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Obra pictórica

Ropavejero judío y karáu

ROPAVEJERO JUDÍO Y KARÁU

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Tinta sepia, parda, aguada / papel Ca. 1915-1920 Medidas: 184 x 130 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5122 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- D-1

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, pp. 36-37.

Dos dibujos realizados en anverso y reverso de un mismo papel a tinta en dos tonalidades sepia y parda, hacia 1915 y durante su etapa parisina donde se encuentra el artista desde finales de 1911. Entre sus quehaceres diarios estuvo el asistir a las Academias Libres donde realizó innumerables dibujos al carbón, pincel, pluma, lápiz, sanguina… pero la mayoría, según señalaba su viuda Josefina Plá en su biografía, lamentablemente se perdieron1 antes de regresar a América. Es un ejercicio necesario para cualquier artista y el resultado de la observación al natural de los lugares que frecuentó.

Realizados con gran soltura, se trata de dos apuntes rápidos que, a veces, podrían servirles para una obra de mayor envergadura como un lienzo, en su atelier en la calle Edgar Quinet, 14, en París en el Barrio de Montparnasse, donde el artista trabajó entre 1915 y 1919.

El ropavejero judío nos recuerda a los dibujos de maestros clásicos como Rembrandt que, sin duda, el artista conocía y admiraba, al holandés le gustaba dibujar sobre todo con pluma y tinta, técnica que empleó en más del noventa por ciento de sus dibujos conservados.

En el reverso representa al Karáu (Aramus guarauna). Un ave característica de los humedales y una de las leyendas más populares de la cultura guaraní. Un joven que fue castigado por Tupá que lo transformó en esta especie por su actitud irresponsable a vivir en los esteros, vestido de luto y llorando eternamente.

Sólo en contadas ocasiones emplea el pincel y al menos por los dibujos que se conservan, que son muy escasos, es el lápiz el instrumento más utilizado para hacer mano como uno que recientemente se descubrió en uno de sus libros de consulta que legó su viuda al Acervo de su colección.

Abrazo

ABRAZO

Acuarela / papel anaranjado Firmado y fechado: “Campos Cervera/París 1918” (ang. inf. izdo) Medidas: 410 x 247 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5124 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- D-3

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p.37.

Representa a una pareja de pie que se funde en un abrazo, realizado a la acuarela en varias tonalidades de azul.

Uno de los escasos ejemplos que se conservan de sus dibujos realizados en la época parisina en la que, sin embargo, fueron numerosos (carbón, pincel, pluma, conté, sanguina) a veces improvisadas tal y como debió ser. En este caso, citado por Josefina Plá en la biografía sobre el artista, señalaba acerca de este dibujo:

(…) sugiere escultórico grupo digno de Rodin y que podría intitularse: El secreto.

En París, señalaba Josefina que, vivió desde enero de 1912 a 1918, pero por un grabado al aguafuerte titulado Luxemburgo, firmado y fechado en París en 19111 descubrimos que su estancia fue anterior y que en esta fecha ya se encuentra trabajando y viviendo en un atelier compartido por otros artistas en la calle Edgar Quinet, 14, donde expone de vez en cuando en el Salón de los Independientes desde 1913 a 1919. Frecuenta las Academias Libres y los cafés de Montparnasse y comparte mesa con Foujita de quien fue amigo, según Josefina. Admira a Monticelli y a Cezanne.

Ejecutado el mismo año en que finaliza la Primera Guerra Mundial, París era el centro del mundo artístico y a pesar de la escasez económica por la que atravesaba el país y el resto de Europa, a la ciudad de las luces acude todo aquel artista que pretende empaparse de todos los movimientos artísticos que van surgiendo en este momento y se convierte en un hervidero de vanguardias que afloran desde el impresionismo, a finales del siglo XIX, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945.

Luxemburgo, Paris. 1911. Colección Hrisuk.

Paisaje madrileño

PAISAJE MADRILEÑO

Lápiz y acuarela / papel adherido a tela Ca. 1921 Medidas: 185 x 310 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5169 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P13

Bibliografía: Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Paisaje de un parque madrileño, posiblemente el Retiro que el artista realizó en una de sus visitas a la capital donde trabajaba uno de sus hermanos como periodista y a su vuelta de Asunción en 1920, tras pasar brevemente por Francia el hasta ahora pintor, se encuentra en 1921 en Madrid, donde se instala durante algún tiempo para asistir a clases en el Museo Nacional de Artes Industriales en la calle Sacramento, con el fin de aprender otras materias, como la estampación sobre batik y es que el Museo se definía como un organismo de educación teórico práctica, no una simple exposición de objetos, por lo que la Dirección facilitaría el estudio de los objetos de sus colecciones, autorizando las copias gráficas, los exámenes y mediciones directas, y cuantas informaciones soliciten los visitantes1. La acuarela formó parte la exposición presentada en junio de 1929 en el Gimnasio Paraguayo, Asunción. En el catálogo aparece un conjunto de seis Acuarelas tituladas: Vistas madrileñas.

1 Art. 12 del reglamento. «Reglamento. Capítulo primero. De la finalidad del Museo. Art. 1º», Boletín Oficial de Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes V, no. 7 (23-01-1914): 3.

Al despertar

AL DESPERTAR

Lápiz negro/ papel 1927 Medidas: 265 x 200 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5129 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- D-8

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Dibujo a lápiz que representa a su esposa, Josefina Plá a los 24 años de edad, casada por poderes, viajó a Paraguay en enero de 1927, llegando el 1 de febrero, para reunirse con él e inicialmente los dos primeros años de matrimonio estuvieron viviendo en la quinta de la familia Campos Cervera, Villa Aurelia, donde el artista había construido un horno donde puede cocer sus piezas y trabajar juntos en los encargos, sobre todo paneles cerámicos.

Se conservan fotografías de esa época en la que reconocemos su fisonomía y en la que Josefina instalada en Asunción, pasaba por una etapa muy feliz de su vida, inmersa en la vida social y cultural de su marido del que aprendió la técnica de la cerámica e inició sus trabajos como grabadora, escritora y periodista.

Posteriormente, años más tarde cuando Josefina Plá se instale definitivamente en Asunción, en 1938, serán muchos los artistas los que, a lo largo de toda su vida, realicen retratos suyos por amistad, reconocimiento o gratitud y que también pasaron a formar parte de la colección del Centro Cultural de España Juan de Salazar.

Gato durmiendo

GATO DURMIENDO

Lápiz negro / papel Ca. 1928 Medidas: 200 x 275 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5126 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- D-5

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Apunte del natural a lápiz de un gato que plácidamente dormita sobre un alfeizar.

El gato en sus distintas actitudes fue un motivo de representación habitual entre los pintores del siglo XIX, conservándose numerosos ejemplares dibujados. Una de las representaciones más célebres en la pintura española es el cartón para tapices titulado Riña de Gatos pintado por Goya en 1786. Durante los años 20, los artistas ligados a la estética art decó se prodiga en la representación de animales sobre todo en escultura.

Realizado posiblemente en Asunción, donde el matrimonio se instala en la quinta de la familia Campos Cervera primero; más tarde comprarían una casa donde Josefina vivió el resto de su vida y fue el gato su animal favorito ya que siempre vivió rodeada de ellos.

En este momento de su vida, es una etapa muy fructífera, trabajaba en la realización de varios murales cerámicos con asuntos paraguayos y realizó dos exposiciones importantes con gran éxito de público y crítica. Es de imaginar que en esta época la actividad artística es frenética y cualquier asunto es provechoso para hacer mano, como es habitual entre los pintores.

Indio Maká

INDIO MAKÁ

Lápiz negro / papel anaranjado Ca. 1929 Medidas: 270 x 200 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5123 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- D-2

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Apunte a lápiz realizado al natural de una cabeza de indio maká, de la zona del Chaco en el oeste de Paraguay, donde tenían instaladas sus poblaciones a orillas del río Pilcomayo, fronterizo con Argentina.

Es notorio de cómo la cultura guaraní y sus gentes sirvieron como fuente de inspiración para sus trabajos artísticos y de los que toma buena nota y numerosos apuntes cuando viaja a su país, ya que desde que parte para Madrid y más tarde a París a formarse como pintor a principios de siglo XX. Sus idas y venidas fueron constantes, este mismo año 1929 en el que fue realizado éste boceto, el artista realizó una exposición en el Gimnasio Paraguayo en Asunción con sus cerámicas nacionales y cuadros.

La elección de sus temas indigenistas en la década de los 20 es algo común en los artistas desde los inicios del siglo XX en América, se trata de un movimiento estético, intelectual y artístico que busca reivindicar y rescatar lo autóctono, lo propio, es decir, lo americano y en su caso fue muy patente en su obra cerámica.

Mujer fumando

MUJER FUMANDO

Lápiz negro / papel anaranjado Ca. 1929 Medidas: 140 x 194 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5128 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- D-7

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Apunte del natural a lápiz de una mujer sentada de perfil que apoya su mano sobre su cabeza mientras gira la cabeza de espaldas al espectador, fumando. Realizado posiblemente en Asunción, donde el matrimonio se instala en la quinta de la familia Campos Cervera primero, más tarde comprarían una casa donde Josefina vivió el resto de su vida.

En este momento, la actividad del pintor fue intensa, una etapa muy fructífera en la que realizó dos exposiciones importantes con gran éxito de público y crítica. Es de imaginar que, cualquier asunto es provechoso para hacer mano, como es habitual entre los pintores y los proyectos artísticos a ambos lados del Atlántico crecen, sobre todo, a partir de la década de los 30 para el matrimonio en la que una joven Josefina comienza a realizar sus primeras piezas cerámicas al lado de su marido, al mismo tiempo que lo compagina con la poesía y el periodismo.

Carro leñero

CARRO LEÑERO

Lápiz negro / papel Ca. 1930 Medidas: 154 x 220 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5125 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- D-4

Bibliografía: Pérez Camps, J. (2008). “Julián de la Herrería en Manises”. Gaseta Cultural, nº 76, p. 11, Manises: FMCJ. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Uno de los escasos ejemplos de dibujo que se conserva en la colección ya que la mayoría, por distintos motivos, se han perdido la mayoría.

Fue un pintor que fijaba su atención en escenas de la vida cotidiana a la hora de elegir sus temas, con preferencia por el paisaje y la figura.

En este dibujo realizado a lápiz, muestra un especial interés por el detalle y el estudio de la luz que acusa las sombras bajo el carro, demasiado cargado de leña que dificulta la vista del caballo y que, debido a sus inmensas proporciones de su carga, queda casi queda oculto.

Realizado posiblemente en España hacia 1930, sin firmar, como la mayoría de los que conservó su viuda.

Boceto para monumento a los caídos en la guerra

BOCETO PARA MONUMENTO A LOS CAÍDOS EN LA GUERRA

Acuarela/ papel Ca. 1933 Medidas: 375 x 270 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5127 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- D-6

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 117.

Cuando regresa por última vez a Asunción con Josefina en el periodo comprendido desde abril de 1932 hasta el mes de octubre 1934, retoma el contacto de nuevo con sus amigos, algunos de los cuales son pintores y prepara junto al escultor bonaerense Julio César Vergotinni (1905-1999) la maqueta de un Monumento a los héroes caídos, un proyecto que no llegó a prosperar en un destacado momento histórico de Paraguay, la Guerra del Chaco.

La composición piramidal nos recuerda a un grupo escultórico de Miguel Ángel titulado La Piedad realizado al final de su carrera (1550), en la que José de Arimatea es la figura que ocupa la cúspide de la pirámide, que sostiene el cuerpo inerte de Jesús y en este caso de un hombre desnudo muerto. En esta figura, los rasgos manieristas son más evidentes: cuerpo muy alargado, en una postura muy inestable, como resbalando de las personas que lo sostienen.

Julio César Vergotinni visitó Asunción en varias ocasiones, entre 1930 y 1934, coincidiendo con Andrés Campos Cervera en 1933, de mutuo acuerdo, éste hizo dibujos para esta maqueta de un monumento a los héroes caídos en esta contienda. La acuarela, en monocromo azul, sería una propuesta de cómo podría ser el grupo escultórico.

Vergotinni llegó a exponer la maqueta del Monumento a Los Caídos en la Guerra.

El pensador

EL PENSADOR

Sanguina / papel anaranjado 1936 Medidas: 265 x 200 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5130 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G-7

Bibliografía: Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Cabeza de hombre pensativo fumando en pipa. Se trata del dibujo preparatorio para una obra estampada al aguafuerte titulada El Pensador que se conserva también en esta colección1 y del que realizó sólo una tirada de 6 ejemplares al aguafuerte.

El tema del hombre fumando en pipa aparece por primera vez en el siglo XVII, en la pintura flamenca, en escenas de interiores costumbristas y de la mano de David Teniers y continuó hasta el siglo XX. El tabaco se convirtió en uno de los grandes temas de la pintura nórdica, a menudo como alegoría del sentido del olfato y también como símbolo de la fragilidad de la existencia humana.

