Parusía

PARUSÍA Salvados Por Jesús

Parusía

(El término parusía (griego: παρουσία, romanización: parousía, literalmente: «presencia, llegada») Para los cristianos, es el acontecimiento esperado al final de la historia: la Segunda venida de Cristo a la Tierra.)

¿Cuál sería su reacción si de un pronto a otro en los cielos se apareciera Jesucristo en su segunda venida? ¿Acaso se replantearía su conocimiento teológico? ¿O ignora que es justamente en la segunda venida de Cristo, en que el Señor juntará a sus elegidos?

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”

Mateo 34:30-31

Lo digo, porque muchos cristianos ignoran que la Biblia es enfática y directa señalándonos a estar velando, esperando por la venida de el Señor.

Para un ejemplo de muchos, mencionaré a Pablo encomendando a Timoteo a guardarse sin mancha e irreprensible como voceador de la Palabra hasta la aparición de Jesucristo, leamos:

“Te encargo delante de Dios, quien da vida a todo, y de Jesucristo, quien dio buen testimonio delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mancha e irreprensible hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, a quien ha de manifestar a su debido tiempo el único bendito y Poderoso Dios, Rey de reyes y Señor de Señores.”

Timoteo 6: 13-14

No entiendo como muchos no se dan cuenta que los cristianos estamos llamados a esperar la segunda venida de Jesucristo, y no otro evento; y es por la misma razón que formulé la pregunta inicial.

La teología de muchos siglos adoptada por los protestantes, ha desviado la atención de los creyentes, a lo que la voz del Espíritu y la palabra intentan reforzar, y esto no es otra cosa que cada cristiano debe de esperar con fervor el retorno del Señor Jesucristo por segunda vez a la Tierra.

Este estudio pretende demostrar las razones principales a la par de la funcionalidad de este enunciado; para iniciar, leamos lo que nos dice 1 de Juan 3: 2 y 3:

“Amados míos, ahora somos hijos de Dios, y hasta ahora no se ha manifestado lo que habremos de ser, pero sabemos que cuando Él se manifieste seremos semejante a Él, y lo veremos tal como lo que Él es.

Y todo el que tiene esta esperanza en El, se purifica a sí mismo, así como Él es puro.”

Es en la consciencia de la Parusía o retorno de Jesucristo, en que los creyentes hallamos un motivo para vivir una vida cultivando la pureza integral de cuerpo, alma y espíritu. Desde el principio hasta ahora, la Iglesia vive en una continua expectativa de la manifestación de Jesucristo. Este esperar tiene un efecto práctico que incentiva al hijo de Dios a permanecer consagrado, desestimando los placeres mundanos, y dando un valor singular a la crucifixión de los deseos desenfrenados de la carne.

La Iglesia en el principio, particularmente el núcleo de nacionalidad judía, esperaban una rápida venida de Jesucristo, los siglos, persecuciones siguientes, mas los demás acontecimientos hasta el día de hoy, nos dan una forma más madura de entender que la venida del Señor tiene dos características esenciales: La primera es que es sorpresiva, nadie puede predecir, adivinar y mucho menos acertar el momento en que Jesús vendrá, su venida sorprenderá a todos, tanto cristianos como incrédulos.

Y la segunda, es a consecuencia de la primera, y es que los creyentes vivimos esperando su retorno todos los días de nuestra vida. Jesucristo nos manda a velar, o sea a estar despiertos, estar despiertos significa esperar (con expectativa) su Venida.

Un error que en que se incurre al leer pasajes de la Escritura es dejar de analizar, el paso del tiempo. Por ejemplo, comprender que desde que se inauguró la Iglesia, hasta ahora, ha habido en cada siglo y en diferentes lugares, personas que se han estado convirtiendo al Cristo, han vivido sus vidas consagradas y pasado pruebas (algunos mártires) y han muerto. La iglesia ha estado presente desde el siglo primero hasta ahora y lo seguirá estando hasta la venida del Señor.

Todas y cada una de esas personas esperaba la manifestación de Jesucristo en los días en que ellos estaban vivos, esa es la actitud de todo cristiano maduro, nosotros sabemos que ellos no pudieron experimentarlo, pero eso no nos quita el peso de la misma responsabilidad, y es la de esperar a Jesucristo HOY, porque no sabemos cuándo vendrá.

Si me permite le voy a ilustrar esto usando la parábola de las diez doncellas de la cual nos habla Mateo 25. Esta parábola es para la Iglesia, ahora, recuerde, la iglesia comprende a los escogidos por Dios para que tomen parte en su reino, escogidos a los cuales se les ha estado dando nueva vida de parte de Dios, desde la primera manifestación de Jesucristo.

No podemos eximir a cristianos de otros siglos, de esta palabra, ya que para ellos mientras ellos estuvieron vivos, esta palabra tuvo la misma funcionalidad que la tiene hoy para usted y para mí, y que si el Señor no viene en el tiempo en que nosotros estemos vivos, será de igual validez para todos aquellos que se conviertan a Cristo después de nosotros.

Mientras muchos desdeñan a todos aquellos que oyeron primero esta parábola, nosotros debemos ser entendidos para saber que, aunque esta anuncia la Parusía, el mensaje se cumple en cada cristiano en cada época y lugar en que ha vivido, sin excepciones, ya primeramente todos

somos llamados a vivir esperando la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Ahora, Mateo 7: 21-23 y Mateo 25, van de la mano, en el sentido de que nos revela el significado de: “Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos.” Mateo 22:14

Las cinco doncellas prudentes representan a los escogidos de Dios, y las cinco insensatas a un grupo que fue llamado, pero no forma parte de la Iglesia de Jesucristo, aunque en aquí en el planeta tierra parecen ser parte de la Iglesia, mas no lo son, como leemos en Mateo 7: muchos han predicado (profetizado) expulsado espíritus malignos y realizado milagros todo en el nombre de Dios, pero no entrarán en el reino de Dios (que es su Iglesia), porque no hicieron la voluntad de Dios, si usted sigue leyendo los versos 24 al 27 Jesús hace referencia a la característica de los elegidos: Prudencia y la de los rechazados: Insensatez ; este mismo escenario se describe en el libro de Apocalipsis 3: 1 “ Yo conozco tus obras, que tienes fama de que vives, pero estas muerto”.

Aunque pareciera muy estricto decirlo, no deja de ser veraz: El que no espera la Venida del Señor no es Iglesia del Señor. Porque al igual que la mujer de Lot, tienen su corazón en las cosas de este mundo, no están esperando ser redimidos del mundo que aman.

Debido a que la espera se ha tornado larga, ya muchos incrédulos desde el principio han preguntado incitando al Señor acerca de su Venida. Conforme a la parábola de las diez doncellas, el Señor se ha tardado, sin embargo, los elegidos siempre han estado esperando el día en que serán manifestados con Jesucristo, en su venida. Como explica Juan, en este esperar nos purificamos; ya que cuando estamos alertas a la venida del Señor nos consagramos, tenemos una vida ofrecida a Dios en un sacrificio vivo, tenemos una motivación constante.

Comparto un breve texto de Anthony Hoekema, que halle muy ilustrativo:

“El ser fieles y sabios administradores de lo que Dios haya puesto a nuestro cuidado es otro modo de demostrar que estamos listos para el regreso del Señor.

La intención de las parábolas de los talentos y de las minas es que estar listo para el regreso de Cristo significa trabajar diligentemente para El, con los dones y capacidades que Él nos ha dado.”

Por eso es de suma importancia, el vivir en esa esperanza, ya que es justamente esa forma de vida, la que testifica quienes somos en Dios.

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