Número 25 | Noviembre 2017
DE GIRA POR LATINOAMÉRICA Página 23 3
STAFF DIRECTOR
Santiago Castellanos scastellanos@rocksalta.com
EDITOR
Federico Anzardi fanzardi@rocksalta.com
DISEÑO
Bernardo Rodriguez Berri
DIAGRAMACIÓN
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Colmena Boutique Audiovisual colmena.audiovisual@gmail.com
ntramos en la etapa final de un año muy especial. La cantidad de shows que han pasado por nuestra ciudad fue realmente impactante. Bandas de todos los géneros han cumplido las expectativas de un público diverso con bolsillos cada vez más flacos. Creo que con el regreso de la revista hemos aportado nuestro granito de arena para que la escena en Salta y en todo el NOA siga en crecimiento. Esa es nuestra meta.
REDACCIÓN
Vivimos tiempos en que todo tiene que ser blanco o negro. Ni siquiera en el staff de esta revista pensamos todos de igual manera ni nos gustan las mismas bandas. Aún así, seguimos adelante aportando cada uno su visión a una causa mayor. Por eso creo que todos tenemos que abrir nuestras cabezas a la nueva música. Y si no es de nuestro agrado, nunca perder el respeto a quien la hace.
Martín Azcárate Gastón Iñiguez
FOTOGRAFÍA
COLABORAN EN ESTE NÚMERO
Edgardo Kevorkian, Luis Sens, Guillermo Turín Botello.
Es necesario seguir apoyando a las bandas locales para que puedan desarrollarse y que hagan crecer la escena. Ellas son las verdaderas artífices de que una ciudad tenga verdadera movida rockera. Pero tampoco hay que enaltecer a proyectos vacíos. Hay que ser críticos (palabra que genera temor en tanta gente), observar y fundamentar la opinión que damos, porque siempre es mucho mas valorable una opinión sincera que una felicitación de compromiso.
IMPRESIÓN
Los productores también tienen que entender que hay que jugársela, que en ellos está el poder de mantener este frágil oasis musical y artístico que fue el 2017 para el rock en Salta. El público debe saber que si exigen bandas tienen que asistir a los shows cuando eso sucede. Comprar entradas en puntos de venta oficiales y no alimentar la reventa por ahorrar unos pesos.
Redacción: revista@rocksalta.com Publicidad: publicidad@rocksalta.com
Como siempre, los invito a visitar rocksalta.com, y a escribirnos con sugerencias o criticas a revista@rocksalta.com.
Santiago Castellanos Director RS Producciones
ROCK SALTA es una publicación de Rock Salta Producciones. Domicilio: General Güemes 569 - CP 4400 - Salta. El nombre y el logo son marcas registradas por Santiago Castellanos. © 2006-2017. Expedientes INPI 3083222 y 3083224. Las publicaciones son de absoluta responsabilidad de sus autores y pueden no coincidir con la opinión del director. Las colaboraciones son ad-honorem y no crean ningun tipo de dependencia legal ni laboral entre los autores y la revista. Prohibida la reproducción parcial o total de los artículos sin mencionar la fuente. Tirada: 2000 ejemplares. Foto Tapa: Edgardo Andrés Kevorkian. Foto Índice: gentileza Cosquin Rock México.
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Lucas Canalda Franco Hessling Rodrigo Juárez Diego Maita López Eduardo Pece Fernanda Salas
Mundo Gráfico S.A.
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Rómulo J. Guzmán y Distribuidora Chorba.
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ESTA REVISTA EN SALTA Atipiko: Zuviría 408 Morrison: Caseros 646, loc. 7 TUCUMÁN La Rockería: Bs. As. 39, loc. 6 JUJUY Fixion: Belgrano 616 SANTIAGO DEL ESTERO De Tal Palo: Belgrano 852 CÓRDOBA Oktubre: Centro y Nueva Córdoba Lado B: Tucumán 105 ROSARIO Music Shop: Sarmiento 780 El Aleph: Rioja 932 www.tienda.rocksalta.com
Otro gran libro de Fernando Samalea Animal de Ciudad, patas arriba Animal de Ciudad, la banda de Santa Cruz de la Sierra, cumplió diez años de vida y lo festejó en Cosquín Rock Bolivia. Con Ronaldo Vaca Pereira a la cabeza, fue uno de los grupos locales más destacados del festival. Allí también fueron invitados por Los Caligaris a compartir escenario. Como parte del festejo, lanzaron un box set con toda su discografía y arrancaron su tercera gira por México, donde compartirán conciertos con La Beriso, Eruca Sativa, Tex Tex, La Royal y muchísimas bandas más. Como bonus track, lanzaron “Patas arriba”, el primer adelanto de su nuevo disco, con invitados de lujo: Alex Lora y Oscar Zárate, de El Tri. Animal de Ciudad visitó Salta por última vez en 2015 y volverá en 2018 para presentar el nuevo disco y repasar todos sus éxitos.
El INAMU celebra al Cuchi En diciembre, el Instituto Nacional de la Música publicará Corazón alegre, obra de Gustavo Cuchi Leguizamón, un libro dedicado al gran músico salteño. Al igual que Luis Alberto Spinetta: partituras & cancionero, el libro que el INAMU publicó en 2015, Corazón alegre será destinado a escuelas y espacios educativos de todo el país. El libro será publicado con el aporte del Fondo Editorial de la provincia, la Secretaría de Cultura de Salta y la familia del Cuchi, que puso a disposición partituras y cancionero de las obras, algunas inéditas. La presentación oficial se realizará el sábado 2 de diciembre a las 19.30 en la Sala Mecano de la Casa de la Cultura (Caseros 460) de nuestra ciudad. Participarán autoridades del INAMU y músicos invitados.
Charly y Spinetta para todos y todas
Se publicó Mientras otros duermen, el segundo tomo de las memorias del baterista y bandoneonista Fernando Samalea. El libro de más de 550 páginas, publicado por Sudamericana, es una nueva aventura apasionante de uno de los que de verdad tocó con todos. Samalea cuenta cientos de encuentros de un mundo previo a las redes sociales, anterior al encierro al que nos obliga Netflix. El libro es un culto a la experiencia personal, casi un manifiesto anti virtualidad. Una celebración de la salida, del ¿por qué no? como respuesta a cualquier propuesta. Samalea se cruza con Cerati, se va de gira con él. Aprovecha cada momento para vivir como un bacán. Se va a vivir con Sabina. Toca jazz, tango, toca lo que puede con Charly. Se toma un té con María Gabriela Epumer y la ve por última vez caminando por Palermo. Cae a lo de Calamaro, va a una entrevista con Dino Saluzzi, se junta a musicalizar una película muda con Fito Páez. Leonardo Favio le cuenta una pésima experiencia en la casa de una novia. Se va de gira con Diego Frenkel por las universidades de la zona. Un mediodía se va corriendo a rescatar a Fabiana Cantilo, que está jugando al pool en un bar de pésima reputación desde la noche anterior. Toca con el Sexteto Irreal. No duerme. Duermen los demás.
Si hay que hablar de libros excelentes que aparecieron hace poco no podemos dejar pasar los flamantes Esta noche toca Charly, de Roque Di Pietro, y Tigres en la lluvia, de Martín Graziano. El primero es un recorrido minucioso por los recitales que Charly García brindó desde que era un niño hasta los que realizó en la cancha de Ferro, en Buenos Aires, en 1993. El libro, publicado por Gourmet Musical Ediciones, es un ejemplar imprescindible para todos los fans del músico y para todos los amantes del rock argentino en general. El segundo es la historia de la creación del disco El jardín de los presentes (1976), de Invisible, la banda que Luis Alberto Spinetta lideró a mediados de los setenta. El libro de Colección Vademécum aporta una visión necesaria para comprender la evolución del rock y el tango, que en esos años se influenciaron mutuamente, además de profundizar en la fundamental obra de Spinetta.
Carnavaleando en Cosquin Rock El 10 y 11 de febrero de 2018 se llevará a cabo una nueva edición de Cosquín Rock, el festival más importante de Argentina. Durante todo este año, el evento cordobés giró por Latinoamérica (ver página 27) y llevó la música de estas tierras a todos los rincones del continente. La edición argentina reduce un día y apuesta a lo grande. La grilla de bandas se dará a conocer el viernes 1 de diciembre y contará con muchísimas sorpresas nacionales e internacionales. Las primeras fases de preventa ya están habilitadas en cosquinrock.net. A partir de diciembre, se podrán conseguir entradas y abonos en Salta, Tucumán y Jujuy.
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SANOGO Bort (2017) Por Diego Maita López
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n post en el Instagram de Bort del 19 de febrero de este año dice “Sanogo es nuestro ídolo”. Sanogo usa la 18 y es un jugador del Werder Bremen en el Winning Eleven 2006,
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un videojuego de fútbol para consolas, desde hace años mutado en el Pro Evolution Soccer: “En el WE 2006 les podés poner cabeza de perro a los jugadores”, me cuenta Juancho Otatti. “Desde esa época que (Sanogo) es la mascota del equipo”, cierra. Jugar en consolas y no en un local público –sea
barrial o de cadenas- es signo de una época. Pensar en Bort remitía inevitablemente al nombre de Emiliano Livelli. Rocker precoz con un perfil bajo en relación a su interesante obra. Emi se había refugiado en esta banda tras la disolución de Teddy Krueger, acaso
uno de los proyectos más ambiciosos y efímeros que tuvo la escena local. Sin embargo, Livelli ya se había alejado tras el lanzamiento de Barrenadora, el segundo disco de Bort, de 2015. Es necesaria la alusión, dado a que en ese momento, quienes seguimos de cerca la escena le otorgamos una sobrevida muy corta a la banda. Sin embargo, la aparición de Sanogo es una sana noticia y la pone en el selecto grupo de bandas de rock salteñas con tres o más discos. Sanogo consta de doce canciones. Nueve de ellas son letra y música de Otatti, que canta y toca la guitarra en la banda. Las tres restantes son de Leo Bavio, quien se ocupa del bajo y también de las voces. Completan Bort Matías Caballero en guitarra y Tote Molina en batería, otro sobreviviente de Teddy Krueger y de una escena de renovación que quizá haya tenido como uno de sus espacios de gestación los recitales de domingo, matiné y gaseosas en el mítico bar Esquina Libertad, allá por 2003/2004. El disco fue grabado en el Estudio Juan Ángel (propiedad del Chaqueño Palavecino), en Rosario de Lerma. La grabación, mezcla y masterización estuvo a cargo de Martín Wolmy. Fue editado, como los primeros dos discos, por Triple RRR Discos. Abre con “Ladrones”, una balada propia de esa especie de “Dogma 95” que patentó El mató: una historia de un robo doméstico, donde lo bello de los coros y la cadencia rítmica dejan atrás el infortunio de sección policial de un periódico. Quizás hasta da para bailar abrazados con los cacos.
