Número 21 | Enero - Febrero 2015
CONTENIDO
Editorial Noticias
PAPPO EN SALTA Pág. 26
04 05 Discos del rock salteño 06 Libros salteños 07 Rock del NOA 08 RS Pregunta 09 Reflexiones en la Chevy 10 Sig Ragga 13 Morbo y Mambo 16 Gran Martell 21 Cerati en el NOA 30 El Mató 43 Mar del Plata 49 Mi Nave 52 Hyperstatic 58 Zener 55 Peligrosos Gorriones 63 Franquicias culturales 66 Taragüi Rock 71 Personal Fest 10 años 74 Festival TQSR 76 Sin Chequear | Gustavo Sala 78 ROCK SALTA es una publicación de Rock Salta Producciones. Domicilio: Pueyrredon 1031 1ºB - CP 4400 - Salta. El nombre y el logo son marcas registradas por Santiago Castellanos (RNPI Exptes. 3083222 y 3083224). DNDA en trámite. Las publicaciones son de absoluta responsabilidad de sus autores y pueden no coincidir con la opinión del director. Las colaboraciones son adhonorem y no crean ningun tipo de dependencia legal ni laboral entre los autores y la revista. Tirada: 5000 ejemplares. Foto de tapa: Martín Bonetto. Foto de índice: Archivo Tony López. © 2006-2015. Prohibida la reproducción parcial o total de los artículos sin mencionar la fuente.
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DIRECTOR
STAFF
Santiago Castellanos scastellanos@rocksalta.com
EDITOR
Federico Anzardi fanzardi@rocksalta.com
DISEÑO
Bernardo Rodriguez Berri brberri@rocksalta.com
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DIAGRAMACIÓN
ste número que hoy llega a sus manos es, tal vez, el que más nos costó concretar. Por primera vez en cuatro años de existencia, la revista no pudo mantener su regularidad. Hacer periodismo de rock cubriendo escenas provinciales genera satisfacciones y adversidades. Aun así, nos encontramos nuevamente. En la extensa entrevista con Santiago Barrionuevo está la razón por la que El mató a un policía motorizado ocupa nuestra portada. En la nota, el cantante platense resume el espíritu con el que siempre hemos intentado manejarnos: si un grupo o una canción nos gusta, escribimos. Otro objetivo de esta publicación es difundir las escenas provinciales, no atarnos a un nombre que, hoy en día, ya es una marca que trasciende su significado literal. En esta edición podrán conocer sobre lo que pasa con el rock de Tucumán, Catamarca, Chaco, Corrientes, Córdoba, Formosa, Santa Fe, Rosario, Mar del Plata, Misiones y, por supuesto, Salta y Jujuy. Dos próceres como Gustavo Cerati y Pappo tienen lugar en este número, recordando sus visitas al Norte con material exclusivo. Además, las secciones de siempre: Rock del NOA, Discos del rock salteño y RS Pregunta, sumadas a la colaboración de Gustavo Sala y el ácido de Sin Chequear. Se viene un año lleno de festivales, como Cosquín Rock, Personal Fest, Salamanca Rock, Lollapalooza y Salta Boombox. Como siempre, estaremos acercándoles cada detalle que suceda en esos eventos. Por último, los invito a ingresar cada día a rocksalta.com, esperando que nos sigan acompañando como desde hace más de ocho años.
Santiago Castellanos Director RS Producciones
Colmena Boutique Audiovisual colmena.audiovisual@gmail.com
REDACCIÓN
Lucas Canalda lcanalda@rocksalta.com Pablo Choke Torramorell pchoke@rocksalta.com Rodrigo Juárez rjuarez@rocksalta.com Diego Maita López dmaita@rocksalta.com Eduardo Marcé emarce@rocksalta.com Eduardo Pece epece@rocksalta.com Gonzalo Quispe gquispe@rocksalta.com Alejandro Wierna awierna@rocksalta.com
FOTOGRAFÍA
Martín Azcárate mazcarate@rocksalta.com Gastón Iñiguez giniguez@rocksalta.com
COLABORAN EN ESTE NÚMERO
Cristian Abdala, Ronald Barboza, Damián Benetucci, Martín Bonetto, Matías Hessling, Renzo Leonard, Florencia Llompart, Tony López, Salvador Marinaro, Gustavo Sala, Santiago Segura, Romina Semhan, Marcelo Silvero, Santiago Sombra.
IMPRESIÓN
Mundo Gráfico S.A.
DISTRIBUCIÓN
Rómulo J. Guzmán S.A. Distribuidora Chorba
CONTACTO
Redacción: revista@rocksalta.com Publicidad: publicidad@rocksalta.com
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Rock sinfónico Nueva publicación Encultura, publicación digital y página web de la ciudad de Salta, festejó su primer año presentando su Anuario 2014. Esta edición en papel consta de 72 páginas a color y fue distribuida gratuitamente. El lanzamiento se realizó el viernes 12 de diciembre en el Paseo Balcarce, con los shows de Gauchos de Acero y Muzak. En su página web (encultura.com. ar) se puede descargar quincenalmente cada nuevo número de la revista digital. Felicitamos a Luciana Cassina y todo su equipo. ¡Por muchos más emprendimientos culturales!
Quince años de alegría y rock El Cosquin Rock se realizará una vez más en el Aeródromo de Santa María de Punilla. Por tercer año consecutivo coincidirá con los feriados de Carnaval: sábado 14, domingo 15 y lunes 16 de febrero. La organización promete una edición inolvidable y el Escenario Principal vibrará con el debut de Andrés Calamaro, el regreso de Los Auténticos Decadentes y con muchas bandas que no siempre encuentran un lugar en este tipo de eventos, como Pez, El Perrodiablo, La Perra que los Parió y Utopians, entre otros. Tampoco faltarán los clásicos, como Skay, Ciro, Las Pelotas, Molotov, IKV, Kapanga y Eruca Sativa. El Escenario Temático Movistar tendrá mucha concurrencia, con Los Pericos, Don Osvaldo y De La Tierra como novedades en los espacios de reggae, rock y metal, respectivamente. En el Escenario Alternativo Pepsi habrá muchísimas bandas emergentes y el Hangar hará, como siempre, las veces de semillero para los grupos más jóvenes. Como siempre, no todo es música. Habrá stand up y diferentes actividades con Hernán Casciari, Fabio Alberti y Roberto Pettinato; proyección de documentales, el espectáculo La Burbuja de Fuerzabruta y una variedad de entretenimientos por parte de la organización y los sponsors. Puntos de venta y más información en cosquinrock.net.
Por primera vez, la prestigiosa Orquesta Sinfónica de Salta realizó un homenaje al rock argentino. El show se desarrolló el sábado 20 de diciembre, frente a la Plaza 9 de Julio de nuestra ciudad. El evento formó parte del ciclo La Cultura No Duerme, que cerró las actividades del ciclo 2014 del Ministerio de Cultura. Se interpretaron canciones de Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Los Gatos, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Sumo, Los Abuelos de la Nada, Virus, Los Fabulosos Cadillacs, Memphis La Blusera, Illya Kuryaki & The Valderramas, Divididos, Perro Ciego, Soda Stereo y Pez. El show contó con músicos y cantantes salteños convocados especialmente para realizar este homenaje junto a la Orquesta: Chinato Torres, Pelado Vega (Perro Ciego), Horacio Corimayo (New Rusia a la Vinagret), Hernán Bass (Santuario), Gastón Oliver (Teddy Krueguer) y Emiliano Livelli (Bort), entre otros. Los arreglos para orquesta correspondieron a Juan Raffo, Guillo Espel y Gustavo Spatocco.
Llega el Personal Fest Durante los últimos años, el Personal Fest Verano se convirtió en un clásico para los salteños. Este año, la apuesta es fuerte. El jueves 19 de febrero, en el Centro de Convenciones de Limache y con entrada gratuita, tocarán Calle 13 y Ser. La banda liderada por René Pérez Joglar visitará por tercera vez nuestra provincia, luego de debutar en el microestadio Delmi, en 2008, y de haber teloneado a Shakira en el Martearena en 2011. La modalidad del Personal Fest Verano 2015 será realizar dos shows por día en distintas ciudades. El público asistente podrá disfrutar de ambos: uno en vivo y el otro por pantalla gigante. Salta compartirá transmisión con la ciudad de Corrientes, donde se presentarán Airbag y La Armada Cósmica. El resto de las fechas contarán con artistas como Illya Kuryaki And The Valderramas, Tan Biónica, Miranda, Estelares, Coti, Maxi Trusso, Coche y Las Piranias e Intrépidos Navegantes. Transmisión online y más detalles en personalfest.com.ar.
Homenaje al Cuchi Leguizamón
Finalmente, luego de una prolongada espera, salió El Canto Hereje, el disco homenaje a Gustavo Leguizamón. Reconociendo la influencia del Cuchi y el legado de su obra, los músicos del rock salteño realizaron este tributo de descarga gratuita. Del álbum participan LaForma, Dominó, Giróscopo, Daniel Tinte, Gauchos de Acero, Luca Makonia, Cosa Gorda, Cachetada de Loco, Santuario, Bort, Adobe, Tommyknockers y Nagoba, adaptando clásicos del Cuchi a su propio sonido, logrando variadas versiones que demuestran que el rock de nuestra provincia tiene al folclore en su ADN. La producción artística estuvo a cargo de Diego Maita y la grabación se llevó a cabo en el estudio Sueño en Gotas. “Convocar a bandas de rock de la provincia para hacer un disco homenaje representa una especie de reivindicación del movimiento para con el colectivo popular musical”, aseguraba Cristian Gana, guitarrista de LaForma, en la revista Rock Salta Nº 16, donde se adelantaban todos los detalles del álbum. En el mismo artículo, Emiliano Livelli, voz y guitarra de Bort, reconocía que el proyecto lo había acercado a “un artista salteño fundamental” con canciones que siempre estuvieron en el imaginario local. El Canto Hereje se editó en formato CD y es distribuido gratuitamente entre los medios de comunicación de todo el país. Fue producido por Rock Salta Discos, y será una ventana para el rock salteño, ya que lo acercará a diferentes medios, actores culturales y artistas. Se puede descargar gratuitamente en rocksalta.com.
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MOVIMIENTO CONSTANTE Giróscopo (2013)
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uizás en ambientes chicos como el del rock salteño, el “conocernos todos” sea un valor. Pero a veces eso trae aparejado su reversa, una especie de endogamia que excluye al que no pertenece. Y así, la aparición de un tal Leonel Goldstein, a fines de 2001, quizás fue llamativa. ¿Pero acaso alguien hoy puede negar su asimilación? Cuando escuchen la versión que hizo de “Bajo el azote del sol” en El Canto Hereje, el disco tributo al Cuchi Leguizamón, su fraseo del verso “el hambre es un perro flaco”, le hace ganar carta de ciudadanía, con plenitud de derechos. Y si bien Giróscopo es una banda, es imposible no ver en el Ruso su sistema nervioso central. Recuerdo haberlos visto por primera vez allá por 2004, o 2005, en la mítica Esquina Libertad, aunque su formación era otra, con Jorge Rodríguez (bajo), Pocho Epifanio (batería) y Javier Pastrana (guitarra). En 2007, la banda adquirió la actual fisonomía: se mantuvo Rodríguez y se incorporaron Carlos “Pelado” Vega (guitarra) y Diego Vilte (batería). Músicos que venían de extracciones diferentes: Jorge siempre estuvo muy vinculado al folclore como bajista sesionista. Diego venía de proyectos más vinculados al rock alternativo de los noventa. Y el Pelado era (sigue siendo) uno de los pilares de Perro Ciego. Movimiento Constante es más que la suma de las partes, sin lugar a dudas. Hay un espíritu jazzero y de fusión, con muchas notas reggae, algo muy propio de Leo, que atraviesa todo el disco, de punta a punta. Muy bien tocado y muy bien ensamblado. Prolijo a más no poder. “Remolino de brazos”, track 2 del disco, es muy ilustrativo, y no sólo desde lo musical: “Esta lágrima cae por ahí / donde el sol nunca la seca / y este sol se ríe de mí / yo siempre observo aten-
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Por Diego Maita López
to sus frutos”, es un pasaje hermoso. O “Roto como un vaso”, que genialmente parte desde un tempo jazz bien clásico y deriva a un reggae en tono menor que pasa a mayor y desdramatiza su temática (p)optimistamente. La presencia de los vientos es clave en el disco, con Juan Pablo Mayor y Patricio Bracamonte en trompeta y trombón, respectivamente. Dos músicos que también tienen que ver con una transformación en la fisonomía de la música popular salteña, que ocurre a partir de la conformación de la Orquesta Sinfónica (y la llegada a esta ciudad de músicos de otras latitudes). Estos dos vientistas también se han vinculado a Perro Ciego, Mi Karma González y otras bandas locales. El disco no tiene desperdicios, y personalmente destaco a “Baila”, una canción que pasa de un tempo funky a co-
sitas disco, cerrando con ese juego salserito propio del latin jazz. Latineando, como diría el querido Pelado Vega. O el genial cover de Frank Zappa, “Lucille”. Y “En el infierno de San Pedro”, que inmediatamente, a la primera escucha, genera esa mezcla de tranquilidad viajera y nostalgia de tripas en nudo, sencillamente bella: “Tuve que resistir en soledad / para volver a reír / ahora espero que estés bien / yo igual te canto / para que cruce el mar / como la otra vez”. Cuando pasen muchos años y queramos revisar la historia del rock salteño, pensar en ese muchacho de fisonomía demasiado diferente a la norteña, de rulos a lo Bob Patiño (pero bien recogidos), fana del Bicho y de trato generoso, con su banda de rock, casi un Dream Team, va a ser inevitable.
Por Salvador Marinaro
UN ASESINO SERIAL PARA SALTA
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En Oparricidios, Daniel Medina pone en escena las transformaciones de una ciudad en constante conflicto. La salteñidad como ejercicio del grotesco y la farsa.
a literatura moderna en Salta se constituyó en torno a una figura fundamental: el opa. Mezcla de bufón del rey con enano de circo, en su representación se combinaron las diferencias entre las clases, etnias, corporalidades y la desigualdad en acceso a la cultura. Hasta entrada la década del sesenta, algunos autores locales escribieron artículos o pequeños cuentos donde mencionaron al “opa del pueblo”, generalmente acompañando una moraleja. Si bien las sucesivas reediciones y antologías fueron borrando estos relatos (por su naturaleza racista y prejuiciosa), el opa salteño se transformó en un núcleo identitario. Su aparición certificaba una relación de poder: ¿quién tenía la autoridad de llamar opa al otro? ¿Qué diferencias físicas y culturales lo habilitaban? Antes confinada a los áticos de las familias notables, esta figura emerge de modo estridente en la literatura contemporánea como una forma de venganza y sorna hacia la segmentación rígida de los sectores sociales en la provincia. De esta manera, el primer libro del autor y periodista Daniel Medina pone en escena las transformaciones de Salta como una ciudad en constante conflicto. Publicado por la editorial jujeña Intravenosa, Oparricidios corporiza el grotesco y la farsa. Se trata de una colección de trece relatos, compuestos con una prosa ágil, de gran ironía, donde las diferencias sociales se combinan para dar lugar a un espacio cultural de disputa. Con esta clave de lectura van apareciendo uno a uno los elementos que caracterizan a la posmodernidad salteña: el acceso a la educación como diferenciador social, la identidad folclórica como generadora de recursos a través del turismo y la cultura como una forma de distinción. Cada personaje es la voz de una descomposición. Uno de sus personajes
menciona: “Salta debe ser el único lugar en el mundo donde la genealogía es el género literario más importante”, dando paso a un narrador que reconoce a la burla socarrona como una forma de crítica. En “Saltrix”, un periodista contratado por la Secretaria de Cultura se acerca a un joven escritor salteño que lo lleva de paseo por los polos turísticos de la provincia. Empiezan por Balderrama, continúan por un tour sexual junto
EL LIBRO DE MEDINA SURGE COMO UNA VENGANZA DE LOS OPAS, UNA FORMA DE TRASTROCAMIENTO DE LAS REGLAS DE LA SOCIEDAD PROVINCIANA: ¿QUIÉN ES EL OPA, AHORA? a los travestis del Bajo y terminan en un bar donde se consume cocaína. En este cuento, cada elemento de la identidad salteña es puesto en jaque, desde el General Güemes hasta la vestimenta de los gauchos (que se disfrazan para las fotos de los turistas). La salteñidad se constituye como ejercicio de farsa, que refuerza la trama del poder. Así, entre las páginas de este libro van apareciendo reality shows y dispositivos tecnológicos a través un lenguaje alimentado por las culturas populares y el cine de autor. El libro de Medina surge como una venganza de los opas, una forma de trastrocamiento de las reglas de la sociedad provinciana: ¿quién es el opa, ahora?
En el cuento “Edipo para principiantes”, el hijo de un mecánico es enviado a un colegio privado con el mayor de los consejos paternos: “Tarde o temprano tus compañeritos van a manejar la provincia y conviene que te recuerden”. El mandato del padre desenmascara la configuración de las diferencias sociales; así como en “Game Over”, donde un tester de videojuegos descubre una Salta paralela, creada por los algoritmos de una computadora pero con las mismas estigmatizaciones de clases. Quizás en el cuento que nombra a la colección, el narrador deja ver un aspecto que atraviesa todo el libro: “Un asesino serial en Salta era prueba irrefutable del progreso”. En efecto, el progreso ya no es el lugar deseable sino la trampa que acompaña las nuevas formas de diferenciación a través del consumo. Este ejemplar debe ser puesto en relación con otros libros de narraciones que se publicaron en los últimos cinco años. Medina junto a algunos escritores jóvenes (como Fabio Martínez) apuntan a un espacio de construcción común: se busca una voz propia, frente al legado cultural y los conflictos de una ciudad que se levanta como un polo turístico y sojero. Así, Oparricidios es una base de fundación de la nueva narrativa salteña: antisistema y descarnada. Este libro significa una reacción al escenario cultural saturado por el regionalismo, el folclore e incluso el realismo a secas. La farsa, después de todo, es una forma de posicionar a la risa como un elemento expresivo poderoso. La apuesta de Oparricidios es la formulación de una narrativa local que se erija con fuerza propia y se burle de las distinciones sociales. Así el humor negro da lugar a la meditación sobre las transformaciones de la provincia, como una urbe colmada de conflictos humanos. Se trata de pensar a la ciudad de Salta no ya con una identidad única, sino como una frontera permeable y difícil de reconocer.
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Catamarca / Tucumán
Por Eduardo Marcé
LA SENEGAL GRINDCORE MAFIA
PANAMÁ
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esde la árida Catamarca llega esta banda que continúa con el legado de grupos de los ochenta como El Corte o Los Pillos. Con el post punk como bandera y letras oscuras, este trío editó su primer disco (Panamá, de 2013), que se distribuyó a través del sello Triple R (el mismo de Bort), y en casete por el sello cordobés Volante Discos. Formados en 2007 y liderados por Iván Sarquís (vocalista, guitarrista y ¡abogado criminalista!), ya anduvieron tocando por Córdoba y Buenos Aires, y va siendo hora de que derrochen pesimismo por el resto del NOA. Ojalá también sirva para obligarnos a conocer una escena que, si nos guiamos por los Panamá, seguramente tiene mucho más para dar.
panamadelosvalles.bandcamp.com facebook.com/Panama01 8
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regunta: ¿qué pasa si se juntan dos de Los Random, un Delphoz y uno de Los Empleados? Respuesta: una banda que con sólo dos shows ya se perfila como una de las promesas del 2015. Con Los Random en un “recreo indefinido”, Raúl García Posse (guitarra y voz) y Pablo Lamela Bianchi (bajo) convocaron a Germán Gómez (batería) y al ex Merkhaba y actual Los Empleados Gaspar Rojas (guitarra) para dar rienda suelta a este combo que no, no hace grindcore, pero sí va por lo pesado con guitarras que te tumban y una base que después te patea en el piso. Algo así como metal progresivo extremo. Las comparaciones con Los Random son inevitables, pero ya se perfila un sonido más duro y original, basado en el sonido de las guitarras, no tan volado ni experimental. Se aprestan para comenzar a grabar su primer disco con Ramiro Rodríguez, productor de Random, Zener (ver página 58), Ferreyras, Burritos y el mejor largo etcétera de la escena tucumana. La Senegal Grindcore Mafia es tan reciente que todavía no tiene material grabado. Sólo circula “Cuidado con ese sapo”, una producción audiovisual publicada a principios de enero. Queda rogar por la suerte de poder verlos en vivo, al menos hasta que llegue ese disco. En agosto, La Senegal participará del Noiseground Festival IV, en Buenos Aires.
facebook.com/lasenegal
RS PREGUNTA
Por Pablo Choke Torramorell
Miguel “Miguelón” Luna Cantante de Los Kuervos – La Pesada de Miguelón
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l mejor show que diste. - No lo sé. La verdad es que siempre trato de dar lo mejor. Y a veces sale mejor y otras no tanto. Me gustó mucho el recital que hicimos en el Partido Comunista en el año 1998, un cumple de Los Kuervos. Y el año pasado en Fábrica De Música, cuando abrimos para Perro Ciego con La Pesada. Pero eso lo puede medir la gente. Tocamos en tantos bares que ya no recuerdo las veces que tocamos (risas). - ¿Y el peor? - Y el peor seguro que fue alguno en que me pasé de tragos. ¡Y esos sí que fueron varios! (risas). Pero me quedo
con uno que dimos en la Escuela Superior de Música, allá por el 2001, junto a la banda El Cheff Chavez. Recuerdo que largamos y al segundo tema se arma un pequeño pogo. Al ver esto, los dos policías que estaban en el evento suspendieron todo. Parece que no entendían nada, ésos canas, pero lo hicieron, interrumpieron todo. Fue el recital más corto de la historia. - ¿Cuál fue el primer disco que compraste? - Qué difícil recuerdo. Como primer interés hacia el rock quizás fue la grabación en casete de Clics Modernos, de Charly García. Ese disco me despierta el interés por el rock, que para mí es importantísimo. Y el primero que compré original fue Piano Bar, también del maestro. En aquella época comprar un original era pesado, ¡o al menos para muchos de nosotros, que éramos pobres! (risas). - ¿El peor disco que hayas comprado? - ¡El de Bandana, cuando mi hija era chiquita! Y el peor que compré para mí fue uno que encontré en oferta en una conocida disquería. Se llamaba Refrescos Musicales. Pero igual tenía varios temas buenos. Creo que terminé escuchándolo completo. - ¿Qué andás escuchando últimamente? - De todo un poco. Soy bastante clásico en cuanto a lo que escucho, pero ahora trato de abrir un poco la cabeza. En estos momentos estoy escuchando a John Mayer, Eric Gales, Audley Freed, Alambre Gonzáles, Gov’t Mule, Wolfmother, Pez, Gran Martell, Hendrix, Vaughan, Led Zeppelin, ZZ Top, AC/DC, Guns And Roses, Red Hot Chili Peppers, Sumo, Divididos, Charly, Spinetta, Manal y tantos otros que podría mencionarte. Una lista interminable. - ¿Alguien con quien te gustaría tocar? - Me gustaría tocar con Diego Arnedo, el bajista que le cambió el chip a la mayoría de los vagos que venían
tocando el bajo en los tardíos ochenta y en los comienzos de los noventa. Un verdadero monstruo. Y pegar una zapada con Divididos sería lo máximo. ¡O también con los Red Hot Chili Peppers! Total, soñar no cuesta nada, es gratis. - ¿Cómo sería tu banda ideal? - Qué difícil armar una banda salteña ideal. A ver: en batería, Gacela Giménez, que aunque esté tocando la viola me parece un excepcional batero. En guitarra, a Fabiano Amerise. En bajo, a Rodrigo Rizzitano. En voz y viola, al Salchi Dique. En armónica y voces, al Pibe Acosta. En piano, China Sánchez. Menciono a estos, pero en Salta hay muchísimos grandes músicos que podrían estar de titulares en el equipo sin ningún problema: los hermanos Aguilera, el Pelado Vega, el Loco Enrique, Hernán Bass, Gabriel Robles, el Piolo Sánchez, Pedrito Cruz, el Zurdo Chaparro, Walter Guzmán, Rolo Chávez, los amigos de los Gauchos de Acero. - ¿Cuál es el mejor show al que fuiste? - El mejor show que vi fue Divididos en Tilcara, en el año 2000. Ese fue un show memorable, a los pies del Pucará. - ¿Cómo ves la escena actual del rock en Salta? - Creció bastante en los últimos años. Creo que hay más medios en todos los aspectos, desde técnicos hasta periodísticos. Eso hizo que la movida crezca de manera interesante. En los noventa teníamos que inventar lugares y hoy en día hay ciertos lugares en los que te podés desenvolver. No es lo óptimo, pero algo ha cambiado, como dice la canción de Pappo. En el aspecto del aprendizaje, hoy los chicos tienen a mano toda la información que necesitan para aprender y desenvolverse con un instrumento. Hasta se ve más accesible equiparte hoy que hace algunos años. Con estos elementos, el crecimiento de las bandas en Salta es numeroso. Esto es lo que veo en cuanto a números. No vi a todas las bandas como para hacer un relevamiento. Como dice el dicho, “hay de todo en las viñas del Señor”.
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LAS MILANESAS SE HACEN FRITAS,, NO AL HORNO
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rear mundos paralelos es muy frecuente, ya que a todos en algún momento nos intriga conocer los posibles desenlaces de las decisiones diferentes. Lo hacemos simplemente para aliviar nuestro ego o para situarnos de repente en un lugar de la historia. En fin, ganas de enroscarse. Y esto pasa porque no te gusta el lugar que te tocó, o sólo el hecho de formar parte de algún movimiento musical copado (cómo me hubiese gustado estar en los tiempos de Osvaldo Civile, con los vikingos de Noruega, con el verdadero black metal), compartir un cartel anti guerra con Lennon, o una clase de baile con James Brown. Y así miles de mundos que seguramente estarían uno mejor que otro, pero a la historia no podríamos modificarla completamente, ya que sólo serían eventos. Lejos de quedar solos en este divague, los músicos también crean mundos. Ellos piensan en la separación y la futura posible reunión de una banda que ni siquiera se formó, o vivir en la India y que en una fecha floja vayan treinta mil personas. Blanqueando el exitismo, y lo poco que apuestan a la permanencia de un estilo, de una idea. O de vivir en la India, jajaja. Cantar contra el capitalismo viviendo en Miami también es una gran contradicción, no nos engañemos ni creamos ese versito. Entonces van quedando muchos espacios vacíos (y ya sabemos que a los espacios vacíos el gobierno los rellena con Gaby Morales, Mi Karma o David Leiva), publicitados mensajes superficiales, piezas flojas. Y a todo esto que ya no es como antes, el público lo supo catalogar como falso rock o falso metal. Público que también es falso público, porque regatear y quedarse de escabio afuera no te da derecho a decir nada. Basta de randomear la música, basta de respuestas generalizadas: “Me gusta todo tipo de música”. Hacete cargo. Te gusta Pablo Milanés, bueno, está
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bien, tiene mucho más rock que Pier. No te preocupes, nena, hay cosas peores. Y así como crece lo malo, lo bueno también, ya que tenemos varios bastiones nacionales que desde la independencia, en todos los sentidos, saben mantenerse vigentes. No sólo el tiempo te da esa sabiduría para ser un viejo lobo, sino el estudio, la coherencia, la humildad. Saludamos a Perro Ciego, Santuario, Grupo Niebla, Pogrom, que tanto han hecho y hacen por la música del Norte argentino. Este viaje imaginario va llegando a su fin en este género que tantos buenos momentos nos dejó. Momentos de resistencia, de esperanza, de asados, de mucha alegría, de corazón.
