Número 24 | Octubre 2017
IDO Y LÚCIDO, LO NUEVO DE
SENEGAL GRINDCORE MAFIA Página 8
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STAFF DIRECTOR
Santiago Castellanos scastellanos@rocksalta.com
EDITOR
Federico Anzardi fanzardi@rocksalta.com
DISEÑO
Bernardo Rodriguez Berri
DIAGRAMACIÓN
Colmena Boutique Audiovisual colmena.audiovisual@gmail.com
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REDACCIÓN os volvemos a encontrar este mes, contentos con el camino que estamos transitando. No nos interesa ser la revista más leída ni la más comprada. Buscamos ser la más genuina.
Publicar lo que nos gusta es tan simple que se complica. Complica los apoyos, las relaciones y compromisos, pero nos da esa virtud que muchos medios pasan toda su “vida” buscando: la autenticidad. Una vez dijimos: si nos gusta una banda, escribimos sobre ella y publicamos. Esto pasó con los protagonistas de esta portada. Los Espiritus son la banda del momento pero también el grupo que resume muchas características del rock argentino actual. Forma parte de la renovación sin negar el pasado. Refleja la época y se alimenta del pasado. Seguimos apuntando al federalismo musical, con protagonistas de Rosario, Tucumán, Buenos Aires y La Plata. A medida que avancen los números esperamos poder cubrir las escenas todas las provincias. Llegar a todos lados. Para nosotros es muy importante tu opinión, así que te invitamos a seguirnos cada día en rocksalta.com y a mandarnos opiniones, críticas, consultas y comentarios a nuestro correo más directo: revista@rocksalta.com.
Lucas Canalda Franco Hessling Rodrigo Juárez Diego Maita López Eduardo Pece Fernanda Salas
FOTOGRAFÍA
Martín Azcárate Gastón Iñiguez
COLABORAN EN ESTE NÚMERO
Luciana Demichelis, Ana Laura Elbirt, Maximiliano Hanne, Carlos H. Juica, Natalia Lebedinsky, Mathias Magritte, Santiago Segura.
IMPRESIÓN
Mundo Gráfico S.A.
DISTRIBUCIÓN
Rómulo J. Guzmán y Distribuidora Chorba.
CONTACTO
Redacción: revista@rocksalta.com Publicidad: publicidad@rocksalta.com
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Santiago Castellanos Director RS Producciones
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SALTA Atipiko: Zuviría 408 Morrison: Caseros 646, loc. 7 TUCUMÁN La Rockería: Bs. As. 39, loc. 6 JUJUY Fixion: Belgrano 616 SANTIAGO DEL ESTERO De Tal Palo: Belgrano 852 CÓRDOBA Oktubre: Centro y Nueva Córdoba Lado B: Tucumán 105 ROSARIO Music Shop: Sarmiento 780 El Aleph: Rioja 932 www.tienda.rocksalta.com
Todo listo para la vuelta de Ciro
Los Fabulosos Cadillacs, a Cosquín Rock Bolivia
Andrés Ciro Martínez, ex líder de Los Piojos, se presentará junto a Los Persas el jueves 16 de noviembre en el Microestadio Delmi, desde las 21. Las entradas anticipadas se consiguen a $500, más $20 por los gastos del servicio, y están a la venta en Atípiko (Zuviría 408), Morrison (Caseros 646, local 7), Provencred (España 645) y Provencred Jujuy (Belgrano 981). En NorteTicket.com se pueden adquirir de manera online en cuotas sin interés y pagar con todas las tarjetas. El sábado 18, el protagonista de la portada de nuestra primera revista estará en Tucumán. Allí se presentará en el Club Central Córdoba (Avenida Alem 790), desde las 21. Las entradas, a $500, se consiguen en La Rockería (Buenos Aires 39, local 6) y en Tarjeta Su Crédito (San Martín 836).
Homenajeamos al Cuchi El martes 19 de septiembre estuvimos en la Casa de la Cultura de Salta. Allí relanzamos oficialmente nuestra revista. El evento fue uno de los tantos organizados en el marco de las celebraciones por el centenario del nacimiento del Cuchi Leguizamón. Con vergüenza y ganas de salir corriendo, los que hacemos esta revista hablamos frente a muchas personas, con luces de frente que cegaban la mirada. Intentamos explicar las razones que nos llevan a trabajar todos los meses en esta linda publicación. Luego de nuestra participación, llegó la Orquesta Aveloriada, un grupo formado para la ocasión por Diego Maita, Cristian Gana, Adrián Chocobar y los hermanos Horacio y Rupert Corimayo. La banda realizó versiones del repertorio del Cuchi ante un público entusiasta que vació la chopera y se robó la muestra de tapas de la revista. Un éxito.
Los Fabulosos Cadillacs es la banda sorpresa anunciada para la primera edición de Cosquín Rock Bolivia, el festival que se realizará el sábado 4 de noviembre en Santa Cruz de la Sierra. La banda de Vicentico y Flavio coronará una edición que pretende ser la primera de muchas en el país vecino. El predio Ventura Sur (Doble Vía La Guardia y Quinto Anillo), con capacidad para treinta mil personas, recibirá a una grilla variada desde las 12 del mediodía y hasta las 2 de la mañana, en lo que será una jornada maratónica. Fito Páez, Babasonicos, De La Tierra, Ciro y Los Persas, Skay y Los Fakires, León Gieco, Los Caligaris, Eruca Sativa y Cuatro al Hilo acompañarán a las mejores bandas bolivianas: Animal de Ciudad, Doble A, Grillo Villegas, Electroshock, Fiesta Cuetillo, Oil, Cachistones, Mammut, Track, Los Salmones y La Chiva. También habrá dos representantes locales que saldrán de un concurso. Las entradas en nuestro país se venden exclusivamente a través del portal norteticket.com.
Llega Mi Amigo Invencible Los mendocinos Mi Amigo Invencible, una de las bandas más representativas del nuevo rock argentino, estarán en nuestra región durante la segunda semana de noviembre. El grupo se presentará en Santiago del Estero el viernes 10 de noviembre. El 11 de noviembre estará en Tucumán. El domingo 12 de noviembre llegará a la ciudad de Salta. El show salteño será en Macondo Bar (Balcarce 980), desde las 20. Será la tercera fecha del Ciclo Rock Salta Uniendo Estilos. Emi Livelli en plan acústico y Bort serán los encargados de abrir la jornada. El precio de las entradas y puntos de venta para la gira por el NOA se anunciarán en breve en rocksalta.com. La gira Nuestras Noches ya los llevó por Montevideo, Rosario, Santa Fe, La Plata, Mendoza y Buenos Aires. En noviembre habrá recitales en Mar del Plata, Córdoba y San Juan.
Se vienen Las Diferencias Si usted anda meta despotricar con el discurso barato e infundado que asegura que el rock argentino “ya no es lo que era”, en noviembre tendrá la oportunidad de pegarse una vueltita por la zona de la Balcarce para ver a Las Diferencias y empezar a cuestionar su teoría. Así es, el ascendente trío del oeste del Gran Buenos Aires estará en nuestra ciudad por primera vez. El show será el sábado 18 de noviembre a la medianoche en Macondo Bar (Balcarce 980). Los locales La Venganza abrirán la jornada en lo que será la cuarta fecha del Ciclo Rock Salta Uniendo Estilos. El trío estará también en Santiago del Estero (jueves 16), Tucumán (viernes 17) y Jujuy (domingo 19). Información sobre precios y puntos de venta, próximamente en rocksalta.com.
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Por Diego Maita Lรณpez
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3 CUOTAS DE 200 GUERRAS
Luca Makonia (2013)
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l día que seamos viejos y queramos recordarnos jóvenes vamos a pensar en Luca Makonia. Vamos a recordar esos pogos intensos y divertidos, la onda en escena del trío. Seguramente el Alzheimer dará lugar a ciertas canciones que al menos podremos tararear. La discografía de Luca tiene discos sacados a lo punk: duplicados en CD vírgenes y con el arte impreso en casa, vendidos en recitales. Autogestión pura. En cuanto al formato, 3 cuotas de 200 guerras ya viene en una cajita linda, con un arte y diseño muy cuidados, aunque sigue siendo una edición por fuera de los estándares de la industria y la legalidad sadaiquense. 3 cuotas... forma parte de la última etapa de Luca. Es el cuarto álbum. Algunas de sus canciones venían siendo tocadas en vivo antes de un viaje que fue crucial en la historia del trío. Podemos decir que en 2010 el grupo se fue de gira a Bolivia, en un momento alto de su carrera, volviendo disueltos. Luego vendrá la reunión, sobre fines de 2012, con un single (“El metal”, donde todos los integrantes cambiaban de roles, cantando Genaro, el baterista) y finalmente la preparación y edición de este disco, en el marco de una campaña de prensa única en Salta: “Volvimos por la guita”, rezaba el eslogan con el que el grupo empapeló la ciudad, incluso con un cartel de gran tamaño en la pared del estadio de Gimnasia y Tiro que da a la Avenida Del Bicentenario. Yendo a lo musical, el disco supera holgadamente el adjetivo punk que se asocia inmediatamente a la banda. Creo
que todo un sinfín de influencias aparecen plasmadas en la obra y es un merecido cierre de carrera, donde se sintetiza la historia de la banda. El esquema de tres tonos queda desbordado, con muchos arreglos, inflexiones vocales y acordes que en lo musical muestran la evolución musical de los muchachos.
3 cuotas de 200 guerras se resume en casi 23 minutos. Podría ser un EP, pero es el disco que expresa la madurez de Luca Makonia
El disco abre con “Mielda”, un hermoso juego de palabras donde hay un otro interpelado, desenmascarado; todos sabemos que tu miel en realidad es mierda. “Ni los gorilas van a quererte de amigo”, es la última frase de la canción. La grieta, expuesta a flor de piel. “Gordo con remera de chancho”, es el segundo tema, acaso el que terminó siendo mi favorito en los recitales, un temita con un sube y baja tremendo, algo así como Tom Waits haciendo un reggae punk con los Weezer.
El tercer tema es “Pero yos”, un reggae calmo, seguido por “Como miles de hermosas canciones”, un punk muy Luca. 39 segundos al palo en plan EOY que da pie a “Los 80”, una de las canciones que tienen ese sello propio de las ultimas composiciones de la banda (tiene un dejo a “El metal”, justamente el single al que referíamos anteriormente). Era inevitable que The Beatles aparecieran mencionados en alguna letra. “Pozos” es una bossa, el arriba/abajo, mutando en distorsión sobre el final. “Tuentizurdo”, el track 7, está hermanado con “Gordo con remera…”, trabajado sobre ese esquema de bajar mucho la intensidad y el clima para luego levantar. Son canciones de trance que en ciertos momentos de un recital en vivo parecían durar mucho más del tiempo real de interpretación. El octavo tema es “Giran”, una balada muy linda, donde puede oírse una guitarra criolla de fondo, logrando que la canción destaque por sobre los arreglos. El cierre a puro corito de “oh, oh” es un tributo a esas canciones fogoneras que nunca deben faltar. Cierran el disco “Felices de tenerlo roto” y “Nube”. Esta última es una canción de amor/desamor, donde es imposible no ver una gran influencia, tanto a nivel letra como a nivel pasajes musicales, del “Please, Please Me” beatle. 3 cuotas... se resume en casi 23 minutos, podría ser un EP, pero es el disco que expresa la madurez de Luca Makonia. Como dato de color, vale la pena señalar que la presentación asumió el formato película y fue proyectada en una sala del complejo de cines de un shopping salteño.
