡"¡**iclnal y, *ii:td# fifr§, {1fi üq[.ii$x] de *üLt$i*§üs ing*nier*s de la üe nri*ii:n d* Linrites y AS j.lit§, $e r*úft* üsn sil ccntrapai-le *§tili*ü$ft1**nse y rsüert**, s:ie e{:ucri:ir üün su§ pñ§ibli:;de*s§, l;ii üilt"}i¡dad dc agl: r;u* n***s:trisfi le* p*ble*rcne$ rn*xi****$ aled*ñ¿¡s * la des*rxi:r*:**C.Jn¡ d§l Ñí* *üi*i"***
la cesión de la quinta parte de losterrenos baldíos, cuyo deslinde constaba en los documentos traspasados. El gobiemo de México recibió toda la documentación rematada por la Casa Jecker.
Posteriormente, Manuel Martínez del Río adquirió los derechos que tanto Quaglia y GarcÍa Teruel, por un lado, y Luis Hüller por el otro, habían transfer¡do a la Compañía deTerrenos y Colonizac¡ón, y que le dieron propiedad de 30% de los terrenos que habfan sido deslindados por la Casa Jecker, en Sonora; es deci¡ 427 455 ha. Además, también adquirió las tierras que Quaglia y García Teruel, en sociedad con don Pablo Macedo, aún conservaban y que eran el 8.33% que restaba de la qu¡nta pade que había sido concedida por el gobierno mexicano y que, como ya mencionamos, había pertenecido a la Casa Jecker.
Fue mediante este procedimiento que Manuel MartÍnez del Río logró reunir la totalidad de los derechos de los baldíos localizadosen la esquina noroeste de Sonora. Dicha concesión le fue otorgada bajo promesas de colonización, que implicaban radica¡ durante los s¡guientes diez años, un total de mil colonos -de los cuales 25 debian ser trasladados durante el pr¡mer año-, y a los que se les debía dar, por cesiÓn o
dades que había para abrir al cult¡vo grandes extensiones de tierra, consideradas improductivas hasta entonces, mediante la der¡vación de las aguas del RÍo Colorado, poco antes que desembocaran en el golfo de California.
Rockwood y Beatty habían concebido un proyecto de grandes magnitudes, por medio del cual se podían regar cerca de medio millón de hectáreas con aguas del Río Colorado. Para ello, habían organizado previamente laArizona Land lnigation Company, la cual resultó un fracaso. Ya con más experiencia, organizaron la Colorado River lrrigation Company, en la que involucraron a un grupo de banqueros de Denver, quienes se entusiasmaron con el proyecto.
La nueva compañía se organizó con un cap¡talde 7 500 000 dólares, dividido en 150 000 acc¡ones, con valor de 50 dólares cada una. Los objetivos declarados fueron:
Ejecutar obras en Cal¡fornia, Sonora, Arizona y Baja California; emprender trabajos de ¡rr¡gac¡ón; constru¡r, adquirir, conservar y dirigir d¡ques y muelles; conservar en buen estado y hacer mejoras en los puertos y construir y explotar líneas de ferrocarril.
El proyecto de Beatty, tal como lo mencionaba Manuel Martínez del Río en un ocurso enviado al ministro de Fomento, era "hacer esta adquisición por mi conducto y aprovechar las aguas de los rlos Gila y Colorado, para poner bajo riego grandes extens¡ones de tierra".
Sin embargo, el objetivo principal -no confesoera la construcc¡ón de un canal de irrigac¡ón que' partiendo del margen derecho del Río Colorado, unas 10 millas arr¡ba de Yuma, se dirigiera hacia el sur' cruzara la fronte¡a e, ¡nclinándose rumbo al sureste pr¡mero y luego hac¡a el este, vaciara sus aguas en el río Nuevo, ramal del Colorado, de donde se llevarían las aguas de nuevo a terr¡torio estadounidense. Con este plan, se pensaba evadir las dunas de arena, localizadas al norte de Baja California, entre Yuma y San D¡ego, que impedían la construcción de un canal paralelo a la línea div¡soria entre las dos Californias y, además, aprovechar los lechos secos de los innumerables riachuelos del Colorado, existentes en la parte del delta y sus alrededores.
Era claro, pues, que el interés de John C. Beatty por las tierras más septentrionales del d¡strito de Altar, en Sonora, era para garanlizar el derecho de vía del canal que se planeaba construí¿
Pero los proyectos para llevar a cabo esta derivación de las aguas del Río Colorado se enfrentaron a otros intereses ¡gualmente poderosos. El primero, la oposición de Guillermo Andrade, quien desde 1876 ¡ntentaba infructuosamente llevar a cabo varios proyectos de colonización y de apertura de caminos en la región delta¡ca del RIo Colorado, y que habfa logrado obtener, mediante una ser¡e de concesiones y contratos de colonización, el control de toda esa área. S¡n embaryo, los proyectos liderados porAndrade, aunque vinculados con el desanollo del sur de California, no incluían los agresivos proyectos de ¡nigación concebidos por eldueto Rockwood-Beatty. Porello, Beatty necesitaba convencer a las autoridades mex¡canas de que su proyecto era el más v¡able y el que más aseguraba el surgim¡ento de nuevas poblaciones. Esto explica los argumentos de Manuel Martínez del Rio, quien en una solic¡tud presentada ante el Ministerio de Fomento, del28 de julio de 1893, comentaba al respecto:
Como ¡as márgenes del Rfo Colorado en su curso bajo son de aluv¡ón, muy movedizas, no perm¡ten hacer obras sól¡das para tomar agua. Guillermo Andrade procuró en vano ut¡lizar las aguas del Rfo Colorado para aego, pero la corr¡ente le llevó la obra. En cambio +ntinuaba Martfnez del Rlo- nues¡ro prcyecto es ñás
::-f,cárrll y navegación en el Río Colorado, a princ¡p¡os del s¡glo xx, en el hoy valle de Mexical¡
factiblei para que las obras sean duraderas se necesita de terreno macizo. Por ello se deberán hacer en tenitorio amer¡cano, rfo an¡ba de Yuma, lo que también sirve para obtener un n¡vel más alto para las aguas.
Las cosas parecían ir bien para Beatty y su nueva compañÍa. Logró que elgobierno de Estados Unidos le autorizara la construcción de la bocatoma diez millas arriba de Yuma. Con el apoyo económico obtenido empezó una inlensa campaña publicitaria. "Se han vendido ya 100 000 acciones de la compañía en el Canadá", informaba Beatty triunfante a la prensa, con el fin de hacer énfasis en el éxito de la empresa, mientras que, por otro lado, el ingeniero Charles R. Rockwood, autor del proyecto de irrigación, anunciaba en el Congreso de lrrigac¡ón celebrado en la ciudad de Los Angeles, California, en 1893, la construcción de un canal de 150 pies de ancho en el fondo, 7 p¡es de profundidad y 100 millas de longitud, a un costo de 2 750 000 dólares.
Manuel Martínez del Río solicitó, entonces, la autorización ofic¡al para traspasar los terrénos obtenidos bajo promesas de colonización a una compañía extranjera que, según su dec¡r, "contaba con el capital y autorización del gob¡emo amer¡cano para hacer las obras necesarias" y que, por lo tanto, "traería grandes beneficios al territorio mexicano'. De pronto, y de manera inexplicable para los interesados, elgobierno mexicano empezó a darle largas al asunto. Primero, hizo consultas a los diferentes ministerios ¡nvolucrados: Comunicac¡ones, Fomento, Relaciones. Luego el promotor y naviero Guillermo Andrade, haciendo uso de sus relac¡ones con el gabinete de Díaz, manifestó su opos¡ción al proyecto e insistía en que éste no faería ningún benef¡cio para México y sí, en cambio, haría d¡sminuir el caudal del Río Colo¡ado, acabaría con Ia navegación del río, además de las implica-
de derivación ¡ealizadas en contubernio con el gobierno de Estados Unidos. Finalmente, elgobiemo de México, alegando incumplim¡ento en los compromisos de colonización asumidos por Martínez del Río, no se decidía a autorizar eltraspaso solic¡tado n¡ el permiso para las obras de ¡rrígación.
Beatty sé encontraba en un círculo vicioso: no podía cumplir sus obl¡gac¡ones con los acc¡onistas de la compañía, por no contar con la autorizac¡ón oficial mex¡cana para el traspaso de t¡erras ni para construir el canal. La falta de fondos le impedía trasladar y establecer a los colonos prometidos. Además, debido a la desconf¡anza del gobierno mexicano en la empresa, y por temor a complicaciones internacionales, se aplazó su resolución, y le exigió a la Colorado ln¡gat¡on Company que se convirtiera en una compañía colonizadora para poderle otorgar tierras en una zona fronteriza. Por último, los accionistas acusaron a Beatty de engaño, ya que no poseía los térenos que formaban la base del proyecto en el que habían invertido. F¡nalmente, Beatty fue demandado por fraude y, aunque fue exculpado posteriormente, sobrevino fa desmoralización y desorganización de la compañía. Fue el f¡n de la empresa.
ciones internac¡onales que trae- con d¡nam¡ta se t.ató de controtar ta ría la not¡cia sobre dichas obras ¡nundac¡ón en lgo5.
Yub¡l
El ingen¡ero Rockwood, creador del proyecto de ¡rrigación, siguió adelante. Logró organizar, con otros inversionistas, la Cal¡fornia Development Company y adquirir, mediante compra a Guillermo Andrade, los terrenos por los cuales se construyó el canalde irrigación, que en realidad era el lecho del río Álamo, en el norte de Baja California, justo al sur de la línea fronteriza. Dicho canal inauguró la agricultura en la región y es el origen de los actuales valles de Mexicali e lmperial. La empresa, con su filial, la Sociedad de Riegos y Terrenos de la Baja California, también quebró al no poder controlar las inundaciones del Río Colorado, en 1906. Finalmente, mediante remate, la California
Con ayuda del ferrocarril, descargando arcna, p¡edras y tierra para controlar las inundaciones dEl río
Development Company pasó a poder del lmperial lrrigation Distr¡ct. organ¡smo del gobierno de Estados Unidos, que heredó las tierras y el permiso para derivar las aguas del Río Colorado que el gobierno de Porf¡rio Díaz otorgó en 1904 a la Califomia Development Company. Fue así que se organizó una nueva empresa: la Compañía de Terrenos yAguas de Baja Cal¡fornia, la cual garantizó el suministro del agua del Río Colorado para sus usos domésticos y agrícolas a los "' habitantes del Valle lmperial, en el estado de Cal¡fornia, hasta que se construyó el canal Todo Americano y que, paradójicamente, vendió a los agr¡cultores y pobladores del valle de Mexicaliel agua del Río Colorado que utilizaban. En 19¿f4, elnuevo Tratado de aguas intemacionales, en su artículo 10, establecióque México tenia derecho a un volumen anual de 1 950 254 m3 de las aguas del Río Colorado.
M¡entras tanto, Martínez del Río logró rescatar, como pago a sus servicios, una parte de sus terrenos, y el I de junío de 1905 se le titularon un total de 118737 ha localizadas en el distrito de Altar, Sonora. Pero cuando pretendió que dicha extensión de tierras le fueran otorgadas en elestado de Chihuahua, el gobierno le negó la permuta. Es evidenle que, sin el motivo principalque era la derivación de las aguas
del Río Colorado, las tierras sonorenses ya no eran de interés para Martínez del Río.
¿Cuántos proyectos frustrados, parecidos al descrito, habrá en nuestra histor¡a? Lo cierto es que sin el concurso de promotores, visionarios, especuladores y de toda la gente que vislumbró las posibilidades agrícolas y de desarrollo hidráulico del norte bajacaliforniano, nuestra histor¡a sería diferente.Y
Coloccióo Pablo Héffera Carrillo, aceruo documental sobre Baja Cal¡fornia, lnstituto de lnvestigáciones H¡stóricás-uABc. HERRERA Carr¡llo, Pablo, Colon¡zac¡ón del valle de Mex¡cal¡, B-C-, México, Compañfa Mexicana de Terrenos del Rlo Colorado, 1958.
ORAL Hendr¡cks, W¡lliafi, Gu¡llermo Andrude y el desanollo del delta mexicano del Río Colorado, 1874-1905, sEP-uABc, Colección Baja Californ¡a: Nuestra Historia, vol Il, Mexical¡, 1996.
Entrevi sta a Minerva Margarita Villarreal
Katery Mónica García*
Fotograffas de Katery Mónica Garcia
La casa en donde entrevisté a la escritora Minerva Marganta YlTaneal está ubicada en la calle Hidalgo la misma en donde se encuefltra el Jardín Ceweza,lugar en el que se estaba llevando a cabo el rv Festiial de Arte y Cultua de Tecate, evento efl el que ella, ese mismo día pot la tatde, tendda que estar presente participando efl una lectura.
Duraflte Ia entrevista nos olüdamos completamente del tiempo, y la inon de la presentaci6n ya había llegado. Así que dimos pot terminada nuestra pIática de un modo bastante abrupto. Al estar despidiéndonos apresuradamente, y con el acuerdo de que nos veríamos más tarde, tuve la sensación de que la plática continuatía, ese día u otro cualquieta, sólo que por hoy se había hecho necesario deiar de hablar para escuchar detrás de las palabras. Lo que sigue es el registro de esas palabras,
*Pi'tora, e¡ ito.¿ I e¡d.lt\ra neaban¡a nüb¿a ei Mexinli' B.C
De la vid y sus influios
KateryMónica Garcla: ¿Qué es la poesía para ti?
Minerva Margarita Villarreat La poesía .es uoa actividad muy intima, no depende tanto de la tazón, sino de 1o que no quieres decit; la poesía va hacia ese mundo que a veces no quelemos teconocer en ¡osottos mismos potque no lo aceprafi)os, urto es medio má. que voz.
KMG: ¿Cuál fue el motivo por el que empiezas a escribit?
MIvfV: Sieflto que fue una vocación. Cuando estaba en cua¡to semestte de sociologla, a mi asesotle dije que realmente yo iba a ser esctitora, y é1me contestó que eso eta algo muY serio, mr.ry attiesgado, que si yo no sabía lo que implicaba leerJibros, yle dije: "Pues no sé, peto cteo que eso es lo quévoya ser". Y efectivamente así fue, gracias a la vida. Él fue alguien muy impott¿ñte para mí, y afortunadoruente aJc tzó ^ ver publicado u¡ Iibto mío.
KMG: En el caso de uria toma de decisión tan clara como la ruya. ¿sabüs cambién hacia qué veroente teodna esa vocación o la fuiste descubtiendo?
MMV: Fue dándose eri términos hasra cierro punto irracionales. desem bocaodo hacia la poesía como género.
Me hubieta gustado ser oartadora, pero a mí me tomó la poesía. La narrativa cteo que tiene un público más amplio y mayor acceso a lo masivo. Todo escritor quiere ser leldo, ése hubie¡a sido mi i¡terés, pero no fue así, aunque sí creo que la narraova está pre_ seote en mis poetnas.
KMG: Enla poesla de Bt)ibxo Ddrrd itfel al s*io -gue es el que conozcotocas este asPeclo nafrativo del que ha. blas. ¿Crees que en cierto modo subsiste esta necesidad de nartar y no te quedasre coo las ganas süo que. intenciofl adamente las combinas?
MMV: La narradr a esú. no hay un plopósito de combi¡ar; a mí me gusta ría que mi expresión fuer:a altamente llrica, no sé si lo es, no soy quién para juzgat lo que hago. Cteo que de alguna manera tiene que vet con cottientes que se están dando en la poesía, no sólo en la meícana, siIro en lade lengua inglesa. Me patece que ahí seinscribe.
KMG: Es en Monterte,v donde, de alguna maneta, has tealizado todo ru trabajo, independientemente de que te traslades Por temPotadas a otros sitios. ¿Cómo ubicarías a tu poesía dentto del conjunto gefl eral neoleonés?
MMV: Dentto de 1o que escribe n los demás. H ay una r oz ¡ersonal y para mr eso e: lo más imporl¿n¡e: también cs difícil, potque oo esctibir como los demás es no estar en la tetórica de tu tiempo. A veces no es fácil, yo no creo que la mía sea una poesla que a todos les guste, no es así.
KMG: ¿Te ubicas dentro de una geoetación o una corriente que se haya dado entte los c¡eadotes regiomontanos?
MMV: Hice una antología sobte ia poesia en Nuevo León y creo que dcfinitivamente hay una influencia notoria etr rtttiubrc Perdida,y qtte saüó después de la ^ntolagja. KMG: De la gente de tu geoeración, ¿a quiénes admitas, de quiénes has aprendtdo cosas en el terenc escritural?
MMV: Podrían se¡ Isabel Quiñooes, Silvia Tomasa Rive¡a, Míriam Moscona aunque no son de Ia misma genera ción-, Gloria Herbits, Elsa Ctoss, Elva Macías. En el terteno de la poesía, de todas he aptendido, pero creo que, sobte todo, he aprendido de los muet tos; es decir, de la gente que dejó algo y que de alguna manera ya son cláilcos. Por ejemplo, he aprendido muchísimo de Zafo, sotJuana, santá Teresa, Lilian Helman, así como de poeas como Anne Sexton, Silvia Phlats, Emily Dickinson y Matianne Moote. Siempre he pensado que las voces que alimentan a un poeta generalmente vieneo de un más aJlá. No son suyas. puede apropiárselas y traducidas después coo unavoz petsonal, pero a la vez e¡es medio. Uno se nutre de donde ha¡ poesía.
KMG: Algunos se nurren de Ia poe sia sin lJegar a .er poeu.. :Con qué tipo de quehacer se relaciona más la poesía: con e1 humano o con el dilino?
MMV: Yo creo que Ia poesía es algo de8niüvarnente que tiene que ver con un doo. No hay dos William Blake, no hay dos Rimbaud, ni dos santa Tetesa, o sanJuan de la Ctuz; es decir, que 1o
que tuvieron fue algo que se les dio 2 ellos y que tiene que ver con otra cos¿ que despierta a lo humar¡o pala llevarlo a otro mundo, al mundo de la ¡evelación. Crco que Ia verdadera poesla está ah! en el mundo de la revelación. Como 11o es ofderi humano, tiene que set otra fuerza üstinta; es que lo hr¡mano se abre, se accede a la revelación y eso no se puede hacer por consigna ni por militancia. rampoco se puede hacer por que uno lo quiere hacer, sino porque se te da o no.
Los frutos de la parta
KMG: ¿Cuáles übros has escrito hasta la fechá?
lr[}lÍY: Hibs de riaje, etr1982; Daau irfel al weio, er 1991; Pedida, que fue, creq en 1 992, y luego eo 1994 aparcaí 1z antologla que ya mencioné. En 1 995 saüó un libtito que sellamal-,apa¿a canh del cora4h nár vrefo, en Ciudad
Juárez, que publicara Rosario San Miguel eo Ediciones Puente Libte; l:.prgraaittirot de la Colección Los Cincuenta, public¿da pot el Conaculta, que es un trabaio de epigiama; El coruqót m,1s semto, conlaBütodal Aldus, y aunque este übro obtuvo el Ptemio
Jamie Sabines 1994, sepubücó hasta Enes de 1 996, y al año siguieote fue cuando empezó a circulat.
KMG: ¿Qué papet juega la cdtica en tu obra, y cómo consideras que te h¡ ttztado?
MMV: Creo que juega el papel que debe jugar: acetcar lectores, promover la lecnrta de tu trabajo, asl como, en un mome¡rto dado, calificar o descaliñcat tu trabajo. y me parece qr¡e ambas cuestiones son importantes, siempte y cuando esté¡ ñ¡ndamentadas.
La c:rid.ca meha ttatado muy bien, no puedo decir que mal. Hay algo que se da en México que es lamentable aunque trene su parte buena, como las becas del Conaculta-: te Piden que colecciones un dispositivo crítico para dat pie a que los jurados áecidan si tu obra vale o no. E¡ mi caso está bien lo que se ha escrito, peto nunca he pedido una beca, pienso que para acceder a una, 5eguramente se necesira un bagaje, o urr bulto de ttabajos.
Creo que a uoo, como esctito4 no lo influye la críúca buen4 igual la lees, la guatdas, a lo mejor porque te sirve para l¿ beca, pero al momento de leedo no influye en hr sensibüdad, en tu trabajo escrintal no te clavas en el comentario de un cdticq haya sido el übro que sea, no te sumas a esq Polque c¿si siernpre son comentarios muy personales sobte un trabaio. Por ejemPlo, el libto de los epigramas fue muy bien recibido; si aho¡ita ¡¡ leyeras elübro queterminé,Adanatol vez digas que tecnicarrrente tiene que con ver con el epigtama porque los poemas pueden set ágiles y veloces, o sintéticos, pero se trata de otta cosa; si yo me hubiera quedado eo lo que la ctítica dech, yo debetía seguit esctibiendo epigram4 Pero no es lo que me intetesa ahora.
KMG: ¿Crees que uoa de Jas cosas que te intercsalan literariameite sería el ser traducida y tenei otro forq otro espacio?
MMV: Hubo un momento en que pensé que la panacea era tenera r¡n foro más allá de la fto¡tera i¡mediat¿. En un momento dado para mí eso fue importante, ahorita no; la vetdad, si alguien me inteatata raducit, ¡pues qué marawillal, se lo agtadecería rotundamente yya, pues no estoy buscando eso niorras cosas que en su momento me üamaban mucho la atención Pofque creía que ahl estaba el ser esctitota, y la verdad es que estaba equivocada.
KMG: ¿Esás de acuerdo con aquella geate que dice que la poesía no ariesga porque simplemente no es lelda?
MMV: Cuando escribl Eq@Mnítricar lo hice con una intención contestatia y esperando que lo fuerall a censrüar en Monterrey, sobre todo con elacenso del r,tN y de un sectot muy conservadot ¡ la verdad, como esa gente no lee, no hace ningún ruido.