Por Lucas Canalda // Fotos: Prensa Personal Fest y Renzo Leonard
EN LA HUELLA SPINETTEANA LOS SANTAFESINOS SIG RAGGA MARAVILLAN CON CANCIONES ALUCINADAS. ENTREVISTA CON ESTOS OBREROS DEL INCONSCIENTE QUE TRAZAN UN PUENTE HACÍA DONDE EL LENGUAJE NO LLEGA.
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a esquina de Mendoza y Sarmiento luce imponente e histórica. Habitualmente, su fachada es un convite de postal. Sin embargo, esta noche, una multitud le imprime algo de caos a la turística fotografía. Decenas de personas desordenan el tráfico vehicular y forman una borroneada fila que se interna en la sala principal del edificio de la Plataforma Lavardén, en Rosario. Minutos más tarde, la capacidad llega casi a colmarse mientras el ansia va inquietando pies y manos. Una vez que las luces se esfuman, la música se expande y las dimensiones se contagian. Las canciones se suceden mientras que la concurrencia parece comulgar en un trance hipnótico que se hermana en el silencio y se eleva hasta reventarse en una oleada de aplausos. Sig Ragga en vivo es una experiencia que en la actualidad no tiene semejantes: noventa minutos que desafían la ubicación gravitacional del espectador para elevarlo a un estadio enhebrado por pinturas, cine, poesía y delicadeza. Es un lucero que entiende la comunicación del arte a partir de un conjunto de sensaciones. Casi no existe conexión lógica entre los artistas y su audiencia. Aquí reina la alucinación, el entendimiento es emoción. La noche se compone de melodías dulzonas que se enraízan en lo espiritual y descriptivo. Descripción que invita pero que no se define hasta que encuentra el compromiso del otro; esta es una huella que incita a la comunión y al intercambio de energías. Sobre el escenario, el cuarteto juega a la ambivalencia de ser la prole del Jardín de los Presentes o algún enigmático personaje de El Bosco. ¿Estos seres plateados son obreros del inconsciente que vienen a trazar un puente hacia donde el lenguaje no llega? ¿O, tal vez, son esa liberación que uno espera para cruzar el espejo? Sig Ragga se erige como un nuevo eslabón de una sensibilidad poética y onírica que por años supo ser cobijada por Luis Alberto Spinetta y luego se vería transformada en una pista de despegue hacía la fantasía y su infinita invitación a las posibilidades de la canción. Un ejercicio de emociones construido casi sobre la levitación hipnótica, las canciones de los santafesinos depositan al escucha del otro lado del espejo y lo interpelan a través de la percepción. Hace más de quince años, desde que la figuración tuvo su génesis y un presente de pura luz parece no conocer final.
Días antes del concierto, el guitarrista Nicolás González conversa con la tonada de leve calma que transmiten los santafesinos. Escucha con atención y devuelve con cortesía. Por momentos resulta extraño dialogar con la misma
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persona que sobre el escenario se mantiene estoico aferrado a su instrumento, construyendo melodías, y que súbitamente puede disparar distorsiones atronadoras, o hacerlas desaparecer en nanosegundos. - El mundo onírico de Sig Ragga parece no conocer final. ¿Alguna vez sintieron que ese caudal pueda terminarse? - No pensamos en límites. No los sentimos. Dejamos volar la imaginación sin miedos, ahí no hay límites, no hay miedos de ir a lugares creativos adonde no estuvimos antes. Es un impulso, un deseo de ir a lugares que no visitamos antes. Desde ese punto hay una libertad, eso borra algunos límites. Sí están las
SU PÚBLICO FUE CRECIENDO Y A LOS AVEZADOS EN REGGAE SE SUMÓ GENTE DE OTROS PALOS Y OTRAS GENERACIONES; CURIOSOS DEL TEATRO Y MUCHOS ROCKEROS CANOSOS BUSCANDO UNA CONEXIÓN PROGRESIVA. ESO PARECE REPETIRSE DE MANERA NOTABLE A NIVEL NACIONAL. limitaciones, por supuesto, como músicos y con nuestras técnicas. No somos músicos académicos, ni virtuosos o de gran destreza. En ese sentido sí hay límites. En otra perspectiva, de creación, y hasta casi filosófica e ideológica, no hay miedos, más bien hay un deseo, un impulso de ir hacia lugares nuevos, de movernos, de cambiar. A veces se logra, a veces no. A mí me entusiasma la idea de que cambie la música así como cambiamos nosotros como personas. Nutrirse de nuevas experiencias y que se manifieste de alguna forma. Eso se da naturalmente, muchas veces de manera inconsciente, aunque otras veces uno intenta darle énfasis al momento en el que uno está. Nos entusiasma la idea de cambiar. En estos dieciséis años de banda, cuando escucho los discos, veo y siento esos cambios, son fotografías de lo que estábamos viviendo. Me pone bien porque eso está logrado; desde adentro veo cómo esos momentos están reflejados en la música, se manifestaron y se
vieron materializados en las canciones. La inmensa pátina de influencias que conforman al imaginario de Sig Ragga evidencia que definirlos en pocas palabras es imposible. La experiencia que es la banda se define por un lenguaje propio conformado por sonidos de rock steady, dub, psicodelia, riffs furiosos y veloces, poesía y plasticidad surrealista que los convierte en una mixtura improbable de catalogar pero que a veces los medios reducen al momento de referirse al grupo. - El periodismo musical tiende a simplificar para describir y termina recortando gran parte de la propuesta de Sig Ragga. ¿Les incomoda que los etiqueten superficialmente y no se adentren en su universo? - Ahondándose en la historia de la música y los orígenes, uno se da cuenta que hasta en la música tradicional, folclórica y regional de un lugar, todo es una fusión, un mestizaje. Nuestro folclore mismo, por ejemplo, nuestra música argentina, tiene la guitarra criolla, que es la guitarra española, o sea que está ese componente europeo; está el bombo que viene de África y está la parte precolombina, aborigen, que tiene que ver con nuestras raíces, así que fue una fusión. En el rock es lo mismo, la fusión del blues y del jazz, de la música negra. Los géneros responden a las reglas del mercado, con tener que etiquetar algo, venderlo y ponerlo en algún lugar, pero eso obviamente no pone cómodo a ningún músico, a ningún artista, porque no es justo. Etiquetar es ponerle un nombre y sirve para reconocerlo, para diferenciar ciertas cosas y no hablar en términos tan abstractos constantemente, por ahí en situaciones en las que tiene que circular la música y tiene que venderse pero sí cuando uno habla de lo que hace cuesta mucho hablar de géneros. Sí de un collage, de una fusión, sí de un montón de información que uno tiene y que a la hora de componer obviamente se manifiesta de alguna forma. Uno es consciente de qué aires le está metiendo a cada música pero no es tan importante saber qué está fusionando o por qué, sino, simplemente sale naturalmente en función de haber escuchado música toda la vida. Sig Ragga excede lo netamente musical porque también es un grupo que está influenciado y atravesado por otras disciplinas artísticas y por la vida misma. - Recién mencionaste la palabra “mercado”. ¿Les preocupan los tiempos que tienen que ver con eso? Ustedes se toman su tiempo para preparar giras, videos o alguna presentación en particular. Tienen un timing diferente a lo que exige el mercado o, al menos, el mercado pensando en Buenos Aires. ¿Les preocupa entrar en esa sincronía? - Supongo que es una lucha por ser
lo más libres posibles. No sólo en el grupo, sino en nuestra vida como gente que vive en una ciudad y a veces tiene que responder a ciertos tiempos, a ciertas responsabilidades, a ciertos compromisos. Es una lucha constante por ver hasta dónde uno cede, hasta dónde uno se mete en ese vértigo de estar, de aparecer, de estar en sincronía con los tiempos del mercado y la industria musical. Es muy difícil. A la hora de la creación, de la composición, no están para nada esos tiempos contemplados. No se piensa en eso, por suerte. Es simplemente tratar de hacer una canción, tratar de componer, tratar de armar un recital. Después hay una realidad que tiene que ver con la realidad del grupo y la de todas las personas que viven en este mundo, que tienen que también estar atentos a hacer circular la música: uno tiene que hablar, negociar para armar un show, para sacar un disco, para editarlo. Todo ese tipo de cosas responden a la idea que la música esté siempre presente y circulando. A la hora de la cuestión artística, de la composición y de la creación, simplemente tratamos de hacer lo que tenemos que hacer, que es música. Por eso nos tomamos nuestro tiempo. Si es tiempo de largar algo pero no está, no está. Cuando esté, se mostrará. Cuando estamos contentos con el trabajo y sentimos que es tiempo de mostrarlo, lo hacemos. Por supuesto que a veces nos preocupamos por los tiempos, porque queremos tocar y tenemos que vivir de esto, puesto que es nuestra realidad. Igual, al final, en nuestras cabezas los tiempos del mercado no están. La Sala Lavardén esta noche se encuentra casi copada por el público, fruto de un trabajo de base que comienza a fines de la década del noventa y que el
presente los encuentra como una de los grupos más mimados por los rosarinos. “Estamos yendo desde los comienzos de la banda –recuerda el guitarristaallá por el 98, cuando conocimos a los Scraps, una banda legendaria. Ellos nos dieron la posibilidad de tocar en Rosario, se dio un ida y vuelta constante. De eso hace mil años. Luego pasó lo mismo con Rosario Smowing”. En los últimos seis años el público del grupo fue creciendo y a los avezados en reggae del principio se sumó gente de otros palos y de otras generaciones; curiosos de disciplinas como el teatro y muchos rockeros canosos buscando alguna conexión progresiva. Eso parece repetirse de manera notable a nivel nacional y los Ragga son conscientes de ello: “La verdad que sí, en estos últimos años, se siente un público que ya conoce al grupo, que escuchó los dos discos. Hay caras repetidas en todo este tiempo. Es una alegría enorme. Son los frutos que uno va recogiendo tras tantos años de ir trabajando, siempre a paso de hormiga”. Recientemente, Sig Ragga tuvo oportunidad de girar por Latinoamérica con fechas propias y asimismo participar de festivales masivos. Todavía sin editar material fuera de la Argentina, el grupo pudo apreciar que la música compartida hace tiempo que no conoce fronteras: en You Tube se encuentran capturas del grupo tocando antes miles de personas bajo el intenso calor tropical y en medio del gentío ver seguidores pintados y ataviados con togas bailando y transpirando al ritmo de canciones como “Pensando o “Rebelión de esclavos técnicos”. “Eso pasó en Costa Rica hace unos meses”, explica González, entusiasmado. “Allá tocamos en el FIA, el Festival de las Artes, y nos encontramos con gente que conocía al
grupo y también con público maquillado y caracterizado como sigrragueños. Imaginate la sorpresa para nosotros, estar tan lejos de casa, ir a tocar y ver esa escena, fue increíble y demuestra lo cálido que son en esos lugares. Fue una sorpresa, gente que nosotros no conocíamos, no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar. Fue increíble, ¡todos pintados como nosotros! Además el material no está editado allá, eso le da como más sorpresa. Seguramente viajó algún disco por Internet para allá. Hay un público pequeño pero muy activo”.
En ascenso
S
ig Ragga está formado por los hermanos Cortés: Tavo, en voz y teclados, y Ricardo en coros y tras los parches. Juanjo Casals en bajo y González en guitarra y coros completan la banda. El grupo nace en la ciudad de Santa Fe en 1997 y desde entonces editó tres producciones: el EP Sig Ragga, de 2008, su álbum homónimo Sig Ragga, al año siguiente, y en 2013, Aquelarre, último esfuerzo hasta la fecha. En 2010 recibieron una nominación al Latin Grammy en el rubro de Mejor Canción Alternativa, por “Resistencia indígena”. Tres años más tarde volvieron a ser nominados en el mismo rubro, esta vez por “Pensando”.
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Por Eduardo Marcé // Fotos: gentileza Morbo y Mamabo
EL FUTURO LLEGÓ ¿YA TENÍAS TU LISTA DE LO MEJOR DEL AÑO? ¡ESPERÁ UN POCO! CUAL POTENCIÓMETRO DE SPINAL TAP, TU TOP TEN DEL 2014 VA A TENER ONCE DISCOS, PORQUE SOBRE EL CIERRE LLEGÓ BOA, SEGUNDO OPUS DE LOS MARPLATENSES MORBO & MAMBO.
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o Rock, no Stoner, no Dub, no Afrofunk. Todo Junto”: así es como se autodefinen en su bandcamp, donde pueden escuchar el reciente BOA, su antecesor de 2011 y un par de EPs. Ese todo junto también está formado por free jazz, psicodelia, afrobeat, lisergia, candombe y algo de tropicalia y ska. El mundo de Morbo & Mambo (Manu en bajo, Mateo en batería, Nacho en guitarra, Fermín en trompeta, Fer en percusión y Maxi en trombón) es una tierra imaginaria donde se juntan Kyuss con Miles Davis, Fela Kuti con Os Mutantes, y cuyos lenguajes son la música y el groove. Porque para seguir con la universalidad musical, sus canciones son instrumentales. “Arrancamos un poco de casualidad, juntándonos sin nombre ni fechas, sólo para sacarnos el gusto de mezclar todo lo que escuchábamos. Carla, la guitarrista y diseñadora de la banda en toda la primera época, tocaba en un una banda punk de chicas, y Fermín la trompeta en una de ska. Mateo y Manuel, los hermanos de la base, habían estado tocando juntos en un trío de stoner. El germen fue hacer swing oscuro. La banda se armó con miembros ya viviendo en Buenos Aires, estudiando carreras que en Marpla no había, mientras la otra mitad seguía en nuestra ciudad natal. Así que todo el primer año lo pasamos tocando sin más plan que buscar un sonido. En 2008, un año después de arrancar como Morbo & Mambo
tocando sobre todo en Mar del Plata, nos dimos cuenta que si queríamos avanzar, teniendo a la banda dividida en ciudades, era juntarnos todos en Capital y empezar a curtir más la rutina de un grupo radicado en Buenos Aires. La necesidad vino más por una cuestión operativa nuestra que por un objetivo externo. Eso fue llegando a medida que veíamos cómo conectábamos con el público”, cuentan. - ¿Por qué cuesta surgir desde las provincias? ¿Qué falta para que eso suceda? - La verdad es que Buenos Aires no es garantía de nada. Si se tiene convicción y hay ganas de ir armando un equipo, se pueden armar buenas cosas en el interior. Como marplatenses nos damos cuenta de que si le metés empuje, los resultados aparecen. Es el caso de TRImarchi, que hoy en día es un pilar de la cultura en Mar del Plata, o el sello Desde el Mar, que siguiendo ese modelo de autogestión basado en el trabajo y la amistad, en cuatro años se posicionaron como referentes del indie de nuestra ciudad. Falta estructura en el interior para poder programar constantemente a los artistas que no están consagrados y vienen trabajando hace años. Pero es algo que pasa en Capital también. Nos dimos cuenta del salto que hay en cuanto a la infraestructura cuando tocamos en Brasil. A fines de 2013, Will Smith estuvo en Buenos Aires filmando Focus, con fecha de estreno en marzo de 2015. ¿Cómo se relaciona esto con los Morbo & Mambo? “La productora de la pelícu-
la estaba buscando bandas locales para el soundtrack y de casualidad nos vio en vivo. Se contactaron con nosotros y usaron el track ‘La espada de Cadorna’ de nuestro primer disco. También hay música de Los Espíritus y de Catnapp, dos bandas geniales de Buenos Aires”. Aún sin haber sido editado, los archivos de BOA ya circulaban, tímida y controladamente entre periodistas y algunos músicos del entorno de la banda. Eso hizo que antes de que fuera liberado públicamente ya estuviera en la lista de varios como álbum del 2014. “Lo tomamos más bien como un reconocimiento. Fue un disco en el que trabajamos intensamente y le dedicamos gran parte del año, así que nos pone felices ver que varios medios lo pusieron en esa categoría”. - ¿Qué expectativas tienen con BOA? - Esperamos poder tocarlo mucho en vivo y, por supuesto, que llegue a todos los oídos. Todavía no estamos pensando en un tercer disco. Desde siempre la intención de la banda fue llevar el show en vivo a todos los rincones posibles. Para principios del 2015 vamos a estar presentando BOA en Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero, Tucumán, Rosario, Mar del Plata y ojalá en Salta. También tenemos planificada una cuarta visita a Brasil para la primera mitad de año. Y nos encantaría estar en un par de grandes festivales europeos, ya estamos trabajando en eso. BOA amplia los límites que había impuesto ese primer disco, con el bajo de Manuel y la guitarra de Nacho de
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Andrés (reemplazante de Carla Flores) bien al frente. Nacho es también guitarrista de Mompox, banda con la que también comparten las instalaciones de La Fábrica, una sala multidisciplinaria donde conviven artistas plásticos y visuales junto con otros grupos que ensayan ahí, como Las Kellies, Nairobi y Banda de Turistas. Esperemos entonces tenerlos en abril en el NOA para poder ser parte del reptar de esta boa, y sentir, escuchar y ver (porque lo visual también juega un rol muy importante en los shows de la banda) a los Morbo & Mambo cerca de tu casa. - ¿Cuánto de planeado y cuánto de espontáneo hay en la composición de las canciones? - Hay composiciones que llegan a la sala más armadas y otras que son producto de largas improvisaciones. Últimamente nos vienen saliendo muy buenas cosas de las zapadas. En BOA hay canciones enteras que surgieron improvisando y después fueron trabajadas en estudio. Es una dinámica que nos sienta cada vez mejor. Muchas veces partimos de un groove de batería o una línea de bajo. Esas ideas están dando vueltas un tiempo hasta que se ordenan y nos empieza a salir algo con más forma. Hay mucho trabajo en la sala, prueba y error y seguir probando. En este disco, además, cumplió un rol fundamental el
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productor Hernán Calvo Pardo, que nos ayudó a encauzar la intención sonora que teníamos y aportó. De a poco, desde hace un par de años, el movimiento afrobeat argentino fue creciendo a paso lento pero soste-
“EL UNDER VIVE UN MOMENTO ARTÍSTICAMENTE BRILLANTE, CON PROPUESTAS BUENÍSIMAS DE TODOS LOS GÉNEROS. MÚSICA COMPLETAMENTE DIFERENTE ENTRE SÍ. EL FUTURO DE LA MÚSICA NACIONAL ESTÁ AHÍ”. nido. Los festivales FELA (Festival Latinoamericano de Afrobeat), el nacimiento de otras bandas como Val Veneto (con algunos integrantes de Los Álamos), Guanabar y El Gran Capi-
tán, ayudaron para que el movimiento se haga visible con la llegada al país de Seun Kuti, hijo del mítico Fela Kuti (precursor del género) al comando de Egypt 80, el grupo de su padre. Si bien Morbo & Mambo es la punta de lanza del movimiento en el país, no deja ser un rara avis dentro del rock argentino. - ¿Se sienten dentro del rock argentino? ¿Qué conexión sienten que tienen con el género? - La geografía no nos deja otra. Suponemos que sí, aunque la palabra es más bien pertenecer que sentir. A todos nos gustan cosas del rock nacional de los setenta y ochenta como Sumo, Invisible, Pescado Rabioso, Charly, Color Humano, los primeros años de Pappo. Pensando en esas bandas veo que hubo una transformación notable en el consumo de música popular. Eran todas bandas bastante mainstream. En la actualidad, en cambio, casi no escuchamos música de bandas nacionales grandes. En cambio, el under vive un momento artísticamente brillante, con propuestas buenísimas de todos los géneros. Por nombrar algunos, nos copa DIETRICH, Los Espíritus, Mompox, Nairobi, Las Kellies, Los Hermanos McKenzie. Y lo loco es que todas esas bandas hacen música completamente diferente entre sí. El futuro de la música nacional está en el under, claramente.
Por Pablo Choke Torramorell// Fotos: Damián Benetucci
LO QUIERO YA GRUPO DE CULTO FORMADO POR INTEGRANTES CON PASADO DE ROCK DE ESTADIOS, GRAN MARTELL REPASA SUS PRIMEROS DIEZ AÑOS. CUATRO DISCOS, TRES MÚSICOS, UN OBJETIVO: HACER LO QUE TENGAN GANAS. 21
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n niño inquieto subía y bajaba por las escaleras finamente detalladas que llevaban a los coquetos palcos. Estaba acompañado por su padre, que lo vigilaba cuidadosamente; no quería perderlo de vista entre la multitud que poco a poco colmaba el hall del histórico Teatro Colón. Un tenue murmullo inundaba los pasillos del recinto, apestados de gente disfrazada del más elegante smoking. Afuera, el ruido nocturno de la Ciudad de Buenos Aires parecía perderse a medida que avanzaba hacia las butacas ubicadas estratégicamente frente a un gran escenario vestido de gala. Sin poder contener su espíritu curioso, el chico se recostó sobre uno de los cómodos sillones del palco para seguir con atención los movimientos que ejecutaba el maestro. Algo le llamaba la atención: los sonidos y atmósferas increíbles que esa orquesta generaba le transmitían paz, un sentimiento encontrado que finalmente llegó a traducirlo por el amor hacia la música, en su más amplio nivel de concepción. Ése niño hoy es Jorge Araujo, baterista de Gran Martell, la banda que fundó hace diez años junto al bajista Gustavo Jamardo y el guitarrista Tito Fargo, dos hermanos que la vida de músico le dio. Juntos configuran uno de los tríos más crudos que la nueva escuela del rock argentino supo configurar desde mediados del presente siglo. Tres experimentados que supieron ir forjando sus caminos a lo largo de varias fojas de la historia del género en el país. Mientras Fargo diseñaba sus primeros acordes al lado de Luca Prodan y el Indio Solari, Jamardo fue conociendo la intensidad de las cuatro cuerdas del bajo, casi un autodidacta que más tarde llegó a impactar con bandas como Porco, dentro de un historial amplio de proyectos. Araujo fue el compañero de interminables rutas y escenarios de Diego Arnedo y Ricardo Mollo en lo que se terminó bautizando como “La Aplanadora del rock”, el sonido del que Divididos logró adueñarse. Y Gran Martell viene a ser sólo la antesala de lo que estas historias pueden terminar de detonar dentro y fuera del estudio. Lo importante quedará, por siempre, en el mañana. Es mejor. Desde su fundación, Gran Martell cosechó cuatro discos de estudio atravesando distintas etapas creativas que se ven reflejadas en cada trabajo casi al pie de la letra: el debut homónimo del 2005 fue grabado de una sola intensa toma; sólo se agregaron un par de pequeños detalles en la mezcla final y el resultado es un cocktail pesado con improvisaciones fruto del primer acercamiento entre los tres músicos en un estudio. En el 2008 sacaron Dos Huecos, quizás el disco más fresco en lo que a canciones se refiere, cerrando concep-
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tos en temas relativamente más cortos que sus predecesores y con un leve cambio en la estética inicial. El paso a la metamorfosis del génesis es palpable en sus dos últimos discos, Un Volcán, lado A, del 2010, y Un Volcán, lado B, del 2012: trabajos breves con importantes cortes en la estructura que lograron fijar con lo que ya habían hecho. Ésa es su esencia, no anclarse en un mismo lugar e ir explorando e implementando sonidos progresivos. Hoy, Gran Martell se encuentra preparando el guion de lo que será el quinto álbum y en una faceta totalmente independiente. Logran congeniar el ritmo de sus vidas para poder armar shows. El 2014 significó el primer año en el que se les dio la oportunidad de recorrer tanto el sur y, por primera vez, el norte del país. En Salta la visita ocurrió a mediados de octubre, brindando un concierto guiado por la improvisación sobre el escenario más el repaso de
“NO SOMOS UNA BANDA QUE APUNTA ESPECÍFICAMENTE A UNA CANCIÓN DETERMINADA POR PARÁMETROS; HACEMOS LO QUE NOS GUSTA Y NO NOS IMPORTA NADA”.
las canciones grabadas. “No somos una banda que apunta específicamente a una canción determinada por parámetros; hacemos lo que nos gusta y no nos importa nada”, señala Jamardo a modo de conclusión de su concepto sobre Gran Martell. La noche anterior fue larga en la ciudad salteña. Seis horas antes, el trío había brindado el primer recital por estos lares y todavía seguían sintiendo sus momentos más fuertes. “La manera en que la gente se soltó con nosotros fue mágica”, recuerdan. - ¿Cómo es la visión de la escena donde se mueven? Hoy en día existen muchos factores que hacen de la música una industria y ustedes no están inmersos en esa movida.
- Jorge: Mira, ya son diez años que tiene el Gran Martell y ha pasado de todo. Hemos tenido la posibilidad de estar con cierto acompañamiento, no quizás por sellos o productoras importantes, pero sí de participar en varios eventos grandes. La verdad que hemos hecho de todo. Lo que nos pasó artísticamente nos pasó también en el hecho que tiene que ver con la situación más operativa. Lo único que te puedo decir es que sí hicimos siempre lo que quisimos. O sea, si en un momento determinado tocamos en tal festival o decidimos firmar con alguien para la distribución de algún disco, nadie nos obligó. Es un grupo que tiene autonomía desde que arrancó; la idea de Gran Martell básicamente tiene que ver con gestionarse y ser autónomos: tocar cuando tenemos ganas de tocar y cuando no tenemos ganas, no tocar. Eso hace también que el grupo tenga un cierto aire para que el reencuentro siempre tenga que ver con nuevas situaciones artísticas. En ese aspecto creo que siempre fuimos iguales. No fue una banda que arranca con tres músicos que son pibes de 18 años que empiezan con su primer banda, sino que éramos tres tipos que veníamos de grabar muchas cosas. Eso generó en alguna persona de las que se nos acercaron una cierta confusión de lo que nosotros queríamos, que es armar una banda. - Tito: Por otro lado, completando lo que Jorge dice, Gran Martell toca donde la gente quiere escucharnos. No es que estemos en una situación comercial que pase algo porque tenga que ver con una parte comercial del rock. Generalmente tocamos donde la gente nos lleva porque quiere ver la banda en vivo y donde tienen ganas de escuchar nuestra música. Es acercarnos donde la música te lleve. - Gustavo: A veces se da vuelta sobre un concepto que en realidad es mucho más simple si lo ves desde una construcción de cualquier situación artística: somos tres tipos, nos juntamos a tocar y tenemos un resultado de eso, con algunas cosas tangibles, ¿no? Nos ponemos en un lugar hacia la gente, el que nos venga a ver y el que no nos vea. A Gran Martell lo viene a ver el que tiene ganas, es así. Lo que no estoy de acuerdo es que a veces nadie se entera de que estamos. Y eso es lo que me preocupa de no tener estructura. No es que añoro tenerla para la pelotudez. No, la quiero para trabajar, que no es lo mismo. Teniendo en cuenta también que es complejo en sí ser una fuerza medio de ruptura dentro de lo que es el medio. - J: Estamos improvisando mucho en vivo. Es una propuesta que la estamos teniendo desde hace un año aproximadamente. Lo hacíamos originalmente pero no como lo hacemos ahora. Evidentemente nosotros cuando salimos de gira nos empezamos a copar más con
Foto: Santiago Sombra algunas cosas que con otras. Algunas tienen que ver con la interacción con el público y otras tienen que ver con situaciones completamente internas de disfrutar de cierto viaje. Para mí es algo muy emocionante estar tocando con el grupo y ver esa situación como un grado de percepción de lo que está sucediendo y que no se va a volver a repetir: dos cosas que por suerte el Gran Martell tiene y yo pensaba que era imposible tener una banda que consiguiera eso. - ¿Qué cambió de las primeras giras, los primeros momentos del grupo? - G: Creo que varió el público, por lo siguiente: nosotros venimos de pergaminos diferentes. Tito de Sumo y Jorge de Divididos. No tanto yo porque tengo mucha menos exposición mediática que ellos. Las primeras veces que tocábamos llevábamos doscientas personas, ¿pero sabes por qué? Porque la gente quería ver qué es lo que estábamos haciendo y por ver qué relación podía haber entre Gran Martell y las bandas anteriores que todos nosotros habíamos tenido. Cuando vieron que la relación era nula, empezó la decantación de todo ese paracaidismo. Y ahora la diferencia es que vamos a un lugar y llevamos doscientas personas pero son los que vienen a ver a Gran Martell. Y eso
es un proceso muy largo. Hay tiempos naturales en las cosas, ya me di cuenta. Por más que vos exijas como un nene caprichoso, las cosas se dan cuando se tienen que dar.
“ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A RECICLAR LO VIEJO, NO ABRIR CAMINOS. ASÍ SE PIERDE LA POSIBILIDAD DE GENERAR NUEVA MÚSICA”. - J: Cuando nosotros nos juntamos a tocar estuvimos cinco meses sin escuchar música, sin la radio, sin ningún contacto con lo que pasaba en el ambiente: nos juntábamos y tocábamos. Cada cosa que aparecía la grabábamos y nos parecía tremendo todo. Después empezó a suceder algo con el despre-
juicio sobre nosotros. De repente que no haya un cantante fijo, un montón de cosas que tienen que ver con esa búsqueda de poder tocar música que tiene un sello propio. En el momento que salimos fue una ruptura importante hasta para nosotros mismos: escuchabas cualquier banda de la que nosotros habíamos sido parte y te gustaba o no te gustaba. Por suerte, nos encontramos con mucha necesidad artística de hacer algo diferente. - G: Lo que pasa es que estamos acostumbrados a reciclar lo viejo, constantemente. No abrir nuevos caminos. A veces la pasta no da para más, ya no se puede comer pero igual le seguimos dando. Me parece que a veces siguiendo esos caminos se pierde la posibilidad de generar nueva música. Sin ir más lejos, me pasa con la música clásica. El otro día con Jorge estábamos viendo un programa por la TV sobre Beethoven: todo lo otro es preservar la música música, pero ¿y dónde está la música nueva? La influencia está en el aire, es inevitable. Si encima tomamos como la actitud monotemática, la copia, ya no tenemos nada. Es más grave el tema porque ya todo se parece a algo. - J: Es por eso que nosotros nos tomamos un laburo, nos juntamos a investigar juntos cómo hacer para no caer en lugares comunes.
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- ¿En qué consiste esa investigación? - T: Grabamos todo. - G: Claro, vas tocando y ¡epa!, ¿qué te pasa, Jimi Hendrix, qué me pasa, Jaco Pastorius? Ahí empezás a hacer un camuflaje. - T: Ya lo tenemos incorporado. Ya sabés que no tenés que arrancar para ese lado. - G: Claro, lo utilizamos para hacer un humor musical. Tenemos nuestros covers que a la vez son parecidos a otros covers y así (risas). - Hicieron lo que hicieron en diez años de recorrido, ¿creen que les faltó algo para completar el círculo familiar? - J: No. Como decís vos, somos como un matrimonio o familia de diez años. Y encima fieles. Porque nunca Gran Martell tocó sin ninguno de nosotros. Nunca reemplazamos algún integrante. - Y encima cada uno sigue con sus proyectos paralelos. - T: Hago producción de discos y bandas, entre otras cosas. El año pasado trabajé mucho con La Fernández Fierro, hicimos varios discos. Terminé un disco de Ararat, un trío que también tengo con el guitarrista de Los Natas. Produje un disco de un cantante, Javier Syd, un chico de La Plata muy bueno. Estoy así todo el tiempo, generando cosas. No te alcanza el tiempo para hacer todo medianamente bien. Me la
paso mucho en mi estudio tratando de entender cosas nuevas de máquinas y todo eso. - G: Toco en una banda llamada Dr Bander, un grupo que yo tocaba antes de tocar en Porco, un formación con dos integrantes originales. Digamos, ya tocar el bajo con una estructura nueva es como me cansaría un poco más. Me siento cómodo con lo que hago. Aparte, doy clases y empiezo un proyecto de
“LA IDEA DE GRAN MARTELL TIENE QUE VER CON GESTIONARSE Y SER AUTÓNOMOS”. estudio de grabación a través de una master class: en un estudio con algunos programas con grupos de veinte personas. Estoy contento con eso, es una buena posibilidad para viajar, seguir conociendo gente y haciendo lo que me gusta que es tocar y enseñar. - J: Yo acabo de sacar mi primer li-
bro edición que incluye un DVD, con invitados especiales como Ricardo Mollo, donde cuento un poco mis temas en distintas etapas. Son clases abiertas filmadas y documentadas. En el libro hay muchas cosas sobre las cuales improviso, que tienen que ver con mi lenguaje y después cómo hacés para trasladar eso a la música. Y después también un disco con Quintino Cinalli, que somos dos bateristas pero que no tocamos la batería, se llama Aiqú. Ahí tenemos invitados como Diego Arnedo, Javier Martínez, Alambre González y Lito Vitale. No son solamente interpretaciones o versiones, sino que hay composición propia allí, tiene un valor agregado. - Próximos pasos para una banda que se encuentra en un constante proceso de búsqueda de un nuevo sonido, ¿un nuevo disco, quizás? - T: Si, y nueva música. - J: El disco que se viene, si lo hacemos, depende de muchos factores. De muchos. No es fácil para nosotros, la autogestión tiene eso. Es un disco que queremos meternos a grabar sin pautas previas. Si lo logramos va a ser así. O sea después trabajaremos con gente que quizás no sea del país y que van a ir ordenando ése material. Estamos pensando en ese disco, porque como verás, los discos del Gran Martell son todos diferentes. El motivo justamente tiene que ver con hacer algo que tenés muchas ganas de hacer.
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Jueves 23 de diciembre de 2004, Pappo brinda su Ăşltimo concierto en Salta.
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Por Federico Anzardi // Fotos: Bernardo Rodríguez Berri
QUEDABA MUCHO POR HACER EN 2004, MIENTRAS INTENTABA REINVENTARSE COMO UN BLUSERO RECONOCIDO A NIVEL MUNDIAL, PAPPO VISITÓ SALTA Y TOCÓ EN UN ESTADIO SEMIVACÍO. LOS CAPRICHOS Y LA GENIALIDAD DE UN ARTISTA LEGENDARIO.
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n 2004, Pappo gozaba de un recuperado éxito comercial de la mano de Buscando un amor (2003), el disco for export producido por Jorge Rodríguez. Corcho, el millonario amigo de los rockeros pesados y ex de Susana Giménez, había convencido al Carpo para editar un álbum a la altura de su leyenda y de las ambiciones comerciales que el músico tenía y no reconocía. Con “Rock and Roll y fiebre” sonando en todas las radios y musicalizando los programas de televisión más populares, Norberto Napolitano volvía a los primeros planos musicales. Algo que no sucedía desde hacía más de diez años con Blues local y el súperhit “Mi vieja”. El plan a mediano plazo era posicionarlo en el circuito blusero estadounidense, y de ahí al mundo, un objetivo que había estado cerca de concretarse más de una vez, pero, como cuenta Sergio Marchi en el fundamental libro El hombre suburbano (2011), la inconstancia y la tendencia a la autodestrucción que poseía Pappo lo habían impedido. Esta vez parecía distinto. Pappo había versionado clásicos del género (“Rock Me Baby”, “The Thrill is Gone”, “Little Red Rooster”) cantado en inglés.
Buscando un amor era un disco claramente profesional. Nada de álbumes de trinchera para las huestes como El auto rojo (1999). El Carpo hasta había aceptado las cuerdas en “Katmandú” y los caños arreglados por Javier Malosetti después de cierta negativa casi obligada para mantener el personaje. Pappo necesitaba y quería que se lo reconociera como la leyenda que era.
PAPPO LLEGÓ BAÑADO AL MICROESTADIO, PIDIÓ CHICLES Y SUBIÓ AL ESCENARIO PERO EL SHOW NO ARRANCABA, EL ARTISTA TENÍA NUEVAS EXIGENCIAS. QUERÍA FERNET BRANCA “EN BOTELLITAS CHICAS”. El disco doble autohomenaje publicado en 2000 (Pappo y Amigos) había sido el primer paso. En noviembre de 2004 realizó presentaciones en conjunto con el baterista estadounidense Tony Coleman en Buenos Aires: el Tributo a B.B. King era otro eslabón en la cadena. Poco más de un mes después, el miércoles 22 de diciembre, Pappo se
tomaba un avión en Aeroparque y dos horas y media después aterrizaba en el Aeropuerto Martín Miguel de Güemes de Salta, donde el 23 debía realizar un concierto en el microestadio Delmi. “El 23 nos citan a los medios a una conferencia de prensa a las diez de la mañana en la Casa de la Cultura. Cayeron todos, hasta los programas tipo La Topadora, que van cuando hay un artista importante. Yo me había acostado a las siete y media de la mañana y a las diez estaba ahí. Pensaba ‘Pappo no se va a levantar’, pero por las dudas se portara bien, fui puntual. Y el hijo de puta cayó cerca del mediodía. Era posta que no iba a ir a las diez. Llegó bien, se sentó y se agolparon los medios, había muchas cámaras. Pappo estaba en la cresta, había sacado un disco que estaba sonando más allá de los ámbitos específicos del rock. ‘Rock and Roll y fiebre’ sonaba mucho. El finado (Omar) Salgado hizo la primera pregunta, media rara, enciclopédica, y Pappo lo quedó mirando. Después, una mina que era un camionazo le preguntó ‘¿por qué te vestís de negro?’ (risas)”, recuerda el periodista Tony López, que en ese momento escribía para el diario El Tribuno. El concierto de Pappo en Salta era la celebración del programa de televisión Studio Rock, que conducía José María Elíazarian. El flyer del show anunciaba como bandas soportes a La Forma (sic), Zebolla de Vidrio (sic de nuevo) y Escencial (otra vez). Las anticipadas
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Yulie Ruth, Pappo y Bolsa González, durante la conferencia de prensa en Casa de la Cultura. se vendían en la extinta disquería Twins, en Soul (que todavía resiste) y en el ahora mítico y desaparecido bar Esquina Libertad, de Zuviría y Ameghino. Auspiciaban la imprenta Multigraf, Twins, Apple Sound y el natatorio (?) Babilonia. A pesar de que Pappo se encontraba en un gran momento mediático y comercial, aún quedaban algunos pesados vestigios de ese pasado caótico digno de Say No More. Cuando los productores salteños se comunicaron para cerrar el show, el propio Carpo llevó adelante las negociaciones. No tenía mánager. O por lo menos no se encargaba de todos los movimientos del músico. Se acordó que el baterista Bolsa González, el bajista Yulie Ruth (autor de la balada “Juntos a la par”) y un asistente viajaran en colectivo desde Buenos Aires, mientras que Pappo lo haría en avión. Para venir a Salta, pidió dos pasajes aéreos. La organización local preguntó para quién. - Para Cáctus. - ¿Quién? - Mi perro. El histórico terrier, que solía presenciar los shows de su dueño al costado del escenario, se quedó en su casa en Buenos Aires. Cuando llegó a Salta, Pappo se alojó en el Hotel Plaza, a la vuelta de la plaza 9 de Julio. El día del recital, el jueves 23, brindó la conferencia de prensa en la Casa de la Cultura, almorzó en La Monumental y fue a la prueba de sonido en el microestadio a las tres de la tarde. Con los productores, el Carpo se mostraba intratable, una mala onda típica, casi un juego que lo divertía. Con la prensa y algunos fans, en cambio, era distinto. Después de la prueba accedió a más entrevistas y charló con tranquilidad. “Estaba de buen humor - sigue López-. En la conferencia de prensa le dije que Buscando un amor tenía muchos puntos de contacto con Blues local, me señaló y me dijo ‘Good’ (“bien”). Después le pedí una foto, accedió y justo cuando la sacaban apareció el yeguón
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que le había preguntado por su vestimenta, entonces sale mirando para el costado (risas)”. La noche del 23 de diciembre de
2004, Pappo llegó cuarenta minutos tarde a su recital, lo que provocó un bache gigantesco entre los grupos teloneros y el número principal, además de las puteadas de los escasos presentes. Mientras todos insultaban, los productores lo llamaban al hotel, desesperados. “Esperá, me voy a bañar”, contestó. Estaba acompañado por dos chicas en su habitación. Finalmente, Pappo llegó bañado al microestadio, pidió chicles y subió al escenario. Los insultos mutaron en ovación, pero el show no arrancaba, el
artista tenía nuevas exigencias. Quería Fernet Branca “en botellitas chicas”. “No toco si no están esas botellas”, amenazó. Los productores salieron corriendo al kiosco que está atrás del Delmi y consiguieron algunas. Mientras tanto, Pappo afinaba la guitarra frente a su público. El concierto del 2004 no fue el primero que realizó Pappo en Salta. Se recuerdan sus diversos pasos por nuestra ciudad, como el de 1993 en el Salta Club, por entonces el reducto rockero de la ciudad, de pésimo sonido. Compartió fecha con El Dragón, y los locales Aspid y Fulton (los últimos no tocaron porque sus integrantes se agarraron a trompadas en la puerta). No había mucha gente, unas 250 personas, y Pappo pidió que los que estaban en las populares se adelantaran a las partes vacías de la platea. En 1995, tocó en el Estadio Delmi, en un festival solidario para el Hospital de Niños, organizado por Ricky Maravilla, junto a Ratones Paranoicos, 2 Minutos y “doce mil grupos de cumbia”, recuerda Tony. El Carpo estaba por sacar Caso Cerrado y estrenó su versión de “Ruta 66”. Esa noche ocurrió una famosa anécdota: Pappo golpeó al periodista Sergio Di Lorenzo, que hacía entrevistas para el programa de televisión Al margen de todo vestido de mujer. “Se le acercó vestido de mina, ‘ay, Pappo, ay, Pappo’, y el Carpo de un solo bollo lo mandó contra la pared”, sigue López. La cosa terminó en la Justicia. El último show en Salta fue en un microestadio semivacío, ante unas 300 personas. Los organizadores esperaban por lo menos mil. Con todo, el concierto fue un claro indicador de la buena forma en la que Pappo se encontraba en ese momento. “Se lo notaba muy enfocado, con todas las pilas”, dice López. Casi dos meses después, el 25 de febrero de 2005, un absurdo accidente en una ruta bonaerense terminó con la vida de un músico que ya era leyenda y que aún sentía que tenía mucho por hacer.
Foto: Archivo Tony Lรณpez
Pappo, en el Estadio Delmi (1995).
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Por Pablo Choke Torramorell
DÉJÀ VU DE SODA STEREO A FUERZA NATURAL, REPASO DE LAS VISITAS DE GUSTAVO CERATI AL NOROESTE ARGENTINO. EL CRECIMIENTO DE UNO DE LOS ARTISTAS MÁS IMPORTANTES DEL ROCK LATINOAMERICANO REFLEJADO EN VIAJES CARGADOS DE HISTORIAS.
Foto: Alejandra Boquete 30/04/86: Cerati ensaya para el video de “Cuando pase el temblor”, en el Pucará de Tilcara. Al fondo, A. Lois.
L
as anécdotas fluyen solas cuando se recuerda el paso del universo Cerati por el NOA, un viaje que comienza a mediados de la década del ochenta: shows con poco público, paseos impregnados de aventuras, la filmación en Jujuy del videoclip más famoso de una banda argentina, el reconocimiento y memorables recitales frente a un público que no estaba acostumbrado a lo que hacían esos tres pibes con raros peinados nuevos y abundante maquillaje en el rostro. Mientras los grupos exitosos de hoy nos visitan una vez por año, Soda Stereo se adelantó a todos y supo llevar su explosión popular a cada rincón del país y de Latinoamérica sin dejar excepciones. Dieron conciertos en pequeños pubs y en gigantescos estadios polideportivos a pesar del poco desarrollo técnico y tecnológico que se imponía al momento de trazar conciertos “en el interior.” El debut de Soda Stereo en Salta formó parte de la primera gira nacional del grupo. Las canciones del disco Soda Stereo generaban curiosidad en los pocos salteños que estaban al tanto del fenómeno del momento. En uno de los tiempos libres entre la prueba de sonido y el show, los tres Soda y un equipo de asistentes salieron a conocer el centro rumbeando por una de las peatonales, frente a la mirada llamativa de los que pasaban por allí. Todo en ellos parecía desencajar con lo cotidiano: peinados retocados con gel, rulos de enormes dimensiones y un vestuario particular. La noche del miércoles 16 de octubre de 1985 Soda interpretó la mayoría de los temas del álbum: “Sobredosis de TV”, “¿Por qué no puedo ser del Jet set?, “Dietético”, “Un misil en mi placard”, y también anticipó algunos bocetos de lo que pronto se convertiría en el segundo trabajo. Un día antes, el diario El Tribuno publicaba una extensa entrevista a los tres Soda titulada “Burbujas llenas de alegría”. En el párrafo introductorio, el periodista Rubén Ramos advertía a los lectores lo que estaba por venir: “Son tres chicos que se visten como condenando al pasado conservador. Su música es una propuesta renovadora que tiene como meta la diversión. Para ella no se andan con miramientos, sólo la hacen, no buscan disquisiciones”. En un recuadro titulado “La época de Soda Stereo”, confirmaba que “ver en acción a Soda Stéreo (sic) es una experiencia única, una muestra de volcánica potencia. El público de Salta no va encontrar un molde preconcebido en un escritorio ni va a encontrar en los músicos del trío poses ajenas. La fuerte sustancia de Soda Stéreo nos permite asegurar que van a tener burbujas para rato. Que las disfruten”. Fue la primera entrevista periodística que el grupo brindaba a un medio de Salta y, además de otros rasgos de la época, la nota tiende a ser
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no más que eso, una carta de presentación hacia un público que era reacio a los nuevos cambios en la música. Allí, Gustavo Cerati decía: “Tal vez nos van a mirar con los ojos expectantes porque no nos conocen. Yo creo que es una cuestión de familiaridad. En Buenos Aires nos conocen y el que nos va a ver la primera vez tiene una actitud parecida. Lo que pasa también es que hay un centralismo muy fuerte. Buenos Aires capitaliza toda la información. Nuestra visita al interior no es solamente para vender discos, sino porque es realmente importante que todas las provincias tengan acceso a las opciones musicales y decidan por sí o por no. Queremos dejarles un mensaje a los chicos de Salta: nosotros somos un grupo argentino como cualquier otro, aunque por la imagen no lo parezcamos un poco, lo que me interesaría es realmente que si hallamos diferencia entre lo que es el
“SON TRES CHICOS QUE SE VISTEN COMO CONDENANDO AL PASADO CONSERVADOR”. EL TRIBUNO HABLANDO DE SODA STEREO, OCTUBRE DE 1985.
público de Buenos Aires y el público salteño sean diferencias en kilómetros. Sería genial que la gente nos vea sin prejuicios. Que se suelten. Así lo esperamos”. La propuesta era novedosa desde donde se la viera, el show estuvo anunciado dentro del marco del Festival para la juventud, junto a Fito Páez en el desaparecido Salta Club, ubicado sobre calle Alberdi al 746, con una única entrada al costo de 2 australes. Lo que llamó la atención fue la improvisada fecha que se armó al día siguiente, el 17 de octubre, Día de la lealtad peronista: un show gratuito de Páez y Soda, al aire libre, frente a la plaza 9 de Julio, en la esquina de Caseros y Mitre. El recital, a cargo de la Juventud Peronista, fue un éxito de concurrencia. El público aprovechó para tener un recuerdo
duplicado de aquel debut. La siguiente presentación en la capital salteña no se hizo esperar demasiado, ya que en la fría noche del 29 de abril de 1986 Soda iniciaba otro concierto más en el Salta Club, ésta vez dentro de la gira de presentación de Nada Personal, su segundo disco. La banda giraba con Fabián Quintiero. El Zorrito era el tecladista invitado. El reconocimiento ya era mayor: las radios rotaban canciones como “Juegos de seducción”, “Danza rota”, “Imágenes retro” y “Cuando pase el temblor”.
Registrando el temblor En aquella entrevista en El Tribuno de octubre del 85, Gustavo decía: “Salta es una provincia que me encanta, y no lo digo demagógicamente, hay provincias que se destacan por su belleza. Esto que te digo tal vez es una sorpresa pero vamos a hacer un video de nuestra estadía por allá”. Si bien la idea no se concretó en ese viaje, menos de un año después se terminaría convirtiendo en el videoclip de “Cuando pase el temblor”. Soda tuvo siempre un instinto superador. Tenía que resaltar sobre los demás. Por eso fue que desde los primeros recitales, las primeras producciones de fotos, el primer videoclip, la estética de la ropa y peinados y el arte conceptual de los discos ya se hablaba de una supuesta “modernidad” en una sociedad argentina que parecía no comprenderlo del todo, el producto de ser “unos adelantados”. Las noches del 11 y 12 de abril de 1986 la banda se presentó por primera vez en el histórico estadio Obras Sanitarias, en Buenos Aires, con una propuesta escénica, lumínica y tecnológica que sorprendió a todos: el escenario simulaba una ciudad con dos rascacielos a los costados, con la tarima de la batería ubicada al medio de estos, un despliegue ingenioso de luces apuntando desde arriba y abajo hacia el público, y los Soda acompañados del Zorrito, Richard Coleman y Gonzo Palacios, brindando shows de una hora que revolucionaban el ambiente: era la primera vez que un recital de rock contaba con tanta producción con impacte visual y sonoro en Argentina. Además un equipo de camarógrafos se encargó de recorrer todo el estadio y escenario para un registro audiovisual que, muchos años después, vio finalmente la luz para el deleite de todos los fanáticos. Estaban frente a un hecho que marcó un antes y después en la carrera de Soda. Y sólo hubo una sola persona detrás de todo ese movimiento que terminó de posicionar al grupo a nivel nacional, y posteriormente internacional: Alfredo Lois, íntimo amigo de Gustavo. Lois fue el mentor de la mayoría de las iniciativas creativas de Soda, el
1 - Aviso publicitario del tercer show de Soda en Salta, con logo que nunca se volvió a usar. El Tribuno, 29 de abril de 1986. 2 - Aviso publicitario del primer show de Soda Stereo en Salta junto a Fito Páez. El Tribuno, 16 de octubre de 1985. 3 - Soda Stereo presenta Signos en Salta. El Tribuno, 18 de mayo de 1987. 4 - Soda Stereo trae Doble Vida-Languis al Estadio Delmi. El Tribuno, 19 de diciembre de 1989. 5 - 13 de diciembre de 1990, último show de Soda Stereo en Salta, presentación de Canción Animal. El Tribuno. 33
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encargado de darle la imagen y sustento frente al mercado musical que lentamente se iba abriendo paso con las compañías e industrias discográficas. Destacado también por su afición al cine, debutó como director artístico de “Dietético”, el primer videoclip de la banda. Su curiosidad le permitió generar la puesta en escena de aquella histórica presentación de Soda en Obras y el registro audiovisual en cinta con un solo motivo: propulsar al grupo al estrellato masivo. Lo que se ve entra por los ojos de manera más eficaz que lo que se escucha. Ahí supo encontrar en una canción de Nada Personal un motivo para completar el registro y concepto artístico de aquel video en vivo registrado: sintió la necesidad de que “Cuando pase el temblor” contara con su propio videoclip y se lo sugirió al grupo. Todos estuvieron de acuerdo y aprovecharon que a sólo dos semanas del show en Obras tenían programado girar por el NOA. Tocaron en Salta el 29 de abril y en la madrugada del miércoles 30, el grupo, acompañado por el Zorrito, la maquilladora y estilista Alejandra Boquete, Lois con cámara en mano y un par de asistentes, se tomaron tres remises con destino al pueblo de Tilcara, en la provincia de Jujuy. “Allí grabamos un video que fue histórico”, recordaba Zeta Bosio. “Llegamos a Tilcara antes del amanecer porque estuvimos toda la noche viajando después del show en Salta. Grabamos durante todo el día hasta el atardecer y de ahí emprendimos retorno de nuevo a casa, tomando un avión desde el aeropuerto salteño”. La mañana del 30 de abril de 1986 el Pucará de Tilcara se despertó casi desierto, no existía un mercado turístico tan marcado como el de hoy y, además, no estaban en temporada alta. El sol empezaba a asomarse por entre los cerros y el viento que corría era frío. Por el puente principal de acceso al pueblo los tres remises llegaban a destino. Fue la primera y última vez que Soda Stereo se hizo presente en ese pueblito. Pero lo que hicieron allí dejó significativamente una huella que hasta el día de hoy los marcó en una especie de “embajadores de la música” de aquella Tilcara que hicieron internacionalmente conocida. Alfredo Lois tenía en mente registrar tomas para lo que sería el próximo videoclip del grupo. La letra que Gustavo
había escrito lo inspiró: “Yo / caminaré entre las piedras / hasta sentir el temblor / en mis piernas (…) Estoy sentado en un cráter desierto / sigo aguardando el temblor / en mi cuerpo (…) Sé que te encontraré en esas ruinas”. Esas piedras, cráteres desiertos y ruinas son parte del decorado natural del Pucará, aquella fortaleza construida en las alturas por los omaguacas de Tilcara para defenderse de los ataques. “’El Temblor’ está inspirada sobre una idea que yo ya tenía en paisajes que conocí de chico del Noroeste argentino”, relató Gustavo entre las anécdotas de este viaje. El mismo escenario natural fue
“ME PAGARON CON CARAMELOS A MÍ Y A MIS AMIGOS, Y CON ESO NOS BASTÓ. NO TENÍAMOS IDEA QUÉ ESTÁBAMOS HACIENDO NI MUCHO MENOS CON QUIÉNES. NO LOS CONOCÍAMOS”, RECUERDA ÁNGEL SERAPIO, EL NIÑO DE TILCARA QUE PARTICIPÓ DEL VIDEO DE “CUANDO PASE EL TEMBLOR”. elegido, catorce años después, para una presentación en vivo, también histórica, de Divididos y sirvió de inspiración para varios proyectos artísticos: Pity Álvarez llevó a Intoxicados a grabar el video de “Niña de Tilcara” a la misma locación. Un fuerte sol sobre las cabezas de los Soda y staff aclaraba aún más el impactante paisaje desde la cima del Pucará. Los autos y colectivos parecían piezas
de juguetes en movimiento desde el ala este de uno de los puntos más altos del lugar, donde se podía llegar por dos formas: a pie o en vehículo con autorización. Las ruinas son patrimonio del pasado que aún hoy se mantienen gracias al extremo cuidado y mantenimiento que realizan semanalmente los empleados a cargo de la preservación histórica. Esa mañana de sol, Alfredo Lois y Gustavo Cerati se presentaron en la garita del acceso frente al encargado de turno y le contaron su idea. Debido a la espontánea situación y a la temporada baja, no hubo mucho inconveniente en acceder al permiso de filmar allí, por lo que ni siquiera hizo falta rellenar registros o papeles burocráticos de por medio. Lo primero que hizo Lois junto a dos asistentes fue recorrer a pie desde el acceso hasta la cima contemplando maravillados los paisajes que se les iban dibujando en los ojos. Su idea era maquetar las escenas del video en la mente para luego realizar las tomas; no tenían mucho tiempo y querían aprovechar los minutos de paseo. En el pueblo, en un reconocido hostal ubicado a metros de la plaza central de Tilcara, la maquilladora estable del grupo Alejandra Boquete se encargó de la producción y el lookeo de los actores. Durante el pequeño viaje en remis de la noche anterior, Gustavo fue hilando posibles bosquejos al aire de un guión a seguir, con los respectivos aportes de Lois, Zeta y Charly. En un principio se había barajado la idea de incluir al Zorrito en el clip como otro protagonista en cámara pero finalmente se descartó. De hecho, llegó a ser maquillado y peinado para la filmación. Cerca del mediodía, todo el grupo, unas nueve personas en total, se encontraron con Lois en el acceso al Pucará para iniciar la jornada de rodaje. La carretilla de un carrero sirvió de improvisado soporte móvil para la cámara, que hacía tomas panorámicas de los actores con el impactante paisaje. A unos metros de allí, Zeta protagonizó una de las primeras apariciones, atravesando el pequeño caudal de agua del Río Guasamayo ,el único puente que da acceso a las ruinas. Las tomas individuales de Gustavo y Charly caminando y asomándose por las casas típicas del pueblito fueron el resultado de las primeras horas de grabación. Luego, mientras un
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Cerati, Álvarez y Alberti presentando Canción Animal. 14/12/90.
asistente reproducía y rebobinaba una y otra vez una copia en casete de Nada Personal en un antiguo radiograbador, se hicieron las escenas donde los tres Soda simulan el canto y pasos de baile. Lejos de cerrar por la grabación, las puertas del Pucará se mantuvieron abiertas con normalidad. Lois tuvo que interrumpir amablemente más de una vez la caminata de algunos turistas que no estaban advertidos de lo que allí ocurría. Luego de un breve descanso para almorzar y hacer retoques (la luz del sol los había hecho transpirar y parte del maquillaje se empezaba a correr) llegó el momento de hacer las últimas tomas. Ya llevaban más de tres horas instalados allí. Algunos turistas y familias del lugar empezaban a amontonarse alrededor del (para ellos) desconocido grupo: Soda Stereo no era muy popular en la región norte andina argentina. Muchos niños acompañados por sus madres merodeaban por la zona intrigados por la curiosidad. Hasta que uno en particular le llamó la atención a Lois. El director se quedó mirándolo por un instante y tuvo una idea que no estaba guionada: grabar una escena con los tres Soda junto al pequeño, caminando cuesta bajo hacia la salida del Pucará. La idea fue aprobada de inmediato y entonces una asistente se acercó al niño, que estaba tenía cinco años y estaba acompañado por sus hermanos mayores, para hacerle la propuesta. Aquel chico se llama Ángel Norberto Serapio y hoy tiene 33 años. Por la mañana trabaja como empleado en el Instituto Interdisciplinario local, y durante el resto del día vende artesanías frente al acceso principal del Pucará. Nació en Tilcara, cerca del Guasamayo, y desde chico conoce los caminos secretos de la zona. Aquel mediodía de fines de abril de 1986 se enteró por un amigo de su hermano que había “gente con equipos raros actuando arriba” y
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Cerati, Álvarez y Alberti, en el Delmi. 21/12/89. Fotos: L. A. Rojas.
así fue como decidió ir a chismosear un rato. Nunca hubiera imaginado lo que le esperaba. Lois le dio un par de indicaciones para hacer las últimas tomas del día, sólo tuvo que mirar por cinco segundos a la cámara que lo tomaba en un primer plano y automáticamen-
“QUEREMOS DEJAR UN MENSAJE A LOS CHICOS DE SALTA: SOMOS UN GRUPO ARGENTINO COMO CUALQUIER OTRO. SI HALLAMOS DIFERENCIA ENTRE LO QUE ES EL PÚBLICO DE BUENOS AIRES Y EL PÚBLICO SALTEÑO, QUE SEAN DIFERENCIAS EN KILÓMETROS”. GUSTAVO CERATI, 1985. te girar para darle la mano a Gustavo y caminar junto a Zeta y Charly Alberti por aquella curva en bajada. “Me pagaron con caramelos a mí y a mis amigos, y con eso nos bastó. No teníamos idea qué estábamos haciendo ni mucho menos con quiénes. No los conocíamos”, recuerda Ángel. Reconoce que mucha gente le pregunta y le vuelve a pedir
que cuente la anécdota y que sus compañeros del trabajo no pudieron creer cuando en un día del año 2006, estrenando la conexión a Internet en la oficina, vieron el video en You Tube. Hoy, a 29 años, el clip tiene más de veinte millones de visitas en el sitio y en su momento significó un quiebre en la manera de producir audiovisuales para las bandas. Tanto, que Soda Stereo fue la primera banda latinoamericana en rotar diariamente en MTV.
Los últimos conciertos Menos de un año después de la aventura jujeña, se produjo el regreso a Salta. Fue el lunes 18 de mayo de 1987. Soda ya tenía un vuelo internacional bastante marcado. De hecho, llegaron a la provincia luego de un exitoso paso por el Festival de Viña Del Mar. Chile fue su primera parada en el extranjero. Allí se generó la sodamanía. Estaban presentando el disco Signos, un trabajo conceptual que los encontraba experimentando con nuevos sonidos, sintetizadores y efectos de coros. “Persiana americana”, “Prófugos”, “Final caja negra” y “Signos” fueron algunas de las flamantes canciones que no faltaron dentro de la lista de temas salteña, frente a un público que disfrutaba cada vez con mayor pasión los shows del trío. La tarde gris de aquel 18 de mayo vistió las veredas del Salta Club con una extensa fila de fanáticos y seguidores. El predio referente del boxeo estaba empezando a quedarle chico al fenómeno. El registro de la gran mayoría de los shows de esa época fue a parar a Ruido Blanco, el primer disco en vivo grabado por la banda: 57 conciertos en 41 ciudades de todo Latinoamérica. El arte interno mencionaba en detalle los pasos del grupo por cada ciudad. Salta figuraba como el noveno concierto brindado.
Fabián Quintiero es maquillado en Tilcara. No salió en el video.
En la calurosa noche del jueves 21 de diciembre de 1989, Soda regresó a la capital salteña pero esta vez para presentarse en el Estadio Delmi, ante el delirio de un público que ya los había adoptado como a una banda propia. Los medios de la época hablaban de una explosión a nivel internacional y se remarcaba que “eran los últimos shows de Soda en el norte del país antes de desembarcar en costas europeas”. Esa vez venían a presentar el disco Doble Vida, con un repertorio cada vez más extenso y variado, algo que Gustavo siempre resaltaba antes de cada show. Sonaron los clásicos y luego una seguidilla a modo de rápido repaso por lo nuevo: “En la ciudad de la furia”, “Lo que sangra”, “Corazón delator” y “Picnic en el 4° B”. En 1990, la histórica Gira Animal, los trajo nuevamente. Era la presentación oficial del galardonado y premiado disco Canción Animal, y se convirtió en el último concierto que Soda Stereo brindó en Salta. Fue el viernes 14 de diciembre en un Delmi colmado por fanáticos ansiosos por presenciar un show más de un grupo que no parecía tener límite en cuanto a expansión popular. El recital, patrocinado por una marca de cigarrillos, estaba programado para el jueves 13, pero debió posponerse debido a un inconveniente de última hora en el transporte de los equipos. Esto generó más expectativas sobre un recital que contó con la presencia de Andrea Álvarez como percusionista invitada. La lista de temas repasó los clásicos de siempre más la interpretación de “Hombre al agua”, “En el séptimo día”, “De música ligera” y “Un millón de años luz”, del álbum nuevo. “Esta gira monumental nos devuelve al país y a lo que somos nosotros. Esto es un poco el resultado de mucho trabajo y algo de imaginación, a la que tuvimos que apelar, por la carencia de producto-
Alberti mateando en Tilcara, 30/04/86. Fotos: A. Boquete.
res, lo que nos venía impidiendo llegar a todos los rincones de la Argentina,” le decía Zeta Bosio a El Tribuno en una entrevista publicada el sábado 15 de diciembre de 1990. “Este año decidimos montar nuestro show sobre ruedas, lo
LA POCA DEMANDA DE ENTRADAS ANTICIPADAS OBLIGÓ A LOS PRODUCTORES DEL SHOW DE CERATI EN SALTA EN 2007 A TRASLADAR TODO AL MICROESTADIO DELMI. FUE UN CONCIERTO DESLUMBRANTE ANTE ESCASO PÚBLICO.
que incluía llevar un equipamiento de varias toneladas, incluyendo escenario y luces y producirnos nosotros mismos. La meta era mostrar Canción Animal a lo largo de catorce mil kilómetros y brindando treinta conciertos”, completaba. Que la Gira Animal haya sido el último show que los salteños pudieron
disfrutar en directo de Soda Stereo tuvo su correlato en una etapa que el grupo estaba cerrando: ya no se planearían giras maratónicas alrededor de Latinoamérica y toda Argentina. En los próximos años Soda se encontró tomándose un largo descanso que incluyó un lapso de tiempo entre los integrantes. Lo que vino después fue parte de un proceso de creación de nuevos sonidos y conceptos volcados en un Dynamo y en Sueño Stereo, el último registro de estudio de la banda. El inicio de la etapa solista de Gustavo Cerati lo motivó a explorar nuevos universos musicales y luego terminó llegando la despedida monumental de Soda en 1997. Si con Soda Stereo el proyecto había logrado ser popular y federal, el repaso artístico del Gustavo solista la cuestión se torna diferente. No se programaron giras extensas por todo el país y el continente sino hasta la edición de Ahí Vamos, en 2006. El penúltimo disco de su carrera le devolvió a Cerati la energía generada con su anterior proyecto. El retorno a un escenario salteño fue 17 años después de la última tocada en el estadio Delmi junto a Soda. Y, casualmente, el show, parte del último tramo de la gira Ahí Vamos, debía ser en el mismo lugar, pero la poca demanda de entradas anticipadas obligó a los productores a trasladar todo al microestadio Delmi. Las últimas visitas a nuestra provincia tuvieron sus pequeños tintes íntimos, momentos retratados por la prensa local, un gran show y parte de la filmación del video del primer corte de difusión de Fuerza Natural. El 22 de marzo de 2007 se abrieron las puertas del micro Delmi para que Cerati y su banda (Richard Coleman en guitarra, Fernando Samalea en batería, Fernando Nalé en el bajo y Leandro Fresco en teclados) presentaran por primera vez en el NOA el por en-
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Afiche del único recital solista de Cerati en Salta, el 22/03/07.
tonces flamante Ahí Vamos. Dos días después, sucedió lo mismo en el Estadio Central Córdoba de Tucumán. El set no varió mucho de las presentaciones que Cerati venía haciendo por Buenos Aires y países como México, Chile (otra vez en Viña del Mar), Perú, Estados Unidos, Venezuela, Colombia y Ecuador. La introducción con “Artefacto” sentenció lo que terminó siendo un show para el recuerdo, sumado a la seguidilla de temas de Ahí Vamos: “Bomba de tiempo”, “Caravana”, “Dios nos libre”, “Medium”, “Adiós” y “Jugo de luna”. Hubo momentos épicos para fanáticos de Soda con joyas como “Té para tres”, una versión rocanrolera de “Prófugos”, y canciones que nunca habían sonado en vivo por estos lares: “Toma la ruta” y “Nuestra fe”. Éste último, interpretado sólo un par de ocasiones para esa gira. Podemos decir que tuvimos el enorme gusto de escuchar algo que no fue interpretado en vivo por Soda Stereo ni en su gira regreso del 2007. Otras joyas fueron las versiones acopladas de “The Jean Genie” de David Bowie y “Paseo inmoral”, o los temas solistas de discos anteriores, como “Karaoke” y “Puente”. Casi un año después, a mediados del 2008, Cerati visitó nuestra provincia pero casi de incógnito, en plan turista. Asistió a la fecha del Turismo Carrete-
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ra que se realizó en el Autódromo de la ciudad y se sacó fotos con un par de afortunados que se lo cruzaron caminando por calle Caseros, a metros de la plaza 9 de Julio, donde 23 años antes se presentaba con Soda Stereo. En septiembre del 2009, regresó a Salta. Estuvo en la Puerta de Tastil, camino a San Antonio de los Cobres, donde viajó junto al director Maxi Blanco y un amplio grupo de colaboradores y actores para la realización de las tomas iniciales del clip de “Déjà vu”, primer corte de Fuerza Natural. La idea arrastraba un concepto mucho mayor: hacer una película uniendo todos los videos que se iban a rodar con una historia que se iría hilando de a poco. El video se estrenó el 30 de septiembre. La última etapa de Gustavo estaba en marcha. La introducción y parte del desarrollo había arrancado en Salta, con paisajes desérticos que encerraban un misterio que nunca fue develado. Gracias por venir. Agradecimientos: A Rony Barboza, Luis Alberto Rojas por la eterna paciencia y el gran aporte de archivo histórico para el presente informe. A Alejandra Boquete por haber facilitado aquellos retratos del detrás de escena del rodaje del clip de “Cuando pase el temblor”.
Foto: cerati.com
Cerati durante la cuarta presentación de Soda en Salta, 18/5/87. Foto: R. Barboza. En la página anterior, Loreley Portas posa durante las tomas de “Déjà vu”. Cerati, de espaldas. Salta, septiembre de 2009.
Cerati, Alberti, Bosio y el Zorrito degustando empanadas salteĂąas y posando en una oficina del desaparecido Salta Club, horas antes de partir al PucarĂĄ de Tilcara. 29 de abril de 1986. Foto: Rony Barboza.
Por Santiago Segura // Fotos: Martín Bonetto
UN LARGO CAMINO AL CIELO SANTIAGO BARRIONUEVO HABLA SOBRE EL CONSTANTE ASCENSO DE EL MATÓ A UN POLICÍA MOTORIZADO. GIRAS Y RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL PARA UNA BANDA QUE UNE GENERACIONES.
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iernes 4 de julio de 2014, Colegiales, Buenos Aires. El Teatro Vorterix alberga a miles de jóvenes enfervorizados que poguean y cantan las canciones de un quinteto de ya no tan pibes de La Plata: desde el entrepiso se ve cómo chocan púberes quinceañeros con algunos más grandecitos. Llama la atención una chica (¿o es un chico?) que está vestida/o con un ambo, como si hubiera escapado de la Guardia. Desde abajo, el calor se siente mucho más y la potencia de la banda, también. El mató a un policía motorizado, esos cinco flacos simpáticos que están sobre el escenario, hace días regresaron de una exitosa gira europea. La semana anterior retomaron su trabajo en el país con dos shows en Córdoba (ambas fechas en Casa Babylon) pero luego de este show capitalino partirán hacia la tierra donde nació el rock and roll: Estados Unidos. Podríamos elaborar una teoría que afirme que cuando una banda está en estado de gracia, en su momento, la gente celebra las novedades. Aunque también sean festejados los temas más viejos (“Diamante”, “Guitarra comunista”), lo que más prende en Vorterix son las canciones de La Dinastía Scorpio, el disco que El mató editó en 2012, último dentro de su colorida y sónica discografía. La charla con Santiago Barrionuevo, el bonachón artista también conocido como Chango Motorizado (voz, bajo, por ahora, y rostro del grupo), arranca en Córdoba. Es el autor de todas las canciones de la banda y el diseñador
de las tapas de los discos. El factótum, diría con seguridad Charles Bukowski. En los camarines de Casa Babylon, previo al segundo show cordobés del grupo, literalmente debajo del escenario del pub y mientras sus compañeros prueban sonido, Santiago explica por qué volvieron a tocar los temas de su
“TIENE POCO GLAMOUR DECIR QUE UNA BANDA TIENE QUE PELEARLA. A NOSOTROS NOS COSTÓ COMPRAR NUESTRO PRIMER INSTRUMENTO”.
primer álbum: “El 29 de julio sale La Dinastía… en Estados Unidos. Lo saca el sello Nacional Records, que se dedica a lo latino alternativo. Editó a Los Fabulosos Cadillacs y Manu Chao pero ahora se quiere abrir un poco más a esta movida guitarrera, o como se defina lo que hacemos nosotros (risas). Pero además, se cumplieron diez años del primer disco y la gente de Limbo Starr, el sello de España, quiso hacer una edición en vinilo. Entonces, para festejar un poco eso, estamos tocando
un par de canciones viejas que por suerte fueron celebradas, algo que a veces no sucede tanto”. - Yendo a esos diez años, se nota que hay muchas bandas que surgieron después de ustedes y tienen una influencia notoria de El mató. Las mismas del sello LAPTRA, Tus Monitores en el Norte, lo que pasa con Bestia Bebé en Buenos Aires. ¿Estás de acuerdo? - Puede ser. No estoy muy atento a eso pero seguramente hay una afinidad en general, en la música. No sé si es una influencia directa o que tenemos los mismos puntos de partida a la hora de componer y hacer música con esas bandas. Santiago se desmarca aunque no deje de ser notable que El mató a un policía motorizado es una de las bandas del underground más escuchadas por sus propios colegas y (aquí está la diferencia sustancial) por un público más que numeroso. Definitivamente, dentro de la escena alternativa, ésa de guitarras fuertes y estribillos noqueadores, El mató representa a los niños que ilustran la portada de La Dinastía Scorpio: los ganadores que alzan sus trofeos, sonrientes y felices. Ningún otro grupo de la generación 00 parece poder competirles en esto de trabajar al rival y luego sentarlo de culo en el piso con un buen estribo-trompada. La charla cordobesa prosigue, inevitablemente, en la senda de su último disco, ése que lleva un nombre que el Chango se rehúsa a explicar en cada nota que da. - Hubo mucha producción en La Dinastía… ¿En el disco que viene re-
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petirán? - No sé si con un productor, pero sí con la metodología de ir a grabar las canciones a un estudio antes, hacer maquetas o demos. Antes eso era directamente el disco, se laburaba en el estudio casero y ya quedaba, no íbamos a otro estudio. Cuando se nos ocurrió ir a ION, que es un estudio grande y caro, supimos que lo mejor para ahorrar tiempo era preparar bien las canciones antes y llegar al estudio con las ideas claras. En La Dinastía..., Eduardo Bergallo fue inicialmente el ingeniero de grabación, y después nos mezcló. En ese proceso de trabajo él hacía de productor por momentos, pero por lo general producimos los discos nosotros. Está bueno delegar, dejar que el productor empiece a ser un miembro más de la banda y piense alternativas, pero no encontramos a nadie que nos inspire ganas de hacer eso. Eduardo ahorraba caminos porque la tiene clara en todo lo que refiere a grabación y mezcla, en eso nos ayudó muchísimo y estuvo bárbaro trabajar con él. - ¿Cuál fue su idea principal para el disco? - La idea de él fue que grabemos todos juntos para captar la esencia del vivo, algo que en los discos anteriores capaz estaba más chiquito. Era simpático eso, éramos como dos bandas, una en estudio y otra en vivo. Después, para la mezcla, él ya tiene su estructura de trabajo y se alejó un poco de esa idea de que suene crudo, ahí quizás fue el momento de discutir para dónde apuntar todo. Y quedó algo intermedio que me gusta mucho. La charla cordobesa se cierra con un tema candente en los últimos tiempos de El mató: el Chango sufrió la rotura del tendón de Aquiles jugando al fútbol y eso derivó en una reformulación temporal de la banda, con el tecladista Chatrán Chatrán (Agustín Spassoff) pasando al bajo y Santiago ocupándose sólo de la parte vocal. Tanto en los shows de Casa Babylon como en Vorterix, Barrionuevo retomó su papel de bajista pero, sobre el cierre del set, volvió a ceder el instrumento de cuatro cuerdas para ocuparse exclusivamente del mic. De todas maneras, no se convence de abandonar el bajo, aunque se lo vio cómico bendiciendo con su micrófono las cabezas de los fieles en Córdoba y Buenos Aires, como si fuera un Papa Francisco del rock and roll. - ¿Le estás escapando al bajo? - No, se me cortó el tendón de Aquiles y no podía tocar el bajo; en realidad no quería tocar sentado, era triste (risas). Igual fue triste cantar sentado, pero era más triste hacer las dos cosas (más risas). Empezó a tocar el bajo Chatri y mi novia Morita hacía los teclados. Me gusta eso de cantar y escucharme bien la voz sin tener que andar pensando en el bajo, es mucho más cómodo. Aunque
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me da un poco de vergüenza estar ahí solo con el micrófono. En la última gira no toqué el bajo casi nunca y todo ese momento donde me enfoqué en la voz fue un aprendizaje. Ahora que estoy de vuelta al bajo eso quedó, me sirvió para escucharme mejor. Sin bajo, hay una conexión más directa con la gente y motivás más a que el público se encienda.
La gira que nunca termina Salimos de Córdoba y retornamos a Colegiales. Cuando el show del Teatro termina, no hay más que cruzar los pasillos-pasadizos que conducen a los camarines que, como buenos camarines, están atiborrados de gente. La fervorosa reacción del público, lo que quedó por charlar de las giras que fueron y serán, y el éxito de la banda con la crítica de rock nos llevan a arrancar por el final. Saludamos al Chango y en-
“NOS LLEGAN MUCHOS COMENTARIOS DE GENTE QUE VA DE VACACIONES A BRASIL QUE PREGUNTA SI CONOCEN BANDAS ARGENTINAS Y LES CONTESTAN ‘FITO PÁEZ Y EL MATÓ’ (RISAS). EN BERLÍN VINO UN CHICO DE CROACIA QUE NOS CONTÓ QUE LE GUSTÓ LA BANDA, ¡ASÍ QUE SE TOMÓ UN AVIÓN PARA VERNOS!” seguida, continuamos desandando La Dinastía... y el futuro: - Pasaron dos años desde la salida La Dinastía Scorpio y la gente ya canta las canciones como si fueran clásicos. ¿Qué te hace pensar todo lo que pasó con el disco? - Fue el disco que más respuesta tuvo. Cuando una banda saca un disco, creer que vas a llegar a una especie de unanimidad es raro que pase. Ahora el disco se editó en México y España, pudimos girar por lugares donde nunca habíamos ido, como Perú, volvimos a México y a Estados Unidos, volvimos a Brasil que es un lugar al que fuimos varias veces. De alguna manera es como que vuelve a nacer el disco, en algún lado del mundo está comenzando. Y el domingo (6 de julio) nos vamos de gira a Nueva York, Los Ángeles y después México, va a ser un poco la presenta-
ción del disco allá. - ¿Y cómo es volver a presentar algo que ya presentaste? - Está buenísimo porque son canciones que trabajamos mucho. Estuvimos más tiempo que con otros discos, se mezcló con las dos giras que hicimos por España y eso de alguna manera hizo que pateáramos para adelante la grabación. En su momento se acortó el presupuesto, porque lo que teníamos guardado para el disco lo tuvimos que usar en la gira. Y la gira fue todo a pulmón, tuvimos que hacer un gasto groso, que en realidad fue una inversión porque después sirvió para volver. ¡Y cuando volvimos la segunda vez estaba todo pago! (risas). Cada gira que hacemos es mejor, tenemos la suerte de volver con algo, poder invertir y comprarnos cosas. Me causa un poco de gracia que, cuando leo entrevistas de bandas, nunca hablan de estas cosas, tiene poco glamour hablar de que una banda tiene que pelearla. A nosotros nos costó comprar nuestro primer instrumento cuando éramos chicos, no es que veníamos de familia... Tampoco lo digo para quejarme, es lo que nos tocó. -Pasa que por lo general se da una imagen más glamorosa de una banda de rock. -Sí, y tener una banda de rock es algo caro. Capaz, si armás una banda de folclore es más barato comprar una guitarra criolla que una guitarra eléctrica, pero una banda de rock implica tener guitarras eléctricas, equipos, cables, baterías. Nos sigue costando. Pero todo bien, porque disfrutamos ver cómo con nuestro propio esfuerzo y nuestras propias canciones llegamos a esos lugares, que eran extraños en algún momento y ahora son un poco más comunes. Todas las cosas fueron sucediendo con un poco de suerte, mucho trabajo y el cruzarnos con gente buena onda. Cuando uno tiene buena energía se encuentra con gente que también tiene buena energía y pasan estas cosas. -¿A qué lugar fue sorpresivo llegar? Ustedes tocaron en Alemania, por ejemplo. -Eso fue muy raro. Cuando tocamos en Francia y en Alemania estaba la barrera del idioma, que es lo más difícil. El público es una mezcla de curiosos que salen a la noche a ver bandas y muchos latinos que se mezclan: argentinos que están viviendo allá o gente a la que les llegó. En España la verdad que tuvo mucha repercusión la banda y capaz tocás en Francia o en Alemania y van ahí. Me acuerdo de que tocamos en Berlín y vino un chico de Croacia que se presentó y nos contó que buscando en Internet le gustó la banda. Croata croata, de verdad (risas). Nos dijo “lo más cercano que van a llegar es Berlín, así que me tomé un avión para verlos”. ¡Se tomó un avión para vernos! Eso fue
Foto: Florencia Llompart
4 de julio de 2014, El matรณ en el Teatro Vorterix de Buenos Aires.
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muy loco. Después nos llegan muchos mensajes de gente de Inglaterra, de Holanda; hay un grupo de polacos que hacen un festival y son fanáticos de El mató, intentaron llevarnos allá varias veces pero nunca pudimos coordinar. Eso es lo más increíble: llegar a un lugar donde el idioma es otro. Lo primero que nos pasó, así, fue en Brasil. La primera noche que tocamos fue en un festival de San Pablo y era increíble ver cómo la gente cantaba todas las canciones. -¡¿Cantaban todos los temas?! -Sí. Esto fue la primera vez que fuimos, en 2007, creo (ya fuimos como diez veces). El chabón que organizaba nos dice “bueno, vamos a hacer un festival, va a tocar ésta banda, ésta otra, (todas brasileras) y… van a cerrar ustedes”. Y nosotros “no, pará, es la primera vez que venimos, ¡no nos conoce nadie acá!” (risas). Y el tipo insistió: “Cierran ustedes”. Llegó el final de la noche, se hizo tarde, y subimos al escenario pensando “acá no va a haber nadie”. Veíamos que la gente estaba dispersa, pero de golpe se llenó, vinieron todos para adelante a vernos. Había argentinos, locura, la gente cantaba todo, ¡pedían canciones!: “¡Toquen ‘Chica rutera’!”. Todo en una especie de portuñol (risas). Y nos llegan muchos comentarios, de gente que va de vacaciones a Brasil, que pregunta si conocen bandas argentinas y les contestan “Fito Páez y El mató a un policía motorizado” (risas). -Insólito. -Ahora que vamos a Estados Unidos también es raro. Por más que haya mucha comunidad latina, que la gira se vaya a apoyar un poco en eso. Tocamos en un festival que se llama Latin American Music Conference (LAMC). La idea del festival es mostrar lo alternativo, no lo que llega allá: Ricky Martin, Chayanne y todo eso. Al rockero argentino promedio la sigla KEXP no le dirá demasiado, y es lógico. Pero la visita de El mató a un policía motorizado a Estados Unidos incluyó una parada histórica para el grupo. Se trata de la radio de rock alternativo más famosa del planeta, con base nada menos que en Seattle, la ciudad de Nirvana y Jimi Hendrix. Por sus estudios pasaron leyendas indie y grupos actuales de lo más destacado: desde Pixies y Stephen Malkmus, de Pavement, hasta Spoon, The Hives o Arctic Monkeys. A mediados de julio del 2014 fue el turno de los platenses: se transmitió un set de cuatro canciones que fueron grabadas por el grupo en Nueva York (“Mujeres bellas y fuertes”, “Chica de oro”, “Yoni B” y “Más o menos bien”, todas de La Dinastía…, un buen muestrario del sonido actual del grupo). Antes de partir, Santiago contaba: “Justo en esa semana que tocamos allá van a hacer unas jornadas en Nueva York. Como vieron que tocábamos en el LAMC nos invitaron y
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obvio que les dijimos que sí. Tuvimos un poco de suerte, porque ir a Seattle hubiera sido toda una movida”. -¿Los pone nerviosos una situación así o disfrutan el momento? Si bien es tocar en un estudio, a la vez sabés que estás en una radio con mucha llegada. -Sí, igual creo que se graba y se pasa después, no es en vivo-vivo. Hemos tocado en vivo en radios y, más allá de la carga emotiva que tiene, para nosotros en el momento que estamos tocando es lo mismo estar ahí que estar en un estadio. En mi caso, cuando más gente hay me siento más relajado porque todo se pierde más. Y cuando hay diez personas, los miro a los ojos y pienso “ése de ahí me está mirando” (risas) y me pongo más nervioso.
