¿ES INMORTAL EL ALMA DEL HOMBRE?
Por mucho tiempo ya, gran cantidad de personas que se identifican con el cristianismo, han profesado la costumbre de creer que el alma del hombre es inmortal; tristemente esto lo hacen sin estudiar en las Escrituras hay pruebas de ello. Lo más alarmante es que la frase exacta: “inmortalidad del alma”; no aparece en ningún pasaje de la Biblia. Para entender este tema, según la misma Escritura, lógicamente debemos estudiar los pasajes que nos pueden dar luz acerca del tema. Pero antes de tratar de la inmortalidad del hombre debemos entender, el término en su origen, para esto vamos ver que dice la Escritura acerca de Dios, quien es inmortal. DIOS ETERNO
“Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a El sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén” “Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, la cual manifestará a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén.” 1 Timoteo 6 En estos pasajes vemos detalles importantes:
1-Dios es Eterno. (no tiene principio ni fin) 2-Dios es Inmortal (no muere nunca) 3-Dios es el que da vida a todas las cosas. 4-La vida será manifestada en la Parusía de nuestro Señor Jesucristo 5-Dios es el Único que tiene inmortalidad. Cuando decimos que Dios es inmortal, no solamente entendemos que no muere, entendemos que su Vida se sustenta en sí mismo, mejor dicho la Inmortalidad de Dios es proveniente de El mismo. A Dios nadie le dio vida, Él es el inicio de todo lo que tiene vida. “Porque, así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo” San Juan 5:26 LA VIDA ETERNA EN JESUS
En San Juan 5:21, Jesús nos dice que El confiere vida a sus hijos, esta es la nueva vida en Cristo, sin embargo, esta vida que el Señor nos dio, va a ser aumentada al final, cuando por su gracia entremos a Vida Eterna.
“y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien abolió la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio” 2 Timoteo 1:10 ¿Ve usted que antes de Jesucristo, lo que prevalecía era el reino de la muerte? Fue Jesucristo quien trajo la vida y la recompensa de la inmortalidad a todo aquel que crea en El por medio de sus palabras. “De cierto, de cierto les digo: Viene el tiempo y ahora es, en el que los muertos escucharán la voz del Hijo de Dios, y los que la escuchen vivirán.” “De cierto, de cierto les digo: El que escucha mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no va a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.” Juan 5:26 Es necesario recalcar varios detalles importantes: 1-Dios por su Soberanía abre los oídos de los muertos espirituales por causa de el pecado original, para que, a pesar de estar muertos, puedan escuchar Su Palabra, y así reciban vida, o sea vengan a resurrección de entre los muertos. 2-Es promesa de Dios, que todo aquel que cree en El Hijo, tiene reservada la vida eterna. 3-El que cree en el Hijo de Dios, se escapa de la condenación, el juicio de Dios. El que conoce la vida y ministerio del Hijo de Dios, sabe que antes de que viniera Jesucristo, el ser humano por sí mismo, sólo tenía como alternativa, la muerte física y últimamente la muerte espiritual.
Hoy por hoy, todo aquel que no tenga a Cristo y su Palabra, está no solamente muerto en sus delitos y pecados, le espera la condenación del juicio final. EN EL PRINCIPIO: El huerto en Edén.
¿Qué mejor fuente de estudio de este tema que el propio libro de Génesis, el cual nos da detalles importantes sobre la naturaleza de el ser humano? Aprovechemos pues para ahondar nuestro conocimiento, estudiando los capítulos que nos hablan de los días cruciales en que el hombre fue formado por el Creador. Adán fue constituido un “alma viviente” después de la fusión del cuerpo y del soplo de vida, no antes o separadamente, leamos Génesis 2: 7: “Entonces Yahweh Dios formó a Adán del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida. Y fue Adán un alma viviente. Génesis 2:15 nos indica, que Adán no fue formado en el huerto del Edén, sino que después de haber sido formado por Dios, fue puesto en el huerto, con varios propósitos: 1-para que lo labrara 2- lo protegiera 3- y como veremos adelante para que tuviera vida continua “Luego, tomando Yahweh Dios a Adán, lo puso en el huerto de Edén para que lo labrara y lo protegiera.” Ahora aquí viene lo importante:
La Escritura dice que Dios, fue el que plantó el huerto en Edén: “Y desde el principio Yahweh Dios plantó un huerto en Edén” Génesis 2: 8 Sigamos leyendo, Génesis 2: 9 “Y Yahweh Dios hizo que brotara de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para alimento. También, en medio del huerto, estaba el árbol de la vida, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.” ¿Se da cuenta el lector, que la única forma en que Adán pudiera acceder y asegurar la continuidad de su vida, era a través del árbol de la vida, y que esta oportunidad se le dio cuando fue puesto en el huerto, que es donde estaba el árbol de la vida? Una nota importante, aunque eso es otro tema, es que también esto mismo aplica para el árbol del conocimiento del bien y del mal. El caso es que Adán, cuando fue creado no tenía en su propia naturaleza algo que le hiciera eterno, no fue sino hasta que entró al huerto del Edén y pudo comer del árbol de la vida, que su naturaleza fue protegida de la muerte física, y su obediencia (comunión con Dios) le protegía de la muerte espiritual, veremos cómo es que funcionaba esto. No hay duda que Adán tenía familiaridad con el concepto de la muerte, es muy probable que pudiese presenciado la muerte de algún animal o planta; a mas decir, él fue tomado de un lugar de cardos y espinos. Adán perdió su acceso a la vida eterna al desobedecer a Dios. Recordemos que esta vida eterna no es inmortalidad, (Solo Dios es Inmortal) sino que es vida continua sin repercusión de muerte, condicionada a estar en comunión con Dios, en este caso en particular le daba acceso directo a Adán a alimentarse del árbol de la vida.
