5 minute read

Herramienta sensible con perspectiva de

Herramienta sensible con perspectiva de género para la identificación de paisajes vulnerables.

La importancia de la experiencia en la planificación y modificación del paisaje urbano.

Advertisement

Constanza Contreras Saffie.

La metodología aquí propuesta se basa en que el concepto de salud en nuestras ciudades ha cambiado de enfoque. Ya no es un tema exclusivo de sanidad asociado al cuerpo, trasladándose desde el individuo a la sociedad estableciendo modelos (H, Barton, 2016). La ciudad sana crea y mejora el entorno físico y el contexto social, y ha de representar la capacidad del entorno construido de satisfacer, en términos cualitativos y cuantitativos, las necesidades de la población (M,Vanore, M, Triches, 2019).

En base a lo anterior, una ciudad sana aborda la percepción y efectiva seguridad de sus habitantes. Específicamente en Alto Hospicio, Chile (caso de estudio), al igual que en otras concentraciones urbanas, se han desarrollado espacios de vulnerabilidad vinculados a la seguridad de la ciudadanía y, en particular, de las mujeres. Los métodos tradicionales de lectura, medida y construcción de los espacios urbanos contemporáneos, son insuficientes para visibilizar estos paisajes vulnerables, en tanto solo consideran factores cuantitativos que tienden a la estandarización, excluyendo las experiencias de vida de los que habitan la ciudad. La metodología utilizada para el desarrollo de este estudio propone abordar variadas dimensiones del espacio público y con perspectiva de género. Así, la herramienta que incluye entrevista y representación, pretende ser un puente, entre lo técnico y lo perceptual, humanizando los instrumentos de planificación desde la construcción, mediante 271

el dibujo y análisis de la experiencia intangible. La herramienta presenta una noción multicapa, incluyendo diversos indicadores generados a partir de un esquema matriz de indicadores generales (ver Figura 1) que da cuenta de una visión integral de tres principales conceptos de valoración (Paisaje urbano, Espacio público y Vulnerabilidad) y cruce entre ellos, lo que deja entrever la real complejidad del espacio público urbano.

El cruce de las distintas valoraciones han de verse con los ojos de los que habitan el lugar. Por tal razón, el esquema matriz de indicadores necesita una adaptación específica con cada caso, activando solo aquellos indicadores que mejor se vinculen con ellos y que puedan ser compatibles y visibles con y en el lugar. Por ejemplo, en la Figura 2 se consideraron 24 de 41 indicadores según las condiciones y características específicas del lugar (Alto Hospicio, Chile) para poder apreciar el cruce del conjunto de valoración. Tal conjunto de valoración es determinado por un Tipo A y B. Por un lado, los indicadores de Tipo A: Objetiva – Perceptual, son evaluados directamente por la comunidad mediante la experiencia propia, guiados por la paleta perceptual de sentidos (visual, orientativa, auditiva, táctil, olfativa) mientras que los indicadores de Tipo B: Estadística, se encuentran sujetos a datos sociodemográficos y socioeconómicos medidos según la media nacional. Para dar cuenta de la diversidad de las personas usuarias, la valoración de indicadores, se estructura por 3 rangos etarios (0-14,15-65,<65años); determinados previamente por el Instituto Nacional De Estadísticas; y género, dando como resultado 6 rosas de medición. Los resultados (ver Figura 3) mostraron que efectivamente existe una segregación en el uso del espacio público. Tal segregación se vió incrementada por dos variables: La primera, el tramo etario donde

Fig. 1 Esquema matriz de indicadores generales. Fuente: Elaboración propia.

Fig. 2 Infografía Conjunto y superposición de Rosas de medición según tramos etarios – Paleta perceptual de sentidos. Fuente: Elaboración propia.