“LA ESENCIA DEL PERIODISMO ES QUE ALGO TE LLAMA LA ATENCIÓN Y TE INSPIRA A HACER UNA NOTA. ACÁ NO PASA ESO, SOBRE TODO EN LOS MEDIOS MÁS GRANDES. POR SUERTE HAY UN MONTÓN DE MEDIOS ALTERNATIVOS QUE LE DEDICAN ESPACIO A BANDAS QUE LO MERECEN”. El mainstream y los medios El mató se perfila como uno de los pocos grupos que puede establecer un crossover social significativo, que los escuchen los viejos fans del rock chabón de comienzos de la década pasada y que los sigan los alternativos. Su música parece ideal para los amantes del indie más crudo, pero sus melodías circulares, además, abren el juego radial. A pesar de ser una banda celebrada por el grueso de la crítica, resulta difícil verlos en la tapa de una revista (es recordada su aparición en la portada de Inrockuptibles, allá por 2008, cuando cerraron su trilogía de EP con el soberbio Día de los muertos). El propio Santiago comprende, sin embargo, que la dinámica de los grandes medios de rock en Argentina se reduce a otros intereses. - Son una banda muy alabada por la crítica, ¿cómo se llevan con eso? - Acá hay mucha cultura, entonces te prestan atención cuando la banda ya se
hizo popular o masiva. Por ejemplo, la última vez que hice una nota con Rolling Stone era tipo “nota a La Beriso que tocó en el Luna Park”, “nota a equis, que también llegó al Luna”, como si lo masivo generara una legitimación de las bandas y a partir de eso, bueno, ahora sí, sale en la Rolling Stone. -A la larga, fortalecen el consenso de bandas que ya lo tienen. -Exacto. Y se pierde la curiosidad, que es: me gusta una canción y voy a escribir sobre esa canción que me gusta. No importa si van diez personas o van diez mil. Y eso me parece normal acá porque es a lo que estoy acostumbrado, pero me llamó la atención cuando empezamos a ir afuera, que aunque no nos fuera a ver nadie (risas) nos hacían notas de los medios más importantes, como El País o Rockdelux, una revista española dedicada al rock alternativo. No éramos muy populares ni conocidos, pero a ellos les pareció que estaba bueno lo que hacíamos, que valía la pena hablar de nosotros. La esencia del periodismo, ¿no? Algo te llama la atención y te inspira a hacer una nota. Y acá no pasa eso, sobre todo en los medios más grandes. Por suerte hay un montón de medios alternativos que le dedican espacio a bandas que lo merecen. Igual hemos salido en los medios grandes, ¡no me quejo, eh! (risas). Pero siento la obligación de exigir más espacio, sobre todo por la calidad de un montón de bandas nuevas que están haciendo algo que es muy original, muy fresco y que tienen cosas para contar y renovar un poco la música. -¿Por ejemplo? Vos siempre mencionás a las bandas de La Plata, ¿ves bandas en todo el país? -Un montón: ahora que venimos de tocar en Córdoba, somos muy fans de Claravox; a los chicos de Atrás Hay Truenos los conocimos en Neuquén, ahora se mudaron a Buenos Aires. Nos pareció genial que pibes de un lugar tan lejano estuvieran buscando lo mismo que nosotros y nos hicimos muy amigos enseguida, por tener esas coincidencias. Y así con un montón de bandas, en Capital y Buenos Aires hay muchas: Las Ligas Menores (según un tuit de Santiago, “la mejor banda del mundo”), Bestia Bebé, Los Reyes del Falsete, Viva Elástico. Lo que más me gusta es que tienen mucha personalidad. No se suben a una fórmula que está sonando en la radio, hay una búsqueda natural de hacer música que a ellos les gusta y se ve en su arte. Eso a mí me enamora enseguida, por más que no esté esa reivindicación de los medios: no se puede negar que es auténtico lo que hay ahí. Desde chico fui así, las bandas que escuché fue porque me conmovían, no porque estaban de moda o en los medios. - De hecho, leí por ahí que no te
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gustan Los Redondos. - Es cierto. Lo que me gusta de Los Redondos es que generaron algo desde un camino diferente y eso me parece revolucionario. Porque la gente sabe, y alguien que quiere formar una banda en especial, que hay miles de caminos para optar. Pero que ése está. Lo importante es que se entienda que hay miles de caminos que uno puede tomar cuando tiene un proyecto artístico, mientras sea libre: si quiere firmar con una compañía grande, si busca eso, está bien; si quiere ser independiente, está todo bien. Hay que ver los ejemplos de bandas que hacen cosas diferentes y a partir de esos caminos llegan a lugares inesperados. Alguno piensa “para hacer un estadio hay que firmar con equis” y Los Redondos no lo hicieron, y aun así lograron lo que lograron. Entonces se rompe un estereotipo: eso es lo más importante. -¿Y cómo ves la escena mainstream del rock argentino, lo que suena en la radio? -Para mí está perdida. Las pocas veces que escucho la radio (y de casualidad, porque no pongo las radios tipo FM más populares) siento que es como si estuviesen todos producidos por la misma persona. Como si Las Pastillas del Abuelo estuviera producido por el mismo de No Te Va Gustar. Y no está muy bueno. En otras épocas no era tan conservador el sonido de la música. Soda Stereo, Virus, Los Cadillacs, eran bandas mainstream pero cada una tenía su búsqueda, y ahora parece todo igual,
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con una falta de riesgo y una chatura total, súper estancado y conservador. Y la respuesta de los medios a eso es la nada. Pero bueno: existe Internet, existen medios alternativos y también está la curiosidad de la gente de buscar la salida: eso cambió mucho porque hay
“NOSOTROS SABEMOS QUE LO NUESTRO ES ARRIESGADO, QUE NO NOS PASAN EN LA RADIO NI EN LA TELE, EN NINGÚN LADO, PERO SOMOS FELICES”.
muy buena música. -¿Y a ustedes los tentaron alguna vez de una compañía? Sería lógico porque les va bien acá y afuera. Lógico en cuanto a la “lógica” de las compañías, claro. -Sí, nos llamaron un par de veces, de una compañía grande. Y la verdad
que no nos interesa, estamos bien así, teniendo el control total de todo lo que hacemos, de nuestros tiempos. Hacemos nuestros discos cuando se nos canta el culo. Si no, es compartir tu producto con alguien, esas personas van a ser dueñas de tu arte, también. Y van a exigir cosas porque están invirtiendo en vos. Te van a pedir, “bueno, ahora queremos que…”. - Saques un disco el año que viene. -Ponele. Nos han contado historias de bandas muy importantes, no de pibitos que podían ser manipulados fácilmente, que no podían tocar temas nuevos en vivo hasta que no saliera el disco. Ellos tenían que salir, ¡y ya había una restricción de lo que tenían que hacer! Entendemos que está bueno para muchas bandas tener a una compañía que esté atrás tuyo y te ayude en un montón de cosas. A muchas bandas le fue útil, a Babasonicos. - A Massacre también. -¡Sí, obvio! Una banda de culto que tenía una mística propia firmó con PopArt y supongo que siguen haciendo lo que quieren, no es que cambiaron su actitud. Y se les dio después de muchos años de trabajo en el under. O bandas arriesgadas como Victoria Mil, que sin una compañía atrás capaz era apostar a algo que tiene muchas chances de perder. Pero bueno, que cada uno elija lo que quiera. Nosotros sabemos que lo nuestro es arriesgado, que no nos pasan en la radio ni en la tele, en ningún lado, pero somos felices.
Por Eduardo Marcé
NUEVAS OLAS La escena marplatense oscila entre muchos lugares para tocar, bandas legendarias y poca convocatoria. Repaso fugaz por el rock de una ciudad que es mucho más que arena y sol.
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mpecemos por lo frío y formal: Mar del Plata es una ciudad con una población similar a la ciudad de Salta o San Miguel de Tucumán, pero que llega a triplicarse durante la temporada de verano. Temporada durante la cual el rock se multiplica por infinidad de lugares, pero que sanamente tiene una
gran actividad fuera de ese período estival. En mayo de 2014, Mar del Plata fue sede del MIC Sur (Mercado de Industrias Culturales del Sur), algo así como el MICA que se viene haciendo en Buenos Aires, pero que abraza a las industrias culturales de los países de Latinoamérica. Además de las conferencias, fiestas temáticas, stands
y rondas de negocios, hubo lugar para algunos shows de artistas de los distintos países. La recomendación de un amigo de un amigo, el “me dijeron que”, hizo que estuviéramos frente a Revolber, una de las bandas más importantes de Paraguay: cinco tipos que disparan (sí, obvio) un cóctel explosivo de funk, reggae, rock, rap, heavy y hasta mú-
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sica folclórica paraguaya, con letras en guaraní, portugués, castellano, inglés y jopará o guarañol (una mezcla entre español y guaraní). Quince años de trayectoria, dos DVD, una participación en la banda de sonido de 7 Cajas (la película más exitosa de la historia del cine paraguayo y que increíblemente se estrenó en nuestro país), cuatro discos y un quinto en camino. “Lo de Revolber viene por revolver, buscar estilos, nunca nos cerramos a uno; siempre sale algo que hasta a nosotros mismos a veces nos sorprende, y esa diversidad que tenemos nos llena a todos, cada uno sabe que puede meter su gusto musical y nunca va a haber problemas. Nuestra mezcla es natural, no es forzada”, dice Juanpa, su bajista, quien junto al vocalista Patrick conducen el programa Mandiorama, donde dan lugar al rock de su país en la versión paraguaya de la Rock & Pop. Más allá del Mic Sur, siempre pasan cosas en la Ciudad Feliz. Ese mismo fin de semana, Científicos del Palo, una de las bandas emblema de la ciudad, hacía tres shows donde repasaba su discografía: dos discos el viernes, otros dos el sábado, y un acústico el domingo. A diez años del primer disco, ya tocan por todo el país. Estuvieron en los festejos del 25 de Mayo en Plaza de Mayo, llenaron el Roxy en Buenos Aires, y para cuando tengas esta revista en tus manos habrán hecho lo mismo en Niceto. Pepo, cantante y guitarrista del trío, cuenta: “Empezamos a viajar mucho más por el país, se iban haciendo unos focos en Mendoza, Córdoba, La Plata. Empezábamos a juntar gente, pero era viajar a la nada, y por suerte con la salida de La Histeria Argentina, el disco que salió en agosto del 2013, todo el trabajo anterior aparentemente cobró sentido y apareció de repente un montón de gente que no sabíamos que estaba. Entonces es como una tranquilidad decir que todo lo que hiciste y lo que remaste tiene sentido. En algún momento, la gente, si le insistís y tenés respeto por lo que hacés, aparece”. Para el 2015 ya tendrán listo su quinto disco, del cual ya adelantaron la canción “Las 2 Mitades”. Hace dos años estuvieron en Cosquín Rock y en esta edición vuelven el sábado 14 en el escenario C Rock. El trío también dio lugar en el escenario de Casa Rock para que tocaran dos bandas más cada noche: los noveles Ascendente y Radh, los solistas Mauro Scandali y Juan Brando, las más experimentadas Karl Peterson, además de los sorprendentes cultores del psychobilly, Jinetes Fantasmas. En palabras de Pepo: “Si vos ofrecés algo que está bueno, la gente que va a ver a la banda principal en algún porcentaje se enamora de los que tocan antes. Es mostrarles otra cosa y decirles que también están estos marcianos. Es co-
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laborar con toda la gente con la que la estuviste remando”. En Mar del Plata hay una escena reggae cuya punta de iceberg fue el compilado Reggae de la Costa, editado en 2007 y producido por el conductor radial y músico Alfredo di Florio (quien también editó otros compilados de punk y rock de la escena marplatense). En ese disco ya estaban unos jovencísimos Rondamón, La Mc Intosh, Vosque Dagua y otros. Hoy, la banda “local” (son de Miramar) que amenaza con tener proyección nacional dentro del género es Napalm Dread, “una banda de reggae que no reniega de su rock”, dice Pipa Castro, su cantante, quien con un pasado heavy punk (que no esconde, incluso versionan a Hermética en su primer disco) dio un giro importantísimo en su vida después de escuchar, accidentalmente, “Redemption Song”, de Bob Marley. Si creían que las canciones no podían tener efecto sobre la vida de las perso-
“ES UNA CIUDAD RARA COMPARADA CON ROSARIO U OTRAS. EN CALIDAD, LA ESCENA ES DE LAS MEJORES QUE VI. PARA CORONAR LA ESCENA FALTARÍA INTENSIFICAR LA CONVOCATORIA ENTRE TODOS”. nas, acá está la prueba del poder de la música. Desde entonces se codearon y compartieron escenario con todos los grandes del género que visitaron la ciudad, incluso algunos de ellos estarán invitados en su próximo disco. También fueron elegidos como revelación por el programa radial porteño Pelagatos, y tímidamente van poniendo un pie en la Capital. Quizás, dentro de los que están en actividad, el grupo de mayor trayectoria (¡21 años!) sea Dios los Cría. Activistas de la libertad digital y pioneros en el uso del 2.0, después de editar su cuarto disco de estudio, en 2006, decidieron no editar más en formato físico, lo que pudieron concretar con algunos singles, un álbum en vivo en 2013, y el flamante El Sonido de lo Inevitable. Todos sus trabajos están disponibles para descargar en mp3, WAV y “legalmente gratis”, como pregonan desde su página. “Es preferible reaccionar a consumirse lento”, dicen en una de sus canciones, y parece el lema de su bata-
lla no discográfica “en tiempos de música express”. Mantienen las melodías marca registrada, y las guitarras bien al frente, en parte renovadas con la salida en 2012 del histórico Hugo d’Intino y la llegada del ex Pino (y también guitarrista de Mero) Leo Cegarra. “El CD está muerto. La música intacta”, dicen. Ya que mencionamos a Pino, si bien la partida de Leo los puso en stand by por un tiempo, ahora están reformándose como quinteto. El sucesor del elogiado segundo CD Literal, iba a llamarse Teorías de un Plan Pasivo, producido (al igual que el anterior) por Adrián Bilbao, uno de esos técnicos que trabajó con todos, y fue liberado gradualmente en su Bandcamp en forma de tres EP. No los den por muertos todavía, tienen mucho para dar. En diciembre, junto a los Mal de Parkinson, otros históricos, estrenaron formación. Dormir con el ruido de la lluvia, el primer disco de Luzparís, fue el punto de partida en 2007 del sello Desde el Mar. Primero como una simple etiqueta para poner el disco, el sello cobró vida propia y ahora incluye bandas amigas como Los Tantra, Simmur, y Venus de Milo, a la vez que se mantiene en contacto con sellos de otras regiones en el programa Recalculando. Vienen de realizar la cuarta edición de su festival, que cada vez se pone más ambicioso, con capacitaciones, fiestas, y recitales (incluso este año los transmitió Vorterix). Pura autogestión para uno de los sellos que, junto a los Ringo en Córdoba, más se mueve fuera de Buenos Aires. Pero DEM no es el único sello de la ciudad, porque también pueden encontrarse con la gente de Pistilo, anterior incluso a DEM y también incluidos en Recalculando. Editan a los interesantes Fiura, Piel de Polen, Julieta Salas, y muchos más. También organizan sus festivales y ciclos con sus artistas e invitados de Buenos Aires. Si con este pantallazo no tuvieron suficiente, también pueden buscar por ahí bandas como Dogo, Kainoas, el funk del Ignacio Subirós Quinteto, HombreBomba, el Armani Trío, Mandarina Mágica, Mínimo, Jeites Tía Flaca y eso sin recordar a los que se establecieron en Buenos Aires, como Loquero, Morbo & Mambo (ver página 16), Súper Ratones, Ubika. Si se preguntan cómo conseguir sus discos, más allá de ubicarlos en la web, en Mar del Plata hay un (pequeño) circuito de disquerías, empezando por la clásica AGB, siguiendo por Compacto (que puede sorprenderlos también con algún material descatalogado y pirata) y la más nuevita de todas, Gulp!, con mucho material independiente y un aire que recuerda a la capitalina Mercurio, donde hay CD, vinilos, remeras y libros. ¿Cómo hablar de la escena marpla-
tense sin tener en cuenta sus radios? La pionera es D-Rock, liderada por el músico Fabián Spampinato, con más de quince años en el aire y una programación 100% local que se aleja del mainstream. El mismo Fabián es el ideólogo detrás de los discos homenaje a Luis Alberto Spinetta, León Gieco y Litto Nebbia, además de algunos compilados, siempre con bandas nacionales y locales. Cambios de dial mediante, Mar del Plata también tiene las versiones locales de Vorterix, Mega y Metro, donde la programación local se mezcla con la que bajan de la gran ciudad. Todas las radios están disponibles online, así que déjense guiar por el gran Google. Para los músicos porteños, Mardel dejó de ser una ciudad de temporada. Según Pipa Castro, “las bandas grandes vienen todas, fuera de temporada también, para el público de acá; te mete presión y pone la vara bien arriba”. Todos los fines de semana hay cosas para ver, ya sean grupos nacionales o locales, concentrándose tanto como en Casa Rock (principalmente) como en Liverpool. Y si la convocatoria es mayor, Abbey Road, Gap o algún teatro. Para las bandas locales, el verano es difícil por la cantidad enorme de shows que ocurren simultáneamente, muchos de ellos gratuitos. Fuera de temporada, la situación de la escena no se aleja demasiado de la que podemos vivir en el
Norte del país, con la diferencia de tener muchos lugares disponibles, como teatros y boliches que funcionan sólo en temporada y luego pueden alquilarse por un costo menor a lo usual. Pipa describe que “Mardel tiene mucho aguante para las bandas que hacen material propio. Cuando son constantes la gente las acepta. Se vuelven fanas, cantan todas las letras”. Pepo coincide: “Lo que nos pasa con la gente que nos viene a ver es increíble, me dan ganas de abrazarlos. Estos chabones se están preocupando por lo que hago. Ya cuando la gente canta las canciones, hay algo ahí, cuando empieza a aparecer ese interés por la obra. Tocamos ayer y la gente cantó todas las canciones. Después puede no pasar nada, podemos morir en la indigencia, pero hiciste una obra que a alguien le provocó algo, entonces ya está”. Sin embargo, también es crítico con la escena: “Es una ciudad rara comparada con Rosario u otras. En calidad, la escena es de las mejores que vi, de bandas buenas y que toquen bien, no muchas son convocantes, lamentablemente. Ninguna con tanta población lleva mil personas. No hay y no la hubo nunca. No habremos hecho bien las cosas ninguno de los artistas de la zona para llegar hasta ahí. Después de remar diez años y tocar para nadie, cero. Después de sacar un disco como el que sacamos
y romperte el culo haciendo publicidad tres meses antes, apareció gente, pero para mí, para coronar una escena, faltaría intensificar la convocatoria entre todos”. Ya saben, si Mar del Plata es el destino para las próximas vacaciones, busquen, que hay mucho rock para encontrar.
Links de interés para el pendrive de la dama y el Google del caballero facebook.com/revolberoficial rockandpop.com.py cientificosdelpalo.com.ar facebook.com/Karlpetersonmdp napalmdread.com diosloscria.com pinoband.com desdeelmar.com.ar pistilorecords.com.ar d-rock.com.ar
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Por Lucas Canalda // Fotos: Renzo Leonard
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Con Estela, su segundo disco, los rosarinos Mi Nave confirman que la libertad es lo Ăşnico que los define.
C
on un paso tímido pero conciso, Mi Nave se afirma desde 2008 como uno de los actos más frescos de Rosario, seduciendo con sus oleadas de shoegaze y el minimalismo de sus canciones a un público que parece vibrar en la misma sintonía y encuentra en el grupo una inocencia experimental que invita a deslumbrarse trascendiendo estilos y propuestas. A destiempo entre una fecha en Capital Federal y un inminente cierre de edición en Rosario-Salta, hablamos con los hermanos Bofelli, Pablo (Feli) y Andrés, guitarristas del grupo, que se completa con Jo Maidagan en sintetizadores, Martín Salvador Greco en bajo y Alejandro Gomara tras los parches (flamante incorporación del grupo, en reemplazo de Iván Brito, quien grabó el disco).
Mis manos brillan ¡Wow! Meses atrás, por correo, llegaba “Crocante”, primer adelanto del nuevo disco de Mi Nave, y al darle play, batería, bajo y sintetizadores arremetían de manera inexpugnable hacía el sacudimiento mientras que las voces en clave dream pop festivo rimaban “ruptura/ placer/cura/figura”. Esa primera escucha sorprendía, contagiaba y dejaba con ansias de más. Algunos días después teníamos en nuestros oídos el trabajo completo. Estela es la celebración de una música que no conoce cuerpo, puesto que se resiste a la uniformidad y a las limitaciones que ese traje presenta. Un festejo por el deseo latente que el grupo alberga desde su nacimiento, un deseo de encontrar su propia piel, una capa que los deje transfigurar en lo que su música y su deseo de jugar (léase también, experimentar) les demande. Hoy Mi Nave está recubierto por una lámina de escamas que son refractarias a las estructuras establecidas de una canción y busca correrse, se corre para jugar, juega para crecer, crece para decir. Estela es júbilo desde el primer minuto. Todo lo que se desprende de “Remera de Dios” es contagioso e invita sacudirse y eso parece extenderse hasta la cumbia en off de los últimos segundos. La banda se siente contenta y contagia durante los 37 minutos que duran estos ocho tracks que exigen, de inmediato, un nuevo play. El disco fue grabado y mezclado entre diciembre de 2012 y julio de 2014 en el estudio El Salvador, propiedad de Greco, quien también llevó adelante el registro de las canciones. “El proceso fue bastante largo, primero grabamos maquetas en vivo de todos los temas, para cerrar arreglos, partes y demás”, detalla Feli. “Después, con eso como referencia, grabamos todos los instru-
mentos. En medio de la grabación, Feli se fue a visitar a unos amigos a un pueblito del norte de Brasil llamado Pipa, y cuando volvió trajo las voces grabadas, por eso salieron tan inspiradas” (risas). -¿Cuál fue la principal ventaja de grabar en el estudio de Martín? - Feli: Lo positivo de que la mezcla y la grabación la haga un integrante de la banda es que no hace falta transmitirle la idea de cómo queremos que suene el disco. Además, la ventaja de trabajar con estudio propio es que podemos dedicarle todo el tiempo que queramos a la producción del disco. Pasamos horas escuchando los temas y ajustando detallecitos hasta quedar convencidos. Hay partes que fueron cambiando muchísimas veces a lo largo del proceso hasta que quedamos conformes, eso en un estudio normal no hubiera sido posible, o nos hubiese resultado carísimo.
“SOMOS EL RESULTADO DE LO QUE ROSARIO NOS OFRECE Y TAMBIÉN DE LO QUE CARECE, PORQUE NUESTRA BÚSQUEDA TAMBIÉN ES LA DE PRODUCIR ALGO QUE SENTIMOS QUE ACÁ FALTA”. - ¿Cómo llegaron a Daniel Ovie para masterizar el disco? - Andrés: Queríamos hacer un master lo más pro posible dentro de nuestras posibilidades, así que pedimos recomendaciones a amigos y nos fijamos quiénes habían masterizado discos de bandas que nos parecía que sonaban bien, y el nombre de Daniel se repetía bastante, así que decidimos contactarnos con él y su propuesta fue la que más nos cerró, por su predisposición, por su buena onda en general con los proyectos independientes, y por la calidad de su trabajo. - Durante los primeros tres años de la banda tocaron de manera constante. En la presentación de Brillante ya hacían versiones diferentes de las canciones del disco y también temas nuevos. Parecía que no podían conformarse en un plano estático sino que iban siempre al momento irrepetible del recital. ¿Disfrutan el tiempo de composición, producción, grabación del disco? ¿Prefieren la espontaneidad de las zapadas y lo que de ahí devenga?
- F: Las canciones tienen una idea central que, por lo general, no se modifica, pero todo lo que rodea a ese núcleo es abierto y está sujeto a cualquier tipo de cambio. Somos bastante inquietos y nos aburrimos un poco rápido de lo que hacemos, por eso las canciones van mutando con el tiempo. A eso se le suma que tuvimos muchos cambios de integrantes en la formación de la banda, y al no haber nada cerrado, cada uno fue haciendo su aporte, y eso también genera cambios. Disfrutamos todos los procesos por igual, nos gusta mucho la libertad y las sensaciones que se generan al improvisar, pero no nos satisface quedarnos solamente con eso. Llega un momento en el que tenemos la necesidad de convertir toda esa abstracción a algo más concreto, darle forma a esas zapadas y armar canciones para después producirlas, tocarlas, grabarlas. Son todos procesos diferentes, pero que están relacionados entre sí. Cada uno es el resultado del proceso anterior. Sin las zapadas no existirían las canciones, y hacer canciones es una forma de darle sentido a esas zapadas para que no queden en la nada. Las canciones se suceden y de ellas, como un diente de león estallado, se desprende dream pop, noise y wave etéreo. “Matt Damon” advierte cultura pop; “Feriado puente” recuerda; “Rotonda” resetea el hipocampo. “Andrés” es un juego de métrica y sílabas; una canción fraternal cariñosa que dispara en simultáneo y funciona tanto como un gesto tierno de niños salidos de una historia de Stephen King o una fantasía alucinada de Banksy: “Una vez a Andrés lo hice caer/era un juego, él abrió su sien/De ahí salen las ideas de Andrés.” - ¿De dónde nace la canción y el juego que es la canción? - F: Con Andrés somos hermanos. Como tales, siempre jugamos desde chicos, lo seguimos haciendo pero tocando y haciendo canciones. Las melodías son como un crucigrama, están los casilleros vacíos y siempre tienen una palabra como para que no sea tan difícil arrancar. Mi palabra era Andrés, el resto se completa siguiendo las indicaciones que están a un costado. - ¿El minimalismo que caracteriza a la banda fue un punto de partida acordado desde el inicio o fue algo que los encontró mientras se iban formando? -A: No hubo ningún punto de partida acordado cuando nos juntamos, pero sí gustos e intereses en común. Tratar de definir o acotar el estilo de la banda antes de juntarse a tocar es medio inútil porque uno nunca sabe para dónde va a salir la cosa, sobre todo en un proyecto como el nuestro, donde la base de la música está en la improvisación. Eso no se puede ordenar o premeditar, no tiene sentido. Siempre nos resulta muy
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raro cuando surge la palabra minimalista para definirnos, porque no nos sentimos así para nada. La única relación con el minimalismo, tal vez, es que intentamos trabajar con lo justo y necesario, la palabra adecuada sería más bien austero, no mínimo. Una canción necesita el equilibrio justo en los elementos para que la idea se entienda, si se adorna de más molesta y confunde, lo que sobra lo sacamos.