Sin pretensiones de reseñar todas las canciones del disco, ni en orden, voy a destacar el track 10, “Fútbol tenis pelis age”, una oda a la depresión dominical. Si la cantara Dolores O’Riordan quizás las tasas de suicidio adolescente no aumentarían mucho pero el tema alcanzaría su máximo dramatismo. Entra en esa veta del mundo adolescente, probablemente con los pocos vínculos reales de la época, como así también en sus refugios, que en este caso no refieren al onanismo, sino a eso: ver fútbol, tenis, pelis y jugar Age of Empires II. Podría musicalizar un pasaje de alguna peli de Wes Anderson y no desentonaría. “Otro pretendiente” merece su párrafo. Nuevamente un policial. Una historia de celos, un episodio de arma blanca, y visitas al penal. Todo esto, puesto en el contexto de Salta, plantea una escena fantástica: lo poético está en imaginar a cualquiera de los miembros de la banda en el penal salteño de Villa Las Rosas, de alta combustión. Especial mención merecen la letra y música, altamente pegadizas. “Otoño” es otra canción que plantea un escenario contradictorio: una enumeración de situaciones propias de la negatividad de la mencionada estación, al ritmo de un pulso casi disco, donde se incorporan las texturas de un teclado invitado (a cargo de Martín Gorostiague, de la banda local Tu Hermana) que ameniza la ocasión. Sí, Phoenix está de moda. “Nada nuevo” es una canción de amor atravesada por hastío juvenil, inconformismo y cierta liberación, pero en clave siglo XXI. Chau al laburo, chau a los amigos y el fútbol de sábado. No hay que romper nada, sólo “estar
con vos hasta el final de los días”. El amor como refugio, como salvación, pero también como pastilla. Hay algo de angustia, disfrazada en pop-timismo, en melodías amables y estribillos pegadizos, eso aparece todo el tiempo. No creo que haya una correlación indispensable entre la opción estética y la pertenencia a tal barrio o clase social, pero claramente los Bort no pertenecen a la Salta periférica. El track 11, “Niños de cobre”, en menos de dos minutos, repite con ritmo machacoso, cadencia punk y melodiosidad infantil, una sola frase: “¿Quién va a venir por nosotros?”. Hay un sentido de pertenencia -el grupo como refugioy una demanda: que alguien se ocupe de ellos. ¿Quiénes? Cierro este repaso con “Miles de discos nuevos”, una canción a la melomanía, a los/as melomános/as, raza que goza de los discos nuevos, de las escuchas nuevas y los viajes que la música propone. De alguna manera, es inevitable sentir empatía con lo que cantan. Pasa algo con este disco, un primer mérito a reconocer. Las canciones, más allá del tempo, andan por el mismo esquema armónico-melódico, y antes de llegar al punto de saturación aparece una bocanada de aire. Una pausa, un cambio de ritmo, un recurso musical que mantiene la expectativa y evita el empalague. La paleta sonora del disco no se diferencia de las bandas referencia, tanto nacionales como internacionales, y es inevitable encontrar también algo de Weezer, The Cure y Wings, aunque a veces el deseo y la fantasía del que escribe encuentra cosas que no existen.
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Por Federico Anzardi // Fotos: gentileza de Concepto Cero
ATRAVESANDO TODO L�MITE En un momento bisagra de su carrera, la mendocina Mariana Päraway habla sobre La Flecha, su nuevo disco. Sonidos pop, feminismo y la necesidad constante de estar en movimiento. 8
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l 12 de octubre apareció La Flecha, el cuarto disco de Mariana Päraway. El álbum, publicado por el sello platense Concepto Cero, fue producido por el mexicano Ernesto “Neto” García. Se trata del trabajo más pop de la mendocina, que contó con la participación de Andrea Echeverri, Loli Molina, Violeta Castillo, Ruzzi, entre otras invitadas. Siete canciones nuevas que en menos de 25 minutos le dan a Päraway la posibilidad de llevar su folk barroco a todo el continente.
“Todo el proceso de composición empezó en octubre de 2015. Durante ese verano me encerré y compuse las veinte canciones que me habían pedido como punto de partida”, cuenta. La Flecha es el sucesor de Hilario (2014), el último disco en el que Mariana incluyó letras en inglés y francés. “Después había objetivos personales, como escribir todo en castellano, que hizo que fuera un poco más difícil. Para mí fue un desafío gigantesco y estuvo re bueno, porque en uno de los meses compuse cinco canciones. Nunca me había pasado, siempre había tenido períodos más largos. Fue muy interesante buscar las formas de no repetirse tanto, de ver cómo decir las cosas”. - También eso hace a la temática del disco. - Sí, en realidad todo el disco, las veinte canciones, hablaban del movimiento, que fue el concepto que me propuse trabajar. A partir de ahí, imaginate que movimiento es todo. Igual, las canciones fueron elegidas por otro tipo de cuestiones, ni siquiera las elegí yo sola. Con el productor y con Concepto Cero hicimos varias listas. - ¿Cómo surgió la idea de grabar en México? - A Neto lo conocí cuando estaba por sacar Hilario. Vine a firmar el convenio con Concepto Cero y él estaba trabajando en el disco de Shaman (Herrera). Nos conocimos, pegamos mucha onda, él fue a verme a un show y empecé a mandarle canciones para que me dijera qué le parecían. Cuando decidimos trabajar con él primero viajó Nico (Madoery, de Concepto Cero) a trabajar un poquito las canciones y ver qué rumbo tomar. Después viajé yo, también para aprender un poco cómo es la industria y cómo son los públicos, ver cómo es todo en otros lugares. La verdad que estuvo muy interesante, con Neto aprendí bastante, me sentaba al lado suyo mientras trabajaba. Después Neto viajó para acá en noviembre y ahí terminamos de grabar todo, así que es un disco con millas (risas). - Del concepto de movimiento quedó el título del disco, pero en la lista de canciones la flecha no aparece. - “La flecha” es una canción que no
quedó dentro del disco pero que nos parecía que encerraba muchas cosas en el nombre. Porque vos pensás en una flecha y pensás en la fuerza, en apuntar, en un objetivo, en movimiento. Yo me imagino algo muy visual y muy directo. Y nos parecía que tenía mucho que ver con todo lo que queríamos decir. No sólo con las letras de las canciones sino con toda la actitud y con todos los objetivos que nos hemos propuesto para este disco. - El concepto más fuerte que aparece es el de “femenino y feminista”. - Eso fue un poco un devenir. No fue un planteo explícito. Fuimos llegando naturalmente a un lugar que primeramente tiene que ver con esto que te digo de elegir el castellano para hacer todas las canciones. - ¿A eso lo elegiste vos? - Me lo venían diciendo un montón:
“En la tapa del disco salgo con un escote muy pronunciado y la gente cree que es para vender más. No, me encanta mi escote, ¿por qué no puedo mostrarlo?”. “Che, ¿por qué no cantás todo en castellano?”. Me lo propuse seriamente y me costó mucho. Pero en eso me encontré en una poesía diferente. Me parecía que ahí empieza lo femenino y feminista. Porque yo también me fui encontrando en el lugar de feminista. Como que actitudes que tenía frente a muchas cosas empezaron a tener un nombre real y gente que quería lo mismo. Y después me empecé a dar cuenta de todas las cosas por las que estamos atravesados que no nos gustan y que intentamos cambiar. Con todas mis amigas y amigos y mi pareja charlamos todo el tiempo de esto. Con el sello, como amigos, charlamos mucho de esto. Entonces empezamos a encontrar ahí un lugar fuerte y muy personal por el que estamos todos atravesando. No es porque está de moda, sino decir “realmente estamos por este lado”. Y después porque también hay una de las canciones, que se llama “Carnada”, que habla de un femicidio pero desde otro lugar. Y cuando con Neto nos pusimos a hacerla nos dimos cuenta de que había terminado en un danzón cubano y dijimos “es una canción de protesta”. Y todo nos cerró ahí. Todas las mujeres que empezamos
a invitar son mujeres que plantean esto. - Todo lo que tiene que ver con la reivindicación de los derechos de las mujeres está muy fuerte en nuestro país. ¿Cómo resuena eso en otros países del continente? ¿Tuviste oportunidad de percibirlo o charlarlo? - En realidad yo todo el tiempo hablo con mis amigas músicas sobre esto porque todo el tiempo estamos en ésa, respondiendo preguntas a la prensa sobre “qué se siente ser mujer”. Y una dice “¿todavía tengo que seguir contestando esto?”. Pero sí, todavía tengo que seguir contestando esto. Yo leo y sigo mucho un blog chileno que se llama Ruidosa y hace poco estuve posteando una investigación que hicieron acerca de la presencia femenina en grandes festivales de Latinoamérica y la verdad que es lamentable. A principio de año estuve en Dinamarca haciendo una experiencia de composición colectiva, hacíamos grupos. Yo pedí estar en un grupo sólo con chicas para también explorar qué pasaba en otros lados. Estuve con una chica de Inglaterra y una dinamarquesa. Y por más que la igualdad entre el hombre y la mujer, sobre todo en los derechos, es mucho mayor en Europa, igual teníamos muchas cosas en común. Como que todavía, indefectiblemente, los hombres músicos creen que vos no sabés nada, que te tienen que enchufar las cosas, afinar la guitarra. Es muy loco eso. - ¿Eso pasa? - Sí, me pasó hace muy poquito, en un show donde el sonidista me decía “¿está bien el volumen de tu guitarra?”, y yo le digo que sí y el chabón metió la mano dentro de mi guitarra para tocar los controles del micrófono. Lo sentí casi como una invasión a mi cuerpo, porque la guitarra está pegada a mí. Fue muy loco. Y todavía sigue pasando. Por más que una haya tocado mil veces, tenga discos y lo que sea, en la mente de las personas vos no tocás bien, no hacés las cosas bien. Todavía hoy tenemos que seguir respondiendo esas preguntas, seguimos siendo invisibilizadas. Por ahí las cantantes nos vemos más, ¿pero qué onda las sonidistas, las técnicas, las productoras? - Está preestablecido que hay muchas cosas que las mujeres no pueden hacer. - O que las hacen mal porque no saben tan bien como ellos. Es muy loco, ese pensamiento es ridículo pero sucede todo el tiempo. Ahora en la tapa del disco salgo con un escote muy pronunciado y la gente cree que es para vender más. No, no, me encanta mi escote, ¿por qué no puedo mostrarlo? ¿Por qué los músicos salen en cuero en todos lados y no se dice nada y yo salgo con una camisa y se dicen cosas? Es loco. - En una nota reciente en Página 12 dijiste que sos una mujer distinta a lo que la sociedad te dice que tenés que
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ser. ¿Qué quisiste decir? - Y... yo tengo casi 38 años y no tengo hijos. Cada vez que voy a viajar la gente me pregunta “lo llevás a tu esposo, ¿no?”. Siempre, todos los viajes. No sólo una persona, muchas me dicen “va con vos”. No, no, estoy trabajando y él trabaja en sus cosas. O el otro día: un taxista me llevaba y me dice “debe estar chocho tu esposo”. Digo, sí, porque él sabe que lo que hago me hace feliz. - Él te lo decía por “qué bueno que te vas”. - ¡Claro! Es muy loco. No soy una mujer que está en su casa criando hijos. A mí me encanta cocinar y estar en mi casa pero por la vida que tengo no sé si soy la que se espera que sea. Los roles que queremos para nuestras vidas son todos válidos. - Ahora está de moda el indie mendocino. ¿Te sentís parte? - Yo no he sido nunca parte de una escena. Por ahí está mal, no lo sé. Yo hago la música que hago. Porque también la escena mendocina es muy de chabón y las mujeres siempre hemos estado medio aisladas. Por ahí la Agus Bécares está más en la escena del indie, Paula Neder está en una escena mucho más folclórica. Es pop pero también es más folclórico. Igual que la Fer Alemán. Pero no hay tantas mujeres visibles. Hay muchas que tocan. Pero volviendo a lo de la escena: yo a todos los conozco hace mil años. Lucca (Beguerie, de Usted Señalemelo) tocaba en mi banda la batería, lo conozco desde que tiene cuatro años. También eso: son chicos mucho más jóvenes. Pero sí he compartido mucho con Mi Amigo Invencible, somos más o menos de las mismas épocas. Y la verdad que es loco mirar eso. Quizás tenga que ver con buscar cosas a las que no pertenezco. También me he mudado mucho. Nací en General Alvear, de ahí me mudé a Santa Rosa, de ahí me mudé acá a Buenos Aires, después a Mendoza capital y ahí vivo hace casi 18 años. - ¿De quién te sentís cerca? - De Mi Amigo Invencible pero porque también hay otros vínculos. Con la Agus hemos tocado un montón, con la Paula soy amiga. La verdad que no sé. Siempre me incomodaron los rótulos porque te quitan libertad de acción. Entonces prefiero sentirme cerca de la gente que quiero. - Te lo preguntaba porque los periodistas siempre intentamos instalar una referencia conocida, pero a veces capaz que la referencia para el artista sea una persona fuera del radar. Quizás no sea, por decir algo, Cerati, sino alguien de perfil bajo de Mendoza que te pegó mucho. - Cuando era adolescente mi banda favorita era Babasonicos. Después se empezó a diversificar un poco y empecé a escuchar PJ Harvey y he tenido momentos: cuando hice Hilario esta-