Fig. 3 Infografía Resultados Rosas de medición según tramo etario y género. Fuente: Elaboración propia.

se evidenció que el tramo etario 03 (<65 años) es el grupo más afectado y con una autonomía en situación crítica en comparación a otros tramos. La segunda, el género. Se comprobó que el género femenino se encuentra en una situación levemente más crítica que el género masculino, confirmando que el género femenino mantendría una experiencia tiempo-espacio distinta en comparación al género masculino.

Finalmente la Figura 4 ordena y georeferencia las percepciones de las personas usuarias, ofreciendo un panorama de aquellos puntos críticos más vulnerables. Mediante los puntos críticos es posible identificar elementos que estructuran la condición de vulnerabilidad desde acciones espaciales, específicamente desde la experencia sensorial del espacio público. De este modo, se identifican 7 puntos de intervención a lo largo de las piezas urbanas, cada uno asosiado a una serie de puntos críticos determinados por el desglose de percepciones sensoriales (visual,orientativa,táctil,auditiva,olfativa) y parámetros correspondientes.

Fig. 4 Infografía registro puntos críticos y percepciones sensoriales como determinantes de cada punto de intervención. Fuente: Elaboración propia.

En síntesis, la herramienta mostró ser de gran utilidad para analizar, evaluar y proponer mejoras en el caso, donde se pudieron identificar y espacializar las condiciones vulnerables de paisajes urbanos. El análisis permitió visualizar directrices de planificación y posibles estrategias de intervención que permitan modificar el espacio público y equiparar el acceso a oportunidad para todos desde la equidad. A la vez, fue posible identificar aspectos comunes de puntos críticos entre los diferentes tramos etarios y géneros, lo que permitió establecer una línea de operación que integra la transversalidad de género. Si bien la planificación y el diseño urbano no solucionan necesariamente el origen de los problemas de vulnerabilidad, sí son capaces de incrementar o disminuir la desigualdad en que las personas viven el espacio. Independiente de que el peligro percibido sea real o no, la experiencia de las personas usuarias puede conducir a un cambio de conducta. Considero esencial comprender la ciudad desde lo cotidiano y lo sensible. Lo cotidiano es lo simple, pero a su vez lo constante. Mientras que lo sensible es aquello que en lo cotidiano determina una percepción particular. Aquí se propone que es la incorporación de ambos conceptos en las herramientas de transformación de la ciudad, lo que ayudaría a trasladar lo técnico a la realidad: reconocer y representar las experiencias son el primer paso para identificarnuestradiversidad.Sisecontinúaaplicando soluciones homogéneas a lugares con problemas complejos, estamos imponiendo una respuesta universal sin sentido local. Incorporar percepciones sensoriales es un camino para reconocer la diversidad funcional y de cuerpos: no todas las personas somos iguales, no existe la persona estándar.

• BARTON, H. (2016). City of Well-Being: a Radical

Guide to Planning. EE.UU: Taylor & Francis Group. • BORJA,J. (2003). La ciudad conquistada. Madrid:

Alianza Editorial. • CONTRERAS SAFFIE, C. (2020) Paisajes Vulnerables:

Bases para la construcción de ciudad sana desde el espacio público con perspectiva de género. Caso:

Comuna de Alto Hospicio, Chile. Trabajo Final de

Magister. Chile: Universidad Diego Portales – Italia:

Università IUAV. • CONTRERAS SAFFIE, C. (2020) Manual construcción de ciudad sana, Espacio público con perspectiva de género. Trabajo Final de Magister.

Chile: Universidad Diego Portales – Italia: Università

IUAV. • LEFEBVRE,H. (1984). La producción del espacio.

Barcelona: Península. • NOGUÉ,J. (2007). La construcción social del paisaje. Madrid: Biblioteca Nueva. • PALLASMAA, J. (2014). Los ojos de la piel. La arquitectura de los sentidos. España: Gustavo Gili. • VANORE, M., TRICHES,M. (2019). Del prenderse cura: abitare cittá-paesaggio. Italia: Quodlibet.

This article is from: