Es natural que la lucha entre el espíritu y la carne, de la cual Gálatas 5 nos habla, siempre tenga al cristiano en vilo. Y es justamente por eso que el pasaje de Santiago 4:8: ¡Acercaos a Dios! retumba en nuestras mentes, muchas veces con un eco de acusación y no de consuelo.
Por lo que es importante preguntarnos: ¿Qué es acercarse a Dios? O, mejor dicho: ¿Cómo se logra? ¿Cuáles son las pautas? Aunque algunas personas convierten en un enigma el tema, la verdad, conocer cómo acercarse a Dios no está vetado al ser humano. Muy dentro de nuestras conciencias, Dios nos ha provisto de un sensor que nos indica el camino a seguir.