Sexto Número Revista Ultra Trail

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jorge maravilla

ultra trail laguna de urao

18 el cruce columbia 2013

42 primeros pasos

60 la mision 52

opiniones en portada Trail Running Usaquen foto por Camila Navarro

www.revistaultratrail.com



Editorial

E

l año 2013 será un año que marcará la diferencia del trail running en Colombia y Venezuela. En el equipo Ultra Trail estamos convencidos de que marcará un antes y un después en nuestra comunidad de corredores, pues hemos venido viendo la evolución en este último año y es algo que nos llena de satisfacción. Uno de los motivos, es el hecho de que apenas comenzando el año ya están anunciadas en Colombia casi el doble de carreras de montaña de las realizadas el año pasado. Y pueden dar por sentado que nosotros los acompañaremos en cada kilómetro, para capturar esa sonrisa, el esfuerzo de un largo camino recorrido y también para darles aliento.

bién impulsar y mejorar el contacto a través de nuestra presencia en redes sociales, y mantenernos en sintonía antes, durante y después de las carreras. Tendremos desde excelentes concursos, hasta consejos que pueden ser útiles para mejorar el desempeño y vídeos inspiradores. Ya tenemos todo preparado para la gran sorpresa que les daremos el 13 de julio, estamos seguros que ninguno querrá perdérselo porque será una experiencia increíble. Un evento con un nuevo ambiente en una modalidad innovadora!

Así mismo, seguiremos trabajando con el corazón para la comunidad Ultra Trail, creando alianzas que permitan seguir creciendo y mejorando para ustedes. Solo me Nuestro equipo se caracteriza por valorar el compromi- queda decirles que disfruten la primera carrera del año so y la dedicación tanto del corredor que llega de primer y se preparen para todo lo bueno que viene. lugar, como de aquel que llega de último, siempre estamos ahí para ustedes y para darles como recompensa una gran foto en la meta.

Eva Villarroel

El propósito para este año es ofrecerles mayor cobertura, no solo acompañarlos durante las carreras, sino tam-

editora invitada


staff

ULTRATRAIL director Andres Beltrán @beltrandres redacción Eva Villarroel @evavillarroel fotografía Camila Navarro @caminamon Laura Duarte @LauraVidu Guillermo Mondelli @Memo287 Eva Villarroel @evavillarroel Maria Fernanda Navarro Diástole y Sístole Ilustración Deportiva asesoría legal Carlos Navarro diseño gráfico y web Andrés Beltrán @beltrandres corresponsales en venezuela Corina Mora @mc_cori Andrés Rondón @aj_rondon Andres Monsalve @amonsalveg Jose Damas @resortedamas colaboradores Sergio Boccitto @sboccitto Carlos Beltrán @negrobeltran Andres Urdaneta @a_u06 Alejandro Hidalgo @alejohz Francis Pardo @RunFrancisRun Michael Hurtado @michaelhurtado1 Ilych Irausquin @ilychacal Elias Rivero Ana Milena Trujillo Jorge Maravilla @maukarunning Diana Antunez German Briceño, Southern Network Javier Brin, Revista Vida Extrema Brett Rivers, San Franciso Running Company Revista Ultra Trail es una revista bimestral de circulación internacional (Colombia y Venezuela). Se reservan todos los derechos sobre el uso de la misma y del contenido que se presenta a través de sus páginas. El mismo no representa necesariamente la posición de la Dirección Editorial. El responsable de los conceptos expuestos en cada artículo es la persona que los emite.

Revista Ultra Trail forma parte de Southern Communications & Media



U LT R A T R A I L LAGUNA DE URAO

por Ana Milena Trujillo


M

i carrera comenzó desde el mismo momento en el que Zerpa me comentó que quería hacer una carrera en Lagunillas, Estado Mérida, en ese momento supe que la correría.

Conocí a Jesús Zerpa cuando fuimos a correr uno de los ultramaratones más famosos de España, la Transvulcania en la Isla de la Palma, desde ese momento se convirtió en una especie de ídolo para mi, como no va a serlo? Un Atleta destacado tanto nacional como internacionalmente por sus logros deportivos y a la vez tan supremamente humilde, sin duda, es la admiración de muchos. Así que si Zerpa iba a organizar una carrera, yo estará allí. Luego de una lesión que me impidió competir en La Calera, me dediqué a prepararme para correr algún otro Ultra, y fué cuando me enteré del Ultra Trail Laguna de Urao a realizarse el 2 de Febrero, cuya distancia sería de 55K y con un desnivel positivo de más de 3.500 msnm, fue así cuando comenzó mi preparación para esta dura prueba. Y así pasó octubre, pasó noviembre, diciembre, llegó enero, cada vez faltaba menos.

¡Boom!, llegó el día de partir a Mérida. Luego de un largo trayecto desde Caracas junto a el también corredor y super amigo Elias Rivero, Daniel Betancourt (la iguana) y mi novio Ricardo Sanguino, que esta vez no iba a correr llegamos a Lagunillas. Nuestras prioridades eran retirar el material, comer, preparar las cosas y dormir. Eran cerca de las 7pm, luego de registrarnos en la posada nos dirigimos al lugar de concentración de la organización, ahí entre tantos corredores conocidos y no conocidos, ya se sentía un poco el furor de la carrera. Una rica y bien planeada cena dada por la organización fue la invitación para retirarse a las camas y descansar, ya todo estaba listo y cada vez faltaba menos para dar la largada de los 55K del Urao.

2 am, suena el despertador, 15 minutos más por favor.

2:15am: ahora si, desayunar y vestirme, cargar agua en un termo y en el otro Papelón, (un power gel natural), VÁMONOS. Y fue así como después de tanto entrenar estábamos reunidos finalmente en el lugar de salida alrededor de 100 personas, un buen número para un deporte que está naciendo en nuestro país.


Nunca falta una foto por aquí, otra por allá, y es que hay que aprovechar estos momentos. 5 minutos para la salida, 3 minutos para la salida, 1 minuto... Y fue así como dejé de ver a los punteros, la carrera comenzó con alrededor de 5 km de asfalto y luego entrábamos a una subida de tierra, seguida por una bajada larga por esa misma vía, entrabas a un sendero, siempre encontrando gente, el sendero era plano y podía correrse, recuerdo me encuentro con una chica y me dice: “Pase adelante señorita” y pienso wow que cordial. Pocos metros más adelante escucho “¡Ana! volteo, pero por la oscuridad no logro distinguir a la persona, y pregunto ¿quien es? Agustin, (amigo corredor que conocí en mi primer ultra) me alegro de saber que había ido e inmediatamente le pregunto por Rudy, a quién también había conocido el mismo día (Agustín en las carreras es a Rudy como la crema es a la óreo, siempre corren juntos) “La acabas de pasar” me dijo, y pienso, claro quien más puede ser tan cordial. Saliendo de ese sendero conseguías una bajada de asfalto que te llevaba al pueblo en donde estaba ubicado el PC1, era el km 11, ahí me esperaba Ricardo para darme ánimos. Sobre la mesa, un termo de agua, uno de papelón y frutas, me apuré a cargar mis recipientes y continué. Iba con muchos ánimos cuando me marché hacia el camino que me llevaba al PC2, eran casi las 5 y luego de una subida de asfalto se convertía en una carretera de tierra en donde nos desviábamos por sendero que poco a poco se volvía una empinada subida hacia el primer pico de la carrera a 1800msnm, había mucha neblina y era difícil ver si tenías gente adelante o atrás, creo que ese trayecto con la luz del día debe ser sin hermoso, al coronar el pico conseguías una bajada donde por fin el sol echó sus primeros rayos que me dieron la bienvenida al PC2, Km 24, donde también me esperaba Ricardo, también vi a mi amigo Manuel Ramirez, me dijo que se tomaría su tiempo así que no lo esperara.




Cuando dejabas este punto encontrabas la larga, técnica y empinada subida que te llevaba al punto más alto de la carrera, recuerdo que comenzando el camino transitabas por un sendero que parecía ser de una finca, me encontré con 5 vacas bien cómodas y acostadas que ni se movían, tuve que volverme la mujer elástica para poder pasar sin interrumpirles el sueño. Aunque bueno, si una vaca de esas me hubiese perseguido, seguro hubiera bajado los tiempos. Poco a poco iba venciendo esta dura subida que de pronto dejo de ser un zigzag para ser una empinada recta. En eso escuché un grito, “¡Cielo! ¿Como vienes? Esta de más decir quien me esperaba en el PC3 Km 33,5, en donde también vi caras conocidas que por lesiones no pudieron participar en esta carrera, como la durísima de Hilenia Andrade y Angélica Melendez, bromeé con ellas, comí un par de naranjas y me apresuré a terminar la subida para comenzar la bajada que me llevaría al PC4, PC5 y posteriormente a la meta. Con la felicidad de haber “terminado” la parte más difícil de la carrera dí paso siguiente a


gran descenso que se venía, comenzando por un zig-zag muy técnico, son mis favoritos, me dejé llevar y me dediqué a disfrutarlo ya que como nos había dicho Ilych a Elias y a mi, en la bajada encontrarán dos repechos, que no son nada pero pegan, la verdad y si soy honesta no recuerdo cuando pasé por el PC4, porque los “dos repechos” que se convirtieron como en 356.876 repechos no me dejaban pensar en más nada, de pronto una voz conocida me llamó por mi nombre y al voltear me di cuenta que se trataba de Manuel, iba preguntando como me sentía y le comenté que bien pero con algunos inconvenientes en el estómago, me ofreció agua y seguimos por un rato juntos hasta que me dijo que iba a adelantarse y le avisaría a Ricardo que me sentía un poco mal, después de ese trayecto eterno finalmente di con el PC5, y más atrás venía Manuel. Se había perdido y había llegado a una granja, faltaban sólo 5k que esta vez si eran una bajada para llegar a la meta, me animé un poco y comencé a correr hasta que se incorporó Manuel junto a mi, dejamos la tierra y comenzamos el asfalto para entrar al pueblo escoltados por una moto que nos animaba a correr.

