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Editorial Revista Vegan #40

EDITORIAL #40 - VEGAN®

CADA DÍA SOMOS MÁS

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Hola Amigos Lectores y Seguidores, espero que estén todos muy bien y soportando esta extraña pandemia casi Orwelliana. Quizás estemos viviendo uno de los últimos avisos que nos da la naturaleza antes de dar el último paso y sin vuelta atrás, hacia la hecatombe que miles de científicos vienen anunciando desde hace poco más de una década.

Hace años la ciencia negaba y hasta descalificaba a quienes alertaban y anunciaban los peligros a los que se enfrentaría la humanidad por ser irrespetuosos e inconscientes en el trato hacia la naturaleza.

La era de los combustibles fósiles, la era de la industrialización de la mentira, la era del derroche, la era de nuestra infinita idiotez, la era de lo descartable… en fin… como sea ya estamos pagando un precio altísimo, como nunca imaginaron los grandes inventores de la estupidez, aquellos sabios que pensaron solo en juntar dinero en vez de tener en cuenta que la inmundicia contamina y perjudica la biodiversidad. Aquellos genios que inventaron los productos de un solo uso y los departamentos de obsolescencia programada en las industrias, para ganar más dinero, ahora son los tremendos verdugos del futuro. Los héroes del consumo descontrolado, dioses de la acumulación de riquezas infinitas y la mentira marketinera que incrustada en el adn de todos los mortales nos ha llevado hasta aquí, a los umbrales de la autodestrucción. Pero como si todo esto hubiese sido poco, y sin lugar a dudas, en cuestiones ambientales lo peor de todo ha sido el consumo y el uso de animales, para lo cual ha sido necesario el aumento desmedido y exponencial de la industrialización de alimentos a base de animales. Esto ha sido comprobado varias veces por la ciencia y se ha comunicado a la sociedad mundial a través de informes y reuniones internacionales para tratar la situación actual, es el caso del informe “La larga sombra del ganado” que la fao publicó en el 2006 y que dice que la industria que más gases de efecto invernadero genera es la de la carne, algo que coincide con la recomendación de bajar o eliminar el consumo de carne que propone el Comité Intergubernamental por del Cambio Climático (IPCC) y varios informes privados que hablan y recomiendan lo mismo.

Todo esto desde lo ambiental, pero si vamos a la salud, estamos también teniendo muestras contundentes de hacia dónde nos dirigimos. Hoy ya es vox populi que la ingesta de proteína de origen animal tapa las arterias produciendo accidentes cerebrovasculares y cardiovasculares, además de otras tantas enfermedades letales, como bien se puede leer en informes como el de la oms de 2015 que declara a los embutidos, cancerígenos tipo 1, como el tabaco y el asbesto, o como se lee en las conclusiones del Estudio China que aseguran que todas las enfermedades terminales y crónicas son producidas por la ingesta de proteína de origen animal, lo que se contrapone con recomendaciones como la publicada en un Informe sobre Alimentación de la revista Lancet en 2019, que dice que los alimentos son la palanca más potente para optimizar la salud humana y la sostenibilidad medioambiental y habla justamente de una alimentación basada en plantas.

En fin… para no cansar con cifras y estudios, que siempre mencionamos, sugerimos a quienes lo deseen, que busquen por internet, ya que cualquiera puede acceder a todo esto, porque es información pública y de acceso libre. Pero además de todo lo mencionado, ni hablar del horroroso infierno que significa para los animales esta costumbre inhumana que hoy tiene la humanidad, la extrema y perversa crueldad sin límite, líneas de producción de tortura, crueldad y muerte, fábricas de infinita depravación, infernales senderos de la oscuridad, víctimas de la siniestra gula humana, de una sociedad maligna y de sanguinaria insensibilidad. Para ellos, los animales, somos el diablo y la tierra es el infierno. Tienen Derecho a vivir en libertad en la naturaleza, pero les destruimos su hogar, los usamos, los explotamos, los matamos y los comemos. Y todo parece muy normal… La falta de respeto a la vida y a la naturaleza es la principal causa del cambio climático. Todo esto es sabido o por lo menos intuido por la mayoría de la población mundial, pero lo que pocos saben es que la contaminación más grande la produce la comida que come la mayoría, por este motivo, la mayor responsable del calentamiento global que genera el cambio climático, es la industria de la carne, sí, parece increíble que la comida sea la mayor causante de la debacle ambiental que se avecina. Pero bueno, es así, y ahora lo único que puede hacer la humanidad es reaccionar rápidamente y hacer lo mejor que pueda hacer, frenar el aumento de la temperatura del planeta. Y lo más rápido que se puede modificar de todo lo que hacemos mal, es lo que comemos, que además es lo que más contamina, entonces es inexplicable que no lo hagamos de una vez y para siempre.

“Tal vez ha llegado la hora de entender definitivamente que los animales no son cosas, no son objetos, son seres que tienen conciencia, sienten y tienen sus propios intereses”

Modificar los hábitos alimenticios es el instrumento más apropiado que hoy tenemos para tratar de cambiar las cosas o por lo menos intentar mitigar en alguna medida los efectos del cambio climático. La ecuación es muy fácil de resolver, si la industria de la carne es la principal responsable del calentamiento global, la humanidad tiene que dejar de comer carne ya mismo. No hay alternativa y cuanto antes se haga, menor será el efecto devastador que tendrán los efectos de la hecatombe climática a la que deberá enfrentarse la población mundial en los próximos años.

Es irresponsable no dejar de comer carne cuanto antes, además de modificar todas las demás actividades contaminantes. Esta información está llegando a más personas, y ha despertado un interés irrefrenable que crece y está transformando viejos e inservibles paradigmas en nuevas formas de entender la vida, el respeto y solidaridad planetaria. Aún hay posibilidades de transmutar lo malo en bueno. En este número queremos seguir mostrando que el veganismo es la solución para cambiar las cosas y la evidencia científica y empírica lo comprueba de forma inapelable.

“En julio de 2020 la población vegana o vegetariana es del 12%, un 3% más que el 2019”

CADA DÍA SOMOS MÁS quienes queremos dejar un mundo habitable para nuestras descendencias, los que no queremos más destrucción, los que rechazamos la contaminación, los que vemos a los animales como amigos, los que veneramos a la naturaleza, los que queremos un mundo mejor. Todavía hay esperanzas. En Argentina cada día somos más los que no comemos animales, en julio de 2019 el 9% de la población era vegana o vegetariana y luego de un año, en julio de 2020 la población vegana o vegetariana es del 12%, un 3% más que el 2019, por eso decimos y con respaldo concreto, cada día somos más!!! Pero además sabemos que otro 12% de habitantes se declaran flexitarianos, término que se usa para denominar a quienes han disminuido sustancialmente el consumo de carne y se acercan a la eliminación total del mismo. Todo esto comprueba que la toma de conciencia sigue creciendo, es irreversible y estamos viendo el gran cambio.

Les invitamos a adentrarse en la lectura de este nuevo número de vegan, la revista vegana que publica lo que otros medios ocultan. Un agradecimiento sincero a todos los que colaboraron y participaron de esta edición con tanto entusiasmo y dedicación. Otro agradecimiento especial al equipo editorial, Nina Huara, Tao Alfredo, Gabriela Mattei y Manuel Alfredo Martí.

Feliz primavera y nos vemos en el próximo número de verano. EL FUTURO ES VEGAN.

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