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ba escuchando muchísimo a Joanna Newsom y a CocoRosie. Lloraba, era muy fuerte lo que sentía. Y en este disco he escuchado mucha gente en castellano, muchas chicas. Me parece que está bueno eso de “a veces me siento más cerca de alguien que ni siquiera habla mi idioma” o “a veces me siento cerca del que está al lado”. Creo que influencia es todo lo que te toca, todo lo que te emociona. Y lo que hacen mis amigos me emociona. Entonces, seguro que estoy influenciada por la Paula y por gente sensible, sin que yo me dé cuenta y que sea tan explícito. - ¿Estás cómoda con el sonido más pop de este disco? - En realidad cada disco ha tenido su canción pop: “Sirena” en Hilario, “Bailar” en Los Peces. En esta es “Valeriana”. Pero las otras, por más que tengan sonidos más pop, siguen siendo canciones duras. “Plan de vuelo” se la dediqué a mi papá, que se murió cuando
“Por más que una haya tocado mil veces, tenga discos y lo que sea, en la mente de las personas vos no tocás bien, no hacés las cosas bien. Las mujeres todavía hoy seguimos siendo invisibilizadas”. yo era bebé y entonces nunca supe qué era, siempre fue lo que me dijeron. Por eso todo el tiempo es “dicen que no sé qué, dicen que no sé cuánto”. Y la canción es muy rítmica, entonces te saca un poco de ese lugar. “Fitzcarralda” dice tengo mi objetivo y es hacer esto y la muerte me va a llevar haciendo esto. No son canciones boludas (risas). A mí no me molesta el pop. Pasa que en un momento en Argentina lo pop parecía mala palabra. Y no lo es. Soda Stereo es pop y es innegable. - ¿Cómo hiciste para llegar a las veinte canciones reglamentarias? ¿Cómo se hace para crear en cantidades? - En un momento me sentí una máquina de hacer chorizos, pero como había estado trabajando en el concepto desde antes tenía muchas ideas que quería contar. En mi cuaderno de canciones (tengo uno para cada disco, después me sobran quince mil hojas) lo primero que hice fue anotar todo lo que me sugiriera movimiento. Y ahí había
muerte, engordar, de todo, porque son formas de moverse. Empecé a tomar de ahí. Yo soy maestra, así que en las vacaciones de verano me puse con todo. Me sentaba en mi habitación donde tengo mis instrumentos y me sentaba a escribir, a tocar y a ver. - ¿Cuál era tu ritmo de composición antes de ese proceso? - Era totalmente “cuando fuera”. Creo que también ésta libertad de rótulos de la que te hablo también pasa por ahí. Tengo canciones de todos los tipos. Hay muchas canciones que surgieron de sentarme todos los días y otras en las que la inspiración vino. Pero tampoco me parece que sea magia, porque me hablaban y yo estaba “movimiento, movimiento”, tomando nota y obsesionada. Todo me remitía al disco. Me parece muy fascinante cómo trabaja el cerebro. Por un lado está bueno y por otro la gente que se junta con vos te odia (risas). “Este fue el primer disco en el que todo fue a la par: la elección del nombre, de la tapa, de los temas. Todo lo hicimos juntos”, cuenta Mariana al explicar el trabajo con García y Concepto Cero. La Flecha significa un salto de calidad en su carrera. Ella reconoce que no podría haberlo hecho en soledad, aunque le haya costado asimilarlo. “Por un lado estuvo buenísimo y por otro fue difícil, porque ceder artísticamente decisiones es complicado. Pero bueno, creo que aprendí mucho desde lo personal. Ceder y aprender de eso: dónde tendría que haberme puesto más firme, dónde ceder completamente. Para mí ha sido muy interesante. Incluso angustiante. Interesante en todo lo que pueda abarcar”. - ¿Cómo hubiese sido La Flecha si vos te hubieras hecho cargo de todo? - Musicalmente no sé, porque que haya trompetas, vientos, fue una decisión mía. La tapa hubiera sido otra, porque a mí me gustan mucho las ilustraciones, pero quizás hubiera sido una foto más intervenida, que nadie dice que no vaya a suceder si hacemos una versión vinilo. Pero como que la tapa tenía que ser como la flecha: limpia, clara. Entonces estaba como muy bien y uno no tiene que saber hacer todo. Entonces eso para mí también fue un aprendizaje de control freak (se ríe), como diciendo “no, ellos saben”. Supongo que se hubiera llamado de otra manera. - Es difícil despegarte de las ideas iniciales. - Bueno, esa es una de las crisis, de las angustias que te digo. Pero como todos los pensamientos que uno tiene que modificar, siempre hay algo que se resiste. Después te das cuenta de que así tenía que ser. Me encanta el disco y se ve hermoso. Hay unas postales que hicimos que son una belleza. Está súper
claro, directo. Eso está buenísimo. Yo nunca podría haber hecho eso. - Sos maestra, ¿dónde enseñás? - Soy maestra de música en sala de cuatro, en segundo grado. - ¿Y largarías? - Sí, es una de mis ideas. Voy a intentarlo, es difícil. Acá voy a tomar como ejemplo a mi amiga Paula, que también era maestra y renunció a su trabajo. Me pareció tan valiente, tan genia decir “me la juego”. Y también es una decisión hasta de pareja, de decir “che, necesito todo tu soporte, todo tu hombro”. Y bueno, vamos a intentarlo. Pasa que también el mundo vive un momento de terror, entonces es como un salto, no al vacío, pero está para abajo. Pero igual estoy muy contenta y una siempre espera que todo salga bien. - ¿Hasta dónde estás dispuesta a ceder para seguir haciendo lo que tenés ganas de hacer? - No lo sé. No sé hasta dónde estoy dispuesta. Porque hay veces que me da más miedo, hay veces que me da menos miedo. Pero hoy estoy dispuesta a bancarla porque confío. Pasa que uno puede confiar mucho en su trabajo pero después el público es el que decide, uno no tiene control sobre eso. El público y la prensa. La industria argentina es rara. A veces me obsesiono con eso, me gustaría soltar esa parte, no hace bien (risas). Los que hacemos música deberíamos dedicarnos sólo a eso, lo que pasa es que hoy también el que hace música es el que llena la factura de los shows, el que organiza cosas. - Pero está bueno eso, tenés más control. - Sí, está bueno, pero es quemador. Yo, antes de estar con Concepto Cero, era súper autogestiva en todo y me quemé, me recontra quemé, porque no podés estar en todas. Hay gente que estudió para hacer esas cosas que uno esta haciendo sin saber. Yo creo en hacer, en que voy a hacer siempre, aunque toque en mi casa. La música me hace bien, entonces la quiero hacer siempre, no importa cómo. Por más que después me ponga una tienda vintage (risas). - Igual mucha gente dice “prefiero ser maestra, no tener problemas con pagar el alquiler, y hacer la música que se me canta”. ¿No te pasa? - Pasa que yo llegué a un momento en el que no puedo hacer las dos cosas, porque me tengo que pedir muchas licencias, porque no es justo para los demás, no es justo para los chicos, que no tienen música. Porque yo trabajo en una escuela donde trabajamos los sábados de ocho a una haciendo talleres y hay un montón de cosas que no puedo hacer, porque no puedo viajar los sábados a tocar a otros lados. Entonces ahí ya se me complica. Tengo que tomar una decisión que sea coherente con mi adultez. Esa es la parte difícil, ser adulto (risas).
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Por Lucas Canalda // Fotos de Guillermo Turin Bootello. Cortesía de Municipalidad de Rosario
CUADROS DENTRO DE CUADROS LA CONVENCIÓN DE HISTORIETAS CRACK BANG BOOM CELEBRÓ SU OCTAVA EDICIÓN Y SE RECONFIRMÓ COMO LA MÁS IMPORTANTE DE SUDAMÉRICA.
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esde hace ocho años Rosario se vuelve epicentro latinoamericano de la historieta por un puñado de días. Crack Bang Boom, la convención que encabeza el dibujante Eduardo Risso, pone a la otrora Chicago argentina en los respectivos GPS de la industria, los lectores, cosplayers y medios de comunicación para vivir una experiencia colectiva de todas las edades y todos los idiomas, incluidos castellano, inglés, portugués, wookie, klingon y élfico. La Crack, como se la denomina informalmente, funciona en varios niveles posibles: encuentro de industrias culturales para actores de la historieta, para editoriales, distribuidores, librerías, escultores, espacios gastronómicos, diseñadores, geeks de todo tipo y la familia en su plena extensión. Desde los invitados de primerísimo nivel internacional como Frank Miller, Brian Azzarello, el homenaje a Quino, el color del desfile de cosplayers hasta el ámbito de fanzines con los jóvenes autores que son los protagonistas por venir, todo invita a ser parte de una experiencia inclusiva que transforma a la ciudad agotando la capacidad de alojamiento.
Días “El evento fue pensado para movilizar la industria y eso también es lo que nos enorgullece cuando termina. Primero porque nos damos cuenta que se ha convertido en un lugar referencial para lanzamientos editoriales; segundo, porque hemos visto que es un punto de encuentro de oportunidades”, explica Risso, el hombre que encabeza el comité organizador, una eminencia internacional de la ilustración de historietas. Parque Chas, 100 Balas, Batman, son algunos de los títulos que arroja su CV desde 1981 hasta hoy. En una vida dedicada a los comics Risso fue distinguido con varias premios internacionales como el premio Eisner, el Harvey, y Yellow Kid (en clave cinematográfica debería leerse como “ganó el Oscar, la Palma de Oro, y el Globo de Oro). Risso dio comienzo a la aventura de CBB en 2010 y si bien admite que las semanas previas son agotadoras, luego de ocho ediciones, ya está habituado al vértigo de organizar una convención internacional de un nivel único en Sudamérica. En 2017, con la presencia de Miller, la vara vuelve a elevarse y muchos ya se preguntan qué sorpresa tendrá bajo la manga para la novena ocasión: “Se arranca una Crack y ya se está pensando en la próxima, de hecho, yo ya estoy pensando en la siguiente. En los viajes que hago voy pensando qué hacer, porque me encuentro con colegas, con amigos, y a los que ya tengo contactados”.
Las cuatro jornadas que dura la convención se viven de galpón en galpón, de una presentación a una charla y de ahí a conocer nuevos talentos en la carpa de los fanzines. Junto al Paraná se puede descansar en el césped verde mientras Rick Sanchez pasea, o acercarse a conocer al inigualable Gato Moncholo que se fotografía con sus fans, birra en mano, por supuesto. Por la noche, cervezas, tragos, fiestas de editoriales y la fiesta de la Crack, todo está dispuesto para transformar a la costanera centro en la base de operaciones para miles de militantes de la historieta. Juan Angel Szama, CEO de Szama Ediciones y parte de la comisión organizadora, explica que “la idea detrás de CBB es que tenga el formato de festival europeo con una estructura de convención estadounidense”. “Luego, en función de eso, vamos adaptándolo a nuestra propia idiosincrasia en pos de no dejar a nadie afuera -sigue-.
“Por ahora la historieta viene resistiendo el bajón económico y además está presentando cada vez más autores y editoriales independientes”.
editorial nacional atraviesa tiempos complicados”: “Por ahora la historieta viene resistiendo el bajón económico y además está presentando cada vez más autores y editoriales independientes. Eventos como Crack Bang Boom son necesarios para presentar el material editado directamente al público y vender el mismo en el evento permite que el dinero vaya directo al editor sin pasar por un distribuidor. Crack Bang Boom se convirtió en uno de los lugares más relevantes a la hora de presentar nuevos proyectos. Por otra parte muchas editoriales pequeñas en estos tiempos de crisis buscaron colectivizarse para dividir gastos, conseguir precios en imprenta, transporte. También muchos sellos están maximizando recursos optando por la coedición”. Risso, desde una experiencia que abarca cuatro décadas tanto en nuestro país como en Estados Unidos, Italia y Francia, puntualiza sobre tiempos pasados y actualidad de la industria del comic nacional: “Culturalmente, nosotros teníamos un poder que era tan fuerte que todavía seguimos viviendo de eso que se instaló hace setenta años atrás. A eso hay que sacarle el jugo, por eso también Crack Bang Boom. Por eso también es bueno que existan Comicópolis, Dibujados, Comic Con y las pequeñas convenciones como hay en San Luis y Salta. Todo eso genera visibilidad ante la gente. El comic ha tenido un reverdecer a nivel mundial. Primero, el comic sigue siendo algo que lo tenés que ir a buscar, no te llega. Segundo, vos tenés que interactuar. Si vos hacés un buen comic, si no les das todo servido al lector sino que sugerís más, el lector tiene que interactuar. Esos son códigos que todavía prevalecen en el comic y a los que la gente les interesa mantener”.