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Por Federico Anzardi // Fotos: Maximiliano Hanne
DE VIEJA ESCUELA PERO ACTUAL Con Ido y Lúcido, el disco que aparecerá a fines de octubre, los tucumanos Senegal Grindcore Mafia intentarán redefinir las reglas del under a fuerza de trabajo colectivo. 8
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n los estudios de Canal 10 de Tucumán, en Yerba Buena, se vivieron momentos de incertidumbre total el pasado mes de septiembre. Los miembros de la tribuna del late night show De Noche con Miguel Martín no pudieron ocultar gestos evidentes de perplejidad, risa y confusión. No entendían nada de lo que pasaba entre esos cuatro muchachos de elegante negro que se desgarraban las entrañas en el escenario con una música imposible para los estándares comerciales televisivos. Mientras el cantante emitía alaridos dignos de clímax de película de terror, una mujer de rulos intentaba contener la carcajada y una chica joven se tapaba la cara en inequívoca pose de incredulidad. Dos semanas después, Raúl García Posse, cantante y guitarrista de la Senegal Grindcore Mafia, está sentado en un bar del barrio de Parque Chas, en la Ciudad de Buenos Aires. Ya no está vestido de negro y con una tranquila voz cuenta la risa que les provocó a él y a sus compañeros ver el video de la reacción del público en el canal. Les gustó tanto que lo usaron para promocionar la inminente aparición de Ido y Lúcido, el segundo disco del grupo, que se publicará el 23 de octubre en CD y cinco días después se podrá escuchar en formato digital. Raúl cuenta que en “Rocco invade Polonia”, la canción que mostraron en la tele, la voz tiene una exigencia “descomunal”, algo que podrían certificar en Canal 10. El resto del álbum fue construido en base a un sacrificio similar, ya que durante todo el proceso de creación, los cuatro músicos (a la banda la completan Pablo Lamela Bianchi en bajo, Gaspar Rojas en guitarra y voz y Germán Gómez en batería) trabajaron con una intensidad que por momentos los aniquiló física y mentalmente. “Después de eso (cantar en televisión), fue el momento en que encontré lo que venía buscando. Logré cantar el disco y quedar con resto y ganas para seguir. Cosa que no me había pasado, para mí era como correr una maratón de rodillas. Un montón de veces tenía ganas de decir ‘muchachos, por favor paremos, que me está matando’. Y lo mismo pasó con cada uno de los integrantes. Todos hemos tenido algún problema psicosomático”, dice. Para definir Ido y Lúcido es conveniente citar una frase que aparece en el libro interno del propio disco: “Un planchazo en la espalda, de esos que te hacen tirar la cabeza hacia atrás”. En cuarenta minutos, la banda ofrece “violencia apta para todo público” condensada en seis canciones: “3DXH”, la ya mencionada “Rocco...”, “Está estallada”, “Un cinto y un placard”, “Doble yema” y el bonus track con “Los sobrevivientes de Armstrong”.
“Queríamos hacer un súper disco grabado en vivo en un súper estudio”, recuerda Raúl. “Una vez que decidimos que íbamos a hacer un súper disco salió el nombre, que tiene que ver con el proceso de composición -sigue-. Hay ensayos que se plantean un poco como una salida de fin de semana. Nos ponemos a ensayar y capaz que tomamos unas birras, fumamos un poco, estamos todos re locos componiendo y salen cosas increíbles. Y después, en un punto, nos chocamos contra la pared. Entonces tuvimos que buscar otro medio, que era la lucidez absoluta. Nos prohibimos cualquier sustancia en ensayo, era todo súper rígido y eso nos hizo avanzar un montón. Fue toda una tarea de descubrimiento, de encontrar el medio entre
“La idea de encontrar el medio entre los opuestos hizo que pasemos a descubrir que en la composición los conceptos ido y lúcido están todo el tiempo. Al punto que no se diferencia si es psicodélico o si es súper pesado”.
muchas cosas y alejarnos de los extremos también. Tiene ese tinte existencialista el disco. En ese sentido, habla mucho del estrés, del miedo. Esa idea de encontrar el medio entre los opuestos hizo que pasemos de querer hacer un disco doble, uno Ido, otro Lúcido, a descubrir que en la composición esos dos conceptos están todo el tiempo. Al punto que no se diferencia si es psicodélico o si es súper pesado”. Ido y Lúcido se grabó en vivo en el estudio cordobés Sonorámica, durante dos sesiones realizadas a fines de mayo. Para Raúl, se trata de un disco “bastante visceral” que al mismo tiempo suena
“bastante producido”. “Si no te digo que está grabado en vivo podrías llegar a pensar que está grabado en ochenta tomas hasta encontrar la correcta. Viste que por ahí las transiciones entre algunos riffs o algunas texturas se logran a través de la computadora, con algunos programas o efectos. En este caso, nos planteamos la idea de mezclarlo nosotros con las manos. Es decir, todo el manejo de las intensidades, los volúmenes, las intenciones y la dinámica que tiene el disco, buscamos lograrlo con las manos. Ahí nos dimos cuenta de que estábamos acostumbrados a tocar todo el tiempo fuerte, lo cual en cierto punto estaba bueno, pero nos dimos cuenta de que teníamos que bajar la intensidad para que cuando quisiéramos subirla, se note”, explica. “Gracias al ingeniero que se encargó de la grabación, que es Sebastián Ruiz, hemos aprendido que más distorsión no es más pesado -aclara Raúl-. Le dimos más lugar al bajo y ahora tiene menos distorsión pero se nota más la dinámica. Hay partes donde le empezamos a pegar muy fuerte y hasta pareciera que con la computadora se subió el volumen del disco. Como que te empieza a saturar un poco todo, y todo está en las manos. Y lo mejor, en ese sentido, fue que cuando laburamos con Jack Shirley el tema de la mezcla, el chabón nos dio a entender que la experiencia fue muy buena y muy fácil. Ya estaba gran parte del trabajo hecho. Por supuesto, el toque del chabón lo potenció diez veces”. La banda grabó el disco y fabricó mil copias gracias al aporte de cientos de “activistas”, que pusieron el dinero necesario. Los músicos quisieron lograr un elevado nivel de interacción con el público que fuera incluso más allá del financiamiento colectivo. A principios de año abrieron un grupo de Facebook donde explicaron sus objetivos: “Los tiempos han cambiado; tenemos tantas herramientas de comunicación disponibles que nos parece justo y necesario comenzar a hacer todo desde el ‘nosotros’. Queremos que el disco sea plural, que lo sientan suyo”, escribieron a modo de bienvenida. El grupo consultó con más de 800 usuarios todo lo relacionado a la creación del álbum. Desde el diseño hasta la manera de difundirlo. En dos días recolectaron treinta mil pesos. “La campaña duró cincuenta días. En realidad podría haber sido un poco menos. Por lo general suelen durar un mes, cuarenta días. Nosotros pusimos cincuenta como para estar seguros y la mayor sorpresa que hemos tenido ha sido que a los dos días de haberlo lanzado ya estaba cubierto el cincuenta por ciento. En base a ese factor hemos sacado un montón de conclusiones. Por ejemplo, para que el Ente de Cultura de Tucumán nos diera diez mil pesos
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para este disco hemos tenido que presentar una carpeta e intentar empujarla una vez dentro durante cuatro meses. Y viene la gente y en dos días te da treinta mil”, cuenta. Los aportes llegaron desde Buenos Aires y Tucumán, principalmente. “Pero estuvo bastante repartido -dice Raúl-. Hay mucha gente del sur, hay gente de Misiones, de Corrientes, de un montón de provincias que hasta ahora no visitamos, no fuimos a tocar. Está bueno porque, más allá del laburo que hacemos de difusión en redes sociales y todo eso, de alguna forma se va conociendo un poco más”. La forma de trabajo que implementó la banda busca una transformación del under que le permita a los músicos poder realizar una carrera lo más profesional posible: “No es plantearlo como salir del under porque hablando en esos términos también empiezan a aparecer las palabras ‘emergente’, que está buena pero a su vez tiene como una connotación despectiva, que te tira para abajo, como que no está arriba ni en el medio, está queriendo salir. Justamente, nosotros sabemos de dónde venimos, hemos hecho ese laburo, nos hemos sincerado con nosotros mismos y hemos tratado de cubrir y definir en dónde estamos parados, en qué momento. Y nos dimos cuenta de que no estábamos en un nivel del todo bueno, en el sentido que no nos permitía trabajar con la música”. “En el under hacer música es un lujo, un gustito que te das en el tiempo libre, entonces la propuesta es transformar el under en algo que nos sirva para trabajar. Y en ese cometido el rol de la gente es fundamental. La cantidad de plata que hemos juntado con la campaña de financiamiento colectivo responde también a un montón de cosas que están mucho más allá de la música y que de donde venimos nosotros, del nivel que venimos, no le venimos prestando atención. La gente puso toda esa plata sin haber visto la tapa del disco, sin haberlo escuchado. Yo estuve dos días sin dormir tratando de entender. Viste que está esa creencia que hacés algo, pegó y se hizo viral y funcionó. Y no fue así. Empezamos a pensar qué es lo que generó esto, más allá de la música, más allá de que es gente que por ahí escuchó el primer disco (Hay daño en casa, de 2015), le gustó mucho y dijo bueno, vamos a apoyar. Está esa expec-
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tativa pero a su vez creo que va mucho más allá, tiene que ver con un montón de cosas. La base de todo eso es la confianza y creo que eso se debe a que nosotros hemos sido muy transparentes en todo momento. Nos mandamos un par de cagadas con los plazos, con un par de cosas, y lo hemos comunicado a la gente, hemos explicado cosas que por ahí el público en general no conoce: el tema de la mezcla, la masterización, en qué consiste, para qué sirve. Y todas las dificultades que hemos tenido. Y en algunas ocasiones las soluciones vinieron de parte del público”, dice. En la contratapa del disco, la banda
“En el under hacer música es un lujo, un gustito que te das en el tiempo libre, entonces la propuesta es transformarlo en algo que nos sirva para trabajar. Y en ese cometido el rol de la gente es fundamental”.
aclara que es “bienvenida toda reproducción, réplica, copia, imitación, canje, préstamo, regalo, radio difusión y ejecución pública”. “No hace falta autorización, no te lo guardes”, pide. Para Raúl, la Senegal está más lista que nunca para ser difundida: “Algo que hemos descubierto es que no todas las bandas son grupos. De hecho, la Senegal Grindcore Mafia, en el primer disco, no era
un grupo, era una banda. Todos tocábamos con cierto nivel, la banda sonaba bien, estaban buenos los temas, estaban bien grabados, estaba bueno el disco, pero no tenía la contundencia que tiene este álbum en particular, no solamente en lo musical sino en cuanto a las decisiones y en cuanto a la transparencia. Hemos llegado al punto de poder contarle a la gente un problema y que uno de los chicos pueda hablar en nombre de todos los otros y que después no haya problemas. Eso parece una boludez pero es así. Si hablás con un fotógrafo, un iluminador o un sonidista te van a decir ‘vino el cantante, me dijo que íbamos a hacer tal cosa y después el bajista me dijo otra’. Se generó esa unión con la gente misma. Nosotros estamos proponiendo algo con lo que la gente se está identificando. Vamos a hacer de esto un medio de vida. Creo que ahí está el punto en el que nos unimos con la gente. Todos quieren que la movida crezca, quieren ver a su banda, a la banda que le gusta, tocando en un lugar más grande, con mejor sonido, con luces”. Después de que el disco sea publicado y distribuido, llegará el momento de trasladar la experiencia al vivo. Y el objetivo será lograr la interacción con el público para llevar a cabo buenos shows: “Justamente veníamos hablando de ese tema, respecto a que toda esta transformación que ha tenido la banda ha girado en torno a grabar el disco y materializarlo. Ahora tenemos el objetivo de tocarlo y generar un espectáculo, una experiencia de eso que está en el CD. Si me preguntabas hace un año tal vez yo hubiera creído que era ir, tocar y nada más. Ahora nos dimos cuenta de que tenemos que prestarle atención a un montón de cosas: las luces, la puntualidad, a que la gente esté cómoda, a que sea temprano, a que no sea una noche de reviente. No nos gusta que el rock siga siendo sinónimo de peligro. Queremos cambiar esas condiciones impuestas desde afuera. Por lo menos para nosotros y después para el que le haya gustado, para que pueda hacer algo propio y tomarlo de referencia. Acá en el disco decimos que es violencia apta para todo público, como una forma donde la violencia se vuelve un poco sana. Trata un poco de eso, de las contradicciones y de encontrar el punto medio”.