El tabaio de da¡ frutos
KMG: ¿Te es dificil esar en soledad pema¡ente; es deck, aquella soledad a Ia que esú desdnado quien escoge este oficio? '
MMV: Cteo que la condición del escriror, por esencia. es la soledad. Na die re puso la pistola y re diio que sería fácil; es decit, si uno se metió en esto, es porque reaL'nente estaba destinado a
La poesía es una actiüdad muy íritima, no depeflde tanto de la nzón, sino de 1o que no quieres decir; la poesía va hacia ese mundo que a veces no quefemos fecoflocef en flosotfos mismos porque no 10 aceptamos, uno es medio, más que voz
ello. Tengo amigas escr:itotas que sor entrañables para mí, con las que hablo y les muestro lo que escribo; también tengo amigas que no son esctitofas, pero que están en el medio, que so¡ petiodistas o críticas, y ¡ealñente es uoa suefte tenedas.
KMG: ¿Cuál es tu dinárnica de t¡abajo, cómo Ie haces?
MMV: Creo que por primera vez, después de los 41 aios de edad que tengo, he llegado a acepmry dimeosionatlo que hago, y como es¡oy en el muodo coo los pies sobre la tiera,
no creo que las cosas puedan ser de otta manera. No puedes peditle petas al oL¡o, aunque aveces tú t¿mbién etes oimo; es decir, en e1 quehace¡ cotidiano. Yo tengo tres hijos y muchísimo ttabajo en Ia universidad. Como vengo de una famüa numeros¿ y siempÍe tuve inquietudes pot estas vías, cuando era oiña el ruido no me molestaba, tengo una capacidad de absttacción y de coflcenúacion rcálrnenrr Irrriblc.Por que mis hijos la padecen, elk)s ñe Pueden estar hablando y pidiendo algo y yo no 1os oigo.
Trabajo a cualquier horá; teniendo que trabajat lo hago, no tengo mucha vida .ocial, la mayot par. d. mi. ami gas estáfl en México. El salario en la universidad es muy lirnitado, entonces a cuarta conferencia me piden que dé y tcnga que vef con litefatura, me Pongo a trabajat. Siempre estoy esc¡ibiendo, hal, metas i¡mediatas que debo s¿ca¡ adelan te. Trabajo mucho, de noche, de üa, mienÚas les d,,y d. cnmer a mi. hiioq: en fin.
KMG: Si ruüeras que t.m¿r la deci sión de elegit algunos libros y fueran los únicos que pudieras conse!va!, ¿con cuá1es te quedarías?
l{ltrY:. El Cáúica, de san Juan; I-zr fialada¡ irrteiofts, de santa Teresa; me llevaría los Iibros deJuvenal, Propercio, Ir4arcral. C¿ru]o. Zalol es decir.1.s p". tas gnegos ¡' latinos Me Ileva¡ía también a sotJuana, a Rimbaud. Ahí esta¡ía lo fundamental para mí.
KMG: ¿Tu novela más querida, tu grar nor c1a que lees 1 relee* .i¡ can.¿rei
MMV: La novela que a rrrl'me sor prende y descubro yredescubro es E/ pr¡ate, trle eicatata,rr'e hace casi morir me de la risa, ¡qué deüciosol
KMG: ¿Cree> que rodar" har d'rtt rcocias enfte 1á suefie que cor_re una mujer esctitora con Ia sueÍe que coÍe en nuesuo país urr escritor; crees que \ a oo habíapor qué meociooar dife¡etrcias ?
MMV: \o. Creo que .r h¿\ diferen cias, porque hal uIr peso mucho mayor de la voz masculi¡a eo la histoda de la ü erarur, r en l¿s editorialec. Sr ha) dife renc a. encre la r_oz mascr:lina y la femenina, aunque esa voz sea un plestato, y quizás no siempte haya eütores abiet
Creo que la condición del escritor, por esencia, es la soledad. Nadie te puso la pistola y te diio que seÁa fáctl; es decir, si uno se metió en esto, es porque realmeflte estaba de stinado para ello
tos tanto a una cosa como a la otra. N<r hay muchas editotas mujeres, casi siempre quienes hacen los dictámenes son, en su mayoda, vatones. Hay una cerrazón a un punto de vista o u¡a sensibiüdad, a un debe¡ ser escritutal.
Entre las hoias de la cepa
KMG: Conociendo un poco tu interés sobte otas artes, ¿qué otta discipüna te toba un poco de atención?
MMV: Como espectadota, Ia piotura; esra me rraslada. me abre puertas. Muchos de los poemas que he escrito tienen que vet con eso; porejemplo, Pedida es untr"b^jo que se hace - como te dije- con grao influencia de Ia poesía neoleonesa. pero también con las presencias bastanre rorundas de Remedios Varo y María Izquierdo. Creo que alguien que sabe, que ama la pintuta, puede vet que hay un diálogo; a mí me patece que la pintura y la música me son indispensables.
KMG: ¿Cuálmúsica?
MMV: Me gusta muchísimo la música árabe y el canto jondo, así como la música flamenca.
KMG: Volviendo a la pintura, ¿crees que el acto de vet es distinto en el poeta que en el pintor?
MMV: Sí. A mi amigo Arn¡ro fuve¡a -quien es un pintor realmente muy bueno le he aprendrdo aspectos de la técnica de l¿ pintura que jamás los hubiera ob¡enido como poeu; él ha hecho réplicas de insm¡mentos del rcnacimienro, con los que trabaia 1a perspecti-
va. Pata mí él es un poet¿ del renacimiento que está aquí por eqr.rivocación. Él riene ojos discintos. formas de uaducü diferentes, porque final¡nente, la misión, los medios, son diferentes.
KMG: ¿Nutre al poeta tanto la pintura como la poesía?
MMV: No, porque, por ejemplo, él y otros amigos pintores o fotógtafos, como cualquier otra persona, no saben lo que hay dettás de un vetso; es decir, cuántas palabras le quitaste a unverso y a veces cfeen que salió así, cuando en realidad un poema te pudo llevar años. Lo mismo sucede con la pintuta.
KMG: ¿Crees que de aiguna manera el poeta está más salvaguatdado que el pintor?
MMV: No sé qué tanta gente vaya a ur museo, peto lo que deE¡itivamente es masivo y amplio es la televisión. Si los poetas ylos pinto¡es accedié¡amos a los meüos televisivos, si ésta reairnente fuera televisión cultutal y no una vía paralaidtoúzaciór, como 1o es, creo que no nos estaríamos quejando. Tambiéo considero que las quejas de los pintores ¡ de los poetas en el fondo tienen que vér más con ot¡a cosa. Un problema muy serio que los creadores en su mayoúa tenemos, es que no aceptamos total mente lo quc hacemos. Queremos que los demás nos teconozcan por ello, peto no tienen pot qué hacetlo-
KMG: Si tuvieras que escoget algunos pintotes, ¿quiénes serían ?
MMVr Bueno, me gusta mucho Ticiano, Miguel Ángel, Rafael,
Leonatdo da Vinci, y un piotor que se llama Tiepolo.
KMG: ¿Te acuetdas a qué jugabas de niña, qué juegos te gustaban más?
MMV: Algo que me gustaba muchí. (uno era reP re sen ar c ue n tos in fan ¡i] es tipo teatro; maquillarme y jugat. Y eso es. cunosamente, lo que hace mucho mi hija. Me impresionó que el personaje que a mí más me gust¿ba -Blanca Nier es es elque más le gu.ta a ella, sin que jamás se 1o haya dicho.
Los racimos de la vid
KMG: Has recibido dos premios muy importantes: en 1990, el Premio Nacio nal de PoesíaAlfonso Reyes, y en 1994, elJaime Sabines. En "u momenro. ¿qué te significaron estos ototgamientos?
MMV: Pot un lado, el premio Alfonso Reyes me fue muy valioso, lo han obtenido antes JoséJavier mi esposo y Silvia Tomasa Riveta, una poeta a Ia que yo respeto y quiero.
Por el otro, el Ptemio Jaime Sabines fue súpet important e para mii' a raíz de éste, la üda me cambió; es deci¡, tuve una cdsis muy seria después de habedo recibido. en la que replanteé casi roda mi üda y cuyas consecuencias de eso, hasta hace meses, me han cimbrado también en lo que esctibo.
Aunque, un reconocimrenro de esa natu¡aleza no es nada más 1o bonito, 1o bonito a veces es la puerta que te abrc al abismo. Con este tipo de reconocimientos de akuna manefa sientes que se vaiida socialmente tu trabajo. Creo que el haber obtenido estos premios ha sido básico en mí, pero hay otras cosas que definen tu camino y que no se ven, no puedenverse potque están dentto de una valoración muy petsonal.
KMG: ¿Hacia dónde encontraste que podías empezar a tener otra porción de sueños?
MMV: Antes de obtener el Premio Jaime Sabines, habia empezado a esc.il>i Epigrantstior- gue son epigramas mordazes. iapidarios. eróúcos: crer que estaba en una profusión escritwal muy fuerte, pero fue algo rotundo, maravillosq entonces creí que yo las tenia todas. Cuando me avisaron del premio -el cual no me espetaba, porque el año
anterior lo habían declatado desieto y había concursado gente muy imPortante-, send que no sabía oada, y empecé a replanteatme cosás esenciales sobte la vida, sobte mi compromiso. Así que fui a la univetsidad a estudiar inglés y un cutso de cine, me puse a leet. Tengo serias laguoas -que creo todos lenemo\. Pero algunos más que otros-. entonces las ¡econocíymepuse a leer la poesía del siglo de oto, a sanJuan de la Cruz, Góngora, Quevedo, saotz Teresa, y me med en un regrstro distinto de ttabajo sobte el amor desde la ausencia. El result¿do es un libto que se llama Adanar,qrc qwete deci o:llat duplicadamente, yque por suette está aprobado en la Editorial Verdehalago, en Méxíco; ése ha sido un libto que me cambió la üda.lo que hay detras de é1. lo que tiene dentto, es ot¡a cuestrón: un poeta tiene que aceptar lo que le está pasando y verlo, a veces no es fáqil, es muy dolotosq es como extrañaite de tu cotidianeidad, de tus relaciones petsonaIes rnás serias, diferenciarte, aceptar lo que etes no es fácil.
Comencé a caminar sobre la Hidalgo para llegat a la ptesentación, pero al pasat frente al portón de la enttada, no me detuve, continué calle ariba, escuchando la resonanci¿ de las voces al micrófono, pelotas de ping-pong en las paredes,los grtos del aire pisoteado por las llantas, el viento verde de los árboles del jardín que iban quedando cada vez más lejos, mi propia voz preguntándose aún sobre los brotes deAdamary s':t cami¡o... sob¡e esas uvas vetdes que veía en lo alto de uoa malla ciclónica; t:atrerautbata, sepatación banta entre el puesro de hamburguesas y la casa fami[ia4 uvas como pequeñas muestras para contener al infinito y 1o imposible iuntos sin deramarse, soles diminutos por un instaflte rerÍridos en el cosmos de un tubo de metal, columpiándose, en el bendiro abandono de estar üvas, recién nacidas, hijas de una parra desafiaote, incrusrada en la úerra de la Hidalgo de Tecate. Adanar- -. a¡tat dupJicadamente. tal vez una respuesta abierta, inesperada, como 1a de aquellas uvas que ahora dejo atrás... Y
Con los reconocimientos de algrrna manera slentes que se valida socialmente tu üabajo. Haberlos obtenido ha sido básico en mí, pero hay oftas cosas que definen tu camino y que no se ven, oo Pueden vefse pofque están denüo de una valoración muy personal
Mas no había tramo que tu no conocleras ni aldaba ni pastores que no hubieses tocado no había camino intacto ni señas en tu pecho te abracé como se hunde la claridad entre lo oscuro como desalan los rios su lragancia en la anhela¡te saliva de la mar y aunque el silencio quiso enterrar lo nuestro y la separación limpió todo vestigio poco importa burlar brazos y pecho si te labra prisión mi fantasía.
En ci dcsicr¡o una montaña arde: madre de cuvo seno bebirnos multitudes. EI desie¡to avanza. va extendiendo su picl, su petgamioo, nos Ír1 cercando, vengándose del mal; alJÍ asicnta su trono la esperanza que habita e¡ tr¡da nrina.
; - r:,;. ,ri¡ ¡tulq o: da ¡n üttut'ía seún ínch¡das cn su nás rcLiente libro int ¡tula.¡o ^darnar.
Al paso de estos años que anidan en su vuelo la pústula de mates en 6ebre ¡ebosante erosionada icorogra6z del suelo y del cielo escaParate hoyo gemido con tal separación al estruendo del tayo has de canta¡le:
el vetbo anida oscuridad en celo luces que fraguan atronadas esferas fementidas hollando diligente cadávercs a Arnot aotes dispuestos y hoy a[ tino del medio dertamado eñ tramo y copa bebeán núbiles somb¡as hechiceras
El tiempo ya perdido fantasma ent¡e encinates hace ruido puente que luz expande v viene de la muerte la luz es el camino, dicen.
Yo estaba allí alisanclo mis cabellos, sintienclo tus manos humeclecet Ia hondura cle mi sueño' sal¡rénclote ccrca, iunro, dentro r, padcciendo las horas, Ios clías cua¡dci cscapal,as a k¡ miis dist¿nte de la cosra; esa circuntcrencia
do¡de eta imposible rotat, buscar, navegar cn lo escueto de una Línea clue se desvanecc \b estaba alLí construr-endo un nido de algoclones, alondras desccndían con una lenta música l el Ik¡ro de sus cantos'
Te aguardé frente a playas de trenes espumosos, contra el avance de guardias y pendones; er.rfre ¡uedas carcomidas y alfafljes sin destcllo sólo Ia memoria de tu Piel blandía. Inerme, traté de distinguir entre nubes y gasas
un azul desl¡rozando tu Pecho, un tlagrar ctironando. r\l¡mma¡rlo cstabas. pá]aros bebían Ia luz quc goteaba de rus ojos \li aüc¡to iba hacicncb mclla cn las \ efltanas r \'') übujaba e1 rnar'
I el amor st acefcab¿. sumaba crestas tle olas sircnísimas y agitadas ,r' nír.eas cabellcras: v el o.ruchacho emergía pretédto.,Y agosto. ascntandr¡ 1os primeros golpes contta mi pecho Sargazos en Ia aterta, aguas malas, rcs¡os clesfilaban'
Türta jba ro, llrme v al mi-.mo ricmpo cluebrándome por dcntro'
La btisa repasandc) tu roslr()! tepitiénclolo En el tajo de1 cieio estabas tú, \'\'() tr¿taba dc vencc¡te. c1c plasmar aíti<las teproduccitlnts hasta la cxptcsititt nrás sudl; peto algo me comía, algo tovcndo cl pan, algo de pez en Ios pasillos. mucla v esquida bajo el mar. Entonccs el vicnto era contrario.
Una puerta de hieffo y oscuras lamentaciones alzaron cadenas, alces, cornamefltas por plegarias.
Cietzo fue el resto de la casa, anaconda, que de lisfón caia, tálamo, abrevadero.
Y presos de aquella tarde, pardearon krs años. Mordiéndose las uñas, rascándose; ellos atormentados en espera del nuevo enero, el oueYo yermo y agámico' Nada sino la inversa tesitura de los bosques que encierra ese silencio de Pájaro cautivo, esas gaffas de olo zarz¿ adentro.
Pero llegaste con la Luna del otoñoY lloro potque una huérfa¡a despierta también dentro de mí'
Sola, desnuda y contigo atravesándome los cuatro costados. La hilera de misterios que hube de beber sin darme cuenta.
EI cascajo y las piedras y piedras que había que subir hasta encontrarte'
Cruzar la infi¡ita ironía donde la herida destila sus cotolas: re devuelvo la ofrenda. ei testimonio, el altar y la música, el momento cuando los ángeles entraron y colgaron su lazo de eternidad No podía bajar, no logré despegatme de tus labios.
Entrada era la extensión azul. Su esperanza encimarruesüo. Tú y yo, juntos, los dioses despeñaron nostalgias y flameantes lanzaro¡ sus deseos. Pero había que certar las rejas y guardarnos el uno de1 oto, protegernos y asi zleiar la posibildad como si las campanas y el céfuo no acudieran al impulso sagrado, como si hubiera que rr.latar a ese niño que apenas despertaba. Enfermo y ciego el amor que nacía fuego propaga por el mismo mat.
Volaban, las veía planear, tendcrse bajo el azul desvanecido.
F-.1 r:ielo cubricndo las ventanas; la inminencia de pa-.os, piernas, vcllos <.¡ue luego acariciaria; de frente. mirándonos con un cscalofrio la atm(rsfera de olanes l' silencio: traje cle algodón, corbata ciega, ojos sellados por mi lengua; tus Preguntas hasta dejarme posüada, sólo para creer en ri, en ese alnor,
A1 seno c1c Ia noche, al fuego cle esta cama deshccha has de r.oh.e¡, has rle 1legat c¡ meclio del trái-ico l las luces, has de besar mi frente, de beber en mí el futuro que tú mismo derramaste.
Haciendo del jardín un ritual de incumbencias mictoscópicas, la buganvilla ha masacrado su timón de cicos diminutos. Avanza la chichatra definiendo los perfiles de Ia sombra, la atquitectuta de la siesta con sus trapecios de ensueño escabullido. Los pájatos contagian su linaje a cuanto gime bajo la lira del cantor. Velámenes de un clima tolerable editan la imagen de un Sol que se teftesca entre las llamas musicales de los árboles. Toda fotosíntesis conjura en el perfume, el ánima empañada de las hojas.
PersonaJes
Ei hombre
\¿cerdote
Fnferrnera
Cholo
Chola
l.Jrñ¿
M¿má
A/ ¡nter/br de und /g/es/á ant/gua de est//o bdna.a bdncls de madera. pdredes cub¡eltds de imágenes de sdntos d¡versos remdtddos can d¡señas chun/guerescos. e/ techa es muy d/to. Só/o se ve un hombre sentddo en und de /as bancas, está ahi desde hdce /drga rdta. E/ hambre es mayo, viste una cdm6d de Íldne/d a cuadros de un co/ar queya cas¡na se distingue por lo usddo, üae un panta/ón c¿fé. 5u ropa está v¡ej¿y dnugada. sus zapatos parecen haber cdm¡nado mu cha üempo. Sus ajos v¡diosas //or¿n so/as, su etcaso pe/o es b/anco. y su rostro de una pa/¡dez que /a hdce cas¡ trdnsp¿ rente. En /a ig/es¡a hay un confes¡onar¡o. e/ hombre va hac¡a él se anodi//¿. se aye /a loz de un s¿cerdote
I-R corvr¡slÓrv {primera escena)
'¿cerdote. Ave ^,4atia purÍsima
LlOnD/e ¿ ¡\!4,.;¿? . \O'a rOrOz o.. Sa.erdote. l) esús bend¡ta!
Hambre Llesúsl ... Nasé no me acuerdo.
Sdcerdote..iPor D)osl Hro. dime. ¿por qué estás aquí?
LonD e \,ne pa'q-e quicto plat, .e
'¿cerdate
¿Platicar con DiosT
Hombre I'la, plaic¿r con alguren, alguien que me pueda contestar; hace mucho que no platlco con nadje. y usted, a-'lqup no ,o ve.J por plr rr n el'do en es¿ r¿j,i pues ealguien. alguien que me puede contest¿r
Bárbara Colio*
Fotografia de Odette Barajas
Sacerdote Ésta es)a casa deiSeño[ no un lugar dondesepueda pasarel rato platicando.
Aq-res e Le.rpJo oe '¿ Jeoen.,o.
Hambre: ¿aué É cuestaT 5i no hay nadie; es más. si no vengoyo ¿ platicar con usted. ¿qué h¿rÍa metido en esa caja de madera?, muy gc,.go,c rd/ s oero a i,l de -Len[a5 L]ñ¿ .¿J,' '.
La gente quiere platicarcon la gente. ¿no se ha dado cuenta? La qente qujere que Ia escuchen. Sacerdote Alga muy negro h¿s de traer en eI alma para atrevefte a venir aquÍ a JJamarle "cajita" al lugar donde puedes encontrar la salvación de tu alm¿; el confe sionado. A este lugarnose viene a encontrar el camino de i¿ vidaeterna.
Hombre. La v¡da eterna lpdusa Lsabe?. yo nunca había venido a ia jglesia . ¿ lo mejorsÍ, no me acuerdo creo que ni me bautizaron pero eso si... siempre he ordo las cam panas desde afuera, me ll¿man mucho ia atenc)Ón d¡ng dong ding. dong. ias de l¿ mañana. las de las seis. siempre las oÉ desde la panaderia H¿sta ¿hora que me acerqué ¿quíde pura casualid¿d, vi las t¡guritas que tienen ahítall¿das en piedra, las de afuera, las que rodean tod¿ Ia puerta de entrada retechulas /y','l¡ra a su a/rededor)pero no, ni compar¿rcon las de aquÍdentro. éstas son de colores. e5tán todavía más bonitas. llenas de floresy de oro. Las de afuera
Son Corno ..ifrQ€rrloc pero ,ds oe ¿qL; \on esldiuas r-on.tos como uno Estos monos parecen que te mrran a los oJos y q-e en Lualqu'ar r¿li{o se van c mo\ er. arec< que )i te que' das rnucho rato aquíviéndolos. tambtén te vas a conveftir en estatua. ..en mono sdnldoe I\o son n]o^os, sor sdntos.
Hombre. Lsantos? ¿Por qué son santos?
Sdcerdote Porqúe murieron en eJ nombre de Djos
*D.¿,,naturgd mexcd/ense dutold devemara arnat¡lla /LuBc- tc1c, /998/
Hambíe.Y a ésas luego que se mueren. ¿Jes hacen un monito? ¿Y lotr¿en aqui? ¿Vestido asÍbien elegante? ¿Yle ponen flores? vi a ura señora que hafa ie prendió una vela a aqué]. al que está ¿iIá, aJmorenito.yuna nlña le dio dinero. se /o echÓ a una alcancía que dene en los Pies. l,%usA SiÉ ñúe res en la ¡glesia, ¿te hacen un monito?, bueno, unsanto. ¿Yte Ponen aquí?
Sacerdote.f,.\orir PaR lá iqies¡a, POR lJros.
Hambre Enlonces qué bueno que vine, no me equjvoqué. Aquíme quiero morir
Sacerdote ¿()ué dices?
Hombre l\.4e la dt)a un Palarjto.
Sacerdate Las p4aos no hablan, sólo cantan.
