18 dias en la antartida

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Francisco Velasco Andrade Ministro de Cultura y Patrimonio Jorge Luis Serrano Viceministro de Cultura y Patrimonio CPNV. (sp) José Olmedo Director Ejecutivo del Instituto Antártico Ecuatoriano Valeria Andrade Subsecretaria de Artes y Creatividad Juan Carlos Gualle Director de Artes Plásticas

18 días en la Antártida Rosa Jijón Julio, 2013 Proyecto residencia Sur Antártica ARTEA Textos / conversaciones con: Rosa Jijón Francesco Nucci Gilberto Jaimes Sistematización y armado Santiago Rosero

Traducción Ati Egas Diseño y diagramación Adrián Balseca Impresión Hominem Editores Edición Octubre 2013


Francisco Velasco Andrade Ministro de Cultura y Patrimonio

PRESENTACIÓN

PRESENTACIÓN

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RTEA: Residencia Sur Antártica es una iniciativa de la Subsecretaría de Artes y Creatividad del Ministerio de Cultura y Patrimonio y del Instituto Nacional Antártico Ecuatoriano del Ministerio de Defensa, que se proyecta como un sistema de residencias artísticas a realizarse en el contexto de las expediciones científicas que el INAE lleva a cabo en la Antártida. Con el objetivo de incentivar la producción creativa que interrelacione arte, ciencia y tecnología, a partir de la apertura de espacios inéditos, dinámicas procesuales y recursos dedicados a proyectos de creación en territorios antárticos. ARTEA se concibe también como un dispositivo político de producción discursiva e imaginaria posicionada en el Sur, que interroga los fundamentos modernos eurocéntricos de producción de conocimiento y verdad, ligados a la ciencia encajonada en un racionalismo instrumental, que fue expulsando del mundo todo aquello que no le era funcional. En este paradigma se fueron desplazando tanto saberes y otras formas de construcción de conocimiento de otras culturas, como aquellos

conocimientos que se producen desde el mundo de lo sensible. En los momentos actuales, debemos construir nuevos paradigmas de producción de conocimiento y verdad, paradigmas del Buen Vivir que integren las capacidades racionales y científicas, con las sensibles y las intuitivas, con las espirituales y creativas, para descubrir e imaginar nuestras relaciones con otros seres humanos y con el mundo, desde perspectivas que promuevan la calidad de vida y la sostenibilidad ambiental. Que permitan establecer visiones integradas, integradoras y comprehensivas de la diversidad, pero en unidad con todos los elementos disociados, como modo de superación de las oposiciones propias de la cultura occidental moderna. Ciencia, arte y tecnología son construcciones humanas, contextuales y móviles, que en la actualidad tendrían que operar como formas de conocimiento complementarias, que se necesitan para la interpretación del complejo entramado cultural, social, económico, ambiental, para poder abrir nuevos caminos de posibilidad en relaciones de equidad.

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CPNV (sp) José Olmedo Morán Director Ejecutivo Instituto Antártico Ecuatoriano

PRESENTACIÓN

PRESENTACIÓN

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a Antártida continente dedicado a la PAZ y a la CIENCIA, por todos los países que desarrollamos actividades en él, ha sido escenario de hechos heróicos tan destacados como la carrera al Polo entre Amundsen y Scott, o la invernada de Ernest Shackleton, así como la aproximación por intereses económicos, ambientales y científicos dada su innegable importancia para el conocimiento de la humanidad. Además, la Antártida guarda valores estéticos que realzan el espíritu del hombre. Sus ecosistemas, paisajes, entornos y características tan especiales proporcionan y alimentan cualidades que se reflejan en actos de hermandad, sacrificio, unión y cooperación entre los pueblos, sin distinción de raza, credo, nacionalidad o pensamientos políticos. Es por este motivo tan importante qu el Instituto Antártico Ecuatoriano en conjunto con el Ministerio de Cultura y Patrimonio generaron el proyecto “ARTEA, Residencia Sur Antártida”. Su objeto fue crear la plataforma para que se realicen proyectos que conjuguen la ciencia y el arte durante una

permanencia en la Estación “Pedro Vicente Maldonado” en la Antártida. Posteriormente, estos proyectos serán transmitidos al pueblo ecuatoriano y al mundo, mediante exposiciones nacionales e internacionales, resaltando el sentido cultural y artístico que ofrece una experiencia antártica. La presente publicación recoge y expone los resultados de las vivencias de dos destacados ecuatorianos: Paúl Rosero Contreras y Rosa Jijón, quienes fueron los primeros artistas que efectuaron la residencia en la Antártida dentro del proyecto ARTEA. Para el Instituto Antártico Ecuatoriano fue una excelente experiencia que los dos artistas ecuatorianos residieran en la Estación Maldonado durante una de las etapas de la XVII Expedición Ecuatoriana a la Antártida en el verano 2012-2013. Estamos seguros que además de proporcionar una nueva óptica sobre nuestro quehacer en el continente blanco, estos productos generarán nuevas propuestas que ayudarán a acrecentar el desarrollo de una “Cultura Antártica Ecuatoriana”.

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BITテ,ORA Quito Enero 2013

IDA Santiago Punta Arenas Isla Rey Jorge Isla Greenwich (Estaciテウn Pedro Vicente Maldonado) Enero 2013

VUELTA Isla Greenwich (Estaciテウn Pedro Vicente Maldonado) Febrero 2013 Isla Rey Jorge Punta Arenas Santiago Quito Febrero 2013


María Rosa Jijón Roma, Quito / Julio 2013

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na inmensa cubierta de hielo, blanca e inalcanzable, que esconde la historia de la tierra y quizás también su futuro. La Antártica, imaginada como el extremo Sur, el último polo de la conquista del hombre, la última frontera mas allá de la cual solo existe el espacio infinito, insondable, lleno de misterio. Las tierras desconocidas siempre han representado para el hombre, a lo largo de su historia lo incógnito, el miedo a las tinieblas, del no saber, la conciencia de sus propios límites. La foresta oscura e impenetrable era la patria de los “forasteros” de la amenaza. Si bien el cuerpo se ha podido presionar hasta el mismo Centro del Sur, luchando con el hielo y las adversidades, en un trineo, en un batiscafo, o más recientemente en cajas de metal llenas de instrumentos científicos, todavía la ciencia no logrado catalogar, calificar, develar. La Antártica, sin osos polares que puedan revivir nuestra imaginación infantil, permanece solamente como un territorio sin seres humanos y reservado para hombres de ciencia o de gobierno. Continente salvaje, que debe ser domado, domesticado.