Quizás, su fuente de inspiración más directa sean las pinturas de los postimpresionistas como Cezanne o Van Gogh que bien pudo ver en París, aunque interpretado de una manera clásica pues el dibujo a sanguina fue una práctica habitual hasta la época.

Es frecuente que se dedique a tomar apuntes que más tarde traslada a la plancha de metal, siendo el aguafuerte la técnica más empleada.

En 1936 el matrimonio se encuentra viviendo en Manises y fue premiado ese mismo año por el Ministerio de Instrucción Pública de España por su labor artística.

1. Ver Nº 5136 CA. Uno de estos 6 ejemplares fue robado junto a otras piezas de la casa de Josefina en el año 1986.

Menipó. Detalle Copia de Velázquez

MENIPÓ, detalle (Copia de Velázquez)

Aguafuerte/ papel Firmado, fechado y titulado a lápiz: Campos Cervera/ Menipo (ang. inf. dcha.) 1911 Medidas papel: 325 x 230 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5138 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G-9

Bibliografía: Barroso Gutiérrez, Mª C. (2017). Los copistas del Museo del Prado. La Revalorización de la copia de Maestros en el aprendizaje del Artista. La importancia de copiar. (Tesis doctoral). Universidad Autónoma de Madrid. Catálogo de exposición en el Salón Belvedere. (11-18 de abril de 1920) Asunción: nº 58. Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 20). Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor, p. 17. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Andrés Campos Cervera pasó por las salas del Museo del Prado para copiar como lo hacían la mayoría de los alumnos de la Escuela ya que era una práctica habitual como aprendizaje para los pintores y uno de los Maestros más copiados del barroco fue Velázquez, por el que se sintieron atraídos antes que él importantes pintores extranjeros franceses en el siglo XIX como Degas o Manet. Velázquez fue copiado por todos aquellos que tenían la posibilidad de ver sus obras y además en esa larga lista de artistas extranjeros y españoles figura uno de sus profesores más destacados en la Escuela: Sorolla quien lo había copiado en 1882; otros pintores también se habían visto atraídos por Velázquez, por ejemplo, Mariano Fortuny también copia sólo en detalle, a la acuarela y gouache, al Menipo de Velázquez en 18661 .

Francisco de Goya copiaría y grabaría a Menipo en 1778 y posteriormente lo harían Manuel Esquivel de Sotomayor 1791-1800; Bartolomé Maura y Montaner en 1874, todos de cuerpo entero y por último por Andrés Campos en 1911 sólo en detalle.

A día de hoy, el acto de copiar en las salas de las pinacotecas ha perdido gran parte de su reputación, pero por entonces tal experiencia era valorada muy positivamente por los profesores de la Academia y con frecuencia proporcionaban a sus alumnos cartas de recomendación y los avales necesarios para poder copiar en el Museo, tal y como quedan constancia en los Libros de Copistas del Museo del Prado, en los que se puede comprobar el gran número de pintores que en el siglo XX pasaron pos sus salas y que luego serían grandes maestros como fueron los casos de Picasso o Dalí.

En el caso de nuestro pintor que aún se encuentra en sus primeros pasos como grabador y pintor, sus referencias artísticas son también las aportadas por del catedrático de grabado calcográfico Carlos Verger2 (París, 1872-Madrid, 1929) del que es alumno desde 1910 en la técnica del aguafuerte y demás disciplinas calcográficas. Indudablemente en sus clases debieron tener como referencia obligatoria a Goya ya que fue el primero en realizar una serie de aguafuertes interpretando las pinturas de Velázquez y en las que, además, demostró que el cambio del uso del buril al aguafuerte le permitía unos efectos pictóricos más libres y sinuosos.

1. Ambos artistas se concentran en un aspecto de la composición que le interesa especialmente y lo que destaca en mayor medida es la expresividad del rostro. La acuarela de Fortuny que se conserva en el Museo del Prado (D007416) procede del Legado Ramón de Errazu y Rubio de Tejada, 1904. 2. Se conserva un aguafuerte de este artista regalado por su viuda en 1931. Ver nº 5307 CA.

El asunto debió ser interesante para él puesto que también realizó por esta misma fecha otra copia de Velázquez al óleo de Esopo que se conserva en el MNBA de Asunción y expuesta en una de las salas3 .

Menipo, era en tiempos de Velázquez una figura conocida por el público culto español, y la asociación entre filosofía y pobreza se había convertido en un tópico figurativo en la Europa barroca, relacionable con la gran fortuna que alcanzó entonces el pensamiento estoico. Menipo era de origen esclavo, aunque famoso por su avaricia, pues se decía que se quitó la vida al perder su fortuna.

Con este aguafuerte, obtuvo el Premio Medalla de Plata en la Exposición Internacional de Aguafortistas, celebrada en Barcelona en 1912.

En abril de 1920 lo presentó en su primera exposición individual en Asunción en el Salón Belvedere y años más tarde en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas.

También, con motivo de celebrar el 20 aniversario de su fallecimiento formó parte de la exposición retrospectiva (19091937) en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957.

3. Se desconoce si se conservan los dibujos preparatorios.

361

Catedral de Reims

CATEDRAL DE REIMS

Aguafuerte / papel París 1915 1ª Prueba de Artista Medidas: 315 x 210 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5145 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G17

Bibliografía: Catálogo de exposición en el Salón Belvedere. (11-18 de abril de 1920) Asunción: nº 52. Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 21). Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Vista de la fachada de la catedral de Reims en plena Primera Guerra Mundial, con andamios y sacos delante de su triple arcada cuyas torres se levantan con un aspecto fantasmagórico.

La guerra en Francia también pasa factura a los monumentos más emblemáticos como es la catedral de Reims que también fue inmortalizada por Monet en varios cuadros.

El pintor cada vez que viaja aprovecha para tomar apuntes de los rincones y lugares que visita y más tarde le servirán como asunto para plasmarlos al óleo o sobre plancha, esta obra fue también pintada al óleo y éste y otro grabado con el mismo asunto, figuraron en su primera exposición pictórica presentada a su vuelta a Asunción entre el 11 y 18 de abril de 1920 en los Jardines del Salón Belvedere.

Posteriormente, estuvo presente en la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº 21).

Cabeza yaciente del Doctor Franco

CABEZA YACENTE DEL DOCTOR FRANCO

Aguafuerte, aguatinta/ papel Firmado y titulado (ang. inf. izdo.) 1920 Medidas papel: 240 x 320 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5137 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G-8

Bibliografía: Catálogo de exposición en el Salón Belvedere. (11-18 de abril de 1920) Asunción: nº 57. Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor, p.18. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p.51.

La estampa está realizada al aguafuerte en Asunción, un año después tras tomar apuntes del natural a lápiz en el velatorio del Doctor Franco. El artista, había llegado a su ciudad natal en la primavera de 1919 para seguir pintando paisajes de los alrededores de la capital, y visitar los estudios de otros amigos pintores.

El Doctor Manuel Franco fue un abogado y político liberal paraguayo, presidente de su país entre 1916 y 1919, falleció el 5 de junio en Asunción a los 47 años de un ataque al corazón, al velatorio asistieron, autoridades, amigos y otros pintores. En su biografía escrita por su esposa Josefina Plá, ferviente admiradora y defensora de su obra, calificaba este grabado como un apunte de impresionante realismo. El político debió ser un personaje querido para el pintor para dedicarle un grabado cuando los trabajos sobre plancha eran escasos y los que realizó en esta época y los posteriores ejecutados en Manises hasta su muerte están centrados en rincones valencianos y en su mujer.

Para el tiraje de sus grabados en metal el artista se fabricó en la residencia familiar de Villa Aurelia, donde tenía su taller, un tórculo en madera de palosanto y en él se imprimieron dos, esta cabeza y un autorretrato.

Figuró en la primera exposición individual presentada en su ciudad natal, en el salón Belvedere celebrada entre el 11 y 18 de abril de 1918 junto a otros grabados al aguafuerte y xilografías, además de óleos, acuarelas y dibujos. Más tarde, en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas.

Era una práctica habitual entre los artistas del siglo pasado el plasmar los últimos instantes de un personaje ilustre, así también se conserva dentro de la colección Josefina Plá, la máscara funeraria en yeso que le hicieron dos amigos a Andrés Campos Cervera, horas después de fallecer en Manises el 11 de julio de 1937.

Bohemio

BOHEMIO

Linograbado / papel couché Firmado con iniciales ‘A. C’ Anterior a 1920 Prueba de Artista Medidas: 220 x 120 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5144 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G16

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada. (1962) El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor.

Sin duda, esta estampa se creó e inspiró en París. Andrés Campos todavía está centrado en el aprendizaje de la pintura y las diferentes técnicas empapándose de toda la cultura francesa que puede encontrar en museos y galerías.

A principios del siglo XX, el bohemio era un personaje muy ligado a la capital francesa, en este momento lugar de peregrinación de cualquier artista y la bohemia aparece en Francia a mediados del siglo XIX y hace referencia a un estilo de vida que muestra como en este caso a un individuo con vocación de artista de aspecto despreocupado, apariencia llamativa que deambula por la ciudad, según Antonio Espina: la bohemia no es otra cosa que la miseria disimulada con cierta belleza, el hambre sobrellevada con humorismo.

En el París de principios de siglo XX era habitual que acudieran a empaparse de modernidad artistas y escritores extranjeros, tal como fue su caso y el de su amigo Jaime Bestard1 que escribió sus memorias vividas en esta ciudad y relató las calamidades por las que pasaban para sobrevivir ofreciendo sus trabajos transportados en cartapacios por unas míseras monedas.

Hay multitud de modelos culturales también en la literatura, en la poesía, teatro, en la música y hasta en el cine.

1. Bestard, J. (1951). La ciudad florida. Memorias de un bohemio. Buenos Aires.

Paisaje

PAISAJE

Linograbado retocado con lápiz conté y acuarela/ papel Firmado con monograma “CC” (ang. inf. izdo.) 1921 Medidas papel: 247 x 160 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5132 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G-1

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 23). Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor, p. 17 (reproducido). (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, Lam. 3.

El grabado en Paraguay fue una técnica muy poco desarrollada hasta el siglo XX por los artistas. Fue introducido por los jesuitas en el siglo XVI, poco tiempo después de su llegada a las misiones guaraníes, sus imprentas comenzaron a funcionar con los indios que formaron como tipógrafos. Más adelante, en la segunda mitad del siglo XIX, los grabadores surgen con los periódicos de guerra y como propaganda gráfica. Según Josefina Plá, el grabado en las artes plásticas en Paraguay no existe, ni como disciplina autónoma ni como ilustración hasta 1920 y fue Andrés Campos Cervera uno de los primeros en emplearla en sus distintas modalidades.

Entre sus estudios en Madrid desde 1907 y finales de 1911, el grabado formó parte de su aprendizaje tanto sobre madera como el metal: aguafuerte, punta seca, aguatinta. Estas enseñanzas se llevaron a cabo en la Escuela de Grabado de Carlos Verger, del que también se conserva una obra, donada en 1931 por su viuda mientras asiste a la inauguración de la exposición del matrimonio en el Círculo de Bellas Artes en Madrid1 .

La estampa está inspirada en el pasaje paraguayo, pero posiblemente grabada en Madrid, representa una vereda flanqueada por altos pinos2 con unas casas encaladas al fondo; a partir de ahora su trabajo se centró, sobre todo, en el aprendizaje de la técnica de la cerámica.

El linograbado es una variante del grabado en madera en la que una hoja de linóleo se utiliza para la superficie en relieve. El asunto a representar se corta en la superficie de linóleo con un cuchillo afilado, gubia o un cincel, posteriormente se entinta y, a continuación, se impresiona sobre el papel.

El mismo tema fue objeto de otras composiciones posteriores realizadas al óleo, que llevan por título Pinar (1932) y formó parte primero en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas.

Más tarde, figuró en la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº 23).

Cabeza de pescador

CABEZA DE PESCADOR

Aguafuerte / papel verjurado Firmado y fechado en plancha: “Campos Cervera /1921” (ang. inf. izda.) Medidas papel: 255 x 160 mm Medidas huella: 105 x 100 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5135 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G-6

Bibliografía: Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, pp. 62, 129.

Es uno de los escasos ejemplos de estampaciones calcográficas en el que el tema es la figura humana, en este caso representa al aguafuerte y a una sola tinta y en busto a un pescador fumando en pipa.

Este tipo de personajes es posible que los dibujara al natural en el país vasco1, donde pasa un tiempo veraneando en casa de un primo suyo, Pepe Cervera, dueño de un balneario a las orillas de la playa Ereaga en Algorta (Bilbao) y aprovecha para pintar varios rincones costeros.

Por la fecha en la que está firmado el aguafuerte fue estampado en Madrid en los tórculos de la Escuela del Museo Nacional de Artes Industriales, antecedente del Museo Nacional de Artes Decorativas, ya que él careció siempre en España de tórculo propio.

Es el primer artista paraguayo que se desenvuelve en el grabado, con preferencia por la técnica del aguafuerte y los expone por primera vez en el Salón Belvedere de Asunción en abril de 1920 (xilografías, aguafuertes, linografías); también aparecen reproducidos en periódicos locales y más adelante colaborará en la revista Guarania que comienza ahora a publicarse en Asunción (1920) y que utiliza con frecuencia los grabados e ilustraciones debido a su carácter cultural y nacionalista.

Es necesario precisar que, tanto la elección del tema como el estilo están completamente ligados a lo aprendido en Europa, con cierto regusto decimonónico y parece que el artista, pudo verse influido por otros artistas españoles o franceses a la hora de elegir este asunto compositivo.

Desde su regreso a España, desde 1921, en las épocas estivales, visitó a otros parientes por línea materna que también viven en el Norte. En Herada, en el valle de Soba (Cantabria) debió realizar algunos apuntes de los que más adelante, quizá por compromiso, trasladó al azulejo, muy al principio de sus primeros ensayos con la técnica de la cuerda seca, en al menos tres versiones, en la más antigua aparece, firmada con la doble “CC”, y la inscripción: Familia Díaz Pérez-Campos Cervera. Una segunda, cocida en Villa Aurelia en la que además de la casa, reproduce el escudo de armas de la familia y, por último, un panel formado por cuatro azulejos a la cuerda seca, realizado también en Asunción (1928). Casa solariega de los Herrerías. Colección Hrisuk (Paraguay).

1. Josefina señalaba en su biografía que a su regreso a España (1921) veraneaba en Santander en el balneario de su pariente, pero esta elegante casa de baños llamada Igeretche y abierta en 1912 -fue escriturada en 1927 a nombre de José Mª Fernández Cervera y su esposa- se encuentra en Vizcaya, en la actualidad sigue funcionando como hotel.

Meditación

MEDITACIÓN

Aguafuerte / papel Titulado y firmado dos veces en plancha y a lápiz: “Campos Cervera / 1921” 1ª Prueba Medidas: 225 x 148 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5147 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G19

Bibliografía: Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 42.

Representa a una mujer joven semidesnuda de perfil, que apoya su mano izquierda en la barbilla, lleva un chal que cae sobre sus hombros y el pelo recogido en un moño sobre su nuca. Posiblemente la modelo sea Carmen, la mujer con la que convivió durante cuatro años en su atelier de la rue Edgar Quinet en París y que la plancha la grabara una vez que ha regresado a Madrid en 1921 en algún tórculo de la Escuela, del Museo Nacional de Artes Industriales antecedente del Museo Nacional de Artes Decorativas, donde comienza a realizar cursos de estampado sobre batik además de grabados.

Andrés Campos la conoció en el invierno de 1914-15, de padres españoles había nacido en Angulema, fue su compañera más duradera antes de conocer a Josefina, la describe por boca del artista como una mujer morena que trabajaba de modelo y los fines de semana visitaban juntos los alrededores parisinos aprovechando para pintar.

Este aguafuerte titulado en francés en el catálogo y al igual que el anterior, fueron seleccionados para figurar en la exposición individual presentada en el Gimnasio Paraguayo, en junio de 1929 en Asunción. La mayoría de las piezas son cerámicas (83) de un total de 106. Entre las pinturas se encontraban óleos, acuarelas y cinco aguafuertes, correspondiendo éste al nº 96.

Bebé

BEBÉ

Linograbado / papel couché Firmado: Sello estampillado en rojo “CC” (ang. inf. dcha.) 1921 Prueba de Artista Medidas: 170 x 110 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5143 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G15

Bibliografía: Catálogo de exposición retrospectiva. (1957). Julián de la Herrería: óleos, acuarelas, temperas, grabados, cerámicas. Asunción: Archivo Nacional. (nº 22). Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor.

Es su estampación más ‘moderna’ de todo el conjunto de grabados, aunque se trate de una producción muy temprana de 1921, firmada con sello estampillado “CC” y que también empleó al principio sobre sus primeras piezas cerámicas como podemos comprobar en una caja en forma de pavo que se conserva en esta colección y que hacen referencia a las iniciales de sus apellidos.

Según Josefina Plá, el grabado en las artes plásticas en Paraguay no existe, ni como disciplina autónoma ni como ilustración hasta 1920 y Andrés Campos Cervera fue uno de los primeros en emplearla en sus distintas modalidades gracias a que sus estudios en Madrid con sus maestros Carlos Verger, Rafael Doménech y a través de otras amistades como el grabador Ricardo Baroja1 .

Posteriormente su residencia y estudios en París le proporcionaron las bases necesarias para desarrollar su carrera artística.

El grabado guarda similitudes con este apunte realizado a lápiz en uno de sus libros y descubierto casualmente en el colofón: Tratado elemental de Química de A. Maillard (México, 1908) que forma parte de su biblioteca, también donada por Josefina . Se trata de la misma niña que en el Acervo aportado por Josefina Plá tituló ‘Bebé’ y fuera quizás, sobrenombre de la retratada que podría tratarse de alguna sobrina del artista.

Formó parte de la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 en la que Josefina eligió 58 obras entre óleos, acuarelas, témperas, grabados y cerámicas además de otros elementos como fotografías y la propia máscara funeraria.

Costereta (Villajoyosa)

COSTERETA (VILLAJOYOSA)

Aguafuerte, aguatinta / papel Firmado, titulado y fechado a lápiz: “Julián de la Herrería Villajoyosa/ 1928” (margen inferior) 1921 Prueba de Artista Medidas papel: 475 x 305 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5140 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G-11

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, pp. 62, 69. Lam. 17. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor. (1970). Historia y catálogo del Museo de Bellas Artes. Asunción: p. 44.

Fue en Villajoyosa, donde Andrés conoció en el verano de 19231 a Josefina Plá, en la casa de Niní Campos Cervera, sobrina del artista y en esta localidad alicantina se dedicó a plasmarla en dibujos y grabados al aguafuerte, al igual que hizo posteriormente en los años 30 en Manises tomando apuntes del natural, fue precisamente en esta calle donde el artista se instaló a vivir y a trabajar.

Fue uno de los primeros grabados dedicado a esta localidad, en el verano de 1921, siempre utilizando la estampación al aguafuerte y caracterizado por fuertes contraluces y en la que la presencia de la figura humana es algo anecdótico.

Según Josefina Plá, estas obras calcográficas: El Portalet y La Costereta fueron grabados estampados en la Escuela del Museo de Artes Decorativas de Madrid2 donde él asistía a clases, ya que él carecía de tórculo propio.

1. Mª Angeles Mateo del Pino especialista en Josefina Plá señalaba que fue en el verano de 1923 en Villajoyosa cuando Andrés Campos Cervera contaba con 36 años conoce en una fiesta a Josefina. El noviazgo dura tres años, en los cuales sólo se vieron durante 6 días y se escribieron cientos de cartas. 2. La creación del Museo Nacional de Artes Decorativas data del año 1912 bajo la denominación de Museo Nacional de Arte Industrial. Sin embargo, su origen lo podríamos encontrar en el siglo anterior, concretamente en 1871, momento en que abre sus puertas la Escuela de Artes y Oficios, la cual tenía un Museo Industrial. Más tarde, en 1927, tomaría el nombre con el que actualmente es conocido, teniendo como objetivo la realización de exposiciones con las que enseñar al público, a los artistas y a los propios fabricantes la evolución que habían adquirido los productos manufacturados hasta haber alcanzado la perfección de entonces. De esa forma, se conseguiría fomentar en la sociedad no sólo la cultura en relación con el arte, sino también el conocimiento de las diferentes técnicas utilizadas. Este museo tendría su primera sede en un inmueble de la Calle Sacramento, en la zona conocida como el Madrid de los Austrias.

Villajoyosa cuenta con estrechas calles cuya inclinación reclamó un apelativo concordante con su caída topográfica hacia la playa del mar. La Costereta, por su longitud, por su constancia en bajada por el talud del promontorio amurallado, obtuvo su nombre de dicha condición y éste grabado supone una gran aportación documental para conocer su aspecto a principios del siglo XX.

Se conserva un ejemplar de este grabado en el Museo Nacional de Bellas Artes en Asunción en cuyo catálogo Josefina Plá señalaba que lo firmó en 1921 y según ella es uno de sus mejores grabados y como es habitual en él, los firmaba y databa a posteriori cuando se desprendía de él bien sea por compra o para regalar y dedicar a algún amigo3 .

(..) Estrecha de calzada y aceras, la flanquean viejos edificios de tres pisos que conservan aún, algunos, las cisternas con su brocal (…). En esta calle ha asentado su hogar la familia de Eugenio y el artista trabaja indistintamente en la casa de su sobrina Niní y en la de enfrente que ha alquilado.

3. Se calculan que realizó un total de 50 grabados a lo largo de su carrera, siempre en cortas tiradas, muchos de ellos aparecen sin firma ni fecha o como en este caso, fechados años más tarde y ya con su seudónimo.

El portalet (Villajoyosa)

EL PORTALET (VILLAJOYOSA)

Aguafuerte, aguatinta / papel Firmado dos veces y fechado: “Julián de la Herrería” (en ángulo inferior a lápiz). 1921 Medidas: 550 x 375 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5139 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G-10

Bibliografía: (agosto, 1922). Los aguafortistas españoles. Andres Campos Cervera. Madrid: Revista de Bellas Artes 2. nº 10, p. 3 (reproducido). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las artes visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro, p. 322 (reproducido). Fernández, M. A. (2016). Interculturalidad y transculturalidad en la literatura y el arte de Josefina Plá en Josefina, Cuadernos Salazar, p. 50. Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, pp.62-63. (1973). Treinta y tres Nombres en las Artes Plásticas Paraguayas. Asunción: Editora Cultura Palma y Montevideo, p.28. (1970). Historia y catálogo del Museo de Bellas Artes. Asunción: p. 44.

El Portalet, el nombre se debe a que allí se encontraba una de las puertas que permitía el acceso a la ciudad amurallada desde el mar, y un poco más allá existía una pequeña fortaleza (el castell). Bajando por la calle del Pozo donde vivía Josefina, y en seguida por la de la Escalereta, se llega al Portalet, casi a la vera del mar.

Como podemos ver en el aguafuerte, se trata de una calle estrecha y empinada que, como el resto de su producción calcográfica, está realizada a una sola tinta y en las que persigue los contrastes lumínicos, los juegos de luces y sombras y en el caso de que aparezca la figura humana sólo le interesa como algo anecdótico.

En Villajoyosa fue donde Andrés y Josefina se conocieron, ella vive de momento con unos familiares y el artista pasa los veranos también cerca de sus parientes, tomando numerosos apuntes del natural de sus calles y que más tarde seleccionaba para realizar aguafuertes, óleos, acuarelas y gouaches.

Josefina Plá la describió como “un pueblo de senyorets”, propietarios rurales cuyos hijos- la generación que corresponde a los años veinte del pasado siglo- ya estudian carreras universitarias (derecho, medicina, farmacia…) y en cuyos alrededores del pueblo abundan los bellos paisajes y en donde Andrés tuvo su primer horno. Allí en el verano de 1923 conoció a Josefina Plá, quien, a pesar de su juventud, ya escribía poesía y al igual que su sobrino político Hérib Campos, se convertirá con el tiempo en una de las figuras más importantes de la poesía contemporánea en Paraguay.

La estampación de este aguafuerte fue realizada en el Taller de Grabado de la Escuela del Museo Nacional de Artes Industriales (MNAI), hoy Museo Nacional de Artes Decorativas1 al que asistió desde su llegada a Madrid en 1921, ya que carecía de tórculo propio, dicho museo se centró en el fomento de los productos de la segunda Revolución Industrial, al menos hasta la guerra civil (1936) y el artista se interesó por el aprendizaje del batik, asistiendo a cursos con Pérez Dolz y la Revista Bellas Artes en su número 10 correspondiente al mes de agosto de 1922 la reproduce en la página dedicada a su obra como grabador en la que el redactor señalaba que en ese momento se encontraba estudiando el arte de la cerámica en distintos talleres de la región de Valencia.

Se conserva un ejemplar de este aguafuerte en el Museo Nacional de Bellas Artes de Asunción, sin numerar, pero como el resto de su producción pertenece a una tirada muy baja. Este grabado formó parte de su exposición en el Ateneo de Madrid en 1924, años más tarde también lo mostró en Asunción en el Gimnasio Paraguayo (junio, 1929) junto a otros cuatro aguafuertes que se conservan igualmente en el Museo numerados desde el 96 al 100 en el catálogo de esta muestra en la que la mayoría eran piezas cerámicas: platos, paneles y objetos varios.

1. Los precedentes directos de los museos de artes decorativas son las exposiciones universales, que empezaron a organizarse a mediados del siglo XIX (Londres, 1851) y cuya finalidad era mostrar productos industriales de calidad, junto con los que se exponían objetos del pasado que contribuyeran a servir de inspiración para los artesanos e industriales.

Hornos en Manises

HORNOS EN MANISES

Aguafuerte / papel 1935 Medidas: 230 x 310 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5133 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH-G-2

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 25). Gutiérrez Viñuales, R. (2003). Lo precolombino en la Obra Plástica de Julián de la Herrería en: Lo popular. Marco y marca de la cultura en el Paraguay. Identidades en tránsito. Asunción: Centro de Artes Visuales/ Museo del Barro. Pérez Camps, J. Les Col·leccions del Museu de Ceràmica de Manises (MCM). Un Patrimoni per descobrir. Julián de la Herrería a Manises. Gaseta Cultural de Manises, núm. 76. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada. Lam. 8.

Realizado en su etapa de madurez, el matrimonio ha regresado a Manises a principios de 1935, éste será su último viaje juntos desde Asunción. En Manises vivían en una casa en la antigua calle de Obradors que estaba rodeada de fábricas centenarias. Su rutina consistía en ir por las mañanas al Taller de Grabado en la Academia de San Carlos en Valencia; por la tarde se dedicaba a tomar apuntes del natural de lo que le rodeaba para luego trasladarlo a la plancha.

El grabado tiene un gran valor documental gráfico y nos muestra en una misma imagen los cuatro tipos de hornos empleados en Manises desde el siglo XVIII, identificados por Pérez Camps1 y que según el ceramólogo pertenecían al taller de José Gimeno Martínez; además, del aspecto y el transcurrir de la villa manisera en aquellos tiempos; existen al menos dos versiones de este aguafuerte, otro se titula Horno viejo. 2

1. De izquierda a derecha: Un horno mediano para bizcochar; de reverbero para oxidar el plomo; grande para vidriar y de reflejo metálico. Fig. 34 del texto de Pérez Camps en este catálogo: “El ceramista Andrés Campos Cervera/ Julián de la Herrería en Manises 1922-1937”. 2. En paradero desconocido, perteneció a la colección de Josefina.

Como ya hemos señalado, el artista colaboró con dos de estas industrias cerámicas maniseras más importantes en ese momento dirigidas por Juan Bautista Huerta y Vicente Montaner3 .

Pasados los años treinta del pasado siglo, en Manises convivían más de un centenar de talleres en los que la mayoría son de pequeño tamaño con 10 a 25 trabajadores, pero también hay centros fabriles que ocupan entre 40 y 100 operarios como La Rosa; La Cerámica Artística e Industrial; La Esfinge; La Española etc…Con su presencia continua en las ferias nacionales e internacionales; certámenes de Bellas Artes y Artes Decorativas, etc., Buena parte de sus amigos trabajaban en estas fábricas mientras que él solía aportar diseños para las decoraciones de filtros de agua -modelo comedor- (Sinaí)4 y de otras piezas que se conservan actualmente en el Museo de Cerámica de Manises.

Serán varios los aguafuertes5 que realiza en esta época, con tiradas muy cortas en cada ocasión y en algún caso única prueba, entintado en una sola tonalidad y cuyas planchas se han perdido. El dibujo y el grabado forman el camino iniciático para regresar a volver a pintar a finales de ese mismo año, aunque la mayoría de su trabajo se centre en la producción cerámica.

Estuvo presente en la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº25) del catálogo.

3. Vicente Montaner Lerma fundó una de las mayores fábricas de Manises, producía loza en Art Déco, y tenía la producción en exclusiva de estos filtros de agua con propiedades medicinales, llamados sinaís. Se fabricaban distintos tipos que variaban en el rendimiento del filtrado de las aguas. Sin embargo, el modelo más conocido y del cual se conservan ejemplares en museos y colecciones particulares, es el modelo familiar de comedor que mide unos 157 cm. de alto. Esta fábrica dejó de producirlos en los años sesenta. 4. Un sinaí es un tipo de filtro de agua inventado en 1926 por el químico y biólogo valenciano Conrado Granell y patentado en 1927. Consta de tres partes: el depósito con tapa, el vaso con grifo y el pie. La fábrica de Vicente Montaner Lerma de Manises, realizó en exclusiva este tipo de pieza en los años treinta. 5. Otros títulos presentes en la colección y de la misma época son: Callejuela de Manises; Barrio Moro; Calleja de Manises y Mojácar.

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Callejuela de Manises

CALLEJUELA DE MANISES

Aguafuerte / papel Firmado, titulado, fechado y con dedicatoria: “A mi querido amigo D. Fernando/ Julián de la Herrería/ 1936” a lápiz (ang. inf. dcha.) Medidas: 322 x 210 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5134 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G-4

Bibliografía: Gutiérrez Viñuales, R. (2003). Lo precolombino en la Obra Plástica de Julián de la Herrería en Identidades en tránsito. Museo de Artes Visuales y del Barro Asunción. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 128.

Lo más interesante de este grabado es el juego de luces y sombras en los que, en este caso, también sólo ha empleado una sola tinta. Dos mujeres se han detenido a conversar en medio de una calle estrecha de la villa manisera. Para ello, el artista ha tomado apuntes del natural y asistía, desde su llegada en 1935, al Taller de Grabado de la Academia de San Carlos en Valencia, según señalaba Josefina Plá en su biografía.

Todas las estampas calcográficas que fueron realizadas en esta última etapa artística mantienen las mismas características: el uso reiterado del aguafuerte y la predilección por los temas urbanos, reflejando las arquitecturas y el devenir cotidiano de quienes la habitaban.

Formó parte de la exposición retrospectiva en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas.

En la colección se conserva otro aguafuerte1 con este mismo título y de similares dimensiones, sin firma ni fecha.

1. Ver nº 5150 CA.

Barrio Moro (Manises)

BARRIO MORO (MANISES)

Aguafuerte en tinta sepia / papel Firmado, titulado y fechado a lápiz: “Julián de la Herrería / 1936” Prueba de Artista Medidas papel: 270 x 135 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5142 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G13

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor.

Manises junto a Villajoyosa fueron las dos villas levantinas más representadas al aguafuerte por el artista. Se trata siempre de apuntes tomados a lápiz del natural que más tarde traslada a la plancha de metal y empleando una única tinta con juego de luces y sombras.

La elección de esta localidad para instalar su taller se debió a su interés por aprender la técnica del reflejo dorado y todo el proceso de fabricación de la cerámica. Éste tipo de decoración hispanomusulmana medieval tuvo una época de revival desde 1850 hasta 1960 y resultó de gran interés para el artista desde 1923. En esta escuela también aprende otras técnicas decorativas como la de cuerda seca, también desconocida en América y por lo tanto muy interesante para el artista.

A través de una carta de recomendación del director del Museo Nacional de Artes Industriales en Madrid, Rafael Doménech, consiguió que le admitieran en Escuela Práctica de Cerámica donde asistía a las clases, es el mayor del grupo y el único extranjero. Son profesores de esta escuela fundada y dirigida por Vicente Vilar, González Martí, Constantino Gómez, Sánchez Ocaña entre otros.

Calleja en Manises

CALLEJA EN MANISES

Aguafuerte / papel verjurado 1935 Medidas papel: 325 x 160 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5150 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH-G22

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 26). Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada. Pérez Camps, J. Les Col·leccions del Museu de Ceràmica de Manises (MCM). Un Patrimoni per descobrir. Julián de la Herrería a Manises. Gaseta Cultural de Manises, núm. 76.

Desde su llegada a Manises en 1935 e instalado en esta ciudad con su esposa Josefina Plá que más tarde se convirtió en su biógrafa, ésta relataba que, por esta época, aunque está volcado en su trabajo ceramístico asistía a diario por las mañanas al Taller de Grabado en la Academia de San Carlos en Valencia y por la tarde se dedicaba a tomar apuntes del natural de lo que le rodeaba para luego trasladar una selección de esos dibujos a la plancha.

Por el número de estampas calcográficas que se conservan, el interés por el paisaje predomina en cualquiera de las técnicas emprendidas dentro de la pintura. La estampación al aguafuerte le permitió desarrollar el juego de luces y sombras y el contraste lumínico es lo más notorio en estas composiciones, entintado en una sola tonalidad y cuyas planchas se han perdido.

Estuvo presente en la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº 26) del catálogo en el que se presentaron 58 obras abarcando todas sus técnicas.

Mojácar

MOJÁCAR

Aguafuerte / papel verjurado 1936 Medidas: 390 x 265 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5151 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G23

Bibliografía: Plá J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Aunque Andrés Campos Cervera se dedicó casi por completo al mundo de la cerámica en el periodo comprendido entre 1935 y 1937, a veces logró descansar de esta disciplina grabando sobre metal algunos paisajes levantinos o meridionales de los que previamente ha tomado apuntes del natural. El último de los aguafuertes es un apunte de Mojácar (Almería) por el que obtuvo el Premio del Ministerio de Instrucción Pública de España en junio de 1936, un mes antes de que estalle la guerra civil en España.

Sobre todo, pinta cuando viaja, a finales de 1934 nada más llegar de Asunción van a visitar a la familia de Josefina Plá que se encuentra en Málaga. De ahí pasan por Murcia y la sierra de Mojácar; de ésta ciudad el pintor tomará apuntes al natural que luego tembién trasladará a la plancha.

Se desconoce la tirada de ejemplares, pero en cualquier caso debió ser corta, menos de diez como es habitual en toda su obra estampada.

Estuvo presente en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas.

Rêveuse. “Soñadora”

RÊVEUSE. “SOÑADORA”

Aguafuerte / papel Firmado, titulado y fechado: “Rêveuse / Julián de la Herrería/ 1936” a lápiz Prueba de Artista Medidas papel: 310 x 230 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5149 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G21

Bibliografía: Vaello Marco, E. (2016). Poderosa Josefina. Cuadernos Salazar, 4. Asunción: p. 19 (reproducido). Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Representa a Josefina Plá1 a la que él llamaba cariñosamente Mimí. Aunque está firmada y fechada por el autor en 19362 , la estampa fue realizada en Asunción diez años antes aproximadamente, ya que como señalaba Josefina en la biografía, en algunos casos el artista tenía por costumbre no firmarlos o hacerlo a posteriori como sucede en este caso ya que este aguafuerte encontramos que formó parte de su exposición individual en Asunción en junio de 1929 y figura en dicho catálogo con el número 97.

El título en francés de la obra refleja el carácter entonces de la recién casada, que vuelve el rostro hacia atrás con la mirada ensoñadora, perdida en la lejanía sobre fondo neutro. El artista concentra todo su esfuerzo por reflejar con realismo, los rasgos fisonómicos de la retratada que también reconocemos en algunas fotografías de la época.

Su existencialismo se refleja en su mirada sobre la condición humana, las emociones, el propio significado de la vida y que se traduce en su poesía cargada de pesimismo cuando habla de sí misma y en la nostalgia con ecos lorquianos que adquieren por entonces sus poemas.

Tras el fallecimiento del artista un año después, Josefina partió desde Marsella para Asunción donde se quedó a vivir y a trabajar el resto de su vida convirtiéndose en un gran referente de las artes y las letras paraguayas, liderando movimientos artísticos, corrientes de opinión y como afirma Beatriz Bossio fue una pionera en la construcción de la historia social.

Eloisa Vaello eligió este grabado para ilustrar la presentación que escribió sobre ella en el Cuaderno dedicado a Josefina Plá editado por el Centro Cultural Juan de Salazar en 2016 dentro de una serie de actos programados para homenajear su figura.

También figuró en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas.

1. María Josefa Teodora Plá Guerra nació el 9 de noviembre de 1903 en la casa del faro Martiño de la Isla de Lobos (Fuerteventura) allí vivió solamente cinco años hasta que al padre lo destinan a Donostia. 2. Andrés había reservado en Valencia los pasajes para volver a Paraguay el primero de agosto de 1936. El 17 de julio llegó la noticia de la insurrección en el protectorado español de Marruecos, con la cual empezó el golpe de estado de Francisco Franco contra la República, y poco después fue declarada una huelga general que impidió a la pareja llegar a Valencia antes del 7 de agosto. Había estallado la guerra civil que fue preludio a la larga dictadura franquista. Andrés y Josefina no consiguieron ser incluidos en la lista de los súbditos americanos que dos barcos argentinos evacuaban fuera de España, ni tenían dinero suficiente para comprar otros pasajes.

El pensador

EL PENSADOR

Aguafuerte/ papel Firmado fechado y titulado a lápiz: “El pensador/ Julián de la Herrería/ 1936” (ang. inf. izdo.) Medidas papel: 322 x 220 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5136 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- G7

Bibliografía: Plá, J. (1962). El grabado en Paraguay. Asunción: Alcor. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Existe un dibujo a sanguina que es la misma composición salvo por la imagen evocadora de un paisaje con un árbol a la izquierda1. Representa el retrato de un busto masculino de perfil, fumando en pipa y con una mano apoyada en la barbilla.

Pueda quizás, tratarse de un autorretrato, que refleje sus anhelos por regresar a su tierra natal en un momento muy complicado en España por el estallido de la guerra civil en 1936. El tema no es original, pues como ya hemos señalado en el dibujo a sanguina que se conserva y que ha servido para grabar este asunto, la acción de fumar, el humo que desprende la pipa, simboliza la fragilidad humana.

