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IGLESIA:
SANTA Y PECADORA Existe un principio en filosofía que dice que las cosas no pueden “ser” y “no ser” a la vez (Aristóteles, Metafísica, XI), o sería una contradicción. Por ejemplo, es absurdo decir que una persona está viva y muerta a la vez, o bien que es de test blanca y negra al mismo tiempo. Entonces, decir que la Iglesia es santa y pecadora es una terrible contradicción; sin embargo, posee ambos atributos.
posee, entre muchas cosas más. No obstante, el mayor asombro no viene por quienes la conformamos, sino por quien la ha convocado. Es Dios el que nos ha llamado “pueblo suyo” (Jr 30,22) y estableció una alianza perfecta efectuada en Cristo, que nos une más íntimamente a Él. Por lo tanto, somos “raza escogida, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios” (1Pe 2,9).
Primero hay que decir que la Iglesia la formamos todos los bautizados, no solo los sacerdotes y la jerarquía. Toda persona que ha renacido del agua y del Espíritu (cfr. Jn 3,5), forma parte de la gran comunidad de hermanos e hijos de Dios llamada Iglesia. Esta comunidad, que además de visible es también invisible a la vez, se distingue por su fe, su “común-unión” y por los valores que
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