EL ARCHIVO DEL HIELO

El Archivo del Hielo o de cómo superar el terror al blanco En el film “El pequeño salvaje” de Francois Truffaut los dos personajes, el doctor iluminado y el hombre lobo, el rechazado y lo desconocido se enfrentan, uno con el ansia irrefrenable del descubrimiento, del entendimiento, de la catalogación del más mínimo comportamiento desviado, el otro quien al final escapa hacia lo incierto. No hay hombres a quien domesticar en esas tierras. El eterno mito de la conquista ha extinguido aquello que en las tierras de conquista existía en tiempos remotos, el salvaje a quien dominar o exterminar y la tierra para colonizar. Recordemos el mito fundador de la conquista del Lejano Oeste o de la Amazonía –tierras supuestamente sin hombres y para hombres sin tierra– a quienes se ponen al servicio de la investigación, con un objetivo claro: entender los secretos del subsuelo, los recursos minerales necesarios para alimentar un modelo de desarrollo que los llevará a su extinción. Poco se conoce sobre el impacto devastador de los cambios climáticos en los hielos del Polo Sur, y se sabe mucho del papel fundamental que tienen en el equilibrio del planeta. Así mismo,

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Australis Incognita se encuentran las grandes cuestiones que han atravesado la historia, la política, la cultura, la ciencia, los límites de la soberanía y el servicio del bien común, el ideal de cosmopolita, a lo largo de los siglos pasados. Cómo representar esta complejidad con la sencillez del gesto simbólico es el objetivo de este proyecto. En los 18 días transcurridos en la Base Pedro Vicente Maldonado, la exploración, la reflexión, los trazados y acciones territoriales, se fundieron con la experiencia humana de convivencia. El paisaje remoto y espectacular, se contrastaba permanentemente con una presencia poco usual de profesionales y operadores que no pertenecen a la construcción canónica de la Antártica. La visión desde el Sur del Sur, la complejidad de las nuevas relaciones estratégicas y la configuración de alianzas para la gestión futura del continente blanco, son el eje en torno al cual se plantean las imágenes de este volumen. No se trata de una crónica o de un registro neutral, sino de una posible elaboración que dará lugar a más imágenes y cuerpos de trabajo. Lovecraft. H. P. Montañas de la Locura en Obras Escogidas de Lovecraft Primera selección. Ediciones Acervo. España, 1956.

María Rosa Jijón Rome, Quito / July 2013

THE ICE ARCHIVE OR HOW TO OVERCOME THE FEAR OF WHITE

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huge ice cap, white and unreachable, that conceals the history of the Earth and possibly its future. Antarctica has always been imagined as the farthest South, the last frontier of human conquer, beyond which an indefinite and unfathomable, mysterious space exists. Throughout the history of humankind, undiscovered lands have always represented the unknown, the fear of darkness, the awareness of human limits. The dark and impenetrable forest was home to the “foreigner” , and the associated perceived threat. Indeed human body has managed to reach out down to the center of Antarctica, confronting itself with extreme cold and weather, in a sledge, a tiny submarine, or more recently metal boxes packed with scientific instruments. Nevertheless, science has not yet managed to fully explore, record, and file the wholeness of the Big White South. Antarctica, without polar bears that could revive our childhood imagination, is a territory without men for men of science and government. A wild continent, that has to be tamed, controlled.

THE ICE ARCHIVE

poco se sabía en los albores de los trazados cartográficos y sus perfiles, sobre la verdadera extensión de esta tierra. Aristóteles la imaginaba como un continente hipotético, la Terra Australis Incognita, más tarde imaginada por el astrólogo, matemático greco-egipcio, Ptolomeo, que atribuía al continente un papel fundamental para equilibrar el peso del continente euro-asiático en el hemisferio septentrional. Resulta extraño volver a leer hoy en clave geopolítica esta narración, en un mundo en donde el viejo Norte sufre las consecuencias de una crisis de civilización (cultural, política, económica), y el Sur, que tendrá que contribuir a garantizar el hipotético re-equilibrio. El Polo Sur como símbolo del mundo futuro desconocido, que aún debe develarse desde lo más profundo, una frontera antes hermética, hoy se hace accesible. Tierra de extremos, en el extremo de la tierra. Durante décadas la comunidad internacional se ha esforzado en imaginar para la Antártida un régimen jurídico que pudiese conservar el carácter de patrimonio común para toda la humanidad, para protegerlo contra el avance de la frontera extractiva. Haciendo un parque mundial, en el cual los únicos seres humanos permitidos son aquellos que plantan una bandera y construyen una base científica, adquiriendo así la tutela parcial de este inmenso lugar. He aquí la enésima paradoja, la de un continente sin estados, un no–estado, en el cual la soberanía de los estados se enfrenta con lo desconocido. El desafío del artista es tratar de ofrecer una lectura original en el conjunto de estos temas de investigación. El miedo al hielo inmenso, brillantemente construido casi en clave esotérica con las novelas de Lovecraft, donde el blanco y lo blanco –lo carente de color y la suma de todos los colores– son equiparados al infierno dantesco. La toma de conciencia y el rechazo al mismo tiempo, de los limites humanos y del planeta Tierra. Aquel de la desenfrenada lucha entre el conocimiento de las nuevas fronteras, geográficas, económicas, imaginarias, que construyen una nueva epopeya y una nueva mitología. En resumen, entre los hielos de la Terra

In the film “The Wild Child” by Francois Truffaut two characters, the illuminated doctor and the werewolf, the rejected and the unknown confront eachother, one’s lust of discovery, of understanding, of cataloging the slightest deviant behavior , the other who eventually escapes into the unknown. There are no men to be tamed in these lands. The eternal myth of conquest extinguished what in conquering lands existed in ancient times, the savage to be dominated or exterminated and land to colonize. Let’s recall the founding myth of the conquest of the Wild West or the Amazon - supposedly land without men and for men without land – those who are at the service of research, with a clear objective: to understand the secrets of the subsurface, the mineral resources necessary to feed a model of development that will lead to their extinction. Little is known about the devastating impact of climate change in regards to the ice of the South Pole, and much is known about the fundamental role they have on the balance of the planet. Likewise, little was known, at the dawn of mapping paths and pro-