El artista fue discípulo, en la disciplina de grabado, de Carlos Verger (París, 1872-Madrid, 1929), quien en 1910 había conseguido la cátedra de Grabado Calcográfico en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y continuó asistiendo a clases de grabado en la Academia de San Carlos en Valencia.

Es frecuente que, por esta época, tomara apuntes que, más tarde, trasladó a la plancha de metal, siendo el aguafuerte la técnica más empleada, además de los contrastes lumínicos. De éste sólo se hicieron seis ejemplares.

En 1936, año del grabado, el matrimonio vivía en Manises y fue premiado por el Ministerio de Instrucción Pública de España por su labor artística.

1. Ver nº 5130 CA

Autorretrato

AUTORRETRATO

Óleo / lienzo Firmado y fechado: “Campos Cervera / 1909” (ang. inf. dcha.) Medidas: 41 x 38 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5157 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- O9

Bibliografía: Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

A comienzos del siglo XX en Madrid donde el pintor reside y estudia, los dos organismos oficiales que manejaban la política cultural eran: la Academia de Bellas Artes y las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Durante su estancia en la capital desde 1907 y matriculado en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando,1 Andrés desvinculado de las vanguardias sigue el dictado impuesto por sus profesores, los pintores: Moreno Carbonero en dibujo; Muñoz Degrain en paisaje; José Garnelo y Joaquín Sorolla en colorido y con Carlos Verger estudia aguafuerte. También, como otros compañeros visita el taller de Ricardo Baroja (1871-1953) con el que entablará amistad y algunos de sus grabados serán posteriormente donados por el artista al Museo Nacional de Bellas Artes en Asunción.

El pintor nos presenta en este óleo su fisonomía a los veintiún años de edad, sobre fondo neutro, sin ningún elemento que nos revele su condición de pintor. Su imagen relajada y serena aparece representada de busto y, contrariamente a las fórmulas más convencionales, no mira de frente al espectador, sino que dirige sus ojos hacia el lado derecho con la cabeza ligeramente girada en ese mismo sentido.

Es un autorretrato clásico ya que presenta al artista en solitario, quizá fuera parte de un ejercicio académico. Con una preparación de color crema claro, se representa de frente, vistiendo traje y corbata negra con camisa blanca, tal y como le corresponde por el momento en que vive, en España reina Alfonso XIII y al frente del gobierno, el conservador Antonio Maura.

Realizó algún que otro autorretrato al gouache y al aguafuerte, y recortada en silueta, pero a lo largo de su carrera artística como pintor, su temática se ha centrado, sobre todo, en paisajes de influencia postimpresionista.

1. Creada en 1846 la Escuela de Bellas Artes de San Fernando para el aprendizaje de los pintores, escultores y grabadores. La Academia de Bellas Artes, ya sin funciones pedagógicas, es una institución sólo honorífica y fiscalizadora de la vida artística. Aunque muchos académicos continuaron como profesores de la nueva escuela y muchos constituyeron parte de los jurados de los concursos y Exposiciones Nacionales, instituidas en 1853.

Hojas (Ambay)

HOJAS (AMBAY)

Acuarela/ cartulina 1909 Medidas: 440 x 530 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5168 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P12

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 12). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Composición naturalista con hojas de ambay sobre troncos muy finos, se trata de una planta de uso medicinal originaria de América del Sur y que se encuentra con frecuencia en Paraguay y que el pintor dibujó en su etapa de formación como ejercicio académico.

Realizada en Madrid en 1909, la acuarela estuvo presente en la exposición retrospectiva (1909-1957) que conmemoraba el vigésimo aniversario de su fallecimiento (nº 12) y que se celebró en la sala del Archivo Nacional en Asunción durante los meses de julio y agosto de 1957 y en la que se mostraron un total de 62 obras elegidas por Josefina y que formaban parte del Museo Julián de la Herrería instalado en su vivienda.

En ese homenaje, su amigo de juventud, Juan Emiliano O’ Leary abrió el acto con unas palabras que fueron publicadas en el diario Patria (15 de julio de 1957) que evocaban la memoria del amigo de la infancia y con el que había seguido manteniendo contacto mediante correspondencia. En ese discurso, elogió su vida artística que tan bien conocía. Andrés había colaborado con el escritor ilustrando un libro dedicado a la memoria de su hija Rosita publicado en Barcelona (1920).

Fue seleccionada por la curadora Adriana Almada para figurar en la exposición titulada: Y Rembe’y. Los labios del agua que sirvió para conmemorar el 40 aniversario del CCEJS en mayo de 2016.

Puente de Alcántara. Toledo

PUENTE DE ALCÁNTARA TOLEDO

Óleo / lienzo Firmado y fechado: “Campos Cervera / 1914” (ang. inf. izda) Medidas: 78 x 98 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5155 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- O4

Bibliografía: Catálogo de exposición en el Salón Belvedere. (11-18 de abril de 1920) Asunción: nº 2. Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 28.

Con este mismo tema fueron muchos los pintores que a lo largo de la historia del arte plasmaron la ciudad desde diferentes perspectivas, a El Greco le debemos que fuera el primero y con ello la vista de la ciudad de Toledo, en cualquiera de sus dos versiones, fue uno de los primeros paisajes en la historia. El otro que consiguió excelentes resultados en una fecha más contemporánea fue Zuloaga, pintor muy admirado por otros artistas latinoamericanos a principios del siglo XX.

Lo más interesante en esta versión, que Campos Cervera realizó tras sus estudios en la Academia de Bellas Artes en Madrid, es el tratamiento de la luz; los monumentos como el Puente de Alcántara hasta el Alcázar sobre las rocas, ubicada en la parte más elevada se envuelven en una luz crepuscular, cuya atmósfera densa impermeabiliza la vista y le confiere un contenido simbolista, casi parece un paisaje irreal, casi soñado.

En la Escuela de Bellas Artes de Madrid en los primeros decenios del siglo XX, el paisaje castellano causaría una gran fascinación entre los artistas que allí se forman y los profesores de la academia. Supone todo un descubrimiento desde el punto de vista artístico auspiciado por los escritores de la Generación del 98 y los grandes pintores españoles en esa época como Zuloaga, Echevarría, los Zubiaurre, Iturrino, Aureliano de Beruete, Darío de Regoyos, etc…, sin duda, pintores que el artista paraguayo reconocería.

Durante los dos años que permaneció en Madrid estudiando, él y el resto de los alumnos habían efectuado excursiones a Toledo, El Escorial y también Ávila. Josefina en su biografía señalaba que Toledo había sido una ciudad que le había impresionado profundamente y así comentaba acerca de esta obra:

Un crepúsculo toledano le inspiró uno de sus mejores cuadros juveniles; también aporta la noticia de que el pintor volvió por su cuenta a visitar la ciudad y experimentó su fascinación por El Greco a lo largo de toda su vida; en la lista de obras de la primera exposición individual presentada en Asunción, vemos que presentó con el título: Puente de Alcántara (nº 2-4) otros dos óleos más, pero se desconoce el paradero de dichos cuadros1. Fue una exposición en la que se vendió todo por una suma considerable2, presidía la muestra un busto en bronce del artista de Alfredo Pina (en un ángulo de la sala que también se vendió) y cuyo éxito trascendió a otros países cercanos como Argentina.

1. En dicha exposición también se presentaban otros paisajes castellanos (Ávila) y otros pintados a su regreso entre 1919 y abril de 1920. (La Encarnación, Caacupé, Villa Aurelia) 2. Josefina nos relata en su biografía que ascendió a unos 2.500 pesos de oro.

Fontana Medici. París

FONTANA MEDICI. PARÍS

Acuarela / cartulina Firmado y fechado: “A. Campos Cervera /1918/ Luxemburg” (ang. inf. dcha.) Medidas: 295 x 223 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5163 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P4

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 14). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 32.

En los célebres y señoriales Jardines de Luxemburgo de París que también ha grabado algunos de sus rincones al aguafuerte, se encuentra esta monumental fuente. Está totalmente rodeada de árboles de copa alta, por lo que no es fácil distinguirla de lejos con un estanque en primer término.

En la exposición que realizó en abril de 1920 tras regresar de París a mediados de 1919 expone en el Salón Belvedere en Asunción pinturas –óleos y tablas– realizadas en la capital francesa: Notre Dâme; Le Luxemburg, además de paisajes de los alrededores de Asunción.

También esta acuarela fue elegida por Josefina en dos ocasiones, la primera en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas y la segunda, para figurar en la exposición retrospectiva del artista (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº 14).

Senegalais sur les quais (Senegaleses en el muelle)

SENEGALAIS SUR LES QUAIS (SENEGALESES EN EL MUELLE)

Gouache / papel adherido a cartón Firmado y fechado: “Campos Cervera / Dakar / 1919” (ang. inf. izda.) Medidas: 38 x 50 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5160 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P1

Bibliografía: Catálogo de exposición en el Salón Belvedere. (11-18 de abril de 1920) Asunción: nº 44. Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 13). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 47.

Tras doce años de ausencia, Andrés emprende viaje rumbo a Paraguay, durante la travesía (primavera de 1919) realizan una escala en el puerto senegalés de Dakar, allí mientras espera que zarpen de nuevo y desde la cubierta del barco toma varios apuntes al gouache de lo que está sucediendo en el muelle. Con la llegada del buque, en la orilla del muelle, un grupo de mujeres africanas, situadas en primer plano permanecen en distintas posiciones a pleno sol, intentando vender sus mercancías, son vendedoras ambulantes de frutas, en segundo plano se puede observar otro grupo más numeroso resuelto con pinceladas muy sueltas, de manera más abocetada y casi manchas de color lo que le confiere un aspecto muy moderno, con la presencia del mar a ambos lados del muelle y una línea del horizonte muy elevada.

Estos asuntos captados del natural al gouache sobre el papel o cartón, como si se tratasen de una instantánea fotográfica son, en opinión de Josefina Plá, al referirse a ellos en la biografía sobre Julián de la Herrería, lo más fresco y espontáneo de su pintura.

El artista debió quedar muy satisfecho con el resultado pues lo escogió y presentó una serie de cuatro motivos senegaleses al gouache en su exposición individual celebrada al año siguiente de su llegada a Asunción en el Salón Belvedere entre el 11 y 18 de abril de 1920, algo sin duda muy exótico y novedoso tanto por la temática como por su estilo y también una xilografía que eligió como portada del catálogo en el que se presentaron 64 obras, óleos, acuarelas, dibujos, gouaches, grabados (al aguafuerte y xilografía) e incluso dos bajorrelieves en yeso.

La obra se volvió a exponer primero en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas y en 1957 en la sala del Archivo Nacional, exposición retrospectiva (1909-1957) que conmemoraba el 20 aniversario de su fallecimiento (nº 13).

El viejo Dionisio

EL VIEJO DIONISIO

Óleo / tabla Firmado y fechado: “Campos Cervera / Caacupé/ 1920” (ang. inf. dcha.) Al dorso titulado: “Il vecchio Dionisi” Medidas: 42,5 x 33 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5152 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- O1

Bibliografía: Catálogo de exposición en el Salón Belvedere. (11-18 de abril de 1920) Asunción: nº28. Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº2). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

El pintor regresa a Asunción por primera vez en la primavera de 1919 tras vivir doce años lejos de su familia, primero en Madrid y más adelante en París, Roma... En Asunción permaneció hasta agosto de 1920, pero antes de partir presentó el 11 de abril su primera exposición en el salón Belvedere en cuyo listado figuran 64 obras, de las cuales 28 son óleos, entre los que se encuentra ésta titulada Tête d’estudio y algunos retratos a dibujo como el de D. Leopoldo Centurión, además de caricaturas.

A sus 32 años, el pintor ya tiene un completa formación académica. La asimilación del posimpresionismo ya puede empezar a verse en sus paisajes y también a través de sus escasos retratos que se conservan, como éste pintado al óleo sobre tabla, no se cuentan más de 20 a lo largo de toda su trayectoria artística. Desconocemos si se trató de un encargo que realizó viajando a Caacupé, célebre localidad a 54 kilómetros de la capital por su santuario mariano, o era un compromiso por amistad, pero lo cierto es que en Caacupé se dedicó a varios pintar paisajes de los cuales algunos de conservan en colecciones privadas y en el Museo Nacional de Bellas Artes en Asunción.

Una inscripción al dorso lo identifica como el viejo Dionisio en italiano. Más bien parece un adjetivo cariñoso pues el representado, a pesar de pelo y barba cana, mantiene una mirada hacia el espectador firme y serena con ciertos ecos del romanticismo.

La obra también estuvo presente en la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº 2).

La Cala, Villajoyosa

LA CALA, VILLAJOYOSA

Témpera / cartón Firmado, titulado y fechado: “La Cala/ Villajoyosa/ 2-9- 1922” (ang. superior. Izda.) Inscripción: “Julián de la Herrería/1924” (ang. inf. izdo.) Medidas: 29 x 49 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5156 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- O8

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 16). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 63.

En las primeras décadas del siglo XX, Villajoyosa es una pequeña ciudad de la costa alicantina en que la que el pintor se instaló hasta que se trasladó a Manises, allí pasó el verano y comenzó a realizar sus primeras piezas cerámicas como un pequeño panel cerámico que se conserva en esta colección, fruto de sus primeros dominios en el aprendizaje de la técnica.

Además, allí, como suele hacer a diario, toma apuntes del natural, pinta al aire libre y sobre todo se dedica dibujar rincones costeros de los alrededores como éste en el que la captación de la luz crepuscular es un buen ejemplo de lo aprendido en las clases de Joaquín Sorolla (Valencia, 1863- Cercedilla, Madrid, 1923) en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En este momento también utilizó recursos similares a los de los impresionistas – a quienes admiraba – cuando pintó diversos motivos en la costa del Mediterráneo y resueltos en dorados. Lo más interesante en esta composición es la captación de la luz y en el tratamiento plástico de la misma con el contraste de las gamas calientes y frías.

Por estos años el artista trabaja con frecuencia en pequeños bocetos realizados a la acuarela. Su estilo parece verse influenciado por la fluidez y frescura de la técnica acuarelista.

Como señalaba Josefina en su biografía, la pintura bien podría titularse Oro y azul. Oro la tierra: un oro de tesoro antiguo, al cual el sol suma el suyo, nuevo siempre. Y el azul, el mar, casi igual al cielo; añil concentrado de siglos. (…)

Estuvo presente en la primera exposición retrospectiva celebrada en Asunción, 1939 en Casa América y en otra muestra póstuma (1909-1957) que conmemoraba el 20 aniversario de su fallecimiento (nº 16) y que se celebró en la sala del Archivo Nacional en Asunción durante los meses de julio y agosto de 1957.

Peñón, Costa de Santander

PEÑÓN, COSTA DE SANTANDER

Óleo, témpera / cartón Firmado y fechado:” Julián de la Herrería / Santander / 1924” (ang. inf. dcha.) Medidas: 34 x 42 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5159 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- O11

Bibliografía: Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Andrés Campos Cervera asimiló bien la lección sobre el luminismo de su maestro de juventud, Joaquín Sorolla, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, y puede decirse también que fue un hábil colorista que imprimió un estilo alegre a sus paisajes durante su estancia en España, plasmando sobre el papel y el cartón numerosos rincones costeros desde el norte al sur, en la que su realismo inicial avanza hacia una pintura de factura más libre y suelta. Sin duda, bajo el influjo parisino y de las vanguardias que imperaban en la capital francesa, el pintor pudo observar a través de las galerías y los Salones que frecuentaba visitar que el academicismo comenzaba a ser cosa del pasado.

El tratamiento de la luz es muy similar al empleado al realizar otra composición marina anterior pintada en Villajoyosa1 . La incidencia lumínica en las rocas del peñón captados desde lo alto lo resuelve con una pincelada vibrante, llena de matices contrastado con el reflejo del agua, las reverberaciones y una línea del horizonte muy elevada donde se percibe un velero a lo lejos y unas nubes blancas.

Es un artista que pinta al aire libre y lo que más le interesa en este momento es la captación de la luz, los modernos contrastes lumínicos en los que llega a emplear hasta el violeta en primer y segundo plano de la marina, como otro profesor, Antonio Muñoz Degrain (Valencia, 1841-Málaga,1924), un pintor simbolista vinculado también a la Escuela de Bellas Artes de Madrid como docente desde 1895 y que ocupa la cátedra de paisaje.

Realizó una serie de vistas de Santander, desde 1921 a 1924, ya que desde su vuelta a España suele visitar a parientes por línea materna que viven en Cantabria.

1. Ver nº 5156 CA

Retrato de mujer

RETRATO DE MUJER

Acuarela / cartulina Firmado y fechado: “Campos Cervera / Madrid/ 1924” (ang. inf. dcha.) Medidas: 38 x 50 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5161 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P2

Bibliografía: Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Retrato de una mujer hasta el busto en acuarela realizado en Madrid durante una de sus estancias que durante la década de los veinte y treinta resultaron ser bastante frecuentes debido a diversos motivos, allí vivió su hermano, expuso varias veces y visitaba a los amigos que conoció mientras fue alumno de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.

Colorido empleado de una manera fauvista en la que el predominio de los azules prevalece sobre el resto.

Este tipo de acuarelas representando ‘cabezas’ las presentó también en Asunción junto a vistas madrileñas en la exposición: Julián de la Herrería. Motivos Nacionales. Junio de 1929 en el Gimnasio Paraguayo, tal y como figura en el catálogo.

Óleo / lienzo Ca. 1920 - 1929 Medidas: 65,5 x 47,5 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5158 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- 10

Bibliografía: Catálogo de exposición en el Salón Belvedere. (11-18 de abril de 1920) Asunción: nº 23. Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada. (1986). El Paisaje paraguayo en la pintura. Catálogo Exp. Galería Las Margaritas, Areguá: Fundación de La Candelaria.

A las puertas de la ciudad de Asunción, el Dr. Cristóbal Campos Sánchez y su esposa Aurelia Cervera de la Herrería de Campos adquirieron una propiedad de más de cinco mil hectáreas que se extendía casi desde la actual Villa Morra a la vecina San Lorenzo, donde edificó una casa y plantó árboles, bautizada con el nombre de la esposa Villa Aurelia; el Doctor Campos se abocó a diversas tareas culturales, fue uno de los cuatro fundadores del Colegio Nacional, dictó cátedras en la Universidad y ejerció el periodismo.

Andrés es el más pequeño de los hijos varones y tiene un año cuando su padre es asesinado en 1889; poco después en 1890, su viuda, Doña Aurelia, se trasladó a vivir a Asunción con sus siete hijos. Posteriormente parte de la venta de esta finca le permitirá a Andrés estudiar pintura y realizar algunos de sus viajes por Europa.

Este paisaje fue realizado durante la primera de sus estancias en su ciudad natal a principios de la década de los veinte cuando regresa tras pasar doce años en Europa. Sin firmar, lo cual resulta extraño. Pero vemos que figura un óleo con este título en la primera exposición individual en Asunción en abril de 1920 en el Salón Belvedere (nº 23 del catálogo) donde se ha dedicado, desde su regreso a pintar paisajes –Encarnación, Caacupé– y en los que no podía faltar Villa Aurelia.

La profundidad de la obra, de equilibrado esquema compositivo se resuelve alternando las verticales que perfilan los esbeltos árboles con el plano horizontal del camino con todo un juego cromático de luces y sombras propias de lo aprendido en Madrid y más tarde en París donde terminará de formarse como pintor.

El artista está considerado como miembro de la primera generación de pintores paisajistas del Paraguay junto a Alborno, Samudio y Delgado Rodas, siendo el más joven de este grupo y con ellos realiza la primera exposición de artistas paraguayos en 1933 en Buenos Aires como ceramista. En sus paisajes, suelen estar ausentes los árboles en flor y las palmeras, aunque hay excepciones, como en este caso, en el que muestra la exuberancia de su tierra porque le interesa el hecho natural en la que el color, sobre todo los azules, por los que siente especial predilección, lo utiliza para las plasmar las sombras y los verdes, obteniendo ricos acordes cromáticos.

Este mismo tipo de composiciones paisajísticas las empleó en su segundo viaje para realizar murales en cerámica esmaltada que se encuentran repartidos por diversos edificios del centro histórico de Asunción1 y también óleos que se expusieron en 1929.

La Salamanca

LA SALAMANCA

Óleo / lienzo Firmado y fechado: “Julián de la Herrería / 1933” (ang. inf. izda.) Al dorso: inscripción posterior Medidas: 52 x 65 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5154 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- O3

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 10). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro, p. 323. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, pp. 31-32; 124 (1986). El Paisaje paraguayo en la pintura. Catálogo Exp. Galería Las Margaritas. Areguá: Fundación de La Candelaria.

El paisaje de La Salamanca que, por entonces en pleno conflicto bélico con Bolivia, era un lugar que quedaba a las afueras de Asunción y al que podía salir a pintar lo plasmó al óleo en cuatro ocasiones y en diferentes horas del día. Es un buen ejemplo de cómo son los últimos lienzos del artista y representa su momento culminante en la que prima la calidez tonal, el empleo de gamas calientes en esa reinterpretación cromática de ese lugar al que siempre le acompañaba otro pintor asunceno, su amigo Jaime Bestard1. Apuntaba Josefina en su biografía lo siguiente:

«ambos artistas liaban sus bártulos y se iban muy temprano a pintar. Lo hacían muy cerca uno del otro, por lo cual los cuadros pintados por ambos eran los mismos motivos».

Es cierto que él sintió preferencia por el paisaje a la hora de elegir sus temas, en cualquiera de sus versiones, la figura le atrajo de una manera casi anecdótica salvo en casos muy puntuales y se diría que casi por compromiso. Sus obras, como señalaba Ticio Escobar, persiguen la construcción rítmica, la forma y el color per se y las impregna un penetrante lirismo.

Es precisamente con Julián de la Herrería y esta primera generación de pintores paisajistas cuando Paraguay adquiere su propia identidad plasmada en paisajes locales y acomete la modernización de su pintura con un lenguaje más o menos renovador que, sin llegar a abandonar el academicismo, le añadirá esa influencia postimpresionista aprendida en Europa.

Estuvo presente en la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº10).

1. Jaime Bestard. Óleo titulado La Salamanca con Josefina y Julián al borde del río, firmado en 1934 en la colección y expuesto en el Espacio Josefina & Julián. Ver nº 5372 CA.

Seca

SECA

Óleo / tabla Firmado y fechado: “Julián de la Herrería/ 1933” (ang. inf. dcha.) Medidas: 36 x 45,5 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5153 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- O2

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 11). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, pp. 118-124. (1986) El Paisaje paraguayo en la pintura. Catálogo Exp. Galería Las Margaritas, Areguá: Fundación de La Candelaria.

Durante 1933 y en pleno conflicto bélico con Bolivia en la llamada Guerra del Chaco y con la consiguiente recesión económica que sufría el país, el artista y su mujer viven en Asunción, a pesar de esta situación no falta el trabajo, él se dedica a pintar en su taller algunos encargos y a instalar un nuevo horno para cocer sus piezas.

Con sus amigos los pintores asuncenos considerados la primera generación de paisajistas: Pablo Alborno (1875-1959); Juan A. Samudio (1880-1935); Modesto Delgado Rodas (1884-1963) y Roberto Holdenjara (1900-1984) emprende el proyecto de realizar una exposición en la Asociación Paraguaya de Buenos Aires que resultó todo un éxito1. De este mismo año, 1933, se celebró también el Primer Salón de Primavera, iniciativa que realizó con otro destacado pintor y amigo que como él había estado viviendo en París, Jaime Bestard y ese mismo invierno presenció una de las más severas sequías en sus salidas por los alrededores de Asunción. El artista pintó algunos cuadros y esta tabla recoge el momento álgido de la falta de agua, del campo seco y de la aridez que sufre la tierra en plena canícula estival que queda resumido en este paisaje titulado Seca en la que plasma un solitario árbol en medio de un camino y varias palmeras al fondo, con una línea del horizonte bajo y empleo de una pincelada muy empastada en la que solía intervenir el uso de la espátula.

Por otra parte, con este cuadro de pequeñas dimensiones, Julián de la Herrería ya demostraba lo que era pintar un paisaje para él; ponerse ante él y directamente, au plein air, pintarlo intentando captar la luz, la sequedad del ambiente con el menor número de detalles y con un marcado acento postimpresionista.

La tabla, fue seleccionada por Josefina para figurar en la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº 11).

1. Primera Exposición de Artistas Paraguayos en Buenos Aires. Sólo presentó obra cerámica. La Asociación Paraguaya estaba ubicada en la calle Esmeralda 135 y en la portada del catálogo aparece una xilografía de Julián de la Herrería.

Camino a Lambaré

CAMINO A LAMBARÉ

Acuarela y témpera / cartulina 1934 Medidas: 365 x 525 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5162 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P4

Bibliografía: Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Paisaje que representa a dos árboles en un cerro de abundante copa y fino tronco, pintado con acuarela y témpera en 1934 mientras reside en Asunción, poco después emprenderá el último viaje a España con Josefina, falleciendo en su casa de Manises en 1937.

Resuelto con pinceladas muy sueltas y con un colorido muy candente, es una composición abocetada plasmada del natural de esta localidad próxima a Asunción que el artista visitó ocasionalmente y que resultó ser fuente de inspiración para algunas composiciones y que también realizó sobre azulejos, así del 1 al 8 de junio de 1929 en Asunción presentó un panel cerámico con este mismo título (nº 61 del catálogo)1 .

1. Con motivos nacionales, Julián de la Herrería presentó una gran exposición de cerámica en el Gimnasio Paraguayo, cincuenta ‘panneaux’ (tal y como figura en el catálogo) además de platos y objetos varios.

Portman (Murcia)

PORTMAN (MURCIA)

Témpera, acuarela / cartulina Ca. 1935 Medidas: 460 x 610 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5167 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P10

Bibliografía: Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Cerca de Cartagena, circundado por montañas que rodean la llanura costera se encuentra esta localidad murciana que el artista visitó y pintó al natural desde lo alto, donde toma buena cuenta de la panorámica que presenta este rincón del litoral, al igual que lo había realizado una década antes sobre Santander o Villajoyosa.

En la misma línea cromática que emplea en la década anterior en otras vistas costeras, el paisaje sigue siendo un pretexto para expresar el temperamento del artista que sigue interesado en los efectos de la luz, los contrastes cromáticos y en la observación de la realidad centrándose tan sólo en el paisaje y en el que la ausencia de figuras es una constante en estas marinas. Por lo tanto, prescindiendo de la anécdota como ocurre en el grabado en el que suele incluir algún personaje local, nos presenta un paisaje ideal, sintético y depurado que no escapa a las influencias de su naturalismo de juventud y al luminismo sorollesco.

Estuvo presente en la primera exposición retrospectiva celebrada en Asunción tras su fallecimiento, en Casa América, en 1939, junto a otras pinturas, grabados y cerámicas, elegidas por Josefina y que formaban parte de su colección.

Paisaje costero

PAISAJE COSTERO

Témpera, acuarela / papel pegado a táblex Ca. 1935 Medidas: 450 x 600 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5279 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. AD-20

Bibliografía: Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Consecuencia de sus trabajos estivales, realizados durante sus estancias con familiares y similar al Paisaje Portman (nº 5167 CA) esta vista más depurada y atenta al natural, la pintó desde lo alto, donde toma buena cuenta de la panorámica que presenta este rincón del litoral al igual que lo había realizado desde su regreso a España en 1921, primero en el norte y al año siguiente en el Levante.

Hay toda una evocación del impresionismo francés consolidado por el dibujo —Sisley, Pisarro...— y por un gusto modernista aprehendido en Madrid y París. En su etapa formativa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, uno de sus profesores fue Sorolla, quien transmitía a sus alumnos la pasión y el valor de la luz en el paisaje.

El estudio de los contrastes lumínicos es lo más destacado de esta composición que aparece en el Acervo de Josefina como autor desconocido y, sin embargo, en mi opinión es obra de Andrés Campos Cervera ya que existen obras muy similares a ésta dentro de su colección y el tipo de ejecutar las pinceladas es el mismo.

La Garrucha. Almería

LA GARRUCHA (ALMERÍA)

Témpera / cartón Firmado, titulado y fechado: “J. de la Herrería/ 3-7-1935” (ang. inf. izda) Medidas: 26,5 x 36 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5166 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P9

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 18). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Como es habitual en los paisajes de Julián de la Herrería, representa una vista de un pueblo andaluz a lo lejos, que aparece despoblado de personajes, identificado gracias a que además de firmarlo, incluye el título y la fecha, recuerdo de sus excursiones y viajes.

Este pueblo de la costa de Almería lo visitó acompañado por su mujer durante el verano de 1935 y sirve además para documentar cómo ese verano se dedicaron a viajar por diferentes localidades españolas, muchas veces con el pretexto de visitar a los familiares de Josefina.

Estuvo presente en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas. Más tarde, también lo eligió Josefina para figurar en la exposición retrospectiva (1909-1937) que se celebró con motivo del 20 aniversario de su muerte en el Archivo Nacional en Asunción entre los meses de julio y agosto de 1957 (nº 18).

Callejuela. Peñiscola (Castellón)

CALLEJUELA. PEÑÍSCOLA (CASTELLÓN)

Acuarela, lápiz conté/ cartulina Firmada, titulada y fechada: “Julián de la Herrería / Callejuela/ Peñíscola/ 12-6-1936” (ang. inf.) Medidas: 350 x 250 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5164 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P7

Bibliografía: Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 19). Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 135.

Callejuela. Peñíscola (Castellón)

CALLEJUELA. PEÑÍSCOLA (CASTELLÓN)

Acuarela, lápiz conté / cartulina Firmada, titulada y fechada: “Julián de la Herrería / Peñíscola/ 11-6-1936” (ang. inf.) Medidas: 350 x 250 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5165 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- P8

Bibliografía: Escobar, T. (2007). Una interpretación de las Artes Visuales en el Paraguay. Asunción: Servilibro. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 135. Lam. 6.

Durante la República y un mes antes del estallido de la guerra civil en España, en junio de 1936, el artista acaba de ser premiado con beca por el Ministerio de Instrucción Pública y se encuentra visitando Peñíscola. Como es habitual, allí aprovechó para tomar apuntes de varios rincones de la ciudad al lápiz, gouache, acuarela… con el propósito seguramente de grabar al aguafuerte alguno de estos paisajes urbanos en plancha.

En esa localidad pasan quince días gozando de la hospitalidad de otros parientes de su esposa y pinta al menos diez acuarelas y lápiz Conté que muestran el rastro de la visión fauve. Esas luces azuladas y malvas corresponden a la hora del día en el que fueron plasmados, al amanecer.

La elección de los encuadres y el tratamiento compositivo nos recuerda a los grabados realizados sobre Villajoyosa desde 1921. La obra se expuso primero en Casa América en Asunción (1939) en la primera muestra póstuma del artista junto a otros platos y pinturas y entre los meses de julio y agosto de 1957 en la sala del Archivo Nacional, exposición retrospectiva (1909-1957) que conmemoraba el 20 aniversario de su fallecimiento (nº 19).

CARTEL DE LA EXPOSICIÓN. JULIÁN DE LA HERRERÍA CERÁMICAS. MOTIVOS NACIONALES

Acuarela y tinta / papel Firmado a tinta con anagrama: ‘JH’ Asunción, junio, 1929 Medidas: 700 x 495 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5260 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- OP-11

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

El cartel es un medio de comunicación visual que, por lo general, aúna dos elementos: la imagen y el mensaje escrito, este medio de expresión gráfica, que había nacido en Francia a finales del siglo XIX, fue ampliamente utilizado desde entonces por los artistas para publicitar sus exposiciones. Andrés Campos Cervera también empleó esta disciplina artística desde 1920.

Para divulgar su exposición de cerámicas en Asunción con motivos nacionales diseña un cartel muy sencillo y utiliza como tema un asunto que empleará para decorar ciertos platos y azulejos: Paraguaya con cántaro (cambuchí) o A la sombra del ybapurû y que los encontramos fechados en algunos ejemplares que se conservan en este museo en 1934, realizados en última estancia en Asunción (1932-1934) pero que continuará realizando en Manises durante 1935.

La muestra se celebró a principios del mes de junio de 1929, supuso para el matrimonio un éxito económico que les permitió comprar los pasajes para regresar a España. La vuelta en barco a principios del mes de octubre, se realizó con escala en Buenos Aires y finalizaron su travesía en Vigo donde visitan a familiares del artista, más tarde pasaron algunos días en Madrid, Murcia y finalmente se instalaron en Manises.

Andrés Campos Cervera firma el cartel con el seudónimo de ‘Julián de la Herrería’ que ya emplea para firmar sus piezas desde agosto de 1928. En 1927, viviendo en Asunción, comenzó a sentir la atracción por la cultura autóctona y los motivos nacionales. También en ese momento en Paraguay, algunos intelectuales protagonizan el resurgir y la defensa de su propia

cultura como Narciso R. Colmán1 que este mismo año publicó un extenso poemario en Asunción sobre Nuestros Antepasados y que el artista utilizará como referencia clave para crear en Manises sus series con ‘motivos guaraníes’ sobre mitos y genios a partir de 1930. Este diseño lo utilizará en varias piezas cerámicas, entre ellas, un plato firmado en 1934 y que se conserva en el Museo Julián de la Herrería2 y otro fechado en 1935 en la colección Hrisuk.

En este periodo, es abundante la producción de cerámica plana, es decir de azulejos decorados con tipos populares paraguayos, femeninos y masculinos, pintados o en cuerda seca, como este panel formado por dos azulejos, firmado en Asunción en 1929 que se encuentra en una colección particular en Paraguay y que repite en mismo modelo del cartel y que titula en guaraní Cuñataí porá (Jovencita linda).

El Gimnasio Paraguayo, sociedad donde se celebró la exposición, fue una importante entidad cultural que funcionó durante veinte años y que contó con su propia revista llamada Anales. Este organismo al servicio del arte, las letras y el deporte, había sido fundado en 1913 por exalumnos del Instituto Paraguayo que habían estado residiendo en el extranjero gracias a las becas concedidas por el Gobierno.

En 1929 Paraguay vive un momento de plena libertad política y cultural, Asunción cuenta con unos 70.000 habitantes y es una época de gran desarrollo cultural y económico bajo el mandato de José P. Guggiari que falleció asesinado en octubre de 1931 y que según Josefina asistió a la exposición.

En dicho catálogo figuran un total de ciento y seis piezas, de las cuales ochenta y tres son cerámicas y en su mayoría panneaux (paneles) con motivos propiamente paraguayos con paisajes y figuras en las que ya asoman los mitos guaraníes como la Leyenda del Ñandutí tanto en un plato como en un par de placas, lo que revela que esta serie nació a finales de la década de los veinte, así como el resto de la temática que se desarrolla en la década siguiente. Los motivos incaicos, aztecas, calchaquíes y por supuesto los guaraníes que comenzaron junto a otros más lejanos como los griegos fueron retomados una y otra vez sobre platos y recipientes con engobes, reflejos y cuerda seca hasta el final de su producción. Muchas veces empleando la técnica del estarcido para reproducirlos.

1. ÑANDE ĬPĬ CUÉRA (Nuestros antepasados) Poema guaraní, etnogenético y mitológico, con 800 págs. Edición 1929 – Asunción. 2. Ver nº 5070 CA; otro plato se conserva en la Col. Hrisuk (Paraguay)

Col. Privada. Paraguay

Foto cortesía Col. Hrisuk (Paraguay).

Carterl de la exposición: Julián de la Herrería y su discípula Josefina Plá. Cerámicas. Motivos guaraníes, precolombinos y malayos

CARTEL DE LA EXPOSICIÓN: JULIÁN DE LA HERRERÍA Y SU DISCÍPULA JOSEFINA PLÁ CERÁMICAS. MOTIVOS GUARANÍES, PRECOLOMBINOS Y MALAYOS

Gouache y tinta / cartulina Noviembre, 1931 Medidas: 430 x 270 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5259 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- OP-10

Bibliografía: (29 de noviembre de 1931). Arte y artistas. Cerámica de Julián de la Herrería y Josefina Plá. ABC. p. 52. Madrid. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada.

Cartel original con dibujo pintado al gouache y tinta para anunciar la exposición de cerámicas con motivos guaraníes, precolombinos y malayos que se inauguró el 28 de noviembre en Madrid de 1931 en el Círculo de Bellas Artes. Un diario madrileño, ABC en su sección Arte y Artistas anunciaba que entre ambos presentaban 152 obras. El crítico que redactó la noticia comentaba:

Estos artistas interpretan viejos estilos americanos precolombinos más o menos modernizados (…) Han obtenido en muchas piezas efectos afortunados mediante inteligentes estilizaciones de indudable originalidad.

Josefina como testigo y protagonista decía que, a la misma, estuvieron presentes muchos artistas y amigos que elogiaron las piezas cerámicas presentadas.

Para la presentación de la exposición, Julián de la Herrería y su discípula Josefina Plá desde 1927, realizaron varios carteles con caligrafía art decó para anunciar la muestra, en este caso el motivo representado es de inspiración andino, que recuerda a las cerámicas mochicas dentro de una reinterpretación muy elaborada y que el ceramista empleó sobre algunas piezas.

En la biografía sobre Andrés Campos Cervera, escrita por su viuda Josefina Plá, recoge las impresiones del acontecimiento y las críticas aparecidas en la prensa madrileña.

Cartel de la exposición. Círculo de Bellas Artes. Exposición de cerámicas de Julían de la Herrería y su discípula Josefina Plá. Motivos guaraníes, decorativa precolombina y malaya.

CARTEL DE LA EXPOSICIÓN. CÍRCULO DE BELLAS ARTES EXPOSICION DE CERÁMICAS DE JULIÁN DE LA HERRERÍA Y SU DISCÍPULA JOSEFINA PLÁ. MOTIVOS GUARANÍES, DECORATIVA PRECOLOMBINA Y MALAYA

Gouache y tinta / cartulina Madrid, noviembre, 1931 Medidas: 430 x 270 mm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5261 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- OP-12

Bibliografía: (29 de noviembre de 1931). Arte y artistas. Cerámica de Julián de la Herrería y Josefina Plá. ABC. p. 52. Madrid. Gil Fillol, L. (11 de diciembre de 1931). Nueva Manifestación de cerámica precolombiana. Ahora, nº 309, p. 26. Madrid. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 175. Romero, R. (1991). Narciso R. Colmán. El poeta de los guaraníes. Asunción: Ed. Ñandereko, p. 23.

Este cartel original es toda una obra de arte, por un lado, emplea para el diseño caligráfico letras art decó y por otro, la composición que dibuja en la mitad superior representa a una tribu indígena guaraní al gouache. El dibujo es un ejemplo destacado del pensamiento y la intencionalidad del artista al mezclar ambas ya que en las 152 piezas que presentó junto a Josefina, fusiona con gran acierto la cultura guaraní con el gusto occidental y la estética art decó que apreciamos en su obra a partir de la década de los años treinta del pasado siglo XX.

