8 minute read

Espacios intermedios para los cuidados

Entre el ámbito público y privado.

Aimar Santos-Garcia, Izaskun Aseguinolaza Braga.

Advertisement

Hoy en día, gran parte de los trabajos reproductivos que realizamos a diario tienen lugar en lo más privado de nuestro entorno: en nuestra vivienda. Es una realidad que la gran mayoría de la población acepta, además, como única opción posible. Pero, históricamente, no siempre ha sido así. Antes era habitual que los trabajos de cuidados se dieran en diferentes ámbitos que transcendían los límites de la vivienda (Col-lectiu Punt 6, 2019 p.69). Era habitual que los espacios públicos del vecindario (tanto de titularidad pública como privada) fueran el entorno en el que se cuidaba de las personas (jóvenes o mayores) (Col-lectiu Punt 6, 2019), ya que eran espacios urbanos que permitían jugar o relajarse sin necesidad de vigilancia (Jacobs, 1961; Gehl, 2006; Iñigo y Mace, 2018). Esto se debía principalmente a que existía una comunidad cohesionada que permitía compartir los trabajos de cuidado entre sus integrantes (históricamente mujeres).

Fig. 1 Ciudad preindustrial y ciudad postindustrial. Fuente: elaboración propia Esto cambió con la llegada de la industrialización y los desarrollos urbanos higienizadores [fig. 1]. Los avances tecnológicos confinaron trabajos reproductivos en el ámbito privado (Col-lectiú Punt 6, 2019 p. 80; Muxí, 2018) y algunas actuaciones higienizadoras eliminaron gran parte de los pequeños espacios comunitarios para la interacción social y los trabajos de cuidados 158

(Delgado, 2011; Harvey, 2013; Col-lectiú Punt 6, 2019). Además, los nuevos barrios de ensanche impulsados por un abrupto éxodo de trabajadores a las grandes ciudades se centraron en proveer de vivienda a estos, prestando escasa atención al espacio urbano. Así, en el ámbito público se descuidaba la existencia de espacios adecuados para los trabajos de cuidado y se obligaba a realizar estos trabajos en el interior de la vivienda, de modo que las mujeres quedaron recluidas. Esta tendencia ha ido en aumento motivada por la sociedad individualista que impulsa el capitalismo y la clara influencia de una sociedad patriarcal que invisibiliza los trabajos reproductivos. Nosotrxs creemos que es vital que los entornos domésticos y vecinales evolucionen para volver a dar cabida a los trabajos de cuidado de una forma comunitaria y visible, a favor de una sociedad más igualitaria. La bibliografía especializada señala que las cualidades físicas del entorno (Vidal et al., 2014; Carmona, 2019; Zhang, 2018) son capaces de generar sentimiento de apego al lugar o sentido de comunidad y fomentar las relaciones sociales en el vecindario (Wittmann et al., 2018; Carmona, 2019; Gehl, 2006), permitiendo visibilizar y realizar los trabajos de cuidados de forma comunitaria y evitando que las mujeres asuman toda la carga. En este contexto, estos estudios consideran que el espacio ayuda a fortalecer los valores perdidos en la ciudad en la medida en la que podamos asegurar algunas características como presencia de espacios verdes (Maas et al., 2006; OMS, 2006; Thompson, Corkery y Judd, 2007; Li, 2012; Bowler et al., 2010), zonas comunitarias y equipamiento comunitarios (Carmona, 2014; Montaner, 2015; Gehl, 2006; Jacobs, 1961), existencia de viviendas permeables que se extiendan a un espacio comunitario exterior adecuado (Gehl, 2006; Montaner, 2015; Ullmann, 2020) o zonas de estancia y juego seguras (Jacobs, 1961; Ullmann, 2020; Iñigo y Mace, 2018) [fig. 2 y 3].

Fig. 3

Características físicas y sus beneficios II. Fuente: elaboración propia

Fig. 4 Trabajos de cuidado en la crisis COVID. Fuente: diversas Montaje: elaboración propia

DurantelacrisisdelCOVID19haquedadodemanifiesto la importancia de los trabajos reproductivos y la necesidad de las personas de socializar: hemos visto videos de comunidades asomadas alrededor de un patio, niñxs jugando en las terrazas, vecinxs charlando de balcón a balcón o ayudando a las personas más dependientes y frágiles de su vecindario etc.

