Laberinto No.1029 (04/03/2023)

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Gioconda Belli: contra la tiranía en Nicaragua

Suplemento cultural de MILENIO LABERINTO
SÁBADO 4 DE MARZO DE 2023 AÑO 19 - NÚMERO 1029 REPORTAJE IVETT SALGADO MÉNDEZ La nueva ola femenina del cine mexicano
Guadalupe Alonso Coratella/ FOTOGRAFÍA: EFE/ JUAN CARLOS HIDALGO Fotos: Sensacine, Calouma Films, María Ruiz, AFP,
AFP
Michelle Garza Cervera Lila Avilés Natalia Beristáin Natalia López Gallardo Tatiana Huezo

ANTESALA

LA GUARIDA DEL VIENTO

Rebelión, libertad, fraternidad U

ALONSO CUETO

n bárbaro en París (Alfaguara) de Mario Vargas Llosa es un canto de amor a Francia, a la literatura francesa y a la novela como género redentor de la humanidad. Sus páginas pueden ser vistas como una autobiografía intelectual pero también como un itinerario sentimental. En el ensayo “Flaubert, nuestro contemporáneo” aparece registrado su temprano deslumbramiento cuando en 1959, después de leer Madame Bovary en su cuarto del hotel Wetter, Vargas Llosa siente que su vida ha cambiado para siempre. La idea del narrador como el personaje fundamental de la novela y la insistencia en la precisión definida por le motjuste van a permanecer en la conciencia creadora  junto con su amor eterno por la rebelde Emma. En otro texto, “El Mandarín”, aparece la otra figura que lo deslumbra en su juventud, Jean Paul Sartre. El filósofo francés le ofrece a Vargas Llosa una exploración de la libertad, un tema que lo seduce desde que lee La infancia de un jefe. Luego, Sartre lanza su lapidaria frase: “Frente a un niño con hambre, La náusea no tiene peso”. En esas declaraciones que hace en 1964 en Le Monde, Sartre aconsejaba a los escritores africanos abandonar la literatura y dedicarse “a la enseñanza y a otras tareas más urgentes, a fin de construir un país donde más tarde fuera posible la literatura”. Vargas Llosa considera estas declaraciones una traición. En su ensayo, a pesar de reconocer su endemoniada inteligencia, considera que la obra literaria de Sartre no ha sobrevivido a los años.

Flaubert y Sartre son amores tempranos y muy pronto Vargas Llosa va a quedarse solo con el escritor de Ruan. Pero allí estaba el inmenso, el oceánico, el vasto Victor Hugo para complementar a los personajes solitarios de Flaubert con una desbordante galería social. Otros autores franceses como André Malraux (el único escritor francés que hablaba tan bien como escribía), Molière y Simone de Beauvoir, son temas de esta magnífica selección de ensayos. La figura de Albert Camus, como un defensor de la conciencia libre del intelectual, aparece en un ensayo histórico: “Albert Camus y la moral de los límites”. El pensamiento de otro transgresor, Georges Bataille, es definido como “ardiente y glacial”, y su figura “demasiado fúnebre, feroz e irreductible a fórmulas simples para ser popular”.

En el discurso de incorporación a la Academia Francesa, con el que cierra el volumen, Vargas Llosa elogia la literatura francesa por su vocación rebelde. La razón es que su cultura ha dado más importancia a la libertad que cualquier otra. En su conclusión final, define la novela como el lugar donde se inocula el “virus de la ambición y la osadía fantástica de una vida mejor, o en todo caso distinta”. En ese sentido es un género que defenderá la democracia pues mantiene el sueño de una “realidad diferente”, es decir una oposición a todo lo que signifique el totalitarismo. Un libro inspirador, estimulante, que prolonga para sus lectores el derecho a un sueño. _

HOMBRE DE CELULOIDE

El sonido del fin

Desde 1952, cada diez años, la prestigiada revista Sight and Sound (del British Film Institute) pide a ciertos estudiosos del cine que construyan un canon con las cien mejores películas. Cuando, en 1952, comenzó la selección, el primer puesto fue para Ladrones de bicicletas. Entre 1962 y 2012 fue CiudadanoKaney en 2012 el honor correspondió a Vértigode Hitchcock. Resulta interesante el dato en torno al Día Internacional de la Mujer pues en 2022 por fin los estudiosos de SightandSoundconcedieron que “el mejor cineasta del mundo” podía ser una mujer. Los cánones están cambiando. Sucede como con el recuento que hizo Mark Cousins en TheStory ofFilm(el libro, no la serie). Un irlandés mira hacia el resto del mundo y pone, por ejemplo, al cine mexicano a la altura que le corresponde y afirma, además, que cine clásico es el de Japón, no el de Hollywood. Pero ¿nos damos cuenta de que el canon lo siguen dictando los mismos de siempre? Nos entusiasma, por supuesto, que SightandSoundconsidere JeanneDielman,23,QuaiduCommerce, 1080 Bruxelles (dirigida por la ciudadana belga Chantal Akerman) como la mejor película en la historia del mundo porque es de una mujer, pero es necesario notar que es una revis-

ta inglesa la que nos dice lo que tenemos que ver. ¿Qué hacer? Construir nuestro propio canon resulta pretencioso, pero al menos vale la pena comprometernos con una realidad que no nos diga lo que es el centro, sino que lo pensemos nosotros mismos. Justo por eso resulta tan importante meditar la cultura, el arte y, en suma, el cine. Ello implica también, claramente, reconocer lo que Europa nos ha dado como latinos, como mexicanos, como hispanoparlantes. El Neorrealismo italiano es tan importante en nuestra cultura porque ha inspirado a directores de culto, sí, pero también a campesinos, indígenas, homosexuales y, por supuesto, mujeres. Por eso vale la pena revisar la obra de Dominga Sotomayor, cineasta de quien ya hemos hablado aquí. La artista chilena y su amiga española Carla Simón producen una obra de cine epistolar (algo que hay que ver) a través de Mubi. La obra Correspondencia podría servir, de hecho, como base para un canon, si no más nuestro, al menos mejor pensado. Un