Son luces sin focos despertándome Mi Nave se hizo un nombre y lugar en la movida rosarina a partir de una constancia de recitales propios y compartiendo fechas con grupos distintos y de búsquedas estéticas diferentes, sano hábito que por mucho tiempo estuvo relegado ante una ciudad habituada a apostar por la seguridad de clasificar y armar las fechas bajo la misma similitud de propuestas. - ¿Sienten que las bandas y sellos jóvenes impulsan un regreso a dialogar con música e intercambiar ideas? - A: Gracias a Internet hay muchos límites que están desapareciendo. La posibilidad de tener acceso a tanta información hace que con el paso del tiempo los estilos musicales se ramifiquen y fusionen cada vez más, de forma que resulta casi imposible catalogar a una banda, es como si cada banda nueva creara un estilo propio. A raíz de eso la gente cada vez tiene menos problemas en disfrutar o mezclar cosas que en teoría son diferentes o no deberían ser compatibles. Que bandas que hacen distintas variantes de música se puedan juntar habla de una conciencia global de lo contemporáneo, no de una cuestión superficial, sino de una idea de cómo se vive la música hoy en el
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mundo. En Glastonbury 2011, ponele, Beyoncé fue headliner y el año anterior tocó Shakira, eso habla de un desprejuicio y una apertura mental que hace un tiempo habría sido impensado. Las bandas y sellos jóvenes llevan consigo esa ideología y somos afortunados de formar parte de este proceso. Cosas como ésta pasan en grandes momentos de la historia, las vanguardias abren caminos nuevos para todos lados. Está bueno pensar que estamos en un momento así. - El público de sus recis resulta muy ecléctico, hay gente de muchas movidas diferentes, gente que hasta había dejado de ir a recitales. ¿Lo notaron? -F: No sabemos muy bien por qué pasa eso, pero puede ser porque nosotros mismos venimos de movidas diferentes por fuera de la música, nos dedicamos a otras cosas como el diseño, arquitectura, fotografía y video y nunca nos sentimos dentro de alguna movida musical en particular. Todos trabajamos en lugares relacionados con la imagen, por eso le prestamos mucha atención a la gráfica que usamos para identificarnos en la web, flyers, discos, etcétera. Gracias a eso hubo varios casos de personas que nos dijeron que fueron a algún recital porque les gustó el flyer y fueron a ver qué onda la banda sin haberla escuchado antes, o gente que se baja el disco por la tapa.
0341 En 2012 editaron Brillante, su filoso y auspicioso debut que fue saludado por sus seguidores y por la prensa local, obteniendo también una asombrosa repercusión en Internet, generando fans a la distancia. El eco tuvo una curiosidad que se repitió como constante en blogs latinoamericanos que reseñaron el dis-
co: de acuerdo a algunos bloggers, Mi Nave hace música que no parece de Rosario. “Sabemos que este tipo de sonido se asocia más a bandas de afuera, pero nosotros somos rosarinos y nuestras experiencias de vida tuvieron lugar en esta ciudad”, expresa Feli. “Somos el resultado de lo que esta ciudad nos ofrece y también de lo que carece –sigue-, porque nuestra búsqueda también es la de producir algo que sentimos que acá falta, tratamos de hacer la banda que nos gustaría escuchar en la ciudad. Nosotros antes de tocar en Mi Nave íbamos a los recitales de Aguas Tónicas, Los Codos, Ponzonia, Los Daylight, y flasheábamos bastante, porque estaba buenísimo que se genere una movida así en Rosario, eran todas bandas de acá con un sonido súper personal que no se escuchaba en ningún lado. Por ahí no es la música que a uno primero se le viene a la cabeza cuando piensa en esta ciudad, pero eso no le quita lo autóctono. Creo que este sonido y esta movida responden al crecimiento de Rosario como ciudad, porque justamente es un sonido ‘de ciudad’. Rosario es ciudad grande con muchos edificios, tránsito, hormigón y ruido. El lenguaje de las ciudades es algo global, porque si bien todas son diferentes, comparten esas características. Por eso la búsqueda de ese lenguaje genera un resultado que a veces se hace difícil de identificar como algo propio, pero el río y la pampa forman una paleta que le da un color distinto al resto de otras ciudades y esas cosas indefectiblemente afectan a los músicos de esta ciudad. Si se posee el grado de sensibilidad para dejarse llevar por ellas se puede generar algo propio y único de este lugar. Por eso en las tapas de los dos discos hay animales autóctonos de la fauna del litoral argentino, como una forma de dejar en claro nuestra identidad”.
Por Alejandro Wierna // Foto: Prensa Hyperestatic
MAÑANA ES
MEJOR
Después de quince años de carrera y puntos altos de popularidad dentro del rock cordobés, los Hyperstatic apuntan a la renovación desde todos los frentes.
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H
yperstatic es una de las grandes bandas cordobesas de la década pasada. Tuvo mucha rotación en medios mainstream de la época y compartió escenarios con artistas de renombre en festivales y fechas importantes. Sin embargo, lejos de conformarse y dormir en la comodidad del abandono y los laureles de un tiempo pasado, se renovaron tanto en sonido como en toda la cuestión transmedia que puede revestir la carrera de un proyecto con sus ambiciones y vuelven al ruedo con material nuevo. Despojados casi en su totalidad del idioma inglés que los acompañaba en sus inicios, a principios del 2014 lanzaron Enciende, un EP de seis canciones que mantiene de punta a punta un sonido enérgico con el timing exacto para sonar en cuanto soporte aparezca. De esta manera, desafían a las viejas estructuras que rodearon a los de su generación (aunque cuando aparecieron tenían varias novedades sobresalientes por sobre la media), y avanzan casilleros hasta ubicarse codo a codo con la nueva camada lumínica de pibes que alimentan revistas y sitios especializados de todo el país. Peculiarmente, Hyperstatic nace en Honk Kong, con Karina Mana en batería y músicos de distinta procedencia (había ingleses, un canadiense y un chino). Luego migraron a Australia, y el retorno de la actual cantante a su país hizo que el proyecto se terminara convirtiendo en una banda cordobesa próxima a cumplir quince años. Después de varias idas y vueltas, siguen en vigencia y con un gran disco entre manos. Con el primer álbum que producen como banda, y el sexto en toda su carrera, la ahora cantante y guitarrista Karina, Maximiliano González, guitarrista, y Pablo Sartori, bajista, hablan al respecto de la actualidad. - Sus últimos discos habían sido trabajados en Buenos Aires y producidos por Pichu Serniotti, pero ahora grabaron en un estudio local y tomando la responsabilidad como banda, ¿cómo llegaron a esa decisión? - Pablo: Creo que al fin estamos vastos de experiencia. No lo sabemos todo, pero tenemos un camino hecho, y sabemos bien qué cosas no hacer, por eso ahora nos podemos autoproducir. - Karina: Sí, en su momento creo que llegamos a Pichu a través de alguien más, porque no lo conocíamos. Pero hubo una conexión que nos gustó y trabajamos dos discos que fueron muy distintos entre sí. A uno lo habíamos grabado aquí y allá, y al otro lo fuimos a grabar entero a Buenos Aires. Pasa también que estábamos en un sello y teníamos toda una estructura que aho-
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ra no tenemos, porque hemos vuelto a ser independientes, y nos interesa poder autoproducir algo y que salga realmente como queremos. - Maxi: Además decidimos experimentar completamente y grabarlo todos juntos, como banda en vivo, excepto las voces y los arreglos. Fue re cómodo, requiere otro ejercicio y otra dinámica, pero llegamos al estudio Maya con una preproducción hecha y algunos tijeretazos necesarios ya desde la sala.
“HAY BANDAS QUE SE EMPECINAN EN SACAR UN CD. NO ES NEGOCIO. NO HAY QUE AFERRARSE A UNA COSA QUE YA NO VA”.
- Viéndolo hoy a la distancia, ¿fue buena la experiencia de haber estado en un sello? - P: Sí, en un momento se malinterpretaba mucho eso de estar o no en algún lugar. Muchos músicos pensaban que por estar dentro de uno iban a estar coartados con su libertad de acción. A eso lo escuché mucho como queja o temor, sobre todo en una época ya pasada. Y pienso que muchos que estaban en un buen nivel perdieron una oportunidad por culpa de ese prejuicio, por no querer dar el salto. - Y ahora que son independientes toman la decisión de editar un EP y sólo en formato virtual, ¿por qué? - M: Hicimos lo que teníamos en ese momento. La idea de hacerlo digital es porque nos permite embrionar ideas para el disco siguiente. Lo bueno de lo digital es eso: te permite grabar y sacar, grabar y sacar. No estás sujeto al formato físico, que por un lado es muy costoso, y por otro llega a muchísimos menos lugares. Además estamos en todas las plataformas de streaming, y aparecemos en diferentes canales de compra. Es importante tratar de llegar a la mayor cantidad de gente posible. - K: Es carísimo materializarlo, y demora muchísimo. Con los discos anteriores demoramos casi un año entre que se masterizó y sacarlo. - M: Es una transición que hay que entender. Todavía parece estar en cami-
no. Hay muchas personas que nos preguntan cómo escucharnos. El otro día uno me dijo “¿dónde lo compro?”. En iTunes, le dije. “¿Y si paso por Edén (histórica disquería de Córdoba) cómo lo pido?”, me preguntó (risas). - Se acomodaron muy bien a los tiempos, algo que no pasó con todas las bandas de su época, que parecen confundidas con esta virtualidad y los sellos independientes. - K: Hay que mantenerse al día con lo que está pasando ahora. Esos sellos representan determinados tipos de música, en la cual no entramos porque estamos en otro género. Pero me parece buenísimo que existan, porque están nucleando algo que de otra manera por ahí más aireada no llegaría. De a varios te hacés notar más. Nosotros venimos de una época en la que se tocaba mucho, y ahora estamos tratando de encontrar nuestros propios canales de difusión y distribución. Estas bandas más nuevas ya la tienen ahí, porque crecieron escuchando música en mp3 y les resulta natural. Nosotros nos vamos adaptando a los nuevos soportes, y también es necesario que lo entiendan algunos medios, que todavía te piden el CD. - M: Lo importante es estar. Falta un poquitito de tiempo todavía, la cuestión del streaming está pero no está. Hay que esperar un poco, pero saber que cuando explote tenés que estar listo con la tabla de surf. Hoy no importa el formato, sino la música. Hay que ver las oportunidades y sonar en la radio, en el teléfono, en un auto, donde sea. Pasan los años y cambia la forma de producción y el oído de la gente. Aparte, como te digo, lo importante es el ritmo que te permite llevar. Con lo digital podés estar todo el tiempo. Grabás, masterizás, te lo envían por correo y listo. Lo tenés para subir. - K: Hay bandas que se empecinan en sacar CD, ¿para qué? ¿Para tener dos cajas almacenadas en tu casa? No es negocio. Nada más que para darte el gusto de poner tu nombre en una tapa. No hay que aferrarse a una cosa que ya no va. Hay que adecuarse a lo que pasa ahora, y pasa que grabar un disco está caro, que ya no tocás tan seguido como para venderlo en cada show, entonces hay que madurar y ver las cosas de otra manera. - Bueno, ahí está una diferencia más, ustedes vienen con mucho escenario encima, anterior a toda esta virtualidad, ¿cómo se encuentran hoy con lo que les toca con respecto a las fechas? - P: Es difícil. Aquí en Córdoba hay lugares, pero no para la necesidad de la banda. El público que tenemos es de margen acotado, y espacios como Babylon, por ejemplo, nos queda grande, entonces tenemos que buscar otros más pequeños, pero eso nos lleva a tener que usar amplis más chicos, y así.
- K: Claro, y encima somos muy rockeros para tocar en lugares chicos o en formatos acústicos. Nos ha pasado de ir a un bar y que nos bajen el volumen. Nos queda volvernos versátiles y encontrar las formas. Nos acomodamos, básicamente. Pero es complicado encontrar un escenario justo para mostrarte, cada tanto hay que hacer un viajecito. Por suerte todavía hay mucha gente que pregunta por nosotros, y eso que hace años no nos ve. Para eso sirve ser muy organizados y tener todo actualizado: el sitio, la información, para que no te pierdan el rastro. No sirve tener un Myspace del año cero. - ¿Por qué se volcaron de lleno al español en Enciende? ¿Sentían alguna presión por hacerlo? - K: Fue casi natural el cambio de idioma. Ya en el 2002 había un par de temas en castellano, en un EP que sacamos, y en el primer disco, que es del 2006, incluso el nombre mismo (Un rato sin hablar) lo estaba, además de algunos temas, claro. A mí realmente me resulta más fácil cantar en inglés al día de hoy. Tenemos una influencia muy directa del rock alternativo de los noventa, y creo que cantarlo en castellano es justamente un desafío, porque es difícil lograr que no suene raro, y que la letra entre dentro de la música. Es difícil encontrar las terminaciones de cada frase. En inglés a eso lo resol-
vés en un segundo. - P: Yo considero que el tema del idioma es parte de una decisión artística. Un poco te lo intentan imponer algunos periodistas que vienen y te
“HOY NO IMPORTA EL FORMATO, SINO LA MÚSICA. HAY QUE VER LAS OPORTUNIDADES Y SONAR EN LA RADIO, EN EL TELÉFONO, EN UN AUTO, DONDE SEA”.
sugieren, o tal vez haya incluso parte del público, pero me parece que es algo propio de cada banda y de sus decisiones. De todas formas, valoro bastante
que hayamos decidido en cada momento qué queríamos hacer con respecto a lo que se iba dando. Nunca tuvimos tanto en cuenta lo que se estilaba hacer, o lo que quedaba bien. - K: Jamás hay que olvidarse que tu llegada no se va a condicionar por el idioma que tenés. No tiene nada que ver. Sumo cantaba un gran porcentaje de sus canciones en inglés, con acento italiano encima, y sin embargo influyó muchísimo y llegó a la gente. - Pero sí grabaron una reversión de un tema (“Telecaster”) como bonus track. - K: Sí, nos encantaba cómo había quedado en inglés, y lo queríamos utilizar. Pero como el EP es en castellano se nos ocurrió meterlo como bonus track. Es una versión más folkie. - M: Es muy loco cómo el mismo tema, cantando en dos idiomas diferentes, cambia tanto. Cambia su cariz, cambia todo. - K: Aparte es un EP digital, y como sale por iTunes y está disponible para todo el mundo, no está de más tener un tema en inglés. Quién sabe quién te va a escuchar por ahí, y tal vez después se interesen en lo otro. Existe todo un mundo detrás de los tags y hashtags que puede abrirte el camino a otras posibilidades. Hay que estar ahí presente. El sonido de la banda es bastante universal y no está mal abrirse a otras cosas.
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Por Eduardo Marcé // Fotos: gentileza Zener
OJOS BIEN CERRADOS Un sueño recurrente se transformó en uno de los discos más personales, sorprendentes e intrincados del rock tucumano. Cerebral y onírico al mismo tiempo, Zener debuta con un trabajo deslumbrante. 58
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auro Luque ubica el comienzo de la historia de Zener en 2010. Para ese entonces, tocaba la guitarra en Once Mares (busquen en Bandcamp su disco Cuadras, altamente recomendado), donde Ezequiel Mansilla era el bajista y cantante. Para este nuevo proyecto se invierten los roles: Mauro canta y toca el bajo, y Ezequiel pasa a la guitarra. A fines de ese año, en un tributo a Tenacious D (!) conocen a Emiliano Silva, que con sus 11 o 12 ya se sentaba detrás de la batería. Lo invitan a integrar la banda, y en 2011 graban el EP Klesa, de la mano del productor Ramiro Rodríguez. Meses después de la edición de Klesa, a Mauro comienza a desvelarlo una pesadilla, que hoy, para beneficio de todos, se llama La Desintegración del Tiempo, el disco que Zener publicó en mayo de este año. El propio Mauro es quien cuenta el proceso de creación de la bestia: “Este sueño se me repetía tanto que pensé que tenía que ser por algo, y decidí escribirlo. Lo intenté llevar por el camino narrativo que a mí me gusta, sin pensar todavía en que iba a ser un disco. Después se me ocurrió ponerle música, como algo aparte de la banda, pero justo congeniaba perfecto con lo que estaba haciendo con los chicos, y decidí que sea un disco de Zener”. A mediados de 2012, nuevamente con Rodríguez como productor, comienzan a delinear lo que sería el disco. “Fue trabajado con mucho tiempo, muy pensado, premeditado. Me junté a hablar con Ramiro mucho antes de entrar a grabar porque quería que me interprete también. Su trabajo, además de técnico, es artístico, aporta desde lo técnico para que la parte artística resalte. Es muy difícil encontrar alguien que tenga esa faceta y sea técnico a la vez. El proceso de realización de la música del disco fue muy ameno, se fueron dando las cosas según la habíamos planeado. La consigna era hacerlo lo más real que se pueda, meterse en el personaje para que la gente cada vez que escuche el disco pueda imaginarse que está pasando eso. Nosotros ya lo teníamos en carne propia. Después de que lo asimilamos conceptualmente vino la parte de la producción musical. Es complicado, es la primera vez que hago algo así. El trabajo en equipo que hicimos fue muy bueno, y el resultado también. Se nota que no fue de un día para el otro. Por eso grabamos tan rápido, ya estaba todo hecho”. El doctor Karl Zener fue un parapsicólogo que estudiaba casos de percepción, utilizando métodos científicos. No carece de sentido que Mauro diga, entonces: “Teníamos cierta simbiosis entre los tres, una comunicación mental importante y eso ayudó a que el disco
salga como salió”. Más allá de las letras (ver aparte) este conjunto de nueve canciones divididas en tres trilogías tiene un concepto en cuanto al sonido, donde se privilegia el clima por sobre el exceso de instrumentación. “Cuando uno va al estudio, y tiene tantas cosas al alcance de la mano, quiere meter de todo. Yo fui con un pensamiento fijo, ya sabía lo que quería, y se lo hizo así. Sonoramente tiene eso de bases muy profundas, concisas y con fuerza. El sonido está muy vinculado con la historia. El disco, cuando lo escuchás, es como si fuera un solo track, está dividido, pero está todo continuado porque es una historia. Eso era algo que tenía pensado, que te vaya llevando, que tenga los matices adecuados”, explica Mauro.
“ES UN DISCO MUY CAÓTICO Y BARROCO. ES MUCHA INFORMACIÓN, EL OYENTE AL PRINCIPIO NO SABE QUÉ PASA”.
Si bien el disco en formato digital viene con un archivo con el cuento, y en físico en un simpático formato minilibro, no está del todo explicado, y queda sujeto a la interpretación del oyente/ lector: “A pesar de que tengo bien claro de lo que habla el disco, para mí es complicado explicarlo y no sé si la gente lo capta como yo me imagino que lo puede llegar a captar. Me pregunto si es que se llega a interpretar realmente el mensaje, o cómo se lo interpreta. Es un disco muy caótico y barroco, tiene muchas cosas. Es mucha información, el oyente queda al principio como que no sabe qué pasa, que quiere entender. Son tantas cosas que se me dificulta explicarlo y capaz que otra gente lo toma como otra cosa, queda a la libre interpretación. Hay muchas personas que lo interpretaron bien, y para eso tienen que haberle prestado atención, me moviliza que eso haya pasado. Tiene muchas cosas, no solo en música, la voz, la banda, el cuento, el disco, los videos”. Justamente, otra de las fases de pre-
sentación de este disco se da a través de lo visual. En junio del año pasado presentaron el primero de los tres videos que piensan hacer, el de la canción “Ataraxia”. “Unidos van a quedar como un cortometraje de quince minutos –dice Mauro-. Queríamos hacer videos de todo, y que sea una película como The Wall, pero decidimos hacerlo más corto por un tema de producción, y también porque iba a ser muy pesado, bastante tenso. Decidimos hacer un tema de cada trilogía. El primero es el de ‘Ataraxia’, que cuenta lo de la primera trilogía, después vienen ‘Tierra roja’, y ‘Dios ha muerto’, y cuando uno vea esos tres videos va a ver la secuencia de todo el cuento. Son videos en la onda de David Lynch, más crudos, van muy bien con lo que es el disco y la banda”. Parte de la apuesta visual de la banda, no sólo en los shows sino en los videos y fotos, es el maquillaje. “Para nosotros representa sacar la verdadera persona de adentro, como disfrazarse de tu inconsciente; lo que buscamos es disfrazarnos de nosotros, de cómo somos realmente. Lo que ves en el escenario somos nosotros, y lo que vos ves en la vida, es un disfraz, al revés. Como Superman, al revés de todos, cuando esta normal es Superman, y cuando se disfraza es Clark Kent. Una cosa así, por ahí viene. Sacar esa parte inconsciente de uno y mostrarla, me ves de una forma, pero cada persona tiene algo adentro que no muestra tanto”. Conexión mediante, el disco está disponible en la página de la banda (zenertuc.com.ar) a un par de clics de distancia, y si lo quieren en su edición física, se consigue en las disquerías Mercurio de Buenos Aires y Córdoba. Si no tuvieron la chance de verlos en vivo, en Salta van a tocar su “rock abstracto”, como ellos lo llaman, compartiendo escenario con Nagoba en enero.
Tema por tema “Alpha”
“Es como una introducción que te va metiendo en lo que va a pasar, y a la vez engloba todo lo que significa el cuento. Hay frases muy puntuales que hacen referencia a todo lo que viene después, como cuando dice ‘todos somos diferentes’, que es uno de los mensajes que tiene el disco. Musicalmente es muy jazzero, tiene acordes de séptima como un concepto teatral. Al principio es una persona que va caminando, nada más. Tiene un ambiente como de personas que hablan; hay personas alrededor, él no las mira, va agachando la cabeza. La letra está más orientada no sólo a lo que pasa en el capítulo, sino a todo el concepto en general, resume eso”.
“Ataraxia”
“Es un lugar donde nada te perturba.
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En este capítulo esta persona entra en el sueño y entra en el ojo. Entrar en un ojo (para mí) es como estar en la cúspide del conocimiento; estás en un lugar donde no te perturba nada y estás seguro de vos mismo. El estribillo dice ‘olvidaste quien eres’, es una autocrítica mía. Hay veces que uno por no dedicarse a hacer a full algo que siente, se transforma en otra persona; llega a un punto en que te decís a vos mismo ‘olvidaste quien eres’, estás haciendo algo que no sos, de ahí viene esa frase. En el cuento lo que pasa es que la niñez se lo dice. Es un simbolismo, ya que para mí la niñez es algo puro; es decir que tenés que hacer lo que te gusta, estar seguro de lo que sos. No podés ser una persona que no sos, no podés ser feliz haciendo cosas que no te hacen feliz, tenés que tener la convicción de que lo que te gusta es lo que hacés”.
“Mis miedos”
“Es muy literal, es liberarse de los miedos, lo hice inspirado en que quería liberarme de ciertas cosas que me perturbaban. La poesía (de Alejandra Pizarnik) es muy dura, muy fuerte, y por eso en el medio del recitado sale esa voz desaforada que grita ‘ya no están nunca más mis miedos’, porque de eso es lo que va esta canción: una liberación caótica, ya uno está sofocado. Pizarnik es una de mis poetas favoritas, y su poema estaba muy involucrado en el sueño también, leía mucho ese libro (La Piedra de la Locura) y en el cuento dice que el ojo gigante empieza a recitar este poema. En los sueños nos salen las cosas que uno está acostumbrado a hacer todos los días. Cuando era chico mi mamá recitaba poemas, y lo hacía con una pasión tan grande que me transmitía mucho. Había pensado en la canción recitada pero no sabía por quién, y pensé en ella cuando recordé lo penetrante de su voz y cómo lograba conmoverte cuando recitaba, y se lo propuse”.
“Tierra roja”
“Ya hay una cuestión más fuerte, empieza con el tema de la perturbación. Cada trilogía tiene algo que predomina,
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y en esta es la parte roja, la parte pasional. En esta canción y la que sigue se ve mucho la parte pesada de la banda. La persona se encuentra en un lugar horrible, quiere salir de ahí pero está como atrapado. La gente deja de ser gente y se convierte en moscas, está todo rojo, un olor asqueroso, es un lugar horrible para estar, eso refleja la canción, algo que no es muy agradable. La trilogía anterior es más metafórica, y ésta del medio es más fuerte, y es también la parte fuerte del cuento. Estar en ese lugar horrible, en una pesadilla”.
LAS NUEVE CANCIONES DIVIDIDAS EN TRES TRILOGÍAS PRIVILEGIAN EL CLIMA POR SOBRE EL EXCESO DE INSTRUMENTACIÓN.
mos mucho en lograr lo que yo quería, sobre todo en esta canción. Empezó siendo instrumental, pero después me di cuenta de que quería que tenga letra porque decía mucho en esa parte del cuento, pero quería que corte un poco con lo que venía. ‘Mis miedos’ es el corte de la primera etapa, así que buscaba una canción que corte la segunda y no podía ser instrumental. Habla de la sencillez de las cosas, de estar en paz con uno mismo”.
“Las palabras”
“En esta trilogía que se abre las canciones hablan de sentencias, de sentenciarse a uno mismo y de que los demás te sentencien a vos. Habla mucho de quien tiene las respuestas de lo que está bien y de lo que está mal, que te limita a hacer o no las cosas, si es uno mismo. Se nota mucho el hincapié en eso, en las sentencias. Es sobre lo que siente uno cuando le dicen que lo que está haciendo está mal, a pesar de que uno lo quiera con el alma. No sólo que te lo digan, sino creértelo, que lo que a vos te gusta está mal, lo que vos haces está mal, que vos estás mal, de eso habla esta canción. Es un título muy fuerte. ¿Que son las palabras? Te llegan a penetrar a tus sentidos, llegan a hacerte pensar que sos un problema”.
“Dios ha muerto”
“El reflejo”
“Una de las canciones que más duración tiene. Es muy ciclotímica, dudaba mucho cuando la estábamos haciendo porque tiene muchas partes muy distantes: explotaba, después se volvía tranquila, y si bien eso está en todas las canciones, en esta se nota un poco más. Se ven más todos esos matices, y había muchas ideas para resolverlo, nuestras y de Ramiro. Pero salió y quedó buenísima. La canción es muy caótica, habla de cuando mira al espejo y se ve, es desesperante.”
“Alquimia”
“Esa la canta Romina DC. Trabaja-
“Esta frase es de Nietzsche. La canción sigue la línea anterior y habla de cómo se perfecciona en eso de las palabras. Uno es sentenciado, y recapacita, y capaz que esa sentencia uno realmente no la siente, no es de uno sino que es del medio, de alrededor de uno, pero ¿uno se sentencia a uno mismo? Hay una frase en el libro que dice ‘todos tenemos nuestras hogueras mentales, aquel día desapareció la mía’, la hoguera mental. Es como que te quemás a vos mismo, tus ideas, todo se incinera, pero recién ahí es cuando le tomás aprecio, te das cuenta que sin esas ideas sos cenizas”.
“Omega”
“Tiene su similitud con ‘Alpha’. Tiene partes de autoreflexión. Es el final del cuento, dice ‘he vuelto a nacer’”.
Por Alejandro Wierna // Fotos: Prensa Peligrsos Gorriones
EL ROCK ARGENTINO DE SIEMPRE Francisco Bochatón habla sobre el nuevo disco de Peligrosos Gorriones, las futuras canciones, su proyecto solista, recuerda a Cerati y confiesa no saber si debe publicar todo lo que escribe.
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asó casi un cuarto de siglo desde el nacimiento de Peligrosos Gorriones. Estuvieron separados durante toda la primera década del 2000. Casi cinco años después de su regreso (y 17 de silencio discográfico) volvieron a editar un material que resultó ser un disco en vivo. Sin embargo, siguen siendo recordados por muchísima gente, y la serie de shows que brindaron en Capital Federal, Córdoba, Mendoza, Rosario y parte del sur, fueron súper energéticos y muy convocantes. Su público es nutrido por treintañeros nostálgicos y por un fuerte recambio adolescente de jóvenes
con edades contempladas por los años muertos de la banda. ¿Todavía hay que recordarlos como el nuevo rock argentino? “El otro día me lo crucé a Horvilleur y alguien dijo ‘ahí está el nuevo rock argentino’, y le dijimos ‘no, somos el viejo rock argentino’ (risas). La verdad es que no me molestan esos términos, pero ya no tienen sentido después de tantos años”, dice Francisco Bochatón, cantante de la banda, al respecto. - ¿Te resulta extraño comenzar a ver cierta renovación en el público? Pibes de 17 o 18 años, que justo coinciden con el período que pasó entre lo último que dejaron registrado y este
disco. - Sí, fue raro, la verdad que aparecieron pibes muy muy jóvenes, y es la franja esa que decís. Pero nos gusta mucho, porque nos da vida y sentimos que también la música que hacemos es un poco para todo el mundo. No es nada más que para una generación. - ¿Y qué lectura te permite hacer eso? - Te da aliento, y es como una manera nueva de verlo. Pero lo que también pasa es que ya teníamos un sonido nuevo. Cuando salimos a hacer estas presentaciones notamos que había muchos pibes jóvenes que conocen el grupo desde acá, desde esta vuelta. Los discos
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que hicimos los hicimos en los noventa, y ahora lo bueno es que salimos con un sonido nuevo, y esta gente se recontra copó. Los chicos se notan entusiasmados. - Están haciendo un repaso por su carrera. ¿Miran con el mismo aprecio los tres discos? El tercero puede resultar medio polémico. - El tercer disco (Antiflash, de 1997) fue polémico tal vez por cómo está grabado, ¿no? No por las personas. Es decir, no era polémico para nosotros, no teníamos problema. De hecho, “El sol de Jaf”, que me parece un temazo, está en el tercer disco. Sí es un disco que se hizo en el momento antes de separarnos, y ahora tal vez está reivindicándose. Es un discazo, lo que pasa es que está mal interpretado, porque estábamos en un momento raro. No sé si “mal” es la palabra, está interpretado acorde a lo que estábamos viviendo en ese momento especial, que era complicado. Cuando hacemos la lista de temas para cada show tenemos una pizarra con todos y ahí elegimos. El público los conoce por cómo quedaron grabados en cada disco, pero nosotros los tocábamos incluso de otra manera. - ¿Cómo ves el contexto en el que viene a aparecer este nuevo disco? Teniendo en cuenta el revival noventero y la vuelta de Los Brujos. - Yo veo que sale justo en el momento en el que está saliendo todo, pero por una casualidad de que está ocurriendo esto. Bah, casualidad no, si te fijas está comenzando a salir mucho de lo que pasó en los noventa, no los noventa en sí. Está comenzando a pasar una cosa que es a recuperar, y me parece que está re bueno porque te muestra que hay algo que está vivo. En nuestro caso particular salió este disco y justo estaba ocurriendo todo al mismo tiempo sin que nos demos cuenta. Cada uno de los músicos venía con sus propios proyectos. A fines de 2009 coincidieron en un par de presentaciones donde pudieron ver que la energía estaba intacta y las condiciones más que dadas para volver a tocar juntos. Algunos meses después harían oficial el retorno, y comenzaría una carrera frenética por disipar la ansiedad de plasmar algo nuevo para materializar la vuelta con creces. Sin embargo, cuando las canciones estaban listas, la discográfica les propuso lanzar un material en vivo para dejar registro del nuevo sonido que tenían, y para entregar al público algo que los mantuviera satisfechos y seguros de que la vuelta tenía serias intenciones de ser definitiva. Así, en mayo del año pasado, dieron un show en el Teatro Vorterix, de donde posteriormente se extrajeron veinte canciones a las que se les sumó una nueva, inédita y de estudio, llamada “Florería”.
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- Me pareció bien la contrapropuesta, porque era un momento donde la banda tenía que tener algo como “ok, volvieron, acá están” y ahí sí poder salir con algo nuevo. Es decir, a nivel marketing comercial me parece que está estupendo. Lo que pasa es que yo me muero por grabar los temas nuevos. Tuvimos que esperar, pero nos pareció buenísimo que apostaran a algo que era volver a brillar con los temas de antes, y abrir el camino recién para un disco nuevo. - ¿Ya está conformado entonces ese disco nuevo y lo cajonearon? ¿O lo van a retocar? - Lo estamos terminando de pulir. Hay más o menos 16 canciones nuevas, supongo que va a haber un disco para abril. Hay de todo un poco, hay canciones en ese tono medio pesado y fuerte que se escuchó en el adelanto, y también hay muchas canciones tranquilas. Hay varias cosas que van a hacer que sea un disco muy raro (risas). Espero que sea bien recibido, yo estoy muy contento con él.
“El otro día me lo crucé a Horvilleur y alguien dijo ‘ahí está el nuevo rock argentino’. Le dijimos ‘no, somos el viejo rock argentino’ (risas). No me molestan esos términos, pero ya no tienen sentido”. - ¿Van a trabajar con un productor externo? - Lo vamos a hacer nosotros, porque la verdad es que al segundo disco de Gorriones (Fuga, de 1995) lo empezamos a producir nosotros mismos, pero bueno estábamos con (Eduardo) Bergallo, y en el tercero trabajamos con Mariano López, entonces a éste lo queremos producir nosotros y estamos muy entusiasmados con eso. - Da la sensación que encontraste cierta comodidad en el estudio Fuera del Túnel, al menos para tus discos solistas. ¿Van a trabajar ahí con Peligrosos Gorriones? - No, no, yo al estudio voy muy seguido porque me cae muy simpático y es muy bueno. Soy amigo de (Hernán) Agrasar, de hecho ahora estoy trabajando mi próximo disco solista ahí. Pero Peligrosos tiene otra intensidad que tiene que ser cubierta, o hay
una necesidad externa que nosotros debemos cubrir, mejor dicho. Yo lo que hago no es extrapolar cosas solistas a la banda, porque solista tengo otra particularidad, de hacer todo a su tiempo y de una manera mucho más divertida, en el sentido de que es más “flojo” y más libre. Puedo ir a un estudio, grabar, ir a grabar a otro, después mezclar en otro, grabar las bases y así. Se va generando una cosa entre amigos que está muy divertido. Gorriones tiene por ahí requerimientos que tenemos que sí o sí tenerlos fuertes. - Así como combinás las formas de grabar, también tenés diferentes clases de recitales. ¿Cómo te encuentra esto de volver a tomar posición en el bajo y con shows enérgicos? - A mí me gusta porque puedo combinarlos, hacer una cosa mucho más fuerte cada tanto. Estoy tocando el bajo, que es una cosa que me gusta muchísimo hacer, pero al mismo tiempo me limita para cantar, y hay que estar muy bien parado para hacerlo. En cambio, con la guitarra, los shows solistas son un poco más abiertos, puedo cantar un poco más y disfrutarlos de otra manera. Gorriones siempre exige una cosa de estar muy presente y muy compañero con el resto. - ¿Estás por sacar algo nuevo como solista? - Estoy grabando unas cosas que hice con mi mujer, que son canciones que van a formar parte de un disco que se va a llamar Corazón. Es un disco raro. Lo está produciendo Bodie Datino, tecladista de Richard Coleman, y estamos haciendo un disco que va lento porque son canciones muy amorosas: están cantadas en dúo, y yo toco todos los instrumentos. Obviamente con Bodie en teclados. Lo grabé en los estudios ION, y metimos algunas cosas en el estudio móvil que tiene en su casa. Voy a ver si meto las voces justamente en Fuera del Túnel. Estoy feliz porque voy manejándolo con mucho tiempo, me permite analizarlo tema por tema y lograr una cosa muy meticulosa. Calculo que faltan unos meses para poder sacarlo, tengo la idea de que pueda existir después del de Gorriones. - Desde tu primer disco en adelante mantuviste cierta periodicidad que se vio interrumpida entre Tic Tac (2007) y La vuelta entera (2012). ¿Qué pasó ahí, que hubo un lapso largo? - Bueno, pasó lo de la vuelta de Gorriones, que me llevó a atrasar el disco al menos dos años, sino seguramente hubiera salido antes. Son tiempos, yo vengo sacando un montón de discos, entonces era necesario parar un poco. No es que me queje, pero ocurrió eso, y necesitaba probar cosas. Lo cierto es que también me costó bastante, después de Tic Tac, lograr la estabilidad de conformar un proyecto. La vuelta entera se fue dando, y terminó ocurriendo mági-
camente, pero era un momento que me costó bastante. A fines de los noventa, la disolución de Peligrosos Gorriones era un hecho, y Francisco Bochatón incursionaría en su carrera solista con el lanzamiento de Cazuela, un disco muy personal y completamente distinto a lo que había venido realizando como frontman. Bastante menos sónicas, y con una amplitud sonora interesante, las canciones incluidas en esos cuarenta minutos, presentados en una tapa azul con trazos grotescos, tenían una impronta lírica muy rica y dejaban al descubierto a un gran compositor. Por aquellos años su vínculo con Gustavo Cerati fue muy fuerte, y alcanzó su punto cúlmine con un trabajo autoral en conjunto que se plasmó en la canción “Paseo inmoral”, publicada en Bocanada (1999), el segundo álbum del ex Soda Stereo. - Yo a Gustavo lo recuerdo con mucho amor, fue una persona que me ayudó mucho y me insistió con mi etapa solista, desde disco hasta ensayo, y no sólo eso, sino que quiso compartir conmigo un escenario, que es una cosa que me parece increíble. Ni me lo podía llegar a imaginar, y cuando ocurrió él hizo que todo me pareciera natural. Fue muy bueno haber hecho ese tema con él. Le agradezco a la vida y siento mucho lo que le pasó. Me causó mucho dolor su muerte, pero son cosas que suceden, han sucedido y van a suceder. Él fue uno de los pocos músicos que hicieron todo bien. - Aquel fue un momento muy particular, ¿no? Los dos dejando atrás proyectos, vos mucho más joven que él. ¿Te sentías un poco contenido, y proyectado tal vez, en su imagen?
- Sí, sí, de hecho hablábamos mucho de eso. Salvando todas las distancias, era similar lo que sentíamos y había una empatía tremenda entre los dos. Hablábamos mucho de las cosas que nos pasaban. Nos hicimos amigos, y comenzamos a salir, a dar vueltas por ahí, era como una cosa muy nueva y muy buena para los dos. Nuevamente,
“A Gustavo lo recuerdo con mucho amor, fue una persona que me ayudó mucho. Uno de los pocos músicos que hizo todo bien”.
salvando enormemente las distancias. Él dejaba semejante banda, ¿no? - ¿Qué estás escuchando ahora? - Me gustan Señor Tomate, de La Plata, también Shaman. La verdad es que no estoy saliendo mucho a ver bandas en estos momentos, estamos con fin de año y shows. Después siempre escucho a mi amigo Leo García, a Flopa, a Rosario Bléfari, a Palo Pandolfo. - Palo está ahora con un libro de poesías, vos también tuviste tu momento de escribirlas, ¿no te movilizó
a retomar? - Sí, cada tanto me reencuentro con eso, hago poesías, intento escribir. Tengo dos libros de poesía acá en casa encajonados, porque no me animo a sacarlos. El otro día estuve con Palo en la presentación y leí con él poesías de su libro, y me animó a volver a tomar la pluma (risas). Me dije “bueno, por ahí comienzo a escribir de nuevo algo”, y me hago la idea de sacar un libro. El que saqué en 2003 (Libertades pequeñas) quedó ahí y hace muchísimos años que no saco. - ¿En esos encajonados había algún concepto? ¿Hablaban de una época en especial? - Sí. Mirá, estaba pasando un momento muy particular. Murió mi viejo en el 2006, y ahí empecé a escribir un montón de cosas, y hay un cambio tremendo entre las cosas que venía escribiendo y lo que fue el después de eso. Ahí decidí cajonear un poco, porque no estaba seguro de si lo que estaba escribiendo era realmente para que sea leído o no. Tengo un prejuicio tremendo que no me permite sacarlo a la luz. Tal vez necesite a alguien que me pueda ayudar a elegirlas y a hacer lo necesario. Tal vez alguien que estudie Letras, no sé. Lejísimos quedó la época donde un nuevo caudal de jóvenes prometía renovar el sonido de la escena nacional (algo que en realidad sí ocurrió reiteradas veces), y cada cierta cantidad de años, casi con comportamiento cíclico, vuelven a surgir nuevas promesas. Las mismas se van mechando con resurgimientos de décadas pasadas, y con músicos talentosos que aparentemente aún tienen mucho para decir aunque pasen los años. Está muy bien que así sea.
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Por Matías Hessling
MILITANCIA LIGHT Franquicias culturales en Salta: acciones y movidas estandarizadas que se tornan asuntos municipales. La receta políticamente correcta de Miguel Isa para sumar votos al sueño de gobernar la provincia.
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legó la promesa de una cultura global? ¿Se produjo la inserción de la salteñidad a una red de relaciones sociales globalizadas que produce iniciativas estandarizadas como estereotipos de personas y bienes de intercambio? Algo como eso está pasando en la ciudad de Salta: Masa Crítica, Acción Poética, la Zombie Walk, las convenciones de cómics, el video de Pharrell Williams, Un Techo, entre otras acciones, al parecer impactan políticamente en la Municipalidad, que recurre a la recepción local positiva de estas iniciativas foráneas para fortalecer su imagen pública de cercanía a las propuestas culturales vinculadas a la juventud. La pregunta es por qué prenden tanto y tan rápido y no aparecen detractores del “colonialismo cultural”, calificativo como los que usan grupos fundamentalistas de lo local para catalogar a festividades calendáricas como Halloween. No es la intención de este artículo jugar a jueces de lo que se puede o no se puede en términos culturales, alla Rosario de Lerma, sino reflexionar sobre una inquietud respecto al lugar que ganaron socialmente estas iniciativas culturales a fuerza de estrategias mediáticas y un discurso políticamente correcto, que permite adhesiones gubernamentales. La globalización, tal como se presenta a comienzos del Siglo XXI, implica considerar una diversidad de cuestiones que se entrecruzan y retroactuan unas sobre otras, tales como la identidad cultural y la interculturalidad; las cuales se engloban en una problemática: la transnacionalización de lo cultural. Se hace necesario aludir también a las diferentes formas y niveles en que se expresa la cultura y las formas en que incide en ellas el proceso de globalización: tanto en la cultura de elite y en la de masas, como en la popular y la del pueblo, así como en las hegemónicas y en las subalternas. Por ejemplo, la boliviana Virgen de Urkupiña es vista de reojo, generando revuelos mediáticos y sociales, anche también políticos, con su visita en avión a Salta. Pero lo que hasta hace poco era ensuciar paredes con grafitis fue cambiando de sentido frente a los humores
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vecinales sobre las pintadas, a partir de la popularidad que tomó la iniciativa mexicana Acción Poética de “imprimirle poesía” al “paisaje urbano” en urbes tercermundistas asediadas por la pobreza. Romanticismo y esperanza son los ejes temáticos de las pintadas tipográficas. Ya pasó el momento cuando las ideas de la revolución política y social se registraban clandestinamente en los muros de la ciudad. La filial local de esta iniciativa, Acción Poética Salta, está avalada por el municipio de la ciudad. En marzo del 2014, el intendente Miguel Isa firmó un convenio con el movimiento. “Es un equipo de gente que genera frases lindas para el alma, frases que da gusto ver. Es por eso que asumimos el compromiso de resguardar estos murales y otorgar más paredes. La poesía inspira y saca sonrisas”, fue la ponderación en tono naif de Isa para con Acción poética. De contenido político que genere conflictos ideológicos visibles, mejor no hablar. La novedosa vinculación de artistas y política no es un fenómeno salteño. En las campañas electorales de Barack Obama y George W. Bush hemos visto iniciativas similares militando por candidatos que se unen en un acuerdo de mutua conveniencia (y en la política doméstica kirchnerista también, aunque en el caso del populismo peronista nacional del siglo XXI, la relación “política y cultura” tiene un cariz más intenso y develado ideológicamente). Suele pasar que ambos ganan: lo artístico transfiere su simpatía al político, que encuentra así un respaldo carismático para llegar a la ciudadanía, y el artista contribuye a su vez para que su idea llegue al poder. Los beneficios colaterales que obtienen por ello son otra cuestión. Estamos en una época de militancia light, donde los apoyos son volátiles y las lealtades fugaces. El equipo político de Mauricio Macri lo vive actualmente con las pintadas masivas del farandulero Milo Lockett en la Ciudad de Buenos Aires. En la Municipalidad de Salta ya se pusieron manos a la obra con los reconocidos artistas locales Roly Arias y Soledad Dahbar. Así como las nuevas religiones New Age, que ofrecen alivio espiritual momentáneo sin pedir realmente mucho,
sin compromiso con una moral; la “militancia light” hace lo mismo ofreciendo alivio a las culpas de una sociedad que por un buen lapso de tiempo fue desinteresada en los problemas sociales que ahora le aquejan (clases medias de ciudades chicas, por ejemplo), pero que realmente resuelven muy poco, ya que muchos de estos “militantes light” al carecer de un acercamiento real con los problemas de la sociedad poco y nada pueden hacer por atacar la raíz de los problemas, raíces que generan conflictos. Pensemos ¿qué aconteció culturalmente en Salta durante decenios, que no permitió un acercamiento popular a la poesía?
¿No quiere colaborar con el pobre? Qué no se nos ocurra llamar “militantes” a los jóvenes con pecheras de Un Techo que hacen guardia en las avenidas salteñas. Ellos se definen como “voluntarios”. Un Techo es una ONG internacional que se enmarca en lo que el politólogo Sergio De Piero denomina “neobeneficencia”: una práctica que retoma elementos de la beneficencia tradicional como “la ayuda inmediata, la asistencia directa, el rechazo a la política y al conflicto social, y en ocasiones la pertenencia de clase”, y los fusiona con elementos nuevos como “las alianzas con el mundo empresario y una nueva ocupación del espacio público”. De esta manera la organización funciona para sus miembros como un ejercicio de autocomplacencia: “la solidaridad aparece como terapia y entretenimiento”, es una “solidaridad para estar bien con uno mismo por la ayuda para con otro carenciado”, y además es vista como una práctica “honesta” y “desinteresada” (voluntaria), en contraposición a “la política concebida como corrupta y saturada de intereses mezquinos”. En Salta, estos jóvenes fueron reclutados en las universidades locales, y ya cuentan con un aval municipal. Un Techo y la Intendencia de Salta firmaron un convenio para la realización de un diagnóstico urbano sobre los asentamientos de la ciudad. “Gracias por seguir cumpliendo el sueño de las fa-
Miguel Isa baila la versión salteña municipal de “Happy”, de Pharrell Williams.
milias de tener un techo propio”, dijo Isa a los jóvenes de Techo Salta. Un sueño del que, de acuerdo al acervo legislativo argentino y salteño, debe ser cumplido por el Estado. Para muchos voluntarios, su participación en Un Techo es una forma de autoayuda para cambiar sus preconceptos sobre la pobreza. Pasar del horror clasista frente al pobre a conmoverse por quien además de recibir un plan “Descansar” puede levantar su propio rancho de madera. Otra acción “cultural foránea” a la que se sumó el intendente fue a la versión salteña del video de la canción “Happy”, de Pharrell Williams. Al igual que se hizo en otras partes del mundo, nuestros coterráneos afines al internacionalismo musical grabaron un video editado para el programa Tribu Urbana, durante la fiebre mundialista. También aparecen figuras de la televisión local y algún que otro referente político de escaso peso. La globalización cultural, como forma de transnacionalización de la cultura se ha producido o canalizado a través de los medios de comunicación y el comercio internacional en términos de desigualdad norte-sur. La llegada a Salta de estas iniciativas, y su positiva recepción, visibiliza una dimensión de mestizaje cultural que contradice el discurso de la salteñidad como estilo de vida hegemónico, generando una situación de interculturalidad intensa y de carácter planetario.
Las iniciativas culturales foráneas hechas por salteños son sólo una más de las expresiones que ya forman parte del acervo cultural humano, situación que le da esa sensación atractiva para muchos lugareños de no ser una aldea perdida en el norte de un país del sur, sino un punto de contacto con una red global. Sin embargo, y como plantean analistas de la cultura, como Ezequiel Ander-Egg, debemos advertir que toda la riqueza de este intercambio globallocal, puede frustrarse o limitarse si es un intercambio desigual y asincrónico (desarticulado del contexto social local), en el que ciertas expresiones culturales dominantes se imponen con su estilo cultural, produciendo un proceso de norteamericanización del estilo de vida como modelo global de modernización de los lugares culturalmente más dominados, como Salta, configurando un esquema de valores y comportamientos que en lo cultural se expresa en la cultura light/liviana, que permite entretener a una clase media despolitizada. Estos jóvenes ofrecen de su tiempo y dinero para poder sentirse un poco mejor con ellos mismos. El aspecto negativo de esta “modernización cultural” es que posibilita las condiciones para una mayor dominación-domesticación ideológico-cultural de los sujetos locales, cómo instancia mediatizadora para introducir los valores humanos de intercambio social afines al modelo económico neoliberal.
¿Y dónde quedó la salteñidad? Dimensión Comics, el evento cosplay que desde hace seis años viene creciendo en oferta y en demanda de público, es otra iniciativa cultural de paradigmas foráneos que pega fuerte en niños, adolescentes y adolescentes tardíos. La trasposición sociocultural de los personajes de ficción cómic/ anime trascendió las limitaciones culturales idiomáticas a través de muestras, charlas, clínicas y presentaciones de la mano de expertos en cine, comics y animé. Su autodefinición indica que “está pensado como un espacio de entretenimiento” en el que escasamente se pone en debate los trasfondos políticos y sociales de los personajes que se retratan en disfraces y montajes varios. Sin embargo hay una dimensión fuerte de lo local, la difusión de producción salteña en la temática. La Feria Medieval realizada en la localidad conurbana de Vaqueros fue otra muestra de reproducción histórica y fantástica con nula apreciación sociocultural. El viaje en el tiempo en un predio montado a lo Rey Arturo, no habilitó a la discusión y ni el conocimiento sobre la situación de las relaciones sociales y políticas de la humanidad de esa época, cuyas expresiones feudales aún permanecen vigentes en las relaciones de explotación laboral
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de los grandes patrones rurales sobre las comunidades agrarias del interior de la provincia. El proceso de globalización cultural desarrolla dos tendencias contrapuestas; una hacia la homogenizaciónestandarización cultural, que es vista por muchos como una invasión, y cuyo malestar se expresa en fundamentalismos que se manifiestan en situaciones de violencia institucional y simbólica (como lo que sucede con el festejo de Halloween y su contraparte, la Marcha Blanca de Rosario de Lerma), y la otra tendencia se orienta hacia una suerte de renacimiento de las culturas regionales y locales, con reinvenciones de figuras locales, como la apropiación del poncho y el gaucho para una campaña sobre acceso al preservativo, interpretadas por muchos como una reacción conservadora; o la adecuación de relatos folclóricos de estas tierras que son retomados en las nuevas producciones audiovisuales salteñas, fomentadas en su mayoría por los fondos nacionales del INCAA. Sobre el caso de Masa Crítica hay que destacar la reciente incidencia política municipal en la denominada Revolución Verde del intendente. Masa Crítica es definida como un fenómeno de las dos ruedas (aunque los clásicos ciclistas deportivos salteños busquen diferenciarse explícitamente de esta movida urbana) que tiene lugar todos los meses en numerosas ciudades del mundo. Su finalidad es dar a conocer los beneficios que aporta la movilidad a tracción humana: menos molestias de tránsito, menos ruido y contaminación ambiental emanada por los gases de los vehículos motorizados, entre otras. La denominación proviene del concepto de la sociología que hace referencia al número de individuos involucrados en un fenómeno a partir del cual éste adquiere una dinámica propia que le permite sostenerse y crecer por sí mismo. Un ente no organizado, por lo que esta formación incidental para la ocasión, tiene escasa repercusión política, más allá de un número considerable de andadores de bicis. Sin embargo, el grupo de jóvenes locales que empezó la réplica local de la manifestación ciclista decidió conformarse como organización de la sociedad civil, y así demandarle políticas concretas al estado municipal. En este caso, frente a demandas de ciclovías e incentivos para la reducción del uso de vehículos particulares, consiguieron la instalación de plataformas de estacionamiento exclusivos para bicicletas en diferentes puntos de la ciudad. Los beneficios colaterales de la medida fueron la apropiación gubernamental de la iniciativa civil reflejada en los discursos de campaña de la gestión del actual intendente y candidato a gobernador: “Nos comprometimos con el proyecto
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porque sabemos que en bici, Salta es más linda”, adujeron desde la municipalidad. Existen diversas formas de reacción frente al proceso de homogenización cultural derivadas de la globalización en la que ya estamos metidos. Por un lado, la emergencia de fundamentalismos de lo local, donde el espíritu tradicionalista conduce a un nacionalismo inexpugnable a la penetración cultural; y por el otro el anquilosamiento que se da en sociedades que se cierran en sí mismas, como la salteña. Si bien hasta el momento, llamativamente, ninguna de estas reacciones se dio frente a las expresiones culturales descriptas, la sensación de invasión cultural puede convertirse en una adhesión dogmática intolerante de las expresiones diferenciadas, sean locales o ajenas. El peligro que estas expresiones estandarizadas habilitan como situación posible es la emergencia de fundamen-
LA LLEGADA A SALTA DE ESTAS INICIATIVAS, Y SU POSITIVA RECEPCIÓN, VISIBILIZA UNA DIMENSIÓN DE MESTIZAJE CULTURAL QUE CONTRADICE EL DISCURSO DE LA SALTEÑIDAD COMO ESTILO DE VIDA HEGEMÓNICO. talismos como una forma no adecuada de defender la propia identidad frente a la penetración de lo que algunos de estos pueda entender como ajeno a la idiosincrasia local, deviniendo en situaciones de violencia y distorsionando los valores altamente positivos que forman parte del acervo cultural local. Sin embargo esta penetración cultural da lugar a otra reacción posible, a la emergencia de una nueva cultura local alternativa a estas iniciativas livianas, fundadas en un trabajo cultural crítico que no se agota en la tarea de desenmascarar los mecanismos de manipulación y domesticación ideológica de los productos transculturales. Para identificar esta emergencia en Salta, debemos percibir lo germinal en esas otras movidas, su afirmación de la propia personalidad y el derecho a singularizarse, así como el desarrollo de la dimensión erótica y seductoramente política y psicodélica de la cultura emergente, en una contradicción con lo institucional que encorseta las expresiones políticas culturales.
Estas características permiten identificar propuestas emergentes con otros estilos de vida, en un espacio que se disputa entre lo tradicional y lo transcultural, será cuestión de hacer el ejercicio para identificarlas en el corto plazo, y adherir a esas iniciativas, y escribir sobre esos casos en futuros números de esta revista. El elemento común (y compartido gracias a su fabricación registrada) de las movidas culturales descriptas es que no son versiones locales de un fenómeno global, sino réplicas, ya sin aura si lo pensamos en tono con los postulados benjaminianos del siglo pasado. Esa fascinación por el packaging en serie, tan heredada de nuestros antepasados colonizados, que mientras más cercanas al modelo original están, más valor simbólico local poseen. A todo esto, recientemente se ha sumado a nuestro localismo un nuevo género escénico que busca apuntalarse culturalmente en Argentina: el stand up, género norteamericano por excelencia, desarrollado a partir de una locuacidad monologuista, de reflexión sobre lo social y lo cultural, un espacio discursivo yanqui donde se cuela fuertemente la dimensión política, característica que fuera de su territorio no ha sabido ser tomada, mucho menos replicada. Mientras se instala el stand up, el teatro independiente local sigue participando por un lugar en el desarrollo cultural de la ciudad. Arrancamos este artículo tratando de indagar sobre las razones de la llegada masiva y la buena recepción social de estas iniciativas culturales. Pero es una pregunta que amerita un estudio social riguroso. Por el momento sólo podemos pensar que quizás estemos aburridos, quizás sea el exceso de marihuana en las clases medias que le da a todo ese matiz flashero, quizás sea esa necesidad de desarrollarnos como gran urbe del Norte. Lo que sí sabemos es que en este 2015 del siglo XXI, en Salta ya tenemos como muestra de habitante global a Ronald McDonald como punto de llegada para cualquier sujeto de consumo; y que la ciudad de Salta tiene un intendente que suma a su plataforma electoral una palestra de movidas culturales estandarizadas, políticamente correctas, que tiñen de contemporaneidad el tradicional discurso peronista de una región postergada en su desarrollo cultural. Habrá que ver por cuánto tiempo se extienden las franquicias y cuántas elecciones ayudan a ganar. Por lo que venimos viendo en esta pretemporada de campaña, el intendente salteño, precandidato a gobernador de la provincia, ya aprendió a poner en práctica la estrategia de la anécdota, un relato guionado sobre sus encuentros vecinales para cada entrevista mediática; como lo supo hacer Macri previamente a su llegada a la Jefatura de Gobierno porteña.