Noches El espacio destinado a fanzines es un reflejo de eso. El espacio de fanzines se pide de modo gratuito y es una de las tantas actividades que se pueden desarrollar en la Crack sin una entrada. Esto se hace así en pos de promover un tipo de material que quizás no podría participar de otro modo. La única curaduría es espacial, cuando no hay más espacio dejamos de tomar pedidos. Pedimos que todo el material exhibido sea de producción propia y que las publicaciones tengan un porcentaje alto de historietas e ilustración. Por fuera de eso CBB no interfiere en los contenidos, el estilo o la calidad de las publicaciones exhibidas”. Además de desarrollar su propio sello editorial, Szama es artista plástico y un hombre que milita la historieta desde los 90, teniendo sus primeras experiencias en el fanzine. Sobre el contexto de presente inflación y recesión, observa que “la industria
Fue Robert Crumb quien en los años 60 asentó la piedra angular para el vínculo definitivo entre historietas y rock & roll, un ciclo de retroalimentación que ya casi alcanza medio siglo. Esa tradición goza de plena salud en cada una de las noches del CBB. Cada jornada se cierra en bares de la cercanía a la franja joven del río como el ya mítico El Diablito o en fiestas temáticas que reúnen a todos los expositores, artistas, editores, periodistas y lectores. Desde el miércoles por la noche hasta el domingo las horas se viven entre cervezas, pizzas, asados, más cerveza y rock. El sábado por la noche llega el turno la fiesta oficial de la convención, concurrida hasta por el mismísimo Frank Miller, quien a sus sesenta años sabe cuándo es party time. Los tres pisos de Kubrick se llenan hasta el amanecer, con dos pistas con diferentes DJs y en el subsuelo recital en vivo de Lesbiano y su banda. La noche del viernes en el
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Eduardo Risso y Frank Miller, durante la convención.
clásico Berlín Café tiene lugar el Big Sur Fest, encuentro organizado por el colectivo Big Sur, conformado por las editoriales Términus, La Pinta, Le Noise y Szama Ediciones. El encuentro propone “Batalla de dibujantes” ante un tópico sugerido por el público y luego rock hermanante hasta la madrugada. Al día siguiente, luego de una noche de cerveza y rock, los historietistas sorprenden. Tras un desayuno colectivo, la energía parece plena y duradera, como si la convención y el sentimiento de cofradía les inyectara estamina extra. Por delante hay otra jornada de charlas, ventas, firmas y presentaciones y la pila sigue andando. “Nosotros en el colectivo Big Sur enfocamos y trabajamos mucho el tema del encuentro entre lector y autor. Tratamos mucho el tema de acercar a la gente de afuera del mundillo para que no seamos siempre los mismos. Nos damos cuenta que hay muchísimo terreno virgen en cuanto a gente que quiere leer historieta, que le gusta y no sabe que lo que hacemos en muchas de las editoriales que hay en el país trabajando, que existe ese material, no sabe cómo acceder a eso, trabajamos para que ese acercamiento sea fácil y ameno”, explica el artista Loris Z desde el stand de Big Sur. Loris nació en Italia pero creció en Argentina y desde su adolescencia concentra su creatividad en las historietas. Diario, un año de historietas, editado por La Pinta en 2013, es una bitácora de 365 días en la vida de un historietista melómano conviviendo con una ciudad y todo aquello necesario para pagar el alquiler. El sábado, mientras conversa se escapa a fumar junto al Paraná y vuelve para firmar y vender libros. La noche anterior estuvo hasta la madrugada cantando, saltando y disfrutando del BS Fest. La transpirada remera de
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Ramones de la víspera, al igual que sus trabajos, evidencian su febril corazón musical. “Cuando pibe era muy pero muy punk. Después cuando era adolescente me alejé de todo eso y me acerqué a lo gótico y lo industrial, estuve metido por muchos años en ese mambo”, apunta. “Hace unos años, a
“Eventos como Crack Bang Boom son necesarios para presentar el material editado directamente al público y vender en el evento permite que el dinero vaya directo al editor sin pasar por un distribuidor”. raíz de cosas que me pegaron mucho, me pasó de volver a encontrarme con eso del punk. Fue volver a salir, volver a poguear, volver a transpirar en antros de mierda, perder lentes, astillarme lentes”, agrega el autor, riendo. Entre agite con temas de Beastie Boys, Rage Against the Machine y Fle-
ma la noche tuvo un emocionante momento cuando “El mundo extraño” de Él mató a un policía motorizado sonó en el bar y las doscientas cincuenta personas presentes entonaron la canción a pura garganta y emoción. Mientras sonaba ese nuevo himno de los platenses, Loris era uno de los que estaba saltando delante del escenario, pogueando frente a los atriles del desafío entre artistas. El dibujante y el grupo de Laptra tienen un vínculo especial desde el año pasado, cuando el ítalo-argentino publicó Navidad de reserva, fanzine autobiográfico construido alrededor de cinco recitales de la banda encabezada por Santiago Motorizado. Desde la primera persona, Loris logra retratar la íntima alquimia de nuestro ADN y las canciones que elegimos. Las viñetas de la publicación dejan una premisa sanadora que tiene vocación de mantra: “El pogo te salva”. Vorterix, Niceto, Groove: allí está Loris poniendo alma, cuore y sudor, enamorándose, viviendo, reparándose mediante el poder sanador de la distorsión. “Esa frase de ‘el pogo te salva’ la terminamos acuñando con otros amigos editores y la adoptamos para convertirla en un mote nuestro”, cuenta. El material además puede leerse como una cápsula de tiempo que captura los momentos previos al salto a la masividad de Él mató. “Nunca pensé en la posteridad. En la mesa donde se hacen las cosas nunca pienso en lo que habrá de venir. Me alegra mucho la manera en la que fue recibido el fanzine. Todo lo que se generó fue muy fuerte y bello, muy emocionante. Los chicos de la banda lo recibieron y se re interesaron por todo el proyecto. Fue zarpado”, explica el autor mientras mira cómo un Superman liquida una lata de birra. ¿Imposible? Claro que no, estamos en Crack Bang Boom.
NO PODEMOS ENTREGARNOS SIN BANCAR LA POSICIÓN
Por Federico Anzardi // Fotos de Edgardo Kevorkian
A pesar de la prohibición del gobierno jujeño, Bruno Arias se las arregla para llevar su música a todo el país. La resistencia de un cantor popular que le da la espalda al poder.
Pogo andino. Bruno Arias frente al Congreso de la Naciรณn, el 8 de noviembre de 2017. En las pรกginas anteriores: Bruno durante el concierto ofrecido esa noche en el mismo lugar.
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na escena. El 21 de septiembre de 2016 Bruno Arias toca en el Mercado San Miguel de Salta a beneficio de comedores infantiles de la zona. El escenario está instalado en un balcón interno. Los pasillos del lugar están repletos. Cuando ya pasó más de una hora de canciones y todos están en el punto justo, Bruno larga la frase de la noche: “Aunque no me contraten más en Jujuy, pueden encontrarme igual”. Otra. A través de Facebook, Bruno asegura que el gobierno jujeño intercedió para que no pudiera participar del octavo Encuentro de Escuelas Rurales, que se iba a realizar entre el 17 y el 19 de octubre de este año en la localidad de Lagunillas del Farallón. “Funcionarios del gobierno actual nos cercenan el derecho a expresarnos con libertad a través de nuestro arte”, escribe. El encuentro finalmente fue suspendido por las autoridades provinciales. Una semana después, Bruno actúa en la UNSa en un evento organizado a las apuradas por la gente de ADIUNSa, el gremio de los docentes de la universidad. Es lo más cerca de Jujuy que Bruno puede estar en este momento. Es el día después de las elecciones generales. Cambiemos consolidó sus gobiernos, Santiago Maldonado apareció muerto y a Bruno no lo dejan tocar en su provincia. El clima es amargo, pero, citando a Páez, es genial por fin haber tocado fondo porque ya no se puede bajar mucho más. Quitando una a se puede citar a Pez y decir que no podemos entregarnos sin bancar la posición. Por lo tanto, hay fiesta en la UNSa, la tristeza se vuelve combustible. Una escena. Bruno Arias está sentado en la pizzería que está al lado del Teatro Vorterix, en Buenos Aires, dos noches después del recital en la UNSa. Toma café con leche, prefiere evitar la birra. Lo primero que hace es hablar sobre la experiencia salteña. “Ha sido un momento lindo en Salta. Pensaba que iba a ser algo más chico. Al final lo hicieron en el patio y tuvo buena vibra, dio sus frutos. Mucha convocatoria y la gente a pleno, con mucha necesidad de expresarse, bailar, divertirse. De compartir. He sentido el apoyo de la gente de Salta fuertemente, en todo sentido”, dice. Entonces, Bruno se pone a hablar sobre lo que pasó en Jujuy: “No habían aprobado los traslados para los niños de la Puna. Tres días antes nos enteramos que por esa cuestión administrativa no se hacía el Encuentro. Después se filtró información: diputados del gobierno actual en Jujuy habían hablado con los maestros”. Agrega que los docentes recibieron órdenes de no recibir “músicos y gente ajena a la escuela” bajo amenaza de recibir un sumario. “Y a la comunidad de Lagunillas le iban a quitar
beneficios” si el Encuentro avanzaba. “Me gustaría saber cómo se llaman esos diputados y poder preguntarles personalmente cuál es el problema que hay conmigo. Qué les molesta a ellos, si es que es así”, dice, cuenta que en Jujuy “nadie habla por miedo, tienen miedo de decir las cosas”: “En Jujuy, los que no están con el gobierno están perseguidos ideológicamente. Hay un temor de decir cosas, se están callando. Por eso estas últimas elecciones la gente también se volcó a votar a la izquierda”. El triunfo del FIT en Ledesma significó un golpe simbólico para el gobierno de Gerardo Morales. El territorio del Apagón, donde dominan los Blaquier, es en este momento el bastión de la resistencia interna después de que se intentara un fraude en contra de los candidatos de izquierda. “Ese quilombo en Ledesma fue porque había ganado la izquierda de
Actualmente, Bruno trabaja en el documental Camino hacia la Puna. “Es mostrarle al mundo cómo es vivir a 4500 metros de altura”.