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files, about the true extent of this land. Aristotle imagined it as a hypothetical continent, Terra Australis Incognita, later imagined by the astrologer, Greco-Egyptian mathematician, Ptolemy, which he attributed to the continent a central role to balance the weight of the Eurasian continent in the northern hemisphere. It is strange to now read this narrative with a geopolitical key, in a world where the old North suffers the consequences of a civilization crisis (cultural, political, economic), and the South, will need to help ensure the hypothetical re-balance. The South Pole world as a symbol of the unknown future, which still has to unfold from deep inside, an untouchable border before, today becomes accessible. Extreme land, at the end of the earth. For decades the international community has struggled to imagine a legal regime for Antarctica that would retain the common heritage- character for all of humanity, to protect it from the encroachment of an extractive frontier. Making a world park, where the only humans allowed are those who plant a flag and build a scientific base, this way acquiring partial guardianship of this immense place. Here is yet another paradox, that of a continent without states, a non - state, in which the sovereignty of the states are faced with the unknown. The challenge of the artist is trying to provide original reading of all of these research topics. Fear of the immense ice, brilliantly constructed almost in an esoteric code with Lovecraft’s novels, where white and white -that which lacks color and the sum of all colorsš- are equated to a Dantesque hell. Awareness and rejection of human limits and the limits of planet Earth, at the same time. That of the unbridled struggle between knowledge of new geographic, economic, imaginary frontiers building a new epic and a new mythology. In summary, amongst the ice of Terra Australis Incognita the big questions that have crossed the frontiers of history, politics, culture, science; the limits of sovereignty and the common good, the cosmopolitan ideal, throughout past centuries. How to represent this complexity, with the simplicity of symbolic gesture

is the aim of this project. In the 18 days spent in the Pedro Vicente Maldonado base, the exploration, reflection, paths and territorial actions, were fused with the human experience of living. The remote and spectacular landscape is constantly contrasted with the unusual presence of professionals and operators that do not belong to the canonical construction of Antarctica. The vision of the South-South, the complexity of new strategic relationships and the configuration of alliances for future management of the white continent, are the axis around which the images of this volume are raised. This is not a chronicle or a neutral record, but a possible elaboration that will result in more images and bodies of work.

1 Lovecraft. H. P. Mountains of Madness in Selected Works of Lovecraft First selection. Heap Editions. Spain. 1956

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DANIELA CAGIAO

ABEL ROSADO


JOSÉ OLMEDO

JESÚS HERNANDEZ


RAFAEL ROCHA

MAXIMILIANO BEZADA


CROMBER TORRESTAGLES

ALLAN JEFFS


BELÉN ALBERTOS

JHON MERLO


CHICAS










FRANCESCO NUCCI¹ Roma Julio 2013

DE CÓMO SUPERAR EL TERROR AL BLANCO Rosa Jijón (RJ): ¿Me explicas cual es el efecto del blanco en los estados de conciencia? Francesco Nucci (FN):  No es posible comenzar un discurso general si no hace una descripción y una distinción de aquello que es nuestro proceso cognitivo. Somos un producto, y como producto heredamos una serie de genes que dan origen a nuestro organismo, y que a su vez son el producto de mutaciones genéticas de miles y miles de años. Es un patrimonio que traemos con nosotros desde siempre y que está en continua evolución. Nosotros heredamos este patrimonio, lo elaboramos y lo pasamos a nuestros hijos. Nuestros hijos lo reciben, lo elaboran y lo pasan, pero la huella de lo que fue permanece siempre, en el subconsciente, en una parte escondida de nuestro cerebro. Es una parte que tiene una función primordial en nuestra vida, porque todas las experiencias que tenemos se conservan y nos permiten crear una estrategia de sobrevivencia, ya que los principios fundamentales de nuestra vida son la sobrevivencia y la proliferación. Fundamentalmente la vida del ser humano está controlada por dos principios: la sobrevivencia y la proliferación, no existen otros. Toda nuestra vida esta basada en el espíritu de conserva-

ción, fecundación y protección de la prole. Todo nuestro cerebro funciona de este modo. La evolución nos ha enseñado a defendernos cada vez mejor. El hombre nace en la naturaleza, no en una ciudad o algo elaborado socialmente; es el producto de una evolución que ha demorado miles de años hasta llegar a estructurarse en sociedades y ciudades que pudieran servir simplemente para defenderse mejor. La experiencia que tuviste en la Antártida, una región absolutamente aislada, salvaje, natural (ya sea por las condiciones climáticas que por la posición geográfica) te ha llevado a un regreso hacia un pasado remoto. Puede parecer extraño pero estas no son experiencias que si bien por primera vez, sino que se re-viven, porque forman parte de nuestros recuerdos ancestrales: aunque no tengamos absoluta conciencia son parte de nuestro bagaje genético. De lo contrario no podrías “conocerlas”, o mejor dicho “re-conocerlas”; podrías pensar que son parte de una dimensión que no existe, desconocida. En cambio sabes perfectamente que te encuentras en un paisaje natural. No conoces los lugares o las situaciones, pero excavando en tu pasado, en tus memorias, seguramente las re-encuentras. Para entrar de lleno en la cuestión del “blanco”, te digo que si bien el blanco es el contrario del negro, los dos colores son distinguidos por nuestra mente y por ello no pueden producir miedo. El negro lo conocemos a través de la noche (que es parte de la vida) y el blanco se presenta cada año con la estación invernal. Por otro lado debemos tener presente siempre, que nuestro cerebro no funciona por compartimentos separados, la memoria no se deposita en una zona exacta. Nuestro cerebro funciona con dos tipos de memoria: la memoria laboral y otra de larga duración. La primera está constituida por pequeños circuitos que permiten mantener el discurso, sino no podrías siquiera terminarlo.

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El recuerdo no puedes reactivarlo sino que debes relacionarlo a alguna cosa. Todos los recuerdos están hechos de imágenes, porque las imágenes son la cosa mas fácil de conservar. Nuestra mente descompone las imágenes y las relaciona con otros sentidos, y al mismo tiempo al espacio, a veces equivocándose, pero al final puedes reconstruir la memoria. De este modo incluso un blanco como la nieve o como un paisaje desértico de arena, una noche profunda sin luna o una oscuridad total son parte de aquella experiencia cotidiana. Porque especialmente hoy en día con los medios televisivos y el cine las imágenes de lugares “desconocidos” pueden ser reconstruidas. Pero nosotros venimos de muy lejos: el recuerdo de la nieve y del blanco puede remontarse incluso a la era glacial, cuando el hielo cubría una buena parte del planeta. Por ello nosotros todavía tenemos un bagaje de experiencias vividas en estos lugares. Peligrosos sí, porque obviamente es difícil reconocer el peligro cuando se está en medio de un color absoluto y totalizador. En aquel contexto incluso los animales son blancos, para mimetizarse, defenderse y atacar. Debemos contar con una naturaleza muy colorida para poder distinguir el peligro y las diversas variaciones sutiles que hay en la naturaleza. El verdadero problema para una naturaleza como aquella es la falta de sonidos, no la falta de sonidos genéricos. El sonido del viento, del agua, del movimiento mismo del hielo que se derrite, son ruidos muy violentos, en un lugar donde hay silencio, adquieren una relevancia increíble. Es la ausencia del sonido que hoy reconocemos como un sonido de tranquilidad porque la ciudad lamentablemente tiene un ruido, una actividad continua. Una metrópoli vive en el ruido, un fondo que si se pudiera aislar resultaría insoportable. Pero nosotros tenemos un espíritu de adaptación formidable y logramos anular todo esto haciendo formar parte de un fondo que el cerebro

percibe y analiza continuamente. Incluso en una ciudad llena de rumores el peligro puede ser percibido como un ruido extraño. El cerebro está siempre en estado de alarma, en total actividad, nunca descansa, funciona 24 horas la día. Durante la noche consume el 30 % de la energía del cuerpo, en lo que se conoce como actividad espasmódica. En una ciudad parecería difícil poder advertir un peligro a través de un ruido que nos pone en alarma (debido justamente al rumor de fondo), sin embargo somos capaces de percibirlo, asi como todos los animales. Para entender la importancia del ruido basta pensar en los nuevos vehículos eléctricos que no producen ruido. Siendo insonoros los animales no las escuchan y mueren atropellados en las carreteras. Por ello en algunos países se han hecho leyes para imponer la introducción de un mecanismo ultrasonido para este nuevo tipo de auto: el sonido es tan peligroso como el silencio. Hoy estamos frente a esta contradicción: que es más peligroso la ciudad o un lugar aislado como la Antártida? Todo constituye un peligro, la vida está hecha de peligros que conviven siempre con nosotros, no existe una situación de calma, nuestro cerebro está hecho para comprender y amplificar los peligros exteriores. Y el blanco según yo, represente un problema importante al principio para quien frecuenta aquellos lugares, no tanto por el blanco, sino por la ausencia de sonidos, para readaptarlos y captar los peligros, ya que no estamos acostumbrados a vivir en un ambiente poco acogedor como ese. Se produce una variación en lo que llamamos nuestros sistemas perceptivos. En un lugar como la Antártida nos vemos obligados a entrar en contacto de nuevo con nuestros orígenes mas remotos. Por ello la considero una experiencia extremadamente positiva. RJ: Exacto, porque a partir de esto como se explica a euforia, casi goce o felicidad? Te lo digo porque estuve en Bruselas

donde se desarrollaba un encuentro del Tratado Antártico, entre científicos y personas que han acumulado miles de experiencias en la Antártida y sin embargo afirman que pasan por este estado eufórico de felicidad absoluta. Por qué se traduce en esta sensación y no en una tensión mas? FN:  La primera pregunta es por qué se siente felicidad en un lugar que teóricamente debería provocar angustia, o sea un sentimiento opuesto. La explicación es muy simple porque al final de cuentas somos humanos, criaturas como todos los animales, por lo tanto vivimos una relación continua con nuestra tierra y nuestra naturaleza. Hemos perdido la cognición de nuestro cuerpo, no sentimos la respiración, el latido cardíaco, no sentimos nada de nuestro organismo, estamos sumergidos en un ruido de fondo continuo que lo confunde todo. Por ello encontrarse en un lugar como la Antártida no puede no llevarnos a reflexionar, a vivir una experiencia de soledad, donde se encuentra compañía solo en el propio cuerpo. Pero recuperar el dominio del cuerpo significa haber hecho un gran paso adelante hacia la felicidad, ese es un motivo. En un espacio como ese, no tienes muchos competidores, la prevalencia la tiene el cuerpo. Te debes fortalecer físicamente, no puedes cultivar las apariencias sino el ser mismo; y el ser deber hacerse mas importante que la apariencia, debes recuperar una fuerza interior que no posees en la ciudad; en un lugar como ese es necesaria una introspección y meditación sobre ti mismo. Es este proceso que te conduce hacia la felicidad. Otro motivo que puede parecer banal y no lo es, está relacionado con nuestros mecanismos de función cerebral, nuestro cerebro funciona consumiendo energía. Las actividades gratificantes se hacen más estimulantes en un ambiente extremo. También el desierto puede ejercitar esta función de crear con poco o casi nada (en lo que es la vida en estos lugares completamente salvajes y natura-

les ) unos principios de felicidad o gratificación que son el resultado de haber estado allá, de haber conocido un lugar nuevo, de haber revivido una vieja experiencia. La gratificación que nos procuramos para poder sobrevivir en aquel lugar, es una maquinación que hace nuestro cerebro, y necesitamos dar un sentido a todas las cosas y nos apropiamos de este sentido. RJ: Tú trabajas con artistas como actividad paralela. ¿Cómo puedes traducir el acto creativo, si éste existe? FN:  El acto creativo existe y forma parte de nuestra naturaleza. El cerebro es creativo y por ello debe dar justificaciones a tantas cosas y lo hace creando e inventando. Está en continua creación. A mí siempre me ha gustado definir a los artistas como marcadores sensoriales, para usar mecanismos neurofisiológicos porque logran trazar una trayectoria sensorial con su trabajo abriendo caminos emocionales a quienes observan sus obras. El acto creativo no puede ser visto como solución a un problema, es más bien una respuesta ambigua. El artista busca permanentemente estímulos, ya sean químicos que físicos. Muchos artistas pueden crear las mejores obras cuando están bajo efectos de substancias estupefacientes y otros en cambio necesitan aislarse al máximo, para poder reflexionar y poner en práctica sus emociones que de otro modo no podrían traducirse en algo que se transmite. Es la función natural de nuestro cerebro. Durante todo el día acumulamos y elaboramos datos que el cerebro reorganiza durante la noche. Es durante la noche que el cerebro produce su mayor actividad, porque transforma todas las experiencias del día en recuerdos para convertirlas en memorias que debe agrupar o crear nuevos circuitos con otros recuerdos para crear una red que nos permita archivar lo que se ha vivido en la jornada o lo que ha cambiado en

