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Las especies exóticas invasoras:Una amenaza para la Reserva Natural de Mona

Fotos: Elvia J. Meléndez Ackerman

El cactus Harrisia portoricensis es una de las especies afectadas por el Megathyrsus maximus, mejor conocido como pasto de guinea.

Las especies exóticas invasoras:

Una amenaza para la Reserva Natural de Mona

Por: Elvia J. Meléndez-Ackerman, PhD

La Isla de Mona es una de las reservas ecológicas más importantes manejada por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). Su importancia reside en las singulares características que posee, tanto geológicas como topográficas. Su alta aglomeración de especies y de comunidades ecológicas, que son únicas para el archipiélago de Puerto Rico, son ejemplo de ello. Sin embargo, ni su aislamiento geográfico, ni la protección gubernamental, han podido excluir a este patrimonio nacional del problema más común de los sistemas insulares a nivel global: la presencia de especies exóticas invasoras. Las especies exóticas invasoras están consideradas como el tercer factor más importante para la pérdida de

la biodiversidad global. Los científicos concurren en que los sistemas insulares son mucho más vulnerables al problema de las especies exóticas invasoras que los sistemas continentales. Esto se debe a que sus especies nativas, por lo general, no cuentan con las adaptaciones necesarias para sobreponerse a las especies invasoras, ya que evolucionaron en comunidades menos diversas, donde las interacciones de depredación o competencia han sido menos intensas.

La Reserva Natural de Mona posee varias especies de vertebrados exóticos que ejercen presiones negativas sobre su biota nativa, entiéndase su flora y su fauna. Las cabras y los cerdos asilvestrados, introducidos a la isla por los españoles durante la colonización de Puerto Rico, están en la lista de las 100 especies más amenazantes en los ecosistemas globales, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés). Las cabras son herbívoros generalizados que tienen la capacidad de remover vegetación rápidamente y, en muchos lugares, no solo han causado la pérdida de especies de plantas nativas y cambios en la estructura de la vegetación, sino que también han contribuido a la desertificación y a la erosión del terreno cuando estas no han sido manejadas. Nuestra investigación Proyecto Mona: Efecto de Especies Invasivas ha demostrado que las cabras de Mona ingieren, al menos, 13 especies de plantas consideradas por el DRNA como “elementos críticos.” Entre ellos, el cactus Harrisia portoricensis actualmente está en la lista de especies amenazadas del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, por sus siglas en inglés), al igual que la orquídea endémica de Mona (Psychilis monensis). La investigación doctoral de Julissa Rojas-Sandoval atribuye una mortalidad de 20% de las plantas de H. portoricensis a la acción conjunta de las cabras y de los cerdos asilvestrados. Los cerdos, contrario a las cabras, también son depredadores importantes tanto de los huevos de la iguana de Mona como de las especies de tortugas, todas ellas en peligro de extinción. El enfoque principal del DRNA, para controlar las especies exóticas de la isla, ha sido tanto el manejo de cabras, de cerdos y de otras especies de vertebrados exóticos, como de gatos asilvestrados, ratas y ratones. En el caso de las cabras y de los cerdos asilvestrados, el DRNA tiene establecido, desde hace varias décadas, una temporada de cacería (diciembre-abril) para limitar sus poblaciones.

Desde el punto de vista de manejo, el problema de plantas exóticas invasoras en Isla de Mona no ha tenido el mismo nivel de esfuerzo que las especies de animales exóticos. La acumulación de datos de varios proyectos llevados a cabo por el laboratorio, bajo el auspicio del Centro de Ecología Tropical Aplicada y Conservación (CATEC), la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF, por sus siglas en inglés) y el Fondo Ford para la Conservación sugiere la necesidad del manejo inmediato de la especie Megathyrsus maximus, localmente conocido como pasto de guinea. En su guía de campo sobre Isla de Mona, el doctor Frank Wadsworth, investigador retirado del Instituto Internacional de Daxonomía Tropical (IITF-FS, por sus siglas en inglés), señala que M. maximus pudo haber sido introducido para propósitos ganaderos durante el siglo XIX. Al menos, dos estudios, en los que se comparan áreas invadidas por este pasto versus áreas no invadidas, indican que la presencia del mismo puede afectar negativamente a dos especies nativas de cactus. Estudios realizados por Jean C. Curbelo de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, demuestran que la abundancia del cactus globoso Mammilaria nivosa es 5 veces menor en áreas invadidas por el

La imagen de la izquierda muestra un área con la presencia del pasto de guinea (Megathyrsus maximus), mientras que la de la derecha no muestra la presencia de esta especie invasora.

pasto relativo a áreas no invadidas y, también, es menos propenso a producir flores y frutos. Estudios mensurativos y experimentales de la doctora Julissa Rojas-Sandoval (CATEC) demuestran que todas las etapas del ciclo de vida del cactus H. portoricensis se afectan negativamente por la presencia de M. maximus. Aún cuando este cactus requiere crecer bajo la sombra de otra especie en sus etapas juveniles, su mortalidad es dos veces mayor al crecer bajo este pasto comparado a cuando crece bajo la sombra de arbustos nativos. De igual modo, la presencia del pasto reduce la producción de flores y de frutos en un 50% para H. portoricensis. Estudios experimentales, en colaboración con el doctor Denny Fernández (CATEC, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Humacao), sugieren que la lluvia de semillas (es decir, aquellas que se dispersan y caen al suelo ya sea por gravedad o por animales), a nivel de la comunidad vegetal, también se afecta negativamente por la presencia de este pasto africano. Los efectos negativos de M. maximus, también, se extienden a especies en las comunidades de micro artrópodos de suelos. Los artrópodos forman parte del grupo de invertebrados más numeroso y diverso del reino animal. Ejemplo de estos son los insectos, las arañas y los crustáceos. Los estudios guiados por Lorna Moreno y Lourdes Lastra de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, han mostrado que la diversidad de la mesofauna (invertebrados microscópicos) de suelos se reduce hasta en un 30% en presencia de este pasto, mientras que la abundancia de colémbolos (invertebrados diminutos de seis patas) es 5 veces menor en áreas dominadas por este pasto comparado con áreas donde el pasto está ausente. Estos animales, generalmente, tienen roles importantes en las redes tróficas de suelo y en los procesos de descomposición. Por lo mismo, la presencia de este pasto puede tener, indirectamente, efectos negativos en procesos relacionados al funcionamiento del ecosistema.

M. maximus es más abundante en la zona noreste de la Reserva, pero tiene mucho potencial para expandirse. Este pasto puede medir hasta 3m de altura en condiciones óptimas y puede reproducirse por apomixis (producción de semillas de forma asexual) y de forma vegetativa, lo que le da una ventaja de dispersión sobre otras especies de plantas. Estudios de Betsabé Castro de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, muestran que la cantidad de semillas de M. maximus, en las zonas invadidas, es casi equivalente al total de semillas de todas las otras especies combinadas que se encuentran en los suelos. La presencia de semillas de esta especie también puede detectarse en suelos de áreas no invadidas, lo que sugiere un gran potencial de dispersión y expansión para este pasto exótico. La expansión en la distribución de pastos africanos puede ser particularmente problemática en ecosistemas áridos, ya que al aumentar su biomasa estas gramíneas generan material altamente inflamable, sobre todo en las épocas de sequía. Las gramíneas

africanas, como M. maximus, están adaptadas a la ocurrencia de fuegos y, al quemarse, pueden recuperarse más rápidamente que las especies nativas no adaptadas al fuego. La ocurrencia de fuegos tiene, entonces, el potencial de crear un ciclo de retroalimentación positiva donde, al estos ocurrir, no solo se expande la gramínea sino que, al producir material vegetal inflamable, aumentan las probabilidades de ocurrencia de los mismos. Esto ya se ha demostrado en sistemas desérticos de Norteamérica.

La evidencia global acerca de los efectos negativos directos e indirectos del pasto M. maximus, en Mona y en otros lugares, sobre las especies nativas y el funcionamiento de ecosistemas amerita el establecimiento de un manejo inmediato en la Reserva. Aunque en la Reserva hay una política de erradicación y de control de animales exóticos, la erradicación de este pasto es muy costosa y requiere una cantidad y coordinación increíble de recursos humanos. La estrategia actual consiste en controlar cabras y cerdos y erradicar lo demás en la medida en que los recursos estén disponibles. Científicos del DRNA tuvieron éxito en la erradicación de ratas en Monito. De hecho, esta fue una de las erradicaciones más existosas de ratas en islas y estos resultados fueron publicados por Carlos Diez y colaboradores. El pasto no se controla actualmente. No obstante, los hallazgos aquí descritos, sobre los efectos de este pasto en las especies nativas, indican que sí se debe controlar. De hecho, el DRNA no tiene un programa de manejo de plantas invasoras en la isla, solo de animales invasores. En áreas áridas (por ejemplo, Bosque Seco de Hawái, Desierto de Sonora), donde los pastos presentan un problema de flamabilidad, hay programas de control que usan voluntarios y confinados para arrancar los pastos. Hay otros lugares que utilizan sistemas de quema controlada para controlar la biomasa inflamable. Por ejemplo, en Guánica se hace así, pero esto no se pude hacer en Mona por la cantidad de especies críticas que se encuentran en el lugar y que viven junto al pasto. La utilización de grupos de voluntarios, en la erradicación de pastos, ha sido exitosa en otros lugares y podría ser una alternativa efectiva para la erradicación de M. maximus de esta Reserva.

Especie de cactus afectada por M. maximus: Mammillaria nivosa.

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