Simón consigue llevar el Neorrealismo italiano hasta donde

canon capaz de considerar la importancia de Alcarràs de Carla Simón. Y es que, en esta obra, Simón consigue llevar el Neorrealismo italiano hasta donde Ermanno Olmi no pudo, ni siquiera con aquella extraordinaria película que se llama El árbol de los zuecos. En Alcarràs la directora experimenta con una nueva forma de narrar. Y puede decirse (porque resulta fácil) que su película es eso que llaman pomposamente “una película coral”, pero no es del todo cierto. Si es coral Alcarràs no es tanto porque la historia esté narrada desde diversos puntos de vista sino más bien porque, al romper las fronteras entre la ficción y el documental, produce en torno a este pueblito catalán una sensación similar a la que genera el silencio después de la música. En efecto, cuando la familia de productores de duraznos en torno a la cual gira esta extraordinaria película de Carla Simón escucha a lo lejos el ruido de las excavadoras (en el momento climático de la obra) entendemos que ha llegado uno de esos cambios históricos que marcan ciertas obras de arte. Ese sonido, la excavadora al final de Alcarràs, nos recuerda que hubo un mundo en que la gente comía lo que cultivaba, gente que vivía en contacto con la tierra, una tierra que hoy se ve desgarrada entre industriales y ecologistas. _

-02- 4 DE MARZO 2023
FERNANDO ZAMORA @fernandovzamora FOTOGRAFÍA AVALON P. C.
Olmi no pudo
Alcarràs. Dirección: Carla Simón. España, 2022.

POESÍA

Entre invierno y primavera...

Entre invierno y primavera el lamento de las hierbas; su quebrarse entre tus patas, Ciervo.

Comes su irse volviendo desierto y ya en tu sangre descansan del sol.

Esa intimidad hecha sopor nos detiene.

Los velos de la luz bambolean rodeándote. Te consumen en su claridad. Te llevan lejos de mí.

Pero estás.

Aun disuelto en el día vas a mi lado.

Es tiempo de buscar la sombra. Entraremos al atardecer de la bromelia.

Hagámonos pues pequeños para recuperar el Ser.

En el silencio laborioso de las hormigas hay un lugar para nosotros.

Los lamentos del agua se escuchan ahí. Su huida hacia el centro de la tierra. Mientras el cielo se decide a escucharla, penetremos en el polvo.

Abajo la humedad sabrá decirnos de su pacto con la paciencia.

Hemos de aprender a dar su lugar a las llamas.

La quemadura de la luz es un alto; una advertencia. Se incinera en su talud lo que ya no soporta la tierra. Respetemos la hoguera.

Este poema pertenece a La casa del ciervo (noviembre de 2022), publicado por la UAM en la colección Molinos de Viento. EX LIBRIS

LOS PAISAJES INVISIBLES

Dahl bowdlerizado

Casi veinte años antes de que Victoria ocupara el trono del Reino Unido, un paladín de la moral decidió meter mano a ciertas obras, para mantener a salvo el pensamiento y la imaginación de las almas pías. El médico Thomas Bowdler expurgó a William Shakespeare, y en 1818 publicó The FamilyShakespeare,inTenVolumes;inwhichnothingis addedtotheoriginaltext;butthosewordsandexpressions areomittedwhichcannotwithproprietybereadaloudin family(Shakespeareparatodalafamiliaendiezvolúmenes;enelquenoseañadenadaaltextooriginalsinoquese omitenpalabrasyexpresionesquenodebenleerseenvoz altaenfamilia). Con ese kilométrico título, Bowdler advierte que no agregó ni alteró escenas, tramas o desenlaces, pero hay evidencias de que no se ocupó únicamente de suprimir los vocablos que, a su juicio, fomentaban el vicio y las malas costumbres, pues sí cambió expresiones y recortó los parlamentos y la presencia de algunos personajes (quizá, el encabezado fue un truco para distinguirse de otros mojigatos que ya le habían metido mano a Shakespeare, trocando desenlaces, deformando el elenco o sintetizándolocon pocas referencias al texto original). De cualquier modo, el éxito comercial de sus versiones fue de tal trascendencia, que su labor acuñó un verbo en la lengua inglesa: Tobowdlerize, que significa “eliminar palabras o partes de un libro, obra de teatro o película que se consideren inadecuadas u ofensivas” (CambridgeDictionary).

Tal vez, Thomas Bowdler nunca imaginó que su cruzada perduraría hasta el siglo XXI, y tampoco que sería más enérgica y osada. Pero en el mundo actual de policías del pensamiento, de corrección política y de lenguajes inclusivos, sus discípulos ya no se conforman con amputar sustantivos o adjetivos, se adjudican el derecho a reemplazarlos por palabras o fórmulas verbales sin potencial corruptor.

Roald Dahl decía que “solo un tonto decide ser escritor. Su única compensación es la libertad absoluta”, así que su producción se concentró, principalmente, en relatos para niños. Fábulas donde los adultos son tiránicos, malignos, perversos; aventuras en que los infantes afrontan múltiples retos y peligros para sobrevivir. La prosa de Dahl, igual que sus historias, ejerció esa libertad total. Usaba las palabras como le venían en gana (Matilda, Charlieylafábricadechocolate, Los Cretinos o Las brujas), donde lo repugnante posee un matiz superlativo. “Todo escritor debe recurrir a personajes que tengan algo interesante, mucho más en los libros infantiles. Descubrí que la única manera en que los míos fueran atractivos para los niños era exagerando sus características, buenas o malas, así que si alguien era repugnante, malo o cruel, debía ser muy malo, muy repugnante, muy cruel. Si son feos, tienes que hacerlos extremadamente feos. Creo que eso resulta divertido e impactante”, le dijo a Todd McCormack en una entrevista en 1988. La idea tiene sentido. Los niños miran el mundo con una lupa perceptiva que se pierde con la edad, pero Dahl no contaba que, a casi 33 años de su muerte, sus editores sustituirían o eliminarían las expresiones peyorativas de su obra (gordo por enorme; fea y bestial solo por lo segundo), con el bowdleriano y buen propósito de corregir su horrible lenguaje.