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nuestro cerebro. Los niños tienen mas fantasía y son más creativos, pero los escritores, los poetas, los músicos, todos tienen una fuente de creación y si se indaga en sus historias personales se descubre que las intuiciones más fuertes suceden por casualidad, no han sido estudiadas o planificadas. Sin embargo esta casualidad no existe, el cerebro las elabora y en un momento dado encuentra la solución, se prende la bombilla y se produce el acto creativo. Mientras más se ejercita esta estructura de conexiones cerebrales, mayor es la capacidad creativa del artista. Mientras más logra comunicar a los demás, mayor importancia tiene para la sociedad. Todo mi trabajo en VOLUME! está centrado en esto, es decir permitir a los artistas la creación de algo que pueda emocionar. Dar carta blanca y permitir al artista operar en espacio completamente despojado, que pueda convertirse en parte de su trabajo es una manera de tratar de transmitir la emoción que siento cuando comparto lenguajes con los demás. Este lenguaje no esta relacionado a una clase definida pero es universal y su lectura debe ser lo mas amplia y personal posible. No importa si el público entiende o no la obra, esto es solamente el indicio inicial que luego va a concebir una explicación. Lo importante es la emoción y la empatía que el artista puede generar; por lo tanto si esta experiencia te ha cambiado, quiere decir que te has beneficiado de la misma. Y esto es todo. _ NOTAS 1 Direttore uos chirurgia sistema nervoso periferico - Policlinico Umberto I, Presidente Fondazione VOLUME!

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FRANCESCO NUCCI¹ Roma Julio 2013

HOW TO OVERCOME THE FEAR OF WHITE Rosa Jijón (RJ): Tell me about the impact of white on the states of consciousness. Francesco Nucci (FN):  In order to avoid being too general, you firstly need to understand our cognitive process. We are the outcome of a process of evolution, and as such we inherit a series of genes that then engender our body, and that in turn - are the outcome of mutations that have happened throughout thousands of years. This is a heritage that we have been carrying along forever, with its continuous evolution. We inherit that heritage, process it, and pass it on to our children. They in turn re-elaborate and leave it as heritage to the next generation, but the trace of what has been remains forever, in the subconscious, in a hidden segment of our brain. That section plays a key function in our life, since it stores all past experiences, thereby allowing us to develop a survival strategy. Basically, human existence is regulated by two principles: survival and proliferation. All our life is based on the spirit of conservation, proliferation and protection of the brood. That’s how our brain works. Evolution has taught us how to improve our defense systems. Humans were born in nature, not in a city or anything that has been elaborated by their social attitudes. We are the product of an evolution that took thousands of years to produce societal structures and cities whose main purpose was to defend ourselves in the most efficient manner. Your experience in Antarctica, an absolutely isolated region,

natural and wild - both for its extreme weather conditions and its geographical position - brought you back to a remote past. As strange as it might sound, these are not experiences that are made for the first time, but they are “re-lived”, since they are part of our ancestral memories. Even if we are not aware, they are part of our genetic baggage. Otherwise you would never be able to “know” them, or better “recognize” them. You might think that they are part of an inexistent and unknown dimension. Rather, you know exactly that you are in a natural landscape. You might not know places and situations, but digging back into your past and your memories, you will surely find them. Now, the “white” issue: well, I can tell you that even though white is the contrary of black, both are experienced by our mind and hence cannot generate fear. We know the black color through the night (that is nevertheless part of life) and the white color is recurrent every year, in wintertime. Moreover we need to take into due account that our brain does not work in separate siloses, and memory is stored in a very specific place. For instance, our brain works with two different types of memory: working memory and long-term memory. The former is made of tiny circuits that allow us to keep a discourse. It lasts between few minutes and some hours, but normally a few seconds, those that we need to carry on with a discourse, otherwise we would not be able to conclude it. You cannot reactivate memory, but you need to link it up to something. All our memories are made of images that are easier to store. Our mind decomposes images, links them up to other senses, to time and space - often mistakenly - but eventually you can reconstruct your memory. Therefore, the white colors of snow, or a sand landscape in a desert, a deep night without moon or a total darkness are part of our daily experience. Nowadays you can even reconstruct images of places you “don’t know”,

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thanks to television and cinema. You know, we come from far away: the memory of snow and white can even date back to the glacial era, when ice covered most of the planet. Hence, we have a baggage of experiences of those places. Indeed they are dangerous, because it goes without saying that it is hard to detect a danger when you are in an absolute and overwhelming color. In that context animals are white in order to camouflage, defend themselves and attack. Nature has to have a lot of colors to enable us to detect danger and the subtle variations that exist in nature. The true problem is the absence of sounds themselves. The sounds of the wind, water or melting ice are very violent and are incredibly amplified in a place of absolute silence. Nowadays we misguidedly perceive the lack of sound as stillness, because we are used to live in cities where noise is constant. A metropolis lives in noise, a background noise that would be unbearable if it were possible to isolate. However, we have an incredible sense of adaptation and we manage to turn this into a background that the brain perceives and continuously analyzes. Even in a city full of noise, danger can be detected in a strange sound. Brain is always alert, in full activity, around the clock. It consumes 30% of the body’s energy at night in a relentless activity. A danger might seem to be difficult to detect in a city, relying on a noise that transmits a sense of alarm, (due to the existence of the background noise). This is not true, because we all perceive it, humans and animals. In order to fully understand how important noise is, just think about the fact that new electric cars make no noise. Hence animals cannot realize that a car is approaching and are run over and killed. There are laws in some countries that make it mandatory for car manufacturers to install an ultrasound device to allow animals to perceive the approaching of a car.