El cartel se ideó para anunciar la exposición celebrada en Madrid en el Círculo de Bellas Artes, inaugurada el 28 de noviembre de 1931, aunque no fue el único modelo. Andrés y su mujer Josefina Plá expusieron sus cerámicas con motivos guaraníes, precolombinos y malayos con gran éxito de público y de crítica como la que escribió Luis Gil Fillol para el diario Ahora o la del conservador y amigo, Luis Pérez Bueno en el diario madrileño El Liberal.

Andrés, desde su llegada a Madrid en 1907 para estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue socio desde 1921 de éste centro artístico creado en 1880 y que desde 1926 ocupaba el actual edificio en el número 42 de la madrileña y castiza, calle Alcalá y le gustaba frecuentarlo mientras vivió en la capital y cada vez que pasaba por la ciudad, así se lo recomienda a su buen amigo y compatriota el escritor, historiador, poeta, Juan Emiliano O’ Leary (1879-1969)1 que se encontraba por estas fechas en Madrid y que a través de una carta- fechada el 1º de abril de 1926 en Asunción-, le comentaba también que se había casado con Josefina Plá.

1. Fue el autor del prólogo del libro: Ocara Poty de Narciso R. Colman (…) Nadie antes que él ha pretendido aprovechar tan prodigio venero poético. Porque si alguien ha cantado a nuestra raza primitiva en castellano, nadie ha hecho vibrar su lengua, despertando sus dormidas armonías. Y es así como le corresponde el señalado honor de ser el poeta de la raza, ¡el primer poeta guaraní!

En otras actitudes, estos motivos guaraníes dibujados al gouache y que muestran a una tribu que escucha los versos del poeta Etiguara2, los podemos encontrar en algunas composiciones que se han conservado en colecciones privadas de Paraguay3 y que muestran su destreza con el dibujo, a pesar de que prácticamente se concentre en realizar piezas cerámicas.

También esta misma tribu la encontramos en uno de los platos más apreciados por el ceramista en la década de los 30 titulado Etiguara y que presentó en el Círculo de Bellas Artes. Como podemos ver, en la mitad superior del plato, se trata de la misma composición y, de hecho, el cartel conserva unas líneas de puntos por todo el dibujo que demuestran que le sirvió de plantilla para perfilar los contornos del dibujo en el plato, es decir de la técnica del estarcido.

Etiguará (1930). Loza esmaltada y cuerda seca.

2. Fue un poeta guaraní cuando la lengua era puramente oral. 3. Gouache que representa una fila de indios en la colección del Grupo Liebig (Asunción).

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MÁSCARA MORTUORIA ANDRÉS CAMPOS CERVERA (Asunción, Paraguay, 1888-Manises, España, 1937)

Vaciado de yeso pintado Manises, 11 de julio de 1937 Medidas: 24 x 17 x 9 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5276 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. AD-17

Bibliografía: Almada Roche, A. (2011). Josefina Plá. Una voz singular. Asunción: Grupo Editorial Atlas, pp. 223-224. Catálogo Exposición Retrospectiva. (julio-agosto 1957). Julián de la Herrería. Asunción: Archivo Nacional. (nº 60). Moreno Arroyo, J. Mª. (23 de octubre de 1987). Andrés Campos Cervera el paraguayo que vino a morir a Manises. Las Provincias, p. 44. Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada, p. 148. (1957). Julián de la Herrería. Recuento del arte. Asunción: Diálogo, Cuadernos de la Piritita, 2.

Entre los objetos personales de “Julián de la Herrería” que Josefina Plá donó a la AECID, además de sus libros de técnicas cerámicas, la caja del pintor, sus retratos y pinceles, se encuentra esta máscara funeraria obtenida por la técnica del vaciado de yeso con el objeto de obtener un retrato en tres dimensiones positivo del rostro, el 11 de julio de 1937. Esta costumbre existía desde el antiguo Egipto y persistió hasta el siglo XX en particular en el funeral de los próceres y grandes hombres.

Josefina en la biografía del artista señalaba:

Una sábana cubre el cuerpo del artista. Ayudados por la viuda, dos viejos amigos, Antonio y Casimiro, sacan la mascarilla. Tardan un poco en hacerlo porque no se ha conseguido lo bastante pronto el yeso; por ese mismo motivo no es posible ya sacar el molde de las manos.

Lamentándose no haber podido realizar un molde de las manos, dos años más tarde e instalada definitivamente en Asunción, Josefina escribirá un poema muy lorquiano dedicado a Julián.

Máscara mortuoria. Andrés Campos Cervera

Tus manos

De las más hondas raíces se me alargan tus manos, y ascienden por mis venas como cegadas lunas a desangrar mis sienes hacia el blancor postrero y tejer en mis ojos su ramazón desnuda.

En mi carne de estío, como en hamaca lenta, ellas la adolescente de tu placer columpian. -Tus manos, que no son. Mis años, que ya han sido. Y un sueño de rodillas tras la palabra muda-.

...Dedos sabios de ritmo, unánimes de gracia. Cantaban silenciosos la gloria de la curva: cadera de mujer o contorno de vaso.

Diez espinas de beso que arañan mi garganta, untadas de agonía las diez pálidas uñas, yo los llevo en el pecho como ramos de llanto.

Josefina Plá (1939)

Estuvo presente en la exposición retrospectiva del artista en Asunción, Josefina la eligió de entre los objetos que se presentaron junto a su obra y que conmemoraba el 20 aniversario de su fallecimiento en los meses de julio y agosto de 1957 en el Archivo Nacional poco después de que el depósito de sus obras en el Museo Nacional de Cerámica de Valencia fuese entregado a su viuda a finales de 1956.

Muchos años después, un cronista de la ciudad de Manises, nos da noticias de su vida y de su época, aunque comete algunos errores importantes, sin embargo, es primordial reseñar ciertos datos que nos aporta para añadir a su biografía como el hecho de que es mucho más mayor que el resto de los alumnos que asisten a la Escuela de Cerámica en la que imparten clases: González Martí; Antonio Bosch; Constantino Gómez, Sánchez Ocaña y Vicente Vilar que además de ser el director, fundador y ceramista fue el dueño de una de las fábricas más importante de la ciudad y que falleció unos meses antes, en febrero, asesinado en plena Guerra Civil. Se convirtió en un buen amigo y solía frecuentar su casa para hablar sobre sus avances técnicos en cerámica. Residía, antes de casarse con Josefina, en la fonda de la Calle Mayor y posteriormente vivió con ésta en el 6 de la calle Obradors donde falleció el 11 de julio de una endocarditis.

Al entierro, celebrado al día siguiente, asiste un reducido grupo de amigos: Enrique Segarra Marcos, el Dr. Gargallo, Antonino y Casimiro (quienes sacaron la mascarilla del difunto), otros amigos, estudiantes, y el cónsul de Paraguay en Valencia D. Carlos Dupuy de Lome, y la viuda, que, en contra de la costumbre de entonces, acompaña el féretro al cementerio. Fue enterrado en el nicho 22, de la sección 7.ª; el 24 de julio de 19861 sus restos fueron trasladados al panteón familiar de Villajoyosa y finalmente reposan en el panteón familiar, cementerio español de la Recoleta en Asunción donde

1. Pocas semanas después del retorno de las cenizas a la Patria, se produce el robo de diez piezas cerámicas del Museo de Julián de la Herrería cuyo listado incluimos en este catálogo, además de otras incluidas en el Acervo de Josefina que también desaparecieron del Museo.

podemos encontrarnos en la fachada del oratorio del camposanto, unos bellos paneles cerámicos en cuerda seca realizados por el artista en Villa Aurelia con la imagen de la antigua Virgen de Caacupé como tema central y bajo ésta una oración dedicada a la Virgen a modo de poema, escrita y firmada por Josefina Plá. Villa Aurelia/ Asunción/ XII- VIII- XXVI/ Campos Cervera.

En su certificado del acta de defunción que conservó su viuda y facilitado por cortesía de D. Ariel Plá firmado por el Juez Municipal de Manises y el secretario el dos de agosto de 1937, D. Miguel Llobregat Cervera señalaba que al inscribirlo en el Registro Civil:

(…) Andrés Campos Cervera, de cincuenta años de edad, natural de Asunción estado del Paraguay, hijo de Cristóbal y de Aurelia, domiciliado en calle de las Fábricas, piso alto, de profesión artista (pintor) y de estado casado con Josefina Pla Guerra de cuyo matrimonio no deja descendencia alguna, falleció en su domicilio el once de julio a las doce y quince minutos, a consecuencia de una insuficiencia mitral (Endiocarditis) y su cadáver habrá de recibir sepultura en el cementerio de esta ciudad; esta escripción se practica en virtud de manifestación verbal de Enrique Segarra Marcos, amigo del finado (…) y habiéndose presenciado como testigos Ricardo Royo Botet y José Navarro Folgado mayores de edad y vecinos de Manises. (…)

Asimismo, un detalle emotivo nos fue relatado en una conversación mantenida a principios de diciembre de 2019 con D. Ariel Plá en la antigua casa de Josefina, comentaba que en el momento del entierro de su marido, había depositado bajo su cabeza, dentro del féretro, toda la correspondencia que habían mantenido durante su noviazgo, es entonces, cuando Josefina pidió recuperar esas cartas2 y traerlas de vuelta a Asunción junto con sus cenizas a su sobrino político, encargado de viajar a Manises a exhumar los restos para traerlos de vuelta a Asunción.

2. En preparación la edición de la correspondencia mantenida durante el noviazgo de Josefina con Andrés a cargo de la Dra. Ángeles Mateo del Pino. Prof. Titular de Universidad de las Palmas de Gran Canaria y experta en su obra literaria y poética.

Panel Cerámico Virgen de Caacupé. Oratorio del cementerio español de La Recoleta. Asunción

Detalle de la firma en Villa Aurelia. Asunción (1926)

Simple ruego por el ausente esperado

Para el recuerdo de Andrés Campos Cervera - (Julián de la Herrería)-, que era de mi amistad y de mi sangre.

Yo te esperé: eras como un hermano cuya mano se busca, para oprimir los labios calientes de una herida.

Y faltaste, hermano: te quedaste sin voz cuando todos rogaban tu presencia.

Pero vino tu sombra: nada más que tu sombra, hermano ausente.

Abrió la boca antigua, todavía sellada, y dejó florecer sobre los labios duros esta solicitud de perdón por la ausencia:

“...Ya he devuelto a la tierra lo que era de la tierra, pero os queda a vosotros lo que seré mañana”.

No me lloréis, hermanos: estoy entre vosotros. Ya no me lleva el tiempo con sus manos de leguas, ni me oprime los ojos la forma del espacio.

» Mi vestidura flota sobre el Alba y la Noche, más allá del recuerdo. Mis avatares buscan otro vaso más puro, para infundirme un cuerpo que regrese a vosotros».

Calló tu voz: sentimos que temblabas de frío, pensando en que podrías sufrir otra caída.

Como quien se defiende de una angustia indecible, murmuré, como un rezo, tu súplica inefable:

«Ya no me lleva el Tiempo con sus manos de leguas ni me oprime los ojos la forma del espacio...».

Hérib Campos Cervera (1905-1953)

Panteón Campos Cervera. Cementerio Español de la Recoleta. Asunción Foto: María Blanco.

CAJA DEL PINTOR JULIÁN DE LA HERRERÍA

Medidas: 45 x 30 x 6 cm Procedencia: Donación Josefina Plá, 2017. AECID Nº de Inv. 5258 CA Nº inv. anterior Colección Josefina. JH- OP-1

Bibliografía: Plá, J. (1977). El Espíritu del fuego: biografía de Julián de la Herrería. Asunción: Imprenta Alborada

Estuche rectangular de madera con asa metálica para facilitar su transporte y que contiene en su interior dos paletas, ambas con restos de pintura; una de ellas, la de menor tamaño con dos pequeños tinteros. Muy desgastada por el uso, el artista la utilizó hasta 1934, fecha de su último cuadro, en este maletín llevaba sus pinceles, pinturas y paletas para pintar al aire libre –au plein air– tal y como le habían dictado algunos de sus profesores de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.

En su biografía, Josefina Plá, relataba que cuando se encuentra en Asunción antes de su último viaje a España en octubre de 1934 era frecuente que el artista saliera por los alrededores de la capital a pintar: Caacupé, La Salamanca, Villa Aurelia…una vez que llega a Manises se dedica a tomar apuntes del natural para trasladarlos a la plancha, dibuja al gouache plasmando algunos paisajes sobre todo costeros, viajes en la época estival para visitar a familiares de Josefina y sobre todo, trabaja en piezas de cerámica.

Es posible que la caja ya se quedara en Asunción en 1934 o que la trajera Josefina en su equipaje cuando regresó a Asunción en 1938 pues es un elemento muy personal en la vida de un artista.

Caja del pintor Julián de la Herrería

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