[fig. 4]. En la mayoría de casos, estas situaciones de visibilización de los trabajos reproductivos y socialización se daban en un escenario en el que el entorno construido no favorecía estas actividades. Sin embargo, nuestra necesidad de cuidarnos de forma colectiva era capaz de saltar los límites que nos imponía lo construido [fig. 5]. Por desgracia, también hemos podido constatar que estos nexos que hemos tejido durante el confinamiento se han diluido en cuanto nos han permitido salir de nuestras viviendas y nos hemos vuelto a relacionar a través del espacio urbano. Todo ello nos lleva a concluir, por una parte, que somos capaces de ser más colectivos y, por otra, que debemos preparar el escenario urbano para tejer nexos entre las personas con el objetivo de recuperar el cuidado entre ellas y sobre todo hacia las mujeres. Consideramos que los espacios en los que se podrían producir estas experiencias se encuentran en la frontera entre el espacio público y el privado, lo que en nuestra investigación denominamos “espacios intermedios”. Estos espacios que investigamos, abarcan desde los espacios de relación próximos a

Fig. 5 Comparación de manzana actual y propuesta. Fuente: elaboración propia

Fig. 6 Propuesta de manzana. Fuente: elaboración propia

la vivienda hasta los pequeños recovecos o plazas que actúan como catalizadores sociales de escala local, los cuales son un escenario perfecto para los trabajos reproductivos además de generar sentido de comunidad. Por ejemplo, en esquemas de vivienda comunitaria se podrían reproducir espacios intermedios buscando ser el primer paso en la reexteriorización y visibilización de los trabajos de cuidados. Estos ámbitos que consideramos pueden tener la consideración de espacios intermedios podrían ser: zonas comunes donde se puedan realizar trabajos reproductivos, esquemas de viviendas en galería que permitan extender nuestra vivienda hacia el vecindario, o patios/ plazas que permitan los juegos y el cuidado de forma segura y en comunidad [fig. 6]. En este momento la investigación que realizamos se encuentra parametrizando las características que estos espacios intermedios deberían tener para recuperar relaciones sociales –con sus consecuencias positivas– que la ciudad moderna ha hecho desaparecer.

En base a los diversos estudios que relacionan la mejora de las cualidades físicas con el aumento y mejora cualitativa de las relaciones vecinales –permitiendo repartir trabajos de cuidados de forma equitativa y comunitaria– (Carmona, 2019; Gehl, 2006; Montaner, 2015; Col-lectiú Punt 6, 2019), creemos firmemente que la regeneración urbana de nuestras ciudades ha de apostar por la implantación y adecuación de este tipo de espacios intermedios para generar una red visible de espacios de cuidados en la ciudad y, como consecuencia, comunidades cohesionadas y cuidadoras [fig. 7].

Fig. 7 Ciudad central VS Ciudad de cuidados. Fuente: elaboración propia

Referencias.

• BOWLER, D. E., BUYUNG-ALI, L., KNIGHT, T. M., y PULLIN, A. S. (2010). “Urban greening to cool towns and cities: A systematic review of the empirical evidence” en Landscape and Urban

Planning, 97(3), 147–155. <https://doi.org/10.1016/j. landurbplan.2010.05.006> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • CARMONA, M. (2014). “The Place-shaping

Continuum: A Theory of Urban Design Process” en

Journal of Urban Design, Vol. 19, pp. 2–36. <https:// doi.org/10.1080/13574809.2013.854695> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • CARMONA, M. (2019). “Place value: place quality and its impact on health, social, economic and environmental outcomes” en Journal of Urban

Design, 24(1), 1–48. <https://doi.org/10.1080/135748 09.2018.1472523> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • COL-LECTIÚ PUNT 6. (2019). Urbanismo feminista.

Por una transformación radical de los espacios de la vida. Barcelona: Virus Editorial. • HARVEY, D. (2013). Ciudades rebeldes: del derecho de la ciudad a la revolución urbana. Madrid:

Ediciones Akal.