Por Federico Anzardi // Fotos: Marcelo Silvero
LLÉVAME A UN LUGAR CON PARLANTES La quinta edición del Taragüi Rock se realizó en septiembre y fue una perfecta combinación de bandas regionales, grupos mainstream y músicos de culto. En un escenario excelente, el festival demostró variedad y apertura.
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e alguna manera, el Taragüi Rock aplica la táctica del Caballo de Troya musical que necesitan las escenas de las provincias. Esto es, poner algunas bandas de gran convocatoria encabezando la grilla para atraer al público y así meter en un escenario excelente a un montón de grupos regionales que tienen poca difusión. La quinta edición (12, 13 y 14 de septiembre de 2014) se realiza, como siempre, en el anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola, y resulta toda una señal por parte de la organización: el festival de rock de la región se hace en el escenario más importante de la provincia. Donde en enero se hará el encuentro “mundial” de chamamé. En 2013 había sucedido algo curioso: lo más atractivo del festival había estado en las bandas regionales. En
conocerlas y escucharlas. Muchas de ellas tenían más para decir que los grosos nacionales que cortaban tickets. En esta edición, la cosa viene más o menos parecida. El Taragüi Rock tuvo una etapa previa en la que 136 bandas de Corrientes, Chaco, Misiones, Formosa, Mendoza y Buenos Aires, se inscribieron para poder participar. Compitieron durante dos jornadas realizadas en el club Boca Unidos. Finalmente, la grilla quedó conformada por 26 grupos, entre músicos megafamosos, invitados de la región, Paraguay y Brasil, y los ganadores de esa doble competencia. Organizado por el Instituto de Cultura de la provincia de Corrientes, el festival busca hacer lugar a las bandas locales, que en muchos casos vienen tocando desde hace tiempo sin lograr demasiada difusión. Integrar musicalmente a la región es un propósito explí-
cito. Lo dicen sus organizadores. El Cocomarola posee un escenario grande, con un sonido excelente y buena puesta. Con entradas accesibles (100 pesos los dos primeros días, 120 el domingo), los correntinos y chaqueños (Resistencia está a diez minutos en auto, apenas cruzando el puente) tienen un festival para destacar. El día uno arranca a las 17.30. Los encargados de abrir el festival son los Impuntuales, de Jardín América, Misiones. Se trata de un cuarteto de pibes jovencísimos que escucharon mucho a Andrés Ciro. Buenas voces, lindos temas, pero caminan hacia el más de lo mismo con ciertos tics piojosos y una armónica que resulta contraproducente para lo que hacen. Ante no mucho público (en todos los festivales, la mayoría suele llegar tarde) tocan estrictos treinta minutos y se despiden con “un tema que habla de Misiones”, también
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Los correntinos La Murga celebraron veinte años de carrera.
dedicado a Cerati. Allí cantan de tierra colorada, sangre guaraní, surubíes y el río Paraná. Simónimos, de Corrientes, es una grata sorpresa. Garage pop de guitarras, con look rockeramente cuidado. El grupo arranca a las 18.15. “Queríamos tocar a esta hora porque queríamos ver a cuántos les gusta el rock. Porque a los que les gusta vienen temprano”, agita su cantante desde el escenario, ante no más de 300 personas repartidas por todo el anfiteatro. Hasta acá, la organización del festival viene tan impecable que los correntinos de Hasta La Barba arrancan cinco minutos antes de lo que anuncia la grilla. La banda, con hinchada agita trapos, despliega su combo fiestero con cantante a lo Pastillas del Abuelo. La Gente, de Chaco, aparece después. Rocanrol con caños y nombre un poquitín demagogo, son un éxito para el público, que a esta altura ya ronda las dos mil personas. El cantante, que para el horror de la humanidad imita a Junior de La 25, tira un “huele a la chaqueta de Otto acá, eh”. Cuando ya está de noche aparecen los Neto (soundcloud.com/neto-kuera), de Misiones, para meterle poder y calidad al escenario. Hip hop, salsa, funk, reggae. “Ven a bailar el ritual del litoral”, agitan sus dos cantantes. “Esto es Neto, de la Triple Frontera, papá”, dicen. La rompen. La Murga, de Corrientes, es la única banda regional que toca más de media hora. Son los mimados de la jornada. Festejan sus veinte años. Son de Goya, la segunda ciudad de la provincia, donde se hace la Fiesta Nacional del Surubí, dice el presentador. Musicalmente un poco estancados en los noventa, hacen un rock “divertido” (ska, reggae, letras loser irónicas). Hablan del “olor a río” y repuntan cuando se ponen menos fiesteros. “Si Argentina se queda sin
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rock, que venga para el Nordeste”, dice su cantante, parafraseando la famosa frase que habla de la ayuda correntina. Luego llegan los dos pesos pesados de la fecha: Guasones y Los Cafres. Tienen ganado al público desde el vamos. Cuando los platenses suben al escenario, el anfiteatro ya tiene cubiertas sus tres cuartas partes, más de diez mil personas. La noche es agradable. La gente canta las canciones, toman la cerveza que reparten los mozos (!) por
“SI ARGENTINA SE QUEDA SIN ROCK, QUE VENGA PARA EL NORDESTE”, DICEN DESDE EL ESCENARIO LOS CORRENTINOS DE LA MURGA.
todo el predio y aplauden a rabiar el breve homenaje a Cerati que emiten las pantallas antes del set de la banda de Guillermo Bonetto. El día dos comienza con los Norte Mestizo, de Corrientes. En la pantalla se ve una wiphala con un Cristobal Colón en el centro que muta en zombi. Mientras la banda hace su metal alternativo con buenos pasajes melódicos, los mozos están sentados, tomando tereré. No hay cien personas, y suena tremendo. Puche Hae, de Corrientes, es un dúo
que tras un comienzo fallido levanta vuelo. Recomienda escuchar el disco, Rock de quinta, “ahí no falla el pedal”. Transmisión (soundcloud.com/ transmisi-n) es una gran sorpresa: un excelente trío correntino y elegante que remite a Invisible. “Aguante el NEA, hay que empezar a mirar un poco más acá. Gracias a los que vinieron temprano a hacer el aguante a las bandas locales”, dice su cantante, Marcelo Baiduk, desde el escenario. El apoyo a las bandas locales en Corrientes y, especialmente, la posibilidad de tocar en este tipo de escenarios, es fundamental por estos días en que los increíblemente fachos miembros de la agrupación (atenti al nombre) Unidos Por el Silencio vienen avanzando de manera brutal contra el under de la provincia. “El intendente Fabián Ríos se comprometió a no permitir la actuación de bandas de rock fuera del predio del ex Hipódromo”, dijo Jorge Echeverz, coordinador general de UPES, según informó el diario Época el 4 de enero de este año. En la nota, Echeverz agregó que el secretario de Ambiente, Félix Pacayut, les aseguró que aplicará “a rajatabla” el artículo 14 bis del Código de Nocturnidad local, que prohíbe la actuación de grupos musicales en domicilios particulares. “Pero lo que más satisfacción nos da y nos hace pensar que estamos ganando la batalla –continuó -, es que hoy podemos transitar por diversas zonas de la ciudad y ver reuniones y cumpleaños que se festejan sin música cuando antes parecía algo imposible. Eso demuestra que algo está cambiando para bien en Corrientes y nosotros somos parte de ello”. Junto con Transmisión, La Buena Violencia de la Mente (labuenaviolenciadelamente.bandcamp.com) es lo mejor de la segunda jornada del Taragüí Rock. También correntinos, poseen
dos discos editados desde sus comienzos, en 2007. Rock de la mejor escuela argentina setentas: progresivo y psicodelia. Sorprenden y deberían sonar en todo el país. Cuando aparecen los metaleros correntinos Cráneo, el Cocomarola no tiene más de 300 personas. Las promotoras épicas del diario Época no entienden nada. Los punks que esperan a Attaque no quieren entrar aún al predio. Hacen campamento de escabio en las avenidas que rodean el anfiteatro. Disturbio, de Formosa, llega después. Bien puesta en la grilla, su rock por momentos “attaquero” encaja en la jornada. Néctar, de Posadas, suenan poderosos con su show a la RATM, aunque con un violero más Mollo que Morello. Son muy aplaudidos. La gente aprueba. Pez sube en silencio cerca de las diez de la noche. El trío recibe los aplausos de los escasos seguidores (unos 150) y la indiferencia del resto. Arrancan con “Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar”. “Acá es cuando deberíamos decir ¡Huuuoola Corrieeeenteeeees!, pero nosotros no somos así”, dice Ariel Minimal desde el escenario. Repasan temas de todas las épocas y presentan algunas de las canciones que forman parte del (por entonces) inédito disco, El Manto Eléctrico. Sobre el cierre del día, los Attaque 77 mechan hitazos con éxitos para fanáticos y conforman a todos. Sobre el cierre, Mariano Martinez pide un gran pogo, pero no el más grande del mundo (“ése es del Indio”). El domingo, los plomos de Illya Kuryaki & The Valderramas gritan “Chanooooo, Chanoooooooo”. Repiten muchas veces el nombre del cantante de Tan Biónica. Es un mantra que sirve para chequear los micrófonos. En toda la zona sur de la ciudad retumba esta prueba de sonido que se realiza tarde,
sobre la hora del comienzo de la tercera jornada. Son más de las cinco y las puertas ya deberían estar abiertas. En cambio, hay una gastada al ícono pop teen actual, nubes que amenazan con continuar con el chaparrón que demoró todo (la otra versión culpa a la consola biónica) y poco público esperando por ingresar. Durante las primeras horas del domingo, una fuerte tormenta cayó sobre la ciudad y a las cinco hay charcos su-
LA POSIBILIDAD DE TOCAR EN ESTE TIPO DE ESCENARIOS ES FUNDAMENTAL POR ESTOS DÍAS EN QUE LA AGRUPACIÓN UNIDOS POR EL SILENCIO VIENE AVANZANDO DE MANERA BRUTAL CONTRA EL UNDER DE LA PROVINCIA. cios y todavía está nublado, como dice la canción de Manal. Pero este día no está hecho para blues melancos, sino para todo el funky futurista de IKV y la noche mágica de Chano. El piberío biónico hace la cola desde temprano y se prende a la valla apenas se abren las puertas del anfiteatro, a las siete de la tarde. Entonces, las fanáticas de Tan Biónca recibirán una dosis de rock paraguayo, brasilero, punk formoseño, rock progresivo psicodélico folclórico, hip hop, funk y soul antes de escuchar las canciones por las que pagaron su
entrada. Los primeros del domingo son los chaqueños Otra Vuelta, reggae muy amable. Sigue el pop de los Vestida de Novia, nombre que hace alusión a la birra con envase escarchado. La única banda de chicas del festival aparece entonces: Yucca, cuarteto formoseño en plan Eruca. Luego llegan los excelentes Trem Imperial, de Brasil; otros formoseños, Funkosa (“funk del nuestro”) y los paraguayos con nombre chespiritésco Villagrán Bolaños. El rock aparece de la mano de los más folcóricos. Los excelentes Guauchos llegan a su región con la chapa del premio Gardel y una reciente gira española. Además, tienen a Hilda Lizarazu como invitada. Dejan el tereré al costado del escenario y la rompen con un set eléctrico que por momentos recuerda al Cerati de Ahí Vamos. Llévame a un lugar con parlantes y que nos vuele la sonoridad por el aire. La intensidad es tanta que a Federico Baldus, antes conocido como el tímido del grupo formoseño, le agarra un ataque de Charly García y de Tete Iglesias y se pone a correr por todo el escenario, saltando por encima del baterista Juan Manuel Ramírez, que nunca lo ve pasar y se va a enterar después, cuando se lo cuenten. Para empezar a cerrar el festival, ante un anfiteatro casi repleto, los Illya Kuryaki brindan un show de clásicos imbatibles y las canciones nuevas que más se destacan. La combinación de IKV más el gran sonido del Cocomarola resulta uno de los mejores sets del Taragüí. Tras casi una hora de espera, Tan Biónica aparece en el escenario, tapando los alaridos de las chicas con los alaridos de Chano Moreno Charpentier. Las canciones del grupo se extienden hasta la madrugada del lunes laboral. Otra vez es un éxito.
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Por Santiago Castellanos // Fotos: gentileza Personal Fest
UNA DÉCADA PERSONAL EL PERSONAL FEST CUMPLIÓ DIEZ AÑOS Y LO CELEBRÓ CON TODO. ARTISTAS INTERNACIONALES, BANDAS NACIONALES EMERGENTES Y UNA KERMESE. DURANTE DOS JORNADAS, CONFIRMÓ QUE NO TODO ES MÚSICA NI ENTRETENIMIENTO. 74
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ersonal y Samsung presentaron el Personal Fest 2014, la décima edición del festival que se desarrolló durante las noches del 8 y 9 de noviembre en el club G.E.B.A ante una multitud atraída por una grilla que mezclaba artistas internacionales y algunos grupos emergentes de la escena nacional. El festejo no fue sólo musical, claro. La marca puso toda la carne en el asador y les ofreció a los asistentes una kermese de entretenimiento con propuestas a lo largo de todo el predio, complementando los shows de música con espacios de recreo y esparcimiento. Propuestas visuales y artísticas que permitieron pasar una jornada diferente. La primera jornada se destacó por el insoportable calor de la tarde y la cálida noche. Ante algo más de 25 mil espectadores, los niños mimados del rock inglés, Arctic Monkeys, fueron el número principal y atrajeron la histeria y griterío del público femenino. Con un repaso de su último disco y sus hits radiales, también cautivaron a los fans que los siguen desde sus inicios. Era la banda más esperada y no defraudó. The Hives fue la grata sorpresa de la noche. “¡Hola Buenos Aires!, ¿les gusta The Hives? De esta manera Howlin’ Pelle Almqvist arrancó con un concierto eléctrico y descontracturado. Los suecos levantaron al público con una escenografía intimidante que creaba un
clima oscuro y acorde a su show. Antes de caer el sol, Echo & The Bunnymen y James McCartney fueron algunas de las bandas internacionales que deslumbraron a un gran número de personas que se bancaron el calor. El hijo hardrockero del gran Paul sorpren-
THE HIVES FUE LA GRATA SORPRESA DE LA NOCHE. LOS SUECOS LEVANTARON AL PÚBLICO CON UNA ESCENOGRAFÍA INTIMIDANTE QUE CREABA UN CLIMA OSCURO Y ACORDE A SU SHOW.
dió a más de uno con su banda 100% actitud y con la pose que, cuando cantaba, recordaba al ex Beatle. Por su parte, bandas nacionales como Boom Boom Kid, La Armada Cósmica y Tenn, entre otras, llenaron de música
el escenario Personal Play. Más allá de lo musical, y con motivo del décimo aniversario, el Personal Fest contó con servicios y actividades conmemorativas, como la recepción de Favio Posca a los que cumplían años en esos días, zonas de relax y comida y hasta un espacio Kids para los más chicos. Lo más destacado: el camino que recorría una década de bandas nacionales e internacionales que le dieron forma al festival. La segunda jornada no fue tan agobiante como el sábado, pero cuando subieron los Molotov al escenario, el público se encendió y subió la temperatura. Utopians, Sig Ragga e Intrépidos Navegantes fueron la carta nacional en el escenario Personal Play, ante un muy buen marco de público. La mayoría de público esperaba la presentación de Calle 13, pero tuvieron una excelente previa con los shows de SOJA y Morcheeba. Cuando René y compañía subieron al escenario, el club GEBA estaba colmado con más de 25 mil personas. Repasaron sus éxitos y bajaron mucha línea política. El cierre estuvo a cargo de MGMT. Los estadounidenses bajaron un poco los decibeles y acompañaron la retirada de la mayoría de los asistentes que, ya pasada la medianoche del domingo, volvían a sus hogares felices y conformes con un megafestival que está cada día más afianzado y promete seguir sorprendiendo.
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Por Federico Anzardi // Fotos: Cristian Abdala y Romina Semhan
BAILANDO HASTA QUE SE VAYA LA NOCHE
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ué buenos que están los festivales como el Tucumán Que Sea Rock que se hizo el 8 de noviembre en el club Argentinos del Norte de la capital tucumana. Tocan un montón de bandas por un precio ridículo (cincuenta pesos, cuarenta las anticipadas) con canciones que no suenan en las radios y la mayoría está muy bien. Además, no hay sectores VIP, la hamburguesa cuesta veinte mangos y viene con lechuga y tomate (esto último parece una boludez hasta que pedis una en cualquier festival pro y pensás en Capusotto diciendo uy, nos rompieron el orto). No se te va la vida en la birra. El merchandising no es de una franquicia rockera, sino de pibes y pibas que pintan remeras, hacen artesanías, tatuajes, fanzines, discos y libros. En estos eventos hay un clima súper agradable, nadie rompe las pelotas con “acá no se puede pasar”, los músicos dan todas las notas que uno necesita (muchos de ellos se acercan a hablar sin que los llamen) y se percibe un paisaje de entrecasa, de estamos acá porque nos gusta y no porque los medios nos están diciendo que tenemos que venir. Viejas al lado de los parlantes, sostenidas con el bastón, mirando al nieto. Chicas y chicos de Humanidades, familias enteras bailando en la cancha de básquet convertida en predio del palo. Claro que también hay infiltrados, personajes de la eterna novela todavía en construcción llamada “No trascien-
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EL FESTIVAL POR LOS CINCO AÑOS DE TUCUMÁN QUE SEA ROCK REUNIÓ A TRECE BANDAS Y DEJÓ UNA ENSEÑANZA: LAS ESCENAS DE LAS PROVINCIAS SÓLO PODRÁN AVANZAR SI TODAS SUS PARTES SE PONEN A TRABAJAR.
Brancaleone llegó como grupo invitado y conformó a todos. den por pajeros”, la historia de músicos under que se comieron la del rock and roll por el lado equivocado y piensan más en joda que en el laburo. Situación vivida en el festival que ejemplifica lo anteriormente mencionado: Hugo Maza, creador del sitio web Tucumán Que Sea Rock (tqsr.com.ar), que hoy celebra su quinto aniversario,
Se percibe un paisaje de entrecasa, de estamos acá porque nos gusta y no porque los medios nos están diciendo que tenemos que venir. está en la improvisada boletería del lugar, cortando los tickets. A último momento, el predio de la Usina del Norte, donde el evento estaba planificado desde un principio, no pudo albergar a las bandas. A contrarreloj, los organizadores debieron conseguir un nuevo espacio. Apareció el Argentinos del Norte, donde se hizo el recordado y desastroso
Rock del Valle 2011. Los muchachos de TQSR gastaron más guita de la que pensaban por esta maniobra y ahora ruegan una buena convocatoria para poder empatar los costos. En eso está Hugo, a las nueve de la noche, cuando aparece el baterista de Delirados, grupo stone que tocó al comienzo, cerca de las cinco de la tarde. Hugo y los dos muchachotes de seguridad especialmente contratados para abarajar barriletes en la puerta le piden que abra la mochila y descubren un par de envases de vino en su interior. “Te dije que no pasaras con vino, sabés que están los inspectores de la Muni vigilando. Te lo dije hace diez minutos y los intentás pasar igual”, dice Hugo, indignado. El batero le tira un ruego; dale, son unos vinitos nomás para los pibes. No hay caso, no lo dejan pasar. El artista se enoja y larga el primer adjetivo del diccionario de rock auténtico que manejan sujetos como él, que piensan más en hacer la suya y no ven el esfuerzo que hay detrás de cada movida como ésta: sos un careta, le dice, e inmediatamente les manda un mensaje por whatsapp a sus amigos para que salgan a escabiar afuera del predio. Otra situación parecida sucede cuando Hugo recibe a un grupo muy numeroso que le asegura que está en la lista de invitados de una de las bandas. “¿Cuánta gente metieron?”, dice, preocupado por la avivada de los músicos y porque los inspectores están contando la cantidad de ingresos para llevarse un porcentaje en calidad de impuesto. Si
Karma Sudaca, una de las bandas más importantes de Tucumán, dijo presente en el festival. entran muchos gratis, el monto no será el real. “Es que algunos músicos son unos pajeros”, opina un tucumano muy metido en el ambiente del rock de su provincia. Es interesante, porque ésa frase se repite en muchos lugares del país a la hora de hablar de escenas emergentes. Mientras las bandas exigen lugares para tocar y guita por hacerlo (algo muy justo), los productores, periodistas y organizadores que acompañan suelen hacer hincapié en la carencia de profesionalismo del under. Falta de gacetillas que informen de lanzamientos y shows, fragilidad en las formaciones (se separan al toque o cambian de miembros como de camisa a cuadros), y un largo etcétera que seguramente indignará a los artistas, pero que no deja de ser cierto. Por algo Sergio Rotman cree que hay que fajarse o poner un maxikiosco (ver Rock Salta N° 16). Pero cuando los esfuerzos se juntan, las cosas salen bien. Como en el TQSR Fest, que más allá de un mínimo porcentaje de perejiles creyéndose Peter Gabriel, cuenta con la ayuda de todas las partes y el apoyo del público, que baila y canta. Participan trece bandas de Tucumán y una de Buenos Aires: Karma Sudaca, Skaraway, La Luzbel, Vampiro Indio, Rock and Lobos, Buenas y Santas, Skaces, Todo mal, Delirados, Del Palo, Volstead, Boyar y Brancaleone. Además, la murga Pechando el Camión y el grupo de percusión Candombando se meten entre la gente para hacer
bailar sin micrófonos. En el predio, los 800 asistentes pueden escuchar a los músicos, comprar sus discos y visitar la carpa de roller derby, la feria de ropa y ¡la peluquería! instalada en el fondo. En el escenario se destacan los eternos Karma Sudaca, que prometen nuevo disco para los próximos meses y celebran el regreso de su bajista origi-
A las seis de la mañana la gente baila, nadie se quiere ir. Toda una reivindicación para una provincia que hasta hace muy poco debía ir a dormir a las 4 AM. nal. Volstead, con formación acotada, con una viola menos, convence como siempre con punk al atardecer. Vampiro Indio muestra las canciones de Bella Vista Style, elegido por los miembros de Las Manos de Filippi como el disco argentino del 2014 en la clásica encuesta anual que publicó el suplemento
No del diario porteño Página 12. Los Brancaleone se acomodan bien a la grilla tucumana y realizan un set que convence a la mayoría. La Luzbel, liderada por Vladimiro Diéguez, es un grupo muy conocido de la escena local (nada que ver con Los Redondos, Luzbelito y todo eso), pero no le llega ni a los talones a Alem, el proyecto paralelo de Diéguez, que en 2014 publicó Santa Fe, vía Quiero Discos, uno de los mejores álbumes del año con veinte minutos de indie cancionero casi perfecto. Bien entrada la madrugada, los Skaraway cierran el festival con un show poderoso, comprometido y bailable al mismo tiempo. No hace falta ser René de Calle 13 y romper autos de alta gama para sacar chapa de artista preocupado por los vaivenes de la sociedad. Aunque a veces pecan de exagerados, como todo militante de izquierda extrema (hacer una canción para los desaparecidos de México viviendo en Argentina, que está repleta de injusticias, es un poco jugar para la tribuna). Pasadas las seis de la mañana, mientras las estrellas desaparecen de a poco y el cielo empieza a aclararse desde el costado que da al Parque 9 de Julio, los Skaraway siguen prendidos fuego arriba del escenario, la gente baila y nadie se quiere ir. Es el destape. Las ganas de seguirla hasta la muerte. No es casual esa reacción. Es todo un hito y una reivindicación para una provincia que hasta hace muy poco debía ir a dormir a las cuatro de la mañana. Es el verdadero triunfo. Y se logra en conjunto.
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NO NOS HACEMOS CARGO DE LA INFORMACIÓN DE ESTA PÁGINA. NO TUVIMOS TIEMPO DE CHEQUEARLA.
Je Suis Rock Salta Conmovidos por el terrible atentado a la revista francesa Charlie Hebdo, la redacción de Rock Salta consideró oportuno repudiar el hecho y solidarizarse con los colegas franceses, defendiendo la libertad de expresión del mundo libre, occidental y cristiano. Luego, notando que la publicación gala vendió más de tres millones de ejemplares en un solo día a raíz de la tragedia, los ambiciosos y poco exitosos miembros de esta revista habrían salivado más que de costumbre pensando en semejante caudal de ventas y distribución. Es así que estarían evaluando la posibilidad de hacerse pegar varios tiros por músicos del rock salteño, intentando provocar la repercusión nacional e internacional que permita una ola de enormes ventas que vayan de la mano con el morbo por el dolor y la muerte. “Ya estuvimos charlando con algunos de los pibes para ver quién se anima a recibir algunos tiritos. Nos vendría bien. Con vender 300 números ya estaríamos hechos”, declaró uno de los miembros del staff, que no quiso darse a conocer. Agregó que ya comenzaron las negociaciones con algunos músicos salteños. Los citados artistas verían “con buenos ojos” la propuesta, ya que les permitiría trascender. “No les importa tanto ir a la cárcel, quieren ser famosos”, finalizó el periodista.
Vayan a estudiaaa Una extraña sensación, un presentimiento, ronda por las oficinas de la Universidad Nacional de Salta en este comienzo de año, ya que se empezó a percibir un notable número de inscrip-
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tos para el ciclo lectivo 2015. Es que los músicos del rock salteño se están anotando en la UNSa (sus padres les habrían dicho “la Católica o los instrumentos”) para estudiar Física, Química, Astronomía, Ingenierías varias y Matemática, entre otras carreras. El objetivo sería capacitarse para intentar fabricar una Máquina del Tiempo y viajar a mediados del Siglo XX, sorprendiendo al mundo con una música novedosa que les brinde a los salteños mucho dinero y reconocimiento. “El otro día estábamos en la casa del baterista y en vez de ensayar nos pusimos a ver documentales en You Tube sobre los viajes en el tiempo. Además, mi mamá me compró un libro de Stephen King que viene con La Nación y la historia también hablaba de viajes temporales. Encima es 2015, el año de Volver al Futuro II. Creemos que es el momento justo. Son señales”, declaró el protesorero de una de las asociaciones de músicos independientes de la ciudad. El Artista reveló que el plan consistiría en ensayar muchos covers de Los Beatles, Rolling Stones, Pink Floyd, Spinetta, Led Zeppelin, Hendrix y Bob Dylan, entre otros, para viajar al pasado y presentarlas como composiciones propias, logrando así
ser leyenda. “Muchos científicos consideran que el viaje a través del tiempo propiamente dicho es imposible. Esta opinión se ve reforzada por un argumento basado en la navaja de Occam. Cualquier teoría que permita el viaje en el tiempo requiere que algunas situaciones relacionadas con la causalidad (o, en su caso, retrocausalidad) sean resueltas. ¿Qué pasaría si alguien trata de viajar en el tiempo y mata a su propio abuelo?”, reflexionó otro de los músicos consultados, respondiendo vía mail las preguntas enviadas desde esta sección. Sospechosamente, su explicación se parece mucho a lo que puede leerse en Wikipedia. La sensación toma fuerza al notar los subrayados en algunas palabras, además de que la técnica de copypasteo es una práctica habitual en algunos periodistas, por lo que los redactores de SIN CHEQUEAR ya están entrenados para detectarlo. Seguiremos el tema de cerca, aunque arriesgamos a confirmar que la movida fracasará, ya que de tener éxito el pasado debería haber sido modificado y no notamos cambio alguno. De todas maneras, celebramos la iniciativa académica.