Ale Vilca. Era histórica la derrota del gobierno actual. A los dos días de las elecciones se volvió a abrir el escrutinio y por un voto o dos perdía el FIT, así que se hizo una gran movilización, una marcha, se pidió justicia por eso y al final la izquierda logró imponerse y ganó. Pero si nadie reclamaba, Morales y Blaquier habían movido las piezas. Esto está pasando en Jujuy y me preocupa mucho”, dice Bruno. Una escena. Una semana después de la entrevista en la pizzería, Bruno Arias está en el acampe que las organizaciones de pueblos indígenas instalaron frente al Congreso de la Nación. Viene para tocar y apoyar el reclamo de prórroga de la Ley 26.160, que suspende
los desalojos en las tierras de las comunidades de todo el país. Es, por lejos, la persona más conocida y reclamada de la tarde. Mientras posa para las fotos de esta revista mucha gente se le acerca, le pide más fotos, le brinda apoyo. Le habla de la prohibición que sufrió en Jujuy. Le mencionan a Milagro Sala, a quien Bruno visitó en el penal de Alto Comedero, junto a otros artistas, una (nueva) movida que al gobierno de Morales no le gustó nada. “Durante el gobierno anterior yo apoyé mucho a los pueblos originarios, sobre todo hablé de la megaminería a cielo abierto, eso también hizo que se me baje un poco el pulgar. Y ahora en este gobierno salí a manifestar cómo veo la situación. Dije que me parecía injusto lo que pasaba con los obreros de Ledesma, con esa ley que pusieron ahora para los que cortan ruta. Y obviamente la forma en la que encarcelaron a Milagro Sala me parecía injusta. Detrás de ella hay una organización barrial que tiene miles de familias que desde que no está la dirigente han perdido mucho trabajo y el barrio se ha venido abajo. Desde lo más importante, que para mí es un logro, que en cada barrio de la Túpac Amaru haya un parque acuático donde los niños en el verano puedan tener una pileta para divertirse, bañarse y sobre todo estar contenidos para jugar. También las escuelas, la educación y la salud. Por eso es que me manifiesto en contra de estas medidas”, explica Bruno. Y sigue: “Hace poco hubo una juntada de artistas donde estuvo Teresa Parodi, Juan Falú, Liliana Herrero, referentes musicales. Yo sigo el camino de ellos y si ellos se manifiestan, ¿cómo no voy a estar de acuerdo? Me sumé a la entrada a la penitenciaría para poder hablar con Milagro. Creo mucho en la mirada y en la gente. No sólo vi a Milagro sino que vi a las otras chicas compañeras que están también presas. Vi a dos chicas que conozco de cuando eran artesanas en la feria de Jujuy. Compartíamos cosas juntos, sé de qué familia vienen. Para mí no son ningunas delincuentes y ellas me dijeron que las castigaron por darles cosas a los que menos tienen. Y a mí me llegó mucho su abrazo”. “Lo principal para mí es el respeto que tiene que haber a los diferentes pensamientos. Que haya libre expresión y que si hay debates sean constructivos, debates que se puedan respetar las diferentes ideologías de cada uno y tratar de llegar a un acuerdo constructivo. Que cada pensamiento esté fundamentado para que el debate sea enriquecedor y no sea una competencia sin sustento y termine con agresiones e insultos. Creo que la distorsión que hay del mensaje en los medios está haciendo que cada vez estemos más divididos entre la sociedad. Como pueblo tenemos que estar unidos y más alerta
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a todo lo que pasa. Esa sería una forma posible o utópica de que pueda prosperar un poco la cuestión. Estar más informado. Es muy importante que vuelvan los medios alternativos, que haya más pluralidad de voces, porque desde que está éste gobierno siento que la libre expresión se está terminando. El que no está en la misma línea ideológica está siendo echado de los trabajos, perseguido, en los medios no queda periodismo que contrarreste el mensaje que da el gobierno. Esto pasa a nivel nacional”, sigue Bruno, que asegura que “en Jujuy había muchos medios alternativos, desde voces de pueblos originarios, las radios de las organizaciones, radios alternativas en Humahuaca, en Abra Pampa, de pueblos originarios”: “Esas radios y el fomento que tenían de la gestión anterior van cerrando sus puertas. Y son las voces que no escuchamos en los medios grandes, son las voces que las siento imprescindibles porque son del lugar y son de gente que es normal y que milita desde su lugar. Son voces que para mí son importantes que estén para que la gente tenga diferentes puntos de vista y pueda elegir la voz que le parezca. Pero si siempre hay una sola voz, ¿cómo elegir algo?”.
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“En Jujuy, los que no están con el gobierno están perseguidos ideológicamente. Hay un temor de decir cosas, se están callando. Por eso estas últimas elecciones la gente también se volcó a votar a la izquierda”.
Actualmente, Bruno trabaja en el documental Camino hacia la Puna, un trabajo en colaboración con Fido Grandía, de la productora mendocina Ozono Clips. Juntos recorrieron distintas escuelas de la zona, charlaron con las maestras y preguntaron por el día a día. “Es mostrarle al mundo cómo es la vida en la Puna jujeña, cómo es vivir a 4500 metros de altura. Cómo viven los maestros, los niños, en qué condiciones están, qué contención tienen y sobre todo mostrarle a la gente que la Puna existe. Ya hice un par de adelantos, no sé si eso será que molestó, no sé qué será, pero lo único que trato es contar la vivencia desde mi música, de la cultura de lo que yo compartí en ese viaje”, dice. “En cada escuela voy a cantar y recopilo relatos de lugareños, de gente de ahí. Uno de los sueños de los porteros de Sansana Norte era que alguna vez ese pueblo pueda tener un festival propio, así como lo tiene Yavi, como lo tiene La Quiaca. Como una forma de dar un acto de presencia, que se tenga en cuenta al pueblo. Uno de los objetivos es hacer ese festival el año que viene. Otro pedido es la escuela Gauchos de Güemes de la localidad de Barrios, de techar el patio para que los chicos
puedan jugar. En esa zona el sol es muy fuerte y las consecuencias que trae estar a la intemperie. Eso también vamos a tratar de lograrlo con estos festivales itinerantes que se vienen el año que viene”, cuenta Bruno. Una escena. Bruno habla con Julia, una docente que trabajó en el pueblo de Casillas entre septiembre y diciembre del año pasado. “Cuéntenos un poquito cómo se llega a Casillas”, pregunta. “Bueno, tiene que llegar a Iturbe primero, después toma la ruta para la mano izquierda”, contesta la maestra. La docente describe a Casillas como “un pueblo perdido” en el que los chicos tienen que caminar dos horas para llegar a la escuela. “Los maestros y los chicos tomamos agua de río”, dice. “¿Cómo es la vida en Casillas, cómo es un día?”, pregunta Bruno. La docente cuenta: “Recibir a los chicos a las diez de la mañana y despacharlos a las tres y media. La gente no está ahí, vive a dos kilómetros (de la escuela). En la escuela no conocemos a nadie. Nos quedábamos a dormir porque no se podía salir, no hay movilidad. La traffic te deja el lunes. Había chicos enfermos que no sabíamos cómo solucionar, no teníamos agua. Es un pueblo perdido”,
“Como pueblo tenemos que estar unidos y alerta. Es muy importante que vuelvan los medios alternativos, que haya más pluralidad de voces, porque desde que está éste gobierno siento que la libre expresión se está terminando”.
insiste. “No hay solución, tenés que esperar, no se puede llamar, tenés que aguantar hasta que venga la traffic el viernes”, agrega. “O sea que si alguien se está muriendo, se muere nomás”, concluye Bruno. “Exactamente”, dice la maestra, que cuenta que no hay teléfono, “no hay nada”. “Lo principal que necesitan todas las escuelas, los lugares más alejados, es tener una jornada completa para que los niños no tengan que ir todos los días hasta su casa y caminar dos o tres horas”, dice Bruno, en la pizzería porteña, donde si llega a faltar el agua TN viene en dos minutos y lo transmite en vivo. “Hay escuelas que hace años que vienen peleando para tener un techo en el patio porque las condiciones climáticas son muy fuertes para que un niño haga educación física en el frío o al mediodía con el sol que raja, que hace que a los chicos les salgan granos en la cara, les sangre la nariz. Es imposible hacer educación física en esas condiciones y lo mismo lo tienen que hacer”. Una escena. Bruno está en el sur del país. Canta en un lugar que será reconocido por todos cuando un joven llamado Santiago Maldonado desaparezca allí, durante una represión de Gen-
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Bruno junto a algunos miembros del acampe de comunidades indígenas. A la izquierda, la salteña Octorina Zamora, referente wichí de Embarcación.
darmería Nacional. “Estuve guitarreando en ese rancho para los mapuches, he sido colaborador de varios eventos que hicieron a beneficio de todas las familias que están viviendo en ese lugar. Cualquiera de nosotros, de los músicos y artistas que pasaron por ahí podrían haber sido un Santiago Maldonado”, dice Bruno, que compuso una chacarera que asegura que “Santiago despertará tarde o temprano en el sol”. La canción, inédita, no fue grabada, sólo interpretada en algunos conciertos. “Se viralizó un poco pero después que apareció el cuerpo la dejé de cantar. Primero por impotencia, tristeza. Decepción ante la situación de cómo el gobierno actual y el poder manipulan y distorsionan la información sin importar el dolor de la familia y sin importarle nada. Sabemos que a Santiago Maldonado se lo llevó Gendarmería
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y por más que haya pasado lo que haya pasado era una represión y Gendarmería es responsable de lo que le pasó”. “En ese sentido -sigue-, creo que es importante que la gente sepa que los mapuches que están en ese lugar están en un periodo de recuperación de su territorio y de su forma de vida ancestral donde esas tierras que están ahí, que son de Benetton, nunca han sido habitadas ni explotadas para nada. Tierras que están de adorno como forma de paisaje. Los mapuches estaban viviendo ahí, no pedían nada a nadie, solamente vivir de la tierra y hacer su casa en esos terrenos no habitados y desperdiciados”. El 21 de enero Bruno estará en el festival de Cosquín. Antes actuará en Jesús María. Durante el 2018, además, intentará desarrollar el proyecto Folclore por las plazas por los barrios de la ciudad de Salta. Cuenta que está
componiendo “una obra que tiene que ver con esto del olvido de los pueblos alejados de la Puna” y también está grabando un disco con el Trío Aura!. “Un disco distinto donde voy a mostrar otra parte de mi música, orquestada. Va ser como escucharme cantar con traje y corbata (risas)”, explica. “Después estoy con un proyecto de un disco junto al cuarteto Karé, de Rosario, reivindicando los grupos vocales de los setenta con algunas versiones. Aparte de eso, con mi propia banda, un disco arriba, carnavalero, con todos ritmos andinos”. Una escena. Bruno está en la plaza del Congreso. Ya es de noche. Canta en el escenario improvisado del acampe. Transmitió toda la previa en vivo por Facebook, una costumbre que sus seguidores de todo el país aprecian. Encontró la manera de llegar a todos lados.
Por Santiago Castellanos // Foto: gentileza Cosquin Rock
NACIDO PARA SER SALVAJE
EL COSQUÍN ROCK SE RECIBIÓ DE ADULTO Y SALIÓ A RECORRER EL CONTINENTE. EDICIONES EN MÉXICO, PERÚ, COLOMBIA Y BOLIVIA PERMITIÓ A LAS BANDAS ARGENTINAS MOSTRARSE EN MERCADOS NUEVOS Y DIFUNDIÓ LA MARCA PAÍS. EL MODELO QUE TAN BIEN FUNCIONA EN LAS SIERRAS CORDOBESAS PERMITIÓ EL INTERCAMBIO CULTURAL Y YA SE HABLA DE EDICIONES EN CHILE Y ESTADOS UNIDOS. 23
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l sueño de muchísimos jóvenes es viajar y recorrer este continente tan lindo del que somos parte. Con una mochila al hombro o no, un viaje por Bolivia, Perú, Colombia y México no suena mal. Hacia allá fue Cosquín Rock, ese joven que en 2001 hacía sus primeras armas en la Plaza Próspero Molina de Cosquín, una de ciudades íconos de la cultura cordobesa. Cuando se abrió el telón del famoso escenario Atahualpa Yupanqui, la grilla nombraba a Divididos, Los Piojos, Catupecu Machu, Las Pelotas, Bersuit, El Otro Yo y Palo Pandolfo, entre otros. Muchos podían soñar con un éxito razonable, pero seguramente nadie se hubiese animado a decir que Cosquín Rock se convertiría en lo que es hoy. La mayoría de las bandas siempre han agradecido y valorado el trato, el respeto y las condiciones técnicas que tuvieron en el festival. Muchas han crecido junto con el evento y han sido parte fundamental del éxito de hoy. Tras 16 años y 17 ediciones llegó el momento de exportar el modelo y, con ello, gran parte de la cultura rock del sur del continente. El llamado de José Palazzo y todo el equipo de En Vivo Producciones a esas bandas tuvo la respuesta esperada: casi todas se pusieron a disposición. No solamente por agradecimiento, las condiciones contractuales, técnicas, logísticas y de difusión eran de lo mejor que se podía ofrecer en cada uno de los países visitados. Muchas bandas ni siquiera habían ido a esos países. La primera parada fue Guadalajara, en el mes de febrero. Que se haya pensado en México como primera fecha internacional de Cosquín Rock tiene mucha lógica. Todos sabemos el gran mercado que representa este monstruo con 130 millones de habitantes. Este mercado fue (y sigue siendo) muy influenciado por la música argentina. Desde Soda Stereo a Los Auténticos Decadentes, cientos de bandas de nuestro país han explotado las radios mexicanas desde los años ochenta a la actualidad. Pero también tuvieron que ver mucho los socios que Palazzo encontró allá. Gente que sabe y mucho de festivales, de logística, programación y de medios de comunicación. El combo perfecto para que se esperara y se haya cumplido el sold out de treinta mil tickets. El Cosquín Rock México logró reunir a Caifanes y Café Tacvba en una noche, algo de lo que no muchos pueden jactarse. Tuvo propuestas arriesgadas como Machingon y Golden Gaga, la presencia de Cuca, con 27 años de trayectoria, y el cierre con Panteón Rococó, una de las bandas con mayor presente en México.