Finalmente después de 9 horas y 58 minutos logramos cruzar la meta que daba fin a esta dura prueba, muchas caras conocidas alegres de que habíamos llegado amenizaban el momento. En cuanto a la carrera todo el trabajo y el personal de logística dispuesto desde la madrugada y siempre sonrientes, la señalización, la premiación, la ruta y toda la organización que requiere un ultra merecen ser fuertemente aplaudidos. Como siempre dedico esta nueva meta a mis padres, que son mi inspiración, y doy gracias a Jesus Zerpa y a todos los organizadores de ultras en Venezuela por creer y apoyar este deporte que está creciendo poco a poco. Muy Agradecida con mi novio que apoyó cada km corrido y con mi entrenador Federico Pisani que forma parte importante de este nuevo logro. No se pierdan la próxima edición del Ultra Trail Laguna de Urao 2014, una carrera de 55k que no tiene nada que envidiarle a 100K.




EL CRUCE COL


LUMBIA 2013 texto por Francis Pardo fotografía por Francis Pardo y El Cruce Columbia

“Yo no voy a morirme, Salgo ahora en este día lleno de volcanes hacia la multitud, hacia la vida” Pablo Neruda


C

uando tomé la decisión de correr, en el segundo semestre del 2012, sabía que me enfrentaba a uno de los retos más grandes de mi vida. No sólo era afrontar un recorrido de 100 kilómetros; no, la distancia ya no me asustaba tanto. Era cruzar la Cordillera de los Andes, de Chile a Argentina, con un par de kilos adicionales en los hombros, en tres etapas y sin un día de descanso entre ellas. El clima era un factor sorpresa. Pero era ese gran reto el que me atraía. Era enfrentarme a tres volcanes con mis piernas para decirles “¡aquí estoy yo!” Así que empezó la preparación. Tendría que someter mi cuerpo a correr largas distancias y que lo soportara durante tres días seguidos. El trabajo de fuerza no podía faltar; sin conocer el recorrido y la altimetría, que no habían sido publicados, tenía que estar listo para cualquier cosa. Para mi suerte, vivir a 2600 m.s.n.m. y tener disponibles las montañas alrededor de Bogotá me permitió hacer un entrenamiento que me dejó mucha confianza. Cuando terminé el ciclo de entrenamiento no sólo me sentí muy bien físicamente sino que me sorprendí de lo lejos que he llegado en seis años como corredor. Fortalecer el cuerpo fortalece la mente y tener una mente fuerte nos hace atravesar muros. Una vez en Pucón, en donde iniciaba la competencia, sentí el ambiente de carrera en el aire; corredores con algún logo de la carrera en su ropa y acentos de todas partes. Cuando llegué a la acreditación de carrera, me llevé una impresión de una organización dirigida y acertada. Primero, una mesa de información en donde me entregaron una lista de chequeo con todos los pasos que debía seguir: entregar el certificado médico, completar el pago de la inscripción, retirar la camiseta, el equipamiento de carrera y el chip, y por último recibir la tarjeta que identifica a cada corredor al tomarle una foto. Con este último paso, fui a tomarme la foto oficial de carrera. El equipamiento de carrera fue justo y de excelente calidad: un plato de madera para los campamentos, un vaso térmico y un vaso para bebidas, tres barras de proteína, bloqueador solar,


ropa interior térmica y una camisa manga larga para la carrera. Todo lo necesario, nada que sobrara. En mi mente estaba el calor de ese día en Pucón, con una temperatura alrededor de los 30 grados. Me preguntaba si ese sería el clima para toda la carrera. Así nada más, ya era el medio día y aún me faltaba ir a mi hotel por mi habitación y dejar mis maletas para prepararme. Era necesario darme un baño; viajé en bus durante la noche desde Santiago a Pucón. Luego preparé la maleta que la organización llevó a cada campamento, la maleta que me entregarían al finalizar la carrera y lo más importante: el morral de la carrera. Para esta carrera decidí usar un Ultimate Direction Peter Bakwin Signature Series, con capacidad de 12 litros para carga y dos botellas que sumaban un litro. El morral lo probé en los largos entrenamientos a Patios, La Calera y Chingaza con toda la carga de carrera y la bebida hidratante, que sumaba en total dos kilos y medio. Finalmente, caminé por la espectacular ciudad de Pucón para almorzar y comprar algunas cosas de último minuto para la carrera. En esa caminata por la ciudad pasé por un restaurante y al ver adentro vi la mesa en donde estaban Francois D’Haene, Ohianna Kortázar, Anna Frost, Iker Karrera y Max King: los élite, los grandes. El día terminó con la charla técnica en donde el director de carrera hizo las precisiones del caso. Habló de los tres recorridos. Habló de las altas temperaturas en la zona de carrera y de lo importante de la hidratación. En un gesto de la organización y por recomendación médica, se instalaron algunos puestos de hidratación en el recorrido. Los aplausos no se hicieron esperar. Cuando todas las explicaciones terminaron, me disponía a salir del auditorio y vi a mi lado pasar a Anna Frost. Era el momento justo para pedirle una foto. No sólo logré una foto con ella sino también con Ohianna y Francois. Tres grandes del equipo Salomon. Las palabras de Ohianna se quedaron en mi cabeza, una frase sencilla pero que me dio un gran empujón: “buena suerte mañana”. En ese momento sólo quedaba comer algo nutritivo e ir a dormir.


Al siguiente día, temprano, sonó la alarma. Me dí un baño rápido para despertar el cuerpo, comí algunas galletas, tomé un jugo de desayuno y partí en el bus hacia el sitio de largada. Ahí estaba a mi lado, el Volcán Villarica. Su pico de nieve no dejó de impactarme. Ver de cerca a la montaña a la que me iba a enfrentar fue algo emocionante. Era mi momento de empezar aquello para lo que entrené. Lo que me llenó de ansiedad y emoción durante tanto tiempo. Después de algunas fotos, de una espera que se hizo larga, y de desear suerte a los amigos colombianos, Santiago Rodríguez, Nicolás Santos y Wilfredo Garzón, arrancó en forma para mi El Cruce Columbia 2013.

Los primeros kilómetros me sentí un poco fuera de lugar. No me sentí mal, pero tal vez no encontré mi paso de carrera apropiado. El terreno ciertamente era extraño para mi: arena gruesa y piedras volcánicas sobre las cuales nunca he corrido. Pero de inmediato, la sensación de montaña me invitó a correr. Al cabo de tres kilómetros encontré mi paso ideal. Las piernas empezaron a responder como yo esperaba. El terreno extraño ya se


hacía amigable. Las pisadas en las laderas me permitían deslizarme un poco de manera controlada. Cada pisada era agradable y hacía que el impacto sobre las piernas no se sintiera tan fuerte. Era un recorrido algo técnico, pero creo que rápidamente aprendí a negociarlo. Esto me hizo sentir que la elección de zapatos, unos Asics Gel Fuji Racer fue correcta. Pese a que en las laderas era fácil, en algunas secciones planas correr sobre la arena volcánica era difícil.

Parecía que avanzaba muy poco, lo que sumado a las altas temperaturas que ya se empezaban a sentir, hacía de estas secciones tramos poco agradables. Pero los paisajes increíbles ayudan a hacer deseable el estar allí. Avanzar lento y aguantar calor era un precio pequeño para poder disfrutar ese lugar. La arena volcánica y pequeñas piedras tenían una pequeña trampa: lentamente entraron a mis zapatos y empezaron a castigar la planta de mis pies. Después de estar varios kilómetros entre piedras y arena volcánica, el recorrido se convirtió en un bosque espectacular. Un bosque andino en el que a ratos me encontraba solo, con la libertad de correr a mi antojo. Además, el bosque me protegió del fuerte sol, cosa que a esa altura de la carrera pareció un premio. El bosque permitió correr a un paso rápido, siempre con precaución de no tropezar con una raíz.


Los últimos 4 kilómetros del primer día fueron lo que los argentinos llaman un camino maderero, una trocha muy destapada en la que no pasaría un automóvil. Sin embargo, ese tipo de terreno ya se me hacía más familiar y al ser en bajada me permitió poner un paso rápido para ganar tiempo en el primer día. A la llegada, quedó cerrado el primer hito de la carrera y recibí el Gatorade para reestablecer la hidratación del cuerpo. Sentí muchas ganas de comparar mi tiempo con el de otros corredores para saber cómo fue mi desempeño.

