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Esa huella que deja tu senda

Tres vidas y tres escalas de convivencia desde las que mantener, continuar y reparar el mundo.

José Carrasco Hortal, Adrián Bernad Almario.

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Contexto.

“Por qué hablar de los cuidados?. … probablemente, porque todo a mi alrededor me dice que no preste atención al tema de los cuidados.” (Puig de la Bellacasa 2017, 8). Muchos expertos consideran que la práctica de padres/madres que criaban a sus hijos, los cuales acababan luego cuidando a los primeros, ha evolucionado a nuevas formas de cohesión y ayuda mutua. También han aparecido nuevos modelos de convivencia: hijos que vuelven a casa; padres al cuidado de abuelos; triple generación residiendo junta; custodias compartidas, etc. Y, junto a las personas, tienen su rol los espacios, las tecnologías, las naturalezas y los animales. Alejando la mirada, culturas no-occidentales como las de los habitantes de Mount Hagen en Nueva Guinea dividen el mundo entre actividades para cultivar, domesticar animales, criar niños (cualquier cosa que pueda crecer entra del término mbo); y actividades que quedan fuera de los límites de los cuidados de atenciones humanas y de las relaciones sociales (lo que se conoce como romi) (Ingold, 2000, 83). En este marco, los cuidados son formas invisibles que se producen, difíciles de representar, referidas a vínculos de dependencia y a cómo las cosas ocurren. Son componentes esenciales de cohabitaciones en “distancias justas” entre humanos y entre más que humanos. Su invisibilidad viene forzada por una educación moderna que ha primado durante décadas lo mercantilizable, la promesa de un beneficio o, lo que algunos expertos llaman lo disponible inmediato (Rosa, 2020). En relación a este problema, puede entenderse lo “más que humano” como ese deseo de trascender las limitaciones humanas (Puig de la Bellacasa, 2017, 104), como el astronauta que desarrolla métodos de supervivencia y comunicación en “Marte: operación rescate” (Scott, 2015) o la protagonista de “Dogville” 24

(Von Trier, 2003), quien se gana la protección de la comunidad de un remoto pueblo minero con tareas para cada vecino. Y, en términos médicos, la vida también puede asistirse de máquinas, algunas de ellas pueden reemplazar órganos y acaban ayudando a reinterpretar la percepción de nosotros mismos. Hablar de prácticas de cuidados permite referirse a tecnologías precisas (un termómetro, máscara de oxígeno, video cámara…) y es un modo eficaz para delimitar lo humano respecto de lo que no es (Moll, 2010, 14 y Sennett, 2012). Este texto cuenta tres niveles de aproximación a la ética de los cuidados a través de la impronta que deja la senda de tres mujeres en sus prácticas de cuidados comprensibles a través de tres grados o escalas de domesticidad y cultura del paisaje. Los resultados, analíticos o proyectuales, varían según se trate de una asignatura más elemental en la que se producen los primeros balbuceos con herramientas gráficas que tratan de incluir, con poco éxito, cuestiones no solo materiales(acto1);obienunaasignaturacercadelfinal formativo donde se amplía lo aprendido en talleres anteriores de proyectos desplazando el foco a algo tan intangible como las relaciones intergeneracionales (acto 2); o bien un nivel de Trabajo Final de Grado que convierte el itinerario vital de una sola persona en el hilo conductor para entender las vidas interconectadas en un paisaje habitado con formas productivas (cultivos, canteras), infraestructuras y urbanizaciones con nuevas formas de disfrute del territorio (acto 3). Todas estas aproximaciones, producidas en unidades docentes de Arquitectura en la Universidad de Alicante, buscan deliberadamente la hiperdescripción, las nuevas cartografías, oníricas y suprasensoriales como instrumentos de mediación con el observador.

Método.

Contar el mundo desde la mirada de tres mujeres con tres oficios-clave tradicionalmente vinculados a las prácticas de cuidados, no solo de salud, e intentar comprender cómo se desenvuelven durante una jornada de trabajo corriente. Esa es la base del método que se presenta en tres actos. “Regresé al puente vacío y empecé a pedalear hacia casa. Cuando estaba a mitad de camino, sobre el río, un autobús pasó ruidosamente a mi lado. La sosegada plataforma tembló durante un breve instante, y luego volvió a dormirse.” (Farrier, 2021, 46).

Acto 1, mujer 1, escala 1 2008. Guadalupe es el ama de llaves de la conocida

casa de Koolhaas en Burdeos (Francia). Una película de Ila Bêka y Louise Lemoîne enseña la arquitectura y la forma peculiar de habitar a través de los recorridos rutinarios de la señora Guadalupe mientras recibe a otros responsables de mantenimiento de la casa y la cámara la sigue. Gracias a este documental y después de todos estos años, Guadalupe es un personaje popular en las escuelas de arquitectura. Los dibujos que acompañan la edición del libro enfatizan qué dispositivos de mediación se van encontrando durante la entrevista-paseo: las cortinas, los estantes, la plataforma elevadora, las ventanas circulares, etc. Dos años después, en 2010, estas tecnologías son objeto de atención de un curso de dibujo que pretende ilustrar el hacer arquitectónico de la oficina de Rem Koolhaas mientras se aprenden códigos y recursos digitales de representación.

Acto 2, mujer 2, escala 2 2009. ese año empieza su andadura un proyecto singular en la ciudad de Alicante, el edificio multigeneracional de la Plaza de América en el que, distribuidos en cuatro plantas, 16 jóvenes se entremezclan con 56 mayores, todos ellos conviviendo en apartamientos individuales y tutelados por el Patronato Municipal de la Vivienda. La encargada de la portería es Catalina, quien atiende al estado emocional de los habitantes, guarda las llaves, recoge recetas, llama a instaladores, supervisa las tareas de jóvenes respecto de mayores… funcionando como capitana de barco. Ocho años más tarde, en 2017, este singular ecosistema es objeto de atención de un curso de Proyectos Arquitectónicos desplazado al sitio para proponer microacciones inspiradas en personajes de ficciones como “Hable con ella” (Almodóvar 2002) o “Princesas” (León de Aranoa 2005) y ver qué efectos producen, concluyendo con un jury donde los propios residentes llegaron a ser jurado popular.

Acto 3, mujer 3, escala 3 2020. Toñi, cartera de Hondón de las Nieves (un pequeño municipio en la provincia de Alicante) es la persona clave para un Trabajo Final de Grado. Ella representa la figura de la cartera rural, que más allá de su papel profesional como repartidora de cartas y paquetes es también una gran conocedora del pequeño valle y de los habitantes del lugar. Aparte de ejercer su trabajo, Toñi se ha convertido en una cuidadora de las personas de forma totalmente altruista, especialmente de aquellas más vulnerables como son las personas de la tercera edad. Debido a ser una figura que se mueve por el territorio con su pequeño coche, ayuda repartiendo enseres entre familiares, realiza pequeñas compras que le piden, o

Conclusión.

“Si lo tienes todo tan controlado, no podrás ser muy feliz” (Rosa, 2021) Cuando se habla de cuidados encontramos un lenguaje común entre disciplinas académicas aparentemente inconectables. Ese sería el primer beneficio. El segundo se refiere a que espacializar los cuidados abre la oportunidad de comprender nuevas tipologías habitables: viviendas sénior independientes, viviendas colaborativas de mayores o viviendas tuteladas y asistidas; así como modelos territoriales que respondan a nuevas demandas como servicios de proximidad del tipo ayuda a domicilio, comida a domicilio o lavandería a domicilio (Camacho, 2015 y Martín, 2017). A los atributos de parentesco presentes en dichos modelos se le han añadido, progresivamente, los atributos de lo cercano, porque “la proximidad es lo que importa y es el marco de lo próximo en el que sentir esa adhesión” (Van Dooren 2014). El tercero, finalmente, se resume en que todos los referentes y ejemplos de diseño mostrados coinciden en que los cuidados tienen que ver con el hacer, con el mantener y con el reparar.

Fig. 1 Acto 1. Casa de Burdeos (recorrido desde jardín a ventana del nivel superior, 2008)

Fig. 3 Acto 2. Edificio Plaza de América (Alicante)

Fig. 4 Acto 2. Edificio Plaza de América (Alicante) Diseño de tecnologías de mediación

Fig. 5 Acto 2. Edificio Plaza de América (Alicante) Dibujo de espacios comunes

Fig. 6 Acto 3. Lugares de Toñi, la cartera. (dibujo: Adrian Bernad, 2021)

Fig. 7 Acto 3. Ropa y dispositivos de mediación. (dibujo: Adrian Bernad, 2021)

Fig. 8 Acto 3. La huella que deja la senda de Toñi, la cartera. (dibujo: Adrian Bernad, 2021)

Referencias.

• Camacho, Sabine (2015). La teleasistencia y otros servicios de proximidad. En Innovaciones para vivir bien en casa. Fundación Caser, p 119-136. • Farrier, David (2021) Huellas. Editorial Crítica. • Ingold, T. (2000). The perception of the environment. Routledge. • Lemoine, Louise (2010). Koolhaas: Houselife. Beka & Partners. • Puig de la Bellacasa, Maria (2017). Matters of Care.

Speculative Ethics in More Than Human Worlds.

University of Minnesota Press. • Moll, Anne-Marie (2010). Care in Practice. On

Tinkering in Clinics, Homes and Farms. Transcript-

Verlag. • Rosa, Hartmut (2020). Lo indisponible. Herder. • Rosa, Hartmut (2021). “Si lo tienes todo tan controlado, no podrás ser muy feliz” en El Pais, 4 de abril 2021. Ideas, 6. • Sennett, Richard (2012). “La comunidad. La práctica del compromiso personal” en Juntos. Rituales, placeres y política de cooperación. Anagrama. pp 347-383. • Van Dooren, Thom (2014). Flight Ways: Life and

Loss at the Edge of Extinction. New York: Columbia

University Press.

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