Dahl no fue un dechado de virtudes. Al contrario. Fue un hombre que deploraba las mordazas. Catalogado de antisemita y prejuicioso a su manera (acusó que, por vender libros, Rushdie se merecía la fatwa), pero en mi humilde punto de vista, modificar el lenguaje o suprimir pasajes de una obra ajena es lo más pérfido de la censura. Significa violentar un universo en el que el bien y el mal conviven por naturaleza. Constituye limitar la imaginación de autor y lector con la hipócrita intención de encubrir el lado oscuro de la condición humana. Algo a lo que las buenas conciencias no pueden meterle mano, borradores ni tijeras. _

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Día de Kali Durga/ EKO ANTESALA

Exiliada en España, Gioconda Belli re exiona sobre su reciente libro, Luciérnagas, y alza la voz contra el gobierno de Daniel Ortega

“¿Quién me arrancará mi derecho de ser nicaragüense?”

RLuego de que el gobierno de Daniel Ortega despojara de la nacionalidad a 94 nicaragüenses, entre los que estás incluida, ¿cuáles son tus reflexiones?

ecién comenzó a circular en la Ciudad de México Luciérnagas,unlibrode ensayossobrelosensayosdelvivir, de Gioconda Belli, cuando la noticia sobre el despojo de la nacionalidad a 94 nicaragüenses daba la vuelta al mundo. Tanto Belli, como el escritor Sergio Ramírez —ambos exiliados en España desde 2021—, figuraron en la lista de personas a quienes el gobierno de Nicaragua señaló también como “traidores a la patria” y “prófugos de la justicia”. La escritora y activista dejó su tierra hace casi un año tras recibir amenazas del dictador Daniel Ortega. Militante en el Frente Sandinista de Liberación Nacional contra la dictadura de Anastasio Somoza, derrocado en 1979, Gioconda Belli ha persistido en su lucha a favor de los derechos de la mujer y la libertad de expresión, entre otras causas. Hoy, con más de 70 años, en el destierro, continúa alzando la voz por su país y su gente. En el contexto de las declaraciones del gobierno de Ortega el pasado 6 de febrero, la publicación de Luciérnagas(Seix Barral, 2022) adquiere un peso mayor, pues los textos que reúne dan cuenta de la trayectoria y el pensamiento de una de las escritoras con más presencia en la escena política y social de Nicaragua.

Para mí es el summum de lo que Daniel Ortega está haciendo con Nicaragua, que está siendo utilizada por él de una manera absolutamente monárquica. Se está comportando como los reyes medievales que sienten que no hay ningún freno para lo que puedan hacer. Tiene controlado al poder judicial, al ejército, al consejo electoral, a la policía y a todos los poderes del Estado. Está actuando fuera de la ley, fuera de los derechos humanos y agrediendo a todo un país, al que tiene aterrorizado. La gente tiene miedo de hablar, de moverse, hasta de ir a procesiones religiosas porque las han prohibido. Ortega no quiere que nadie salga a la calle, tiene miedo del pueblo, esa es la situación en Nicaragua. Lo que nos están haciendo es absolutamente ilegal y descabellado. Yo no voy a dejar de ser nicaragüense porque estos señores decidan que dejo de serlo. No reconozco su autoridad. Amo a Nicaragua, soy parte de Nicaragua, toda la vida lo he sido y no dejaré de serlo.

Tu reacción fue inmediata en redes con este fragmento del poema “Nicaragua”: “Y te amo patria de mis sueños y mis penas/ y te llevo conmigo para lavarte las manchas en secreto/ susurrarte esperanzas/ y prometerte curas que te salven”. ¿Qué significado adquiere esa patria ante los hechos recientes?

Esa patria está en mí. Siempre he dicho que mi país es tan pequeño que es un país portátil, que siempre ha anda-

do conmigo; es parte de lo que soy. No sería quien soy si no fuera por Nicaragua, por haber vivido ahí, por haber respirado ese aire, por haber sentido ese calor. Tengo una relación simbiótica con Nicaragua. Siento que mi cuerpo es Nicaragua y en mi poesía he escrito: “Ríos me atraviesan, montañas horadan mi cuerpo y la geografía de este país va tomando forma en mí”. Nadie me va a arrancar esas vivencias profundas y más porque fui parte de una generación que luchó y estuvo dispuesta a morir por ese país. Este es mi segundo exilio, entonces, ¿quién me arrancará mi derecho de ser nicaragüense?

En uno de los capítulos de Luciérnagashablas de cómo cada día somos ligeramente distintos. Cómo nos inventamos y reinventamos. ¿El exilio te ha llevado a un proceso de reinvención?

Mi primer exilio fue en 1975. Viví cinco meses en México. Este exilio inició el 5 de mayo de 2021. La reinvención a estas alturas de mi vida —ya tengo más de 70 años— es diferente. Ya sé quién soy, qué quiero hacer. Tengo un arma enorme en mí que es mi palabra. Creo que la palabra es lo que nos hace trascender. Cuando tenía 25 años y tuve que dejar a dos niñas pequeñas en Nicaragua, eso fue desgarrador. Ahora estoy más convencida de que estos procesos históricos tienen su curso y que Daniel Ortega y Rosario Murillo tampoco tienen 15 años y que ellos también se van a morir. Creo que la historia es muy larga y vivimos un tiempo muy corto, pero tengo confianza en el ser humano, en mi país y en mi gente.

En el libro también hablas de la persistencia de la esperanza. Dices que en vez de pensar en una Nicaragua sumida en la represión prefieres pensar que te será dado ver otra revolución. En Televisión Española me hicieron una entrevista. Llevé mi pasaporte nicaragüense y lo corté con unas tijeras porque ese pasaporte no soy yo, es un documento que da un gobierno, pero soy nicaragüense y estoy en todos mis libros como nicaragüense y es también un símbolo. Ellos están rompiendo los pasaportes de todos nosotros, se están arrogando el derecho a quitarnos los derechos, el derecho a la ciudadanía. Entonces, tengo esperanza. La esperanza es parte de nuestra historia. Vivimos años muy negros con la dictadura de Anastasio Somoza y cuando empezamos esa lucha no había tanta esperanza. La esperanza existe porque siempre, por muy oscura que sea la noche, ahí están las luciérnagas y vamos a buscar esas luciérnagas. La historia es larga y tal vez yo no vea mis sueños cumplidos, pero viva o muerta voy a regresar a Nicaragua, y si regreso muerta voy a ser parte de la tierra, voy a dar flor, voy a meterme en los árboles, voy a hacer humus, abono para mi país. Amenazas de prisión por disenso, abolición de la autono-

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GUADALUPE ALONSO CORATELLA FOTOGRAFÍA EFE/JUAN CARLOS HIDALGO

La poeta y narradora nicaragüense, quien fue despojada de su nacionalidad en febrero pasado.

mía universitaria, agresiones a periodistas, ahora el despojo de la nacionalidad y de las propiedades. En el prólogo a Luciérnagasadviertes sobre lo difícil que resultó leer las señales de la descomposición de un régimen que avanzaba hacia la tiranía. ¿Qué ocurrió?

Hay que tener mucho cuidado. Hay un libro de Ece Temelkuran, una escritora turca, Cómoperderunpaís:lossietepasosquevandelademocraciaala dictadura. Habla de cómo en Turquía fueron perdiendo la democracia poco a poco y no se movieron hasta que ya la tenían perdida. Eso pasó en Nicaragua. Daniel Ortega se fue saliendo con la suya y cuando se levantó la gente, en 2018, ya era tarde porque él mismo nos acabó. Ya tenía todos los instrumentos de poder necesarios para aplastar esa protesta y para luego aplastarnos con toda la represión que ha impuesto en todo el país.

Has sido activista en distintos frentes y Luciérnagas guarda un recuento de tus batallas y búsquedas. En estos tiempos, ¿es necesario replantearse el compromiso social del escritor desde una nueva perspectiva?

El compromiso social del escritor es un compromiso con la vida, con la humanidad. Para mí es profundamente humanista y por eso la ideología no tiene que ser el eje sobre el que se plantee. Creo que hemos sido muy ideologizados y hemos perdido de vista cuál es el principal objetivo de nuestras vidas, es decir, realizarnos como personas y ser felices. Tengo una novela, Elpaísdelasmujeres, donde digo que la ideología que tendríamos que tener es el felicismo. ¿Cómo hacemos para ser más felices, para realizarnos más? Por eso aludo a la ética femenina, a la ética del cuido. Necesitamos cuidar al planeta, cuidarnos a nosotros mismos, a nuestras ciudades, a la gente pobre, a la gente que más sufre. Es una necesidad intrínseca del ser humano y creo que los escritores, los poetas, tenemos una obligación con eso: enseñar la posibilidad de vivir diferente.

En tu poema “Despatriada” se lee: “Me fui con las palabras bajo el brazo/ Ellas son mi delito, mi pecado/ Ni Dios me haría tragármelas de nuevo”. ¿Dirías que la poesía es la más poderosa de tus armas?

La poesía es la esencia más destilada de la capacidad emotiva del ser humano y por eso tiene esa enorme posibilidad de comunicarse. Estamos comunicando lo que somos por dentro, lo que pensamos.

A mí siempre me impacta la idea de que algo escrito hace más de 2 mil años —los griegos, Aristóteles— lo leemos y todavía nos habla. Lo que va cambiando es la circunstancia, la geografía, pe-

ro en el fondo los seres humanos seguimos siendo muy parecidos: amamos, odiamos, tenemos miedos, inseguridades. Por eso es que la palabra tiene esa permanencia. La poesía, la literatura, nos permite identificarnos a través de los siglos y lo bello de los libros es que van dejando ese reguero de luz; es como un río de luz en el que podemos nadar y dejar nuestras luciérnagas. Tiene que haber un sentido de proyecto colectivo, de sentirse parte de la humanidad, del país, del barrio, y tratar de hacer lo mejor que uno puede en el tiempo que tiene de vida. Aristóteles decía que el sentido de la vida era que cada cual pudiera realizar su potencial. Eso me aclaró mucho cuando entendí lo que significaba. Este exilio y las amenazas recientes de Daniel Ortega, ¿qué han provocado en tu literatura? He estado aportando porque he hablado de lo que pasa, he criticado lo que está pasando, he estado rebelándome, desafiando, diciéndole a la gente: ‘Nadie nos va a quitar nuestra nacionalidad, el amor a Nicaragua lo llevamos dentro’. He escrito, estoy haciendo bastante poesía (creo que la poesía se transmite de una manera directa) y estoy escribiendo una novela que tiene que ver con el desencanto y reencontrar un camino diferente. También he pensado mucho. Creo que tenemos que pensar mucho en América Latina, en cómo encontramos la forma de ser, que las ideologías no nos paralicen, que cada uno pueda encontrar una visión común que le permita a América Latina tener una mejor fortuna o un mejor futuro, porque cada país de América Latina la está pasando mal. Gustavo Petro dio un discurso muy bueno en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) donde planteó visiones comunes. América Latina junta podría ser una enorme fuerza a nivel mundial, pero vivimos inmersos en nuestros pequeños pleitos. Lo que ahora veo como más nefasto es la falta de solidaridad y de unidad en América Latina en relación a la situación en Nicaragua. Solo el presidente Gabriel Boric ha tenido una posición clara y crítica, pero parece que los demás dicen: ‘Si lo hace la derecha sí lo criticamos, pero si lo hace la izquierda que haga lo que le dé la gana’. O sea, el respeto a los derechos humanos trasciende las ideologías y además esa ideología de la izquierda que me la expliquen a mí cada uno de esos gobernantes, porque Maduro ha hecho desastres en Venezuela: la gente se ha tenido que ir por millones, pasa hambre, pasa necesidades. En Cuba está pasando lo mismo, y en Nicaragua se ha ido del país el 10 por ciento de la población. Entonces, ¿qué es izquierda? Para mí la izquierda tiene que reinventarse y adaptarse a América Latina. Tenemos que crear nuestra propia barca, una barca respetuosa de los derechos humanos, democrática, con libertad. Es un sueño que tengo _

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DE PORTADA
exiona

REPORTAJE

La mirada femenina en el nuevo cine mexicano

Directoras,

productoras, actrices triunfan en festivales internacionales con propuestas y lenguajes inéditos

La voz de las mujeres en el cine mexicano hace eco, cada vez más fuerte, con historias que cruzan fronteras, cosechan premios y ganan prestigio alrededor del mundo. Son retratos de cineastas comprometidas que promueven la reflexión en aras de una mejora social, atravesando la piel del espectador con retratos sobre desapariciones, feminicidios, infancias tocadas por la violencia, racismo, machismo, migración, diversidad e inclusión. A pesar de que la representación femenina en la industria nacional sigue siendo dispar, decenas de cineastas continúan en el camino para abrir puertas con su talento y consolidar sus carreras, mientras tienden lazos sororos para las nuevas generaciones. De acuerdo al Imcine, el 44 por ciento del personal que en 2021 estuvo involucrado, directa o indirectamente, con alguna producción cinematográfica fueron mujeres. La cifra podría resultar alentadora en términos de representación igualitaria. Lo cierto es que ese mismo año solo el 16 por ciento de las historias fueron dirigidas por una mujer. De ahí la importancia de reconocer lo que han hecho directoras como Tatiana Huezo, Lila Avilés, Natalia Beristáin, Ángeles Cruz, Astrid Rondero, Fernanda Valadez; o actrices como Eréndira Ibarra, Bárbara Arredondo y Nailea Norvind; o guionistas como Natasha Ybarra-Klor.

Sus voces —y las de muchas mujeres más— contribuyen a una industria en reconstrucción que promueve retratos más diversos sobre México, miradas cuya sensibilidad y potencia han logrado conquistar los festivales de cine de mayor prestigio en el mundo. No por nada en 2022 tres mujeres representaron a nuestro país en la Berlinale, donde Natalia López Gallardo obtuvo el Oso de Plata gracias a su ópera prima Mantodegemas

“Ha pasado un año maravilloso desde

el premio y lo único que siento es agradecimiento; me da mucha paz que por fin estrenamos en México. Manto de gemas es una película que se comunica con los mexicanos de una forma amplia. Habla sobre esa herida generada por la violencia y sus diferentes manifestaciones. Estamos tan acostumbrados a cuerpos desmembrados que los normalizamos”, dice Natalia López en entrevista.

“Hay pornografía de todo tipo y se normaliza, por eso era importante transmitir un tipo de violencia que corre por debajo de la superficie, que no es evidente. Hemos aprendido a estar siempre alertas, eso es propio de la sociedad, especialmente de las mujeres. Pensé que no podría hacerlo, pero los testimonios que tuve de madres con hijos desaparecidos y de personas secuestradas me dio ese empuje para contar la historia”, agrega López. Mantodegemas recién llega a las salas de cine mexicanas para contar la historia de tres mujeres que se entrelazan. Tras su divorcio, Isabel (Nailea Norvind) se instala en el campo, donde se relaciona con otras mujeres heridas. Una de ellas es María, quien la ayuda con las labores del hogar, a la par que busca a su hermana desaparecida. También conoce a Roberta, quien quiere rescatar a su hijo del ambiente violento del crimen organizado.

“Es bueno reflejarnos en el cine, sobre todo en este tipo de historias. Ahí están los hechos, la violencia, tú decides qué hacer con esa información, cómo la colocas. Encarnar al personaje fue un reto, porque la forma de trabajar de Natalia no es usual. Importa lo atmosférico y lo psicológico, con la sorpresa de la escena”, dice Nailea Norvind.

Este año no fue la excepción: la

Berlinale contó nuevamente con talento de cineastas mexicanas, Tatiana Huezo presentó Eleco, un documental sobre las infancias campesinas. “Fue un viaje hermoso compartir la película con un público tan apasionado, un festival abarrotado. El cine mexicano se recibe con un enorme abrazo y con mucha expectativa; pisa muy fuerte fuera de nuestro país”, dice Tatiana.

“Tenía ganas de meterme en el territorio de la infancia. Mucho antes de Nochedefuego, comencé a ver qué niños me gustaría atrapar, qué historias de vida, y pensé que el mundo rural y campesino era el universo donde iba a encontrar la fuerza para hacer una película. Fueron varios años en los que hicimos familia con El eco”, agrega Huezo, sobre la comunidad ubicada en Puebla, donde filmó el documental.

Lila Avilés es otra de las mexicanas que estuvo presente en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Compitió con Tótem por el Oso de Oro, el premio de la Selección Oficial. Para la joven cineasta, ofrecer un discurso fílmico que promueva la unidad entre mujeres y hombres es fundamental. Con Tótemse acercó a una historia que parte del núcleo familiar para conocer lo que ocurre en la vida de su pequeña protagonista: la pequeña Sol. “No puedo estar más feliz de la época que me tocó vivir como cineasta, estoy en un momento que es de las mujeres. Me chocan las etiquetas como películas demujeres, porque algo virtuoso que viví con La camarista fue que no importó quién era yo. La película habló por sí sola. Se trata de honrar el trabajo sin importar el género, porque el trabajo habla por uno”, dice sobre la experiencia con su anterior filme. “Estamos en una época de florecimiento. Llevamos milenios siendo sometidas y ahora hay un nuevo camino, un despertar. Con Tótemquería mostrar que la unión hace la fuerza. Hay algo del matriarcado porque mi madre es una

guerrera y mi sistema es de mujeres, pero vengo también de un papá muy lindo. Por eso era importante retratar que somos una colmena de mujeres y también de hombres”, agrega Avilés. Pero la voz de las mujeres no solo hace eco en festivales de cine. La urgencia por una industria más equitativa en cuestión de género y diversidad las ha llevado a construir puentes que faciliten el desarrollo de su talento y el de sus colegas. Anónima es un claro ejemplo. Se trata de una casa productora con perspectiva de género fundada apenas hace unos meses por Eréndira Ibarra, Bárbara Arredondo y Natasha Ybarra-Klor. “Anónima no es solo la idea de tener historias hechas por mujeres para mujeres. La forma de producir que buscamos consiste en crear sets donde las mujeres cumplan con el 52 por ciento de representación, sobre todo en los puestos de toma de decisiones. Eso es difícil porque estamos en un mundo donde se duda de nuestra capacidad. El trabajo busca despertar conciencias para generar estos espacios”, explica Eréndira Ibarra. “Se trata de buscar la forma en que las plataformas y los ejecutivos entiendan que la experiencia se va creando y tienen que abrirse nuevos espacios. Queremos el 52 por ciento de mujeres y personas diversas porque creemos que así vamos a estar seguras todas y todes. Los protocolos de seguridad no van a servir mientras no estemos incluidas en esos espacios y para eso estamos creando alianzas con más mujeres”, agrega.

El nombre de la casa productora surgió para hacer justicia a aquellas voces de mujeres que, por años, han sido anónimas y han estado subrepresentadas en el cine y la televisión. De acuerdo a Natasha Ybarra-Klor, “el objetivo es influir en la cultura. Sabemos que los productos de entretenimiento tienen esa capacidad y nos gustaría cambiar la narrativa de las

-06- 4 DE MARZO 2023 ESCENARIOS
IVETT SALGADO MÉNDEZ FOTOGRAFÍAS SENSACINE, CALOUMA FILMS, MARÍA RUIZ, AFP, AFP, INSTAGRAM/ ERENDIRITAS
En 2021,
Y, además, en nuestra edición digital: Alberto Blanco: Futuro • José Luis Valencia: El año en que llegó Matías • Roberto Pliego: Desde la periferia • Ricardo Sigala: Los libros de la buena memoria • José Juan de Ávila: Entrevista con Sonya Yoncheva • Guillermo Levine: La música clásica antes y hoy • Andrea Serdio: El afrobeat de Fela Kuti • Fernando Figueroa: Humberto Dupeyron • Miriam Mabel Martínez: Entrevista con Tania Candiani • Avelina Lésper: El príncipe y la corista • Gerardo Herrera Corral: Gego y el espacio
solo el 16 por ciento de las historias cinematográficas fueron dirigidas por una mujer

historias, pero también la apreciación de lo que hacemos profesionalmente”.

“La reticencia de algunas personas en posiciones de poder para soltar las riendas a las mujeres por su poca experiencia es real. Podemos decir que la gente se emocionó con el lanzamiento de Anónima y algunos se nos acercaron con proyectos, pero resulta que el lanzamiento de la casa productora coincide con la posibilidad de una recesión, lo cual complica la situación”, explica Ybarra-Klor.

La huella que Anónima busca dejar en la industria es a largo plazo. La idea es no solo promover la representación igualitaria en los equipos de trabajo; también es crear espacios seguros y libres de violencia y acoso sexual. “Queremos que el día que nos paremos en el primer set de Anónima veamos justo lo que soñamos, esa representación de mujeres y personas diversas, donde podamos trabajar con libertad”, dice Eréndira Ibarra.

Bárbara Arredondo, también socia de Anónima, explica que “hacer las cosas distintas implica sacrificios y riesgos, cada paso que damos se siente disruptivo. Al final, el simple hecho de reunirnos las tres y construir esta red es un gran logro. En las reuniones hablamos de hacer equipo, de provocar cambios estructurales. Lo que nos emociona es ese entusiasmo y la otra mirada de muchos hombres que abrazan esto y quieren ser parte de la conversación”.

La actuación también ha sido un terreno con áreas de oportunidad para las mujeres, entre ellas Mayra Batalla, quien formó parte del elenco de Nochedefuego. La actriz considera que forjar una carrera digna y exitosa no le ha sido del todo fácil. De entrada, porque los proyectos continúan centralizados en la capital del país, lo cual la llevó a dejar su natal Veracruz para construir una carrera como egresada de La Casa del Teatro. Su carrera está avalada por decenas

de proyectos, algunos de ellos en televisión, pero ha sido el cine el que la ha colocado en el panorama internacional, sobre todo por su participación en Nochedefuego, una historia que la conectó con la violencia producida por el crimen organizado. “Rita sin duda fue un personaje complejo y está inspirado en las madres de este país, en las mujeres con las que crecí”, explica la actriz. “Después de la película y los premios cambiaron muchas cosas, pero lo más importante fue tener seguridad en mi actoralidad. Si algo me dio Nochedefuegofue decirme ‘yo sé hacer este trabajo’ y eso es muy difícil. No lo digo por ego. Hice todo lo que se requería, y quería que la gente viera mi trabajo. Ahora hay un referente, pero a final de cuentas me sigo formando en la fila del casting”, concluye Mayra Batalla.

Mayra Batalla estrenó en estos días Huesera, una película dirigida por Michelle Garza Cervera que desmitifica el concepto de la maternidad. “Había

una preocupación por el hecho de que se promueve que el instinto maternal está atado a todas las mujeres, pero quería retar ese concepto, pues se trata de una construcción social, se idealiza, pero depende de cada una y es un tema muy personal”, explica la directora de Huesera. “Partimos del cine de género, del horror, para mostrar personajes disidentes a las imposiciones sobre la maternidad. Hay concepciones inhumanas, y no hay forma de llevar esas cajas de súpermujer, súpermadre, virgen perfecta y protectora. Somos seres complejos y atravesamos por muchos estados de ánimo y es importante dar la percepción de esta experiencia como algo real”, agrega Michelle Garza Cervera. Otra de las voces potentes es la de Alejandra Márquez Abella. El año pasado representó a México en festivales internacionales con Elnorte, una historia sustentada en el western, con la cual saca a luz cuestiones como la masculinidad y el patriarcado. “Son temas de un interés absoluto, porque es importante entender que hay diferentes maneras en que impacta la violencia”, sostiene la cineasta. “La experiencia de filmar en Tamaulipas fue muy fuerte, pero lo más importante era entender el contexto. No sé si es importante dejar testimonio sobre el narcotráfico, pero sí lo era cuestionarnos la violencia, no la más evidente, sino la violencia patriarcal, colonial, machista y clasista que resulta en todo esto”, dice Márquez Abella, sobre la historia que se inspiró en lo vivido por Alejo Garza al defender sus tierras. Por su parte, Ángeles Cruz se suma a la lista de directoras destacadas por su defensa del cine indígena. La oaxaqueña estrenó hace unos meses Nudo mixteco. “La historia surge de tres monólogos de los personajes femeninos, entrelazando las historias, reflejando lo que sucede en la vida privada y en la comunidad, lo que te atraviesa como mujer, de quien decide sobre el primer territorio que es su cuerpo”. La película se filmó en Villa Guadalupe Victoria, la comunidad de origen de Ángeles Cruz, con la idea no solo de descentralizar la forma de hacer cine, sino de ofrecer a su gente y al público una narrativa distinta sobre el cuerpo de la mujer. “Debemos pelear nuestras batallas respecto a nuestro cuerpo. Nadie más decide, nadie debe transgredir. Creo que las mujeres pueden cambiar el discurso”, argumenta la directora. Para Natalia Beristáin, es igual de importante compartir historias que puedan tocar de manera distinta al espectador. Recientemente estrenó Ruido, una película con la cual aborda el tema de las desapariciones en México. “Por diez años he pensado en esta historia y necesitamos entender que cuando hablamos de desaparecidos y desaparecidas no hablamos de cifras, sino de historias de vida”, explica. “La única forma que tengo para hablar es a través del cine. A través de la pantalla se puede tener un reflector. Si esta película logra que una vez más se hable del tema, perfecto. Hasta que la historia de este país no vire no podemos dejar de hablar de eso. No podemos habitar en una sociedad donde la cifra oficial es de 90 mil desaparecidos, sabemos que son muchos más”, agrega sobre Ruido, una de las películas en español más vistas en Netflix. _

-07- 4 DE MARZO 2023
ESCENARIOS
La directora de Huesera, Michelle Garza Cervera. La directora de Ruido, Natalia Beristáin. Tatiana Huezo, directora del documental El eco Natalia López Gallardo, ganadora del Oso de Plata en la Berlinale. Eréndira Ibarra, una de las fundadoras de la productora Anónima.

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HUSOS Y COSTUMBRES

El misterio de Tarántula Spock

ANA GARCÍA BERGUA

D

e niños tuvimos un gato negro, se llamaba Tarántula Spock. Quizá mi hermano le puso el primer nombre en honor de un libro de poemas de Bob Dylan que él tenía y se llamaba así. El segundo nombre fue probablemente una obra colectiva. Se inspiraba, por supuesto, en el personaje del Señor Spock de la serie Viajealasestrellas. El señor Spock provenía de Vulcano —apenas me enteré de que su madre era humana— y tenía las orejas picudas como los gatos. Tarántula era un gato negro de lo más común, pero con bellos ojos verdes. Recuerdo su elegante figurita galopando por el pasillo del departamento en las noches y a mi papá divertido diciendo que parecía caballo. Quizá —no estoy segura— tuvimos dos gatos negros, Tarántula Spok y otro gato sin nombre, pero me confundo. Un día Tarántula —¿o sería el otro gato anterior, sin nombre?— desapareció de la casa.

Cuando pregunté me dijeron que mamá lo había llevado al Instituto Nacional de Neurología para que participara en los experimentos que ahí se hacían, pues mamá fue siempre una gran admiradora de la ciencia. Por lo menos eso dijo y yo lo creí. Mamá se agobiaba con los gatos, pues le tocaba cuidarlos; formaban parte de un trabajo doméstico que siempre le pareció injusto, no hace falta aclarar que con razón.

Pero no sé por qué, hace poco me puse a imaginar a mamá en un camión o un taxi cargando a Tarántula Spok (o el gato anterior) de camino a Tlalpan, ya que ni ella ni mi papá manejaban: ¿lo llevó en una caja o en una bolsa?, ¿cómo haría para calmar los zarpazos de un gato asustado? Era un largo camino desde el departamento que mis papás rentaban en la colonia Condesa y mamá no era de aventurarse por el mundo, pues a causa de la guerra le angustiaba ir sola demasiado lejos. Empecé a sospechar de la historia y

de que mamá pensara que me consolaría el hecho de que mi gato diera la vida por la ciencia, mi gato que podría haber sido Tarántula o el anterior. Eso no ha impedido que siga imaginando a Tarántula con el cráneo rapado y un montón de cables conectados a su pequeño cerebro, una especie de señor Spock secuestrado por terrícolas que toman nota de sus pensamientos, en un lugar blanco lleno de gatos y científicos. Hay que decir que los gatos no siempre son inteligentes, si bien es otro tema. A mí también me han puesto aquellos electrodos cuando me hacen estudios para la leve epilepsia que padezco desde muy joven y de ser verdad la historia, de alguna manera ni tan misteriosa ese gato contribuyó a mi bienestar neurológico. El hecho es que frente a la ausencia de Tarántula nunca tuve una respuesta; su sombra negra y esbelta sigue correteando por los pasillos mi infancia. _

Celebración de la inmortalidad

La inmortalidad es ese concepto que los señores académicos de la RAE han registrado en su diccionario como la “duración indefinida de algo en la memoria de los hombres”. Hace unos días, la vetusta y pomposa Academia Francesa admitió en su selecto club a un famoso y laureado escribidorde nuestra lengua. La ceremonia para oficializar tal deferencia transcurrió entre tambores y vestimentas ornamentadas (espadas incluidas) durante una fría tarde parisina. Como el histórico salón que acogió el acto es más bien pequeño, la cuota de amigos admitidos fue tan elitista como “tacaña”. Por eso luego hubo que organizar una fiesta más inclusiva y multitudinaria, esta vez en Madrid, para agasajar al nuevo inmortal.

Así que el muy taurino y barroco Hotel Wellington, en la elegante calle Velázquez de esta Villa y Corte, abrió sus puertas para recibir a una ristra de convidados, conformada por políticos, empresarios, editores, escritores y periodistas, de ambos lados del Atlántico. Un enjambre de reporteros de la prensa del corazón aguardaba al homenajeado en la entrada. Hace meses que rompió su relación con la reina del papel cuché, pero en este país el que entra al mundillo rosa lo hace para siempre y se atiene a las consecuencias. Bien abrigado y escoltado por su hijo mayor y su nuera, el escribidor hizo oídos sordos a las preguntas de los cotillas (“¿Se ha reconciliado con su exesposa? ¿Quiere responder a las fuertes declaraciones que hizo la hija de su ya expareja?”), básicamente porque hacía una semana que había soltado una puñalada verbal en las páginas

del Paris Match (“He recuperado mi libertad”) y avanzó lo más rápido que pudo, apoyado en su bastón, hasta el salón donde lo esperaban los invitados.

Surfeando bocadillos, canapés, copas de vino y vasos de refresco, en el ornamentado recinto estaban Manuel Valls, exprimer ministro de Francia; Albert Rivera, líder defenestrado de Ciudadanos; Cayetana Álvarez de Toledo, diputada del Partido Popular y musa de la derecha “liberal”; Federico Jiménez Losantos, periodista radiofónico oficial de

la ultraderecha española; el director de cine David Trueba; funcionarios de medio pelo del Ayuntamiento de Madrid; Marisol Schulz, directora de la FIL de Guadalajara, y escritores como Gioconda Belli, Sergio Ramírez (y su inseparable esposa Tulita), Fernando Sánchez Dragó, Javier Cercas, Arturo Pérez-Reverte, Carlos Granés, Jorge Eduardo Benavides, Arcadi Espada, Luis María Ansón y Andrés Trapiello.

El invitado estrella, sin embargo, fue un mexicano bajito y de lentes (no, este humilde reportero no: coincidimos en esas características, pero nada más) que durante su sexenio detentó el poder bajo la sombra del fraude electoral y comenzó una guerra contra el narcotráfico que lo único que hizo fue desencadenar más violencia de la que ya había. Se llama Felipe Calderón y

ahora vive aquí (igual que su sucesor, Enrique Peña Nieto), gracias a que su amigo José María Aznar lo invitó a dar unos cursos en su fundación de ideología conservadora y le arregló los papeles en un pis-pas (porque en este país hay inmigrantes de primera y de segunda, faltaba más). El expresidente llegó completamente solo, pero apenas entró se empezaron a formar corrillos de gente desinformada para saludarlo, halagarlo y tomarse fotos con él. De tanto revuelo que causó su presencia, llegó el momento en que parecía que la fiesta era en su honor. Pero la atmósfera no tardó en ser renovada por el escribidor, que en unos días cumplirá 87 años y ahora, además de bastón, utiliza un audífono para oír bien.

“Estoy muy honrado de juntar a empresarios latinoamericanos y españoles porque no me da vergüenza decir que el mercado es quien debe unirnos. A todos, además, nos une la defensa de la libertad y de la democracia. Ahora nos hace falta contribuir a que la gente se interese más por la literatura”, dijo el escribidor que ya es inmortal de manera oficial, antes de pedir un aplauso para Sergio Ramírez y para Gioconda Belli para arroparlos en su exilio y de darle vueltas y vueltas, sin percibir los cuchicheos de los presentes, a eso de que “ahora nos hace falta contribuir a que la gente se interese más por la literatura”. Después de aplaudir su discurso, todos comenzaron a despedirse porque… había partido de la Liga de Campeones (Real Madrid contra Liverpool) y esa afición sí que es inmortal y eso sí que une. _

4 DE MARZO 2023
LABERINTO
DIRECCIÓN: JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S. EDICIÓN: ROBERTO PLIEGO EDICIÓN WEB: ÁNGEL SOTO ARTE Y DISEÑO: JOSÉ LUIS MEDINA G.
CAFÉ MADRID
VÍCTOR NÚÑEZ JAIME periodismovictor@yahoo.com.mx FOTOGRAFÍA LIBERTAD DIGITAL Mario Vargas Llosa y su hijo Álvaro a su llegada al Hotel Wellington, en Madrid.
Bien abrigado, el escribidor hizo oídos sordos a las preguntas de los cotillas

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