A la mañana siguiente, a las 5 a.m. me desperté para empacar todo en el morral que me esperaría en el siguiente campamento, desayunar y alistarme para la jornada más larga. El bus nos llevó al sitio de salida, una salida en la que a medida que llegaba cada corredor, empezaba a correr en cualquier momento. Así que inicié, en una cuesta larga que me permitió sobrepasar muchos corredores y tomar ventaja en esa sección. El entrenamiento a 2600 m.s.n.m. daba sus frutos y me ponía en clara ventaja sobre corredores que entrenan a menores alturas. Para fortuna de todos los El campamento uno fue algo espectacular. Al corredores, los dioses de la montaña se apiahaber hecho un tiempo rápido en la primera daron ese día de nosotros y nos dieron un etapa, llegué al campamento cuando había cielo nublado que nos protegió del sol. Los poca gente. Allí, el lago Pellaifa fue la oporsenderos consistían de nuevo de bosques antunidad para tomar un baño y refrescarme. dinos que parecían de ensueño para correr. El almuerzo que ofreció la organización esHacia la mitad del recorrido llegué a un valle taba delicioso: una pasta muy apropiada para de grandes piedras volcánicas negras que reponer carbohidratos y pollo a la brasa para descansaban sobre la hierba seca. Era un sitio reponer proteínas. Pero el espacio se prestaba increíble: aterrorizante pero a la vez atrayno sólo para descansar y comer, sino para ente. Hubo también algunos cruces por arsentarse un rato y conocer corredores de royos, agua fría y refrescante para los pies. otros países y charlar sobre las experiencias De nuevo, la ruta tuvo algunos descensos por de carrera de cada uno. arena volcánica en los que mis zapatos rápidamente se llenaron de arena y piedras. Ese día Bajo la sombra de un árbol descansaban y no cometí el mismo error del día anterior y tomaban su almuerzo Francois D’Haene, Max paré a limpiar un poco los zapatos para evitar King, Ohianna Kortázar y Anna Frost. Aprove- las molestas piedras. ché el momento para pedirle una foto a ese grupo de “monstruos” y hacer una corta char- El paisaje del día dos, algo diferente al del la. Estos corredores, admirados por cualquiera día uno, no fue menos espectacular. Extensas de los que lee estas páginas, de inmediato se praderas de hierba seca por el sol que comofrecieron a posar para uno de sus fans. No binadas con el aire frío de la montaña me dudé en contarles que ellos tienen muchos hicieron sentir en casa, casi como si estuviera fanáticos en Colombia y que la foto apareceen Chingaza. Pude ver a la distancia los picos ría en la revista Ultra Trail. Aunque parezca que hacen parte de los Andes y una vez más increíble, Anna Frost dijo: “¿Colombia? He es- me dí cuenta de que la oportunidad de estar cuchado cosas maravillosas sobre Colombia. allí es única, es llegar a un lugar al que sólo Me gustaría correr algo allá, algo así como 80 llegamos los montañistas y corredores de la kilómetros con senderos bonitos.” Sólo se me montaña. La sesión tuvo dos largos ascensos ocurrió responder: “Estoy seguro de que nos que hicieron parecer esas secciones como podemos inventar algo.” Aquí estaba yo, inexcursiones de montaña en lugar de carrera, vitando a algunos de los mejores del mundo a pero que me premiaron con paisajes especcorrer en Colombia. Este fue, definitivamente, taculares y la oportunidad de hacer valer el uno de los mejores momentos de El Cruce. Ese entrenamiento en la altura de Bogotá. primer día, inolvidable, se cerró con la charla técnica y una comida para estar listo para lo El bosque en la parte final de la segunda que venía. etapa se me hizo eterno, un bosque andino



similar al de la primera etapa pero en un día más oscuro y frío. Las bajadas y los repechos ya empezaban a castigar mis piernas, cansadas con la distancia del día y el recuerdo de la etapa anterior. A la llegada, el castigo de la sesión era evidente en las caras de los corredores que estaban allí y seguro en la mía también. Con los 28 kilómetros del primer día y los casi 40 del segundo la exigencia de los Andes se hizo sentir. El campamento dos también fue un espacio único en donde compartir ese sufrimiento del día nos permitió desahogarnos un poco. Era evidente en la cara de todos el desgaste de dos días de montaña. El campamento estaba junto a un río de agua helada que se convirtió en la terapia de muchos para aliviar en parte los dolores que ya nos aquejaban y tomar un baño rápido. Como si esto fuera poco, la organización dispuso masajistas que a costo muy razonable, ayudaron a reponer las piernas para el tramo final el día tres.

La salida el último día fue muy similar a la del día anterior. Pero justo después de despachar mi morral de campamento para la meta, me dí cuenta del gran error que cometí: olvidé empacar los geles energéticos en mi morral de carrera. Un error tonto, sin duda, causado tal vez por el cansancio. “Esto no es problema” pensé. No me iba a sentir derrotado por un error como este. Así que recurrí a la mejor fuente de energía: las frutas dispuestas por la organización en el desayuno. Tomé una manzana, un banano y los empaqué junto a un gel y una barra que quedaban de las etapas anteriores en el morral de carrera. El día iba a tener un distancia aproximada de 30 kilómetros y con eso me sentí seguro para terminar la etapa con suficiente energía. El plan fue el siguiente: tomar la primera fruta después de correr una hora y quince minutos, la segunda fruta una hora después, luego la barra de proteína y finalmente el gel, si fuese necesario. No era una estrategia 100% segura, pero era lo mejor que tenía en ese momento.


La etapa final inició con un corto trayecto por carretera destapada. Tuve que hacer ese trayecto a un paso lento; las piernas ya estaban desgastadas y era necesario despertarlas y ponerlas en ritmo de carrera. A los pocos kilómetros, la ruta tomó un desvío a la derecha y entré en un bosque plano, de senderos rápidos que me permitieron tomar un ritmo de carrera más apropiado. Para mi fortuna, no había cambios de elevación muy pronunciados salvo algunos ascensos cortos. Al cabo de unos 10 kilómetros, llegué a la parte más alta del recorrido, una sección con repechos que se sintieron difíciles y en los que el clima empezó a tornarse frío y con algunas gotas de lluvia, lo que me hizo disminuir el paso. Eventualmente, tuve que ponerme el impermeable y los guantes. Esto me ayudó a mejorar el paso y tomar el descenso un poco mejor. Sin embargo, el cansancio hizo sus estragos y las bajadas me costaron más de lo acostumbrado.

Cuando terminó el descenso, tomamos una ancha carretera destapada de unos siete kilómetros que nos llevó a la aduana chilena. Allí, estamparon mi pasaporte y continué a la aduana argentina. Finalmente, con el ingreso a Argentina y las palabras “¡seguí genio!” del agente de aduana, la meta se sentía cerca. Los últimos metros me llenaron de emoción. Traté de pensar en todas esas cosas que me inspiran al correr: las frases, la música, el simple placer de correr. En esa recta final, me encontré con otro corredor y en un último remate gastamos las últimas calorías. Lo último que saqué de mi morral, fue algo que guardé todo el recorrido para ese momento: la bandera de Colombia. Le dije a la Cordillera de los Andes “¡aquí estoy yo!”.


Crucé de un país a otro corriendo, en un recorrido de 100 kilómetros, entre volcanes que a lo largo de siglos cambian la geografía de toda una región. Pero la satisfacción de esta carrera no es sólo por ese logro. Es haber conocido a verdaderos guerreros de muchos países. Porque para mí, es guerrero el que soporta dos y hasta tres veces el tiempo que gastan los élite en hacer el mismo recorrido. Lo soportan con más peso en sus hombros y muchas veces con el cambio de clima que puede ocurrir en el transcurso de hasta ocho

o nueve horas. Es haber compartido una charla o una comida con algunos de los corredores que admiro, porque no ganan millones de dólares al año sino que se dedican a esto porque es lo que los mueve, lo que los lleva a explorar lugares a los que muy pocos llegan. Mi tiempo final fue 12:32:53, lo que me dejó en la posición 60 en la general y 39 en mi categoría. Siempre me preguntaré si hubiera podido dar algo más y lograr un mejor


resultado. Pero eso no me hace perder el sueño. El Cruce me deja más experiencias increíbles y cosas aprendidas que dudas sobre mi desempeño. Se queda en mi mente como la oportunidad de recorrer algunos de los lugares más espectaculares que hasta ahora he conocido y de compartir durante tres días en pequeñas ciudades campamento de corredores. Una carrera con una organización impecable, en la que quienes trabajan allí son tan entregados a su labor como los mismo corredores. Una experiencia que como muchos lo han dicho antes, quiero repetir.




Jorge Maravilla fotografĂ­a por Brett Rivers para San Francisco Running Company texto por jorge maravilla

P R E G U N T A

Y

R E S P U E S T A




Fotos por Brett Rivers para San Francisco Running Company

jorge maravilla PREGUNTA Y RESPUESTA RUT: ¿Hace cuánto estas corriendo? JM: Empecé a finales del año 2007, o sea alrededor de 5 años. RUT: ¿Cómo, cuándo y dónde comenzaste? JM: En septiembre de 2007, cumplí 30 años y sentí que debía correr un maratón. Durante mi búsqueda para escoger en cual participaría, me encontré con una publicidad que decía: “Rétate a ti mismo más de lo que nunca lo has hecho. Acompáñanos en la primera carrera The North Face Challenge Championship en San Francisco California” ofreciendo las opciones de 50 y 80 kilómetros. Yo nunca había pensando en kilómetros como una medida de distancia pero hice la conversión y me sorprendí: 31 millas! Justo acababa de cumplir 30 años y estaba por iniciar mi año 31 de vida así que me dije “Voy a intentarlo” sin realmente saber en que me estaba metiendo. Dos años antes había logrado correr 12 kilómetros, que se sintieron como 42, así que supe que iba a ser un gran reto. A pesar del miedo abrumador que sentía, entendí que necesitaba hacer algo increíble pero lo importante sería intentarlo y probarme a mi mismo.


Foto por Brett Rivers para San Francisco Running Company



RUT: ¿Por qué carreras de montaña y no un deporte popular como el fútbol? Si corrieran aquí lo entenderían (risas). Esta es una de las mecas de las carreras de montaña de Estados Unidos y San Francisco, es una metrópolis. Previamente jugué fútbol unos cuantos años pero lo dejé al darme cuenta de lo propenso que es ese deporte a las lesiones. Aún soy un gran fanático y lo extraño increíblemente: “¡Visca BARCA!” RUT: ¿Tienes algún ídolo? O algún deportista que admires sobre todos los demás? Existen muchos grandes atletas de una inmensa variedad de deportes que han preparado el camino para que nosotros podamos cumplir nuestros retos así que es difícil mencionar sólo uno, pero algo que he aprendido es que nosotros nos ponemos nuestros propios límites así que nunca se rindan. RUT: Con tanto tiempo para pensar durante las carreras, Q¿ue pasa por tu mente? (Risas) Mas bien en que no pienso. Yo creo que en un evento de resistencia comolas carreras de montaña es importante siempre enfocarse en las cosas buenas por pequeñas que sean, como por ejemplo: “En este momento estoy teniendo un buen balanceo de mis brazos y me está ayudando en mi zancada”. Siempre debemos enfocarnos en lo positivo y mantener ese enfoque mental para poder alcanzar la línea de meta, por supuesto con la sonrisa gratificante de haber cumplido nuestro reto y que nadie podrá quitarnos jamás. RUT: ¿Cómo resumes tu temporada del 2012? Resumo mi temporada del 2012 por supuesto como una maravilla (risas). Fué un año increíble de aprendizaje y sobre todo lleno de experiencias inolvidables con nuestra gran pero aún pequeña comunidad de corredores. Soy afortunado de formar parte del equipo de carreras de montaña de Salomon y durante este año pude viajar a Buzios para unos 42 kms así como también pude correr con la comunidad de Rio de Janeiro, seguido de un viaje a Villa La Angostura en Argentina para otros 42K. Allá las montañas son únicas