Silence is as dangerous as noise. In fact we experience a contradiction in terms: what is more dangerous, a city or an isolated place like Antarctica? Everything is a danger, life is made of dangers, we cohabit with danger all the time, and there is no situation of absolute stillness. Our brain is made to perceive and amplify external dangers. And the white color to me represents a substantial problem for those that live in those places, not so much for the color itself, but rather for the lack of sounds to readapt yourself to perceive dangers. So our perceptive systems are modified, and we manage to put ourselves back in touch with our most remote origins. Hence I think this is a very positive experience. RJ: Exactly, how do you explain that sort of euphoria, joy, happiness that people experience in Antarctica? I recall having been in Brussels, at a meeting of the Antarctic treaty, with scientists and other people that had lots of experiences in Antarctica and they always say that the reach an euphoric state of absolute joy. Why is it joy and not fear? FN:  The first question is why there is joy in a place that in theory should generate anguish, rather an opposite feeling. The explanation is easier that we can imagine, since we are human, creatures like other animals, and we live in a constant relationship with our land and nature. We do not feel anything of our body, we are compressed under a continuous background noise. Therefore being in a place like that you cannot but think, experience loneliness, where your only companion is your body . Regaining the capacity to master your body means a significant step forward towards happiness: in places like Antarctica you have no competitors, it is you and your body, you are not obliged to concentrate on appearance but on your being, that become more important than appearance. You have to regain an inner strength that you do not and cannot have in a city. In

a place like that you cannot but concentrate on inner meditation on yourself and this cannot but generate happiness. The other reason, that might look trivial, but it is not, is related to our cerebral functions. Our brain works by consuming energy. These rewarding activities end up by being more stimulated in such an environment. In this sense, also a desert can offer happiness and rewarding that are given by the plain fact of having experienced a new place or having re-lived an old experience. Reward is a mechanism that we create to survive in that condition; it is an activity of the brain. We always need to give a sense to things, and sometimes that means that we create our own sense. RJ: You work with artists as a parallel activity. How can a creative act be translated? FN:  A creative act exists and is a part of our nature. Brain is creative and hence has to give justification to many things, and it does so by creating and inventing. It is a continuous creation. I have always liked to define artists as sensorial markers, relying on the use of neurophysiological mechanisms that manage to trace a sensitive route with their work of art that generates emotion to the watcher. A creative act cannot be seen as a solution to the problem, but rather as an ambiguous answer. An artist is always in the quest for stimuli, be these chemical or physical. Many artists can create their best pieces of art when they are intoxicated or high on dope, many others need isolation to reflect and put their emotions in practice. It is the natural function of our brain: we store and process data throughout the day and the brain reorders them in the night when it reaches the peak of its activity, by translating experiences accumulated during the day into memories. In order to do so, it has to cluster them or create new circuits

with other memories. By doing so it creates a network that will allow you to store what you have been doing or whatever change in brain has occurred during the day. Children have more fantasy and are more creative, but writers, poets and musicians have a strong source of creation, and if you research their lives you will realize that the strongest intuitions seem to have happened by chance, are not sought for or studied. In fact this is not the case: the brain processes them and at a certain stage it finds a solution, a light bulb lights up and the creative act is generated. The more this framework of cerebral connections is used, the better artists manage to create. The better it manages to create, the more important he or she will be for society. All my work in Volume is aimed at offering artists with an opportunity to create something that can stir up emotions. Leaving a “carte blanche” and allowing the artist to operate in a space that is completely empty and can transform into something else and become a part of the work of the artist is a way to try and transmit the emotion I feel when I share language with people. Such language is not linked to a defined class; it is rather a universal language whose reading has to be as wide and personal as possible. It does not matter whether the audience has understood the work of art or not, that’s just the initial track that will then subsequently generate an explanation. What counts is the emotion and empathy that the artist can generate. Therefore if this experience has changed you, you have absolutely benefitted from it. That’s it. _ NOTES 1 Direttore uos chirurgia sistema nervoso periferico - Policlinico Umberto I, Presidente Fondazione VOLUME!

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GILBERTO JAIMES¹

CONVERSACIÓN CON GILBERTO JAIMES Rosa Jijón (RJ): Por qué es importante para Venezuela tener una base, más allá de la colaboración con países aliados? Ecuador? Chile? Gilberto Jaimes (GJ):  En general, el avance de la colaboración antártica con nuestros aliados marcha satisfactoriamente. Los instrumentos de colaboración se han ido desarrollando en sus términos y se ha logrado estrechar la relación entre las partes ejecutoras de los proyectos binacionales. Sin embargo, luego de la visita al continente Antártico por parte de la Delegación de Alto Nivel venezolana se constató in situ la importancia de la participación de Venezuela en el Continente Blanco. Por una parte su valor geopolítico, la búsqueda de la unificación de criterios del sur global, donde el norte es nuestro sur continental y por otra el geoestratégico, en el concepto amplio regional, donde nuestra gran patria alcance los recónditos lugares geoestratégicos que para nuestros países latinoamericanos hermanos sean importantes, como es el Chile Antártico, la Argentina Antártica, el Ecuador Antártico, etc…, además del producto científico logrado por nuestros científicos apoyados por el esfuerzo de nuestro Gobierno Nacional en el tema antártico. Las seis expediciones realizadas por nuestro

país a la Antártida desde el punto de vista logístico y científico han sido exitosas, gracias al apoyo de nuestros hermanos latinoamericanos y todo indica que estamos llegando a la madurez de caminar por nuestros propios pasos. Debo sí resaltar, que Venezuela siempre ratificará una y otra vez, que no tiene intención de acercarse a la Antártida con fines de explotación minera o comercial de los recursos existentes en el Continente Blanco, sino de estudiar la vida y contribuir a la conservación del planeta, y confirmar su voluntad política de mantener un interés continuo en la realización de investigaciones y actividades antárticas, dentro del marco normativo que regula el Tratado Antártico. En el entendido de que la Antártida es un gran laboratorio natural que abre posibilidades de investigación en áreas cruciales como el cambio climático, la bioprospección y la búsqueda de microorganismos útiles para la salud y la alimentación de nuestros pueblos. Venezuela cuenta con los recursos científicos como humanos para contribuir, de manera significativa, en la última frontera ambiental de nuestra especie, que constituye el Continente Blanco en nuestro Sur Globalizado. Con la experiencia adquirida en nuestras seis expediciones, joven en comparación con los países Latinoamericanos en el tema, Venezuela se ha permitido plantear un marco latinoamericano de colaboración, en el que se estrechará la colaboración tecnológica e institucional en líneas de investigación científicas priorizadas y de interés común, para así unir todos nuestros esfuerzos en una Red o un Instituto Latinoamericano, con el objetivo de lograr que, en un plazo determinado, nuestra región se destaque a nivel internacional con investigaciones de punta. Es entonces, que en virtud de lo que he aquí indicado, que concuerdo con nuestras altas autoridades científicas, las cuales con plena conciencia resaltan el inminente planteamiento en un futuro cercano,