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Respecto a las bandas argentinas, Las Pelotas cumplió su rol de estar presente cada vez que haya un Cosquín pero también demostró que a la historia se la sostiene con presente, y deleitó a casi veinte mil personas que había en el Parque Trasloma al momento de presentarse. Los Cafres estuvieron a la altura de lo que el público mexicano esperaba. Ya son uno más por estas tierras y presentaron canciones de su nuevo disco, Alas Canciones. La Beriso y Guasones llevaron su rocanrol con impronta argenta y fueron muy bien recibidos. Seguramente no pasará mucho tiempo hasta que regresen a ganarse ese mercado que es tan anhelado por las bandas sudamericanas. El momento de la tarde fue el show de Eruca Sativa, de lo mejor del rock argentino en estos momentos. Si bien abrieron el festival ante siete mil personas, fue todo un simbolismo que hayan sido la primera banda que tocó en CR México. Demostraron que no importa el lugar en la grilla donde los coloquen; Lula, Brenda y Gabi siempre van a dejar bien parado al rock del fin del mun-
“Santiago Maldonado apareció muerto ayer en Argentina, eso no podemos permitirlo en ningún país”, dijo Residente en la edición colombiana del festival. do. También se montó un escenario alternativo, donde tocaron Fanko, Zero Kill y Ojo de Buey. En el mismo lugar dio una charla Víctor Pintos y sirvió para que la Embajada Argentina en México brinde charlas y muestras sobre nuestro país. Además de lo musical, hubo de todo: tirolesa, food trucks con comida mexicana y argentina, una intervención artística a un muro que luego fue derribado, simbolizando una amarga realidad que toca a todos los mexicanos. También hubo stands de auspiciantes, un VIP muy concurrido y puestos de merchandising que fueron arrasados por todos los presentes, que compraron recuerdos de esta histórica fecha. La puesta fue imponente, con dos escenarios enormes, uno al lado del otro, donde las bandas iban intercalándose para que no haya tiempos muertos sin mú-
sica. El área de trabajo montada detrás de la estructura permitió tener armados entre cuatro y cinco sets a la vez. Sin dudas, ese trabajo invisible al público es el que permite que todo salga sin retrasos y de la mejor manera. Luego de la incursión por tierras aztecas, se llevó a cabo la edición argentina más grande en estos 17 años. 181 bandas formaron parte de la fiesta cordobesa que, nuevamente, coincidió con el feriado de carnaval y le permitió a gente de todas las provincias acercarse a Santa María de Punilla con tiempo de sobra. Cosquín Rock es Marca País, lo que le da una serie de beneficios para poder desarrollar sus ediciones fuera de Argentina. El rock es cultura y, sin dudas, la bandera fue bien llevada por estos cordobeses que con encanto y profesionalismo se han ganado la confianza de la gente en cada país que visitaron. Pero no todo es color de rosas. En el camino hubieron trabas de diferentes índoles, algunas insospechadas. Problemas burocráticos y choques culturales tal vez hayan sido los desafíos más grandes que hubo que sortear. La pesadilla logística de trasladar semejante festival a cada país se resolvió con sentido común y confianza en cada socio local, que también fueron artífices de esta gira por el continente. La segunda parada internacional fue en Perú el 14 de octubre. El municipio de Chorrillos queda a unos diez kilómetros de Lima y fue el lugar elegido para el festival. El predio de tres hectáreas contaba con juegos para chicos, activaciones de marcas, tiendas de masajes, tatuajes, barberías y merchandising oficial, con dos escenarios monumentales, uno de los cuales le daba la espalda al océano Pacífico. El pronóstico asustaba pero el clima regaló un día de sol, algo que no es tan común en esa parte de Perú. Ante casi quince mil personas, el municipio de Chorrillos recibió a Fito Páez, Residente, IKV y Los Fabulosos Cadillacs, que sumados a Carajo, Attaque 77 y GIT fueron el plato principal extranjero que esperaban los peruanos. No Te Va Gustar, La Beriso, Pastillas del Abuelo y Dread Mar I se presentaron temprano, ante un público que iba y venía en un predio armado de manera muy dinámica, lo que permitía a miles de asistentes contar con opciones permanentemente. Callate Mark (la banda del hijo de Vicentico) y los cordobeses de Hammer fueron las bandas emergentes que tuvieron la oportunidad de mostrarse ante un público nuevo. De las bandas peruanas, Pedro Suarez Vertitz comenzó a juntar mucha gente, mientras que Touristas, Cuchillazo, UCHPA y Kanaku y el Tigre fueron los locales que le pusieron color y música al festival. We the Lion fue el encargado de cerrar el festival, tocando
cerca de la medianoche. También hubo actividades en el escenario alternativo, un espacio más pequeño que se armó para complementar los dos monstruos donde tocaban las bandas más importantes. No por pequeño se quedó atrás. Muchas bandas peruanas se presentaron ante mucha gente, Sr. Flavio dio una charla sobre su libro El León del Ritmo, de gira con LFC. El Zorro Von Quintiero junto a Víctor Pintos deleitaron a cientos de personas y se proyectó, en dos partes, el Rockumental de Cosquín Rock. El choque cultural es algo natural. Hay muchos caminos para llegar a la misma meta y entre tantos países y tantas culturas diferentes, estos roces de criterio son muy positivos y enriquecedores para ambas partes. Tanto en México como en Perú, Colombia y Bolivia, las producciones aportaron puntos de vista, y esa fue la clave del éxito. La edición colombiana se llevó a cabo una semana después que en Perú. El club Bellavista Colsubsidio queda al norte de la ciudad, a unos cuarenta minutos del centro bogotano. Un espacio de montaña, alejado del ruido de la ciudad nos hacían sentir como en Córdoba. A priori, resultaba raro pensar en un Cosquín Rock con un solo escenario y ocho bandas. Pero sabiendo que no se toma ninguna decisión sin una buena razón, había que confiar. El predio, donde también se realiza el festival Stereo Picnic, es ideal para este tipo de eventos. Quedaron bien delimitados dos sectores: el de música y el de esparcimiento. En el de esparcimiento, se repartieron sillas, sillones, reposeras y fardos de campo bajo toldos, gazebos y telas que cumplían la función de aliviar el efecto del sol (o la lluvia, que finalmente no llegó). Mucha variedad en la oferta gastronómica ayudó a que el público se sienta a gusto durante más de diez horas. En el sector de la música se montó un gran escenario, más que suficiente para albergar a muchas bandas que hacían sus primeras armas en el país, como La Beriso y NTVG, y también a los consagrados Attaque 77, Residente y Los Fabulosos Cadillacs. Lianna, Mojiganga y Aterciopelados jugaron de local y fueron excelentes anfitriones. Attaque 77 fue una de las cartas fuertes de la organización en este tandem Lima-Bogotá. Si bien son una banda respetadísima y con gran trayectoria en Argentina, nunca fueron masivos. Pero en Perú y Colombia, casi el cincuenta por ciento del público iba a verlos a ellos. Muchísimas remeras, cánticos para la banda y muchísimo agite durante el show hicieron que fuera un punto altísimo en la jornada. Residente, que ya venía de romperla en Lima, dejó el mensaje en una noche muy difícil para todos los argentinos: “Santiago Maldonado apareció muer-
to ayer en Argentina, eso no podemos permitirlo en ningún país”, dijo el líder boricua ante doce mil personas que agotaron las entradas. El pequeño escenario alternativo se armó en el sector de esparcimiento y contó con la proyección del documental del festival y la charla de Pintos. Pero cobró notoriedad por la presencia de una banda no anunciada: Los Makenzy. Este dúo bogotano fue “descubierto” la noche previa por la organización en un bar local. Inmediatamente los invitaron a sumarse y les brindaron todo lo necesario para que puedan hacerlo. Se presentaron durante los baches del escenario principal y convirtieron a este espacio secundario en uno de los más visitados, tal como ocurrió con La Casita del Blues en la última edición argentina. Por más que José Palazzo sea la cara visible y haya construido Cosquín Rock a su imagen y semejanza, no podría hacer todo esto sólo. “Todavía no descubrí como clonarme”, nos dijo cuando le consultamos sobre si iban a realizar la edición chilena del festival. A la par tra-
La pesadilla logística de trasladar semejante festival a cada país se resolvió con sentido común y confianza en los socios locales, que también fueron artífices de esta gira por el continente. baja un equipo de producción que hace todo posible. Su socio, un stage manager y dos jefas de producción fueron la “mesa chica” que giró y coordinó todo en cada ciudad. Desde Argentina, un equipo de comunicación manejó todo lo relacionado a cumplir con los “estándares” de Cosquín Rock. Trabajo en equipo, cien por ciento. La última parada de este 2017 fue en Bolivia el 4 de noviembre. Santa Cruz de la Sierra es la ciudad más pujante del país vecino y fue la elegida para recibir al Cosquín Rock. Cuestiones logísticas y económicas, haber encontrado a los socios correctos y, sin dudas, la altura, influyeron para que los rockeros de La Paz, Cochabamba y todo el país tengan que peregrinar hasta la capital camba. La experiencia de Cosquín Rock Bolivia fue la más arriesgada. Hacer México, Colombia y, en menor medida, Peru, era pisar terreno probado donde
ya se habían hecho grandes festivales y la gente estaba acostumbrada a lidiar con estas cosas. En este caso, se ha plantado una semilla importante que con el tiempo crecerá y dará sus buenos frutos. Skay y Ciro, Los Caligaris, Eruca Sativa y los cordobeses de 4 al Hilo hicieron su debut en tierras bolivianas. No es un detalle menor, ya que todas estas bandas han apostado junto a la producción para cautivar al público y fueron muy importantes para que el festival se lleve a cabo y sea viable económicamente. Distinto es el caso de Los Fabulosos Cadillacs, Fito Páez, Babasonicos o Los Enanitos Verdes, que fueron uno de los motores de la gran convocatoria del evento. Con shows largos y compactos, demostraron que en este tipo de festivales siempre rinden los artistas sólidos y no necesariamente multitudinarios. La mayoría de los doce mil asistentes fue por ellos y se encontraron con grandes sorpresas. Bandas locales de gran nivel, visitas que la rompieron (la gran sorpresa para todos fue Eruca), y una variedad de actividades que los que conocemos Cosquín Rock estamos acostumbrados, como áreas de descanso, áreas VIP, peluquería rockera, espacios de tatuajes, masajes y una espectacular variedad gastronómica. Bolivia tiene una escena rockera muy frágil pero con gran talento. Productores poco serios, suspensiones de último minuto y desconfianza hacia nuestro género favorito son sólo algunas de las cosas que deben lidiar los músicos y artistas bolivianos. En este caso, los artistas locales tocaron en condiciones óptimas para demostrar su talento. Pudieron demostrar que las buenas bandas se potencian con buenas condiciones y ahora es su tarea capitalizar la experiencia y mantenerla cada fin de semana en sus ciudades. Por todo esto, el balance fue más que positivo. Después de cada viaje, de cada aventura, es hora de hacer balances y analizar las cosas desde otro punto de vista y con la perspectiva de la experiencia ganada. Seguramente en las próximas ediciones de Cosquín Rock veamos más presencia de bandas latinoamericanas, para que este intercambio cultural siga dando sus frutos. Porque de eso se tratan las industrias culturales. De producir contenidos profesionales y de ganar dinero, por supuesto. Pero también dejando un legado y aportando a que crezcan las escenas locales. Cosquín Rock ha dejado una huella imborrable en cada país que visitó. Ya confirmó que en 2018 saldrá de gira nuevamente. Seguramente se sume Chile y hay un sueño de poder realizarlo en la meca latina, allá por el sur de los Estados Unidos. Ya nada parece inalcanzable.
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EL BARRIO DE LAS NOTICIAS Por Franco Hessling
Barrio Parque El Tribuno se fundó en 1972 a través de un plan que promovía el Gobierno de la Nación. Quien pivoteó para que se concretará fue el por entonces director del diario homónimo, Roberto Romero, que una década más tarde se convertiría en el primer gobernador tras el regreso de la democracia. ¿Altruismo o necesidades personales?
Roberto Romero.