y tienen un espíritu que no podrás encontrar en ningún otro lado. Por supuesto debo mencionar que correr mi segunda carrera de 100 Millas en la Western States fue de las cosas más importantes que hice. Adicional a esto, un amigo y yo empezamos con un negocio de asesoría de entrenamientos Mauka Running lo cual nos ha dado la oportunidad de formar parte en los sueños de mejorar de nuestros atletas y alcanzar los propósitos en sus vidas. Ser una pequeña parte de sus logros es más gratificante que cualquier cosa que haya podido experimentar. RUT: ¿Cómo has visto la evolución de las carreras de montaña en el mundo en los últimos años? No puedo hablar por el crecimiento a nivel mundial pero si puedo decirte que estoy impresionado con la cantidad de participantes de eventos internacionales en los que he podido participar. Aquí en Estados Unidos, las carreras de montaña y los ultras están creciendo de una manera magnífica. Los cupos a las carreras se están vendiendo de una forma increíble y cada vez aparecen nuevos eventos. Las 100 Millas de Western States cada año incrementa su número de participantes. Yo creo que vamos a seguir viendo un crecimiento continuo en este deporte lo cual es fantástico, lo que significará que más personas buscarán obtener beneficios a su salud mientras corren por los mejores paisajes naturales a nivel mundial. RUT: ¿Qué momento rescatas del año 2012? Tuve muchas experiencias únicas el último año y cada una fue muy especial, pero si tuviese que elegir una, tendría que ser haber terminado mi segunda carrera de 100 Millas en la Western States, una carrera con mucha historia y de la cual me siento muy orgulloso de haber podido culminar. RUT: En lo personal, ¿Que diferencias encuentras en la cultura de carreras de montaña entre Suramérica, Norteamérica y Europa? No creo que haya, las sonrisas y deseos de compartir nuestra alegría en las montañas es algo que sólo| si formas parte la cultura del trail running podrás entender.

RUT: ¿Qué es y en qué consiste el proyecto San Francisco Running Company y cuál es tu rol? Yo soy el gerente general de SFRC. Mi buen amigo y compañero de entrenamiento, Bret Rivers, un día me preguntó si quería ser parte de la creación de algo especial. Yo acepté y dijimos que íbamos a redefinir el concepto de “especialización” de las tiendas para corredores. Me siento muy privilegiado de haber creado una tienda que se especializa en productos de calidad que nosotros mismos probamos y en los que nosotros mismos creemos. Esto sumado a nuestra experiencia como corredores, éxitos y fracasos desde 5 km a 100 Millas. Queremos ayudar a los corredores de todos los niveles a alcanzar sus metas con el producto correcto. En resumen, estamos viviendo nuestro sueño. RUT: ¿Cómo se proyecta el año 2013 para Jorge Maravilla? Cuáles carreras tienes en mente? Para el 2013, definitivamente quiero mejorar mi tiempo y lugar en mi tercera carrera de 100 Millas, que será la Western States. También quiero participar en algunas carreras en Suramérica. Posiblemente haga el The North Face Endurance Challenge 80 kilómetros en Santiago de Chile, los K42 en Villa La Angostura y si es posible La Misión de 100 Millas. También haré algunas carreras aquí en Estados Unidos: SpeedGoat 50Km, UROC 100Km. Mi calendario no esta aún definido pero se que esas son las principales posibilidades. RUT: ¿Cuál es tu mayor logro hasta ahora y por qué? He tenido la oportunidad de correr en muchas carreras, distancias y en lugares diferentes y muy bonitos, pero mi mayor logro tendría que ser mi decisión de usar mi habilidad para ayudar a las víctimas que sufrieron en el huracán de Haití en 2008. Decidí correr en la máquina trotadora durante 8 horas y recaudar fondos antes de ir. Haber estado allá, participando con la comunidad y ayudar fué algo que definitivamente toco mi corazón y ha dejado una huella en mi vida. Logré recaudar USD 6.000, lo cual decidí donar a la organización UNICEF para ayudar a mejorar la calidad de vida de los niños.


RUT: ¿Cómo describes aquello que te da las carreras de montaña y lo que lo hace único? El trail running ofrece una sensación de libertad y logro que no se puede encontrar en ninguna otra actividad en la que yo haya participado. Adicional a esto pienso que es la mejor manera de limpiar la mente, el cuerpo y el alma, mientras descubres los detalles más hermosos de la naturaleza. La vida es un viaje sin destino, y el trail running le da vida a ese pensamiento. RUT: ¿Qué le dirías a las personas que se inician en las carreras de montaña? Para todos aquellos nuevos corredores de montaña yo les aconsejaría buscar un buen par de zapatos para correr, salir y explorar nuevos caminos, pero sobre todo internarse en la exploración de ellos mismos como personas y su forma de vida. ¡El trail running es realmente un estilo de vida y aconsejaría a todo el mundo a no ponerse límites y nunca rendirse!

ficha técnica 24/09/1977 San Salvador, El Salvador Twitter: @maukarunning Facebook: Maukarunning y Jorge Maravilla Pagina Web: www.maukarunning.com

Foto por Brett Rivers para San Francisco Running Company



PRIMEROS P ASOS POR ELÍAS RIVERO

E

s la primera vez que escribo sobre la historia deportiva de mi vida. A diferencia de muchos atletas que he conocido, mi historia deportiva comenzó en una oficina de trabajo donde existía un grupo de 5 locos que queríamos mejorar nuestro aspecto físico, yo tenía un peso de casi 80 kg en 1.65 de estatura, o sea casi rodaba jajaja. Un día nos encontramos a un pana que había perdido bastante peso y nos dijo que estaba manejando bicicleta montañera, y decidimos que ese era el deporte que íbamos a practicar.

Me fui a una tienda de bici donde me atendió nada más y nada menos que el duro de Reyes Aldana, yo ni sabía quién era, el pana me asesoró en una bici montañera y la compré sin pensarlo. De allí en adelante conjuntamente con mis panas del trabajo: José Luis Medina, Jorge González, Juan Carlos Albertos, Edgar Corzo y Carlos Riera, conformamos un grupo para montar bici los días domingos, que después se convirtieron en fines de semana, luego se unieron al grupo Salvador Ros y Ricardo Sanguino, quienes ya llevaban un tiempo rodando, hablo aproximadamente del año 1998.


Comenzamos a participar en carreras de ciclismo de montaña y ya rodábamos entre semana y los fines de semana, la opción de hacer cualquier deporte se convirtió en una super fiebre por rodar e ir mejorando cada vez más y seguir participando cada vez más. El entusiasmo por rodar nos llevó a participar en una carrera en La Azulita, Estado Mérida, Venezuela, sin saber con qué nos íbamos a enfrentar. El caso es que montamos las bicis en los carros y arrancamos Juan Carlos, Edgar, Carlos y yo … 4 locos participando en la carrera de ciclismo montañero más exigente del país ... más nada … jajajaja.

Esta carrera se celebra a mediados del mes de agosto y son 5 etapas de montaña, iniciando un día miércoles y el sábado se corren 2 etapas, eso fue en el año 2000. Ese año fue muy particular, ya que llovió muchísimo, y nos encontramos con una carrera muy exigente, barro por todos lados y una trayectoria espectacular, con paisajes típicos de nuestra bella Venezuela. Porsupuesto, pasamos trabajo y llegamos en el último lugar, recuerdo que en una de las etapas se me rompió el descarrilador del cambio trasero y corrí aproximadamente unos 15 km empujando la bici, por supuesto llegué con la ambulancia, pero era importante llegar para que no descalificaran al equipo.


Recuerdo que llevábamos morrales con hidratación y radios para comunicarnos entre nosotros, la gente nos veía como unos extraterrestres y los comentarios en el pueblo fueron que “esos caraqueños corren una etapa y se retiran” Pues no fue así, terminamos en el último lugar pero logramos lo que nos propusimos, culminar ese reto. Fue tanto así, que participé en la edición 2001 y 2002 cerrando ese año en 4to lugar master por equipo, para nosotros fue un logro mas allá de lo que nos pudimos haber planteado, hasta nos llamaron al podio a recibir nuestro trofeo. En el año 2001, no sólo participaba en carreras de ciclismo de montaña sino que había incursionado en las carreras de aventura, época de muy buenas carreras en nuestro país. Recuerdo que en el año 2003 participé con un equipo mixto en la gran odisea en el Litoral Central (La Guaira, Estado Vargas) allí obtuvimos 3er lugar en categoría mixta. Recuerdo que un día fui a hacerme una prueba física, y el médico en su diagnóstico me dijo que no iba a ser un atleta destacado, al contrario, no pasaría de un deportista de fines de semana. No sé si eso me quedó en la mente y he luchado contra eso en mis años de vida deportiva. En el año 2003 participamos en el Eco Jarillo, una de las carreras de aventura más exigente del país donde obtuvimos un 4to lugar bien peleado y merecido, quedando satisfecho con lo que habíamos logrado como equipo y como amigos que aún somos. A partir de ese momento participé en muchas carreras de aventura como las Odiseas, Desafío, Eco Jarillo entre otras, conformé equipo con Luis Domínguez, José Zamora e inclusive participé en una oportunidad en un Desafío con el pana Igor Elorza. Se abrieron otras oportunidades deportivas como las travesías: Pico Bolívar, Pico Humboldt, Caracas - Mérida en bici montrañera la cual hicimos dos veces, travesía Barinas – Mérida, entre otras.

Aprendí otras disciplinas, ya no era la bici montañera, aprendí a ascender y descender en cuerda, remar en kayak y correr tanto en calle como en montaña. No recuerdo cuantos 10k corrí, pero fueron muchos, así como también participé en 21k y 42k, participé en algunas carreras de trekking de montaña. Un día me invitaron a correr al Ávila y me fui interesando más por la Montaña. Comencé a correr de día, noche y fines de semanas, etc. Un día vi un vídeo con unos amigos sobre la Misión, me llamó mucho la atención, sabía que era una carrera muy larga y había que entrenar muchísimo, estábamos hablando de una carrera de 160k, nada fácil, y fuera de cualquier límite planteado en algún momento, sin embargo por venir del mundo de las carreras de aventura, tenía una ventaja y es que la mente de sufrimiento ya la tenía curada. Debía enfocarme en entrenar mucho fondo para no sufrir tanto y conocer de este tipo de carrera. Ocurrieron incógnitas sobre qué tipo de ropa usar, qué equipamiento llevar, qué tipo de comida ingerir, etc. Comencé a buscar entre los amigos, quienes habían participado a fin de documentarme


aun más. Conversando con mi amiga Ana Trujillo, quien había participado en la edición 2010 más o menos me convenció, pero sabía que no era fácil.

Toda la ruta fue dura y en mi opinión la clave de esta carrera fue la hidratación, por ser mi primer Ultra me estaba estrenando unos zapatos de montaña, los cuales me provocaron muchas ampollas y sufrí mucho, no Seguí averiguando sobre la carrera y cuales podía correr sino caminar y en el momento venezolanos participarían en ella. Me enconque intentaba correr las ampollas se abrían tré con José Zamora, quien había participado aún mas provocándome un dolor extremadaen dos ediciones. Comencé a entrenar con él mente fuerte. Me dije yo vine a culminar esta y entre los entrenamientos me convenció de carrera y eso es lo que voy hacer … pero una participar en el IDACA en el formato de 80k cosa es lo que uno dice y otra es lo que uno como carrera previa para la misión 2011, no siente como queman esas ampollas #$%&##, sabía lo que era un ultramaraton. bueno así seguí adelante y cuidando que no me pasara otra cosa, pues a pesar de que me Comenzamos a entrenar trayectos largos de hidraté muy bien, me comenzaron los calammuchas horas, inclusive en la zona de Chibres, a partir de ese momento comencé a chiriviche (zona caliente) a fin de poder adap- tomar sales hidratantes, las cuales debí tomar tarnos al clima de la zona, casi me achicharro. antes, pero bueno es parte del aprendizaje. Tenía mucho tiempo que no sabía lo que era pasar trabajo y particularmente la temperaA final de la carrera culminé en quinto (5) tura en esa zona es muy fuerte, como dice mi lugar en la general y primero en mi categoría. pana Ilych “el carrusel del infierno”. Para mí fue un exitazo el haber podido finalizar mi primer Ultra en un tremendo puesto. Llegó el día del IDACA y la carrera partió a las 12 de la noche con una humedad bastante Allí conocí al gran pana y hermano Jesús fuerte, arranqué suave, por ser mi primera Zerpa, quien me ha orientado muchísimo y carrera Ultra no tenía mucha experiencia. admiro como ejemplo para todos los corre-


dores de nuestro país que nos estamos iniciando en este tipo de formato de carreras de montaña. En esta carrera también conocí a otros grandes amigos como Michell Hurtado y Plutarco Bustamante.

La carrera arrancó el día 12 de diciembre de 2011, donde los días previos a la misma había hecho mucho frío, pero el día que arrancó el clima había calentado. Fue una carrera donde no solo corrías sino que daba chance de poderla caminar y conversar con la gente que allí participaba. Así como pasabas gente, Al llegar diciembre viajamos José Zamora y yo a la ciudad de San Martín de los Andes habían muchos que también te pasaban, allí aprovechabas para conversar con mucho de (sur de Argentina) sede de la 7ma edición La Misión Race 2011, la cual es una carrera ellos, cabe destacar que los argentinos que anual de 160 km de montaña Non stop. Carre- conocí son personas de muy buena vibra. Esta ra de talla internacional que dura 72 horas en carrera es como un peregrinaje donde disfrucuatro días y tres noches, midiendo resistentas de unos majestuosos paisajes así como por cia, estrategia, planificación y autosuficiencia. primera vez veía un volcán tan de cerca. Cargando un morral con equipamiento obligatorio que pesa aproximadamente entre 7 y 9 kilos sobre la espalda, llevando comida, agua, geles, entre otros. Asumí el reto de esta travesía espectacular, sin dormir, atravesando por senderos de la cordillera de los Andes, cruzando ríos, lagos, praderas y montañas, compitiendo contra 485 Ultramaratonistas profesionales de toda Latinoamérica, en medio de los hermosos bosques del verano patagónico.

En esta carrera conocí a un gran amigo argentino, Nestor Aguayo, con quien he compartido 3 ultras en Argentina. Estuvimos corriendo juntos casi el 90% de la carrera, hasta llegar al último punto de control faltando 12 km para la meta. Eran las dos de la mañana y me quedé sin baterías, al revisar en la mochila me encontré que había dejado las de repuesto y lamentablemente tuve que parar hasta el amanecer, dejando ir un puesto 22 el cual me había costado mantener.


Al amanecer me encontré con otro gran amigo, Sidney Togumi, brasilero de familia japonés, me dijo que mi amigo y compatriota venezolano Ilych Irausquin, venía arribando al PC y decidí esperarlo. Es increíble pasar tantas horas y días, conversando con gente de Latinoamérica con tan buena vibra, pero en algunos momentos te quedabas solo, buen momento para hacer un recuento de tus momentos de entrenamiento con amigos, recordando a la familia, especialmente pensaba en mi hija Camila que para la fecha tenía tan solo 4 años, quien es la persona que desde que nació le dedico todas las carreras en que he participado. Compartimos unas buenas horas, dado que tomamos una ruta equivocada, nunca entendí por qué nos perdimos ya que estaba marcada, en fin supongo que fue por el cansancio. Esta parte de la carrera fue donde más sufrimos, con muchas ampollas, sol, arena volcánica hasta por los oídos, como decimos en Venezuela “ Pasando roncha”.

Mientras nos acercábamos a la meta después de 50 horas con un desnivel acumulado de 7.200 m y 167 kilómetros de montaña, pasaba por mi mente el compromiso y la dedicación que me había empujado hasta allí, mi hija, mi madre, mi padre, que Dios lo tenga en la gloria, y al patrocinante que me apoyó para cumplir este reto. Con los ojos llenos de lagrimas y el corazón chiquitico vi la llegada a 100 m, volví a mirar a mi amigo Ilych que se había quedado, le tomé su mano y logramos cruzar la meta juntos. Dos venezolanos en la Patagonia cruzando la meta por nuestro país, trabajando en equipo, logramos culminar los 167k sin contar la perdida que nos echamos jajajaja.




Al culminar este reto conocí otras carreras de Ultramaraton, como son Patagonia Run 100k en la cual participé en abril del 2012 allí conocí a otro gran pana Daniel Rastelli, excelente corredor argentino, uno de los duros. Este año voy a mi segunda Patagonia Run por 100 kilómetros más. En el agosto pasado fuimos un grupo grande de panas venezolanos a Colombia a participar en un ultra de 50 kilómetros organizado por The North Face, allí conocimos a otro grupo de compatriotas venezolanos corredores de este mundo y a la revista Ultratrail. En diciembre participé en mi segunda Mision Race 2012, esta vez fue en Villa la Angostura, también al sur de Argentina, donde no solo el terreno era extremadamente exigente sino que el clima no nos ayudó mucho, fueron 160k de granizo, nieve, fuertes vientos, lluvias, neblina y para cerrar con broche de oro, nos cayó una nevada. Para este año 2013 tengo acumulado 11 puntos, de los 7 que exigen el conocido Ultra Trail Du Mont- Blanc. Esta carrera consta de 160 kilómetros con 9.000 metros de desnivel positivo, el recorrido de esta carrera pasa por Francia, Suiza e Italia, es una de las carreras más importantes del mundo de la Ultramaraton de montaña. Lamentablemente no salí pre-seleccionado pero lo intentaré en el 2014. Entre otras carreras de este año participaré en: Laguna de Urao 55k en febrero, Patagonia Run 100k en abril y la Mision Race 160k en diciembre 2013. Considero que trabajando con dedicación y corazón, podemos alcanzar metas que quizás nunca pensamos que pudiésemos lograr, claro que se puede. Como me dijo el pana Reyes Aldana “Elías, algún día pensaste en darte tabla con los duros del país?”. Yo aquí me dije, hay que seguir adelante a pesar de las adversidades y sobre todo, nunca te rindas ante un sueño por alcanzar.



OPINIONES Hidratación durante la carrera Para corredores tanto novatos como experimentados, existen temas que no siempre son fáciles de abordar, ya sea por miedo a preguntar o simplemente porque no tenemos la más mínima idea de donde podremos conseguir información correspondiente a lo que nos interesa. Muchas veces nuestra primera opción es acudir a otro corredor con más experiencia para tratar de resolver nuestras dudas, de esta manera la experiencia se convierte en algo fundamental a la hora de ofrecer ayuda en diversos temas que a todos como corredores nos afectan. Es por esto que reunimos un pequeño grupo de seis atletas provenientes de Colombia y Venezuela, de diversas edades y niveles de entrenamiento, para que sean ellos mismos quienes nos ofrezcan diversos puntos de vista en los más diversos temas que puedan presentarse alrededor del trail running y las carreras de ultra distancia. Por otro lado, algo que nos preocupa a todos es la hidratación que debemos llevar durante una carrera. Es fundamental conocer nuestro cuerpo y su funcionamiento para poder obtener mejores resultados. Aquí encontrarás una pequeña guía, un punto de partida para resolver dudas que te puedan surgir con el pasar de los kilómetros.


Francis Pardo La hidratación durante una carrera debe tener una consideración tan importante como la alimentación y el ejercicio mismo. La primera regla de la hidratación es, como en muchas cosas, hacerle caso al cuerpo. Si pide agua y se manifiesta la sed, es porque hay que ingerir líquidos. Pero a medida que entrenamos, podemos acostumbrar a nuestro cuerpo a un régimen de consumo. Para esto, podemos iniciar a hacer pruebas con diferentes intervalos de tiempo y para diferentes distancias. Por ejemplo, en un entrenamiento de 20 kilómetros, probar si nos resulta mejor tomar uno o dos sorbos de agua cada 10 minutos, 15 minutos o hasta 20 minutos. Con varias pruebas de este tipo podremos determinar cuál intervalo funciona mejor para cada uno. Entre más intenso sea el entrenamiento, seguramente será necesario incrementar la frecuencia para hidratarnos. Muchas veces, aunque no tengamos sensación de sed, es importante mantener el régimen de hidratación, ya que en bajas temperaturas el cuerpo también pierde líquidos así no exista sensación de sed.

Alejandro Hidalgo Es cierto el comercial de una famosa marca de bebida para deportistas, la hidratación debe ser antes, durante y después del ejercicio. Es por eso que siempre trato de aplicarla en mi entrenamiento diario y antes de afrontar una carrera. Es importante mencionar que la hidratación no solo debe ser de agua o solo bebida isotónica, siempre trato de consumir las dos. En el día a día, consumo como mínimo 2 litros de agua y medio litro de bebida isotónica. Antes de afrontar una carrera de 21k y dependiendo del clima en donde se desarrollará trato de doblar o triplicar (si la temperatura esperada es demasiado alta) esa dosis durante los 2 días antes de la carrera. Si trata de carreras más largas hasta 4 días antes. Durante, si es una carrera de calle donde se facilita contar con varios puntos de hidratación, siempre trato de consumir agua o bebida isotónica en cada uno de estos puntos, es fundamental para mi, cuando se presentan temperaturas altas, no solo tomar agua si no también refrescar la cabeza y la espalda, con el fin de bajar la temperatura corporal y así retrasar un poco la perdida de líquidos y sales minerales. Si se trata de carreras largas en especial de montaña, llevo un sistema de hidratación con agua y en un termo aparte bebida isotónica y un sobre con electrolitos. Consumo en lo posible cada 2 kilómetros agua y cada 5 bebida isotónica.

Para una carrera, el equipo que usaremos para hidratarnos es igual de importante. Hoy en día las marcas especializadas ofrecen sistemas para llevar en la mano, la espalda o la cintura. Para una buena elección es importante tener en cuenta factores como comodidad, peso y capacidad. Esta última, siempre debe ser un poco mayor a la que estimamos será requerida. Es preferible cargar algo de peso adicional y no encontrarnos limitados en carrera por falta de líquido. Hace poco leí el caso de Dakota Jones cuando ganó en el 2012 en Transvulcania; cuando Después, tomo un batido rico en proteína, bebida isotónitodos los otros corredores decidieron ser minimalistas y ca y agua en abundancia. llevar poco peso, Jones optó por cargar más que sus competidores. El resultado, en esa edición que se destacó por las altas temperaturas en la isla de La Palma, ya todos lo conocemos.


Ilych Irausquin

Andrés Urdaneta

La hidratación durante las carreras es un tema a tener en cuenta, como ya sabemos cuando hacemos una carrera corta o de largo aliento, la sudoración nos regula la temperatura corporal y debemos restituir todos los minerales y sales perdidas, mediante la reposición de fluidos que nos permitan reducir la caída del rendimiento en carrera.

La hidratación en carrera debe ser muy bien planificada si se buscan buenas sensaciones y buen rendimiento, nuestro cuerpo necesita tener buenos niveles de electrolitos como el sodio y potasio, estos nos ayudan a retener fluidos y así prevenimos calambres musculares, lo cual todos queremos hacer en un ultramaraton.

Este proceso de hidratarnos debe constar de 3 fases, según mi criterio y el de muchos; antes, durante y después de cada entrenamiento o competencia. Antes: debemos hidratarnos lo mejor posible ya sea el día previo a la carrera o horas antes de la misma, podemos tomar solo agua o alguna bebida isotónica para comenzar bien hidratados. Durante: Cuando sientas sed, ya estas deshidratado, por esto debemos hidratarnos cada 15 a 20 minutos, beber pequeños sorbos, pero ojo, no sólo se debe beber agua, el agua por sí sola no repone minerales como potasio, sodio, zing o magnesio, que son en su conjunto los que ayudan a regular algunos procesos químicos y biológicos de nuestro organismo, leído esto entonces debemos equilibrar la cantidad de agua y alguna bebida isotónica (papelón con limón) que nos permita hidratarnos y reponer estos minerales, les comento del papelón con limó o agua de papelón porque es el Gatorade mas económico que podemos tener a mano. Después: del entrenamiento o de la competencia, debemos hidratarnos aún mejor para que nuestro cuerpo se recupere más rápido y reponga todo el gasto producido por la actividad.

Suelo hidratarme bastante en carreras, por ejemplo, para una competencia de 50km o 50 millas asistida, es decir, con puntos de control cada tanta distancia que por lo general están separados por 8-12 km utilizo una botella de mano que me permite llevar 500ml. Comienzo a hidratarme desde el inicio de la carrera, no espero a sentir sed, con agua la primera hora ya que el cuerpo solo pierde liquido y no electrolitos durante la primera hora, me encargo de tomarme la botella de agua antes del primer punto de control y desde ahí paso a los electrolitos, en cada punto de control me encargo de tomar un vaso de Gatorade y la botella de mano la lleno de agua y le dejo una pastilla efervescente Gu Brew que tiene una buena solución de sodio, también, cada 3 horas de carrera tomo unos 500ml de batido de banano o cambur, junto con proteína y vitaminas de Herbalife, parece bastante pero en un ultra es necesario si se quiere tener al cuerpo en los niveles adecuados para poder correr con buenas sensaciones y buen rendimiento.

Eso sí, tampoco hay que pasarse con la hidratación: los corredores que van correr durante 4 horas o más están en riesgo de desarrollar una hiponatremia por exceso de líquido y, en general, no necesitan ingerir una cantidad superior de 70 a 140 mililitros de líquido por kilómetro.

He probado esto en un par de ultras y realmente me he sentido bastante bien, garantizo una buena cantidad de sodio, potasio, y vitaminas a través de la hidratación en carrera, me gusta ser constante, desde un principio sin sentir sed comienzo a hidratarme, el cuerpo lo necesita para mantenerse bajo exigencia física durante tanto tiempo y debemos de ser concientes de eso y tomar previsiones.


Carlos Beltrán Sin duda mantenerse hidratado durante las carreras es uno de los factores mas importantes para lograr un desempeño óptimo. Sin importar el clima en el que se desarrolle la carrera, sea frio o calor, el cuerpo al mantenerse ejercitandose siempre estará perdiendo fluidos. Un error común, principalmente en climas frios, es olvidar hidratarnos por no sentir sed o por no sentir una gran sudoración.

Michael Hurtado Ningún corredor debe esperar a tener sed para comenzar a consumir líquidos, tener sed no es un buen indicador, todos debemos hidratarnos antes de que la sed llegue. Los principales efectos de la deshidratación son golpes de calor, deterioro en el rendimiento, nauseas, vómitos, cólicos, calambres, dolores estomacales y en casos extremos desorientación y pérdida de visión.

Además del agua potable, es importante proporcionar al cuerpo de electrolitos. (minerales tales como: cloruro, calcio, magnesio, sodio y potasio) los cuales te ayudarán a preservar la relación de ácido-base que es necesaria para las actividades celulares, algunos me preguntan: ¿qué consumes tu para mantenerte estable durante tus largos? Una buena opción son las gomitas masticables, si es algo más extremo entonces recurro a las pastillas de sal. No es solo antes y durante, es muy importante la hidratación después. Cuando hay gran cantidad de perdida de sudor se pierden electrolitos, y sodio, el cual es primario.Como consecuencia esto traerá que probablemente En mi caso, llevo solo agua por cuestión de simplicidad estés muy deshidratado durante tu próximo entreno. Ojo aunque siempre está bien recibido un pequeño vaso de mi entrenador siempre me recuerda que el consumo exbebida energizante en los puntos de hidratación de la cesivo de líquidos no es bueno, esto también puede minar carrera para darle algo de sabor a la boca. tu rendimiento y traerte serios problemas, según él si te sobre-hidratas podrías llegar a tener el sodio bajo, muchos corredores que se desmayaron al llegar a la meta al parecer estaban sobre-hidratados. Mi hidratación durante las carreras se basa en tomar al menos unos 600ml de agua por hora y dividida en dos partes. Primero, cada 45 minutos cuando mi Garmin suena para recordarme que me debo alimentar, tomo un gel como parte de la alimentación y esto lo disuelvo con al menos unos 300ml de agua. Los otros 300ml los tomo gracias al hábito que he adquirido de mantenerme tomando pequeños sorbos durante todo el camino. Esto, además de hidratarme, me ayuda a mantenerme enfocado y alerta de monitorear mi cuerpo.




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Te traemos 12 buenas canciones para correr a toda hora, recuerda que con s贸lo hacer click


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k en la imagen podr谩s ver de que grupo y canci贸n se trata y adem谩s escuchar la canci贸n.

@sboccitto


LA MISIÓN RACE texto y fotografía por Diana Antunez


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l día esperado finalmente llegó, en el lobby de la cabaña logré escribir algunas palabras en el twitter y facebook, agradeciendo a todos e informando que ya faltaba poco para la salida. Salimos de las cabañas aproximadamente a las 10.30 am, bajo una breve llovizna, la carrera salía a las 12 del mediodia. Al llegar al lugar de la salida, todo el mundo se cubría de la lluvia donde podía, por lo cual, decidímos entrar a un café de la esquina, allí había otros corredores también, y nos dispusimos a disfrutar de un café, tomar fotos, compartir con otros participantes personas que iban a animar en la salida. Entre ellas unas señoras, a una de las cuales le di un fuerte abrazo, pensando en mi madre. A un cuarto para las doce gracias a Dios ya había escampado algo y logramos pasar al embudo de salida, del cual ya no podíamos salir hasta esperar la largada. Se veía la emoción, ansiedad y satisfacción en la cara de todos; particularmente una mezcla de expectativa, de curiosidad, de ansiedad, de querer disfrutar toda la ruta, de rogar a Dios nos protegiera y guiara a todos durante todo el recorrido, siempre visualizándome en la meta, sin importar el tiempo, sólo que llegara bien sin lesiones, súper feliz y sobretodo con un aprendizaje que de seguro me dejaría esta experiencia, le di un abrazo a casi todos los compañeros, deseando mucho Éxito y que Dios nos protegiera; igualmente a mi querido hermano Miguel, que fortuna tenerlo en ese momento tan especial. Finalmente la salida controlada por las calles de Villa la Angostura hasta conectar con una carretera de tierra y de allí empezar el primer bosque, en ese trayecto íbamos Gladys, Lilia y yo, tratando de pasar corredores que iban a menor ritmo que nosotras, sinceramente no sé cuánto tiempo llevó llegar

al Col del Colorado y continuar por los filos hasta la cumbre del Co. Bayo; de allí empezó lo bueno. Los fuertes vientos y granizo. En ese momento no llevaba ni chaqueta ni guantes puestos, sentía que el cerebro y las manos se me congelaban, parecía que no tuviese el casco puesto, las gotas entraban por las rendijas y me golpeaban fuerte, de seguir así, ya no podría haber seguido pensando. Por otra parte, en un momento vi que el cubre-morral tenía intenciones de salir volando afortunadamente lo pude detener en el último momento, igualmente, entre lo poco que podía ver, divisé una piedra en la cual me detuve para protegerme, además de no caerme. Saqué chaqueta y guantes, ahora sí, mejor condición, en ese momento un señor nos pidió que le ayudáramos a cubrir su morral y nos tomó una foto en agradecimiento, el paisaje en ese momento me motivaba a quedarme allí un largo tiempo, observándolo, disfrutándolo, pero teníamos que seguir, de lo contrario, el congelamiento era seguro. Más adelante, se encontraba el primer punto de control, de acuerdo a lo que recordaba de la descripción de la ruta era el kilómetro 8 o 10. Seguía el descenso por lo que entiendo es la pista de esquí en invierno, allí le comenté a Lilia “aprovechemos para bajar trotandito y agarrar calor” fue demasiado emocionante, era como una especie de pista de carritos porque tenía varias curvas y al final se divisaban unas casas en las cuales se haría la primera parada para comer, no sabía que allí era el kilómetro 15. En ese transcurso nos encontramos con Carlos, ya íbamos en grupo hasta las casas. (Base del Co Bayo). Allí nos detuvimos a comer, y planificamos parar cada 4 horas a comer, cada hora se picaría algo sólido, cada 15 minutos un sorbo de agua, cada media hora un sorbo de isotónica, sinceramente si llevé ese control, sólo que no el control


del tiempo en carrera. Por otra parte, me emocioné mucho al ver a mi hermano en ese punto, él estaba cubriendo la parte fotográfica con los de la Prensa, eso me tranquilizó un poco, ya que me imaginé que lo volvería a ver durante la carrera, pero, no fue así.

sido 8Km si no más, parece que todos teníamos las mismas sensaciones. Las personas del Puesto de Control nos informan que debemos subir el O’Connor en grupo, por las condiciones climatológicas (fuertes vientos). Así lo hicimos.

En ese momento pasó Gladys pero no quiso detenerse a comer. Después de aproximadamente media hora o más de estar allí, decidimos seguir el camino y afortunadamente nos dimos cuenta rápido que estábamos perdidos, habría que retomar el camino correcto.

En un momento me separé del grupo, tal vez por la ansiedad de pasar lo más pronto posible los filos o quizás porque necesitaba ir un poco más rápido para no dormirme, sabía que en cualquier momento nos reuniríamos nuevamente, lo cierto es que pasé al grupo que había iniciado antes de nosotros y por un momento me encontré sola en los filos,no veía muy bien las marcas por la neblina, hasta que divisé un señor que también iba sólo, traté de seguirlo pero su ritmo era alto o yo muy lenta. Regresa, estaba perdido y yo había descuidado seguir las marcas por seguirlo a él; Desde allí él continuó adelante y yo trataba de decirle donde estaban las marcas y visceversa. Nos pasó una pareja, intercambiamos saludos y a continuar por el camino cor-

Siguiendo el sendero y cruzando varias veces los arroyos, nos cruzamos con Gladys y Lidiette, en un puesto de control nos informan que faltan 8 kilómetros para el siguiente control, por tanto el grupo continuó junto hasta aproximadamente la 1:00 ó 1:30 am llegar al Corral Redondo (Km 44). Allí se hizo la parada correspondiente a las cuatro horas y escuchamos comentarios que habían calculado mal la distancia, no podían haber

recto. Comienza el descenso, ya aclarando y la vista del lago totalmente hermosa desde la cumbre. El señor que era mi pacer se quedó esperando a su grupo y decidí continuar sola. Casi llegando a Puerto Manzano me encuentro una chica, me contó que era su tercera participación (1 culminada y otra sin culminar) esta vez venía más entrenada y con intenciones de continuar a la Cantina 2 sin detenerse mucho en la Cantina 1. Finalmente llegamos a la Cantina 1, según mi reloj llevaba 18 horas (6:00 am). Justo estaba por salir Jesús Cova y me dio un queso, jamón, galletas, todo un banquete, no lo desperdicié en ningún momento. Me informó que Deisis Zarramera estuvo como 6 horas allí ya que le habían dilatado la pupila, recibió mucha arena en el O’Connor pero gracias a Dios había podido continuar. Decidí comer, drenar un poco una ampolla en el talón, cambiarme de medias y estirar, en fin alistarme para continuar a La Cantina 2, ya que no tenía


sueño. En ese momento llegó Gladys y me comentó que prefería dormir, al salir aproximadamente a las 7:40am me cruzo con Lidiette y Carlos que estaban comiendo su Paty (Hamburguesa) y le digo que mi meta son los 100 kilómetros, que esperaba lograrlo. Comienzo el interminable camino de 8 kilómetros, era interminable porque era una ruta paralela al asfalto, ni idea de cuánto tenía que caminar, cuando y donde tenía que cruzar, el sueño se apoderó fuertemente de mí, caminé sonámbula, me salía del camino, veía los camiones casi atropellándome, trataba de buscar algo que me animara, pero… ni la música saqué del morral, venía un grupo de corredores, me saludaron y rápidamente me pasaron, se esfumaron, me abandonaron, parecían fantasmas, ni siquiera pude seguir un paso al ritmo de ellos, luego otro grupo me pasó corriendo. ¡Dios! creo que pagué caro el no descansar de acuerdo a lo planificado por Ilych

en La Cantina 1. Ni modo, ya no sé ni que pensaba. Creo que tardé mil años en llegar al Km 66, me gustaría saber a qué hora llegué a ese punto, queda en la duda. Al llegar finalmente al bosque, le digo al Sr. del Puesto de Control que me voy a acostar quince minutos, que por favor no me deje pasar de ése tiempo y me acoste bajo un árbol y al poco rato ya estaba despierta, con pilas renovadas o mejor dicho, con mejor ánimo para continuar. El señor me informa que no llevaba los 15 minutos pero ya me sentía bien, así que conversamos un rato mientras se despertaron otros corredores que al parecer estaban igual que yo, entre ellos Martin, un argentino y su compañera. Me dice que por que no continúo con ellos, pero le dije que me quedaría un poco más. Sinceramente prefería ir sola para evaluar otra vez mi sentido de orientación, además era bastante divertido seguir las marcas en los árboles, sentía que estaba jugando a las escondidas y me mantenía despierta. En el trayecto

pasaron pocos corredores, me cruzo con Martín y me dice que le informe a su grupo que el dormiría un rato y luego los alcanzaría. Decido seguir, pero a medida que iba avanzado sentía comodisminuía más el paso, otra vez mas lenta de lo normal y ya no veía las marcas, ya no me divertía. Nuevamente el sueño y si en los 8 kilómetros tardé tanto, pues ¿qué podía esperar sí el próximo control estaba a 20Km después de la salida del último PC? desconocía cuánto había avanzado. Al llegar al punto de control pregunté y el chico me dice que es el kilómetro 80, si mal no recuerdo llevaba 24 horas, o al menos más de 20 horas. Le pido el favor que no me deje dormir más de 15 minutos y pasa lo mismo que la anterior parada cuando dormí sólo 10. La meta de llegar a los 100 kms sin dormir se había esfumado, pero seguía la otra meta llegar a los 100 kms y si podía a los 112K (Cantina 2) y descansar una cuantas horas para continuar hasta la meta.


Al continuar la ruta, me sorprende un paisaje realmente hermoso, traté de tomarme fotos, parecía que estuviese en casi un desierto (sólo por la arena), ver el bosque, las montañas, el cielo, todo un espectáculo. Decido continuar, la belleza de los paisajes me había despertado, aunque tenía dudas por donde seguir, las marcas no las veía tan seguidas y decidí guiarme por huellas, afortunadamente me llevaban a una marca. Sin embargo al descender por un bosque (creo es Tapera Linda) me encuentro con un señor que va en sentido contrario. Dios, estaba perdida, creo que el señor vió mi cara de terror y me dijo: “tranquila vas bien, yo me quedaré por aquí un rato, mis rodillas no aguantan el descenso”. Al culminar el bosque, realmente no sabía por dónde seguir pero afortunadamente apareció Martín y un amigo (Dios siempre nos pone ángeles en el camino) y les comento que me parecía que estaba perdida. Creo que ellos estaban medio confundidos también, sin embargo, trato de seguirles el paso hasta llegar al Col de las Estacas, luego se desaparecen y me quedo cruzando el arenal con algo de viento fuerte, si pisaba mal hubiese “rodado” bastante. Continúo y me cruzo con Martín y otro señor al cruzar el Río Minero (Primer río con cuerda), ya estaba oscuro y el señor del Puesto de Control (Km. 95) nos recibe con la “gran noticia” de que no recomendaban subir el siguiente tramo de noche porque se avecinaba mal clima, ni continuar hasta el próximo control ya que no cabía ni una aguja en el campamento, me imaginaba que era 5 kilómetros más adelante, mi anhelada segunda meta. Pregunto que distancia va y veo la cara de los presentes a ver si tenían intenciones de continuar, pero no era así. Mi meta número dos, llegar a los 100 kms, se venía abajo. Ni modo, veo la hora y llevaba treinta y pico horas, no recuer-

do el exactamente. A la vez me contenté porque sólo faltaban 5kms que de haber habido buen tiempo seguro hubiese podido lograr; además si era la recomendación de ellos, era lo más apropiado no continuar y evitar un posible mal rato.

Continuaba lloviendo y mi preocupación era que no me había dado tiempo de comer. Al llegar al refugio Veranada de Lagos (Km. 101, no lo sabía en ese momento) nos informan que no podemos continuar hasta que aclare, los chicos deciden entrar a la carpa grande y yo me Una vez resignada y cansada de dar vuel- quedo afuera desayunando. tas a ver en qué lugar me acostaría, decido ponerme la ropa seca y sacar sleeping ¡Venezuela! Que nota escuchar ese nom,vivac y acostarme, previamente habían bre, era Martín y un gran grupo que llegado otros corredores y decidimos había decido continuar; inmediatamente arrancar a las 3am para hacer cumbre me uno a ellos, a cruzar el segundo río del Co. Piedritas amaneciendo. Dormí como una piedra, aunque al comenzar a llover no me había cubierto bien la cabeza y sentía que me mojaba, al rato escucho que siguen llegando corredores y que también tenían que acampar allí, entre ellos estaban las muchachas: Gladys y Lilia. Carlos y Lidiette también estaban. Les informo la planificación que teníamos, pero deciden dormir más tiempo, así que continué con mi dulce sueño bajo la lluvia. Hubo un momento en el que me desperté porque escuché más voces de lo normal, ya todos estaban listos, cerca de la fogata (nadie pudo dormir por el frio, por la lluvia). Me llamaron y no los escuché, no quería averiguarlo; así que me apresuré a ponerme la lycra mojada encima de la seca, cambio de medias, recoger todo y salir con el grupo. Gladys también estaba despierta y le digo que de agua helada hasta la cintura (último nos encontraremos en la vía. con cuerda), pero ya ni sentía frío, era muy emocionante la expectativa. Me sentía como en una película, en un Iniciamos un ascenso algo fuerte, allí campo de batalla o tal vez en una caconozco al Sr. Andrés, pero al llegar al tástrofe donde todos nos habiamos uniinicio del Co. Piedritas comienza nuedo para lograr algo. Fue una sensación vamente el sueño, me motivaba porque bien especial, de trabajo en equipo. Deestaba presenciando un bello amanecer, cido arrancar con dos chicos delante de pero ya no tenía mucha fuerza, el sueño mí: Maximiliano y Daniel, cuando me me va consumiendo y decido sentarme doy cuenta no va nadie detras, que exunos minutos cuando alcanzara unas traño, todos estaban listos. Imaginé que piedras que divisaba a lo lejos. Iba sola, Martín y el amigo ya habían partido o del grupo inicial unos iban adelante y estaban allí y no los reconocí. otros algo atrás, decidí cerrar los ojos cuando me senté, no sé cuánto tiempo,


lo que si es cierto es que cuando abro los ojos tenía la lycra y parte de los bolsillos frontales de comida cubiertos de nieve. Al ver que casi no podía mover las manos decido ponerme a correr todo el ascenso y el descenso también. Contemplar el Lago Traful y disfrutar de todo ese escenario fue lo increíble. Creo era una de las áreas que más había visualizado en las fotos y videos previos a la carrera, estar allí era parte de un sueño hecho realidad.

Allí aproveché y me aprovisioné de chocolates. Al momento llegó Martín y junto con el Sr. Andrés decidimos descansar algo y continuar los tres la travesía.Aproximadamente a las 12 del mediodía salimos, eran 8 kilómetros por una carretera que bordea el Lago Traful, excelentes vistas y amena conversación. En el momento menos pensado ya estábamos ingresando al bosque, al Arroyo Cataratas y en el puesto de control los chicos deciden quedarse un momento a tomarse un café o un mate, yo continué porque seguro ellos me alcanzarían rápidamente, nuevamente cruces de río fríos, estos eran el analgésico que necesitaban mis pies adoloridos Seguí las señales en los árboles pero al llegar a la Horqueta del Cataratas creo que tomé el rumbo equivocado, sigo las marcas pero me doy cuenta que estoy caminando en círculos, ¿Serán visiones? paso nuevamente por el ultimo cruce del arroyo y dibujo una D en la arena para saber cuantas veces estaba pasando por allí, trataba de ver por dónde estaba y no veía a nadie aproximarse. Pensé en sacar el mapa, pero ¿de qué me serviría si no tenía idea donde estaba?.

Regresé parte del camino y traté de estar más atenta a las señales, a lo lejos pensé ver un chico apoyado en sus rodillas, pero era un tronco. Parece que se ponía fea la cosa, le pedí a Dios que me enseñara el camino correcto, o en ultima instancia me pararía en alguna Decido lavar los zapatos y las polainas señal a esperar que en algún momenya había comenzado la molestia de la to pasara un corredor. arena y piedritas en los pies, empacar bien el sleeping y vivac, arreglar el morFinalmente visualicé otras marcas disral. Había otros corredores comiendo, tintas y percibí el olor de una fogata. otros descansando, los que ya habían Estaba cerca del Col Tres Nacientes partido dejaron parte de sus raciones (140K), al llegar pregunto al patrullero de comida que tal vez ya no necesitarsi habían pasado los corredores 34 y ían, en las mesas para otros corredores. Alcancé al Sr. Andrés y continúo junto a él hasta La Cantina 2 (Km 112), llegamos a eso de las 8:40am al esperado gimnasio cubierto con calefacción, baño. Allí podría retirar mi bolsa con provisiones.

250 y me informa que no. Me sugiere continuar con un grupo que pero decido pararme a comer y esperar si en el siguiente grupo venían los chicos para empezar el ascenso a la última cumbre: El Co Boul. A los pocos minutos veo dos personas que se acercan pero no distingo quienes son, eran los chicos, los espero pero ellos no se detuvieron a descansar, así que arrancamos el ascenso, teniendo al Sr. Andrés como puntero. Particularmente fue la parte más fuerte del recorrido porque la arena estaba muy suelta, al llegar a la cima había un fuerte viento y neblina que no me dejaba ver bien. El patrullero sale de su carpa y me pregunta el número de participante (nunca lo recordaba) y cómo estaba. Al comenzar el descenso, me resbalé, afortunadamente no me deslicé mucho y no caí encima de la bolsa de hidratación. Continúo y alcanzo de nuevo al Sr. Andrés, no veíamos muy bien las señales, pero al final veía la luz de una linterna, imaginaba que era Martín, por medio de esa luz nos guiamos un poco, estaba oscuro, seguramente habría sido una vista espectacular, era el Cajón Negro. Así continuamos en fila india por el que sería el último bosque antes de llegar a la Meta, sin embargo, Martin regresa y nos informa al Sr. Andrés y a mí que se adelantará. Continuamos caminando los tres, y yo me sentía muy preocupada porque Martín tenía que detenerse cada vez a tomar aire. Por suerte, es un persona que transmite mucha paz por el tono de su voz, nos iba diciendo que ya se sentía mejor e iba conversando. En un momento era yo la que me preocupaba, sentía que dejaría las rodillas en los descensos, veía toda clase de animales en la formación de los troncos y ramas, me acercaba y me aseguraba que así fuera, como quería que estuviese un río cerca y sumergirme en el para aliviar



el malestar en las rodillas, ni modo, a continuar. En un momento el Sr. Andrés dice que si no veía luz a los cinco minutos, se acostaría, y yo esperaba que no lo hiciera porque no me quería detener y tampoco dejarlo sólo. Por suerte, casi a ese tiempo vimos unas luces y él se animó, íbamos charlando los tres. Busqué mi bandera para tenerla a mano, ya el corazón estaba por salirse. Finalmente llegamos a la carretera de tierra, cada vez estábamos más cerca de la meta, me adelanté con Mariano y veo al Sr. Andrés dando pasos como de sonámbulo. Me preguntaba dónde estaría mi hermano, rogaba porque le hubiese ido bien, sin contratiempos por el clima. Ni idea que hora era. Al poco tiempo, veo una persona que viene a nuestro encuentro, pensé que era el médico, empieza a hacer cambio de luces con la linterna, reconozco que es mi hermano por el Buff, los dos salimos corriendo al encuentro. Un Fuerte Abrazo, hablamos de la experiencia, me comentó que no sabía de las muchachas y Carlos, entre otras cosas, me olvidé de los chicos. Sin embargo al poco tiempo nos alcanzaron y llegamos a la meta, el Sr. Andrés llegó corriendo, que alegría tan grande verlo tan bien. Seguidamente Mariano que ya estaba un poco más re-

cuperado del asma y luego mi hermano y yo, ¿Qué más puedo pedir que contar con el apoyo moral de él, así como de todas las personas que estuvieron pendientes de todos nosotros? La Felicidad no cabía en mi Alma. Antes de ingresar al Arco de meta, le dí gracias a Dios por haber podido culminar bien sin lesiones ni ampollas graves, poder ver a mi hermano, compartir la ruta con todos durante esos días, grandes ejemplos de fortaleza y logro de objetivos. De trabajo en equipo, disfrutar las bellezas del Creador, disfrutar del frio, del viento, granizo, nieve, del congelamiento de las manos, de la molestia en los pies, del último dolor en las rodillas, de tomar mate y café, comer mucho chocolate y miel, frutos secos, charcutería, tomar el agua más sabrosa de los arroyos, del Nestea con suero, ver sólo ratones en los bosques, escuchar y ver cosas que no existían, de enfrentar el pánico cuando me sentía perdida, dormir en la tierra, recibir la lluvia mientras dormía, sentirme como en un campo de batalla, luchar contra el sueño. La alegría al saber que Jesus Zerpa era el tercero en la general, Orgullo Venezolano. Escuchar que me llamaran VENEZUELA, de un sueño hecho realidad y después de 61 horas y 32 minutos poder decir: ¡MISION CUMPLIDA!.




COLOMBIA 13.07.2013


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