Por Eduardo Pece // Fotos: Luciana Demichelis
FASCINACIÓN, NECESIDAD Y URGENCIA ENTREVISTA A EL ESTRELLERO, ATRACTIVA AGRUPACIÓN PLATENSE DE POP/ROCK (¡NO LE DIGAN INDIE!) QUE LUCHA PARA NO GRABAR UN DISCO NUEVO DESPUÉS DE CADA ENSAYO. CANCIONES TRABAJADAS, HUMOR NEGRO, DESAMORES Y CONTRADICCIONES. 11
Tras la separación de otros proyectos y en medio de carreras solistas se fundó El Estrellero, que llamó la atención desde sus primeros pasos. Un excelente disco debut titulado Drama (2016) les abrió las puertas de una escena siempre necesitada de grupos con algo distinto. De la mano de este material fueron parte de varias de las listas de mejores álbumes del año pasado y lo coronaron en diciembre siendo parte del Festival BUE, invitación mediante llamado de su creador Daniel Grinbank. La banda está conformada por Lautaro Barceló en guitarra y voz, Juan Irio en bajo y voz, Alejo Klimavicius en guitarra y voz, Juan Baro Latrubesse en teclados y Gregorio Jáuregui en batería. Lo lógico para los grupos debutantes sería presentar el aclamado álbum inicial por todos lados, exprimirlo hasta el final. Pero viendo lo que se había generado en los ensayos y el vivo la banda editó su segundo disco, Los Magos, en agosto de este año. Un trabajo para algunos apresurado, pero certero e inspirado. Al respecto, dice Lautaro Barceló: “Hacemos lo mejor que podemos para no sacar diez discos por año, esa es la realidad. El laburo de El Estrellero pasa más por filtrar que por componer, porque eso ya nos sale naturalmente. Por ahí un domingo te largás, hacés cinco canciones y las querés grabar y salir a tocar ya. Y no. Yo me quedo pensando si siquiera son válidas para mandarlas bocetadas con el celular, o si a los chicos les va a gustar ensayarlas, o si suman al imaginario. En fin, si realmente dijiste algo en esa canción que valga la pena escuchar. Hace poco leí una nota a Lucrecia Martel en La Nación, donde dice que no filma tanto porque no tiene tanto para decir y que es una idea ecológica no llenar las góndolas con las películas de uno. Eso es algo que aplicamos con El Estrellero, aunque no parezca. Para Drama grabamos 17 canciones y quedaron diez. Pero podríamos haber grabado mil”. Completa Juan Irio: “En realidad, somos los cinco bastante prolíficos a la hora de crear canciones y eso hace que de repente tengamos suficientes como para poner en un disco y continuar haciendo canciones. Necesitamos avanzar, porque nos gusta avanzar y se da naturalmente. Imaginate que si tenés quince canciones para ensayar no te dan los tiempos para ensayar las nuevas que van surgiendo. Necesitás darle lugar a la creación porque eso es lo que nos nutre como músicos. Pero sí, puede verse como algo apresurado. El primer disco se dio tan rápido, nació con la banda recién formada, que creo que empezamos a pensar el segundo antes de grabar el primero. Hay algo de apresurado, pero no lo tomamos como algo negativo, sino todo lo contrario. ‘Castigo al desamor’, por ejemplo, se
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ensayó cuatro o cinco veces antes de grabarse, y termina abriendo el disco porque la vimos fresca y directa”. Entonces estamos ante un caso salmonesco de apresuramiento y calidad. Los Magos sobrepasa en todo sentido a Drama. Incluso las fichas técnicas publicadas en el Bandcamp del grupo revelan que lo nuevo ya no es parte del binomio Irio/Barceló sino propio de El Estrellero, con el resto de los integrantes inmersos en la composiciones y letras, además de los arreglos. Justamente esos textos que calan hondo en el cuore y van pasando del humor negro a la bella poesía. - En una nota para el medio rosarino Rapto hablaban de lo acentuado que está el grupo en este disco y que se encontraron como músicos después de un inicio apresurado. ¿Pue-
“Cuando lo que se llama emergente tiene más intensidad, alma y corazón que lo que está por encima, sucede lo lógico y las cosas se acomodan”.
den contar un poco más de eso? - Juan Irio: En Drama casi no nos conocíamos. Teníamos cinco meses juntos y empezamos a grabar. No sabíamos los lugares comunes del otro, ni sabíamos darnos lugar para destacar lo mejor de cada uno. Eso recién lo empezamos a entender cuando grabamos Los Magos, y te digo que recién ahora también está cobrando fuerza. Por ahí, ser apresurados lleva a que se pueda notar la evolución de la banda paso a paso. En Los Magos ya hay un concepto más concreto de disco, hay una participación equilibrada, colectiva, se puede escuchar cada instrumento por separado y entender cómo contribuye a darle forma a El Estrellero.
- Lautaro Barceló: Me pasa de escuchar a Tom Verlaine afinar la guitarra y que ya me suene a Television. Creo que con El Estrellero empieza a pasar eso gracias a que cada día aportamos más a la banda, como si fuera un gran vuelco de conceptos. El Estrellero se nutre de nuestras individualidades y su derivar es siempre misterioso, como si se tratara de una conversación con una entidad desconocida a través de un tablero de Ouija. Al conocernos más, las respuestas del más allá llegan mucho más rápido. - En Los Magos se nota otro sonido, sobre todo en las voces. ¿Cómo llegaron a eso? - L: Hay dos cuestiones. Desde lo técnico, las voces fueron grabadas igual que en Drama: un micrófono vintage de origen estonio en una habitación con vista a los baldíos. Pero como la voz se acomoda respecto al resto de los objetos, tarea encargada a don Francisco Stuart Milne, es válido sentirla distinta. El otro punto es lo interpretativo. El disco anterior está mayormente cantado por Juan y en este me tocó a mí cantar un poco más, además de la inclusión de Alejo como cantante. Nos tentamos con experimentar algunos timbres: en una usamos el Auto-Tune como instrumento, en otro llevamos la voz a la fritura natural más extrema. No hay dos canciones iguales en el disco, así que era menester explorar nuestras cuerdas vocales. - En este disco se siente un humor negro flotando todo el tiempo. ¿Buscaron esa impronta para el álbum? - J: No había pensado la posibilidad de que se leyera como humor negro, pero puede ser. Básicamente hablamos mucho de contradicciones, y el humor negro es pura contradicción. Cuando nos dimos cuenta que las letras del disco tenían presente siempre esas dicotomías, acentuamos un poco la idea y redondeamos eso de hablar de algo reflejado en su opuesto. “El vómito caliente cae sobre la medalla del amor” es una frase que tiene la idea plasmada. No hay nada más desagradable que un vómito caliente, y no hay nada más preciado que el triunfo del amor. La imagen es algo inquietante, tenés razón. - L: Tenemos muchas influencias literarias, tantas como musicales, y el humor es constituyente de cualquier pieza literaria que se precie de ser tal. Me es imposible encontrar un solo autor que me guste y no haga uso del humor aún en la más sutil de sus formas. Con Juan compartimos el gusto por la poesía del romanticismo, y también hay varios rastros de poesía hermética en Los Magos. A mí me parece que el humor de El Estrellero, ese que catalogás “humor negro”, es un humor que no sabés qué sensación te deja, si de risa, de tristeza o de otra cosa. No escribimos un disco para hacer reír, escribimos para generar
El Estrellero: Juan Baro Latrubesse, Gregorio Jauregui, Alejo Klimavicius, Lautaro Barceló y Juan Irio.
la sensación de “todas las sensaciones”. Los medios siempre esperan a los próximos Redondos, Soda, Spinetta y demás. Se sabe que las comparaciones son sencillas de hacer y casi nadie se priva de ellas. No son pocos los que piensan que esos nuevos grandes grupos saldrán del llamado indie rock, etiqueta que desde unos años para acá sirvió para enmarcar todo y hoy ya no entendemos muy bien qué significa. Como explica el bajista, “no sabemos qué es el indie rock”. “Es un concepto que hemos usado todos durante años para referirnos a las bandas independientes en general -sigue-, incluyendo a las que hacen shoegaze, psicodelia, garage, power pop, dream pop o glam. Entonces, el concepto quedó demasiado amplio para el preconcepto inicial que hacía referencia a bandas modelo como R.E.M. y que en Argentina tuvo su explosión a mediados de los 2000 con la primera gran crisis del mainstream post Cromañón. Si te fijás, poco tenemos en común nosotros con Perras On The Beach, y estamos catalogados dentro de un mismo género”. Y sentencia: “Me parece que lo que termina destacando a las bandas es mucho más que una etiqueta, es la intención
de comunicar la música y el modo de hacerlo lo que termina prendiendo, sobre todo cuando estuvo agotada la idea del mainstream local, no hubo bandas convocantes -se las buscó en Uruguayy no hubo ideas nuevas ni propuestas interesantes para un público que de a poco fue necesitando renovación. Hoy hay un mundo maravilloso en calidad y cantidad, es hora de quemar la Corte y darle lugar a todas esas bandas que recuperan el espíritu del primer rock argentino”. Este año sobresalen dos bandas del llamado indie rock: El mató a un policía motorizado y Los Espíritus. Si bien todavía no alcanzaron la masividad de los estadios, sus últimos discos les permitieron un salto de popularidad a la par de seguir con el status de culto que lleva a cierta parte de la industria a replantear un paradigma en el cual sólo servía llenar River. Juan Irio coincide con esto: “No son hechos aislados, como te decía, sino síntomas de una necesidad de renovación que encontró en El mató o Los Espíritus dos exponentes de calidad, que hicieron sobrados méritos para vivir este presente. El mató se ganó una tapa de la Rolling Stone -revista mainstream por excelencia- por
fuerza propia. Cuando lo que se llama emergente tiene más peso e intensidad, alma y corazón que lo que está por encima, sucede lo lógico y las cosas se acomodan”. El Mangueras Musmanno Rock Festival del que hablaba Peter Capusotto parece haber llegado para quedarse aunque para el año que viene los principales festivales del país planteen cosas distintas. Por un lado, el Cosquín Rock se condensará en dos días, mientras que el Lollapaloza Argentina se expandirá a tres fechas. En medio de esos enormes tanques hay festivales que tienen una curaduría especial, como el BUE, que volvió el año pasado y que repetirá en diciembre, logrando un grilla no tan extensa y con la curiosidad de contar con mega bandas internacionales y grupos argentinos nuevos. El año pasado, El Estrellero compartió cartel con Iggy Pop, The Flaming Lips, Wilco y otros tanques. Pero a diferencia de los grupos que defenestran tales eventos, el saldo para ellos fue positivo. Como indica Irio: “Sirve, te ve gente, tocás con buen sonido, rodeado de artistas maravillosos y es una aventura que está buenísima. Lo haríamos todo el tiempo si pudiéramos, porque además no pagás la entrada”.
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Por Ana Laura Elbirt*
ESA ENCANTADORA DESUBICACIÓN
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A propósito del estreno de Zama, algunas anotaciones sobre el cine de Lucrecia Martel.
ay tres elementos fundamentales en el cine de Lucrecia Martel: la presencia perturbadora de la oralidad en la construcción del relato, la caracterización de personajes y la enorme capacidad de la directora salteña para pensar críticamente la historia.
Un cine para el oído Martel considera a la oralidad como el elemento estructurante de su cine, pero también como un rasgo propio de Salta. En numerosas entrevistas ha manifestado la enorme influencia de los relatos orales, recordando los cuentos de terror narrados por su abuela durante las siestas en el sofocante verano. El gesto vanguardista que consiste en desplazar la centralidad del espacio visual hacia el espacio sonoro le otorga realismo y cercanía a sus películas porque hace inteligibles detalles que son cotidianos y comunes, pero que por eso mismo pasan desapercibidos. Pero además, Martel considera al sonido como productor de emociones y como fuerza que permite desactivar la fuerte referencia de la imagen en el marco de un sistema de creencias preeminentemente visual. El sonido/la oralidad es lo que hace dudar al dogmatismo visual. El sistema de creencias corresponde a la religión, temática fundamental en sus películas y que remiten a su pasado de niña católica. El apoyo en el relato oral constituye una crítica al mundo colonial en dos sentidos: las imágenes fueron un poderoso vehículo de evangelización por parte de la Iglesia Católica, y la Conquista en América significó la introducción traumática de una novedad para los pueblos del continente: la escritura. En 2015, Lucrecia Martel presentó un proyecto cultural para la creación de una Audioteca de cuentos argentinos, propuesta que marca su posicionamiento político-intelectual de revalorización de la memoria oral en estas latitudes.
De indios urbanos y chinitas carnavaleras Si lo vemos desde la antropología,
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la cultura es un sistema en el que los grupos sociales clasifican y ordenan el mundo. Este permite asignar identidades “puras” que muchas veces son utilizadas como argumentos para justificar la estigmatización o reforzar jerarquías sociales. Lucrecia Martel juega con esta construcción de identidades a través de la figura del “indio urbano”. El indio urbano es el “indio no permitido” en la ciudad: es la “sirvienta” acusada de robar toallas y sábanas (La Ciénaga) o las enfermeras en el hospital público (La mujer sin cabeza). Uno de los elementos interesantes en sus películas es la caracterización de las relaciones sociales en Salta, donde se muestra la pervivencia de un sistema paternalista de origen colonial que funcionó formalmente hasta bien entrado el siglo XX: el sistema de tutelas consiste en “la protección” de un/a joven del interior de la provincia por parte de las “familias decentes” o “instituciones de beneficencia”: la “chinita” y el “chango” son estos/as jóvenes que “a cambio” de vivir en la casa de estas familias realizan actividades de servicio doméstico. En La Ciénaga los vínculos tutelares están representados en detalle y permiten describir la compleja trama relacional en una provincia que arrastra estructuras coloniales de poder, enfatizadas por un contexto de crisis propio del capitalismo contemporáneo. El resultado de esta descripción minuciosa de las relaciones sociales hace a la obra perturbadora de Martel, por cuanto no cae en miradas exóticas asociadas a un costumbrismo provinciano tan característico del folclore. En el mismo sentido, no pasan inadvertidas las conversaciones sobre un viaje a la frontera con Bolivia para “comprar barato” entre “la Tali” (Mercedes Morán) y “la Mecha” (Graciela Borges) en La Ciénaga. Diálogos que permiten trazar un mapa imaginario donde Salta y Bolivia constituyen territorios de frontera difusa y porosa. Estas conversaciones se distancian del discurso oficial donde Bolivia (y lo boliviano) es lo exterior/peligroso, y lejano a una provincia que en los folletos turísticos se presenta orgullosa de un pasado hispánico-colonial en detrimento de sus rasgos marcadamente andinos.
Un cine de anticipación Estudios especializados sugieren que La Ciénaga es un documento interesante para pensar la caída de la clase media argentina y la decadencia del sistema político. La propia Martel ha destacado que el estreno de su ópera prima se produjo dos meses antes de los acontecimientos conocidos como la crisis de diciembre de 2001. Para J. Andermann el cine de la década del noventa tuvo un poder de reflexión sobre los márgenes sociales y geográficos que la inmediatez y espectacularización de la televisión no tuvo: el cine de esta etapa se caracterizó por una cierta anticipación a lo que ocurriría en el estallido de los procesos neoliberales. El primer largometraje de Martel tiene la coloratura propia de las crisis. Las crisis son momentos álgidos donde el pasado más desgarrador se hace presente. El modo de construcción del relato audiovisual, apoyado en la oralidad cotidiana, convierte a esta obra en un escenario propicio para mirar nuestras miserias. Las películas que siguieron, La niña santa y La mujer sin cabeza, continúan en la línea de la primera producción. Su nueva película, Zama, es una ruptura en relación a la trilogía precedente, sin embargo, en recientes entrevistas Martel se explayó sobre una problemática que se desprende en el film: la cuestión indígena, la propiedad concentrada de la tierra y la actual criminalización hacia la comunidad mapuche. Zama se sitúa en el pasado, es una “película de época” pero habla del presente; los tres primeros largometrajes de esta directora, en cambio, se sitúan en el presente pero en ellos se percibe todo el peso de la historia: lo reprimido, lo que se repite cíclicamente y estalla en desgarradoras crisis. La exaltada espera del estreno de Zama es la expresión de un trabajo ineludible para entender nuestra contemporaneidad, si entendemos por contemporánea a una mujer profundamente desubicada para su época. *Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la U.N.Sa.
NO HAY TIEMPO DE MÁS Por Santiago Segura // Fotos: Mathias Magritte
Cada minuto es un minuto menos para Los Espíritus. Antes de su llegada a Salta, Tucumán y Jujuy, los músicos hablan del año imparable en el que se convirtieron en los representantes del nuevo rock nacional y popular.
Maxi Prietto, en vivo. En las pรกginas anteriores y en tapa: la banda en Plasma, el bar donde grabaron los dos primeros discos.
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in parar y hacia delante, Los Espíritus no dan descanso a su música ni a sus cuerpos. No es una obligación ni sucede como cantan en “La rueda que mueve al mundo”, donde ésta debe girar y girar para que todo continúe como está (es decir, mal, porque “la rueda alimenta a unos pocos”). Desde que comenzó 2017, Fer Barrey (percusión), Pipe Correa (batería), Martín Fernández Batmalle (bajo), Miguel Mactas (guitarras), Santi Moraes (guitarra acústica y voces) y Maxi Prietto (guitarras y voces) viven casi en estado de gira permanente. Pero más que estar supeditados a los designios de una maliciosa fuerza superior, lo hacen llevados por sus canciones. El aumento de la popularidad del grupo, en especial desde la edición de Gratitud (2015), fue notorio, y no sólo en nuestro país: la banda ya tiene su legión de fans en México y Colombia, donde los reciben como locales. El desafío es viajar, escuchar nuevas músicas, disfrutar arriba del escenario. Y, un poco, conservar la sana inconsciencia ante una realidad insoslayable: fueron la banda de abajo que más creció en estos dos años de recesión. Por eso, desde que en mayo publicaron Agua ardiente -su tercer disco en cuatro años- no se detuvieron ni un segundo, llevando a la práctica aquello que cantan en la primera canción del álbum: “Como mares que quiebran las rocas/ O huracanes que llevan las olas/ Así de fuertes somos”. Ellos son los primeros en reconocer el éxito de su propuesta, aunque no comprenden por qué sus canciones pegaron así. La dupla Barrey-Prietto intentará llegar a una conclusión del fenómeno. “Este momento de charla es cuando caés y tomás consciencia. Porque si no, estás siempre en una”, dice Fer. Las entrevistas, entonces, funcionan para reflexionar sobre lo hecho en el año: “Arrancamos grabando el disco, yendo a México, a Colombia. Eso en la primera mitad. Y ¡ahora estamos repitiendo todo!”, sigue Barrey, sorprendido del ritmo irrefrenable que tienen sus días. Maxi cuenta los pasos: “El 1 de enero entramos a ensayar el disco, lo grabamos en la última semana del mes. Para mitad de marzo ya estaba terminado, y el 1 de mayo lo subimos. (Cuenta los meses con la mano). En estos cuatro meses y pico pasó de todo, estuvimos por todos lados”. Entre los dos tratan de recordar las fechas que se les vienen: a horas de esta charla tocarán en Neuquén y luego visitarán La Plata -en el Estadio Polideportivo de Gimnasia, con capacidad para tres mil espectadores-, como antesala de un cierre de año bombástico que incluye una gira europea por varias ciudades de España y Francia, el arribo, al fin, a nuestra región -el 3 de noviembre en el Robert Nesta de Tucumán, el 4 en el Zumba
salteño, el 5 en Zeppelin de Jujuy-, más escalas por Chile y Costa Rica. Y el broche de oro: el 2 de diciembre llegarán al Estadio Malvinas Argentinas. “Entran como siete mil personas, vamos a ver qué pasa”, dice Maxi antes de estallar en una carcajada cómplice con su compañero. Ni ellos mismos se lo creen, y quizá sea el secreto. Barrey asegura que “cualquier banda normal hace esto en dos años. Quizá grabás el disco y planificás, pero nosotros estamos al palo”.
En Agua ardiente, lo que antes aparecía narrado en forma de historias picantes se dispara cual dardos. Viajes donde los pasajeros se aguantan la mirada, la queja, la bronca; el diablo cargando, además de las armas, las urnas. Algo pasó y tuvo su efecto.
-¿Qué lugares nuevos visitaron en 2017? -MP: A San Luis nunca habíamos ido. Al principio, girar era ir a que nos escuchen un par de personas y se corra la bola. La idea era hacerlo y repetirlo hasta que eso empiece a avanzar de alguna forma. Ahora hay lugares a los que vamos por primera vez y ya hay un piso. - FB: En San Luis había más de 300 personas. Me parece que pasa por ahí, se corre la bola, a la gente le gusta el disco y va. Porque nunca habíamos ido, ni siquiera con una banda local. Al principio hacíamos así: abría una banda de ahí y después tocábamos nosotros. Lo más zarpado del público nuestro es que no va el tipo al que le gusta el blues o el rock nada más. Tenés familias, gente grande, pendejos. Es un público muy heterogéneo. -Ustedes parecen ser una banda crossover, los sigue gente de todos los
palos. -FB: Es así. Lo vemos en recitales que van 200 personas y también en El Teatro de Flores (donde agotaron entradas en mayo). Ahí te das cuenta que la música va más allá, no hay una fórmula. -Pero sobran ejemplos de bandas donde se da el boca a boca y no llegan a tanta gente. ¿Piensan qué es lo que hace que ustedes trasciendan más que otros grupos? -MP: Sí, pero no tengo ni idea. La gente te elige. Sí convergen un montón de cosas: está la parte rítmica y las influencias latinas que tiene el proyecto, que es algo nuevo para mí, y eso tiene mezclados también algunos conceptos de psicodelia. También tiene, no sé, acoples de guitarra que pueden venir de algo más noventoso. A todos nos gusta Mano Negra, que es un grupo que fusiona, y no nos da miedo eso. Pero también hay grupos que mezclan todo y a la gente no le gusta, por eso digo que no tengo idea. En varias entrevistas nos preguntan esto, como si tuviéramos la fórmula para que la gente vaya a vernos. ¡Ojalá lo supiéramos! **** Agua ardiente terminó de cimentar el ideario sonoro del grupo. Es un disco de quiebre y de continuidades a la vez: persiste el blues como punto de partida y envolvente general, los visos de psicodelia (si hay algo que sucede en sus shows es lo que ellos mismos contarán más adelante: empatía y trance) y el elemento percusivo que profundiza su toque afroamericano. El fraseo reo de Prietto y Moraes a la hora de cantar -esas voces casi gemelas: como Solari-Beilinson, Spinetta-Del Guercio o Morrissey-Marr, los amigos hablan y cantan parecido- termina de cocinar un guiso espeso y con varios ingredientes. ¿Dónde está la ruptura, entonces? Lo distintivo lo da el nivel de producción -que refleja el vivo del grupo, orgánico y humeante; delicado cuando bajan, por qué no- y un nuevo sabor en la lírica: las referencias directas a la coyuntura política y social. Lo que antes aparecía narrado en forma de historias picantes, en Agua ardiente se dispara cual dardos (ojo, las historias siguen ahí), en particular en un puñado de canciones: la citada “La rueda que mueve al mundo, “La mirada” y “Las armas las carga el diablo”. Viajes donde los pasajeros se aguantan la mirada, la queja, la bronca -“El pasaje sale el doble/ y ninguno dijo nada”-; el diablo cargando, además de las armas, las urnas. Algo pasó y tuvo su efecto. -¿Sienten que hay un diálogo con la época? En Flores, el público gritaba contra Macri. Y da la sensación de que la banda con sus letras acompa-
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ña el momento. -MP: Por un lado sí, pero por otro, el crecimiento del grupo venía llegando hasta este lugar y en los primeros discos la temática no era tan explícita. De hecho, cuando estábamos haciendo las letras para este disco, era medio jugado para nosotros. Era raro y no pensamos que fuera a gustar, creímos que iba a ser medio de choque. Pero fueron las canciones que salieron y tuvieron buena recepción, capaz por lo que decís, aunque no sé si eso es el determinante. Porque también, grupos que hablen políticamente hay un montón. - FB: Nunca nos planteamos ese impacto. Lo único que nos planteamos para el disco fue ir a grabar en un estudio bajo determinadas condiciones técnicas. Eso fue lo diferente respecto de los discos anteriores.
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-Apuntaron a un cambio más desde la producción. -FB: Exactamente, decir “che, bueno, vamos a preproducir bien el disco”. Porque lo queríamos grabar en El Attic, con cinta. Eso fue lo que prestablecimos, el resto no, y lo hicimos así porque pensamos en el vinilo. De hecho, el playlist está pensado en lados. - MP: Estuvimos tres semanas ensayando y en solo cinco días grabamos todo. Fue un mes a full, el disco tiene muy pocas sobregrabaciones en comparación a Gratitud. -¿Esa reacción que hubo en Flores se da en otros lados? Pareciera que la gente dice “esta banda me canta lo que pasa”, aunque haya cosas aplicables a cualquier época. - MP: Sí, hay frases que son aplicables a cualquier gobierno de los últi-
mos, no sé, 200 años. “El trabajo dignifica/ eso dice mi patrón” va en cualquier país del mundo. Siempre hay gente que está laburando de algo que no le gusta, entonces pega en todos lados. En Colombia y México muchas personas nos dijeron “ustedes no lo saben, pero sus letras hablan de acá”. Mi hija me metió en el rubro de las jugueterías, ahí veo un montón de ametralladoras y entiendo cómo un nene crece y a los diez años tiene re asimilado ver armas. Saber que es un negocio es lo peor, hay una plata que se invierte anualmente en eso. Por estas cosas muchas personas nos dicen lo mismo en otros países. - FB: Inclusive pasa con las canciones que cuentan historias. El “Negro chico”, por ejemplo. Esa historia la podés plasmar en el DF, en Puebla, en Medellín, en Caldas. No es algo tan
Foto: Carlos H. Juica
específico que sólo los porteños o los cordobeses pueden entender. También vemos reacciones similares. Cuando tocamos en Puebla veía a una parejita que se pegaba unos abrazos y unas transadas tremendas. No es sólo la parte de la bronca, sino que también se genera eso, o chicas bailando con los ojos cerrados todo el recital. **** Aunque a Los Espíritus les cueste comprender el fenómeno popular en que se están convirtiendo, sí notan que sus shows son un espacio de celebración y disfrute para la gente. Agradecen que, sean 200 o dos mil enfrente, el comportamiento siempre es el mismo: una fiesta donde todos comprenden lo que baja desde arriba (es probable que,
en caso de dudar con los discos, el indeciso caiga rendido ante el tenor chamánico de las presentaciones del grupo, que allí completa el viaje de comprensión de su música. La portada de Agua ardiente grafica la tensión de este nuevo rock nacional y popular: el fuego que emerge del manantial). Desde el escenario, ellos también observan, al menos hasta donde les da la vista: -¿Son de mirar al público? -FB: Flasheo mucho de ver a niños, cuando Maxi hace un solo y está el chabón moviendo la cabecita. Imagino que lo ve a él y dice “bueno, quiero ir a mi casa a tocar la viola”. - MP: Yo... miro y me olvido las letras (risas). No se puede ser espectador y tocar al mismo tiempo. Pero miro mucho más que antes, que estaba todo
el recital con los ojos cerrados. -¿Por vergüenza o por concentración? -MP: Un poco de las dos, pero más que nada por concentración. También porque creció muy rápido el público y no quería saber qué era ese monstruo que estaba ahí afuera (risas). Me desconcentraba. - FB: En Colombia tocamos para veintipico mil personas. Me parece que tenemos como una inconsciencia bastante sana con eso. Ya antes del show estamos arengados de contentos, me parece que eso ayuda mucho, que estemos ahí arriba disfrutando es clave. -¿Perciben un clima equiparable a los conciertos que iban a ver cuando eran pibes? - MP: Recién me estaba acordando de cuando iba a ver a Los Piojos en Ar-
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pegios, estaban presentando el Ay, ay, ay. Eran recitales larguísimos: había mucha zapada, muchas percusiones, se iban, volvían y le pegaban una hora más. Arpegios sería para 300 personas, pero era una fiesta total, había una energía. Y comparando con los recitales nuestros, pensé “qué loco, como público sentía esa energía de todo el mundo”. También pintaba el baile y el público era como una fraternidad, había un clima de buena onda. Veo un punto de contacto ahí, después no seguí viendo a Los Piojos. Eso de ir a pequeños reductos estallados de gente, salir a la calle y que parezca que la ciudad no sabe lo que pasó está buenísimo. - FB: Lo que noto es que nuestro público es súper tranquilo. Es festivo, sí, están los que hacen pogo en el medio o los que van adelante, pero todos disfrutan a su manera. Cada uno está en la suya, hay mucho trance. - MP: En muchos lugares nos felicitaron por el público, porque no tienen que hacer nada. Nosotros siempre les decimos a los locos que no se zarpen con la gente, porque a veces los cachan de más. Los bardean, los tratan como si fueran criminales. Y habría que cachar a los patovas en realidad, la gente es re tranquila y va a divertirse. A veces los mismos sonidistas o los técnicos nos comentan eso. -¿Se sienten responsables de ese comportamiento? -MP: Ojalá, estaría buenísimo que fuera así. Me encantaría decir que sí pero no lo sé. No sé si se puede controlar, ojalá sea así siempre. **** A la hora de pensar la música de Los Espíritus dentro del mapa histórico del rock nacional, las referencias no se amontonan: resuena Manal -a quienes citan en “Perro viejo” con una frase que se volvió profética de su actualidad: “cada minuto es uno menos”-; se los puede asociar a la poética del barrio a la existencia de Moris; hallar un groove hermano en el Cuero de Crecimiento (¿habrán escuchado?) y en los citados Piojos de la primera época. No mucho más. Sin embargo, da la sensación de que todo lo que hicieron hasta hoy proviene del pasado, de algún lugar ancestral, como si ya lo hubiéramos escuchado antes. ¿Será la trampa del blues? Entre las cientos de bandas del circuito indie que reclaman atención -y en buena parte la merecen- y el mainstream hundido en la depresión creativa, las canciones de Los Espíritus no se vencen ni se pierden. Básicamente, a la manera de lo que sucede con sonidos tan disímiles y hermanables como los de Bob Dylan o Liliana Herrero, fluyen. Van, y van y van, tanto que parece que hubieran existido desde siempre. Y así como ellos analizan el compor-
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tamiento de su público, también piensan su propia música. Están involucrados en una búsqueda que ahonde en las sonoridades del continente americano. Aquello que para Maxi fue nuevo en su música a partir de Los Espíritus hoy es una constante, tanto que en cuestión de días culminó un proyecto ambicioso junto a Barrey, Correa y Fernández: grabaron un disco de boleros con Poli, la cantante del grupo platense Sr. Tomate, acompañados por el cuarteto con que Prietto suele tocar en su versión
“Cuando estábamos haciendo las letras para este disco, era medio jugado para nosotros. Era raro y no pensamos que fuera a gustar, creímos que iba a ser medio de choque. Pero fueron las canciones que salieron y tuvieron buena recepción”.
solista y al que se suma un ensamble de cuerdas. Fer y Maxi no disimulan su entusiasmo respecto de ese disco que seguramente vea la luz en algún momento de 2018. Cuando se les recuerda que su compañero Moraes dijo en una nota que le interesa pensar más en el concepto de música popular que hablar de rock, ambos asienten. “Yo coincido, a full. Música popular: la canción”, refuerza Prietto. -¿Puede ser que la música que escuchen vaya muy de la mano con la que hacen? -MP: Eso siempre fue así. Pero ahora más, después de estos viajes por Colombia nos volvimos con un montón de discos. Estamos metidos, yo nunca había entrado en la salsa, la música cubana la había visto con algún disco muy conocido, nomás. Y empezamos a se-
guir el palo de las orquestas, nos gusta la idea del ensamble. El sonido es increíble. Me encantaría en algún futuro armar una orquesta, soñando a lo grande y dentro de muchos años, ¿no? La vez anterior que fuimos allá, viajando de Caldas a Medellín, pasaron un tema de Henry Fiol, “Montaña rusa”, en la Radio Latinastereo. Lo escuchamos todos y dijimos “¿qué es esto?”. El loco que manejaba nos contó, y esa vez nos trajimos varios discos de él. Cuando volvimos a ir, nos enteramos que Henry tocaba gratis el mismo día de nuestro show. Entonces corrimos el recital, que era a las nueve, para las 12. Y nos fuimos de caravana. - FB: Una fiesta popular alucinante, de la puta madre. Bocha de gente. - MP: Muchos puestos de comida, pero muchos. Muchos niños... -De esas fiestas que no son para los turistas, que son para el pueblo. -MP: Claro, muy regional. Y el clima que había, un amor tremendo. Cuando la gente se enteraba que éramos argentinos, nos escuchaba y nos ofrecía bebida, comida. Estar ahí fue una clase. Ver cómo se ubican los tipos, ver los instrumentos, todo. Más allá de leer en el disco el detalle de quiénes tocan, verlo, sentirlo, bailarlo, estar con la gente es increíble. ¡Los tipos que vendían cerveza iban todos cantando! Es algo que tienen muy metido. -¿Sienten esa influencia en las composiciones nuevas? -MP: Hay canciones nuevas pero estamos tocando mucho, va a haber que armarse un espacio y un tiempo para jugar y que salga lo que salga. Estos tres discos los tocamos prácticamente enteros, hacemos recitales de dos horas y pico. Si agregamos otro disco tenemos que empezar a sacar temas. - FB: El problema es que para nosotros ya es normal tocar dos horas y cuarto, dos horas y media. A veces tocamos menos y decimos “uh, se re cortó, nos quedamos manija”. Y ¡estuvimos dos horas tocando! **** Cuando se les remarca que suelen tocar tarde, pasada la medianoche, Prietto enciende una luz de esperanza para sus seguidores más longevos: “Yo estoy disfrutando mucho del tempranismo últimamente. Me está cabiendo el Concepto Dylan. Cuando tocó en el Gran Rex estaba anunciado a las 21, y clavadas las 21 se apagaron las luces, salió el chabón y arrancaron. Ahí dije ‘la onda es esta’. Si Dylan es puntual, hay que ser puntual”. También cuentan que hay lugares que les dan el turno de trasnoche y exigen que toquen tarde para que haya fiesta antes y después. Y recuerdan su paso por el festival Mamboretá Psicofolk de Formosa a fines del año pasado, donde los horarios eran de lo
Los Espíritus en pleno trance. En noviembre llegarán a nuestra región.