Hombre Canfan l¿ vida. y también cantan l¿ muefte
Sacerdote. Ésas son supersttcrones .lOrDrP ¡\a t ¿l OLe lb-t ^ _LU(h 1t
Hace r¿to camin¿ba hacia .. no me
acuerdo... y de pronto me paré en. nosédÓnde... tenÍa muchas ganas de orinaI y de repente sentíque aJguien me daba un golpecito pequeño en la espalda, aquí. aquíab4lrto. y va/t/éy nohabia nadje. yentonces vi, noséporquéhacia abajoy ahí estaba. un p¿jarito herido. aleteando, como pidiendo ayuda Yo lo recogÍy lo puse en ml rnano y lo acariciéy élme vio, me vjo a los oJos ysemuriÓ.ahÍenrnj
mano se mur¡ó Entonces caminé y carniné con ei p¿jarito muerto en mi mano hasta que llegué al parque, ¿hí/o ente rréJunto a la fuente La fuente está rete elegante, con dos angelitos de esos regotdetes como bollllos tjrando agua por Ia boca. Yo pensé que al palarito le lba a dar qusto descansar cerc¿ de la fuente. con dos angelitos que Jo refresquen en el calor Entonces sonaron las c¿mpanasyviJa iglesia; enftentlto de Ia fuente está Ja igles¡a lfransic/Ón)Supe que me iba amorir este día (PdusaY can¡né hacia acá para morlrrne en l¿ iglesia y oÍr siempre las campan¿s, yahora quesé pues p¿r¿ que me hagan un monjto y me pongan aquÍy me Íargan flores. .omo a los s¿ntos.
Sdcerdote Ht)a rnio. ¿cÓmo te llamas?
Hombre Peüa
LA HUIDA {segunda escena)
lEn e/p¿'il/o de un hosp/tdi El hambre está /'etostdda en und admi//e con un tuen coneatdda ¿ sus ven35
Hotnhre ¡Señat[ a isenorital ven.l¿ señorit¿
Enfemer¿ Y ahata, ¿qué qulere?
Honblc. Au¡eo annat
Enfet/ne? Ahorita no se puede. to.los lo5 aómodos están 5r.raios, ¿guántÉse t¿ntito Han)bre l\/e qu eta I
Enfermera No se Puede, no han ve nrdo por usted.
HombE l\a lerga a nadie que venqa por mí
Enfermerd. La persan¿ que lo ÍAlo aquí para que le pusiéramos elsuero no deJó nombre ni teléfono. No Ie Podernos ¿vrsarpara que venga Por usted
Hombre. Nana denaber sido nadie. Enfermera.Usfed na v¡no solo, aiquien lo tralo y alguien se lo tlene que lleval nosotros no nos Podemos h¿cer res ponsables.
Hombre Lcuánlos meses llevo ¿qu?. ¿añas I
Enfermera No exagere, sólo tiene aquí algunos dí¿s Outzá seman¿s.
Hombre Parccen años. milenios quiero orinar.
Enfermera ya le dtJe que ahorita no se puede...y cutdado con hacerme cochinero en la carnllla. porque sl 10 na(e Jo,oy.l deJ¿I cn'd si,J¿ de'L,ed i\ h¿sra q.e veno,rn Do'-s'od. ) a\er .r
puede dormirsentado. Hambre Lle qútaron de l¿ c¿ma. del cuafto
Enfermera Nosea nconsiente, aquíhay muchos enfermos que requieren atenctÓn. culdados especiales y necesitá b¿mos su cama para que la ocupara otro. ¿Oué creí¿? ¿Oué iba ¿ tener su cuarto de hotei hast¿ que vinier¿n por usted 1 Dé gr¿cias a Dios que somos compl¿cientes -v lo seguirnos atendrendo.
Hambre: Coma macefa.
Enfermen. LAUé dice?
Hombre En d pasil)a. lPausA Señat¡t¿, ¿aqul ncseoven las carnp¿nas?
Enfermea Yava a ernpeza[ con sus c¿mpan¿s otr¿ Íez 5] al menos nos drera su nombre. si se acotd¿r¿. -va h¿iri¿flos bLrsc¿do ¿ algún farnlltaI
Hombre. N/1¡ nombre no me acuerdo lla enfermera sd/e can gesta de enfada. Osau,'d lAparcce /a enfermer¿ en el mlsmo pes¡//o. p€Ío e¡' hct:-'.r'a "s no está ahi 1¿ enfe/'mer¿ hdb/a por un ie,Éiaaa a!.; ejia co/gado en /¿ pared).
Enferntera LDoatat? Sí. rnire. h¿illo elia,.:' l-,::'i] E homilre que tení¿mos aquÍen el pasillo s :' . -::¡ si. elancr¿no el que teníamos aqLriC:!aa 'a:: --.a-l lY¡ -, 'do 'ace j ''p' c : cisamente Dlat qué con él ei ,xai:,i :-- '-.' .1.' a Lrr-': p¿s¿do, era muy raro, sre|.::: 'rl:l :': --:r'- l:'-':5-relia b¡neciocn iP,t,a!.) '' ''.' :. a i-,'l-aa¡.ncselc tr¿rle 11,/¡e,É----' :--: .l -ain j-::!i s.io'nis r-n0 [ians? r. -- .. -.' :.:' a: -' :^ a : ::]' Éi 5i. -yO nle naqo aa'a -.':"-:-':- .:-.' .a']?:J'aa¿mtileyqutt¿lal ,,
LA CAíDA ltercera escena)
lEn a/gund esquina de une colon/¿ m¿rqln¿// Choio afieca. ahi viene elp¿n¿dero.
Crrl, Ch¿Ie soc o. ese vato está bien luno ahrl, [4e cae, se quedó i]ien ¿rlJla desde quÉ le dieron ,/¡ de l¿ panaderi¿. la de aquÍde Ia colonia Oue porque se le oivrdó ilrender el irorno en l¿ m¿ñ¿n¿, ei güey rnetiÓ l¿ rnasa y no prend ó el trorno. se quedó elperardo sentado a que e1 ilan salrer¿ c¿lientito. ahcie. ichale No rrarnes
ahr,/, Y no hubo p¿n ese dia y tuvreron que cerral el ch¿n garrc no. pues en friega le dreron q¿s ¿lruco
Cho/¿ S) \emprc sar¿ unas histolas rnuy loc¿s c-oo .^, ^ o ¡ u,,qlró J'o ,., "o orn I p¿, . ,g Íal aula
Cholo lA/hombrd Ése. socio, ¿quétrae?.. ¿Aquéhoras vas por elp¿n I -O-Oe^ O ,'-,rnp.nl-'r --
Cho/a ¿Ntda buscandó)de]
Hambre. Arade le salen l¿s ronchrtas corno a mÍ, de cho colate.¿zuc¿radas.blancas elboIlloredofdrto,esponjoso cor¡o los cachete\ de un ángel regordete.. Ios cochinltos. el niño envuelto, los eiotrtos rellenos de rnasa. a ésos, para que quedaran bien. halría que darles L]nos qolpecitos antes de ineterlos al horno y quit¿ries un¿ cucharadta de leche de l¿ .nedrda que deci¿ l¿ receta. si no. quedab¿n reduros Tantos ¿ao5 ahi. ei olor era caliente, el c¿Ior espory¿lla mrs manos se perdÉn en ia har na Siempte estaba yo lleno de h¿rr na, se me metÍa h¿sta en los cidos. p¿recí¿ iantasm¿ lo C, -n | F J- | ,o.r '' ' a 't AA r\ ,dcoaFDrrá -,.,,é OO,-I de Ooc r. O.1.ragL.' rD1 ,n,O-L
selas. que lueqo rne reqañaban. dizque gorque quedaban t¿n duÉs que luego n¿die se ias po{lia cornei iqué ir.rpor tabal, sise veían bten alegres, bten chul¿s. A Ja pr mera campanad¿. el panya estalla listo.
Ctto/¿ Puessi, misocio. hasta quese quedó sentado esperando ¿ que se hrcjera sollto, sln pr-enderle ¿ la lurr'lbre {r/d Hambre Prcnde e a ia lumbre se rne oido o'ro n -r'o r e C, d,e Ll'4o dong dlnq donq luego se me olvrdó que no lo h¿tlia hecho
Cho/a AgaÍe)aanda comp¿ l-]stedy¿ no esÉ p¿r¿ esos trotes.
Hombre. l1o sé hacer otr¿ cosa, srempre. desde que rne acuerdo. he sldo panadero Chola) ¿:f su carnaia? L¿ que ie traia su m¿n{ladrto de la Super Shopplnq, hace un resto que no se dela ver: ahoid P)n.he qüea a fuerz¿s. dizque .nuy _qr ¡!a porque tr¿i¿ placas gabachas, pero -a.- al mefo nopalen la frente .r¡'rri¡a ¿Carn¿i¿? :.t;¡ a¿tt¡la. l/J¡e, c¿niot¿ . herrnan¿,
Cha/¿. La eL)e 'l¡via al otro Jado
Ho/nbre LDrces que venÍ¿ ¿ verme? Yo no me acuerdo Creo que de niñoyo tenia una herm¿na. p!'ro er¿ una bebrta. un niña de llrazos. yola catqaba cu¿ndo |egres¿Lla de la chamlla befle¿l]¿ y pataleab¿ h¿sta que yó l¿ c¿rgar¿. sÓio asídql¿lla de iJorar un¿ llebita no puede rnanelal: y meno5 un carro gab¿cho
Cho/a. Pues st usted y¿ no es finqÚn charllaco. menos 5u carnala, aiiviánese, llatlese de su via]e
H..)rnbre. Está usfed loca, una bebita no puede manelal y\i lo frzo, pues se ha de h¿llerperdido .. no me acuetdo y s no me ¿cuerdo, e5 que no existe
Chald /A/.haq Nle)or le prc¿nnos de aqui, este ruco me está poniendo de [n¿]¿s
Cho/a Si-r]ón.
Hombre LS)món? L[¡e d]Jlste simón?
Cho/a S¡món
Hombrc Yase rnehabÍa olvidado que me llamaba 5lmÓn.
lEl hambre cae d/sue/a desvdneaido El cho/a se dcerca d ,.'o\
.a , t aq.,é. VeJO¡ Or¡, i-orO., L 'Á nO O,a
petdldo
arrla Espérate, si lo dejarnos aquise lo van a ch nga.
Cha/¿ ¿Y qt)é vas a h¿cer con un ruco tiesoy cárcornrdo?
ii\lelor a pelarnosi
Cho/o Espérafe, te digo, sl nomás está desmayado, quién sabe desde cu¿ndo anda vag¿ndo
Chola. Pues desde que lo corrieron de la panaderia
Cho/a.Alarnqu ¿S¿lles?. meaquitaporque amÍtam
bién rne qustaban las don¿s con mucft¿s boiitas de colores, se veÍan bien ¿leqres
Cho/a. )Ay. no seas cursrl ¿Por l¿s donas de bolitas te vas a meter en una bronca I
Cha/a HaznÉ un paro. v¿rnos a de_larló en l¿ Cruz
Cha/¿ LY 1ue9a I
Cha/o. Ahisaúár qué h¿cer con él
Chold iÓtrlel Agá¡alo de ailá renia QZón el ruco. parece f¿nt¿sma, está rete pálido
Cho/a LYa le fi)astet \ll pes¿ nada
REDENCIÓN {cuarta escena)
/En /a ig/esia, e/hambre s¡que anodl//¿da. e/ sacerdateya ha sa/ido de/ confes¡onario).
Sdcerdate. Le rep¡to que ésia es la c¿sa de Dios. si usted no ha ventdo ¿ confesarse c¡,éppnr.do de )uS pe( tdo Jdn s' ¿r-tF o) e- j¿m.\ ..ijLan./¿,á '. \ d- ele''¿.
Hambre Ya no me quiero arrepentif sÓlo me quiero rnorir aquÍ
Sacerdote Pues aquí no es lugar para mo rirse, sino par¿ ren¿cer. vivir la vjd¿ eterna. Hombre. ¿Para eso hay que rn onrse prjmero?
J¿l e oole I \loy pérd enoo ,¿ p¿, enL'|¿ Hambre Ya sólo quiero morir oyendo las campanas, con un olor c¿lientito y duice de
harn¿yazúcaI Mou|r-fe ¿qui. para que ane h¿qan un mon to vestrdo asillien eleg¿nte aomo clde ¿cá.. yqueiasseñoras me prend¿n vel¿doi¿sy las nirr¿s me tr¿iqan l'lorÉs. dlng donq drng donq
sdaedate \l[e, ierga este manto pat¿ que se cob]ley tome esta limosna, e servtrá para que coma dgo lle toná su mana para d¿Í/e ei d/nero, el taaetdote. ¿/ vet 5u mdno te asu\ta ¿Peto qré e5 esto? ¿Oué e pa5Ó en ¡ rn¿no ¿
Hanbe. aras piquetes, uf ¿s ¿gtll¿s que me doli¿n,.qLl.'
drzque er¿¡ para que no lre murier¿, pero ine doli¿n il-l¡olei Ya se me puso moraaloy negro
Sacerdote ¡.le\Úsl
HonDre )asÚs, e)ftt)o.1.'Dlos Ave ¡,¡aría Purlsirna s n peca .ló aonaebrd¿.
lr.erdrrer Ve cómo sísalle
Hanbr.'ltoiasé lo oÍPor ahi 5acerdote Dros .'5tÉ contigo
Hontbre: LD a\l l.E\rstc flro57 l\o lo he vrslo, nó me aauer
Jo - -aa c -o"-
t¿aerdote iAd ós. Pedro Cúbrete y.tlid¿t" a5a ir¿ro (1, tt)t¡duae h¿ai] i,t t¿l¡d¿/ lfi hotnb?iai€ de,¿ iq,es?.:eqL,'e d¿i errelpótt/ao. a /d t/ttenlpet¡e l'/o lt¿',/ a¿dte ¿1itie',ii ''t .o
all;r ¿alcntro, ale tolofe: PÉtc ilue!o ¡lÉ i aliriarrr-¡ra aoluna d,. i¡! llqur li¡: oe picdi¿ .1.' ¿alLri¿i!"'I¡ rla'Lr5:..d¿i L'r l¿
pafed. Frgur¿ de Pedro de piedra A lo rnqJor me tl¿en fio res pero llev¿nta tLt aabez¿, v€ lat fqu? de p¡edÍ¿ d /o ,/¡r) io que sÍes que lUyyly qué 1r erl l.r: Dalarltos se sient¿n en eilasy pi¿Iican aon ias llgurltas iqué tonto soyl si ¿quí está r.rle]or desde ¿quí puedo vei el parque y l¿ fuente con los ánge es reqordetes Oulero qLr.' mr ¡qut t¿ tenqa l¿ [n¿no extend]d¿ p¿r¿ que sr m ¿rnigo el pal¿rito al que ,-ftefé. desplefi¿ pued¿ voiai haala m mano otr¿ vez y pl¿t aar aon los ojos y d¿ie un¿ car.r¿ y que 5e vuÉ va ¡ morir y¿ v.r ¿ ser h aa lle entp¡e.z¿n a oir /¿s aenpandt de b mttnt¿ de -t€tt Y¿ está listo elp¿n, y¿ pLreoo desaairsar ije €nvue/ve en ie mdnte, te ¿aamada Sentada en elpóf[a de b iq/esla con un¿ n¿na extendÉd, a¡er? /o5 a/o'. ie qL,'ed¿ nnÓv¡// llleg¿ und tetlo? aon und n/ña que /iefi Últet)t. rnat en /¿ l/tend
Nirie tl/li.a. rn¿má1, un afiaiano p d]endo rrlos¡¿ l./rr7á Nr t.' aael-ques l-n Ja, h¿ de ser u]lo ¡a' e5¡5 alri.ri ilÚ5 que se l¿ p¿san brl¿qcs todo eldía [.]n lli,ierlÚ p¿'¿'¿.;.i ¡/r, 1¡l r¿i. tlene un p¿l¡rito e¡ la fl¿¡Ll tll¿,tá )dea\ tr,-V¿5 ¡pÚr¡te qLre .:rrr-a-i ¡ .'.1¡- l'ii il mr)a. ¡LÉltfo 5e¡ol rlo Deldañ,r .1: ':-'¡! -j
I,l e Sel1a,¿t )/,'?'1 1.a..'" : .- t : ? ; ii." \:. - -' i -l'.:ir) tii' ai{,ai,t,1t (la i',4a',a; .:,:.t-' -' .l':: a" l- ' :'''':.t :1 lt.a:it.i aralf¿.r a'l Y
More (Traducc¡ón de Roxana E. Torres Lara)
Usas tu mente como mol¡no que tritura paja
La pules y con tu mente retorc¡da ríes
En tu torso, postrado donde el cuervo cae sobre tan débiles corazones mientras su dios imparte llamadas y golpea su ala
hasta que el tumulto tra¡ga más hombres negros de reserva para restablecer otra vez, guerra a un pequeño costo. Lloran por la cabeza perdida y buscan su precio hasta que el cielo de la tarde se torna rojo
(Traducción de Marisol Nava Rodríguez)
¿Por qué hay quien hace tanto alarde de un milagro?
Por lo menos yo no sé de otra cosa que no sean milagros.' Si camino por las calles de lvlanhattan, o lanzo una m¡rada sobre los techos de las casas cerca del cielo o ando con los pies descalzos a lo largo de la playa, justo en la orilla del agua, o permanecer debajo de los árboles en el bosque, o hablar todo el día con cualqu¡era que yo amo, o sentarme a la mesa con los demás a la hora de la cena, o ver conduc¡r a extraños opuestos a mí, u observar a las abejas, muy ocupadas alrededor de la colmena en un mañana de verano, o a los an¡males comiendo en el campo, o lo maravilloso de una puesta de Sol, o las estrellas brillando, tan calladas, tan lum¡nosas, o la exquisita, delgada y delicada curva de la Luna nueva en primavera. , Esto y más, cada uno de ellos, son milagros para mí. Todos ref¡riéndose. no obstante, d¡stint¡vamente en su espacio.
Para mí, cada hora de luz o de oscuridad es un milagro, cada metro_cuadrado de la superficie.de la Tierra está embarrado de lo mismo, cada pie de la multitud interior, de lo mismo.
Para mí el mar es un m¡lagro cont¡nuo, los peces que nadan, las rocas, el movimeinto de las olas, los barcos con gente a bordo, ¿Entonces qué tan extraños pueden ser los milagros?
Charles Bukowski (Traducción de Jaime A. Castro Ceceña)
Aquíestoy supuestamente para ser un gran poeta y estoy adormecido en la tarde.
Aquíestoy consciente de la muerte como un toro g¡gante emb¡stiéndome y estoy adormecido en la tarde.
Aquíestoy consciente de las guerras y de hombres peleando en el ring y estoy consc¡ente de Ia buena com¡da, el vino y las buenas féminas
y estoy adormec¡do en la tarde. Estoy consc¡ente del amor de una mujer y estoy adormec¡do en la tarde. Me recargo sobre la luz solar detrás de una cortina amarilla, me pregunto hacia dónde se han ido las moscas del verano. Recuerdo la muerte más sangrienta de Hemingway estoy adormecido en la tarde.
Algún día terminará este aletargam¡ento vespertino. Algún día escribiré un poema que transformará en volcanes las colinas de allá afuera, pero ahor¡ta estoy adormec¡do en la tarde y alguien me pregunta: "Bukowski, ¿qué hora es?'
Y yo digo: "3:16 y media".
Me siento culpable, me siento detestable, inservible, trastornado, me siento adormecido en la tarde. Están bombardeando iglesias, o.k., está b¡en. Los niños pasean en ponys en el parque, o.k., está bien. Las bibliotecas poseen miles de tomos de conocimiento, buena música existe dentro del radio cercano y estoy adormecido en la tarde. Tengo este sepulcro dentro de mí que dice: "iOh!, deja que otros lo hagan, déjalos ganar, déjenme dormir."
La sabiduría en la oscur¡dad barriendo lo oscuro como escobas. Me voy a donde las moscas del verano se han ¡do. Trata de alcanzarme.
Comet¿rios sollre la obre de Odette Ba raias
Nos miran a los ojos, Ia posic¡ón de su miracia es de reto. Eil¿s rellasan Io domésrico. se desDOrO.- Oe IO aom-n y COInente. §¿ran oe sLi cocina. sala. comedor. se des orgullo e5 un cor¿r' cue pcl'¡¿l pefiume que úqj¿ J¿s ma sale ¿ relucir ¿ rI¿\ BaAas. es e o oue elobturador ¡ntermi ligiere y reviefte en geJat¡na emulsionada. que se imprjme sobre la blanca ¡ente
una posición en la vida, porserel¡as m6mas a través de lo que hacen, Wr levant?,Í ún b.azoy saber por qué. por escr¡tr¡r una Iínea y s¿ber qué decir Nojuegan. se afirman, Y en ellas e¡
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ELSA DÁ\Ar.os (o¡slñ¡¡oa¡l
l..ocEscrr tcrrc " p rl ,.ó¡ ¿.,..eO..,.. dO.UO.C-O ALc- -a')'4 nos, células que sejuntan y dispersar, quc tepresentán y ,. .1,) 1.1\:- -o\.r.t,erl!e o J '- a--'.¿.1/. rOJ IO ¡-4O \OF ¡.r, 1. 1d. -¿ la .. .-r | .o .S-" "-, '. IF -' - b oJe,O"O.o d^F' r' '.U'óJe habira gaciente la figura de C)de{e. se trasl'nin¿ i¿ lectura que h¿ce de ló5 ¿demanes. p¿r¿ dejarlmplesay torlgciada. P', ,a¿DO ' l.', a'a 'o ''o'o-'s ', ' df a . ."\a
LLlcÍA AviLÉs (.ANrANrE)
.\,1 - l ,e'O'¿uáOe-dLrOLJesC,.O ', Or' ^ ¿ , I e ,r ,dc,e LOn ^ UFqa d- .L. hjt?" a ,, Aa ,CA e¡ oá,rov¡,é.o vált,. f a ^ ¡t¡ ZQL-au, ¿.ñ... ,.1A - ¿a.?Yttlt'eale. O LD,O CA\-ñ )t.ó¿.d, dF n'F¿\e':er¿^L, uLcpd ¡ nrJUer,ro,ll P .t te'dA i 1e\'d -nLestrrOoene-o.ó.op.-.o-pe Ir.eqoo,s: .Odeó^lO en\LOO'¿F(.ry:) - o¿l ,. ^\." t."aitl. ,/r\ IO'r-r.5 Oe'¡ L.r D.i¡ O.. OC'O OO - IOC J( \r | . )¿''cLll n.Oanl A¿üL',. p,O,.rOO'l\ia LOn n(r\Lr ., ,o5 "L OO',rur¡ .-le Ir e .r .,¿.i."ij¿ d qLe r enp- p. .1 ,.A¿-n t -. n .lOC r\ e d5de'.-lt,tqd d¡:n2 e rO.O din, son espada. corazón. d¡a'r,afitey trébola la vez.
Rosa fvla.ía Esp¡nóza Ga,indo
P¡rnrcr¡ Acurr¡a (e¡tr¡atN¡]
t"I zu?{
Javier Fem¿índez Aceves* Fotogaffas de Odette Baxajas
1
Encima tle las frutas y verduras, los envases de V8 y Boing!, 1as vacas, aunque ordeñadas r irgenes. las bamas blancas de queso pasteurizado que no tienen sexo y sudan, en las espinas, 1os lunares, los siameses de ratón, las aldabas de las puertas antiguas, las chapas de las puertas i:rodemas y los passwords de las de seguridad, :ntre avispones, bananos, gtanábanas, b is qu et s :..n cara de ombligo, ombligos con cara de : rión, ostiones que tripulan un ovni hablando :: política, en la bondad de las aguas, agüitas, .l-.:es. cacalotas, galaxias, ponches, en la punta ,:'. a del cautín taliente como 1os pajecitos de la :.:ra y' las vacaciones de Littbarski con doble t, :. ¡ k después de la s, en las sábanas de un .: -¡lo teliz en tonos verde y verde con borda: :. ¿rde. cosidas a mano, limpias como hace :-:.J:s 1 tendidas con olor a Batman, en la -.::r¡ de un chamaco marrón becado por
Richard Claydermann y la mala¡ia de su madre, mulata primitiva que pudo ser top model pero está jorobada. canta mal. sangra en sus ertremidades y besa con un ¡smack! chicloso, a la intemperie, a so1as, recio bajo el Sol, en los plzs de Vida Sa¡a y Mótorhead, el forro de la cal, de la col, de lo cool, en la tarántula, la guía dominical, los chochos, donde el rotor de los distribuidores cumple su misión sin lloriquear sólo rotando y el riñón filtrando y el mercurio celoso e incorporado, en las ca¡ies de un etíope que extraña a sus papás pero no come chipotle, en 1a chispa de ser cuate, triate, la chispa de los rábanos, el pellejo noble que se va con la circuncisión y una enfermem guarda para hacet maquetas, al costo de la cocina grande, más allá del cine mudo, de nuestra vecindad y el polvo de
*Esctitor tijuanense
Maseca se supo, apenas la mañana de hoy, que unos hombres de blanco se dej aron sobornar fácilmente y soltaron a un marica en Yápo1is.
La noticia se divulgó por los andenes, el patio y el jardín, gracias al apuro de un zurdo inconteni-ble que apenas escuchó el rumor, maquiló unos /yers verde flúor que decían: "Marica huyó".
"Marica huyó, marica huyó," era 1a noticia. El zurdo saludó a todos con e1 beso acostumbrado, anexando una docena de flyers prensados en un c/rp, doblados en mitad o sueltos, ligeros, otoñales, que tapizaban su rastro como pedacería de carnaval. "Parece un santo", dijo el fruticultor en su Toro View Cancún, gabardina de nylon, cuando vio pasar al zurdo escaso, primate, opaco y veloz en su fuot Bagheera, e[ chaleco impermeable de alpaca que añadía 26 kg y 15'C a su cuerpo de hámster.
'No es un santo, es que el marica huyó", explicó el sastre con la garganfa en fa, un tono arriba de la escala ordinaria, y monógamo, entró a su dormitorio antes que algún velador notara el cambio de su voz y ajustara e1 collarín de su Bambi Mamooth a las medidas de castigo. El sastre pesaba lo normal. En su oabeza, una pantalla de 100 pies decía "Marica huyó", en camcteres gigantes que le llegaban vía satélite. El sastre sintió que frente a la pantalla, y triste, se acumrcaba un niño pobre.
La noticia de la fuga del marica lo tenía conmovido, exista Santa Claus o no. En la mitad más húmeda del do¡mitorio pensaba: "Si alguien me invita a matar al marica, yo quiero ser la bala". Apagó la luz, nadie roncaba. El sastre y el marica heroico iban a corretearse como gacelas del viento por toda la eternidad. Pero eso después; ahora se mordía el labio inferior en forma casi imperceptible, estaba solo, escuchaba en estéreo. Inhaló un poco de aire y lo exhaló diciendo: "Te me fuiste, rascacielos", con la garganta en sol. Desató el collarín, las poleas de su Bambi Mamooth y se recostó sin estomudos. Suplicante, náufrago, alfabeta, lloró en la oscuridad 1a fuga del márica, quien huyó sin decir "bésame," cuya estatura es de 1.72 m, cuya piel Io tansportaba a Hollywood y cuya voz aún le
retumba en loud por las bocinas de un Camaro que el marica olvidó en el octavo nivel del gigantesco edificio que es su corazón.
"Marica huyó", todos leían y todos escri bían. Los detalles de la fuga se iban entretejiendo autónomos, se imantaban, se presentaban corteses, se daban la m¿no para cruzar e7 freeway- y el zurdo. que no era tacaño en el placer de contar, a quien lo detenía se 1o dictaba: huyó el marica por la puerta sur donde se abre esa cañada inmensa y pedregosa que los guardias llaman La Herradura y se ríen; se fue contento, dej ó flexibles, denominados, bienolientes a cuatro hombres de blanco que la noche de antier fueron abriendo la llave, el candado, el pasador, la jaula y el portón, mostrando los mapas y atando a los perros según el marica se portaba con ellos; huyó no por falta'de aguinaldo ni bajo protesta de ser cuerdo ni por la vuelta de Kiss o e1 silicón tan caro; huyó emuelto en su Verde Pollution, camisón »cc que sirve para calmar a aquéllos que no duermen, a los que rezan en inglés y a todos en el día de su cumpleaños; huyó sin deudas, fotosintético y voraz, con la memoria revuelta en salpicón y un letrero en la espalda que decía: "Si me ves muerto, oríname". Huyó el marica, huyó valiente, niolecular, trasnochado, atropellando instrucciones e imágenes, y cuando por fin lo soltaron, sintió una patada en la columna, junto con un favor: "Hey, Plutarco, si ves al cabezón y a su familia, diles que siempre no", pero como el marica no entendía, e[ guardia más puntual se lo gritó: "¡Sigue e1 olor de tus pies!" El más circuncidado: "O te mueres." El marica se enfiló por la cañada pero, al cerrar el portón, el más hogareño y el más fiel le gritaron a dúo: "¡Calandria!"
El marica sintió que la palabra "Calandria" lo alcanzó como un leopardo y lo tumbó sobre unos huizaches crujientes con ramas plagadas de urzuela. Hay seres humanos que, ejerciendo su derecho, odian calzar ua bota y sentir que dentro hay picnic de Cri-Cris, o bien, quienes al fin de una pesada noche les bota 1a pantalla con el recuadro "System Error. Retry_Abort Ignore_". Entonces lo mejor es retirarse, dejarlos rabiar. Al domador que no le
gusta oír de Luis Miguel a medio número, al camicero que no soporta los SkyTel: dejarles campo abierto, reventar su furia, callarse, salir de ahí. La palabra "Calandria" taladraba la médula espinal del marica como nada en el mundo, era una tortura infinita a la que no conseguía resistirse o dominar y a la que temía como a un rurastrar de cadenas, un rechinar de dientes, un relámpago implacable e instantánéo que 1o enganchaba del pescuezo, 1o cargaba de watts.
En segundos, la palabra "Calandria" se fue como se va el tren, como se van los lobos.
El marica se incorporó, rezando. La noche láctea y la cañada rocosa que los guardias llaman La Herradura y se ríen, s€ arnÍron encima de él con brincos de olimpiada y secreciones de amor estudiantil, bañando la galaxia.
Toda la mañana, los guardias negaron el rumor de la fuga pero, antes del mediodía, migrante y específico, había crecido como una torre de control. Era un banderín pagano, un motivo innegable, vital, pues en aquella selva de viudas desdentadas, en aquel monasterio de gordas, en aquel cesto fermentado de ancianas, la noticia cayó como un aguacero de vírgenes.
"Marica huyó, marica huyó," lo repetían, lo saboreaban, lo compafían.
Saber que antier huyó un marica en Yápolis es tanto como saber que en el pulmón de cada quien, en la avenida más grande, aún queda rm cohetón de libertad que muy pronto será avivado, alimentado, vertido. Saber que se fue por el sur como antes cinco hombres heroicos era para su alma un coctel continental. Todos confiaban en que a media ta¡de el marica habría alcanzado la ciudad como seguramente la alca¡zaron ellos; con excepción del hindú, quien al tercer día de fugitivo apareció por el norte cortado de las orejas y la lengua, y ahora barre y trapea el acuario de los hombres de blanco luciendo su Bubble Toluca, bikini de chaquira con frutas de temporada que ellos acarician, decoran, aspiran y muerden. Rayando el amanecer, mediterránea, predecible y etema, la cañada de granito que los
de blanco llaman La Herradura y se ríen, se tragaban al marica con paciencia. El marica huía. Caía, corría, caia olra vez. ¿Su sentido del humor? Con el switch en cero. ¿Su pulso? No había con qué medírselo. ¿Velocidad? Según, avanzaba de prisa visto de muy cerca, lento e irregular desde la peña más alta que ardía como un comal, y seguía en el mismo punto si pudiera vérsele desde el Mercado Miramontes, donde soñaba con llegar.
La imagen del marica huyendo afloró en los hombres de Yápolis una urgencia personal. En algunos, hambre. En otros sarampión y el d¿id va de su madre. O bien ganas de colorear, etcétera. Toda la tarde Yápolis fue una galería sin equilibrio donde si bien aquél comía cereal en plato desechable, ese otro se peinaba despacio, y mientras aquél lloraba recortando fotos, éste se mecía como una bolsa de goma, ido, plural, en su universo d,e m.ásica trance.
Mientras tanto, una audiomanada rodeaba al marica. En una de sus caídas notó que lo seguía un ejército de voces, un contingente terco y malhumorado que engordaba al paso de las horas. Voces ecualizadas, voces de caridad, voces con ofertas y descuentos, voces que oyó cuando feto o en la niñez o antes o después, voces de júbilo, voces con número de fax directo listas para estrenarse en la ópera del jueves, la voz de Pimpinela y Maradona, la voz de Ana Gabriel, la voz de Pakistií¡ con los egipcios que le quedan. Villancicos, porras, voces de su propia boca contestando a todas ellas. Voces que se ataban por encanto del solazo en los desfiladeros y arroyos del gran terregal vertebrado que los de blanco llaman La Herradura y se ríen. Voces de blanco, de rubio,. de negro, voces de cuarzo rodeando al marica. Discursos honorables, lesls, moralejas, pronombres. Voces en inglés, en portugués, adivinanzas, rifas, dúos, tríos, cuartetos rodeando al marica. Voces simples: que de la mano cantan como niñas de kínder e him¡os de la mar, pero en Yápolis se sueltan por enfado y sólo son la Aaaaaa, la Ssssss, la Oooooo, la Mmmmmm, la Ffffff. Y
Jesús Becerra Villegas* Fotografia de Odette Barajas
Cuando Alicia regresó al kibunal, un nuevo juicio estaba por comenzar. L¿ sala se encontraba en el mismo acomodo que recordala, y todos los asistentes mantenían 1¿ mismaposicióny lapeculiar solemnidad de antes, de modo que Alicia se preguntó si en un país que no está construido como los demás países que ella conocía (aunque nunca había salido de Inglaterra, pero los imaginaba), era un país al que el tiempo le afectara igual. Pensó que si el tiempo no tenía presencia en ese lugar, podría pasarse de un acontecimiento a otro, no importando el orden, como, por ejemplo. comenzar por las consecuencias y adivinar las causas, como en unjuego.
El arte de la adivinación podria ser en el futuro cosa del pasado- Pero también supuso que si el tiempo no contara, todos los acontecimientos podrian darse simultáneamente en una especie de
presente muy denso y que haría aún menos inteligible ese extraño lugar. Ésa fue su primera sospecha de que el tiempo sí existía ahí, ya que ella recordaba todas sus anteriores aventuras en cierto orden, aunque carente de lógica, lo que la llevó a conjeturar si, correspondientemente, podría haber una lógica sin orden.
En vez de llevar sus razonamientos por ese rumbo, mejor decidió pensar que si el tiempo no existe en algún lugar, es probable que ése sea un problema de un tiempo simultáneo que sí existe, aunque se encuentre todo junto en un lugar inexistente porque ese tiempo se aglomeró no en un presente denso, sino en un pasado extinto o en un futuro prometido y, como de algún modo, no era ése el caso del país de las maravillas, ya tenía
*Cqte¿riit¡co de lct Falultacl cle Ciencías Hmanas d¿ ld u,1Bc
una segunda pista. La tercera clave eta realmente simple: se trataba de un nuevojuicio.
En esra ocasión la reina de corazones rojos se quejaba veladamente de que el rey hubiese perdonado la vida a los diversos jugadores de croquet, argumentando que si se fomentaba la indisciplina, el juego se volvería injugable. Al menos eso parecían significar 1os versos que leyó el conejo blanco y que nadie entendió con Precisión:
La reina de corazones, la reina de corazones si su corazón palpita la cabeza te decapita y tu, ¡oh destino! te [a pones
¡Oh, ruin me descorazonas!
Ruin me descorazonas:
¡,qué sentido tiene el juego si lo que se pierde, luego, a tu tumo tu [o perdonas?
El rey esperó a que el conejo reenrollara el pergamilo y argumentó, como a favor del destino:
-La ejecución de los participantes tampoco al.udaría al futuro del croquet, ptesto que no habría jugadores que lo llevaran a cabo.
Ante esto, la reina ordenó la decapitación del juego para que, entonces, losjugadores pudieran participar sin que hubiera reglas que romper y razones para decapitar. Los asistentes al juicio imrmpieron en algarabía mientras los miembros del jurado garrapateaban distintas historias ilegibles, según pudo constatar Alicia, quien observaba por encima del hombro de Bill, cuya escritura era, además de ilegible por la espantosa caligrafia, ilegible por haberperdido lápiz y pizarra, de manera que describía circunvoluciones y garabatos en el aire, encimando la escritura invisible en la misma página y en el mismo renglón. Alicia pensó que nunca vería una página imaginaria más densamente recargada de texto invisible que ésa.
Al apagarse el barullo de los asistentes 1ue a cualquiera habrían parecido procesados absueltos-, el rey ordenó silencio, aunque ya sólo se escuchaba el chirriar de las pizarras y los ronquidos del lirón, que se había quedado nuevamente dormido.
Era costumbre del rey dictar órdenes cuya ejecución ya se había consumado, para asegurarse de la obediencia debida a su dignidad. Por su parte, la reina gustaba terminar sus diálogos en condenas de decapitación que nunca se cumplían en los hechos; es decir, en la corporalidad de los condenados, pero sí en los discursos, que empezaban; esto es, eran encabezados con a1 menos alguna amabilidad y quedaban t¡uncados con una orden de decapitación. Así que los mandatos del rey quedaban satisfechos de antemano y los de la reina eran frases autoperformativas en su mera ejecución; se trataba de una manera extraña de ejercer el poder, pero era un ejercicio, al fin. Por cierto, esto era una nueva evidencia de que ahí había tiempo, ya que existían ciertos órdenes en 1as órdenes que se daban.
A todo esto, sin embargo, el jurado tomó nota rápida de la orden de silencio y dejó de escribir, incluyendo a Bill, la lagartija. El lirón fue sofocado en un saco de un material crujiente, por lo que tuvo que contener hasta 1a respiración, a fin de no emitir ni provocar sonido alguno, El rey habló, a1 fin, diciendo:
Un juego sin reglas puede no ser el mismo que todos los participantes están jugando, y puede suceder que todos ganen en su propio juego, pero al mismo tiempo pierdan en el de los otros, y 1a reina y el rey no pueden correr el riesgo de perder: para eso existe lajusticia hasta en los juegos.
Por otra pafe, un juego decapitado puede entenderse como unjuego sin inicio, que sólo puede comenzarse por el final, y como el final es siempre 1a decapitación del perdedor, debemos empezar por perdonarle la vida para que puedajugar. ¡A eso le llamojusricial
La reina enrojeció de furia y se volvió hacia el conejo blanco, quien presuroso dio tres toques de trompeta ganándole lapalabra; luego volvió a abrir el mismo pergamino y fingió leer:
. ¡El primer testigo I
E1 primer turno correspondía nuevamente al sombrerero. Traía la misma taza de té y un trozo de pan con mantequilla, igual que en la primera ocasión.
-Ruego me perdone, Su Majestad empezó por comparecer así, pero no había terminado el té cuando me vinieron a buscar.
Deberías habe¡lo terminado -dijo el rey-. ¿Cuándo lo empezaste?
El sombrerero miró a la liebre de marzo que, con el li¡ón del brazo, lo había seguido hasta la sala.
E1 14 de marzo, creo que fue -dijo. E1 15-dijo 1a liebre de ma¡zo.
-El 16 -üjo el lirón desde el interior del saco, quedando por fin liberado de é1.
Anotad todas esas fechas y calculadlas respecto a la fecha actual -ordenó el rey al jurado.
Alicia observó, por encima de las cabezas dei jurado, que ninguno de ellos sabía qué hacer en obediencia al rey. En primer lugar, habían anotado las fechas no con cifras para calcular después, sino con letras que, además ya leídas en conjunto, no decían nada respecto a las fechas, sino a los nombres de quienes las habían pronunciado, y en vez de la fecha actual, anotaron "rey de corazones", a lo que no sabían si restarle historizando o suma¡le proyectando, uno el nombre "sombrerero", otro "liebre de marzo", y uno más "lirón". El más nervioso era Bi1l, 1a lagartija, quien habiendo perdido desde el inicio todo objeto para anotar, no tenía esperanzas de dar con la respuesta requerida. La reina fue la primera en notar esto y, tras una mirada fulrninante, inició una orden:
¡ Culpable ! -gritaron al unísono la reina refiriéndose aBill, y Bill refiriéndose al sombrerero. -¡Que le corten la cabeza! agregó la reina, cambiando la idea de decapitar a la lagartija en favor de la decapitación del sombrerero.
-Soy un pobre hombre, Su Majestad imploró el sornbrerero La liebre de marzo puede-..
-¡No puedo! adelantó la liebre de marzo desde su lugar.
Entonces el lirón podría... -continuó el sombrerero, pero al ver a su testigo dormido, no supo cómo termirar.
Es tan obvio que no puedes, que resultas culpable -sentenció el rey.
-¿Qué tanto lo es, Su Majestad? -preguntó el loro desde el jurado, para anotarlo.
El sombrerero es tan culpable como la iiebre de marzo -dijo e1 rey, encontrando una respuesla de emergencia.
¿Y la liebre de marzo, Su Majestad? -con:inuó e1 1oro, dándose aires de importancia.
-Pues la liebre de marzo es tan culpable como el lirón -dispuso e1rey.
-¿Y el lirón, Su Majestad? intervino Bill, gariando a todo el mundo la pregunta, con tal de congraciarse con la reina.
-¡Para eso está el jurado! -contestó furioso el rey al toparse con la pregunta inevitable-. Decidid vosotros.
-¿No será el lirón tan culpable como el sombrerero, puesto que es tan culpable como la iiebre de marzo, que es tan culpable como el sombrerero, Su Majestad? preguntó Alicia, confundiendo al rey, lo que aprovechó la reina para ordenar:
-¡Que les corten la cabeza! ¡Principalmente al sombrerero!
-Disculpe usted -dijo Alicia. un poco por diversión y otro tanto por evidenciar lo absurdo de la sentencia , cuando ordena "principalmente al sombrerelo", ¿es porque esp€ra que a él se la corten más o está indicando por dónde comenzar?
-¡Qué estupida pregunta! Cualquiera sabe que una cabeza se corta por la cabeza. ¡Que les corten la cabeza! ¡Empezando por la liebre de marzo! -chilló l¿ reina. Disculpe nuevamente, Su Majestad, ¿por qué por la liebre de marzo? -intervino Alicia.
-¡Cualquier estupido sabe que cuando se corta una cabeza puede iniciarse por donde se quiera y por quien se quiera, siempre que no se olvide a1 final de c orfar la cabezal -gritó con estridencia.
-¡Que les corten la cabeza! ¡Empezando siempre por terminar con el lirón!
Ante el enredo verbal, se produjo una conmoción en la sala, ya que los guardias temían que en desacato a la orden, ellos fueran sentenciados igualmente. Unos interpretaron la última orden como la de aniquilar primero al lirón, otros al final, pero aun éstos no atinaban por quién comenzar. Mientras tanto, el rey, que había estado anotando en su cuademo, se caló los anteojos en la punta de la nariz y arqueó las cejas asombrado de lo que había escrito. Leyó:
-Esta corte declara que todos aquellos inculpables por acciones que pueden haber cometido o dejado de cometer en el pasado, en el presente o en el futuro, son declarados culpables de inocen-
cia e inocentes de culpabilidad, según el artículo correspondiente de la ley aplicable al caso, que a la letra dice:
Las cosas que fueron Y serán no siempre son las cosas que son. Aquéllas ocupan un tan gran espacio que las Presentes no caben ya en esta canció ,
Como puede notarse, hay en esta disposición un verso libre: "espacio que las presentes". Es una prueba contundente de que los legisladores previeron que, ante esta situación, todos aquéllos que fueren hallados susceptibles de ser encontrados bajo sospecha, habrían de ser puestos en libertad finalizó con satisfacción, entre la algarabía generalizada, qrl,e el sombrerero aprovechó para escabullirsejunto al lirón y cubrirse la cabeza con el saco que utilizaron para acallar a aquél
Mientras tanto, Alicia, que compafía eljúbilo general, orientó sus pensamientos al sentido de los versos recientemente 1eídos, y al sentido de todo el proceso gue estaba presenciando. Consideró que ante la eventualidad de una desaparición del tiempo, no sólo todo se volvería simultáneo, sino uno solo: todas las criaturas serían a la vez inocentes y culpables no porque se unieran 1os episodios en los que lo fueran. sino porque cada una seria todas las criaturas inocentes y todas las criaturas culpables. A la vez que una serían todas, todas serían una. Si era esto así, entonces €l tiempo era lo que permitía las diferencias, no el espacio, porque lo extenso só1o significa una de esas diferencias.
Era más bien la intensidad lo que siempre había interesado a Alicia, y ahora que escuchaba la posibilidad de que el pasado se uniera directamente al futuro, lo encontraba impensable, porque lo anterior siempre terminaba explicándoselo por lo presente y no podía imaginar 1o que vendría, si no era según lo que ya había llegado en ese momento. Y en ese momento, el bullicio se había apagado y el
rey aprovechó para resonar la autoridad de su martillete ordenando silencio. Los guardias se apresuraron para cubrir al lirón con el saco que se había calado el sombrerero, aunque el lirón se encontraba despierto, primero por el susto y luego por e1 gusto.
-Sin embargo -anunció el rey ante el desánimo generalizado, en el que la excepción fue eljúbilo de la reina , el hecho de que uno de los cinco versos de1 sexteto sea libre, significa que falta un verso que rime con é1.
-¡Nadie sale de la sala cuando de la sala nadie sale! -gritó la reina con una impecable fluidez y una lógica irresistible. que le hizo ganar una mirada de admiración del rey, quien continuó :
-Así, este caso de desempalabramiento debe afectar ala sentencia previa que concede libertad'
-Libertad concede -dijo Alicia a1 rey-. ¿Que previa a la sentencia afectar debe? Desempalabramiehto dé. ¿Caso este así?
-¿Qué quieres decir con eso? -repuso el rey, conf,mdido.
-Con decir eso, ¿quieres qué? preguntó la reina en un tono de ¿poyo a su consorte real, quien le pagó con una nueva mirada de asombro. Alicia se levantó de su asiento, olvidando que había comenzado a crecer nuevamente, despreocupada por las cuestiones de la extensión y más atenta a los cambios y los retornos del sentido. A1 avanzar hacia el rey, con el borde de la falda volcó estrado y jurados, como una vez antes 1o hiciera, sin sentir ahora la pena de entonces, ya que esta vez la escena no le recordó ningún accidente de peces dorados, sino simplemente 1os accidentes gramaticales que había estudiado en 1a escuela, especialmente los de sintaxis. A propósito, recogió a los miembros deljurado y los colocó en posiciones absurdas: a unos de cabeza, a otros de espalda a la tribuna y a Bill de cabeza y de esPalda.
-El juicio no puede continuar -dijo con voz muy $ave el rey- en tanto no welvan a sus respectivas posiciones todos los miembros del jurado.
-Precisamente, cuando lo mismo da jugar con las posiciones y los sentidos, no debería importar el rumbo deljuicio, ya que es indiferente si va hacia adelante o hacia atrás -replicó Alicia, mientras, reconsiderando, volvía a cada criatura a una posición más adecuada-... mientras no se pierda el juicio -sentenció.
-Y eso, a su vez, ¿qué sigrrifica? -preguntó el re¡ esperando que, como sus órdenes, hayan sido consumadas de antemano, y que el significado de las frases de Alicia estuviera previsto en 1a propia pregunta de é1.
-Puede significar muchas cosas -contestó sin dar tiempo a que la reina reoiganizara la misma pregr¡nta- Una de ellas que el presente juicio no tiene porvenir puesto que no tiene un pasado suficientemente estable para entenderse. ¿Sabe algüen en esta sala qué es lo que está enjuicio como para decidir sobre la culpabilidad?
-Igualmente, el juicio puede ser sobre muchas cosas, pero no interesan porque el propósito deljuicio siempre es la sentencia, así que no importa de qué se acuse a alguien, siempre que sea encontrado culpable o inocente contestó el rey.
-Todas son ocasiones de cortarle la cabeza a alguien. A una cabeza cortad¿ no le importa por qué la cortaron, así que, ¿por qué nos debemos ocupar de eso ahora si luego no será de interés ni para el mismo interesado? -intervino la rein4 ganándose esta vez un mayor gesto de asombro de parte del rey.
-Ésa es uná manera equivocada de ver las cosas --comenzó Alicia su respuesta, que fue intemrmpida por la reina:
-Ésa no es ninguna manera de ver las cosas, querida: una cabeza que pierde el cuerpo, también pierde Ia visión.
-Hay muchas maneras de perder más que la visión -insistió Alicia-. Puede conservarse lavisión pero perderse lo que en la clase de dibujo llaman la perspectiva y la orientación. En ese caso, ¿de qué sirve ver sin comprender?
-Ése es precisamente el momento de amputar la cabeza, ptesto que aún puede salvarse el resto expresó la reina, con aires de sabiduría.
-Eso es no entender nada, tal como ocurre ahora. No tener orientación no es sólo no saber adónde se va, sino ignorar dónde se está y de dónde
se viene -señaló Alicia-. Ese es el problema con ustedes.
-Perdón, señorita -intervino el loro en el jurado, tratando de tomar debida nota de cuanto se decía , cuando dice "ustedes", ¿debo anotar "Sus Majestades"?
Ignorando la pregunta. el rey intervino, mientras el loro se sonrojaba en un tono que a la reina le pareció muy propio. El rey dijo:
-En ocasiones distinguir entre el ir y el venir es irrelevante. Es el caso en el que se peÍnanece en un lugar, sin ir ni venir. Así sucede con losjuzgados: si la persona no ha hecho nada puede ser condenada por eso mismo, y si lo ha hecho puede ser absuelta.
-¡Pero no se puede jugar con el destino así! replicó Alicia Lo que tenemos proviene de algo y de ello se deriva algo más.
-Si no se trata de jugar con el destino, pequeña -dijo la cada vez más diminuta reina a Alicia, que recuperaba ya su tamaño normal . Pa¡a nó hacerlo, tiene que ser obedecido siempre, se haga lo que se haga.
-Eso es negar el presente -repuso Alicia-... y todo lo que lo rodea -añadió, aunque no i¡naginaba qué podría rodear el presente-. En todo caso, ¿cuál es ese destino predestinado?
-Perder la cabeza, naturalmente {ontestó [a réina-. Cuando crezcas lo entenderás.
-Imagine usted -dijo Alicia, ya exasperada por los razonamientos a que la habían sometido-, /,qué le parecería que a usted se le sentenciara a ser decapitada?
-¡Qué insolencia y qué descuido! -exclamó el rey, con indignación-- A una reina no se le habla así y, mucho menos, se le decapita.
-La iníca razón por la que no puede decapitársele es porque no tiene cabeza -replicó Alicia-. ¡Ahora lo veo! Donde no hay cabeza no hay razonamiento. Ninguna de sus majestades tiene cabeza que perder, puesto que no son más que un mazo de cartas rebarajado una y otra vez en juegos distintos pero equivalentes. porque siguen siempre su misma lógica.
En aquel indtante, todas las cartas volaron por los aires y cayeron sobre ella; Alicia lanzó un gritito y se encontró a sí misma nuevamente despierta y con un nuevoiuicio.Y
En elcajón, junto con mis calcetines, cientosdefotografías reposan elsueño de los justos. Los sobres con rollos revelados se acumulan. Vez tras vez olvidamoscomprar álbumes con hojas engomadas para organizarlas. Fotografiar, fotografiar, fotografiar, es laconsigna. "La fotografia, almargen de 1o que hagas y cómo lo hagas, sigue siendo rlgurosamente unaforma de la memoria", confesó Gerardo Súter. Y hoy, gracias a la competencia intensa entre Kodak y Fuji, cada mortal puede tener su cámara desec''rable con rollo integrado y revelado incluido a poco más de cien pesos. Pero, ¿es verdad que la fotografía es una forma de la memoria?
"La aventura de un foiógrafo", es un relato espléndido trágico-cómico en Los amores dific¡les, de llalo Calvino, donde ellente se convierte en el muro que imposibilita el encuentro amoroso. Perorata intensa contra una práctica adictiva y desquiciante.
Con la primavera - nicia elcuento- cientos de m les de cuidadanos salen el domingocon elestucheen bando era. Y sefotoqrafian. Vuelven contentos como cazadoles con eLmorral fepleto, pasan los dias esperando con dulce ansiedad las fotos reveladas, y sólo cuando uenes lasfotosdelante de os ojos parecen iomar posesión tang ib e del d ía transcu rrido, sólo entonces el torente alpino, el gestodelnene en eLcubo, elrefeio del Soien la plerna de ia esposa, adquieren 1a irrevocabilidad de lo que ha sido y ya no puede ser puestoen duda. Lodemás puede ahogarse decid idamente en la sombra insegura del recuerdo.
primera, Claudia, de 27 años, sonríe. La blusa de encaje color perla oculta los esplédidos hombros. El papel ylosquimtcos no me dicen nada de sufalda blanca, de sus piernas húmedas, deldeseoque escurre entre sus muslostibios.
Porque unavez que has emPezado -continúa Calvino-, no hay razón alguna para detenerse. Elpaso entre la realidad que ha de serfotografiada, es brevisimo. Sifotoqrafias la realidad que nos parece be la porque ha sidofotografada, es brevislmo. Sifotografias a Pierluca mientras levanta un castillo de arena, no hay razón para nofotografarlo mientras llora porq ue el castillo se ha desmoronado, y después mientras la niñeÍa loconsuela mostrándole una conchaen medio de la arena. Basta empezar a deciralgo:"iAh, qué bonito, habria que iotog raiarlol" Y ya estás en elterreno de quien piensa que todo lo que nosefotografía se pierde, es como sino hubiera existido, y porlo tanto para vivLr verdadera mente hay que fotografiartodo lo que se pueda, y parafoto' grafiarotodoes precso:0 b en vivirde
la manera r¡ás fotog raf¡able posible, o bien considerar fotografiable cada momento de la propia vida. La primera via lleva a la estupidez, la segunda a la ocura.
En la segunda foto de familia en estudio, posamos lo "más fotograflable posible". Bertrand, a sus cuako años, djbuja una sonrisa postiza para ocultarsus ganas de salir corriendo del cuarto de estudio de Sears e ir al bañ0. Sergio Heberto rezonga. Niel patito ni el osito de peluche que manipuló la escandalosa mujerextraña con uniforme y gafete le arrancaron la sonrisa. Claudia y y0 actuamos la cordialidad decembrina Calvino concluye:
Para quien quiere recuperartodo lo que pasa antesus ojos, elÚnico modo de actuarcon coherenc a es dispalar, por lo menos unafoto porminuto, desde que abre os ojos porla mañana hasta el momenio de irse a dormlr. Sólo asilos rollos de pelicula impresionada constltuirán un diaro fielde nuesfos días, sin que nada quedeexcluido. Elgusto por la foto espontánea, natural, iomada de lo vvo mata la espontaneidad, aleja elpresenie La realidad fotografada asume en seguida en carácter nostálg ico, de alegria desaparecida en alasdeltiempo, un carácter conmemofativo, aunque sea una foto de anteayer. Y Ja vida que v ves pala fotograf¡arla es ya desdeelcom enzo conmemoración.Y
'Paeta y critico literatia tecatense, asidua colaborador de ésla y muchas revistas cullú' rales en el estada
Gutiérrez Bernal*
El viaje a Puerto Rico lo plaaeamos un viemes por latarde, borrachos, en la oficina. Ese año ocupábamos e[ segundo piso en la esquina de un viejo edificio, frente al campus. Le llamábamos la s¡rile, pues tenía cocina y baño, y todo tipo de aparatos para facilitarnos dar las clases de lengua.
Sin embargo, todos los viemes llenábamos e[ refrigerador de cerveza,la bebiamos, salíamos a comer algo, y luego regresábamos a llamar por teléfono un par de veces por lo menos- a Raquel, Rosa y Cristina. Luego ellas pasaban por nosotros para llevamos al cine, pues ninguno de nosotros tenía carro. Fueron las mismas chicas quienes nos llevaron al aeropuerto y nos despidieron con un abrazo. Esa noche Tony le dio un abrazo a su sobrino y otro a su hermarq y subimos a embor¡achamos en el avión, para amortiguar ocho ho¡as de vuelo noctumo.
Ltegamos a San Juan en [a madrugada. Fue un típico aterrizaje en el trópico: palmas, playas, nubes, agua en la pista y humedad. Los padres de Tony y su hermana nos esperaban. La chica y yo nos guslanos a primera visla. Ltegamos et fi jeep a su casa en Bayamón, un barrio caribeño de clase media. La casa estaba llena. La abuelay e1 tío ocupaban la recámara de los huéspedes, así que pensamos que dormiríamos en el porche en dos hamacas. Luego fuimos a un centro comercial y pensé que estábamos en Tijuana. Por la noche ya teníamos un cua¡to con dos camas. En la mañaria rentamos un auto,
Pueno Rico es un estado libre asociado al que Carlos Fuenre¡ llamó. en una carta a Pablo Neruda, "colonia esc1:r a Lmplicada" (o algo así), y más que una isla rodeada ;. -:jl- parece esm¡ ¡odeada de mitos sociológicos. Des-
de el punto de vista geocultural €s una isla genial, pues está muy cerca de Venezuela. Brasil. Cuba y, por qué no, España. Por otlo lado, está bastante lejos de Estados Unidos. Entonces creímos que llegaríamos a la isla del caos, donde el inglés se peleaba con el español y la cultura gringa aplastaba a la culhra latinoameficana, la gente no sabía lo que decía, y donde todo lo natural tendría que pelear por salir y ocupar un lugar digno en su propio suelo.
En parte sí, pero lo que encontramos fue, sobre todo, otra cosa: nadie hablaba inglés, las estaciones de radio eran todas en español, y salir a la calle era todo un concierto de castellanas consonantes y vocales tan musicales como los-coquís (sapitos noctumos) de losjardines de noche. Y por otro lado, de las tres opciones políticas an€xarse, independizarse o asociarse-, todos optaban por la del centro, que es, al parecer, la óptima. Así, vivían en e[ mejor de los mundos posibles, o bien, con lo mejor de esos dos mundos opuestos: en Puerto Rico hablan y enseñan el español pero ganan dólares; no pagan IVA pero su comelcio es de primer mundo; las ciudades son clásicamente latinoamericanas y caribeñas, pero los servicios son los mismos de Estados Unidos; es decir, las gasolinerías, los centros comerciales, bancos, cines, el tlansporle. etcétera.
Al igual que en EUA, la clase media predominaba en Puerto Rico. Pese a todo, en varias ocasiones acudimos a los barrios marginales de [a zona metropolitara y a las
*Escrítor tecafense rad¡cddo en San Diego
viejas aldeas de nativos con casas antiguas alzadas sobre vistosas y desgastadas palizadas. Al parecer, ellos se han quedado al margen del progreso de los "asociados", pero tienen derecho de cobrar cheques de asistencia del gobierno federal, aqnque entonces aún no tenían seguro de desempleo.
Luego vimos a los chiquillos correr a bañarse en la playa y algunos viejos permanecer sentados en el solar co¡ la mirada francamente perdida.
También, una noche, recorrimos a pie el viejo y mítico San Juan, con sus fachadas francesas y sus casas y cafés de tres pisos. En realidad este ba¡rio es un labe¡into de callejones, callejuelas y plazas, y en una ocasión dimos una vuelta equivocada. Minutos después salimos a La Perla, el epopéyico y sitiado barrio marginal que se localiza al pie de la ciudad, entre el mar y la pared.
Un grupo de chioos venian subien<lo la prohibitiva escalera que baja por las chabolas y nos topamos de cara con ellos. Iba con nosotros, para acabarla de amolar, la hermana de Tony, y también Albert, el hermano de un amigo de la maestría. A todos nos han contado historias de los p¡oapartes de La Perla. Eran legendarios sus asaltos y pleitos, supobrezay sus drogas, sus reyertas y üímenes, pero esta vez, como buenos turistas, tuvimos que afrontarlos cara a oara. Después de todo podía ser el cenit de nuestro viaje de invesügación y muestreo, pues habíamo§ ido enfte otras cosas a escribir una tesis sob¡e la literair.¡a de Ana Lidia Vega, y a medir el clima social pregun:lndo por aquí y por allá. En esta ocasión el momento se enó de tensión. ¿Acaso deberíamos celebrar el encuen:r lnesperado con labanda? ¿Debíamos correr o defende¡ : \ancv? O bien, ¿era nuestra oportunidad para hablar , - ellos y obtener infonnación de primera mano? ¿Aca, r..s Ilevarían de loar bajo las escaleras por las peligro- ::lles de tierra de las favelas? No pasó nada. Se siguie- : :: larso sin volteary nosofuos enconhamos otra calle- - .rpedrada que nos llevó de regreso al corazón de la '. ; :r el viejo San Juan, pues después de todo, y a pesar -, - ;ir isiones y la casi antigua violencia de los indepen: --: :..:i. en Puerto Rico hay una cultura de la calle a - .-=:-:-: de México, donde nuestuas "tres policías,, se -,--:- de que Ia sociedad civil no termine de organi-- . .', riando, sobre todo, que la gente platique- y to-.::r saber qué piensan los demás sobre el "proble-
ma" del idioma español o Ia anexión, y así es fácil obtener un consenso.
Puerto Rico es una isla despierta que goza del apoyo económico de Ios Estados Unidos por su ubicación estmtégica en la zona, y donde la gente habla entre sí (en español) para resolver sus problemas; gracias a esto han podido permanecer en el cent¡o del espectro político y, al parecer, han tenido buenos gober-
nantes. Aun así, las contradicciones de clase asoman a la calle con altos indices de delincuencia, a pesar de que a esto 1o alivia que la mitad de la población resida en NuevaYork.
La paradoja es que a la libre asociación con Estados Unidos, Puerlo Rico se ha podido mantener independiente y viro. Algunos inconvenientes son que ¡a no eriste la ce¡veza puertoniqueña entre otros productos , pues las cervecerías estadounidenses han monopilizado el mercado. Una de las grandes ventajas que recibe el pueblo boricua es la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, con sus aulas Correjtier y Palés Matos, sus artistas y escdtores, sus buenas bibliotecas y centros de estrF dio superior; o las tiendas y librerías, donde se compran a muy buen precio zapatos de Brasil, discos de Cuba y libros de España; y los restaurantes y cines, donde se comen mojitos, se ven películas de Raúl Julia sobre el cerro Maravilla tomado por los independentistas, y se leen páginas de Luis Rafel Sánchez, José Juan Soto y Emilio Díaz Valcárcel; o bien, los casinos prebatistanos del condado art déco, la zona hotelera donde se aprenden palabras como guineo, bellón y za.facó4 y d,orLd,e pasábamos de curiosos investigadores a turistas, de caminantes guevaristas a apostadores redfordianos, de inquisidores solidarios a egoistas nadadores, de soció1ogos fratemos a perversos cuentistas, etcétera.
Asi, hasta regresar a San Diego, a la rrlle del segundo piso que ya ¡o existe como tampoco existen realmente Cristina, Raquel y Rosa, Albert, Tony y Nancy, San Juan ni las borracheras en la oficina, ni algunos viejos cines, pues su lugar 1o ocupan ahora el nuevo ediñcio de la pBr. nr¡ero. trabajo:. \iajes. arnigos. novias, malls, oiudades. Y
MáS allá de ¡a exptorac¡ón por radar de señales extraterrestres en el esPac¡o Profundo, y más allá de la Parafernalia de los creyentes de la existencia de los ovn¡s y de los expedientes secretos X, la posibil¡dad de que haya seres vivos en otros mundos o civilizaciones prol¡ferando en galaxias lejanas o en la misma vía láctea, plantea una ser¡e de especu¡aciones que han cimentado, en buena medida, la forma de la ciencia ficción como un género Iiterario donde se rep¡ten un qu¡nteto de temas utjlizados una y otra vez hasta el hañazgo.
Estos temas son: la inte.ligenc¡a artif¡cial o los robots frente a la human¡dad; el v¡aje espacial para descubrir nuevos mundos; el apocal¡pis o la imaginación y el desastre; el tiempo como jmPulsor de paradojas y, por supuesto, el extraterrestre que aParece de ¡mproviso, ya sea como el villano invasor o como el ser dulce y angel¡cal que v¡ene en son de paz.
Sin embargo, si vemos Ia pos¡b¡l¡dad de contacto con otros seres no humanos y la a n alizamos no como creyentes a la Ja¡me l\,lausán, sino con la parte científica de la ficción, podemos configurar, al menos, tres escenarios Pos¡bles en térm¡nos h istóricos:
1. Los extraterrestres visitaron la Tierra en el pasado y se marcharon sin dejar una marca visible en nuestro Pasado o, por el contrario, se detuvieron y manipularon la evolución de la vida e incluso de la humanidad lve( 2007: Una od¡sea es?ac¡al, ra pe rc-la oe Stanley Kubrick).
Ga brie I frujillo l\y'uñoz*
2. Los extraterfestres se presentan hoy en día como una civilización más avanzada Y tolerante (Contacto) o Para dom¡nar el mundo (El día de la ¡ndependenc¡a).
3- Los extraterrestres están en nuestro futuro: inevitablemente habremos de toParnos con ellos, ya sea en su expansión o en nuestra expansión por el cosmos. De todos modos, habrá conflicto (Tropas del espacio o V¡aje a las estre,/as).
En la mayoría de estos escenar¡os posibles, la ciencia ficción ha tenido un solo lema, el del robot de Perd¡dos en el espacio: ¡Peligro!, ¡Peligro !
Visu a licemos, Por ahora, el pr¡mer escenario. ¿Es Posible hallar la marca extraterrestre en Ia Tierra? No Pensemos en lo óbvio: artefactos milenarios como el dólmer de 2OO1, sino en una huella portentosa. La verdad es que hasta hoy no hay nada de eso, a menos que le demos Poco crédito a Darwin y su teoría de la evolución. En realidad no hay nada que sugiera que las cadenas genéticas hayan s¡do rotas o man¡Puladas Por un agente externo con un propósito, ni siquiera el de jugar con algún primate inofensivo Para convert¡rlo en ese monstruo cruel y despiadado que ahora somos.
Y cuando los ufólogos sacan las figuras de Nazca o los mapas de la antigüedad, o las pirámides de EgiPto, hablan más de los prejuicios raciales de los europeos y estadounidenses que no conciben que unos hombres morenos y de poca estatura pud¡eran ofrecerle a la civilización una grandeza
que ningún euroPeo Pudo llevar a cabo en esa misma éPoca.
En una novela de mediados del siglo xx, Kurt Vonnegut, su autor, tal vez Pudo Precisar, con humor filoso y letal, toda esa fama de energentes en que el ser humano extraterrestre Y la civ¡lización tienen un ProPósito mayor que comer, crecer, multiplicarse y morir como la más h u milde ameba.
En Las /unas de Titán, se cuenta cómo un científ¡co del futuro descubre que toda la historia de la humanidad -la construcción de la Gran Muralla China, las guerras mundiales Y la explosión de la bomba atómica, la ed¡ficación de las grandes ciudades- tiene como objetivo transmitir un mensaje al gran creador del un¡verso. Cuando f inalmen te logra descifrar el mensaie que ha servido para que la humanidad se eleve por encima de los demás seres vivos, éste es relativamente corto Y Pareciera haber sido redactado por un lord británico: " ¡H ola I, ¿cómo están?, ¿se d ivierten? ".
Sí, por supuesto que muchos de nosotros nos hemos divertldo. Pero, ¿y los que no? ¿Cómo van a soportar un golpe así a sus creencias, a sus sacrif¡cios?; ¿cuántas quejas -a la job- no serán espetadas? ¿Por qué nos hic¡ste esto?, cuestionarán dolidos.
Pero el gran extraterrestre tiene respuestas Para todo: "¿y-..? ¿O a poco creyeron que eran importantes?, ¿que el ser humano era la espec¡e ¡mportante del universo?" Y
*Conoc¡do e incansable esct¡tor bajacal¡forn¡ano, quien apofta esta nueva columna e, Yubai.
-Una historia irreal, s¡ tú quieres-
Tom¡ás Di Bellax llustraciones de Benito Gaytán
Era una mañana de ¡nvierno en la ciudad del Sol. Desértica como un plato de aceitunas desPués de la comiday elYino. Aquíy allá se escuchaban algunos Pájaros que pasaban veloces a sus rutinas, a sus trabaios. Se oían embragues bien aceitados, neumáticos que rodaban inflados y algunos vestigios de la cohetería de la noche anterior. Es que había sido la últ¡ma noche, del últ¡mo año, del último siglo, del último milen¡o. Y anoche. como todas esas noches de aquiescencia espiritual y desborde de buenos deseos, su altísima porquería nos había bendecido desde su pedestal.
Parabienesy mucho, mucho tEba¡o Para ganarnos -que ¡nmerecidamente lo tenemos, lo reconozco elgran reino del engaño placentero.
Esa mañana, entre los cohetes, el humo apestoso y la cruda atmosférica, su altísima estup¡dez y el político poetario transitaban de este a oeste Por la gran avenida Obregón. Dentro de su automóvil dialogaban más o menos así:
-DQame su altísima, ino cree que la pátina matutina que desciende feroz como los casquillos del corcel de Arjuna,
engullirnos las entrañas cocidas de una vacuna cuadrúpeda y enchilada?
Obregón como un tiburón hambriento rumbo a las entrañas de su víctima más cercana y lerda, brotaban de aquí y allá, de los dos lados de la aven¡da, a ¡zquierda y derecha, seguidores en busca de aprobación, de firmas, de bendiciones, de afirmaciones, de vistos buenos. Beatas en cofias que ardían en deseos para besarles las manos, corrían tras é1, tropezándose unas con otras. Individuos que gritaban desesperados: "iBardo, bardo, aquí está mi obra!", empujaban a preescolares, nenas de primera comun¡ón y a fotógrafos de la sección gráfica. Una atmó§fera de tumultuosidad y carrera, de apocalipsis y guerra de submundo. Se lanzaban tras el maná de la acreditación, ras la mi;111í !T1i.I,L1 ;:.1T::,"'; #:: lít¡co poehrio sabían esto, sopesaban el alcance de sus poderes, la trascendenc¡a de sus opiniones. la superioridad de sus declaraciones. Era el panorama que Sustaban de ver, el ambiente que los reconfortaba, el escenar¡o que les brindaba placer: ellos. los elegidos: aquellos, los necesitados.
-iPara el carro. pinche Poeta! nos subliman de una metafórica manera a que nos alleguemos a una fondilla de ésas {el populacho para, sibaríticamente, dijo su altísima estuPidez-. Ahí hay un . insolente mendigo que osasublevarse. M ira, ni s¡quiera voltea a vernos. iQué no sabe que su deber es besarnos lx manos Parasu eterna redención?
-El eterno te bend¡ga Por tu idea y esPeremos que hoigo de lo que hoigo, amén.
-Perosu excelentísima, ¿no creetambién que este a¡re cual velo de una menina y cuyo canto símil de la infanta Rafaela que posó el siglo tx para los retablos del tísico florentino, cuyas influencias de las melodías de los juglares no sé cuántos, nos da la razón para señalara diestray siniestra quién es quién y cuándo es cuándo?
iEiem!, si hay Ia razón, pos sí. Amén.
Mientras el diálogo de los sabios y señalados por el destinoy por eleterno para ser los elegidos, los avaladores y excomulgadores, avanzaba como changuito de cuerda recién aceitado, y mientras la limos¡na se deslizaba por la
-iDónde? -pregunta el Poetario, que rápidamente estacionasu vehículo iunto a la acera cuyos bordes semejan las heterogéneas planic¡es del Olimpo en su derrumbe, y cual guerrero de alcurnia y estirPe se dispone a observar magn¡ficentemente aaquelexpulsado del buen camino y de la metáfora combat¡va.
Al bajarse ambos, duales cual Centauro, bestia y hombre, poetay bendito, poesía y sacramento, baiaron tras
+Poeta, trcductor y ed¡tot un¡vercitotto. lobarc en el Depottanento de Edttar¡ol ¿e la úac
ENERO.MARZO DE 1999 Yubei
de ellos los enanitos de la afirmación eterna vestidos de colegiales fronterizos, chupando ávidos las ediciones ¡nst¡tucionales, remojándose las patillas para verse más monos como público ytestigos, y dispuestos a corear: "iSí, sí, sí!"
-Su aitísima ciniquez ¡iio el político Poetario-, iPodría vuestra excelentísima sabiduría apresurar la retahíla de ep¡fanías para este ¡nmerecido hierofante, porque las ávidas entr¿ñas de mi diSestivo tritur¿dor claman por el crepúsculo ocarino de su efímero pero merecido embute?
-Calma, pinche poeta, ¿qué no ves que esto hay que hacerlo como una lección de educación que se merece éste que aquí está insumiso, y lo peor, indiferente? Además, los medios nos vig¡lan.
El herrumbroso, sucio, golpeado y ninguneado inmundo v¿gabundo, pero, eso sí, rotundo, alverque una alharaca le molestaba en su meditada y matutina ¡nd¡ferencia, paró en seco a la comitiya queveníacon su excelentísima {racias al eterno, los medios aún no terminaban de llegar- y mentándoles la madre les diio:
-Son siete los preceptos de los no acarreados, ilegales y negativos. Son siete los preceptos de los elegidos por el destino para guiar a los ¡ndiferentes, a los apáticos y a los que no combaten en favor de la gran misión. Son siete los Preceptos -y luego se calló como par¿ disponerse a dormir la cruda otravez-.
Los rayos del Sol de mediodía caían directamente sobre la calva lustrosa de su altísima marranez, y las nubes en ese momento se encontraban bastante lejos como par¿ apaciguar la cólera que ¡ba in crescendo. De prorto, estalló la rabia. Varias palomas esp¡r¡tuales volaron atemorizadas y el amb¡ente setornó sombrío. Las monumentales estatuas de la gran vieja avenida parecían querer salirse de su fundamento paratambién huir del lugar. Su altísima encabronamiento se lanzó contr¿ el hereje y lo estrujó, pateándolo de aquí para allá, arrastrándolo -tamaño insolente, no faltaba más- hasta la calle ¡ ahí mismo, frente al estupor del poetario, le partió la cabeza en dos. De momento no se d¡eron cuenta, pero los med¡os ),a estaban sobre ellos. La cabeza partida dejó ver el cerebro del mendicante y éste asemejaba un parde nalgas briI osas y sedu«oras.
^:
--iCómo? -dijo su altísima sfer¿-, iaun en la muerte se atreve este luiurioso a insultarnos consus blasfemias?
-¡Vámonos, por favor!--espetó el poetario-, que nos esperan en las festiv¡dades del templo. Por favo¡ su excelentísima, que los medios dirán que habéis Perdido el tacto humanitario.
-iSí, sí, sí! -corearon los enanillos afirmat¡vos-, \rámonos a la fiesta.
Su altísima excrecencia, guardián de las bájas hum¡llaciones, infante protector de las altas ganancias, miembro excelentísimo de los caballeros de la orden Teleciana, recordó su alturay condición y, acar¡ciando lacabec¡tade una anc¡ana pordioser¿que por ahí pasaba, sonr¡ó a lás cámaras y pidió al poetario que diiera unas Palabras a los med¡os, mientr¿s él se subía al móvil.
-Hade saberse, gente apacible ytelevidentes tristes -d¡io elpolitico poetario, más nervioso que ¡nsPir¿do--, que estos actos públicos obedecen a la necesidad esP¡ritual de enseñarnos el camino correcto y sin desvíos herejes de la ofera monetariaque crece en una proporc¡ón suPeriora la tasa de ¡nterés nominal de la pendiente neSativa de la cunra de inveBión, ya que los paradigmas que se d¡sPutan la hegemonía como herramienta de la transformación de la realidad, proponen soluciones a problemas de la economh que el paradigma dominante no puede resolver por no ser obieto de su preocupáción. Por lo tanto, su altísima se ret¡r¿ en este momento y todos ustedes están inv¡tados á la gran fest¡üdad del templo, donde autoridades e inst¡tuciones estaÉn Presentes.
Dicho esto, el poetario cerró la puertadel móvily salió velocípedo barruntando entre pohr¿redas enfi lándose hac¡a el gran centro de ceremonias. Ya demro,ycon más serenidad, su altísima negligencia meditaba sobre lo sucedido. iDónde estaba el iefé de la granadería cuando más se le neces¡tába? iDóndese metió el ministro en esos momentos de angustia? Mientras se revisába el man¡cure de sus uñas manchadas de sangre y cabellos, se pregunf¿ba si realmente \r¿lía la pena sacrificarse de esa manera -y que el eterno Io perdonase-, pero, icómo había llegado hasta ese punto?, ipor qué había herejes disidentes que no en-
tendían las bend¡cioñes delcaP¡tal,la calma que traía la riqueza, el éxtasis cas¡ divino del libre mercado?: en fin, ¿qué acaso el presidente no se enterab¿ de estas cosas?, ¿Por qué no hací¿ nada?, y lo más importante, ¿Porqué la comunid¿d de ártistas no canal¡zaba a los d¡s¡dentes para que se inte8r¿ran a la cultur¿?
En esto estaba cuando el Poetario ¡nterrumpió sus profundas med¡tacionesy le di¡o:
-Su altísima, allá, a lo leios, diviso el escenario que se ha PrePar¿do Para vuestro rec¡bimiento. Se Perciben los vapores oroperlados de las mazorcas y sus mechones ancestrales; se adivinan ya las fr¡tur¿s celebratorias de la canela, los azúcares divinos y las masillas torneadas Para Yuestro paladar. Los iuegos mecánicos de multicolores br¡llos y la cohetería ya están preparados. Se oyen los chasqu¡dos chispeantes de los machetes, se ven los vaivenes de los penachos y, sublimemente, se s¡enten las rítm¡cas Pisadas de los pies descalzos bailando en valla honorífica. Hay, más allá, música vernácula con cantos de rancherías entre algodones az ucarados. Y el as¡ento de honor -vuestro as¡ento- es rodeado por el m¡nistro, el presidente, las damas del honor recóndito, los caballeros de lá renovación del morral y, abaio, aplaudiendo con euforia, las institutr¡ces del instituto, conteniendo con fuerza la impetuosidad del pueblo que ya qu¡ere, que ya recláma.
-Sí -diio su altísima cansadez-, todo está en su lugar, Pero antes de llegar tendremos que tomarnos un refriSerio. Llégale a la fondilla Par¿ un resPiro' nos merecemos un Pequeño descanso. De hecho, la cruzada del morral no tiene descanso nunca' Fíiate, Poetario -y esto que te sirv¿ como eiemPlo Para tus Proyectos en favor de la cultura, o como tú dices, alta y fina cultur¿-, hay que estar preparado para cualquier ¡mPreY¡sto. SiemPre estar alerta par¿ actuar, porque las consPir¿ciones de los mal¡gnos y anarquistas siemPre están al acecho.
Esto decía su altísima estratega mientras entraban sigilosos a lafondilla del centro abandonado' Entre aromas dá fritura de pollo y vapores de café quemado, se fueron escabullendo entre las sillas y los comensales hasta llegar hasta una de las mesas del fondo.
Allí habíá alSunas Pareias beb¡endo cerveza y enlullendo papas fritas. En los muros había P¡nturas de los artistas Plásticos más reconoc¡dos: Paisaies urbanos, campos agrícolas, bosques lejanos, personaies car¡catur¡zados bañándose en fuentes de soda y copas de helado. Dos meseras que parecían enfermeras de asistencia pública, se afanaban con Platones de com¡da, tarros de cerveza y copitas de licor con colores caprichosos, La atmósfera era coronada con un sut¡l olor a mingitorio, no deltodo omniPresente, y flotaba machacona
-Lo Primero que hay que hacer -y esto te lo puede asegurar cualqu¡er Pol¡tiquillo de tercera- es trabaiar de manera desinteresada por el bien de al8ún sector marginado. Digamos que se Puede trabaiar desinteresadamente en la organización de al8ún maratón de recolecta, no ¡mPorta cuál sea la causa. Por eiemplo, a favor de la salvación de los abusadores de toxinas, o de los des¿carriados ideoló8icos. o de los insurrectos involuntarios, o de los hereies en desgracia. Le puedes poner un nombre pegajoso como "El E-mail de la niña santa", "Las alforias de los reyes magos", o "El correo del niño caritativo", y puedes hacerlo mediantev¡deotones, cafetones o la m¡lladel billete. Lo imPortante es hacer mucho ruido consensual, mucho aspaviento y ProPaganda ¡ sin aparecer del todo enfrente de la recolecta, sí hacer ver, sutilmente, quetú estás detrás de todo esto. Eso sí. que quede bien claro que los acopios de las donaciones no los tocas n¡ con la m¡r¿da,
y quetu interés es únicamente altruista, cMcamerte sol¡dario, y lo haces Porque Perteneces a los Pocos -gracias al eterno- buenos que quedan en este fin de ciüÍzación. Lo demás es Pan comido. Los alruistas de verdad -los que tr¿baian por el bien de los demás- harán el verdadero traba¡o de hormiga. Ellos se sentirán bien al hacerlo y tú quedarás como un autént¡co líder tr¿nsparente De ahí en adel¿nte todo es cuest¡ón de ¡nvert¡r en el momento preciso, con la Sente adecuada, en laempre§e ideal: lasalvación de los perdidos, o el rescate de lá cultura de las manos de los ineptos, o la reparación de los deterior¿dos de la economía vía elección PoPular; tÚ escoSes.
Todo sto decía su ahis¡ma estr¿tega, mientras los reloies sonaban y daban hor¿s inexactas; ibaamaneciendo ahíy en algún lugar anochecía; Ias gallinas cacareaban a lo leios, había mujeres pariendo; los tomates brotaban de latierra' y la llwia caía indiferente sobre copas de árboles maiestuosos; se tr¿iinaba apresur¿damente Para salir de los barrios obreros, se abrían las fábricas, se inic¡aba el engranaje diario de la producción; los mend¡gos salían a ¡nterpretar su papel de pedigüeños; el tráfico de las ciudades se aglutinaba y desahogaba en un intenso bombeo de circulación hacia la nada; algunos grupos inconformes consPir¿ban contra el poder, y una mus¡quilla de estribillo insi$eme y vomit¡vo. Desde la mesa estraté8ica donde se apretaban su altísima sedienta y el Po€tario se alcanzaba a ver. a través de los ventanales, el afán hormigueante de las festiv¡dades. El poetario tlamó a una mesera Para Pedir una copita de anís para é1, una tacita de café para su altísima, y el periódico deldía. Luego su altís¡ma ideoloSía continuó m¡entras distr¿ídamente hoieaba el diario:
las ninfas de la alta suciedad preparaban un Sran Pastel Para su baile anual; ch¡rriaban las máquinas sumador¿s de dinero; las casas de cambio estrenaban luces de neón y chorreaba el acero ¡ndustrial, subían volutas de polvo de cemento; se raspaba la tierra, se surcabay plantaba; luego estallaban las risas en las olicinas públicas; lloraban en los velorios; se emborrachaban en las cantinas; sufrían en las prisiones;se congelaban en las zonas frías, en los mercados, en lacalle, en las montañas; todo esto ajeno a los devaneos de su altísima' Ancho mundo amPlio Y ajeno.
-Vuestra sapientísima altitud -diio el Político Poetario después de sorberle una chuPadita a su copita de anís-, no soy digno depositario de la Pretérita ha poco oroperlástica colección de sap¡enciay estrategia del ser ante la nada, Sería despreciable que ioyas tan aquiescentes de vuestra gran puerta espiritual fuesen desPerdiciadas, así que me he permitidotomar nota...
-¡Pérate, Pinche Poeta! ¡Mira lo que aParece aquí, en tu página cultural!
---iiEn mi página!? i¡En la trib'rna de mis excrecencie§ metafísicas y de mis efluvios poéticos!?
-iSí, cabrón, mir¿!
Su altísima impaciencia le espeta el suplemento y el poetario no cree lo que está leyendo. Las moscas vuelan de la mesa; las cucarachas huyen asus rincones. Los ratones no se atreven a setu¡r royendo su Pedacería. Las falenas vuelan lejos de los manotazos. Los enanos afirmativos escaPan. Se
caen los platos, sé rompe el divino orden de las cosas. se paralizatodo movim¡ento. Las cajas registradc'ras se niegan a abrirse, se apagan los fogones de la estufa, se cancela el tiempo, el reloj se intriSa. Afuera todo se Paraliza' Al poetario se le emPezó a escurrir la Piel como a una veladora vieia y Srasosa. Los oios se le saltaron como un par de yemas de huevo podrido. Se le caía el cabello, la boca se le abna en esPasmos, su cuerPo deiaba ver sus entrañas' transparentes igual que tubos de plástico, y su corazón, un triste zapato usado. Ante tal espectáculo, su attís¡ma indiferenciatan sólo acertó hacer un críPtico siSno en elaire, un coniuro contra Ias infecciones, visaies de Prest¡digitador antiguo, movirnientos asépt¡cos de médico bru¡o, santiguaciones de fraile aterrorizado. Luego, con curiosidad, sorbiendo su aromático cáfecito, tomaba el suplemento para leerlo detenidamente.
L La teoría de que los cambios históricos están hechos Por grandes hombres que conspiran, es la misma que la teoria de que un pequeño SruPo de indiYiduos PUeden consPirar para camb¡ar la historia: ambas son en provecho de la minoría.
2. Como una vez el gran sufi Shaykh lbn Arabi le dijo a Ayeróes: Entre una afirmación y una negación las estrellas se caen delcieloyson cercenadas de sus cuellos las cabezas' Entre el síy el no está el Pensamiento y la meditación.
3, El artista no es una persona especial, sino que cada persona es un artista esPeciai.
4. La propiedad es un robo (Ch. E).
5. Nacimos ya en Plena angustia metafísica, en plena angustia moral, en Pleno desasosieSo Político (B S).
6. En Ia vida de hoy, el mundo sólo Pertenece a los estúp¡dos, a los insensibles y a los agitados. El derecho a vivir y a triunfar se conquista hoy con los mismos Procedim¡entos con que se conquista el internamiento a un manicomio: la incaPacidad de pensar, la amoralidad y la hiperexcitac¡ón (B.S).
7. Elverdadero arte es lúdico, y el iuego es una de las experiencias má5 ¡nmediatas. Aquéllos que cultiYan el Placer deljuego no pueden hacerlo a un lado porun arte político o un arte "combativo" (por eiemplo, "la supresión sin la realización del arte"). El arte seguirá su curso de la misma maner¿ en que se respira, se come o se copula. Y
Ni soles tri lunas
El Museo de Monte¡rey presentó laexposición individual 'Ni soles ni lunas", de la pintora regiomonlana Rosario Guajardo, que se abrió al público el pasado mes de agosto de 1998.
Lamuestra, que se exhibió en el segundo piso de dicho museo, consla de 90 obras entre pap€les, telas, esculturas e instalaciones, elabo¡adas en va as técnicas como mixtas y co I lages sobre papel y craft, acabado a la ce¡a sob¡e lona de algodón, panel de madera al encaustoyyute,ylas escultuas de concreto y acero.
Las obras tienen aplicaciones de distintos mate¡iales como pigmentos, arenas, grafi tos, ceras, resinas y cerámica autofragant€, ent¡e otros.
Para dicha exposición se editó un catálogo con textos de Agustin A¡teaga y Xavier Moyssé¡.
La exhibición'Ni soles ni lunas" es lamás completa de las exposiciones individuales que ha realizado Guajardo en mtís de 20 años de producción inintemrmpida, y en la cual es posible aprecia¡ las ob¡as crcadas desde 1977 hasta el presente año, periodo en el que se incluyen piezas de varias series temáticas como Ve Iadul as, Cohdotkínios, Entre el olvído y la memoria, Quadratu§, Códígo de barras, Huellas de gra/ía, Códíces y otras, en las que se admiran obras en distintos cromatismos con una gran riqueza en la exploración de color y dotadas de texturas y caxgas matéricas.