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de establecer una base venezolana de verano en el Continente Antártico y acometer un reto de esa magnitud. MR: El impacto ambiental de la construcción de nuevas infraestructuras en la Antártida, justifica el volumen de investigación que tenemos la capacidad de producir? (léase a la sombra de los estudios sobre el impacto “human footprint” de ASOC en la Antártida). GJ:  Evidentemente es una problemática compleja, donde me permito resaltar la aspiración, que considero importante al respecto, de los países Latinoamericanos en UNASUR, de construir una base en conjunto y que a la larga en la práctica está ocurriendo a través de nuestros diferentes acuerdos de cooperación en el tema, por lo que es un camino ya abonado. Con esto dicho, no es demasiado imposible pensar que en el futuro podamos pensar en una base que represente al Sur Global. Igualmente se percibe, en lo que respecta al Continente Blanco que existe un control sobre los proyectos que ahí se llevan a cabo, para evitar que se repitan y se dupliquen esfuerzos, e impedir que la huella humana sea mayor a la necesaria. Nuestra experiencia nos garantiza que nuestro científicos tenga permiso para trabajar en el continente, dentro de la legalidad, sin que sus respectivos proyectos y sin duplicar los esfuerzos de países o regiones vecinas. Siento que es tiempo, en lo que se refiere a nuestra huella en el Continente Blanco, que nuestros países tomen conciencia de especie y como tal tratemos de asumir posiciones conjuntas, de primera instancia regional, continental. Precisamente no es el número de investigaciones o bases antárticas que importa para la existencia de nuestra especie en el Continente Blanco, sino que tengamos una razón específica de lo que queremos investigar y para qué. Solo ahí tendremos suficiente argumento para realmente analizar el

impacto de nuestra huella en la Antártida. MR: Cuando se habla de soberanía científica, ¿qué significa en términos de beneficios para los países sudamericanos y como garantizarla? GJ:  En el contexto Latinoamericano, los beneficios de la soberanía científica se traduce en tener el poder y el control sobre aquellas tecnologías que nos permitan desempeñar el rol en el ámbito científico mundial, que corresponda con nuestro potencial demográfico y social. Pero aún más, significa un aporte definitivo a nuestra especie, donde a través de nuestra propia óptica estemos en condiciones de aportar a la evolución de nuestra especie humana desde un punto de vista regional del Globalidad Sur. Garantizar nuestro Sur Global científico, siempre será un reto que descansa totalmente en nosotros mismos, en nuestra instituciones e nuestros gobiernos y en sus conciencia y niveles de globalización Sur-Sur. MR: ¿Dependencia o colaboración? Cuando los países mas chicos no tienen independencia de movilidad y de infraestructura, ¿Qué soberanía se puede aspirar? GJ:  Nuestro norte o mejor dicho nuestro sur, siempre tendrá que ser la colaboración, independientemente del tamaño o infraestructura. La soberanía se garantizaría a través de los proyectos realizados, de las investigaciones que se lleven a cabo. Con un criterio unificado, entorno a dónde queremos ir o llegar, así como qué proyectos son principales para nuestro continente. No tendríamos que preguntarnos la existencia de los conceptos de dependencia o soberanía comprometida, porque en el caso de la soberanía científica, esta descansaría en los resultados de los diferentes proyectos de carácter regional y su amplitud global. Por su parte, la dependencia no será tal, al fomentar como

vía única la colaboración de doble vía y no unilateral, esta última que en nuestro pasado inmediato se ha prestado a una dependencia estructural-regional con incidencias sociales. Es tiempo, que la soberanía científica regional prevalezca sobre la conciencia del colectivo internacional y paremos de utilizar los parámetros foráneos para medir los porcentajes de contribución de nuestro quehacer científico a la humanidad, que me atrevo a asegurar bajo cualquier parámetro ha sido bastante alto.

_ NOTAS 1 Segundo Secretario adscrito a la Oficina de Fronteras/Coordinación de Soberanía Marítima, Ministerio del Poder Popular de Relaciones Exteriores de la Republica Bolivariana de Venezuela.

MR: Bonus: crees que la presencia de artistas en la Antártica puede aportar a la construcción de una visión Sur Sur de los asuntos antárticos? GJ:  A mi entender la presencia artística en la Antártida es fundamental para la construcción de nuestro Sur Global. Los artistas son la conciencia creativa, como de autocrítica de nuestras sociedades, son nuestras pesadillas, nuestros sueños, nuestras aspiraciones, nuestros más sublimes deseos de existencia. Es por eso, que en el artista-antártico recae el peso de nuestro futuro y el deber irrevocable de nuestro presente. En nuestra visita al Continente Antártico, vimos con fascinación, el trabajo de los artistas ganadores de la Primera Residencia Artística Ecuatoriana (ARTEA). En especial, me sorprendió encontrarme con poesía extrema-antártica en la práctica, en el proyecto “El Archivo del Hielo o de cómo superar el terror al blanco”, el proyecto nos dijo tanto, nos recordó tanto, nos tocó el alma, nos trajo a la mente los primeros de nuestra especie, sus esfuerzos, sus sacrificios y a nuestros contemporáneos, su afán, su persistencia, pero más aún, el proyecto nos mostró la vida, en un universo blanco de un silencio inquebrantable, que solamente he podido recrear en un rincón aislado de mi mente.

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GILBERTO JAIMES¹

CONVERSATION WITH GILBERTO JAIMES Rosa Jijón (RJ): Why is it important to have a base in Venezuela, beyond the collaboration with allied countries? Ecuador? Chile? Gilberto Jaimes (GJ):  In general, the progress of the Antarctica collaboration with our allies is running successfully. The collaborative tools have been developed in its own terms and it has also been possible to strengthen the relationships between the parties executing the binational projects. However, after visiting the Antarctic continent by the High Level Delegation of Venezuela, it was found, in situ, the importance of the participation of Venezuela in the White Continent. On the one hand its geopolitical value, the search for the unification of criteria of the global south, where the north is our continental south. And on the other, the geostrategic, in a broad regional concept, where our great motherland reaches remote geostrategic places that our Latinamerican partner-countries deem important, as is the Chilean Antarctica, Argentinean Antarctica, the Ecuadorean Antarctica, etc.; in addition to the scientific products made possible by our scientists supported by the efforts of our National Government in regards to the Antarctica. The six expeditions undertaken by our country to Antarctica from the logistical and scientific point of view have been successful, thanks to the support of our Latin American partners and it appears that we are reaching maturity to walk by our own steps. I must highlight, the fact that Venezuela ratifies time and again,

that it has no intention of approaching Antarctica with commercial mining purposes of existing resources on the White Continent, but to study life and contribute to the conservation of the planet, and to confirm their political will to maintain a continuing interest in conducting research and activities in Antarctica, within the regulatory framework governing the Antarctic Treaty. With the understanding that Antarctica is a great natural laboratory that opens research possibilities in crucial areas such as climate change, bio-prospecting and the search for microorganisms useful for the health and nutrition of our people. Venezuela has the scientific and human resources to contribute significantly in the last environmental frontier of our species, which is the White Continent in our Globalized South. With the experience gained in our six expeditions, Venezuela is young compared to Latin American countries on the issue, Venezuela has been allowed to raise a Latin American collaboration framework in which closer collaboration in technological and institutional priority research areas and relevant scientific common in order to unite all our efforts into a network or Latin-american institute, with the aim of achieving, within a specified period of time, internationally recognized leading-edge research in our region. It is then, that under what I have here stated, I agree with our high scientific authorities, whom fully aware highlight the imminent approach to establish in the near future, a Venezuelan summer base on the Antarctic Continent and undertake a challenge of this magnitude. RJ: Does the environmental impact of the construction of new infrastructures in Antarctica, justify the volume of investigation that we are capable of producing? (Read this in light of studies about the impact of “human footprint” of ASOC in Artartida. GJ:  Evidently, it’s a complex problem, where I allow myself to highlight the aspiration, that I consider important in regards to the Latin-american countries in the UNASUR, of building together a base and that in the long run and in practice it seems to be happening with our different agreements of cooperation, therfore it is a fertilized theme. Having said that, it is not too much to think that in the future we might think of a base that could represent the Global South.

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It was also perceived, in regards to the White Continent, that there is control over the projects that are carried out there, to avoid repetition and duplication of effort, and to prevent the human footprint marking more than what is necessary. Our experience ensures that our scientists have permission to work in the continent, within the law, without their respective projects without duplicating efforts of neighboring countries or regions. I feel it is time, in regards to our footprint on the White Continent, that our countries become aware of species and as such try to take joint positions; at first regional, continental. The number of investigations or Antarctic bases is not what is precisely important for the existence of our species on the White Continent, but that we have a specific reason for what we want to investigate and for what. Only then will we have enough justificaction to really analyze the impact of our footprint in Antarctica.

RJ: When discussing scientific sovereignty, what does it mean in

terms of benefits to the South American countries and how to guarantee them? GJ:  In the Latin American context, the benefits of scientific sovereignty means having the power and control over technologies that allow us to play the role in the scientific world that matches our demographic and social potential. But even more so, it means a definite contribution to our species, where through our own perspective we are able to contribute to the evolution of our human species from a regional perspective of Southern Globality. Ensuring our scientific Global South will always be a challenge that rests entirely on ourselves, in our institutions and our governments and their awareness and levels of South-South globalization.

RJ: Dependency or collaboration? When smaller countries do not

have mobility and infrastructure independece, whay sovereignty can they aspire? GJ:  Our north or rather our south, will always have to be collaboration, regardless of size or infrastructure. Sovereignty can ge guaranteed through projects about the research being conducted. With a unified criteria about where we where we want to go, and

what projects are central to our continent. We wouldn’t have to ask ourselves about the existence of concepts of dependency or compromised sovereignty, because in the case of scientific sovereignty, they rest in the results of the various projects of regional and global scope. For its part, dependency will not be the only way as to encourage collaboration single-handedly, two way and not unilatera; the latter has in our recent past, has given to a regional structural dependence a sort of social incidents. It is time that the regional scientific sovereignty prevail over international collective consciousness, and stop foreign parameters used to measure the contribution rates of our scientific work towards humanity, which I dare say by any measure has been quite high.

RJ: Bonus: Do you think the presence of artists in Antarctica may

contribute to the construction of a vision South-South of Antarctic affairs? To my understanding, artistic presence in Antarctica is central to building our Global South. Artists are the creative consciousness, as self critical of our society; they are our nightmares; our dreams; our aspirations; our most sublime desires of our existence. That is why, the weight put on the Antarctic-artist, is the brunt of our future and our irrevocable present duty. On our visit to the Antarctic Continent, we watched in fascination, the work of the winning artists of the first Ecuadorian Art Residency (ARTEA). In particular, I was surprised to find extreme-Antarctic poetry in practice, in the project “The Ice Archive or how to overcome white terror,” the project said so much, it reminded us so much, it touched our souls, it brought to mind the first of our specie, their efforts, sacrifices and from our contemporaries, their desire, their persistance, but even more so, the project showed us life in a white universe from an unbreakable silence that I have only been able to recreate in an isolated corner of my mind. NOTAS 1 Second Secretary under the Office of Border / Maritime Sovereignty Coordination, Ministry of Popular Power for Foreign Affairs of the Bolivarian Republic of Venezuela.

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AGRADECIMIENTOS Gracias especiales a: Allan Jeffs, Abel Rosado, José Olmedo, Francesco Martone, Gilberto Jaimes, Silvano Manganaro, Francesco Nucci, Mayra Estévez, María Sara Jijón, Federica La Paglia, Fondazione Volume!, Iliana Espinosa y Danilo Barreiro. Gracias a: John Merlo, Edison Moreno, Rafael Rocha, Pedro Salazar, Edson Cabrera, Joe Pacheco, Luis Tapia, Palomino Junior, Escarlin Zambrano, Andrés Bonilla, Andrés Navarrete, Gustavo Cotallat, Mario Piedra, Rodolfo Vera, Jimmy Rosales, Cronberg Torrestalgle, Katherine Orbe, Daniela Cajiao, Jesús Hernández, Juan Manuel Carrera, Romina Balarezo, Ronny Flores, Lino Atiaja, Hugo Bonifaz, Maximiliano Bezada, Juan Haro, Edwin Vinueza, Belén Albertos, Bolívar Cáceres, Byron Terán, Alejandro Suárez, Antonio Arévalo.




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