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esde que se instalara un hipermercado y se pusiera en marcha el Centro Cívico del Estado, la “rotonda de Limache” cambió su estructura tradicional. Se le añadió una autopista y se incrementó el flujo de vehículos, restituyéndole estatus de punto neurálgico entre la zona sur y el centro de la ciudad. Banchik, que se desprende de la Ruta Nacional 51 proveniente del oeste, Ex combatientes de Malvinas, Paraguay y Tavella, todas avenidas, confluyen en la circunferencia con autopista al medio. El barrio El Tribuno cuenta con una iglesia, un colegio católico, una escuela pública, un centro de salud y una seccional policial. Pero lo que lo vuelve eje de cierta actividad en la zona sur es el complejo social y deportivo Nicolás Vitale, principal núcleo de actividades de ese flanco, con una emergente escuela de fútbol infantil, una pileta de dimensiones olímpicas y una cancha techada de básquet y vóley a la que recientemente se mejoró con piso de parquet. Cuenta con un equipo de básquet semi profesional que acaba de iniciar su paso por el Torneo Federal, tercera categoría a nivel nacional. Cuando el barrio se inauguró sólo había páramos alrededor, era un municipio en miniatura en un sitio que parecía desconectado de la ciudad por extensos kilómetros sin urbanización. De hecho, durante algunos años fue considerado una delegación municipal. En aquel entonces, el complejo era gestionado por los y las vecinas. Con el paso de los años y el advenimiento de gobiernos municipales más celosos de compartir la gestión, el lugar pasó a manos de la Municipalidad. Los vecinos reconocen que el crecimiento demográfico de la zona había provocado que el mantenimiento del predio se volviera más difícil, por lo que no hubo grandes quejas cuando les fuera expropiada la autogestión. Con el cambio de manos en el manejo del complejo vino un renombramiento, pasó a llamarse Nicolás Vitale. Éste fue un profesor de educación física, con grandes dotes futbolísticas, que trabajaba en el complejo en los añejos años en los que los vecinos, a pulmón, se organizaban para el mantenimiento y la coordinación de las actividades. Por estos días, la experiencia de la escuela de fútbol infantil, que se reúne los martes y jueves y congrega a un centenar de niños, recupera aquel espíritu autogestivo ya que es organizada por la familia Calderón, quienes se jactan de haber sido los primeros en habitar el barrio. El Nicolás Vitale está, al igual que la mayoría de las instituciones antes mencionadas y la casa de los Calderón, sobre la calle La Razón, evocación al periódico fundado por la familia Cor-
tejarena, luego apropiado por Ricardo Peralta Ramos, quien fue interdicto por la Revolución Libertadora desatando un cruce legal que se cobró la vida de su abogado, Marcos Satanowsky. Todo el barrio tiene nombre de periódicos, pues la denominación de las calles se hizo con un acto encabezado por Roberto Romero, del que participaron varios de los miembros de ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina). **** Los diarios El Tribuno de principios de los setenta permiten seguir el trayecto de construcción del barrio, finalmente inaugurado el 5 de agosto de 1972, cuando se entregó el primer grupo de
Muchos confiaban y aún confían en el altruismo de “don Roberto”. Los relatos lo vuelven un hombre-mito que tenía tanta solidaridad que se justificaba cualquier inexplicable crecimiento patrimonial.
viviendas. Los trabajos de obrador, según la edición de aquél día, se habían iniciado el 15 de julio de 1971. Fue una obra monumental en tanto requirió de infraestructura básica completa, redes matriciales para los servicios básicos y luego cañerías domiciliarias para la habitabilidad. Del acto de entrega de llaves participó el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Francisco Manrique. Bajo el título “La excepcional obra en cifras”, un despiece de la nota de la inauguración apunta, entre otras cuantificaciones, que “para la instalación de la red de obras sanitarias se emplearon 85 kilómetros de caño, para la construcción de veredas se utilizaron 54 mil metros cúbicos de hormigón” y “se construyeron plateas a un ritmo promedio de diez diarias”. Además agrega
que se utilizaron 150 mil toneladas de ripio y que “en mano de obra, jornales y obligaciones previsionales se pagaron 85 millones de pesos. En total, barrio parque El Tribuno contaba con 1206 casas y un equipamiento que ascendía hasta una pileta olímpica con un trampolín único en Salta, de más de tres metros según rememoran los vecinos, quienes lo recuerdan con melancolía. El natatorio actual no tiene trampolín. La obra había estado a cargo de Field Construcciones, de los ingenieros “Roberto Galli, J.C. Madrazo, Poul Pérez y Enrique Macías”. Los nombres de las arterias del barrio se formalizaron recién un año después, el 29 de septiembre de 1973. La edición del día siguiente del diario destacaba la presencia de diversos empresarios periodísticos, tanto como de autoridades católicas de la arquidiócesis salteña y miembros del gobierno de facto provincial. De esa manera se designaron las calles con los nombres de diferentes empresas periodísticas del país, todas parte de ADEPA, igual que el diario de Roberto Romero. Las fechas que se infieren de las publicaciones del diario distan de lo que señala la placa que está en la esquina donde se encuentra la iglesia católica María Reina, adonde se indica que la obra se inició el 2 de agosto del 71 y se finalizó el 31 de agosto del 73. **** Si de casualidad, acaso mientras se va caminando por la plaza 9 de Julio, alguien escucha “El Tribuno”, tiene dos referencias a las que acudir, que a su vez están relacionadas entre sí: un barrio y un diario. Sobre el matutino hay mucho que decir aunque existan pocos estudios fehacientes en cuanto a su historia. Como contexto general hay que marcar que uno de los primeros accionistas fue el Partido Justicialista y que llevaba seis años circulando cuando la dictadura autodenominada Revolución Libertadora depuso a Juan Domingo Perón de la presidencia. La interdicción sobre los derechos de propiedad de medios, resuelta por los “libertadores”, causó hechos como la disputa por La Razón, investigada por Rodolfo Walsh en Caso Satanowsky, y la liquidación de El Tribuno por orden presidencial. En el remate, la empresa periodística salteña fue adquirida por el tridente Roberto Romero, Raúl Decavi y Bernardino Biella. El primero de ellos se impuso con el paso de los años. El diario no tardó en quedar en manos de la familia Romero, tal como sucede hasta nuestros días. Ya a principios de los setenta, Romero había impulsado una fuerte inversión en maquinaria y trabajadores que había colocado a El Tribuno a la vanguardia de la prensa nacional. Era un empre-
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sario promisorio, sobre el que recaían sospechas al respecto de su raudo crecimiento patrimonial. Roberto Romero fue denunciado periodísticamente como narcotraficante, esas versiones lo señalan como aquel que introdujo la cocaína en Salta. Por entonces, el diario de Romero sólo competía con su análogo Norte, de mucha menor dimensión. En Salta, el narcopoder, el extinto periodista Sergio Poma reseñaba algunas de las investigaciones que vincularon a Romero con el narcotráfico: “De ningún referente político de la Argentina se ha hablado y se ha escrito tanto como de Roberto Romero en relación con el narcotráfico. Un libro de sorprendente circulación, multiplicado hasta el cansancio por distintos dispositivos de reproducción fue Mama Coca del investigador Anthony Henman; en él se le imputaba al ex gobernador uno de los delitos más repulsivos. En 1985, las revistas españolas Interviú y Cambio 16 también lo involucraban en el tráfico de estupefacientes. En febrero de 2007, la revista Le Monde, con la firma de Carlos Gabetta, publica el artículo Narcotráfico versus Democracia haciendo referencia a investigaciones de Rafael Saralegui y Raúl Kollman”. Poma prosigue su recorrido: “Otro tanto ocurre con las publicaciones como Cocaína, dólares y política, de Eduardo de Miguel y Gabriel Pasquini; Blanca y Radiante, mafias, poder y narcotráfico en la Argentina, de los mismos autores; El Otro de Hernán López Echagüe; Días extraños, primeras crónicas de Nimrod de Jorge Winter; Don Alfredo, de Miguel Bonasso; Argentinos II, de Jorge Lanata” y “La Larga Sombra de Yabrán, de Christian Eduardo Sánz y Franco Caviglia”. Como fuera, a principios de los setenta Romero había pasado de ser un canillita a convertirse en un empresario de magnitud, casi sin estancias intermedias como haber sido un modesto emprendedor. Su providencia lo llevó a que en aquellos años, una década antes de convertirse en gobernador de Salta, promoviera la construcción de viviendas sociales, entre ellas las de Barrio Parque El Tribuno. Muchos confiaban y aún confían en el altruismo de “don Roberto”, los relatos contemporáneos en esa línea se orientan a volverlo un hombre-mito que tenía tanta solidaridad que se justificaba cualquier inexplicable crecimiento patrimonial. Para quienes desconfiamos de tal relato, suponer dividendos excelsos generados por el negocio de la cocaína, los cuales no podían justificarse sólo con ventas de diarios, es en realidad el contexto que habría activado el afán habitacional de Romero. En palabras simples, tal vez no fue altruismo sino blanqueo de capitales. En julio de 1971 se inicia la construc-
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ción del barrio, para lo cual Romero aprovechó una iniciativa del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través del Banco Hipotecario Nacional, triangulando a través de Salco SRL, una firma de su propiedad. Fueron las primeras 1206 viviendas de una ahora ingente zona sur de la ciudad. Los beneficiarios fueron empleados de Romero pero también otras personas que se inscribieron particularmente en el plan Viviendas Económicas Argentinas (VEA). Con el VEA, en aquellos años de dictadura de Alejandro Lanusse, en Salta también se realizó el barrio Ciudad del Milagro, en el extremo norte de la ciudad. “Don Roberto”, en tanto, concentró su fiebre habitacional exclusivamente en la zona sur, adonde con el paso de los años también promovería la creación de los barrios Periodista e Intersindical. Con el diario de mayor
Romero había pasado de ser un canillita a convertirse en un empresario de magnitud. Una década antes de convertirse en gobernador de Salta, promovió la construcción de viviendas sociales.