La creadom es considerada po¡ críticos y especialistas en arte de México como una de las artistas jóvenes más destacadas del expresionismo
abstracto lírico, y coinciden en incluirla en la generación de creadorcs de este movimiento, en el que también figuran lrma Palacios, Ilse Gradwohl, Alfonso Mena Pacheco, Juan Manuel de la Rosa, Francisco Casho Leñero, Ignacio Salaza. y Susana Sierra, por citar algunos.
Guajardo se inició en la figuración con la natu¡aleza comotemaceÍtml, y en la búsqueda de un lenguaje personal fue depurando las composiciones hasta llegar al abstracto.
Para la pintora, sus dos estancias en Barcelo¡a a principios de los ochent4 fue¡on lrasoendentales en su trayecto¡ia, ya que lai[fluencia de los pintores catalanes marcaron su producción.
"Recibí i¡fluencias de Rafols Casamada, Antoni Tápies, Josep Guinovart -oomenla Rosario , perc Tápies fue uno de los artistas con una mayor influencia en mi obra, influye en mi gusto por las diferentes calidades de los materiales; Antony Clavé y Casamada ma¡can mi ob¡a en el sentido colorista, así como la libertad de Guinovart y Frederic Ar¡at".
Algunas de las cualidades por las que Guajardo eligió el arte abstracto son que éste "rompe la tradición plástica contribuyendo a la libertad técnica, fomal y temática; da al espectado¡ la oportunidad de leer supropio cuadro, no dice cosas, sugiere; con una mancha, con unalínea, propone sensacjones relacionadas entre sueños, ideas, colores y formas, abriendo la puerta a una serie de posibilidades sensoriales. El
color, eljuego inagotable de la luz sobre é1, y elvalo¡casi puramente sensual de las textuas".
En el proceso crealivo, la artista no se basa en bocetos previos, sino que la primera ma[cha dicta y sugiere la evoluoión de la obra.
"Esa maricha primigenia continúa Rosario Guajardoes la que me va a sugerir cuál es Ia pauta a seguir en el desa¡rollo de la obra. Al ir creando la obr4 confluyen varias cosas: lo que buscas expresar a través de la mancha y 10 que el propiio material te esüi dando; exploms otro lenguaje".
"El material y el oficio son sólo vehículos para presentar las fo¡mas y contenidos artísticos, para tasladarlos y trascenderlos. No basta sólo con tener percepciones artísticas, también se debe afi icular convenientemente cada material; siempre puede habe¡ cambios e innovaciones ténicas".
Para profundizar más en los materiales, Guajardo estudió en el Taller de Restauración de Manuel Serrano, en 1987. "A partir de esaépocame sirvió el hecho de conoce¡ muchos materiales para aplicarlos a los
procesos técnicos y para adentrarrne e¡ otras téc¡icas, por éjemplo, el uso de lahoja de oro, las résinas, los encaustos".
La pi[tora empeá a usa¡ en sus obms otros pigmentos, polvosy minerales en varias técnioas pictóricas, y el co¡crcto y el acerc en Ia escultura, además de otros materiales.
La búsqueda estética de Guajardo tiene bases muy sólidas en una profunda dedicación a su t¡abajo y una preocupación constante por manteneme vigente. "El proceso c¡eativo es básicamente de disciplina, constancia y entrega; lá madulez es cuestión de tiempo".
Sin embargo, la a¡tista no se conforma con la obra te¡rni¡ada porque continuamente estiá exploBndo e innovando, incluso busca superar las piezas que fueron seleccionadas o premiadas en algúri certamen.
"Creo que esta explotación en cada cuadro es una preocupación que viene a ser un resultado de la renovación que conside¡o todos los artistas debemos tener en nuestro trabajo para mantenemos vigentes".
Rosario Guajardo también tabaja conmétodos perdurables para que su obra sea conociday disÍiutada por las próximas generaciones como valor estético, cultural e histórico. "Sobre los materiales y sus aplicaciones: en pig¡nentos, el poder colorante de éstos, su pureza, solidez y estabilidad; las cualidades específicas de todo tipo de soporte, seamadera, Iona de algodón, lino, cartón, papel de algodón, libre de ácido para impresiónde arte, sólido y rígid.o;y los primers, considerando que son el soporte de la obra, deben ser de óptima calidad".
La entega de lapintora a su oficio la ha hecho ganar diversos premios y reconocimientos; entre otros, obtuvo la mención honorífi ca en pintua por el estado de Nuevo León en lal Bienal Monterrey: Pinhúa, Escultura e Instalación, en 1992; su trabaio también fue seleocionado en las ediciones de 1994 y 1996 de este certamen; le foe otorgado el premio de adquisición de 1a VII BienalRufino Tamayo en 1994, y enjulio de 1998 ganó el segundo lugar de pintura con sDobft Rec rrencías, enla I Bienal Olga Costa de pintura y escultura, convocada exclusivarnente para pintoras. Raquel Tibol, e¡tre otos, fue jurado en esta bienal y la iniciativa del evento fue promovida a través delMuseo de Arte Olga Costa-José Chávez Morado, de Guanajuato, Guanajuato. Rosario Guajardo nació en Monterey, en 1948. Estudió diseño enArte, A.C., y paficipó en lostalleres de la Escuela de Arte y Oficios de Barcelona Españaj el P¡iormarken s Atellie¡ de La -1¡ 11: C:lit'or¡ia. en E'rados
Unidos; y con Michael Rogers tomó el curso de escultura de vidrio, e¡tre otlos.
Empezó a exponer de manera colectiva en 1977, e individualmente en 1980. Hasta Ia fecha ha realizado 1 I exposiciones individuales en la ciudad deMéxico, Cuba, Venezuela, Perú y Bolivia, y más de 165 colectivas en México, Estados Unidos, RepúblicaDominicana, Argentina, Chile y Brasil. Y
Hernando Garza Departalnehto de Comunic ací ón del l,fus eo de Monterrey.
Metro-Pop, Ftü\llich, Colección Gran Angula¡ Conáculta, 1997.
P odtia decitse qve Metro-Pop tiene un toque douglascoplandiano siesque no se conoce Ia línea que Fran Ilich ha seguido desde sus inicios , y que esla obra que ahotucito,y Ge elac¡ónX tienen mucho en común: ambas muestrar a üna generación que no encuentra y no hace el intento por tener peNpectivas a futuro; en ambos libros se incluye un vocabulario explicativo de distintas situaciones a tratar.
Daniel Franco, personaje principal de la novela, trata de
mostrar que esta generación es verdaderamente un fracaso, sin t€ner 1a posibilidad siquiera de haber luchado por algo; la insatisfacci&Í está siempre prcsente en su vida; trata de iustifi carse refugiándose al afirmar que, a causa de las ge[eÉciones pasadas, la suya está así; que gracias a los ¿?ples vivimos ahora un emhotámierto de enfermedades y violaciones, películas estúpidas, drogas y demás... pero, ¿qué tal si no las hubiera?
Argumenta que los ,¡ppies todo 10 tenían, enumerando distintos artistas, músicos, etcétera ¿Y qué hacemos por tenerlo, si es que en realidad no Io tenemos?
En el tra¡scu¡so de lanovela se queja de que todos se quej an y.. ¿desde qué generación no dej amos de queja¡nos?
Daniel Franco va a la prepa. Odia los exámenes, a los maestros. Muestra indiferencia aI1tetodo. Es uÍ "bato alivianado, cool, para nada un hipócrita" cuando habla de sí mismc-. Le desesperan las amistades de su madre, los novios de su hermana Zoé; es un mono que gusta del re¿ro. No le preguntes por qué no se avergüeza de su pasado... Caifanes, Maldita Vecirdad... se llena de excitación de sólo pensarlo, pero a Iavez no deja su pose y no presta atención.
No le gusta ser ¡encoroso, sin embargo, la agarra en serio contra morIos a los que llama: enemigos, les tirabombas de orines, les rocía pintura.
Como cualquiera, exige sus derechos, pe¡o sobre todo, se cuestiona el por qué dar explicaciones; el por qué un adulto, policía o lo que se4 te tÉta como retrasado mental o más bien como una percona
qire no es capaz de formarse unjuicio o tomar ciertas decisiones; el po¡ qué estará siempre sujeto a confrontaciones con su familia, mis¡na a la que tendrá que pedirle auxilio en algún moúento de su vida... aünque no lo quisiera por ningún motivo. Nos hace conocerel miedo estando preso, señalando a casi todas las guerrillas entle el sistema y losjóveres que se han suscitado a través de los años. Pero en la vida de Da¡iel Franco no todo es pesar. Lo curado es buscar un rav¿. Encontrarlo. El fnp. Agararla en el Balboa Pa¡k con homosexuales medias rojas. La fobia hipócrita que no es otra cosa que una velada admiración.
Daniel Franco representa nuestra época, su cue¡po es vacío hecho deidad. IIn mofto rencoroso cualquiera, mas nunca un /ose,..
¿Por qué? Es de los pocos que hacen una crítica concienzuda ante lasociedad actual; es de los únicos que no se intimidan con cualquier cosa; no sabe adónde vamos a llegar, ni por qué lavida es siempre complicada, confusaymonótonaa la vez; él mismo lo dice: "nací, me reproduciré y mori ré". Porque siente que cualquier lucha nos llevará anada, sabe que todos tratamos de llenar un vacío que no tenemos con qué llenarlo. Po¡que estamos en un.r/ard-óI... ¿Para qué? Tampoco lo sabe. Tal vez ni las próximas generaciones lo sabrán.
Bibiana Padilla Maltos Jown poeta erícolense, se le conoce por su destacada participación cono realizadora de pae:ía úsual.
Comentarios al libro d€
VíctorAlejandro Espinoza Valle
Alrernancia política , gestíó pública. El Pa ido Acción Nacional es el gobierno de Baja California, El Colegio d€ la Frontem Norte, Tijuana, 8.C., 1998,203 pp.
Se me invitó a que hiciera algunos comentarios sobre el nuevo libro de VictorAlejandro Espirloza Yalle, A Iter anc ¡a políticay gestión pública. El Partido Acción Nacíonal es el sobierno de Baja California, invitación que acepté con gusto porque considero que se t¡ata de un texto bien escrito, que versa sobrc el desar¡ollo sociopolítico del estado. Es, además, un libro hecho con responsabilidad y conel rigor que las ciencias sociales exigen; sin afirmaciones g¡atuitas o posiciones partidistas, características que sí tienen algunos de los que con e1 mismo tema han aparecido en Ios últimos años. En términos generales, y para presentfilo de u¡a manera sintétic4 podemos afrmar que el libro de Víctor Espinoza trata de la experiencia que hemos tenido en Baja Califomia con un gobiemo no surgido del Partido Revoluciona¡io lnstitucional (PRr). Pero debe agrega$e que no es un mero recuento de hechos, de criticas y alabanzas y relación de nombres, sino un análisis profundo y serio realizado, comoya se señaló, con toda la precisión metodológica que exigen las ciencias sociales. En suma, son diez ensayos los que se nos oftecen en esta obra, algunos inéditos, que fatan sobre temas tan sugerentes para la reflexión y la discusión. Dichos temas son:
"La participación politica"; 'El corporativismo"; "La cultu¡a política y el cambio de 1989"; "El impacto del presidencialismo en el cambio politico"; "El PAN como gobiemo"; "La altemancia politica"; "Cambios en el corporativismo regional";'El conflicto de 1993 a ¡aiz del reco¡te de personal en el gobiemo del estado", y "Las elecciones de 1995".
Mis cornentarios seriin acerca de algunos puntos generales de la obra, sin la pretensión de hacer un análisis a fondo, si¡o con la intención de provocar el interés por la lectura-
Lo primero que debe decirse es que el punto de partida en esta obra es el caribio político en Baja Califoñia en 1989. En buena medida, dichocambio se explicapor la necesidad del Estado mexicano de recuperar consenso y rcconocimiento intemacional, dados los antecedentes electoBles del presidente Carlos Salinas de Go¡tari y la limitada legitimidad que le proporcionaron.
Este cambio se explica por factores intemos y extemos, siendo éstos los siguientes:
l. Presencia de la oposición desde épocas muy recientes a la creación del estado -€n particular el PAN , que mantuvo altos porcentaj es a pesar del control sobre el prcceso electoral y el liaude.
2. El ca¡ácte¡ de la sociedad: "una sociedad demandante del rcspeto a los rcsultados electorales, anticeúrálista y al malgen de la organizaciones corporativas. Uno de los retos mayores paxa el sistema corporativo proviene de una ciudadanía que se forjó al ma¡ge¡ y contra del sistema clientelar del partido de Estado". En las entidades
fronterizas hay una creciente obra que para que se diera el población no educada en la cambio de I 989, se tuvo que t¡adición corporativa de da¡ la subordinación de las intercambios partido-gobiemo. huestes priistas hacia el centro 3. E1incremento del nivelde delpaís, así como el supuesto escoladdad entre los votantes acercamiento entre elpresidente propicia mayo¡ votación hacia Salinas y el pAN, que tanlo se la oposición. La tesis de que el ha criticado.
PRI perderá rerreno en la Apartándonos un poco del medidaen que el país se orden seguido, creo que urr urbanice, se ha planteado desde tema importante de reflexión es la década de los sesenta. Así, el el hecho que se considere al doctor Pablo González presidente Saliras como un Casanov4 en su obra Ia chivo expiatorio al que se le democracia en Mér¡co, conside¡a culpable de todos los mediante Ia co¡strucción de ufl ñales. Considero, independieníndice de marginalidad, te de que sea una situ¿ción demuest¡a la correlació¡ que manipr¡ladapor el propio exisfe entre el ircremento de los sistema político, que el tema es índices de bienestar y la pérdida interesante para un análisis o de votación po¡ pafe del PIu. incluso para una discusión en En Baja Califomia está algúri espacio de encueriho. situación es clara. T€nemos los 5. Algo que se plantea en p meros lugares en ¡ubros otro contexto, y que es útil para tales como escolaridad entender €l caúbio, es que en promedio, personas que al alguna parte del libro se explica laborar reciben ingresos ,que existen tres fenóme[os que equivalertes a ciefo número de definen la identidad y el perfil salarios minimos, calidad en las culhual de la fronrera. És¡os viviendas, etcáer¿ son:
Considero que utiliz¿¡ la ' C¡ecimiento u¡bano co¡relación enhe indicadores de acelerado, sobre todo en los bienestar y sufragio o apoyo en ochentáfavor de la democraci4 sirve Se vive pegado a la paraexplicar el carnbio polílico liontera. octrñdo en nuestra entidad en Dinamismo económico, en I 989. Por otro lado, esta el cual la población se dedica conelación también ayuda a sobre todo al comercio, enlender la forma como operan serv¡cios. ranspones y fenómenos como el corporali- comunicaciones. vismo y el clientelismo. Alto grado de alfabetismo 4. La voluntad del presiden- (correlación entre variables te Salinas, quien n€cesitabadel educación y preferencias reconocimientointemacional, políticas). dado lo dudoso de su elección. Respecto a la gestión de En uno de los ensayos que Emesto Ruffo como gobemaintegra¡ esta ob¡q por este dor del estado de Baja hecho, sehablade altemancia Califomi4 el doctor Espinoza acotadao democracia selectiv4 Valle hace algunas afi¡maciones y se le llamaasi porque se ha en su obra, las cuales deseo acusado al presidente Salinas comentar: de reconocer unos triulrfos, Lap mem es que encuentla como los del PAN, y no unaparadoja el que Emesto reconocer otos, sobre todo del Ruffo hayaredimensionado al PP.D. También se afirma en la aparato de gobiemo al retomar
¡, darle continuidad a una poJítica iniciada por Miguel de la Madrid: la de hacer recoftes de empleados públicos. En lo personal, me Parece que sólo es uÍaParadoja en ciefto sentido, porque la redime¡sión del gobiemo del estado, con los recofes de personal de 1993, no se hizo por estar en oondescendencia con el gobierno federal, sino como Pafte de Lüavisión ideológica: lade que con Ia est cta aplicación del principio dp subsidariedad, es ineludible iniciar unproceso de fortalecimiento de lasociedad buscando que elaparato de gobiemo no haga 10 que ésta puede hacer. Además, hab.ía que agregar de que el aparato de gobiemó tenía personal en exceso en algunas iíreas. Recuérdese ql¡e en las últimas semanas del gobiemo de ÓscarBaylón, sólo con el deseo de cal¡sar contratiempos a la nueva administración, se le otorgó el ¡ombramiento de base a una importante cantidad de empleados; asimismo, se destruyó documentación que pudiera servir para fincar responsabilidades Por malos manejos, y se dañó aproPósito vehículos y mobiliario.
OtIa afimación sobre el gobierno de Ruffo es que no sólo en éste, sino también en los otros gobiemos panistas, se nota la ausencia de uÍ Proyecto social altemativo. Me parece que esa aseveración debe §er matizada diciendo que es un proyecto que no haterminado de corifigurarse, que está en prcceso, en el cual se desma¡tela el corporativismo y el clientelismo.
El proceso no será simPle, porque en la cultüapolítica e\lsre 1a concepción de un eiado palemalista o hasta malemal. Es necesario tomaren ar3.'¿ que e1 i1\ está bus-
caüdo más un régimen basado en la figura del ciudadano.
Por otlo lado, en este libro se habla del bipartidismo Para explicar lo que sucede en el estado en rélación co¡ la preseflcia de los Partidos politicos. Si¡ embargo, a veces suera más como una connotaciót1críticao de rechazo que una simple valoración de algo que se hadado como resultado Ce la pocas posibilidades dé participación política que en elpasado daba el propio sistemapolitico.
Estamos enunaprimera fase del desmantelamiento del bipartidismo ¡ en Baja Califomia, como en otras partes del pais, 10 que sucede es que el PAN sólo era de los Pocos grupos que daban importancia a las elecciones. De hecho, tal parece que en el pasado, el eat t tomaba en sedo al sufiagio, pues en la mayoría de los círculos priistas se coNideraba que los votos no se contaban Y la izquierda no patic ipaba e¡ los comicios.
Otra afirmación que dese6 comentar es que la altemancia poiítica produj o una baj a sensible en los indices de abstención, porque los ciudadanos le dan mayor impofarcia a la acción de votar.
En rcalidad en este país no se le daba la importancia debida al voto- La elección se consideraba como u1 mero ritual. Ni el PRr ni la izquierda 10 hicieron durarte r¡ucho tiempo..En cambio, el teN, desde sus inicios, le dio la importaricia debida al sufragio, de tal sugrte que se ganó motes y epítetos tales como el de los "místicos del voto", que alguna vez le adjudicara el presidente Adolfo Ruiz Cortines.
También es imporlante subrayar la posición del autor del libro de que el PRr generó
oposición al gobierno de Ruffo biisicamente por tres medios: (p.66)
El sindicalismo tradicional. Las dependencias federales y el Pronasol. Los medios de comunicación.
Es basta¡te pertinente que se ofrezca esta explicación porque la generalidad de las personas tiellde a Peflsar que ]a contiendapolítica se suscita sólo en las elecciones. Así. en relación con esto último. habría que a$egar que, en el caso d€ los medios de comunicación, a mi juicio, éstos se han rezagado en su desaÍollo si los comparamos con la evolución de lasociedad de Baja California. Si alguien está pensando en el ñodelo de medios y comunicadores objetivos, en busca de la verdad y ajenos a las luchas partidistas, se sentirá decepcionado. A mijuicio, en el estado, una buena cantidad de medios y periodistas se comporta¡ como si fueran la oficinade prensa del Comité del PRI --estatal o mwlicipal-. Así, durante la administración de Emesto Ruffo, este compromiso partidista originó muchos ataques al gobernador y a su equipo de colaboradores-
En el libro se maneja una idea que es conveniente resaltar: se refiere a que Ia altemancia que hemos vivido es un avance sustancial, pero falta mucho para la llamadatansicióna la democracia.
Como producto de la lectu¡a del libro, me su¡ge la inquietud por cuestionar qué es lo que sigue después de lograr una competencia electoral equitativa en la búsqueda de la democracia.
El perfeccionamiento de los procedimientos es sólo el inicio. Después viene el buscar urverdadero equilibrio de poderes; fomenfar un verdadero respeto a ladilbrenciade ideas, quizás hasta una nüeva cu ltLlra en laque se elimine el autorita smo Y aspectos negatjvos como lacL tura política, la tolerancia a c ie¡tos niveles de conupción en la administración pública (la cultura del manoteoY la trampa). Pero sobre todo, se r€quiere mantener abiertos los espacios de discusión Y reflexión. Eventos como éste, en el que se discutaalguna idea o se comente ufi libro. no son ej ercicios estáiles, sino parte de un proceso de búsqueda. Por otlo lado, suele confundirse latransició¡ a la democracia con la llamada rcforma de Estado, y es que la segunda necesa amente debe empuj ar a la primera. Éstas son sólo algunas de las inquietudes que me surgen por la lecturade este libro, que obviamente recomiendo ampliamente.Y
Norberto Corella Torres Escuela de Ciencias Sociales y Políticas, uaBc.
En una €stación de Tecate con Ezra Pound y Yillarreal
En una estacíón del melro, Ezra Pound, Editorial UNAM, (Traducción de J.J. Villareal)
Invitado po¡ Femando Vizcara y el Instituto de Cultura para conduci¡ dos talleres interisivos de poesía en Ensenada y Tijuana, José Javier Villaneal llega, rma vez miás, a Tecate, su Tecate, nuesto Tecate.
Lo reencuentro en lavieja casa de sus padres, sobre la calle Hidalgo. El humo y elolor intenso y penehante que escapa de la cerveceria llena de oídos, narices y bocas.
Le recuerdo que hace más de un año, sábado por la mañaia, charlamos largamente en mi pequeña oficina en 1a universidad. Nueve páginas en galeras dan cuenta de e)Jo. Promete ,evisarlas. Pronto se publica¡án en la rcvista Iródi. Aquel entonces, hablamos sob¡e Ia hflue¡cia de lapoesía en la lengua inglesaen su obra. Particularmente T-S. Eliot y Ezra Pound
Hoy, gentilmenle, me regala el lib¡o En una estación del ¿r¿r,"o, antologíá de poesia del poeta Mcido en 1885, en Idaho, y muerto en 1972, en Venecia.
Cincuenta y tles poer¡as breves conforman dicha antologia publicada po¡ la
UNAM en edición bilingüe. La traducción core a cuenta de Ca¡ol Cotsunis y Javier Villarreal. En el documento prólogo, José Javier transmite su definitiva pasión por la poética del famoso autor de los "Cantos".
'?ound se une a la estricta oñciosidad renacentista rscribe , para é1, el arte es método, regl4 fe, devociónde vida, p¡ofesióri. De ahí su irref¡enable curiosidad, su necesidad de probar todos los manjares, de cal¿r todos los licores que le anteceden y rodea¡". Y continúa:
El Pourd que va de 1908 a 1917 no se detiene ante la recrcación, la paráfiasis, el homenaje, Ia adaptación, el ej€rcicio, la experimenfa' ción, la fricción, etcéteraLa consigna es exponerse lo más posible, cruzar todos los pantanos y manchalse en cada uno de ellos. Ciefamente el equilibrio y la mesura no serán "cualida' des" poundianas. EI poeta está oerca del alter €go del ángcl caido de Milton. Las alturas y los descensos serán sus puntos card;nales, su manera .le ente.der no el quehacer poético, sino la pulsión poética, su gozosa pasión.
Al leer no puedo evitar pel§ar en el extfaño y afofi ünado incidente, muchos años alrás, cuando José Javier Viilarreal descubrió la poesia inglesaen unviejo ejemplar de Hojas de h¡erba, dewah Whitman, en la únicay mal surtida biblioteca de Tecale. Tal vez, sin ese encuentro, no habría estudiado letras, ni escrito libros de poesia, ni traducido a Pound. Seguamente, José Javier dejará un ejemplar del libro en Ia misma bibiioteca; ¿alguien lo
encontrañá?, ¿alguien descubrirá Ia fuerza de la poesía en apenas dos versos?
La aparición de estos rosEos €n la multitud: pétalos sobre una mojad4 negra rama. (sRA) I
publicada e¡ el número 23 de Yübai-, a la $eaciór q]l,e ya a entregamos. Y la pregunta sería entonces: ¿adónde nos va a lleva¡ esa obr¿, esa c¡eación? Cuando se logr4 yo creo que nos lleYa a una t€¡dad a la verdad del texto, a la ve¡dad digamor poética que encierra esa pequeña realidad que es un texto literario".
En Bíblica, la o1la voz de Viliarreal se hace escuchar El discurso de 1o sagrado y lo amoroso, la tesifura cuasi profética y kerigrnática de su voz nombrando lo innombmble: el lado femenino de Dios y del mundo:
Bíbtica, José Javier Villaned, Juan Pablos Editor/uaNl, 1998.
Esmerado manejo del lenguaje, profusión de imágenes y ritmos, y una intensa capacidad narrativa hacen de la obaa poética de José Javier Villarreal (Tecate, 1959), una de las propuestas estéticas dellnitivas en la segunda mitad del siglo mexicano.
Poeta mayorentoda la extensión de la palabra, lector asiduo de Homero, C¿tulo, Eliot y Pound, Villarreal sorprende tanto po¡ su ambiciosa diversidad expresiva como por Ia exploración ¡íhnica y formal que aplicaa sus textos.
En 1982 publicó su primer libro: El Valle/De cómo la noche llegó a comerse un sandwic h. Eiercicios de aprendiz, apuntes de iniciado no exentos de su¡realismo, pero en las cuales es posible leeral poeta en ciemes, consfuyendo un espacio de imágenes y lenguaje, trazando a golpes de palabras un discurso poético coherente y verosím il "El poeta está ligado a su obÉ dice e¡ entrevista
Ertre las blarcas alas del arcá¡gei, col1 la devoción desnuda de su cuerpo la muchacha espera esta noche entrar al p¿raiso
En -&1á,/ica también está la infancia. La cuota no te¡minada de pagar con el Tecate de su adolescencia el etemo retomo a un imagina¡io todavía vigente.
La noche como un pensamiento, una mirada furtiva, y aquel olor a incienso que envolvía los domingos, penetraba las cortinas del cuarto y azulaba los oscuros contomos de mi vida
José Javier \¡ llarreal, con B/á/ica, se conñrmacomo uno de los poetas más sólidos de su generacióÍ. (SRA) Y
Armas y ldras: Round om€
Ind€pendi€nt€mente d€ su calidad, el mayo¡ problema qu€ las revist¿s cultua¿les que s€ editan e¡r gste país tienen que enfrentar, es el de la difusión. Este escollo se ag¡mda cuando la public¿ción es editadapo¡ alguna universidad de provincia. En este caso, conseguir un ejemplar sin recurrir a la red de amigos con quienes intercambiamos materiales, ¡esulta ta¡ea casi imposible.Así, losbajacalifomianos leemos (espero) las revistas que se editan aquí, y Ios de otros estados hacen lo propio con las suyas.
No c¡eo que esto se deba a una cenazón de los grupos y/o mafias cultuales, sino a una defi ciencia básica: distribución.
Gracias a un par de amigos Edicados en Monterrey, de vez e¡ cuando recibo ,4 rrn a§ y le¡¡¿t revista de laUnive¡sidad Autónoma de Nuevo León, que ya en elnúmero once (marzoabril de 1998) de su nueva época, es -n varios sentjdos ejemplo deltipo de publ icaciones que debernos prcmover
Está impresaenpapel couché-paloma en fomato de I 1 x 8% pulgadas, con portada a color en gran delinición. Sin embargo, no son estos aspectos los más relevantes de larevistasino uri equilib¡io sostenido entre literatur4 sociología, comunicación y filosofia, de tal
foÍna qt e Arrnds y letras es una publ icación atractiv4 con un universo amplio de lectores potenciales y m acercamieÍto se¡io, ¿u¡lquc no especializdo, a los temas.
En su nrtnero onc€ destaca el ensayo "De fiiosofia. Lecturas y relecfuras", escrito po¡ el filósofo r€giomontano
Humbe¡to Ma¡t ínez A partir de una lectura cuidadosa de Ortega y Gass€t y Nicolai Hartrnann, Madínez se pregu¡la sobre el p¡opósito y sentido del ej ercicio {ilosófico, para concluir sugiriendo la necesidad de que la fi losofia se transg¡eda a si úism4 "pues la cumb¡e del ser no se revela por entero más que 9n el movimiento de transg¡esión en el que el pensamiento fundamedtado por el trabajo, en el desarrollo de laconcienci4 superaal fin el trabajo, sabiendo que no puede subordinarse a é1". (p. 12)
En "El cine de ficción",
Robefo Esca¡nilla, director de Prog¡amación y Conservación del acervo de la Cineteca de Nuevo León, ¡ealizaun rápido itinerario por el nuevo cine de ciencia ficción, e¡cont¡ando abundantes lugares comunes, anécdotas repetitivas y planos previsibles; sin embargo, destaca como obra maesta del género a Gal/aca. El número se complementa con poesia de Eduardo Zambrano, epigramas de Marcial, y críticade arte de Dionicio Morales.
Sólo resta esperar que los editores universita¡ios mejoren sus ci¡culos de distribución a fin de propiciarun verdadero intercambio cultural entre las diferentes regiones del pais. (SRA) Y
Lc Absia y el Esfado en Mático
l,l lúLllll lL Blin Xl [¡ú
Recientemente, la editorial Sig)o xx plblicó Cruce de espadas: política y religión en M*ico, del tnv eslig:adot estadounidense Roderic A. Camp. En sus más de 500 páginas, Camp analiza las relaciones de Ia iglesia catrSlica con la clase política mexican4 vaticinando los temas de derechos humanos y democracia como los futuos puntos deconflicto.
Relaciones con&adictorias, no ajenas a enñentam ientos, pero también a complicidades, han sido típicas entre la iglesia católica y el Estado mexicano desde la f,rndación de este último, a partir de la independencia, Por ello, vale lapena teleer La iglesia y el Estado en M¿r¡¿o, de Alfonso To¡o, publicado en 1927, en un momento particularmente difi cil en las reiaciones iglesia-Estado.
ParaAlfonso Toro, la iglesia católica asunió una postura coñtra el Estado mexicano desde la insurrección de Hidalgo conl¡a la corona española. Por ejemplo, el Santo Oficio reabre un proceso por herejía contra el curay publica un ofi oio excomulgándolo; Toro señala: "todo aquel absurdo docümento. no tenía otro objeto que perseguir al enemigo del gobiemo español, haciéndolo aparecer ante la fanática sociedad de la Nueva
Españ4 como un hereje digno de las penas del infiemo, a fin de que la colorira no llegara a hacerse in@e¡dient€ de la metnipoü". (p- 49)
Salvo contadas excepciones, la iglesia ha mantenido posturas políticas ulbacaDservadoras. Citando al historiador Vigil, Toro señ¡fa que 'para se¡ católico en el s€ntido conservador, se necesita ser reaccionario en política". (p. 341)
UDa vez i¡stituida la república mexicana, las pugnas entre Estado e iglesia se profundizaron po¡ la pretensión de esta últirna de mantenerse como una soberania exenta de la soberanía nacional:
Las relaciones ent¡e la iglesia y el Estado en México -escribe Toro se coÍvi ieron en una guerra no inte¡rumpida, pues no era posible que el gobiemo se confomara con que el clero se declarara independi€nte de¡ poder civil y al mismo tiempo le impusie¡a una protección forzosa de sus bienes y pdvilegios. Desde entonces, si la tendencia del gobiemo fue -_ declarar enemigo al clero y procurar desarmarlo a todo tranc€, la del clero, en cambio, envalenfonado por su independencia, fue la de ponerse frente a frente de la potestad civil, protestando y resistiendo todos los pasos que éste daba para resolver los negocios !elacionados con la iglesia. (p.89)
El desaiio de la autoridad eclesiásticaa la civil llega a su miirima expresión araíz de la publicación de laley de nac iona I ización de b iene s eclesiást¡cos, del l2 dejulio de 1859. En la circular que acompañó a dicha ley, se exponen los motivos de la misma, destacando
la necesidad y conveniencia de independer absolutamente los negocios espirituales de la iglesia de asurifos civiles del Estado [...] es preciso que en lo de adelante cada autoridad gire independientemente en la órbita de su deber (p. 284)
Alfo¡so Toro culpa al clero del atraso educativo y cultural en que se encont¡aba el país a principios de siglo, y conceptua la intervención de los gobiemos Iiberales como acciones tendientes a remediarlo.
[...] a no ser po. la guerra de reforma precisa ei país hubiera seguido incomunicado con el exterior, y cn e1 más completo estado de atraso en ciencias, artes y literaturas, pues el cierc pretendía, no sólo el que se mantuviera la intolerancia religiosa, sino que se ¡e concediera a él el derecho de ceüsula sobre la clase de libros y publicaciones, así corro sohre las doctrinás que enseñaban los maestros en catédra. (p.373)
Abundando al respecto, escribe:
El predominio del clero era el que había producido como resultado esa educación hueca, vana, ostentosa. e inútil de las altas clase§, e[ las clases malamente llamadas i¡telectuales que, ignorando por completo la verdadera ñlosoña, la habían sostituido con un falso aristotelismo, con silogismos y distingos que no conduclan ciertamente al descub¡imiento de la verdad sino a hacerlo todo confuso y embrollado [... ] Todo esto era debido al tefrot, a las censuras
eclesiásticas, al genio perseguidor de la iglesia que había cérrado las fuentes de la verdadera ciencia, temerosa de que los espiitus lib¡es se rebelarañ contra el poder omnipotente del clero! que cogía al hombre €n Ia cuna y no Io dejaba ni úás allá del sepulcro. (p. 98)
Publicado hacemás de setenta años por la imprenta nacional, La iglesia y el Estado en Márico, de AlfonsoTorc, es un cliisico, una lectura imprescindible para entender los escenarios confusos y contradictorios donde las dos espadas (según Santo Tomás) o las dos ciudades (según San Agustín) se encuentran. La coexisencia de dos pode¡es en su disputa por el controi social: el poder del Estado y el eclesiástico. (SRA) V
Revisla acadérñica patu el esludio de las religiones
En los últimos años, el campo religioso enMéxico ha expe mentado una intensa diversificación, 10 que ha implicado la emergencia de grupos religiosos e¡ abierta dispdacon el catolicismo y las iglesias protestafltes históricas. Sin embargo, la aproximaciónque los medios de comunicación y el ciudadano común tiene a estos fenómenos, enmuchos casos, es inadecuada, ya que no diferencian entre unay otra comuflidad religiosa, cuando en muchas ocasiones mantienen proñurdas divergencias de índole tarto doct naly liturgic4 como económic4 social y política.
En este contexto, es dobl€mente valiosa Ia publicación de la Rerista acadéfiica para el estudio de las
religiones, qteha iniciado la distribución de su primer númerc.
En "Sectas destructivas: Deirniciones y metodologia de aryílisis", Jorge Erdely explica los peligros de uso indiscriminado del térr¡ino "secta", pa¡a denominar a los Íüevos movimientos religiososmiemb¡os.
El uso de la palabra "sect¿" escribe se usa como arma para descalificar a los de ideologia religiosa distinta sin que su conducta ssa necesariamente nociva. Asimismo es una etjqueta, un estigma, que fomenta la intolerancia religiosa y evita a las religiones tradicio¡ales mayo tarias o de Estado, el trabajo de refl¡ta¡ con argumentación, las posturas ideológicas de otros gnrpos que tienen el mismo derecho de ejercer la libertad de creencias y propagar sus propuestas. (p. 8)
Erdely propone diferenciar entle nuevos movimie¡to§ religiosos (\MR) y sectas destructivas (crrs, en inglés).
Para John Hochman, auto¡ del articulo "Mila$o, misterio y auto dad: El triángulo de1 adockinamiento sectario",
las sectas son g pos que usan el método de "Reforma del pensamiento" para reclutar y conholar a Ios miembros. (p.41)
Paraello se valen de tres henamientas biisicas: imputar capacidad milagrosa a sus líderes, mantener en elmiste¡io prácticas y creencias religiosas, y ejercer una lérrea autoridad (moral. económic4 psicológica e inclusive sexual) sobre sus
ElioMasferrer, en "Iglesia y nuevos movimientos religiosos: urr esfuezo por aclarar Ia confu sión", siguiendo a Bryan Wilson,
pla[tea que l&s sectas son agrupaciones voiuntarias a las cuales se ingresa por una prueba de méritos, lo cual produce un fuerte sentido de ide[tidad, se asig¡mn un acceso especial y exclusivo a las verdades sobrenaturales, comportándos€ como una élite, al ser voluntarios tienen una vida úüy intensa y cuentan con sistemas de control social estdctos para contriblrir a sus p.opias disidencias. no rechazan la ortodoxa, sino que la reinteryretan. (p. 29)
Enelmismo articulo, Masferrer propone el término "multineligiosidad" para explicar el intenso jntercambio entre prácticas religiosas de uno y otro grupo que realizan los individuosr
Los feligreses escribe- en su inmensa mayorla no conoceÍ teología y se adscriben a una iglesia o religión mediante su participació¡ en ritos y ceremo¡ias, desde sus prácticas y consumos. Su cambio religioso está en función de la eñcacia del sistema simbólico en su cotidianeidad, por ello es probable que no tenga.n mayor problema en transitar por diversas re¡igiones e instituciones en función de sus necesidades, EI creyente puede leer un horóscopo chino u otro de¡ivado de zoroastrismo, puede hacerse una limpia tanto ética americana coúo esotédca occidertal, quizá solicit€ una lectura del tarot si tiene ciertos problemas, aunque
más tarde baulice a sus hrjos y se case en un templo católico. (p.35)
Este número de ¡Rer!¡l¿ académica para el estudío de las religiofies, se cornplemer\ta con varios artículos que abordan 1a polémica suscitada por Ia organización Luz del Mundo, de Guadalaj ara, Jalisco (sRA) v
Epistol¿ imaginaria para un poeta
Yo no sé de pájaros, la histaria del .1'ueso
Pera creo (lue ni soledad debetía tenet al0\.
Alejaídra Pizarnick
Sób rle lrenre se llegd a la muerte. con los o¡o! encen¿idos pot el des¿o de nacer d1/i ittuanente
Noé Carrillo
Querido Noé
Aunque, como dice Wilde, todo artc es inútil, paradóiicamentc lo efimero permanece (y la pernranencia es substancialmente leve).
Coincidir en dimensiones ten¡¡orales ) espaciales l .r;trJs que \erár luego su j : . : :a:1:nLr er un lerso o - - : -:: _: :, ¡.lLlC Ctl el
Cuando el lector queda atrapado entre la urdimbre gamatical y semánticade un poema, nunca saldrá de ese universo sustituto que, fr eudiana y finisecularmente, se transfoma en matdz, origen, génesis delo que habrá de mo¡ir i¡¡emediablemente un día. Sólo que la muerte también es cambio. Y el espíritu materia. Y la materia volátil condición sujeta a los i¡verosímiles escenarios de la experiencia humana.
Me pregunto cuánlas veces habrás muerto en un poema. Supongo que ese renacirniento constante te ha pe¡mitido ver más de una luz donde otros ven sombras (y además las publican). Supongo que esa perspectiva sobre 1a vida (todas las vidas) que vives (y mueres) apasionada, no; angustiada, tampoco; IN-TEN-SA-MEN-TE.
Leer es un ejercicio antopológico. Leer es un ejercicio rcligioso. Yo soy tú (iViva el ego y laconciencia universal!): sólo entonces la u¡icidad cobra sentido y el otro se descubre dentro/fuera. La otredad se manifiestaen la comunión con elpoema: la lectura, consagración de lo hümano: descubrim ientoobservación; misterio y reflexión de lo que nos constituye:
Tal vez sus ojos sean el amo¡, por eso me quedo con la mirada: ella me acerc¿ al mündo, me obliga a conocerlo y luego me separa, me refleja en este abismo de mi cuerpo, -4q1|í¿ebería esldr tu nombre, dices. y te condenas a ese no cstar nunca en algún lado: iAy. este r iaje circLrlar del amor: :¡la d!- ní\'\,uclvc a misin ' .., ::l l:¡'cs el t¡!alldo Irl
viajante en el tuneldeltiempo. El protagonista de ladimensióndesconocida: Cadacosa es el tiempo; cadatiempo ha sucedido. Eres el alqujmista delrctomo de los brujos. El que se va y regresa todos los días (un día). El poseso que saca apasear cada domingo a quien Io habita. Eres el extraño que reconoce su rostro frente al espejo cadamañana:
Si de esta sombra nace ün ojo, podremos ve¡ quién ¡os persiglre y nos piensa. Atrás camina, un paso .de él me lleva. Las casas de su corazón el hombre habita: su sombra queda afuera.
Eres el atormentado, el convulso, el epiléptico (tanta desnudez roe los huesos, la came se cae a pedazos y uno termina convirtiéndose en poeta). Eres el converso.
fido no llegar de otra noche
de tus brazos solitario
cn el rincón de la aurora
Cánto l\,fi vo7 es canto al leer tus poemas. Como crlando leo a J. E. Pacheco, a Sabines, a Paz. Años luz de distancia, un instante. Talvez mañana, o nunca. Sólo sé que un corazón palpita entre mis manos: el tuyo. Sólo sé que si te arrojas al vacío, serás libre, abismalmente libre. reveladoramente libre.
En algúr lugar las cascadas no dejan de caer, en todos los lugares el hombre no deja de caer, en todo el mundo la noche no deja de caer, en rueslros corazones la sangre no deja de caer. Todo cae, vaal ce¡tro, somos una cascada que ño pa¡a su marcha eD espera de la caida final-
El asombro todavía está en mis ojos y no dejo de mirarte.
¡Qué emoción me inunda!Y no de a poco, y no de a algunos veNos, y no por contagio literario. Digo que he estado en la puefa por la que has entrado almundo: el mío. Digo que no cruzarás tampoco ese ot¡o puente, eldelsilencio: sólo así la imagen del poeta quedará intacta.
Sea pues tu nombre una página en blanco, un deseo. Y
Afectuo§ameÍte, Adriana Sing Poeta y canta¡te mexicalense. Trabaia en una agencia de publicidad.
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I l\arrar la ciudad I B4a Cal¡fornta a Ia vuelta del siglo (D Cultura ba]lacalilornlana (aftes plástic¿s, dan za, literatura, tealro, mús¡c¿, etcétera) O Obra plás tjca It H¡storja de Ba].1a California Y Todos los traba jos propuestos serán evaluados por el Corn¡té Edjtor¡al de esta revjsta. Y Las especrflcaciones de cÓmo y a quién acudir para el envío de colaboraciones se detalla en la página ó3 de esta revista.Y
La revista Yubal. del área de humanidades, es una publicación trimestral de la Universidad Autónoma de Baja California, destinada a establecer un puente de comunicación entre la comunidad artÍstiea y cultural de la universidad y el público en general. Los trabajos de filosofía, historia, antropología, arte y cultura son abordados desde una pelspectiva crítica y propositiva, Es un espacio que nos permite conocer y dar seguimiento a la obra de los artistas de La revista Yubal, del área de humanidades. es una publicaciÓn trimestral de la Universidad Autónoma de Baja California, destinada a establecer un puente de comunicación entre la comunidad artística y cultural de la universidad y el público en general. Los trabajos de filo_sofía historia, antropologia, arte y cultura son abordados desde una perspectiva crítica y propositiva. Es. un espacio que nos permite conocer y dar seguimienlo a la obra de los artistas de la región nofte del país.
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b)Sisetata de novela, envie fragmentos aulónomos (que no excedan de 15 8.En relaciÓn con los títulos, es preferible seleccina¡ uno corto.y que.sea cuartillas), que puedan ser leidos c0m0 indepetdlentes. accesible y atractivo pará tódos los lectores Considere que un.buen lílulo c)lgualmenlé si se trata de cueñ10, que su extensión sea menor de 15 y el uso de sublilulo§_co¡stituyen ui3 forma infalible de captar la alenciÓn cua(il]as. del leclor' El ComÍlé Edit0lialde yuial se iomatá la libedad de sugerir al
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Adentrarse en los parajes donde los jesuitas y dominicos establecieron sus misiones, dormir am:llado por las ranas a orillas de la laguna Juárez, t¡atar de descifrar el misterio de las pinturas rupestres, reencontrarse con el desieno que nos rodea o refrescarse en las poco conocidas cascadas de las panes altas del estado, es posible a ravés de esta obra de Albeno Tapia Landeros.
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