“Entonces dijo Yahweh Dios: He aquí, Adán ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer el bien y el mal. No vaya a suceder ahora que extienda su mano y tome también del árbol de la vida y coma y viva para siempre. Enseguida Yahweh lo expulsó del huerto de Edén para que labrara la tierra de donde fue tomado.” Génesis 3: 22-24 Desde la caída de Adán y Eva, el ser humano perdió su acceso a la vida, hasta que llegó Jesucristo, quien nos promete el acceso a la vida eterna, pero sólo a los que creen en El, los demás están destinados a morir en el lago de fuego y azufre que es la muerte segunda. Por la Gracia de Dios hay una promesa para el hombre: “El que tenga oídos, entienda lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de mi Dios.” Apocalipsis 2:7 ¿Ve como de nuevo sale a luz el árbol de la vida y la promesa para los elegidos de poder comer de Él? Nos dice que en medio del Paraíso está el árbol de la Vida, Pablo en 2 Corintios 12: 1-4, nos dice que el paraíso está en el tercer cielo. Apocalipsis 22:1,2 y 14 dice:
“Luego me mostró un río de aguas vivas, resplandeciente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la amplia calle de la Ciudad, y cerca del río, a ambos lados, se encontraba el árbol de la vida. Dichosos los que ponen por obra sus mandamientos, para que obtengan el derecho al árbol de la vida y entren por las puertas de la Ciudad. “ TODA ALMA QUE PECARE
En el libro de Ezequiel 18:20, encontramos ilustrada la condición del hombre que no tiene a Jesucristo: “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.” Todos entendemos que Romanos 3: 10 -11 declara: “No hay justo ni siquiera uno, no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios” O sea que el alma del hombre no es inmortal.”
Y no sólo eso, en Romanos 3: 23 se nos dice: “por cuanto todos han pecado, y se encuentran privados de la gloria de Dios” No existe hombre alguno que pueda ser salvo por su justicia. Ahora bien, examinemos que el pasaje de Ezequiel nos revela que las almas (no el cuerpo) de los pecadores morirán. Así que la muerte del alma es un peligro inminente a todo aquel que no tenga a Cristo. En 2 de Pedro, 2:12 se nos dice que los impíos en el día del juicio serán primeramente atormentados (verso 9) y luego serán destruidos, “como bestias mudas para matanza y destrucción. En el Salmo 37: 9 dice: “Porque los malhechores serán exterminados.” Y en el verso 10 leemos: “un poco más y no existirá el impío; buscaras con cuidado su lugar, pero él no estará allí.” ¿Por qué creen ustedes que al lago de fuego que arde con azufre se le llama la muerte segunda? La respuesta a esta pregunta la hallamos en otra pregunta: ¿Cuál es la primera muerte? La primera muerte es la del cuerpo, la segunda es la del alma. Si todavía hay dudas que Dios va a destruir el alma de los impíos, leamos lo que dijo Jesús en Mateo 28:10:
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” ¿Se dio cuenta? Aparte del lógico mensaje de que nuestro temor debe ser indiscutiblemente hacia Dios, aquí aparecen las dos muertes, la muerte del cuerpo y la muerte del alma, y de esta última Dios como ejecutor de ella. La verdad es que el los que han muerto sin la justificacion de Dios, el día del juicio, a la final trompeta, resucitarán y conjuntamente con los impios que están vivos, serán motivo del juicio de Dios, tendrán que dar la cara por su rebelion, incluido satanás; y luego serán echados al lago de fuego, en donde perecerán eternamente. No cabe la menor duda, que a la pregunta : ¿Es inmortal el alma del hombre? La respuesta es rotunda: No el alma del hombre no es inmortal. Pero, eso puede cambiar para todo aquel que oye y decide obedecer a Cristo, porque El tiene prometida la vida Eterna a toda aquella alma que así actue.
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