circulación en sus manos y constituida su fama como dirigente que venía de abajo y no olvidaba sus raíces, Romero aprovechó sus acciones habitacionales para imponerse como la figura fuerte del PJ ante la vuelta de la democracia. En 1983 alcanzó la gobernación, cumplió un mandato y fue sucedido en el cargo por Hernán Hipólito Cornejo, por estos días aliado del gobernador Juan Manuel Urtubey. Murió sospechosamente en Brasil, en el 92, a poco de haber perdido las elecciones con el capitán de navío Roberto Ulloa. Poma relata que “según la crónica de esos días, el ex gobernador de Salta, Roberto Romero, padre del entonces senador Juan Carlos Romero, murió atropellado por un automóvil en la ciudad brasileña de Rio de Janeiro. Ocurrió el 15 de febrero de 1992 y el estupor fue la primera sensación de una
gran parte del pueblo salteño: Romero, que ya tenía 65 años, no podía morir. Inmediatamente después comenzaron las especulaciones respecto a un posible crimen. No faltó quien opinara que, en realidad, fue un ‘accidente’ simulado para sacar al dirigente de la línea de fuego. ‘Don Roberto’ había perdido las elecciones en octubre de 1991 y la pérdida del poder se veía como una situación muy complicada para el empresario”. **** “El negro cuando pasa por acá ya saluda y todo, dice ‘hola’ y se le entiende clarito”, cuenta con rictus afable Ricardo Guzmán, quien fuera interrumpido mientras repantigaba en su zaguán observando hacia la vereda. El retinto al que hace mención es Eric Freeman, la más reciente contratación del equipo de básquet de El Tribuno; un ropero de más de dos metros, con extremidades infinitas y andar de gigante, más habituado a Salta de lo que sospecha don Guzmán. El jubilado de 83 años, que jura asistir a todos los partidos en el Vitale, que está a ochenta metros del zaguán desde donde habla, supone que es la primera vez que Freeman llega a Salta, quizá hasta cree que es la primera vez que está en Argentina. Freeman fue jugador de Salta Basket, el equipofranquicia que sostiene el Gobierno provincial desde 2014, y tuvo otras experiencias en el circuito nacional. Hace varios años que ejercita su español, la modalidad salteña más que cualquiera de sus otras versiones. Guzmán fue uno de los primeros en habitar la zona, tiene reminiscencias de los imaginarios de entonces, cuando muchos le decían que irse a vivir a El Tribuno era como trasladarse de la ciudad al campo. Es uno de los que accedió a su vivienda inscribiéndose en el Banco Hipotecario Nacional como un trabajador cualquiera; él formaba parte de Agua y Energía, la vieja empresa estatal que proveía servicios básicos. “Adonde estoy sentado ahora era mi pieza, después pudimos modificar la casa. Me acuerdo que cuando dormía escuchaba al pumita que vivía acá, iba y venía y después dormía debajo de las tribunas de la cancha de básquet”, recuerda. No es casualidad que El Tribuno tenga un equipo semi profesional de básquet y una cancha de primer nivel. Romero padre era fanático de tal disciplina, podríamos decir que la cancha del barrio sureño fue el ensayo para que, años después, ya como gobernador de Salta, encarase la obra del Estadio Delmi, hasta nuestros días el mejor escenario techado que tiene la provincia. “En la entrada del complejo, los vecinos le hicimos un busto a don Roberto después que murió. Este barrio no lo
podría haber pensado mejor”, dice con la cadencia que los años le imprimen al habla. Al recordar el busto, iniciativa de la que participó, Guzmán apunta que otro de los vecinos de la primera hora que puede charlar sobre el barrio es Carlos “Cacho” Calderón. **** Cacho vive sobre la misma calle pero en la cuadra siguiente, en diagonal a una de las entradas del Nicolás Vitale. Primero corre la cortina con desconfianza, al escuchar la excusa abre la puerta y sale con su mujer por detrás, Ana Marinaro, quien trae la edición especial de los cincuenta años de El Tribuno, donde hay reseñas sobre la historia del barrio. Cacho, a diferencia de Guzmán, es jubilado del diario; su mujer trabajó con “don Roberto” en sus años en la política. Coinciden en que fueron los primeros en recibir fácticamente la casa. “Ya no podía seguir pagando el alquiler y le dije a don Roberto, entonces hizo poner las aberturas de mi casa en un día y me dio la llave antes que se hiciera la inauguración formal”, dice él y ella acota: “Don Roberto siempre ha sido una persona impecable, para nosotros fue lo máximo, palabra mayor”. Cacho fue el vecino que encabezaba al grupo que se hacía cargo del complejo de forma autogestionada. “En ese tiempo todo era campo, él iba y volvía a trabajar al diario en bicicleta. Don Roberto nos facilitaba cosas para que pudiésemos mantener el predio, la pileta y las canchas”, relata Ana. “De prepo, un día la Municipalidad nos retiró la responsabilidad sobre el complejo, decían que no nos podíamos seguir haciendo cargo pero tampoco nos ayudaban en nada, directamente se lo quedaron”, agrega. Su esposo, por su parte, indica que tiene el recuerdo que el ex intendente Alejandro San Millán tuvo la intención de transferir la gestión al centro vecinal. No prosperó, el complejo nunca volvió a manos de los vecinos. Una comisión de autoconvocados, no obstante, fue la que se movilizó a mediados de los noventa para plantar el busto de Roberto Romero al costado de la cancha de básquet techada. El matrimonio Calderón Marinaro se puso al frente de la iniciativa, acostumbrados a la organización de base. Actualmente, de la misma pujante manera, sostienen la escuela de fútbol para niños que se puso en marcha este año todos los martes y jueves en el Nicolás Vitale. “Nuestro objetivo es que los chicos no estén solos, que tengan contención y opciones a la calle, al celular y la computadora”, remata Cacho. Con cierto orgullo, Ana cuenta que son de los pocos que perviven desde el principio. “Tenemos una casa en el centro, pero yo a mi barrio no lo cambio por nada”, sentencia.
ALGO HA CAMBIADO
POR FernandA Salas Escupo un poema: A veces quisiera tener un pene / Soy una mujer que menstrua. / Hace 19 años ya / y todavía no se acostumbra. / A veces quisiera no menstruar. / No haber menstruado nunca / Me gusta ser mujer. / La menstruación no tiene nada que ver con eso. / A veces quisiera tener un pene / pero conservar mis tetas con las que amamanté a mi hijo. / Tener un pene para darle a los culos de mis amantes hombres. / Amo mi vagina / Y le deseo la lengua / de esa chica que pasa / todos los sábados / a la 1 de la tarde. / Soy una mujer / Una mujer de ojos niñes / Un monstruo de canas largas. / A veces luciérnaga, / otras, colilla de cigarrillo. / Una mujer que menstrua, / que sangra.
Al frente mi compañera mira noticias en un portal de noticias. Nefastos titulares, nefastos los comentarios de gente nefasta en cualquier noticia. La que lee es sobre el último Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Chaco. Lee y un inmenso murmullo dormita a la gente que va y viene en esta gran oficina. Santiago sigue sin aparecer. Me pregunto qué pensará mi compañera que lee. Una vez la escuche decir que su perra era una perra feminista porque no le gustaban los nenes varones. Yo con cara de nada le escupí mi respuesta: el feminismo no está en contra de los hombres sino en contra del machismo. En ese momento pensé en qué me movía responderle. Por qué le contesto a cada persona que dice algo por el estilo. Voy escupiendo respuestas. Me pregunto si la gente sabrá algo de los encuentros nacionales de mujeres. Por lo general compran lo que leen en los diarios, lo que les dicen las noticias. Muchos miran la vida pasar por una pantalla. Yo también, no me voy hacer la boluda con eso, aunque también me tomo el tiempo de amargarme y dudar. Por mi parte, la primera vez que fui al Encuentro Nacional de Mujeres fue en 2013. Viajamos a San Juan con mi amiga G en un bondi de Patria Grande. G conocía a las chicas y yo las había visto un par de veces en alguna marcha. Ninguna conocía San Juan. En Tucumán subieron unos chicos que iban a Mendoza al Encuentro de Varones Antipatriarcales. Todo muy tranqui. En el caluroso San Juan dormimos en el piso del pasillo de una escuela. No nos bañamos tres días. Era la primera vez para todo. La primera vez que iba a los talleres, la primera vez que veía las plazas llenas de colores de diferentes agrupaciones. La primera vez que escuchaba discutir a una militante de las rojas. La primera vez que marchaba con una gran columna feminista. La primera vez que veía de adentro cómo se organizaban. La primera vez que veía cómo se cuidan las muchachas feministas, todas juntas y felices. La primera corrida. La primera vez que me ponía de cordón humano para bancar una marcha. Nos quedamos sin voz de tanto cantar. No me cansaba de ver a tantas mujeres todas distintas. El paraíso feminista. “Algo cambia en cada mujer que asiste al Encuentro”. Sí, algo cambia. Algo cambió ese viaje. Con G siempre bromeamos sobre los días sin bañarnos, sobre dormir en el piso. Sobre todo eso que hicimos esos días para dejar de ser minitas. Lo dijimos tanto que G pensó una definición de minita: es la típica, el estereotipo de mujer tradicional. Minita es cuando queremos nombrar un comportamiento, actitud, sentimiento que nos retrotrae a la construcción social que se hizo de mujer. Por lo tanto, hace referencia a prejuicios y estereotipos en la manera de comportarnos. A veces somos minitas. Cuando escribo un poema a un boludo que no me dio bola o algo, es un poema minita. Y no es que no nos guste ni tampoco que nos encante ser minita. A mí me gusta el labial rojo. Rojo minita presumida. Rojo sangre menstrual. Pero también me lo pongo en la marcha, ¿se entiende? La cuestión es que mi ser mujer (y el de todas) no termina ahí. Es mucho más complejo y para eso están los encuentros. Y voy a ser obvia: los encuentros nacionales de mujeres están para discutir todo lo que viven, para marcar agenda feminista. Para abrazarse y salir a luchar. No es ahí cuando me consideré feminista. Vuelvo hacia atrás y pienso en el momento exacto y un poco se me escapa. Y no soy una estudiosa de los feminismos. Pensarme feminista fue cuestionar la mujer que soy todo el tiempo. Qué mujer fui y qué mujer quiero ser. Digo feminista y lo digo tranquila. Lo digo bien. Combativa y hasta cariñosamente. Me encanta decirla aunque no recuerde cuándo la escuche por primera vez. Y qué loco que para algunos sea una palabra extraña: feminista. Prefieren disfrazarla diciendo “un toque feminista” o el simpático (?) feminazi. Qué loco que todavía tenga que escupir explicaciones: no, feminismo no es machismo al revés. Y no, este año no viajé (Macri gato) pero todas estábamos ahí. Ese primer viaje reafirmó lo que se venía gestando hace mucho en mí. Eso que tardó 27 años en aparecer. Porque no mucho antes de ese momento yo me había comenzado a preguntar cosas. Y no, no me da vergüenza decir que tenía 29 años la primera vez que fui a un Encuentro Nacional de Mujeres. Ojalá aparezca en todes ese gritito de adentro que nos hace despertar. Desperté y noté la mujer que soy y pensé y deseé y, aún, construyo la mujer que quiero ser. Porque todavía no sé quién soy ni cómo terminaré. Soy un monstruo de ojos niñes. Una mujer que se pinta los labios, que menstrua, que sangra.
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UNA BUENA HISTORIA PERO MAL CONTADA
E
s bien sabido que lo que pensamos, decimos o hacemos será tomado de manera individual, o directamente sin filtro alguno, y poniendo a todos en la misma bolsa, según la conveniencia. Se generalizará. Estamos acostumbrados a dichos y expresiones que describen nuestra realidad: por algo será, algo habrá hecho, y también, mira cómo se viste. El desprecio por el ser humano (tenga la ideología que tenga), el odio y la burla, son moneda corriente. A su vez, como aves de rapiña los medios imponen la agenda diaria, desinforman, desvían los temas importantes, se dedican, en su mayoría, a sacar de contexto, a instalar prejuicios y a estigmatizar. Alimentan a todo el séquito apático que dominan. Esta quiso ser una reflexión más, acudir al llamado de la ruta, transitar en ese viaje imaginario donde todo es maravillosamente oscuro y posible, pero el país vive tiempos difíciles y no debemos agachar la cabeza aceptando todo. Así es el rock, te suelta la mano para que te diviertas, digas, o hagas lo que quieras, y después de todo eso, te ubica en una vereda o en la otra. Esto es así, no se puede quedar bien con todo el mundo. Las redes sociales son un fiel reflejo: ¿a cuántos eliminaste este mes? Claro, es el lugar perfecto para purificar las pasiones del ánimo, difundiendo el morbo de sus almas; y las fichas saltan por todos lados y te cuestionás cómo pudiste compartir tanto con esa persona. Esto le pasa a mucha gente. Lo bueno es que se limpia la cancha, y las cosas, te gusten o no, son más claras. “La juventud es el futuro”, nos dicen y repiten a menudo, y si bien con esto tratan de darle una estela de gloria posible a las nuevas generaciones, lo que se oculta en el fondo es una idea estática y de permanente silencio, por lo tanto, automáticamente cómplice.
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Podríamos decir que el argentino al saber empírico lo tiene, ya hemos vivido tiempos parecidos. En este punto, el heavy metal siempre dijo presente mostrando un mensaje de rebeldía y lucha constante, sin ser populares y aliados de la contracultura como manera de expresión. Recuerdo gratamente, allá por 1996 en la provincia de Tucumán, a la aguerrida banda 448, cuando Rolo le dedicaba canciones fuertes y provocadoras al gobierno de Bussi, recordándole su pasado represor. El que se llegaba a los recitales sabía que en cualquier momento se armaba con la Policía. Estaba todo mal, se sentían en el aire la intolerancia y la provocación. Sonaba “Torturador” desafiando y sin medir consecuencias nos hacíamos cargo de lo que cantábamos: acá estamos y no pensamos igual. Y si teníamos que correr sabíamos que tenía que ser lo más rápido que podíamos, no nos podían agarrar. Y sí, ¡correr! El perseguidor no era un improvisado, edificaba miedo, ese perseguidor fue el peor de todos. ¡Cómo no temerle a lo que te podía hacer si te agarraba! La situación se repite. Las fuerzas de seguridad tienen la orden de reprimir escudados en la impunidad con la que siempre se manejaron, moviendo las piezas y haciendo cada vez más difícil llegar a la verdad. Y esto no va a parar. Como se dijo al principio, se generaliza convirtiéndose en un círculo vicioso. El poder en manos de personas nefastas y, por otro lado, los decididos a mostrar la cara por la miseria de los oprimidos cortando rutas, marchando y reclamando en las plazas, sin renunciar a la tarea de poner en el centro de la historia a los culpables. Esta quiso ser una reflexión pero estuvo mal contada. Nos sumamos y apoyamos la lucha por la verdad y la justicia, para que nunca más se repita la desaparición forzada de personas y podamos ser artífices de nuestro destino.