más excéntrico: “Un día tocábamos con Los Espíritus y otro tocaba yo solo con la guitarra”, cuenta Maxi. “Cuando nos dan el horario del primer día, tocaba Pez a las tres y yo a las cuatro (risas). Eran dos escenarios, terminó Pez y de golpe quedé solo. Y no cerraba, a las cinco creo que tocaba Audión. Al otro día tocamos con Los Espíritus a las cuatro o cinco de la mañana y cerraba Nde Ramírez. Pero dijeron ‘che, es muy tarde, mejor no toquemos’. ¡Eran los organizadores y no tocaron porque se hizo tarde!”. Cuando se les pregunta sobre la posibilidad de un disco en vivo, Barrey revela que tienen registrada la presentación de Agua ardiente en El Teatro de Flores: “Tenemos un material ahí con el que se podría hacer eso. También hay algo muy lindo de nuestro primer recital en Colombia, en Altavoz. Nos lo dio la organización, que nos grabó y nos filmó con una calidad increíble. Acá son más celosos de eso”. Para Maxi, que ese show fuera subido a YouTube les significó buena repercusión en tierras cafeteras. Los comentarios destacados bajo el video parecen darle la razón. Un tal gayaproducciones reflexiona: “De alguna manera, viejo lobo desen-
cantado, creí que el rock nuestro, el de nuestras calles y estaciones se había dispersado en tanto gesto moderno
“En Colombia y México muchas personas nos dijeron ‘ustedes no lo saben, pero sus letras hablan de acá’”.
e inútil, hasta que los conocí por este ciberespacio, a la distancia, y volví a reencontrarme en el nuevo sonido, que
gracias a todo lo que mueve el universo no tiene nada de nuevo y sí viene sobrado de magia. Gracias”. Otro, Emanuel Vicente, dice: “Me gusta ver este video seguido, porque la gente al principio está re tranca-bajón como diciendo qué carajo es esto, de dónde salió, quiénes son... y a medida que van pasando las canciones empiezan a entrar en ese trance hipnótico de la buena música, qué hermoso carajo!”. **** Pasadas las anécdotas, la charla llega a su fin. Fer y Maxi deben ensayar una vez más cerca de un nuevo show (siempre hay un recital por delante). Antes de saludar, vuelven al origen del encuentro: la demanda de su música y su palabra. “Estamos quedando mal con mucha gente, que le decís que no y se enoja. Pero no hay tiempo, también tenemos nuestras familias y nuestras cosas”, dice Prietto mientras Barrey asiente: “Es así, no es que pueden decir ‘ay, miralos, se hacen’. Realmente no tenemos tiempo para hacer todo”. Lo que ninguno de los dos sospecha es que el tiempo está de su lado. Y les da la razón.
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Por Lucas Canalda // Foto de Natalia Lebedinsky
INFORME DE RISAS E INCENDIOS DE CÓRDOBA A ROSARIO, PRIMA LIMÓN DEVELA EL UNIVERSO INTIMISTA DE UNA CANTAUTORA QUE MIRA A SUS TEMORES DIRECTAMENTE A LOS OJOS. 24
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ulia Capoduro parece ser ciudadana de ese mundo forjado por los años de escritura extraordinaria de Silvina Ocampo y que hoy en día tiene sus representantes más luminosas en Juana Molina y Mariana Enriquez. En esa tierra la vida es una sucesión de microsucesos oníricos que van construyendo un correlato de probables flashes de todo lo que puede suceder. Capoduro pasea diariamente en su bicicleta por las calles de ese mundo, registrando todo para luego escribir, junto a su guitarra y sus pedales, sobre desamores, inseguridades, complicidades románticas, fobias cotidianas y risas, los componentes cáusticos que forman las canciones de Prima Limón. “El seudónimo se debe a que mis familiares y amigos no vean las cosas que escribía, básicamente (risas). Tenía un blog”, explica la marcosjuarense sobre su alias protector. “Tengo un blog”, admite finalmente. Mientras sus tempranos proyectos fueron quedando atrás, la identidad de Prima Limón fue mostrando su raíz de cantautora en Arena de 2015 -parte del catálogo del sello independiente Fluorescente Discos-, donde la introspección libraba una batalla interior que escapa en forma de un diario íntimo que iba proyectando sus sombras más allá de sus páginas. En marzo Prima Limón editó el EP Cuatro anatemas, un trabajo que llega para presentar una piel renovada y los aprendizajes de la constancia de los últimos tres años. Fue grabado con grupo completo en el estudio logrando un resultado más rockero -y fiel a la actualidad del vivo- mientras mantiene el perfil de cantautora de Capoduro y la contínua búsqueda de una guitarra nacida en tiempos de la nación alternativa. “Hoy en día toco con Emmanuel Gasser en guitarra, Jonathan Gómez en batería y Ezequiel Fructuoso en bajo”, apunta la conductora. Y si bien el EP como los conciertos son una cuestión de banda, Capoduro deja en claro que prioriza lo que demanden sus canciones: “Prima es algo bastante personal. No tengo intención de encasillarme en un género, ni en una lírica, ni en determinados instrumentos, ni en un formato particular. Entiendo que toda una banda no esté abierta a ese juego. Si bien puedo decir que a los pibes los adoro y que disfruto muchísimo de tocar como banda de rock, quiero mantener abierta la posibilidad de comprarme unos pads y despedirlos a todos (risas). Ahora, hablando en serio, generalmente caigo a la sala con la estructura y las melodías de los temas armadas y ellos suman lo suyo. En ese sentido, en este último álbum Ezequiel funcionó bastante como un coproductor, porque orientó ciertas búsquedas de sonido y además fue quien grabó el disco”. “Generalmente los temas nacen de
jugar con los pedales, con la loopera, o de practicar ejercicios con la acústica”, explica, acerca del nacimiento de sus canciones. “Yo no estudié música. O al menos no de la forma tradicional. Eso me trae muchas limitaciones a la hora de comunicarme con otros músicos, pero también algunas libertades, aunque me encantaría saber más”, señala la rosarina de adopción. “Mi tiempo dedicado a la composición es más una búsqueda analfabeta de cómo ejecutar lo que quiero que suene según lo que tengo en la cabeza, ir tanteando, hasta que lo encuentro. A veces los temas salen muy rápido, otras veces encontrar la parte que falta o destrabar puede llevar mucho tiempo, como en el caso de ‘Si es igual’, que era un tema que tenía frenado hacía casi dos años hasta que encontré cómo salir de ahí y terminarlo. Pero esto me parece necesario. Me parece justo no apurar las canciones. Incluso cuando lo que encuentro me resulta difícil de tocar, pero me encanta ese desafío”, concluye. - En la actualidad Rosario se compone con micro escenas, mucha gente desperdigada por distintas movidas que tienen su público, el mismo que va pululando de movida en movida. En ese contexto siempre se llega a personas nuevas pero sigue siendo un circuito limitado. ¿Cómo se construye un público nuevo para tocar en vivo hoy? ¿Hay que agruparse en sellos que aúnen las fuerzas? - Eso que decís me parece un fenómeno genial y estúpido a la vez. O sea, ¿qué sentido tiene tocar para los mismos cincuenta tipos? Está bien que somos todos amigos, y es divertido si sos uno de esos cincuenta, pero ahí se muere. Esa clase de endogamia se queda en eso: la movida se acaba cuando todos consigan un novio y tengan hijos. Yo creo que hay que tocar para esos cincuenta y para los cincuenta de otro sello, y para gente que nada sabe de sellos, y para la señora que ve Tinelli también, ponele. Sin dudas el trabajo colectivo de un sello es importante, no sólo porque fortalece los entramados sociales que tanto se busca desgarrar en estos tiempos, si no porque te da un marco, un impulso, una base desde la cual apalancar. Sin embargo no veo imposible que una banda que se mueva bien y comparta fechas construya un público propio. Igual, si supiera la respuesta a esto, iría más gente a mis recitales. - En tiempos convulsionados, donde las mujeres fueron las primeras en tomar las calles y siguen poniendo el cuerpo hasta el día de hoy, la letra de “No da risa” es un BASTA que marca una postura sociopolítica. ¿Cómo nació la canción? - Me encanta la pregunta. De hecho, hoy en día cuando la canto en vivo la
reinterpreto de varias formas, y lo de la crisis social que estamos viviendo y todas las mierdas que nos están pasando, sin duda están a la cabeza. Es la forma que tengo de sacarme la rabia. Me gusta escribir cosas ambiguas justamente por esta posibilidad. Encima, hasta lo de “vamos a dejar de reírnos” encaja, contra estos giles que nos quieren hacer creer que esto es una fiesta. Lo cierto, lo naif y lo decepcionante a la vez, es que la letra nació cuando “se me juntó el ganado” de ex en un radio de muy pocas cuadras y bueno… exagero, soy dramática. Y tengo una imaginación muy visual: veía un barrio incendiado -que es lo que tendríamos que estar haciendo ahora-. Igual, nunca esquivé las calles, como dice la letra. - La mortalidad humana es algo omnipresente en tus canciones. Como contraposición, lo vital se expresa siempre en amores y momentos de intimidad, micro escenas hogareñas. ¿A qué se debe esa presencia de la mortalidad en tus temas? - Creo que tiene que ver con que es una contraparte necesaria. Ya hay mucha gente cantándole al amor (risas). Y no hay nada más real que la muerte. Real por ausencia total de posibilidades. Hablo de eso porque me parece un tema maravilloso. Vos en la pregunta ponés al amor medio como contraposición y sí, el amor es la pulsión de vida, pero a la vez en la vida vivimos muchas otras cosas y esas cosas nos distraen de lo importante: del deseo y de lo que contiene en sí el potencial de “hacernos felices”. Yo tuve suerte, supe que quería hacer canciones a los quince años. Me tomó otros diez juntar el coraje. Y lo junté en un curso de guitarra en el que me di cuenta de que estaba donde tenía que estar, haciendo lo que tenía que hacer, y eso se sintió muy real. El “sentimiento oceánico” que le llaman. Después de una sensación así de verdad NO te querés morir. Y sin embargo no es un miedo a la muerte, es un deseo de hacer. No sé si fue antes o después de eso que leí a (Carlos) Castaneda, con toda su idea de la muerte como consejera: “Sólo la idea de la muerte da al hombre el desapego suficiente para ser capaz de no abandonarse a nada. Un hombre así sabe que su muerte lo está acechando y que no le dará tiempo para aferrarse a nada; así que prueba, sin ansias, todo de todo”. En el último tiempo me ha tocado perder a un amigo de forma inesperada, y creo que cualquiera que haya perdido a un ser querido entiende ese gran cero. Creo que la muerte es una noción que hay que tener presente, desde el punto de vista de que nos sitúa sobre la tierra, con todas nuestras posibilidades. Te vas a morir, “hablemos de realización personal”, diría una amiga. La muerte fue lo que me hizo hacer canciones, y por eso le tengo respeto.
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TEATRO ANTI DISTUR BIOS Por Franco Hessling
Las elecciones son ocasión pertinente para reflexionar sobre el sistema de gobierno en su conjunto, en el que se delega más de lo que se participa. Un recorrido por ciertas salvedades que se le pueden hacer al ideal democrático, empeñado en reducirnos a ciudadanos votantes.
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tra vez, los argentinos vamos a las urnas unos cuantos domingos para resolver quiénes serán los representantes del pueblo. Los apellidos pueden variar pero lo que no cambia son los aparatos de poder que imponen candidatos, que a la postre se convierten en legisladores, intendentes, gobernadores y presidentes. Los que no creen que esa plutocracia coactiva sea coercitiva, la consideran una democracia de masas inmejorable en términos de forma de gobierno.
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Con el argumento que “nada es peor que la dictadura”, afirmación con la que se coincide, los crédulos extreman su defensa del actual sistema de gobierno. Al exponer fundamentos a favor, más allá de la comparación con la última dictadura nacional, las elecciones se presentan como el pináculo de la participación política. Esos dos, tres, cuatro o cinco domingos que hay comicios serían la máxima expresión democrática. Pues bien, hay muchas salvedades que se le pueden hacer a la democracia de masas contemporánea. En primer lugar, siempre pensando desde Argenti-
na, el constante y significativo número de los que no participan pese a que el voto es obligatorio. Nulos, impugnados, ausentes con y sin justificación, y en blanco, representan miles, cuando no millones, de ciudadanos. Sólo por citar el ejemplo más reciente, de las PASO del 13 de agosto último, en el país había 33.193.686 empadronados, de los cuales votaron efectivamente 20.865.121, mientras que 1.370.029 sufragaron en blanco o anularon denodadamente su emisión. En Salta capital, paralelamente, había 423.178 habilitados, de los cuales 293.943 ejercieron su
prerrogativa, dentro de los que 27.714 votaron en blanco o nulo. A nivel nacional, sobre el total de empadronados, no asistieron a las urnas más de 11 millones de ciudadanos. Para que no queden dudas, digamos que la democracia de masas es una tragedia de la democracia ateniense basada en la idea de polis, el espacio público donde se ejerce la participación política abierta a cualquier “ciudadano”. Con el paso del tiempo, de Pericles y los antiguos griegos hasta la actual proliferación del bipartidismo electoral, los liberales -férreos defensores de la forma democrática- han realizado grandes esfuerzos por ampliar el rango de ciudadanía. Sin desmentir que eso sea valioso, el problema que tuvieron fue que ampliaron el rango de ciudadanía haciendo más estrecho los alcances del concepto. Es decir, que voten tales o cuales, que el voto se vuelva secreto, que llegue el voto acá o allá, que las elecciones se convoquen también para plebiscitos o consultas populares y demás cuestiones en torno a lo comicial. Sólo a la comicial. Los liberales más progresistas recaen también en el encaramiento de la elección aunque le adosan otra consideración a la idea de ciudadanía vinculada con el reconocimiento de derechos (y por ende también de obligaciones y deberes). No obstante, una cuestión es común a todo liberalismo en términos de forma de gobierno: la delegación de responsabilidades. Por estos días, este fenómeno cundió tanto que son muchos los ciudadanos incrédulos. Aquellos que antes mencionamos como los que no participan aunque el voto sea obligatorio. Los miles, algunas veces millones, de ciudadanías desencantadas con la ficción electoral. Ficción que puede cambiar los apellidos o no, pero que sostiene un mismo esquema de dominación entre los que históricamente manejaron los poderes económico, judicial, político y eclesial. **** Si remarcamos el abstencionismo como una primera salvedad para relativizar la creencia en que la democracia de masas es la panacea que debemos resguardar a ultranza, una segunda observación tiene que ver con la reciente inclusión de la tecnología informática en los procesos electorales. El sistema de votación electrónica encuentra en Salta una experiencia pionera en el país; al poco tiempo de asumido como gobernador, Juan Manuel Urtubey inició una aplicación paulatina del sistema, contratando a la empresa privada Magic Software Argentina como tercerizadora de la polis salteña. En las últimas elecciones provinciales la totalidad de los provincianos que concurrieron a sufragar lo hicieron con la
modalidad electrónica. En las elecciones de este año, trascurridas entre agosto y octubre, la democracia de masas versión Urtubey impuso una modalidad doble de votación para cada elector. Los cargos provinciales se votaban de modo electrónico y los nacionales, regidos por los marcos federales, con la clásica boleta papel. Por increíble que parezca, el gobernador insistió en aplicar su idea de democracia digitalizada al alcance de pocos entendidos, aunque en la nación no había prosperado el proyecto de implementar el sistema electrónico. Así, en las PASO 2017 de la provincia, los cuartos eran cualquier cosa menos oscuros, tenían tanto máquina como boletas en papel, y la consecuencia fue que cada votante demoró más de lo normal.
En las PASO, Urtubey insistió en aplicar su idea de democracia digitalizada al alcance de pocos entendidos aunque en la nación no había prosperado el proyecto. La consecuencia fue que cada votante demoró más de lo normal.
Establecimientos donde nunca se acumulaban filas, serpentearon esperas en hilera humana. Más allá de aquella escena que raya lo burdo, la votación electrónica en sí representa un rutilante peligro de volver aún más ficticia la democracia de masas. Que el proceso de fiscalización de cada uno de los votos se realice a partir de máquinas con sistemas operativos incomprensibles para la mayoría de los ciudadanos, cercena la idea de “universalidad” de las elecciones, ergo de la democracia, por ende de la forma de gobierno que los liberales presentan como insuperable. Democracia al alcance exclusivo de técnicos especializados. Ahora bien, la desconfianza al sistema electrónico no es un prejuicio fun-
dado puramente en que la comprensión de los sistemas operativos sea un saber técnico y no popular, radica también en demostraciones concretas sobre su vulnerabilidad. Especialistas de distintos lugares del país han realizado pruebas haciendo ostensible las falencias de la democracia digital. Además se hicieron elocuentes denuncias sobre la instrumentación del sistema, las máquinas que se tildan, las impresiones incorrectas, los CD de programación ininteligibles, todo lo cual sortea cualquier fiscalización inocua que pueda hacer una autoridad de mesa sin formación informática. Y hay un aspecto aún más grave siguiendo la línea liberal para concebir la democracia. El Leviatán (Estado) delega en una empresa privada la suerte de una democracia fundada, idealmente, en la horizontalidad de los ciudadanos en el espacio público, digamos, deja al arbitrio de un particular el discurrir colectivo. Para la salvedad electrónica que relativiza los alcances de la democracia de masas contemporánea, la cuestión delegativa se presenta en dos sentidos: primero, como se mencionó antes, los ciudadanos delegando en sus representantes la participación política, y segundo, los representantes de lo público delegando en un privado la organización y el control de las elecciones. Doblemente delegativa. **** La tercera salvedad oscila entre aspectos positivos y negativos, asumiendo a los primeros como todos aquellos que amplían la participación política, sea en elecciones formales o en cualesquiera instancias de intervención en la dimensión colectiva. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner impulsó lo que se conoció como Voto Joven, la posibilidad de que mayores de 16 años pudieran sufragar voluntariamente. Una primera lectura, apelando al léxico jurídico, tiene que ver con las capacidades de los adolescentes menores de 18 años. En el derecho hay sujetos incapaces, plenamente capaces y otros, como los menores de edad, relativamente capaces. La capacidad política para la democracia de masas, aportemos, tiene que ver con poder discernir sobre la oferta de candidatos en una determinada elección. A los 16 años, la mayoría de los jóvenes sabe leer y escribir, lo cual basta para alcanzar ese discernimiento básico pero necesario para encarar la oferta elucubrada por el marketing político de turno. Sin embargo, quienes siempre son reticentes al ingreso de nuevos actores en el régimen vigente, pretendieron que los jóvenes no son capaces de distinguir entre jingles, carteles, partidos políticos y semblantes que le ponen rostro a
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la compulsa. Sin disimulo ni amagues, hay que subrayar que para comprender la oferta de candidatos-íconos no se requieren grandes esfuerzos intelectuales. También eso es parte de la ficción. Ahora bien, desechando la idea de que los menores de 18 años carecen de capacidad para interpretar el marketing político que impera en las celebraciones electorales, y tomando como verdadero que, al contrario, están perfectamente facultados para tales discernimientos, entonces el kirchnerismo se quedó a mitad de camino. Habilitó la participación de los jóvenes pero no la formalizó con la obligatoriedad que rige para los ciudadanos argentinos. De acuerdo a la ley 26.774, sancionada en 2012, que introduce el Voto Joven, todos los mayores de 16 años formarán parte del padrón electoral aunque ello no implicará que estén obligados a votar. Las sanciones estipuladas para los ausentes, puniciones que finalmente nunca se materializan por la enorme cantidad de ciudadanos que no asisten a las urnas, no corren para los menores de 18 años. Pueden votar pero no están obligados. Indudablemente positivo, igualmente, que los/las pibes hayan sido considerados/as como potenciales ciudadanos. Haciendo un esfuerzo analítico, podría relacionarse aquella decisión política con procesos de lucha actuales, como las tomas en los colegios. Siendo históricamente honestos, las tomas de colegios preceden a la citada ley, aunque no es menos cierto que el horizonte de incluir políticamente a los jóvenes prestigia a la liberal democracia de masas. **** Territorio versus redes sociales. El contraste no es antojadizo, es cierto que Salta no es Manhattan ni Argentina los Estados Unidos, aunque no hay porqué empeñarse en negar el impacto de las nuevas mediaciones comunicativas. En ese punto, vinculado con la segunda salvedad sobre el sistema electrónico, se hace imprescindible reconocer de qué manera se va sedimentando una democracia digital. De la misma manera que ciertos médicos pueden proyectar cyborgs, habrá políticos urdiendo una forma de votación que, con la intención de mostrarse abierta, dinámica y proactiva, acepte (imponga) que la participación electoral se realice por vías exclusivamente informáticas. Algunos fantasearán con que las elecciones sean voluntarias y sin más esfuerzo que un clic, o mejor, que un espasmo táctil en una pantalla de celular desde la comodidad de la cama. La última contienda presidencial de 2015 hizo ostensible la importancia que cobraron las redes sociales en la democracia electoral. Un partido que
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no tenía más influencia territorial que la Capital Federal, ciertamente el lugar donde atiende Dios, colocó al presidente, Mauricio Macri. Propuesta Republicana, PRO, requirió de un par de alianzas electorales de poca relevancia -principalmente con una alicaída Unión Cívica Radical-, de un debate televisivo y del manejo de las redes sociales para alcanzar el despliegue político que cambió, no en 180 grados, los destinos de la política nacional. Un partido distrital sobre el peronismo, una fuerza nacional e históricamente diestra en manejar a placer el orgasmo de la democracia de masas. Es un reduccionismo, en ese planteo se estaría dejando fuera de la reflexión las internas que debilitaron al peronismo gobernante, las intervenciones del resto de los partidos,
En Salta capital había 423.178 personas habilitadas para votar en las PASO. Votaron 293.943. 27.714 lo hicieron en blanco o nulo. A nivel nacional, sobre el total de 33.193.686 de empadronados, en las PASO no votaron más de 11 millones de ciudadanos.
la situación actual del aparato punteril peronista y el resuelto apoyo que recibió el PRO por parte de los dueños del excelso Grupo Clarín. Los dueños de otros grupos mediáticos, por su parte, operaron a favor del oficialismo de entonces. De igual modo, aunque suene reducido, reafirmemos que la influencia de las redes sociales combinada con el trabajo de posicionamiento mediático del marketing político de Jaime Durán Barba, fueron claves para la victoria PRO. ¿Sólo tuiteando y compartiendo en Face el PRO pudo más que la territorialidad del peronismo? Mundo PRO, el libro de Gabriel Vommaro, Sergio
Morresi y Alejandro Bellotti, es un exhaustivo trabajo de investigación sobre la constitución y estrategia del partido amarillo. Describe la metodología partidaria con la que los armadores del PRO nacionalizaron territorialmente su fuerza política como una “estratarquía”. Como se infiere, se trata de una construcción fuertemente piramidal, estratificada de tal manera que el pináculo de las decisiones, al igual que en una empresa, recae en una, dos, tres o cuatro personas. Una mesa muy chica. El espíritu de la estratarquía escapa a la pura centralización, al contrario, se promueve autonomía operativa para los estratos pero acatamiento absoluto ante la resolución de conflictos o decisiones generales de uno/a, dos, tres o cuatro. La mesa muy chica. Otro aspecto en el que se vislumbra el avance de la influencia política de las redes sociales, que también toma como protagonista reciente a la fuerza gobernante, es la utilización de trolls. Personas que crean perfiles, o utilizan los suyos propios, para trabajar rentados en las plataformas de interacción social. Su principal responsabilidad es crear tendencias, sean de temas particulares como también de principios ideológicos. En el plano internacional, y para no recaer solamente en ejemplos sobre la democracia de masas liberal, el estallido de la primavera árabe tuvo como uno de sus principales hilos conductores las redes sociales. Si se quiere, el costado espontáneo de aquellas revueltas estuvo hilvanado a través de las publicaciones informáticas. En Las políticas de los internautas, una compilación de artículos académicos realizada por Mario Carlón y Antonio Fausto Neto para editorial La Crujía, Sandra Valdettaro indica: “En los procesos de Medio Oriente se pudo constatar esta enérgica capacidad para configurar el ánimo público-político de las tecnologías interactivas y las redes sociales, liderando la construcción mediática. Las redes sociales actúan ‘en cadena’ con la ciudad, con sus calles y sus plazas. Su relación es de inter-dependencia porque ambos -redes sociales y calles- son conectores de afectos en vivo”. **** Las salvedades han servido para caracterizar la democracia de masas contemporánea y, de esa forma, debilitar el planteo que la presenta como una forma de gobierno insuperable, que si tiene defectos es sólo porque funciona mal, no porque tenga basamentos estructurales que segreguen o desalienten la participación política. Los juegos de delegación y la instalación de mecanismos técnicos ajenos a la mayoría dan cuenta de limitaciones propias del sistema democrático, independientes al
buen o mal uso que hagan los ciudadanos con él. Dos invitaciones hacen de corolario. Primero, a impedir que la vorágine de nuestros tiempos obligue a recibir sin disgusto el mote de “ciudadanos” como eje de la vida política. Como prolegómeno de ello, de una des-ciudadanización a conciencia, valdría empezar por no reducir la acción ciudadana a las elecciones ni al reclamo legal-institucional por más derechos, en tanto no basta con ampliar la letra muerta si en definitiva los hechos siguen sin ampliar nada. La intervención política, entonces, demanda exceder esa mirada de acción ciudadana por más derechos escritos, amerita proyectos que cambien de cuajo esos regímenes de ordenamiento. Por eso, antes ilotas que disciplinados/as. En segundo orden, una vez rebasado el mote ciudadano, será importante no caer en la crítica perezosa, presurosa para marcarle las limitaciones a la democracia de masas liberal aunque titubeante para protagonizar discusiones colectivas que moldeen otras maneras de considerar la política, por un lado, y de gobernar, por otro.
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l 22 de octubre, Salta renovará tres de sus siete bancas a diputados nacionales. El único de los tres legisladores a quienes expira su mandato que busca revalidarse es Pablo López del Partido Obrero. Ni Evita Isa del Partido Justicialista ni Guillermo Durán Cornejo del Partido Conservador Popular (aliado al PRO) hacen lo propio. En las elecciones primarias el oficialismo provincial, con Urtubey a mitad de camino entre el peronismo y el PRO, obtuvo la mayor cantidad de votos; en las generales buscará sostener ese caudal tras la efigie de Andrés Zottos, ex vicegobernador en los primeros dos períodos de Urtubey. En segundo lugar quedó el frente Cambiemos País, pie diáfano del PRO-Cambiemos en Salta, que tiene como candidato al periodista y empresario de medios, Martín Federico Grande. Por detrás quedaron el propio López y el intendente de Tartagal, referente del Frente Ciudadano para la Victoria, Sergio Leavy. En la capital provincial se eligen diputados provinciales y la senaduría, además de renovar íntegramente la composición del Concejo Deliberante -se eligen veintiún nuevos ediles-.
POR FernandA Salas
ME TOCA O ME TOCO “Is that everything’s gonna be fine fine fine ‘cause I’ve got one hand in my pocket And the other one is giving a high five” A.M.
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ratando de sacarme la culpa y el sabor a sola salí el viernes. De las primeras salidas sin tanto apuro porque hijo ya se queda con su padre. Por supuesto que me quedé pensando en cómo iba a estar. ¡Y estaba bien! Busqué amiga. Tomamos cerveza. Hablamos y hablamos en un lugar al que no había ido nunca. En la pantalla un desfile de ropa interior y música que ya no conozco, que ya no sé bailar. Del otro lado una pareja. Parecía la primera cita. Ella, divina: pelo, boca, pose de chica bien. Él zafaba sin tanta producción. Yo también me arreglé. ¿Para qué se arregla uno cuando sale? Después caminamos hasta otro lado. Nos bancamos a un par de borrachos en el camino. Noche casi primaveral. Fuimos al mismo lugar de siempre. Nos acomodamos en la costumbre. Bailamos y nos reímos de la banda que escuchamos. En medio de todo, otra pareja, un encuentro. Personas de diferentes grupos que se miraban, se bailaban, se acercaban y charlaban. Todo perfecto, pero tenía que volver. Y entre la oscuridad y el fondo del vaso recordé que no hay nadie en casa salvo yo. Había que afrontarlo. Antes me mandé un par de cagadas. Le escribí al chabón, me sentí mal conmigo misma. Antes, cuando no era madre, sufría muchísimo por estar sola. Mucho. Me torturaba. Me deprimía después de una noche en la que no conocía a nadie (aunque en Salta ya nos conocemos todos). Patéticamente me compraba una bolsa de maní (?) y me iba llorosa a casa, cuando había salido contenta, linda y llena de expectativas. Creo que esperaba conocer al amooour en esas salidas. Y convengamos que cuando apenas se consigue coger bien imaginar un novio es demasiado. Entonces qué estaba esperando yo. Ante esta divina imagen (yo sola comiendo maní) hay que decir la verdad. Es real. Me cuesta encontrar gente copada para coger, además de las miles de preguntas que me hago ante esas situaciones. No queda otra más que volver a casa como salí, sola. ¡Pero no está mal! ¿Quién dice que tengo que estar con alguien? De dónde salió la regla que no somos nada cuando estamos solas. Quizás el futuro esté lleno de noches así, quizás no. ¿Por qué temer? Porque al llegar a casa quizás descubra que tengo un cuerpo. Quizás lo recuerde. Tengo un cuerpo. Entonces, debería reconocer, además, que soy linda y no hace años. Hoy. Ahora mismo. Deseable. Y estoy sola. No, no es una contradicción. Estoy sola. No hay pero. Tengo el celular en la mano y no voy a llamar a nadie. No quiero a cualquiera. En realidad no sé qué quiero ¡y eso está bien! Estoy cansada de explicarlo. No sé leer señales a través del salón. No tengo idea si me están tirando onda. Estoy cansada de escuchar lo mismo: “Mirá que no te prometo nada”, “no sé ni para dónde voy” y el clásico “no puedo amar” (ojos en blanco). ¡Pará, chango! Sólo vamos a coger. Estoy cansada de tener que explicar dónde queda mi clítoris. Entonces, por qué (me) cuesta tanto estar sola en lugar de coger con alguien y pasarla mal. Y ojo, si pinta, pinta. Hay que coger por las razones adecuadas, porque se tiene muchas ganas. Pero no por soledad. Estar sola y bien es hermoso. La paja es un acto heroico. Es amarte a vos primero.
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CHARLATANERÍA DEL SÉPTIMO HIJO VARÓN
aturación, falta de dinero, sobreoferta de recitales, cientos que se anotan para zafar una entrada. ¡Y sí! El público es pasional, no elige: quiere estar en todas. Cuando tocó por última vez Pappo en nuestra provincia había alrededor de 800 personas, sin embargo, con todos los que dicen que fueron tenés para llenar un estadio de fútbol. Somos una parte importante en el gran circo, ¿pero qué tanto damos como músicos y público por el rock? Muchos creen ser poseedores de la verdad absoluta y que escuchan lo mejor. El acceso a la música en el instante que uno quiere también separó a aquellos que reconocen un buen artista más allá del palo. Esto es saludable demostrando que existe otra verdad, pero hasta cierto punto. Desde hace un tiempo es común ver la sinergia aplicada en la música. Grandes bandas o músicos del mundo aplican este recurso buscando quizás la fuerza o la rebeldía que se fue perdiendo con el tiempo. Citamos a Metallica con Lady Gaga, ¡con qué necesidad! ¿Hace falta pensar siempre en la plata como único objetivo? Luis Fonsi con Daddy Yankee, jaja, muchas preguntas y hay para todos los gustos, de un lado y de otro. Inevitablemente también nos enfrentamos con nosotros mismos, miramos el espejo y decimos “me gusta lo que veo” o “no me gusta”. ¿Somos coherentes, vivimos como pensamos? ¿Somos dignos de compartir un asado con
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Odín en el Valhalla? ¿Nos comportamos como verdaderas huestes mostrando aguante y honor o la careteamos todo el tiempo? ¿Tendremos que reaprender lo que es disfrutar de un buen momento, dejar esos lugares umbríos e individualistas? No esquivemos el temor al comentario negativo. ¿A quién queremos vender esa imagen? Te gustan algunos temas de Lisandro Aristimuño, jajaja, a tu alma le hace bien y está perfecto. Así de simple. ¿Por qué esperar tanto a quedar bien con uno mismo? Sería todo más claro para todos. ¿Qué música escuchás? De todo. ¿De todo qué? Es como pedir en una heladería sabor frutos del bosque. Son varios los frutos, no la compliquen. Se vive poco tiempo como para que encima seamos indecisos, vamos a hacernos cargo. Queremos seguir creyendo que la moda, el éxito o el fracaso no son “motivos para bajar los brazos”. Muchos músicos repetirán fórmulas que para algunos fueron exitosas. Otros se enfocarán en el virtuosismo o en la versatilidad a la hora de tocar, sin que les importe el mensaje o la letra de sus canciones. Otros buscarán fama y estar en todos los recitales que organice el gobierno. O sólo conocer minitas. Y como ya hemos dicho, una vez más “lo inmediato posterga lo importante”, entonces, más allá de estilos y formas, tendremos que dejar de juzgar lo que está bien o está mal. Es lo que elegimos, lo que nos gusta, lo que nos alegra en ese momento. Es lo que somos. Somos lo que hacemos.