• DELGADO, M. (2011). El espacio público como ideología. Madrid: Los libros de la Catarata. • GEHL, J. (2006). La humanización del espacio público (5ª ed.). Barcelona: Editorial Reverté. • IÑIGO, J., y MACE, A. (2018). “The suburban perimeter blocks of Madrid 10 years on: how residents’ level of satisfaction relates to urban design qualities” en Planning Perspectives, 34(6), 999–1021. <https://doi.org/10.1080/02665433.2018.1 473789> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • JACOBS, J. (1961). Muerte y Vida de las Grandes

Ciudades (2o ed.). Madrid: Capitan Swing Libros. • LI, C. (2012). “Ecohydrology and good urban design for urban storm water-logging in Beijing, China” en Ecohydrology and Hydrobiology, 12, 287–300. <https://doi.org/10.2478/v10104-012-0029-8> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • MAAS, J., VERHEIJ, R. A., GROENEWEGEN, P. P.,

DE VRIES, S., y SPREEUWENBERG, P. (2006).

“Green space, urbanity, and health: how strong is the relation?” en Journal of Epidemiology and

Community Health, 60(7), 587 LP – 592. <https:// doi.org/10.1136/jech.2005.043125> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • MONTANER, J. M. (2015). La arquitectura de la vivienda colectiva. Barcelona: Editorial Reverté. • MUXÍ, Z. (2018). Mujeres, Casas y Ciudades: Más allá del umbral. DPR-BARCELONA. • THOMPSON, S., CORKERY, L., y JUDD, B. (2007). “The

Role of Community Gardens in Sustaining Healthy

Communities” en 3rd State of Australian Cities

National Conference (2007), Adelaide, Australia. <https://www.be.unsw.edu.au/sites/default/files/ upload/research/centres/cf/CFpresentations/

SOAC07Thompson_Corkery_Judd.pdf> [Consulta 27 de febrero de 2021] • ULLMANN, F. (2020). “¡Nos llevamos a nuestros padres con nosotros! Proyecto de viviendas intergeneracional In der Wiesen, 1230, Viena” en

Ciudad y Territorio Estudios Territoriales, LII(203), 121–138. <https://doi.org/10.37230/cytet.2020.203.10> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • VIDAL, T., BERROETA, H., MASSO, A. Di, VALERA,

S., y PERÓ, M. (2013). “Apego al lugar, identidad de lugar, sentido de comunidad y participacioín en un contexto de renovacioín urbana” en

Estudios de Psicologia, 34(3), 275–286. <https://doi. org/10.1174/021093913808295172> [Consulta: 27 de febrero de 2021]

• WHO Regional Office for Europe. (2016). Urban green spaces and health – A review of evidence. Copenhagen. <https://www.euro.who.int/en/ health-topics/environment-and-health/urbanhealth/publications/2016/urban-green-spaces-

and-health-a-review-of-evidence-2016> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • WITTMANN, M., KOPACIK, G., & LEITMANNOVA,

A. (2019). “Closed Urban Blocks versus Open

Housing Estate Structures: Sustainability Surveys in Brno, Czech Republic” en IOP Conference

Series: Materials Science and Engineering, 471(10). <https://doi.org/10.1088/1757-899X/471/10/102061> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • WITTMANN, M., KOPÁČIK, G., VAISHAR, A.,

PETROVÁ KAFKOVÁ, M., y KILNAROVÁ, P. (2018).

“Different courtyards – Different influence on the quality of life of the local residents? Analysis in the post-socialist city of Brno, Czech Republic” en

Journal of Urban and Regional Analysis, 10(2), 177–198. <https://doi.org/10.37043/JURA.2018.10.2.3> [Consulta: 27 de febrero de 2021] • ZHANG, H., MATSUOKA, R. H., y HUANG, Y. J. (2018).

“How do community planning features affect the place relationship of residents? An investigation of place attachment, social interaction, and community participation” en Sustainability, 10(8), 2726. <https://doi.org/10.3390/su10082726> [Consulta: 27 de febrero de 2021]

This article is from: